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Facultad de Humanidades
Año: 2010
En general, apelan a cortes definidos como períodos que marcan líneas divisorias entre
uno y otro. Al hacerlo reflejan su propio punto de vista sobre la secuencia de los
fenómenos analizados. La discusión sobre las periodizaciones se torna importante desde
el momento en que se opta periodizar de acuerdo con el desarrollo interno del discurso
de la ciencia o bien de acuerdo con un desarrollo externo contextual.
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tardío desarrollo no sólo dentro del campo de las disciplinas Histórico-sociales, sino de
las propias ciencias antropológicas. Algunos de estos factores pueden ser referidos al
temprano y dominante desarrollo de las orientaciones neotemporales, sobre las
históricas y estructurales, que dieron lugar a un desproporcionado crecimiento de las
disciplinas arqueológicas en detrimento de las otras ciencias socio-culturales. Esta
situación favoreció la incorporación de determinadas corrientes teóricas, en especial
las constituidas en Alemania y secundariamente en Francia e Italia entre 1900 y 1930
(histórico-culturales, morfoculturales, fenomenológicas) que condujeron
excluyentemente a abordar ciertos objetos y problemáticas, que marginaron los que
ulteriormente constituyeron los objetos de la Antropología social. Creemos que el
elemento más deformador fue el que privilegió una perspectiva reconstructivista y
universalista, a través de la elección de problemáticas calcadas de las propuestas en
los centros científicos metropolitanos, pero que muy poco tenían que ver con las
problemáticas a establecer desde una perspectiva nacional y Latinoamericana”
(Menéndez 1968.Citado por Garbulsky 1991-92)
Guillermo Madrazo (1985) opta por una periodización fundada en los acontecimientos
políticos de ruptura combinada con el dominio de estilos teóricos que se muestran
congruentes con los sectores políticos hegemónicos:
1966-1972: La censura
1973-1974: La politización
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efectúa en Salta, en el marco del III Congreso Nacional de Arqueología (mayo de 1974),
la mesa redonda sobre "Estados y Perspectivas de la .antropología social en la
Argentina", coordinada por Edgardo Garbulsky, de la que surge una mesa nacional
provisoria coordinadora de Antropología Sociocultural, integrada por L. Bartolomé, L.
M. Gatti, Lube Roitman, G. Ruben y L. Fernández, con el objeto de "responder a la
necesidad de vincular a los antropólogos sociales, coordinar sus tareas, promover el
ejercicio de la profesión y la ampliación del campo laboral, enfrentar problemas teóricos
fundamentales, intercambiar información, etc." y realizar un Encuentro de Antropología
Social, que no se efectivizó por las condiciones en que se encontraban las universidades
argentinas.” (Garbulsky E. 1991-1992)
Señala Estela Gurevich con relación a este momento que es objeto de sus
investigaciones: “del ‟73 al ‟74, los mensajes emitidos desde la cúpula del gobierno
circularon horizontalmente a través de los diferentes sectores sociales. En un contexto
que priorizaba la acción se privilegiaron las propuestas de la antropología aplicada y
socialmente comprometida. La informalidad y el desorden de las comunicaciones
sirvieron de justificación a la reintervención universitaria, en julio del ‟74, se atribuyó
como misión ordenar el caos y cambiar la intencionalidad de los discursos que ya no
pretendían incluir sino limitar y diferenciar. Del ‟76 al ‟83, los mensajes emitidos desde
la cúpula militar reafirmaron su verticalidad desestimando las propuestas provenientes
desde el llano. Desde entonces la antropología circunscribió su radio de acción al
rescate de un patrimonio cultural desconectado de toda problemática social” (Gurevich
E.1994: 56)
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En 1915 crea el Museo de Fomento en el cual se organizan distintas secciones como
Ciencias Naturales y de la Tierra; Antigüedades y Arqueología, entre otras. Al mismo
tiempo se funda una Sociedad Científica que nuclea a los intelectuales de la época
(abogados, sacerdotes, médicos, militares), denominada Unión Salteña; entre sus
miembros se encuentran el abogado Atilio Cornejo y el sacerdote Fray Gobelli, entre
otros. (Rey de Sastre M. 2002)
Desde 1949 y hasta fines de los „60, la Antropología estará ligada en Salta, a las
Ciencias Naturales. En un primer momento, a través del Museo Provincial (creado en
1949)1 y la Escuela Superior de Ciencias Naturales (creada en 1951, dependiente de la
Provincia). Se legitima tanto el Museo como la Escuela, se asigna presupuesto, edificio
propio y se nombra a Sirolli Profesor de Etnología, Etnografía y Arqueología, a través
de un decreto del Ejecutivo Provincial, que lo convierte en el primer docente provincial
de antropología. Crea también la Sociedad Científica del NOA. La meta era incorporar
la escuela y el museo a la facultad de Ciencias Naturales de Tucumán, incluyendo a sus
docentes, estudiantes y personal técnico o administrativo.
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del Estado. Es indudable el peso del Profesor Sirolli, a partir de su filiación peronista y
sus fuertes vínculos políticos locales y nacionales.
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consagrando como auténticas sólo ciertas expresiones culturales: ciertas formas de
canto, algunas comidas, relatos y rituales.” (Belli E. 2004: 22)
La UNSa
Mario Casalla concibe la ciencia como un efecto de la voluntad del hombre por
controlar la naturaleza y propone la superación de esa perspectiva por “la primordial
búsqueda de la felicidad y grandeza de los pueblos en su diaria promoción como
hombres. (…) Así, volvería la ciencia de manera tal, a su condición originaria de
simple instrumento para un fin político (histórico) que la trasciende y dignifica”
(Casalla M 1973:2)
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inteligencia. Son formas visuales vividas a nivel de organización, pero motivadas por un
mecanismo muy simple, cual es el de sentir el mundo un poco menos desfavorable, un
mundo bueno, institucionalizado en la buena iglesia y en la buena academia de
ciencias.” (…) y agregaba “Pensemos que la ventaja del peronismo, que lo convierte en
una expresión profundamente americana estriba en que, pese a la reciente infiltración
marxista, sigue siendo un partido sin doctrina, aglutinado en torno a una personalidad
carismática, sostenido por motivaciones estrictamente emocionales, todo él está
alentado por un requerimiento profundo de lo absoluto, cuya tónica no entra
estrictamente en el pensamiento occidental de la clase media” (Kush 1973: 375-378)
La región se entiende, no solo en relación al NOA respecto del resto del país sino,
particularmente, el lugar de Salta con relación a Latinoamérica, remarcando vínculos
históricos con el área andina desde la época prehispánica. La discusión en ese momento
giraba en torno a conceptos como dependencia, neo-colonialismo, colonialismo interno
y desarrollo desigual entre las regiones del país. La idea es constituir un centro de
estudios, que vehiculice el desarrollo regional, con un sentido de servicio en torno a “un
desarrollo auto sostenido y la integración de un propio sistema económico de fuertes
características regionales” (UNSa.1972: 10) y diseñar un modelo político y
socioeconómico de desarrollo propio, que supere el “fracaso de los esquemas de
desarrollo dependiente”, que han contribuido al estancamiento de regiones del interior.
(Ibíd.:11) Es un paso en el proyecto liberación nacional; se apela a las particularidades
regionales, que constituirían vertientes del ser nacional.
La creación de la carrera
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perspectivas teóricas y líneas de investigación que proponían sus docentes e
investigadores), será sucesivamente inaugurada, reinaugurada, censurada y
reestructurada, clausurada y declarada extinta.
El Simposio de 1973
Las propuestas
Algunos temas recurrentes en los debates del simposio fueron por un lado, las
perspectivas sobre una carrera de antropología en el NOA y, por otro, una discusión
más general sobre la antropología en un momento histórico y político particular, nos
referimos a temas tales como la relación de antropología y política, y la antropología
aplicada. Se entiende a la antropología como “situada”, es decir que debe orientar su
perfil hacia el área en la que se inserta (Boasso 1973:3) 10
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administración pública (Chertudi) La cuestión ética, planteada en el marco de la
reflexión sobre colonialismo (Marzal) o una separación entre el trabajo de investigación
concreto, donde el antropólogo es un observador neutral y la postura ética de denuncia
de situaciones injustas (Dewar y Dewar) Y por último la posición de ciencia “neutral”
que critica tanto a la Antropología Aplicada. “Antropología Asistencia - Social”, como a
la Antropología que llama “de barricada” (Boasso)
De este simposio surge la confirmación de que la carrera debe ser Antropología Social
y los primeros borradores para el Plan de estudios, que finalmente incluirá materias
relacionadas a las áreas de antropología social y algunas socio – culturales. Ese plan
estaba dividido en dos partes, una consideraba un plan de transición para los estudiantes
del instituto provincial de Sirolli y el otro consideraba un año básico común.
Sin Homero Palma u otro representante de la Sociedad Científica del NOA, y a partir
de los resultados de este simposio, quedaba claro que el Instituto de Antropología
provincial no sería la base de la carrera. Se acordó, sin embargo que los estudiantes del
mismo tuvieran un régimen especial de transición, reconociendo algunas materias y
dictándoles algunos seminarios que se tomaron después como equivalentes a materias
del nuevo plan de estudios. (Anexo 4) Algunos de los asistentes al simposio dictaron
estos seminarios de verano. (Susana Chertudi, Darrel Dewar, Federico Aguiló). Si bien
cada uno presenta sus propias conclusiones, hay ciertos temas que atraviesan la
discusión: Antropología en el NOA, Antropología, Política y antropología aplicada.
“El simposio me sirvió para el replanteo de toda la antropología social cultural dentro
de un marco geográfico específico. (...) La antropología que quiere ser una ciencia,
surge en circunstancias históricas particulares y quiere responder a problemas
particulares... Alguien ha dicho que la ciencia comparativa que es la antropología es la
ciencia de la historia. La antropología está orientada. En el caso de una escuela de
antropología de la U.N.Sa la orientación le viene del área que dicha escuela espera
servir: el NOA y el centro suramericano. Esa área desde el punto de vista cultural,
parece signado por una situación de dependencia de unos grupos culturales respecto de
otros. El estudio de culturas en dependencia, los mecanismos de dependencia y los
mecanismos posibles de liberación se imponen para una antropología de esa área
geográfica.”
Pero también hace un llamado de atención sobre los riesgos de la antropología aplicada:
“huyendo de una antropología supuestamente pura corremos el peligro de caer en los
esteros de una antropología – asistencia social (antropologías aplicadas), o de una
antropología de barricada, de manifiesto, que no es otra cosa que política con ropaje
de antropología. No nos engañemos; en la medida en que hagamos una antropología
manifiesto, podremos hacer un servicio a las comunidades pero no haremos ningún
servicio a la antropología, y, por tanto, privaremos a las comunidades de una
antropología que indague y esté siempre orientada a descubrir cosas nuevas.”
Dewar y Dewar:
“El acento está puesto en las diferencias culturales dentro de las cuales el antropólogo
se relaciona con los otros. Así la observación con el fin de comprender a los otros
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implicará una actitud pasiva desde el antropólogo. Al mismo tiempo se pondera que el
contacto entre grupos diferentes involucra necesariamente cambios, y en estos cambios
interviene el antropólogo en forma activa”. En este contexto se entiende al antropólogo
en la sociedad “industrializada”: “... actúa en forma activa cuando trata de mejorar la
forma de vida del otro dentro de sus posibilidades culturales - como, por ejemplo,
informar al otro de los derechos que éste tiene dentro de la sociedad que visita (obrero,
bracero, etc.) para evitar que sea explotado(...)”.
Susana Chertudi: Afirma que hay dos grandes tipos de tareas que puede cumplir un
antropólogo: “Investigación y Docencia. Dentro de la investigación, debe considerarse
también que la investigación fuera del ámbito académico puede hacer algo más que
estar dirigida a fines prácticos cumpliendo directivas. Debe tenerse en cuenta la
innegable interdependencia entre teoría y realidad”.; “Esto implica también la
necesidad de la teoría para la aprehensión de la realidad y su posible modificación”.
“También estimo que en nuestro país, posiblemente por el hasta ahora restringido
campo del quehacer profesional, se estima como superior el status del antropólogo
investigador universitario que el del antropólogo trabajador en otros sectores. Y son
justamente esas otras esferas de acción dentro de la sociedad (educación, vivienda,
salud, producción, vialidad, comunicaciones, etc.) las que requieren hoy la urgente
intervención de la antropología.”
Gissi; “Debe existir como carrera, solo antropología social: su urgente necesidad para
el diagnóstico y la colaboración en el cambio social, tanto a nivel regional como
nacional, en particular en la nueva coyuntura histórica argentina.” Propone también
una relación inmediata con áreas sociales de programas estatales y el trabajo en ellos
desde el primer año de cursado de los estudiantes, por la urgencia social del país.
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En este simposio también se consensuan propuestas para la formulación del plan de
estudios. Confluyen así diferentes perspectivas sobre la antropología; que comparten sin
embargo una visión de la antropología como un medio para la acción; una ciencia
aplicada al cambio social.
Los estudiantes proceden del Instituto de Sirolli y por otra parte los ingresantes plenos.
“Se marcaron claramente dos grupos: los del instituto y los que ingresaban o venían de
otros lugares, (…) los que tomaban apuntes y los que entendían las clases como
debate, participación y diálogo” (Entrevista a la lic. Lezcano). Se conforma con un
equipo docente interdisciplinario.
Los primeros antropólogos contratados son: Pablo Aznar, que regresaba del exilio en
Chile y el cordobés Luis María Gatti. Luego se incorporan otros docentes11. En esta
carrera predomina la inclusión de los aportes teóricos del materialismo histórico en
ciencias sociales y la necesidad de explicar el funcionamiento del capitalismo
dependiente, a partir de la explicitación de los mecanismos de la dependencia. En
algunos casos se enfatizan las experiencias de liberación nacional del tercer mundo y el
compromiso del investigador con estos procesos. Se debate el lugar del investigador con
relación a la política, el compromiso del investigador con las poblaciones que estudia,
etc.
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Su investigación sobre la articulación social entre Luracatao y el Ingenio San Martín del
Tabacal abordaba las relaciones de articulación subordinadas según una perspectiva
marxista, ponderando el estudio de las relaciones de producción capitalistas y las
prácticas opresivas del capital, con relación a las fuerzas productivas. Esa aproximación
teórica no sólo significaba privilegiar ciertos problemas de investigación, sino también
permitía vislumbrar un proyecto programático distinto al sugerido por los otros
docentes. Su investigación considera diversas dimensiones de la vida social, Para
Gatti:”lo que verdaderamente caracteriza a este régimen no es el trabajo a domicilio
sino el papel desempeñado por el capitalista, que de simple comprador se hace poco a
poco dueño de toda la producción.” Define que esta historia de articulación no
determina un proceso lineal, ya que una experiencia mas “típicamente capitalista” de
instalación de una fábrica de alfombras en Luracatao fracasa y se muestra como más
conveniente ese sistema que en una historia lineal de desarrollo de las fuerzas
productivas, sería anterior., estableciendo ciertos vínculos que implican elementos de
status y diferenciación al interior de la economía campesina, marcando mayor o menor
distancia con el “patrón”. Al tiempo que toma en cuenta el componente ideológico en la
relación de los campesinos / proletarios con el patrón / administrador, para Gatti los
luracateños tiene dos destinos posibles: proletarización inevitable, para algunos o, para
otros (grupo superior), su transformación en Farmers. Este artículo constituye un caso
de aplicación de las teorías que en ese momento se debatían en América Latina, no
olvidemos que ya se había producido la Declaración de Barbados, y estaban en plena
producción Bonfil Batalla en Mexico y Darcy Riveiro en Brasil.
Persecución y Censura
A fines de 1974 comienzan en las universidades del país, las cesantías y las
persecuciones por motivos ideológicos y políticos. En la UNSa, con representantes de la
línea del peronismo nacionalista que se instala en el poder, empeñados en contrarrestar
los efectos causados por los “agentes de la subversión”, concentran la persecución
especialmente en la Facultad de Humanidades y la carrera de antropología, cuyo cuerpo
de profesores es expulsado íntegramente. Lo mismo ocurre con el Instituto de
Desarrollo Regional. Junto con una pretendida recuperación del prestigio académico y
la “despolitización de la enseñanza”, son censurados temas, problemas y líneas teóricas
de investigación y docencia, definiendo los temas autorizados en la nueva conformación
de la carrera. Comienzan entonces las modificaciones y la “depuración de los planes de
estudios” (Casalla, 1976. Expediente Nº 557/76).
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Estaban convencidos de la necesidad de pensar la antropología en términos “cultura
nacional”, sostenida particularmente por Mario Casalla y con la idea de buscar los
elementos performadores de esa cultura en las raíces latinoamericanas, en los términos
planteados por Rodolfo Kush.
Se apoyan en los fundamentos filosóficos elaborados por esos dos autores, el método
fenomenológico elaborado por M. Bórmida, agregando elementos de los estudios
culturalistas norteamericanos. La gran preocupación será definir las características
culturales en la región, que confluyen en esa fusión que constituye, para ellos, la
“cultura nacional”.
Con este estudio de “áreas” los autores pretenden contribuir al desarrollo regional
elaborando, entre otras cosas, los contenidos concretos de la interculturalidad y un
concepto integral de cultura regional, con la posibilidad de detectar las “causas
profundas del ser regional, que coadyuven a la solución de sus problemas.”(UNSa:
1975)
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El interés por precisar las condiciones y los grados de integración de diversos grupos a
una “cultura nacional” constituye un tema privilegiado por este primer grupo de
investigadores dentro del proyecto. (UNSa, 1981: 20) Podemos entender la búsqueda
de esa “cultura” o “espíritu” nacional (a través de sus elementos constitutivos), en el
marco de la adscripción a una mirada y un proyecto político nacional, a una particular
perspectiva antropológica que, al tiempo que describe esa síntesis que constituiría la
cultura nacional, también la prescribe, intentando legitimar una concepción de
“argentinidad.” […]
Hacia fines de 1975 propusieron una conclusión de su trabajo sobre esa cultura nacional
argentina: “Se visualiza al pueblo argentino como una sociedad nacional poseedora de
una forma integral de vida creada colectivamente a través de su historia, a partir de
una resolución relacional con la naturaleza, consigo mismo como comunidad, con otras
comunidades y con la divinidad. [...] una heterogeneidad inicial de grupos [...] fue
desarrollando por medio de integraciones sucesivas una conciencia de unidad, que se
expresa como una conciencia social colectiva [...] el conjunto inicial divergente de
grupos y tipos de personalidades convergen en la formación de un pueblo.[...]contiene
y conserva a través del tiempo las dos experiencias:[...] por un lado, las modalidades
de rasgos culturales divergentes; por otro, los lineamientos de la unificación nacional
[...] la diversidad de rasgos ha dado lugar a una sociedad pluralista, que se unifica, no
obstante, en el conjunto del espíritu nacional. La unidad se realiza por la definición y el
compromiso con objetivos comunes y una forma concertada de tender hacia ellos.
Consiguientemente, el pueblo argentino es no otra que la tendencia y la realización de
unidad de objetivos a través de una diversidad de rasgos culturales[...]Una de esas
partes integrantes del pueblo argentino es la expresión aborigen, la de aquellas
comunidades más fuertemente aferradas a la tradición cultural local americana, la
tradición prehispánica.” (ibid: 21). Los investigadores creen encontrar todos estos
elementos en una comunidad guaraní: Yacuy, cercana a la ciudad de Tartagal, en el
norte de la provincia. La monografía: "Estudio del espíritu de una comunidad indígena
guaraní y su integración a la cultura nacional" constituye el punto de partida para esa
conceptualización de cultura nacional; en ella se visualizan tres aspectos constitutivos
fundamentales: comunión en un espacio significativo; Tiempo total compartido y
Percepción. El planteo general tiende a establecer una correlación implícita entre
niveles de integración y niveles de desarrollo, caracterizando la falta de integración
como obstáculo para el desarrollo.
El Estado Provincial
Sirolli tiene otra vez incidencia en los ámbitos de toma de decisiones a nivel Provincial,
a principios de 1976 será, sucesivamente Ministro de Gobierno y Secretario de
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Educación. Al asumir Sirolli como Ministro, Amoroso queda a cargo de la Dirección de
Investigaciones Antropológicas.
Reestructuración y clausura
Se constituye un plan sin objetivos claros, con dos orientaciones: arqueológica y socio –
cultural, manteniendo algunas materias culturalistas, incorporando antropología
aplicada, como materia curricular y definiendo un amplio espectro de materias optativas
en esta línea de intervención sobre la realidad socio – cultural.
Amoroso Ruffo: El punto de vista de Ruffo (1982) reproduce los planteos de Marcelo
Bórmida en sus principales argumentos metodológicos. El área de Folklore se convierte
en orientación y se incorpora en los proyectos de investigación que están vigentes.
Temas que habían tenido poca relevancia en la antropología local son incorporados:
creencias populares, descripción de fiestas y manifestaciones de religiosidad popular, se
consideran ahora relevantes. Sirva de ejemplo el trabajo de Alcira Imazio (1982) acerca
de la Virgen de la Peña.
En 1978 se endurecen las posturas del gobierno militar, con un nuevo jefe militar en
Salta y otro interventor en la UNSa. La hipótesis de conflicto con Chile es
especialmente visible en esta región fronteriza y algunos antropólogos de la carrera
siguen siendo sospechosos a la mirada).
Los temas con eje en lo popular son descartados y los textos relacionados al peronismo
desaparecen de las bibliotecas. En el mismo acto son prohibidos (por el gobierno
nacional) textos de Perón y de Casalla, junto a la Revista Participación. El clima de
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compenetración con la llamada Doctrina de Seguridad Nacional desemboca en nuevas
“renuncias” y los consiguientes reemplazos en las cátedras. (los últimos de la misión
Ivanisevich)
“El cambio fue completo; por ejemplo Ashur y Maidana estaban en la cuerda floja y
creo que después al poco tiempo lo hechan a Maidana. Maidana viene de Ciencias de
la Educación (...) se interesa en las cuestiones de la Arqueología a raíz de haber
ayudado a Serrano. El trabajo en el museo continúo varios meses más hasta que lo
cierran. Y el cambio en la vida cotidiana era que hay un cuerpo de profesores nuevos.
Digamos que algunos duran unos meses mas, digamos los peronistas estos duran unos
meses más, otros salen inmediatamente, pero otros estaban como condenados, pero...
Boasso es el único que sigue en esa línea. Ahí en el 76 es cuando yo tomo contacto con
todos los que después van a ser mis colegas, porque se hace como una especie de...
juntan a todos los estudiantes. Osea, después del año 76, cuando termina el 76 o en el
77 vuelven digamos a barajar con el cambio de plan de estudios de la carrera, se hacen
algunos cambios, sigue por ejemplo Daniel López... había una censura muy dura de
algunos autores...Censuraron por completo a Darcy Ribeiro, total, los autores
latinoamericanos, cardozo de oliveira, todos los brasileños, los latinoamericanos,
Bonfil, todo eso estaba... se daba la antropología norteamericana y la inglesa; la
antropología alemana (...) (monografía) eso de la monografía me acuerdo, el planteo
era o la rehacen o no se aprobaba, era así, esa era el nivel... no era una discusión
teórica ni nada. No pueden y... se leía Levi strauss, se veían los estructuralistas
franceses... bueno, entonces traen un grupito. Te pongo un ejemplo. Hay una etnografía
general y de África... y Oceanía y la tiene que dictar Julia Cabral. Ella no tenía
ninguna formación, preparó un programa y dictó la materia... o sea que había materias
que específicamente estaban dadas por antropólogos o por gente que estuviera... mas o
menos capacitada (...) o sea que había casos así, parches ¿no? Lo que yo no me
acuerdo, creo que fue mas o menos así a principios del 77 se decreta ya el cierre, o a
fines del 76. Yo pensaba que lo mejor que podía hacer era cursar y rendir “ (Entrevista
a C. B).
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capacidad de adaptación” (proyecto 64.) 1979) Esta línea será la única que encuentre
una continuidad durante el PRN. A través de la formación de un equipo de investigación
que trabaja especialmente en el valle Calchaquí, centradas en estudios de campesinado.
Otro aspecto llamativo se vincula con el trabajo de campo del propio Boasso en Iruya y
San Antonio de los Cobres, y la omisión las investigaciones ya conocidos de Bissio y
Forni (1976) y el mismo Gatti, que analizan con gran sutileza e información las
relaciones entre las áreas satelizadas y el Ingenio San Martín del Tabacal. Boasso, en
cambio, acude a Malinowski, para plantear la existencia de una comunidad guiada por
“obligaciones recíprocas totales, “donde entran en juego la amistad, los arreglos
familiares, las normas de buena vecindad, la lealtad a la corporación familiar, el respeto
a las tradiciones locales” (Universidad Nacional de Salta, Consejo de Investigaciones;
1981: 53).
Sin embargo, este planteo termina siendo consistente con una posición que concibe a las
ciencias sociales como neutras, pero como “auxiliares de la administración”
(Universidad Nacional de Salta, Consejo de Investigaciones; 1981: 58) y en una
declaración metodológica de la necesidad de “la hermenéutica que debe preceder a las
aplicaciones” (Universidad Nacional de Salta, Consejo de Investigaciones; 1981: 59).
Este discurso difiere profundamente del texto presentado en el “Symposiun” realizado
en 1973 para discutir el plan de la Carrera de Antropología a crearse en la UNSA donde
sostenía que el área del NOA “desde el punto de vista cultural, parece signado por una
situación de dependencia de unos grupos culturales respecto de otros. El estudio de
culturas en dependencia, los mecanismos de dependencia y los mecanismos posibles de
liberación se imponen para una antropología de esa área geográfica” (Informe y
sugerencias de Camilo Boasso. 29 de julio de 1973). Su posición ecléctica ofreció una
alternativa de formación para los estudiantes. Luego de la recuperación de la
democracia continuó como investigador y profesor de la Escuela de Antropología.
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1
Sirolli, nacido en Buenos Aires, en 1900. Estudió Historia y Luego Filosofía y Ligüística en
universidades de Buenos Aires y La Plata. Seguidor del ensayista Elay Fariña Núñez y luego de
Ambrosetti y Debenedetti. Su primer contacto con el Noa se produce a partir de viajes de estudio y como
funcionario fiscal (DGI). Asiste a cursos de Imbelloni y Vignati. En 1935 integra el grupo FORJA (fuerza
de orientación radical de la joven Argentina), junto con Dellepiane, Jauretche, Del Mazo, Guillermo
Watson, Fernando Estrada, Cattaneo, Esacalabrini Ortiz, etc. En el marco de ese grupo, dicta su primer
conferencia “El problema social del Aborigen”, en el sótano del restorán “El Cantábrico” siendo un
“ciudadano” forjista. Ensayista, periodista, intelectual con trabajos científicos. Incursionó en las
diferentes áreas de la antropología de su tiempo, alejado de la Ciencia oficial. Publica en periódicos y
libros de editoriales independientes. Sus inquietudes lo llevan a fundar de la Escuela Superior de Ciencias
naturales; luego transferida a la UNT, en 1952; antecedente de la Facultad de Ciencias Naturales de Salta
y luego de la U.N.Sa.En 1954 es designado Profesor Extraordinario, investigador de la cátedra de
Antropología de la Facultad de Ciencias naturales.
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Esas experiencias locales se relacionan con los lineamientos para las políticas de mejoramiento físico y
moral de la población del Instituto Etnico Nacional. Branimiro Males estuvo a cargo del área de
somatología del IEN. Este antropólogo físico yugoslavo se formó en su país de origen y en el norte de
Italia. Llega a la Argentina en 1946, bajo los auspicios de Imbelloni. (sobre el IEN ver Lazzari, 2004: 219
– 2) sobre Males (sastre 1993: 292/3)
3
Palma realiza en esa época investigaciones sobre temas de Antropología Física (raciología), y junto a
Vivante en medicina tradicional y folklore (Actualidad Antropológica Nº 3. PP: 5-6 / 43-44).
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Dicta algunos seminarios y cursos y ocupa algunas cátedras en la Universidad Católica (1970), que
habían quedado vacantes o fueron transformadas luego de la expulsión de los jesuitas de esa universidad..
Fue delegado de la Provincia en proyectos OEA de desarrollo de comunidades en Santiago del Estero
(1970) Un ejemplo de su actuación al frente de la Dirección de asuntos aborígenes provincial en este
período, es el dictado de cursos de antropología aplicada para las fuerzas de seguridad y áreas de salud
entre 1972 – 73 como: “Antropología aplicada a la defensa nacional” para oficiales del ejército en
Tartagal (área de frontera), “... al relativismo médico-terapéutico” para enfermeros y “...al conocimiento
de la Ley, crimen y castigo...” para la policía provincial. Fue coordinador nacional para “elaborar la
solución a la problemática actual de las comunidades indígenas del país”
5
Nos referimos aquí a la antropología al servicio del Estado implicando diferentes maneras de establecer
la relación entre los “productores de conocimiento” y el Estado. Así algunos antropólogos se identificarán
con el servicio al estado; el servicio a las poblaciones y grupos sociales o establecerán una posición
“autónoma” en oposición al estado, aunque: “posam ser funcionarios públicos que vivem, segundo os
termos de Max Weber, das prebendas do estado” (nuestro énfasis L‟ Estoile. 2002: 17-22). Estas
diferencias establecidas en la relación con el Estado, remiten a diferentes concepciones sobre los “usos”
de la antropología y es particularmente notable en las posiciones en torno a la antropología aplicada
6
Censo Indígena Nacional. 1967-68. 1968. Resultados provisorios. Ministerio del Interior. Secretaría de
Estado de Gobierno. Buenos Aires.
7
Lafón, Ciro Rene. 1977. Antropología Argentina. Una propuesta para estudiar el origen y la integración
de la nacionalidad. Ed. Bonum. Buenos Aires.
8
Palavecino, Enrique 1959. Areas de Cultura folk en el territorio argentino. Esbozo preliminar.
Humanior. Tomo VI. Buenos Aires.
Jacovella, Bruno. 1959. Las regiones folklóricas argentinas. Introducción histórica y antropogeográfica.
Humanior. Tomo VI. Buenos Aires.
Cortazar, Augusto Raúl. 1948. El carnaval en el folklore calchaquí. Buenos Aires.
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Participaron efectivamente: Manuel Marzal (Antropólogo Social, Lima, Perú)
Susana C. de Nardi. (Ciencias Antropológicas. Buenos Aires), Lic. Camilo Boasso. (sociologo y
antropólogo . San Juan), Lic. Jorge Gissi. (Psicólogo Social. Santiago de Chile) Dewar.y Dra. Yolanda r.
de Dewar (lingüistas)Entre ellos hay especialistas de distintas áreas e inserción institucional:
antropólogos: Manuel Marzal (Perú); Bartolomeu meliá (Paraguay); Xavier Albó (Bolivia); Camilo
Boasso (Univ Sarmiento San Juan), Folklorologa Susana Chertudi (UBA- INA), Psicólogo Social: Jorge
Gissi (UCA Chile), lingüistas: Darrel Dewar y Yolanda R. De Dewar (Sta Fé). Es notable que varios de
los antropólogos invitados (particularmente los vecinos latinoamericanos) son sacerdotes o ex –
sacerdotes, generalmente jesuitas.
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Todas las citas de este acápite corresponden a las conclusiones del Simposio de Antropología que se
encuentra en el Archivo de la Universidad.
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A ellos se sumó Iván Baigorria y antes Heredia había dado un seminario de arqueología.
Gemma Fernández y otros (Antropólogos sociales y socio – culturales), José María Infante (psicologo
social), Facundo Ortega (epistemólogo) También fueron docentes de antropología: Horacio Difrieri
(geógrafo) y Raúl Mandrini (historiador). El antropólogo Camilo Boasso se incorpora ese mismo año a la
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carrera, aunque tiene una actuación marginal al resto del grupo. Viene desde San Juan y dicta las materias
sociológicas en el Departamento de Ciencias Económica, ex – jesuita, tiene una formación inicial como
sociólogo y luego una formación en antropología en Estados Unidos
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Gatti era Licenciado en Historia con orientación Antropológica, graduado en Córboba, donde realizó
investigaciones con José Cruz y otros a mediados de los ‟60. Realizó estudios de posgrado en el Museo
Nacional de la Universidad Federal de Río de Janeiro, donde se orientó hacia estudios rurales con Moacir
Palmeira. Su tesis de maestría consistía en una investigación sobre sindicatos en Pernambuco, en el
nordeste brasileño.
Participó en mayo de 1974 en una mesa redonda sobre Antropología social, organizada en el marco del
congreso de Arqueología realizado en Salta y en la primera reunión del grupo de articulación social.
(Sobre el concepto de Articulación Social ver: Hermitte 1975: 9-20 y sobre algunos integrantes de este
grupo: Guber, 1998)
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