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LA ALEGRÍA DE LOS NIÑOS Y LOS JÓVENES ESTUDIANTES

Cuando nos corresponde realizar nuestra labor con


los niños, niñas y adolescentes, debemos
aprovechar la energía, la alegría y el entusiasmo de
ellos. A veces no por lo que puedan recibir en la
academia, sino por sus expectativas propias.
Encontrarse con el amigo o amiga, cortejar a la
muchacha de al lado, divertirse con la broma aprendida, etc. Son muchas las
razones que ellos puedan tener al ingresar a la institución y no siempre las
que nosotros esperamos. Aunque no falta aquel que tiene bien direccionado
su camino de éxito académico o aquel que por la presión o apoyo de sus
padres o benefactores no los quiere defraudar.

Pero lo que sí es cierto es que la alegría de momento está presente en ellos y


es allí donde nosotros debemos aprender a divertirnos y de alguna manera
tolerarla, porque no siempre corresponde a actos que busquen el desorden
sino que es lo que me atrevo a llamar “la broma oportuna” que divierte y
permite un momento grato para quien está a su alrededor.

Si como docentes nos permitimos entender un poco a estas personas,


lograremos un mejor espacio laboral, nos estresaremos menos y por
supuesto los apoyaremos más.

Muchas veces en las instituciones que he recorrido por el municipio he


podido notar que cuando hay un estudiante “difícil”, ya sea por su
comportamiento o su sentido del humor, se presentan docentes que lo
“marcan” y hacen todo lo posible para retirarlo del sistema y se encargan de
que su imagen se deteriore delante de los demás docentes; allí es necesario
tener en cuenta la verdadera misión de la Institución educativa, como oía en
un programa acerca de la familia en una emisora nacional que compartía la
opinión de un especialista al expresar que en las familias no todos debían
recibir el mismo afecto porque había unos hijos que necesitaban más apoyo
que otros. Pienso que lo mismo sucede en el sector educativo, hay
estudiantes, entre estos los “difíciles”, que necesitan más de nosotros porque
a ellos les puede resultar más complicado alcanzar el éxito si no se
direccionan adecuadamente y ¿dónde más van a alcanzar esa dirección sino
es en su vida estudiantil?.

Ahora bien, en una institución educativa nos


encontramos con estudiantes cada uno con su
personalidad en desarrollo, su forma de ser, la
cultura que trae de su entorno; quizás deseosos de
encontrar algo diferente a lo que a diario viven,
deseosos de encontrar el afecto que creen perdido
para siempre.

Como docentes tenemos una gran oportunidad de compartir, de aprender y


por supuesto de entregar lo mejor a cada uno de estos seres con los que
podemos realizar una obra maestra pero debemos creer que sí se puede.

Los niños, niñas y adolescentes tienen una alegría natural, un deseo de vivir
que a veces los adultos apagan cuando allá en la soledad se aprovechan para
el abuso, los castigos inapropiados, la indiferencia, la falta de amor, un
mundo que deben manejar y quieren olvidarlo en las horas de colegio ¿Cómo
podremos saber que le está sucediendo a cada ser que tenemos al frente?

No será más triste para ellos cuando llegan a una institución educativa a
recibir represalias por un acto no siempre exagerado sino que nos
estresamos tanto que llegamos a la intolerancia hasta querer que se
comporten como adultos queriendo que sean expertos en algún área como
matemáticas, sociales, lenguaje y demás, cuando lo importante es lograr
ganarnos el cariño y respeto por nuestro apoyo comprensión y
direccionamiento efectivo. Está en nosotros entregarles un espacio agradable
de formación, no excluyéndolos por sus comportamientos aprendidos en el
pasado, sino invitándoles a un cambio para el triunfo.

Todos nuestros estudiantes pueden alcanzar las metas en cada uno de los
grados, con excepción de aquellos que tienen limitaciones cognitivas para los
cuales hay planes especiales, pero debemos esforzarnos porque aquellos que
ya están en el sistema, aprovechen la oportunidad y mañana los
encontremos aportando para el bienestar de sus familias y de la región.

La invitación en este nuevo año es a que nos apoyemos todos y logremos


disfrutar el espacio de la enseñanza, comprender los comportamientos y
aprovechar esa alegría de los niños, niñas y adolescentes, direccionándola
por el camino del triunfo y la excelencia.

ÉXITOS EN ESTE 2011

Víctor

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