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Isilduris Bane (El mal de Isildur)


Basado en el relato “Disaster in Gladden Fields” de J.R.R.
Tolkien.

PERSONAJES

ISILDUR Rey de Gondor, hijo de Elendil y hermano de Ánarion


ITARILDE Reina de Gondor, esposa de Isildur
Sus hijos; ELENDUR
CIRYON
VALANDIL
MENELDIL, Hijo de Ánarion y sobrino de Isildur
CORO DE MUJERES DE GONDOR
CORO DE NAZGUL, (los espectros del anillo)
GOTHMOG
KHAMUL
NAZNOG
GRISHNAKH
DURGHASH
CORO DE ORCOS
Un licántropo, embajadores, jinetes y guardias de Gondor

ESPACIO TIEMPO
- Minas Ithil, en Gondor, Reino Dúnedain en Tierra Media
fundado por Elendil, padre de Isildur. Año uno de la Tercera
Edad.
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- Los Campos Gladden, de camino a Árnor.

ACTO I, ESCENA I

(Entra el coro de mujeres, la escena representa las afueras del


palacio de Minas Ithil)
CORO: Ya hace años que Saurón, amo y señor de la tierra,
aquel que. vivió desde temprana la primera edad, la cual
terminó al poseer en sus manos el cetro de los años, derribó el
Árbol Blanco, el pilar de Númenor, el eje del mundo gracias al
cual todo en el mundo crece, plantas y cereales, humanos y
elfos.
Caído el árbol, la Plaga de la Esterilidad arrasó Tierra Media,
hambre y sed y nadie era capaz de morir, nadie recuperaba sus
fuerzas para pelear. Saurón, el Oscuro Señor de los Anillos se
negaba a abandonar el trono que forjó de años negros, más de
tres mil inviernos coronados de terror al solo cerrar de su puño.
Únicamente el Rey Padre Elendil apoyado de sus hijos Ánarion
e Isildur, hermanos Reyes de Gondor, la tierra que pisamos,
donde aliaron a los inaliables, a humanos y a elfos contra las
irreductibles tropas de Saurón, el Dueño del Anillo Único, el
poder que somete a los siglos, el poder que los tiñe de negro,
el poder que lo hizo invencible. Tras la muerte de su hermano
en batalla Isildur fue el único guerrero capas de cortar el dedo
anillado de Saurón, despojándolo del poder. ¡Gloria a Isildur,
quien en su juventud robó la fruta del Árbol Blanco, Divino
ladrón quien planta el nuevo árbol, el nuevo pilar.
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Esperamos, pues, su llegada y el arribo de la primera cosecha,
la primera luz tras los siglos negros ¡La Segunda Edad ha
muerto:
Miren, el cortejo de Isildur se acerca... (Entra Itarilde)
ITARILDE: Mujeres de Gondor, alegraos, tras largos meses de
comer polvo recibimos con la cosecha la nueva era. (Entra
Valandil)
VALANDIL: Madre, por favor, las noticias de bonanza no se
dan con temblor en tus ojos, tu voz debe ser luz alimento de
albricias...
ITARILDE: Hija, no he dormido bien y estoy cansada, por favor
comprende.
VALANDIL: ¿Insomnio? Seguramente la emoción de tener a mi
padre en palacio de nuevo no te permitió dar bienvenida al
sueño, envidioso señor que no soporta que reciban a un rey
más grande que él.
ITARILDE: Si, hija, la emoción de ver a tu padre, la emoción de
ver a tu padre... Elendur, hijo, ven a recibir a tu padre y a tu
hermano...
VALANDIL: No vendrá, madre, no puede mostrar su rostro
ante el pueblo que no defendió.
ITARILDE: ¿Cómo? Él sabe porqué decidió quedarse, como
heredero al trono de Gondor no puede arriesgar su vida
inútilmente.
VALANDIL: Esa fue tu decisión, si no lo recuerdas.
ITARILDE: Y él aceptó, no accederá a quedarse si no hubiera
estado de acuerdo con mi juicio. Valandil, hija, ve por él, le
gustará ver el trofeo de batalla de Isildur... tu padre.
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VALANDIL: No creo que me guste mucho ver el dedo anillado
de Saurón cercenado.
ITARILDE: Fuera de la mano del Señor de los Anillos es carne
muerta y metal inútil, no temas por eso. (Entra Elendur)
¡Elendur! Cuando tu padre sepa que has llevado el gobierno de
Gondor con sabiduría se sentirá orgulloso.
ELENDUR: Nadie se sentiría orgulloso de un cobarde.
ITARILDE: Te prohibo que te expreses así, esta augusta frente
solo sabe arrugarse como la de tu padre, tus cejas son mudas
testigas de buenos juicios como los que él haría. Eres tan justo
como él.
ELENDUR: ¿Te parece, madre? Él siempre dijo que me parecía
a ti. ITARILDE: (le acaricia la mejilla niega con la cabeza) Uno
necesita valor para quedarse esperando.
ELENDUR: Uno no debe esperar mientras tenga brazos
fuertes, y siento mis dedos que me reclaman el no haber
tomado las armas.
VALANDIL: Elendur, hermano, Deja de decir que todos te
reclaman, que incluso tus dedos están molestos porque no
fuiste a la guerra. Siempre has sido experto en denigrarte a ti
mismo, nadie te insulta tanto como tú.
ELENDUR: Solo expreso las palabras que la gente calla al
saludarme. VALANDIL: Si tienes un par de brazos fuertes y
dedos ansiosos hay todavía muchas batallas por pelear, contra
los orcos de las montañas Nubladas o los licántropos de
Morgoth, estás derrotado sin luchar.
ELENDUR: Las guerras que importan las de la patria, las otras
sólo cacerías, nadie gana alabanza por cazar lobos.
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ITARILDE: ¡Demos la bienvenida a Isildur!

ACTO I, ESCENA II

(Entran Isildur, Ciryon y su escolta)


CORO: ¡Loor al Rey Isildur, Rey matador de siglos, verdugo de
la Segunda Edad, quien nos trae la primavera en el otrora mes
de decadencia, plantador del Nuevo Árbol Blanco!
ISILDUR: Pueblo de Gondor, debo decirles, he regresado de
plantar el nuevo pilar en la Ciudadela de Minas Árnor, sobre la
tumba de mi hermano, vuestro antiguo rey Ánarion, deseo que
con esto su infortunada muerte a los pies de la Torre Oscura de
Barad-dur, en batalla contra las fuerzas de Saurón, sea ejemplo
a las generaciones por venir de valentía, sus restos serán
traspasados por las raíces del árbol blanco y así la naturaleza
regresará a su justo cauce. ¡Loor a Ánarion, Defensor de
Gondor!
CORO: ¡Loor a Ánarion, Defensor de Gondor:
CIRYON: Padre, el trofeo
ISILDUR: Mi gente no necesita más pruebas de la derrota del
Señor de los Anillos que trigo fresco en sus mesas.
CIRYON: (al pueblo) ¡Pueblo de Gondor: traemos en este cofre
el poder que asoló la Tierra Media durante la Edad Oscura!
ISILDUR: No, Ciryon, no debes...
CORO: ¡El Anillo Único de Saurón! Poder y potestad del Señor
de los Anillos, ahora caído. La luz por fin verá sin acobardarse
al dedo oscurecedor del tiempo.
CIRYON: (levanta el cofre)
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Un anillo para regir todo anillo.
Un anillo para encontrarlos
Un anillo para reunirlos
y en las sombras hacer de ellos cadena.
CORO: EL poder más grande de Tierra Media en las manos de
Isildur. Dinos, Rey mío ¿qué harás con el Anillo Único?
ISILDUR: (arrebata el cofre a Ciryon) Este poder es demasiado
peligroso, lo han visto, con mover su dedo Saurón llamaba y
comandaba a los Jinetes Negros, se dice que podía volverle
invisible y sumergirse en los mares sin ahogarse, no en vano
gobernó casi cuatro mil años. Este poder bajo ninguna
circunstancia debe volver al Señor de los Anillos. Es mi deber
destruirlo en el mismo fuego que lo forjó.
CORO: Es demasiada tentación para cualquiera el poder
absoluto, tus palabras son sabias ¡Confiamos nuestras vidas a
ti, Rey Matador de Siglos!
ISILDUR: Ciryon, eres imprudente, el pueblo no necesitaba ese
alarde de soberbia.
CIRYON: ¿Por qué te disgustas, padre? Nadie en Tierra Media
puede decir que se acercó tanto a Saurón, lo suficiente para
cortar su dedo anillado.
ISILDUR: No necesito decirlo para ser respetado. No lo hice
para alardear, lo hice por mi pueblo, porque es mi deber. En
ese solo segundo que cortaba el maldito dedo vengaba a mi
hermano y a mi padre. No, Ciryon, no lo hice por gloria.
CIRYON: Es fácil despreciar la gloria cuando estás bañado en
ella.
ISILDUR: ¿Es eso un reclamo? Tú has peleado como nadie en
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Gondor, también estás cubierto de gloria. (Se acercan Itarilde,
Elendur y Valandil) Itarilde, esposa y reina... (Itarilde se lanza a
los brazos de Isildur, se aferra a él) Vaya... es... reconfortante
sentir un cuerpo caído que no se quiebra...
ITARILDE: (lo interrumpe) Bienvenido seas, esposo y rey mío
(lo besa por toda la cara) Soy dichosa al sentir tus manos
quebradoras de orcos como caricia... (reacciona y revisa las
manos de Isildur, toca cada uno de sus dedos)
VALANDIL: Bienvenido seas, Padre, déjame tocar la mano que
quebró el dominio de Saurón.
ISILDUR: (abraza a su esposa y a su hija) Reinas mías, no se
cieguen por la gloria que no tengo. Este es el cuerpo de un
hombre, no un libro de historia. Valandil, hija, esta mano no es
más fuerte que aquella que arrullaba tus sueños infantiles (la
besa, aprieta la mano de Itarilde) Amor mío, esposa, (la besa)
este es el pecho almohada de tus noches, palpitante testigo y
confidente de tus sueños, tan confiable amigo que no me los
deja saber.
ITARILDE: (lo mira a los ojos) Ojalá me prohibieras soñar
cuando no estás.
ISILDUR: (le acaricia el rostro)
CIRYON: Elendur, hermano, ven a mis brazos.
ELENDUR: No seas tan cortés, no merezco tu aprecio.
CIRYON: (lo abraza, Elendur no se mueve) No creas que olvidé
lo que dijiste a mi partida, Comprendo lo que pensabas y no
podías menos que maldecirme, pero eso ya no importa,
tenemos suelo y tierra fértil.
ELENDUR: Ahórrate los discursos de príncipe heredero.
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CIRYON: ¡Elendur, el heredero eres tú, recuerda que soy el
menor! El que nació para ser testigo de tu coronación.
ELENDUR: ¿Coronación? ¿Y a quién van a coronar? ¿A alguien
que cuida el reino en ausencia del Rey, medio reino, en total,
lleno de mujeres y ancianos hambrientos?
CIRYON: Tú eres el que sabe gobernar, yo estoy hecho para
luchar nada más.
ELENDUR: Eso es muy relativo, míralo (se refiere a Isildur) él si
sabe hacer ambas cosas como nadie más antes o después que
él. Ese hombre que llega a Gondor ha realizado hazañas que
nadie igualará, construyó este palacio con sus manos y lo
tengo que llamar padre.
CIRYON: Eso es lo que es, un rey.
ELENDUR: ... Si, tienes razón.
CIRYON: Ve a saludar a nuestro padre.
ELENDUR: (De lejos) Padre, bienvenido a la Tierra que
fundaste.
ISILDUR: Elendur ¿por qué no te acercas? Dame un abrazo.
Por favor, yo no soy esta tierra.
ELENDUR: Claro que no, eres un héroe.
ISILDUR: Por favor, hijo, quiero ver a mi familia, nada más. (lo
abraza)
ELENDUR: Te regreso tu tierra.
ISILDUR: Es tuya desde el momento que naciste. Dime ya
cómo gobernaste.
ELENDUR: Durante la Plaga de la Esterilidad, con los plantíos
agotados decidí privilegiar el poco alimento a las mujeres a
punto de dar a luz, pues como sus bebés no podían nacer con
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la Plaga sufrían tormentos indescriptibles, tenían que soportar
el hambre propia y de sus críos, con la cosecha vienen todos
los nacimientos que protegí.
ISILDUR: Y dices que no es tu tierra, pero si es más tuya que
mía, yo no pude haberlo decidido mejor. Siéntete bien, quisiera
ordenarte que olvidaras la corona durante lo que resta de día,
quiero cenar en paz, con mis tres hijos y mi esposa, nada más,
celebrar como todos los demás.
CIRYON: ¡Celebremos la cosecha, el año primero de la tercera
Edad:

ACTO I ESCENA III

(Entran al Palacio, Isildur se atrasa, se quita el cinturón con la


funda de la espada, se deja caer en la pared)
ISILDUR: Si pudiera descansar de mi propio nombre. Si fuera
escudo o yelmo, y quitármelo, Respirar sin él, forzar dentro de
mis oídos al silencio, que se recuperen de tanto y tanto grito de
guerra, susurrar para no ser oído, dejar caer los brazos y
recordar con sorpresa que la espada no es parte de mi
cuerpo... héroe, rey matador de siglos, no, ¿que harían, si lo
saben? Anocheció al mediodía en la Torre Negra, mi padre,
Elendil y Gil-Galad, Alto Rey Elfo entraron a la sala del trono de
Saurón, mi deber era atacar por la espalda mientras mi padre y
el Rey Elfo lo provocaban para que saliera de las sombras,
pensaron que esa seria la mejor forma de vencerlo, mi padre
me dijo; “Nuestras vidas están en tus manos, yo confío que nos
salvarás". Lo dicho, lo retaron, y como lo esperaban me dio la
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espalda. Nadie lo había visto nunca, eso es una excusa, solo
tenía que lanzar una estocada y matarlo, tan sencillo, un
pequeño acto de traición para salvar al mundo, y mi mano no
se movió, de repente no sabía porqué debería matar al
desconocido, hasta que levantó su mano y conjuró infernales
llamas para abrasar hasta la muerte a los reyes, ni escuchando
su terrible voz ordenando la ejecución quise... pude mover la
espada, un segundo demasiado tarde reaccioné, gané la
guerra, maté al Señor de los Anillos, ya no tenía padre. No,
Ciryon, no lo hice por gloria, lo que quiero es descansar de mi
nombre, olvidarme a mí mismo en los brazos de mi mujer.
(Exeunt)

ACTO II ESCENA I

(La escena representa la Sala del Trono) (Isildur e Itarilde en el


trono) (Entra Meneldil)
ISILDUR: Meneldil, sobrino, bienvenido a Minas Ithil.
MENELDIL: Isildur, no has querido escucharme, ahora no
tienes excusa para no atenderme.
ITARILDE: Meneldil, hijo de Ánarion:, no debes faltar al respeto
al rey llamándolo simplemente por su nombre.
ISILDUR: Acércate Meneldil, creo que tienes razón, no he
podido seguir instruyéndote en el arte de gobernar.
MENELDIL: No es eso lo que vengo a decir, aunque si, has
descuidado mi instrucción, parece que has olvidado también
que tienes una deuda con mi padre.
ISILDUR: Si quieres decirme que quieres la corona ahora
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tendré que decirte que no, el acuerdo siempre fue que tú y mi
hijo subirían al trono cuando y sólo cuando Ánarion y yo
hubiéramos muerto, no antes. Mi padre ordenó que los dos
Reyes de Gondor subieran al poder juntos, así fue con tu padre
y conmigo, así que Elendur y tú tendrán que esperar.
MENELDIL: Eso es lo que me molesta, yo no puedo gobernar
junto a Elendur.
ISILDUR: ¿Porqué no? Ambos saben gobernar, no veo razón
para que Gondor no prospere con dos reyes tan buenos.
MENELDIL: Este arreglo no funcionará como pasó con mi
padre y tú. Tu hijo no escucha razones.
ITARILDE: Me parece, sobrino mío, que te preocupas
demasiado en algo que aún no sucede.
ISILDUR: Es previsor, buena cualidad en un gobernante, unido
con la sabiduría y la prudencia de Elendur harán buena
mancuerna.
MENELDIL: No puedo gobernar junto a un príncipe que jamás
defendió Gondor, preferiría gobernar junto a Ciryon, luchamos
juntos en Barad-dur.
ITARILDE: ¡Insolente: Nadie puede darle órdenes al Rey, él no
tiene porqué escuchar tus caprichos!
MENELDIL: Con todo respeto, tía, tengo derecho, me lo han
dado mi padre y mi abuelo.
ITARILDE: Claro, te crees que puedes hablar por ellos ahora
que han muerto.
MENELDIL: La única solución que veo es dividir Gondor en
partes iguales.
ISILDUR: Eso jamás, el legado de mi padre no será dividido, no
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permitiré que dividas la tierra que Ánarion y yo construimos.
MENELDIL: O puedes expandir las fronteras de Árnor, ese
pequeño reino de retiro ocupado por mi abuelo.
ISILDUR: Eso significa guerra con Angmar y Belegost, pelear
con los orcos y los enanos a un tiempo. No tengo hombres
suficientes para tal guerra.
MENELDIL: No, pero tienes el arma más poderosa de la Tierra
Media a tu disposición, el Anillo Unico.
ITARILDE: ¡El anillo no es un juguete que puedes usar a tu
antojo! ISILDUR: Meneldil, sobrino, puedes retirarte, ten la
seguridad de que consideraré tus ruegos. (Meneldil sale)

ACTO II, ESCENA II

ITARILDE: Isildur (Isildur no reacciona, está pensando) ¡Isildur!


(Isildur voltea) No entiendo porqué permites que tu indolente
sobrino te hable de esa manera.
ISILDUR: Como hijo de Ánarion es heredero legitimo al trono,
tiene derecho a decidir sobre su reino.
ITARILDE: En este momento sólo es un joven irrespetuoso. En
los Reinos de Mordor por palabras menos indolentes la pena es
la perdida de la lengua.
ISILDUR: Tal vez, pero acabamos de pelear una guerra para
terminar con esas prácticas barbáricas.
ITARILDE: Si no te haces respetar por tu sobrino perderás
lentamente el respeto que ya tienes.
ISILDUR: El respeto no es techo ni comida, lo tenga o no
seguiré gobernando contigo a mi lado.
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ITARILDE:. (Pausa) Prométeme que destruirás el anillo único.
ISILDUR: No tengo que prometerlo, es mi decisión, se lo dije a
mi pueblo.
ITARILDE: Promételo, necesito la palabra del Rey, promételo.
ISILDUR: Partiré mañana mismo a Orodruin, sólo las llamas
que lo forjaron pueden destruirle.
ITARILDE: Promételo, dormiré tranquila pensando que los
reclamos de Meneldil se perderán en el silencio.
ISILDUR: ¿Acaso no descansarás hasta que lo prometa?
ITARILDE: Nos iremos a descansar cuando lo prometas.
ISILDUR: Juro por Elendilmir, la blanca estrella de Elendil,
frente de la diadema coronada del Señor de Gondor que el
Anillo único será consumido por las llamas de la perdición del
volcán de Orodruin, terminando para siempre el reino de terror
del Oscuro Señor de los Anillos.
ITARILDE: De no hacerle que el cielo y la tierra no sean casa
para tu alma inmortal.
ISILDUR: Estás temblando, Reina mía.
ITARILDE: tengo tanto miedo de perderte.
ISILDUR: Ordenaré que preparen la partida a Orodruin,
regresaré pronto, no temas, vamos a dormir (salen)

ACTO II, ESCENA III

(La escena representa las afueras de palacio, entra el coro de


mujeres)
CORO: Tus noches son intranquilas, Itarilde, Reina y amante
esposa de Isildur. Cuando la luna creciente surge del horizonte,
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reflejo del escudo del Rey Isildur (pues Isildur significa "Luna
Naciente") escuchamos inquietos gemidos mientras duermes.
Reina, dinos ¿Acaso pesadillas consumen tu descanso?
ITARILDE: Amigas y confidentes, tengo que contar mi
pesadilla, tengo tanto temor de que se vuelva realidad.
CORO: Tu pecho está agitado de pavor, Dinos ya, libérate de
una vez, hablar de corazón es buen remedio.
ITARILDE: Mientras duermo escucho cascos de caballos y
negras plumas, un mensajero de oscura capa me muestra un
manuscrito, sus letras son gritos en mi mente, pues es sabido
que nadie lee en los sueños. "A ISILDUR LE FALTA EL MISMO
DEDO QUE A SAURÓN" y la luna despierta como un gigantesco
ojo sangrante, el horror de tal visión me exalta cada noche, y
cada noche, me consumía el miedo de recibir a mi Rey con sus
manos incompletas, al verlo y tocarlo di gracias al Arbol Blanco
que esas manos no muestran herida alguna. Ahora que sale
temo por el poder del Anillo.
CORO: Maldito anillo, gritaremos de alegría cuando la lava
ardiente lo disuelva como un suspiro.
ITARILDE: Recemos deseando que el Ojo sin Párpado de
Saurón se haya en verdad cerrado.
CORO: Recemos por más noches tranquilas tras cuatro mil
anos, recemos a la primera luna llena para que teja los hilos de
plata de tu sonrisa. (Exeunt)

ACTO II, ESCENA IV

(La escena representa el vestíbulo del palacio, entran Ciryon y


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Meneldil)
CIRYON: Meneldil, me preocupa tu actitud desde que
regresamos a Minas Ithil
MENELDIL: Ciryon, primo, por mi no tienes que preocuparte,
sabes que solo en ti confío, pues te he confiado mis espaldas
en plena batalla.
CIRYON: Pareces enojado contra mi padre.
MENELDIL: ¿enojado yo? ¿Como… ? (Transición) No, me
preocupan las últimas palabras que mi padre me dirigió.
CIRYON: Ojalá pudiera recordarlas.
MENELDIL: Me tomó del hombro y me dijo “Ciryon te quiere
bien, aprende de gente como él, eso hace al buen rey"
CIRYON: No entiendo porqué te preocupas, es sabio el consejo
del prudente Ánarion.
MENELDIL: Es claro, mi padre deseaba que tú fueras rey junto
conmigo, por eso Gondor tiene dos coronas, como el águila
bicéfala, dos cabezas vuelan al mismo cielo. Siempre admiré a
Ánarion y a Isildur tomando decisiones juntos, separados nunca
hubieran realizado el sitio de Barad-dur.
CIRYON: Meneldil, eso no puede ser cierto, Ánarion, tu padre y
mi padre habían decidido ya que Elendur gobernaría a tu lado.
MENELDIL: Mi padre lo dijo muy claro Si estuviera aquí
reiteraría mis palabras ¿qué ha hecho Elendur? Distribuir trigo
en la ausencia del rey, en cambio tú luchaste contra los orcos,
te batiste con el jinete mayor de los Nâzgul y lo venciste, aquel
que se pensaba Invencible cayó a tus pies.
CIRYON: Primo, entiende, yo no soy el heredero, luché contra
Saurón por amor a mi padre... quiero decir mi patria, mi
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recompensa es haber triunfado. Yo no sé gobernar, Elendur si,
y lo admiro por eso.
MENELDIL: Si ese es el problema puedes aprenderlo, tu
sangre de reyes es la mejor lección, confío en ti, no en él.
CIRYON: Pues yo confío en Elendur, no en mí.
MENELDIL: Recomendé a Isildur que lo mande a Árnor, si él
supiera luchar tendrá que hacerlo para expandir ese reino, a
costa de los enanos y los orcos. (Entra Elendur)
ELENDUR: Cuando hables de mi padre y mi Rey habla
respetuosamente, primo.
MENELDIL: Elendur, de ti Hablábamos.
ELENDUR: Lo sé, tengo oídos. Ciryon, mi padre desea que lo
acompañemos a Orodruin para destruir el anillo único.
MENELDIL: Ese anillo puede ser utilizado para el bien, Isildur
es el hombre adecuado ¡Ojalá escuche a tiempo mi consejo: El
poder más grande de la Tierra Media no es para desperdiciarse.
ELENDUR: ¿Porqué no dices la verdad, primo?
MENELDIL: Eso es lo que me paso diciendo, la verdad, pero
nadie quiere escuchar, ya se arrepentirán de no oírme.
ELENDUR: A esa verdad no me refiero, podrías aceptar que
eres tú el que desea el anillo.
MENELDIL: (reacciona, le lanza un codazo) No me vas a
difamar.
ELENDUR: (lo evade, le pesca el brazo y lo somete con un solo
movimiento)
CIRYON: ¡Meneldil!
ELENDUR: (lanza a Meneldil al suelo) Anda, quizá a golpes
hagas que te entienda, de otra forma no me vas a obligar...
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CIRYON: (se interpone entre ellos) Vamos, hermano...
Meneldil, sabes que te estimo, pero espero que mi padre ignore
la cizaña que siembras.
MENELDIL: (Se levanta, se soba el brazo) Sabes que deseo lo
mejor para todos (sale)
CIRYON: Lo dudo (Exeunt)

ACTO III, ESCENA I

(La escena representa la cámara del tesoro) (Isildur entra, abre


el cofre con el Anillo Único)
ISILDUR: Es increíble pensar que ese pedazo de metal sin
adorno alguno sea el poder mismo ¿porqué dudo, precisamente
yo? Yo que vi lo que puede hacer, yo que lo vi crear las
mortales llamas que mataron a mi padre y al Rey Elfo no puedo
desconfiar. El anillo no es Saurón, no tiene su voluntad, es
mero instrumento del usuario. Meneldil puede tener razón, se
puede usar este poder para bien, para arreglar todos mis
asuntos, preparar a mis hijos y a mi sobrino para la corona,
dejarlo todo listo y retirarme, como hizo mi padre con mi
hermano y conmigo. Tierra Media pide paz, y cuando se canse
de ella volverá a la lucha, pues los casi cuatro mil anos del
dominio de Saurón han borrado de su mente como gobernarse
solos. El Señor de los Anillos usó esto para unir la Tierra Media
en un solo cetro, los reinos están sueltos sin que nadie los guíe.
Saurón comandaba fuerzas incomprensibles que saldrían de
control al romperse el anillo... Es posible que lo único malo el
reinado de Saurón sean sus deseos. Es bien sabido que lo
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engendró el mismísimo cuervo devorador de soles, hizo
juramento tras romper el huevo de la crueldad de erradicar la
creación entera. No, es mi deber destruir el anillo. Podría usarlo
para crear un mejor futuro para mis descendientes y destruirlo
después. Pero mi palabra de Rey está puesta en su
destrucción. Puedo darle, en cambio, gracias a una prórroga de
tal misión, a la Tierra Media dos reinos gemelos que la cuiden
al norte y al sur, que medien los conflictos entre humanos y
orcos, entre elfos y enanos. (Se escuchan los relinchos de la
tormenta) Le di mi palabra a mi... Itarilde, pero son
necesidades más urgentes las que hay que cumplir. He
escuchado las leyendas, el usuario verá lo que nadie es capaz
de ver, a su vez no será visto por nadie, controlará lo
incontrolable. Un anillo para gobernar todo anillo, un anillo para
encontrarlos, un anillo para reunirlos y en la tiniebla hacer de
ellos cadena (se pone el anillo)
No siento nada (pausa) espera, los escucho resoplar, aquí
están, Las Alas Negras de Mordor (Entran las sombras de los
NÂZGUL(Los espectros del anillo) cinco jinetes en perfecta
formación) Los he visto antes, los fieles Sirvientes de Saurón,
los Seis espectros del Anillo... pero sólo cuento cinco... ¿Que
sucedió con el sexto?
KHAMUL: Esperamos que alguien nos guíe...
NAZNOG: ... alguien que nos haga compañía...
GOTHMOG:...Me llaman Gothmog, yo caminaba con dos
piernas de carne. Deseaba el respeto de los demás, deseaba
poder. Saurón se acercó a mi, me dio un anillo. Obtuve lo que
quise y mi carne lentamente me abandonó. Ahora pago el
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precio sirviendo al poseedor del Anillo Único.
KHAMUL: Me llaman Khamul, deseaba que mi esposa se
sintiera orgullosa de mi, deseaba ser fuerte y valeroso y lo fui
gracias al anillo que me dio Saurón. Ahora no recuerdo su
sonrisa ni sus brazos, ni siquiera recuerdo su nombre. Soy la
Sombra que sirve al poseedor del Anillo Único.
GRISHNAKH: Me llaman Grishnakh, Soy la sombra que sirve al
poseedor del Anillo Único. Te reconozco, Isildur...
DURGHASH: Me llaman Durghash, que quiere decir Fuego de
Sombras, pues he olvidado mi propio nombre. Soy la Sombra
que sirve al poseedor del Anillo Único. Tú nos venciste en
Barad-dur...
NAZNOG: Me llaman Naznog, que quiere decir Esclavo del
Anillo, por eso no te guardamos rencor, tú posees el anillo, tú
nos ordenas lo que debemos recordar.
GOTHMOG: Nuestra voluntad encadenada a la tuya.
CORO DE NÂZGUL: Servimos al poseedor del Anillo Unico,
otrora enemigo nuestro, te reconocemos, tú nos guiarás, a
cambio tendrás la fortaleza de los Nâzgul, los espectros del
anillo, los jinetes de pesadilla. Pide tu deseo, pide ya.
ISILDUR: Deseo un reino para todos mis hijos, que sus brazos
gobiernen la Tierra Media hasta el fin de los tiempos. Deseo
paz, que esta tregua la respiren los hijos de mis hijos.
NAZNOG: Yo pedí venganza y la tuve
GOTHMOG: Yo pedí poder y lo tuve
GRISHNAKH: Yo pedí riquezas y las tuve
KHAMUL: Siempre tener el pasado.
DURGHASH: No veo porqué no puedes tener lo que pides.
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NAZNOG: Con nuestra ayuda tendrás en meses lo que otros
trabajaron décadas.
GOTHMOG: A ti te esperábamos.
GRISHNAKH: Te daremos el Reino de Angmar, más allá de las
Montañas Nubladas. Conocemos de sobra a los señores de los
orcos, partiremos cuando lo decidas.
ISILDUR: Nos iremos ahora mismo.
CORO DE NÂZGUL: Debemos llegar de día, los orcos se
debilitan ante el sol. Al caer la noche, después de tu victoria
cabalgaremos juntos, tú y nosotros. Tenemos un lugar vacante.
(Isildur se quita el anillo, los Nâzgul desaparecen, se lo guarda
en el bolsillo, Exeunt)

ACTO III, ESCENA II

(La escena representa las habitaciones de Ciryon) (Ciryon


sentado en su cama, entra Valandil)
VALANDIL: Ciryon... ¡Ciryon:
CIRYON: Valandil, hermana, déjame pensar...
VALANDIL: Llevan menos de una Semana en casa y no veo
más que a Meneldil y a Elendur pelear sin palabras, como
esperando que el otro ataque. Sé que sabes porqué están
peleados.
CIRYON: Meneldil y Elendur no pueden compartir el trono de
Gondor.
VALANDIL: (visiblemente preocupada) ¿Pasa algo con mi
padre? ¿Está enfermo?
CIRYON: Nunca lo he visto más sano.
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VALANDIL: Entonces se están preocupando por nada, a mi
padre le quedan muchos años en el trono, para entonces el
tiempo allanará sus fricciones, la piedra de tanto rozar termina
por acariciar.
CIRYON: Meneldil desea que yo gobierne con él.
VALANDIL: Ciryon, no te... (transición) ¿Meneldil desea?
¿Acaso eres tú quien no desea ser rey?
CIRYON: No... sé, toda mi vida crecí con la seguridad de que
no lo seria. Elendur fue educado para ello, él se lo merece, ya
ha gobernado, es sabio. Mira mis manos, heridas para el mango
de la espada, la caricia del acero es la única que he conocido y
no creas, no me quejo, con gusto iría otra vez a pelear contra
Saurón o contra otro. No me pidas sentarme a dictar sentencias
o cabalgar días para llegar a un estrado y levantar la voz,
cuando esa voz no me ha servido de nada, no tiene filo.
VALANDIL: Ignoro porqué el rey le tiene paciencia a Meneldil,
también se me hace raro porqué Elendur y tú le hacen caso. La
mejor solución es dejarlo gobernar y verlo acobardarse ante el
primer problema. Seria gracioso ver como se traga su
arrogancia.
CIRYON: El Rey lo ha escuchado ya, le dijo que pensaría su
proposición.
VALANDIL: No me has oído.
CIRYON: … (Entra Elendur)
ELENDUR: Hermana, mi madre te espera... Ciryon, debemos
partir, mi padre espera.
VALANDIL: Elendur, por favor, no le hagas caso a Meneldil.
ELENDUR: ¿Porqué no? Es el heredero de Ánarion.
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VALANDIL: ¿Para ti las personas valen por su pasado y futuro
o por lo que son en el presente?
ELENDUR: No entiendo la pregunta...
VALANDIL: Si te quitaras la niebla de las pestañas verías a tu
primo como lo que es, un prepotente berrinchudo, lo que ha
sido siempre, desde la niñez.
ELENDUR: Será lo que quieras, pero el Rey lo respeta.
VALANDIL: ¿Rey? ¿Dijiste Rey en vez de padre? ¿Porqué?
ELENDUR: Las palabras no importan, me entendiste. Le diré a
mi padre que Ciryon y yo podremos gobernar Gondor como él
desea, que Meneldil se vaya a Árnor.
VALANDIL: Siempre has sabido resolverlo todo, hermano.
ELENDUR: ¿Y tú? Nadie pensó en ti para heredarte un reino.
VALANDIL: No te preocupes por mi, no necesito reino. A mi
nunca me han prometido nada, no hay nada que los demás
tengan que cumplir conmigo.
ELENDUR: Si nos perdonas debemos irnos. Hablaré con mi
padre de camino a Orodruin.
VALANDIL: Que lleguen pronto. Mi madre no dormirá hasta
que el anillo desaparezca. (Exeunt)

ACTO III, ESCENA III

( La escena representa una pesadilla, Itarilde danza enmedio


de las sombras de los Nâzgul)
CORO DE NÂZGUL: Las letras del mensajero lanzan gritos a la
mente de Itarilde, corre por pasillos y recorre salones con
nombres inescribibles, abre una puerta y el jinete le entrega la
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carta...
ITARILDE: (grita) A Isildur le falta el mismo dedo que a Saurón.
(El cielo abre su único ojo sangrante, la luna es pupila de reptil)
CORO DE NÂZGUL: Itarilde reza todas las noches para que
Saurón, el del Ojo de Sangre en verdad haya muerto. (Exeunt)
(Oscuro)

ACTO IV, ESCENA I

(Al aclararse la escena representa el camino a Árnor) (Entran


Ciryon, Elendur e Isildur)
CIRYON: Padre ¿No me escucha?
ELENDUR: Padre, estamos lejos de la meseta de Gorgoroth.
ISILDUR: No vamos a Orodruin. Vamos a Angmar
CIRYON: Pero… queda demasiado lejos.
ISILDUR: Antes de destruir el anillo hay que delimitar el Reino
de Árnor, dejará de ser un reino de retiro y será mi regalo para
uno de ustedes.
ELENDUR: Pero eso significa guerra.
ISILDUR: Tenemos de nuestro lado el poder más grande...
ELENDUR: ¿El anillo único?
ISILDUR: Es mera herramienta, no tiene que ver nada con la
maldad de Saurón, sirve al poseedor. Si dominó la Tierra Media
en nombre del mal ahora la dominará en favor del bien, me
servirá para que mis hijos sean reyes. Ciryon serás Rey de
Gondor y Elendur será Rey de Árnor. ambos gobernarán y
vigilarán que la tierra media viva en paz durante toda la
tercera Edad.
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CIRYON: Agradezco que te hayas preocupado por mi, Padre,
pero... no sirvo para gobernar.
ISILDUR: No seas insensato, ustedes dos tienen sangre de
reyes, con eso basta.
ELENDUR: Mi madre dijo que prometiste destruir el anillo hoy.
ISILDUR: Lo dije, pero cambié de parecer, hay que hacer
muchas cosas antes que deje de existir.
ELENDUR: No querrás decir que vamos a conquistar Angmar
armados con el anillo.
ISILDUR: No exactamente, mi plan es sencillo, lanzaremos a
los enanos contra los orcos, una vez vencidos los orcos
llamaremos a los elfos para someter a los enanos.
ELENDUR: Padre, eso se llama traición.
ISILDUR: Usaré todos los medios a mi alcance para que sean
felices (pausa larga) ¿Porqué callan?
CIRYON: No creo que sea correcto.
ELENDUR: Te agradecemos lo que haces por nosotros, pero...
ISILDUR: No estén intranquilos, gracias a ustedes mis
descendientes gobernarán la Tierra Media con justicia y
equidad.
ELENDUR: Justicia y equidad, Padre y Rey mío, Justicia y
Equidad... (Exeunt)

ACTO IV, ESCENA II

(La escena representa la sala del trono de Anúmminas, capital


de Árnor) (Isildur en el trono, meditando, entra un guardia)
GUARDIA: Rey Isildur, El embajador de los Enanos quiere
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hablarle. ISILDUR: (Con indiferencia) Hazlo pasar. (Entra el
embajador enano)
EMBAJADOR ENANO: Buenaventura, Rey Isildur, mi nombre
es Péleor, en nombre del Rey de Belegost os vengo a
agradecer vuestra información.
ISILDUR: Lo hago en el mejor interés, no tenéis nada que
agradecer. PÉLEOR: Una cosa más, os pido permiso, en
nombre de Belegost, para que nuestras tropas crucen por el
territorio de Árnor.
ISILDUR: Por supuesto que os doy permiso, siempre y cuando
ataquen primero la citadela de Carn-dum.
PÉLEOR: ¿Porqué, Si me permite preguntar?
ISILDUR: Es el sitio más débil, piensan que los ataques vienen
del sursureste y descuidan los fuertes del norte, de allí será
fácil entrar hasta la capital.
PÉLEOR: ¿Y donde guardan el arma contra la cual nos advirtió?
ISILDUR: Emh...En el fuerte Sursureste, del modo que les digo
no les darán tiempo de moverla.
PÉLEOR: Mi Rey también quiere más información de la
naturaleza de tal arma, para que no nos tome desprevenidos.
ISILDUR: Si hacen lo que les digo no tendrán nada de que
preocuparse, si me disculpáis...
PÉLEOR: ¿No vais a proporcionarme la información?
ISILDUR: No, porque no la creo necesaria. (Entra en guardia)
GUARDIA: Señor, el embajador de los Orcos está aquí.
ISILDUR: Acompaña al embajador Péleor a la salida, evita que
se crucen. (Salen el guardia y el embajador enano, entra el
embajador orco)
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EMBAJADOR ORCO: Me gustaría que vos os pudierais ver
desde donde yo os veo, Isildur, el más notorio carnicero de esta
era, si pudiera interrogar a cada uno de sus dedos me
responderían por la vida de al menos una docena de mis
hermanos. A mi no vais a mentirme, yo os conozco, os he visto
en los verdaderos colores, en ese trono de escarlata y
argentina os ocultáis, pretendéis enjugar un rostro lacerado por
sangre seca. Y ahora le mentís al enano. ¿Arma? Las naciones
orcas están débiles, vencidas más de cien veces, tenemos
hambre y nos mandáis a la guerra, la maldad humana no
conoce límites, vos y vuestro maldito padre, que se calcine cien
veces más en el infierno desean ver al último de los orcos
agonizando y pidiendo misericordia a vuestras plantas.
ISILDUR: Deja de un lado los elogios y di lo que tengas que
decir. EMBAJADOR ORCO: Vine a advertiros, Isildur, no
jugaremos vuestro ardid, en cambio os proponemos otra
competencia. Desde el día de hoy deberéis guardaros las
espaldas, no podréis manteneros en este castillo para siempre,
al cabalgar por el bosque tened cuidado, pues tras cada árbol
habrá cien orcos gritando por tu sangre, tú y tus hijos saciarán
el hambre con sus carnes. Si quieren jugar a que la vida del
orco no vale dos puñados del polvo del suelo nosotros no
tenemos porqué dar más por una vida humana.
ISILDUR: Os agradezco vuestro interés, pero a mí no me
placen que me amenacen. guardias, aprésenlo!
EMBAJADOR ORCO: Comportamiento típico de los humanos,
matar al mensajero que trae las malas noticias. ¡Cuidaos,
Isildur, cuidaos las espaldas:
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(Los guardias lo apresan, salen) (Entra el guardia)
GUARDIA: Señor, el embajador Elfo (Entra el embajador elfo)
EMBAJADOR ELFO: Buenaventura, Isildur, hijo de Elendil.
ISILDUR: Que bueno es verlo, lo mandé llamar por un caso
urgente EMBAJADOR ELFO: Sabe que no le negaremos nada,
estamos en deuda con su padre, haremos todo para ayudar al
hijo.
ISILDUR: El Rey de Belegost ha declarado la guerra a Angmar
y pretenden librar la batalla en el territorio de Árnor.
EMBAJADOR ELFO: ¡Qué ultraje: Es típico de los enanos no
poner cuidado en la superficie de la tierra, pues son como ratas
en la madriguera de la cuevas. No se preocupe, el enano no se
saldrá con la suya, ahora mismo partir a preparar la ofensiva.
ISILDUR: Os agradezco la ayuda.
EMBAJADOR ELFO: Le agradezco yo a usted, es el pretexto
perfecto para mostrar al enano cuál es la raza superior, con su
permiso(Sale) (Isildur saca el anillo de un cofre dorado que
lleva al cuello, aparecen los Nâzgul)
ISILDUR: He preparado las batallas, pero no puedo tomar
ningún riesgo, quiero asegurar el resultado, pelearán al
principio del lado de los enanos, sabotear las máquinas de
guerra de los orcos. Una vez vencido el orco sabotearán al
enano para que sea aplastado por el elfo.
KHAMUL: Se hará como pides. (Exeunt)

ACTO IV, ESCENA III

(La escena representa el vestíbulo del palacio de Minas Ithil,


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entran Itarilde y Valandil)
ITARILDE:¡ Valandil, hija ¿No sabes nada?
VALANDIL: Primero debes calmarte, mamá, en vez de dormir
caminas y caminas.
ITARILDE: No está tan lejos Orodruin, algo debe haberles
pasado... VALANDIL: Mamá, el mensajero anunció que se
desviaron hacia Árnor y que pronto volverán.
ITARILDE: No dijo cuando.
VALANDIL: Mamá, confía en mi padre, verás que regresa a
salvo. ITARILDE: Escucha, algo sucede a nuestras puertas.
(Entra un guardia)
GUARDIA: Reina mía, El Rey Isildur y sus hijos regresan a
Minas Ithil, vienen acompañados.
ITARILDE: ¿Acompañados?
GUARDIA: Traen una escolta de cinco jinetes.
VALANDIL: ¿Seguro? Se fueron ellos tres únicamente.
GUARDIA Les he dicho lo que vi.
ITARILDE: Vamos, hija. Tu padre y tus hermanos nos deben
una explicación. (Al salir les cortan el paso Isildur, Elendur y
Ciryon)
ISILDUR: (abre los brazos)
ITARILDE: (no se mueve) ¿Donde has estado?
ISILDUR: delimitando las fronteras de Árnor (cierra los brazos)
ITARILDE: Imposible, esa tarea te llevaría varios años,
necesitas más hombres que cinco.
ISILDUR: (francamente extrañado) ¿Cinco?
ITARILDE: Desde lo alto han visto tu escolta.
ISILDUR: Sólo somos mis hijos y yo.
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ITARILDE: Me dijeron que los escoltaban cinco jinetes.
CIRYON: (asustado) Imposible, nadie nos seguía.
ELENDUR: No pueden haber sido orcos, no se comportan así.
VALANDIL: ¿Adónde fueron?
ISILDUR: Ya se los he dicho, el problema de mi herencia ya
está solucionado, Árnor de ser ese pequeño reino de retiro será
en poco tiempo del tamaño de Gondor, reinos gemelos
vigilantes de la prosperidad de la Tierra Media. Entonces tú y
yo nos retiraremos a descansar...
ITARILDE: En tan poco tiempo no habrías podido con tantas
guerras. ISILDUR: El poder está de mi lado, hemos regresado
por ustedes, en poco tiempo habrá una ceremonia de
coronación.
VALANDIL: No entiendo nada.
CIRYON: El Rey ha puesto a luchar a enanos y orcos para
quedarse con las tierras de ambos.
ITARILDE: (temerosa) Isildur, esposo, dime donde está el
anillo.
ISILDUR: (natural, pero recuerda la promesa) En este cofre
dorado alrededor de mi cuello.
ITARILDE:: (Se exalta) ¡Prometiste destruirlo:
ISILDUR: Debes entender que hay metas más grandes que se
pueden alcanzar con este anillo...
ITARILDE: ¡El rey no cumple sus palabras:
VALANDIL: (Intenta calmar a Itarilde) Calma, calma...
ITARILDE: ¡No cumpliste tu promesa:
ISILDUR: La cumpliré cuando ya no necesite el anillo...
ITARILDE: ¡A Isildur le falta el mismo dedo que a Saurón!
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ISILDUR: (asustado) ¿Qué? (Lo molesta su miedo, se enoja) ¿Y
eso qué quiere decir?
VALANDIL: La reina está alterada, necesita dormir.
ISILDUR: Valandil, hija, ven con nosotros a Árnor, para que
veas que ese reino es ahora lo que siempre debió ser,
VALANDIL: Tengo que cuidar a mi madre, se ve muy mal, no
sabes cómo me gustaría estar con ustedes.
ISILDUR: Si no quieres venir sólo dilo, no te excuses.
VALANDIL: Padre, yo no quise...
ISILDUR: ¡A callar! Tendremos que regresar los tres solos. Al
parecer a tu madre no le parecen mis hazañas.
VALANDIL: (aguantándose las lágrimas) Padre, no digas eso,
es que... ISILDUR: ¿Es que qué? ¿También me vas a llamar
traidor? ¿Es eso? VALANDIL:: ... (rompe a llorar, no quiere que
sus hermanos lo noten) ISILDUR: Regresar hasta acá resultó
inútil, partiremos ahora mismo. (Ciryon trata en vano de
consolar a Valandil)
ELENDUR: Rey mío, acabamos de llegar, fue una larga
travesía, estamos cansados...
ISILDUR: ¡Vaya: Ahora también ustedes están en contra mía!
ELENDUR: ... Partiremos cuanto antes.
ISILDUR: Andando. (Salen)
ITARILDE: (A la guardia) ¡Que una escolta de diez jinetes se
presten a seguir al Rey! Me inspira temor la aparición de esas
sombras.
VALANDIL: Que ese no sea mal presagio. (Exeunt)
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ACTO IV, ESCENA IV

(La escena representa las afueras del palacio, unos Segundos


después, unas mendigas yacen arremolinadas, se levantan al
ver a Isildur salir)
MENDIGA JOVEN: ¡Rey Isildur, por favor: Lo hemos esperado
semanas, lo necesitamos...
ELENDUR: No es prudente molestar al rey, no está de humor.
ISILDUR: Elendur, me desilusionas, un rey Siempre tiene
tiempo para sus súbditos (se acerca a la mendiga joven) Dime,
hija mía.
MENDIGA JOVEN: Mi madre está enferma de sus ojos (señala
a una mendiga vieja) El anciano curandero me dijo que la única
forma de curarse es que el rey mismo bese las cuencas de sus
ojos.
ISILDUR: Dile a tu madre que se acerque, pues. (La mendiga
joven ayuda a la vieja a incorporarse, se acerca al rey)
ISILDUR: Dígame, ¿Qué le pasó en los ojos?
MENDIGA VIEJA: Nada, Padrecito, los cerré cuando mis dos
hijos murieron en el sitio de la Torre Negra, eran el lucero de mi
vida, sin ellos yo no quise ver nada más, pero ya ve, mi hija me
dice que tengo que ver para que la ayude a trabajar.
ISILDUR: (la toma de la mano) Su hija tiene razón, la muerte
ajena no es la que nos ciega, sino la propia.
MENDIGA VIEJA: Tienes razón, Padrecito, pero ya no
queremos ver. ISILDUR: (le besa las cuencas de los ojos) Dime
lo que ves.
MENDIGA VIEJA: (abre los ojos, se los talla, mira a Isildur) A la
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mitad de un hombre. Padrecito, (le toca los ojos) te heredo mi
ceguera, se te quitará cuando te hayas despojado de todo el
metal de tu cuerpo, las sombras se retirarán de tus ojos cuando
le regales a la flama lo que le pertenece.
MENDIGA JOVEN: Soy yo, mamá, dale las gracias al rey.
MENDIGA VIEJA: Dale a la flama lo que le pertenece y podrás
ver. MENDIGA JOVEN: Rey mío, no sabe cuanto se lo
agradezco. (le besa los dedos)
ISILDUR: Cuida bien a tu madre.
ELENDUR: No pude oir lo que te decía la anciana.
ISILDUR: (turbado) Nada, no me dijo nada, vámonos...
(Exeunt)

ACTO V, ESCENA I
(La escena representa los campos Gladden, entran Isildur,
Elendur y Ciryon con escolta) (Aquí comienza el relato original)
CIRYON: Rey mío, su actitud me preocupa, con mi madre se
comportó muy violento.
ISILDUR: ¿Porqué tanta distancia en el trato, Ciryon?
CIRYON: Temo que se irrite con mis palabras.
ISILDUR: Me molesta que nadie elogie mis esfuerzos y eso te
incluye a ti.
CIRYON: Usar el anillo lo ha cambiado, mi madre tenía razón,
el anillo es malévolo.
ISILDUR: No culpes al anillo, es mero instrumento de lo que en
verdad deseo. A ponérmelo vi todo más claramente, no tiene
tantos poderes como imaginé, no es la fuente del poder de
Saurón, hace unos cuantos trucos al conjurarlo y nada más.
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CIRYON: Hay cosas que usted no me dice, no sé si puedo
confiar.
ISILDUR: Hijo, deja de distanciar tu trato, soy el mismo que
siempre he sido.
ELENDUR: El padre que conozco no es un traidor.
CIRYON: ¡Elendur: No se le habla así a...
ISILDUR: Al Rey, quieres decir, para ti ya no soy un padre, es
decir para ustedes, sepan que todo lo que he hecho en favor de
Árnor lo hago por su herencia.
ELENDUR: Disculpa de una vez, no puedo callar más tiempo...
No quiero ser rey, padre.
ISILDUR: Los hijos de Isildur son reyes de Gondor y Árnor.
CIRYON: Lo que Elendur quiere decir...
ELENDUR: S lo que quiero decir. Esto harto de que te dejes
influenciar por Meneldil, todo esto es culpa suya.
ISILDUR: Nadie me ha influenciado.
CIRYON: El padre que conocí era el rey más sabio y justo de
Tierra Media, no el traidor que siembra cizaña entre orcos y
enanos y elfos.
ELENDUR: Padre, en verdad no quiero ser rey.
ISILDUR: Van a decirme entonces que todo esto fue inútil.
CIRYON: Dejará de ser inútil si aprendes de esto.
ISILDUR: ¿Aprender? ¿Me van a venir a enseñar a mi? Bien,
bien, voy a prometerles algo.
ELENDUR: Llevas ya una promesa rota, demasiadas para el
Rey Matador de Siglos, si quieres que algo bueno salga de esto,
demos marcha atrás y devolvámosle el anillo a las llamas que
lo forjaron.
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ISILDUR: Olvidar el plan de conspiración, yo solo venceré a los
orcos y a cuanto se me ponga enfrente, así se irá de sus
mentes esa idea de traición.
CIRYON: El rey no nos escucha.
ELENDUR: Óyenos bien, No queremos que luches, queremos
que todo se quede como estaba, que Ciryon gobierne con
Meneldil, si quieres darle gusto también nos lo das a nosotros.
ISILDUR:..
CIRYON: Es inútil
ELENDUR: Deberíamos regresar nosotros solos, a él no le
importara. CIRYON: Lo sé, pero aquí hay un padre que nos
necesita y un rey, al cual darle la espalda es traicionarlo.
ELENDUR: Ese pecado no estará en mi conciencia, hermano.
CIRYON: Mira sus ojos, la misma mirada al saber de la caída
del Árbol Blanco, la misma al entrar a la fortaleza de Saurón.
ELENDUR: A estas alturas estamos a tiempo de desviar el
rumbo hacia Imladris, tal vez si le pedimos consejo al maestro
Elrond lo haga entrar en razón.
CIRYON: No hay consejo, por sabio que sea, que ente en los
oídos de aquel que no quiere escuchar.
ELENDUR: Y ya ha escuchado muchos, todos los deja pasar.
(Pausa larga)
ISILDUR: Escuchen...
ELENDUR: Ha oído todas nuestras palabras, el anillo...
ISILDUR: No ese rumor...
(Entra una compañía de orcos, los guía un licántropo)
CORO DE ORCOS: ¡Muerte a los humanos, Gloria al Señor de
la Torre Oscura!
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JINETE: ¡Una emboscada: ¡Preparen sus escudos!.
CIRYON: Son tropas de Saurón.
ISILDUR: La venganza de Saurón vive, a pesar de que él haya
muerto. ELENDUR: No, ése es el escudo de Angmar, el
embajador orco tenía razón.
LICÁNTROPO: (a los orcos) No ataquen hasta que os lo
ordene:
CORO DE ORCOS: ¡Prometimos matar a todo humano del
camino!

LICÁNTROPO: ¡Esperen! (A Isildur) Os conozco.


ISILDUR: Pocos ignoran al Rey de Gondor.
LICÁNTROPO: Lo que veo no es importante, Tenéis el olor del
Señor de los Anillos.
CORO DE ORCOS: Tiene razón, el humano se parece a nuestro
amo Saurón.
ISILDUR: ¡Insolentes! ¿Cómo se atreven a decirme eso? Los
destrozaré yo mismo, así lo he prometido.
LICÁNTROPO: Mis sentidos no me engañan, vos sois el
heredero legítimo del trono de la Torre Negra, el nuevo Señor
de los Anillos, estamos obligados a serviros. (El anillo brilla en
la mano de Isildur)
ISILDUR: El anillo tiene el poder de controlar sus mentes,
ahora me doy cuenta... No, una promesa es una promesa, los
destruiré.
ELENDUR: Padre, somos trece contra cientos.
ISILDUR: Calla, nadie hará que rompa mi palabra.
ELENDUR: No puedo obedecer al rey que pone en peligro
vidas humanas por una promesa que nadie le pidió.
CIRYON: No, Elendur, creo que ahora necesitamos el poder del
anillo, oíste al licántropo.
ELENDUR: ¿Qué no oíste? El rey dijo que quiere pelear, eso no
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lo voy a permitir (desenvaina) Padre, te prohibo pelear con los
orcos, hazlos obedecer.
ISILDUR: ¿Cómo, desenvainas desafiando mi autoridad?
¡Guardias, detengan a Elendur! (Los soldados no se mueven)
¿Cómo, también ustedes ignoran mi palabra?
ELENDUR: Padre, recapacita.
ISILDUR: Ya que no se mueven me moveré yo (va a cargar
contra los orcos, Elendur lo detiene)
ELENDUR: No voy a permitir que nos mates a todos.
ISILDUR: Quítate de enfrente, lo hago por ti.
ELENDUR: ¡Yo no te lo pedí! (Elendur cede ante la fuerza de
Isildur, Ciryon lo apoya)
ISILDUR: ¿No lo ven? Mi padre jamás hubiera aceptado la
ayuda de los orcos.
CIRYON: Eres un insensato ¿Qué no ves que nos estás
llevando a la muerte?
LICÁNTROPO: El Señor de los Anillos tiene problemas con ese
par de humanos. ¡Al ataque, protejan a nuestro amo!
CORO DE ORCOS: ¡Gloria al nuevo Señor de los Anillos:
(Los orcos atacan, ensaetan a Elendur, a Ciryon, así como a la
escolta, Isildur se queda con la espalda en alto, el tiempo se
detiene un momento)
ISILDUR: ¿Qué? ¿El poder del anillo me concedió el deseo que
yo no quería desear? ¿Porqué lo que dije que yo deseaba se
cae y mancilla? ¿Qué deseo? Nunca había tenido un deseo que
yo pudiera reconocer como mío. ¿Ser rey? Ese deseo era de mi
padre, ¿Que mis hijos sean reyes? Era suyo también. ¿Destruir
el anillo? Nunca fue mi intención, era la de mi esposa, que
ahora no sé sí era mía o ella se pertenecía sola. Qué ciego soy,
todo el tiempo me gritaron la verdad, ahora ya no tengo hijos,
del mismo modo que dejé a mi padre morir, ahora lo sé, ¿y de
qué me sirve? Puedo pedirle al anillo que me devuelva a mis
hijos, pero seria inútil, el anillo solo cumple mis deseos y eso no
37
lo deseo. Nunca he sabido lo que quiero y ahora que lo sé...
Voy a cumplir la única promesa que nadie me pidió prometer.
(el tiempo fluye, Isildur levanta su dedo anillado, lo corta con
su espada) Voy a matarlos yo mismo, no necesito esto para
vencerlos (se lanza contra el licántropo, al que vence
fácilmente, los demás orcos lo acosan y le dan muerte,
destrozan su cuerpo)
CORO DE ORCOS: ¡Temíamos a un humano débil, qué
decepción hemos llevado! Pensamos que era el heredero de
Saurón, su cuerpo hemos despedazado y no encontramos nada
formidable, carne y sangre como todos.
LICÁNTROPO: Partamos, pues, en algún lado estará el
verdadero heredero de Saurón, no aquí. (Exeunt) (aquí termina
el relato original)

ACTO V, ESCENA II

(La escena representa la Sala del trono de Minas Ithil, Itarilde


en el trono)
VALANDIL: Itarilde, Reina y Madre mía, por favor duerme.
ITARILDE: No puedo, cuando bajo la cabeza la misma pesadilla
me asalta, al bajar la guardia por un segundo el sueño llega
como el trueno, coro si mis ojos fueran tiniebla que precede la
lluvia.
VALANDIL: Mi padre ya no es el mismo desde que encontró el
maldito anillo.
ITARILDE: No digas nada, hija, solo hazme compañía, como
otras noches, como todas las noches, mi corona de reina es
poco importante para el sueño, ataca por igual a todos,
ineluctable gladiador que a conquistadores y campesinos hace
arrodillar, Señor de todos los secretos.
GUARDIA: Reina mía, a las puertas de palacio ha llegado un
38
escolta del rey.
ITARILDE: (serena) Hazlo entrar, trae malas noticias.
VALANDIL: (ansiosa) ¡Pronto!
(Entra el jinete, herido)
JINETE: Señora, los orcos nos emboscaron a la salida de los
campos Gladden.
VALANDIL: ¡Dame razón del Rey y los herederos!
JINETE: Todos muertos.
ITARILDE: ¿Viste si el Rey murió con el anillo puesto?
VALANDIL: Madre... ¿Cómo puedes preguntar… ?
ITARILDE: Responde a mi pregunta, si aunque sea la uña caída
de su dedo tocase el maldito anillo su alma estaría condenada
para siempre.
VALANDIL: ¿Cómo sabes eso?
ITARILDE: Conozco a mi esposo, el debería haber muerto puro,
sin que su alma o su cuerpo alojara traza alguna de materia
maldita... El Rey de Gondor, soberano matador de siglos debe
morir sin el anillo puesto.
JINETE: No me fijé, no vi ese momento...
ITARILDE: Tu mente está confundida, haz el esfuerzo por
recordar.
JINETE: No lo sé.
ITARILDE: (pierde la paciencia) Si no respondes morirás en
poco tiempo, recuérdalo.
JINETE: Como mandes... Lo vi, el anillo resbaló de su dedo
como si tuviera voluntad propia.
ITARILDE: El anillo lo traicionó.
JINETE: Será como dices... su cuerpo fue destrozado por los
orcos, no quedó ni un rastro... permite que me curen, por
favor...
VALANDIL: (no puede contenerse más, sale)
ITARILDE: ¡Hija, regresa! Dime, jinete, mis hijos...
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JINETE: Atravesados por la misma espada o asaeteados por los
orcos, como usted guste, déjeme descansar, se lo ruego.
ITARILDE: ¿Hacia donde iban?
JINETE: No sé, los seguimos de cerca, nada más...
ITARILDE: Debiste escuchar algo.
JINETE: Imladris, por decir algo Imladris.
ITARILDE: Puedes ir a curarte (El guardia ayuda al jinete a
salir) ITARILDE: Preparen el funeral. (Entran Meneldil y
Valandil)
VALANDIL: ¡Es tu culpa: Si no hubieras envenenado a mi
padre él no hubiera muerto.
MENELDIL: Yo... no tenía... no sabia nada...
VALANDIL: Él murió cumpliendo tus caprichos. No puedes
llamarte digno de llevar su corona. Tenía fe en ti ¿cómo le
pagaste?
ITARILDE: Valandil, Meneldil, hijos míos, hay un funeral, es
decir tres y no hay cuerpos.
VALANDIL: Alguien tiene que pagar, alguien debe hacerse
responsable de la muerte de si padre.
ITARILDE: Y de tus hermanos, es infortunado lo que sucede,
pero en las manos de tu primo no está su sangre, es curioso,
nadie lo vio sangrar, podría haber oro liquido en sus venas y no
habría diferencia.
MENELDIL: Seguiré la voluntad de Isildur, repararé todo el
mal que causó influenciado por el maldito anillo.
VALANDIL: No, El dijo que tú gobernaras Gondor. Tenía fe en
Árnor, es un reino con muchos problemas y surcado por la
guerra, deseaba que uno de sus hijos lo gobernara. Yo lo haré.
MENELDIL: Nadie te enseñó a gobernar.
VALANDIL: Llevo la sangre de Isildur en las venas, eso
siempre ha bastado. Nadie me dio nada, todo cayó a mi. Estoy
segura de que si hubiera tenido otro hermano, El también
hubiera muerto en el desastre de los Campos Gladden.
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ITARILDE: Vengan a mi, tomémonos de las manos y seamos
felices. Levantaremos dos estatuas gemelas como mausoleos
sin cadáver, a cada lado del camino Ánarion e Isildur, el
monumento a Isildur debería tener como epitafio AQUÍ YACE LA
MITAD DE UN HOMBRE pero el tiempo se encargaría de
malinterpretar mis palabras. La historia debe recordar a Isildur
como el vencedor de Saurón y el Rey Matador de siglos, no
como el hombre que tomó las decisiones equivocadas.
MENELDIL: Rey herido por mis reclamos.
VALANDIL: Portador del anillo único
ITARILDE: No, esa es la parte que debemos borrar de la
historia. Nadie debe saber que rompió la promesa que me
hizo. Recemos porque nadie encuentre el anillo nunca más,
haremos que se cumpla su otra promesa, sus hijos serán los
soberanos de la Tierra media, o cuando menos reyes de Gondor
y de Árnor. Nadie debe saber que él se puso el anillo por
voluntad propia.
VALANDIL: Por querer conseguir lo único que no podía obtener
MENELDIL: Por hacer lo que yo hubiera hecho en su lugar.
ITARILDE: Basta de lamentaciones, todo eso debe ser
desterrado para siempre de la historia, los soberanos de
Gondor y Árnor, tus hijos, Valandil, se llamarán orgullosos
herederos de Isildur y el anillo que gracias al creador cayó de
su dedo será recordado como EL MAL DE ISILDUR, lo
llamaremos el causante de su caída, aunque sepamos que eso
no es cierto. Sellarán en sus corazones el terrible secreto de mi
esposo. Aquí vienen las mujeres de Gondor, quienes cantarán
en alabanza la dulce mentira que hará feliz al mundo después
que hayamos muerto. Ahora puedo dormir, espero no despertar
jamás, espero que el sueño recurrente se haya resbalado como
el anillo del dedo de Isildur, durmamos tranquilos que ustedes
tienen que ser coronados, solo quiero dormir. Buenas noches
(Exeunt)
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(Entra el coro de mujeres)
CORO: Gloria eterna al rey matador de siglos, gloria a Isildur,
el traicionado por el anillo, que a la luz nunca aparezca el ya
llamado Mal de Isildur, a mis hijos contaré la desgracia de los
Campos Gladden, de como Isildur fue traicionado por la maldad
del anillo, contaré cómo derrotó a Saurón y ellos a su vez a sus
hijos contarán la leyenda en alabanza al más grande de los
reyes (Exeunt)

EPÍLOGO

(Al oscurecerse la zona del coro vemos, en lo alto, las sombras


de los Nâzgul en perfecta formación, esperan y un sexto jinete
se les une, más alto que ellos. El sexto jinete se adelanta y
guía a los otros cinco, reanudan su partida y los seis se pierden
en la lontananza)

(OSCURO)

C. Augusto Valdés, primera versión terminada el 15 de Agosto


de 1998
Revisión del 21 de septiembre de 1998

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