La permanencia del hombre en la Tierra depende de que la vida
transcurra en armonía en todos los sentidos. Una alteración de esta armonía significará un desequilibrio que actuaría en contra de la existencia de la humanidad.
Hablamos entonces de la sustentabilidad que ha sido objeto de
muchos tratamientos y se encuadra en muchas concepciones que van desde la sustentabilidad basado en la protección del medio ambiento hasta la sustentabilidad basado en el control político de los factores que la amenazan, sin olvidar la sustentabilidad basada en penalidades y acciones judiciales. Todas estas concepciones van dirigidas a explicar el hecho mismo de la sustentabilidad sin tomar en cuenta que los desarrollos económico, científico y tecnológico hacen variar la forma en que se deba actuar.
Casi todas las concepciones tienen una fijación en la
degradación del ambiente y sus efectos sobre la vida en el planeta. Se olvidan, a lo mejor intencionalmente, que esto va más allá del mero hecho de legislar prohibiendo el uso de sustancias químicas que afectan al ambiente en general. ¿Y qué pasa del aspecto educativo?. Se lo menciona marginalmente y no se hace énfasis en la importancia en la formación de una conciencia ambientalista. De todas maneras, los esfuerzos de los pueblos son plausibles aunque éstos no sean de igual magnitud en los países menos desarrollados en comparación con los desarrollados.
Aquí entra en juego el aspecto moral y ético. El uso incontenible
de los recursos naturales por parte de los países industrializados provenientes de los países denominados subdesarrollados o de poco desarrollo, el éticamente inaceptable. El nivel o estándar de vida en ambos escenarios son diametralmente opuestos. El rápido agotamiento de estos recursos pone en jaque el futuro de los ciudadanos en los países pobres. Quizás las nuevas generaciones en los países deprimidos no tendrán las mismas oportunidades que los de los países desarrollados. ÷or otra parte, todo el ciclo productivo debe adaptarse a las necesidades de las personas de tal manera de proporcionarles un nivel de existencia suficiente. No debemos olvidar que el desarrollo humano implica, más allá de un ambiente sano, el reconocimiento de los derechos fundamentales del hombre y un concepto de sustentabilidad ético debe incluir entre sus objetivos la formulación de un código de comportamiento que permita al humano a respetar y vivir dentro de las leyes de lo que llamamos el ecosistema, o sea, conservando el entorno en que vive. Esto no sería más que una sustentabilidad ética conservacionista. De otra manera se estaría agrediendo a la naturaleza y a nosotros mismos.