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TEMA 10: LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA:

FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES.


INTRODUCCION:
La victoria en la Guerra Civil, que puso fin al régimen dictatorial de la II República,
permitió la consolidación de u régimen político dictatorial, que comenzó a construirse
en el mismo momento en el que Franco fue nombrado Jefe del bando nacional en
octubre de 1.936 y se mantuvo hasta su muerte en 1.975.
El Régimen cambió a lo largo de todo este tiempo, adaptándose a los cambios de la
coyuntura internacional y a los cambios socioeconómicos de España, evolucionando
desde el fascismo hasta el autoritarismo. En general, se puede decir que el Franquismo
se caracterizó en lo político, por la existencia de un poder personal absoluto, apoyado en
un sistema corporativo y de partido único.
El Régimen realizó una permanente exaltación de la persona del Caudillo presentándolo
como un “ser superior”; al mismo tiempo el régimen político de Franco se fue
configurando de manera improvisada, donde el único plan establecido era crear un
estado autoritario, ultranacionalista y católico, en torno al Ejército, cuyo único objetivo
era la defensa de la Fé Católica y la lucha contra el comunismo.
El proceso de institucionalización consistió en la promulgación de sucesivas Leyes
Fundamentales del Reino, que funcionaron como constitución política del Estado.

1.- FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS:


El Franquismo carece de ideología propia. A partir de los idearios de distintos grupos de
la derecha participantes en el Alzamiento contra la República: el pensamiento
falangista, el tradicionalismo carlista, el ideario católico conservador y el autoritarismo
militar, se elaboraron unos principios ideológicos elementales y poco estructurados, que
apenas se modificaron a lo largo del tiempo y sobre los que construyó el Régimen
Franquista:
• Antiliberalismo y antidemocracia: Se rechaza la democracia de base liberal,
por entender que se trata de una doctrina política ajena a la tradición española y
que basada en el individualismo, contribuye a la disgregación y al conflicto
social y político. En su lugar, se acuñaría más adelante, el término Democracia
Orgánica, entendido como el sistema que permite la participación política de
los españoles, no como ciudadanos individuales, libremente asociados en
partidos políticos; sino como Pueblo encuadrado en cada uno de los tres
Órganos naturales y básicos de la Sociedad y del Estado: la familia (donde se
nace), el municipio (donde se vive), y el sindicato (donde se trabaja). Así para
el franquismo la verdadera y única democracia será aquella que establezca la
representación de estos tres órganos naturales de la Sociedad y no de los partidos
políticos.
• Antimarxismo: Se rechaza el marxismo y el anarquismo por su negación de los
valores cristianos, lo que desembocará en el ateismo y su apuesta por la lucha de
clases, lo que se traducirá en la subversión del orden y los valores tradicionales.
• Ultranacionalismo centralista: Se apuesta por el nacionalismo español con
vocación de imperio, que concibe al Patria como una única comunidad étnica,
lingüística, religiosa, cultural e histórica, la de difundir los valores y principios
espirituales hispánicos por el mundo. Se rechaza cualquier reconocimiento de la
singularidad cultural de los distintos territorios del Estado (España: Una,
Grande, Libre)
• El “Nacionalcatolicismo”: Expresa la total unión entre e identificación entre la
Iglesia y el Estado Franquista. Se basa en la afirmación de que la esencia
histórica de la nación española ha sido y será la defensa de la Fé Católica y por
ello los principios morales y doctrinales de la Iglesia Católica será la base de
nuestro ordenamiento jurídico, y estarán presentes en el sistema educativo para
conformar la moral individual y social. Por ello, la Iglesia aparecerá como el
principal respaldo ideológico de la autoridad de Franco, recibiendo protección y
financiación del Estado, en cuyas principales instituciones se integra la jerarquía
eclesiástica.
• Corporativismo: Este principio ideológico defiende que las personas actúan en
la Sociedad y en el Estado no de modo individual, sino encuadrado en
corporaciones laborales, académicas, políticas, religiosas o militares,
conformando entre todos un sólo Cuerpo -la Patria- y sometidos aun sistema
jerarquizado que culmina en el Jefe del Estado.

2.- LAS BASES SOCIALES:

2.A.- APOYOS SOCIALES:


• Los grupos sociales vinculados a la España tradicional que, durante la II
República, se sintieron amenazados por las reformas socioeconómicas y laicas
de los gobiernos de las “Izquierdas” y que por ello colaboraron, desde el primer
momento, en el Alzamiento y en el Régimen:
Terratenientes y medianos propietarios rurales
Empresarios industriales y financieros
Pequeña burguesía provinciana.
• Otros grupos de configuración más reciente se sintieron cómodos e incluso
identificados con el sistema existente por la Seguridad y bienestar que le ofrecía:
Nuevo empresariado
Clase Media
Funcionarios y trabajadores apolíticos

2.B.- PILARES INSTITUCIONALES:


El Régimen Franquista se fundamentó sobre tres pilares institucionales, cuyos
miembros, conocidos como las “Familias del Régimen”, ocuparán y compartirán el
poder, bajo el criterio y autoridad del Caudillo, hasta el final del Régimen:
• El Ejército Nacional: bajo el mando supremo del Generalísimo, garante de la
unidad nacional y baluarte del Régimen.
• La Falange (Movimiento Nacional): Ídem, aportó cierta cohesión ideológica al
régimen y lo nutrió de cuadros dirigentes. Actuó como guía político del Estado.
Controlaba los Sindicatos Verticales y pretendió adoctrinar a la Sociedad,
desde la infancia y juventud, a través de diversas organizaciones como:
Organización Juvenil Española (OJE), El Frente Juventudes, el Sindicato
de Estudiantes Universitario (SEU) y la Sección Femenina.

2.C.- LA IGLESIA CATÓLICA: (Clérigos, Monárquicos, Asociación de


Propagandistas, Tecnócratas del Opus Dei)
Desde el principio había apoyado a los sublevados, bendiciéndolos como “Cruzados” de
la fé católica y “Mártires” caídos por Dios y por España.
La jerarquía eclesiástica y los grupos católicos ocuparon cargos significativos en las
instituciones del Estado, desde las Cortes al propio Gobierno.
Franco, por su parte, intervino en el nombramiento de la jerarquía al recuperar el
“derecho de presentación” de la terna de candidatos a Obispos, designados finalmente
por el Papa.
Durante los primeros años (etapa azul) el Régimen Franquista adoptó los símbolos
falangistas y sus miembros principales ocuparon puestos muy influyentes en el
Gobierno Nacional, aunque compartiendo el poder, sobre todo, con el Ejército y bajo la
autoridad ilimitada de Franco.
Más adelante, Franco, siempre opuesto a que la Falange controlara el Estado, fue
disminuyendo su presencia en los puestos más relevantes, sobre todo tras la derrota de
las potencias fascistas en la II Guerra Mundial.
El incremento de los elementos católicos en el poder pretendía dar una imagen diferente
del Estado Español ante las democracias occidentales, vencedoras en dicha guerra.
Esta línea política se acentúa a finales de los años cincuenta, tras abandonar la autarquía
y comenzar la aproximación a la economía capitalista occidental. Así, los tecnócratas
del Opus Dei serían ascendidos a los Ministerios Económicos con el objetivo de
modernizar el sistema productivo y promover el Desarrollo (nuevo objetivo del
Régimen).
En todo momento, el peso del Ejército, absolutamente fiel al Generalísimo, se mantuvo
en un nivel alto, contando con varios ministros, no solo en las carteras militares, sino en
otras de claro significado para el Régimen como la Gobernación (encargada de
mantener el orden público y anular y reprimir la oposición política).

3.- EL RÉGIMEN POLÍTICO DE FRANCO:


El Régimen político franquista se constituyó como una Dictadura vitalicia; es decir,
como un sistema totalitario, sin constitución, sin libertades ni derechos democráticos,
donde todo el poder estaba en manos de Franco hasta su muerte.

3.A.- CARACTERÍSTICAS:
• Dictadura Autocrática:
Es el propio Franco quien promulga las leyes en las que se basa todo su poder (Leyes de
30/I/38 y 8/VIII/39). En ellas no reconoce ninguna fuente de autoridad anterior o
superior a él (Soberanía Nacional, Cortes, Derechos de la Corona...). No se establece
ningún mecanismo de control (El Jefe solo responde ante Dios y ante la Historia”).
Se autoproclamó “Caudillo elegido por Dios para salvar a España”; en cierto sentido
es el último “Rey” autoritario de Europa.
• Dictadura Militar con rasgos fascistas:
Símbolos: saludo fascista, desfiles, banderas...
Instituciones: Partido Único (FET-JONS), Cortes Corporativas, Sindicatos Verticales...
Lenguaje: antiliberal, autoritario, ultranacionalista...
Más adelante algunos rasgos se irán debilitando poco a poco, incluso algunos
desaparecerán, por influencia de las circunstancias internacionales y la propia evolución
interna, que condicionará la configuración, sobre la marcha, del Estado Franquista,
nacido de la Guerra Civil sin un proyecto definido de Estado.

3.B.- INSTITUCIONALIZACIÓN:
Desde el primer momento se suprimieron todas las instituciones democráticas :
Constitución, Derechos y Libertades, Partidos, Sindicatos, Estatutos de Autonomía...,
por lo que el régimen había de establecer una nueva base legal y unas nuevas
instituciones.
Este proceso de institucionalización fue muy lento, prolongándose durante 30 años, a lo
largo de los cuales se promulgaron las Siete Leyes Fundamentales del Reino,
emanadas del poder de Franco, que pretendía crear un marco de legalidad en torno al
que se estructurase el Estado. Algunas de ellas fueron refrendadas por plebiscitos
nacionales, desarrollados en un marco político de falta de libertades básicas:
• Fuero del Trabajo (1.938): Organización laboral y estructura económica y
social del Estado.
• Ley Constitutiva de las Cortes (1.942): Cámara representativa, no
democrática, designada desde el poder, con función legislativa limitada.
• Fuero de los Españoles (1.945): Carta de Derechos y Deberes bajo estricto
control gubernamental.
• Ley del Referéndum Nacional (1.945): Consulta popular por sufragio
universal. Participación aparente, pero en realidad era un plebiscito sin
libertades a iniciativa del Jefe del Estado.
• Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1.947): España es un reino y
Franco, su Jefe de Estado vitalicio, elegirá a su sucesor.
• Ley de Principios del Movimiento Nacional (1.958): Principios ideológicos
fundamentales, permanentes e inalterables del Régimen.
• Ley Orgánica del Estado (1.967): Síntesis y actualización de las anteriores para
ejercer el poder. Permite la separación de la Jefatura de Estado y la del
Gobierno.

De acuerdo con estos principios ideológicos, las leyes fundamentales configuraron un


Estado cuyas características más destacadas serían:
• Autoritario: el poder lo ejerce de un modo absoluto el Caudillo.
• Centralista: donde desapareció cualquier forma de autonomía regional, en el que
todo estaba bajo el gobierno de una única administración central, que desde
Madrid tomaba todas las decisiones.
• Confesional: en el que se estableció la religión católica como oficial del Estado,
las demás religiones quedaban prohibidas.
• Social: al reconocerse el intervencionismo del Estado en materia económica y
social para corregir los desequilibrios producidos por el sistema.
• Tradicionalista: al pretender enraizarse en las instituciones y glorias del pasado,
especialmente en la época imperial.

3.C.- ESTRUCTURA DEL ESTADO:


• El Caudillo, que ocupa de manera vitalicia la Jefatura del Estado (es la máxima
representación de la política del Estado español), la Jefatura del Gobierno
(nombra y cesa a los ministros que lo componen, sin tener que rendir cuentas a
ninguna institución), la del Partido Único (FET y de las JONS) y la de todos los
Ejércitos. Él ostenta el supremo poder político, así como la iniciativa legislativa
(únicamente él o su Gobierno, pueden proponer las leyes, que serán aprobadas
por las Cortes). La Justicia se administra en su nombre.
La LOE (1.967) permitía la separación de las Jefaturas del Estado y del
Gobierno, que Franco no hizo efectiva hasta 1.973, cuando designó al Almirante
Carrero Blanco, como Jefe del Gobierno; que durante los años anteriores había
sido Vicepresidente.
• Las Cortes: se trataba de una única Cámara corporativa, sin iniciativa
legislativa, cuya única función era validar las leyes del Gobierno, al que no
podían controlar. Sus miembros, los Procuradores, presentaron siempre una
gran uniformidad ideológica, ya que directa o indirectamente eran designados
por el poder:
Procuradores “natos”: aquellos que accedían a las Cortes en función del cargo
institucional que ocuparan, bien de carácter sindical, eclesiástico, militar,
universitario, político, u otros en cuyo nombramiento había intervenido el propio
Franco o su Gobierno.
Procuradores elegidos directamente por Franco.
Los elegidos por las corporaciones controladas por el Gobierno o el Partido.
A partir de 1.968, otros elegido en representación del tercio familiar, en un
sistema electoral muy controlado, donde solo votaban los cabezas de familia y
mujeres casadas.
• El Consejo del Reino: Es el órgano representativo que asiste a la Jefatura del
Estado en sus decisiones y asume con ellas las funciones de desgnar los más
altos cargos del Estado y la defensa del orden institucional, garantizando con el
Gobierno y las Cortes, la continuidad institucional del régimen político español.
Está formado por 17 consejeros, y su Presidente es el mismo que el de las
Cortes. Tres sus miembros forman el Consejo de Regencia, que ocuparía
interinamente la Jefatura del Estado sino hubiera sucesor, o éste fuese menor de
la edad establecida (30 años), así como el periodo comprendido entre la muerte
del Caudillo y la proclamación de su sucesor como Rey de España.
• El Partido Único: estaba identificado plenamente con el Estado (Franco ejercía
ambas jefaturas), así, todos los mandos del partido ostentaban alguna parcela de
poder en el Estado, bien en el Gobierno o en las Cortes, bien en la Organización
Sindical Vertical, o en la Administración del Estado, ya fuese en la Central, o en
la provincia o municipio.
Con el tiempo, el Partido (FET y de las JONS), pasó a denominarse
Movimiento Nacional, bajo la Jefatura de Franco que nombraba y presidía su
Consejo Nacional, que actuaba como segunda Cámara Política que asesora a
Franco y garantiza la permanencia de los principios ideológicos del Régimen. El
Movimiento actuaba como guía político de la Nación, pero su influencia en la
sociedad y el Gobierno fue disminuyendo con el tiempo.
• La Organización Nacional Sindical (Sindicato Vertical), organización
corporativista formada por 28 sindicatos sectoriales, integrado cada uno de ellos
por asociaciones de empresarios, técnicos y obreros (llamados “productores”).
En ella tuvieron su principal reducto los cuadros y mandos del Movimiento
Nacional, puesto que ocupaban los altos cargos sindicales, que eran designados
por el Gobierno. La afiliación sindical era obligatoria y la representación en los
niveles de base permitió progresivamente una cierta “delegación democrática”-
• Los Gobernadores Civiles: ejercen en las provincias el pleno poder del Estado,
además ostentan la Jefatura Provincial del Movimiento.
• El país quedó dividido en nueve Regiones Militares a cuyo frente se sitúan las
restablecidas Capitanías Generales. En cada provincia se crea un Gobierno
militar.
• En los municipios, los Alcaldes, que eran Jefes locales del Movimiento, son
nombrados directamente por el Gobierno en las poblaciones más grandes. En las
restantes dependían de los Gobernadores Civiles. En todos ellos los Concejales
no eran elegidos por los vecinos, sino por las autoridades, atendiendo a los
mismos principios corporativos y orgánicos.

4.- LA EVOLUCIÓN POLÍTICA (1.939-1.975)


El Régimen, bajo la autoridad de Franco, evolucionó de acuerdo con los cambios de la
situación internacional. En la década de los 40, muy próximo al fascismo, quedó aislado
internacionalmente al finalizar la II Guerra Mundial. En los años 50, en el marco de la
Guerra Fría, el Régimen fue aceptado por su anticomunismo y se integró entre los
Estados occidentales y en la ONU. En los 60, trató de adaptar sus instituciones,
aparentando un Estado de Derecho (la Democracia Orgánica). Y en los 70, el Régimen
entró en crisis coincidiendo con el auge de la oposición y los últimos años de Franco.

4.1.- ETAPA AZUL (1.939-1.945) (Años de la II Guerra Mundial)


El Gobierno está formado por miembros del Ejército y de la Falange. La represión
contra los oponentes es total, España se convierte en un estado policial donde las
delaciones son constantes. Miles de personas son detenidas y condenadas, muchas de
ellas a muerte.
Para las víctimas del bando vencedor hay todo tipo de ayudas, para el bando perdedor,
la marginación social.
En Política Exterior, el Régimen se muestra ligado a las posturas fascistas. Serrano
Súñer, Ministro de AAEE, firma un tratado de amistad con Alemania. Iniciada la II
Guerra Mundial, el Gobierno, declara la neutralidad de España, que muy pronto se
convertirá en No Beligerancia (favorable a las potencias del Eje, pero sin combatir).
Franco se entrevista con Hitler y Mussolini, pero el primero no aceptó sus desorbitadas
peticiones para sumarse a la Guerra: territorios franceses de África, y la ayuda
económica y militar. El Régimen después dirá que Franco resistió la presión de Hitler
para que entrase en la guerra.
Aún así tuvo un gesto de colaboración con Alemania, enviando la División Azul para
luchar contra el comunismo en Rusia (1.941). Ello no significaba entrar en la guerra
contra los aliados. Dos años después, ante el fracaso alemán, la División Azul fue
retirada y se vuelve a la declaración del país neutral.

4.2.-ETAPA COMPRENDIDA ENTRE 1.945 Y 1.955.


Tras la derrota del fascismo, el Régimen maquilló su imagen reduciendo sus símbolos
fascistas, dando entrada a Ministros Católicas y promulgando dos Leyes
Fundamentales: el Fuero de los Españoles y Ley de Referéndum Nacional (1.945),
con las que intentaba darse un barniz constitucionalista.
No se alcanzó la homologación democrática de los vencedores, sino el rechazo
internacional, al que respondió el Régimen con multitudinarias concentraciones en
Madrid y otras ciudades para reforzar a Franco en el interior.
En 1.947 Franco establece que elegiría a su sucesor, que será ley (Ley de Sucesión).
El aislamiento (1.945-1.947): son los mejores momentos del Régimen.
No se permite el ingreso de España en la ONU. Se producen incursiones guerrilleras
(PCE) esperando el apoyo de los aliados para derribar a Franco.
Don Juan de Borbón, Jefe de la Casa Real en el exilio, publica el Manifiesto de
Lausana en el que exige la restauración de la monarquía.
La ONU condena al régimen franquista y ordena la retirada de los embajadores. Se van
todos excepto los del Vaticano, Suiza, Argentina y Portugal. El Bloqueo Diplomático
es casi total. El bloqueo económico es algo menor, se recibió ayuda de Argentina, pero
no se pudo acceder al Plan Marshall.
El reconocimiento exterior: En 1.948 comienza la Guerra Fría y USA valora la
situación geoestratégica de España y el anticomunismo visceral de Franco. Se inician
contactos que concluyen en 1.953 con la firma de los acuerdos de cooperación
España-E.E.U.U.: ayuda económica y reconocimiento político a cambio de bases
militares de U.S.A. En España: Rota, Morón, Torrejón y Zaragoza (se mantuvo en
secreto que pudiese haber armas nucleares en las bases).
Este acuerdo significó para el régimen su reconocimiento internacional y el inicio de la
transformación económica que puso fin al atraso del país. Ese mismo año, Franco recibe
otro respaldo público internacional con la firma del Concordato con la Santa Sede. En
el interior consolidó los privilegios de la Iglesia católica y reforzó el
Nacionalcatolicismo.
El final definitivo del aislamiento llegaría con el ingreso en la ONU en 1.955,
respaldado años después con la visita a España, del Presidente de Estados Unidos, D.
Eisenhower.

4.3.- ETAPA COMPRENDIDA ENTRE 1.956-1.973


La dictadura, ante las nuevas relaciones internacionales y los cambios socioeconómicos,
intentó modernizar las instituciones buscando una nueva legitimación y mayor control
sobre los crecientes enfrentamientos entre falangistas y católicos monárquicos, que
estallaron en 1.956 (Sucesos de la Universidad).
Franco reorganiza el Gobierno en 1.957 y de la mano del Almirante Carrero Blanco da
entrada a los tecnócratas, que se centrarán en el desarrollo económico sin intromisiones
en el carácter dictatorial del régimen.
En 1.958 con la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional
(fundamentos ideológicos del Estado Franquista), el carácter falangista cedía terreno;
pero se rechazan las propuestas de libertades políticas y sindicales que hacía la
oposición y se frenaba cualquier alternativa democrática al régimen.
El peso político el Gobierno fue recayendo en el Almirante Luis Carrero Blanco, que
en 1.967 fue nombrado Vicepresidente del Gobierno.
El Almirante mantuvo la confianza en los tecnócratas, única esperanza de perpetuar y
justificar el franquismo a través de los logros económicos.
Los falangistas, cada vez con menos influencia, están recluidos en el Sindicato Vertical,
y quieren asegurar su continuidad incluso más allá del dictador.
En 1.967 con la Ley Orgánica del Estado (síntesis de las leyes fundamentales),
aprobadas en referéndum, se pretendía asegurar la continuidad del régimen en el futuro.
La más novedosa de esta “Democracia Orgánica”, era la elección, controlada por el
sistema, de los Procuradores en Cortes en representación de la Familia (dos por
provincia). La Ley detalló las funciones del Consejo del Reino, que propondría la terna
para la designación del Presidente del Gobierno, cargo que, por primera vez, se
contemplaba separado de la Jefatura de Estado; aunque Franco lo retuvo hasta 1.973.
En 1.969 Franco propuso a las Cortes la designación como sucesor, a título de Rey, del
Príncipe Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, que tras aceptar y jurar los principios
del Movimiento Nacional, recibió el título de “Príncipe de España”, no de Austria,
como en la monarquía tradicional española. Se trataba de una instauración
monárquica que habría de perpetuar el Régimen nacido el 18 de julio de 1.936, y no
una nueva restauración como la canovista. Se pretendía cerrar así la conformación del
régimen y garantizar su continuidad: “Todo quedaba atado y bien atado”, en palabras
del propio Franco.
En algunos ministerios se produjo una cierta apertura. Así en 1.966, Manuel Fraga,
Ministro de Información y Turismo, impulsó la Ley de Prensa, que suprimía la censura
previa, aunque fijaba otras medidas sancionadoras, para seguir controlando los medios
de comunicación.
Otro signo aperturista fue la Ley de Libertad Religiosa, que despenalizaba la práctica de
otra religión, sin modificar el carácter confesional católico del Estado.
Sin embargo el aumento de la conflictividad laboral y universitaria impulsada por la
oposición democrática, a la que se suman incluso sectores eclesiásticos, provocó una
reacción represiva del Gobierno, preocupado por mantener a toda costa el orden y la
autoridad.
La política exterior se caracterizó en estos años por la reivindicación sobre Gibraltar, la
dependencia militar de los Estados Unidos, la descolonización de Guinea Ecuatorial, las
buenas relaciones con los países árabes e Iberoamérica y un discreto acercamiento
comercial a los países comunistas del Este europeo. Sin embargo, el fracaso más
estrepitoso lo constituyó el rechazo de la C.E.E. A admitir a España por no tener un
régimen democrático.

4.4.- LA CRISIS FINAL DEL FRANQUISMO: 1.973-1.975


El Régimen, incapaz de reformarse y adaptarse a las exigencias democráticas de la
sociedad española y del contexto internacional entró en una profunda crisis. En su seno
se vivían momentos de incertidumbre ante el camino a seguir tras la próxima
desaparición del Caudillo. Las posturas estaban polarizadas en dos sectores:
• “El Bunker”: antiguos ministros falangistas como J. A. Girón o R. Fernández
Cuesta y altos cargos militares, incluso algún obispo; todos ellos con una
ideología claramente inmovilista, que defendía la permanencia de los principios
del Movimiento y estaba dispuesto a frenar cualquier iniciativa de reforma.
• “Los aperturistas”: defendían la necesidad de las reformas.

El Gobierno de Carrero Blanco: 1.973


Franco, visiblemente deteriorado, decidió ceder la Jefatura del Gobierno al Almirante
Carrero Blanco, que debería unir a todas las “familias políticas” y asegurar la
continuidad del Régimen. Además de tutelar al Rey, llegado el caso.
El nuevo gobierno emprendió una fuerte represión contra la oposición política y social.
El Tribunal del Orden Público (TOP) aplicaría la legislación represora, tanto a los
defensores de las libertades y los derechos políticos y sindicales, como a los terroristas.
El 20 de diciembre de 1.973 ETA asesinó al más cercano de los colaboradores del
Caudillo y el encargado de continuar su obra. La incertidumbre se alzó sobre el futuro
político inmediato.

El Gobierno de Arias Navarro: El último gobierno de la dictadura.


El nuevo presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro (del sector inmovilista),
sorprendió al formular promesas aperturistas (“el espíritu del 12 de febrero”):
legalización de las asociaciones políticas y fomento de una mayor participación
ciudadana en las instituciones.
Sin embargo el Gobierno, ante la presión de la calle y el terrorismo, se decantó por el
inmovilismo y la represión (ejecución del anarquista Puig Antich).
Se puso de manifiesto la fractura entre el Régimen y la Iglesia (“Caso Añoveros”).
La presión del Bunker frenó toda apertura. Bandas fascistas actuaron contra los
opositores al régimen (Guerrilleros de Cristo Rey...). Los ministros aperturistas y
algunos altos cargos dimitieron (Pío Cabanillas...) pasando a la oposición moderada. El
“espíritu del 12 de febrero” había fracasado totalmente.
En 1.975 se intensificó la represión. Se decretó el Estado de Excepción en Guipuzcua y
Vizcaya. Se censuraron publicaciones críticas como Cambio 16 o Triunfo. Se detuvo a
un grupo de oficiales del Ejército opositores, la UMD (Unión Militar Democrática).
Entró en vigor una nueva ley antiterrorista, que propició las ejecuciones de activistas de
ETA y FRAP, el 27 de septiembre, en medio de una fuerte contestación interior y
exterior. Varios embajadores abandonaron España, el fantasma del aislacionismo
aparecía de nuevo.
El régimen recurrió a las concentraciones en la Plaza de Oriente. El 1 de octubre,
Franco recibía la adhesión de sus incondicionales en su último acto público. Pasados
unos días recayó en su enfermedad.
Arias estaba aislado: la oposición, partidaria de la ruptura democrática, actuaba
conjuntamente; y los aperturistas exigían cambios a los que se oponía el Búnker.
El Gobierno hubo de afrontar la crisis del Sáhara occidental, que aún no había sido
descolonizado. Marruecos desencadenó la “Marcha Verde”: una movilización civil
decidida a invadir la colonia. La tensión con España se incrementó. Finalmente el
Gobierno claudicó y el 14 de noviembre se firmaron los Acuerdos de Madrid, por lo
que, entregaba el territorio a Marruecos y Mauritania, que debería convocar el
referéndum de autodeterminación.
El Frente Polisario, organización independentista saharaui, rechazó los acuerdos y
proclamó la Independencia, iniciando un conflicto armado contra ambos países.
Días más tarde, el 20 de noviembre de 1.975, Franco murió en Madrid. Dejaba un
régimen anacrónico y en profunda crisis. La incertidumbre sobre la nueva monarquía
era generalizada. Para el Búnker debería mantenerse fiel a los principios del
Movimiento; para la oposición se trataba de una solución continuista incapaz de liderar
una transformación política profunda que desembocará en un régimen democrático.

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