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EL MUNDO, LAS COSAS, LA VIDA Y EL HOGAR

AGNES HELLER

EN SU ENSAYO SOBRE LA ESENCIA DE LA TEC- calzado o los objetos ceremoniales. Por carente incluso de la más mínima chis-
nología, Heidegger hacía hincapié, con contraste, en el mundo moderno las co- pa de belleza. Se construyen casas sa-
justicia, en que tal esencia no es tecno- sas van y vienen más rápido de lo que biendo de antemano que no durarán
lógica; para él, los orígenes de la imagi- las personas crecen. Hace un siglo, un más de cincuenta años; para el pobre,
nación tecnológica pueden remontarse reloj de pulsera era un patrimonio fami- porque cuestan menos; para el rico, por-
a Platón, a los inicios de las especulacio- liar; los nietos lo heredaban de sus abue- que la moda cambia de un día para otro.
nes metafísicas. Husserl, por su parte, al los. Hoy compramos un reloj cada año. A los edificios de oficinas o de servicios
escribir sobre la crisis del pensamiento Por si fuera poco, la morada vino a ser públicos no les va mejor -tal vez a ex-
europeo, exculpa a los antiguos y res- también un objeto más. Además, lo que cepción de los de Francia, pues los fran-
ponsabiliza en cambio al concepto me- la gente tiene no son las cosas “que lle- ceses, llevados de su pasión por la gloria,
cánico del universo -representado en nan su mundo”, sino Cosas generales o no abandonan la autoinmortalización y
los albores de la modernidad por Galileo universales destinadas a desempeñar la siguen pagando tributo a la magnificen-
y Descartes- de la decadencia del pen- misma Función (universal). Uno siempre cia y a la belleza. Así, París se confirma
samiento cosmogónico. Pero la cons- adquiere cosas nuevas y desecha las vie- una y otra vez como un mundo, como
trucción cartesiana del mundo ni con jas, suponiendo que cumplen la misma un hogar, como un mito.
mucho podría ser la causa de la imagi- o parecida función. El mundo moderno Aunque el desarrollo tecnológico ne-
nación tecnológica moderna, sino más es el cementerio de las cosas que han si- cesita de la imaginación, no está escrito
bien una de sus condiciones previas. La do usadas, y que son reemplazadas y en las estrellas (ni en las leyes de la his-
espacialización del tiempo y la temporali- arrojadas a la basura aunque no se ha- toria) que la imaginación tecnológica ha-
zación del espacio, que resultaron de la yan acabado. ya de ser la suprema institución imagi-
fusión de la conciencia histórica universal Cualquier cosa que represente por el naria. Podemos elegir un refrigerador
con la experiencia del mundo, se cuen- momento a la Cosa universal (con pare- por motivos funcionales sin que elija-
tan entre sus factores determinantes. En cida función), puede ser transportada a mos por esos mismos motivos la habita-
vista de que la gran narrativa y la con- donde quiera que vayamos, por dos ra- ción, podemos usar un sistema de tele-
ciencia histórica universal que represen- zones ligadas entre sí: porque tales co- comunicaciones hasta que se acabe y
ta han sido objeto de la mayor atención sas no son del tipo que llena el mundo sustituirlo por uno más nuevo y eficien-
en los últimos decenios, tal vez podría- concreto (nuestro mundo); y porque te, sin que hagamos lo mismo con una
mos esperar una suerte de relajamiento idénticas cosas se usan en todos los mun- plaza pública. Como pronto se hizo sen-
en la imaginación tecnológica moderna. dos, es decir en el Mundo Universal. tir esta discrepancia, la imaginación tec-
Si nos figuramos la modernidad como Donde fracasó la Internacional del hom- nológica se expandió en dos direccio-
una estación de ferrocarril donde la gen- bre, la Internacional de las Cosas se lle- nes: por un lado, se consideró que lo
te no vive, sino que encuentra un refu- vó la victoria. más nuevo era siempre lo mejor, ya se
gio pasajero, veremos a la gente en trán- La famosa Bauhaus, orgullo de la ar- tratara de un poema, de una obra filo-
sito. El presente es como una de esas quitectura moderna, simboliza la desa- sófica, de un edificio o de un descubri-
estaciones. Uno no se preocupa gran co- parición de la morada. Fue en la Bauhaus miento científico; por el otro, a lo más
sa por lugares así. Lo que importa es que donde se puso en práctica, en su máxi- viejo se le dio trato preferencial. El ce-
estén limpios, sean funcionales y todo ma expresión, la idea de funcionalismo lo arqueológico no es sino el reverso del
en ello marche con la precisión de un y utilidad. Se pretendía que el hábitat celo innovativo. Como quiera que todo
reloj. Sólo que la estación de tránsito no fuera el lugar donde todo estuviera a ma- lo viejo posee la página del tiempo, to-
tiene adornos, no es un hogar. A nadie no, donde la gente pudiera vivir con co- davía goza de gran popularidad el ma-
se le ocurriría inmortalizar una estación modidad y a un costo relativamente bajo trimonio de la Historia y el Mundo, la
de tránsito. en un espacio limitado. Después de me- espacialización del tiempo y la tempo-
Cuando se tiene un mundo destinado dio siglo, los edificios tipo Bauhaus nos ralización del espacio. Esta es la esencia
a permanecer al lado del mundo “de los impresionan por faltos de espíritu, mo- de la imaginación tecnológica.
otros”, se tiene un hogar, antes que na- nótonos y grises. Son las típicas estacio- La filosofía clásica sostenía que la ra-
da y sobre todo, una morada. La mora- nes de tránsito de una generación sin zón es aquello que los seres humanos
da es constante aunque cambie, mien- hogar. Y lo que sucedió después es to- comparten y que la imaginación es lo
tras quienes la habitan son variables, davía peor: se construyen cajas de ceri- que no comparten. En un mundo don-
pues vienen y van; la morada permane- llos según cinco prototipos y se apretujan de se comparte la imaginación tecnoló-
ce. Las demás cosas, según las costum- entre sí. Para todo habitante de la ciu- gica, los principales filósofos tenderán
bres, que llenan el espacio, son también dad, la consigna es su caja de cerillos a identificarla con la razón. Si la imagi-
constantes. Pertenecen al espacio, como donde poder ocultar su vida privada en nación tecnológica hubiera obtenido su
los instrumentos musicales, las armas, el un habitáculo sumamente pequeño y fuerza y atractivo tan sólo del moderno
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desarrollo tecnológico y científico, muy imaginaria de la modernidad, sobre la las mismas en todo lugar, y llenan una
probablemente no habría llegado a ser combinación de liberalismo y democra- u otra parte de todos los mundos. De
modelo de la racionalidad universal. cia. Aunque todas las democracias libe- qué tamaño sea esta parte y qué signifi-
Con todo, los patrones de estratificación rales comparten ciertas características, cado le atribuya la gente, es harina de
moderna y funcional refuerzan la imagi- también son de índoles diferentes, pues otro costal. Pero en los espacios inter-
nación tecnológica, y otro tanto hace la en su singularidad concreta son siempre nos de cualquier mundo existen muchas
libertad -recientemente conquistada- instituciones de un mundo y no del otras cosas, sobre todo de orden simbó-
de hacer experimentos de administración mundo. Una democracia liberal dada só- lico. Las cosas, en cuanto útiles, tienen
pública, de inventar toda una gama de lo es compartida por sus ciudadanos: ese asimismo una dimensión simbólica y el
formas de Estado y de seguir las reglas es el mundo que ellos poseen. Estados mismo utensilio puede adoptar diferen-
políticas que indica la raison d’etat. Unidos podría fácilmente implantar su tes dimensiones simbólicas. Qué tipo de
No es de extrañar que los filósofos tecnología y todos los bienes que ésta objetos simbólicos ocupan el mundo, y
que desdeñaban la imaginación tecno- produce, desde Irlanda hasta Mali. El qué tipo de dimensiones simbólicas pue-
lógica, o que cuando menos se negaban automóvil, el refrigerador, el televisor den adoptar ciertas cosas, son las carac-
a concederle la corona de la razón su- son cosas universales; las mismas don- terísticas principales de una u otra forma
prema, buscaran un competidor vigoro- dequiera que se usen. Pero los mismos de vida.
so y digno de ocupar el trono filosófico. Estados Unidos jamás podrían implan-
Para tal puesto estratégico, el competi- tar sus propias instituciones democráti- Las cosas útiles llenan el espacio del pre-
dor más calificado de Tecné es Logos, cas, así fuera solamente en un país. Esas sente, van y vienen: las cosas funcional-
el tipo de razón que interviene en el len- instituciones son propias del mundo de mente equivalentes las reemplazan. Asi-
guaje y en el habla. El lenguaje, enten- los ciudadanos estadounidenses, no del mismo, se inventan nuevas funciones.
dido como la Razón suprema, no es la de otros. La democracia liberal es pro- Así es como opera la imaginación tec-
lengua madre de la poesía y de la comu- pia de un mundo donde uno puede mo- nológica. Rápidamente envejecidos y
nicación cotidiana, sino el Lenguaje co- rar. Es decir, la fuerza de una democracia gastados, todos los productos de la ima-
mo tal; no es lenguaje de un mundo, liberal aumenta proporcionalmente con ginación tecnológica se usan como ins-
sino el lenguaje del mundo, algo así co- la evaporación de las narrativas universa- trumentos. Es más, se usan como ins-
mo una extraña lingua franca internacio- les. Mientras menor es el carácter transi- trumentos temporales y transitorios; se
nal y cosmopolita. Parecería como si torio de la estación de ferrocarril, mayor emplean solamente hasta que aparece un
solamente un universalismo absoluto es el grado en que la gente puede adop- modelo mejor. Todo se produce para
pudiera vencer al otro universalismo ab- tar las democracias liberales como sus ser consumido, no para conservarlo co-
soluto. Sin embargo, este gambito filo- hogares políticos. La Razón en que se mo monumento perdurable del mundo.
sófito tan estudiado topa con una seria fundan tales instituciones es ciertamen- Desde esta perspectiva, que el consumis-
dificultad: la imaginación tecnológica te el Logos, la comunicación, el habla. mo sea o no sea productivo pasa a se-
puede alcanzar la universalidad empíri- Sólo que la universalidad de este Logos gundo plano. Esta es la razón de que
ca por tres razones. Primera, las cosas es formal y, por tanto, totalmente vacía. Hannah Arendt haya visto en la moder-
que la tecnología produce son aquellas Su vitalidad depende de cómo encaja en nidad un mundo de Labor y no de Tra-
que, entre otras, pueden ocupar todos una u otra forma concreta de vida. La bajo. Hay muchas cosas que se usan sólo
los posibles espacios del hogar, así co- Razón llamada Logos (la comunicación, una vez, otras se usan muchas veces,
mo el lugar del propio espacio hogare- el habla o lenguaje universal del dere- otras más durante muchos años, pero a
ño. Segunda, una inspiración principal cho) se torna más eficaz mientras más fin de cuentas los cadáveres de las co-
así como un campo de entrenamiento se implante en una u otra forma de vi- sas se amontonan en su propio cemen-
fundamental de la imaginación tecnoló- da, cuando más diferente se vuelva. La terio. Si se compara esta necrópolis con
gica, la estratificación funcional (una de razón comunicativa, la imaginación li- las de los seres humanos, lo que inme-
las características principales de la mo- beral - democrática no se entenderá ca- diatamente salta a la vista es que mien-
dernidad), ha llegado a difundirse ya por balmente si se la entroniza en lugar de tras las necrópolis del hombre, que con-
todo el mundo. Tercera, aun cuando la imaginación tecnológica, pues la ima- tienen las cosas de su mundo, no dejan
ninguna forma concreta de Estado sea ginación liberal - democrática es, por de ser un lugar de magnificencia y ado-
empíricamente universal, la experiencia definición, republicana y repúblicas exis- ración para las futuras generaciones, de
tecnológica de los estados manufacture- ten más de una, pues también existe mas manera que constantemente resucitan,
ros sí lo es. La confianza en la agibilidad de un mundo. la necrópolis de las cosas no conoce la
del mundo se nutre de la imaginación Llamo posmoderno a aquel de nues- resurrección. En ella no hay magnificen-
tecnológica, y viceversa; lo mismo ocu- tros contemporáneos que ha decidido cia sino fealdad, basura y hedor. Las fá-
rre con la raison d’etat. Pueden consti- establecerse en la estación de ferrocarril bricas abandonadas no son sitios de
tuirse Estados completamente diferentes, del presente. Sólo que hay muchas ma- culto; no hay nada en ellas que pueda
totalitarios, autocráticos, democrático - neras de establecerse. La diferencia en- resucitar. Las cosas que alguna vez lle-
liberales...; pero seguimos pensando que tre “mi mundo” y “el mundo de los naron el mundo (por haber pertenecido
deben poder constituirse. Sólo que la otros” no puede consistir en la imagi- a él) pueden ser reclamadas por la natu-
Razón qua Logos, en cuanto Universal nación tecnológica, pues ésta es empí- raleza. La blanca corporeidad de la pie-
inherente al Lenguaje como Habla, só- ricamente universal e indiferenciada. Las dra en las ruinas, hoy pobladas de árbo-
lo puede sustentarse en una institución cosas que esta imaginación produce son les, nos invita a hacer una visita amistosa
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al pasado. En cambio, la naturaleza escu- mundo, pues lo llena de una forma más que los edificios Bauhaus son feos y mo-
pe los cuerpos inertes de las cosas útiles. perdurable que su simple uso. Así, al for- nótonos formulé un juicio no sólo so-
Las maltrechas osamentas de hormigón mular juicios estéticos sobre las cosas, bre una cosa, sino también sobre un
o materiales sintéticos son los asquero- nos comportamos frente a los productos gusto arquitectónico.
sos vestigios del mundo inorgánico. Co- del hombre como si fueran cuerpos orgá- Sin embargo, mi juicio no sólo tiene
mo la naturaleza no los puede reasimilar. nicos de la naturaleza, aunque no tanto. que ver con el gusto; también es un jui-
lo mejor, de ser posible, es destruirlos. Formular juicios estéticos sobre la na- cio sobre la ideología, el ideal, el eleva-
De cualquier manera, se les destruya o turaleza constituye un gesto moderno. do valor que se confiere a la utilidad.
no, no invitarán a los habitantes del fu- Según se iba desarrollando la moderni- Sólo un tonto desdeña el valor de la uti-
turo remoto a embarcarse en un viaje de dad, fue creciendo el entusiasmo por la lidad al compararla con lo dañino. Aun-
nostalgia hacia su pasado, hacia el seno naturaleza. Descubrir las bellezas de la que lo dañino no es lo único contrario
de nuestro presente. Los restos morta- naturaleza es un gesto constituyente del de lo útil; lo inútil también lo es. Se tie-
les de las cosas útiles no llegan ni siquie- hogar en un mundo que deja de ser un ne un mundo cuando en él existen co-
ra a producir el horror de la muerte en hábitat natural. En la medida en que el sas inútiles; se lo habita si se hacen cosas
el animo del espectador. Y es que estas mundo todavía es un auténtico hábitat que trasciendan lo meramente útil. Lo
cosas están de pronto muertas sin haber- natural, la naturaleza aún no es bella. Es que trasciende a la utilidad de las cosas
se muerto; ni siquiera son mortales, pues algo tan sobreentendido que no resul- es su belleza. En este sentido, la belleza
nunca vivieron. Tampoco permanecen, ta bello. El juicio de gusto requiere de va aparejada a la libertad.
pues por indestructibles que puedan ser, thaumadzein y reflexión. En el pasado Algo útil es un estímulo. Por cuanto
no tienen perdurabilidad. Sólo el signi- remoto se formulaban juicios estéticos me atrae como cosa útil, me veo cons-
ficado perdura. Las cosas útiles pueden sobre las cosas; la belleza de las cosas tie- treñida a consumirla, a tenerla o a usarla.
hacer más agradable la vida. Suponga- ne un historial mucho más largo que el La imposición puede ser apenas percep-
mos, por mor de la sencillez, que todas de la naturaleza. No obstante, los mo- tible, puede volverse una fuerte compul-
lo consiguen. Siempre se prefieren las dernos comenzaron a asimilar la estéti- sión..., pero siempre está presente. En
formas más agradables de hacer las co- ca de los productos del hombre a la la medida en que me relacione con las
sas. A menos que hubiera razones muy estética de la naturaleza. Los modernos cosas en razón de su belleza, el “estímu-
serias, sólo un tonto prescindiría de los tienen sentimientos menos intensos so- lo” no desencadenará una “respuesta”,
instrumentos que permiten hacer algo bre el significado de una cosa al refle- pues ambos son idénticos.
de manera más agradable. Rara vez es xionar sobre su belleza. Un sombrero de El potencial cosmogónico de las co-
sincera la actitud romántica de repudiar campesino puede resultar tan bello co- sas bellas no garantiza, sin embargo, que
los utensilios. mo la corona de una reina; y para los los seres humanos alcancemos la liber-
Hay cosas útiles que sirven para algo posmodernos, las cosas importantes de tad en la contemplación de la belleza.
más que para realizar tareas de una for- la vieja burguesía han perdido su lustre La propia belleza puede convertirse en
ma más agradable: son agradables en sí a través de los movimientos que se sus- fuente de utilidad secundaria. Los colec-
mismas. Pueden agradarnos, y a nues- citaron hacia 1968. A fin de cuentas, en cionistas pueden disfrutar la belleza de
tros sentidos, precisamente en el aspec- nuestros días uno le confiere belleza a las sus objetos, pero la belleza de éstos sir-
to de su ser que no sólo es útil. Esto di- cosas -mediante el gesto del juicio es- ve a un fin por encima y más allá de sí
fícilmente ocurrir5 con un televisor con tético- de manera muy similar a como misma. También el coleccionista se ha-
la pantalla en blanco, pero sí con un au- se la confiere a la naturaleza: disfrután- lla bajo una imposición y a menudo se
tomóvil. Y hay otras cosas útiles que, dolas en sí mismas y deseando, anhelan- ve compelido a sumar un objeto bello
aunque no sean agradables en sí mismas, do que esas mismas cosas no se acaben, a su colección.
no sólo permiten hacer en forma más pues deben permanecer como son, co- En el drama shakespeariano, el rey
agradable (como un jabón en polvo), si- mo fuentes perdurables de deleite. La es- Lear insistía en que lo rodeaban cosas
no que suscitan cosas agradables en sí tancia de una flor en la tierra es más que iban más allá de lo necesario. La be-
mismas, algo que desearíamos que per- corta que la de muchas cosas útiles, pe- lleza siempre está más allá de lo necesa-
dure (un tocadiscos por ejemplo). ro en ambos casos la belleza les asiste rio, incluso para el más pobre, para el
Todo aquello que una cosa tenga y en tanto y en cuanto no sean usadas. más oprimido. En este aspecto, quien
que permita percibirla mas allá y por en- En verdad, la diferencia nos sorpren- tiene un mundo en el que puede morar
cima de su utilidad, la hace, en alguna de, pues las cosas útiles también pueden es rey, o reina. Después de todo, no es
medida, cosa - del - mundo. Cuanto ma- ser creadas para disfrute y placer; des- una necesidad vital disfrutar la blancu-
yor sea el número de cosas que se dis- pués de todo, el disfrute y el placer tam- ra de la primera nevada. Pero un mun-
frutan en sí mismas (y no como medios bién son formas del uso, y uno puede do de mera utilidad no es un hábitat. No
o instrumentos), tanto más su ser - aquí valerse de las cosas al tiempo que las dis- se puede morar en un mundo donde só-
(ya sea espacial o temporal) será un fruta. El juicio de gusto impuro desem- lo haya cosas útiles.
fin - en - sí-mismo, y más vendrán a peña también, en ese sentido, una fun- La estricta distinción entre lo útil, en-
ser cosas - del - mundo, constituyentes ción crítica: al formular un juicio así, se tendido como lo eficiente y funcional,
del hogar. niega o afirma el juicio de gusto de quie- y lo inútil, entendido como lo no efi-
Siempre que formulamos un juicio de nes crearon las cosas en cuanto placente- ciente y no funcional, es, qué duda ca-
gusto (“esto es bello”) sabemos que nos ras, agregando la dimensión de belleza a be, moderna, aunque constituye tam-
referimos a algo que pertenece a nuestro la dimensión de utilidad. Cuando afirmé bién otra manifestación de la imaginación
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tecnológica. Una estación de tránsito ha nuestras mayores aspiraciones es un lujo. volvió sabiduría de lugar común decir
de ser útil y funcional. Pero, si hombres Todos los objetos meramente útiles que nada en particular perdura. Nuestro
y mujeres desean establecerse en la esta- que ha inventado nuestra época termi- mundo es particular, de suerte que se
ción de ferrocarril del presente, necesitan nan en el cementerio y nunca resucitan. puede venir abajo. Pero los modernos
ocuparse también en hacer cosas inútiles, Además, las cosas meramente útiles que pueden ver mas allá del horizonte de su
en hacer ciertas cosas sólo por hacerlas. llenan nuestro ámbito no llenan el mun- mundo, tanto como los premodernos.
Pero no todo lo que uno hace porque do; en el marco de la modernidad, son El terror a la muerte de nuestro mundo
sí, tiene el sello distintivo del lugar ha- indiferentes respecto del mundo y, co- ha venido a sumarse al terror de nues-
bitable y hogareño. Actos y cosas son mo tales, absolutamente inadecuadas pa- tra propia muerte. La tierra se estreme-
“mundanos” en el sentido de que llenan ra proporcionar a las generaciones veni- ce constantemente bajo nuestros pies.
un mundo como el hogar de sus habi- deras un lugar habitable o para dejar tras Uno se esfuerza denodadamente por
tantes, siempre y cuando el “otro mun- de sí algo perdurable. Asimismo, las co- mantenerse en la vía. Hubo muchas vías,
do” participe hasta cierto punto en tales sas útiles pueden transformarse en cosas y la gran narrativa era la más segura.
actos y cosas. Los verdaderos lujos de bellas, en cosas del mundo, con sólo de- Ahora resurge una visión más antigua:
la vida no son los anillos de brillantes jarlas existir por sí mismas y no sólo en si nuestro mundo se hunde, se hunde
y los abrigos de piel: éstos no son más razón de su objetivo técnico. En Living el mundo. El conocido fantasma apare-
que objetos de uso que cuestan mucho Room Music, composición de John Ca- ce, con moderno atavío, como el espec-
dinero. Jamas nadie ha obtenido con ge, las cosas ordinarias -periódicos, ca- tro de la muerte nuclear o la catástro-
ellos la libertad del espíritu o del pensa- jas vacías y objetos de vidrio- llegan a fe ecológica. Un viejo fantasma puede
miento. No se usan por sí mismos, sino cantar y resonar. Lo que la pieza nos di- mentir, pero también puede decir la ver-
por ostentación o para complacer a los ce es que la música se oculta en todas dad. Un mundo que preserva a todos los
demás. Los verdaderos lujos no son fá- partes; sólo hay que dejar que las cosas precedentes y a la naturaleza desmien-
ciles de obtener o disfrutar. A pesar de encuentren su propia voz y se convier- te el fantasma. Aun cuando no perdure,
eso, uno es libre al conseguirlos y dis- tan en fuentes de belleza. deja perdurar a otros. Y ellos pueden
frutarlos, pues puede elegir entre obte- La edad moderna ha elaborado crite- perdurar (y nuestro mundo con ellos).
nerlos o abstenerse de ellos. No hay rios estrictos para distinguir entre lo útil La historia ha entrado en nuestros mun-
situación en la que sean necesarios pa- y lo inútil, como la racionalidad, la efi- dos Si bien es cierto que el nuestro ya
ra sobrevivir o avanzar. Estudiar griego ciencia y otros conceptos por el estilo. no busca solaz en la gracia salvadora de
antiguo es un lujo. Aprender inglés mo- Pero el mundo reclama “lujo”, para to- las grandes narrativas, también lo es el
derno es (casi) una necesidad. Leer poe- das las cosas y actos que confieren sen- que no puede pasar por alto su propia
sía latina medieval es un lujo, estudiar tido y se realizan en sí mismos.. condición pasajera y mortal. El mundo
los textos de nuestra profesión es una Los premodernos no veían más allá no se derrumba con nosotros. Habrá
necesidad. Diseñar el baño de un depar- del horizonte de su propio mundo; si su otros mundos. Cuidándonos, los cuida-
tamento es un aspecto necesario de la mundo se derrumbaba, el mundo se ve- mos también a ellos.
arquitectura de nuestros días, pero con- nía abajo. En la edad moderna, donde
cebir casas bajo el suelo que satisfagan la Historia ha entrado en el Mundo, se Traducción de Jorge Brash

AGOSTO 18: ¿VOLVERA A EMPEZAR?


JAIME SÁNCHEZ SUSARREY

LA MADRUGADADEL 7 DE JULIO DE 1988,EL la votación total, el PAN el 15% y el FDN ¿Cuáles son los pronósticos para el 18
candidato del PRI a la presidencia de la -más el PMS, que todavía no se suma- de agosto? ¿El fin del partido hegemó-
República declaró: “Termina la época de ba a la coalición neocardenista- el 10% nico es irreversible? Luis Donaldo Co-
partido prácticamente único y entramos (Proceso No. 597, 11/IV/1988). Las expec- losio, presidente del P R I, ya echó su
ahora en una nueva etapa política en la tativas, aunque eran muy optimistas, se- cuarto a espadas: entre el 60 y el 65% pa-
vida del país, con partido mayoritario y gún se vio después, se ajustaban a las ra el PRI; entre el 15 y 20% para el PAN
muy intensa competencia de la oposi- tendencias históricas: en 1982 Miguel de y menos del 10% para el PRD (La Jorna-
ción” (La Jornada, 8/VII/1991). Éste fue la Madrid había sido electo con el 70.99% da, 12/vI/1991). Las expectativas de los
el primer reconocimiento de lo inusita- de la votación total. Lo que los priístas priístas parecen situarse en un escena-
do de la votación del 6 de julio. no previeron fue el efecto de la campa- rio anterior a las elecciones federales de
Unos meses antes, Jorge de la Vega, ña de Cárdenas: los votos que ganó el hace tres años. Los pronósticos de Co-
presidente del PRI , había anunciado 20 FDN los perdió el PRI . El partido oficial losio no son muy distintos de los que
millones de votos para su candidato pre- pasó de partido hegemónico a partido hizo De la Vega Domínguez. Sin embar-
sidencial. Según los pronósticos priístas, mayoritario: perdió la mayoría com- go, este cálculo se basa en las experien-
Salinas de Gortari obtendría el 65% de puesta en la cámara de diputados. cias electorales posteriores al 6 de julio.
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