4 3 DE ABRIL DEL 2011

WISCONSIN, EL DESPERTAR social DE eeuu

MURAL RETIRADO. Paul LePage,

gobernador de Maine, retiró
del Departamento de Trabajo
este mural obrero por una queja
anónima que comparó la obra
con propaganda norcoreana.

Viene de la página anterior LAS CIFRAS

35%
El argumento de la lucha contra
el déficit, sin embargo, solo convence
a los ya convencidos. «El objetivo es
muy político: los republicanos inten-
tan destrozar el sustento económi-
co de los demócratas», asegura Jim de funcionarios
Roberts, un bombero jubilado de 53
años y miembro de un sindicato. de EEUU están afiliados
Roberts mete el dedo en una de a un sindicato. El
las llagas de lo que está ocurriendo
en EEUU. Los sindicatos represen-
porcentaje cae al 7%
tan la fuerza política de la clase me- en los trabajadores del
dia e históricamente han apoyado
a los demócratas. En las legislativas
sector privado.

140
de noviembre, por ejemplo, invirtie-
ron más de 140 millones de euros
en campañas a favor de candidatos
del partido. Quitarles poder –y las
cuotas de los afiliados– eliminaría
la única competencia verdadera que
les queda a los conservadores a la ho- millones de euros
ra de disputar elecciones, especial-
mente después de que el Tribunal
donaron los sindicatos
Supremo tomó la decisión de abrir a candidatos
la financiación de campañas a cual-
quier individuo y corporación sin
demócratas en los
obligación de una identificación pú- comicios del pasado
blica del origen de esos fondos. noviembre.
«El movimiento sindical es la úni-

ca fuente fiable para los demócratas
de dinero y de soldados de a pie po-
líticos –explica Darryl Holter, histo-
riador y autor del libro Trabajadores
y sindicatos en Wisconsin–. Por eso hay
mucho en juego en lo que está pa-
sando en Wisconsin».
Caída de afiliaciones
El asalto republicano se produce so-
bre un terreno en parte abonado por
los propios sindicatos y por la his-
toria de las últimas décadas de un
país donde la clase media se empe-
zó a desarrollar en los años 30. Aun-
que el porcentaje de afiliación sin-
dical entre trabajadores públicos se
ha mantenido estable alrededor del
35% desde los años 70, en el sector
privado el declive ha sido marcado.
Si en 1995 un 36% de los trabajado-
res del sector privado pertenecían a
algún sindicato, el porcentaje el año
pasado no llegaba al 7%.
La baja afiliación es un hecho con
consecuencias. En un artículo de es-
te mes en The Washington Post, los pro-
fesores Jacob Hacker y Paul Pierson
apelaban a décadas de investigación
para destacar que la pirámide eco-
nómica es menos acentuada en paí-
ses con sindicatos fuertes. Recorda-
ban que los sindicatos no solo defien-
den a sus miembros, sino que ayudan
a crear cambios en las normas socia-
les. Y citaban un estudio de los soció-
400
millonarios
estadounidenses
acumulan la misma
riqueza que 155
millones de sus
compatriotas juntos.
logos Bruce Western y Jake Rosenfeld
que sugiere que el declive del merca-
do laboral puede ser responsable de
hasta una tercera parte del aumento
de las desigualdades desde los años
70. El texto apuntaba a que el 0,1% de
los contribuyentes más ricos poseen
más del 12% de los ingresos de todo
el país, cuando una generación atrás
amasaban menos del 3%.
Para entender la caída hay que te-
ner en cuenta factores socioeconó-
micos que apunta Holter y que no
solo afectan a Wisconsin, como que,
«tras las recesiones de los años 80 y
90 y la globalización de la economía,
muchos trabajos de manufactura,
que solían tener altas dosis de afi-
liación sindical, se han evaporado,
yendo a menudo a otros países».
EN WASHINGTON. Un grupo de manifestantes protesta contra el gobernador Walker y los Koch.
Varios estudios
demuestran que la
pirámide económica
es menos acentuada
con sindicatos fuertes
Coincide en el diagnóstico De-
nis Hughes, presidente del sindica-
to AFL-CIO en Nueva York, que habla
también de «una severa desindus-
trialización sin planificación». Pero
él añade un factor político para ex-
plicar el declive. «En los años 80, Re-
agan empezó a alejarse sistemáti-
camente de la tradición de apoyo a
los derechos de negociación colecti-
va», Su despido de 12.000 controlado-
res aéreos que fueron a la huelga en
1981 abrió un camino que los conser-
vadores no han dejado de seguir y en
el que ahora, en un momento de po-
larización, pisan el acelerador.
Por eso ahora los sindicatos (y los
demócratas) aprovechan lo ocurri-
do en Wisconsin para intentar revi-
talizarse y, también, superar los en-
los tentáculos
Caza de brujas
en la universidad
La semana pasada, el Partido Re-
publicano pidió el acceso a los
e-mails que contuvieran determi-
nados términos y nombres vin-
culados al debate enviados desde
la Universidad de Wisconsin por
William Cronon, profesor que ha-
bía escrito una columna crítica en
The New York Times. Días más tarde,
un think tank afín a los Koch solici-
tó acceso a los mails de profesores
de historia y derecho laboral de
tres universidades de Michigan.