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Marzo 2011, Registro de Marca Nº814828, AÑO 5, Nº17 - trabajadoresporlabase@gmail.

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El estado de calamidad de la CUT

En la quincena de marzo, el directorio de la CUT convocó a su Consejo Nacional Ampliado. El


objetivo era consensuar entre los asistentes los contenidos que “servirán” de debate para el congreso
que se realizara en este mes de abril.

A dicho consejo, además de los 45 consejeros nacionales, sólo


asisten los presidentes de confederaciones; federaciones y
sindicatos nacionales. En cuanto a los dirigentes de base, se les
está impedido asistir, aún cuando éstos están vinculados
directamente con la realidad de los trabajadores.

El balance entregado en esa oportunidad por el presidente de la


CUT adoleció de una serie de elementos políticos y económicos,
situación que le permitió ocultar el estado de “calamidad” en que
se encuentra la central y las organizaciones sindicales en general.
El marco de referencia de su intervención oscilo en el “como”
enfrentar a Piñera, y el “como” retomar el camino de las alianzas
con la concertación. No existió en su discurso propuestas profundas ni planteamientos estructurales.

Sin dramatismo alguno, los dirigentes allí convocados, plantearon con toda naturalidad la necesidad
de mantener los lazos con los partidos de la concertación, pues (según su lógica), ese era el camino
más efectivo para mantener a firme las demandas de la CUT, dejando en el olvido el cúmulo de
daños al patrimonio de los trabajadores causados por los gobiernos de la DC y el PS.

El resto de las intervenciones se constituyeron en abiertas ofensas a la inteligencia e intereses de los


trabajadores, pues no existió en esa plenaria, voluntad alguna para orientar el debate a las
verdaderas causas que originan la actual inoperancia y estancamiento de la central.

La militancia política de los máximos dirigentes de la CUT (Concertación-


PC) les impone un marco limitado en cuanto al contenido a debatir, pues no
pueden dejar en evidencia que ellos -al igual que sus partidos- son tan
responsables de la paupérrima realidad con la que a diario debemos convivir
los trabajadores y nuestras familias.

En definitiva, no fue posible (una vez más), que ese consejo acordara una posición firme y digna
frente a los verdaderos temas que determinan y condicionan la insostenible situación de los
trabajadores, tales como; los amarres constitucionales que impiden una democratización efectiva de
la sociedad chilena; la propiedad privada de los recursos naturales, el avance despiadado de la
economía neoliberal en todos los planos, los efectos y secuelas sociales acumuladas de las distintas
crisis económicas; la implementación dosificada de la flexibilidad laboral, el insulto del ingreso
mínimo, la estafa de las afps, y la ley de partidos políticos que impide la legalización de partidos
obreros, entre otras.

Aún así, en medio del debate, surgieron por primera vez en años, nuevas voces de jóvenes
dirigentes del sector público y privado, ligados al Movimiento de Trabajadores por la Base MTB,
que se atrevieron a denunciar ahí, frente a todos, la colusión que ha existido por años entre la cúpula
de la CUT y los gobiernos neoliberales.

Señalaron en esa asamblea estos jóvenes dirigentes, sobre la vergüenza y decepción que embarga al
mundo de los trabajadores por el servilismo con que la central se ha puesto a disposición -en estos
últimos veinte años- a los dictados del FMI, del Banco Mundial y el gran capital en general.

Con firme convicción, estos dirigentes del MTB, plantearon propuestas estructurales como única
salida posible que haga frente al avance salvaje del gran capital en nuestro país. Temas
fundamentales como una asamblea constituyente, la nacionalización de los recursos naturales, una
ley electoral proporcional, la derogación del código laboral y la autonomía de la central frente a los
gobiernos y partidos neoliberales, entre otras, fueron las iniciativas que estos dirigentes propusieron
sin previo aviso a una asamblea que a esa altura mantenía un mediocre y enajenado debate.

Surgida esta irrupción de demandas tan inusual al oído habitual de los dirigentes de ese consejo,
emergen también (inmediatamente) un grupo de dirigentes de la cúpula de la CUT ligados a
sectores de la DC y el PC, tratando de contrarrestar y deslegitimar con desesperación -ante la
evidencia expuesta-, las justas e incuestionables exposiciones de estos “atrevidos” y jóvenes
dirigentes.

Con una violencia verbal inusitada, algunos dirigentes


nacionales de la CUT, intentaron terminar con este “inédito”
debate, solicitando a la mesa la censura de las intervenciones de
estos “indomesticados” dirigentes, toda vez que sus propuestas
se constituían en una abierta tendencia revolucionaria al interior
de la CUT.

Fueron innumerables los datos y elementos de prueba que estos


jóvenes dirigentes argumentaron para hacerse escuchar y dejar
a pie firme una posición clasista y revolucionaria en ese
consejo, y de paso enfrentar a una duma oligarca e intolerante de dirigentes nacionales que tienen
en sus manos el destino de los trabajadores.

En el próximo congreso de la CUT, no hay otra salida para revertir el actual


orden de cosas, que el condenar y exigir el término de la sumisión de la central
al capital trasnacionalizado, desechando de plano el chantaje político de la
concertación, y erradicando de raíz la desvergonzante y desclasada práctica de
conciliar con la economía neoliberal.

Debemos plantear de una vez por todas, propuestas estructurales que sean
discutidas y aprobadas en la base, con los trabajadores, acordando como
primera tarea, la instalación de la Asamblea Constituyente de los Trabajadores
y Pueblos de Chile.

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