Sie sind auf Seite 1von 22
ANALES DE DERECHO. Universidad de Murcia. Numero 12. 1895 SOBRE LAS RELACIONES Y LAS FUNCIONES RECIPROCAS ENTRE DERECHO Y MORAL, SUMARIO: I. DERECHO Y MORAL COMO SISTEMAS NORMATIVOS, CRITERIOS DE DISTINCION. 1. Finalidad de las normas. 2. Contenido de las normas. 3. Objeto de las normas y modo de valoracién de los comport. mientos. 4. Modo de obligar las normas. I. RELACIONES ENTRE DERE- CHO Y MORAL COMO SISTEMAS NORMATIVOS DIFERENCIADOS. | Relaciones de indiferencia 0 neualidad. 2. Relaciones de tensiGn 0 conflicto 3. Relaciones de recepcin y de emisién. 4. Relaciones de armonia y comple: mentariedad. III. FUNCIONES RECIPROCAS ENTRE DERECHO Y MORAL. 1. Funciones de la Moral respecto del Derecho. A. La Moral como fuente material del Derecho. B. La Moral como fin del Derecho. C. La Moral ‘como fundamento y Limite de la valide2 del Derecho. D. Otras manifestacio- nes de la funci6n limitadora de la Moral: a) La Moral como limite ala auto rnomia de la voluntad, b) La Moral como limite al ejercicio de los derechos y libertades piiblicas, c) La Moral como limite de la capacidad juridica, d) Incidencia de la Moral en el estado civil de las personas. E. La Moral como ‘garantia de la eficacia del Derecho. F, Funciin metédica de la Moral en el Derecho. 2. Funciones del Derecho respecto de 1a Moral I, DERECHO Y MORAL COMO SISTEMAS NORMATIVOS. CRITERIOS DE DISTINCION. El comportamiento humano esté regulado por una pluralidad de sistemas normativos, entre los que destacan et Derecho y la Moral La Moral es, si cabe, un sistema normativo més complejo y problemstico 120 ALBERTO MONTORO BALLESTEROS ue el Derecho porque ella no tiene una significacién univoca, ni equivoca, sino plural y andloga. La Moral es un fenémeno, una realidad compleja que com- prende junto a normas de cardcter individual (que pueden tener una significacién religiosa o profana), normas de cardcter social! (Moral social), que poseen ras- 40s 0 notas que la aproximan, en diferente medida, a los sistemas normativos constituidos por el Derecho y los usos o reglas de trato social.? Derecho y Moral constituyen dos sistemas normativos diferenciados entre los que se dan miltiples y complejos tipos de relaciones y funciones reciprocas. La distincién entre Derecho y Moral puede establecerse en funcién de los sigulentes criterios: 1. FINALIDAD DE LAS NORMAS, En la regulacién del comportamiento humano la Moral busca la perfeccisn individual del sujeto (komo Bonus), mientras que el Derecho tiene como finali- dad la perfeccién del orden social (bonum opus), cifrado en la consecucién del bien comin, para hacer posible la convivencia humana dentro de un orden justo, seguro, pacifico y libre. 2. CONTENIDO DE LAS NORMAS, Con el fin de hacer bueno al hombre (homo bonus) la Moral obliga a hacer todo lo bueno (practica de todas las virtudes) y prohibe hacer todo lo malo (abs- tencién de todos los vicios), haciendo de la realizacién del bien (bona in se) y de la evitacién del mal (mala in se) la razén y et fandamento iiltimos del obrar. Por el contrario, e! Derecho, para salvaguardar el orden y la paz social, que es su tarea specifica, s6lo debe prescribir hacer lo justo y evitar lo injusto. “La ley humana indica Santo Tomas a este respeeto~ no prohibe todos los vicios, de los que se abstiene un hombre virtuoso, sino s6io (..) los més graves (..), Sin cuya prohibi- ign la sociedad no se podria conservar, como son los homicidios, hurtos, y otros vicios semejantes”. Por idénticas razones, afiade Santo Tomés, “la ley humana no 1 Koller, P, Theorie des Rechts (Eine Eintrung). Bau Verlag, Wien-Koln-Weims, 1992, pis. Bel ys. 2 Cit. Bloch, E, Derecho nate © dignidad humana, trad. esp. de Felipe Gonadler Vioen, Ea Aguilar, Maca, 1980, pgs. 236. ‘SOBRE LAS RELACIONES ¥ LAS FUNCIONES RECIPROCAS ENTRE DERECHO Y MORAL 121 ordena todos los actos de todas las virtudes, sino s6lo aquellos que se dirigen al bien comin, sea de manera inmediata (.... sea de manera mediata (..)"3 3. OBIETO DE LAS NORMAS V MODO DE VALORACION DE LOS COMPORTAMIENTOS. Tanto la Moral como el Derecho regulan actos humanos en los que hay que tinguir dos elementos o dimensiones conistitutivas: un elemento interno o intencionalidad (sintesis de conocimiento y voluntad) y otro externo, consisten- teen la manifestacién, concrecién y realizaciOn material, fisca, de aquel a través del correspondiente comportamiento exterior. En funcidn de esta estructura bidi- mensional del acto humano la diferencia entre Derecho y Moral puede compen- diarse asi - La Moral regula y enjuicia los comportamientos humanos, tanto unilate- rales (los que no afectan a otro sujeto) como bilaterales (los que afectan a perso- na o personas distintas del sujeto que actéa), en funcidn de un proceso valorati- vo que comienza por el elemento interno (intencionalidad) y concluye con el ele- mento externo (comportamiento exteriorizado) y las diferentes circunstancias (modo, tiempo, lugar, ete.) de su realizacién. = El Derecho, a diferencia de la Moral, -ademés de conferir efectos juridi- cos a determinados sucesos © acontecimientos independientes del conocimiento y de la voluntad humana (hechos juridicos)-, regula. s6lo determinados com- portamientos de carécter bilateral, enjuiciéndolos a través de un proceso que comenzando por el elemento externo del comportamiento y sus efectos o conse- cuencias se prolonga y culmina, en la medida en que ello es posible y necesario para la fitalidad del Derecho, nel andlisis y valoracién de la intencionalidad del sujeto (buena fe, mala fe, dolo, ete), confiriéndole las correspondientes conse- cuencias juridicas) 3 Summ. Theol. 1g 96,22 23. Cf. Bloch, E. op ct, pig. 234 {Chr Weber, M., Economia Seiedad (Esbozo de Sociologlacomprensiva),edicién preparada por 4, Winckelmann. Nota preiminar de J. Medina Echevarria, segunda edicise,séptima reimpresi. Fondo de Cultura Beonsmica, México, 1984, pg, 263 Del Veechio,G., Floofia del Derecho trad esp. de Legaz y Lacambra, nove ea, Bosch, Barcelona, 1991, ig. 336; De Ruggiero, R, Intiuciones de Derecho Civil, T. 1, Trad esp. de R. Serano Suet y J. Santa-Cruz Teo, lnsituto Eaton Revs, Madrid 1.979, pig 12; Rodriguez Paniagua, 1M. La dierenciacin de Moray Derecho, 0 “Flos Yel Derecho” (Estalos en Honor al Pro. J. Coes Grau), TI, Seeretarado de Publicaciones, Universidad 2 Valencia, Valencia, 1.977. pi. 368 mm ALBERTO MONTORO BALLESTEROS 4, MoO DE OBLIGAR LAS NORMAS, Por raz6p de su finalidad la Moral vincula al hombre en el fuero interno de su conciencia exigiendo asi una perfects adecuacion 0 correspondencia entre el comportamiento externo de! sujeto (sumisién u obediencia de la norma) y el ani- ‘mus 0 voluntadl (elemento interno) que impulsa ese comportamiento, que no debe ser otro que el cumplimiento de lo que la norma moral prescribe (Moralitit, en el sentido kantiano). Por exigencias de su fin el Derecho ~sin dejar de tener en cuenta, en deter- minados supuestos, los motivos de obrar-, s6lo exige la correspondencia o ade- ccuacién del comportamiento externo con lo prescrito por la norma, no interesain- dole al Derecho, en principio, las razones o motivos que empujan al sujeto a ‘camplir la norma (Legaliat, en sentido kantiano)S. Por esta raz6n el Derecho no manda 0 prohfbe hacer algo por tal 0 cual motivo sino, pura y simplemente, hacerlo o no hacerlo. EI modo especifico de obligar del Derecho explica que este pueda poscer, como garantia de sus normas, la nota de coercibilidad, 10 cual, por su propia naturaleza, ¢s impensable en la Moral. A! mismo tiempo ello justifica también que un sector de la doctrina (Thomasius, Kant, thering, Kelsen, Ross,...) haya visto en la coercibilidad el eriterio decisivo para distinguir el Derecho de la Morals Il, RELACIONES ENTRE DERECHO Y MORAL COMO SISTEMAS. NORMATIVOS DIFERENCIADOS. Moral y Derecho se configuran actualmente como dos sistemas normativos diferenciados pero intimamente conectados entre si, como dos ramas de un mismo tronco ético comsin. Ese tronco ético comin es el constituido por el valor de la justicia. Tanto el Derecho como la Moral ~cada uno en funcidn de su espe 5 Kani, Die Meransik der Siten (inlitung in die Metaphysik der Siten Il), Philipp Reclam jun. Stungan. 1990, pig. 53, {Ct Bobbio, Ny I positivism giuridco, Lesion de Filoofia del Diino raccote al Dr Nelo oer Cooperativa Libraria Universitaria Trinese-Editice. Torino. Anno Accadimico 1960-61, pps 183 y Kelson, H., Teorta pura del Derecho, Tad. exp de a segunda edi slemaa por RJ. Verneago, Universidad Nacional Auinoma de Mésico, Mético, 1982, pig. 75: Del Vecchio, G., op cit. pi. 336, 356 y ss, De Rogier. Rp. et pig. {2 0 Bloch, Epc pps. 235 y 281 Rodrig? Paniagu, JM" opt pg. 368 SOBRE LAS RELACIONES Y LAS FUNCIONES RECIPROCAS ENTREDERECHO Y MORAL 123 cifica finalidad y con sus respectivos medios~ aspiran a ordenar el comporta- miento y la convivencia humanas de acuerdo con un conjunto de valores y prin- cipios entre los que se encuentran (como valor compastido) las exigencias de la Justicia, La conexién bésica entre Derecho y Moral viene constituida por tanto por el valor de la justicia, pero las exigencias de ésta no agotan el contenido de las rnormas del Derecho ni de la Moral. La Moral, como ya sabemos, no slo pres- cribe la justicia sino la practica de todas las virtudes, al tiempo que prohibe todos los vicios. Por su parte el Derecho incorpora a Sus contenidos no solo exigencias de la justicia sino valores, principios e ideas muy diversos de significacién his- torica, ideoldgica, politica, técnica, etc. Esto determina y explica que entre Derecho y Moral, mejor aun, entre los diferentes contenidos que integran el Derecho y la Moral, en cuanto sistemas normativos considerados en su totalidad, puedan darse, simultneamente incluso, relaciones muy diversas. Dentro de esas posibles relaciones cabe destacar los siguientes tipos: 1. RELACIONES DE INDIFERENCIA O NEUTRALIDAD. Esta situacién se da respecto de materias y cuestiones juridicas que son indiferentes desde el punto de vista Moral. Asi, por ejemplo, los asuntos pura- mente técnicos de organiizacién y funcionalidad que, al menos en su raiz respor de a pures principios de economia y eficacia de las instituciones politicas, ju dicas y econémicas.? ‘Lo mismo aontece respecto de asuntos irrelevantes desde el punto de vista jurfdico, como pueden ser, por ejemplo, las cuestiones relativas a la vida virtuo- sa individual, en relacién, con las cuales el Derecho, en principio, nada tiene que decir 2, RELACIONES DE TENSION 0 CONFLICTO. En el proceso de su evolucién el Derecho y la Moral pueden presentar determinados puntos de friccién, tension y conflicto, Estas situaciones se produ- 7 Cf. Deans, Lod D., La idea de Derecho (jPerversida represra oneesidad social), wad. esp. eR. Apuilarde Ben y M. Bart. E. Civitas, Madrid, 1985, pip. 67, Rodriguez Moline, M, La Moral en el Derecho vigene, en "Derecho y Moral” Anaes de la Citedta Francisco Suirer, nim. 28. Universidad de Granada, Granada, 1988, pigs. 123 y 38 na ALBERTO MONTORO BALLESTEROS cen cuando el Derecho obliga 0 simplemente permite y autoriza cosas que la ‘Moral prohibe (por ejemplo, problemas relatives @ la legalizacién del aborto, al reconocimiento juridico de las parejas de homosexuales, persistencia en los orde- namientos juridicos de la pena de muerte, etc.), y también cuando el Derecho prohibe o sencillamente limita o dificulta la préctica de conductas que la Moral prescribe. La aparicién de estos puntos de tensién y conflicto entre Derecho y Moral perturba y obstaculiza de diferentes formas y con distinta intensidad el I6gico y sereno desenvolvimiento de la vida social, plantedndose al ciudadano y ala auto- ridad el problema de decidir en cada caso, cual de las normas en confflicto debe Prevalecer, y a la Politica Juridica la tarea de buscar soluciones duraderas a dichas situaciones de tensién y conflicto. De otro lado, esos momentos de ter sign y conflicto pueden operar como factores de impulsién del proceso de desa- rrollo y perfeccionamiento tanto del Derecho como de la Moral® 3. RELACIONES DE RECEPCION Y DE REMISION. En determinados supuestos, el Derecho asume, incorpora a su sistema nor- ‘mativo instituciones y normas de naturaleza moral, doténdolas de significacion y efectos jurfdicos. Asi acontece, por ejemplo, en los supuestos del reconocimien- to de plenos efectos juridicos civiles al matrimonio canénico, del castigo del per- jurio, de la blasfemia y de la regulacién de determinados aspectos de las relacio~ nes familiares (relaciones entre marido y mujer, entre padres ¢ hijos y entre parientes), que originariamente tuvieron y siguen teniendo una significacién fun- damentalmente moral’. En otros supuestos el Derecho remite explicita 0 impli- citamente a la Moral para determinar el criterio 6 Ja pauta de conducta a seguir. Esto es lo que acontece, por ejemplo, con las referencias que el Derecho hace a Ja buena fé, a 1as buenas costumbres, a la buena conducta, a la moratidad,ctc."° 8 Ck Dennis, Lord D, ap. ct. pigs. 65 ss; Deir, R, Recht MoraLldeoloie, Sttien Zor Rechustccrie, Surkamp Taschenbach Wissenschaft Frankfur am Main, 1981, pgs, 180 ys 184 ys: al, F. Aus der Waagschale der Justia (Ein Lesebuch aus 2000 Jahren Rechsgeschichl), Deuschet Taschenbuch Verlag CH. Beck, Noelingen, 1990, 2 Auflage, pig. 208, 9 Riper, G., La régle morale dans les obligations chiles, 36d, Labrire Genérale de Droit et de Jurispadence, Paris, 1935, igs. , II ys: eft. Batagli, F Curso de Flosofla del Derecho, wd. esp de F Elias de Tejada y P, Leas Verdi, Vo I lastitut Edtorl Reus, Magid, 1951, pigs. 347 y se; De Ruggiero, R, op, it. pt, 14 IOC ataglia, Fo. et pig. 346. Sobre el sentido yalcance dels remisiones del Derecho ala “Moral véate M, Rodsiguez Malinro, op. ct pigs. 126 a 128 SOBRE LAS RELACIONES Y LAS FUNCIONES RECIPROCAS ENTRE DERECHO Y MORAL 125 La Moral por su parte estatuye la obligacién, en el foro de la conciencia, de obedecer las leyes justas,"! lo cual supone en cierta medida una especie de recep- cién del Derecho en la Moral de remisién de la Moral al Derecho, y, en cual- uier caso, una garantia moral de las normas juridicas. 4, RELACIONES DE ARMONIA Y COMPLEMENTARIEDAD. Se trata de una situacién en la cual ies contenidos de la Moral y del Derecho, sin ser necesariamente iguales © parecidos -en algsin punto pueden y ddeben coincidir- son reciprocamente compatibles e incluso complementarios, apoyaindose e impulsandose los unos a los otr0s.!2 Respecto de las situaciones de conflicto y armonia que en determinados momentos pueden existir entre Derecho y Moral cabe adivertr: 1, Latensién y el conflicto es una situacién normal entre sistemas normati- vos vigentes, pudiendo constituir esa situacién de tensidn y conflicto -como ya se ha indicado~ uno de los factores que impulse el cambio y el perfeccionamiento reefproco de ambos sistemas. 2, Larelacién de armonia y complementariedad, con independencia de que de hecho se dé en determinadas situaciones, constituye siempre una meta exig dda por la unidad del acto hunrano ~que requiere compatibilidad y armonia entre las pormas que lo regulan— hacia la cual debe apuntar el proceso de desarrollo y perfeccionamiento de ambos sistemas normativos. Las relaciones de mutua armonia y complementariedad constituyen el supuesto adecuado para estudiar las funciones reciprocas que pueden y deben darse entre Derecho y Moral TH Aquino, T, de, Sam, Theol i, 996.4 12 Enest sentido escribe Lord Dennis Lid: “De tds mods no hace falta fem lejos para encom trr le razén por Ja que existe un ampliodmbio camtin al Derecho y ala moraidad, pues es misén de ambos imponer sist modelos de conduct sin os cute a sociedad humana difllmente podria sobre ‘vir en muchos de estos modelos mimos fundamenaes, el Derecho y Ia moraidad se refuerzan y se compiementas mutuamente como pane del tejdo 6 la vida seal, Sino evitamos el stage fisico a los ems y la apopiscin indsbida del que pertenece «otros no puede haber seguridad en I idan en as transaceiones humans que permiten Ia via y el bienesar de la sociedad. Lox eis males, al 0 nocer qu por regla general deberos evar semejanesacciones,complemevan la fuerza de la ey que las prohbe. Y la reprobacién meal que ess actos ispiran est reforzada po las staciones penal « os ‘ue impone aley”, Op. et, pigs. 64 6S. A ese respecto véase también Lyon, D,Bcay Derecho, tad cap- de M, Serra Ramoveda, Primera edicién, primera reimpresi, Ed. Ave, Barcelo, 1989, pigs. 9 1112; Rodeiguer Moliners, M. op eit pig. 121 ys. 126 ALBERTO MONTORO BALLESTEROS Ill, FUNCIONES RECIPROCAS ENTRE DERECHO Y MORAL. Derecho y Moral son sistemas normativos diferenciados pero unidos entre si, segtin indicamos ya, como dos ramas pertenecientes al mismo tronco ético constituido por el valor de la justicia. En virtud de ello Derecho y Moral, en cuanto sistemas normativos, no estén meramente yuxtapuestos sino engranados, imbricados, entre sf, como dos effeulos secantes. Esa relacién de imbricacién (interseccién) determina la existencia, real 0 potencial, de un complejo de fun- Ciones reciprocas entre Derecho y Moral. 1. FUNCIONES DE LA MORAL RESPECTO DEL DERECHO, La Moral, como sistema normativo independiente del Derecho, asi como Jos contenidos morales que circunstancialmente e] Derecho asuma ¢ favorpore a sus normas (recepcién) pueden cumplit, ep relacién con el Derecho positivo, mGhtiples funciones. Env elfas cabe destacar: A. LA Moral. COMO FUENTE MATERIAL DEL DeRECHO. Hist6ricamente la Moral ha venido operando —con diferente alcance ¢ intensidad, de acuerdo con las concretas circunstancias histéricas de tiempo y lugar~ como fuente material y factor de correccién y perfeccionamiento del Derecho positivo, al inspirar y determinar el espiritu y el contenido de determi- nadas instituciones y normas juridicas!. En este sentido la doctrina ha puesto de relieve, de modo reiterado, hasta elevarlo a la condicién de tépico, el hecho de la influencia humanizadora que la Moral cristiana ¢jercié —directamente, unas veces, indirectamente, otras, a través, fundamentalmente, del Derecho Canénico- sobre determinados derechos positivos. Esa influencia es claramen- te manifiesta en el Derecho hist6rico espafol!é, En nuestra historia 13 Cle Lloyd, Lord D. op. it, pg. 66; Preiado Heriade2,R. Lecciones de Filosofia dl Derecho, segunda edicién (peimerarimvesin) Universidad Nacional AutGnoma de México, México, 1986 pig, 108 1M Che Coing, H., Europaiches Privatech, T. I. (Altres Gemeines Recht) CH. Beck'sche Verlagsbuchhanlung. Michen, 1985, pigs. 359 se, 43 sh: Castin Tobets, La vocal uric det _pucbo espaol, en “Revista General de Legislaciony Jurispradencia",Sepimbre y Octubre. 1948, pigs. 6y ss: Galo Sinchez, Curso de Historia del Derecho, dima ed revisada pot J. A. Rubio, Editorial Minén, Valladolid, 1980, pps. 11 12.53, 80 y 142; Maldonado y Ferninder del Toco, J. Lineas de Influencia canénicaen la historia del Proceso espafl, en Apaaio de Histra del Derecho Espafo, XXiIll, Machi 1.983, pigs 467 y ss: El Derecho Canénicov el Derecho Cl cap Il del obra coke tiva, Derecho Candnic,T. 1. Eunsa, Pamplona, 1974, pag. 134 y 137 ys, 182 y 8, 148 y ss SOBRE LAS RELACIONES ¥ LAS FUNCIONES RECIPROCAS ENTREDERECHO Y MORAL 127 juridizo-constitucional mas reciente encontramos un curioso precept que con- sagrabe formalmente la funcién de 1a Moral como fuente material del Derecho Positivo. Se trataba de la Ley de Principios del Movimiento Nacional (de 17 de mayo de 1958), vigente hasta 1978, la cual, en su declaracién segunda, estable- cia: “La nacign espaftola considera como timbre de honor el acatamiento de la Ley de Dios, segtin la doctrina de la Santa Iglesia Cat6lica, Apostélica y Romana, tinica verdadera y fe inseparable de la conciencia nacional, que inspi- raré su legislacién” B, La Monat. como Fiv pet DERECHO. Con mayor © menor amplitud, segtin las circunstancias histéricas, cl Derecho ha asumido y continia haciendo suya la tarea de proteger y promover determinados valores y contenidos morales que se convierten asf en fines par- ciales del Derecho. “Manifestaciones diversas de esa funcién son, entre otras, las siguientes tareas: a) El reconocimiento y la proteccién juridica de la religidn v de la morali- dad, En nuestro Derecho histérico més reciente habria que destacar al respecto la especifica proteccién de que fue objeto la religién catdlica. El Fuero de los Espafoles disponta en este sentido, en sb art. 6: “La profesién y préctica de la Religién Cat6lica, que es la del Estado Espafiol, gozard de la proteccién oficial” EI mismo precepto afiadfa, en su pérrafo segundo: “Bl Estado asumiré la protec cidn de la libertad religiosa, que scré garantizeda por una cficaz tutela juridica que, a la vez, salvaguarde la moral y el orden piiblico”!s En nuestro Derecho vigente se ha operado, entre otros cambios, el despla- zamiento y sustitucién de las referencias a la protecctin de la moralidad y de la religin por el relativo a la libertad moral y religiosa. A ello hace referencia la Constitucién al reconocer y garantizar la “integridad moral” de las personas (art 15), la “libertad religiosa y de culto de los individuos y de las comunidades” (art, 16.1), asi como “el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formacién religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propies convicciones” (art, 27.3), 1S Se eta de precepts gue, con diferente alcance ¢ inensdad,segn las creunsancaspoiicas. tienen una Targa wadicdn histrica en nuesto Derecho constitucional Constiticién de 1808, an. 1; Constucién de 1812, an. 12 y 117; Consiiucioa de 1845, ar. 11; Consiucioa de 1886, an. 14; Consign de 1869, an. 21; Consitcion de 1876, art. 1 ns ALBERTO MONTORO BALLESTEROS ) Et castigo de las conductas contraria a la religidn y al orden moral. Manifestaciones de ello en nuestro Derecho hist6rico fueron el castigo de 1a herejfa, de la blasfemia, del adiilterio, del amancebamiento, de la homosexua~ lidad, de la pornografia, etc.'6. En este sentido el Cédigo Penal, en su anterior redaccién, haria referencias al pudor, a las buenas costumbres y a la moral publi- cacomo bienes que el Derecho debia proteger castigando las conductas que aten- taren contra ellos. Asi, por ejemplo, el art. 431, parrafo primero, de dicho texto primitivo castigaba “al que de cualquier modo ofendiere el pudor o las buenas ccostumbres con hechos de grave escéndalo o trascendencia~. Y el art. 432 san ccionaba al que expusiere 0 proclamare ‘por medio de la imprenta u otro proce- dimiento de publicidad, o con escéndalo, doctrinas contraria a la moral”, En nuestro Derecho vigente ~como consecuencia de Ia desaparacién de la confesionalidad del Estado y de un mas amplio reconocimiento de libertades-, encontramos, en relacién con las conductas contraria a la religiGn, un plantea- miento mas amplio y equitativo al proteger sin mas el sentimiento religioso y la libertad de conciencia (arts. 205 y ss. del Cédigo Penal). A este respecto dicho texto punitivo tipifica como delictiva la conducta consistente en ejecutar “actos de profanacién en ofensa de los sentimientos religiosos Jegalmente tutelados” (art. 208). Asi mismo castiga a quien “de palabra o por escrito hiciere escarnio de una confesiGn religiosa 0 ultrajare piblicamente sus dogmas, ritos 0 ceremo- nas” (art, 209), En relaci6n con las conductas contraria a la moralidad piiblica el Cédigo Penal sanciona los actos de exhibicionismo y provocacién sexual llevados a cabo ante menores 0 deficientes mentales (art. 431), asf como la difusién, venta 0 cexhibicién de “material pornogréfico entre menores de dieciséis afios o deficien- tes mentales” (art. 432). También castiga la ley penal las actuaciones relativas a Ja cooperacién o proteccién de la prostitucién (0 cualquier forma de corrupeics de otra persona (arts. 452 bis a. y 48.) Junto a la legislacién punitiva hay que tener en cuenta, a este respect, las ddisposiciones administrativas que, dentro de lo que tradicionalmente ha venido denomindndose “policia de costumbres”, se ordenan a la proteccién de la mora- lidad piblica, prohibiendo y sancionando las conductas contrarias a ella €) Con todo debe advertirse que la Moral no se reduce exclusivamente a las, 16 iieentes aspects de esta ampliaemdsiea en relacidn con la imerpretacin yaplicacién de Ia ley ‘rel poder juice una etapa muy concrta de nuestra historia, pueden verse ene vo de Pérez Ruiz, La argumentacion moral de! Tribunal Supremo (1940-1975), Ed Teenos, Madi 1987 SOBRE LAS RELACIONES Y LAS FUNCIONES RECIPROCAS ENTRE DERECHO Y MORAL 129 cuestiones relativas a la religién y a la sexualidad. E! Derecho protege también la moralidad cuando persigue y eastiga conductas tales como el homicidio, las Tesiones, las calumnias e injurias, el robo y las falsedades, etc.” 0 cuando salva- uarda y favorece determinados valores, como la buena fé." C.LA Mors como FUNDAMENTO ¥ LIMITE DE LA VALIDEZ DEL. DERECHO. Con independencia de la tesis del iusnaturalismo tradicional segtin la cual la ley humana solo es ley (y por tanto s6lo obliga) en cuanto se deriva de la ley natu- ral (esto es, en la medida en que es justa) y que cuando se contrapone a la ley natu- ral ya no es ley, sino comupeién de ley ,"* un modemo sector de la doctrina a la hora de indicar el fundamento sltimo de la obligatoriedad del Derecho (del deber Jjuridico) remite a la Moral: a la obligacién moral de obedecer al Derecho, ‘Al pasar del émbjto de la doctrina al plano del Derecho positivo nos encon- tramos con que la Moral opera como limite de la validez de las normas juridica: Segiin nuestro Cédigo Civil (art. 1.3), “la costumbre s6lo regiré en defecto de ley aplicable, siempre que no sea contraria a la moral o al orden paiblico y resulte probada”, En relacién con el Derecho legal nos encontramos con el problema de la invalidez (nulidad, anulabilidad) de las disposiciones legales contrarias a la Moral. En nuostro Derecho histérico la Ley de Principios del Movimiento ‘Nacional disponia que serfan “nulas las leyes y disposiciones de cualquier clase 17 Cf. Martinez Lopez Muti, .L., La moralidad blica come limit de las iberades publica, 2 Xil Jomadss de Estudio, Los Derechos fundamentals ¥libetades Pabica (I), Yo. , Ministerio de Sustcia Secretaria General Ténice, Cento de Publicsciones, Madd, 1.992 pi. 1.008; Ker, ©. op. cit pigs. 332 y 8, HB y 8, 1 Che Ripen, G. op cit pie. 7,303 y 55 19 Gh Aquino, T de, Summ. Theolipica, FIL, 98.2 y 4:96, 4 20 A ese respecio esribe Har "Se dice a menudo que un sistema junio lene que apoyarse ex sentido de obligecién moral of la conviccign del valor moral de sistema, dado que nose 290), puede hacerlo nel mero poder del hombre sobre el hombre". concepto de Derecho, tad. es, de Gena R. Caro, Sepunda ed (reimpresicn). A. Abeledo-Perret, Buenos Aires, 1992, pig, 250 ‘Sobre este punto wEase: Raubruch, G., Rechsphilosophie, Lezpig 1.932, en "Gesamausbage” TI, Gx Miller Jursiseher Vera, Heidebere 1.993, pg. 271; Vorachule der Rechspilosophie, 1988, en “Gesamaushage", TI], CF Miller Jursischer Verlag, Heidelberg, 1990, pg. 196. Martin Kricle, Inaraducciin ata Teoria del Estado (Fundamentos bisticos dela leghimidad del Estado constiucional democratic}. rad. esp. de E. Bulgin, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1980, pig. 23 y 24; Delgado Pinto, 1. £1 deberurdico vlaobligaciin moral de obedecer al Derecho, en “Obligatoriedad y Derecho” (XI Joradas de Filosofia Suridcsy Social, del 28 al 30 de marzo de 1994, Servicio de Publicaciones, ‘Universidad de Oviedo, Oviedo, 1991, pags. 37 ys: Rodrguer Molinero, ML, op cit pg. 120. 130 ALBERTO MONTORO BALLESTEROS que vulneren 0 menoscaben los principios proclamados en la presente Ley Fundamental de! Reino”, entre las que se encontraba, configurada como fuente material del Derecho, como hemos visto ya (declaraci6n segunda), “la Ley de Dios, segtin la doctrina de la Santa Iglesia Catélica, Apostélica y Romana”, En hnuestro ordenamiento juridico vigente cabe pensar al respecto en la posibilidad de interponer el recurso de inconstitucionalidad contra las leyes y disposiciones normativas con fuerza de ley (art. 161.1 de la Constitucién), que violen los dere chos y libertades de contenido moral reconocidos y protegidos por la Constituci6n. La lesién de esos derechos y libertades de significacién moral constituiria el fundamento, mediato al menos, de la nulidad de pleno derecho de las disposi- ciones reglamentarias que deroguen 0 modifiquen el contenido de las normas de rango superior que regulan y garantizan dichos derechos y libertades (art. 28 de la Ley de Régimen Juridico de la Administraci6n del Estado y art. 62.3 de {a Ley de Régimen Juridico de las Administracioner Publicas y det Procedimiento Administrative Comin} _D. OTRAS MANIFESTACIONES DE LA FUNCION LIMITADORA DE LA MORAL. La funci6n limitadora de la Moral se manifiesta también en otros planos y dimensiones de la vida del Derecho. A este respecto cabe destacar: 4) La Moral como limite de la “autonomia de la voluntad”. En el Cédigo Civil encontramos miltiples ejemplos de ello. Asien materia de contratos dispone el Cédigo que “los contratantes pueden establecer los pac- tos, cldusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarios a la las leyes, a la moral, ni al orden piiblico”. (art. 1255). En relacién con las cosas que pueden ser objeto de contrato establece dicho texto legal que “pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que ‘no scan contrarios a las leyes 0 a las buenas costumbres” (art. 1271, pérrafo ter- cero). Respecto del contenido y alcance de las prestaciones contractuales prescri- be el Cédigo que, los contratos, una ver perfeccionados, “obligan no sélo al cum- plimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias ‘que, segtin su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley” (art 1.258). En relacién con la causa de los contratos dispone el Cédigo que “los con- tratos sin causa, o con causa ilfcita, no producen efecto alguno”, afiadiendo que SOBRE LAS RELACIONES Y LAS FUNCIONES RECIPROCAS ENTRE DERECHO Y MORAL 131 icita la causa cuando se opone a las leyes o a la moral” (art. 1.275) Establece el Cédigo Civil también la posibilidad de que el donante pueda revocar la donacién “por causa de ingratitud”, en una serie de supuestos en los {que la raz6n decisiva es la violacién por parte del donatario de determinadas obli- aciones morales (art. 648). A proposito de las capitulaciones matrimoniales prescribe el Cédigo que “serd nula cualquier estipulacin contraria a las leyes o a las buenas costumbres © limitativa de la igualdad de derechos que corresponda a cada cényuge” (art 1.328). Respecto de las obligaciones condicionales dispone el mencionado texto legal que “las congiciones imposibles, las contraria a las buenas costumbres y las prohibidas por la ley anularén la obligacién que de ellas dependa” (art. 1.116). En materia de testamentos establece la ley civil que “las condiciones impo- sibles y las contraria a las leyes o a las buenas costumbres se tendrén por no pues- tas y en nada perjudicardn al heredero o lelegatario, aun cuando el testador dis- ponga otra cosa” (art. 792) Debe advertirse que los principios generales del Derecho, en cuanto infor- madores del ordenamiento juridico, proyectan sus exigencias, en la medida en que lo permita su practicabilidad, tanto sobre el Derecho privado como sobre el Derecho piiblico. De ahi que los principios de significacién moral (buena fé, bue- nas costumbres, licitud de objeto, causa, finalidad... en los actos y negocios juri- dicos, etc, etc.) condicionen y limiten también la autonomia de la voluntad en el Ambito del Derecho piiblico. Ello se ha subrayado con especial énfasis en rela- cién con el Derecho Administrative?” A este respecto tenemos: 1° Desde el punto de vista de los ciudadanos, de las relaciones entre los ciu- dadanos y la Administracién, no tiene ningtn sentido, no hay ninguna razén para pensar que el ejercicio de la autonomia de la voluntad por parte de los adminis- trados en sus relaciones con la Administracién no esté sujeto a los condiciona- mientos y limites que tiene en el ambito del Derecho privado, 2° Desde el punto de vista de la AdministraciGe, de la actividad adminis- trativa, nos encontramos con que, la Administracin -no obstante su genérica 2i Sabre estos diversosaspectos del problema ate Georges Ripert, op ch pigs 6 y sm y sy otyss ‘21 bis Cf Jess Gonzilez Pine. EI principio general de la bucna én el Desecho Administratvo, 2 ed, Ed. Civitas, $.A., Madrid 1.989, en especial los pgs. 1955.22 ys. 34 ss. 37 a3, 56468, 106 yes 161 ys 1 ALBERTO MONTORO BALLESTEROS sumisi6n al principio de legatidad (en el Estado de Derecho)- tiene reconocidas determinadas potestades discrecionales, en las que aflora la autonomia de la voluntad de la Administracién, y respecto de las cuales los mencionados princi- pios generales de significacién moral operan también como Iimites de la activi- dad discrecional. Asi sucede, por ejemplo, en materia de contratacin adminis- trativa, en donde el art. 3 de la Ley de Contratos del Estado (de 8 de abril de 1965) dispone: “La Administracién podra concertar los contratos, pactos 0 con- diciones que tenga por conveniente, siempre que no sean contrarios al interés piblico, al ordenamiento juridico o 2 fos principios de buena administracién y deberd cumplirlos a tenor de Jos mismos, sin perjuicio de las prerrogativas esta- becidas, en su caso, en favor de aquella”. Otro tanto cabe decir de la actividad de la Administracién en relacién con los siguientes aspectos de la misma: ConstataciGn, apreciacién y valoracién del hecho determinante de la actuacién ‘administrativa; 2° Contenido del acto administrativo, cuando la ley oftece varias posibilidades de actuacién; 3° Oportunidad (tiempo © momento) de la actuacién de la Administracién, y 4° Eleccién del medio més adecuado para conseguir la finalidad propuesta (art. 53 de la Ley de Régimen Jurfdico de las Administraciones Pablicas y del Procedimiento Administrativo Comiin, de 26 de noviembre de 1992). En todos estos supuestos fa Administracién esta sometida a las exigencias y limites de la buena fe, de la buena administracign y demas prin- cipios que se manifiestan, entre otras formas, ene! “principio de proteccién de la confianza legitima” del administrado, en el buen funcionamiento de la Administracién (Cft. Sentencia del Tribunal Supremo, Sala Tercera, de 1 de febrero de 1990), b) La Moral como limite al ejercicio de los derechos y libertades piblicas. Constituye un principio © lugar comiin de la conciencia ético-juridica de} ‘mundo modero la idea de que el ejercicio de los derechos y libentades no puede ser permitido cuando no tiene més finalidad que causar dafho 2 fos demés®. En este sentido el Cédigo Civil establece, por su parte, que “la ley no ampara el abuso del derecho 0 el ejercicio antisocial de! mismo” (art. 7.2), ¥ prescribe que “Ios derechos deberan ejercitarse conforme a las exigencias de la buena fe" (art 7). En el dmbito def Derecho constitucional cuenta ya con una larga tradicién hist6rica ef principio de que el respecto a la Moral constituye un limite al ejerci- 22 Of Baap, F op et pigs. 350 ys; Ripert, Gop. cit. mgs. 7,167 958 SOBRE LAS RELACIONES Y LAS FUNCIONES RECIPROCAS ENTRE DERECHO Y MORAL 133, cio de la libertad de conciencia y de religién. Con diversas formulaciones ello ha sido recogido y proclamado por varios textos de nuestra historia constitucional. Asi tenemos - La Constitucién de 1869, después de declarar que “la Nacién se obliga a mantener el culto y los ministros de la religién cat6lica”, afiade: “El ejercicio piiblico o privado de cualquier otro culto queda garantizado a todos los extranje~ ros residentes en Espafia [asicomo a “los espafoles que profesaren otra religion que la Cat6lica”}, sin mas limitaciones que las universales de la moral y del dere- cho” (art. 21), - La Constitucién de 1876 disponia: “Nadie sera molestado en el territorio cespaiiol por sus opiniones religiosas, ni por el ejercicio de su respectivo culto, salvo el respeto debido a la moral cristiana’” (art. 11, parrafo segundo). = La Constitucién de 1931 establecia al respecto: “La libertad de coneien- cia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religién quedan ¢garantizados en el territorio espaol, salvo el respeto debido a las exigencias de la moral paiblica” (art. 27). ~ El Fuero de los Espafoles, tras declarar que la religisn cat cial del Estado espaiiol, disponia que el “Estado asumira la proteccién de la liber- tad religiosa, que sera garantizada por una eficaz tutela jurfdica que, ala ver, sal- vaguarde la moral y el orden pablico” (art. 6). La referencia a la Moral desaparece en la Constitucién de 1978 que esta- blece: “Se garantiza la liberad ideoldgica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin més limitaciones, en sus manifestaciones, que la necesa- ria para el mantenimiento del orden piblico protegido por la ley” (art, 16.1). Con todo, en el orden constitucional vigente tenemos que la Moral publica continua constituyendo un limite al ejercicio de los derechos y libertades reconocidas en la Consttucién, Ast acontece, por ejemplo, en relacidn con la “libertad de expre- reconocida en el art. 20.1 del vigente texto constitucional. Ello es lo que resulta al poner en conexién los art. 20.4 y 10.2 del texto constitucional. El art. 20.4 dispone que las libertades reconocidas en la Constitucién “tienen un Kimite en el respeto a los derechos reconocidos en este Titulo, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, ala intimidad, ala propia imagen y a la proteccién de la juventud y de la infancia”. El art. 10.2 establece: “Las normas relativas alos derechos fundamentales y a las libertades que la Constitucién reconoce, se interpretarén de conformidad con la Declaracién Universal de los Derechos Humanos y los tratados y acuerdos inter- nacionales sobre las mismas materias ratificadas por Espafia”. En dichos textos be ALBERTO MONTORO BALLESTEROS internacionales existen numerosas referencias explicitas a la Moral ~referencias que en nuestro ordenamiento jurfdico han ido desapareciendo progresivamente al filo de las reformas introducidas desde 1982-, En este sentido la Declaracién Universal de Derechos Humanos (1948) dispone en su art. 29,2: “En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estard solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el tnico fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los dems y satisfa- cer las justas exigencias de la moral, del orden publico y del bienestar en una sociedad democrtica”?. 125 Asa ve, el Pact Internacional de Derechos Civils Roltion (96) estalece gue: “Los dere: hos antes mencionados no podrn ser objet de restrcciones salvo cuando ts se halen pris en lt ley, sean necesarias para proteger la Seguridad nacional. el orden pain, a sale 0 Ia moral publicas © los derechos y liberades deterceos, y sean comaubles con lox dems derechos econocidos en el pre sete Pato” (at. 12.3) ‘Sobre esa eustién véase JR. Mantnez Lper-Muliz, op. ct pag. 1005 y s, 1010,y ss 1019 y ss I PactoIntemacional de Derechos Econsmicos. Sociales y Cultaraer (1966) dspone:*Se deben adopter mes especiales de prseeci y asistencia en favor de todos los nfo y adolescents, sin dis- ‘rimingcign alguna por ran de iiacén o cualquier ota condicion. Debe protegerse aos mii y ado- lescentes conta a expltaciinecondmicay weil. Su empleo en uabsjosnocivos para su moral 9 salud, ‘en los cuales peligre su vid ose corael riesgo de perjudiar el desarotlo normal, ser sancionado por laley. Los Estados deben esablecer también limits de edad por debao de los evslesquede probibigo y sancionado por la ley el empleo a suelo de mano de bra infantil” (ar. 10,3) EI Convenio Dana la Proteccién de lor Derechor Humanoy y de las Liberades Fundamentales ‘Roma, 1950; Pars, 1963 y 1966) establce: “Toda persona tene derecho aque su causa sea oid equa: tiva,pabicament y dentro den plzo rzonable, por un Tsibuna independiente e pari, evablect: {do por It Ley, que decidir los lngios sobre aus detechos y ebigaciones de carder civil o sobre el fun damento de cualquier acusacign en material penal dirgida contra eli. La sentecia debe see promunciada pablicament, pero el acceso ala Sala de la Audienia puede ser probibigo ala prensa yal pblicoduran- te la waded o pute del proceso en interés de a oralidad, del orden pico o de a segsrdod nacional ‘en ura sociedad democrtica, cuando los inereses dels menores ola protecign de eva prvada de as partes ene proceso aslo exjan 0 en la medida consderadanecesra por el Tibunal, cuando en ctcuns- ‘ancl especiales la publicidad pudiera ser pesjuicial para los interes dela justi (an. 6.) ‘Sobre esta cuesin ease Marine Lopez Mufiz, Lop. cit. ps, 1.005 L011 1019 y 1020, Estas os dims pgs en elacin cot la protein de Ia juventud y de a ianca frente a publicidad mo wl Enselacgn co la dea de “buena fe" Tribunal Constucioal espol ha entendido que dicha cate sori coasttye un limite al eericio de todos los derechos, inculdor los de rango constiiconal (Gentencias 120/983, de 15 de diiembrey 6.988, de 21 de eneto, etre ote). Una posicién dsere- pane maniene al respecta, Antonio Moreno Garcia, Buena fé ¥ derechos fandamentaes om 1a “Jurisprudence de Tribunal Consttucional en “Revista Espatola de Derecho Consttucionl”, nim. 38, ‘Mayo-Agosco de 1.993, en especial as pgs. 267 ys, 269, 271, 274 ys, SOBRE LAS RELACIONES ¥ LAS FUNCIONES RECIPROCAS ENTRE DERECHO Y MORAL 135 ¢) La moral como limite de la capacidad juridica. [La Moral incide también sobee la determinacién de la capacidad juridica de las personas. En este sentido, por ejemplo, el Cédigo Civil dispone que no pue- den ser twiores, entre otras, “las personas de mala conducta 0 que no tuvieren manera de vivir conocida” (art. 244.3°). En materia de sucesiones establece el ‘Cédigo que “son incapaces de suceder por causa de indignidad”, entre otros: “los padres que abandonaren, prostituyeren 0 corrompieren a sus hijos” (art. 756.P°), yy “el que hubiere acusado al testador de delito al que la Ley sefale pena no infe- rior a la de presidio o prisiGn mayor, cuando la acusacién sea declarada calum- (at. 756, 3°) Por su parte el Cédigo Penal dispone que, en los delitos relativos a la pros- titucién (arts. 452 bis a. y ss.) el Tribonal sentenciador podré “privar a los eul- pables (ascendientes, tutor) de la patria potestad y tutela” sobre los menores de edad que hayan sido prostituidos (art. 452, bs, g.). Asimismo castiga el Cédigo Penal con la pena de “inhabilitacién especial para e! ejercicio de la ensefianza publica y privada” a quienes, con motivo u ocasién del ejercicio de su funcién docente, incurrieran en alguno de los delitos contra Ia libertad de conciencia (art. 212). Un limite potencial a la capacidad de las personas es el constituido por la jlidad que tienen las partes en el proceso de poder tachar como testigo a posi 24 Enel mito del Derecho constitucional habia qu recotdar atlas imitacinnes de capacidad que por motvos ligiososextablecin nuestro Derecho constitucionalhistrica como concecueciaIiica del Feconocimiento dela religiéneatlica como la oficial del Estado, Mencién express aes cireunstancia cian ‘La Consitucin de 108: “La relgin ctlice, apostlicay romana, en Espada yen 0 as post ones esos, ser la Relig del Rey y de la naeim: y no permit ninguna ot" Le Consieidn de 1812 esabeca: “La liga de la Nacin espala es ser perpeusmente Is ‘catia apostlia, romans, doi y verdadea” (ant 12),ydisponia luego: "El Rey tende el iratanento fe Majesiad Csi" an. 169) a Ley de Sucesion en la Jefatura del Estado, de 1940, ras declrar que “Espa, como vnidad po tia, € un Bsa eatlic, socal y representa, que, de acuerdo con su ation, se dela consti do en Reino” (a. 2), isponia que “para eercer la efaura del Exado como Rey o Regente se requetiré (entre eros requisites) profesar la religéneatica” (a. 9) [En ota linea de pensamiento la Cnstiucion epubicana de 1931 estabeca: "La condicién religio- 1 no constiuirsereunstancia modificaiva dela personalidad civil politics, salvo lo dspuewo en eta ‘Constucisn para el nombramieawo de Presidente de la Replica y para ser Presidente del Consejo de Ministror” (a 27 prafo into). En andlogs linea de pensamlento a Constinciin mondrquica de 1978, <éesde el plenoreconocimicnto de “la libertad ideoldgia, religiosay de eulto” (an 16.1), no esablece nin ‘Bin condicionamiento de tipo religioo para ser Rey o Regents (a. $6 ss. $9) 16 ALBERTO MONTORO BALLESTEROS Quien hubiere side "tondenado por falso testimonio” (art. 660, 4* de Ia Ley de Enjuiciamiento Civil) @) Incidencia de la moral en el estado civil de las personas. La Moral puede influir y condicionar también el estado civil de las perso- nas. Asi, por ejemplo, el Cédigo Civil establece, entre otras, como causas de separacién matrimonial, “la infidelidad conyugal, la conductainjuriosa 0 veja~ toria y cualquier otra violacién grave o reiterada de los deberes conyugales” (art. 82.1) 0 “de los deberes respecto de los hijos comunes o respecto de los de cual- ‘quiera de los cényuges que convivan en el hogar conyugal” (art. 82.2) ‘Ademés de la separacién de hecho durante el tiempo prescrito en la ley, la separacin conyugal fundada en cualquiera de las citadas conductas inmorales podra servir luego, a tenor de lo dispuesto en el art. 86, para justificar el divor- cio ) La Moka, COMO GARANTIA DE LA EFICACIA DEL BeRECHO, Con independencia de que sea cierta 0 no la tesis doctrinal que ve en la Moral el fundamento timo de la validez (obligatoriedad) del Derecho y como consecuencia de las relaciones de armonia y complementariedad que deben darse entre Derecho y Moral, esta puede y debe operar como coadyuvante, como arantfa de la eficacia del Derecho, estimulando la aceptacién y cumplimiento de sus normas.% La explicacién iltima de ello habria que buscarla en la dinémica, en la interrelacién existente entre la justicia (fin del Derecho) y sus partes poten- ciales®". En este sentido recordaba Legaz: “Es evidente que donde est muy ele- vvado el nivel moral de la sociedad, todas aquellas normas que no pugnan con la conciencia ética dominante en ellas son cumplidas esponténeamente en grado mayor que donde s6lo el temor a las sanciones puede ser eficaz; lo mismo cabria 25 Ch. Lloyd, Lord D, op. it, pgs 68 y ss. Enel mbito del Derecho espa la jurispradnciay la (Ciencia jrdic han puesto de relieve qu In siniicalén y el aleance moral de as cass de separacin ¥ de dvorcio esabecidas en la ley son mucho ms rcos d= To qu. en una primers ctr, pdr pare ‘cer deducts de as palabras del exo legal. Vea al respecto Lie Alsen, M, El nuevo sistema mat ‘monial espaol nuda, separacion y veri), El. Teena, Mahi, 1983, en especial as pigs. 181 9, 160 y 3,216, ss 26 Ch feline, G., Teoria General del Esado, wa. esp. prlogo de Femando de los Rios, Eitri) Albatros, Buenos Aires, 1978, pigs. $91 $82; Loyé, Lard D. op. cit, pigs 53 y es, 68 y 86, 72y $8. Preciado Hemfnder, Rp. cit pigs. 108 ys. 27 Ch. Aquino, Te. Summ. Peo. I-TLq 80 ar neo: Pieper J. Las vrtwdesfandamentales wad. xp. de M, Garrido (Cap. Justicia), 3 ed, Ediciones Rislp, Madd, 190, pigs. 162 y ss: Aranguren, SILL, Erica, Ed. Alanae Universidad, Madi, 199, pg. 253. ‘SOBRE LAS RELACIONES Y LAS FUNCIONES RECIPROCAS ENTRE DERECHO Y MORAL 137 decir ~afiade Legaz~ de la religiosidad del pueblo, pudiendo afirmarse con Donoso Cortés que cuando baja el barémetro de la religién, sube el de la repre- siGn penal y viceversa"S. Por su parte, Lord Dennis Lloyd ha insistido en la idea de que la ley, “para gozar de toda su autoridad, (necesita) ser reforzada por las convicciones morales de la comunidad. De modo més explicito si cabe se mani- fiesta Hart al recordar que “un sistema juridico tiene que apoyarse en un sentido de obligacién moral o en la conviccién del valor moral del sistema, dado que no se apoya, ni puede hacerlo, en el mero poder del hombre sobre el hombre”, F) Funcién metédica de la Moral en el Derecho. En el despliegue de su funcién ordenadora de la vida social el Derecho no se sitve siempre de términos, expresiones y categorias ldgicas de significacién clara y precisa sino que, en ocasiones, utiliza “clausulas generales” 0 standards que constituyen una pauta ideal, imprecisa, “mévil” necesitada de concrecién en cada caso particular.*! Muchas de estas cliusulas generales o standards poseen uuna indudable significacién moral. Asi sucede, por ejemplo, con las referencias que el Derecho hace a categorias o principios valorativos tales como las buenas costumbres, 1a buena fé, la buena conducta, la rectitud moral, la ética profesio- nal, el buen padre de familia, la moralidad publica, la competencia leal, etc." Ante la dificultad de precisar lo que la Moral social vigente exige en cada 28 Flosfa del Derecho, da El, Bosch, Casa Editorial, Barcelona, 1975, pp 403 29 op. cit pi. 73, En ot lugar eseribe: “Enel Dercho Penal toda ides de “culpaildad” ex vin

Das könnte Ihnen auch gefallen