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INTRODUCCIÓN

Los paleontólogos tenemos corno objetivo fundamental prospectar en el campo,


encontrar yacimientos, excavarlos con métodos rigurosos, estudiar los fósiles,
publicarlos en revistas especializadas, y divulgarlos en los congresos, pero creo
que a estas tareas- las más propias de la profesión- se pueden añadir otras que la
sociedad moderna nos exige, corno es la divulgación científica y la preservación
de los yacimientos.
Cuando en 1985 el gobierno central transfirió a las comunidades autónomas
las competencias en cultura, los paleontólogos españoles pasarnos a depender de
ellas, y para prospectar y excavar era necesario solicitar los permisos pertinentes.
También los fósiles extraídos debían depositarse en los museos de las comunidades
autónomas. En mi caso era evidente que la mayor parte de mi trabajo se debía
desarrollar en Granada y Cartagena. Estos importantes y determinantes cambios
administrativos aún no están asimilados por muchos centros de investigación.
En mi caso decidí anticiparme a los acontecimientos y la mejor manera era
fundar un museo en Orce e intentar dotarlo de los medios necesarios. En Cartagena
ya existía el Museo Arqueológico Municipal, donde están depositados todos los
fósiles de Cueva Victoria y en el que se trabaja muy a gusto.

HISTORIA DE UN MUSEO

En 1985 fue el último año que excavamos con tranquilidad. Hacia octubre o
noviembre- no recuerdo- el periódico Ideal de Granada publicó un titular espantoso
que hacía prever los futuros acontecimientos. El titular decía con grandes letras:
"Granada se retira de las excavaciones de Orce". Es decir, estabamos solos yo y
los míos: jóvenes investigadores en período de formación y muchos voluntarios
entusiastas. Para mí, éramos suficientes, pues en realidad el término "Granada" se
refería a Isidro Toro y Lourdes Martín Suárez, dos jovenes investigadores granadinos
con los que colaboramos en los años 1983 y 1984. Sí es verdad que detrás de ellos
estaban otros intereses que no voy a considerar por la naturaleza de este libro.
A pesar del titular se nos concedió permiso de excavación; era muy consciente
de las dificultades futuras, por lo que tenía que ser muy riguroso con todas las complejas
y dificultosas legislaciones autonómicas: lo primero era depositar los fósiles extraídos
durante la campaña. Así que propuse al alcalde Don Vicente Burgos que los fósiles
quedaran bajo su responsabilidad en el último piso de la Torre de Homenaje de la
Alcazaba de las Siete Torres. Se firmó un documento de depósito.

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Esta situación era transitoria. Era necesario convertir la Torre de Homenaje en
museo. Esto sucedió en 1986, un año en el que nos denegaron el permiso para
excavar en Venta Micena. Era la primera contrariedad a la que seguirían muchas
más. Para mí fue un año muy doloroso, pues veía a mi compañero el Dr. Agustí
trabajar sin dificultades en la búsqueda de fósiles, mientras que nosotros deambulábamos
por Orce esperando el milagro del permiso. Recuerdo haber pasado mucho tiempo
sentado frente al fax del ayuntamiento a la espera, desesperante, de una llamada o
algún tipo de comunicación de la Dirección General, llamada que nunca llegaba.
En esta situación decidí hacer algo positivo y convencí a don Vicente de la
necesidad de trasformar la Torre del Homenaje en Museo, lo que le pareció
magnífico; nos pusimos manos a la obra. Todos trabajamos intensamente. Fue
necesario mucha improvisación, aprovechar materiales de las escuelas y construir
vitrinas con nuestro presupuesto.
En la planta baja estaban las vitrinas que compró Paco Ramírez en 1983 para
la presentación del "Hombre de Orce". Eran muy buenas y decidimos mantener la
sala como estaba añadiendo mejores fósiles y algunas ilustraciones.
Como entre nosotros había especialistas en varías épocas, decidimos recuperar
algún material del Cerro de la Virgen e instalarlo en la primera planta. Recuerdo
muy bien a Rafael Romero- un arqueólogo madrileño- clasificando y dibujando
fragmentos de cerámica argárica, y a Josep Canals dibujando el letrero del museo.
Mi mujer, Pepa, pintó un gran cuadro del Cerro de la Venta sobre un gran tablero
que colgarnos en la pared, lo que contribuía a enriquecer la pobre sala (desconozco
su ubicación actual); también pintó un excelente paisaje fósil de Venta Micena.
Para la segunda planta encargamos vitrinas bastante originales y funcionales-
y que posteriormente llenamos de fósiles de Venta Micena-, al carpintero Nicanor,.
En las escaleras y paredes colgarnos ilustraciones, escritos y fotografías de 1982,
tomadas durante la primera excavación del yacimiento, fotografías históricas que
han desaparecido (Fig. 203 a y b)
En la tercera planta depositamos los fósiles de Venta Miccna, con lo que cumplíamos
la normativa. Los fósiles de Orce se quedaban en Orce. Era un gran reto.
El museo tenía mucha dignidad para su época. Se inauguró con solemnidad y
el Dr. Gómez propuso que llevara mi nombre y que el ayuntamiento me nombrara
"Hijo Adoptivo". Se recogieron firmas en el pueblo y así fue.
Durante el verano del 86 y los sucesivos, nos encargamos de abrir el museo y
enseñarlo a los visitantes.

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Figura 203.-A: Museo Municipal de Prehistoria y Paleontología "José Gibert" instalado en la Alcazaba
de las Siete Torres (planta baja).B: José Gibert explicando el museo al Alcalde de Orce, Don Vicente
Burgos el día de la inauguración en verano de 1986.


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El museo se fue ampliando. Trasladamos, por mi iniciativa, la cuadrícula de
los ocho cráneos a la segunda planta, que he mencionado en capítulos anteriores de
este libro, lo que significó una gran mejora. Más tarde y a cuenta de la Escuela-
Taller, y de acuerdo con mi decisión como Director de las excavaciones, se expuso
una segunda cuadrícula que representaba una típica acumulación realizada por
carnívoros.
Después, se habilitó la tercera sala con las industrias líticas de Fuentenueva 3-
algunos moldes de cráneos fósiles e industrias africanas que compré en Nairobi y
cedí al museo (creo que también se han perdido)-, y la acción antrópica de Venta
Micena y el cráneo de Orce superpuesto a un Horno ergaster.
Del museo se hizo un tríptico con el fragmento craneal VM-0 como bandera y
varias promociones a las escuelas, por lo que durante la semana era visitado con
frecuencia por nutridos grupos de escolares, y los fines de semana, por curiosos.
No era mucho, pero era un inicio y contribuía a divulgar el patrimonio, que era el
objetivo fundamental.
En sus etapas iníciales el museo fue muy criticado por los técnicos de Cultura.
Le veían múltiples defectos y ninguna virtud, pero en ningún caso consideraban
los medios con los que se había construido y las limitaciones de su ubicación. Pero
por fin el museo fue legalizado, aunque en el decreto del BOJA no se reconoce su
nombre original.

ACTIVIDAD CIENTÍFICA

El museo no sólo disponía de un espacio físico, sino que lo dotamos de


gran actividad divulgadora a nivel científico. Por ejemplo la monografía de 1992
titulada "Presencia Humana en el Pleistoceno inferior de Granada y Murcia", con
21 artículos científicos y prólogo de Yves Coppens, fue editada por el Museo de
Prehistoria y Paleontología "José Giben" así como en las actas del Congreso
Internacional de Paleontología Humana, un tomo con 600 paginas.
También realizamos actividades académicas, como el curso de Geología,
Paleontología y Arqueología del año 1997 - que ya he mencionado antes-, al que
asistieron casi 100 alumnos, y presentamos comunicaciones en congresos
basándonos en estas actividades como nuestra ponencia y póster presentados en el
Congreso de Granada sobre "Comunicar la ciencia en el siglo XXI".
Una noche estaba cenando en Mari Cruz- un bonito y recogido salón que
consideraba mi casa- y vinieron a visitarme unos buenos ciudadanos de Orce entre

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los que se encontraba Pepe Navarro, y me dijeron si estaba dispuesto a trasladarme
a vivir a Orce. Esta invitación me dio la idea de dar un paso más, pues creía
firmemente que el mejor modo de dar a conocer el patrimonio de Orce era realizar
las investigaciones paleontológicas y arqueológicas directamente en el pueblo.
Había suficientes infraestructuras y sólo se precisaba ubicar a los científicos. Inicié
las actuaciones para llevar a buen puerto ese ambicioso plan.
El primer organismo con el que hablé fue la Diputación de Barcelona, que
estaba dispuesta a concederme una comisión de servicios por la que me podría
trasladar a Orce sin que supusiera ningún coste a las administraciones andaluzas.
Al ayuntamiento de Orce y a su alcalde J.R. Martinez Olivares, también les pareció
correcta la idea, por lo que prepararon un convenio de colaboración con la
Diputación mediante el cual yo me trasladaba a Orce como Director en funciones
del Museo de Prehistoria y Paleontología.
Como la actividad científica no la puede realizar un solo investigador,
conseguimos, gracias a la actuación conjunta de todos los partidos representados
en la Diputación de Granada, un convenio por el que esta institución financiaba
dos becas y dietas para investigadores. Por mi parte había convencido a la Dra.
Florentina Sánchez y al Dr. Francec Ribot para que se transladaran a Orce y
montaran un embrión de equipo. Florentina y Francesc son dos excelentes
investigadores muy bien formados y con amplia experiencia. Era un equipo
excelente con el que Orce hubiera dado un salto cualitativo.
Recuerdo la reunión muy esperanzadora y optimista de la Diputación de
Granada. Nos citaron en el despacho del Presidente, que en aquel momento era el
Exmo. Sr. A. India, al que conocía por sus visitas a Orce. Le acompañábamos
Juan de Dios Martínez Soriano- un buen amigo farmacéutico de Orce y diputado
del Partido Popular-, el alcalde de Orce, José Ramón Martínez Olivares y el Teniente
Alcalde, Pepe Navarro. La entrevista fue muy distendida y agradable. Todos querían
potenciar Orce y consideraban que nuestra presencia en el pueblo como
investigadores era un acierto.
En resumen, había acuerdos entre instituciones y financiación, por lo que me
trasladé a Orce durante unos meses para acelerar el proceso. Viví en el Palacio de
los Segura sintiéndome muy a gusto; fue una etapa de reflexión y crecimiento
intelectual, pero que no conseguí los objetivos previstos ya que hubo oposición
por parte de Granada y el proyecto naufragó.
Lo volvimos a intentar de nuevo con otra estrategia. El ayuntamiento presentó
un nuevo proyecto de Escuela Taller, que se denominaría "Orce Patrimonio de la

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Humanidad". Colaboré en lo que pude en la redacción de este proyecto que finalmente
se aprobó, y lo firmó el entonces ministro Manuel Pimentel, un enamorado de su
tierra y de su historia. El proyecto era ilusionante, pues se trataba de poner en valor
los yacimientos y el museo, objetivos que me interesaban y entraban en mi profesión.
Se me propuso como Director de la Escuela Taller y acepté, aunque para mi
era un gran sacrificio, pues no era lo mismo Director del Museo que de la Escuela
taller, pero estaba dispuesto a todo y no me importaba volver a mi antigua profesión
de docente. Al alcalde le pareció bien y mi nombre salió en la prensa, pero la
operación fracasó por las mismas razones que la anterior. En una comida muy
dolorosa con muchos políticos, me propusieron esta disyuntiva: si era director de
la Escuela Taller debía renunciar a dirigir las investigaciones. Yo siempre he pensado
que las dos ocupaciones eran compatibles, pero la disyuntiva era firme y tuve que
optar por la ciencia. Otra ocasión fallida.
Así que a mis años y después de múltiples intentos no he conseguido mi
objetivo a pesar de haber puesto todos los medios. Alguien no me quiere en Orce.
Recientemente el alcalde de Orce, José Ramón Martínez Olivares, ha nombrado
Director del Museo de Prehistoria y Paleontología "José Gibert" a Isidro Toro.
Fin de la historia.
Del museo ya han quitado todos los vestigios de la acción antrópica en Venta
Micena como por ejemplo las fotografias de las excavaciones de 1982- durante las
que encontramos el famoso cráneo VM-0 (lo que no deja de tener un valor
subliminal)- y se han perdido o no se encuentran las industrias que cedí. El nombre
de Jose Gibert ya no figura a la entrada del Museo, quizas para sancionar más
nuestra marginación y eliminar cualquier vestigio de nuestra presencia en Orce.
Espero que no lo consigan y que el alcalde no lo consienta, pues como museo
municipal que es, él es su máximo responsable.
Para finalizar quiero citar las palabras que Leandro Castellar, alcalde de Orce
en el año 1992, escribió en el prólogo de la monografía titulada "Presencia Humana
en el Pleistoceno inferior de Granada y Murcia". Dice Leandro Castellar:
"En resumen, nos gustaría que todas las administraciones entendieran que los
bienes culturales nos pertenecen a todos y que quienes los tienen que disfrutar, en
primer lugar, son los que han vivido en su entorno durante generaciones. Y más
aún si están dispuestos, como en nuestro caso, a poner los medios para conservarlos,
divulgarlos y estudiarlos. El Museo de Prehistoria y el Palacio de los Segura
tienen esta finalidad: son dos joyas al servio de la ciencia y su divulgación, y con
ello creemos que pueden contribuir al progreso de nuestro pueblo.

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Humanidad". Colaboré en lo que pude en la redacción de este proyecto que finalmente
se aprobó, y lo firmó el entonces ministro Manuel Pimentel, un enamorado de su
tierra y de su historia. El proyecto era ilusionante, pues se trataba de poner en valor
los yacimientos y el museo, objetivos que me interesaban y entraban en mi profesión.
Se me propuso como Director de la Escuela Taller y acepté, aunque para mi
era un gran sacrificio, pues no era lo mismo Director del Museo que de la Escuela
taller, pero estaba dispuesto a todo y no me importaba volver ami antigua profesión
de docente. Al alcalde le pareció bien y mi nombre salió en la prensa, pero la
operación fracasó por las mismas razones que la anterior. En una comida muy
dolorosa con muchos políticos, me propusieron esta disyuntiva: si era director de
la Escuela Taller debía renunciar a dirigir las investigaciones. Yo siempre he pensado
que las dos ocupaciones eran compatibles, pero la disyuntiva era firme y tuve que
optar por la ciencia. Otra ocasión fallida.
Así que a mis años y después de múltiples intentos no he conseguido mi
objetivo a pesar de haber puesto todos los medios. Alguien no me quiere en Orce.
Recientemente el alcalde de Orce, José Ramón Martínez Olivares, ha nombrado
Director del Museo de Prehistoria y Paleontología "José Gibert" a Isidro Toro.
Fin de la historia.
Del museo ya han quitado todos los vestigios de la acción antrópica en Venta
Micena como por ejemplo las fotografías de las excavaciones de 1982- durante las
que encontramos el famoso cráneo VM-0 (lo que no deja de tener un valor
subliminal)- y se han perdido o no se encuentran las industrias que cedí. El nombre
de Jose Gibert ya no figura a la entrada del Museo, quizas para sancionar más
nuestra marginación y eliminar cualquier vestigio de nuestra presencia en Orce.
Espero que no lo consigan y que el alcalde no lo consienta, pues como museo
municipal que es, él es su máximo responsable.
Para finalizar quiero citar las palabras que Leandro Castellar, alcalde de Orce
en el año 1992, escribió en el prólogo de la monografía titulada "Presencia Humana
en el Pleistoceno inferior de Granada y Murcia". Dice Leandro Castellar:
"En resumen, nos gustaría que todas las administraciones entendieran que los
bienes culturales nos pertenecen a todos y que quienes los tienen que disfrutar, en
primer lugar, son los que han vivido en su entorno durante generaciones. Y más
aún si están dispuestos, como en nuestro caso, a poner los medios para conservarlos,
divulgarlos y estudiarlos. El Museo de Prehistoria y el Palacio de los Segura
tienen esta finalidad: son dos joyas al servio de la ciencia y su divulgación, y con
ello creemos que pueden contribuir al progreso de nuestro pueblo.

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Esta monografía editada por el Museo es la demostración de nuestra voluntad
de divulgación científica. Esperemos que contribuya al progreso de la prehistoria.
al mejor conocimiento de nuestro patrimonio y de nuestro pueblo".

EPÍLOGO

Tal vez no Ileges a alcanzar tu meta, pero aún así corre la carrera. Invierte tus fuerzas en
tan alta empresa. Sigue luchando con tu último aliento
Giordano Bruno

Bien como la ñudosa carrasca,


en el alto risco desmochada con hacha poderosa,
del ser despedazada del hierro,
torna rica y esforzada
Fray Luis de León, un heterodoxo a la fuerza

Hoy me acaba de llamar un colabarodor al que dirigí la tesis- que mereció un


premio extraordinario-, explicandome su situación academica y humana. ¡Qué
rabia y que injusticia! Yo y otros hemos resistido, pero muchos se han quedado en
el camino por compartir mis ideas, por ayudarme a lo largo de 20 años de polémica.
Se les ha bloqueado becas y ayudas, por estar en proyectos de Gibert y no renunciar
a sus datos objetivos. Quiero rendirles un homenaje con las palabras de mi hija
Patxu, que sufrió, gran injusticia y muchas agresiones en su etapa de formación en
la universidad.
Dice mi hija (Fig. 204, 205):
"Desde que tengo memoria recuerdo como mi padre nos llevaba cada verano
a toda la familia a recorrer España con Land Rover y caravana en busca de restos
de nuestros antepasados. Desde muy pequeños le ayudarnos, formamos parte de su
equipo y nos implicamos en esa búsqueda. Yo tenía 13 años cuando se descubrió el
Hombre de Orce.
Cuando acabé el instituto decidí estudiar Antropología cultural. Empecé la
universidad en plena polémica, cuando tenía 17 años. Aún recuerdo el día que en
la clase de prehistoria, en una típica aula repleta de alumnos, surgió el tema del
"Hombre de Orce". La profesora criticaba los hallazgos, sin argumentos, sin base
alguna, sólo por lo que había salido en la prensa y lo que se comentaba entre


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Figura 204.- Patxu en Venta Micena durante la excavación de 1982.


pasillos. Los compañeros de clase sabían que
hablaban de mi padre y de repente todo
fueron miradas dirigidas hacia mí. Tuve que
vencer mi timidez, levantarme y rebatir lo
que decía aquella profesora. Esto se repitió
a lo largo de 5 años de carrera y dos más de
doctorado. Alguna vez, sólo leer el apellido
Gibert en la lista, ya preguntaban ¿Quién es
Patxu Gibert?
Durante mis años de carrera continuó
la polémica, los titulares sensacionalistas en
medios de comunicación, los congresos
donde esperabas el apoyo del resto de
Figura 205.- José Gibert con su hija Blanca. científicos, los comentarios con los
compañeros.... La historia de este
descubrimiento ha sido muy larga, ha durado más de la mitad de los años que
llevo en este mundo.
Los medios de comunicación tienen un poder incontrolado. La gente cree lo
que ellos publican o transmiten por TV Ante eso es muy dificil defenderse y sólo
puedes seguir adelante intentando avanzar en tus investigaciones. Pero también es
dificil investigar; te deniegan los permisos de excavación con excusas absurdas,
no te conceden ayudas económicas, ni tienes becarios, ni medios, ni nada. Yo
admiro a mi padre porque ha sabido no perder la ilusión y la pasión que tiene por
su profesión. Yo la fui perdiendo. Dejé de ser optimista y de seguir creyendo en
cómo funcionaba la ciencia. He visto muy de cerca que la ciencia, en muchas
ocasiones, y como otras tantas cosas en esta vida, se mueve por intereses no muy
acertados. Ahora pienso que si en paleontología existen estas intrigas, no puedo
llegar a imaginarme lo que debe ser dentro de otras ciencias que mueven intereses
económicos (medicina, farmacia, genética, etc).
Recuerdo la clausura del 1° Congreso de Paleontología Humana que se celebró
en Orce en el año 1995. Aquello parecía el fin de toda la polémica, los políticos
elogiaban el trabajo realizado en la zona y prometían ayudas económicas, los
científicos se quedaron encantados con los descubrimientos y los yacimientos,
sonaron las campanas de la Iglesia durante varios minutos y yo lloré y me abracé
a mi familia creyendo que por fin todo iría bien. El profesor P.V.Tobias se me
acercó y me dio un abrazo que nunca olvidaré.


432 JosÉ GIBERT
Las investigaciones de Orce y sus dificultades han apartado de la
investigación a buenos colaboradores, cuyos nombres recuerdo muy bien,
así como sus trabajos compartidos. Pero sobre todo debo valorar el esfuerzo
de todos los colaboradores que han resistido, y cuyos apellidos quiero
mencionar: Ribot, Ferrandez, Iglesias, Sánchez, Gonzalez y mi hijo Luis.
También quiero recordar, en este último parrafo del libro, a los Drs. Campillo,
García Olivares, Borja y Lowenstein pues, entre todos, hemos conseguido
muchos datos objetivos gracias a los cuales el proyecto de investigación de
Orce se está afianzando, y un nuevo paradigma se está formulando en la
Paleontología Humana: la presencia de homínidos, venidos del sur- de
África-, por el estrecho de Gibraltar en edades muy tempranas. Paradigma,
enunciado por nosotros hace muchos años, que va ganando adeptos y
conseguirá consolidarse en el difícil mundo de la ciencia.
Con este nuevo paradigma y la determinación del primer homínido
que pisó Europa occidental, sin duda una especie más próxima a Horno
habilis que a H. ergaster o H. erectus, Venta Micena, y con ella Orce y
Andalucía, serán de nuevo, el centro de interés de la Paleontología
Humana.
Espero continuar excavando con mi equipo, Venta Micena,
Fuentenueva 1, Barranco del Paso y otros yacimientos que he descubierto
hasta ahora, así corno algunos que restan por encontrar; deseo también
conseguir recursos y apoyos para que este proyecto se haga realidad en
breve plazo y espero que este libro contribuya a este fin.
Mi compromiso y el de los míos es muy firme. Sabemos hacer muy
bien nuestro trabajo, lo hemos demostrado sobradamente. Hemos
arrancado muchos secretos a los estratos de Orce, y queremos arrancarles
más. Hemos resistido 21 años contra todo pronóstico, y espero teminar mi
vida activa en este empeño, con la seguridad de que otros continuarán.

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