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1.

INTRODUCCION

Muchos masones suponen cosas extrañas acerca de la fundación de la


Masonería. Unos asumen que se trata de una Orden milenaria cuyos orígenes
se funden, dicen, en “la noche de los tiempos”. Otros hablan de Agartha, de la
Atlántida y de otros lugares tan remotos como fantásticos. Muchos dicen que la
Masonería nace en Egipto y sería en verdad ocioso citar las fuentes que
especulan acerca de este interesante tema.

No obstante, la mayoría de los hermanos desconocen que existen fuentes


formales de la Orden y traslapan el «contenido» con el «continente», es decir,
la forma con el fondo, y cuando hablan de la forma, lo mezclan con el fondo y
viceversa. Se hace así un auténtico “mazacote”, intelectualmente indigesto y
absurdo que les conduce a afirmar cosas tan inverosímiles como ridículas.

En realidad, de los orígenes doctrinales de las escuelas iniciáticas sí se puede


decir que son muy antiguos porque se relacionan con la Doctrina Secreta,
es decir, con los Grandes Misterios. Pero la forma estructural del sistema
masónico escocés es moderna, muy moderna en realidad.

¿Entonces, de qué estamos hablando?

Si del Rito, como sistema y organización se trata, habrá entonces que decir que
lo que menos tiene, paradójicamente, es de “escocés “ya que sus grados son
en verdad muy franceses, pues fueron creados o inventados en Francia, y
muchos de ellos en la ciudad de Lyon, en particular el Kadosch.

En efecto, el Caballero Michel Andrew de Ramsay, nacido en Ayr, Escocia,


creó grados "escoceses" que de tales no tuvieron sino el nombre, pues todos
eran en realidad de manufactura francesa; fueron estos grados los que
formaron el original Rito de Perfección en 25 estamentos, sistema manejado
por el ejo Consejo de los Caballeros de Oriente y de Occidente, constituido
bajo las Constituciones de 1762.

Este fue el sistema que trajo al continente americano Esteban Morin y que más
tarde fue transformado en los Estados Unidos (en Charleston, Carolina del Sur)
en el actual Rito Escocés, fundado en el año de 1801, y bajo las supuestas
Constituciones de Federico de Prusia, de 1786.
De todo esto podemos deducir que, en realidad, el Rito Escocés, si bien tiene
orígenes franceses, en realidad es muy americano, pues fue formalmente
constituido en Estados Unidos con base en unas Constituciones
discutiblemente atribuidas al Rey Federico.

Pero ¿quién fue este Esteban Morin, personaje tan importante en la historia del
escocismo?

Esteban Morin, al decir de Frau Abrines, fue un judío francés miembro del
Consejo de los Emperadores de Oriente y Occidente, y quien el 27 de agosto
de 1751 expidió a su favor una patente de «Gran Inspector Delegado», en
principio para propagar el citado Rito de Perfección en 25 Grados por toda
América. Pero Morin, con las Constituciones del Rito de Perfección bajo el
brazo, llegó a Santo Domingo con sus baúles conteniendo los cordones y
vistosos mandiles de los grados y se dedicó a sus negocios. Morin era
comerciante en telas, y más tarde en Ron, cosa que le hizo muy afecto a la
botella. Los mejores negocios los hacía Morin con judíos de Charleston, los que
más tarde identificó como masones.

Estos cinco judíos americanos, -dice Frau Abrines, así como otras fuentes
oficiales del Supremo Consejo, Jurisdicción Sur de los Estados Unidos-,
apoderándose de este Rito de Perfección decidieron aumentarle ocho grados
más, dando así lugar y forma al Rito Escocés Antiguo y Aceptado en 33
grados.

A los masones americanos, muy demócratas y republicanos, les hizo gran


mella el vistoso ritualismo y la colorida parafernalia de los grados franceses,
que no conocían, así como los títulos caballerescos y pomposos tan propios de
la nobleza europea. Que un ciudadano de pronto fuera un Príncipe Rosacruz o
del Real Secreto, si que era seductor. Así que el Rito de Perfección tuvo mucho
éxito, más de lo que se esperaba; tanto que 25 grados no les bastaron.

Creada la escalera de 33 grados del Rito Escocés -el primer sistema de "altos"
grados-, solo había que esperar el interés inusitado en las doctrinas esotéricas
que Albert Pike introdujo para crear el sistema filosófico, esotérico e iniciático
que hoy contiene el escocismo.

En realidad, como hemos dicho aquí, el sistema de los "altos" grados pegó de
manera diferente en Estados Unidos que en los países latino americano.
Mientras en Estados Unidos son un sistema complementario de la masonería
básica y gremial, al mismo tiempo fraternal que asistencial- En nuestros países
ha querido ser un sistema de dominación sobre la masonería que se practica
en las Logias y sus Grandes Logias.

2. NACIMIENTO DE LOS ALTOS GRADOS O GRADOS


FILOSÓFICOS

La Francmasonería mundial y por lo que se refiere al hoy denominado Rito


Escocés Antiguo y Aceptado (Escocismo) no siempre ha estado dividida en los
33 grados de la actualidad. No es hasta la primera mitad del siglo XVIII que la
francmasonería de tradición Escocista desborda los tres primeros grados de su
estructura tradicional (aprendiz, compañero y maestro). El cambio se produjo
en razón a que de la concepción de "masonería operativa" (solamente se
admitían miembros de un determinado gremio artesanal) se pasó a la
concepción de "masonería especulativa" (se admitieron miembros no
pertenecientes a su gremio de origen bajo la denominación de "masones libres
y aceptados").

Esta nueva concepción de la Orden Masónica transforma a sus miembros de


"masones", sin ningún otro calificativo, a "Francmasones" y se opera
básicamente en razón a la pérdida de afiliados de las diferentes logias
gremiales como consecuencia del cambio estructural que se estaba operando
en el mundo económico a principios del siglo XVIII (fecha de referencia
habitualmente tomada la de 1723, en razón a la publicación de las
denominadas "Constituciones de Anderson").

La Orden de los Francmasones se constituye, a partir de ese periodo histórico,


en una organización que pasa de ser gobernada por miembros de sus
respectivos gremios artesanales a ser gobernada (dada la entrada masiva de
"masones libres y aceptados") por miembros ajenos al oficio originario del
gremio y como quiera que la entrada de "masones libres y aceptados" se
identifica con la aristocracia, la Orden Francmasónica pasa a ser gobernada
por ella (Inglaterra y Francia), rompiendo de esta forma la anterior organización
gremial, para dar lugar, 25 años más tarde, a lo que se ha conocido por Altos
Grados o Grados Filosóficos, a través del denominado Rito de Perfección
(estructurado en 25 grados). Respecto de la Masonería Azul y de sus grados
operativos.
La existencia y la organización del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, dividido
en 33 grados, no se revela públicamente hasta la constitución del Supremo
Consejo de Charleston (Carolina del Sur de los EUA) en el año 1801 (fecha de
constitución 31/05/1801). Sin embargo, se pueden encontrar antecedentes
históricos a esta fecha respecto de la aparición de los 8 grados adicionales al
Rito de Perfección y de la identidad de las personas que fueron sus primeros
titulares conocidos. El escenario, al menos aparente, se sitúa en el hemisferio
occidental y tiene dos actores principales que ocupan la escena: Alexandre
François Auguste, conde de Grasse de Rouville, marqués de Tilly y su suegro,
Jean-Baptiste, Noël, Marie Delahogue, notario en la ciudad de Santo Domingo
(Isla Dominicana).

Dentro de la actividad masónica de Grasse-Tilly, y de Delahogue, que se


encuentra suficientemente documentada históricamente en los archivos
americanos, se halla la creación de una Logia de Altos Secretos, es decir, un
Gran o Sublime Consejo del Grado 25 y Ultimo del Rito de Perfección
(13/01/1797) en la ciudad de Charleston. Por estas mismas fechas, Grasse-
Tilly envía una Patente del Grado 33 a Delahogue y a varios refugiados
franceses en la ciudad de Charleston (estos hechos se hallan documentados,
nuevamente, en los archivos americanos). Consecuentemente, para poder
actuar de esta forma, Grasse-Tilly debía poseer, masónicamente hablando, el
Grado 33 y por ello cabría preguntarse: ¿De quién lo había obtenido?. A la
pregunta no se ha podido dar respuesta histórica, pero lo que sí es cierto es
que el 10/12/1797, firma una Patente del Grado 32 (Sublime Príncipe del Real
Secreto) y lo hace en calidad de Soberano Gran Inspector General (grado 33) y
como Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de las Indias
Occidentales Francesas.

El anterior Supremo Consejo (1797, fecha de referencia de la Patente del


Grado 32) debe entenderse como anterior al de Charleston (1801) y su
existencia quedó confirmada por el Boletín Oficial del Supremo Consejo de
Charleston (02/02/1802) que menciona a Grasse-Tilly como Soberano Gran
Comendador y a Delahogue como Teniente Gran Comendador del Supremo
Consejo de las Indias Occidentales Francesas. Así pues, históricamente, la
paternidad del Rito escocista de estos dos personajes está suficientemente
acreditada y, adicionalmente, que el Supremo Consejo de las Indias
Occidentales Francesas, o también conocido como de las Islas Francesas de
Sotavento y Barlovento existía ya en 1796, cuando Grasse-Tilly y Delahogue se
refugiaron, por razón de la primera revuelta negra en la Isla Dominicana, en la
ciudad de Charleston. Tampoco es menos cierto que existen documentos
suficientes en los archivos americanos para afirmar que en la ciudad de
Kingston (Isla de Jamaica), existía con anterioridad a 1801, un Supremo
Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para las Indias Occidentales
Inglesas y tal afirmación se basa en el hecho histórico de la existencia de un
manuscrito constituido por un Ritual del Grado 33 y un texto (¿) de las Grandes
Constituciones de 1786.
Este itinerario histórico culmina en la ya lejana fecha de 04/12/1802, en la que
una circular hacía conocer al mundo masónico y correlativamente al mundo
profano, de la creación en Charleston (Carolina del Norte de los EUA) de un
"Supremo Consejo de Grandes Inspectores Generales del Grado 33º y Ultimo
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado".

La circular explicitaba: "… el 31 de mayo de 1801, el Supremo Consejo de los


Estados Unidos de América, ha sido constituido con gran solemnidad por los
HH.·. John Mitchell y Frederic Dalcho y el total de los efectivos de Grandes
Inspectores Generales se han completado a lo largo del año, conforme
determinan las Grandes Constituciones…". John Mitchel tomaba el título de
Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo constituido y el Hermano
Dalcho el de Teniente Gran Comendador. El conde Grasse-Tilly se encontraba
en su calidad de Soberano Gran Inspector General entre sus fundadores y se
mantuvo en el Supremo Consejo hasta su partida hacia Santo Domingo
(incluso antes de que el Supremo Consejo adquiriera la totalidad de los nueve
miembros prescritos por las Grandes Constituciones).

Las cuestiones históricas del nacimiento del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
en sus 33 grados; de la constitución de Supremos Consejos en el hemisferio
occidental e incluso de la polémica respecto de la paternidad de las Grandes
Constituciones, constituye el siguiente paso para comprender la situación
actual de las más Altas Instituciones de la Francmasonería en cada Estado.

3. LAS GRANDES CONSTITUCIONES DE 1786 Y FEDERICO II


DE PRUSIA

Parece ser que el comentario escrito más antiguo y que a la vez podemos
considerar como oficial referido a las Grandes Constituciones que amparan el
Rito Escocés Antiguo y Aceptado nos viene dado por el Secretario General del
Supremo Consejo de Francia a raíz de su Asamblea General de 1813 (05/03).
Este comentario tiene especial importancia porque el Supremo Consejo de
Francia fue creado por Grasse-Tilly (1804) que a su vez ostentaba el título de
Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de las Indias Occidentales
Francesas y consta como fundador del Supremo Consejo de Charleston en su
calidad de Soberano Gran Inspector General.

El citado comentario indica, entre otras puntualizaciones: "… el Rito Escocés


Antiguo y Aceptado contiene a la vez el simbolismo y el misticismo de todos los
ritos, las ciencias filosóficas, herméticas y cabalísticas … ", añadiendo a
continuación que todo ello es lo que se entiende por "Masonería Antigua",
"Masonería Moderna" y "Masonería Rectificada", para introducir una párrafo de
gran relevancia histórica: " … Carlos Eduardo, último retoño de los Estuardo,
fue el jefe de la Masonería Antigua y Moderna. Designó, para Gran Maestro y
como sucesor a Federico II, rey de Prusia,… ". En la época en que se efectúan
tales manifestaciones (1813), el Rito de Perfección se componía
exclusivamente de 25 Grados (el de Príncipe del Real Secreto era el último).

Para comprender, al menos mínimamente, el paso a los 33 Grados, conocidos


oficialmente a partir de la constitución del Supremo Consejo de Charleston, hay
que situarse en el ambiente masónico anterior y posterior a la Revolución
Francesa, periodo en el que, en Francia, se opera una gran transformación en
el mundo francmasón. Por esta causa, en Alemania y en 1782, se teme que la
Masonería (mejor dicho la Francmasonería) pueda llegar a ser la proa de la
anarquía y, en su consecuencia, que bajo el nombre de Hermano Francmasón
se puede llegar a degradar, envilecer y destruir a la Orden Francmasónica y se
arguye que Federico II concibe el diseño de concentrar el Soberano poder
masónico, del que era heredero, en un Consejo de Grandes Inspectores
Generales que, una vez él fallecido, pudiera gobernar conforme a la
Constitución y a otros Estatutos, a la Alta Masonería. Como consecuencia de
ello y sin que se encuentre históricamente probado, el 01/05/1786, nacen los
33 Grados de la Jerarquía del Rito Escocés Antiguo y Aceptado que, hasta
entonces se hallaba limitado a 25 Grados (Rito de Perfección) y se da, al grado
33, la denominación de "Potente y Soberano Gran Inspector General",
otorgándosele a este Grado el poder para regir y gobernar el Rito;
concentrando el Gobierno del mismo en un "Soberano Capítulo" bajo el nombre
de "Supremo Consejo de Grandes Inspectores Generales del Grado 33 y
Ultimo del Rito". Este Capítulo o Supremo Consejo se rige por las
"Constituciones, Estatutos y Reglamentos" que más tarde se han conocido
como Grandes Constituciones de 1786, por haber sido presuntamente firmadas
por Federico II de Prusia (01/05/1786).

La realidad histórica respecto de la denominación de Rito Escocés Antiguo y


Aceptado; de la firma por Federico II de las Grandes Constituciones; o aún del
Convento (reunión o también conocido por conferencia) en que las mismas
nacieron es harto diferente. Así la calificación de Antiguo y Aceptado, que
distingue este rito del resto de los escoceses es simplemente una traducción de
la expresión inglesa "Ancient and Acceptted Massons", que nace en las luchas
que existieron en 1751 entre la Antigua y la Nueva Logia de Inglaterra.

Respecto de la autenticidad de las Grandes Constituciones y de sus diferentes


versiones, también existe documentación histórica para poderse pronunciar.
Así, existe una denominada versión francesa y otra versión denominada latina
(nos referimos a ella de esta forma, porque está redactada en latín), pero lo
cierto es que no se conoce una copia hasta 1814 y su primera publicación no
se efectuará hasta 1832 en el "Prontuario de las actas del Supremo Consejo de
Francia" (a esta versión es la que denominamos "versión francesa").
Respecto de la "versión latina", en 1834, los Supremos Consejos de Francia,
Brasil y Bélgica firman en París un tratado de alianza con el denominado
Supremo Consejo Unido del Hemisferio Occidental, cuyo Soberano Gran
Comendador, el marqués de Sainte-Rose y conde de Saint-Laurent, pretende
estar en posesión de la única copia conocida, auténtica y completa de las
Grandes Constituciones de 1786 (a esta copia se le denomina "versión latina").

Históricamente lo que está demostrado es que nunca hasta ese momento, en


el mundo masónico, nadie había oído hablar, salvo vagas referencias, de este
Supremo Consejo. Si ello fuera cierto, el Supremo Consejo gobernado por
Saint-Laurent, sería inclusive anterior al de Charleston, al de las Indias
Occidentales Francesas y al de Kingston.

La realidad incontrovertible, históricamente hablando, es que cuando Saint-


Laurent llega al ciudad de Nueva York y pretende que su Supremo Consejo
abarque todo el hemisferio occidental (en este caso referido al continente
americano), encuentra la oposición tanto del Supremo Consejo de Charleston
(con jurisdicción sobre la zona sur de los EUA), como la del Supremo Consejo
de Nueva York (con jurisdicción sobre la zona norte de los EUA), creado éste
último en 1813, y ante tal oposición busca el apoyo del Rito de Cerneau
(nacido del Rito de Perfección y que también abarcaba 25 Grados).

De la fusión entre ambos Ritos nace una Autoridad masónica "ex - novo" bajo
el título de "Supremo Consejo Unido para el Hemisferio Occidental del
Grado 33 y Ultimo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado".

Este Supremo Consejo no llegó a imponer jamás su autoridad y Saint-Laurent


decide volver a Francia donde tiene más éxito con sus intentos de crear una
"relativa" unidad francmasónica del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y así, el
23/02/1834, concluye una alianza con los Supremos Consejos de Francia,
Bélgica y Brasil (alianza citada anteriormente), a raíz de la cual se publican los
textos de las Grandes Constituciones de 1786, según copia reproducida por
Saint-Laurent.

El contenido del texto (según la copia reproducida por Saint-Laurent), dado a


las Grandes Constituciones de 1786 por esta alianza, es considerablemente
aumentado con referencia al texto de la versión francesa de 1832 y comprende
tres documentos redactados en latín (de ahí el concepto de versión latina):

El primero se titula "Nova Instituta" o "Nuevos Institutos Secretos"; el


segundo modifica o varía el texto de las Grandes Constituciones en
determinados artículos y el tercero, es un apéndice de tres artículos en el que
se describe el Estandarte de la Orden, las Insignias de los Soberanos Grandes
Inspectores Generales y el Gran Sello de la Orden.

En definitiva el texto de 1834 hay que considerarlo como un texto apócrifo que,
además, se encabeza con la divisa "Tolerancia, Unión, Prosperidad", cuando
en todos los rituales anteriores a 1834 se encabezaba con la expresión inglesa
"Health, Stability and Power" (salud, estabilidad y poder).

La hipotética participación de Federico II, rey de Prusia, en la elaboración y


firma de las Grandes Constituciones La segunda cuestión que se plantea,
desde la perspectiva histórica, es el grado de participación o la nula
participación de Federico II de Prusia en la elaboración y firma de las Grandes
Constituciones. Las investigaciones históricas efectuadas en Berlín (Alemania)
para encontrar rastros de una reunión del Supremo Consejo del Grado 33 en la
fecha de 01/05/1786, debe considerarse negativa. Consecuentemente, y si esto
es así, cabe preguntarse ¿qué papel jugó Federico II de Prusia en las Grandes
Constituciones de 1786?

La contestación es harto difícil porque, de entrada, no se puede olvidar que


Federico II murió el 17/08/1786 (tres meses y medio después de la
promulgación de las Grandes Constituciones), tras una larga y dolorosa
enfermedad (gota) que, probablemente, le impedía cualquier tipo de
desplazamiento. Adicionalmente, Federico II fue iniciado en la Masonería
Simbólica en 1738 siendo aún príncipe heredero y cesó (entró en sueños) en
1744.

Lo que no se puede desconocer es que fue el gran protector y benefactor de la


Masonería en Prusia y también está contrastado históricamente que los Altos
grados del Rito de Perfección habían sido introducidos en Alemania por
Francmasones franceses en 1758. Ello nos lleva a admitir y suponer que
Federico II fue en Prusia el protector, al menos nominal, del Rito.
Consecuentemente, si la enfermedad le retuvo de tal forma que no pudo
trasladarse al pretendido Consejo de 01/05/1786; que moralmente, no pudo
firmar las Grandes Constituciones de 1786 en razón a su situación masónica
(se encontraba en sueños) y que la situación en Alemania era la de la
utilización del Rito de Perfección, solo cabe pensar que las Grandes
Constituciones de 1786, son de carácter apócrifo y en todo caso, hay que
buscar, una paternidad diferente de las mismas.

La indeterminación histórica de si las pudo o no firmar puede parcialmente ser


esclarecida con la hipótesis de que su firma le fue atribuida indebidamente por
un escribano por confusión de nombres y títulos nobiliarios en una de las
copias encontradas, puesto que todas las copias históricamente conocidas son
muy posteriores a las del año 1786. En estas circunstancias cabe ver quién fue
el verdadero Federico.

Históricamente la confusión de nombres y de títulos nobiliarios viene dada por


la interrelación entre Federico de Brunswick y Federico II, rey de Prusia, al que
no hay que confundir con su tío, el duque Fernando de Brunswick–Lünebourg–
Woelfenbruttel, que perteneció a la Gran Logia Madre Real de los Tres Globos
Terrestres de Berlín y que había expandido en Alemania los grados del Rito de
Perfección, al que le siguió el Rito de la Estricta Observancia después de
1766.

Históricamente, se impone una conclusión: las Grandes Constituciones de


1786, atribuidas a Federico II de Prusia y la organización definitiva en 33
grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, hay que considerarlas como de
clara influencia francesa, que vieron la luz, al parecer, hacia 1801 en América y
que en absoluto desdicen la implantación del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
y la creación de Supremos Consejos en fechas anteriores. Lo único cierto es
que dos siglos largos después, la Orden Francmasónica, al menos la
mayoritaria, practica el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y se organiza en
Supremos Consejos que agrupan, en algunos casos, los 33 grados y en otros
(Masonería liberal o a dogmática) los grados comprendidos entre el grado 4
(Maestro Secreto) y el grado 33 (Soberano Gran Inspector General),
hallándose siempre, en este último caso, ligados los 33 grados a través
de Tratados de Amistad y Reconocimiento entre un Gran Oriente o una
Gran Logia y el Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escocés Antiguo
y Aceptado del país.

4. HISTORIA DE LOS SUPREMOS CONSEJOS MUNDIALES

Abstracción hecha del Supremo Consejo de las Islas Occidentales Francesas o


de su expresión equivalente de Supremo Consejo de las Islas Francesas de
Sotavento y Barlovento, y del Supremo Consejo de Kingston (Jamaica), del que
su existencia es harto imprecisa, los dos Supremos Consejos más antiguos son
los de las Jurisdicción Sur de los EUA (Charleston, Carolina del Sur de los
EUA, 1801) y el Supremo Consejo de Francia (1804). El primero tomó el
nombre de "Consejo Madre del Mundo", a partir del cual vieron la luz el resto
de Supremos Consejos. Así, en 1805 nace el Supremo Consejo de Italia,
radicado en Milán (en todos los Consejos citados tuvo participación decisiva
Grasse-Tilly).
En 1813 nace el Supremo Consejo de la Jurisdicción Norte de los EUA
(radicado en Nueva York) (también se fundó un Supremo Consejo radicado en
Boston –Massachusetts- que luego se fusionó con el Supremo Consejo de la
Jurisdicción Norte. Este fue fundado por el H. francés José Cerneau).
Posteriormente, nacen los Supremos Consejos de Bélgica (1817); Venezuela
(1824); Brasil (1829); Perú (1830); Colombia (1833); Uruguay 1856); República
Argentina (1858); República de Cuba – Colón (1859); México (1860); República
Dominicana (1861); Turquía (1861); Chile (1870); Paraguay (1870); Guatemala
(1871); Grecia (1872); Confederación Helvética (1873); Canadá (1874);
Ecuador (1910); Países Bajos (1912); Panamá (1913); Austria (1925); Bolivia
(1931); Alemania (1931); Filipinas (1950); Italia (segunda refundación) (1960);
El Salvador (1960); Nicaragua (1961); Honduras (1961); Costa Rica (1961);
Israel (1966); Irán (1970); Finlandia (1973); Luxemburgo (1976). Los Supremos
Consejos de Irlanda, Inglaterra y Gales, y Escocia fueron fundados en 1826,
1845 y 1846.

Los Supremos Consejos relacionados en el párrafo anterior pertenecen


o pertenecieron a la tradición masónica anglosajona y, la tradición
masónica a dogmática o liberal ha creado, cuando ha sido necesario,
Supremos Consejos en cada país o, en su defecto, los Supremos
Consejos ya creados han caído bajo la tradición a dogmática. En todos
los casos, ya se trate de Supremos Consejos de tradición anglosajona o
tradición a dogmática o liberal operan bajo el Rito Escocés Antiguo y
Aceptado, también conocido por Escocismo.

5. LA ORGANIZACIÓN UNIVERSAL DEL ESCOCISMO

Desde el origen del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y a medida de su


creación, los Supremos Consejos se encontraban entrelazados por una carta
común: las Grandes Constituciones de 1786. Estas constituían la fuerza y la
razón de su unidad con el mismo título que lo habían constituido las
denominadas Constituciones de Anderson (1723) para la masonería simbólica
o azul.

Al margen de la autenticidad histórica de las Grandes Constituciones, su


estricto respecto se imponía a todos los Supremos Consejos como condición
"sine qua non" para su pertenencia al Rito Escocés Antiguo y Aceptado
(Escocismo).

La unidad y la cohesión de los Supremos Consejos era, de esta forma,


evidente: se trataba de una Orden sometida a una jerarquía y a reglas
inmutables dirigida autocráticamente en cada país donde el Escocismo se
introdujo, a través de un Supremo Consejo del Grado 33 que tenía el carácter
inamovible y se hallaba compuesto de nueve miembros, coaptados a
perpetuidad pero unidos por su dirección colegial a través del texto de las
Grandes Constituciones.

Así el artículo 5 de las mismas disponía que no podía existir en cada país,
salvo para los EUA, más que un solo Supremo Consejo. Esta regla implica el
reconocimiento recíproco de los Supremos Consejos, dado que era necesario
para crear un Supremo Consejo en un país, el obtener una patente o una
delegación de un Supremo Consejo ya instalado. Ese método imposibilitaba las
rivalidades internas y reforzaba la unidad y, en sentido inverso, todo Supremo
Consejo o cuerpo subordinado al mismo no podía romper este regla de
carácter estricto sin que fuera excluido del Rito Escocés Antiguo y Aceptado,
"de facto i de iure". En definitiva, el universalismo era la esencia del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado y de su Organización

6. EL TRATADO DE ALIANZA DE POTENCIAS MASÓNICAS DE


1834

La primera tentativa para crear una unión entre Supremos Consejos es el


denominado "Tratado de Alianza" concluido en París (23/02/1834), entre los
Supremos Consejos de Francia de Bélgica, del Brasil y el Supremo Consejo
unido del hemisferio occidental (cuyo Soberano Gran Comendador era el
marqués de Sainte-Rose y conde de Saint-Laurent).

En dicho Tratado de Alianza se repite la imposibilidad de que exista más de un


Supremo Consejo en un mismo país y que ninguna potencia del Rito Escocés
Antiguo y Aceptado puede fusionarse con otra potencia masónica que ejerza
otro rito.

Adicionalmente el Tratado tenía como objeto: mantener los dogmas, principios


y doctrinas del Escocismo; hacer observar las constituciones, leyes y
reglamentos de la Francmasonería; mantener la independencia e integridad de
cada Supremo Consejo; restablecer y hacer respetar la antigua disciplina de la
Orden; proclamar el reconocimiento de las Grandes Constituciones, Institutos,
Estatutos y Reglamentos Generales del Rito Escocés Antiguo y Aceptado; la
defensa mutua contra toda asociación masónica no regular; la vigilancia para la
selección de los candidatos o postulantes a los diversos grados.
Adicionalmente, el Tratado proclamaba la necesidad de reunirse cada cinco
años con los Delegados de los otros Supremos Consejos aliados. A dicho
tratado se adhieren, posteriormente, los Supremos Consejos de Italia, el Reino
de las Dos Sicilias y España y se publicaron "in extenso" las Grandes
Constituciones de 1783 en versión de la copia latina (versión de Saint-Laurent).

El Convento de Lausanne de 1875 y la reforma de las Grandes Constituciones


de 1786 La unión y la organización internacional iniciada con el Tratado de
Alianza de 1834, no tuvo confirmación hasta el Convento de Supremos
Consejos mundiales del Escocismo que se dio apertura en la ciudad de
Lausanne (Confederación Helvética) el 06/09/1875.

Once Supremos Consejos, sobre los 22 existentes a la sazón, fueron


representados en dicho Convento mundial y éstos fueron: Inglaterra y el País
de Gales, Bélgica, Colón - Cuba, Escocia, Francia, Grecia, Hungría, Italia,
Perú, Portugal y Suiza. Los Supremos Consejos de la Jurisdicción Sur de los
EUA, de la República Argentina y de Colombia, que habían dado su
asentimiento a la conferencia no pudieron enviar delegado alguno y, en
idénticas circunstancias, se encontró el Supremo Consejo de Chile, aunque
este último se adhirió a las decisiones que se pudieran tomar. Después de
numerosas sesiones de trabajo en comisión y once sesiones plenarias el
Convento mundial de Supremos Consejos fue clausurado el 22/09/1875 con la
reforma de las Grandes Constituciones de 1876 (reforma efectuada tomando
como base la denominada versión latina) y declarando la necesidad de
suscribir un Tratado de Alianza y Confederación de Supremos Consejos
(redactado en el Convento). Adicionalmente, se aprobó un solemne manifiesto
que comportaba la declaración de principios de Rito Escocés Antiguo y
Aceptado.

El propio Convento mundial determinó la lista de Supremos Consejos


regularmente reconocidos y la fijó en los siguientes: Jurisdicción Sur de los
EUA (charleston); Jurisdicción Norte de los EUA (Nueva York); para la América
Central: única y exclusivamente Costa Rica; Inglaterra; Bélgica, Canadá; Chile,
Colón (Cuba), Escocia, Estados Unidos de Colombia, Francia, Grecia, Hungría,
Irlanda, Italia, México, Perú, Portugal, República Argentina, Suiza, Uruguay y
Venezuela.

7. LAS CONFERENCIAS INTERNACIONALES

El artículo 3 del Tratado de Alianza y de Confederación de 1875 (Lausanne –


Confederación Helvética), estipulaba que los Supremos Consejos se reunieran
en Convento general, en primer lugar en 1878 en Roma o en Londres y a partir
de dicha fecha, cada diez años.
De hecho, como consecuencia de la no ratificación del Tratado por algunos
Supremos Consejos, no fue hasta 1900 y bajo la iniciativa del Supremo
Consejo de Francia, que un modesto congreso se reunió en París, con ocasión
de la Exposición Universal (11/09/1900). En dicho Supremo Consejo se
estableció la necesidad de un nuevo Convento mundial que debería reunirse, a
ser posible, en Bruselas (Bélgica). Dicho Convento (conferencia) no se pudo
reunir hasta el 10/06/1907, por el esfuerzo personal del Soberano Gran
Comendador del Supremo Consejo del Bélgica, sorpresivamente fue un éxito y
20 Supremos Consejos fueron representados en el Convento mundial: las dos
jurisdicciones de los EUA, Canadá, Suiza, Italia, Colón (Cuba), América Central
(Guatemala), México, Bélgica, Brasil República Argentina, Paraguay,
Venezuela, República Dominicana, Portugal, España, Egipto Grecia y Francia.
Los Supremos Consejos de Chile y de Perú se adhirieron al mismo.

El objeto del Convento mundial fue la definición y organización de los


Supremos Consejos regulares, la defensa contra las denominadas
organizaciones irregulares y la unidad del Rito. Como hecho a destacar en la
reunión de Bruselas y en sus conclusiones, se estipuló que los estatutos
generales del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, se basaban sobre las Grandes
Constituciones de 1786, modificadas por el Convento de Lausanne en 1875.

A partir de la reunión de Bruselas y salvo circunstancias históricas derivadas de


las dos grandes guerras mundiales, las conferencias o Conventos mundiales
de los Supremos Consejos de tradición anglosajona, se han efectuado
regularmente en Washington –DC- (1812); Lausanne (1822); París (1929);
Bruselas (1935); Boston -en razón de la II Guerra Mundial- (1939); La Habana
(1956); Washington –DC- (1961); Bruselas (1967); Barranquilla –Colombia-
(1970); Indianápolis (EUA) (1975), habiéndose reunido posteriormente cada
cinco años y hallándose previsto el Convento Mundial del año 2000 en Brasil. A
los Conventos mundiales referenciados no asisten los Supremos Consejos de
Inglaterra y Gales, Escocia e Irlanda.

Paralelamente, las Conferencias o Conventos Mundiales de los Supremos


Consejos de tradición a dogmática o liberal y por lo que se refiere al último
cuarto de siglo se han efectuado regularmente en Bruselas (1976); Ginebra
(1977); Florencia (1978); París (1979); Bruselas (1980); Venecia (1981); París
(1982); Ginebra (1984); Libreville –Gabón- (1986); París (1988); Bruselas
(1990); Roma (1992); México (1994); Lausanne (1995); Bruselas (1998); Beirut
–Líbano- (2000); hallándose prevista para el año 2002 la reunión en Abdijan
-Costa de Marfil. A partir de 1984, las reuniones o Conventos son programadas
de forma bianual fijándose su sede en una ciudad de un Continente
diferenciado para cada Convento (salvo modificaciones en razón de situaciones
de inestabilidad política). El Supremo Consejo de España ha asistido a todas
las reuniones de carácter internacional aportando las propuestas necesarias y
votando las resoluciones en congruencia con los intereses de la Familia
Francmasónica mundial.

A dichos Conventos mundiales han venido asistiendo regularmente más de


veinte Supremos Consejos, incluido el de España. Solamente los Supremos
Consejos de Inglaterra, Escocia e Irlanda, se abstienen de participar en las
conferencias internacionales. Las razones de su inasistencia deben, en todo
caso, ser explicitadas por quien se auto otorga el título de regular.

8. LA ORGANIZACIÓN UNIVERSAL DEL ESCOCISMO

Desde el origen del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y a medida de su


creación, los Supremos Consejos se encontraban entrelazados por una carta
común: las Grandes Constituciones de 1786. Estas constituían la fuerza y la
razón de su unidad con el mismo título que lo habían constituido las
denominadas Constituciones de Anderson (1723) para la Masonería simbólica
o Azul.

Al margen de la autenticidad histórica de las Grandes Constituciones, su


estricto respeto se imponía a todos los Supremos Consejos como condición
"sine qua non" para su pertenencia al Rito Escocés Antiguo y Aceptado
(Escocismo). La unidad en la práctica de las ceremonias de los Supremos
Consejos era, de esta forma, evidente: se trataba de una Orden sometida a una
jerarquía y a reglas inmutables, dirigida autocráticamente en cada país, donde
el Escocismo se introdujo a través de un Supremo Consejo del Grado 33,
creado a perpetuidad, compuesto de un mínimo de nueve miembros, unidos
por su dirección colegial a través del texto de las Grandes Constituciones. Esta
regla implica el reconocimiento recíproco de los Supremos Consejos, dado que
era necesario, para crear un Supremo Consejo en un país, el obtener una
patente o una delegación de un Supremo Consejo ya instalado.

9. MANIFIESTO DEL CONVENTO DE LAUSANA

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado es el método de trabajo iniciático masónico


más extendido internacionalmente de entre los varios practicados en nuestros
días.
Sus 30 grados -luego de los grados simbólicos universales, sobre los cuales
se erige- vienen a ser otros tantos movimientos de una misma sinfonía que
propone al iniciando la más completa gama de valores en su camino hacia lo
trascendente.

Los tres primeros grados se imparten y administran en el seno de las Grandes


Logias (o federaciones de logias ubicadas en un determinado territorio y
presididas por un Gran Maestre electo en voto universal) y los treinta grados
siguientes (el Rito en sí) son impartidos y administrados por instituciones
denominadas Supremos Consejos, que presiden sendos Grandes
Comendadores, también electos. Se trata, pues, de dos cuerpos masónicos
diferenciados en cuanto a sus respectivas competencias dentro de la Orden, si
bien ello no fue siempre así.

En Francia y en España, el Supremo Consejo del Rito administró (hasta 1894 y


1903, respectivamente) todos los grados del método, asumiendo habitualmente
una misma persona las responsabilidades de Gran Maestre y Gran
Comendador. Aún hoy día, aunque en número muy reducido, subsiste esa
tradición en algunos casos (como el de la Gran Logia de Italia).

El primer Supremo Consejo del R.E.A.A. se constituyó en Charleston (EE.UU.),


en 1801, con el propósito de coordinar e impartir la gama de grados iniciáticos
creada en Europa (y concretamente, en Francia) a lo largo del siglo XVIII,
desarrollando los tres grados masónicos básicos de Aprendiz, Compañero y
Maestro, comunes a todos los Ritos. Uno de los miembros franceses de aquel
Supremo Consejo, Augusto Alejandro de Grasse-Tilly, que ya había fundado un
Supremo Consejo en las Antillas francesas, regresó a Europa fundando los
Supremos Consejos de Francia (1804), de Italia (1805) y de España (1811).
Surgieron con posterioridad los de Bélgica (1817), Venezuela (1824), Irlanda
(1826), Brasil (1829), etc.

En 1834 se produjo una primera tentativa de vinculación entre los diversos


Supremos Consejos mundiales, mediante el efímero tratado de alianza suscrito
en París por los de Francia, Bélgica, Brasil y del controvertido “Hemisferio
Occidental”. A él se unieron los de Italia, España y las Dos Sicilias,
reconociendo la versión latina de las Grandes Constituciones llamadas “de
Berlín”, de 1786, como norma reguladora fundamental.

Pero fue en 1875 cuando se retomó el propósito homologador y coordinador


del fracasado tratado de París, mediante la reunión en Lausana (Suiza) del
Convento o Convención que reunió a representantes de11 Supremos Consejos
de los 22 existentes entonces (más la adhesión de Chile, que como EE.UU.,
Argentina y Colombia, no pudo enviar delegado).
Aquel Convento llevó a cabo la revisión de las Constituciones de Berlín y
redactó un Tratado de Alianza y Confederación de los Supremos Consejos del
Rito Escocés Antiguo y Aceptado, publicando un Manifiesto con la Declaración
de Principios del Rito y recogiendo en un “Tuileur” (o Código ritual) las
características de los diversos grados del método.

Reproducimos aquí, por su interés histórico, el preámbulo y el texto del


Manifiesto de Lausana, con la Declaración de Principios. De la repercusión y
alcance efectivos de los acuerdos alcanzados trataremos separadamente.

MANIFIESTO DEL CONVENTO DE LAUSANA


Septiembre de 1875

Delegados Convento de Lausana

Desde hace mucho, y sobre todo en estos últimos tiempos, la Masonería


ha sido objeto de los más injuriosos ataques.

En el momento en que el Convento, tras haber examinado con la mayor


atención las antiguas constituciones del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado, conservando con religioso respeto las sabias disposiciones
que le protegen y le perpetúan, libera a la Masonería de vanas trabas,
queriendo que se penetre del espíritu de libertad que anima a nuestra
época; en el momento en que, sobre bases inquebrantables, sanciona
una íntima alianza entre los masones de todo el mundo, el Convento no
puede disolverse sin responder con una patente declaración a esas
deplorables calumnias y enérgicas condenas.
Ante todo, para los hombres que desean conocer sus principios antes de
postularse ante la Francmasonería, los proclama mediante la siguiente
declaración, que constituye su programa oficial en los términos
acordados por el Convento.

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Art.1º.- La Francmasonería proclama, como lo ha hecho siempre, desde


su origen, la existencia de un Principio Creador, bajo el nombre
de Gran Arquitecto del Universo.

Art 2º.- No impone ningún límite a la investigación de la verdad y exige a


todos la tolerancia, a fin de garantizar a todos esa libertad.

Art.3º.- La Francmasonería está, pues, abierta a los hombres de todas


las nacionalidades, razas y creencias.

Art.4º.- Prohíbe en sus talleres toda discusión política y religiosa,


acogiendo a todo profano cualesquiera sean sus opiniones
políticas y religiosas, siempre que sea hombre libre y de buenas
costumbres.

Art.5º.- La Francmasonería tiene como fin luchar contra la ignorancia


bajo todas sus formas, siendo una escuela mutua cuyo
programa se resume así: obedecer las leyes del país de cada
uno; vivir honradamente; practicar la justicia; amar a sus
semejantes; trabajar sin flaqueza por el bien de la humanidad y
en pro de su emancipación progresiva y pacífica

Ese es el propósito que la Francmasonería del Rito Escocés asume y quiere


que sea asumido por cuantos deseen pertenecer a la familia masónica del
escocismo.
Pero junto a esta declaración de principios, el Convento necesita proclamar las
doctrinas en las que se apoya la Masonería escocesa, deseando que todos las
conozcan.

Para dignificar al hombre ante sus propios ojos, para hacerle digno de su
misión en la Tierra, la Masonería escocesa proclama el principio de que el
Creador Supremo ha dado al hombre la libertad como su bien más precioso; la
libertad, patrimonio de toda la humanidad, luz de lo alto que nadie tiene poder
ni derecho para apagar ni amortiguar y que es la fuente de los sentimientos de
honor y dignidad.

Desde la preparación en el primer grado simbólico universal, hasta la obtención


del grado más elevado de la masonería escocesa, la primera condición, sin la
que nada puede conseguir el aspirante, es la de poseer una reputación
honorable y de probidad incontestada. Requisito que es, por lo demás, exigible
en todos los Ritos o Métodos de Trabajo Masónico.

A aquellos para quienes la religión constituye el consuelo supremo, la


Masonería les dice: cultivad vuestra religión sin obstáculos, seguid los dictados
de vuestra conciencia. La Francmasonería no es una religión y no tiene culto.
Propone también una instrucción laica, cuya doctrina está contenida en esta
hermosa prescripción:

Ama a Dios con todas tus fuerzas, y al prójimo como a


ti mismo.

A quienes, con mucha razón, temen las disensiones políticas, la Masonería les
dice: proscribimos de nuestras reuniones toda discusión o debate político; sé
un servidor fiel y devoto de tu patria, no tienes que justificarte por ello. El amor
a la patria es compatible con todas las virtudes.

¡Se ha acusado a la Masonería de inmoralidad! La nuestra es la moral más


pura y más santa; se basa en la primera de todas las virtudes: humanidad. El
verdadero masón hace el bien, prodiga su solicitud a los menesterosos, sean
quienes fueren, en la medida de su capacidad. Por ello, no puede sino rechazar
con disgusto y desprecio toda inmoralidad.

Tales son los fundamentos sobre los que reposa la Francmasonería,


asegurando a todos los miembros de esta gran familia la unión más estrecha,
sean cuales fueren las distancias que separen a los diversos países en los que
vivan. Entre todos, ha de reinar el amor fraternal.

¿Y qué podría dar mejor testimonio de esa verdad que la misma reunión
mantenida en este Convento?. Sin conocernos unos a otros, procedentes de
los países más diversos, a penas habíamos intercambiado las primeras
palabras de bienvenida cuando ya surgió entre nosotros la más estrecha unión.
Nos estrechamos la mano fraternalmente y, dentro de la mayor concordia,
hemos ido adoptando nuestras más importantes resoluciones por unanimidad.

Francmasones de todas las regiones, ciudadanos de todos los países: estas


son las leyes de la Francmasonería, estos son sus misterios. Los esfuerzos de
la calumnia son impotentes contra ella y sus injurias se quedarán sin eco.

Marchando pacíficamente de victoria en victoria, la Francmasonería escocesa


extenderá día a día su acción moral y civilizadora.

10. RITO ESCOCÉS TRI-PARTIDO:


¿CUÁL REGULARIDAD?

El panorama mundial de los Supremos Consejos del Rito Escocés Antiguo


y Aceptado de la Masonería universal se caracteriza por poseer tres grandes
grupos que se repelen entre sí. Un cuarto colectivo crece rápidamente al
margen del cisma anti fraternal.

Todos ellos formados por Potencias que se derivan de las fundadas por el
Conde Grace - Tilly en los Estados Unidos de América, Francia e Italia, y
presumiblemente en España, a comienzos del siglo XIX. Los últimos, en
desarrollo de poderes otorgados por el primer Supremo Consejo fundado en
USA en 1801.

Es una situación difícil de explicar a la luz de los principios tutelares de la


Orden, pero que curiosamente se soluciona de un golpe, llamando “irregulares”
a los otros y recomendando el no relacionamiento con ellos.

10.1. Primer Grupo: La Maternidad Subordinante.


El intervencionismo en los asuntos Masónicos de otros países imponiendo
condiciones subordinantes es muy de la estirpe anglosajona de entender las
relaciones entre las Potencias Masónicas.

Así ha procedido él; Supremo Consejo para el Sur de USA con la Masonería
de otros países de Europa y América. Por ejemplo, entre otros, con la de
Francia en 1965 cuando con un solo plumazo rompió relaciones con el
SUPREMO CONSEIL DE FRANCE (Supremo Consejo de Francia), fundado
en 1805, para “reconocer” a un nuevo cuerpo denominado; SUPREMO
CONSEIL POUR LA FRANCE (Supremo Consejo para Francia), fundado en
1964, al retirarse el Soberano Gran Comendador Riandey, junto con 800
Masones del anterior, a quienes se les impuso condiciones de subordinación
como prerrequisitos para su “reconocimiento” como “Regular” en la Conferencia
Mundial de Supremos Consejos celebrada en 1975 en Indianápolis (USA) en
donde además se le proclamó, contra todo rigor histórico, como el legitimo
heredero de aquel fundado en París en 1804.

Este novel Supremo Consejo Para Francia trabaja con la Gran Logia Nacional
de Francia, que es la reconocida como “Regular” en los términos de la Gran
Logia Unida de Inglaterra.
Sus 35.000 miembros no están autorizados para visitar las otras
Obediencias francesas y no aceptan visitas de Masonas.

De ahí en adelante, ambas Potencias francesas se reclaman como la original


de 1804 en abierta rivalidad con el Supremo CONSEIL, GRAN COLLÈGE DU
RITE ECOSSAIS ANSÍEN ET ACCEPTÉ DU GRAND ORIENT DE FRANCE
(Supremo Consejo, Gran Colegio del Rito Escocés Antiguo y Aceptado del
Gran Oriente de Francia) que también reclama tal condición.

La programación de esta última Potencia del bicentenario del escocismo en


Francia incluyó de enero a diciembre del año 2004 coloquios sobre el Rito en
Lyon, Toulouse, Bordeaux, Marsella, Paris, Arras, Metz, Rouen, Clemont
Ferrand y las Antillas y Guyana.

Para justificar su supremacía, el Supremo Consejo para el Sur de USA,


siempre aduce la misma justificación: “El del Sur de USA es el Supremo
Consejo Madre del mundo”.

Así lo proclama a los cuatro vientos en sus membretes, publicaciones y


documentos oficiales, e impuso al grupo que lidera, en la XIV Conferencia
Internacional de Supremos Consejos celebrada en México D. F., en 1990,
estableciéndose la “Regularidad” escocista de esta forma.

Sobra aclarar que la decisión solo tiene fuerza vinculante para esa comunidad
escocista y no para ningún otro Supremo Consejo del mundo.

En México se acordó, para cumplimiento, de los Supremos consejos miembros


una Addenda de diez “Criterios Fundamentales para el Reconocimiento de la
Regularidad de Supremos Consejos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la
Francmasonería”, los cuales son los mismos que en 1857 acordó
unilateralmente el Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur de los Estados
Unidos.

Esos “Criterios” para determinar la “Regularidad Escocista” son del siguiente


tenor:

I. La Masonería Simbólica, que consta de los Grados de Aprendiz,


Compañero y Maestro Masón, y está gobernada por las Grandes
Logias Soberanas, es independiente de la Masonería del Rito
Escocés y no está sujeta a ningún Oficial o Cuerpo de dicho Rito.
II. Sólo las Grandes Logias pueden determinar lo que es o no es
legítimo y Regular en la Masonería Simbólica.
III. El Rito Escocés Antiguo y Aceptado comprende un total de
Treinta Grados, complementarios pero no superiores a los tres
Grados de la Masonería Simbólica, y el Gobierno de los mismos
corresponde exclusivamente al Supremo Consejo.
IV. Los Supremos Consejos Regulares y legítimos solo pueden
formarse por autoridad, directa o indirecta, derivada del Supremo
Consejo del Grado 33º, Consejo Madre del Mundo, establecido
bajo las Grandes Constituciones de 1786, en Charleston, Carolina
del Sur, en el año de 1801 (e:.v:.).
V. Los Supremos Consejos deberán estar integrados exclusivamente
por Maestros Masones activos, pertenecientes a Logias
Simbólicas Regulares. En consecuencia, la pérdida de la
Regularidad Simbólica afecta la Regularidad en el Escocismo.
VI. Los Cuerpos Masónicos Regulares no pueden Regularizar,
mediante tratado o fusión, a ningún Cuerpo Masónico Irregular.
VII. A nivel individual, los Masones que han incurrido en este tipo de
Irregularidad, pueden ser Regularizados por un Cuerpo Masónico
Regular si cumplen con los Estatutos adoptados por el Gran
Cuerpo Gobernante Regular.
VIII. Un Supremo Consejo de la Masonería del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado no tiene facultades para abrogar o ignorar ningún
"Landmark" o Principio de la Masonería Simbólica.
IX. En la Masonería Escocista no puede existir Autoridad superior a
la del Supremo Consejo, y ningún Cuerpo podrá imponerle
restricciones, lo que ha sido determinado de acuerdo con las
Grandes Constituciones de 1786.
X. La Regularidad de un Supremo Consejo se ve afectada si declina
alguno de sus poderes soberanos, o si condesciende a cualquier
condición que se le imponga como prerrequisito para ser
reconocido

De esta manera, se ha ido conformando un grupo de Supremos Consejos que


entre ellos se “reconocen” como “Regulares”, y que utilizan esos
reconocimientos en sus respectivos países con el artificio de que son “la
prueba irrefutable de que todos los Supremos Consejos del mundo” los tienen
como tales”.

Con estos documentos y el slogan de que la “Regularidad del Simbolismo


determina la del Escocismo” participan con espíritu de cuerpo en las elecciones
de las Grandes Logias “Regulares” (usamos el término en su significado
subordinante anglosajón) y se apoderan de los cargos directivos de sus
confederaciones, entre ellas, en Colombia, los de la Confederación Masónica
Colombiana (CMC).

Todo esto paralelo con la continua agresión hacia los otros Supremos Consejos
a los que siempre se refieren como “Irregulares y espurios”, a éste, solo asisten
Supremos Consejos del R∴ E∴ A∴ y A∴ masculinos.

Los Supremos Consejos de este primer grupo de: Supremos Consejos que
gustan en denominarse “Regulares” igualmente se reúnen en subgrupos
continentales en donde estudian, a la luz de sus políticas frente los problemas
de su región. Así, por ejemplo, Del 27 al 30 de mayo del año 2007 se reunió en
el Hotel Hilton de la ciudad de Roma, Italia, la “Conferencia de Soberanos
Grandes Comendadores de los Supremos Consejos del R∴ E∴ A:. Y A∴ de
Europa y Países Asociados” con la presencia de 28 delegaciones y 22
Soberanos Grandes Comendadores, entre ellos el del Supremo Consejo para
la Jurisdicción Sur de Estados Unidos.
El tema puesto a consideración para la convocatoria era el muy sensible de las
“Relaciones de los Supremos Consejos con las Grandes Logias” y luego de los
debates correspondientes se aprobó la siguiente Declaración:

“Los siguientes principios, ya mencionados en las Grandes


Constituciones de 1786, se reconfirman:

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado se compone de 33 Grados

I. Un Supremo Consejo no puede bajo ninguna circunstancia, ser


creado a partir de una Obediencia Simbólica, esta creación es una
prerrogativa de los Soberanos Grandes Inspectores Generales
(Articulo II de las Grandes Constituciones de 1786).
II. Solo puede existir un solo Supremo Consejo por cada nación, reino o
imperio (Articulo V.3.ii de las Grandes Constituciones de 1786).
III. Solo puede ser miembro de un Supremo Consejo un Masón
“Regular”.
IV. En el caso de que la práctica de los tres primeros Grados del Rito
este a cargo de una Obediencia Simbólica, es deseable que las
relaciones entre un Supremo Consejo y la Obediencia Simbólica
estén establecidas con claridad.
V. Esto significa igualmente, que en un país, determinado, el Supremo
Consejo y la Obediencia Simbólica son instituciones soberanas que
dirigen con autonomía los Grados de los cuales son responsables.
Ninguno de los dos puede interferir en las actividades del otro.”

La “Conferencia de Soberanos Grandes Comendadores de los Supremos


Consejos del R∴ E∴ A∴ y A∴ , de Europa y Países Asociados” igualmente
reestructuró en esa oportunidad la “Comisión de los Cuatro” creada en la
reunión de Estambul de 1992 para examinar la situación creada cuando se
desee fundar un Supremo Consejo. En esta ocasión la integran el Soberano
Grandes Comendador de Supremo Consejo de Turquía que pertenece a este
grupo de Potencias escocistas, quien la presidirá, y los de los Supremos
Consejos “Regulares” de Austria, España y Togo.

Además de lo anterior, se acordó que las próximas citas serán en Atenas, en


2009, y en Madrid, en 2011.Tres días antes de la Conferencia, el 24 de mayo,
la Gran Logia de España rompió relaciones con el Supremo Consejo de
España, presidido, por el I∴ P∴ H∴ , Ramón Torres, a quien de paso se le
irradió, prohibiendo a sus miembros participar en cualquier actividad
jurisdiccionada e ese Supremo Consejo. Ambos cuerpos Masónicos se
defienden como “Regulares”.

10.2. Segundo Grupo: Más de lo Mismo, pero Apartado.

La práctica secesionista adoptada como norma de relacionamiento por el


primer grupo de Supremos Consejos, ya mencionado, ha creado por reacción
otro grupo de que se reúne anualmente y que no quieren saber nada del de la
Jurisdicción Sur de USA. La mala noticia es que el SUPREMO CONSEIL DE
FRANCE (Supremo Consejo de Francia), de conformación masculina, que
nutre sus Columnas con Maestros Masones de la Grande Loge de France
(Gran Logia de Francia) fundada en 1894, pretende en esta segunda
comunidad escocista desempeñar el mismo rol que le critica al del Sur de USA.

Es decir, el de poseer el derecho de dictar un canon Masónico universal y con


base en él determinar que Supremo Consejo es “Regular” y cual no lo es,
basado en su propia interpretación de las “Tradiciones Masónicas”.

La Gran Logia de Francia posee alrededor de 25.000 miembros activos


repartidos en 760 Logia y fue fundada en 1896 como consecuencia de la
inconformidad, que en algunas Logias se había generado por la Iniciación
Masónica de la periodista y destacada intelectual; María Deraisme, co-
fundadora con el Dr. George Martín de la Orden Masónica Internacional Mixta
El Derecho Humano.

Éste grupo, practica en exclusividad desde sus inicios; el R∴ E∴ A∴ y A∴ , y


sus trabajos están dedicados obligatoriamente a la gloria del Gran Arquitecto
del Universo.

Rechaza el acceso a sus Tenidas ordinarias de las Masonas pero las invita
ocasionalmente a las Blancas. No cuenta con un pensamiento Masónico
progresista, pero tampoco está reconocida como “Regular” por la Gran Logia
Unida de Londres, ni por la Masonería anglosajona de USA, que solo
reconocen como tal en el país galo a la “Gran Logia Nacional de Francia”.

10.3. Tercer Grupo: El Respeto al Otro.


Un tercer conglomerado de Supremos Consejos del R∴ E∴ A∴ y A∴ , se ha
venido reuniendo desde 1976 con un espíritu mucho más liberal y progresista.
En él, el Supremo Consejo del Gran Oriente de Francia (actualmente con
47.000 miembros en 1.050 Logias jurisdiccionales)

El Encuentro Internacional N° XIX de este grupo, se celebró en Ginebra, Suiza,


en el mes de abril de 2005 y a ellas asistieron en igualdad de condiciones
Supremos Consejos del R∴ E∴ A∴ y A∴ , de conformación mixta y
masculina. La más reciente tuvo como escenario Marruecos en el año 2009.

Este grupo gusta de identificarse como Masonería Liberal. En su XVIIº


Encuentro Internacional de Altos Grados Escocistas llevado a cabo en la
ciudad de Ginebra, Suiza, en el mes de mayo del año 2005, este tercer grupo
de Supremos Consejos del R∴ E∴ A∴ y A∴ , promulgó un documento
mediante el cual se pretende adaptar el espíritu y la redacción de la reunión de
Lausana de 1875 a los tiempos actuales, y además guiar en lo sucesivo las
relaciones diplomáticas escocistas sin exclusiones ni la voluntad de ninguno de
ellos de imponer una línea obligatoria o una supremacía subordinante.

De esta manera se busca derribar las barreras heredadas de la historia. Ya en


el XVIº encuentro celebrado en Nueva York, teniendo como anfitrión al
Supremo Consejo OMEGA para los Estados Unidos de América, en mayo del
año 2003 se había reflexionado sobre si la tradición y la modernidad deben ser
mirado como alternativa o como un compromiso compatible con la iniciación
progresiva que ofrece el Escocismo. Y la cita de Ginebra se presenta como una
oportunidad para una reflexión profunda sobre las bases fundamentales del
R∴ E∴ A∴ y A∴ . De hecho, la reunión de Lausana de 1875 indicó para su
época los principios generales que gobernaron el paisaje Escocista
internacional por un largo periodo.

En esta última ocasión se aprobó simultáneamente en idiomas inglés, francés,


italiano, español, turco, griego, holandés, húngaro, portugués y alemán un texto
actualizado cuya versión oficial en español es del siguiente tenor:

10.3.1. DECLARACIÓN DE GINEBRA

PREÁMBULO

Las Jurisdicciones de los Altos Grados Escoceses reunidas en Ginebra


del 5 al 8 de mayo de 2005, en el marco de su 18° Encuentro Escocés
Internacional, consideraron que ha llegado el momento de marcar una
nueva etapa tras la Declaración hecha en Lausana hace ya 130 años en
un contexto Masónico internacional diferente.

Ellas se refieren, no obstante, a este texto fundador dado que él permite


afirmar particularmente la perennidad y la universalidad de los principios
masónicos.

En 1875 el mundo estaba dominado por Europa. El Siglo XIX estaba, por
otro lado, marcado por el triunfo de las nacionalidades y el apogeo de los
Estados-Naciones, encerrados en unas fronteras celosamente
protegidas. Al mismo tiempo, las ideas de las Luces, de universalismo,
de humanismo y de progreso se estaban difundiendo en el continente,
provocando como consecuencia, en ciertos países, una oposición a la
modernidad social, política y religiosa.

En este comienzo del Siglo XXI, el mundo ha cambiado. Parece


desprovisto de sentido, es decir, de significación intelectual y de
orientación moral. Los encerramientos que eran las fronteras nacionales
han cedido ampliamente el lugar a nuevos conjuntos regionales y a una
mundialización económica, frecuentemente generadoras de
desigualdades y no de un universalismo respetuoso del hombre y de su
entorno.

La duda, incluso la sospecha, ha remplazado la esperanza en un futuro


mejor. La tiranía de una inmediatez omnipresente, no nos permite tomar
la distancia necesaria para conocer el pasado y enfocar el porvenir. El
resurgimiento de los clericalismos, de los integrismos y de los
fanatismos, es portador de incomprensión y de violencia.

Los Francmasones, ¿debemos, por lo tanto, renunciar a los


conocimientos adquiridos y a los espacios conquistados por nuestros
mayores, a los combates de hoy y a las esperanzas del mañana? Esto
sería un profundo error. A las Jurisdicciones firmantes de la presente
Declaración, también les pareció deseable elaborar un texto fundador,
testimonio de una nueva época y que tenga valor de referencia para una
acción común y futura.

I. Las Jurisdicciones de los Altos Grados Escoceses,


reunidas este día, 7 de mayo de 6005 en el Cenit de Ginebra,
reafirman solemnemente y con fuerza, su plena y entera adhesión
a los principios fundamentales de la Orden. Luego de haber
deliberado acerca de su vocación contemporánea, de su carácter
específico y del contexto en el cual ellas practican la progresión
iniciática, dos siglos después de la creación del Rito en el linaje
de la Francmasonería universal, ellas ponen el acento sobre el
respeto de la dignidad humana, la recepción en su seno de todo
masón de reconocida probidad, sin discriminación, ni distinción de
carácter étnico, político, filosófico o religioso.

II. Su tradición está fundada sobre un método Masónico que


pasa por un simbolismo, enseñado y vivido, no impuesto, sino
sugerido. Este simbolismo constituye el lenguaje común que
permite una reflexión sobre el devenir humano. Esta, superando
los encerramientos, las barreras ideológicas, los postulados
doctrinarios, se sitúa en una perspectiva ilimitada de búsqueda.

III. El Rito Escocés Antiguo y Aceptado es el más


ampliamente utilizado en el mundo. Es una corriente iniciática,
tradicional y universal que comprende 30 Altos Grados. Está
fundada sobre la fraternidad, la justicia y el espíritu de la
caballería.

IV. El Rito es administrado por Jurisdicciones soberanas e


independientes que ejercen sus competencias sobre los grados
posteriores a aquél iniciático simbólico de Maestro Masón. A
través de su práctica, el rito contribuye, también, a crear lazos
entre las diferentes culturas y civilizaciones.

V. El rito agrega a su dimensión internacional, el


universalismo de sus principios fundados sobre un humanismo
preocupado por colocar al ser humano en el centro de sus
reflexiones y de sus acciones.

VI. El rito, rechazando todo dogma o ideología limitante, afirma


le necesidad de la libertad de conciencia, única capaz de
desarrollar una libre espiritualidad accesible a través de una
constante búsqueda de la verdad.

VII. El rito ambiciona, a través de su principio de


perfeccionamiento progresivo del masón, un trabajo de búsqueda
sobre sí mismo, a través del método iniciático, al cual se agrega
la voluntad de obrar sin descanso por la felicidad de la humanidad
y de realizar su emancipación intelectual y moral.
Volviendo a Francia, tenemos que allí las dos instituciones Masónicas de
mayor antigüedad y tradición son; el Gran Oriente de Francia, que es la Gran
Logia más antigua del mundo ya que fue fundada en 1773, pero remonta su
historia hasta el año 1728, y el Supremo Consejo del Gran Colegio de Ritos del
Rito Escocés Antiguo y Aceptado del Gran Oriente de Francia, fundado por el
Conde Grace – Tilly en el año 1804, de conformación masculina que en el
2010 acepto a las mujeres en logia.

El Supremo Consejo del Gran Colegio de Ritos del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado del Gran Oriente de Francia, es directo sucesor del creado en 1804,
y es considerado por tal motivo como el segundo en el mundo y el primero en
Europa, por lo tanto, legítimo depositario de la tradición del Rito y órgano de
conservación de su memoria.

Después del Supremo Consejo de la Jurisdicción Sur de USA es el que mayor


número de miembros posee en el mundo los cuales trabajan en 365 cámaras
de diferentes Grados.

Por otra parte, existe, el Supremo Consejo de Francia, resultado de una


escisión que sufrió el Gran Oriente de Francia en 1805 como consecución de la
inconformidad que un grupo de Masones con respecto a los términos del
Concordato firmado el 5 de diciembre de 1805 entre el Gran Oriente de
Francia y la Gran Logia General Escocesa y sus Cámaras subordinadas
tienen la obligación de invocar en sus trabajos al Gran Arquitecto del
Universo frente a un volumen de la ley sagrada.

Desde los años 70s del siglo XX, después de la declaratoria, de irregular, por
parte del Supremo Consejo del Sur de USA, promueve y propicia diálogos
internacionales de altos Grados escocistas. Cuenta con la mitad de miembros
del Supremo Consejo del Gran Oriente de Francia.

A estos dos Supremos Consejos franceses, por razones políticas Napoleón I


les impuso que se unieran durante los años 1813 y 1814. Nunca más
mantuvieran relacionamientos Masónicos, y se encontraban distanciados en el
año 1851 cuando el Gran Oriente de Francia le expide Carta Patente al Gran
Oriente y Supremo Consejo Neogranadino, como respuesta a la solicitud que
esta Potencia le hiciera el 4 de Septiembre de 1835, invitándola a conocer más
ampliamente sus títulos constitutivos.

Estos son los tres subconjuntos internacionales más importantes en que se


divide la Masonería que practica el Rito Escocés Antiguo y Aceptado en el
mundo, y, en este escenario, los Supremos Consejos liderados por los del Sur
del USA y por el de Francia no se visitan entre sí, se autodenominan
“Regulares” y no visitan a los que tienen relaciones con el Gran Oriente de
Francia para no “Irregularizarse”, y a los de este último no los reciben en los
dos primeros. Pero eso sí, todos tienen planteado con diferentes formulaciones
y respuestas el desafío que implica la discriminación sexista en el escocismo.

10.4. Un Cuarto Grupo: El Femenino

Por su lado, y desde la década de los 60s del siglo XX están desarrollándose
rápidamente los Supremos Consejos exclusivamente Femeninos del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado, como el de Francia, por ejemplo, fundado el 19
de abril de 1970, así como el de la Confederación Helvética, el de Bélgica, el
de Italia, el de la Order of Ancient Free and Accepted Masonry en Inglaterra,
etc.

El punto de inicio de este escocismo esencialmente femenino lo constituyó la


creación en París, Francia, de una Logia de Perfección con tal fin, el 18 de
octubre de 1965, por parte del Supremo Consejo Británico, que se denominó
“Resurrección” Nº 4, la cual fue formalmente instalada el día 22 de noviembre
del mismo año, y se reunía inicialmente en un Templo situado en el 71 bis, Rue
La Condamine, de esa ciudad.

En desarrollo de este vigor, el Supremo Consejo Femenino de Francia ha


adoptado para la expansión de los Altos Grados Escocistas en el mundo, la
misma fórmula de la que se ha valido la Gran Logia Femenina de ese país, al
crear el 12 de marzo de 1978 una Logia itinerante denominada “La Rose des
Vents” (La Rosa de los Vientos), que se dedica a la iniciación de mujeres en
todo el planeta y a su posterior Aumento de Salario y Exaltación, para luego de
completar un mínimo de tres Logias nacionales Instalar una Gran Logia
Femenina.

En el caso del escocismo el Supremo Consejo Femenino de Francia constituyó


el Taller de Perfección “Porte L´Univers” (Puerta del Universo) y el Capítulo
“Rosa Universalis” (Rosas Universales) en el año 2002, los cuales han
concedido Grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado a Masonas iniciadas
en Logias Femeninas de Portugal, España, Togo, Camerún, Congo, Gabón,
Chile, Venezuela, México, etc. La intención es llegar progresivamente en cada
nación a un mínimo de nueve Inspectoras Generales de la Orden, del Grado
33, para instalar en debida forma un nuevo Supremo Consejo Femenino.
Últimamente, al desclasificarse los archivos Masónicos, confiscados por las
autoridades soviéticas durante la guerra fría en Rumania, han aparecido
algunas fotografías tomadas en 1922 en Bucarest que muestran Masonas con
las decoraciones distintivas del Grado 18 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Aún no existen datos concluyentes acerca de sí esas Masonas rumanas
pertenecían a un Supremo Consejo femenino o uno mixto.

Mientras se da la expansión escocista femenina, en los dos grupos de


Supremos Consejos exclusivamente masculinos se tiene cono norma de
conducta no mencionar la existencia de Supremos Consejos femeninos.

Es curiosa – por decir lo menos - la forma como algunos Masones entienden


los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad.

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