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I. INMUNIZACIÓN PASIVA
La inmunización pasiva se logra por la transferencia de productos (humorales o células) desde una
persona o animal inmune hacia un individuo que no lo es, proporcionando de esta manera un estado
temporal (pasivo) de inmunidad específica.
Las opciones para suministrar inmunidad pasiva son las siguientes: transfusiones de leucocitos o de
granulocitos, plasma fresco humano, gamaglobulinas humanas totales (estándar, endovenosa,
hiperinmunes), inmunoglobulinas específicas (contra rabia, tétanos y otras), y los sueros de origen
animal.
Por su particular uso e interés, sólo se hará mención de la inmunización pasiva humoral. Para esta
modalidad terapéutica se cuenta con las siguientes herramientas:
Se utilizó el plasma de una persona convaleciente o recién vacunada para intentar prevenir las
infecciones por: virus del sarampión, virus de varicela-zóster, Haemophilus influenzae tipo b y la
septicemia del prematuro. La dosis utilizada es de 15 ml/ kg de peso, por vía IV cada 20 días, en los
inmunodeficientes humorales (carecen de IgG) y de 15 ml/ kg, una sola dosis IV, en los demás casos.
El plasma de origen humano también ha sido útil en la terapia de la enfermedad de Leiner (déficit del
factor C5 del complemento, con seborrea e infección), del edema angioneurótico hereditario (déficit
del C1INH esterasa) y de otras deficiencias del complemento como la de C3.
El plasma debe ser de donación reciente (menor de 72 horas) y con pruebas negativas para sífilis,
hepatitis B y C, y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Se prepara a partir del plasma de un grupo mínimo de 1.000 donantes; por medio de fraccionamiento
en gradientes de alcohol (fraccionamiento de Cohn) se obtiene un purificado de gamaglobulina al
16,5%. Además de seleccionar solo los plasmas negativos para los agentes transmitidos por vía
sanguínea, en el proceso de preparación se utilizan diversos métodos para inactivar todos los virus
conocidos, incluyendo el VIH.
Indicaciones y dosis
Actualmente no se consideran una buena alternativa para la terapia de reemplazo en los individuos con
inmunodeficiencias humorales, pese a que existen evidencias de buenos resultados con su aplicación
subcutánea (en la pared abdominal) por medio de una bomba de infusión (Auto-Syring).
gamaglobulina estándar puede modificar el curso de una enfermedad infecciosa como el sarampión y la
varicela.
Reacciones adversas
El efecto secundario más frecuente es el dolor local; también se pueden presentar eritema facial,
sudoración, náuseas y dolor lumbar; ocasionalmente se presentan urticaria, edema o choque. Cuando se
suministra equivocadamente por vía intravenosa se desencadena una grave reacción anafilactoide que
requiere atención urgente con adrenalina.
Modificar la 0.05
enfermedad
La gamaglobulina humana es una fracción del plasma obtenida por el método de separación de
proteínas de Cohn. Fue desarrollada para uso terapéutico después de que se descubrió que la fracción
II de Cohn contenía la mayoría de los anticuerpos presentes en la sangre. Con el desarrollo de métodos
que permitieron la identificación de las diferentes inmunoglobulinas, se encontró que la gamaglobulina
estaba constituida en su mayoría por inmunoglobulina G (IgG) pura; de ahí, el antiguo nombre de
gamaglobulina y la actual identificación como IgG. Cuando la preparación es adecuada para el uso
intravenoso se denomina gamaglobulina humana endovenosa (GGEV).
La buena calidad de un preparado de GGEV para uso en humanos se garantiza por procesos de
selección de donantes que aseguren una estricta bioseguridad y una alta diversidad que permita cubrir
el mayor margen de las acciones fisiológicas que caracterizan a la IgG (efectos anti infecciosos,
regulación inmunológica, red idiotípica, etc.). Los principios fundamentales para la producción de la
GGEV son:
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• El plasma debe ser colectado de un mínimo de 1000 donantes (usualmente entre 5000 y 10000)
para asegurar una alta concentración y una adecuada diversidad de anticuerpos IgG
• Cumplir las siguientes condiciones de bioseguridad: provenir de donantes sanos voluntarios; el
plasma debe ser tamizado para alaninoaminotransferasas, antígeno de superficie de hepatitis B,
anticuerpos para el virus de hepatitis C, antígenos y anticuerpos para el VIH, VDRL
• El procesamiento debe incluir técnicas de inactivación viral, como: fraccionamiento de Cohn;
tratamiento con derivados del ácido propiónico; pH bajo y tratamiento enzimático con trazas de
pepsina; pasteurización; uso de detergentes solventes que inactivan virus con envoltura lipídica
como el virus de hepatitis C
• Más del un 90% de sus proteínas debe ser IgG intacta, con buena actividad biológica y un rango
normal de subclases de IgG
Dosis suministrable Hasta 2000 mg IgG/ Kg de Solo hasta 100 mg IgG/ Kg peso
peso Restringida por dolor
Tolerancia de la aplicación Excelente, permite altas Dolor local intenso que limita la
dosis dosis
Durante la separación de las proteínas plasmáticas, algunas moléculas de IgG forman agregados o
complejos que tienen la capacidad de activar el complemento aún sin reaccionar con un antígeno; este
mecanismo genera reacciones anafilactóides inmediatas después de la infusión venosa, fenómeno que
fue observado en algunos pacientes en los cuales accidentalmente se inyectó vía intravenosa la
gamaglobulina estándar.
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Para obviar esta complicación, en la preparación de la GGEV luego del fraccionamiento de Cohn se
utilizan varios métodos para eliminar los agregados de IgG, logrando un producto seguro para la
aplicación intravenosa; estos complejos se remueven por filtración, precipitación en Poli-Etilen-Glicol
(PEG) y cromatografía de intercambio iónico. La reagregación de la IgG se previene con un pH ácido,
trazas de pepsina y estabilizadores (sucrosa, maltosa, albúmina, glicina).
Las preparaciones de GGEV contienen anticuerpos IgG específicos contra antígenos de diverso origen:
proteínas de los diferentes tipos de microorganismos, polisacáridos bacterianos, toxinas,
superantígenos, citoquinas y sus receptores, moléculas de la superficie celular (CD4, CD8, HLA) e
idiotipos, entre otros.
De todos los componentes de la GGEV, solamente la IgA puede originar problemas en algunos casos
raros en los que se induce en el paciente la producción de anticuerpos IgE contra la IgA. Los donantes
desde los cuales se prepara la GGEV no tienen anticuerpos contra la IgA, puesto que ella se encuentra
en grandes concentraciones en el plasma de la mayoría de los individuos normales, induciendo una
tolerancia normal que impide el desarrollo de autoanticuerpos. Sin embargo, los pacientes con carencia
de IgA circulante tratados con GGEV pueden desarrollar anticuerpos anti IgA por las trazas de esta
inmunoglobulina presentes en gran parte de las presentaciones comerciales de GGEV. En la mayoría
de los casos, ésto puede llevar a una reacción anafiláctica inmediata (mediada por IgE); por lo anterior,
en los individuos con ausencia de IgA se deben suministrar productos de GGEV que tengan muy bajo
contenido de IgA.
Acción sobre los receptores 1. Bloqueo de los receptores FcγRIII de las células fagocíticas
para el Fc 2. Disminución de la afinidad de los receptores Fcγ d e las células
fagocíticas
3. Incremento de los niveles de CD16 soluble
Interacciones con la red idiotípica 1. Contiene anticuerpos IgG contra autoanticuerpos (anti factor
VIII, anti tiroglobulina, anti ADN, anti factor intrínseco,
ANCAs)
2. Ejerce regulaciones idiotipo – anti idiotipo restaurando la red
Modulación de la red de citoquinas 1. Neutralización por anticuerpos IgG contra citoquinas como la
IL-1 y el TNF
2. Inhibición de la producción y secreción de citoquinas por
macrófagos y linfocitos T: IL-1, IL-2, IL-3, IL-4, IL-5, IL-6,
IL-10, GM-CSF, TNF, IFN-γ
3. Disminución de la expresión del receptor para IL-2
Regulación de la acción de las 1. La GGEV posee receptores solubles para factores del
Proteínas del complemento complemento (CR1 soluble)
2. Favorece la solubilización de complejos inmunes circulantes y
depositados en los tejidos
3. Modula la incorporación sobre las células blanco de los
factores derivados del complemento (C3b, C4b, C6-C9)
Indicaciones de la GGEV
Considerando la anterior clasificación de los mecanismos de acción, se pueden dividir las indicaciones
para la terapia con GGEV en dos tipos: la reposición de IgG en las inmunodeficiencias y su uso como
un agente inmunorregulador (tabla 4).
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MECANISMO INDICACIONES
Deficiencias combinadas
Indicación absoluta
Inmunodeficiencia severa combinada
Síndrome de Wiskott-Aldrich
Ataxia Telangiectasia
Deficiencia combinada no severa
Indicación relativa
Síndrome de DiGeorge
Enanismo con extremidades cortas
2. Inmunodeficiencias Secundarias
Infección Pediátrica por el VIH
Leucemia Linfocítica Crónica de Células B
Transplante de Médula Ósea Reciente
3. Síndrome de Guillain-Barré
Las indicaciones absolutas para el suministro de GGEV son: las inmunodeficiencias primarias
(humorales y combinadas), la leucemia linfocítica crónica de células B, la infección pediátrica por el
VIH, la enfermedad de Kawasaki, el púrpura trombocitopénico agudo de causa inmunológica, el
transplante de médula ósea reciente, el síndrome de Guillain-Barré, la púrpura pos transfusional, y la
polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica.
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Si existe una buena tolerancia, en las siguientes aplicaciones se recomienda: iniciar a 2 mg IgG/ Kg/
min, y cada 30 minutos incrementar a 4, 6, y 8 mg IgG/ Kg/ min; se puede continuar aumentando hasta
la máxima velocidad de infusión que sea bien tolerada por el paciente, con incrementos cada 10
minutos. Algunos pacientes toleran bien hasta 32 mg IgG/ Kg/ min.
Se previenen iniciando las infusiones de GGEV a velocidades lentas y con aumentos graduales, sin
sobrepasar las recomendaciones anotadas previamente. Cuando esta reacción es recidivante en un
paciente, es útil la premedicación con acetaminofén, aspirina o aún hidrocortisona IV, 1 hora antes de
la infusión
Por fortuna es poco frecuente, pero implica un alto riesgo de muerte para el paciente si no se sospecha,
detecta y recibe un tratamiento oportuno; puede ser desencadenada aún por volúmenes muy pequeños
de GGEV, y es muy rara después de 6 o más aplicaciones de GGEV sin complicaciones. Se previene
evitando la infusión de GGEV a pacientes con carencia selectiva de IgA que tengan niveles y función
normal de otras inmunoglobulinas.
El tratamiento indicado es: una urticaria leve que se presenta en la fase final de la infusión se maneja
con difenhidramina IV; si esta misma reacción se presenta en los primeros minutos del inicio de la
aplicación, se debe parar la infusión inmediatamente y suministrar difenhidramina IV. Cuando al
iniciar la administración de la GGEV se presenta rápidamente una urticaria moderada a severa, con o
sin síntomas sistémicos, se debe parar de inmediato la infusión, suministrar epinefrina y luego
difenhidramina. El paciente debe ser monitorizado durante al menos dos horas después de la
recuperación completa.
Reacción tipo enfermedad del suero: se observa en pacientes con infecciones bacterianas agudas que
no reciben tratamiento antibiótico. Se previenen diagnosticando adecuadamente esas infecciones y
suministrando el antibiótico necesario en cada caso; se tratan con AINES y el manejo específico de la
infección.
Cefalea Migrañosa: algunos pacientes desarrollan cefaleas tipo migraña durante o después de la
aplicación de GGEV, aún en individuos sin antecedentes de esta sintomatología; se han observado
tanto en tratamientos con bajas dosis como en aquellos de dosis altas. Reportes anecdóticos sugieren su
prevención con compuestos administrados antes de la infusión, que contienen Sumatriptan.
Meningitis aséptica: es la reacción adversa más frecuentemente observada cuando se usan las dosis
altas inmunomoduladoras de GGEV (1 a 2 g IgG/ Kg); afortunadamente, es una forma autolimitada de
meningitis que no requiere tratamiento específico.
Se han informado otras escasas reacciones asociadas con altas dosis de GGEV o con daño orgánico
preexistente, como eventos tromboembólicos, falla renal, anemia hemolítica con Coombs positivo y
efectos metabólicos y hematológicos (hiperosmolaridad, hiponatremia, aumento en la viscosidad
sanguínea, leucopenia y trombocitopenia).
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Este producto se obtiene por el mismo proceso de producción de la gamaglobulina endovenosa, pero se
utilizan donantes que tengan títulos altos de anticuerpos IgG contra un determinado antígeno de interés.
Sus indicaciones se pueden clasificar en tres categorías: a) de utilidad comprobada; b) sin utilidad
comprobada; c) en estudio. A continuación se revisan algunos productos.
Las personas expuestas y las convalecientes deben ser vacunadas contra el tétanos en un sitio diferente
al de la aplicación de la gamaglobulina, y con una aguja distinta. Está en discusión el uso de 250 U de
GGHI intratecales en los casos leves o moderados; esta vía no es útil en los casos severos.
Cuando ha tenido lugar una transfusión con sangre positiva para el virus de hepatitis B, se puede
buscar la protección con dosis mayores (0.1 a 0.2 ml/ kg en niños o 10 ml en los adultos).
En el caso de una exposición perinatal, cuando la madre es positiva para HBsAg y/o HBeAg, hay un
riesgo superior al 85% de desarrollar infección crónica y algunos niños sufrirán cirrosis o carcinoma
hepático. Se protege al 90% de los niños expuestos con el siguiente esquema: 0.5 ml de la GGHI IM ó
1 ml/ Kg de la forma IV, en las primeras 12 horas más una dosis de vacuna (con refuerzos al mes y al
sexto mes); si la aplicación se hace después de las 72 horas del parto, el porcentaje de protección es
bajo.
Se encuentran presentaciones para uso IM (Hepumán ampollas de 2 ml con 400 UI; Gamma Protect
Hepatitis ampollas de 0.5, 1, 3 y 5 ml) y para uso IV (Hepatect ampollas de 2 y de 10 ml al 10%;
Hepuman IV ampollas de 3ml con 400 UI).
La dosis recomendada es de 15 mg/ Kg/ mes. Con su uso debe posponerse la aplicación de las vacunas
triple viral y varicela hasta 9 meses después de la última dosis.
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Se dispone presentaciones comerciales para uso IM (Gamma Protect Varicella, ampollas de 3 y 5 ml)
e IV (Varitec ampollas de 5, 20 y 50 ml: 1 ml/ kg como profiláctico y 2 ml/ kg como terapia).
La dosis, después de un parto no complicado, es de 300 microgramos (1 ampolla) por vía IM. Si se ha
presentado hemorragia feto-placentaria, se debe hacer el cálculo de la cantidad de sangre fetal que ha
pasado a la madre, buscando en la sangre de ésta última la hemoglobina fetal; se procede luego a
aplicar de 50 a 100 microgramos de la GGHI anti Rh por cada ml de sangre fetal. Se discute su uso en
madres ya sensibilizadas (con anticuerpos anti D).
Cuando se efectúan procedimientos invasores a la madre (agujas o sondas al útero), se debe aplicar a la
madre una dosis de 75 a 100 microgramos por vía IM.
Algunos de los preparados se aplican vía IV conservando las dosis anotadas (Rhesuman IV). Las
presentaciones se encuentran en ampollas de 250 y 300 microgramos (Rhogam, Rhesuman,
Rhesinotiv, y Anti-Rh300).
Existe una gamaglobulina IV contra Klebsiella y Pseudomonas aeruginosa para usar a una dosis de
300 mg/ Kg; su presentación es en ampollas de 2,5 gr en liofilizado con 50 ml de solvente
(Nosocumar).
Se obtienen por la inmunización de animales con las proteínas de interés; de aquellos animales que
responden produciendo anticuerpos específicos contra los antígenos aplicados, se separa el suero para
purificar los anticuerpos y estandarizar su concentración. En caballos se han logrado preparar sueros
contra tétanos, botulismo, difteria, gangrena gaseosa (antitoxinas); anti venenos de serpientes (suero
antiofídico), anti veneno de avispas o de araña (viuda negra) y suero antirrábico. Por ser heterólogos
(originados en una especie diferente), la protección que confieren es corta (5 a 10 días) y pueden llevar
a la sensibilización del receptor; de ahí la necesidad de hacer siempre pruebas de sensibilidad previa.
Para evitar la sensibilización, siempre que sea posible deben preferirse las inmunoglobulinas de origen
humano (hiperinmunes).
Si las pruebas de sensibilidad son negativas se puede aplicar la dosis total por vía IM, excepto cuando
se desea una concentración alta; en este caso, se procede a utilizar la vía IV iniciando con 0.5 ml de
suero animal diluido en 10 ml de solución salina o dextrosa al 5%; se esperan 30 minutos y si no hay
problemas se aplica el resto del suero diluido 1:20 a una velocidad máxima de 1 ml/ min.
Si las pruebas de sensibilidad son positivas, se debe proceder así (teniendo lista la jeringa con
adrenalina):
• Aplicar por vía SC 1 ml del suero diluido 1:10 en solución salina y esperar 30 minutos; si no hay
reacción, aplicar por la misma vía 1 ml del suero sin diluir y esperar 30 minutos y si no se
presenta reacción, proceder como en el paciente con pruebas negativas.
• Si hay reacción y no se puede reemplazar el suero por inmunoglobulina o suero humano, se debe
proceder a desensibilizar el paciente; para ello, se aplica cada 15 minutos una dosis con el
siguiente esquema:
DOSIS CANTIDAD DILUCIÓN VIA
la 0.05 ml 1:20 SC
2ª 0.1 ml 1:10 SC
3a 0.3 ml 1:10 SC
4a 0.1 ml Sin diluir SC
5a 0.2 ml Sin diluir SC
6ª 1.0 ml Sin diluir SC
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Si hay una adecuada tolerancia, se aplica luego aplicar el resto del suero por vía IM.
Reacciones adversas
Anafilaxia: ocurre durante o poco después de la aplicación y se presenta como cianosis, hipotensión,
urticaria, edema angioneurótico, choque, inconciencia. Se debe tratar con adrenalina a dosis de 0.01
mg/ kg de peso IM; si no hay mejoría se aplican otra dosis de 0.01 mg/ kg vía IM ó IV, lentamente y
diluido 1:10 en salina; esta dosis puede repetirse en 5 a 15 minutos si hay necesidad. Para el manejo de
la urticaria y el edema se deben adicionar antihistamínicos y esteroides.
Hiperpirexia: se presenta en las 2 primeras horas después de la aplicación del suero; se trata con
medios físicos y salicilatos.
Enfermedad del suero: se caracteriza por adenopatías, artritis, nefritis y fiebre presentes entre los 7 a
12 días de la primera dosis, o antes del décimo día después de la segunda dosis. Se debe tratar con
esteroides.
II. CITOQUINAS
Las citoquinas son proteínas mensajeras que ejercen su acción en forma autocrina o paracrina,
produciendo efectos muy variables que comprenden la modulación de la respuesta inmune, el
crecimiento y diferenciación de las células hematopoyéticas, la regeneración tisular y la angiogénesis.
Para desarrollar su función deben interactuar con receptores específicos localizados, la mayoría de las
veces, en la superficie celular.
Existen dos tipos importantes de IFNs tipo I, α y β, los cuales son producidos por la mayoría de las
células del organismo; sin embargo, el IFNα es producido en mayor cantidad por los leucocitos
mientras que el IFNβ es secretado principalmente por los fibroblastos. Estas citoquinas tienen una
diversa gama de actividades biológicas, como: acción antiviral, regulación de la diferenciación y
crecimiento celular, inhibición de la angiogénesis, incremento de la expresión de las moléculas del
complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) y otros efectos inmunomoduladores.
La producción de estas citoquinas se induce por diversos estímulos como las infecciones virales, los
productos bacterianos, los polinucleótidos y otras citoquinas; muchas infecciones virales llevan a la
síntesis de ARN de doble cadena que induce la producción de los IFNs. Los IFNs tipo I utilizan el
mismo receptor sobre la superficie celular, el cual se encuentra expresado en prácticamente todos los
tipos celulares; este receptor consta de dos cadenas conocidas como IFNA-RI e IFNA-RII.
Mecanismos de acción
Estas proteínas son producidas por las células infectadas para inducir un efecto directo antiviral en las
células vecinas aún no infectadas; es decir, los IFNs no realizan sus efectos antivirales actuando
directamente sobre las partículas virales, pero inducen un estado “antiviral” en las células que las torna
en un mal ambiente para la replicación y supervivencia viral. Parte de estas acciones pueden deberse a
la activación del sistema de la oligoadenilato 2’-5’ sintetasa-nucleasa, la cual activa una
endoribonucleasa intracelular latente con capacidad para degradar el ARNm viral.
La actividad antiviral de los IFNs I es también mediada por la inducción de proteínas kinasas
dependientes del ARN de doble cadena, las cuales fosforilan las proteínas P1 y elF-2a (factor iniciador
de la traducción y factor elongador) que llevan a la inhibición de la traducción del ARN mensajero
viral. Adicionalmente, los IFNs I alteran la función de las glicosiltransferasas y de este modo pueden
afectar la glicosilación de las proteínas virales alterando el empaquetamiento.
Los IFNs I favorecen el reconocimiento por los linfocitos T CD8+ de las células infectadas por virus
debido a que incrementan la expresión de las moléculas HLA tipo I; ellos también incrementan la
capacidad funcional de los monocitos/macrófagos y las células NK, e inhiben la proliferación de los
linfocitos T maduros.
En la esclerosis múltiple se especula que el IFN β tiene varios mecanismos de acción como:
estabilización de la actividad de las células T supresoras, inhibición de la activación de las células T y
de la producción y el efecto del IFN γ, y eliminación de las infecciones virales latentes del SNC. La
actividad antitumoral de los IFNs tipo I se considera que se debe a: efectos anti proliferativos por
inhibición de la expresión de oncogenes, regulación positiva de la diferenciación celular, citotoxicidad
directa, aumento de la citotoxicidad de las células T, NK y macrófagos, cambios en la expresión de
moléculas de superficie, y efectos hormonales.
Los IFN tipo I son también inhibidores de la angiogénesis debido a que inhiben la proliferación de las
células endoteliales; 30 a 40% de los pacientes con Sarcoma de Kaposi (enfermedad angioproliferativa)
responden a la terapia con IFN α; este efecto ha permitido extender su beneficio al tratamiento de los
hemangiomas benignos pero riesgosos de la infancia, como una segunda opción después de los
esteroides.
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Indicaciones
Se ha aprobado el uso en humanos de los IFN tipo I para las siguientes enfermedades:
• IFN α: leucemia de células peludas, sarcoma de Kaposi en pacientes con SIDA, condiloma
acuminado, hepatitis C crónica y hepatitis B crónica
• IFN β: esclerosis múltiple
Sin embargo, se han adelantado muchos estudios clínicos que han demostrado su efectividad en
enfermedades como leucemia mieloide crónica, mieloma múltiple, linfomas no Hodgkin, carcinoma de
células renales, melanoma maligno, micosis fungoide, carcinomas de piel (escamoso y de células
basales), cáncer de vejiga y colorectal, síndrome carcinoide, displasia del cuello uterino, infección
latente por el VIH, y las infecciones de piel y laringe producidas por los papilomavirus (papilomatosis
laríngea).
Cuando se suministran altas dosis de IFN, se puede desarrollar toxicidad hematológica que lleva a
anemia, leucopenia y trombocitopenia; en este caso también se observan síntomas gastrointestinales
como nausea, vómito y diarrea. A nivel del sistema nervioso se pueden presentar alteraciones mentales,
depresión y neuropatía periférica.
La presencia de autoanticuerpos (ANA, anti músculo liso, anti tiroides) antes de la terapia con IFN tipo
I incrementa el riesgo de desarrollar autoinmunidad sintomática; el tratamiento con IFN alfa puede
inducir procesos autoinmunes, y su uso se ha asociado con la exacerbación de enfermedades como la
psoriasis y la tiroiditis.
El IFNγ se sintetiza por los linfocitos T activados (tipo Th1) y las células NK. Sus acciones fisiológicas
inmunomoduladoras comprenden la inmunidad innata y adaptativa, y se deben a la acción sobre un
receptor celular compuesto por dos cadenas denominadas RI-IFN (CD119) y RII-IFN, las cuales se
expresan en todas las células nucleadas del organismo. El IFNγ es un potente factor activador de los
macrófagos y las células NK, además inhibe la producción de citoquinas tipo Th2.
Se encuentra en estudio su utilidad para tratamiento de neoplasias hematológicas (con buena respuesta
en la leucemia mieloide crónica), en melanomas y carcinoma renal; es la terapia ideal para la
enfermedad granulomatosa crónica cuando no se puede realizar terapia con células madres
hematopoyéticas. Como posibilidades para el futuro se encuentran su uso para el manejo de infecciones
crónicas intracelulares (lepra, TBC), en la encefalitis asociada al SIDA, en problemas alérgicos y
fibróticos.
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El GM-CSF también tiene un efecto local sobre la función y viabilidad de las células de Langerhans de
la epidermis madura. Las células CD34+ se pueden inducir in vitro, para que se diferencien en células
dendríticas, en la presencia de GM-CSF y TNFα, con un incremento de 10 a 20 veces en la expresión
de CD1 y altos niveles de HLA-DR.
Se han obtenido tres GM-CSF sintéticos, empleando la tecnología del ADN recombinante en sistemas
de expresión de bacterias, levaduras y mamíferos: sargramostim, molgramostim y el regramostim.
Estas preparaciones no son idénticas, se diferencian por sus secuencias específicas de aminoácidos y el
grado de glicosilación.
Indicaciones clínicas
La infusión del GM-CSF produce un incremento, dosis dependiente, de 7 a 10 veces del número de
neutrófilos, monocitos y eosinófilos que empieza en la primera semana, por aumento de la
proliferación y diferenciación en la médula ósea. Después de suspender el tratamiento, las líneas
mieloides entran en una fase inactiva de rebote. Los progenitores de todas las líneas hematopoyéticas
se incrementan 3 a 20 veces después de la aplicación prolongada, por lo cual se pueden cosechar
células para realizar transplante autólogo.
Las indicaciones clínicas para la aplicación del GM-CSF se basan en las recomendaciones de la
Sociedad Americana de Oncología (ASCO), con base en evidencias de estudios clínicos de fase III y en
otras sugerencias recientes (tabla 7).
El G-CSF actúa sobre el linaje de los neutrófilos, incluyendo los progenitores mieloides (unidades
formadoras de colonias de granulocitos y monocitos) y sobre precursores mieloides morfológicamente
identificables. El G-CSF está transcrito en forma constitutiva en diversos tipos celulares: fibroblastos,
células endoteliales y macrófagos.
La administración del G-CSF recombinante humano derivado del E coli en dosis mayores de 10 ug/ Kg
de peso/ día por vía IV o SC, produce una disminución aguda de los neutrófilos y los monocitos
circulantes en la primera hora, seguido por un incremento, dosis dependiente, de los neutrófilos y de
algunas formas en banda, para alcanzar niveles de 100.000/ul en los primeros siete días. Después de
suspender la aplicación de G-CSF, el número de neutrófilos circulantes cae rápidamente. Evidencias
experimentales demuestran que el papel primario del G-CSF es el de mantener los niveles normales de
neutrófilos, además de respaldar las respuestas agudas contra la infección. El G-CSF tiene poco efecto
sobre los monocitos, basófilos y eosinófilos.
Indicaciones clínicas
El perfil de baja toxicidad que presenta la aplicación de G-CSFrH, ha permitido su uso como terapia
adjunta en neoplasias, trasplante de médula ósea (TMO), infecciones que amenazan la vida y para
incrementar la respuesta inmune en pacientes inmunodeficientes y en ancianos. Sus indicaciones
clínicas se basan en las recomendaciones de la ASCO y en otras sugerencias recientes (tabla 7).
El G-CSF (filgrastim) es bastante inocuo aún años después de la administración en pacientes con
neutropenia cíclica; un número pequeño de ellos desarrolla esplenomegalia. Las reacciones alérgicas
son raras (< 1/20.000) ya que el compuesto no es antigénico. Los efectos secundarios después de la
aplicación de GM-CSF (molgramostim) son más frecuentes; esto puede estar relacionado con su acción
sobre los macrófagos. La fiebre (20% de los pacientes que lo reciben) crea confusión en la evaluación
de las respuestas de los tratamientos para las infecciones; se acompaña en ocasiones de mialgias y de
un síndrome semejante a la influenza.
El 25% de los pacientes que reciben la primera dosis IV de molgramostim, presentan enrojecimiento de
la cara, taquicardia, hipertensión, dolores osteomusculares, disnea, nauseas, vómito, escalofrío,
desaturación de oxígeno y síncope. La causa puede ser la liberación de mediadores vasoactivos que
inducen desajustes en la ventilación/perfusión intrapulmonar. En raras ocasiones ocurren reacciones
autoinmunes: hemólisis, vasculitis cutánea, síntomas de artritis reumatoidea.
E. Interleuquina 2
La IL-2 se produce principalmente por los linfocitos T CD4+ luego de la presentación antigénica, y se
incrementa por otras citoquinas como la IL-1 y la IL-6. Para desplegar sus acciones debe interactuar
con un receptor heterotrimérico compuesto por las cadenas α, β y γ, el cual se expresa en la superficie
de los linfocitos T (ayudadores y citotóxicos), B, células NK, monocitos, macrófagos y
oligodendrocitos; la unión a este receptor genera transducción de señales que finalmente inducen la
entrada al ciclo celular y la expresión de una variada gama de genes.
La IL-2 es una citoquina con importantes funciones inmunomoduladoras cuya acción se extiende a
diferentes subpoblaciones de leucocitos, siendo más reconocida la capacidad de activar los linfocitos T
para inducir su proliferación y producción de citoquinas; también, es una de las citoquinas más
importantes para la proliferación y actividad citotóxica de las células NK.
Mecanismo de Acción
La IL-2 recombinante hace que los linfocitos citotóxicos incrementen su actividad contra un amplio
tipo de células tumorales, de donde proviene su indicación en el tratamiento de diferentes neoplasias;
los linfocitos activados por la IL-2 se conocen como LAK (células asesinas activadas por linfoquinas),
las que tomas un fenotipo similar a los linfocitos grandes granulares y adquieren marcadores de
superficie como el CD16+ y CD56+ (fenotipo NK).
También se ha utilizado la combinación de IL-2 con terapia celular, con el uso de linfocitos infiltrantes
de tumores expandidos y potenciados por esta citoquina; la reinfusión de estas células se acompaña de
IL-2 IV adicional para intentar erradicar el tumor. En un acercamiento similar, las células CD8+ de
pacientes con Sarcoma de Kaposi y SIDA se estimulan con IL-2 y se administran para buscar la
regresión del tumor
También se observan: ganancia de peso por retención hídrica; oliguria por azoemia prerenal;
manifestaciones gastrointestinales (nauseas, vómito y diarrea) y gastritis que mejora con el uso de anti
H2; toxicidad cardiovascular (hipotensión, taquicardia, arritmias, infarto miocárdico agudo),
complicaciones neurológicas (confusión, somnolencia, coma), toxicidad hematológica (anemia,
trombocitopenia, eosinofilia), hipotiroidismo.
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F. Interleuquina 7
Es una proteína producida fundamentalmente por las células del estroma de la médula ósea, el timo,
bazo y riñón. Su receptor específico tiene una cadena α y la cadena gamma común; se expresa en
células pre-B, timocitos y macrófagos de la médula ósea. Su efecto más importante es la inducción de
la proliferación de las células pre-B y timocitos, pero también tiene la capacidad de estimular la
actividad citotóxica de los linfocitos CD8+ y la acción tumoricida de los monocitos - macrófagos y
células NK.
Mecanismos de Acción
Inducción de la actividad LAK en linfocitos T CD8+ y células NK; potencia la actividad tumoricida de
células de la línea monocito - macrófago.
G. Interleuquina 12
La IL-12 es producida por los macrófagos activados y los linfocitos B. Su receptor es una proteína
expresada en las células T activadas y NK. La mayor producción de IL-12 se da en las células
fagocíticas, especialmente monocitos y macrófagos, activadas por bacterias y gérmenes intracelulares;
también se secreta por células dendríticas, de Langerhans y algunas líneas de linfocitos B.
Sus principales acciones son: activación de los linfocitos T induciendo un patrón tipo Th1; induce la
producción de IFN gamma y GM-CSF por los linfocitos Th1 y las células NK; incrementa la actividad
citotóxica de las células T CD8+ y NK.
Mecanismos de Acción
Estimula la capacidad citotóxica de las células NK y los linfocitos CD8+ luego de inducir la
producción de IFN gamma por los linfocitos T y células NK; además, en estas células estimula la
expresión de proteínas de los gránulos citotóxicos y de moléculas de adhesión relacionadas con la
unión a las células blanco.
En modelos animales, el uso de la IL-12 como un adyuvante en vacunas ha demostrado ser útil en la
inducción de una respuesta tipo Th1 para lograr una mayor eficacia.