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- Traducción del italiano de los Tres Diálogos de Amor del platónico León
Hebreo (Madrid, 1590) - Relación de la descendencia de Garci-Pérez de Vargas
(Lisboa, 1605)
2.Análisis de la Forma:
2.4Vocabulario
3.Análisis del Contenido:
3.3 Tema: trata Sobre la historia, cultura y costumbres de los Incas y otros
pueblos del antiguo Perú y Sobre la Conquista del Perú. Desde el arribo de los
españoles hasta la muerte de Túpac Amaru I (1572). Más conocida como
HISTORIA GENERAL DEL PERÚ.
3.4 Personajes:
3.4.1: Principales:
3.4.2: Secundarios:
3.7 Argumento
En la primera parte nos narra los usos y costumbres del imperio del
Tahuantinsuyo, nos da a conocer su cosmovisión. Se ocupa de la flora, fauna y
de la minería, del valor que le asignaban al oro y la plata. Entre los animales de
la fauna andina de aquella época resalta los camélidos Andinos Sudamericanos
como son la llama, la alpaca, la vicuña y el guanaco. Por la descripción que hace
de estos animales, nos damos cuenta del importante rol que cumplió la llama
como bestia de carga, como proveedor de lana y carne para los hombres de esta
cultura. Asimismo, conocemos del valor que le asignaban a la lana de la vicuña,
la cual por su finura, solamente era utilizada por el inca y los nobles para
confeccionar sus vestimentas. Nos habla igualmente de la coca, considerada
planta sagrada para la realeza incásica, cuyo uso estaba únicamente reservado a
estas clases sociales. Probablemente el cronista nunca se imaginó que esta planta
iba a estar muy satanizada y considerada como un narcótico muy peligroso.
A través de su narración, nos va mostrando los cuatro grandes momentos por los
que pasó el imperio incaico. Desde los tiempos legendarios con Manco Cápac y
Mama Ocllo, saliendo de las espumas del Titicaca, el lago más alto del mundo,
pasando por la etapa de la confederación, luego la del apogeo o expansión con
Pachacútec, Túpac Yupanqui y Huayna Cápac y finalmente la decadencia, con el
enfrentamiento fratricida de los hermanos Huáscar y Atahualpa, que facilitó
enormemente la conquista española. La obra de Inca Garcilaso describe la forma
como los incas se iban formando para gobernar, es decir para asumir el trono y
luego de la forma como realizaban sus conquistas, casi siempre mediante la
imposición de sus armas.
3.8 Valores: los valores que rescato de este crónica real es la preservación de las
costumbres religiosas y fiestas que hasta aun hoy perduran y el apoyo el
compañerismo entre los indígenas y los anti valores son el abuso y el egoísmo
de los españoles conquistadores.
4.Conclusiones:
5.Apreciación Critica:
Esta obra comprende dos partes: en la primera se refiere a los hechos de los incas y su
civilización; en la segunda, a la conquista y las guerras civiles entre los conquistadores.
En ella, no sólo se pone de manifiesto la gran calidad literaria del autor, sino que su
interpretación de los hechos describe al Imperio Incaico como un modelo ideal a la
usanza platónico y muestra a la cultura incaica a la luz de la cultura occidental. La obra
llegó a ser vetada, en los Virreinatos del Perú y Buenos Aires, por la corona española al
ser considerada sediciosa y peligrosa para sus intereses, debido al levantamiento
Tupacamarista (4 de noviembre de 1780).
Los Comentarios Reales de los Incas (Lisboa, 1609) y la Conquista del Perú (1613), son
obras que afianzan su renombre así en la historia de las letras castellanas como en las
fuentes de los estudios americanistas. Con ellas no pretende sino salvar recuerdos,
apuntalar ruinas.
Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616),nacido en la ciudad Imperial del Cuzco, la capital del imperio de
los incas, en los años tempranos de la conquista hispana, es autor de varias obras, una de ellas toca la
historia de los incas desde los tiempos legendarios hasta su abrupta caída, con la captura del Inca
Atahualpa en la ciudad de Cajamarca, en noviembre de 1532, a manos de las huestes de Francisco
Pizarro.Esta obra permite al lector tener una idea cabal de lo que fue dicho imperio, en sus diversas
facetas. En ella nos narra los usos y costumbres del imperio del Tahuantinsuyo, nos da a conocer su
cosmovisión. Se ocupa de la flora , fauna y de la minería, del valor que le asignaban al oro y la plata.
Entre los animales de la fauna andina de aquella época resalta los camélidos Andinos Sudamericanos
como son la llama, la alpaca, la vicuña y el guanaco. Por la descripción que hace de estos animales , nos
damos cuenta del importante rol que cumplió la llama como bestia de carga, como proveedor de lana y
carne para los hombres de esta cultura. Asimismo ,conocemos del valor que le asignaban a la lana de la
vicuña, la cual por su finura ,solamente era utilizada por el inca y los nobles para confeccionar sus
vestimentas. Nos habla igualmente de la coca, considerada planta sagrada para la realeza incásica, cuyo
uso estaba únicamente reservada a estas clases sociales. Probablemente el cronista nunca se imaginó
que esta planta iba a estar muy satanizada y considerada como un narcótico muy peligroso. A través de
su narración, nos va mostrando los cuatro grandes momentos por los que pasó el imperio incaico. Desde
los tiempos legendarios con Manco Cápac y Mama Ocllo, saliendo de las espumas del Titicaca, el lago
más alto del mundo, pasando por la etapa de la confederación, luego la del apogeo o expansión con
Pachacútec, Túpac Yupanqui y Huayna Cápac y finalmente la decadencia, con el enfrentamiento fratricida
de los hermanos Huáscar y Atahualpa, que facilitó enormemente la conquista española. La obra de Inca
Garcilaso describe la forma como los incas se iban formando para gobernar, es decir para asumir el trono
y luego de la forma como realizaban sus conquistas, casi siempre mediante la imposición de sus armas.
Por la forma como describe el imperio del Tahuantinsuyo, que en su época de mayor gloria y esplendor
,ocupó una gran parte de las regiones costera y andina de Sudamérica, pareciera que nos describe una
sociedad muy feliz, autárquica, regida por sencillos preceptos morales como el ama quella (no seas
ocioso) ama llulla ( no seas mentiroso) y ama sua ( no seas ladrón). Quien quiera conocer la historia de
los Incas, en la obra de Inca Garcilaso de la Vega podrá encontrar una fuente sumamente valiosa. Este
autor nació en el Cuzco un 12 de abril de 1539 y murió un 23 de abril de 1616 y vaya que cosa curiosa
que en ese misma fecha y año mueren igualmente dos grandes plumas como Miguel de Cervantes
Saavedra y William Shakespeare. Este cronista mestizo, por el lado materno, fue hijo de Isabel Chimpu
Ocllo,hija del Inca Huyna Cápac, siendo su padre el capital español Sebastián Garcilaso de la Vega.
Murió en Córdova ,España. añorando su Cuzco querido y viendo pasar por la retina de sus ojos toda la
historia del imperio incaico.
Fuente: http://es.shvoong.com/humanities/history/247350-comentarios-reales-los-incas/#ixzz1JeSkLzDO
Garcilaso tuvo que buscar su identidad a lo largo de su vida y más tarde decidiría
llamarse Inca Garcilaso de la Vega.
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"A los hijos de español y de india, o de indio y española, nos llaman mestizos, por decir que
somos mezclados de ambas naciones; fue impuesto por los primeros españoles que tuvieron
hijos en Indias; y por ser nombre impuesto por nuestros padres y por su significación, me lo
llamo yo a boca llena y me honro con él. Aunque en Indias si a uno de ellos le dicen sois un
mestizo, lo toman por menosprecio" ("Comentarios Reales")
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Es el quechua su primera lengua y los indios y los niños mestizos sus compañeros
de juego en los años de su infancia, que transcurrió en el Cusco junto a su madre y
parientes más cercanos en una noble casa de Cusipata.
Viaje a España
En 1561 se instala en Montilla, ciudad en la que fue acogido por su tío paterno, el
capitán Alonso de Vargas, veterano de las guerras de Italia, de cuya casa (en la
calle de su mismo nombre) saldría en escasas ocasiones.
Usaba todavía el nombre de Gómez Suárez de Figueroa, hasta que en 1563, adoptó
el de su padre, Garcilaso de la Vega. Fracasado su intento de regreso al Perú, se
radica definitivamente en la Península. En este contexto se fue españolizando y
llegó a ser perfectamente bilingüe.
La herencia de su tío
Hacia 1591 se traslada a Córdoba, había pasado en Montilla treinta años. Inicia
aquí, en plena madurez, la publicación de su obra. Concebida en su mayor parte
durante los largos y fecundos años de retiro montillano, elaborada consultando la
rica biblioteca de su tío y basada especialmente en el recuerdo de sus memorias
cusqueñas.
El 12 de abril de 1616 cumplió 77 años, y seis días más tarde, estando enfermo,
hizo su testamento.
Diego de Vargas, hijo suyo y de doña Beatriz de la Vega, cuidó de que fuera
enterrado la capilla adquirida por Garcilaso, donde permanecen sus restos.
Su vida y obra fue el reflejo de una época colonial en la que convivían dos culturas
totalmente diferentes donde no podía sentirse completamente identificado con
ninguna de ellas, por ser mestizo.
Años después de su muerte, a raíz del alzamiento de Túpac Amaru, en 1782, una
Real cédula de Carlos III ordenó a los virreyes de Lima y de Buenos Aires recoger
todos los ejemplares que pudieran hallar de los Comentarios del Inca, porque
"aprendían en ellos los naturales muchas cosas inconvenientes". Quedó
prohibido el libro en América y registrado en el índice expurgatorio... pero en la
metrópoli circulaba libremente y se reimprimía (Madrid, 1801). Obra juzgada
peligrosa por el régimen colonial, era lógico que mereciera todas las simpatías de
los gobiernos independientes. El libertador San Martín proyectó en 1814 una
edición que debía imprimirse en Londres. Los azares de la guerra lo impidieron. Los
Comentarios y la Conquista no se publicaron en América hasta 1918.
SUS OBRAS
El latín y el italiano modelaron su estilo al igual que el de los otros escritores castellanos
contemporáneos a Garcilaso.
En 1586 elabora la traducción, del italiano, de los Tres Diálogos de Amor del platónico León
Hebreo (Madrid, 1590), el cual es testimonio irrecusable de las preferencias filosóficas del Inca.
Los Comentarios Reales de los Incas (Lisboa, 1609) y la Conquista del Perú (1613) las
obras que afianzan su renombre así en la historia de las letras castellanas como en las fuentes
de los estudios americanistas. Con ellas no pretende sino salvar recuerdos, apuntalar ruinas.
"Yo, incitado del deseo de la conservación de las antiguallas de mi patria, esas pocas
que han quedado, porque no se pierdan del todo, me dispuse al trabajo tan excesivo
como hasta aquí me ha sido y delante me ha de ser, al escribir su antigua república
hasta acabarla."
Al fin de su vida trabajaba en su último libro, Historia General del Perú, planificado como
segunda parte de los Comentarios y publicado tras su muerte (Córdoba, 1617).
PRIMERA PARTE DE LOS COMENTARIOS REALES QUE TRATAN DEL ORIGEN DE LOS
YNCAS, REYES QUE FUERON DEL PERU, DE SU IDOLATRIA, LEYES, Y GOVIERNO EN
PAZ Y EN GUERRA: DE SUS VIDAS Y CONQUISTAS, Y DE TODO LO QUE FUE AQUEL
IMPERIO Y SU REPUBLICA ANTES QUE LOS ESPAÑOLES PASSARAN A EL. ESCRITOS
POR EL YNCA GARCILASSO DE LA VEGA, NATURAL DEL COZCO Y CAPITAN DE SU
MAJESTAD
Proemio
Al Lector
Aunque ha habido españoles curiosos que han escrito las repúblicas del Nuevo Mundo, como
la de México y la del Perú y las de otros reinos de aquella gentilidad, no ha sido con la relación
entera que de ellos se pudiera dar, que lo he notado particularmente en las cosas que del Perú
he visto escritas, de las cuales, como natural de la ciudad del Cuzco, que fue otra Roma en
aquel Imperio, tengo más larga y clara noticia que la que hasta ahora los escritores han dado.
Verdad es que tocan muchas cosas de las muy grandes que aquella república tuvo, pero
escríbenlas tan cortamente que aun las muy notorias para mí (de la manera que las dicen) las
entiendo mal. Por lo cual, forzado del amor natural de la patria, me ofrecí al trabajo de escribir
estos Comentarios, donde clara y distintamente se verán las cosas que en aquella república
había antes de los españoles, así en los ritos de su vana religión como en el gobierno que en
paz y en guerra sus Reyes tuvieron, y todo lo demás que de aquellos indios se puede decir,
desde lo más ínfimo del ejercicio de los vasallos hasta lo más alto de la corona real. Escribimos
solamente del Imperio de los Incas, sin entrar en otras monarquías, porque no tengo la noticia
de ellas que (tengo) désta. En el discurso de la historia protestamos la verdad de ella, y que no
diremos cosa grande que no sea autorizándola con los mismos historiadores españoles que la
tocaron en parte o en todo; que mi intención no es contradecirles, sino servirles de comento y
glosa y de intérprete en muchos vocablos indios, que, como extranjeros en aquella lengua,
interpretaron fuera de la propiedad de ella, según que largamente se verá en el discurso de la
historia, la cual ofrezco a la piedad del que la leyere [...].
Libro I, Capítulo XV
El origen de los Incas Reyes del Perú
Viviendo o muriendo aquellas gentes de la manera que hemos visto, permitió Dios Nuestro
Señor que de ellos mismos saliese un lucero del alba que en aquellas oscurísimas tinieblas les
diese alguna noticia de la ley natural y de la urbanidad y respetos que los hombres debían
tenerse unos a otros, y que los descendientes de aquél, procediendo de bien en mejor
cultivasen aquellas fieras y las convirtiesen en hombres, haciéndoles capaces de razón y de
cualquiera buena doctrina, para que cuando ese mismo Dios, sol de justicia, tuviese por bien de
enviar la luz de sus divinos rayos a aquellos idólatras, los hallase, no tan salvajes, sino más
dóciles para recibir la fe católica y la enseñanza y doctrina de nuestra Santa Madre Iglesia
Romana, como después acá lo han recibido, según se verá lo uno y lo otro en el discurso de
esta historia; que por experiencia muy clara se ha notado cuánto más prontos y ágiles estaban
para recibir el Evangelio los indios que los Reyes Incas sujetaron, gobernaron y enseñaron, que
no las demás naciones comarcanas donde aún no había llegado la enseñanza de los Incas,
muchas de las cuales se están hoy tan bárbaras y brutas como antes se estaban, con haber
setenta y un años que los españoles entraron en el Perú. Y pues estamos a la puerta de este
gran laberinto, será bien pasemos adelante a dar noticia de lo que en él había.
Después de haber dado muchas trazas y tomado muchos caminos para entrar a dar cuenta del
origen y principio de los Incas Reyes naturales que fueron del Perú, me pareció que la mejor
traza y el camino más fácil y llano era contar lo que en mis niñeces oí muchas veces a mi
madre y a sus hermanos y tíos y a otros sus mayores acerca de este origen y principio, porque
todo lo que por otras vías se dice de él viene a reducirse en lo mismo que nosotros diremos, y
será mejor que se sepa por las propias palabras que los Incas lo cuentan que no por las de
otros autores extraños. Es así que, residiendo mi madre en el Cuzco, su patria, venían a
visitarla casi cada semana los pocos parientes y parientas que de las crueldades y tiranías de
Atahualpa (como en su vida contaremos) escaparon, en las cuales visitas siempre sus más
ordinarias pláticas eran tratar del origen de sus Reyes, de la majestad de ellos, de la grandeza
de su Imperio, de sus conquistas y hazañas, del gobierno que en paz y en guerra tenían, de las
leyes que tan en provecho y favor de sus vasallos ordenaban. En suma, no dejaban cosa de las
prósperas que entre ellos hubiese acaecido que no la trajesen a cuenta.
De las grandezas y prosperidades pasadas venían a las cosas presentes, lloraban sus Reyes
muertos, enajenado su Imperio y acabada su república, etc. Estas y otras semejantes pláticas
tenían los Incas Pallas en sus visitas, y con la memoria del bien perdido siempre acababan su
conversación en lágrimas y llanto, diciendo: »Trocósenos el reinar en vasallaje... « etc. En
estas pláticas yo, como muchacho, entraba y salía muchas veces donde ellos estaban, y me
holgaba de las oír, como huelgan los tales de oír fábulas. Pasando pues días, meses y años,
siendo ya yo de diez y seis o diez y siete años, acaeció que, estando mis parientes un día en
esta su conversación hablando de sus Reyes y antiguallas, al más
anciano de ellos, que era el que daba cuenta de ellas, le dije:
- Sobrino, yo te las diré de muy buena gana; a ti te conviene oírlas y guardarlas en el corazón
(es frase de ellos por decir en la memoria). Sabrás que en los siglos antiguos toda esta región
de tierra que ves eran unos grandes montes y breñales, y las gentes en aquellos tiempos vivían
como fieras y animales brutos, sin religión ni policía, sin pueblo ni casa, sin cultivar ni sembrar
la tierra, sin vestir ni cubrir sus carnes, porque no sabían labrar algodón ni lana para hacer de
vestir; vivían de dos en dos y de tres en tres, como acertaban a juntarse en las cuevas y
resquicios de peñas y cavernas de la tierra. Comían, como bestias, yerbas del campo y raíces
de árboles y la fruta inculta que ellos daban de suyo y carne humana. Cubrían sus carnes con
hojas y cortezas de árboles y pieles de animales; otros andaban en cueros. En suma, vivían
como venados y salvajinas, y aun en las mujeres se habían (se comportaban) como los brutos,
porque no supieron tenerlas propias y conocidas.
Adviértase, porque no enfade el repetir tantas veces estas palabras: »Nuestro Padre el Sol«,
que era lenguaje de los Incas y manera de veneración y acatamiento decirlas siempre que
nombraban al Sol, porque se preciaban descender de él, y al que no era Inca no le era lícito
tomarlas en la boca, que fuera blasfemia y lo apedrearan. Dijo el Inca:
- Nuestro Padre el Sol, viendo los hombres tales como te he dicho, se apiadó y hubo lástima de
ellos y envió del cielo a la tierra un hijo y una hija de los suyos para que los doctrinasen en el
conocimiento de Nuestro Padre el Sol, para que lo adorasen y tuviesen por su Dios y para que
les diesen preceptos y leyes en que viviesen como hombres en razón y urbanidad, para que
habitasen en casas y pueblos poblados, supiesen labrar las tierras, cultivar las plantas y
mieses, criar los ganados y gozar de ellos y de los frutos de la tierra como hombres racionales
y no como bestias. Con esta orden y mandato puso Nuestro Padre el Sol estos dos hijos suyos
en la laguna Titicaca, que está ochenta leguas de aquí, y les dijo que fuesen por do quisiesen
y, doquiera que parasen a comer o a dormir, procurasen hincar en el suelo una barrilla de oro
de media vara en largo y dos dedos en grueso que les dio para señal y muestra, que, donde
aquella barra se les hundiese con solo un golpe que con ella diesen en tierra, allí quería el Sol
Nuestro Padre que parasen e hiciesen su asiento y corte.
Libro II, Capítulo IV
De muchos dioses que los historiadores españoles impropiamente aplican a los indios
[...] Declarando el nombre Apachitas que los españoles dan a las cum bres de las cuestas muy
altas y las hacen dioses de los indios, es de saber que ha de decir Apachecta; es dativo, y el
genitivo es Apachecpa, de este participio de presente apáchec, que es el nominativo, y con la
sílaba ta se hace dativo: quiere decir al que hace llevar, sin decir quién es ni declarar qué es lo
que hace llevar. Pero conforme al frasis de la lengua , como atrás hemos dicho, y adelante
diremos de la mucha significación que los indios encierran en sola una palabra, quiere decir
demos gracias y ofrezcamos algo al que hace llevar estas cargas, dándonos fuerzas y vigor
para subir por cuestas tan ásperas como ésta, y nunca lo decían sino cuando estaban ya en lo
alto de la cuesta, y por esto dicen los historiadores españoles que llamaban Apachitas a las
cumbres de las cuestas, entendiendo que hablaban con ellas, porque allí le oían decir esta
palabra Apachecta, y, como no entienden lo que quiere decir, dánselo por nombre a las
cuestas. Entendían los indios, con lumbre natural, que se debían dar gracias y hacer alguna
ofrenda al Pachacámac, se debían dar gracias y hacer alguna ofrenda al Pachacámac, Dios no
conocido que ellos adoraban mentalmente, por haberles ayudado en aquel trabajo. [... ]
No miraban al Sol cuando hacían aquellas ceremonias, porque no era la adoración a él, sino al
Pachacámac. Y las ofrendas, más eran señales de sus afectos que no ofrendas; porque bien
entendían que cosas tan viles no eran para ofrecer. De todo lo cual soy testigo, que lo vi
caminando con ellos muchas veces. Y más digo, que no lo hacían los indios que iban
descargados, sino los que llevaban carga. Ahora, en estos tiempos, por la misericordia de Dios
en lo alto de aquellas cuestas tienen puestas cruces, que adoran en nacimiento de gracias' de
habérseles comunicado Cristo Nuestro Señor.
Lo mejor de lo que ha pasado a Indias se nos olvidaba, que son los españoles y los negros que
después acá han llevado por esclavos para servirse de ellos, que tampoco los había antes en
aquella mi tierra. De estas dos naciones se han hecho allá otras, mezcladas de todas maneras,
y para las diferenciar les llaman por diversos nombres, para entenderse por ellos. Y aunque en
nuestra historia de La Florida dijimos algo de esto, me pareció repetirlo aquí, por ser éste su
propio lugar. Es así que al español o española que va de acá llaman español o castellano, que
ambos nombres se tienen allá por uno mismo, y así he usado yo de ellos en esta historia y en
La Florida. A los hijos de español y de española nacidos allá dicen criollo o criolla, por decir que
son nacidos en Indias. Es nombre que lo inventaron los negros, y así lo muestra la obra. Quiere
decir entre ellos negro nacido en Indias; inventáronio para diferenciar los que van de acá,
nacidos en Guinea, de los que nacen allá, porque se tienen por más honrados y de más calidad
por haber nacido en la patria, que no sus hijos porque nacieron en la ajena, y los padres se
ofenden si les llaman criollos. Los españoles, por la semejanza, han introducido este nombre
en su lenguaje para nombrar los nacidos allá. De manera que al español y al guineo nacidos
allá les llaman criollos y criollas. Al negro que va de acá, llanamente le llaman negro o guineo.
Al hijo de negro y de india, o de indio y de negra, dicen mulato y mulata. A los hijos de éstos
llaman cholo; es vocablo de la isla de Barlovento; quiere decir perro, no de los castizos, sino de
los muy bellacos gozcones; y los españoles usan de él por infamia y vituperio. A los hijos de
español y de india o de indio y española, nos llaman mestizos, por decir que somos mezclados
de ambas naciones; fue impuesto por los primeros españoles que tuvieron hijos en indias, y por
ser nombre impuesto por nuestros padres y por su significación me lo llamo yo a boca llena, y
me honro con él. Aunque en Indias, si a uno de ellos le dicen »sois un mestizo« o »es un
mestizo«, lo toman por menosprecio. De donde nació que hayan abrazado con grandísimo
gusto el nombre montañés, que, entre otras afrentas y menosprecios que de ellos hizo un
poderoso, les impuso en lugar del nombre mestizo. Y no consideran que aunque en España el
nombre montañés sea apellido honroso, por los privilegios que se dieron a los naturales de las
montañas de Asturias y Vizcaya, llamándoselo a otro cualquiera, que no sea natural de
aquellas provincias, es nombre vituperoso, porque en propia significación quiere decir: cosa de
montaña, como lo dice en su Vocabulario el gran maestro Antonio Lebrija (Nebrija), acreedor de
toda la buena latinidad que hoy tiene España; y en la lengua general del Perú, para decir
montañés dicen sacharuna, que en propia significación quiere decir salvaje, y por llamarles
aquel buen hombre disimuladamente salvajes, les llamó montañés; y mis parientes, no
entendiendo la malicia del imponedor, se precian de su afrenta, habiéndole de huir y abominar,
y llarmarse como nuestros padres nos llamaban y no recibir nuevos nombres afrentosos, etc.