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REFLEXIONES MASONICAS.

EL VIVIR EN LIBERTAD Y EL SER LIBRES

M:.R:.H:. Francisco Santiago Espinoza Orrego


P:.G:.M:.I:. de la MRGLNP

Es reconocida por las constituciones políticas de las naciones o ley de leyes, la vida,
como el valor fundamental de la persona humana, por considerar que si no nace vivo
un ser humano, o se interrumpe su vida o bien, la pierde accidental o intencionalmente,
ya no puede desarrollar todos los demás derechos que le son inherentes, al ser que
permanece vivo y a su personal proyecto de vida.

Sentado este inicio del ser humano que se conserva vivo, se ubica también, el
principio político de la libertad, considerado como el otro gran valor fundamental,
inherente a la naturaleza humana e indispensable para su existencia y desarrollo
armónico. Entendiéndose a esta, como la igualdad de oportunidades y facilidades, que
le brinda el Estado a través de las leyes, para que pueda ejercitar sus demás derechos,
como: la libertad de expresión, asociación, determinación, prensa, tránsito, propiedad,
ideas y concepciones políticas y religiosas, etc.

Por lo tanto, reconociéndose que la persona es libre por naturaleza y esencia,


merece respeto por las decisiones concientes, responsables y fundamentadas que
adopte, en cada una de las etapas de su edad adulta, por gozar de la madurez, que
debe brindarle su experiencia de vida, unida a la preparación y cultura que haya
atesorado, por su propio esfuerzo y con ayuda del entorno ambiental, en que
desarrolla su diario acontecer.

La Libertad, que es el ejercicio conciente, ponderado y generoso, por lo tanto no


egoísta, de este importante principio fundamental, por el cual la o las personas en
grupo, actúan para obtener beneficios, pero no debiendo causar daño ético-moral o
material, a los demás.

Ser libre significa, tener la oportunidad para tomar decisiones, con


responsabilidad y sentido social, y sin generar problemas o riesgos al todo, por
liberalidad y comodidad de una de las partes.

El Libertinaje, que es lo malo y que constituye el par opuesto de la libertad, que


es lo bueno, en él que ya no se da el ejercicio responsable y conciente de este valor;
existiendo una línea muy fina, que marca el límite entre ambas, es muy fácil caer en el
libertinaje, casi inadvertidamente.

De allí, el gran cuidado que hay que tener, al tomar decisiones, que pueden ser
aparentemente libres y que sin embargo, nos hacen caer en el libertinaje, en el
individualismo, con aparente piel de colectivismo y en las actitudes egoístas o
exclusivamente materialistas.

Pero los valores no concluyen allí, porque la sociedad y las naciones, han
establecido algunos otros valores, como condiciones para el ejercicio de la libertad,
como son la fidelidad, la lealtad, la consecuencialidad, la gratitud, la
corresponsabilidad, etc. Los que la prudencia aconseja, tener muy en cuenta, a la hora
de tomar decisiones individuales o colectivas.

Mediando las distancias, pero siendo considerando el perro casero o doméstico,


como el ejemplo más visible de la lealtad, fidelidad y amistad para con su o sus dueños
o congéneres y sin olvidar la expresión popular que les hace justicia, a estos generosos
amigos nuestros, al afirmar que: “cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi
perro”.

Al margen de la anterior disquisición de la sabiduría popular, se debe considerar,


que el ser humano, hombre o mujer, tiene la oportunidad, que se convierte en
obligación ético-moral, de merituar las decisiones que piensa adoptar, para
encuadrarlas en sus objetivos y metas o aspiraciones, que seguramente orientan su
vida en sociedad o de interrelación, para avanzar siempre en el camino de su evolución
y perfeccionamiento espiritual. No debiendo retroceder jamás en ellos, si desea ser
apreciado y estimado en su entorno.

Cuando ya pensamos en Masonería, tenemos que concordar con claridad, que


es una institución iniciática, orientada a buscar la superación y el perfeccionamiento
espiritual, lo que debe ser logrado, en tal o cual medida, por el esfuerzo de cada
iniciado y con la participación conjunta de todos los integrantes de cada Logia y Gran
Logia.

Es a este nivel, en que el Masón, que ha venido labrando su piedra bruta, desde
la ceremonia de su Inic:., y por poco o mucho tiempo y avance que alcance, marca la
diferencia con el profano, en la toma de decisiones, haciéndolas de manera más
inteligentes, ponderadas y consecuentes, con lo que desea cambiar, sopesa y mide el
efecto que van a tener tales decisiones en los demás, sin egoísmos personalistas, ni
acomodaticios.

Los Masones, en la medida en que avanzamos, en nuestra tarea, siempre


imperfecta e inconclusa, de devastar las aristas e imperfecciones de nuestra humana
naturaleza, cultura y comportamiento, que a la vez, son siempre perfectibles,
demostramos más habilidad e inteligencia que los profanos, para practicar los valores
morales y sociales, que caracterizan a nuestra Augusta Orden, dentro de cada
jurisdicción masónica, administrativa y concientemente aceptada.

Por lo que es necesario tener muy en cuenta, antes de actuar o adoptar


decisiones, analizar serenamente, el historial de la institución que integramos, las
motivaciones y el sustento de su formación, los propósitos, objetivos y principios que la
inspiran y gobiernan, el perfeccionamiento espiritual que impulsa, la participación de
todos los talleres en su administración y gobierno, y los planes con que se trabaja por
alcanzarlos y hacia lo que se orientan los esfuerzos de sus integrantes, para finalmente
sumar y no restar.

En el cotidiano actuar de nosotros los masones, siempre debe estar presente la


generosidad en la entrega de nuestro tiempo, ideas, responsabilidad y participación,
fundamentalmente en sus actividades espirituales, por que es bueno recordar, que
hemos ingresado a la Orden para orientar y dedicar todo nuestro esfuerzo, a la
construcción de nuestro Templo Espiritual, a fin de lograr el objetivo superior indicado.

Hermanos, cuando las causas son nobles, como las que inspiraron la fundación
e instalación de la Muy Respetable Gran Logia del Norte del Perú, el 30 de octubre de
1999, en acto de generosidad masónica, por que no lo hicimos guiados por intereses
mercantiles, ni por figuración, pues estuvimos inspirados en salvaguardar la moralidad,
la decencia, la honradez, la transparencia, y la buena imagen de la Orden en el Perú,
de todos los actos masónicos y los realizados por masones, con vocación y propósito
de superación espiritual y ético-moral; empezamos, como todas las empresas que
esperan alcanzar la grandeza, con sus buenos actos, conformando una institución
pequeña, en número de Logias y HH:., pero fraternalmente grande y unida, por la virtud
y limpieza, registrada en nuestro currículo masónico, personal y global de sus
integrantes.

Fundamos este Oriente, organizados y para conducirnos con honestidad, en el


manejo de los dineros institucionales; con ética, moralidad, fraternidad, tolerancia y
ponderación en los trabajos masónicos, liderados por nuestro G:.M:. Fundador y los
que lo sucedieron, brindando igualdad de oportunidades, para alcanzar el desarrollo y
consolidación institucional, con elecciones democráticas y limpias, para todos los
cargos administrativos, sin excepción por razones de domicilio, con descentralización y
desconcentración de funciones por regionalización, rindiendo cuentas de gestión sin
observaciones, con administración directa y oportuna, visitas y reuniones frecuentes, lo
que se facilita por la proximidad e integración de nuestras logias, etc.

Cuando se abraza como en GLNP, sincera y fraternalmente estos propósitos y


motivaciones, se genera un vínculo espiritual y afectivo muy fuerte entre todos
nosotros, lo que nos da identidad y fidelidad con nuestro Oriente; vínculos, que no
pueden ser afectados, ni por el tiempo, la vanidad, el egoísmo o la materia, por que
sino, donde queda entonces, el simbolismo de las herramientas de trabajo de todo
Masón. La ubicación del Compás sobre la Escuadra, que nos enseña el tercer grado:
que prima siempre en Masonería, el espíritu sobre la materia; son acaso sólo
formalidades, meros discursos interpretativos o de instrucción teórica, en la que no
creemos y por lo tanto no ha calado en nuestro Mundo interior?

Preguntémonos siempre y con toda sinceridad, como corresponde al mejor Juez,


que siempre debe ser nuestra Conciencia, en un acto de contrición personal y
colectivo, que clase de Masones somos y que, hemos ayudado a formar, por la
espiritualidad y la instrucción, a través de los tiempos, en nuestras logias?

Qué, valoramos más los Masones en la vida: la forma o el fondo y significado, lo


material o lo espiritual, el ropaje o el contenido?

Finalmente hermanos, no hay que olvidar, que estando en el Siglo XXI, Jesús, el
Gran Iniciado, desde el pesebre en que nació, logró nuestra redención espiritual y
moral, dejándonos su Doctrina, como camino para nuestra liberación y salvación, en el
final de los tiempos, y en la Masonería, el método, que nos prepara, para brillar como
las estrellas eternamente, a través del buen cuidado de nuestro Mundo espiritual o
interior, por que nada de lo material llevaremos al partir de este Mundo terrenal.

Entonces HH:., el dilema nuestro siempre será, Vivir en Libertad y Ser Libres o
regresar a las etapas oscuras y ya superadas de nuestra vida institucional pasada, que
recusamos.

Pienso, que debemos optar siempre por ir hacia adelante como personas y
como institución, para realizar nuestros más queridos ideales y seguir nuestro evolutivo
devenir, escribiendo las páginas limpias y libres de oscuros procederes, de nuestra
propia historia y la de nuestra GLNP:.

No permitamos nunca, que nada, ni nadie, nuble nuestro camino, ni siembre


sombras, donde reina y debe reinar siempre, la luz y el amor fraternal, desde el
principio de sus días, de nuestra GLNP.

VIVAMOS SIEMPRE EN LIBERTAD Y CON DIGNIDAD.

VIVA POR SIEMPRE NUESTRA MUY RESPETABLE GRAN LOGIA DEL NORTE
DEL PERU.

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