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Antonio Paolasso
CAPÍTULO Pág.
INTRODUCCIÓN 1
¿QUÉ ES EL HOMBRE? 14
MENTE Y CUERPO 33
LA ESTRUCTURA DE LA FUNCIÓN MENTAL 48
¿QUÉ ES COMUNICAR? 61
ARTE DE LA COMUNICACIÓN: EL LENGUAJE 70
INTELIGENCIA COMUNICATIVA 89-103
--- o o o 0 o o o ---
INTRODUCCIÓN
El hombre que recibe al siglo XXI está enfermo, pero a su vez sumergido en
la “nueva sociedad” o “nuevo mundo”, su enfermedad le parece connatural, como
algo que es parte de él y por lo tanto le es “normal” padecer algún malestar. No
puede distinguir entre lo esencial y lo superfluo, dado que lo esencial se interpreta
como superfluo.
Está acorralado por las distintas neurosis del “vacío del fin de semana”, “vacío
de las vacaciones”, “vacío de la jubilación”, es decir, cuando deja de llevar su tren
habitual de vida, siente una ausencia o vacío que le enferma. No puede prescindir
del “hábito de la noche” o del “hábito del ruido”, los que funcionan como adiciones
compulsivas porque cuando cesa esa actividad cotidiana, rutinaria, anormal, siente
una especie de vacío existencial y surge la compulsión del retorno al esquema
enajenador.
Los cambios ocurridos han sido muy vertiginosos porque primero se dieron
en décadas, después en lustros, luego anuales y hoy (1998) pueden ser en días u
horas. El hombre en estas condiciones, no pudo asimilar social y orgánicamente estos
cambios, con la misma velocidad que se producen. Algunos investigadores médicos,
como el cardiólogo norteamericano Eliot (víctima también de estos cambios)
reflexionó que, en rigor, lo que produce estrés “no son los cambios en sí sino el número
y magnitud de esos cambios que cada uno puede asumir en la unidad de tiempo”. Esta
conclusión refuerza nuestra aseveración de que al hombre de este presente “le
falta tiempo” siendo este factor el motor de la aceleración que se pretende
imprimir a la vida cotidiana y este hombre desorientado pierde la noción de tiempo y
espacio y pretende introducir la hora dentro del minuto.
Si bien los cambios han afectado el tiempo físico y existencial del hombre,
más fundamental que el tiempo vital, son los cambios referidos al espíritu, a la esencia
del hombre mismo (lo que el hombre es en sí). La esencia (ser) del hombre, no es
conocida totalmente sino que opera como un ser cifrado en alguna medida, al que
para descifrarlo algunos filósofos como Heidegger proponen abordarlo por sus
manifestaciones. Por los años de existencia de la humanidad, al menos los
conocidos por el desarrollo histórico y social, se sabe que no es un ser solitario sino
un ser gregario, que no es insensible sino afectivo y, sobre todo, racional. Esta
descripción global y sintética del ser del hombre no resalta otras notas
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fundamentales que el hombre tiene, pero las señaladas son las más básicas y
universales, pues marca definitivamente al hombre la racionalidad y bajo la
connotación de la misma, el modo como desarrolla su afectividad y sociabilidad.
Estos modos particulares le diferencian del animal y le permiten desarrollar un
mundo, fenómeno único en la escala biológica, por lo que puede llegar a lo político y
lo económico, otras actividades propias del hombre.
Así, el fenómeno más intenso de esta vida moderna reside en esta cuestión:
la pérdida del sentido de la vida. Los cambios profundos y acelerados del modo de
vivir actual han retrotraído los valores tradicionales por considerarlos obsoletos,
esquemáticos y convencionales. Muchos sectores juveniles no aceptan o rechazan
de plano y activamente los valores sociales, éticos, estéticos, morales e, incluso, los
usos convencionales de urbanidad que nuestros antecesores tuvieron hasta
mediados del siglo XX. La “protesta” juvenil frente a estos usos “de antes” se
manifiesta con las modas y el lenguaje, en donde predomina lo absurdo, el
abandono personal, la falta de aseo, lo chabacano, lo pornográfico y lo soez. Se
considera una manera drástica de romper con “lo tradicional”. Todo lo
considerado “culto” es el centro de un ataque intenso tanto en lo ideológico como
en las costumbres. Estas actividades culturales o intelectuales, tildadas de
impopulares, elitistas, estériles, decadentes, burguesas, artificiales, son objeto de
resistencia directa, burla o ignoradas y muy pocos tienden a desarrollarlas. No son
un valor apetecible y por esto se dejan de lado (se soslayan).
Cuáles son los nuevos valores ?. Es una pregunta harto difícil de responder
ya que no existen modelos expresados a nivel filosófico o sociológico. Hay muchos
escritos en revistas, comentarios en medios de comunicación social (o masiva ?)
pero la única forma de acercarse a una respuesta es observar lo que se da, en mayor
o menor grado, en todas las sociedades del mundo. Así, apelando a la forma
notoria del comportamiento juvenil ( y no tan juvenil) se destaca: el lenguaje
zafado o soez, la vestimenta estrafalaria o grotesca o desaliñada, el uso de aditamentos
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En este punto, se abren sólo dos caminos para llegar a la posesión de las
cosas: o la obtención directa de riqueza (bienes y servicios) o la posesión del poder.
Si no se tienen medios económicos suficientes, heredados u obtenidos por el
trabajo o profesión quedan también dos medios de lucha directos: la delincuencia
o la política (o la combinación de ambas) para llegar sin sacrificios y rápidamente
a tener riqueza (bienes y servicios). Estas últimas alternativas señaladas solo
pueden fincar en la corrupción. Así se acumulan fortunas o capitales amasados
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Estas observaciones son las que nos llevan a afirmar que el hombre, y con él
la humanidad de este fin de siglo XX, no es un paradigma de satisfacción en el
orden universal. El hombre que asoma al siglo XXI no es tan libre ni desarrollado
como se cree. Mas bien está inmerso en una profunda crisis espiritual que le
provoca su propio vacío existencial, su deshumanización y su soledad “en medio
de un montón de gente que le rodea”.
Estos fenómenos llevan a pensar que quizás no sea tan excéntrico considerar
una nueva educación, la que primordialmente debe ser hominizada (hominizar es
un neologismo que se usa con el significado de aparente perogrullo de humanizar
al hombre). El propósito de una educación hominizada, nos lleva al tema que
abarcaremos en este trabajo, que es la comunicación humana, la que exige conocer
una aproximación al ser real o a la esencia verdadera del hombre, para buscar
desarrollar esa esencia, dándoles a los educandos los valores acordes con esa
esencia (autenticidad) e inducirlos a que manifiesten, comuniquen esos valores con
voluntad, firmeza, convicción y decisión (autoridad). La hominización
repersonaliza al hombre y le permite actuar socialmente con seguridad, eficiencia,
autoridad, autenticidad, caridad y en equilibrio consigo y los demás. El equilibrio
le armoniza con el medio y sus cambios, actuando a la luz de la inteligencia y la
afectividad y no por la impulsividad. La revalorización de sí mismo (autoestima)
permite también volver a valorizar a los demás en el respeto y el amor hacia ellos,
considerándolos como a sí mismo (caridad). La preocupación por el otro es la base,
no solo de la caridad, sino también de la comunicación.
Los dos polos, mundo y hombre, son los ejes posibles de llenar de sentido a
la vida, pues de la meditación adecuada sobre ellos se llega a la transcendencia
metafísica de la filosofía o la religión. No se puede cristianizar sin previamente
hominizar. Por más que se quiera bautizar a un animal o cosa, no se podrá
cristianizar jamás y el hombre inhumanizado es como un animal o cosa, pues no
tiene manifiesta su esencia. Cristianizar es educar en el amor y amor hemos
insistido, es una nota esencial del hombre auténtico. Por esto lo primordial es
construir el hombre y sobre él se edificará lo demás. No se puede obviamente, colocar
un techo sin tener la pared, ni armar una pared sin cimiento. En nuestra cuestión
específica, el hombre es el cimiento para desarrollar sus notas esenciales. También,
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Para que los propósitos enunciados dejen de ser utópicos, debe usarse la
educación, y su instrumento inmediato, la comunicación, para equiparlo para los
cambios, pero sin alterar su ser, puesto que los cambios deben afectar usos y
costumbres pero nunca lo esencial, de modo tal que toda su obra se adapte
obligadamente a su naturaleza auténtica.
Sin hesitar, lo necesario está en la dirección del ser del hombre y no fuera de
él. Cuando un cambio crea necesidades bastardas que no hacen a este ser, aparece
el conflicto, éste no puede ser manejado y presiona tanto que termina
desmoronando al hombre. En nuestros términos, el estrés es la presión o tensión
del conflicto y desde ese punto de vista es un disociador del hombre y la sociedad
tal cual está planteado por el ritmo moderno acelerado. Para detener esta
aceleración se impone la serenidad interior y para lograrla, de alguna manera,
también es importante la serenidad exterior, lo que sencillamente sería sacar el pie
del acelerador. Aminorar la marcha para poder pensar mejor.
Quizás uno de los mayores estrés de este hombre de hoy, es que piensa
mucho pero no correctamente. El pensar incorrecto es el que le llena de ansiedad,
angustia, temor y finalmente, de pánico. Muchos educadores piensan que el
lenguaje, base de la comunicación y su signo o palabra, es la herramienta para
llevar al hombre a recuperar un recto pensamiento.
Los investigadores luchan con toda la tecnología a su alcance para explorar
el sistema nervioso en busca del conocimiento de los mecanismos que llevan a
estos comportamientos irracionales incompatibles con un ser pensante e
inteligente, al mismo tiempo que esos investigadores también intentan hallar
respuestas para inhibir esos mecanismos y restaurar la normalidad o la serenidad
para que este hombre conflictuado pueda completarse como debe ser,
fundamentalmente a través de una educación y de una comunicación eficiente.
Uno de los medios posibles que esta reflexión debe tener en cuenta, es el
basamento en su propio afecto (como autoestima o amor correcto a sí mismo) y el
afecto a los demás (caridad con el prójimo). Si esto lograra comprenderse o
explicitarse en su verdadera dimensión, podría nuevamente ser un principio de
solución o freno a los males que hemos comentado. No debemos olvidar que Cristo
revolucionó (en el buen sentido de la palabra) a su mundo contemporáneo con
estos principios cuando predicó “ama a tu prójimo como a ti mismo por amor a
Dios.” Este esquema cristiano, tan fácil de enunciar y tan simple aparentemente
para comprender, no ha resultado así. Por qué no se logra una corrección ?. Hay
una especie de bloqueo de mente, voluntad y afectividad que revista un cierto
grado de gravedad. Se ha popularizado la frase “no se quiere, no se puede y no se
sabe” como una suerte de muletilla que esgrime ante el fracaso de encontrar la
conducta reparadora del conflicto. Puede que ocurran las tres cosas juntas o al
menos algunas de ellas, por lo que cualquiera de las tres posibilidades, por sí sola,
interrumpe toda acción eficaz.
Acto seguido iniciaremos una especie de resumen final para acabar esta
introducción, el que puede ser muy reiterativo en las ideas y redundar en
conceptos, pero esto debe interpretarse como algo “hecho a propósito” para que
quede bien grabado lo que se considera como elemental. Pedimos disculpas si el
texto, por iterativo, resulta pesado o aburridor, pero las vueltas que hemos dado al
tema son para que no queden dudas de aquello que se propone como inicio de un
camino que conduzca a un restablecimiento real del hombre apaleado por el estrés.
Hay otras sendas a caminar y eso es lo que debe ser explicado por aquellos que
conocen o han encontrado esos itinerarios a fin de que se sumen a este esfuerzo de
ayudar a los prójimos entrampados en el estrés. Hemos insistido a lo largo de la
exposición que la educación tiene por función el desarrollo del ser auténtico, pero no hay
un modelo de educación única para todos como no hay un solo proyecto
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existencial. Cada uno tiene su propio modelo al que encontrar, conocer y vivir, porque
aunque parezca de perogrullo, todo el meollo de la cuestión es vivir la vida en
lugar de vivir el estrés y el conflicto.
En este punto reflexivo, vivir es un verbo que cuando se pretende asir para
desentrañar su sentido individual, se nos escapa igual que cuando pretendemos
tomar una gelatina con la mano: se diluye y zafa, dejando una sensación de
contacto pero con la frustración de una aprehensión nula. Y llegando a esto es lícito
preguntar que significa todo lo expuesto hasta acá como problema y, ¿ es un
análisis pesimista que debe concluir con un “no hay solución” ?. De ningún modo.
Si bien describimos lo que acontece ahora, que sí es para pesadumbre, también
esbozamos algunas metas como es centrarse en acceder correctamente a nuestra mente,
con toda nuestra voluntad y todo el amor posible en esta tarea, con la regla sine qua non
de no caer en lo falso, sino que impere la sinceridad por sobre toda otra intención y que la
búsqueda debe ser responsable.
Todos tenemos algo parecido a una brújula interior que nos guía hacia el
camino debido. Cómo debemos interpretar esta brújula ?. En esto reside el secreto
de no desviar el camino y la dificultad de leer correctamente el norte interior. Uno
de los métodos más sencillo y directo está en el mensaje bíblico con aquello de que
“el árbol se conocerá por sus frutos”.
Hay que comprender que todos los proyectos cotidianos son meros
horizontes que fijan un rumbo y una meta, pero de ninguna manera deben ser un
fin en sí mismos. Es un modo de ejercitar el vivir y cada uno de estos modos
marcan el estilo de vida que se elige, el cual dependerá íntimamente del proyecto
existencial definitivo que se tenga. Cada proyecto existencial tendrá un toque
particular. Así habrán hombres abiertos hacia un principio superior y serán
religiosos siendo Dios y la religión el eje del proyecto existencial. Otros se
inclinarán por el altruismo para dedicarse a vivir por los demás, con diferentes
formas para servir al prójimo. Opuestamente algunos serán anacoretas. Hay
quienes son atraídos por lo estético y se proyectarán a las artes, mientras otra parte
de la humanidad se encamina al desarrollo intelectual e incursionan en las ciencias
o la metafísica..
Toda persona en sus actividades puede descollar o no. Si esto ocurre debe
ser fortuito, coyuntural o secuencial. De ninguna manera el fruto de un fin
específico de vivir debe ser lograr el prestigio social, porque quien vive para esto
no vive realmente sino está lejos de una vida auténtica y resultará un extraño para
sí mismo. Sobresalir socialmente debe ser consecuencia de los méritos de un
proyecto auténtico que no buscó por resultado la notoriedad. La idea de triunfo no
debe centrarse en el mero reconocimiento de los demás, sino que intrínsecamente
debe ser la aspiración de encontrar plena satisfacción de lo hecho en sí, lo que será
independiente de nos aplaudan o critiquen o pase inadvertido a los otros.
¿QUÉ ES EL HOMBRE?
Las otras dos notas constitutivas del hombre, motivo del libro de Heidegger,
son el espacio y el tiempo.
del hombre no está medido ni con reloj ni con almanaque y, en el mismo lugar e
instante, es distinto para cada hombre.
Así el hombre va descubriendo los que las cosas son y quiere llenar con un
nuevo sentido existencial a su mundo, buscando la autenticidad (mostrar su ser
verdadero) . La verdad no es otra cosa que las cosas se revelen con su propio ser, es
decir, lo que las cosas son. Cuando las cosas no revelan su identidad o ser real,
aparecen (parecen ser) como falsas. No son en sí, sino parecen ser otra cosa. Luego,
la falsedad es lo que las cosas parecen ser pero no son.
El hombre auténtico adquiere autoridad : hace las cosas por sí mismo (hacer
con autenticidad) con su ser verdadero, y así como autenticidad es manifestarse con
verdad, autoridad es hacer con verdad.
notas constitucionales del hombre. Sólo el hombre puede ir al futuro y desde éste
volver al presente (proyectarse) instaurando su proyecto existencial.
El ser auténtico es aquél que sabe escapar de las nadas que atentan contra la
existencia del hombre. Luego no es un ser que vivirá con pánico ni temor. Descarta
la nada absoluta porque la comprende como un producto ideado por la
imaginación, elude la nada existencial porque vive llenando de sentido la
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Pero a veces su mirada es parcial y enfoca una parte de las cosas, a las que
considera un objeto de observación, para describir el fenómeno de aparición de ese
ente o cosa. El objeto puesto así “ante los ojos” y “ante las manos”, es manipulado
por el hombre, el que se limita a describir su exterior, buscando a través de él
inquirir sobre el interior, pero no con el abordaje indirecto de su pensamiento
transcendente, sino como un “acceso directo”, violento. Y decimos violento porque
en este intento de conocer al ente, lo objetiva para manipularlo en su exterior.
Hemos aclarado previamente que “lo que se ve” aunque tenga una
tangibilidad indiscutible es simplemente “punto de vista” y éste, al no ser
totalizador, induce engaño sobre el verdadero ser de la cosa “vista”. Todo lo que
“se ve” es lo que aparece a la luz (fenómeno) y así debe consignarse: simplemente;
decir es lo que aparece a la luz. En absoluto, el carácter de real da carácter de
verdad. Tampoco el hecho de ser un fenómeno significa que sea real (las visiones o
alucinaciones son fenómenos que aparecen como reales y son imaginarios).
¿ Porqué no todo lo que se percibe como real puede ser tal o verdad ?. La
percepción depende de la integridad funcional de nuestra mente y nuestros
sentidos. Cualquier falla en ellos nos da una percepción anormal o deformada. No es
infrecuente que muchas percepciones que creemos reales sean imaginarias.
También nuestro punto de vista está, no sólo condicionado por la integridad de los
sentidos y la mente, sino por nuestras convicciones, cultura y forma de pensar.
Desarrollo de su intelectualidad
Esto exige predisponer la voluntad para querer con intensidad lograr estas
condiciones de mirar sin escrúpulos previos a la realidad y no dar significados
anticipados ni meditados a los hechos que se dan o se observan. Aunque casi
necesariamente toda teoría científica debe basarse en algún tipo de ideología o
preconcepción (hipótesis, teoría, tesis) estas deben tener algún fundamento, Pero
tanto las ideas preconcebidas sin sustento, como los fanatismos, no tienen cabida
en el terreno de la ciencia.
La aceptación de los elementos con los que se está de acuerdo y también con
los que no se está de acuerdo, hacen al pensamiento totalizador envolvente, sagaz,
que indaga con interés y curiosidad, sin caer en la tentación de conformar la
realidad según se piensa y no según se da. Una hipótesis, de la cual puede partir
una observación meditada de algún hecho, es un mero instrumento del quehacer
de la investigación científica, pero no debe apasionar al investigador a tal punto de
querer adaptar la realidad a la hipótesis, convirtiendo a ésta (hipótesis) en el fin
absoluto. No sería infrecuente que se comience investigando con una hipótesis y se
descubran cosas diametralmente opuestas a ella y doblemente más interesantes
que lo propuesto hipotéticamente.
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Partiendo de esta premisa fáctica se puede decir que hay personas “más
concentradas o más dispersas” que otras; que hay individuos “con mayor o menor
contracción al trabajo”; que algunos “son más despiertos que otros”; que unos
poseen “más rapidez” que otros para captar e interpretar. Y así sucesivamente se
pueden desgranar habilidades y destrezas. Tampoco dudamos que el
entrenamiento y la oportunidad tienen mucho que ver con la formación de
habilidades, destrezas y capacidades. Hay gente que tuvo la oportunidad de
adquirir mayor y mejor conocimiento, hay otros que tuvieron ocasión de ser
sometidos a entrenamientos de diferentes grados e intensidad y así formaron su
capacidad intelectual y cultural, independiente de un mayor o menor cociente
intelectual.
Pero el rumbo definitivo de cada uno estará dado por desconocidas brújulas
internas que dan el norte a cada persona en forma diferente. Una de estas brújulas
que siempre señalamos es la vocación. Este término está referido a una especie de
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llamado interior (convocación, llamamiento) o inspiración interior que hace que una
persona sea conducida a realizar una determinada tarea o a adquirir un
determinado estado o profesión. Es una particular disposición que cada uno tiene
para desarrollarse socialmente en una determinada dirección relativa al quehacer
vital a desarrollar, a la actitud hacia la vida.
3. Inspiración
4. Verificación.
Habría una memoria a corto plazo que retiene la información por minutos o
segundos o lapsos muy cortos. Es una memoria para uso inmediato, con capacidad
muy limitada ya que sólo puede mantener una pequeña cantidad de información
al mismo tiempo y por corto lapso. Se le llama también memoria activa. Es la que
tiende a fallar con el tiempo en la mayoría de las personas. Registra hechos
recientes. Ejerce control sobre el cerebro al indicarle qué información debe tener en
cuenta. En una conversación permite recordar la primera parte de la frase del
interlocutor hasta que éste llegue al final. Es asimismo, la base de la atención
múltiple simultánea (memoria múltiple simultánea) que permite atender varias cosas a
la vez, por ejemplo, mientras se habla por teléfono hojear la correspondencia o una
revista, a la vez que se solicite por seña o expresamente algo a una persona que
pase en ese momento (pedir un café, llamar la atención, saludar, etc.). Esta
memoria, naturalmente, comienza a declinar entre los 40 y 50 años de edad. Si algo
le afectara patológicamente, no se podrían ejercer profesiones como comprador de
valores de la bolsa o piloto de avión de caza (Richard Mohs). Otra forma de esta
memoria, es la memoria episódica (memoria anterógrada o de hechos recientes) que
también guarda hechos y experiencias relativamente recientes (la película vista
hace pocos días, donde se dejan los anteojos o estaciona el auto, etc.). Su
declinación comienza alrededor de los 40 años de edad, pero su decadencia es más
lenta a tal punto que no se advierte, quizás, hasta dos décadas después del
comienzo de la pérdida. Así una persona de 50 años nota la facilidad de los jóvenes
para estudiar, aprender y memorizar el uso de aparatos electrónicos o un nuevo
programa de computadora, actividades que a él le cuestan mucho más. La
capacidad de retención de esta memoria es menor a medida que aumenta la edad.
Esto acarrea problemas en profesiones tales como la medicina en la que la
diversidad de conocimientos y su renovación permanente, es una de las
profesiones que más exige memoria episódica y al disminuir ésta, puede hacer que
un médico sea susceptible de incurrir en negligencia profesional, ya que sólo se
recuerda la mitad de la información y se produce el olvido de las dolencias de
pacientes en el mismo día en que éstos son atendidos.
hace difícil olvidar los términos aprendidos en la juventud y que luego nunca más
se usan, como “baile de graduación” o “comedor universitario”. También es la que
graba los símbolos religiosos, las marcas comerciales, las diferencias entre un perro
y un gato, etc.. La memoria semántica puede seguir enriqueciéndose hasta la
muerte. Otra parte de la memoria a largo plazo, es la memoria implícita que permite
recordar cómo montar en bicicleta, nadar o conducir, aptitudes que dependen del
recuerdo automático (memoria automática) de una serie de movimientos iterativos y
automáticos. Es la memoria de los reflejos condicionados que permite, por ejemplo,
sacar rápidamente el pañuelo ante la sensación de estornudo inminente. Es una
memoria también duradera y su pérdida es signo seguro de deterioro mental
grave.
Los alcances del término fantasía son muy amplios y variados, pero en
general la connotación está referida a lo ingenioso, a lo ficticio o a lo real llevado a
lo irreal o a lo irreal traído al plano de la realidad. En este último mecanismo reside
el pensamiento mágico que tiene la virtud de traer a la realidad lo irreal,
presentándolo como algo real, creando la ilusión de los sentidos. La fantasía es el
mundo interpretado por la sensibilidad y se manifiesta con símbolos, mitos o
relatos fantásticos.
Las producciones fantásticas, en este caso tienen una cierta autonomía, son
más o menos desordenadas, espontáneas, pero en algún modo controladas por la
voluntad y el protagonismo del sujeto, de forma tal que esas ensoñaciones vigiles
son dirigidas por las intenciones conscientes del protagonista. De esta forma, “se
monta una película” sobre lo que le gustaría que le pasara en la vida real. Los
contenidos de estas fantasías, por lógica, son aquellos que tendrían más dificultad
para ser logrados o que le gustaría que le sucedieran en la vida real. Todo es
posible en esa película y por lo tanto, puede ser fuente de inspiración para una
obra de arte (una película, un libro). La fantasía en alguna medida, es propia del
pensamiento infantil y ayuda, en esa etapa, al desarrollo psicológico. En el adulto,
fuera del contexto fantasioso normal, es patológico.
MENTE Y CUERPO
Descartes y el dualismo
viejo aforismo latino “mens sana in corpore sano”, siendo la fórmula del hombre
cabal, entero para que funcione normalmente como hombre.
Con este principio grandilocuente y con los modestos medios que nuestra
formación intelectual alcanza a través del estudio somero de estas grandes
disciplinas del saber humano, encaramos tímidamente un ensayo en este capítulo,
en conexión con el otro, no menos extenso, que es la comunicación humana, tema
central de nuestro trabajo. Estamos seguros que no llenaremos todas las
expectativas y que no todo lo expresado cubre los cuantiosos baches que el tema
tiene ya de por sí. La idea es establecer hilos de conducta para que un trabajo
multidisciplinario futuro perfeccione la idea esbozada acá.
Sistemas de control
Los neurotransmisores viajan por los nervios que son como una especie de
multicables conductores, a través de sus haces, de los impulsos que podrán en
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marcha, junto con las hormonas, a las células. Las hormonas viajan por la sangre,
otra vía de comunicación sistémica del cuerpo.
El encéfalo es la sede central o usina donde se originan los estímulos que los
neurotransmisores llevan a través de los nervios y red de neuronas a todos los
tejidos y al sistema endocrino y ponen en marcha al sistema de comunicación
neuroendócrino y nervioso. El encéfalo está dentro del llamado sistema nervioso
central (SNC) porque en él residen todos los centros de las funciones fisiológicas.
Los impulsos nerviosos y hormonales operan a través de tres sistemas periféricos:
los nervios en el sistema nervioso periférico, verdadera red de conducción a
través de las fibras nerviosas que llegan directamente a los órganos y células
efectoras, mediante el impulso nervioso y los neurotransmisores. Las hormonas actúan
mediante secreciones (crinia) las cuales pueden ser volcadas en la sangre
(endocrinia), en la luz de un conducto (exocrinia) o de una célula a otra
(paracrinia). Finalmente, ambos sistemas, nervioso (en cuanto a nervios
exclusivamente) y hormonal, confluyen para manejar el sistema nervioso
autónomo (SNA) o neurovegetativo que es el regulador de las funciones
vegetativas que no dependen exclusivamente de la voluntad, como son todas las
funciones orgánicas (circulación, digestión, catarsis, respiración, etc.). Este conjunto
de sistemas centrales y periféricos constituyen una verdadera red de comunicación
y sus interacciones dan como resultado al hombre y sus actividades.
Tronco encefálico
Si bien el hombre, para ser tal en un todo, necesita de todas las funciones de
su cuerpo, el encéfalo como órgano central encargado de esas funciones tiene
prioridades distintas. Para él la respiración, el control de los latidos y la presión
sanguínea que regulan básicamente la circulación de la sangre y la oxigenación de
los tejidos, dos condiciones primordiales de la vida biológica, tienen más
importancia que el habla, la vista o el oído.
Para que la conciencia esté activa (lo que ocurre cuando el hombre está
despierto o consciente), el sistema reticular activador desarrolla la atención o
estado de vigilia (estado de conciencia) en el que las células de la corteza cerebral
se mantienen en un estado de excitación continua. Las células reticulares excitadoras
están extensamente conectadas con todo el sistema nervioso tanto sensitivo como
motor y son estimuladas por impulsos nerviosos procedentes tanto de afuera como
de adentro del cuerpo y sus distintas partes. Si por cualquier motivo se corta la
entrada de información sensorial o sensitiva (percepción externa e interna), la
excitación de la corteza cerebral cambia y la calidad de conciencia se modifica. El
estado de conciencia se modifica según haya luz o oscuridad, ruido o silencio,
indemnidad o ruptura de las vías sensoriales. O se altera según haya pérdida del
estado de conciencia (inconsciencia), sueño o alucinaciones.
Las funciones del encéfalo, sobre todo las de la conciencia, que se basan en
la información de los sentidos, crean modelos de lo que le parece que es el
mundo. Tales modelos reúnen algunas peculiaridades:
1. son constantemente “puestos al día” con informaciones nuevas que llegan al
encéfalo desde el mundo exterior, de modo que pueden crear un cuadro de
imágenes en movimiento
2. pueden “engañar” al cerebro cuando el mundo exterior no coincide con el
cuadro interior de imágenes como ocurre con las alucinaciones y las ilusiones
visuales, auditivas u olfativas.
Igualmente hay que tener en cuenta la influencia del sueño y los ensueños
en las imágenes de la mente. Debe quedar perfectamente claro que ambas palabras
tienen contenidos significativos que se pueden referir al sueño o dormir, como
actividad fisiológica y a las imágenes que aparecen cuando se duerme, como así
también a las ilusiones o fantasías que la mente puede tener o crear.
El hipotálamo está integrado por varias áreas que controlan los instintos
básicos como el hambre, la sed y la conducta sexual, como asimismo el medio
interno u homeostasis que regulan entre otras cosas la temperatura y otras
funciones. También el hipotálamo es el centro de las emociones y de las
sensaciones tanto del placer, como displacer y dolor. Anatómicamente
considerado en el hipotálamo tenemos:
1. área anterior: controla el impulso sexual y la capacidad de reproducción
2. áreas posteriores: controlan la sed y el impulso de buscar agua
3. núcleo supraóptico: interviene en el control de la sed por osmorreceptores
4. núcleo preóptico o termostato: regula la temperatura interna del cuerpo
5. núcleo retromedial: controla el impulso del hambre
6. núcleo dorsomedial y locus ceruleus: regulan las emociones y la conducta
agresiva
7. área dorsal: es del centro del placer.
Los estudios sindican a los hemisferios cerebrales como la sede del intelecto:
la inteligencia, la memoria y la creatividad y las funciones del lenguaje, el
pensamiento y el arte.
Los dos hemisferios del cerebro, réplica uno del otro, están implicados en
diferentes tipos de actividades. El hemisferio izquierdo está especializado
principalmente en los procesos relativos a la inducción, la deducción y el lenguaje. El
hemisferio derecho nos proporciona las facultades de la visión, el sentido espacial, la
creatividad y la apreciación de la forma y del color. Quedan, sin embargo, muchas áreas
inexploradas. Las relaciones anatómicas específicas entre las funciones
intelectuales y los grupos de células del cerebro, están todavía por definirse. Los
procesos de la memoria, la conciencia del propio yo y el pensamiento, por ejemplo,
son tan complejos, que es posible que su funcionamiento involucre la totalidad del
cerebro y no sólo a regiones determinadas del mismo. De lo que no hay dudas es
de que el cerebro es la sede de formidables poderes, aún inexplorados, y de los
cuales sólo conocemos la conciencia, las formas de aprendizaje, el habla, el
pensamiento, la memoria y la creatividad que forman parte de la inteligencia,
principal campo de investigación y el más desafiante de todos.
habla que ejercen el lóbulo frontal y el lóbulo temporal del hemisferio izquierdo.
Se ha detectado un pequeño grado de compresión verbal en el lóbulo parietal
derecho, que tiene capacidad de comprender una selección de nombres y verbos
simples y manejar el pensamiento abstracto. Las facultades viso-espaciales, (la
memoria visual y ubicación temporoespacial) y el talento musical son las dos
habilidades no verbales más sobresalientes de entre las que regula el hemisferio
derecho. De este modo, mientras el hemisferio izquierdo se halla
fundamentalmente ocupado en las facultades verbales e interpreta al mundo en
etapas lógicas, el hemisferio derecho lo concibe de manera global, sin realizar
procesos analíticos.
Pero esta teoría no era absoluta para el hombre por lo que otros psicólogos
posteriores a la escuela reflexológica, puntualizaron que las respuestas
condicionadas era únicamente una de las formas de aprendizaje y que existe un
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enseñar, depende mucho del arte del maestro y de la inspiración del alumno, dos
cosas bastante difíciles de meter en un esquema, sistema o método. La pedagogía y
la didáctica siguen sujetas más a la experiencia personal, a la memoria colectiva y
al predicamento del ejemplo directo que a normas de ciencias de la educación, las
cuales orientan pero de ninguna manera son la llave absoluta para aprender a
enseñar o inducir el aprendizaje. Hay muchas cosas prácticas y sencillas como las
predicada por Pestalozzi, pero es evidente que las acciones de enseñar y aprender
siguen dependiendo en gran medida de interacciones personales, subjetivas, que
tienen que ver más con la creatividad que la racionalidad, con el arte más que con
la ciencia y, sobre todo, con la voluntad y la afectividad del ser humano
(incluyendo la inteligencia emocional).
Lo cierto es que la memoria está muy lejos de ser algo tangible como lo es
un determinado órgano de nuestro cuerpo. Lo apropiado sería considerarla como
función fundamental de todo cerebro vivo, más que un organismo material. El
cerebro cambia a medida que pasan a través de él los mensajes recibidos. Esa
modificación o cambio ya se produzca en períodos de tiempo cortos o en fases
largas, confiere al cerebro la facultad de recordarla ante el requerimiento de la
misma para sacar provecho de ella. Sin esta facultad nos sentimos “faltos de
mente”, incapaces de aprender, de leer, de escribir, entender, hablar e, incluso, de
pensar. La ausencia de memoria nos impediría comprender y comunicarnos, al no
poder hablar ni pensar. La acción de la memoria es continua permanentemente y, a
manera de “disco duro” de una computadora, modifica permanente la actividad
cerebral. La memoria trabaja en la vigilia y en el sueño (nos permite recordar las
ensoñaciones) y toda la información queda “registrada” en complejos circuitos.
Hay muchas formas de obtener y almacenar la información, lo que se realiza en
diferentes etapas. Así, lo más inmediato es la memoria a corto y a largo plazo que
dependerá de la forma de almacenar.
La memoria a corto plazo usa del “almacenamiento sensorial” que tiene una
etapa breve de obtención de información seguida de un olvido casi inmediato. La
información queda almacenada en un lapso muy corto. Se llama sensorial porque
generalmente la recepción de datos es por conjuntos y por la vía sensorial. Si esta
memoria de corto plazo es estimulada en forma reiterada por el mismo tipo de
información, pasa a una etapa prolongada de información la cual será procesada
en otra forma de almacenamiento que es la memoria a largo plazo.
44
Entre todas las facultades del ser humano, la creatividad ha sido siempre
considerada como las más misteriosa y se llegó a creer que es de origen divino o
dependía de algún poder oculto, por lo que se le interpretó una fuerza no
controlada por la voluntad humana por medio de los recursos conscientes
ordinarios.
En el capítulo anterior vimos algo así como la relación entre mente y cuerpo
o sea la “anatomía” de la mente. Este capítulo tiene a analizar los mecanismos
mentales o sea la estructura de la función mental, algo así comparable a una
especie de “fisiología” de la mente.
Hemos visto que la mente capta los objetos de conocimiento por intermedio
de la percepción sensorial o extrasensorial. La mente es el instrumento final del
conocimiento, para lo cual pone en marcha delicados mecanismos que hemos
esbozado de alguna manera en todo lo explicado hasta acá. Ahora abordaremos
más estrechamente la forma aproximada con que la mente trabaja.
Si los actos mentales son internos, por sentido común cabrían dos
suposiciones:
1. uno puede conocer ser consciente, a veces, de sus propios actos mentales
2. uno no podría ser consciente de los actos de otro de la misma manera que es
consciente de los propios.
El proceso de abstracción
Percepción
Aprehensión
La idea (del griego ιδεα = forma, apariencia) es el “primero y más obvio de los
actos del entendimiento que se limita al simple conocimiento de una cosa, formando una
imagen o representación del objeto que queda en la mente o en el alma. Es un
conocimiento puro, racional, debido a las naturales condiciones de nuestro entendimiento” .
Hemos referido ligeramente que idear “es formar signos” o una acción de
signar. Después que la imagen de la idea queda aprehendida en la mente, la
siguiente tarea o acto intelectual es signar que consiste en “hacer, poner o imprimir
un signo”. Signo es un “objeto, una imagen o un dibujo, un fenómeno o una acción
material que, natural o convencionalmente representa o sustituye a otro objeto, fenómeno
o acción”. La idea es una imagen mental natural que representa al objeto percibido,
obtenida por la abstracción y la aprehensión por lo que constituye un signo directo
que representa mentalmente el dibujo abstracto del objeto percibido.
⇒ una señal física o material ( ejemplo, humo que puede indicar fuego, la
hipertermia que significa enfermedad, etc.)
⇒ un fenómeno natural (viento que significa alteración meteorológica)
⇒ una acción (huida que significa peligro)
y así sucesivamente.
Hasta acá nos hemos referido al significado como “lo representado por un
signo”. Este es el primer concepto de significado.
concepto
signo-objetivo (idea) ↑
55
Según este esquema el signo es un biplano que puede ser representado por
la imagen del objeto y por la palabra y el significado también biplanar ya que está
el significado-objeto y el significado-sentido.
Desde otro punto de vista, inteligencia proviene del latín intus legere que se
traduce como un “leer dentro”. ¿Qué es esto de “leer dentro”?. Es la capacidad que
tiene la inteligencia de escudriñar el interior de las cosas para ir aproximándose al
ser (esencia) de las mismas. Para ejercer la facultad de “leer dentro” de las cosas, la
56
inteligencia opera como un haz de luz circular, que al llegar a las cosas forma un
círculo luminoso a su alrededor, quedando la cosa inmersa bajo el foco directo de
ese haz luminoso:
inteligencia
cosa
Formulación de juicios
Juicio es una facultad del alma, por la que el hombre puede distinguir el bien del
mal, lo verdadero de lo falso en un estado de sana razón para que la operación del
entendimiento pueda comparar dos o más ideas o conceptos y determinar sus relaciones a
fin de emitir una sentencia, opinión, crítica, etc. Es el proceso que permite instaurar un
proceso de pensamiento crítico”. El objeto del pensamiento crítico es la metafísica.
ocurre la mayoría de las veces) porque no contienen todos los rasgos categoriales
del hombre y de su mundo.
Por la forma de presentarse, todas estas cuestiones son vehiculizadas por los
juicios mentales al ser meramente verbales. Por lo tanto antes que afirmar una cosa
u otra de universales y particulares, conviene aclarar como éstos se presentan a la
mente y cómo ésta los percibe.
Universales y particulares
En la percepción nosotros nos enfrentamos con las cosas que no son “cosas
desnudas” desde el punto de vista perceptivo sino que tienen propiedades o
cualidades y que no implican relaciones en virtud del criterio ontológico de
independencia que postula: lo que existe es lo que puede hacerse presente en la
percepción con independencia de otras cosas. Estas cosas ubican en un espacio y
un tiempo y de las relaciones perceptivas con ellas surgirán conceptos universales
o particulares.
Los conceptos universales son los “que comprenden o son comunes a todos en su
especie, sin excepción de ninguno y comprende todo en la especie de que se habla.” . Por
esta definición, lo universal revista una categoría de concepto abstracto, ya que no
se refiere a un ejemplar determinado de una especie sino que hace referencia a las
cualidades comunes a toda la especie en cuestión. Luego, un universal no está
ubicado en el tiempo y en el espacio, sino que es una abstracción mental inmanente
e intemporal que no se da en el espacio. Comprende a las cosas desnudas.
Una vez que la mente ha concluido todos los procesos hasta llegar a la formulación
de los juicios, está condiciones de acceder al último y más complicados de todos los
eslabones de las etapas intelectivas del proceso cognitivo, que es el pensamiento.
Pensamiento
De esta forma vemos que opinión está ligada al parecer, es decir, a los que
las cosas parecen ser pero no lo son. Por esto, los griegos la llamaban la mera doxa u
opinión simple. Se genera con el primer acceso a la cosa donde se ha percibido y
formado concepto de las cosas sin criterio profundo, debido a que en lugar de
englobar toda la cosa, se accede a ella desde un simple punto de vista que juzga un
aspecto de la cosa y genera un concepto o pensamiento aspectual (como resultado
de un mero proceso intelectivo por lo que le llamamos pensamiento procesal, pero
que no se completa con el criterio).
Este pensamiento aspectual queda sólo con la idea que la mente ha formado de
las cosas con la sola percepción y definición aspectual (el aspecto de la cosa sin
penetrar en su naturaleza) por lo que constituye una verdad relativa, es decir, hace
referencia al aspecto que se ve de la cosa o lo que la cosa parecer (pero no es). El
concepto originado en la verdad relativa es siempre contingente o sea que “puede
suceder o no” (en términos ontológicos: “puede ser o no ser”), por lo que es un
concepto sin certeza.
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abstracción-aprehensión
↑
ente → idea → signo conocimiento del ente
entendimiento ↓
↑ ↑
inteligencia significado-sentido
↓ ↓
concepto palabra (signo lingüístico)(logos)
↓
pensamiento crítico ↔ juicio pensamiento (procesal)
↓
↓ opinión-sentencia comunicación
filosofía
mera doxa (lo que no es)
alethea (descubrir lo que las cosas son)
↓ ↓
verdad absoluta lo necesario verdad relativa→contingente
Esto exige una elaborada comunicación personal directa, pero ésta sola no
alcanza y se debe acudir a un arte mucho más complicado: el arte de comunicarse
con un público, del cual no conocemos nada, a través de la comunicación masiva.
61
¿QUÉ ES COMUNICAR?
ciertas cualidades que hacen fácil y accesible al trato de los demás”. Comunicólogo “es la
persona que profesa la comunicología o tiene en ella especiales conocimientos”.
Emisor
Mensaje
El mensaje, además del código y el canal correctos, debe ser dado también
en el momento oportuno que es aquél en que el receptor lo puede captar
plenamente. La oportunidad del mensaje dependerá siempre de su contenido e
intencionalidad. El hombre ordinario recibe cada día miles de mensajes no sólo a
través de los múltiples medios de comunicación social o masiva, sino también de
sus circunstancias o medio circundante (trabajo, escuela, familia, iglesia, amigos,
vecindad ) que le comunican y le causan diversas impresiones. Por ejemplo, si el
gobierno anuncia un plan de empleos para desocupados, es evidente que el
mensaje tendrá efectos diferentes de acuerdo al público y la oportunidad en que se
formule: por un lado, los desocupados y los amenazados con perder el empleo
recibirán el mensaje con beneplácito, pero una masa de contribuyentes
(comerciantes, industriales, profesionales) temblarán ante la posibilidad de un
aumento o en número o en valor monetario, de los impuestos (exacción
impositiva). Otro sector será indiferente al mensaje: el que no tiene intereses en
juego, el que no posee medios de recibirlo y aquél que teniendo los medios, en el
momento en que se da el mensaje está disperso o distraído.
Por último destacaremos, una vez más, que todo mensaje debe reunir no
sólo un contenido significativo, un código correcto, sino también estar en el campo
de la coexperiencia.
Coexperiencia
gradual porque los mensajes paralelos, si bien no son aceptados, son conocidos y
no han producido un conflicto. En alguna oportunidad el mensaje encuentra una
vía de confluencia y puede ser recibido y aceptado. Este fenómeno de canales
paralelos y vías de confluencias, se conoce con el nombre de efectos reflejos
pasivos. Es usado en los mensajes subliminales de la publicidad o propaganda.
Medio
Receptor
67
Pero como todas las cosas valiosas, lo bueno del lenguaje aflora cuando el
que lo maneja sabe hacerlo. De otros modos, el uso inadecuado “gasta” las
palabras y las vacía de contenido, transformándola en un “fetiche” (aquello que se
usa como signo desprovisto de valor y sentido). El descuido en el uso de las
palabras vicia al lenguaje de forma tal que el mismo puede llegar a constituir una
segunda “Babel” cuando no sirve para comunicar adecuadamente un mensaje. Los
neologismos caprichosos o usados por no saber esgrimir las palabras tradicionales
con su denotación correcta, son un “virus” similar al informático que ataca al
“disco duro” de la lengua y la trastoca en algo caótico, incomprensible, que
produce más incomunicación que comunicación.
Todo esto nos lleva a una conclusión final: el lenguaje es un sistema abierto
y en él cabe concebir la creatividad como característica propia del mismo. Si bien
73
los medios del lenguaje son finitos (fonemas del lenguaje hablado), los resultados
suelen ser ilimitados.
A partir de la década del 60, la “ciencia del lenguaje” dio una nueva
denotación a texto, a los fines gramáticos, dándole el carácter de “unidad lingüística
superior formada por una sucesión de elementos lingüísticos entrelazados de manera tal que
conforman una unidad semántica clausa, más “independiente” que la oración”.
Magdalena Viramonte de Ávalos (LA NUEVA LINGÜÍSTICA EN LA ENSEÑ
ANZA MEDIA, Bs. As., 1993) explica que debido a una nueva dimensión
conceptual de la Lingüística, “ya no interesan tanto las reglas de la lengua en tanto
sistema inmanente, sino los de la lengua como sistema de comunicación que implica la regla
gramatical, más la regla pragmática, es decir, el USO”. Al hablar de comunicación, es
importante también discernir entre texto y discurso. Atento a nuestra forma de
análisis discurso es una “facultad racional con que se infieren unas cosas de otras,
sacándolas en consecuencia de sus principios o conociéndolas por indicios y señales. Es una
especie de reflexión, raciocinio sobre algunos antecedentes o principios. Pero también es la
serie de palabras y frases empleadas para manifestar lo que se siente o se piensa”. Con esto
dejamos señalados que en las denotaciones de discurso hay claramente dos
significados: el de un acto mental y una forma de decir. En referencia a esta última
acepción Coseriu indica al discurso como una “actividad individual” que consiste
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Pero además de lo semántico, que es propio del texto en sí, debe haber una
coherencia pragmática y acá entra a jugar el contexto o sea, hay que relacionar la
estructura textual con los elementos que rodean la situación comunicativa
(determinación o entornos). Mientras que determinación es el “conjunto de
operaciones que en el lenguaje como actividad se cumplen para decir algo con los
signos de la lengua”, los entornos son “las circunstancias del hablar que sitúan en el
espacio, en el tiempo y en la región como zona, ámbito o ambiente” (contexto
idiomático o universo del discurso) (Coseriu).
Lenguaje y pensamiento
Expuestas así las cosas, surge sin discusión que el pensamiento, como acto
mental, es el que origina el lenguaje. Pero el contenido es el que origina el modo
de hablar y es sólo el contenido el que a su vez puede ser modificado por el
lenguaje. El pensamiento-acto mental jamás puede ser modificado por el lenguaje,
por ser un mecanismo propio de la naturaleza del intelecto, que no puede ser
variado por el hombre, dado que su función es formar el lenguaje. Este
pensamiento-acto mental origina el lenguaje, pero no puede ser influenciado por el
lenguaje. Iterando: el lenguaje no cambia el pensamiento acto-mental.
Aclarados los términos con los cuales operaremos en este trabajo, todo lo
que sigue en relación a lenguaje y pensamiento, será referido al pensamiento-
contenido.
que idear el signo que pudiera graficar el significado que su mente elaboró primero
al observar un fenómeno. Cuando nace la palabra, ya estaba formado en la mente
todo significado y sentido y puesto en marcha todo el intelecto que involucra el
pensamiento. Es indudable que la cosa fue al revés: el hombre primero pensó y
luego habló. El principio de Descartes “pienso, luego existo” está más cerca de esta
idea. De todos modos, discutir sería hacerlo en términos de una “discusión
bizantina”, porque la interacción entre pensamiento y lenguaje es un camino de
doble vía en donde el pensamiento origina lenguaje y éste a su vez pude inducir
contenidos en el pensamiento. Es indudable que nuestra forma actual de pensar
está sujeto a las palabras que debemos usar para expresarnos, para elaborar
nuestros conceptos y nuestro análisis de la realidad, en el mundo en el cual
estamos inmerso. Por eso pensamos que para dilucidar la cuestión no debemos
arrancar de este presente “dado”, sino hacer un esfuerzo hermeneútico, basado
en la lógica, en el cual reconoceremos que las primeras palabras surgieron de un
pensamiento previo.
Hipótesis Sapir-Whorf
Whorf, en 1940, afirmó que “el sistema lingüístico básico (gramática) de cada
lengua, no es meramente un instrumento reproductor para expresar ideas, sino que él
mismo es más bien el formador de las ideas, el programa y guía para la actividad mental del
individuo, para su análisis de las impresiones, para su síntesis de su acervo mental.
Disecamos la naturaleza según las directrices fijadas por nuestras lenguas nativas. Las
categorías y los tipos que aislamos del mundo de los fenómenos, no las encontramos allí
porque salten a la vista de cualquier observador; por el contrario el mundo se presenta en
un flujo caleidoscópico de impresiones que tiene que ser organizado por nuestras mentes y,
esto quiere decir en gran medida, por los sistemas lingüísticos de nuestra mente. Nos
hallamos así introducidos en un nuevo principio de relatividad que sostiene que todos los
observadores no son conducidos por la misma evidencia física a la reproducción del
universo, a menos que sus bases lingüísticas sean similares o puedan ser calibradas de
alguna manera”.
y sociales, son intraducibles de un idioma a otro. Esto crea en cada país un campo
léxico cerrado. Pero hay otros términos en la coexperiencia léxica que encuentran
traducción en otras lenguas y éstos constituyen campos léxicos abiertos.
Los “campos léxicos cerrados” con los que presentan discrepancias entre los
idiomas y los términos intraducibles expresan la mentalidad peculiar de la nación
que los usa, más que el objeto que se tiene en la mente, cuando se piensa en ellos.
Buscar la traducción de esa palabra incomprensible, obliga a abrir el pensamiento
de la mente de una nación a la mente de otra y la búsqueda o creación de un
término equivalente significa de algún modo originar una forma de pensar
distinta.
Esto último nos lleva a otro aspecto de esta cuestión del lenguaje. La
existencia de una palabra o de un giro o de una frase hecha para un concepto
abstracto (aquél que no tiene un sujeto inmediato), ejerce cierta influencia en la
mentalidad del hombre corriente. Éste le adopta más fácilmente y centra la
atención de su mente o pensamiento a él adaptándose sin más trámite. Esto sí
puede interpretarse en algo así como que el lenguaje moduló el pensamiento. A los
argentinos actuales le ocurre que cotidianamente se expresan, piensan y se
manejan con frases hechas y lugares comunes, como lo señala Carlos Ulanovsky (LOS
ARGENTINOS POR LA BOCA MUEREN, Bs. As. 1995).
significa en modo alguna una riqueza lingüística, puesto que muchos términos se
emplean por ignorar los denotativos, otros son meramente connotativos y la
mayoría, directamente, son vacuos (ni denotativos, ni connotativos). Esto se debe a
un inmenso vacío lexicológico. Cuando no se encuentran o no se conocen las
palabras adecuadas, se apela al mote, al multiuso y a todas las deformaciones del
lenguaje, que hemos señalado. Todo impresiona como que el lenguaje en el
argentino (circunscriptamente en el porteño) no expresa el pensamiento ni lo
modela, simplemente es un instrumento lúdico, a tal punto que dos profesores de
letras, Mazzei y Mayor reconocen sin pudor: “en el caso de los porteños, la lengua
no sólo es un instrumento para comunicar información: el porteño juega mucho
con las palabras”.
Lenguaje y significado
Estos cambios eran necesarios dado que una palabra sólo puede ser definida
en función de otras de la misma lengua, de las que se diferencia su sentido. Pero el
estudio de cada signo o grupo de signos de una palabra, ya es una tarea que nada
tiene que ver con el significado o uso práctico de la lengua. Hay, sin dudas, un
divorcio total entre los estudios académicos de la lengua, el uso estilístico o
literario, el uso científico y el habla común o cotidiana. Adrados (ESTUDIOS DE
LINGÜÍSTICA GENERAL) señala que la aplicación de principios de la Fonología a
la Morfología y Sintaxis, se ha llevado a cabo lentamente, con dificultades, pero el
intento de aplicarlas al vocabulario representó una dificultad aún mayor.
El problema actual es lograr una unidad de criterio entre todas las ciencias
que estudian el lenguaje a fin de obtener un entendimiento y manejo claro del
mismo para todos y no para una élite intelectual que basa todo en abstractos
bastantes difíciles de entender, manejar, e integrar al concepto práctico del
lenguaje, tanto para su estudio como para su manejo concreto y no teórico ni ideal.
Concretamente hay que saber cómo se establece un sistema gramatical a partir de
los hechos léxicos y, luego, cómo pueden llegar a integrarse o desintegrarse dichos
sistemas (teoría Wartburg). Esto conlleva la posibilidad de descubrir las tendencias
que operan dentro del campo del lenguaje y el vocabulario, estableciendo sistemas
más amplios que los de la gramática, pero que esencialmente sean iguales, más
multiformes, dada la plasticidad evidente del vocabulario en uso.
En este quehacer, hay que dar por reconocido los hechos siguientes:
• la imprecisión del sentido y su definición por el contexto, imprecisión que
resalta mayormente en las categorías verbales;
• deben darse categorías verbales de formas más abiertas y más permeables a la
voluntad del hablante en cada momento, sin renunciar a las formas y algún
grado estructural que dé una disciplina que aleje el uso caótico del lenguaje,
pero sin renunciar al significado neto de cada palabra, tanto en el texto como en
el contexto;
87
INTELIGENCIA COMUNICATIVA
No obstante trataremos de dar algunas bases mínimas para obtener algo de esa
inteligencia comunicativa.
Estas opciones nos llevan a pensar en la magna tarea que le espera a los
comunicadores, educadores y estudiosos del lenguaje, ya que no es solamente
ordenar un vocabulario o lengua, sino, en algún modo, ordenar el pensamiento
mismo. Y en esta disyuntiva, las opciones se acentúan bajos dos precisas
pretensiones que conforman un verdadero dilema:
Con esto queremos decir que la percepción de la realidad no tiene que ser
parcial o en “cortes” sino que se debe tratar de captarse con su globalidad y su
continuidad para después mejor resaltar un aspecto determinado y, especialmente,
subrayando que lo expresado está referido sólo a un particular punto de vista. Esta
forma de actuar involucra, entonces, los pasos siguientes:
1. captar la realidad tal cual es: con su globalidad (totalidad) y continuidad
2. una vez comprendida esa globalidad, sobre ella, a manera de un “zoom”, fijar la
atención en un determinado aspecto o “punto de vista”, pero sin perder la
noción de totalidad
3. al expresar (comunicar) ese particular punto de vista debe quedar bien en claro
que se está refiriendo a una parte de un todo, para evitar transmitir un concepto
que puede ser interpretado erróneamente
comunicarse mediante el uso inteligente del habla, que él mismo producirá una
vez que se ubique lo más verazmente posible frente a una realidad exterior o
interior.
La comunicación y el azar
cosas valiosas por accidente o azar”. En efecto, el hombre, a menudo, percibe por azar
o accidente cosas valiosas en la realidad que vive o estudia. Cuando encuentra ese
valor, necesita expresarlo y entonces recurre a una creación de una palabra o, si es
posible, recrea una existente para referirse a ese “nuevo valor” o significado. Este
fenómeno del lenguaje aleatorio es propio de la ciencia y tiene como ejemplo
clásico el descubrimiento de la penicilina realizado por Fleming. El investigador se
hallaba estudiando un cultivo de hongos y por casualidad se contaminó con unos
microbios que perecieron al tomar contacto con los hongos. Este hecho azaroso o
accidental permitió descubrir la antibiosis: sustancia secretada o excretada por
seres vivos que sirven para paralizar o matar a otros seres vivos. Del cultivo del
hongo (penicillium) nace el nombre de penicilina. Y junto con la penicilina nace el
concepto de antibióticos. La ciencia se enriquece así con dos nuevos conceptos y se
transforma el lenguaje usado hasta entonces.
Este párrafo sobre el lenguaje aleatorio nos sirve para describir el fenómeno
del lenguaje científico, el cual cuando se debe a la alea o azar puede transformarse
en algo valioso o definitivo, o ser un lenguaje errático y susceptible de ser
transformado a menudo, por sus significado confusos o equívocos.
En este contexto, las palabras son algo más que los constituyentes de un
sistema de “oposiciones, relativos y negativos”, con significantes llenos de “emas”
(morfemas, fonemas, etc.). Todos los conceptos vertidos por los estudiosos de la
Lingüística explican mucho sobre la naturaleza del lenguaje, pero aportan poco
para su uso práctico. Más aún: cada escuela o teoría lingüística que aparece crea
inmediatamente una reacción contraria que destaca sus probables fallas. Las
aspiraciones de los estudiosos del lenguaje para sistematizar “lo insistematizable”
son lícitas porque verdaderamente los signos lingüísticos o palabras, dentro del
vocabulario, guardan como conjunto una serie de relaciones entre sí, pero más
acertado que analizar esas relaciones por separado, es considerarlas como una red
de significados, sentidos y definiciones que permiten la comunicación eficaz a
través una información consensuada sobre esa red.
1. “la enseñanza de la lengua debe tender cada vez más a convertirse en eje general de
adquisición de conocimientos, es el lenguaje la fragua donde se construyen los conceptos
de todas las disciplinas y se aprende su utilización”.
2. “Nuevas concepciones del lenguaje han ocupado los sitiales de la ciencia y ello porque a
la pregunta sobre el lenguaje ya no responde sólo la lingüística: la sociología, la
psicología, la historia, la filosofía, la antropología, la biología, las neurociencias, las
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En este tema se aplica y explica mejor lo del texto y contexto, porque lo qué
se dice es el texto mientras que el cómo se dice es el contexto. Además de la
entonación, en el diálogo o coloquio interviene el gesto, que puede reafirmar un
discurso o mostrar que se habla sin convicción o se piensa distinto de lo que se
dice. La variación de los gestos acompañan a la entonación y así un discurso alegre
se manifiesta con una sonrisa, mientras que uno penoso se acompaña de llanto o de
gestos de preocupación (seriedad facial, ceño fruncido, etc.). Otras veces, hay
disensión entre lo que se dice y el gesto y así puede ocurrir que se esté diciendo
algo supuestamente triste, pero se lo dice sonriendo. La falta de correlación entre el
discurso y el gesto pueden ser signos de que no se tiene la convicción de lo que se
está diciendo. O se está manifestando en forma irónica o socarrona.
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Antonio Paolasso