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LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

1. LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA MODERNA Por “revolución científica” se


entiende el periodo de renovación de las ciencias de la naturaleza ocurridos entre los siglos XVI y
XVII, y que se inicia con la publicación de Nicolás Copérnico, De revolitionibus orbium
coelestium en 1543, y culmina con los Principios matemáticos de filosofía natural de Isaac
Newton en 1687. Durante este periodo, y por obra sobre todo de Galileo, Kepler, Descartes y
Newton, tiene lugar la aparición y constitución de la denominada ciencia moderna, que se
caracteriza básicamente por:
· El interés centrado en el conocimiento de la naturaleza.
· El recurso de las matemáticas como medio de conocimiento.
· Y el uso del método científico.

2. LA CIENCIA ARISTOTÉLICO-PTOLOMAICA En astronomía Aristóteles propone un


Universo esférico y finito que tiene a la Tierra como centro. La parte central está compuesta por cuatro
elementos: agua, aire, tierra y fuego. El movimiento natural de estos elementos es el movimiento lineal y
siempre acaban por detenerse. El movimiento rectilíneo será hacia abajo en los elementos pesados, y hacia
arriba en los elementos ligeros. El cielo, sin embargo, presenta un movimiento circular y eterno. El quinto
elemento o éter será el elemento del que están compuestos los astros supralunares. Este elemento no está
sometido a los procesos de generación y corrupción.
Aristóteles consideró la realidad sensible como dividida en dos esferas claramente diferenciadas, por una
parte el mundo sublunar, y por otra el mundo supralunar o celeste. El mundo sublunar se caracteriza por
todas las formas de cambio, entre las cuales predomina la generación y la corrupción. Los cielos se
caracterizan exclusivamente por el movimiento local, en concreto el circular. En Del cielo sentencia: En los
astros no hay generación ni corrupción, ni aumento ni disminución. Por tanto, los cielos son incorruptibles.
La diferencia entre los dos mundos consiste en la materia de la que están formadas
El Universo aristotélico es esférico, estando la Tierra en el centro, en estado de quietud y reposo, siendo
circundada por 56 esferas concéntricas, que no cesan de girar en sus respectivos ejes. Aristóteles no
consiguió explicar el movimiento de los astros sin recurrir a la idea del primer motor inmóvil. La
quintaesencia muestra que la física aristotélica es una metafísica de la naturaleza, y toda su física está
plagada de consideraciones metafísicas.
Esta teoría del mundo supralunar fue aceptada sin discusión por la filosofía medieval. La astronomía
aristotélica fue sistematizada por Claudio-Ptolomeo en su Almagesto. Aunque ya en la antigüedad Aristarco
de Samos negó el geocentrismo, tuvo que llegar la Época moderna con el sistema copernicano y su posterior
demostración por Galileo para desplazar el modelo ptolomaico. La teoría fue abandonada al descubrirse
cambios en las estrellas gracias sobre todo al telescopio, así como a comprobar que el movimiento de los
astros obedece a las mismas leyes de la mecánica que rigen en la Tierra; y al averiguar mediante el
espectroscopio de luz que en el sol y las estrellas se encuentran los mismos elementos que en la Tierra.
3. NICOLÁS COPÉRNICO: HELIOCENTRISMO Que la Tierra se moviera o no era
una cuestión debatida desde hacía siglos. En la antigüedad, Aristarco de Samos afirmó que la Tierra
estaba en movimiento. Aunque no puede establecerse una línea continua en el desarrollo de la
revolución científica, la astronomía ocupa un lugar privilegiado en este proceso. Del sistema
geocéntrico con una Tierra firme y pesada en el centro del Universo, se pasa a un modelo
geocéntrico en el que el sol ocupa el lugar antes ocupado por la Tierra. Muchas veces se ha insistido
en el impacto que esta idea tuvo que provocar, una vez aceptada esta teoría, cualquier otra era
posible.
El nombre del sacerdote católico Nicolás Copérnico está ligado al de la revolución astronómica, con la
que se inicia la revolución científica. Su teoría planteó enormes problemas a la fe cristiana. Si la Tierra no era
más que otro planeta, otros lugares podían estar habitados conforme a la bondad divina. Además, si el
Universo era infinito, como planteaban algunos copernicanos ¿dónde se encuentra Dios? ¿Y el cielo que hay
tras la muerte? Las teorías de Copérnico trasformaban radicalmente la relación de los hombres con Dios.
Khun escribió en su Revolución copernicana “La nueva filosofía lo pone todo en duda... Todo va roto en
pedazos, ya no hay coherencia”
4. TYCHO BRAHE Tycho Brahe construyó lo que puede considerarse un centro de investigaciones, que
contaba con el mejor equipo instrumental de la época y con un magnífico equipo de investigadores. Su equipo
de observación significó un cambio cualitativo en la precisión de las observaciones, reduciendo el error de
10º a menos de 1º. Desarrolló un programa sistemático de observaciones del Sol y la Luna, los planetas y
miles de estrellas.

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Tycho nunca aceptó la teoría heliocéntrica, por razones no solo teológicas, sino también de índole
astronómico y cosmológico. No obstante, Tycho consideraba la teoría copernicana superior al Almagesto de
Ptolomeo. Con el propósito de asumir las mejoras alcanzadas por Copérnico y evitar el inconveniente del
movimiento de la Tierra, ideó un nuevo sistema en el cual, todos los planetas giraban alrededor del Sol, y el
Sol alrededor de la Tierra, inmóvil en el centro del Universo. En cualquier caso, las observaciones del centro
de investigaciones de Tycho necesitaron del genio de Johanes Kepler para ser interpretadas.
5. GIORDANO BRUNO Giordano Bruno fue uno de los escasos astrónomos que aceptaron la teoría
heliocéntrica. Bruno sometió a una crítica radical la cosmología aristotélico-ptolomaica. Imaginó un universo
infinito constituido por infinitos mundos finitos, de modo que cada estrella sería un sol semejante al nuestro,
con su cortejo de planetas y satélites. Suponer un universo infinito implicaba suponerlo homogéneo: no habrá
lugares privilegiados ni un centro absoluto.
6. JOHAN KEPLER: PERFECCIÓN DEL UNIVERSO Y EXPERIMENTACIÓN Kepler
inicia su estudio en astronomía como el camino más adecuado para la teología. De su puño podemos leer:
“La geometría es anterior a la creación, la geometría sirvió de modelo al Dios creador, la geometría es
Dios mismo”. Kepler, a pesar de ser un riguroso matemático, tiñó de imágenes teológicas toda su labor
astronómica. Fue fundamental para sus estudios las observaciones de Tycho Brahe y sus colaboradores.
Kepler descubrió que los planetas se desplazan dibujando elipses, uno de cuyos focos está ocupado por el
sol. Rompió lo que él mismo llamó “el hechizo del círculo”, la determinación compartida por todos los
astrónomos de la antigüedad, incluido Copérnico, de explicar los movimientos de los cielos mediante círculos
Una vez abandonado su intento de explicar el funcionamiento del universo a partir de los sólidos
perfectos por ser refutada esta hipótesis por las observaciones de Tycho Brahe, sostiene lo siguiente:
· La aceptación sin restricciones del sistema copernicano. Éste obtiene conclusiones verdaderas donde
Ptolomeo no daba respuesta alguna.
· Todo el universo constituye una estructura racional y perfecta, en la que se manifiesta la sabiduría de Dios.
· La astronomía no consiste en simples cálculos sobre el papel, sino que debe acudir a mediciones empíricas
7. GALILEO GALILEI Galileo constituye una especie de mito y de héroe en el proceso que
conduce a la formación de la ciencia moderna. Galileo corta definitivamente con la tradición
introduciendo una nueva visión del universo. El tránsito de la ciencia antigua a la moderna puede
seguirse en el dramático desarrollo de su vida, marcada por la persecución ideológica a la que le
sometió la Iglesia. Galileo representa el espíritu inquieto y polémico del momento, la conciencia de
la transición. En 1633 fue condenado a prisión, después de un penoso proceso, aunque pronto la
prisión pasó a ser domiciliaria bajo la vigilancia del santo oficio. A Galileo se le hizo callar,
convirtiéndose en un mártir de la ciencia.
La discusión en torno al copernicanismo era un símbolo de la batalla de la ciencia por su independencia
de las ataduras de las sagradas escrituras. Las doctrinas de Galileo podían socavar la autoridad ideológica de
la Iglesia, inmersa en la lucha contra la Reforma protestante. El pleno convencimiento de Galileo sobre las
tesis copernicanas implicaba también un rechazo al aristotelismo, aunque siempre trató de acomodarlas a la fe
de la Iglesia.
Como deja escrito en el Ensayador, la filosofía está escrita en lengua matemática, sin entender su
lenguaje se anda “perdido por un oscuro laberinto”. Galileo, que reclamaba para sí el título de matemático y
filósofo “porque he dedicado más años a la filosofía que meses a la matemática”. Una concepción de la
naturaleza regida por las relaciones matemáticas, afianza una visión mecánica de la realidad en la que no
cabe fin alguno. El universo funciona conforme a unas leyes inmutables que obedecen a fórmulas
matemáticas que hay que descubrir.
Galileo es considerado como el iniciador del método experimental. El rasgo más característico de su
método es la matematización, mediante la cual comprendemos el mundo, paso previo a dominarlo. Se ha
discutido acerca de la auténtica naturaleza del método que empleó. Las diversas interpretaciones abarcan
desde la afirmación de que fue un verdadero experimentador inductivista, que infirió sus teorías a partir de
continuos experimentos, hasta la de que fue un platónico a ultranza, que apenas hizo otra cosa que
experimentos ideales (mentales) y que los experimentos que realizó tenían una simple función didáctica para
demostrar la verdad de sus teorías, de las que ya estaba absolutamente convencido.
Las noticias sobre la invención del telescopio condujeron a Galileo a un brusco cambio de sus intereses.
Comenzó entonces su lucha en pro del heliocentrismo copernicano. Hasta entonces Galileo se había
interesado por la astronomía, pero solo ocasionalmente había realizado experimentos. Galileo no fue el
inventor del telescopio, ni tampoco fue el primero en dirigir ese instrumento hacia el cielo. No obstante,
superó a todos sus contemporáneos en la elaboración de potentes telescopios adecuados a la observación
astronómica.
Sus observaciones y la aplicación de la mecánica le condujeron a las siguientes aportaciones a la
astronomía:
· Demostró que existen movimientos celestes con un centro distinto de la Tierra

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· Refutó la teoría aristotélica de la incorruptibilidad de la materia de los cielos, gracias a la observación de las
manchas solares y lunares

Los descubrimientos de Galileo fundamentaron con rigor matemático las teorías de Copérnico. Galileo
eliminó las objeciones clásicas de Ptolomeo a la movilidad de la Tierra, dejando vía libre al heliocentrismo
8. ISAAC NEWTON Isaac Newton (1642-1727) es considerado el gran símbolo de la ciencia
moderna. De hecho, desde Newton hasta principios del siglo XX con la teoría de la relatividad de
Einstein, no ha habido más que ampliaciones y refinamientos de la física newtoniana. Newton es el
sistematizador de su época. Como un nuevo Aristóteles, recogió y perfeccionó todos los
elementos apuntados por sus predecesores.
A Galileo y Newton los separan dos épocas. El mundo en el que vivió Galileo tiene escaso parecido
con el de Newton. En la segunda mitad del XVII inglés se producen dos revoluciones políticas (1641-46 y
1688-89) eco de grandes transformaciones económicas, sociales y religiosas. La burguesía industrial y
comercial es la nueva protagonista. La burguesía precisaba cada vez más de los servicios de los científicos
técnicos. De hecho, las necesidades ya no podían ser satisfechas por individuos aislados, eran necesarias ya
las instituciones científicas. Tanto la Biblia como la escolástica habían perdido ya toda capacidad de
explicación científica. A Galileo y Newton no solo los separan unos años de potente desarrollo teórico-
científico, sino dos sociedades en que los valores se han trasformado profundamente
Sus Principios matemáticos de la filosofía natural de 1687 significan la meta en la formación de la
ciencia moderna. Es el coronamiento de la revolución científica que había comenzado con Copérnico y
prosiguió con Kepler y Galileo. Los principios matemáticos son obra de un físico y no de un filósofo. Newton
aplica con precisión las matemáticas al conocimiento de la naturaleza, precisión que le facilita su nuevo
cálculo infinitesimal.
Las tres “Leyes de Newton” y la ley de la gravitación universal
Primera ley de Newton: Si un objeto está en equilibrio, la fuerza ejercida sobre él debe ser cero. Un
objeto colocado sobre una superficie, es atraído hacia abajo por la atracción gravitacional de la Tierra y es
empujado hacia arriba con la misma fuerza pero con sentido contrario. La suma de los vectores de las fuerzas
es cero
Segunda ley de Newton: Una fuerza neta ejercida sobre un objeto lo acelerará, es decir, cambiará su
velocidad. La aceleración será proporcional a la magnitud de la fuerza total y tendrá la misma dirección y
sentido que ésta. F=m·a. En el sistema internacional de unidades, la aceleración (a) se mide en metros por
segundo al cuadrado, la masa (m) se mide en kilogramos, y la fuerza (F) en newtons. Un newton se define
como la fuerza necesaria para suministrar a una masa de 1 kg una aceleración de 1 por segundo cada segundo.
Esta fuerza es aproximadamente igual a un objeto de 100 gramos
Tercera ley de Newton: Cuando un objeto ejerce una fuerza sobre otro este otro objeto ejerce también
una fuerza sobre el primero. La fuerza que ejerce el primer objeto sobre el segundo debe tener la misma
magnitud que la fuerza que el segundo objeto ejerce sobre el primero, pero en sentido opuesto (ejemplo
patinaje)
La ley de la gravitación universal: la atracción gravitatoria entre dos cuerpos es directamente
proporcional al producto de las masas de ambos cuerpos e inversamente proporcional al cuadrado de la
distancia entre ellos. Esto es, F=G·(m1·m2)/D·D. Donde F será la fuerza gravitatoria o de atracción, m1 y m2
son las masas de los dos cuerpos, G es la constante gravitacional que se aplica en todos los casos, y D es la
distancia entre los cuerpos

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