Capítulo I: La estratégia fundamental. Pág.

Capítulo I
La Escuela Dominical:
La estratégia fundamental.
1.1 Más de dos siglos cumpliendo el mandato
del Señor.
ace 222 años en una casucha de la ciudad
de Gloucester, Inglaterra, se inició uno de
los movimientos más grandes en la historia
de la iglesia. Era la Escuela Dominical, comienzo
de lo que Dios tenía destinado a ser el mejor medio
para el estudio de la Biblia en nuestra era, y que
a través del tiempo ha crecido desde una pequeña
clase de niños sucios y harapientos hasta llegar a
ser un inmenso ejército en todas las naciones y len-
guas.
hábitos de sus padres. Concibió, pues la idea de
hacer algo por estas criaturas miserables, e intentar
prevenir el vicio y el crimen por medio de la educa-
ción.
Por lo tanto, en 1780, comenzó su primera
Escuela Dominical en la cocina de un tal “callejón de
Hollín”, así llamado porque allí vivían muchos de los
pequeños niños deshollinadores. Sus alumnos pro-
venían de las capas más bajas de la sociedad y de
lugares infames. Sus edades variaban entre los seis

1.1.1 Roberto Raikes, el iniciador.

Cuando Dios quiere hacer alguna obra espe-

cial, generalmente hace que nazca alguna persona
en circunstancias que lo coloquen en el lugar pro-
picio, para que se desarrolle en el medio ambiente
que lo prepare en forma particular para su tarea.
Roberto Raikes no fue una excepción a este prin-
cipio, pues nació en 1735, en la Inglaterra de la
Revolución Industrial, donde abundaban la pobreza,
la violencia, el vicio y el crimen. Su padre fue un
hombre bueno que trataba de mitigar el sufrimiento
humano todo cuanto podía. Cuando él falleció,
Roberto heredó ese espíritu compasivo junto con el
“Gloucester Journal”, un periódico de influencia en
su medio.
Raikes, desde el principio, usó el periodismo
para despertar una conciencia social y personal-
mente ayudó a muchos de los miserables de su
época. Pero se dio cuenta de que era poco lo que
se lograba. Sus fracasos lo hicieron reflexionar y
llegó a la conclusión de que algo más se tenía que
hacer para prevenir el crimen. A la edad de 45
años, después de haber trabajado por casi un cuarto
de siglo para eliminar el vicio entre los adultos, se
lanzó a lo que él llamó “un nuevo experimento”.
En las calles de su ciudad, los días domingo,
había una multitud de niños que jugaban, peleaban
y maldecían. Durante la semana estos niños traba-
jaban en las fábricas, pero los domingos andaban
por las calles “en los bajos fondos de vileza moral”.
Raikes conocía a estos niños, sus hogares y los
Raikes, desde el principio, usó el periodismo para des-
pertar una conciencia social y personalmente ayudó a
muchos de los miserables de su época.
y los catorce años, y el único requisito para asistir
era que vinieran con manos y caras limpias y bien
peinados. Raikes mismo, muchas veces cambiaba
los harapos de esos niños por ropa en mejores con-
diciones.
El horario era desde las 10 hasta las 12 de
la mañana, regresando nuevamente a las 13 hasta
la hora de la reunión de la Iglesia y alrededor de las
5 de la tarde volvían a sus hogares. Para aprender
a leer usaban la Biblia.
Poco a poco Raikes comenzó varias de
estas Escuelas Dominicales en diversas partes de
los bajos fondos de la ciudad. Su objetivo principal
fue el de reformar la sociedad, educando a los
Educación Cristiana Primera Región
Capítulo I: La estratégia fundamental. pág. 2

niños trabajadores, descuidados completamente por
la Iglesia; el libro de texto obligado era la Biblia.
Por tres años consideró que su obra pasaba por
un período experimental. Recién al cabo de ese
tiempo comenzó a hacerlo conocer. Líderes de los
movimientos de reforma en el parlamento lo visita-
ron; Carlos y Juan Wesley, los grandes fundadores
del Metodismo, fueron sus amigos.
Su propia publicación, el “Gloucester Journal” difun-
dió el éxito de su iniciativa. Diarios y Revistas
nacionales alabaron su obra, y rápidamente cobró
popularidad. Sin embargo la iglesia se resistió a lo
que consideraba un movimiento peligroso y sufrió
mucha oposición de otras agrupaciones, y hasta se
habló en el parlamento de introducir una ley que lo
prohibiera.
Sin embargo, antes de su muerte en 1811,
Raikes alcanzó a ver unos 400.000 niños inscritos
en escuelas dispersas por el país. Este hombre de
convicciones profundas, que había luchado tenaz-
mente en favor de la niñez necesitada, fue usado
por Dios para comenzar un movimiento destinado a
ser una potencia de educación cristiana a través del
mundo entero.
Las escuelas se multiplicaron y se extendieron rápi-
damente, manteniendo su carácter interdenomina-
cional e independiente. Sin embargo, los beneficios
y resultados del movimiento de Escuelas Dominica-
les fueron tan grandes que, poco a poco, las iglesias
permitieron que se realizaran en sus propiedades.
Como consecuencia lógica, llegaron a tomar
un carácter denominación y a incorporarse dentro
de las actividades regulares de cada iglesia. Evolu-
cionaron a lo que se conoce hoy en día una Escuela
altamente organizada, con maestros debidamente
preparados y materiales graduados a las necesida-
des de cada edad.
Este desarrollo a través de 222 años asom-
bra y alegra. Sin embargo se evidencia un aspecto
sumamente negativo, y que lleva a plantearse el
mismo problema que se propusieron los primeros
fundadores. La iglesia, al haber aceptado y adop-
tado la Escuela Dominical como una de sus activida-
des, ha cambiado fundamentalmente su rol. Ahora
es una agencia para la educación espiritual de sus
miembros y los hijos de sus miembros. En gran
medida ha perdido su visión evangelística, y ya no
existe como la expresión de una profunda preocu-
pación por los millones que no conocen a Cristo.

1.2.2 Juan Wesley y el nuevo impulso. 1.1.3 La escuela dominical se consolida.

A Juan Wesley le tocó ajustar los objetivos

al fervor evangélico de su época. Él reconoció que
“Escuela Dominical es uno de los instrumentos más
nobles que se ha visto en Europa por muchos siglos,
y seguramente ha de ir en aumento”. Otro hecho
significativo fue la formación de la Asociación de
Escuelas Dominicales en el año 1785. En sus 25
años de Vida fundó centenares de escuelas domi-
nicales, pagó a los maestros y distribuyó gratuita-
mente miles de Biblias.
En América del Norte, en forma simultánea,
surgieron inquietudes similares a las de Inglaterra.
La situación social era parecida, pues la moral y el
espíritu religioso había decaído mucho. La educa-
ción, que en días coloniales había estado ligada a
la iglesia, pasó a manos del estado. Muchos de los
creyentes vieron en la escuela dominical un medio
poderoso para la lucha contra el vicio y el crimen.
Así fue que en 1790 nació la “Sociedad de Escuelas
Dominicales.
Durante 40 años el movimiento moderno de
Escuelas Dominicales se organizó independiente-
mente de la iglesia, y a pesar de su resistencia en
reconocerla como útil a la causa de Cristo. Era un
esfuerzo de laicos, profundamente preocupados por Residencia de los Kalley, misioneros escoceses donde
mejorar la condición moral y espiritual de los grupos funcionó una de las primeras clases de Escuela Domini-
sociales que no asistían a la Iglesia. cal en América Latina

Educación Cristiana Primera Región

Capítulo I: La estratégia fundamental.
¿Habrá sido por esa razón que Dios tomó a otro
hombre en quién podía renovar ese sentir? J.
Irvin Overholtzer fue el instrumento usado por Dios
para fundar la Alianza Pro Evangelización del Niño,
organización abocada fundamentalmente a llevar
el mensaje cristiano al niño necesitado espiritual-
mente, no relacionado con ninguna iglesia.
Dios nos ha dado una herramienta pode-
rosa y no completamente aprovechada para realizar
la tarea de la transformación. La Escuela Domini-
cal es la estrategia que nos compromete a trabajar
en el ministerio de la Gran Comisión. De una forma
muy especial el Señor está con las personas que se
reúnen para encontrarse con Dios a través del estu-
dio de su Palabra en al compañía de su pueblo. La
Escuela Dominical debe mantenerse sólidamente
basada en la Palabra escrita y viva de Dios. Sin
embargo, la Escuela Dominical de este nuevo siglo
abarca más que reunirse para tener un estudio
bíblico, a pesar de la importancia que esto tiene.
En el siglo XXI, la Escuela Dominical debe
brindar oportunidades durante
los siete días de la semana
para aumentar el conocimiento
y la obediencia de la Palabra
de Dios. La Escuela Domini-
cal debe brindar oportunidades
para que la gente exprese
su amor a Dios y a su pueblo
comprometiéndose a ministrar
y participar en las misiones.
Debe fomentar la unidad y el
compañerismo en la iglesia y
ayudar a la gente a encontrar
modos de expresar su amor por
Dios en todo lo que hacen.
1.1.4 La escuela dominical y la gran comisión.
El corazón de la Gran Comisión es el man-
dato de unirnos a Cristo en su misión. Representa
el mandato primordial para cualquier iglesia neotes-
tamentaria. Ese mandato es “Haced Discípulos”.
La Gran Comisión no es sólo una historia bíblica.
Tampoco fue un mandato para algunos pocos. La
Comisión es contemporánea para los seguidores de
Jesús en cualquier época. Las iglesias que reco-
nocen que la Gran Comisión les da el propósito y
la razón de existir, buscan una manera efectiva de
movilizar a sus miembros para presentar delibera-
damente el evangelio: el aspecto “id” de la Gran
Comisión.
“Haced Discípulos” incluye guiar creyentes
hacia la madurez en Cristo. La meta de enseñar
obedece a los mandamientos de Cristo. Y por lo
Pág. 3
menos un mandato de Jesús es “haced discípulos”.
Las iglesias que toman seriamente el man-
dato de hacer discípulos buscan una manera efec-
tiva de discipular a nuevos creyentes: la dimensión
de “enseñándoles” de la Gran Comisión.
¿Hay una estrategia efectiva para ayudar a las igle-
sias a movilizarse, asimilar y enseñar creyentes que
ayude a hacer discípulos?.
Sí, la Escuela Dominical es una estrategia para
ayudar a lograr estos aspectos de la Gran Comi-
sión.
Las bendiciones de Dios se podrán recono-
cer, por lo menos, en cuatro formas a medida que
guía a la iglesia a hacer de la Escuela Dominical su
estrategia para concentrarse más deliberadamente
en la Gran Comisión.
1. Personas espiritualmente perdidas vendrán a la
fe en el Señor Jesucristo y se bautizarán en el com-
pañerismo de la iglesia
2. Los cristianos aumentarán su conocimiento y
obediencia a Cristo a medida que estudian la Biblia
individualmente y con otros.
3. Los ministros de la iglesia se
expandirán mientras el pueblo
de Dios descubre sus dones y
habilidades, identifican oportu-
nidades para ministrar a otros,
Hoy en día, para hacer el material de la Escuela
Dominical, se cuenta con recursos tecnológicos insos-
pechados en los tiempos de Raikes o Wesley.
y responden al llamado para servir al pueblo en el
nombre de Jesús.
4. La misión del Señor progresará a medida que el
pueblo de Dios va a su mundo en Su poder con Sus
buenas nuevas.
La Escuela Dominical que solamente se
concentra en las personas que ya se alcanzaron,
pierde el propósito primario de la iglesia: cumplir la
Educación Cristiana Primera Región