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Psicologia del desarrollo I

TRES HITOS EN EL DESARROLLO INFANTIL


Cuando analizamos los cambios que se producen en el individuo a lo largo de su
desarrollo, podemos contemplarlos desde distintos ámbitos: físico, cognitivo, social y de la
personalidad.

Es importante especificar que el desarrollo del niño se considera resultado de la


interrelación de distintos sistemas en los que se dan mutuas y constantes influencias. Se parte
por tanto de una idea de desarrollo dinámico, en constante flujo y cambio. El niño está inmerso
en un ambiente que le influye y a su vez es influido por él. Esta concepción del desarrollo parte
de la denominada "teoría de sistemas" de Bronfenbrenner, y se considera perteneciente al
denominado modelo ecológico del desarrollo. Así, los distintos sistemas que afectan al niño en
desarrollo, según Bronfenbrenner son: el Microsistema, Microsistema, Ecosistema,
Microsistema.

Aunque existen muchas diferencias individuales, a partir del primer año los niños
han adquirido mayores niveles de control sobre sus capacidades motoras, en dos áreas
fundamentalmente: habilidades motoras gruesas y habilidades motoras finas. Por
ejemplo el niño gatea, sabe sentarse, se jala de algo para pararse.

Al nivel socio-afectivo, el niño ha formado los vínculos de apego con sus cuidadores. Empieza a
disfrutar los juegos sociales, llora cuando se va la persona que lo cuida, usa ademanes. El bebé
aprende a dominar su cuerpo y a expresar emociones, comienza a sentir una especie de
ansiedad ante los extraños o ante el abandono de la madre. Comenzará a querer coger todo
aquello que esté a su alcance y a jugar con todo lo que conozca.

Al nivel cognitivo, durante la etapa sensorio-motora el niño presenta ya conductas inteligentes,


aunque en parte el niño sea todavía pre-verbal. Pasa de tener reflejos primarios a convertirse en
un ser que demuestra una perspicacia rudimentaria en su comportamiento. A lo largo de ella se
desarrolla el concepto de permanencia de los objetos; el niño comprende las implicaciones de
los desplazamientos visibles o invisibles. Ahora sabe que los objetos y las personas existen
aunque no las vea. Se esfuerza para resolver problemas sencillos y empieza a entender que
puede provocar ciertos efectos.
En cuanto al lenguaje, junta sonidos entiende palabras o señas sencillas empieza a nombrar las
cosas y asimila la reciprocidad de los fenómenos. Se da cuanta que puede reproducir o imitar
acciones el mismo.
La actividad motriz del pequeño se torna más activa e independiente. Las
informaciones que el niño adquiere en torno al conocimiento y manejo de su cuerpo y a los
desplazamientos en el espacio, hace que él se apropie progresivamente de
las vivencias necesarias para avanzar en su desarrollo. Probablemente prefiera usar la mano
derecha para la mayoría de las actividades como agarrar la cuchara o recoge los juguetes. Les
gusta voltear las páginas de un libro.

A partir de los 6-7 años aparece un cambio marcado fundamentalmente con lo


que Piaget (1959) denomina las "operaciones concretas". El ajuste a lo real marca el
atributo fundamental de ésta área. El niño va utilizar los procesos y elementos de la
cognición adulta (operatoria), pero aún sin un total grado de eficacia, al no poder
explotar los procesos formales.1
En esta etapa el niño es realista y objetivo, es extrovertido y tiene regresiones egocéntricas,
acepta pasivamente las normas y se inicia el proceso autonómico. Las relaciones con el grupo
ya no son inestables, sino que tiene manifestaciones de cooperación. Asi que podemos decir
que a los siete años el niño ya tiene representaciones mentales de casi todo lo que lo rodea.

Al nivel afectivo: social, personal y moral, por una parte, está orgulloso de su familia, pero
puede culpar a la madre si se equivoca en algo. Está muy preocupado por el comportamiento
personal, en particular cuando esto afecta familia y amigos; no siempre se siente seguro en el
camino hacia la independencia, pero no está tan pendiente de que la mamá se encuentre a su
lado. Muestra rasgos y actitudes emocionales en poseer un sentido elemental de vergüenza y
deshonra. Los varones se identifican fuertemente con el padre. Al niño no le gusta ser besado en
público, sobre todo a los varones. Se identifica con adultos fuera de la familia (p. Ej., un profesor
o un vecino).Las amistades son inestables, a veces es poco amable con sus pares. Los cambios
gobiernan para encajar propias necesidades; puede no tener ninguna lealtad de grupo. En la
escuela, puede desarrollar problemas si las expectativas son demasiado altas; ademas de tener
la concentración en crear problemas puede perder el tiempo, en susurrar, o molestar a otros
niños. Se le hace difícil aceptar culpas, criticas y castigos. A pesar que camine hacia el
descubrimiento de la realidad del mundo, el niño es el centro del propio mundo y tiende a ser
jactancioso. Generalmente es rígido, negativo, exigente, no adaptable, lento al responder;
reaparecen las rabietas. Si no es él el ganador, a menudo hace acusaciones que los otros hacen
trampas.

En el ámbito cognitivo y del lenguaje, a los 7 años la mayor parte de los niños aprenden a
leer y escribir (incluso idiomas extranjeras), aunque algunos tardan un poco más. Comienza a
ser organizado, ordena los juguetes con atención. memoriza continuamente las cosas; Puede
repetir con precisión una larga sucesión de hechos. Es capaz de resolver problemas sencillos e,

incluso, tiene cierta capacidad de auto-crítica. Le encanta pensar acerca de las cosas y tiene
iniciativas propias, le gustan las manualidades y hacer cosas o planear su día. Puede que le
1
http://www.um.es/univefd/juegoinf.pdf
gusten los juegos de mesa y los rompecabezas. También le pueden gustar los trucos de magia.
Puede que esté empezando a leer más por su cuenta. Preguntan acerca de la vida y la muerte.

Comienza a tener en consideración los deseos de los compañeros. Por la imitación el niño
aprende palabras y frases, en efecto empieza a superar el período egocéntrico y su
pensamiento se torna lógico-concreto. Ahora es capaz de tomar en cuenta los comentarios y
críticas de los demás con respecto a su persona, lo cual no ocurría en edades anteriores. Esta
capacidad de descentración hace que el niño tome conciencia de sí mismo, asumiendo un auto-
concepto y una auto-imagen adecuada o inadecuada, lo que influirá en su adaptación y
desarrollo de personalidad.

Esta etapa se caracteriza por la estabilización, fijación y refinamiento de los esquemas


motores y por el desarrollo de habilidades motrices básicas. La adquisición del sentido del
equilibrio y el desarrollo muscular le permite subir escaleras alternando los pies, y trepar
espalderas, con mayor seguridad. Se establece una buena coordinación para saltar en longitud y
caer con los dos pies juntos. Balancea toda la pierna, con intervención de los brazos, para el
mantenimiento del equilibrio. Se produce un acelerado progreso en el desarrollo discriminatorio
de las relaciones viso-espaciales, óculo-manual y control acabado del mecanismo de soltar.
Tambien su manera de tomar el lápiz y escribir, es parecida a la del adulto, con el pulgar y el
índicalgo más flexionado que el mayor. Sus movimientos son lentos y laboriosos y van de
izquierda a derecha. El sentido del tiempo y la dirección se hallan también más desarrollados.

12 años, la Pre-adolescencia; el joven comienza un aumento pausado de los


niveles hormonales lo que va influyendo en el crecimiento físico y desarrollo de
caracteres sexuales secundarios (barba, vello púbico, mamas). Se produce un
significativo aumento de la talla, muy superior a lo experimentado por el joven
previamente, lo que va acompañado de otros signos característicos: crecimiento acelerado de
las extremidades, ensanchamiento de las facciones, acné, etc. Estos cambios físicos acelerados
contribuyen a una imagen personal cambiante e inestable y muchas veces a un físico poco
agraciado e incluso a incoordinación motora (crecimiento desproporcionado), todo lo cual suele
crear problemas de auto-imagen negativa, las que se incrementan cuando se presenta algún
retraso en la aparición de estos rasgos. Todos estos cambios son percibidos por el joven, quien
va experimentando sentimientos en relación a ellos, los que se manifiestan en las otras áreas.
Se trata de una etapa que se caracteriza por rápidos y significativos cambios en el joven, lo cual
determina una situación típica: alteración de la personalidad y dificultad en la interrelación con
los adultos; todo esto ha contribuido a la visión comúnmente difundida de esta etapa como
crítica o caótica.
En el área afectiva, se produce una acentuación general de los impulsos que no están
muy definidos, los que se traducen en una excitabilidad difusa (irritabilidad, cambio de ánimo,
hipersensibilidad). Tiende a disminuir la vitalidad propia de la edad escolar, presentándose
momentos de actividad alternados con momentos de pasividad e introversión. Uno de los
sentimientos característicos en esta etapa es el de ser incomprendido, lo cual se relaciona con
una percepción de no ser niño ni joven; es común el aburrimiento y el no saber que hacer, ya
que los intereses de la etapa anterior ya no están vigentes y los de la nueva son aún nacientes.
El impulso sexual por su parte, emerge y comienza a diferenciarse del resto de la vida
psicológica, pero aún no hay conciencia de él por lo cual se traduce, también en este plano, en
una excitación difusa que influye en las variaciones del ánimo. A esta edad, los adolescentes
toman por sí mismos más decisiones sobre sus amigos, los deportes, los estudios y la escuela,
se hacen más independientes, definen su personalidad y desarrollan sus propios intereses. La
confianza es importante para los adolescentes.
En el área Social se realiza una ruptura en las relaciones interpersonales en las
diferentes áreas (familia, amistades). Comienza a enfatizarse el afán de independencia que
marca conflictos en las relaciones con los padres, ya que esto también oscila entre arranques de
independencia y actuaciones infantiles que requieren protección y dependencia. Esta última
también es buscada debido a la inseguridad básica experimentada a raíz de los múltiples
cambios, lo que marca una intensificación de las manifestaciones de obstinación. Muchas veces
se desestructuran los anteriores grupos de amistades a causa del cambio de intereses o se
estructuran nuevos, con fines o metas difusas (ej. juntarse para molestar o descalificar a otros
grupos). Se aprecia una tendencia al antagonismo entre los sexos, constituyéndose grupos más
bien unisexuados.
Al nivel cognitivo, comienza a surgir una nueva modalidad de pensamiento que permite al
joven trascender del nivel más primario que maneja en la edad escolar. Esta nueva modalidad se
denomina pensamiento hipotético. Por ser una modalidad naciente, ella se presenta en forma
oscilante (como casi todos los rasgos del prepúber), fluctuando entre momentos de
razonamiento hipotético-deductivo y otros de razonamiento anterior.
En cuento a la moral, ahora el joven conoce las normas y reglas sociales. Es capaz de
clarificar y jerarquizar el respeto, entiende el concepto de responsabilidad y de justicia. Los
niños de esta edad se vuelven más fuertes, más rápidos, hay un continuo perfeccionamiento de
su coordinación: muestran placer en ejercitar su cuerpo, en probar y aprender nuevas destrezas.
Su motricidad, fina y gruesa, en esta edad muestra todas las habilidades posibles, aún cuando
algunas de ellas aún sean ejecutadas con torpeza.
Biblioteca
Adolfo Perinat. Desenvolupament socioafectiu en nens i nenes de 2 a 11 anys. P08/10501/00583
Bronfenbrenner, U.; Ceci, S.J. (1994). Nature-Nurture Reconceptualized in Developmental
Perspective: A Bioecological Model. Psychological Review, 101, 4, 568-586.

Piaget, J. (1967). La psicología de la inteligencia. Barcelona: Crítica.

http://www.mcgraw-hill.es/bcv/guide/capitulo/844816993X.pdf

http://www.um.es/univefd/juegoinf.pdf

http://institucional.us.es/revistas/revistas/cuestiones/pdf/numeros/18/09%20desarrollo
%20emocional.pdf

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