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Autismo

AUTISMO
Introducción

El autismo es un síndrome que estadísticamente afecta a 4 de cada 1000 niños; a


la fecha las causas son desconocidas, aún y cuando desde hace muchos años se le
reconoce como un trastorno del desarrollo.

Salvo contadas excepciones, el autismo es congénito (se tiene de nacimiento) y


se manifiesta en los niños regularmente entre los 18 meses y 3 años de edad. Los
primeros síntomas suelen ser: el niño pierde el habla, pareciese que fuese sordo, tiene
obsesión por los objetos o muestra total desinterés en las relaciones sociales con los
demás. En algunas ocasiones puede llegar a confundirse con esquizofrenia infantil.

Existen múltiples estudios genéticos que relacionan los cromosomas 5 y 15 con


el autismo así como otros que buscan vincularlo con cuestiones biológicas como
vacunas e intoxicación de metales. A la fecha, ninguno de estos estudios ha logrado
sustentar su teoría y por lo mismo, no se puede precisar el origen mismo del síndrome.

Una definición sencilla podría ser: “El autismo es un síndrome que afecta la
comunicación y las relaciones sociales y afectivas del individuo”.

Como su definición lo dice, el autismo es un síndrome, no es una enfermedad y por


lo tanto no existe cura. Se puede mejorar su calidad de vida y enseñarle nuevas
habilidades con la intención de hacerlo más independiente, pero como en el Síndrome
de Down y otros trastornos del desarrollo, el individuo que lo tenga será autista toda su
vida.

En ocasiones estos niños, además de ser autistas, tienen algún otro trastorno del
desarrollo (retraso mental, motriz, Síndrome de Down, etc.) o bien, pueden ser lo que se
conoce como el autista clásico o puro.

A diferencia de los mitos que las novelas y películas recientes nos han hecho creer,
solo un pequeño segmento de los autistas llega a mostrar alto grado de inteligencia y
aunque no es válido decir que tienen un retraso mental, su falta de aprendizaje se hace
evidente, debido precisamente, a su pobre o nula comunicación. Una analogía sería la de
Mowgli (del “Libro de la selva”) en el que el niño crece sin contacto con los demás y
por lo mismo es instintivo y sus conocimientos de la vida son nulos (esto, por supuesto,
en el peor de los casos).

Los niños con el síndrome de autismo o con rasgos muy próximos a este síndrome
necesitan de una respuesta educativa muy estructurada y planificada que ha de ser
evaluada y desarrollada de un modo muy organizado y sistemático.
La respuesta educativa incluye, entre otras situaciones, la detección de lo más
tempranamente posible del trastorno; la valoración del grado de desarrollo de sus
capacidades y necesidades educativas especiales; la adaptación del currículo en función
de sus necesidades educativas y el estilo de aprendizaje que presenten los alumnos y

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alumnas, así como la determinación de los apoyos y recursos ordinarios y


especializados que sean necesarios.

1. Descripción general del déficit

El primero en introducir este término “autismo” para referirse a la pérdida de


contacto con la realidad generando una total o parcial dificultad para comunicarse con
los demás fue BLEULER (1911). Este autor lo introduce para caracterizar un síntoma
fundamental de la esquizofrenia.
Pero tampoco debemos olvidar las aportaciones de otros autores como HASLAM,
1799; ITARD, 1799 y WITMEER, 1922, que sin percatarse de que se encontraban ante un
síntoma específico, observaron casi todas las características conductuales que
especificaría con posterioridad KANNER (1943). Este autor habla de “autismo infantil
precoz” y lo describe como “una retirada de todo contacto con personas, un deseo
obsesivo de preservar la identidad, una relación muy hábil con los objetos, la
presentación de una fisonomía muy inteligente y pensativa, además de mutismo o de un
tipo de lenguaje que no parece destinado a la comunicación interpersonal”.
RUTTER (1977) define el autismo como un síndrome de conducta caracterizado
por síntomas comunes (alteración de la capacidad de relación, alteraciones lingüísticas,
conductas estereotipadas…), a los que lo padecen.
Para la National Society for Autistic Chinldren de EE.UU, la palabra “autismo”
hace referencia a un síndrome conductual que tiene su origen siempre con anterioridad a
los treinta meses produciendo anomalías en los ritmos y secuencias de desarrollo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) habla del autismo como de “un
síndrome que se presenta desde el nacimiento o se inicia invariablemente durante los
treinta primeros meses de vida; las respuestas a los estímulos auditivos y visuales son
anormales y, de ordinario, aparecen dificultades en la comprensión del lenguaje
hablado.
Y por último, la DSM-III considera al autismo como un trastorno profundo del
desarrollo que se caracteriza por una distorsión de las funciones psicológicas básicas
implicadas en el desarrollo de las habilidades sociales y del lenguaje.

Los trastornos del espectro autista son un conjunto de trastornos en el desarrollo que
aparecen siempre dentro de los tres primeros años de vida del niño o la niña y que se
caracterizan por unas importantes alteraciones en las áreas de interacción social, la
comunicación, la flexibilidad y la imaginación. Básicamente las alteraciones consisten
en:
 Socialización:
Dificultades para entender el mundo de los pensamientos, en la interacción
social, las emociones, creencias, deseos, tantos ajenos como los propios. Todas
estas dificultades provocan una ausencia de interés por compartir.

 Comunicación:
Incapacidad para comprender el concepto de comunicación. La emplean
fundamentalmente para pedir o rechazar. Muchos no tienen lenguaje oral. Los
que lo tiene hacen un uso repetitivo y estereotipado del lenguaje o de los temas
que interesan.

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 Comprensión:
Dificultad para organizar sus pensamientos, entender a los demás, representar.

 Imaginación.
Importantes dificultades para utilizar apropiadamente, especialmente los
simbólicos, realizar juegos de representación de roles o imaginativos.
El desarrollo de las alteraciones en los niños autistas varía dependiendo de la
gravedad del autismo, de la edad cronológica y la edad mental del alumno y puede ser
muy diferente entre dos alumnos, así como en el mismo alumno en distintas edades.
Los niños autistas presentan generalmente unas buenas capacidades en las áreas
viso-espaciales (pensamiento visual, habilidad para el dibujo), de memoria mecánica y
motricidad.

2. Características de los niños autistas

 Características comunes de los niños autistas, según, L. Kanner (1.943)


“Los trastornos autistas del contacto afectivo”:
• Incapacidad para relacionarse con los demás.
• Ausencia de lenguaje o uso extraño de lo que poseen.
• Inflexibilidad, rígida adherencia a rutinas y la insistencia en la igualdad.

 H. Asperger (1.944) “La psicopatía autista en la niñez”. Destaca las


mismas características que Kanner y añade:
• Extrañas pautas expresivas y comunicativas.
• Anomalías prosódicas y pragmáticas de su lenguaje.
• Compulsividad.
• Carácter obsesivo de pensamientos y acciones.

 Características según la OMS:


• Se presenta desde el nacimiento hasta los 30 meses aproximadamente.
• Respuesta anormal a estímulos auditivos o visuales.
• Dificultades en la comprensión del lenguaje hablado.
• Graves perturbaciones relacionales.
• Comportamiento ritualista. Estereotipos.
• Disminución en la capacidad para el pensamiento abstracto o simbólico.
• La inteligencia puede ser disminuida, ser normal o superior.
• Mejor rendimiento en habilidades espacio-visuales.

 Características según el D.S.M. IV


• Entiende el autismo como un trastorno profundo del desarrollo.
• Síntoma fundamental: falta de respuesta ante los demás por lo que fracasa la
comunicación e interacción social.
• Características de los niños autistas:
- Deterioro cualitativo de la interacción recíproca.
- Deterioro cualitativo de la comunicación verbal y no verbal y en la vida
imaginativa.
- Repertorio restringido de habilidades e intereses.

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- Comienzo en la infancia o la niñez.

Descripción de las alteraciones:


• Interacción social:
• Se ha creído que el autista tenía una gran vida interior y que se “aislaba
del mundo”.
• Hoy se puede hablar de dificultades para comprender la naturaleza de la
interacción.
• Conductas más prototípicas.
- Falta de contacto ocular o patrón anormal de éste.
- Resistencia al contacto físico.
- Apreciación inadecuada de las señales emocionales.
- Cuando hay interacción, la conducta no se adecua a la situación.
- Gran pasividad a los intentos de los otros por establecer relaciones.

• Comunicación y lenguaje:
• Algunos presentan mutismo.
• Si existe lenguaje, aunque todas las áreas parecen estar alteradas, hay que
prestar atención a los aspectos:
- Pragmáticos.
- Fonológicos y morfosintáctico (retrasado).
- Semánticos y pragmáticos (estereotipias).
• Para algunos autores son difásicos.
• Algunos subtipos de trastornos comunicativos-lingüísticos
dentro del espectro autista:
- Agnosia auditiva verbal.
- Síndrome mixto expresivo-receptivo.
- Síndrome semántico-pragmático.
- Síndrome léxico-sintáctico.

• Conductas estereotipadas:
• Autoestimulaciones.
• Conductas autolesivas.
• Ensimismamiento en determinados
objetos o actividades.

Desarrollo motor:
• Los principales logros del desarrollo motor se dan a la misma edad que en los
niños normales.
• Pueden observarse ciertas anormalidades:
- Forma característica de permanecer de pie.
- Andan de puntilla sin mover los brazos.
- Repiten determinados movimientos.
- Tienen la misma expresión facial intersituacional.
- Autoestimilación puede llegar a autolesión.
- Estereotipias.
- Retraso en el control de esfínteres.

Desarrollo perceptivo:

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Las reacciones sensoriales de estos niños suelen ser muy extrañas.


• Estímulos visuales:
- Está fascinado por las luces, cosas que giran…, estimulación repetitiva.
- Su percepción está distorsionada.
• Estímulos auditivos:
- A veces parece no oírlos.
- Otras, reacciona como si el sonido le produjera dolor
agudo.
• Estímulos táctiles, gustativos y olfativos:
- Alta emisión de respuestas táctiles y
olfativas a estímulos no específicos para esos receptores.
• Se muestran indiferentes al dolor o
al frío, y otras veces hipersensible.
• Autopercepción sostenida en sus
extremidades o detalles irrelevantes.

Desarrollo cognitivo:
• Atención
- Hiperselectividad involuntaria de estímulos.
- Atención en túnel.
- Elevada percepción analítica.
• Memoria
- Tienen buena memoria episódica.
- Lo que recuerda no se modifica por lo nuevo.
• Solución de problemas
- El aprendizaje esta unido a la situación.
- No es capaz de generalizar a situaciones nuevas.

Identificación de alumnos con trastornos del espectro autista.


Los síntomas que a los padres o los maestros les pueden ayudar a identificar a un niño
con autismo se pueden dividir en períodos de edades, los cuales son los siguientes:

Período de 3-5 años:


- Baja respuestas a las llamadas del niño, aunque no haya problemas de sordera.
- Dificultad para prestar atención.
- Escasa atención a las acciones de otras personas.
- Retraso en la aparición del lenguaje el cual no es sustituido por otro medio
alternativo.
- Dificultades para entender mensajes a través del habla.
- Inquietud, correteos o deambulaciones sin sentido que dificultan centrar la
atención.
- Pocos elementos de distracción y los que existen suelen ser repetitivos y
obsesivos.
- Dificultad para soportar cambios en la vida ordinaria.
- Escaso desarrollo del juego simbólico o del uso funcional de objetos.
- Alteraciones cognitivas que afectan a la resolución de problemas propios de
estas edades.

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- Problemas de comportamientos que pueden ir desde los correteos o conductas


estereotipadas del tipo de balanceos o aleteos, hasta rabietas de intensidad
variable.

Período a partir de los 5 años.


Comprobar si los síntomas anteriores están presentes o lo han estado. Para aquellos
casos más leves habría que comprobar a partir de esta edad lo siguiente:
- Dificultades para compartir interese o juegos con otros niños y niñas.
- Tendencia a la soledad o a abandonar los juegos con otros niños por falta de
comunicación.

Qué consecuencias puede tener una tardía identificación de estos síntomas:


- Desconcierto de los padres y educadores que ignoran que ese niños no responde
como los demás a los esfuerzos educativos.
- Intervención tardía del profesorado en estos niños.
- Dificultades para la enseñanza de habilidades básicas para la convivencia y el
aprendizaje, lo cual les hace en ocasiones ineducables.
- Aparición de conductas inadecuadas, debido a la falta de respuestas a sus
necesidades características básicas.

En la detección temprana de los síntomas del síndrome de autismo se tendrán en


cuenta los siguientes objetivos:
- Inicio lo antes posible del tratamiento educativo más adecuado a las
características del alumno.
- La formación inmediata de los responsables de la educación del niño (padres,
profesores, monitores...) para que puedan llevar a cabo las estrategias de
intervención educativas.
- La prevención o el tratamiento educativo de las conductas inadecuadas que
pueda presentar el alumno.

El riesgo que pude haber a la hora de realizar un diagnóstico temprano en un niño


presuntamente autista es el siguiente:
- La variabilidad de síntomas que puede manifestar un niño autista, ya unos
pueden tener lenguaje y otros no, unos tienen un nivel de aprendizaje limitado y
otro adquieren habilidades especiales...
- El desconocimiento por parte de los padres y educadores de cuáles son las
características conductuales y cognitivas de estos niños.
- La presencia de un retraso mental u otras deficiencias hace que se ponga mucho
énfasis en el tratamiento de estos aspectos ignorándose las necesidades
educativas que se derivan del padecimiento de un trastorno autista.

3. EVOLUCIÓN SINTOMATOLÓGICA DEL AUTISMO.

Algunos padres manifiestan que hubo una fase de desarrollo aparentemente normal,
mientras que otros expresan haber notado que a sus hijos les pasaba algo ya desde su
nacimiento. En cualquier caso, los síntomas en el primer año de vida suelen ser poco
claros, haciendo prácticamente imposible el diagnóstico que se realiza, en la mayor
parte de los casos, a finales del segundo año. Los estudios retrospectivos han puesto de
manifiesto que:

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• Muchas veces, lo primero que se observa es una gran pasividad en el niño:


apenas llora ni reclama atención. En otras ocasiones, ocurre exactamente lo
contrario: el niño demuestra una gran excitabilidad y llora casi constantemente
sin que haya forma de consolarlo.
• Con frecuencia aparecen problemas persistentes de alimentación, sueño
intranquilo, ritmo sueño - vigilia alterado y enseguida pueden manifestarse
movimientos extraños y repetidos con las manos, los ojos, la cabeza o todo el
cuerpo (por ejemplo, un balanceo junto con golpes en la cabeza).
• Es posible detectar desde muy temprano una falta de atención a estímulos
sociales (rostro y voz humana), enseguida llama la atención la ausencia de
juegos, imitaciones, sonrisa social, gestos comunicativos... Es característica la
falta de respuesta anticipatoria cuando va a ser cogido en brazos.
• En algunos casos se aprecian muy tempranamente reacciones extrañas ante el
medio, bien de fascinación ante determinados estímulos (luces, sonidos...), bien
de miedo intenso e inexplicable en relación con ciertos objetos o situaciones.

• Entre el año y los cinco años.

Es cuando el cuadro clínico se hace más patente y concretamente la etapa que se


extiende entre los dos años y medio y los cinco años suele ser la etapa más perturbada
de los niños autistas.

• En estos años adquieren gran importancia los problemas de comprensión y uso


del lenguaje y, en muchas ocasiones, son los que deciden a los padres a buscar el
consejo de especialistas. Las primeras palabras no aparecen en el período que se
considera normal; algunos niños no llegan a hablar, otros repiten palabras sin
sentido y hay otros que adquieren muy lentamente un lenguaje algo funcional,
pero siempre alterado. Resulta desconcertante la falta de comprensión y de
atención al lenguaje de los demás; en ocasiones comprenden órdenes sencillas o
que se repiten habitualmente en un mismo contexto, mientras que a veces no
parecen comprender nada de lo que se les dice...
• Los juegos de ficción suelen dejar al niño autista completamente indiferente. Se
ha señalado precisamente como uno de sus mayores problemas la falta de
imaginación para el juego. No se interesa por los juguetes como lo hace un niño
normal de su edad y en cambio se ocupa en realizar con ellos actividades sin
significado: puede pararse a observar algún detalle insignificante, alinearlos o
hacerlos girar una y otra vez...
• Se acentúa especialmente el aislamiento del niño autista, presentando de forma
característica falta de conductas de apego, de conductas anticipatorias, de juegos
interactivos, de respuestas emocionales adecuadas (no buscan consuelo ni
responden a las alegrías y tristezas de otras personas), de contacto ocular...
• Pueden aumentar las estereotipias motoras, las dificultades en la alimentación,
sueño, rabietas y resistencia al cambio, muestras de excitación y ansiedad
inexplicables, autoagresiones...
• Además muestran claras dificultades para aprender a través de la imitación y de
la observación de la conducta de los demás.
• También podemos observar extrañas respuestas a los estímulos sensoriales:
niños que parecen sordos, pero que reaccionan vivamente ante ligeros ruidos o
con música...

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• Entre los cinco años y la adolescencia

Se da con frecuencia una mejoría de la conducta:

• El trato con el niño va haciéndose mucho más fácil: tiende a disminuir su


excitación, rabietas, estereotipias y autoagresiones.
• El aislamiento y la indiferencia hacia las personas se hace mucho menos
evidente. El niño interacciona con los demás, pero las relaciones que establece
son superficiales no se implica personalmente en las situaciones de juego y no
llega a hacer amistades. La falta de empatía se destaca como algo característico.
• Se aprecian avances en las habilidades cognitivas, de autonomía y verbales en
algunos casos.

La evolución es, no obstante, muy variable de unos niños a otros, dependiendo de los
distintos niveles intelectuales, del lenguaje, autonomía, así como de la gravedad de sus
alteraciones de conducta. Con el paso de los años va haciéndose más patente la gran
heterogeneidad que existe dentro de la categoría del autismo.

• En la adolescencia

Son posibles los cambios en las dos direcciones: puede potenciarse la evolución
positiva, o bien reaparecer sus problemas de conducta (excitación, ansiedad,
autoagresiones, rituales...), o incluso surgir otras dificultades (crisis epilépticas en una
cuarta parte de los casos). En todo caso, persiste la falta de aptitud para la relación
personal y el hecho de no entender las intenciones y motivos de los demás crea angustia
en los autistas de buen nivel intelectual.

• En la edad adulta edad adulta

La mayor parte de los casos siguen requiriendo asistencia. Es excepcional que lleguen a
desarrollar un trabajo productivo y, todavía más, que lleguen a vivir con independencia.

El trastorno es crónico pero las manifestaciones varían de acuerdo con la edad y la


gravedad de las incapacidades. La persona que padece autismo mantiene su alteración
aun cuando los síntomas puedan atenuarse.

4. Causas o hipótesis etiológicas

Según las investigaciones actuales, existe una gran evidencia de que el autismo tiene
una base orgánica, aunque hoy por hoy permanece desconocida. Una de las primeras
pruebas de que existe una implicación orgánica en el autismo fue el descubrimiento de
que la epilepsia aparece en más de una cuarta parte de los adolescentes autistas. Los
síntomas autistas son consecuencia de una alteración neurobiológica, primaria o
secundaria, estructural o funcional, imposible todavía de delimitar con los métodos de
que disponemos, habiéndose descrito, en determinados casos, anomalías estructurales,
alteraciones metabólicas, de histología cerebral, trastornos genéticos, bioquímicos,
procesos infecciosos...

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Hasta el momento, los estudios realizados no parecen apuntar hacia una causa única
en el autismo infantil, sino más bien a considerar que este síndrome es consecuencia de
una variedad de etiologías neuropatogénicas. En todo caso, cualquiera de las anomalías
arriba mencionadas son susceptibles de dañar sistemas cerebrales críticos para el
desarrollo del autismo. El avance de las neurociencias constituye hoy una esperanza
para e! esclarecimiento de las sutiles y graves disfunciones cerebrales que subyacen en
autismo infantil.

Se recurre a las teorías más diversas para aportar soluciones causales al problema
del autismo sin que hasta el momento exista claridad alguna sobre la génesis del mismo.
Nos movemos, pues, en el terreno de las hipótesis (alteraciones perceptivas, anomalías
genéticas, déficits cognitivos, disfunciones cerebrales, anomalías del entorno…).
La etiología del autismo es desconocida y no existen yesos precisos que puedan
determinar su evaluación. En este mismo sentido se manifiestan TINBERGEN y
TINBERGEN (1.985) cuando hablan de la inexistencia de pruebas que avalen la
concepción según la cual el autismo podría deberse a un factor puramente genético; la
influencia de la herencia está lejos de ser decisiva. Aunque concluyen diciendo que los
agentes responsables de la génesis del autismo deben encontrarse en gran medida en el
entorno.
CONDE y BALLESTEROS señalan cómo, aún hoy, la etiopatogenia del autismo
permanece en el terreno de las hipótesis, sin que los valiosos datos derivados de las
investigaciones que se realizan permitan una explicación totalmente convincente del
síndrome.
De todas las hipótesis propuestas e insistiendo en que las diversas teorías sobre la
génesis del autismo carecen de claridad, nosotros vamos a simplificarlas en tres grupos:

o Causas o hipótesis psicosociales, según las cuales los niños y las niñas son
potencialmente normales en su momento de nacimiento, pero se convierten en
“diferentes” como consecuencia de las influencias desfavorables de su entono
psicosocial.

- Perturbaciones en la interacción madre - hijo.


- Inexperiencia, hiperansiedad, incertidumbre de madres jóvenes.
- Nacimiento de un hermano demasiado pronto respecto del anterior.
- Cambios de domicilio.
- Características psicológicas de los padres.
- Alteraciones en los primeros estadios del desarrollo psicológico del niño.
- Diferencia de idiomas.
- Pérdida de uno de los padres.
- Indiferencia entre los padres.
- Divorcio de los padres.

La etiología del autismo sólo puede presentarse como algo problemático, pendiente
de solución. Es imposible que un niño se vuelva autista por falta de amor de sus padres
o porque sean menos consistentes en sus intentos de educar a sus hijos.

o Causas o hipótesis orgánicas, quienes consideran como causantes del síndrome


a los factores prenatales y perinatales.

 Trastornos neurobiológicos.

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 De origen genético.
- Transmisión recesiva autosómica o ligada al sexo.
- Lo que se transmite es una anomalía genética, no una organización
patológica completamente determinada.
 Prenatal y perinatal.
- Prenatales: Rubéola, Alimentación, Drogas, Traumatismos, Otras causas.
- Perinatales: Fórceps, Anoxia, Inducción, Encefalitis, Meningitis.
 De la parsimonia
- La conducta autista desaparecería si los estímulos auditivos se
presentaran de forma parsimoniosa.

o Causas o hipótesis psicológicas:


 La causa del autismo era tipo afectivo:
- Los padres son incapaces de proporcionar el afecto necesario para la
crianza.
- En la actualidad es tenido en cuenta por pocos investigadores.

Actualmente desde la psicología:


 Déficit cognitivo básico y central:
- Referido principalmente a las capacidades de simbolización.
 Desde una perspectiva evolutiva es un trastorno del desarrollo.

5. Evaluación.

Distintos autores han propuestos posibles criterios diagnósticos del autismo


infantil. Desde KANNER (1.943) han sido diversos los criterios utilizados hasta llegar a
aceptar, en general, los establecidos por el DSM-III y los de la CIE, 9ª. (Clasificación
Internacional de Enfermedades, de la OMS en su novena revisión).

KANNER señala como criterios diagnósticos:


o Una profunda falta de contacto afectivo con otras personas.
o Un deseo angustiosamente obsesivo de que todo se mantenga igual.
o Una fascinación por ciertos objetos susceptibles de ser manipulados
mediante finos movimientos motores.
o Mutismo, o bien un tipo de lenguaje cuya función no parece ser la
comunicación interpersonal.

En 1969, CLANCY, DUGDALE y RENDLE (citados por BUSTOS, 1988),


describen una serie de pautas conductuales para diagnosticar el autismo infantil:
o Gran dificultad para agruparse.
o Actúa como si se tratara de un sordo.
o Dificultad de adaptación a nuevos aprendizajes.
o Ausencia de temor ante situaciones peligrosas.
o Ríe sin razón aparente.
o Hacer rodar objetos.
o Rehuye mirar alas personas.

Según O’GORMAN (1970), podemos señalar como criterios diagnósticos:

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o Dificultades en el establecimiento de una relación normal con la gente.


o Grave retraso intelectual.
o Dificultades en la adquisición, desarrollo y uso del habla en la
comunicación.
o Respuesta anormal a estímulos sensoriales.

Los criterios diagnósticos aportados por los distintos autores guardan similitudes
evidentes sin llegar a la uniformidad. Para ello, en la actualidad, y con el fin de
unificarlos, CONDE y BALLESTEROS utilizan los de la Clasificación Internacional de
Enfermedades de la OMS (CIE 9ª) y (DSM-III).
Además de los parámetros clínicos (criterios diagnósticos de KANNER, cuadros
clínicos de la CIE, 9ª y el DSM-III), para la evaluación del autismo habría que
considerar tal y como proponen CONDE y BALLESTEROS, otra serie de valoraciones
complementarias que abarcarían aspectos bioquímicos ( Indolaminas, catecolaminas,
neurotransmisores), aspectos neurofisiológicos (electroencefalograma –EEG- y los
estudios de Tomografía Axial Computarizada –TAC-) y pruebas psicológicas (Escalas
de desarrollo, de madurez social, test de inteligencia…), con la gran dificultad que la
aplicación de las mismas conlleva en estos casos, por lo que la experiencia del
explorados es fundamental.
Queda claro, pues, que a la hora de elaborar la anamnesis trataremos de precisar
las posibles manifestaciones autísticas facilitadotas de una evaluación eficaz, a
sabiendas de que es en los primeros años de la vida (1-2 años) cuando el autismo suele
ser diagnosticado.

Instrumentos específicos de evaluación en autismo y los trastornos generalizados


del desarrollo.

Varias escalas, cuestionarios y otros sistemas basados en distintas dimensiones


pueden utilizarse como ayuda para el proceso de evaluación y diagnóstico. Algunos de
estos instrumentos exigen un entrenamiento y práctica considerable para su dominio
adecuado. Algunos instrumentos simplemente proporcionan información acerca del
diagnóstico y otros proporcionan medidas de gravedad. Los más ampliamente usados
son los siguientes:

Autism Behavior Checklist una lista diagnóstica que puede ser completada por
profesionales y que proporciona, a partir de una determinada puntuación, una impresión
o no de autismo.

Diagnosis Checklist for Behaviour-Disturbed Children, Form E-1 y E-2 un


cuestionario restrospectivo para padres.

Behaviour Rating Instrument for Autistic and Atypical Children, BRIAACC, que es
una escala de observación basada en un punto de vista psicodinámico.

Behaviour Observation Scale for Autism, BOS, que es una escala de observación
basada en un análisis codificado de sesiones de video.

Childhood Autism Rating Scale, CARS, un instrumento dividido en 15 escalas con una
puntuación para cada una de esas escalas.

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Autism Diagnostic Interview-Revised, ADI-R, una entrevista semiestructurada para


padres.

Autism Diagnostic Observation Schedule, ADOS, una escala observacional para niños
y adultos.

Tratamiento.

Varios tratamientos han sido diseñados para tratar el autismo, unos con mayor éxito
que otros y algunos con poco o nulo resultado. Sin embargo, es importante mencionar
que está comprobado que el mejor avance se logra con una mezcla o variedad de
tratamientos, algunos de ellos encaminados al desarrollo de áreas específicas (por
ejemplo, el habla).

A continuación se enlistan los más conocidos, aclarando que no se recomienda


alguno de ellos en particular. Serán los padres quienes evalúen las posibles ventajas o
desventajas que tenga cada uno de ellos, según sea el caso, documentándose e
investigando en diferentes medios el más adecuado a la problemática de su hijo.

a) Terapia Conductual: También conocida como método Lovaas (por Ivar Lovaas,
uno de los principales precursores de la actualidad), ABA o Skinner y está
basada en el conductismo. Se enseñan habilidades por medio de reforzadores y
aversivos (premio y castigo).

b) TEACCH: Está basado en la comunicación visual por medio de imágenes y


símbolos que representan conceptos o palabras y ha sido utilizado
principalmente por el sistema escolar para educación especial de varios estados
de la unión americana (entre ellos Texas y Missouri). Es una excelente opción
para trabajar en los niños una vez que están bajo control instruccional y fijan su
atención.

c) PECS (Picture Exchange Comunication System): Es un método de


comunicación visual y de lecto-escritura que ha sido aplicado con bastante éxito
en algunos estados de la unión americana (Missouri destaca en este método).

d) Químico y/o Fármaco: Es el tratamiento por medicamentos. Aunque este punto


es ampliamente discutido, sí es un hecho que ciertos niños tienen la necesidad de
ellos debido a alguna disfunción (por ejemplo, epilepsia). En todos los casos,
los padres nunca deben recetar a los niños. Siempre hay que consultar con un
neurólogo pediatra y discutir con él las posibilidades.

e) Dieta libre de Gluten y Caseína: Consiste en restringir al niño alimentos que


tengan estos compuestos, los cuales se encuentran principalmente en las harinas
de trigo y en los lácteos. Aunque sus resultados son favorables solamente en
algunos casos, es una buena opción a intentar por no tener efectos secundarios.
Antes de iniciarla, quite los azúcares para poder valorar mas objetivamente.

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f) Vitaminosis: Consiste en proveer al niño de una serie de vitaminas. Algunos


estudios han demostrado que algunos niños carecen o tienen insuficiencia de
ellas. Entre las más frecuentes están las vitaminas del complejo B (B6 y B12).

g) Método Doman, Filadelfia o Afalse: Según mi experiencia, me atrevo a decir


que este nada tiene que ver con el autismo. Fue diseñado originalmente para
parálisis cerebral y problemas neuromotores. Si el niño camina y se mueve
perfectamente, no es necesario este tipo de terapias.

h) Método Tomatis y Berard: Estos métodos se basan en adiestrar auditivamente


al niño y con ello abrir canales en su cerebro. Sus resultados son muy discutidos.
Los padres podrían considerar este tipo de terapias cuando el niño muestre
demasiada sensibilidad a los ruidos.

i) Músico Terapia: Se busca el vínculo con el niño a través de la música y el ritmo.


Hay terapeutas de esta rama que afirman dar nociones matemáticas a través de
este método, pero no ha sido comprobado. En algunos niños ha dado buenos
resultados.

j) Delfino Terapia, Equino Terapia, etc.: Terapia con delfines, caballos, etc. Si
tiene acceso a alguno de este tipo, sin discutir sus ventajas o desventajas, el niño
tendrá una experiencia única. Algunos padres me han platicado que vieron
mejoría, los otros dijeron que, aunque sus niños salieron igual, se divirtieron
como nunca en su vida.

Desde hace algunos años y como consecuencia de los trabajos llevados a cabo por
Baron-Cohen y sus colaboradores han desarrollado un instrumento para encontrar
indicadores tempranos de autismo en bebés de 18 meses, mediante el instrumento
denominado CHAT (Checklist for Autism in Toddlers). Los estudios que han llevado
acabo con dicho instrumento, sugieren que podría detectarse el autismo a esa edad tan
temprana observándose déficits en áreas de competencia social, comunicativa e
imaginativa. En concreto el fallo en algunos items claves es muy decisivo. Esos items
son: conducta de señalar protodeclarativa, atención conjunta, interés y compromiso
emocional con otros, juego social y juego de ficción.

Sin embargo, el I.D.E.A. (Inventario de Espectro Autista) se convierte en una de


las herramientas más útiles que tenemos en la actualidad.

Rivière ha elaborado con mayor profundidad el concepto de espectro autista, la


consideración del autismo como un continuo de diferentes dimensiones y no como una
categoría única y que en su opinión, permite reconocer a la vez lo que hay de común
entre las personas con autismo (y de éstas con otras que presentan rasgos autistas en su
desarrollo) y lo que hay de diferente en ellas. Riviére señala seis factores principales de
los que depende la naturaleza y expresión concreta de las alteraciones que presentan las
personas con espectro autista en las dimensiones que siempre están alteradas:

(1) la asociación o no del autismo con retraso mental más o menos severo;

(2) la gravedad del trastorno que presentan;

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Autismo

(3) la edad -el momento evolutivo- de la persona con autismo;

(4) el sexo: el trastorno autista afecta con menos frecuencia, pero con mayor grado de
alteración a mujeres que a hombres;

(5) la adecuación y eficiencia de los tratamientos utilizados y de las experiencias de


aprendizaje y

(6) el compromiso y apoyo de la familia.

Puede establecerse, por tanto, que la efectividad y naturaleza de los tratamientos


va a depender de la ubicación de la persona autista en las diferentes dimensiones. Con
este propósito y dada la importancia práctica del concepto de espectro autista, Rivière
diseña un conjunto de doce dimensiones que se alteran sistemáticamente en los cuadros
de autismo y en todos aquellos que implican espectro autista. Para cada dimensión
establece cuatro niveles: el primero es que caracteriza alas personas con un trastorno
mayor, u cuadro más severo, niveles cognitivos más bajos y frecuentemente a los niño
más pequeños. El nivel cuarto es característico de los trastornos menos severos y define
a las personas que presentan el síndrome de Asperger.

14
Autismo

15
Autismo

5.1. Problemas de la Evaluación

Uno de los primeros problemas que se nos plantea en el proceso de evaluación y


diagnóstico es la proximidad o solapamiento entre algunos cuadros y la distinción clara
entre trastorno autista y trastornos generalizados del desarrollo. El cuadro siguiente
puede ayudar en relación con el problema que estamos planteando:

CURSO DOMINIOS
TRASTORNO RETRASO GRAVEDAD
AFECTADOS
PUEDE O NO EXCEDE EL SOCIAL,
ESTAR UMBRAL COMUNICACIÓN
AUTISMO ANTES DE ASOCIADO CON ESTÁNDAR DEL Y CONDUCTAS
LOS 3 AÑOS RETRASO NÚMERO DE REPETITIVAS
DOMINIOS

DESARROLLO
NORMAL POR
ENCIMA DE HABITUALMENTE LOS UMBRALES FALLOS EN DOS
LOS 2 AÑOS. ASOCIADO CON NO ESTAN O TRES
TRASTORNO PERDIDA DE RETRASO ESPECIFICADOS DOMINIOS DE
DESINTEGRATIVO LENGUAJE Y MENTAL. PERO SON MUY AUTISMO
AL MENOS REQUIERE SIMILARES AL
DE OTRA MUCHO APOYO AUTISMO
HABILIDAD

ANTES O NO HAY PUEDE SOCIAL Y


DESPUÉS DE RETRASO EN EXCEDER EL PECULIARES
ASPERGER LOS 3 AÑOS COMUNICACIÓN UMBRAL EN EL INTERESES
Y LENGUAJE AREA SOCIAL

PUEDE PUEDE SOCIAL O


FALLAR EXCEDER EL COMUNICACIÓN
AUTISMO PARA PUEDE O NO UMBRAL EN Y CONDUCTAS
ATÍPICO/TGDNE CUMPLIR LOS ESTAR ASOCADO UNA O MÁS REPETITIVAS O
CRITERIOS CON RETRASO AREAS AMBAS
DE AUTISMO

Otros trastornos del desarrollo son:

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Autismo

• Trastorno de Rett
• Es menos frecuente que el autismo.
• Solo se ha detectado en mujeres.
• Tienen un desarrollo aparentemente normal hasta los 5 meses.
• Entre los 5 y 28 meses el crecimiento craneal se desacelera.
• Retraso psicomotor grave. A partir de los 5 meses.
- Comienza a perder las habilidades manuales intencionales
adquiridas.
- Se desarrollan movimientos estereotipados.
- Se altera la coordinación de la marcha y de los movimientos del
tronco.
• Retraso mental profundo y grave alteración en el desarrollo
del lenguaje.
• En los primeros años se presenta un déficit social transitorio.

• Síndrome de Asperger:
• Es una situación grave y persistente de la
interacción social.
• No suelen tener retraso significativo:
- Del lenguaje: en algunos casos, pueden
tener capacidades lingüísticas formales extraordinarias.
- Del desarrollo cognitivo.
- En las habilidades de autoayuda.
• Su inicio es más tardío que el
síndrome autista.
• Hay prevalencia familiar.

Autismo y Síndrome de Asperger.

El Síndrome de Asperger se distingue del autismo principalmente por lo severo de


los síntomas o características. Una intervención temprana incrementa las posibilidades
de que el niño pueda efectuar sus estudios normales y logre su independencia en el
futuro.

Podemos distinguirlos principalmente por lo siguiente:

• Su coeficiente intelectual o nivel de inteligencia es normal o superior al


promedio.

• Su lenguaje no tiene retraso, aunque tienen problemas para comprender


conceptos abstractos así como la ironía y el humor.

• Buscan interactuar con los demás aunque tienen dificultades en la comprensión


de los roles sociales, así como en los gestos y ademanes de las personas.

• Sus intereses en algunos temas pueden rallar en lo obsesivo.

17
Autismo

Es posible que un niño que haya sido diagnosticado con autismo inicialmente,
pueda ser cambiado el diagnóstico a Síndrome de Asperger. Es importante reconocer
cuando el niño no tiene lenguaje o bien, no quiere hablar (mutismo selectivo).

Aún cuando estos niños tengan un alto grado de inteligencia, al hablar con ellos,
tenga en cuenta que no existen “obvios” y por lo mismo, la paciencia y la comprensión
serán su mejor aliada en el trato con ellos.

6. Necesidades educativas especiales de estos alumnos.

Todo niño que hoy en día padezca el síndrome de autismo necesita unas necesidades
educativas especiales como tratamiento, ya que a día de hoy el tratamiento educativo es
el más fiable y con el que se consigue mejores resultados.
Las alteraciones que provoca el autismo en el niño pueden necesitar las siguientes
necesidades educativas especiales:

 Adaptación del entorno y sus peculiaridades:


La primera adaptación es que se debería de hacer es en el entorno escolar,
eliminando los estímulos sensoriales excesivos, subiendo el nivel de estructuración
espacio temporal del propio entorno físico y disminuir las instrucciones verbales en
la comunicación.

 La enseñanza explícita de las funciones de humanización:

Estos niños necesitan que en su currículo se expliciten aquellas funciones que se


desarrollan de forma espontánea en población general. El currículo debe contemplar
el desarrollo de las funciones cognitivas que permiten al niño acceder al mundo de
las mentes, a las funciones de humanización denominadas de tercer nivel:
- Comunicación social.
- Mentalismo, capacidad para leer las mentes.
- Flexibilidad y adaptación a los cambios.

 El desarrollo de sus puntos fuertes:


En general los niños autistas tiene muy bien desarrollada algunas funciones
cognitivas como las capacidades viso-espaciales, la motricidad fina y gruesa, la
memoria mecánica...
El desarrollo de éstas y otras capacidades van a contribuir a mejorar la autoestima
del niño y a que pueda desenvolverse en el mundo social.

7. La atención educativa a los alumnos con trastornos del espectro


autista:

Necesidad de una intervención cooperativa


Si la actuación cooperativa es una necesidad impuesta por la propia intervención,
en el caso que nos ocupa está más que justificada ya que en el tratamiento del síndrome
de KANNER, alteraciones de tipo pedagógico, psicológico, social, logopédico,… se

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Autismo

entremezclan precisando de una intervención multiprofesional. Los distintos modelos a


que nos referimos no sólo deberán respetarse, sino que actuarán cooperativamente. Las
soluciones unilaterales no suelen conducir a grandes cotas de eficacia.
El tratamiento de la diversidad precisa de la intervención cooperativa de los
distintos profesionales con el fin de dar una respuesta eficaz a los problemas planteados.
Cualquier intervención coherente deberá pretender no sólo la eliminación de los efectos
producidos por una determinada anomalía, sino que procurará eliminar, o cuanto menos
aminorar las causas de la misma. Si ello no es posible, como en los casos de autismo por
su etiopatogenia desconocida, las medidas psicoterapéuticas y de otro tipo irán
encaminadas a ofrecer al sujeto los mecanismos necesarios para que éste puede llevar
una vida lo más normalizada posible.
En este sentido no cabría hablar de modelos prioritarios de intervención en el
tratamiento del autista infantil. Más bien procuraremos una intervención
multidisciplinar insistiendo en aquello modelos que más resultados positivos puedan
proporcionar.
Las necesidades educativas del autista infantil no se limitan al ámbito lingüístico
sino que abarcan a una serie de aspectos: relacionales, psicomotrices, afectivos…etc.
por tanto, no vamos a exponer posibles “modelos” de intervención en cada una de las
áreas o ámbitos deficitario que estos niños/as puedan presentar, sino que nos
limitaremos a insistir en la necesidad de una actuación coordinada y cooperativa,
centrándonos exclusivamente e aspectos lingüísticos. Los autistas precisan de una
intervención terapéutica-escolar, entendiendo por tal el conjunto de acciones
sistemáticas y coordinadas entre los distintos profesionales que actúan en la reeducación
del autista con el fin de normalizar su proceso educativo.
Dentro del cuadro patológico que se observa en el autismo, las alteraciones del
lenguaje son un síntoma más que coexiste con otras alteraciones importantes. Uno de
los síntomas patológicos más característicos del síndrome de KANNER es una
comunicación perturbada. La sintomatología que presenta es diversa y comprende desde
niños y niñas sin lenguaje a aquellos con importantes alteraciones del mismo. Por tanto,
la intervención deberá abordarse teniendo en cuenta la especificidad de cada caso
mediante un programa lingüístico sistemático y detallado que contemple las distintas
fases del desarrollo del lenguaje: atención, imitación, activación de la motilidad
bocofacial, captación multisensorial, comprensión y producción.
Tratar de aislar la intervención logopédica del resto de las terapias que el niño y la
niña precisan recibir en el Centro Docente parecería un ingenuo atrevimiento por
nuestra parte.
CONDE y BALLESTEROS señalan en la intervención de los niños/as autistas
distintos tratamientos: médico, farmacológico, comportamental, dinámico e
institucional o de Centro especializado.
La intervención médica suele ser muy limitada en la reeducación del autista,
aunque nunca debe ser menospreciada, al menos durante la primera fase del tratamiento:
Evaluación inicial del problema.
Los tratamientos biológicos (electroshock) y farmacológicos (tranquilizantes,
antidepresivos, sales de litio…), si bien eliminan o aminoran ciertos síntomas por sus
efectos antipsicóticos, no son suficiente para las pretensiones educativas de los Centros
docentes. El objetivo de la intervención farmacológica consiste en eliminar los síntomas
que dificultan las situaciones de evitación social, estereotipias…, procurando que la
elección del fármaco esté en consonancia con la sintomatología que presente el autista y
de su posible encefalopatía. De ahí que la meditación esté en función de cada caso
concreto.

19
Autismo

La intervención por medio de técnicas de modificación de conducta (LOVAAS;


1977) suele proporcionar aceptables resultados, sobre todo en aspectos de
comportamiento y de autonomía personal y social. Esta perspectiva conductual suele ser
la más frecuente. Una actitud psicoterapéutica es eficaz si el niño o la niña ha perdido
muchos de sus comportamientos patológicos y ha adquirido una normalización de
conductas básicas (RODRIGUEZ, 1991). Los programas conductuales persiguen la
adquisición de conductas deseadas mediante reforzamiento de conductas ya aprendidas
o por la eliminación del refuerzo de conductas disruptivas.
Para la perspectiva psicodinámica el autismo se presenta como una desviación en
la normal evolución infantil. La base de la psicoterapia consiste en hacer regresar el
niño/a a la etapa anterior al trastorno sufrido en su desarrollo con la intención de
retomar su proceso evolutivo.
Para BUSTOS (1988) el tratamiento del autismo es de competencia psiquiátrica e
institucional y se dirigirá al establecimiento de sólidos contactos del autista infantil con
su entorno y a despertar en él o ella una autentica necesidad de comunicación.
Nosotros apelaremos una vez más a una intervención cooperativa y coordinada y
planificada por todos los profesionales encargados de la reeducación de los autistas,
potenciando el papel del tutor/a como responsable final de su integración.

8. Adaptaciones curriculares

Modalidad de escolarización:
 Escolarización integrada:
Favorece la adquisición de las habilidades sociales básicas. Esta modalidad
requiere diversos tipos de apoyos: monitores de educación especial, apoyo en el aula,
pedagógico o logopédico individualizado, formación del profesorado y apoyo
psicológico continuado.
 Aulas específicas de educación especial integrada en un centro
ordinario:
Esta modalidad propicia el contacto y las experiencias de integración a tiempo
parcial con alumnos y alumnas de su edad.
 Centros específicos:
En algunos casos es necesario los cuidados que un centro específico de educación
especial donde la preparación de los profesores y su experiencia son fundamentales.

Estrategias educativas:
Las principales pautas de de intervención educativa en este tipo de trastornos son:

 Protección sensorial:
La protección de los sentidos como el oído, el tacto, y la vista puede resultar
fundamental para facilitar una relación adecuada entre él y su entorno.

 Organización del entorno o los entornos que rodean al niño/a:


Los niños autistas suelen poseer carencias sociales, es decir, les cuesta trabajo
organizar su mundo, y por ello es imprescindible la introducción de clases sociales
significativas y accesibles a sus capacidades. La organización del entorno debe
patente tanto en el plano físico, como en temporal y en el social.

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Autismo

 Uso de ayudas visuales:


Hay que tener en cuenta los puntos fuertes del alumno, uno de ellos puede ser
la buena capacidad viso-espacial; su pensamiento visual. Utilizar ayudas visuales
(objetos, fotografías, pictogramas...) para facilitar su comprensión del mundo que le
rodea. Hay que intentar que todas la información que se transmita acerca de las
normas de clase, tareas, horarios y potras actividades, tengan un componente visual.

 Enfatizar el desarrollo de la comunicación:


Los graves problemas de comunicación expresiva son factores que aumentan
sus problemas de comunicación social, por ello hay que desarrollar las habilidades
básicas de comunicación, así como en el uso cotidiano y adecuado de las que ya
poseen. El principal medio para lograr este desarrollo es hacer uso de habilidades
instrumentales y gestuales de comunicación.

 Entrenamiento de emociones:
El entrenamiento de las emociones se puede realizar mediante el
reconocimiento de emociones y de la relación de éstas con las situaciones, los
deseos y las creencias, propias y ajenas.

 Programar la mejora de las habilidades en juego interactivo y juego de


grupo:
El juego es un aspecto muy importante en el desarrollo infantil del niño, por en
los niños con síndrome autista ha de ser entrenado en los diferentes tipos de juego
con adultos y de representación, así como en la participación en juegos sencillos de
grupo con niños de su edad.

 Normalización del uso de objetos y juguetes:


El uso espontáneo de objetos y juguetes que realiza el niño autismo es
frecuentemente inadecuado, puramente sensorial. Es importante iniciar un
entrenamiento en el uso funcional de objetos cotidianos y de juguetes sencillos, con
el objetivo de acercarle a un futuro juego simbólico.

 Formación y apoyo a profesionales:


Los profesionales que intervienen con niños con síndrome autista necesitan de
una formación continuada (profesionales de apoyo, profesores especialistas,
monitores, logopedas...).

9. Intervención con la familia.


El papel de la familia en la educación de estos alumnos con trastornos del espectro
autista es de enorme relevancia, aunque está condicionado por dos cuestiones
fundamentales:

1. La familia puede ser parte pasiva como núcleo que recibe un “shock” por lo que
ha de desarrollar mecanismos de adaptación y superación de ese estado. Estas
familias necesitan de un apoyo constante, intenso y especializado durante casi
toda su vida, pero éstos son más necesarios durante los primeros años de
aparición del trastorno. En este período destacan don momentos claves:

21
Autismo

 Cuando sospechan que su hijo tiene un problema de comunicación.


 Cuando se confirma las sospechas por parte de los especialistas. Este
momento normalmente es un poco tarde ya que es un trastorno muy
complicado y a la falta de formación de los profesionales. Cada familia
tiene un período de adaptación lo cual no significa cruzarse de brazos.

2. La familia, como agente activo, tendrá que adaptarse a la situación de su hijo y


desarrollar estrategias de superación y comprensión del entorno. Para ello
necesitarán de la ayuda de los profesionales cuyas líneas de asesoramiento
podrían ir encaminadas a lo siguiente:

 Orientaciones para organizar las actividades de su vida diaria, de modo


que favorezcan la anticipación y la comunicación.
 Proporcionar la información necesaria para que los familiares vayan
comprendiendo mejor cada día el problema.
 Apoyar la consecución de los objetivos del programa de intervención,
sobre todo aquellos destinados a la mejora de la comunicación, la
autonomía personal y la autodeterminación.
 Facilitar la adquisición, por parte de los familiares, de las técnicas
básicas que ayuden a conseguir los objetivos propuestos, especialmente
de la modificación de conducta y de las habilidades de comunicación.
 Favorecer los contactos con otras familias afectadas.
 Ofrecer información sobre los apoyos sociales en los casos en los que
fuera necesario.
 Ayudarles a construir una visión realista de los trastornos del espectro
autista que favorezca la implicación sin que se exalte demasiado la
fantasía.

CONCLUSIÓN

Hemos llegado al final del trabajo, y con esta conclusión queremos hacer un
balance de los conocimientos más relevantes que hemos adquirido.

No es fácil aportar una definición de autismo. Después de haber estudiado el tema


y haber trabajado con definiciones de varios autores, nosotros nos hemos quedado con
la de KANNER (1943), por ser ésta, bajo nuestro punto de vista la más completa, y este
autor lo describe así: “retirada de todo contacto con personas, un deseo obsesivo de
preservar la identidad, una relación muy hábil con los objetos, la presentación de una
fisonomía muy inteligente y pensativa, además de mutismo o de un tipo de lenguaje que
no parece destinado a la comunicación interpersonal”.

Con respecto a las causas del autismo, tenemos que decir que son desconocidas y
nos movemos en el ámbito de las hipótesis. De todas las hipótesis propuestas e
insistiendo en que las diversas teorías sobre la génesis del autismo carecen de claridad,
nosotros, después de haber trabajado el tema hemos creído oportuno simplificarlas en
varios grupos:

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Autismo

• Causas psicológicas: las cuales desde nuestro punto de vista deben de ser
desechadas, ya que es imposible que un niño padezca autismo por las siguientes
razones: padres jóvenes, padres que no son capaces de atender adecuadamente a
sus hijos, la llegada de un hermano demasiado pronto…etc.
• Causas psicosociales, según las cuales los niños y niñas son potencialmente
normales en el momento de su nacimiento, pero se convierten en “diferentes”
como consecuencia de las influencias desfavorables de su entorno psicosocial.
• Causas orgánicas, que considera como causantes del síndrome a los factores
prenatales y perinatales.
• Y por último destacar o decir, que actualmente desde la psicología el autismo
es definido como un déficit cognitivo básico y central, referido principalmente a
las capacidades de simbolización. Y desde una perspectiva evolutiva, es definido
como un trastorno del desarrollo. Es a día de hoy la fuente más fiable.

La siguiente conclusión a la que hemos llegado es la siguiente:


La necesidad de una actuación coordinada y cooperativa entre los distintos
profesionales que actúan en la reeducación del niño autista, con el fin de normalizar su
proceso educativo y de ofrecer al sujeto los mecanismos necesarios para que éste pueda
llevar una vida lo más normalizada posible, ya que no es posible la eliminación de los
efectos producidos por el síndrome ni las causas que lo provocan, entre otras cosas, por
su etiopatogenia desconocida.
Sabiendo que se trata de un síndrome irreversible (como hemos dicho
anteriormente), por ahora, los tratamientos que se aplican a estas personas tan sólo
pueden mejorar su manera de vida. Cada individuo necesita una terapia específica, y
ésta puede ser combinada con algún tipo de fármaco para ser más efectiva. Al igual que
no hay dos autista iguales, tampoco hay dos tratamientos idénticos.

Después de la realización del trabajo creemos que un individuo autista es


comparable a una persona que lleva una armadura, es decir, que se protegen del mundo
externo con una coraza pero que, interiormente, son iguales o más sensibles que
nosotros a pesar de su fría apariencia.

Referente a las familias, éstas se ven expuestas a un gran sacrificio y a un cambio


trascendental en su manera de vida, cuando aparece en el seno de la familia una
circunstancia de estas dimensiones. La convivencia con autistas sólo se puede llevar a
cabo con grandes sentimientos de afectividad y comprensión.

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Autismo

Bibliografía

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• RIVIÉRE GÓMEZ, Ángel; MARTOS PÉREZ, Juan. El tratamiento del autismo.


Nuevas perspectivas. APNA. Ministerio de trabajo y Asuntos sociales. Madrid,
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• MARTOS PÉREZ, Juan. Diagnóstico y evaluación en autismo.


Asesor Técnico de APNA. Director del Centro Leo Kanner.

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• GALLARDO RUIZ, J.R Y GALLEGO ORTEGA, J. L (1993): Manual de


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• BUSTOS SÁNCHES, I. (1988): Discriminación auditiva y logopedia. Madrid:


CEPE.

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Autismo

• CONDE y BALLESTEROS: El autismo infantil precoz. Salud Rural, año VI, nº


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• RIVIÉRE, A y BELINCHON, E. (1985): Lenguaje y autismo. En: MONFORT,


M. (ed): Los trastornos de la comunicación en el niño. Madrid: CEPE.

• TINBERGEN, N y TINBERGEN, E.A. (1987): Niños autistas. Nuevas


esperanzas de curación. Madrid: Alianza.

• MARTIN A. Kozloff., 1974: El aprendizaje y la conducta en la Infancia.


Editorial Fontanella, S. A. Barcelona.

Carta de un padre a su hijo autista.

Nos ha llamado mucho la atención estas profundas palabras y sobre todo los
valores que trasmiten, por este motivo las hemos incluido en nuestro trabajo
simplemente como un complemento de interés.

Hijo mío:

Aunque no sepas leer ni hablar, menos comprender esta carta, es mi deseo comunicarte
lo triste que me siento sin ti, tu escuela y mi trabajo nos mantienen físicamente alejados
pero en ningún momento dejo de recordarte, tu eres mi motor en mi diaria lucha.

Cierto es que eres diferente, pero de eso no desprende mi tristeza. Yo te quiero y


acepto tal como eres, si tu situación requiere que recibas de nosotros todo nuestro
tiempo es porque el destino ha decidido que luchemos juntos y tal vez, nunca
separarnos.

Mi tristeza es por mi egoísmo y vanidad, en que yo afirmo que mi mundo es real y el


tuyo equivocado. No soy capaz de reconocer las cosas de otra forma que no sea la que
me enseñaron mis padres, no se entender el cariño si no es con abrazos y gestos de
amor.

Soy egoísta porque te hago luchar para ser como yo, donde te obligo a quererme de la
única manera en que mi pobre mente puede entender, que te comuniques conmigo
utilizando mi lenguaje. ¡Que tonto soy! Si fuese otra época, otro lugar, otra sociedad,
posiblemente el normal serías tú y yo el del problema.

Mi tristeza, hijo, es porque me esfuerzo tanto en traerte a mi mundo que olvido


compartir contigo esos tiempos maravillosos que gozábamos juntos antes de que te
diagnosticaran como “especial”. Mi mayor tristeza es porque siempre me has amado,
¡lo se!, te siento y en tu silencio tus ojos brillan al verme. Yo, en cambio, no he sabido
amarte de la manera que tú me entiendas.

El mundo en que vivimos te cataloga como alguien que requiere atención y es por eso
que deberás seguir luchando por ser “normal”, pero con el corazón en la mano te lo
digo: Yo luchare contigo y aprenderé a conocer tu mundo y disfrutarlo. Tus

25
Autismo

regresiones serán nuestra hora de recreo donde podamos jugar y gozarnos mutuamente,
como siempre lo habíamos hecho.

Te amo, Javiercito. Estoy seguro que en un futuro cercano, encontraremos el punto


medio de nuestros dos mundos y aprenderemos cada quien a vivir lo mejor de cada uno.

DATOS DE LOS AUTORES:

Currículum:
Nombre: Francisco Manuel
Apellidos: García Ramírez.
DNI: 75553354-X
Dirección: c/ Cruz Verde nº 8
Localidad: Beas (Huelva) (España)
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Estudios: Diplomado en Educación Física y estudiante de Psicopedagogía
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Diplomada en Educación Física y estudiante de Psicopedagogía

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