Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
LUISRAMÍREZ, G USTAVOCETINA,
FERNANDO LÓPEZ, MIGUEL URBINA, CLAUDIA PAZ Y PAZ*
SUMARIO:
1. Introducción. 2. Situación actual de los derechos humanos. 3. Principios constitucionales
que informan el proceso penal. 3.1. Juicio previo. 3.2. Inocencia. 3.3. Defensa. 3.4. Ne bis in idem.
3.5. Publicidad. 3.6. Límites formales para la averiguación de la verdad. 3.7. La independencia e
imparcialidad de los jueces. 4. Derechos humanos y legislación procesal. 4.1. El juicio previo. 4.2.
Presunción de inocencia. 4.3. Derecho de defensa. 4.4. Publicidad y oralidad. 4.5. Límites del
estado para el ejercicio de la persecución penal. 4.6. Límites a la coerción del imputado. 4.7.
Derecho a ser juzgado dentro de un tiempo razonable. 4.8. Independencia judicial. 5.
Características del Código Procesal Penal. 5.1. Oficialidad y legalidad. 5.2. Oportunidad. 5.3.
Investigación a cargo del Ministerio Público. 5.4. El juez como contralor de garantías. 5.5. Control
judicial de la ejecución de la pena. 5.6. Excepcionalidad de la prisión preventiva y medidas
substitutivas. 5.7. Oralidad. 6. Principales problemas para la implementación del nuevo Código
Procesal Penal. 6.1. Defensa pública. 6.2. La víctima en el proceso penal. 6.3.Prisión preventiva.
6.4. Jurisdicción militar. 6.5. Organismo judicial, situación de la reforma procesal penal
guatemalteca. 6.6. El Ministerio Público. 7. Reformas al Código Procesal Penal. 7.1. Reformas que
atentan contra los principios constitucionales y los tratados y convenios en materia de derechos
humanos. 7.2. Reformas que pueden producir saturación o ineficiencia en el sistema de
administración de justicia. 7.3. Reformas innecesarias. 7.4. Reformas que ameritan su estudio y
aprobación. 8. Conclusiones.
1. INTRODUCCIÓN
La propuesta de esta investigación se centra en la administración de justicia como
garantizadora de los derechos humanos, y esta segunda parte en el proceso penal. Ello induce a
realizar una reflexión sobre la ausencia del sector justicia en la protección de los derechos
humanos en Guatemala. Esta reflexión debe enfatizar necesariamente en su falta de protagonismo
para ejercer el poder durante el período del terrorismo de Estado, e especial en la década de los
ochenta; también debe destacar su falta de acción en estos momentos, cuando se pretende
instaurar una democracia y existe un clamor generalizado para que la administración de justicia
asuma un papel protagónico.
Este cambio cultural se basa en una preocupación seria por la implementación de las
garantías constitucionales en la legislación procesal, de manera de tal que se haga realidad la
afirmación de que el proceso penal es derecho constitucional aplicado. Y sobre todo, implica una
preocupación por que la administración de justicia asuma el papel que le compete en la prevención
y deducción de responsabilidad de las graves violaciones a los derechos humanos.
Este cambio debe ser entendido como un proceso, en el cual es necesario tener siempre
* Investigadores del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala.
4.2.3.Reserva de la investigación
Como consecuencia del principio de inocencia del imputado y del tratamiento como tal,
lainvestigación debe evitar en lo posible las consecuencias que el hecho de la persecución
penalacarrea al perseguido.
En primer término el CPP dice: Artículo 314. Carácter de las actuaciones. Todos los actos
dela investigación serán reservados para los extraños (...) Las actuaciones sólo podrán ser
examinadaspor el imputado, las demás personas a quienes se les haya acordado intervención en
elprocedimiento, los defensores y los mandatarios (...) quienes tengan conocimiento de las
actuacionescumplidas durante la investigación, estarán obligados a guardar reserva...”
En este mismo sentido, el último párrafo de la Ley Orgánica del Ministerio Público señala:
"ElMinisterio Público y las autoridades bajo su dirección, no podrán presentar a los medios
decomunicación a detenido sin autorización del juez competente”.
Pese a lo anterior, en la práctica constantemente se presenta en los distintos medios
decomunicación, a personas sujetas a proceso. Sin duda esto se debe a la falta de claridad, en
elsentido de prohibición expresa en la ley, o a falta de una interpretación restrictiva sobre ese
aspecto.
4.3. DERECHO DE DEFENSA
Genéricamente laCons tituc ión nacional indica, en su artículo 12, sobre el el derecho de
defensa, que “la defensa de la persona y sus derechos son inviolables". A su vez, el Código
Procesal
Penal, en el artículo 20, prescribe al respecto que: "La defensa de la persona o de sus derechos es
inviolable en el proceso penal. Nadie podrá ser condenado sin haber sido citado, oído y vencido
enprocedimiento preestablecido y ante tribunal competente, en el que se haya observado
lasformalidades y garantías de ley".
Con el objeto de operativizar el derecho de defensa dentro del procedimiento penal, el
CPPotorga al imputado la facultad de hacer valer sus derechos por sí mismo o por medio de
defensor,desde el primer acto del procedimiento dirigido en su contra. A tal grado se contempla
esta garantía,que para el imputado es un derecho inviolable, y para el Estado, una obligación (por
ejemplo, elEstado debe proporcionarle defensor a la persona que no pueda proveerse de uno
privado).
Es tal la importancia de la defensa dentro del desarrollo del proceso, que su ausencia
significala nulidad de este. Y bajo tal concepto es concebida la garantía dentro del proceso
penalguatemalteco actual, pues puede ejercerse el derecho en todos los actos del procedimiento.
4.3.1. Declaración del imputado
Como parte del derecho de defensa, el CPP contempla la libertad de declaración
delsindicado; incluso el artículo 15 la recoge como una garantía procesal básica: "Declaración libre.
Elimputado no puede ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable...".
Con el objeto de hacer efectivo el derecho de defensa en el momento de la declaración
delsindicado, la ley ordena, entre otras cosas: comunicar al sindicado, con detalle, el hecho que se
leatribuye; y advertir de su derecho a proveerse de defensor e incluso del derecho a no declarar.
Eneste acto pueden dirigir preguntas el Ministerio Público, el defensor y el juez.
No puede de forma alguna viciarse o inducirse la declaración del sindicado en perjuicio de sí
mismo; con este objeto las preguntas que se le dirijan deben ser claras y precisas (artículos 81, 82,
El nuevo Código Procesal Penal modificó la competencia de los juzgados militares. Limitó
laaplicación del Código Militar a los delitos y faltas esencialmente militares. Para los delitos
comunes ylos delitos militares conexos con los comunes, se aplica el Código Procesal Penal; la
investigaciónpreparatoria corresponde al Ministerio Público, es controlada por jueces militares de
investigaciónnombrados por la Corte Suprema de Justicia, y el juicio oral y público lo realizan
consejos de guerra,integrados por el tribunal de sentencia y dos oficiales superiores del Ejército.
Sin duda, la reforma realizada por el nuevoCódigo significó un avance. No obstante, el tema
aún no se encuentra resuelto, por varias razones importantes.
La primera razón estriba en el hecho de que el Código Militar de 1871 continúa vigente
paralos delitos y faltas militares. Este cuerpo normativo adolece de claras inconstitucionalidades,
quepueden resumirse en que no garantiza el derecho de defensa, infringe el principio de inocencia,
limitala participación de la víctima y desvirtúa la independencia judicial.
El segundo motivo radica en que los jueces militares de investigación y del
procedimientointermedio así como los vocales militares de los tribunales de sentencia, son
nombrados por la Corte,pero de una terna propuesta por el Ministerio de la Defensa, el cual de esta
forma, puede ejercerinfluencia sobre ellos.
Como tercera causa puede citarse el que los gastos de la justicia militar son cubiertos por
elMinisterio de la Defensa, lo cual desvirtúa toda la independencia presupuestaria del
organismojudicial. En la práctica, esto ha generado que los jueces militares de investigación se
encuentren eninstalaciones militares, situación que de nuevo se presta para que, tanto ellos
mismos como el restode las personas relacionadas con los procesos, sean intimidados o
influenciados.
6.4.3. Consecuencias
La existencia del fuero militar atenta contra el principio de igualdad ante la ley. A través
deeste se constituye un grupo especial de la comunidad que debe responder ante leyes especiales
y serjuzgado por tribunales también especiales. El fuero militar es un privilegio estamental
absolutamenteincompatible con los principios democráticos de ejercicio del poder, pues mediante
él, se establece ungrupo de ciudadanos superiores al resto de la comunidad y que merece un trato
especial.
Por otra parte, el ejercicio de la jurisdicción por miembros del Ejército o personas que
seencuentran sujetas a su influencia, permite que un grupo social distribuya las sanciones penales
deacuerdo con su conveniencia. Como se observó, las sanciones impuestas por la justicia
militardependen de a quién se juzga, y no de la gravedad de la conducta objeto del juicio.
El fuero militar tergiversa completamente los fines útiles del sistema penal. Por ejemplo,
laprevención general positiva, una de las principales funciones de la pena, delimita cuáles son
losvalores vigentes en la sociedad, a través del castigo a quien los infringe. Pero el mensaje que
lostribunales militares dan a la sociedad, de acuerdo con los casos citados,es que, un teniente
tienederecho a matar, mientras que el simple robo de unas botas que el sindicado cree propias
esduramente castigado.
Se hace indispensable derogar el Código Militar, vigente desde el siglo XIX. También,
reducirla competencia de los tribunales militares a los delitos y faltas estrictamente militares, los
cualesdeberán ser juzgados por el procedimiento común ya que este es respetuoso de las normas
deldebido proceso. Y para el caso de los delitos comunes y los delitos militares conexos,
esindispensable que se encuentren a cargo de jueces civiles libres de cualquier interferencia del
podermilitar.
6.5.
ORGANISMO JUDICIAL Y SITUACIÓN DE LA REFORMA PROCESAL PENAL
GUATEMALTECA
El Código Procesal Penal que cobró vigencia el 1 de julio de 1994, significa un cambio
trascendental en la forma utilizada por el Estado para ejercer el poder coercitivo.
Esta transformación comprende no sólo la introducción de mecanismos que permiten
protegerán mejor forma las garantías de juicio previo, defensa y debido proceso sino el
establecimiento deformas que operativizan los principios de inmediación, concentración,
independencia judicial y publicidad. Además, con el otorgamiento, al Ministerio Público, del
monopolio de la acción penal, se configura un sistema de administración de justicia “acusatorio
formal”, que responde a los principios republicanos y democráticos de gobierno.
La vigencia de la ley procesal inició con una serie de carencias y oposiciones que,
justificadaso no, han incidido en los problemas que se enuncian en el desarrollo del informe. Por
ello, se hacenecesaria una evaluación empírica que, además de la interpretación de datos, recoja
los problemasque deja entrever la forma como es aplicada dicha legislación.
Así, la valoración hecha en este informe comprende otros aspectos relevantes para
laadecuada vigencia delCódigo; tal es el caso de situaciones fácticas que han incidido en la
correctaaplicación de la ley procesal.
6.5.1.Incidencia de la organización de los tribunales del ramo penal en la vigencia delCódigo
Procesal Penal
6.5.1.1. Antecedentes y programas formulados: La Unidad de Planificación y Transformación de
laJusticia Penal preparó proyectos de reorganización de competencias, con el fin de hacer
transparentey ordenar en mejor forma los ámbitos territoriales en los que ejercen jurisdicción los
juzgados de paz,de primera instancia y salas de la Corte de Apelaciones, lo mismo que los
instrumentos de creación delos órganos jurisdiccionales que contempla elCódigo (los tribunales de
sentencia, juzgados denarcoactividad, juzgados de delitos contra el ambiente, juzgados de
ejecución penal y juzgadosmilitares de primera instancia).
Los proyectos se formularon tomando como base lo siguientes factores. Por un lado,
laeconomía de recursos humanos, físicos y materiales. Por el otro, la facilidad de acceso de
lapoblación a los órganos jurisdiccionales, y del juez hacia los diferentes lugares del territorio sobre
elcual ejerce jurisdicción. También se consideró la equidad en la cantidad de casos a cargo de
cadajuez. Estos principios tenían por objeto establecer una estructura que fuera dinámica y que
garantizarala positividad de los principios que informan la legislación procesal.
Tales proyectos se discutieron con diferentes sectores y se presentaron a la Corte
Supremade Justicia, la cual modificó sustancialmente los proyectos presentados, en especial los
de Juzgadosde Primera Instancia (acuerdo 8-94), Tribunales de Sentencia (acuerdo 9-94), Salas
de la Corte deApelaciones (acuerdo 10-94), Juzgados de Ejecución (acuerdo 11-94), Juzgados
Militares (acuerdo13-94) y Juzgados de Paz (acuerdos 14-94 y 15-94).
6.5.1.2. Independencia judicial: El sistema de organización judicial continúa siendo, en Guatemala,
un
sistema jerárquico que atenta contra la independencia judicial, consignada en el artículo 203 de la
Constitución Política de la República.
El artículo 56 de la Ley del Organismo Judicial establece que "Supervisar los Tribunales de
laRepública es función de la presidencia del Organismo Judicial y también la ejercerá cada Tribunal
conrespecto a los del grado inferior que le estén directamente subordinados...". El efecto de esta
normaes la sujeción de los órganos encargados de administrar justicia al criterio de los órganos de
superiorgrado.
Es paradigmático ver los alcances de la legislación guatemalteca en esta materia y la
formacomo se violenta el principio de independencia judicial, ya que la norma antes citada indica,
en elpárrafo tercero: "Además la supervisión se realizará sobre expedientes en trámite y sobre
expedientes fenecidos para determinar la recta y cumplida administración de justicia, la capacidad
y prontitud delos Jueces y Magistrados en el ejercicio de sus funciones, la imparcialidad con que
son tratados losnegocios judiciales que ante ellos se tramitan y la observancia de los plazos y
formalidades esencialesdel proceso."
suficientemente sólidas como para mostrar la operatividad del Código Procesal Penal con todas las
bondades y deficiencias de las cuales adolece.
8. CONCLUSIONES
1.El uso de la violencia ilegítima y el irrespeto de los derechos humanos individuales en
Guatemala,continúa siendo una de las principales formas de control y persecución política, por parte
deinstituciones estatales y paraestatales. Esto refleja la persistencia en el poder, de sectores
quesistemáticamente recurren a ella en diversas modalidades (intimidaciones directas o veladas,
cuandono la desaparición o el asesinato). Tradicionalmente, los órganos de control del Estado y
protección alos ciudadanos han sido incapaces de dar respuestas satisfactorias a estos desmanes de
violencia,que llegó incluso, en cierto momento, a tener el carácter de terrorismo de Estado.
2.Especialmente inoperantes en el control de la violencia política, han sido los agentes de la justicia. Aesto
se suma que la mayoría de sus intervenciones en conflictos entre ciudadanos significa
unagravamiento de estos, pues su proceder esta cargado de diversas distorsiones y
contradicciones,así como por procedimientos que, además de ser poco garantistas, resultan
violentos, burocráticos,corruptos, miopes ante la diversidad cultural, improvisados, lentos, etc.
3.La Constitución Política de 1985 y los instrumentos internacionales han sentado las bases para
lareconstrucción del orden jurídico nacional, desde un modelo y una concepción que tiene
comoprincipal referencia el respeto de la persona humana, principios de los mecanismos
democráticospara encarar conflictos sociales y la tendencia al desarrollo del estado de derecho.
Muchas de lasreformas legislativas aprobadas, entre otras el Código Procesal Penal, la Ley del
Ministerio Público yalgunos proyectos de ley, como el de Código Penal, responden a esta estrategia
democratizadora.
A esto deben agregarse los acuerdos de paz firmados entre el gobierno y la URNG que en
granmedida apuntalan el proceso de transformación del Estado, pues significan un compromiso,
enespecial de parte de las autoridades, de dar vía y apoyo a estas transformaciones.
4.La instauración del Estado va ligada al replanteamiento del actuar de los jueces, como agentes decontrol
del poder político y como protectores de los derechos de los particulares. La transformaciónde la
jurisdicción, exigida desde el marco constitucional, implica la reforma total y sustancial de lasleyes
procesales, sustantivas y de los reglamentos. En esa coherencia, el nuevo proceso penalresponde a
requerimientos de garantismo y eficacia. El modelo procesal que se ha planteado guardala lógica de
la persecución y sanción de los hechos delictivos, sin recurrir para ello a la violación delos derechos y
garantías individuales.
5.El nuevo procedimiento penal significa un cambio total en la forma de perseguir delitos y
aplicarsanciones por estos en el país. Ha planteado una cambio formal, de un procedimiento
inquisitivo auno con tendencia a formas acusatorias. Las reglas acusatorias traen consigo, además,
un nuevopapel para los sujetos procesales, pues los obliga a redimensionar su actuación o a
potenciarla. Eljuez hoy tiene como función principal la de ser custodio de las garantías de los
ciudadanos. Se haoptado, asimismo, por encargar al Ministerio Público el ejercicio de la acción penal,
con los objetivosfundamentales de introducir dentro del proceso un órgano especializado en la
actividad investigativay de colocar a los jueces en una posición de imparcialidad frente a los asuntos
que conocen,garantía esta —la de imparcialidad— que en el antiguo procedimiento era insubstancial.
Lapresencia del defensor de los imputados en el proceso constituye un presupuesto básico de
validez,al grado de que su actuación dentro de este es la contraparte necesaria para su desarrollo.
6.Por las razones señaladas, la implementación de la nueva legislación procesal ha sido hasta elmomento
traumática, ya que no sólo implica incorporar la oralidad sino también darle materialidad alas
garantías políticas del proceso (juicio previo, estado de inocencia, derecho de defensa, ne bis in
idem, publicidad etc.). Además, estas garantías tienen plena vigencia dentro del desarrollo de la
invesigación, lo que para el órgano encargado (Ministerio Público) ha tenido carácter de cambio total
en la forma de pensarse como institución y en sus maneras de actuación (baste recordar el exiguo
papel que los fiscales cumplían en procedimiento derogado). Hasta el momento, el Servicio
Públicode Defensa no ha podido responder en forma mínima a las exigencias de la nueva forma
deaplicación de la justicia, debido en gran medida las distintas carencias que este Servicio tiene.
Estasituación ha generado impaciencia en algunos sectores, que pretenden modificar elCódigo,
sinantes realizar los esfuerzos necesarios para realizar su implementación adecuada.
7.La deficiente preparación de los operadores del sistema jurídico nacional y la cultura jurídicaimperante
(reñida tradicionalmente con las formas democráticas de aplicación del derecho),constituyen otro de
los problemas que enfrenta la implementación del Código Procesal Penal y lareforma de la justicia en
general. Los diversos esfuerzos de capacitación hacia los operadores hanaliviado en mínima medida
esta situación. Por su parte, la respuesta de los centros superiores deenseñanza (universidades) ha
sido exigua en este campo.
Esto último representa un grave peligro, pues la transformación de la justicia sin cambios en
laideología jurídica de parte, al menos, de los operadores del sistema de justicia y su
capacitacióntécnica, limitará sobremanera los alcances sustanciales de la reforma
8.La Ley del Organismo Judicial es, tal vez, el principal obstáculo formal que la judicatura enfrenta parael
adecuado desempeño de sus funciones. La presidencia del Organismo Judicial, por estaley, sehalla
facultada para ejercer un conjunto de disposiciones y sanciones para los jueces, cuyo
principalresultado ha sido restarles independencia. Se suma a esto, la indebida práctica de la Corte
Supremade Justicia, de hacer interpretaciones de la ley mediante disposiciones administrativas
(acuerdos,circulares) obligatorias para los jueces. Ejemplo de ello es el caso del acuerdo girado a los
juecespara indicar quién esta asignado para aplicar la prisión preventiva.
9.El mal uso de la prisión preventiva causa distorsiones en el sistema penal, las cuales se traducen
enproblemas para la mayoría de los operadores de este. Por solo resaltar uno, los defensores y
fiscalesdesempeñan sus actividades bajo la presión, de que, dentro de los procesos que
siguenregularmente, hay personas detenidas, por lo cual restan importancia al resto de
investigaciones ydefensas a su cargo, y, por supuesto, nulifican la garantía de presunción de
inocencia. La prisiónpreventiva continúa siendo la regla y no la excepción.
10.Para el sistema penitenciario, el gran número de presos sin condena significa un elementodeformante,
pues resta presupuesto y espacio dentro de los centros de detención. Esta saturaciónimpide llenar
mínimamente las necesidades de los reclusos y hace imposible la resocialización que,por imperativo
constitucional, persigue la pena privativa de libertad en Guatemala. El 70% de lapoblación presidiaria
se encuentra detenida preventivamente.
11.El problema de la pluriculturalidad se ha limitado hasta el momento a un mero problema idiomático,
yaun en este campo los logros son mínimos. Se dejan de lado diversas instituciones, como
lanegociación,la resolución alternativa de conflictos, la vigencia real del principio de juez natural,
porejemplo. Esta última evitaría bastante, los constantes problemas que jueces ajenos causan en
lascomunidades. Es impostergable legislar en este campo, con el objeto de reconocer la existencia
delas formas alternativas al derecho estatal, especialmente en lo relacionado a la forma de
enfrentarconflictos entre miembros de las comunidades indígenas.
12.Hasta hoy el fuero militar ha servido para que quienes están sujetos a él burlen la aplicación de
lajusticia. La renovación del sistema jurídico del país y la democratización de la sociedad exigen
laeliminación de todos los fueros que vayan en contra del proceso. El fuero militar debe juzgar
delitosestrictamente militares. Los miembros del Ejército deben ser tratados en forma igualitaria al
resto dela población al cometer delitos comunes.
.
13.Los logros legales alcanzados enfrentan la amenaza de reformas legales improvisadas y cargadas
ideológicamente por campañas de ley y orden, que de ser aprobadas, trastocaran los diseños que la
reforma trata de implementar y resultarán al final en más violaciones de derechos.