GIOVANNI BOCCACCIO Y SU ÉPOCA

El contexto histórico en el que surge y se desarrolla la vida y la obra de Boccaccio coincide con el Prerrenacimiento,
coincidente con el siglo XIV en Italia (el Trecento). La cuna del Renacimiento es Italia y los primeros pasos hacia la
nueva mentalidad que rompe con lo medieval, será precisamente la Florencia de Boccaccio.

El fin del siglo XIII y principio del siglo XIV (el paso del Dugento al Trecento) es en Florencia un período de gran
desarrollo económico en que muchas pequeñas actividades artesanas quedan absorbidas por el nuevo capital,
capaz de promover grandes manufacturas a costa de la producción campesina y creando un incipiente
proletariado.
En el aspecto religioso las tensiones son evidentes (desde 1305 el Papado está en Avignon y a la vez que se fragua
el cisma de Occidente se resquebrajan numerosos aspectos relacionados con la fe y la Iglesia). Simplificando estas
circunstancias podemos afirmar que junto con el reencuentro de la cultura clásica abren el camino hacia el
antropocentrismo (se desplaza el centro de gravedad del teocentrismo al antropocentrismo). El ser humano se fue
centro del mundo y sustituyó a Dios.

A pesar del auge de la antigüedad clásica y del valor que se concede a las lengua griega y latina, muy
especialmente a ésta última, se produce la dignificación de las lenguas vulgares: el toscano, en el caso del autor
que nos ocupa, ya que habrá que esperar casi un siglo para que se publique la primera Gramática de una lengua
vulgar, por Antonio de Nebrija.

El desarrollo demográfico mencionado más arriba y vinculado al concepto ciudad tiene que afrontar a lo largo del
siglo XIV un duro cambio de signo: desde 1315 hay hambrunas (quizá debido a un cambio climático) y luego viene
la gran peste de 1347 a 1353, que se lleva por lo menos a un tercio de la población, especialmente en las
ciudades. Esta catástrofe se registra en la literatura en Las danzas de la muerte (cuyas raíces son medievales) y
en el Decamerón.

Su autor, Giovanni Boccaccio, es junto con Dante y con Petrarca la figura más importante del Prerrenacimiento
italiano. Esta obra, además de ser el primer gran libro de cuentos de la literatura universal, es plenamente
renacentista (introdujo el Renacimiento), ya que se ocupa sólo de aspectos humanos y sin hacer mención a temas
religiosos y teológicos. Es notable por la riqueza y variedad de los cuentos, que alternan entre la solemnidad y el
humor; por la brillantez de su escritura y por su penetrante análisis de los personajes.
El Decamerón rompió con la tradición literaria de escritos místicos predominantes en la época, y por primera vez
en la Edad Media, Boccaccio presentó al hombre como artícife de su destino, más que como un ser a merced de la
gracia divina al ser como lo que es, una persona con virtudes y defectos, además de mostrar sus deseos internos
(lo pícaro, lo lascivo, el engaño, grandes amores, etc.), que esta vez salen al descubierto.