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Verónica González Rivera

3º B – Primer cuatrimestre
02/12/2009
MIGUEL ÁNGEL

Autor: Nació en 1475 y falleció en 1564, arquitecto, escultor y pintor italiano


del Renacimiento. Fue el segundo de cinco hijos varones de Ludovico di Leonardo
Buonarroti di Simone y de Francesca di Neri del Miniato di Siena. Su padre le hizo
estudiar gramática en Florencia con el maestro Francesco da Urbino. Desde joven
demostró sus cualidades para la escultura, empezando así a sobresalir. Con doce años
entró en el taller de los hermanos Ghirlandaio, en el cual permaneció de aprendiz
durante un año. A partir de ese momento, bajo la tutela de Bertoldo di Giovanni,
empezó a frecuentar el jardín de los Médicis, para estudiar la colección de esculturas
antiguas que poseían. Así, mantuvo contacto con varios humanistas de la época como
Pico della Mirandola y Marsilio Ficino, provocando que conociera las teorías
neoplatónicas.
Tras la muerte de Lorenzo el Magnífico, salió de Florencia, pasó por Venecia y se
instaló en Bolonia. Aquí, realizó varias esculturas bajo la influencia de Jacopo della
Quercia. Sin embargo, en 1496 decidió viajar a Roma.

Título: El texto es el fragmento de una carta, que se cree que mandó Miguel
Ángel al cardenal Rodolfo Pío di Carpi, en torno a 1560 o 1561. Es uno de los pocos
documentos conservados del autor en referencia a la concepción arquitectónica, ya que
él nunca se consideró arquitecto, sólo escultor.
Cabe destacar sus escritos poéticos, que se hacen un hueco en la literatura lírica del
siglo XVI. Su formación se situó en el Palacio de Lorenzo el Magnífico, junto al
pensamiento neoplatónico de la época. En sus versos nos trasmite una sensación de
insatisfacción por su entorno, así como la idea de la presencia transcendental en lo
material. A través de la poesía expresó dudas religiosas y sentimientos amorosos. Lo
que permite que podamos entenderlo mejor.

Tema: El tema principal del fragmento de carta es una descripción de cómo


concibe el autor la arquitectura, el edificio. Nos habla de éste como un todo, haciendo
que dependan las distintas partes entre sí de forma general.

Ambiente artístico de la época: Nos encontramos en una época de recuperar


pensamientos de la Antigüedad. Los humanistas buscaron escritos de los filósofos
clásicos, cuya importancia radica en su gran influencia en el arte renacentista.
Destacamos la Escuela Neoplatónica de Marsilio Ficino, de la Villa Careggi. No será un
cuerpo científico, pero en ella se reunirán grandes personajes como Lorenzo el
Magnífico, Cristóforo Landino, Pico della Mirandola y Poliziano. Ya dijimos con
anterioridad que Miguel Ángel pasará parte de su vida en la casa de los Médici, lo que
le sirvió no sólo para estudiar escultura antigua, sino también para estar en contacto con
los humanistas que estaban en torno a los Médici. Estos humanistas eran sobre todo
Ficino y Pico della Mirandola. Por ello, Miguel Ángel estuvo rodeado por el
pensamiento platónico y, también, gracias a Lorenzo el Magnífico, aristotélico.

Esta escuela defenderá la estética manierista de la idea. Esta idea es la primera imagen
que tiene el artista, asentada en el espíritu humano como reflejo de lo divino. Como
contraste con los primeros humanistas, el arte se deja de relacionar con la naturaleza, se
emancipa. No es una simple copia de la misma, sino fruto de una idea. Se empieza a dar

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una visión subjetiva del artista, idea más moderna. A todo esto, se le añaden la cuestión
esotérica, con personajes creados como el Hermes Trimegisto. Se estudian otras culturas
y se relaciona todo con lo arcano, la magia natural…Así, se comienza a indagar sobre
otras sabidurías, produciéndose en cierto modo una contaminación. Se entreteje lo
neoplatónico con lo hermético (magia, astrología, alquimia,...), unido a la teología
cristiana.

Otras ideas aparecerán ahora, como las de Baltasar de Castiglione. Defenderá la


necesidad del aprendizaje para ser respetado en la sociedad. El artista creará su obra
sobre esas enseñanzas del maestro, siguiendo la naturaleza y guiándose por la fantasía.
Cennini también consideraba que sin enseñanza de un maestro un artista no podrá
formar parte, de forma honrosa, de los maestros. Pero, será en el siglo XV cuando
aparezca la figura de arquitecto-ingeniero.

Contenido o ideas esenciales: Básicamente Miguel Ángel nos habla de las


distintas partes del edificio, las cuales tienen una conexión entre sí y con el entorno. Por
ello, si se cambia la disposición de las mismas, es necesario cambiar también su
decoración, readaptarla a la nueva forma. Esto se debe a que el autor rechazaba una
regla concreta a seguir para realizar un edificio, como un prototipo. Asocia la
arquitectura al cuerpo humano, pero no lo entiende como un conjunto de números y
geometría, sino desde el punto de vista anatómico y orgánico. A diferencia de los
primeros renacentistas, Miguel Ángel no busca las proporciones ideales, sino que tendía
a mirar hacia su funcionalidad y a su dinamismo.

Por ello, situamos a Miguel Ángel en el manierismo italiano. El manierismo se


preocupaba por solucionar problemas artísticos intrincados, como desnudos retratados
en posturas complicadas. Las figuras en las obras manieristas tienen frecuentemente
extremidades graciosas pero raramente alargadas, cabezas pequeñas y semblante
estilizado, mientras sus posturas parecen difíciles o artificiales es decir alla maniera.
En la escultura y la pintura se representó al movimiento de una manera exagerada, los
cuerpos se representaron alargados, se incluyeron composiciones con numerosos
personajes y la luz se utilizó para resaltar algunas partes de la pintura. Los colores no
remiten a la naturaleza, sino que son extraños, fríos, artificiales, violentamente
enfrentados entre sí, en vez de apoyarse en gamas.

Lenguaje: Al tratarse de una carta, suponemos que no pretendía una divulgación


para la enseñanza. Simplemente está realizando una serie de explicaciones de tipo
arquitectónico al cardenal Rodolfo Pío. Éste fue un humanista que se dedicó a
coleccionar obras antiguas y a proteger a los artistas de la época, es decir, fue un
mecenas del arte. A pesar de ello, es probable que éste no entendiese lo más técnico del
arte, así que Miguel Ángel opta por una expresión sencilla, sin palabras técnicas y
realiza una explicación con ejemplos, para su mayor comprensión. Así que, en cierta
manera, sí hay una intención didáctica, con el fin de transmitir una idea acerca de la
arquitectura, pero no busca hacer un tratado técnico de arte con el cual enseñar a otros
artistas.

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TEOFILO GALLACINI

Autor: Nació en 1564, perteneciendo a la segunda mitad del Renacimiento,


aunque su tratado se sitúa a comienzos del Barroco. Sin embargo, no se consideran sus
escritos anti-barrocos, sino anti-manieristas, por la época en la que vivió. Realmente no
fue arquitecto, sino médico y profesor de matemáticas. Era de origen sienés y será
Visentini de Venecia quien nos informe de la fecha de la publicación de su tratado.
Visitará Roma, donde estudiará y escribirá sobre la ciudad romana antigua. Durante su
estancia estuvo en contacto con el panorama artístico y cultural que se movía en torno a
la corte papal. Lo que provoca su interés en la filosofía y en la teórica. Se introduce en
el principio de la mecánica de Aristóteles y se le afiliará a la Accademia dei Filomati.

Título: Este fragmento forma parte de su tratado, titulado Sobre los errores de
los arquitectos, realizado en 1621, pero publicado en 1767, por Visentini. En esta
publicación comentará y ampliará la obra de Gallacini. En éste habla no sólo de las
matemáticas y de la arquitectura, sino también de la historia, la literatura, las técnicas, la
ciencia, la astronomía, la filosofía y la medicina, entre otros temas.

Tema: Trata sobre los errores de los arquitectos, como bien dice el título de su
tratado. Considera que los artistas se dejan llevar por las excepciones de otros grandes
personajes en el arte. Coloca a Miguel Ángel como ejemplo, reconociendo su gran
virtud en las artes. Pero cree que no hay que seguir lo que realizó, ya que se “salió” del
prototipo por necesidad. Hay que seguir una regla, para realizar bien el trabajo.

Ambiente artístico de la época: En el contexto histórico, Siena, tras la


expulsión de los Noveschi, se caracterizará por un periodo de desorden. En el resto de
Italia, la corona española luchaba por mantener sus dominios italianos, frente a Francia.
El emperador Carlos V se aprovechó de la caótica situación y puso una guarnición
española en Siena, pero fue expulsada en 1552. El emperador, entonces, dejó que Gian
Giacomo Médici asediase la ciudad. Siena, por su parte, confió en Piero Strozzi para su
defensa y gobierno, pero fue derrotado. Tras unos meses, Siena cayó.
Felipe II, nuevo rey español, debía grandes sumas a los Médicis y cedió la ciudad como
pago, junto con una serie de fortalezas.

En el contexto artístico, vivirá a caballo entre dos épocas, en la segunda mitad del
Cinquecento italiano, marcado por el manierismo, ya explicado con anterioridad. Y será
testigo del comienzo de una época calificada durante mucho tiempo como un momento
de arte caprichoso y extravagante, para luego unirle el calificativo de bárbaro, como el
arte medieval. Incluso en el siglo XX fue tachado de grosero, tosco y vulgar. El Barroco
abarca desde el año 1600 hasta el año 1750 aproximadamente. En la arquitectura de la
época se buscará distinguir un barroco más progresista y otro más conservador. Se
buscará romper con el estilo anterior, buscando un lenguaje nuevo, que se sirve de los
elementos renacentistas como base de su forma, pero con una funcionalidad y
aplicación diferentes.
Se aplica, sobre todo después de la Contrarreforma, un arte con carácter dramático, que
servía para acercar al fiel a la Iglesia, para reafirmar su fe, y a los atraer de nuevo a los
herejes. Las obras más vigorosas son capaces de despertar el alma y llevarla a un nivel
superior. Esto se entiende si miramos hacia las continuas reivindicaciones que tuvo que
hacer la Iglesia Católica con su Contrarreforma, después de la Reforma Protestante de

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Martín Lutero. Se conoce en el arte del barroco triunfante o decorativo, situado al final
de esta época, como una manifestación del poder de la Iglesia y su victoria frente a los
herejes.

Por otra parte, el arquitecto ya emancipado en el Renacimiento como intelectual,


hicieron que, a pesar de que la idea de escuelas de arquitectura como las entendemos
hoy tardasen en aparecer, se regía por unos criterios profesionales existentes. Por
ejemplo, el Colegio de Arquitectos e Ingenieros de Milán de 1563 reunió un conjunto de
normas.

Contenido o ideas esenciales: Su curioso tratado rechaza todo lo diferente


hecho por los artistas que deberían seguir fielmente el lenguaje clasicista. Critica a
aquellos que se salen del prototipo. Defiende fervientemente la norma vitruviana y el
modelo antiguo. Parece un volver a lo clásico de forma radical. No concuerda con el
pensamiento renacentista del Cinquecento, sino está más en la línea de los primeros
tratadistas del Quattrocento. Tampoco encajará con el arte barroco realizado a posteriori
de este tratado, la obra de Bernini, Borromini y Pietro da Cortona. Considera en el texto,
que porque algunos artistas hacen algo distinto por causa excepcional no debe seguirse
como nueva norma. Hay que volver siempre sobre el modelo inicial y no desviarse de
él.
Resalta el trabajo que realizaban los antiguos como el arte principal, frente a un arte que
se ha pervertido y mezclado por culpa de los propios artistas. Es necesario, para él, tener
un punto de partida, una regla y no salirse de ella.
Alaba el virtuosismo de Miguel Ángel, pero cree que si se sale de esa rectitud por algún
motivo, esto será algo excepcional y no por ello debe hacerse una regla.

Realmente, a pesar de ello, no podemos decir que este tratado sea anti-barroco, pues por
su temprana fecha, la obra de los principales artistas barrocos no estaba realizada.
Realmente, parece que rechaza más la arquitectura del periodo anterior, del manierismo.
Después sí encontraremos escritos que criticarán, por ejemplo, la obra de Borromini,
alegando que pretendía pervertir a la humanidad con sus bellas creaciones.

En su tratado, compara la creación y disposición de la arquitectura como un ser


humano. Si a éste se le deforma, parecería un monstruo. Por ello, la arquitectura sufriría
el mismo efecto de no seguir la norma clásica. Alude a la enseñanza matemática, a lo
espacial y a lo proporcional como elementos esenciales en un edificio correctamente
realizado. Otra característica de un edificio es mostrar que el arquitecto se fija en la
naturaleza como modelo. Vuelve a remitir con esto al Quattrocento italiano y a las ideas
de los humanistas. Ésta es la “madre” de las enseñanzas.
También alude a la disposición correcta de la decoración, fijándose de nuevo en los
modelos vitruvianos.

Lenguaje: Claramente el tratado tiene una intención didáctica, debido a que se


busca corregir los errores de los arquitectos. Así, aunque de forma sencilla, usará
también un lenguaje específico dirigido a estos entendidos artistas. Se estructuran
ordenadamente sus ideas. Como quiere transmitir todo de forma directa y comprensible,
da una explicación de cada cosa dicha y pone ejemplos prácticos. Es como un manual a

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seguir para tener siempre presente las ideas clásicas, y para evitar que el artista tenga
esa libertad creadora y se ciña a la regla.
FRANCESCO BORROMINI

Autor: Nació en Bissone, dentro de la Lombardía, la cual pertenecía a la corona


española. Su padre, Giovanni Domenico Castelli, era cantero, así que inició su
formación trabajando con él. Tendrá una educación en Milán, donde se formará.
Trabajará en la catedral, para luego trasladarse a Roma en 1619. Aquí se pondrá a
colaborar con un pariente lejano, Carlo Maderno, el cual estaba realizando la fachada
del Vaticano. A su muerte, pasa al grupo de Bernini, con la realización de las reformas
del palacio Barberini. Sin embargo, se creará una enemistad entre ellos que durará toda
su vida. Será eclipsado por la fama de Bernini, como muchos otros artistas de la época,
el cual se convierte en el artista principal de Roma y del Vaticano, por lo que Borromini
pasa a realizar otros encargos menores de distintas órdenes religiosas.

Su obra choca con la de Bernini, al ser un arquitecto más dinámico y exagerará más las
curvas y los efectos visuales que éste. Como tendrá que realizar obras en parcelas más
pequeñas y menos uniformes, sus edificios se adaptarán a los lugares, pero les dará una
sensación de grandeza y de mayor espacialidad. Creará formas que provoquen que el
ojo humano resbale por las superficies y pase de un elemento a otro. Se dará una unidad
plástica dinámica, donde el efectismo tendrá un papel principal.

Título: Escribió un tratado titulado Opus Architectonicum, obra que dedicó a su


amigo y fiel seguidor Castel Rodrigo. Lo realizó en 1648 y fue publicado en 1725. Fue
de los pocos que entendieron la rara belleza de sus edificios. Se compone de setenta
grandes láminas grabadas al cobre. Éstas contienen dibujos de plantas, alzados, perfiles,
molduras,… Se centra en el estudio de su obra el Oratorio de San Felipe Neri de Roma.
Pero a los grabados los acompaña de una explicación escrita también.

Tema: El texto de Borromini nos habla fundamentalmente de la necesidad de


avanzar por ti mismo, porque siguiendo a otros toda la vida no da frutos. Hay que
arriesgar en lo novedoso para destacar y conseguir un progreso.

Ambiente artístico de la época: Vivirá en una época calificada durante mucho


tiempo como un momento de arte caprichoso y extravagante, para luego unirle el
calificativo de bárbaro, como el arte medieval. Incluso en el siglo XX fue tachado de
grosero, tosco y vulgar. Abarca desde el año 1600 hasta el año 1750 aproximadamente.
En la arquitectura de la época se buscará distinguir un barroco más progresista y otro
más conservador. Se buscará romper con el estilo anterior, buscando un lenguaje nuevo,
que se sirve de los elementos renacentistas como base de su forma, pero con una
funcionalidad y aplicación diferentes.
Se aplica, sobre todo después de la Contrarreforma, un arte con carácter dramático, que
servía para acercar al fiel a la Iglesia, para reafirmar su fe, y a los atraer de nuevo a los
herejes. Las obras más vigorosas son capaces de despertar el alma y llevarla a un nivel
superior. Esto se entiende si miramos hacia las continuas reivindicaciones que tuvo que
hacer la Iglesia Católica con su Contrarreforma, después de la Reforma Protestante de
Martín Lutero. Se conoce en el arte del barroco triunfante o decorativo, situado al final
de esta época, como una manifestación del poder de la Iglesia y su victoria frente a los
herejes.

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Por otra parte, el arquitecto ya emancipado en el Renacimiento como intelectual,
hicieron que, a pesar de que la idea de escuelas de arquitectura como las entendemos
hoy tardasen en aparecer, se regía por unos criterios profesionales existentes. Por
ejemplo, el Colegio de Arquitectos e Ingenieros de Milán de 1563 reunió un conjunto de
normas.

Por otro lado, Italia sufrirá la un periodo de guerras territoriales. La Corona Española se
enfrentará a los suizos, apoyados estos últimos por el Cardenal Richelieu desde Francia,
por los territorios de Milán. Bajo el reinado de Felipe III, estalló la Conjuración de
Venecia por los recelos que despertaban a Venecia y Saboya al poder español. Con
Felipe IV, entramos en un periodo de decadencia, logrando algunos en la Guerra de
Sucesión de Mantua. La Guerra de los Treinta Años consigue alejar la vista de Italia de
la línea de horizonte española.
En 1640 se produjeron rebeliones contra la presencia del reino español en Nápoles y
Sicilia. El reinado del último Habsburgo, Carlos II de España, no trajo grandes cambios
en la vida política italiana, aunque el problema sucesorio que plantó su testamento, en
favor de un pariente francés generó una Guerra de Sucesión que implico a
prácticamente toda Europa occidental. Mientras en la península ibérica los
acontecimientos favorables a uno y otro bando se alternaban, el Duque de Saboya y
Austria tomaron las posesiones españolas en Italia. La victoria final de Felipe V llevó a
la Paz de Utrecht, que supuso el fin de la presencia española en Italia.

Contenido o ideas esenciales: En el texto da una justificación de su arte. Ya que


era considerado extraño frente a la obra de Bernini, más clásica. Usa la autoridad de un
artista importante como Miguel Ángel, para dar crédito a sus palabras. Concretamente,
ya que Miguel Ángel era manierista, el autor alude a la necesidad de apartarse de la
estela que dejan otros artistas para innovar y crear por ti mismo. Esto mismo era
defendido por los manieristas, los cuales creían que partiendo de la base del
renacimiento clasicista, cada uno hacía a su manera una interpretación propia.
Realmente, Miguel Ángel fue un gran ejemplo de la libertad que debería poseer el
artista, el cual realiza sus obras reinterpretando el lenguaje existente. Él mismo asegura
que este gran artista fue criticado por atreverse con unas nuevas formas, pero con el
tiempo fue aceptado y admirado. Hasta el punto de seguir su ejemplo. Todo lo novedoso
produce un rechazo al principio, sobre todo si se trata de una sociedad tradicional, no
muy dada al cambio.
El fruto del esfuerzo del artista por crear algo nuevo no se recibe inmediatamente, sino
que primero, poco a poco, tiene que ser aceptado.

Cabe destacar, que los teóricos de la arquitectura del periodo neoclásico creyeron que
Borromini era lo contrario a lo racional, es decir la locura. Esta locura se proyectó por
Italia con las formas libres del Tardo-barroco y Rococó. Incluso, entre sus
contemporáneos, la obra de este autor era considerada fuera de lo normal, por ello, no es
de extrañar que los neoclásicos de la época siguiente, los cuales ya despreciaban el
Barroco, lo consideraran un degenerado del arte. No fue hasta el Romanticismo cuando
se reconsideró esta época y fue vista desde un punto positivo. Aunque, como pasó con
la Edad Media, a menudo fue tachada de demasiado exuberante, muy cargada y
grotesca.

Su arquitectura se presentará como una contracción del espacio, donde se concentrará la


luz y la sombra. Por ello, no se aleja a lo hecho por Caravaggio en pintura. Su

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perspectiva logra cerrar los espacios, en vez de abrirlos como los de Bernini. A
diferencia de este último, Borromini concibe la arquitectura como producto de una
técnica febril, y el primero como una serena contemplación de lo creado.

Lenguaje: El tratado presenta una larga explicación literaria acompañada de sus


dibujos. Así que podemos decir que sí tiene un valor didáctico. Más bien parece un
justificante por su obra, que sirve para hacer llegar sus pensamientos y sea así
comprendida. La parte literaria se estructura en dos columnas, una en latín y otra en
lengua vulgar, el italiano. Esto ya indica su intención de transmitir sus ideas, para que
todos puedan leerlas sin mayor dificultad.

TOMMASO TEMANZA

Autor: Nació en Venecia en 1705. Pero pronto se va a Padua para estudiar


matemáticas. Así, se introducirá en el mundo de la arquitectura. Seremos testigo del
cambio de la figura de arquitecto-artista a arquitecto-ingeniero. Así, será el que restaure
la Cúpula de San Pedro del Vaticano.
Es seguidor de la arquitectura de Palladio y es considerado el promotor de las ideas neo-
clásicas de la época.

Título: Realizará un tratado de arquitectura titulado Vite dei Più Celebri


Architetti e Scultori Veneziani, publicado en 1778. El texto se trata de un fragmento de
una carta enviada a Antonio Selva, arquitecto italiano, importante exponente del neo-
clasicismo. Fue alumno de Tommaso y como éste buscó reactivar la arquitectura de
Palladio.

Tema: Carta escrita a su alumno Antonio Selva al saber que éste viaja a Roma,
como era común para todo artista, como base de aprendizaje. Hace una crítica al
manierismo de Miguel Ángel y lo tacha de incorrecto. Como fiel seguidor de la
arquitectura palladiana, es lógico este pensamiento, considerando que este autor busca
recuperar las formas puras de los arquitectos de antes del manierismo italiano.

Ambiente artístico de la época: Después de la Guerra de Sucesión Española,


los territorios italianos de la corona española, pasaron a la dinastía de los Habsburgo. La
casa de Saboya logró la isla de Sicilia.
Los españoles intentaron recuperar las posesiones italianas, y consiguieron Sicilia y
Cerdeña. Pero tras una guerra, se formó el Reino de las Dos Sicilias.

En el campo artístico nos encontramos en el movimiento del Neo-Clasicismo, el cual se


caracteriza por ser una reactivación del gusto por lo clásico. Se vuelve a mirar hacia el
Renacimiento y el Mundo Antiguo. Se recuperan los tratados de estas épocas y se
tomarán como ejemplo básico. Se criticará al Barroco, como periodo oscuro y de
barbarie, frente a un “verdadero” arte, el del siglo XIV. También, irán en contra del
Manierismo del XV, considerándolo una desviación y un error. Se vuelve a las formas
puras de lo clásico.
Se inspirará en los monumentos de la antigüedad grecorromana. El concepto de belleza
se basará en la pureza de líneas arquitectónicas. Hay un gusto por la simetría y por las
proporciones que siguen una regla matemática. Unos de los motivos por el cual va en
contra del Barroco y el Rococó, es por su gusto por la sencillez, ya que este movimiento

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anterior posee una decoración demasiado recargada. Por último, empleará elementos de
la arquitectura clásica, como las columnas, los órdenes,…

Contenido e ideas esenciales: Tommaso dirige esta carta a su alumno Antonio


Selva, con una serie de ideas sobre el arte desarrollado por Miguel Ángel. Realmente,
expone su pensamiento poniendo como ejemplo la obra de este artista.

Como defensor de los ideales neoclásicos, tacha todos los excesos del Barroco y las
formas del manierismo. Considera a Miguel Ángel un destructor de lo realizado por los
primeros tratadistas renacentistas, los cuales seguían muy de cerca las fórmulas de la
Antigüedad. Defiende la pureza en el arte y la simplicidad de la arquitectura, propia de
las obras clásicas.
Realmente va en contra del movimiento manierista, el cual se caracterizaba por
reinterpretar a la manera de cada artista el arte grecorromano. Remite al recuperar de las
formas básicas de la arquitectura y a dejar de lado lo creado por los artistas que no se
ciñen al prototipo antiguo.

Realiza una enumeración de malos procedimientos por parte de Miguel Ángel, aunque
“salvando” algunas de sus obras. Realza a Palladio como gran ejemplo de la
arquitectura que es digna de recuperar. Y critica a los que no aprecian su obra,
tachándolos de ignorantes y faltos de moral, los cuales se dejan “engalanar” por la
belleza de las obras de Miguel Ángel. Ya que éstas nos siguen las leyes establecidas por
los “grandes” teóricos y artistas del primer Renacimiento.

Lenguaje: Es una carta clara, que deja muy bien recalcado su opinión acerca de
la arquitectura manierista. No va con una intención didáctica, sólo da su postura sobre
lo que le parece este tipo de movimiento. En su tratado sí defenderá el neoclasicismo,
por lo que sí pretenderá un valor didáctico, pero aquí no prohíbe a su discípulo que
conozca Roma y la obra de Miguel Ángel, sino que lo advierte de los errores que, en su
opinión, comete este artista. Por tanto, defiende la corriente neoclásica y recuerda los
valores de las mismas. Parece que intenta evitar que su alumno se deje llevar, como los
romanos, por la belleza y grandeza de las obras de Miguel Ángel.

COMPARACIÓN CON OTROS AUTORES Y ENTRE SÍ

Como punto de partida, en el comentario realizado vemos como Gallacini y


Tommaso coinciden en su rechazo hacia el manierismo italiano desarrollado en el
Cinquecento. Incluso ambos utilizan a Miguel Ángel como personificación de este
periodo y, por tanto, como ejemplo a evitar. Aunque los tres reconocen su grandeza. Sin
embargo, aunque en la idea general coinciden, al despreciar la arquitectura manierista,
cada uno lo justifica de alguna manera distinta. Según Gallacini, <<… Miguel Ángel…
lo hizo movido por la necesidad…>>1. Defendiendo, que obra así por necesidad de
adaptarse a los recursos que se presentan en una obra. Pero, no por ello se debe tomar
como una regla a seguir, como él mismo dice. En su tratado, sobre los errores de los
arquitectos, resalta la idea de que hay que volver a las normas principales, y no copiar ni
seguir a los que se salen de ella. Ya preludia lo que será luego el Neoclasicismo, el cual
defenderá el recuperar las formas clásicas como las del Primer Renacimiento. Aquí

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situamos también a Tommaso, el cual arremete duramente contra la obra de este artista.
Según él <<…los edificios de Miguel Ángel son incorrectos…todo… es malo…>>2.
Pero esta carta es como una advertencia a su alumno sobre la obra de este artista. El
viaje a Roma es bueno, pero hay que recuperar lo puro del arte de los primeros años del
Renacimiento. Realmente es un autor del Neoclasicismo, porque en la carta se ven
implícitos algunos valores de este movimiento. Recuerda a su discípulo ir con cuidado
al criticar a Miguel Ángel, porque los romanos lo consideran como un genio y no
tomarían a bien ninguna crítica. Los tacha de ignorantes e inmorales.

En cambio, Borromini, hace una alabanza a este gran artista. Lo considera un genio por
su creatividad, por su capacidad de reinterpretar un lenguaje recuperado para hacer algo
totalmente nuevo. Con sus palabras nos recuerda aquello que defendía Miguel Ángel,
<<…que el que sigue a otros nunca avanza…>>3. Defiende que <<…en verdad yo no
me he dedicado a esta profesión para ser un simple copista>>4. Realmente vemos como
la mentalidad del artista hacia su propio trabajo va cambiando, puesto que ya no se
consideran simples artesanos, sino representantes de un arte liberal. Pero, Borromini va
a más allá, al considerar que no sólo se debe emular a la Antigüedad Clásica como gran
ejemplo, sino que, desde este punto de partida, es necesario dejar que el artista aporte
algo nuevo al prototipo, que cree algo que lo diferencie del resto. Se empieza a
considerar el sentido de individualismo.
Ya en el siglo XV aparecerá la figura del arquitecto-ingeniero, en la corte de F. de
Moltefeltro, en Urbino. Luciano de Laurana obtendrá el título de “ingeniero y jefe de
todos los maestros”. Manetti ya nos habla del poder que poseía Brunnelleschi en su
obra, a pesar de que este título de ingeniero aún no era reconocido. La personalidad del
artista también cambiará, siendo inconformista en un comienzo, para que en el siglo
XVI decida ir escalando puestos en la sociedad.
Así, poco a poco comenzarán las obras de biografías de importantes artistas. Por
ejemplo, Bartolomeo Facio introduce en su obra De los hombres ilustres a los artistas
contemporáneos.
La idea del arquitecto lo tratarán varios artistas y tratadistas de la época, como León
Batista Alberti. En su obra De Re Aedificatoria, hace una introducción sobre lo que
entiende. Según él <<…no lo creo semejante al carpintero… llamaré arquitecto al que
con método seguro y perfecto sepa proyectar racionalmente y realizar en la práctica…
pero tal fin le son necesarios la comprensión y conocimiento de las más altas
disciplinas>> 5. Sobre esto, deducimos que sigue el modelo de Vitruvio y su concepción
sobre el arquitecto, puesto que también para éste era necesario unos conocimientos.
Dice <<Siendo, pues, la Arquitectura una ciencia condecorada de tantas otras, y tan
llena de erudiciones muchas y diversas…>>6. Añadimos también a Filarete, el cual
defendía que << el artista, para ser tomado como tal y no por trabajador manual,
necesita apoyarse en un humanismo de raíz literaria, pero también dominar teóricamente
y saber llevar a la práctica las disciplinas…>>7.
Según Filarete, el arquitecto es prestigioso, un humanista y a de ser honrado y separado
de las masas de obreros. Necesita de una fama, pero éste no debe ser orgulloso ni avaro.
Su visión del arquitecto es más sencilla y moderada. Pero jerarquiza en la elaboración
de una obra, siendo el arquitecto el encargado de mandar, de dirigir a los maestros y
determinar los gastos, para que ésta se lleve a buen término. Responsabiliza a esta figura
sobre todas las cosas, algo que no es tan acusado en los otros artistas. Es lo que Filarete
llama “proyecto”. Alberti, en cambio, no solía estar a pie de obra, por lo que los errores
no eran culpa de él, sino de la incompetencia del arquitecto que levantase su edificio.

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Francesco di Giorgio seguirá el modelo antiguo impuesto por Vitruvio sobre la figura
del arquitecto, pero le añade la necesidad del ingenio como cualidad principal de éste es
su trabajo. Si no posee ingenio ni invención no es posible que sea arquitecto. Además,
concibe el dibujo como una habilidad fundamental, porque gracias a éste se trasmite lo
que no puede ser dicho con palabras. De Vitruvio toma casi todos los conocimientos
que necesita esta figura, pero toma la idea de Alberti sobre la música. Ésta son <<las
leyes del sonido y las matemáticas>>8. Pero, Di Giorgio las relaciona con las
proporciones también, como la armonía del edificio.

Refiriéndonos al manierismo, destacamos a Sebastiano Serbio, como preludio de esta


época. Él ya defiende una mezcla propia entre lo rústico y lo clásico. Atribuye al
arquitecto la libertad de no ser un mero copista, para desarrollar su juicio sobre sus
creaciones. Poco a poco, nos vamos alejando de las ideas vitruvianas. Los artistas del
Cinquecento comienzan a criticar su obra y su idea del arquitecto. Por ejemplo, Pietro
Cattaneo no considera necesario la filosofía, la música y el derecho, aunque sí considera
que debe ser un buen geómetra, aritmético e historiador. Así como conocer la medicina.
Coincide con Francesco di Giorgio en la necesidad de ingenio, apoyándose en la
ciencia.

Por otro lado, entrando ya en el manierismo, vemos que Miguel Ángel, en su carta, trata
la arquitectura desde un punto de vista antropomórfico. Defiende la coherencia del
edificio situada en su propia dinámica interior. Esta asociación está en lo vitruviano,
pero se diferencia de ésta por estar concebida en términos anatómicos y orgánicos, y no
aritméticos o geométricos. Realmente, Miguel Ángel no alude a proporciones ideales,
como las buscadas en el Primer Renacimiento, sino que se decanta por la dinámica y la
funcionalidad de los edificios. Por tanto, no se copia de la Antigüedad, sino que se
adapta al artista y a la nueva concepción del edificio.
Aunque no pertenece al manierismo, sino que forma parte del Quattrocento italiano,
Filarete ya alude a la arquitectura de manera antropomórfica, pero sólo la concibe como
una idea que se está gestando en la mente del arquitecto. Según sus propias palabras
<<… el edificio se parece al hombre… hay que engendrarlo, y luego parirlo>> 9,
continuando con <<… del mismo modo que la mujer –como te he dicho antes lleva el
feto en el cuerpo nueve o siete meses- el arquitecto debe fantasear y pensar durante
nueve o siete meses el patrón…>>10.
Vasari, en su obra, considera que Miguel Ángel es uno de los artistas que han vencido a
los que vencieron a la naturaleza. Esto remite a que los primeros renacentistas
consideraban a la naturaleza como guía suprema, para luego “vencerla” por las
siguientes generaciones. Considera que este autor consigue superar a los mismos
Antiguos. Como Di Giorgio y Pietro Cattaneo, cree en el ingenio como habilidad
fundamental para todo arquitecto.

Por último, vemos que Tommaso, fundador de las ideas neoclásicas, se apoya en
Palladio para configurar casi todo su pensamiento. Busca recuperar las formas sencillas
y puras del arte Antiguo y pone a Palladio como gran ejemplo del Renacimiento
italiano, a pesar de que éste perteneció al movimiento manierista.
Palladio desarrollará una arquitectura práctica con una metodología novedosa. Se apoya
en la técnica proyectual y la técnica constructiva. No son independientes como las
concebía Alberti, sino que van fuertemente unidas. Ambas forman parte de su
experiencia práctica de la arquitectura. Se diferencia de los primeros renacentistas al ser
mucho más pragmático y no tanto teórico.

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PREGUNTAS

¿Qué vertientes de su obra tuvieron más actualidad en la cultura arquitectónica


del Barroco?

Miguel Ángel fue el primer arquitecto en dar una nueva concepción a la fachada.
Pasaba de ser un reflejo del edificio, como en el Románico, para convertirse en un muro
decorativo independiente. Así, proyectó en él un dinamismo no dado antes. Esto lo
vemos mucho más exagerado en la obra de los arquitectos barrocos. Borromini, por
ejemplo, busca un movimiento de curvas y contra curvas que hacen reproducir un ritmo
ondulante en toda la fachada. Pero, esto es llevado a todo el edificio y no sólo a su parte
externa. Si los arquitectos manieristas alteraban la composición rigurosa de las fachadas
renacentistas añadiéndoles temas y decoraciones caracterizadas por un intelectualismo
refinado, pero sin modificar la lógica planimétrica y estructural de la fachada de los
edificios; los arquitectos barrocos modificaron tanto la composición en planta como en
fachada, generando una concepción nueva del espacio.

Por otra parte, Borromini fue uno de los que defendió la “praxis” frente a la teoría del
manierismo tardío. Esta “praxis” es la práctica del proyecto y buscaba darle una mayor
espiritualidad y grandeza, frente a la teoría, que había sido superior en el Renacimiento.
Frente a Miguel Ángel y los manieristas desarrolló una “praxis arquitectónica”, como
un último intento contra la teoría de la arquitectura. Para Borromini, el crear el
proyecto, los planos, formaba ya parte de la fase ejecutiva. Así, proyectar no es llevar a
fin las ideas, sino que lo ve como un proceso continuo.
Por otro lado, Bernini concibe a Miguel Ángel como el más grande artista del mundo.
Como gran ejemplo en el que hay que inspirarse. Sus obras son patrimonio para la
cultura. Es verdad que la obra de Miguel Ángel de hacia finales de su vida adquirió un
carácter más espiritual y esto lo toma Bernini, considerando que su obra es como un
dogma religioso.
Pero, para Borromini, a pesar de ver a Miguel Ángel como gran maestro, no lo ve como
Bernini, ya que este creía que servía como solución a todos los problemas artísticos,
sino como un problema en sí mismo. Bernini lo concibe como la perfección del arte, el
arte supremo y absoluto, pero Borromini ve en él una de las obras más dramáticas del
arte.

Hay, por tanto, por un lado una adoración absoluta y ejemplo a seguir por parte de
algunos arquitectos barrocos, como Bernini, uno de los máximos exponentes de este
periodo. Por ello, se basa en la arquitectura manierista y concretamente en la de Miguel
Ángel como punto de partida. Por otro, hay una especie de rechazo antimanierista.
Miguel Ángel ya intentó desprenderse de las formas rígidas del arte clásico del
Renacimiento, y, a su vez, los artistas barrocos buscan desprenderse del sentido clásico
que aún poseía el manierismo. Entran ahora en juego la subjetividad, el dinamismo
exagerado, las curvas y contra curvas, la espacialidad y la teatralidad.

Otro aspecto tocados por Miguel Ángel y desarrollado en el Barroco será el uso de la
elipse. Aunque sólo la desarrolla como retícula en el pavimento, en su proyecto para el
Capitolio. Esta forma será fundamental en el arte posterior, pues consigue el efecto que
buscan los artistas en los edificios barrocos. Se consigue una sensación de espacialidad

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mayor y se desarrolla un gran movimiento. Otro ejemplo lo vemos en el artesonado de
la Biblioteca Laurenciana, donde coloca formas con motivos elípticos.
Miguel Ángel concibe su edificio no sólo de forma arquitectónica, sino también
escultórica. Por ello, carga las fachadas con estatuas. Esto se exagera en el Barroco,
creando una profusa decoración escultórica integrada al edificio.
Además, en el Ricetto realizó una escalera exenta en el centro de un espacio cerrado,
gran innovación que se seguiría tanto en el siglo XVII como XVIII.

Así, la arquitectura Renacentista es concebida como medida del hombre, como su


envoltura, a diferencia de la Antigüedad griega. Se inserta al hombre por primera vez,
haciendo referencia a las proporciones y el espacio del edificio. El barroco, en cambio,
toma como punto de partida el espacio ocupado por la atmósfera. Asimila el universo y
no tanto al hombre. Miguel Ángel, sin embargo, remite en cierto modo renueva la
concepción de la época medieval, al crear edificios autónomos con un sentido
metafísico.

Análisis de los contenidos críticos y los aciertos subrayados en los textos (en base al
ornamento y al clasicismo).

En el texto de Gallacini, lo subrayado nos habla del concepto que poseía de la


obra de Miguel Ángel. Según él, aunque reconoce la gran habilitad de este artista,
considera que no debe usarse de regla a seguir, como ya Bernini propuso en el Barroco.
Dice que “lo hizo movido por la necesidad”, considerando que las formas del arte de
Miguel Ángel son más como accidentes. Aunque lo critica, considera que a veces es
necesario salir de la regla para concebir la obra. Pero no por ello se debe continuar
haciendo posteriormente. Gallacini será un autor antimanierista y buscará recuperar el
clasicismo del Primer Renacimiento.

En el texto de Borromini, en cambio, acepta la obra de Miguel Ángel en tanto en cuanto


a su concepto de innovar y crear por uno mismo. Realmente no lo toma como guía,
como hace Bernini, sino que coge de él esa libertad creadora. No pretende emular ni
copiar a los renacentistas ni a los antiguos, sino, partiendo de ahí, realizar una obra
nueva y propia. Reconoce que la innovación no es aceptada en un primer momento, y
pone como ejemplo a Miguel Ángel, el cual fue admirado por sus compañeros
manieristas, pero criticados por los seguidores del clasicismo. Dice que fue “atacado”
por sus “nuevas formas”. Con el tiempo se reconoce la valía y el ingenio de un artista.
Esto mismo ocurre hoy en día, pues las obras contemporáneas, a menudo, son criticadas
o no consideradas arte. Se vuelve la mirada a las obra de los antiguos (y me refiero a los
del Renacimiento), porque incluso en la actualidad, hay quien ve todavía barbarie en la
Edad Media y oscuridad en muchas obras barrocas. Se rechaza aún la exuberancia
ornamental del Barroco, frente a las formas simples y limpias del Renacimiento.

En el texto de Tommaso, las palabras subrayadas hablan de una eliminación del arte
manierista, aunque concretamente del arte de Miguel Ángel. Por el contrario se resalta a
Palladio, más puro y clásico en su obra. Tommaso es el fundador del movimiento neo-
clásico, por lo que busca un recuperar el clasicismo del Quattrocento. Considera que
este artista “destruyó” lo que con tanto esfuerzo intentaban los clásicos renacentistas.
Tacha a los edificios de Miguel Ángel “incorrectos”, pues se sale de las concepciones
arquitectónicas de los tratadistas. Éste alteró el orden establecido. Cree, además, que los

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romanos se han dejado llevar por la belleza de sus edificios y no distinguen lo que está
bien de lo mal hecho. Son cautivados por las formas y sucumben a dejarse llevar por los
sentimientos. Mientras que, los venecianos aún se guían por las leyes morales y de la
razón.

¿Responden las opiniones sobre Palladio y Miguel Ángel a la expresión de


“escuelas”, según a ambientes, ciudadanos y geografías distintas (Venecia –
Roma)?

Sí, responden las opiniones sobre Palladio y Miguel Ángel a la expresión de


“escuelas”, creándose, así, dos con un estilo diferente cada una.

La creada a raíz de la obra de Palladio es la veneciana, la cual seguirá su estilo sencillo


y más clásico. Se caracteriza por el equilibrio, la estricta simetría y el estudio de
proporciones.
Sin aventurarnos todavía en el neoclasicismo del XVIII, ya en el XVII, los ingleses
tomarán este estilo como escuela fundamental en su arte, frente al barroco desarrollado
en el resto de Europa. Se da el llamado Palladianismo, como estilo autónomo. Comenzó
en el siglo XVI y continuó hasta finales del siglo XVIII, donde influyó notablemente en
la Arquitectura neoclásica. Se extendió desde el Véneto hacia toda Europa y otras partes
del mundo. Fue considerado un estilo sobre todo inglés, ya que elevaron la obra de
Palladio al “estilo ideal” y fue usado para toda construcción. En esta norma de no
desviación, la belleza era considerada algo absoluto y se podía basar en leyes objetivas
y universales. En cierto modo, se vuelve a la concepción clásica de la belleza como
perfección de las proporciones, de la simetría y de la obra en su totalidad.
En el siglo XVIII, como ya dijimos antes, se vuelve a reavivar el arte de los
grecorromanos y, por tanto, la figura de Palladio, considerándolo como artista
fundamental para los principios del Neoclasicismo. Resurge, de esta manera, el Arte
Clásico por segunda vez y se recoge la obra de este artista como ejemplo del arte más
puro para recrear este estilo. Así, se vuelven a fomentar la construcción de villas,
tomándose el tratado y las obras del mismo como guía.

Por otra parte, a raíz de la obra de Miguel Ángel encontramos unas influencias
posteriores. En el propio Barroco habrá artistas que lo sigan, como Bernini, o que lo
rechacen, como Borromini.
Su obra fue considerada por sus contemporáneos como la culminación del arte
Renacentista, aunque también como su conclusión.
A diferencia de Palladio, Miguel Ángel sigue un estilo más profundamente manierista,
en el cual ya no se buscan proporciones ideales ni belleza sublime, sino que el arte se
hace más subjetivo. Se alejan de la realidad y de la verdad, tendiendo más a la
abstracción. No se busca una claridad perfecta en los edificios, su composición no es
exacta a la de los tratados del Primer Renacimiento. Aumentan elementos
arquitectónicos que no cumplen una función y se desarrolla la decoración.

Como ejemplo, aunque ya posterior, en el XVIII, vemos la opinión de Tommaso


Temanza sobre la obra de Miguel Ángel y los romanos. Este veneciano considera que
ésta se desvía demasiado de lo clásico y que los romanos son cautivados por sus bellas
formas. Hay una contraposición entre los estilos de ambas ciudades.

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NOTAS
1
GALLACINI, Teófilo: “Tratado sobre los errores de los arquitectos”.1621.
Publicado en 1767.
2
TEMANZA, Tommaso: “Carta a Antonio Selva”. Venecia, 1778.
3, 4
BORROMINI, Francesco: “Opus Architectonicum”. 1648. Publicado en 1725.
5
LEÓN BATISTA, Alberti: “De la pintura y otros escritos sobre arte. De la
arquitectura”. Ed. Tecnos, 1999. Madrid. Prólogo. Pág. 147.
6, 8
VITRUVIO: “Los diez libros de arquitectura”. Libro 1, cap. 1. Pág. 6.
7, 9, 10
AVERLINO, Antonio (Filarete): “Trattato d'architettura”. P. 24.

BIBLIOGRAFÍA

- AVERLINO, Antonio (Filarete): “Trattato d'architettura”.


- BORROMINI, Francesco: “Opus Architectonicum”. 1648. Publicado en 1725.
- CARLO ARGÁN, Giulio: “Borromini”. Ed. Xarait. Madrid. 2003.
- CARLO ARGÁN, Giulio: “El concepto del espacio arquitectónico”. Ed.
Nueva Visión. Buenos Aires.
- DE TOLNAY, Charles: “Miguel Ángel: escultor, pintor y arquitecto”. Ed.
Alianza Forma. Madrid. 1988.
- GALLACINI, Teófilo: “Tratado sobre los errores de los arquitectos”.1621.
Publicado en 1767.
- GARRIGA, Joaquim: “Renacimiento en Europa”. Ed. Gustavo Gili.
Barcelona. 1983.
- FERNÁNDEZ ARENA, José; BASSEGODA I HUGAS, Bonaventura:
“Barroco en Europa”. Ed. Gustavo Gili. Barcelona. 1983.
- LEÓN BATISTA, Alberti: “De la pintura y otros escritos sobre arte. De la
arquitectura”. Ed. Tecnos, 1999. Madrid
- TEMANZA, Tommaso: “Carta a Antonio Selva”. Venecia, 1778.
- VARRIANO, John: “Arquitectura italiana del Barroco al Rococó”. Ed.
Alianza. Madrid. 1990.
- VITRUVIO: “Los diez libros de arquitectura”.

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