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"Primera ley de Newton en dos actos"

En un extremo del salón hay dos sillas, en el otro extremo dos personas jugando
dados. Dos muchachos se acercan y se sientan, son Laura y Andrés.

Laura.- ¡Qué calor!

Andrés.- (saca de su morral una botella de agua) Traigo un poco de agua, te puedo
compartir si quieres, y está bien fría.

Andrés.- Laura, quiero que me ayudes con mi tarea de física. No le entiendo nada a
la primera ley de Newton ¿Me puedes explicar?

Laura.- ¿En qué tienes duda Andrés? (sujeta la botella de agua y le da un sorbo)

Andrés.- Pues en todo. A mi parecer la primera Ley de Newton es obvia, claro que:
a todo objeto en movimiento al que se le aplique una fuerza, se detiene o se mueve
¿Pero qué tiene que ver esta ley con los planetas, los gases, y con muchas otras
cosas?

Laura.- Lo que pasa Andrés, es, que la primera ley de Newton, no sólo esta
planteando el movimiento o no de los cuerpos, ésta va mas allá, está planteando
un concepto más complejo que se llama "inercia".

Andrés.- ¿Inercia? No recuerdo esa palabra en la ley de Newton. Si mal no recuerdo


la ley dice: "Todo cuerpo permanece en reposo o en movimiento, al menos
que se le aplique una fuerza" .

Laura.- Pues no, no menciona la palabra, sin embargo esta ley también se puede
llamar "Ley de inercia".

Andrés.- A ver, explícame más despacio y con detalles.

Laura.- Sí, mira, imagínate una pelota en el centro del patio de la escuela. Ahora
imagínate que alguien llega y le imprime una fuerza a la pelota, o sea, la patea.

Andrés.- Sí.

Laura.- Bien, pues primero, para que la pelota se pueda mover, se necesita que le
hayan imprimido una fuerza mayor a la fuerza que la mantiene en reposo. Después,
la pelota ya en movimiento para que se detenga, se necesita una fuerza igual o
mayor a la que lleva la pelota.

Andrés.- Más despacio por favor.

Laura.- Simple compañero. Si el balón que se patea, es muy "masivo", es decir


tiene mucha masa, pues se necesita mucha fuerza para moverlo, y al revés, si el
balón tiene poca masa es más fácil moverlo, debido a que se necesita poca fuerza.
Yo sé que es un poco "extraño" este concepto de inercia, pero al rato en el
laboratorio te explico.

II
Salón de clases. Ambientación de laboratorio de física y química. Al rededor objetos
de ciencias. En el centro del salón una mesa que hace las veces de mesa de
laboratorio.

Andrés.- A ver Laura explícame eso de la inercia.

Laura.- Mira Andrés, (Laura saca de su morral dos objetos) traigo dos esferas de
plastilina para simular el movimiento de una pelota.

Laura coloca sobre la mesa las dos esferas de plastilina, una de las esferas es dos
veces más grande que la otra.

Laura.- Observa como al empujar la esfera más grande, estando ésta en reposo ,
cuesta más trabajo moverla de su posición, esto es por que tiene más masa, y por
lo tanto más inercia. Es decir, la esfera al tener más masa SE RESISTE MÁS AL
CAMBIO de posición. Mientras que la esfera chica, al tener menos masa SE
RESISTE MENOS AL CAMBIO. Esto es en realidad la primera ley de Newton.

Laura sujeta la esfera mayor y la pone en movimiento.

Laura.- Ahora fíjate cómo en movimiento a esta esfera cuesta más trabajo
detenerla, esto de nuevo se debe a que es más masiva, y de nuevo, se resiste más
al cambio que la esfera pequeña. Y la esfera pequeña, al ponerla en movimiento es
más fácil detenerla, se resiste menos al cambio, y es porque es menos masiva.

Resumiendo, la primera ley de Newton se enuncia:

Todo objeto permanece en su estado de reposo o de movimiento uniforme


en línea recta a menos que sea obligado a cambiar ese estado por fuerzas
que actúen sobre él.

O sea, que todo cuerpo conservará su "inercia", al menos que sea obligado por
medio de fuerzas externas.

Esta "ley de inercia" es importante, pues se presenta, tanto en la mecánica de


Newton, como en las demás áreas de la física.

Andrés.- ¡Orales!, está padre esto de la inercia, pero me quedan algunas dudas, o
mas bien preguntas. Por ejemplo: Si pateo un balón con mucha fuerza, ¿a poco la
misma fuerza que le imprimí al balón es la que lo detiene?

Laura.- Si, así es. Mientras el balón va en movimiento, hay varias fuerzas que
actúan en contra del movimiento del balón: la fricción con el aire y con la tierra,
además de la fuerza de gravedad. Al sumar cada una de estas fuerzas hasta que se
detiene el balón, el resultado es igual a la fuerza que le imprimiste al balón. O sea,
que si al balón lo pateaste con 20 Newtons, son 20 Newtons distribuidos en fricción
los que lo detienen.

Andrés.- Esto me recuerda al equilibrio de fuerzas, que creo es la tercera ley de


Newton.

Laura.- En efecto, la primera ley de Newton se relaciona con las otras dos leyes, la
segunda que habla sobre fuerza , y la tercera que es conocida como acción y
reacción . Las tres leyes de Newton se interrelacionan entre sí y describen el
universo de movimientos, en función de las fuerzas.
Andrés.- A ver, ya me piqué , ¿entonces podemos describir todo lo que se mueve
con las tres leyes de Newton?

Laura.- Lo que se mueve y lo que no se mueve.

Andrés.- ¿E incluso, el movimiento de los planetas?

Laura.- Si así es; incluso el movimiento de los planetas. Por ejemplo, ¿por qué si
nuestro planeta está girando a gran velocidad, por qué nosotros no nos caemos? La
respuesta a esta pregunta tiene que ver con las tres leyes de Newton. Uno de los
motivos por el cual no nos caemos, es la fuerza de gravedad del planeta; otra
razón, es la inercia que llevamos nosotros junto con el planeta, esta inercia hace
que no 'sintamos' el movimiento de rotación y de traslación, y que podamos hacer
nuestra vida diaria como si no pasara nada.

Andrés.- ¿A ver como está eso?

Laura.- Es como si estuviéramos dentro de un camión o un avión que va a cierta


velocidad. Dentro del vehículo podemos caminar, compartir objetos como si nada,
porque llevamos la misma inercia del camión, como en la Tierra , pero si el camión
frena repentinamente, nos "sentimos aventados" hacia adelante. Esto se debe, a
que cuando vamos en el camión en movimiento llevamos la misma inercia, sin
embargo cuando se detiene nosotros seguimos teniendo la misma inercia, y el
camión ya no. Lo que pasa dentro del camión es exactamente el mismo fenómeno
que pasa dentro de la atmósfera de la Tierra.

Andrés. Oye, y los satélites, ¿a poco es su inercia es lo que los hace viajar?

Laura.- Algunas sondas espaciales se mueven por su propia inercia, sólo usan
combustible para cambiar de dirección. La Luna , es un satélite natural, que usa su
fuerza gravitacional y su inercia para mantener su movimiento junto a la Tierra.

Andrés.- Está bien interesante esto de las leyes de Newton. Jamás pensé que casi
todo se pudiera explicar por medio de estas.

Laura.- Recuerdas el truco de magia, en el cual hay una mesa servida y el mago
quita el mantel sin tirar los platos.

Andrés.- Sí, sí lo recuerdo.

Laura.- Pues ese truco se explica con la primera ley de Newton.

Laura saca una hoja de papel y la coloca sobre la mesa. Sobre la hoja, coloca cinco
monedas grandes.

Laura.- Observa como si jalo la hoja despacio, la inercia de estos objetos es la


misma. Así puedo mover la hoja y las cinco monedas sin ningún problema. Lo
mismo pasa con la Tierra y con nosotros, nos podemos mover juntos, puesto que
llevamos la misma inercia.

Andrés.- Interesante, ¿pero qué tiene que ver esto con el truco de magia?

Laura.- Observa lo que sucede ahora.

Laura arrastra la hoja con mucha velocidad dejando a las monedas apiladas .
Andrés.- ¡Pudiste retirar la hoja sin mover las monedas!

Laura.- A ver, con lo que te explique de física, trata de explicar lo que sucedió.

Andrés.- Pues, lo que pasó es que al retirar de manera abrupta la hoja de papel las
monedas se "resistieron" al cambio de velocidad debido a su inercia.

Laura.- Bien mi Andrés, creo que has comprendido la primera ley de Newton.

Los dos amigos se retiran platicando.


Del ferrocarril al tren bala

(Salón de clases, que hace de parque con jardín. Alrededor y centro del salón: bancas y
plantas).

Es un día con mucho sol, y en un extremo del parque (salón) un niño espera al lado
de una bicicleta. Él se pone de pie y observa a lo lejos.

Mario. — Creo que allá viene, y... de nuevo viene en su bicicletota de lechero.

Llega Elizabeth derrapando enfrente de su amigo con una bicicleta de veinticuatro


velocidades.

Mario.— ¡Qué ondas Eli!, ¿cómo estás?

Elizabeth.— Muy bien Mario, vengo de mi casa, y es que tengo un poco de tarea de
física y pues... tuve que pensarle un buen rato, y como hice unos diagramitas para que no se
me fueran las ideas, pues me tardé.

Elizabeth y Mario, eran dos muy buenos amigos que se conocían desde que entraron a la
Secundaria Calixto Contreras, en el norte del estado de Chihuahua. Elizabeth era una
experta en física, matemáticas, lógica y biología; Mario en cambio era muy bueno en historia
y literatura.

Mario.— ¿Pero cómo? ¡Si tú eres una experta en ciencias! ¡Si hasta te van a mandar
al congreso de Red Escolar de este año!

Elizabeth.— Pues si Mario, pero la física no sólo son fórmulas, sino que es pensar y
analizar. Y no te hagas, si a ti también te van a mandar al congreso por tu trabajo de historia
de México, sobre la División del Norte, ¿no es así?

Mario sonríe.

Mario.— Bueno, ya sabes, a uno que le gusta la historia. En mi trabajo que voy a
llevar al Encuentro hablo sobre algunos personajes interesantes en la revolución mexicana y
que son muy poco conocidos, como por ejemplo: Felipe Ángeles, Orestes Pereyra, Calixto
Contreras, —que por cierto le hace honor a nuestra escuela—, y Toribio Ortega.

Elizabeth.— Sí que te gusta la historia, ¿sabías que Albert Einstein no era un experto
en matemáticas? Según los libros que he leído sobre su vida, él era muy bueno para la física
pero muy malo para las matemáticas. Aunque no lo creas.

Mario. ¿A poco? Yo siempre pensé que los científicos eran gente muy metida en las
matemáticas.

Elizabeth.— Pues sí, por eso nos gusta pensar, pero la física tiene que ver más con
el entender la naturaleza; en particular, con entender los movimientos. Las matemáticas son
sólo un instrumento que nos ayuda a calcular movimientos físicos, como los movimientos
celestes, o los movimientos a grandes velocidades como el de la luz.

Mario.— Mira, qué interesante. Pero bueno, ahora que llegaste, ¿qué ondas?,
¿vamos a mi casa para hacer la tarea de física?

Elizabeth.— Va.

Mario levanta su bicicleta del piso, sube en ella y ambos salen del
parque.

II >>
II

(Salón de clases que hace de habitación, con objetos de lectura e historia. Sobre las
paredes: dibujos, pinturas y fotografías de Teotihuacán, Diego Rivera, Francisco Toledo,
Emiliano Zapata, y Francisco Villa).

Elizabeth.— Órales, qué bien te quedó la arregladita de tu cuarto. Se ve bien padre.


Mario voltea, ve a Elizabeth al tiempo que le cierra un ojo.

Mario.— Sí, pues ya ves.

Los dos amigos se sientan en el sofá.

Elizabeth.— Pues empecemos con la tarea de física. Aquí dice que tenemos que
definir con nuestras propias palabras lo que es la velocidad.

Mario observa a Elizabeth con rostro de impresión al escuchar las palabras de su


amiga.

Mario.— ¿velocidad?, ¿pues, no es, ir rápido?

Elizabeth toma un libro de física y lo hojea.

Elizabeth.— Es un poco más complicado mi estimado. Veamos.

Tratemos de construir una definición. Según este libro, la fórmula de velocidad, es igual a
distancia entre tiempo. Y se escribe

v = d/t

Mario.— A ver Eli, explica.

Elizabeth.— Conceptualmente esto es, la distancia que recorre un objeto en


un intervalo de tiempo.

Y se me ocurre un ejemplo para ilustrar. Si el río Conchos de aquí del estado de


Chihuahua, tiene una longitud de 850 km, y si ese río lo recorriéramos en una hora,
tendríamos una velocidad de 850 km por hora (850km/h).

Mario.— ¿Y si recorriéramos el río en media hora, a qué velocidad iríamos?

Elizabeth.— Pues si se recorriera en media hora, estaríamos yendo más rápido, pues
porqué estamos recorriendo la misma distancia, pero en menos tiempo. Entonces, si primero
se recorrieron 850 km en una hora, en media hora iríamos a 1700 km/h ¡al doble de
velocidad!

Mario.— ¿O sea, que si la distancia siempre es la misma, y si el tiempo en que se


recorre esa velocidad disminuye, entonces la velocidad aumentará?

Elizabeth.— Exacto mi querido Mario.

Mario.— ¿Y si aumenta el tiempo?

Elizabeth.— Pues disminuye la velocidad. Por ejemplo. De mi casa a tu casa hay una
distancia (que siempre es la misma, o sea fija), que yo puedo recorrer a pie o en bicicleta. Si
yo voy a pie, me voy a tardar mucho, y si voy en bici, casi no me voy a tardar. Por lo tanto,
si voy en bici, no me tardo, y la velocidad será grande; y si voy a pie, me voy a tardar
mucho, entonces la velocidad será menor.

Mario.— Eli, es más complicado de lo que yo pensaba.

Elizabeth, se ríe y voltea a ver a Mario quien muestra una mueca nerviosa.
Elizabeth.— Jajaja, no te angusties mi amigo. Vamos construyendo nuestra
definición.

Elizabeth regresa la mirada al libro y comienza a hablar en voz alta.

Elizabeth.— Entonces, tenemos dos casos vayámoslos enumerándolos.

1.— Cuando la distancia es la misma y el tiempo es poco, la velocidad aumenta. Ejemplo: Ir


de mi casa a tu casa en bici. La distancia siempre es la misma, pero tardamos menos
tiempo.

2.— Cuando la distancia es la misma y el tiempo es mucho, la velocidad disminuye. Ejemplo:


Ir de mi casa a tu casa caminando. La distancia es la misma, pero tardamos mucho.

Mario.— Entonces, podemos decir que qué tan rápido se mueve uno, en una
distancia fija, depende del tiempo que se invierta.

Elizabeth.— Sí, así es. Veamos si hemos entendido bien. Preguntémosnos: ¿cuál será
la velocidad de un venado cola blanca, si este recorre una distancia de 1km en 1hora?

Mario.— Pues 1km/h.

Elizabeth.— ¿Cuál será la velocidad de este mismo venado, si recorre una distancia
de 1km en media hora?

Mario.— Como la distancia ahora es la mitad, entonces la velocidad es el doble.

Elizabeth.— A ver si muy chicho, ¿cuál será la velocidad de el venado cola blanca, si
recorre una distancia de 1km en un tercio de hora?

Mario.— Pues, sería el triple velocidad, o sea 3km/h.

Elizabeth.— ¡Muy bien, mi Mario! Fíjate que a este tipo de relaciones se les conoce
como relaciones de proporcionalidad. Recordemos nuestra expresión de la velocidad.

Elizabeth toma una pluma y un papel y escribe la ecuación antes mencionada.

v = d/t

Si el tiempo t disminuye, la velocidad v crece; y si t crece, la velocidad disminuye.

Mario.— Órales. Y al revés, supongo.

Mario toma la pluma y escribe.

Si la velocidad v disminuye, el tiempo t crece; y si v crece, el tiempo disminuye.

Elizabeth.— ¡Correcto, ahora sí me sorprendiste mi estimado! Aunque está la otra


situación: cuando el tiempo no cambia, y la distancia crece o disminuye. Pero no
abordaremos esta situación.

Mario.— Todo esto me recuerda los trenes de la revolución mexicana, ¿te imaginas
lo lento que debió haber sido el ferrocarril en aquella época? Y sin embargo, lo eficiente que
lo fueron en aquellos tiempos:

En el Porfiriato, los ferrocarriles trasladaron desde minerales, hasta granos. Con la


caída de Don Porfirio, los trenes se convirtieron en el móvil de los revolucionarios de aquella
época, sobre todo de la División del Norte ¿Qué diría mi general Pancho Villa sobre las
velocidades que se alcanzaban en los trenes en la revolución, comparadas con las
velocidades que hoy se pueden alcanzar?
Elizabeth observa atentamente a su compañero, mientras él se emociona.

Mario.— Y hablando de trenes, deja te cuento una anécdota de mi General Villa.

Mario empieza a contar una historia de tantas que se sabía sobre el México del siglo
XX.

Mario.— Bien, pues te voy a contar velozmente como Francisco Villa tomó Ciudad
Juárez. Esto lo aprendí de un libro de Paco Ignacio Taibo II, que se llama Pancho Villa, Una
biografía narrativa:

Resulta, que en noviembre de 1913, en plena Revolución mexicana, Francisco Villa


no podía moverse hacía el sur para atacar al ejército federal en el centro de la república
mientras estuviera una poderosa guarnición federal en la ciudad de Chihuahua. Un ataque
hacía el norte, contra Ciudad Juárez, la mayor aglomeración urbana del estado, sería
peligroso, porque la ciudad estaba bien fortificada y además se hallaba situada a lo largo del
río Bravo, frente a El Paso. Los disparos que se produjeran durante el ataque podían causar
fácilmente bajas en el estado estadounidense y suscitar la intervención de Estados Unidos.

Así que la estrategia de Villa, fue que un destacamento de las fuerzas villistas
tomara la Estación del Cobre, una estación de trenes cerca de Chihuahua.

En esa estación, los revolucionarios capturaron al telegrafista y lo amenazaron con


fusilarlo si no cumplía las indicaciones de Villa. Un rato después llegó un tren carbonero a la
estación. Los revolucionarios manipularon el semáforo rojo para que el tren se parara, y
entonces los revolucionarios tomaron el tren.

El plan de Villa era llevar 2000 hombres desde la Estación del Cobre hasta Ciudad
Juárez. El plan era simple: llevar el tren de regreso, hacía Ciudad Juárez, pero ¡repleto de
revolucionarios!.

Se le indicó al telegrafista que avisara la siguiente nota por telégrafo a sus


superiores: “Estoy descarrilado en este kilómetro, no hay vía telegráfica a Chihuahua ni
camino de ferrocarril, porque lo han quemado los revolucionarios. Mándenme otra máquina
para levantar”. Después mandó el siguiente telegrama. “Se ve un polvo, como que vienen
los revolucionarios. Necesito órdenes. E. Velázquez”. Naturalmente, al maquinista le dieron
órdenes de regresar. Entonces el tren comenzó a ir hacia Ciudad Juarez, y cada vez que el
tren se acercaba a la estación un comando villista llegaba antes a la estación y apresaban al
telegrafista, obligándo a éste a avisar que las cosas estaban bien y que el tren iba hacia el
norte. El tren logró así burlar todas las estaciones hasta llegar al mismo corazón de Ciudad
Juarez.

El tren llegó con 1800 hombres con todo y caballeriza —¿te imaginas 1800 hombres
con todo y caballos dentro del tren?— Dicen los historiadores que los revolucionarios iban
apretados “cómo si fueran en una lata de sardina”.

Así, el tren llegó a Ciudad Juarez en la madrugada, como a las 2:15, y esto cuando
las tropas federales estaban totalmente dormidas.

Se dice que cuando empezaron los combates, los federales preguntaban gritando
¿quién vive?, a lo que los rebeldes contestaban ¡Viva Villa!

Así fue, como Villa tomó Ciudad Juarez.

Elizabeth.— Qué interesante Mario. Tal vez más adelante puedas hacer algún
trabajito sobre historia de la ciencia, estaría bien padre.

Mario.— Esta tarde ha sido muy productiva para ambos, ahora sabemos un poco
mas de física y un poco más de historia de México.
Elizabeth.— Sí, y a mí ya me dio un poco de hambre, veamos que hay en tu refri
para comer.

Mario.— Sale.

Los dos amigos, se retiran de la habitación.

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