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¿Es Apocalipsis para la Iglesia?

C.W.Fushan
I
CRITERIOS DE INTERPRETACION

Introducción:
A casi dos milenios de su concepción, APOCALIPSIS, el último libro de la Biblia, se yergue como el más
polémico e incomprendido. A pesar de ser una revelación (1:1) continúa sellado para la mayoría de sus
lectores; siendo una bienaventuranza (1:3), no parece haber alcanzado aún la plenitud de su propósito; y sus
pretendidas "llaves" de interpretación han sido, bien manipuladas con propósitos hostiles, o utilizadas con
laxitud por manos devotas.
APOCALIPSIS, como un juez silente y expectante del propio juicio que emana, ha observado (¿o
soportado?) a través del tiempo, no solo la insana exégesis de adversarios, sino también interpretaciones
superficiales, subjetivas y fantásticas de sus amigos.
No es por voluntad humana que se conocen las cosas divinas, y aunque APOCALIPSIS se declare a sí
mismo como una revelación, la secuela de fórmulas de interpretación tan distintas y conflictivas, hechas a
través del tiempo por creyentes igualmentes doctos y sinceros, arrojan dudas sobre cuál sería el tiempo
oportuno de tal revelación, mostrando que la interpretación justa de APOCALIPSIS, de alguna manera, se
halla confrontada con elementos que trasciende n al conocimiento y capacidad del hombre.
Sin embargo, por otra parte, cuando observamos algunos positivos resultados de interpretación logrados al
final de este sexto milenio bíblico, el APOCALIPSIS permite percibir una revelación progresiva intrínseca
a su Texto que depende de, y se manifiesta por la madurez de los tiempos. Tal como el ángel dícele al
apostol Juan: "No selles las palabras de la profecía de este libro porque el tiempo está cerca" (22:10).
Y es verdad que el conocimiento del postrer Libro se ha visto acrecentado en este último tiempo, pues se
puede observar cómo los cuasi obscuros enfoques con que los Reformadores veían la profecía apocalíptica
(Calvino mismo reconoció no entenderla), se han visto progresivamente modificados hasta convergir en
varias luminosas interpretaciones contemporáneas, y estamos seguros que en los albores de este séptimo
milenio, en el tiempo previo al Advenimiento, la Revelación que Dios le dio a Jesucristo se mostrará para
beneficio de sus destinatarios claramente y sin ambages. Nuestro tarea ahora es hacerlo conocer a sus
depositarios.

Pautas.
Los criterios de interpretación aplicados en esta obra están basados unicamente en la perspicuidad y
exactitud infalibles de las Santas Escrituras. Es decir, la propuesta de una estricta disciplina para dejar que
el Texto Sagrado sea el primer y único intérprete del Apocalipsis. Esto, en última instancia, no es una
solución novedosa al problema exegético, simplemente pretendemos seguir aquí la enseñanza de la Palabra
de Dios cuando declara que "ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada" (2P.1:20).
Siendo pues que la Escritura se halla conformada por muchas profecías, lo que el apóstol intenta decir es
que cada una de ellas se ha de interpretar a la luz de la bendita suma (comp.Sal.119:160) quien será el mas
autorizado intérprete de la parte que se trata de dilucidar.
A fin de amplificar este concepto, se incluyen ahora algunas valiosas opiniones al respecto:
"La valoración literal de la Biblia fué un fundamento firme ya en la Iglesia Primitiva. Ireneo nos dá el
sentimiento general cuando dice que "... lo que el entendimiento puede usar diariamente, lo que se puede
saber fácilmente, es aquello que se halla delante de nuestros ojos, sin ambiguedad, literal y claramente en
la Santa Escritura". Aunque este sano principio de interpretación fué subvertido posteriormente, la
Reforma lo recobró y lo expresa en la voz de Lutero cuando declara: "... Yo he fundado mi predicación
sobre el sentido literal de la Palabra; el que quiera puede seguirme, el que no, puede quedarse".
Posteriormente, respecto a este mismo tema, Hooker expresa: "... Sostengo como una regla infalible en
las exposiciones de las Sagradas Escrituras, que donde una construcción literal se sostiene, lo mas remoto
de la letra generalmente es lo peor. No hay cosa mas peligrosa que el arte disoluto y engañoso que cambia
el significado de las palabras, como lo hace la alquimia, o pretende hacer, con las substancias metálicas,
haciendo de cualquier cosa lo que le place, y al final, reduciendo a la nada toda verdad".
Si Dios verdaderamente tenía el plan de hacer conocer al hombre Su voluntad, El tiene que adaptarse a
nuestra manera de comunicar pensamientos e ideas. Si Dios dió Sus palabras para ser entendidas, es
natural que l tenga que emplear el lenguaje para transmitir el sentido designado, de acuerdo con las reglas
gramaticales establecidas que controlan el lenguaje; y que, en vez de buscar un sentido que las palabras
mismas no contienen, nosotros debemos obtener principalmente el sentido que las palabras obviamente
abarcan, dejando campo necesario para la existencia del lenguaje figurado cuando así lo indica el contexto,
según el fin o la construcción del pasaje. Por "literal" damos a entender la interpretación gramatical de la
Escritura.
Si la literalidad, en la jota y la tilde, se acepta entonces como un axioma para interpretar APOCALIPSIS,
todo intento por subjetivizar o espiritualizar inoportunamente el Texto Sagrado, debería ser considerado
como un diluyente del propósito por conocer sus verdades. Se tratará entonces de mantener tales
inclinaciones tán alejadas como sea posible. "Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite".

Algunos ejemplos
Dentro de este órden de ideas, a continuación se resaltan sucintamente algunos ejemplos que serán
tomados en consideración mas adelante para interpretar APOCALIPIS y que ponen de manifiesto los
esfuerzos del idioma por establecer y fortalecer distintas doctrinas de la Biblia.
Muestra de lo que se asevera es observado en el caso (casi imperceptible) de las traslaciones
verbales. Sobre estas fórmulas gramaticales, que generalmente pasan desapercibidas al lector corriente,
recaen enormes responsabilidades doctrinales, pues muchas veces son aplicadas con el propósito de
establecer nada menos que... Jesús es Dios! (p.ej.: quise en Mt.23:37; me deshonrais, en Jn.8:49; viene en
Jn. 14:6; etc.).
Otro tanto sucede en el caso de los tiempos verbales. Ellos exhiben detalles que fijan doctrinas de
importancia tál, que se hacen imposibles de subestimar. La Escritura señala la importancia de los tiempos
verbales utilizados por el Señor Jesús para enseñar y demostrar distintas doctrinas. Ello se encuentra
plenamente ejemplarizado en el pasaje de Mt.22:31-32:
"Pero respecto a la resurreción de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fué dicho por Dios, cuando dijo:
Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de
vivos".
Ya de entrada, este pasaje muestra la intención de Jesús para dirigir la atención de sus interlocutores hacia
la Palabra escrita (¿no habéis leído?). Sin embargo, las palabras que cita (Ex.3:6), son un tanto enigmáticas.
¿Porqué utilizó, y cómo pretendía el Señor demostrar la resurrección de los muertos con tal pasaje? La
única inferencia que nos permite la Escritura es pensar que lo hizo al enfatizar el tiempo presente del verbo,
ya que para el momento en que Dios habló a Moisés en la zarza ardiente, tiempo hacía que Abraham, Isaac
y Jacob habían muerto. No obstante, Dios no le dijo "Yo fuí "... sino "Yo soy", quedando demostrado todo
el asombroso poder de la resurrección de los muertos por medio de un sencillo, pero ¡cuán importante!
Detalle: la aplicación del tiempo de un verbo. Además de todo esto, dicha construcción gramatical es
resaltada en su contexto como un ejemplo para "no errar ignorando las Escrituras". (v.29).
Modos verbales.
En la interpretación del Apocalipsis, hemos adjudicado especial interés a los modos de los verbos. Uno de
ellos, quizá el más conflictivo que se presentará, es el participio condicional del verbo nikao (= vencer),
cuya traducción castellana "venciere" ', repetidamente utilizada en los capítulos iniciales de APOCALIPSIS,
será suficientemente expuesto en relación a las disimilitudes que plantea cuando se compara su aplicación
en EPISTOLAS.
Términos de expresión.
Prosiguiendo con los ejemplos se citan los "términos de expresión". Bien sean estos conclusivos o
condicionales, no pueden ser aplicados ni deben ser valorados por igual en la interpretación bíblica. Es
posible observar así, cómo los términos expresivos utilizados por el apóstol Pablo en Ro.5:1-2 respecto al
"gloriarse en la esperanza" son definitivamente conclusivos ; en tanto que una similar declaración es
registrada por el autor de Hebreos pero en términos condicionales (3:6,14).
Es enteramente obvio que en ambos casos, el "gloriarse en la esperanza" no es propuesto ni requerido en la
misma forma a romanos y hebreos, pues lo que para el primer grupo se manifiesta como un hecho
concluído , para el segundo se halla condicionado a requisitos de cierta actitud y comportamiento.

Estilo.
Finalmente, y de no menos importancia, será digno de resaltar en las características de estilo de
APOCALIPSIS, unas esencialmente distintas de aquellas que se expresan en el trazo de EPISTOLAS.
APOCALIPSIS manifiesta tales distinciones, entre otras, en (a ) el retorno al uso del discurso clásico en
primera persona singular utilizado en el A.T.; (b ) en expresiones con un marcado colorido judaico respecto
a los juicios divinos y a los méritos humanos; (c ) en lo que las EPISTOLAS no expresan; y otros
importantes detalles que serán expuestos con el propósito de conferir a las características de estilo su justa
cuota de responsabilidad en la interpretación de APOCALIPSIS.

II
LIMITACIONES DEL
DISPENSACIONALISMO
Anticipando resultados.
A fin de orientar al lector en el propósito de esta obra, se adelanta su intención con la formulación de dos
preguntas. Ellas son: ¿Para quienes fué revelado APOCALIPSIS? y ... ¿Cuándo su mensaje constituirá una
bienaventuranza?
Ya desde su inicio, se anticipan los resultados de esta tesis en el sentido que, APOCALIPSIS, si bien
registra un pasaje descriptivo (19:7-8) y uno tipológico (21:2-23) de la Iglesia, su mensaje y propósito no
representa intimación para, ni está dirigido en manera alguna a, la Iglesia de Cristo.
¿Objeciones? ... Bueno, posiblemente habrán muchas!, aún entre aquellos que siguen la interpretación de
APOCALIPSIS dentro de un enfoque futurista-dispensacional -premilenial pero desde su capítulo IV en
adelante. Es de confiar, sin embargo, que tales objeciones cesarán cuando se demuestren las dramáticas
diferencias posicionales existentes entre los destinatarios de APOCALIPSIS y los miembros de la Iglesia.

Un justo reconocimiento.
Primeramente, se ha de reconocer -pues es justo- la constante lucha de los teólogos dispensacionalistas por
la vindicación de la interpretación gramatical de la Palabra de Dios.
Ellos exhibieron con maestría y paciencia, no sólo las desemejanzas entre el Antiguo y Nuevo Testamentos,
sino también las diferencias teológicas existentes entre EVANGELIOS y EPISTOLAS, mostrando así las
características del Plan de Dios para Israel, como uno distinto de aquel de la Iglesia, cada uno con su
respectivo sistema de mérito y gracia. Así mismo fijaron, con la autoridad que surge de la Escritura misma,
las distintas economías divinas junto con otras importantísimas doctrinas que han arrojado luz -y en
consecuencia paz- en el corazón del creyente.
Inconsecuencia.
Sin embargo, los expositores que ostentan esta incomparable forma de interpretación bíblica, evidencian
haber detenido allí , ante APOCALIPSIS, sus esfuerzos comparativos, pues al llegar a la parte inicial del
Libro, no son consecuentes con la metodología exegética y dogmática que ellos mismos aplican en otros
temas bíblicos y, al confrontarse con el estilo textual de sus tres primeros capítulos, las otrora
comparaciones firmes e incisivas, lúcidas e inteligentes cesan y la interpretación, aunque en oportunidades
es extensa y con visos de erudicción, al fin produce resultados laxos, superficiales, y en ocasiones, extra-
bíblicos.
Las grandes obras de teología dispensacionalista del presente siglo han integrado, por ejemplo, con
pasmosa liberalidad a los tres primeros capítulos de APOCALIPSIS dentro de la presente dispensación de
Gracia. Las palabras "pasmosa liberalidad" pretenden expresar que los argumentos expuestos para tal
inclusión no cuentan con el respaldo sólido e inobjetable que caracteriza planteamientos de sus autores en
otras partes de la Escritura.
En forma repetida, las interpretaciones de APOCALIPSIS se han limitado, vez tras vez, al tradicional
enfoque futurista conocido como "4-20", haciendo al mismo tiempo enormes esfuerzos por armonizar lo
que es una compleja proclama profetica para Israel con la enseñanza doctrinal de la Iglesia. Esto ha
resultado en inevitable violencia a doctrinas tán vitales como la de la seguridad de salvación además de los
innumerables y preocupantes problemas que plantea el hecho de asumir y enseñar el mensaje apocalíptico
de las siete iglesias, como si este fuera dirigido a la Iglesia... de Cristo.

Nociones equívocas.
Algunos principios de interpretación que han motivado esta errada noción, son, entre otros: (a ) el asumir
de antemano que, en APOCALIPSIS, los creyentes son llamados siervos ; 3 (b ) el hecho de que, por cuanto
APOCALIPSIS se declara a sí mismo como una "revelación" y una "bienaventuranza" para el que lo lea y
oiga (1:1,3), el Libro debe ser íntegramente aceptado por el creyente docto y paciente, a fin de que él
mismo pueda apropiarse de sus bendiciones. (Esto, si bien es cierto en parte, no debería conducir al extremo
de subjetivizar su Texto en aspectos que aún no se entienden en todos sus detalles, solamente con el
propósito de probar que el Libro "es" una revelación).
El error de (c ) asumir la consabida división ternaria de APOCALIPSIS (1:19) definiendo "las cosas que
son" como la presente Dispensación de Gracia, y adjudicando a la etimología de los nombres de las siete
iglesias juntamente con el tracto histórico de los últimos dos milenios, una supuesta "llave" 4 que abre el
misterio que las encierra.
La desmedida importancia que se ha otorgado a esta teoría, se ha de decir en primer lugar y con toda
firmeza, que es extra-bíblica. Esto es, tales experiencias históricas no están, ni pueden ser refrendadas por
la Palabra de Dios; y en segundo término, estos acontecimientos que pretenden ser únicos, muestran sin
embargo su similitud y paralelo en decenas de ocasiones en la historia de la humanidad; (d ) el asumir la
existencia de una Iglesia meramente profesante , compuesta por creyentes "tibios" (Ap.3:16) los cuales
reciben las admoniciones de APOCALIPSIS con el propósito de ser "despertados" espiritualmente 5. (La
idea germinal de este concepto posiblemente se halle en lo que pudiera denominarse como el "complejo
pastoral anglo-sajón" que presupone a todo con-nacional como miembro de la Iglesia de Cristo, aún
cuando en verdad sabemos que en este planeta no existe tal cosa como una nación cristiana); (e ) la falla en
reconocer la mediación angélica en APOCALIPSIS como una acción divina exclusiva para Israel y las
naciones, en continuación con el ministerio mediador de los ángeles en el A.T. y en EVANGELIOS, pero
definitiva y totalmente distinta de la relación personal e íntima entre Cristo y su Esposa; (f ) la inhabilidad
de ver en la "asamblea" del A.T. y especialmente en Mt.18:17 a la iglesia israelita , y (g ) la suposición
inexacta de que la palabra "iglesia" es atribuible unicamente a la Esposa, el Cuerpo de Cristo .6

Secuelas.
El uso y la defensa a ultranza de estas definiciones, muchas de ellas establecidas por meritorios maestros
bíblicos, han ocasionado lamentables demoras en el esclarecimiento del Texto apocalíptico.
La presuposición en la exactitud de sus formulaciones actuó siempre en los esfuerzos de otros intérpretes
como una especie de trampa "caza-bobos", pues vez tras vez, los expositores dando por buenas de
antemano tales teorías que armonizan superficialmente a los tres primeros capítulos de APOCALIPSIS,
pasaron con celeridad a enfrascarse en análisis posteriores, sin imaginar las consecuencias que pudiera
arrojar sobre sus propias interpretaciones la simple variante de, por ejemplo, quiénes pudieran ser los
verdaderos destinatarios de APOCALIPSIS.
Una aclaratoria oportuna.
A esta altura, es necesario aclarar enfáticamente que este trabajo no constituye un esfuerzo crítico contra el
dispensacionalismo. Antes al contrario, quien escribe está profundamente convencido de los enormes
beneficios que se derivan de estudiar y comprender las Escrituras en forma tal. Las observaciones hechas se
dirigen hacia ese sistema de teología precisamente por creer que es el único suceptible de asimilar nuevos
encauces que arrojan mas luz en la comprensión del Divino Propósito; y en última instancia, no hacia el
sistema mismo, sino hacia quienes utilizan sus formulaciones.

Personajes clave.
Uno de los versículos finales de APOCALIPSIS (22:17a), presenta a tres personajes que, para el propósito
que a continuación sigue, merece un detenido análisis. Estos personajes, que son el Espíritu, la Esposa y "el
que oye" conforman según el Texto a dos grupos que se distinguen entre sí por el modo de llamar a
Jesucristo.
Para el primero de los grupos -formado por el Espíritu y la Esposa - el Texto Griego utiliza el indicativo
levgousin (= dicen). Para el segundo grupo -formado por "el que oye"- el Texto Griego registra el
imperativo eijpavtw (= diga).
De esta forma se observa con claridad cómo el Espíritu y la Esposa, de motu-proprio , dicen "Ven"; en tanto
que "el que oye" recibe el mandato imperativo para que diga "Ven".
Todo lo anterior denota el importante hecho de que la Esposa, además de ser exhaltada hasta el mismo
glorioso estrado del Espíritu, no es exhortada , sino que natural, voluntaria y amorosamente (¿porqué no
habría de ser así?), llama a su Esposo (comp. Cnt.5:8).
Pero, ¿quién es entonces "el que oye"?... Bien, al proseguir adelante en la investigación teológica del
pensamiento dispensacional -futurista-premilenial y al exhibir las notables disimilitudes que surgen al
comparar APOCALIPSIS con todo el Cuerpo de Epístolas de S.Pablo y S.Juan, esta obra se propone
demostrar que "el que oye" no forma parte, en manera alguna, de la Esposa.

III
CARACTERISTICAS DE ESTILO

La posición del cristiano y el mensaje apocalíptico.


Solo asombro y perplejidad puede emerger en la mente del creyente que, habiendo comprendido y aceptado
su posición de eterna salvación en Cristo, se considere al mismo tiempo destinatario receptor de las
fortísimas admoniciones condicionales de los tres primeros capítulos de APOCALIPSIS.
Aunque en esta parte de las Escrituras se han realizado reiterados esfuerzos por armonizarla con el rasgo
teológico que predomina en EPISTOLAS, sin embargo el estudio comparativo -detenido y cuidadoso- de
estas dos formas de expresión bíblica pondrá en evidencia tántas y tán notables disimilitudes, que llevarán
al lector intelegente y consecuente con su posición en Cristo, a darse cuenta que el mensaje de
APOCALIPSIS de ninguna manera puede estar dirigido a uno que ya ha sido perdonado, salvado,
regenerado y resucitado por la Obra de Jesucristo en la cruz.

Estilo expresivo.
El lenguaje apocalíptico es esencialmente distinto de aquel que utilizan los apóstoles en sus mensajes a la
Iglesia. Sus extremos son en verdad impactantes cuando uno considera, por ejemplo, que el creyente en
Cristo Jesús ya lo ha alcanzado todo por la fe (1Co.3:21-23), mientras que, como se podrá observar mas
adelante, cualquiera de los miembros de las siete iglesias de APOCALIPSIS no parece haber alcanzado aún
bendición alguna.
En APOCALIPSIS los pensamientos están investidos de fuertes términos y conceptos judaicos. Allí, la idea
de juicio es la forma escatológica dominante y es evidente que su Texto literario se aleja definitivamente de
la doctrina de "misericordia -gracia-fe" para retomar el esquema vetero-testamentario de "juicio-virtud-
recompensa" que es también notable en EVANGELIOS.
El mensaje a las siete iglesias de APOCALIPSIS exhibe unas características de estilo que orientan hacia
una salvación por méritos. Es la exhortación a un esfuerzo personal a fin de llegar a alcanzar las
promesas. En APOCALIPSIS ninguna bendición es para el presente, mucho menos asegurada en el pasado;
todas ellas son futuras y su estilo expresivo presenta una restauración aún por efectuarse y esto en gran
parte por medio de las virtudes y méritos de sus receptores.
El arquetipo de esta "puerta angosta" se halla expresado en el Sermón del Monte, en donde toda bendición
prometida está condicionada a las obras humanas (Mt.5:1-48). Contrapuesto a lo anterior,
el cristiano ha sido informado por las Santas Escrituras que, en la presente Dispensación en la cual vive, la
Gracia somete sus obras a las condiciones de ... las bendiciones divinas! y que la excelsa posición que el
creyente tiene asegurada en Cristo, lo hace completo (Col.2:10); no puede ser condenado (Ro.8:1) y, cosa
digna de notar, en ninguna parte de las Escrituras se le exhorta a vencer sino a confiar en la consumada
victoria de su Salvador (Jn.16:33).

Distinciones del discurso bíblico.


El uso del clásico discurso en primera persona, tan comunmente utilizado en el A.T. ("Así dice Jehová")
muestra su retorno desde el inicio del Texto apocalíptico ("Estas cosas dice el Santo") como una de las mas
acentuadas diferencias de las características de estilo literario que predominan en el resto del Texto del
N.T.
En una observación detenida, se puede apreciar inicialmente cómo en EVANGELIOS el Texto fluye en una
narrativa histórica, no tanto en procura cronológica de los hechos, sino en la presentación de la obra y las
palabras de un hombre singular: Jesús de Nazareth.
Posteriormente, en Hechos de los Apóstoles, el Texto registra en forma de diario los acontecimientos de la
Iglesia Primitiva; y finalmente, las EPISTOLAS transmiten dentro de un estilo nuevo que expresa cercanía
e intimidad, las enseñanzas doctrinales dirigidas a un grupo de personas muy especiales que han sido
electas y santificadas por Dios para el nuevo y muy sublime propósito de ser "coherederos y miembros del
mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús" (Ef.3:6b).
En EPISTOLAS, el mensaje es anunciado por hombres enviados en y por el poder del Espíritu Santo. Ellos
se presentan a sí mismos como "colaboradores" y "administradores" de la gracia de Dios (1Co.3:9; 4:1) y en
los mensajes a sus hermanos , se muestran integrados en la misma esencia del sufrimiento que Cristo tuvo
por la Iglesia, todo expresado dentro de un estilo literario que muestra la unión indisoluble con sus
destinatarios (2Co.11:28 -29; Gá.4:19; Col.1:24).
Contrastando con esta forma expresiva, APOCALIPSIS muestra su rígido esquema eslabonado entre
Dios/Jesucristo/ángel/siervo (1:1), en donde el mensaje divino revelado a Jesucristo es expresamente mediado
por un ángel para que éste a su vez lo declare, no al apóstol o al anciano sino al siervo Juan, quien escribe
lo que ve y lo que oye en forma si se quiere un tanto neutra e impersonal, reflejando el simple cumplimiento
del mandato divino, pues aunque el autor refleja sus emociones (1:17; 5:4; 17:6), estas no se relacionan
tanto con sus destinatarios como con los acontecimientos que describe.

Colorido judaico.
El colorido judaico es otra característica de estilo notable dentro del Texto literario de APOCALIPSIS.
Cuando se le compara con EPISTOLAS, resaltan expresiones y palabras que muy poco o nunca fueron
utilizadas por el apóstol Pablo.
APOCALIPSIS habla, por ejemplo, del "reino sacerdotal" que Jesucristo hizo para su Padre (1:6a). Esto es,
el Padre de Jesús, no de los sacerdotes , lo cual crea un conflicto si se considera al creyente como uno de
los personajes mencionados (comp.Jn.20:17).
En el Texto apocalíptico igualmente se hacen solemnes advertencias sobre falsas doctrinas que nunca
fueron mencionadas a la Iglesia tales como la de Balaam, los Nicolaítas, Jezabel... (Ap.2:14-15,20); así
mismo se atribuyen nombres al Señor Jesús que resultan extraños al creyente, tales como "el Hijo del
Hombre" o "la Estrella de la mañana", y se utilizan símbolos desconocidos y no aclarados en la enseñanza
doctrinal a los santos, como son la relación entre los ángeles y las iglesias en su misteriosa designación de
estrellas y candeleros (Ap.1:20); y finalmente, en la denominación de "judíos" otorgada a los integrantes de
las iglesias las cuales reciben a su vez mención indirecta de "sinagogas" (Ap.2:9; 3:9).
Lo que Pablo no dijo.
Habiendo entendido que el misterio de la Gracia de Dios fué revelado al apóstol Pablo en forma directa y
completa por el mismo Señor Jesús (Gá.1:11-12; Ef.3:1-12), es posible inferir entonces que, siendo éste el
receptor y transmisor de toda la doctrina para la Iglesia, sean de suma importancia para el estudio
comparativo, no solo lo que él dijo, sino aquellas expresiones y palabras que estando registradas en
APOCALIPSIS nunca fueron mencionadas por el apóstol en todo el cuerpo de su enseñanza doctrinal.
Así, Pablo nunca utilizó en sus inspiradas Epístolas, por ejemplo, la palabra "sacerdotes ". Tampoco él se
refirió al Señor Jesús como "el Hijo del Hombre " o como "la Estrella de la mañana " y nunca utilizó (él ni
ningún otro apóstol) el verbo "vencer" en su modo condicional (=venciere). (Esto último no es cosa menuda
si se recuerda que en el mensaje apocalíptico esta sola palabra condiciona toda bendición a sus
destinatarios). (Ap.2:7,11,17,26; 3:5,12,21; 21:7).
Igualmente, el apóstol nunca informó a la Iglesia que ella tendría que llegar a comer del "árbol de la vida" o
del "maná escondido" (Ap.2:7,17), o acerca de la relación que el creyente debería tener con la "llave de
David" (Ap.3:7), y mucho menos que los hijos de Dios estuvieran en peligro de sufrir el daño de la muerte
segunda (Ap.2:11; 20:10) o de que sus nombres pudieran llegar a ser borrados del libro de la vida (Ap.3:5).
Mientras que por la otra parte, al volver la mirada al Texto de APOCALIPSIS se puede observar una
significativa y total ausencia de algunas importantísimas palabras que tanto abundan en EPISTOLAS y que
son, entre otras, (a ) misericordia; (b ) perdón; (c ) propiciación; (d ) reconciliación; (e ) justificación; (f )
regeneración; y (g) santificación, las cuales ciertamente ya han sido alcanzadas por el creyente pero en
APOCALIPSIS no aparecen en ninguno de sus versículos.

Las cosas que deben suceder con prontitud.


Se presentan a continuación dos expresiones muy significativas para la tarea que nos ocupa. Ellas son las
cosas que deben suceder con prontitud ; Ap.1:1), ylas cosas que están por ocurrir después de estas;
Ap.1:19).
Cuando se toma en cuenta el hecho fehaciente de que ya van cumpliéndose setecientos mil días (!) desde
que APOCALIPSIS le fuera revelado al apóstol Juan, estas dos expresiones iniciales presentan conflictos
en su interpretación gramatical cuando APOCALIPSIS pretende ser adjudicado a la Iglesia.
Si esto fuera así, desde el tiempo de la Iglesia Primitiva cabría la pregunta... ¿En dónde están esos terribles
acontecimientos por ocurrir con prontitud ?
Claro está... siempre habrá campo para la espiritualización o subjetivización del Texto. Sin embargo, si aún
así se pretendiera objetar que tales expresiones significan "de pronto" o "sin previo aviso" se observa en el
primero de los casos (las cosas que deben suceder con prontitud ), que la preposición asociativa jejn (=con)
presenta una barrera gramatical dificil de salvar. En el segundo caso (las cosas que están por ocurrir ), es
digno de notar que la perífrasis formada por los verbos mevllei y genevsqai se esfuerza en su
interconección por indicar la inminencia de los acontecimientos. (Quizá la traducción mas apropiada aquí
sería: "las cosas que están a punto de ocurrir").
Si el análisis de estas expresiones se realiza en una forma laxa, entonces, lo menos que experimentará el
lector honesto antes de volver la primera página del Libro será perplejidad. Si en cambio la interpretación
se orienta en el sentido de que APOCALIPSIS -en su totalidad- aún no ha sido revelado a sus destinatarios
, entonces, la acostumbrada luz que surge por la interpretación gramatical de otros pasajes de la Escritura,
sobreviene también a esta parte del Texto.
Dentro de este mismo órden de ideas es interesante observar, por ejemplo, cómo la Biblia contrapone
expresiones que mesuran distintivamente el tiempo del Advenimiento.
En EVANGELIOS, Jesús ya advirtió a los judíos que "aunque su Señor viniese a la tercera vigilia,
bienaventurados serían los siervos que estuviesen preparados" (Lc.12:38), indicando con esta expresión lo
larga que habría de ser para Israel la espera de su Mesías en gloria.
APOCALIPSIS, por el contrario, declara que "el tiempo está cerca" y que las cosas allí descritas deben
suceder "con prontitud" (Ap.1:1,3; 22:6b).
La siguiente explicac ión es ofrecida para tales diferencias: La tercera vigilia (esto es, tarde en la noche)
habla del extenso período en la posposición del Reino de los Cielos, tipificado también por el cabeceo de
las vírgenes (Mt.25:5), cuyo lapso de tiempo va cumpliendo su segundo milenio y en donde el registro de
Mt.14:25 pudiera tener un alcance profético mucho mas dramático y significativo de lo que fué para los
discípulos en aquella pequeña barca.
En cambio, en el caso que nos ocupa, "las cosas que están por ocurrir con prontitud" aún no han sido
reveladas a sus verdaderos destinatarios - los israelitas- y ellas se harán presentes inmediatamente después
que la Iglesia -el Cuerpo de Cristo- haya partido para encontrar a su Esposo en el aire (1Ts.4:16 -17).
Entonces, solo entonces, retomará vigencia todo el campo de la profecía bíblica respecto al Reino de los
Cielos, y esto incluirá ciertamente a los tres primeros capítulos de APOCALIPSIS. Comenzará la
Septuagésima "semana" de Daniel (Dn.9:24) y, en un período extraordinaria mente corto para semejante
acontecer (77 meses) 7, se sucederán todos los hechos descritos en los primeros 19 capítulos de
APOCALIPSIS: ". . . las cosas que deben suceder pronto ".
El que tiene oídos, oiga.
Otra característica de estilo descollante que mueve a asombro cuando se pretende aplicar a la Iglesia de
Cristo es la expresión "el que tiene oídos, oíga". Este tajante desafío es emitido a cada una de las siete
iglesias bien sea antes (2:7,11,17) o después (2:29; 3:6,13,22) del mensaje dirigido a aquellos que han de
vencer.
Si se observa con detenimiento el testimonio de toda la Escritura es factible notar que la expresión "el que
tiene oídos, oiga" es típica y exclusiva para el pueblo de Israel. Su revelación tiene inicio en el Pentateuco
(Dt.29:4) y Dios concreta su definición al profeta Isaías (6:9-10) para luego ser anunciada por el propio
Señor Jesús (Mt.13:9-17,43; Mr.4:9,23; 7:16; Lc.8:8; 14:35) y por el apóstol Pablo (Hch.28:25 -27) siempre
en una relación invariable con Israel, la nación:
"... Anda y dí a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. Engruesa el
corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus
oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad" (Is.6:9-10).

A la Iglesia de Dios jamás se le dió semejante mensaje, "...antes bien, como está escrito: Cosa que ojo no
vió, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman,
pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo
de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en
él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el
espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha
concedido" (1Co.2:9-12).

IV
DESTINATARIOS DE APOCALIPSIS
Importancia de la identificación.
La identifica ción plena, cierta y escritural de los destinatarios de APOCALIPSIS reviste una trascendencia
tál, que es imposible de subestimar en el propósito de conocer las verdades que encierra el complejo
mensaje de su Texto.
¿A quiénes envió Dios las profecías de APOCALIPSIS? La respuesta de la Escritura es clara y enfática: "a
los siervos de Jesucristo" (Ap.1:1a).
Ahora bien, si Jesucristo dirige APOCALIPSIS a sus siervos, entonces la anterior declaración del mismo
Jesús "ya no os llamaré siervos " (Jn.15:15), plantea una disimilitud muy peculiar la cual se considera vital
para identificar a los destinatarios de APOCALIPSIS y para la subsecuente comprensión inteligible de todo
lo que sigue.

Siervos y creyentes.
Por prestas generalizaciones muchos intérpretes bíblicos han homologado la palabra siervos con la de
creyentes , afirmando así que las admoniciones y bienaventuranzas de APOCALIPSIS están dirigidas a
loshijos de Dios.
Respetuosamente disentimos de tal afirmación. La palabra griega douvloi¾, traducida "siervos" en nuestra
VRV, no tiene en APOCALIPSIS el sentido figurado que se le ha pretendido adjudicar.
Antes por el contrario, el análisis desprejuiciado de esta palabra en otras partes del Texto bíblico favorecerá
casi siempre su interpretación gramatical, poniendo en evidencia que, lejos de ser un tropo de dicción
douvloi¾ contiene un significado pleno, como la expresión directa de la idea para que se inventó tal palabra.
En APOCALIPSIS, "siervo" significa siervo. No hijo ni creyente.
La inducción de que los creyentes son llamados siervos es un error lamentable que ha demorado el mejor
esclarecimiento de APOCALIPSIS, opacando gran parte de su intensidad, propósito y grandeza y
ocasionando graves conflictos doctrinales, mientras que el estudio detenido del alcance de las infalibles -y
no alegóricas - palabras de Jesús "Ya nos os llamaré siervos " abrirán al estudiante un camino de
interpretación que ineluctablemente conducirá a comprender que todo el mensaje de APOCALIPSIS se
halla dirigido, no a los hijos, sino a los siervos de Dios.
El testimonio escritural.
Las Sagradas Escrituras exhiben un profuso testimonio de lo que se viene afirmando. En la relación entre
Dios e Israel en la futura dispensación del Reino los siguientes pasajes evidencian que los "siervos" de Dios
y de Jesucristo son hijos... pero de Israel.
Los pasajes son: "Porque mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos" (Lv.25:55a); "Porque Dios
salvará a Sión, y reedificará las ciudades de Judá, y habitarán allí y la poseerán. La descendenc ia de sus
siervos la heredará" (Sal.69:35 -36a); "Aparezca en tus siervos tu obra, y tu gloria sobre sus hijos"
(Sal.90:16); "Los hijos de tus siervos habitarán seguros, y su descendencia será establecida delante de tí"
(Sal.102:28);
"Si tus hijos (de David) guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos también se
sentarán sobre tu trono para siempre" (Sal.132:12); "Y todos tus hijos (de Israel) serán enseñados por
Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos... Esta es la herencia de los siervos de Jehová" (Is.54:13,17b);
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise
juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas y no quisiste! (Mt.23:37).

Un súbito cambio.
En la intimidad de Su última cena, momentos antes de ser entregado, Jesús, el eterno Hijo de Dios, aquel
Verbo creador que durante muchos siglos los había estado llamando "siervos", adelanta ahora a sus
discípulos la sublime posición de hijos que lograría para ellos con Su muerte y resurrección.
Con la súbita introducción "ya no os llamaré siervos" Cristo dá por finalizada la antigua condición e inicia
la traslación posicional de aquella "manada pequeña" hacia el nuevo nexo familiar con Su mismo Padre.
Tal cambio de posición es sugerido también al comparar la mención respecto a los hombres que Su Padre le
había dado del mundo -y esto antes de Su muerte- para que fuesen hechos Sus hermanos -después de Su
resurrección - (comp.Jn.17:6 con Jn.20:17).
El propósito.
La repentina declaración de Jesús contiene además un profundo sentido dispensacionalista que mira hacia
Pentecostés, pues mientras "el siervo no sabe lo que hace su señor" (tal es la conexión), el hijo en cambio,
habiendo recibido el Espíritu Santo, sabe lo que su Padre celestial le ha concedido (1Co.2:12).
Así, es posible inferir con toda certeza que la condición de hijo es distinguida de la del siervo por la
presencia moradora del Espíritu. A esta altura es conveniente aclarar que las expresiones de los apóstoles,
llamándose a sí mismos siervos, muestran unicamente una auto-denominación respecto a su servicio en el
ministerio. (El caso del apóstol Juan es único; y su doble posición como miembro de la Iglesia de Cristo y
siervo receptor del APOCALIPSIS quizá arroje luz sobre ciertas enigmáticas porciones de su Evangelio;
p.ej. 13:23; 19:26; 21:20-23).

¿Una bienaventuranza para el cristiano?


Otra opinión propuesta y aceptada por reconocidos maestros bíblicos, es aquella que afirma que
APOCALI PSIS constituye una "bienaventuranza" para el creyente. En esto, nuevamente expresamos
reserva, ya que desde el punto de vista lexicográfico, si se observa cuidadosamente la ubicación de la
conjunción causal subordinada "porque" (bienaventurado el que lee... porque el tiempo está cerca" Ap.1:3),
resalta de inmediato la conexión entre la bienaventuranza propuesta con la cercanía de los acontecimientos
que APOCALIPSIS describe.
Para bienaventuranza escritural el creyente tiene, entre muchas otras partes de la Escritura, el Himno de la
Epístola a los Efesios (1:3-14), ante cuyo sublime contenido que devela la posición e inescrutables riquezas
de los hijos de Dios, cualquier promesa de APOCALIPSIS simplemente... palidece.
Es necesario aceptar el hecho de que, aunque Dios pueda otorgar sabias iluminaciones a sus hijos sobre el
Texto apocalíptico, esto no necesariamente constituye la bienaventuranza propuesta. No al menos en la
proporción, sentido y dirección que la Profecía persigue. En esta tesis se afirma que APOCALIPSIS llegará
a ser una real y magnífica bienaventuranza cuando el tiempo, ese terrible "tiempo de angustia de Jacob" se
halle cerca. En ese tiempo, APOCALIPSIS mostrará a los siervos de Dios (la nación de Israel) y para su
provecho, las cosas que deben suceder pronto.
Será el tiempo en que "los sabios y entendidos comprenderán" (Dn.12:3; 12:10); tal es el período de la
tribulación la grande (Ap.7:14 VOG) en que los israelitas mirarán al contenido de las profecías
apocalípticas como la información salvífica mas preciada la cual habrá de librarlos de adorar al anticristo y
poder así "esperar y llegar a los anhelados 1335 días" (Dn.12:12). Entonces serán bienaventurados el que
lea y los que oigan las palabras de la Profecía porque el tiempo habrá de estar cerca.

Conclusiones.
En observación de éstas y otras disimilitudes que muestra APOCALIPSIS cuando es comparado con otros
Escritos Sagrados dirigidos a la Iglesia, es nuestra firme y sincera creencia haber notado en el mensaje
apocalíptico (expresado en un lenguaje donde la grandeza de Dios se devela en toda su terrible majestad)
en primer lugar, la revelación acerca del estado espiritual en que se encontrará Israel para el tiempo previo
al regreso de su Mesías en gloria. En segundo término, las fortísimas admoniciones con las que el Hijo del
Hombre * procura despertar a sus siervos a fin de hallar fé (aceite en las lámparas) a su retorno (Mt.25:1-
13; Lc.18:8b); y por último, la descripción de los terribles y portentosos acontecimientos que tendrán lugar
en la tierra, después del arrebatamiento de la Iglesia al cielo, y que constituyen el justo juicio de Dios sobre
un kovsmo¾ que rechaza la Gracia salvadora de Cristo Jesús.

* El énfasis de la cursiva se aclara suficientemente en el


Capítulo VII, Parte Segunda.

V
LA MEDIACION ANGELICA

Su importancia teológica.
El estudiante debe evaluar con detenimiento la doctrina de la mediación de los ángeles, conceptuándola
como un tema importante, capaz de arrojar cuantiosa luz en la comprensión de APOCALIPSIS.
La importancia de esta doctrina parte del hecho cierto de que casi la totalidad de los acontecimientos
descritos allí, se hallan mediados por ángeles. Comenzando por el órden jerarquico de su formulación ("... y
la declaro enviándola por medio de su ángel" 1:1), como en las exhortaciones a las distintas iglesias (2:1-
3:22) y hasta el anuncio y la ejecución de los diversos juicios (8:5-9:15; 14:15-16:12; etc.), los ángeles se
exhiben en APOCALIPSIS como contínuos mediadores de la acción divina.
La inobservanci a o laxa interpretación del registro "por medio de su ángel" (1:1b) y la relación que éste
tiene con las siete iglesias actuará siempre en detrimento de la comprensión cabal del Libro, en tanto que el
reconocimiento de la mediación angélica como un acto de Dios hacia Israel definitivamente distinto de la
relación personal, íntima y directa entre Cristo y su Iglesia, abrirá camino para luminosas interpretaciones.

Una pregunta conflictiva.


Se inicia el estudio del tema con una pregunta particularmente exegética que es propuesta por la expresión
a[ggeloi tw`n eJptav ejkklhsiw`n (=los ángeles de las siete iglesias. Ap.1:20) para aquellos que ven, o bien
una referencia a obispos u otros que la interpretan como ángeles reales.
De inmediato nos plegamos con los postreros a fin de evitar emprender la controversial aventura de salvar
la barrera filológica con los que persisten en ver a los ángeles como ancianos de la Iglesia.
Pensamos que, como en el resto de APOCALIPSIS, los a[ggeloi son siempre ángeles reales; esta al menos
parece ser la interpretación natural a la cual nos guía siempre el Texto Sagrado.
Es posible que la interpretación que pretende ver ancianos en los ángeles que encabezan las siete iglesias
sobrevenga por no entender que las iglesias que menciona APOCALIPSIS no son la Iglesia de Dios en
Cristo Jesús. De esta forma se pretenden resolver las discrepancias que existen entre la fuerte actividad e
importancia de los ángeles en APOCALIPSIS con su casi completa ausencia en la doctrina Epistolaria,
adjudicando para esto anti-tipos que no se encuentran plenamente respaldados por la Palabra de Dios.
Tal afirmación se halla sustentada por el hecho de que (a ) en la Iglesia de Cristo el ejpivskopo¾ (=obispo) es
siempre considerado como un miembro mas de la congregación y nunca exhaltado sobre ella (Fil.1:1) como
lo demanda la conjunción de símbolos: iglesia = candelero; ángel = estrella ; y (b ) la falta de una
explicación lógica para la desigualdad numérica que plantearía la sucesión de tales tipos y anti-tipos:
1 2 3
estrellas = ángeles = ancianos
candeleros = iglesias = ¿...?
Si APOCALIPSIS mismo interpreta a las estrellas por ángeles y los candeleros por iglesias, el seguir
adelante y justificar un anti-tipo (anciano u obispo) por medio de otro ya establecido por el Texto (ángel)
pudiera revestir visos de una audacia interpretativa no cónsona con la seriedad de quienes esgrimen tales
argumentos.
En esta obra se afirma definitivamente que el Libro de APOCALIPSIS evidencia con bastante claridad el
concepto judaico de la representación angélica en las comunidades israelitas (Ec.5:1-4), lo cual también
corresponde con los ángeles de las naciones y Miguel como el ángel de Israel (Dn.10:13,20,21; 12:1).

Israel y los ángeles.


En APOCALIPSIS, la mediación angélica no es sino la continuación del ministerio que los ángeles tenían
para con el pueblo de Israel que registra tanto el A.T. como EVANGELIOS.
A fin de establecer una cronología del Registro bíblico en la mediación angélica, se puede mencionar
primeramente (a ) la narrativa del Éxodo en la cual " Dios envió un ángel para sacar a Israel de Egipto"
(Nm.20:16; Hch.7:38a); posteriormente, (b ) vemos a los ángeles actuar como mediadores en la entrega de
la Ley (Hch.7:53; Gá.3:19b; He.2:2); luego, (c ) en la defensa de Israel (2R.19:35; Sal.78:49) y (d ) en su
castigo (2S.24:16).
Continuando el órden de eventos se encuentra (e ) la entrega del mensaje que los ángeles efectuarán a las
comunidades o iglesias israelitas (Ap.capts. 2; 3 y 7:1-8); y finalmente, las dos acciones divinas
relacionadas con Israel expresamente mediadas por ángeles según la explícita declaración del Señor Jesús.
Ellas son: (f ) el recogimiento de los injustos entre los justos en "la siega del fin del siglo" (Mt.13:39,41,49)
y (g ) la reunión sobrenatural de Israel, en donde los ángeles, a la voz del Hijo del Hombre, "juntan los
escogidos de los cuatro vientos de la tierra" (Mr.13:27).
Jesús y Su Iglesia.
Contrapuestas a estas acciones divinas en las que los ángeles desempeñan un papel primordial como
mediadores entre Jesucristo e Israel, se encuentran aquellas que personalmente realizó y aún realizará el
Señor por Su Iglesia.
A saber: (a ) Cristo sacó a Su Iglesia de "Egipto" (espiritualmente, símbolo del kovsmo¾ satánico dentro del
cual el cristiano vivía en esclavitud) y por medio de Su obra la trasladó a Canaán... la celestial. El pasaje de
la transfiguración (Lc.9:31VOG) ilumina particularmente éste tipo cuando Jesús, Moisés y Elías hablan del
" e[xodon (= Éxodo = partida ) que Cristo iba a cumplir en Jerusalén". Esta "partida," convierte a la
epopeya del Éxodo en un precioso tipo cuyo anti-tipo es la libertad del pueblo cristiano lograda por la
muerte de Cristo en la cruz del Calvario.
(b ) A diferencia de los Israelitas, que recibieron la Ley de Dios en "tablas de piedra", los creyentes la
reciben en sus corazones escrita por el Espíritu de Cristo (2Co.3:3), y (c ) si bien Dios defendía a Israel por
medio de ángeles, es también verdad que "...aquellos llamados y santificados en Dios Padre están
guardados por Jesucristo (Jd.1), Quien los libra y preserva de las malas obras del mundo (2Ti.4:18).
(d ) Mientras que Dios utiliza a sus ángeles para castigar los pecados de Israel, el castigo de cada hijo de
Dios es realizado única y personalmente por su Hermano Mayor, Quien, ante su eventual falta de visión
introspectiva, le castiga a fin de que no sea condenado con el mundo (1Co.11:31 -32).
(e ) Si el mensaje divino para Israel está mediado por ángeles, vemos en contraposición a esto que toda la
enseñanza de Cristo es dada directamente por el Espíritu de Cristo, para aquellos que tienen el Espíritu de
Cristo (1Co.2:13-16; 6:17) de suerte tal que "no tienen necesidad de que nadie les enseñe, pues la Unción
misma les enseña todas las cosas" (1Jn.2:27a).
(f ) El juicio del creyente es también un acto que Jesús se reserva exclusivamente. Es Cristo -no sus
ángeles- quien juzga a los santos. El creyente comparecerá ante Su tribunal a fin de recibir completo, ver
menguado o perder su galardón (2Co.5:10; 2Jn.8); y a esta altura , valga el inserto acerca del testimonio que
dá la Escritura, de que son los santos los que habrán de juzgar a los ángeles y al mundo (1Co.6:2-3).
(g ) Pero la acción que presenta quizá su disimilitud mas hermosa cuando se la compara con la reunión de
Israel efectuada por los ángeles, la vemos en el arrebatamiento de los santos en donde el Texto bíblico se
esfuerza por aclarar que será "el Señor mismo " Quien recogerá a la Iglesia (1Ts.4:16). En las infalibles
palabras que el Hijo de Dios pronunciara antes de Su muerte y resurrección "Os tomaré a mí mismo "
(Jn.14:3) no existe la mas leve sombra de alegoría. Los ángeles recogen a Israel... Cristo a Su Esposa.

Los ángeles en Apocalipsis.


Volviendo al tema que nos ocupa, ahora toca decir que el Libro de APOCALIPSIS exhibe no solo una
actividad angélica profusa sino también formidable en cuanto a la magnitud que ocupa a estos seres
supernaturales.
Se puede puntualizar que Dios se sirve allí de los ángeles para (a ) manifestar la profecía (1:1; 22:6); (b )
mediar la exhortación a las distintas iglesias (2:1,8,12,18; 3:1,7,14); (c ) pregonar la apertura del Libro
celestial (5:2); y también (d ) mostrar su portentosa autoridad sobre las fuerzas de la naturaleza (7:1-2).
Son los ángeles quienes (e ) sellan a los siervos de Dios (7:3) y los que (f ) suenan las trompetas del juicio
(8:2); los que (g ) tienen poder para matar a los hombres en la tierra (9:15) y en el cielo (h ) expulsar a
Satanás y sus ángeles (12:7-9).
Y finalmente son estos poderosos mensajeros divinos los que (i ) los que anuncian el eterno y justo juicio de
Dios (14:6-7); los que (j ) vendimian la tierra (14:18-20); (k ) derraman las copas de la ira divina (16:1) y (l
) los que arrestan y encadenan a Satanás por mil años (20:1-3).

Los ángeles en las Epístolas Paulinas.


No obstante la importancia ministerial que registra el Texto apocalíptico, en un estilo de significativa
controversia, todo el Cuerpo de la Teología Paulina muestra en la calificación de la palabra ajggevlou (=
ángel) una exiguidad de citas cuando se la compara con APOCALIPSIS. (En éste último, la palabra "ángel"
es citada 67 veces -VOG/SBU- mientras que en todas las EPISTOLAS sólo se menciona 12). Pero si la
diferencia numérica es notable, su comparación en el contexto calificativo es asombroso.De esta docena de
oportunidades, Pablo no cita ni una sóla vez a los ángeles en relación con alguna actividad en el ministerio
de la Iglesia. En un rápido recuento es posible observar cómo el apóstol informa a los fieles en Roma que
"ni aún ángeles" -entre otros- podrán apartar al creyente del amor de Dios (Ro.8:38); a los corintios les
declara que los apóstoles habían sido puestos por espectáculo ante los ángeles (1Co.4:9); que los santos
habrán de juzgarlos (1Co.6.3); que la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza por causa de
ellos (1Co.11:10) y la final cita ilustrativa (2Co.11:14).
Pablo enseña a los gálatas que los ángeles actuaron como mediadores en la entrega de la Ley a Israel
(Gá.3:19); hace una mención alegórica (Gá.4:14) y junto con los santos de Colosas les advierte
solemnemente acerca de las falsas doctrinas que se tejían respecto a su inapropiado culto (Gá.1:8;
Col.2:18).
Se los menciona a la Iglesia de Tesalónica cuando les instruye acerca del Advenimiento (2Ts.1:7); y
finalmente en sus Epístolas Pastorales los refiere dentro de un concepto de obtestación (1Ti.5:21) y el que
registra en "el misterio de la piedad" (1Ti.3:16 ).

Alcances y limitaciones angélicas.


Ante tales notables extremos, se reitera el criterio inicial acerca de la necesidad de observar en la
mediación angélica de la acción divina un acto casi extraño para la Iglesia de Cristo, por cuanto
notabilísimas disimilitudes se presentan en las narrativas de la acción angélica de APOCALIPSIS cuando
se comparan con EPISTOLAS.
Se ha podido comprobar así cómo, por una parte, se exhalta la actividad, importancia ministerial y poder de
los ángeles, y en donde se cumplen mejor que en ningún otro lugar de las Escrituras las palabras del
salmista "Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles. Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
obedeciendo a la voz de su precepto" (Sal.103:20); mientras que en EPISTOLAS quedó demostrado cómo
su importancia se ve menguada, su actividad neutralizada, y las glorias que por el Espíritu Santo enviado
del cielo reciben los santos de la Iglesia de Cristo para hacer la obra del ministerio, son.... "cosas en las
cuales los ángeles anhelan mirar (1P.1:12).

VI
ECLESIOLOGIA

La doble aplicación de ejkklhsiva.


Por cuanto en esta tesis se ha afirmado que el mensaje de APOCALIPSIS no está dirigido a la Iglesia de
Cristo, el presente capítulo dedicado a la Eclesiología tocará la parte mas conflictiva de la obra, pues es
verdad que APOCALIPSIS debía ser "enviado a las siete iglesias de Asia" (Ap.1:4,11) y no es menos cierto
que tal palabra -ejkklhsiva - se halla registrada en su Texto en veinte oportunidades.
A modo de paréntesis, permítasenos decir inicialmente que, debido a la intransigencia resultante por la
ardiente y justa defensa del Dispensacionalismo ante los erróneos postulados de la llamada "Teología del
Pacto", la idea de la existencia de una iglesia israelita se vió paulatinamente atenuada hasta casi
desaparecer.
En sus legítimos y bien fundamentados deseos por vindicar las Santas Escrituras, los teólogos
dispensacionalistas expusieron las notables diferencias que existen entre el plan de Dios para Israel y la
Iglesia, y se plantaron firmes en el hecho cierto del nacimiento de la Iglesia en el día de Pentecostés
(Hch.2).
Sin embargo, al ejercer esta defensa, -e involuntariamente claro está- se fué desvirtuando el también hecho
cierto de que otra iglesia existía ya quince siglos antes del Pentecostés cristiano, y así, con el correr del
tiempo, la palabra "iglesia" en su aplicación a la comunidad israelita, resultó siendo sustituída bien por
"asamblea" o "congregación", aún en pasajes donde es evidente su valor literal 8.
El alejamiento de la idea que infiere la existencia de la iglesia israelita es precisamente lo que constituye
uno, sino el mayor de los obstáculos del Dispensacionalismo para interpretar APOCALIPSIS justamente,
pues al confrontarse con el abundante registro de ejkklhsiva en este último Libro de la Biblia, los intérpretes
concluyen erroneamente que se trata de la Iglesia de Cristo.
En esta obra se dirige de inmediato la atención del estudiante acerca de la doble aplicación que, en este
sentido, la Biblia otorga a la palabra ejkklhsi a
v .
Evaluando su significado básico, se establecerán las diferencias entre su uso para Israel (A.T.; Mt. 18:17;
Hch.7:38; y Stg.5:14) y su aplicación para la Esposa, el Cuerpo de Cristo (Mt.16:18; HECHOS y
EPISTOLAS) con el propósito de obtener resultados comparativos que ayuden a esclarecer e identifiquen la
ejkklhsiva a la cual APOCALIPSIS se refiere.

La iglesia israelita en el Antiguo Testamento.


La Versión Griega del A.T. (LXX), utiliza la palabra ejkklhsiva casi un centenar de veces como traducción
directa de la palabra hebrea (q'hal). A diferencia de su aplicación en el N.T., en el cual describe
aspectos cualitativos de un cierto y determinado grupo, ejkklhsiva es utilizada en el A.T. con el propósito
de identificar una comunidad determinada, aplicando dicha palabra indistintamente a hombres de esa
comunidad reunidos por diversos motivos.
Era el pueblo y el propósito lo que daba el significado a la ejkklhsiva israelita. De esta forma, la "iglesia"
podía ser convocada por motivos (a ) militares (Jue.20:1-2); (b ) cívicos (1R.12:1-4) o (c ) religiosos
(1R.8:14,22,55,65).
Igualmente, ejkklhsiva es empleada tanto respecto a (d ) aquellos reunidos para hacer el mal (Sal.26:5)
como los que lo hacían (e ) con el propósito de adorar a Dios (2Cr.30:13).
Pero fué la (f ) reunión de Israel delante de Dios en Horeb (Dt.4:10; 9:10; 10:4; 18:16) la ocasión que sirvió
inicialmente para definir su significación como iglesia.
Una vez dentro 9 de la tierra prometida, Israel se reunió como ejkklhsiva para (g ) "oír la Ley de Moisés"
(Jos.8:35; Neh.8:1-2,17).

La iglesia israelita en el Nuevo Testamento.


En EVANGELIOS, el Texto del N.T. registra tres veces la palabra ejkklhsiva , y esto siempre en labios del
Señor Jesús. Los pasajes son:
"Y yo también te digo, que tu eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella" (Mt.16:18).
Y:
"Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, ténle por gentil y publicano" (Mt.18:17).
Cuando se tiene en mente una sóla clase de iglesia, la exposición se torna particularmente embarazosa y
una dificultad se presenta en primer término por el hecho de que los dos pasajes parecen no tener
consonancia uno con otro, pues se ha de presumir que en el primer caso (16:18), se trata sin duda alguna, de
la Esposa, el Cuerpo de Cristo, mientras que en el segundo (18:17), el Texto hace una clara referencia a la
sunagwghv (= sinagoga) local.
¿Cómo explicar entonces el uso de ejkklhsiva en ambos casos? Si persiste la idea de que ejkklhsiva es
aplicable unicamente a la Iglesia de Cristo, la interpretación se vé forzada a establecer una relación mutua
entre "iglesia" y "sinagoga", lo cual no es.
Si en cambio se presume la existencia de una iglesia israelita, distinta de aquella que Jesús llegaría a
edificar después de Su resurrección, entonces, no sólo los pasajes citados armonizan sino que todo el vigor
de la expresión "edificaré mi iglesia" (futuro activo y adjetivo posesivo ) alcanzan su plena significación.
Tal interpretación se halla respaldada por el hecho de que, muy bien sabía el Señor Jesús que El habría de
"derribar la pared intermedia de separación" existente entre judíos y gentiles para formar una misma Iglesia
(Ef.2:14). Es dificil entonces pensar que Jesús se estuviera refiriendo a Su iglesia cuando enseñaba a
desechar como publicanos y gentiles a aquellos judíos que no se arrepentían (18:17b).
Con esto, el Maestro procura enseñar aquí la dualidad de aplicación de la palabra ejkklhsiva, esto es (a )
respecto a la compañía de santificados que lograría con Su muerte, sepultamiento y resurrección (Mt.16:18)
y (b ) respecto a la iglesia israelita existente (Mt.18:17).
Tal mención es confirmada en Hch.7:38 en donde el pueblo de Israel, guiado en el desierto por Moisés,
recibe denominación directa de ejkklhsiva (VOG). Aunque esta no es una cita literal del A.T. hay sin
embargo cierta alusión a Dt.9:10 (Mas.lh'q' - LXX ejkklhsiva ).
Otra clara mención de la iglesia israelita en el N.T. se halla expuesta en la Epístola de Santiago Apóstol, la
cual, habiendo sido dirigida a "las doce tribus en dispersión" (1:1), obviamente tenía que abarcar tanto a
"hermanos" (1:2,16,19; 2:1,5,14; 3:1; 5:7,19) como a "hombres vanos" (2:20); "almas adulteras" (4:4);
"jactanciosas y soberbias" (4:13-17), así como a los "ricos opresores" (5:1-6).
Esta Epístola identifica y describe con absoluta claridad a sus destinatarios y no hay motivo para
confundirlos con la Iglesia de Cristo. Sólo así es posible comprender que la expresión de 2:2 (VOG) "...si
alguno entra en vuestra sinagoga" establece un vínculo inalienable con 5:14 "...llame a los ancianos de la
iglesia " que señala expresamente a la comunidad israelita como ejkklhsiva.

La Iglesia en las Epístolas Paulinas.


Es vital para el cristiano ser consecuente con aquellas maravillosas verdades que engendra en su corazón el
estudio repetido y constante de la Sagradas Escrituras, de manera tal que cuando arriva ante una aparente
discrepancia escritural, su espiritualización o subjetivización sea el último recurso interpretativo, ya que
estas disimilitudes actúan, en la mayoría de los casos, a favor del intérprete como provechosas luminarias
en la tarea de sistematización teológica.
En todo el Cuerpo de la teología Paulina son varias las analogías expresivas acerca de la Iglesia de Cristo.
Al apóstol Pablo le fué revelado en forma directa y completa la excelsa posición y las inescrutables
riquezas del Grupo de santificados que atienden al "supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús"
(Fil.3:14).
Mucho es lo que las EPISTOLAS dicen respecto al gran tema de la Iglesia. Sin embargo, por razones de
oportunidad, solo incluiremos aquí en forma sucinta la descripción de lo que se considera mas útil de la
idea Paulina de la Iglesia respecto a los conceptos que emite esta obra.
Lo que se habrá de exponer es conocido por muchos, pero se resalta con el propósito de mantener fresco un
pensamiento con el cual habremos de ser consecuentes mas adelante, para que, cuando se evalúe el carácter
y la posición de los miembros de la ejkklhsiva que describe APOCALIPSIS, se mantenga sin fluctuar la
posición entendida aquí.
Entrando al tema, se observa en la revelación dada a Pablo respecto a la Iglesia, en primer lugar, un enlace
o un vínculo de pertenencia entre Dios y la compañía de creyentes que la conforma. Las expresiones "la
iglesia de Dios"; "la iglesia de Cristo"; la iglesia del Señor" o la combinación de ambas "las iglesias de Dios
en Cristo Jesús" (1Co.1:2; Ro.16:16; 1Ts.2:14; Hch.20:28) implican siempre a una compañía de seres
electos por y para Dios. ¿El propósito? Que ellos sean objetos receptores de la misericordia divina y por
esto puedan anunciar eternamente las abundantes riquezas de la Gracia (Ef.1:3-14).
De una manera esencialmente distinta a las recompensas que pueden causar los méritos humanos, Pablo
declara cómo esta asamblea de santificados ha recibido gratuitamente el don de la fé como único requisito
para ser salvos y tener vida eterna (Ef.2:8; Ro.6:23).
Cada uno de este especial grupo de personas que conforma la Iglesia, es hecho hijo de Dios por medio de
un nuevo nacimiento al impartírsele la nueva vida en el acto de regeneración (Tit.3:5), siendo habitado por
el mismo Espíritu de Dios (1Co.3:16) e introducido por medio de Su bautismo en el Cuerpo de Cristo
(1Co.12:13).
Este Cuerpo -prosigue la revelación divina- constituye al mismo tiempo la virgen y pura Esposa de Cristo
(2Co.11:2) cuyo glorioso destino se halla cifrado en valores celestiales, vestida de un nuevo cuerpo
inmortal, semejante al de su Salvador resucitado (Fil.3:21) a fin de compartir Su herencia y poder ver la
gloria misma de Dios (Jn.17:24; Ro.8:16-17).
En la enseñanza Paulina a la Iglesia, vemos a sus integrantes como unos seres que ya han sido conocidos,
predestinados, llamados (con efectivo llamamiento), justificados y glorificados por medio del Decreto
inmutable de Dios (Ro.8:29-30), a fin de que obtengan la incorruptible herencia celestial (Ef.1:14-18); todo
esto gratuitamente, sin que el escogido tenga que hacer, o haya hecho absolutamente nada para merecer
tales inmensurables favores (Ro.3:24; 6:23; Ef.2:4-5).
De allí en adelante , y sin que estas bendiciones (que pertenecen en su aplicación a la Voluntad de la
Gracia Divina) puedan ser vulneradas, al creyente se le exhorta a "andar en el Espíritu" (Gá.5:16,25)
conforme a tán glorioso llamamiento (2Ts.1:11; Fil.3:14) y a correr la carrera por su galardón a fin de que
pueda recibirlo completo (1Co.9:24-27).
Tales son, cristiano lector, la posición y las posesiones (entre otras) con las que hay que ser consecuentes.
¡No sin razón la Palabra de Dios nos instruye añadir al conocimiento, dominio propio! (2P.1:6a).

Las 7 iglesias de Apocalipsis.


Al iniciar el comentario acerca del dramático contraste que exhiben los mensajes a las iglesias de
APOCAL IPSIS cuando se comparan con la doctrina Paulina de la Iglesia, ratificamos el criterio en el
sentido de que, con la extracción dispensacional de sus tres primeros capítulos, y por aceptar el mensaje a
las 7 iglesias como si este fuera para la Iglesia de Cristo, una peligrosa trampa interpretativa se accionó, y
ésta fué la inevitable conclusión de tener que llegar a considerar a la Iglesia dentro de la gran tribulación.
A su vez, esta errada noción, puso a la doctrina de la eterna seguridad del creyente en un considerable
atolladero. De allí que los ojos de muchos eruditos bíblicos, ansiosos por sacarla de ese terrible tiempo de
juicio, se posaron en el registro de APOCALIPSIS 3:10 ...
" te guardaré de la hora de la prueba"
Este versículo ha sido ciertamente objeto de variadas y extensas exposiciones, las mejores sobre puntos de
vista filológicos que hoy nos lucen un tanto débiles 10, y por medio de ellas se trató de "remover" a la Iglesia
del sitio donde aquellas erróneas interpretaciones la habían antes colocado.
Es verdad que la iglesia de Filadelfia recibió la promesa de ser guardada "de la hora de la prueba" pero lo
que se discrepa en esta tesis es la inferencia que presupone que esto sea el arrebatamiento de los santos.
La Biblia nada dice acerca de que tal preservación será en el cielo; si así fuera, habría entonces que
presumir la división del Cuerpo de Cristo, ya que sólo una de las siete iglesias, o sea, una parte de los
creyentes lograría su salvación y la base de tal salvación sería, en última instancia, los méritos humanos
(3:8,10), lo cual nos llevaría a otro atolladero doctrinal: la salvación por medio de las obras...
En cambio, si con una actitud libre de prejuicios se acepta que la iglesia de Filadelfia es una formada por
israelitas fieles, que han sabido guardar la palabra de la paciencia de su Mesías aún hasta la cuarta vigilia,
y que tal preservación en lugar de ser en el cielo será en la tierra, entonces es factible relacionar esta parte
del Texto con los acontecimientos que describe APOCALIPS IS 12:14.

Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila,


para que volase de delante de la serpiente al desierto, a
su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos,
y la mitad de un tiempo.

Ahora bien, por cuanto la "mujer" del capítulo 12 es Israel sin lugar a dudas (comp. Ap.12:1 con Gn.37:9-
10 y Ap.12:5 con Ro.9:4-5) y por cuanto la detenida cuádruple comparación entre Ap.3:10 con 12:14 y
Ap.17:12 con 13:5 arroja suficiente luz como para relacionar tal hora con la duración de la gran
tribulación, es posible entonces inferir que es la iglesia de Filadelfia la que será guardada de la hora de la
prueba cuando vaya al refugio que Dios le ha preparado.
Esa hora es la misma hora en que los reyes de la tierra recibirán autoridad y poder junto con el anticristo.
Será en ese tiempo cuando los israelitas que supieron aguardar a su Mesías recibirán las "dos alas de la gran
águila" las cuales son símbolo de la misma protección y providencia divinas que guardaron a Israel en el
desierto (comp. Ap.12:14 con Ex.19:4).
Entonces, como en los días del Éxodo, la iglesia de Filadelfia irá nuevamente al desierto a fin de "ser
guardada de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero".
VII
TIPOLOGIA

De la disciplina tipológica.
En las tareas de interpretación de las Sagradas Escrituras, la Tipología ha sido motivo de innumerables
conflictos a través del tiempo. Esta parte de la revelación bíblica no solo ha sufrido excesos a manos de
amigos , sino que también ha sido lamentablemente descuidada por aquellos que, en respuesta a sus
conocimientos, hubieran podido ejercer alguna defensa en la utilidad de su aplicación.
La importante verdad que el Texto Sagrado muestra en los tipos, puede ser, y efectivamente ha sido
edificante en muchas ocasiones (¿Qué mente regenerada podrá dejar de sentir embeleso al comprender -
como se ha visto en el capítulo anterior- que la suave negativa de Rebeca a permanecer diez días en casa de
sus padres (Gn.24:55 -58) constituye un tipo que garantiza la partida de la Iglesia antes del comienzo del
período de la gran tribulación?... Y así se complació Dios de anunciarlo por medio de un tipo cuatro
milenios antes de su cumplimiento!).
Otro extenso y precioso modelo tipológico lo encontramos en el "Tabernáculo de Reunión". En él se hallan
tipos que, por la autoridad del N.T. (He.9:1-24) permiten ver anticipadamente a Cristo y Su obra con
riqueza de fuerza y sentido, en tanto que Su obra misma otorga al Tabernáculo toda su maravillosa
significación y lo eleva al superior estrato de lo que es inmarcesible y eterno.
La Tipología siempre será edificante; es el propósito de Dios que así sea. Pero esto será toda vez que los
esfuerzos interpretativos se hallen sujetos a la autoridad latente en la Palabra de Dios y no sueltos en los
tumultuosos mares de la vanidad y especulación humana.
Los conflictos en esta importante disciplina se suceden cuando los exponentes pretenden aplicar
autoritariamente sus enseñanzas según pseudo-revelaciones o a causa de opiniones tomadas de fuentes
tradicionalistas o apócrifas, según su personal parecer, y que en la mayoría de los casos prueban ser extra-
bíblicas. Esto pareciera obedecer a alguna recóndita y torcida inclinación del corazón del hombre (Jer.17:9)
que lo lleva a amar más el ser oído en su propia opinión, que el hacer oír la opinión misma de la Palabra de
Dios.
¡Permita Dios que podamos ser consecuentes con la intención del principio!
Se procurará, pues, con Su ayuda, enlazar en el último capítulo de esta tesis las verdades que unen algunos
tipos de APOCALIPSIS con sus respectivos anti-tipos, recurriendo para ello unicamente al trazado de las
Santas Escrituras.

El título "Hijo del Hombre" (1: 12-13).


Existe un ámplio campo de investigación doctrinal en las implicaciones que plantean los títulos "Hijo del
Hombre" e "Hijo de Dios" , y el estudiante bíblico pudiera hallar reconfortantes recompensas al analizar y
diligentemente comparar tales títulos como posibles extremos (p.ej. comp.Jn.8:36; 5:25 contra Jn.5:27-29).
En no menos de ochenta oportunidades, el Señor Jesús se designa a Sí mismo como el "Hijo del Hombre"
en relación con Su manifestación, muerte, resurrección y juicio venidero.
Esquematizando su ministerio, es posible ver cómo fué el Hijo del Hombre el que (a ) descendió del cielo
(Jn.3:13; 6:62) para (b ) sembrar la buena semilla (Mt.13:37) y (c ) buscar y salvar lo que se había perdido
(Lc.19:10).
El Hijo del Hombre es quien (d ) tiene autoridad para perdonar pecados en la tierra (Mt.9:6) y aquel que (e
) dió su vida en rescate por muchos (Mt.20:28 ).
Fué también el Hijo del Hombre el que (f ) descendió al corazón de la tierra (Mt.12:40) y quien (g ) resucitó
entre los muertos (Mt.17:9,22 -23).
Pero mas que la identificación de un tipo, lo que se propone resaltar aquí es la estrecha vinculación que este
Personaje guarda con el futuro juicio universal y con las iglesias que describe APOCALIPSIS.
Y por estar seguros que esta actividad judicial que reviste al "Hijo del Hombre" puede arrojar
considerable luz en el nexo que Él guarda con las iglesias de APOCALIPSIS, tal será el objetivo de este
punto: Resaltar la parte Su ministerio que lo relaciona con el juicio escatológico venidero (Jn.5:22-27).
En su visión apocalíptica (1:12-16), el siervo Juan parece enfatizar, mas que la personalidad del Hijo del
Hombre, la terrible y sobrecogedora investidura de Su oficio. La majestad expresada por la nívea blancura
de Su cabeza; el omniciente fuego escudriñador de Sus ojos; la voluntad que expresa Su estruendosa voz; la
autoridad de Su diestra; la espada aguda que sale de Su boca; la fuerza omnipotente de Su rostro y
finalmente el fulgurante bronce 12 de Sus pies, muestran el inequívoco paradigma del Juez del Universo,
ante el Cual muy pocos serán tenidos por dignos de estar en pié (Lc.21:36).
Otro importante registro bíblico que destaca la actividad judicial del Hijo del Hombre se encuentra en la
porción que corresponde al Evangelio de S.Juan (9:35-40). Para observar ésto, no obstante, es
imprescindible tomar en cuenta la variante textual del vers. 35 en donde los mejores Manuscritos registran
uiJonv tou` ajnqrwvpou (= el Hijo del Hombre , ¸66; ¸75 a B D W ; NTG/SBU, 3ºEdic. 1975).
De no menos importancia es el efecto que causó la presencia del "Hijo del Hombre" en quienes le vieron
develado, cuando se compara con la reacción que produjo entre Sus discípulos el Cristo resucitado.
El efecto primero se halla descrito en las experiencias de Daniel (10:5-19), de los discípulos en la
transfiguración del Maestro (Mt.17:1-4 >Mr.9:6> Mt.17:5ss) y de S. Juan en su visión apocalíptica (1:17)
lo cual produjo en todos ellos la postración inmediata, seguida por un sentimiento de temor, temblor y
desfallecimiento que necesitó la ayuda del "Hijo del Hombre" para recobrar fuerzas. Ahora, al comparar
esta experiencia con la postrera, ¡cuán diferente reacción de ardiente edificación y gozo inefable produjo la
presencia del Salvador resucitado en el corazón de los asombrados discípulos! (Lc.24:32,41).
Pero el pasaje que se muestra particularmente edificante cuando se estudia comparativamente el carácter
distintivo de los títulos "Hijo del Hombre" e "Hijo de Dios", se encuentra en la narrativa de Mateo 16:13s.s.
en la cual los discípulos se encuentran una vez más ante otra de las enigmáticas preguntas de su Maestro.
Esta vez Él les inquiere: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?... y vosotros, ¿quién decís
que soy yo?".
Ya de entrada, es notorio el cambio que el Señor introduce en su interpelación. Cuando inquiere la opinión
de los hombres el nexo es hecho respecto al Hijo del Hombre ; pero cuando demanda respuesta de Sus
discípulos, la pregunta es deliveradamente cambiada por "¿Quién decís que soy yo ?" (v.16). De esta forma,
Jesús deja abierta la respuesta a la voluntad del Padre. ¿Contestarían ellos acaso que Jesús era el Hijo del
Hombre... ?
Con su respuesta (v.17) Pedro y sus compañeros llegaron a ser bienaventurados , pues Dios les reveló la
sublime verdad que Jesús era Su Hijo , afirmación que los asociaba con la gracia venidera y no con el
juicio inherente al Hijo del Hombre. La revelación divina adelanta así la posición de los discípulos como
participantes de llamamiento superior (Fil.3:14) y como integrantes de una Iglesia, aún por edificarse, ante
la cual las puertas del infierno no habrían de prevalecer (v.18).
Trágico en verdad es el antitético ejemplo que presenta el caso de Caifás y los ancianos de Jerusalén
(Mt.26:63 -64). El sumo sacerdote, al conjurar a Jesús para que le declarase si era el Hijo de Dios , recibió
como respuesta lo que fué el anuncio del juicio inmanente: "...desde ahora veréis al Hijo del Hombre
sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo" (v.64).
A Pedro le fué revelado el Hijo de Dios; Caifás tendrá que presentarse delante del Hijo del Hombre.
Bienaventuranza por gracia y juicio por méritos. La dádiva y las obras expresadas por medio de dos
nombres: Hijo de Dios e Hijo del Hombre.

A esta altura, es necesario fijar la atención sobre un detalle escritural de significativa importancia que no
debe pasar por alto cualquier estudiante que pretenda conocer las verdades que encierra APOCALIPSIS. A
saber, la ausencia absoluta del título "Hijo del Hombre" en EPISTOLAS.
.Su prolífera mención en EVANGELIOS contrasta notablemente con su omisión total en el mensaje
Epistolario. ¿Porqué el Espíritu Santo omitió la expresión "el Hijo del Hombre" en esta parte de las
Escrituras? En ésto, pensamos que el Texto Sagrado se esfuerza por indicar algunas importantes verdades
doctrinales
Para ello, y a fin de ilustrar lo que venimos tratando, se cita el ejemplo paralelo que presentan las palabras
"Jehová" y "Jesús". La primera aparece registrada no menos de seis mil veces en el A.T. mientras que en el
N.T. no se la menciona ni una sóla vez. Ocurre lo contrario en el caso de la palabra "Jesús", la cual, siendo
citada en más de ochocientas oportunidades en el N.T., no se nombra en absoluto en el Antiguo.
Este contraste es útil para amplificar la comprensión del estudiante bíblico acerca de un importante
propósito en el Plan de Salvación. Considerémoslo.
La etimología del nombre "Jehová" se desprende como "El que existe en Sí mismo y se revela en Sí mismo"
pero la palabra hebrea es activa, va más allá, y expresa también la idea de "llegar a ser conocido por Sus
obras".
Por otra parte, "Jesús" significa "Salvador" o más especificamente "Jehová salva".
Ahora bien, siendo que "fuera de Jehová no hay quien salve" (Is.43:11) se puede inferir con toda certeza (y
no nos detendremos aquí para una larga comprobación escritural) que el "Jesús" del N.T. es, ni mas ni
menos que el "Jehová" del Antiguo y vice-versa.
De esta forma, Jesús, siendo la salvación de Jehová aún por manifestarse , no podía registrarse en el A.T.,
en tanto que "Jehová" habiéndose ya manifestado plenamente en Jesús (Jn.14:9), no debe de ser citado en el
N.T.
Similares circunstancias que relacionan al "Hijo del Hombre" con el juicio universal en cierne, impiden que
éste título pueda hallarse registrado en los mensajes dirigidos a aquellos santos de la Iglesia de Cristo, cuyas
obras pecaminosas ya fueron juzgadas y pagadas por "la sangre de Su cruz" (Col.1:20).
Una vez como ha sido aclarado el valor doctrinal de éste conflictivo título, conviene regresar la atención a
los primeros capítulos de APOCALIPSIS (1:12-13a; 2:1b) en donde se observa al "Hijo del Hombre" andar
en medio de las iglesias... Siendo pues consecuentes con la relación que guarda tal Personaje con un juicio
inexorable y sin misericordia veámoslo pasearse detenidamente entre las iglesias apocalípticas. Son pies de
bronce los que andan entre ellas... y son ojos con llamas de fuego los que las observan!
¿Será acaso ésta la relación que los inspirados Apóstoles describen en sus Epístolas acerca de la infinita
ternura de Cristo para con Su Esposa? (2Co.10:1; Ef.5:25-27) Ciertamente no.
¡Gracias a Dios que como a Pedro, Él reveló a Jesucristo Su Hijo en nuestro corazón!

Los veinticuatro ancianos (4:4,10-11; 5: 8-10).


La clásica interpretación sobre estos "veinticuatro ancianos" ofrecida por algunos y aceptada por muchos
teólogos dispensacionalistas de la actualidad, puede resumirse en las declaraciones de F.C. Ottman y L.S.
Chafer. Respecto al tema ellos escriben:

"Debería haber muy poca discusión sobre la identificación de estos ancianos coronados. Ellos constituyen
la unidad del sacerdocio real profetizado así de Israel como de la Iglesia. Aquí son vistos en una compañía
redimida y glorificada . El profeta Daniel tiene una visión del tiempo cuando el Hijo del Hombre viene para
tomar su reino, y en esa visión tronos son colocados, pero sin quienes los ocupen. La verdad es, que en los
días de Daniel, aunque esos tronos estaban establecidos, estaban vacantes. Ahora hemos llegado al tiempo
del cumplimiento de la profecía de Daniel, y los tronos están ocupados" 13.
"Esta, realmente, es la identificación que se hace de estos ancianos por la mayoría de los expositores
dignos. Por tanto, se llega a la conclusión de que los veinticuatro ancianos representan a los santos de la
tierra que están en el cielo. Su alabanza los identifica y los revela cuando ellos cantan: "... y cantaban un
nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con
tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para
nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra" (Ap.5:9-10).
Su propia declaración indica que ellos representan una inmensa multitud y que están en el cielo unicamente
por la virtud de la sangre redentora de Cristo. La presencia de esta compañía en el cielo antes de la
tribulación señala claramente la verdad de que ellos han sido arrebatados al cielo antes del principio de la
hora de la prueba. "14

Bien, es oportuno decir que quizá sí debería haber alguna discusión sobre el tema. En primer lugar,
discrepamos del esfuerzo que trata de unir al sacerdocio israelita con la Iglesia de Cristo, o la combinación
del viejo y nuevo Pacto a fin de dar coherencia interpretativa al número veinticuatro.
En esta tesis se afirma enfáticamente que tal pensamiento fué siempre extraño a la Iglesia Primitiva y que la
unión de la Ley con la Gracia, las dádivas con los méritos continuarán diferenciados entre sí, aún en el cielo
(He.12:22 -24).
Por otra parte, los tronos puestos vistos por Daniel no parecen estar relacionados en forma alguna con los
de los veinticuatro ancianos, sino mas bien con aquellos que refiere la parte final de APOCALIPSIS 20
cuya réplica anticipada está expresada por el profeta en la descripción del uso judicial de los tronos
(comp.Dn.7:9,10,22 con Ap.20:4a).
En el caso que nos ocupa, los veinticuatro tronos se hallan ocupados por veinticuatro ancianos vestidos de
ropas blancas y adornados con arpas, coronas y copas de oro. Sus atavíos son reales antes que judiciales, y
sus funciones son de adoración antes que de intercesión.
Con respecto a que su alabanza es lo que los identifica , es preferible adoptar una actitud cautelosa vista la
importante variante textual que exhiben los mejores Manuscritos Griegos. Ellos registran:

"... y cantan un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;
porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre has redimido para Dios,
gente de toda tribu y lengua y pueblo y nación; y les has hecho un reino,
sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra"

Tal coro de presbutevrou¾ celestiales no justifica conclusiones de comunidades judías o de iglesias


cristianas. Tampoco hay sugerencias textuales de que estos ancianos sean hombres redimidos y
transfigurados como los descritos en APOCALIPSIS cpts.7 y 14. Al contrario, nuestro criterio es que
podemos sacar tán pocas conclusiones acerca de la Iglesia por medio de estos presbíteros celestiales, como
las que se pudieran sacar de los ancianos por medio de los a[ggeloi mediadores de las siete iglesias
apocalípticas.
Reiteramos pues la afirmación anterior en el sentido de que APOCALIPSIS identifica directamente a los
santos de la Iglesia unicamente como "La Esposa del Cordero"; verla más allá de esta clara descripción sin
tener un sólido respaldo escritural, se convierte en mera teología especulativa.
¿Quiénes son, entonces, éstos veinticuatro ancianos? Aquí seguimos la mejor explicación de Bornkamm en
el sentido de que "ellos constituyen una clase superior de seres angélicos que se encuentran más cerca del
trono de Dios que otros, a los cuales se les hace partícipes de los secretos divinos. "Uno de los ancianos"
ejerce sus funciones como angelus interpres (5:5; 7:13) y el vidente se dirige a él con el título imperial
de kuvrio¾."15
Estos veinticuatro ancianos sugieren un consejo de seres celestiales cuyo título de presbuvteroi se halla
relacionado con el Apocalípsis post-exilium profetizado por Isaías (24:23) y cuyo modelo que mejor los
describe en relación a su número y funciones se halla en los capítulos 24 y 25 del 1º Libro de las Crónicas
de Israel dende los sacerdotes y levitas eran divididos en veinticuatro clases y recibían la denominación de
príncipes (1Cr.24:5) y de ancianos en el judaísmo posterior (Yoma 1:5; Tamid 1:1; Midrash 1:8).
Las labores de adoración y alabanza de los cantores del templo "que profetizarían con arpas, salterios y
címbalos" constituye la muestra escritural más cercana a las funciones de los veinticuatro ancianos de
APOCALIPSIS (comp.1Cr.25:1 con Ap.5:8).

El jinete del caballo blanco (6: 2).


No poca discusión ha originado a través del tiempo la identificación del personaje que describe este corto
verso de la Escritura.
Por una parte, el número de los que ven en éste jinete a Cristo, mengua día por día; sin embargo, aquellos
que acertadamente lo han identificado con el anticristo, no han podido producir hasta el presente (al menos
el autor no la conoce) una prueba escritural contundente que dé por terminada la polémica.
Creemos que tal base escritural, sólida e inobjetable existe; y así como el trazo de Gn.37:9 s.s. > Mt.1:1 >
Ro.9:5 > Ap.12:1 identifica a Israel -y solamente a Israel- como "la mujer vestida del sol", así mismo
existen algunas porciones bíblicas que definen con exactitud a éste no más misterioso jinete.
Para entenderlo , se inica el trazo bíblico respecto a Satanás en su propósito por ser igual a Dios (¡Ojalá
que tal intento lo fuera en cuanto a Su amor y misericordia!). Pero el anhelo satánico es por conseguir
adoración y poder. Este "mimetismo" se halla expresado en la Santa Biblia en no menos de cinco modelos,
que son: (a ) el propósito por ser adorado (Mt.4:9-10); (b ) la entrega de su autoridad al anticristo
(comp.Mt.28:18+Ap.3:21 con Ap.13:2); (c ) la forma de identificar a sus seguidores (comp. Ap.7:3+14:1
con 13:16-17); (d ) la apariencia de la resurrección (Ap.13:3-4) y (e ) la fugáz instauración de la trinidad
(Ap.13:2,4,11 -13). ¿Se comienza a vislumbrar alguna sospecha respecto al color del caballo? (comp.6.2
con 19.11).
Así, la idea de similitud e imitación se torna esencial para entender lo que venimos tratando. De Satanás
está escrito su pensamiento: "... Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono y
en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré
semejante al Altísimo" (Is.14:13-14).
Una vez establecido con claridad el deseo de Satanás por ser igual a Dios, es necesario detener nuestra
atención por un momento en el arco que sostiene el jinete comparándolo al mismo tiempo con el arco que
describe la porción de Oseas 1:5 donde leemos: " Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de
Jezreel".
El súbito giro del trazo desde APOCALIPSIS a Oseas puede parecer arbitrario, pero el lector avezado
reconocerá de inmediato en la expresión aquel día al "día grande y espantoso de Jehová" que describe el
profeta Joel y asi mismo no verá en el valle de Jezreel a ningún otro sino al apocalíptico Armagedón.
Pero... ¿porqué Dios habrá de quebrar precisamente el arco de Israel ? Para descifrarlo, es necesario dar
una mirada cuidadosa a la descripción que hace APOCALIPSIS de los doce mil sellados de las tribus de
Israel (7:4-8).
A modo de paréntesis, permítasenos ahora guiar el enfoque respecto al abundante registro bíblico en torno
al origen hebreo del anticristo. Que "el hombre de pecado" es un israelita se hace evidente en muchas
partes de la Biblia (aquí discrepamos de los que afirman que el anticristo es un gentil).
Muestra de tal criterio se corrobora en el Libro de Daniel donde es posible observar el empeño del Texto
en el uso y aplicación de las palabras "Dios" y "dios" (p.ej.1:2; 2:23,47; 3:15-18,29; etc.) por medio de las
cuales, y en no menos de setenta oportunidades, el Libro procura guiar a la indefectible conclusión del
origen hebreo del anti-cristo (comp. esp. Dn.2:23 con 11:37-39).
Volviendo nuevamente al pasaje de APOCALIPSIS 7:4-8 se pueden observar interesantes y reveladores
detalles como los siguientes: (a ) Dan no es mencionado entre las tribus de Israel (Manasés lo reemplaza,
posiblemente para cumplimiento de Gn.48:22) y (b ) Judá -y no Rubén, Simeón o Leví- encabeza el
listado de los sellados (comp.Gn.49.3 s.s. para el órden de secuencia).
De manera que, "propósito de imitación" ; "ausencia de Dan" y "primacía de Judá" son los factores que se
han de tener en mente antes de proseguir.
La rivalidad profética entre Judá y Dan es antiquísima y, claro está, trasciende a la simple relación natural
de ambas tribus. Al comparar las porciones que siguen, se podrá comprobar cómo la Escritura traza desde
su génesis, no sólo la Admirable Persona que es Jesucristo, sino también la de su apocalíptico oponente: el
anticristo.
Tal paralelismo bíblico se inicia con el registro referente al cachorro de león del primer Libro de la Biblia
(Gn.49:9), el cual emerge incuestionablemente como el León de la tribu de Judá del Ultimo (Ap.5:5).
Ahora bien, dentro la misma profecía de Jacob, su quinto hijo Dan vendría a ser "serpiente junto al camino
,vívora junto a la senda" (Gn.49:17); presentándose hasta aquí los tipos sin conflictos aparentes: "Cachorro
de león" Judá; "vívora y serpiente" Dan.
Sin embargo, un cambio importante es introducido con la profecía de Moisés acerca de los hijos de Israel al
decir: "Dan es cachorro de león que salta desde Basán" (¿?) (Dt.33:22).
En abierta contradicción al tipo expresado por Jacob, la "serpiente" del Génesis sufre una asombrosa
metamorfosis para convertirse así en el "cachorro de león" del Deuteronomio; y por no adjudicársele un
nuevo tipo a Judá (33:7), el estudiante ha de afrontar ahora la existencia de dos cachorros de león.
Claro está que la contradicción no es tal pues lo que se propone la Escritura es mostrar proféticamente la
semejanza aparente que asumirá el rival de Cristo. Además de esto, vemos cómo la apocalíptica figura de
Satanás -el dragón (Ap.12:9), es adelantada en asociación con el anti-cristo como cachorro de león; y
puesto que ambos infames personajes serán destruídos "con el resplandor" de la venida de Jesucristo
(2Ts.2:8), el salmista anticipa en una maravillosa poesía el momento culminante de Armagedón cuando
declara: "Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro de león y al dragón ! (Sal.91:13).

Otro importante detalle que reafirma lo antes expuesto, es el uso que la Escritura hace de la palabra norte.
Tal como se citó anteriormente, el profeta Isaías refiere la intención de Satanás de ser semejante al Altísimo
y sentarse "a los lados del norte" (Is.14:13b).
En la Biblia, el norte es mencionado indirectamente como punto de oposición a Dios tanto en el cielo como
en la tierra (comp. Ez.38:3,6+Is.14:13b). Es importante notar que el oriente -y no el norte- se define como
el principal punto cardinal divino. En el hebreo bíblico, "adelante" significa el Oriente; "atras" significa el
Occidente; "derecha" es el Sur e "izquierda" el Norte. De esta manera, los mapas bíblicos más antiguos
muestran siempre a Tierra Santa ubicada hacia el Oriente. El norte es el punto cardinal por donde -
espiritualmente hablando- Satanás orienta a su kovsmo¾.
Por ello está escrito que "Judá acamparía al oriente del Tabernáculo" (Nm.2:1-3) pero... "la bandera del
campamento de Dan estaría al norte por sus ejércitos" (Nm.2:25). Así la Escritura identifica al anti-cristo
como un descendiente de la tribu de Dan tipificado como el "cachorro de león que salta desde Basán"
(Dt.33:22) y... Basán se halla al norte de Israel.

"Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto


el de Basán. ¿Porqué observáis, oh montes altos,
al monte que deseó Dios para su morada? Cierta-
mente Jehová habitará en él para siempre"
Sal.68:15-17

Satanás infundirá el abominable anhelo de ser adorado, en su hijo, "la Bestia que sube del abismo", cuyo
número natural de hombre (Ap.13:18) es el seis (Gn.1:27,31b), pero que por causa de su nefando y
desnaturalizado propósito de llegar a ser divino, (1) "se opone contra Dios", (2) "sentándose en el templo de
Dios"(3) "haciéndose pasar por Dios" (2Ts.2:4 TOG), y por ello llega a convertirse en "la abominación
desoladora" (Mt.24:15) o sea el seiscientos sesenta y seis !

El "patio" del templo (11:1-2).


Es una verdadera lástima que en APOCALIPSIS 11:2 nuestra VRV haya traducido patio por aujl hvn
cuando el sentido más apropiado conforme al contexto debería ser "atrio" (la V.M. traduce acertadamente
"atrio").
La Versión LXX ha trasvasado aujlhv por dxej; (= atrio) en no menos de ciento veinte oportunidades e
igualmente la VRV la ha hecho del Hebreo adecuadamente al utilizar la palabra "atrio" en muchas
oportunidades y conforme al contexto, pero no así en el caso que nos ocupa.
La traducción actual opaca un tanto el sentido de APOCALIPSIS 11:1-2 pues con "patio" no es posible
conjeturar acertadame nte la intención del Texto en ésta porción de las Escrituras; en tanto que la expresión
"el atrio que está fuera del templo" permite realizar un trazo escritural que resulta altamente provechoso
para el estudiante.
Para así entenderlo, es necesario fijar atención en los capítulos 25 al 27 del ÉXODO donde se describe la
construcción del Tabernáculo con sus materiales, su disposición y finalmente su significado. Para ello, se
cita la lúcida declaración de C.I. Scofield al respecto:
«El significado tipológico de los materiales y colores del Tabernáculo se cree como sigue: Oro, la Deidad
en su manifestación: la gloria divina; plata, redención (Ex.30:12 -16; 38:27); bronce, símbolo de juicio,
como en el altar de bronce y en la serpiente de bronce (Nm.21:6-9); azul, lo que es celestial en naturaleza u
origen; púrpura, realeza; escarlata, sacrificio.
En términos generales, el N.T. explica el Tabernáculo indicando que este es un tipo en tres maneras (1) el
Tabernáculo es un tipo de la Iglesia como habitación de Dios por medio del Espíritu (Ex.25:8; Ef.2:19-22);
(2) el Tabernáculo es tipo del
creyente (2Co.6:16); el Tabernáculo es una figura de las cosas celestiales (He.9:23-24). En sus detalles,
todo el Tabernáculo habla de Cristo: (a) El arca lo hace por medio de sus materiales: la madera de acacia
(Ex.26:15) y el oro son el tipo de
la humanidad y divinidad de Cristo respectivamente.
En su contenido, el arca es un tipo de Cristo en la siguiente manera: (a) Él tiene la ley de Dios en su
corazón (Éx.25:16), el arca contiene el alimento (o porción) del pueblo del Señor (Éx.16:33); Él mismo es
la resurrección, de la cual la vara de Aarón es un símbolo (Nm.17:10)...
Todo comienza por el arca, la cual, al completarse el Tabernáculo, es colocada en el lugar santísimo,
porque en la revelación divina Dios comienza comienza consigo mismo y entonces pasa a referirse al
hombre; así como en su acceso a la Deidad el hombre comienza consigo mismo y se mueve entonces hacia
Dios en el lugar santísimo. El mismo órden se sigue en las ofrendas levíticas (Lv.1-5). Al acercarse a Dios,
el hombre comienza en el altar de bronce -tipo de la cruz- donde se realiza la expiación a través del fuego
del juicio...
El significado tipológico de las tablas (Ex.26:15) es una clara referencia a Cristo. La madera de acacia, la
cual crecía en el desierto, es un símbolo adecuado de Cristo en su humanidad, en la que Él fué, según el
profeta, "como raíz de tierra seca" (Is.53:2). Las tablas estaban cubiertas de oro, el cual es un tipo de la
Deidad en su manifestación al hombre y simboliza la divina gloria. Cuando se aplica al creyente como
individuo, el significado de las tablas es menos claro. La relación puede encontrarse en Jn.17:21-23;
Ef.1:4,6; 1Jn.4:13.
Solamente si se ven "en Él" pueden las tablas considerarse como un tipo del creyente. Si se contempla así,
el tipo es hermoso. Hallándose en el mundo -aunque separado de él por medio de la plata de la redención
(Gá.1:4; Éx.30:11-16; 38:25-27) tal como las tablas estaban separadas de la tierra por medio de las basas de
plata- y estando unido por "la barra del medio" (v.28) que representa tanto la vida en Cristo (Gá.2:20) como
el Espíritu Santo (Ef.4:3), "todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el
Señor" (Ef.2:21 V.R.).
La plata simboliza la redención (Éx.25:1; 38:27). Todo el Tabernáculo descansa sobre la plata, con
excepción de las cortinas de la puerta, que es el camino de acceso a Dios (Éx.27:17)...
El lino fino es comunmente un tipo de la justicia personal (Éx.26:1) y en las cortinas del atrio representa la
clase de justicia que Dios demanda a aquellos que confiando en su propia justicia humana se atrevan a
acercarse a Él. Hablando de términos simbólicos, puede decirse que Dios colocó las cortinas del atrio en
Lc.10:25-28. El único medio de acceso al Tabernáculo era la "puerta" (Éx.27:16; Jn.10:9)...
En las cortinas del atrio (Éx.27:9), que representan la justicia práctica que Dios demanda en la ley y que
por lo tanto excluyen a todo hombre de la gloria divina (Ro.3:19-20; 10:3-5) no hay colores entretejidos.
Pero la "puerta" es Cristo (Jn.10:9), y en ella reaparecen los colores como en el velo interior (Éx.26:31).
Los capiteles y ceñiduras que sostenían las cortinas eran de plata (Éx.38:27), porque es en virtud de la obra
redentora de Cristo, y no por causa de una vida justa (representada por el lino fino), que Él es nuestro
camino de acceso a Dios; pero las columnas del atrio descansan sobre las basas de bronce y no sobre plata
como en el caso de las tablas (Éx.26:19), y el bronce simboliza la justicia divina manifestada en juicio
(Nm.21:9). La redención no solamente revela la misericordia de Dios, sino también vindica su justicia en el
acto de mostrar dicha misericordia (Ro.3:21-26)»16

Teniendo como buena base la exposición anterior, en esta obra se desea enfatizar que el Tabernáculo no
presenta solamente una serie de símbolos aislados sino que éste representa el modelo de Cristo y Su obra.
Como fuera expuesto, el Tabernáculo comienza por el arca y se mueve en dirección excéntrica, hacia las
tablas y ... hacia el atrio.
Un detalle interesante es notar que el arca hacía contacto directo con la tierra. No así las tablas, que aunque
hechas de los mismos materiales que el arca (oro y madera), se asentaban sobre basas de plata.
Se discrepa por lo tanto de la opinión insertada en el sentido que las tablas simbolizan a Cristo. El arca sí lo
es, pero las tablas son un claro símbolo de los creyentes, los cuales, teniendo la misma esencia que su
Salvador (1Co.6:17; Fil.3:21) han sido salvados (salvación representada por las basas de plata) . Dichas
tablas se hallan unidas en torno por las barras exteriores y la barra interor del medio (Éx.26:26 -28) como
un maravilloso tipo que expresa la unión indisoluble del Espíritu Santo con y en el creyente (Jn.14:17b;
1Co.12:13).
Dificilmente las tablas pudieran representar a Cristo, ya que el Autor y Dador de la salvación no necesita
ser salvo Él mismo. De allí la ausencia de la plata entre los materiales utilizados para construír el arca.
De esta forma, es posible ver a la Obra de Dios comenzar por el arca -Cristo Jesús- para luego seguir hacia
las tablas -tipo de los creyentes que forman la Iglesia- todo cubierto por las pieles teñidas de rojo -símbolo
de la sangre derramada en la cruz-.
Pero el Tabernáculo no termina allí. Continúa hacia el "atrio" el cual se hallaba formado por cortinas de
lino retorcido sustentadas por columnas y basas de bronce (Éx.27:10) aunque las "varas conexivas" (V.M.)
que unían las cortinas eran ... de plata.
Si en el arca vemos a Cristo y en las tablas a Su Iglesia, es casi imposible para la disciplinada mente del
teólogo dispensacionalista dejar de ver en el "atrio" al pueblo de Israel.
El atrio del Tabernáculo constituye un símbolo de Israel y de su divina propuesta de salvación en donde
"una justicia mayor que la de los escribas y fariseos" (Mt.5:20) es requerida para entrar al reino.
Dicha justicia se tipifica sin duda en el material de las cortinas (Ap.19:8) y su requerimiento por parte de
Dios está simbolizado por el bronce de las columnas que las sostienen. Sin embargo, aún esta justicia
personal ha de ser perfeccionada por la Obra redentora de Jesucristo. Así, ambas propuestas están
expresadas extraordinariamente por la mezcla del bronce y la plata que unían las cortinas del atrio (
comp.He.12:23b).
Una vez identificado el aujlhvn del templo como el pueblo de Israel, es posible una comprensión completa
de la porción textual que se ha planteado:

Entonces me fué dada una caña semejante a una


vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide
el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él.
Pero el atrio que está fuera del templo déjalo
aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado
a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa
cuarenta y dos meses" Ap.11:1-2

La interpretación que se ofrece a continuación es relativamente sencilla por ser el resultado de una simple
adjudicación de valores: "El templo y los que adoran en él" son los creyentes que conforman la Iglesia de
Cristo. Ellos "fueron junto con el altar "medidos" (es decir protegidos divinamente); pero el "atrio" - que
simboliza a la nación israelita- fué "dejado aparte, sin medir" por cuanto ha sido entregado a los gentiles
holladores de Jerusalén (comp.Lc.21:24).
Una vez más, es revelado el destino de la Iglesia e Israel para el tiempo del fin. Aquella, "librada de la ira
venidera" (1Ts.1:10) irá al encuentro de su Esposo (1Ts.4:16 -17), éste, habrá de esperar a su Mesías
glorioso. pasando necesariamente por "el tiempo de su angustia" (Jer.30:7; Mt.24:20-22).

Los dos testigos (11:3-12).


"... Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos
dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda?
Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan
las dos ramas de olivo que por medio de dos
tubos de oro vierten de sí aceite como oro?
Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es
esto? Y dije: Señor mío, no.
Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están
delante del Señor de toda la tierra"
"... Y daré a mis dos testigos que profeticen
por mil doscientos sesenta días vestidos de
cilicio. Estos testigos son los dos olivos, y
los dos candeleros que están en pie delante
del Dios de la tierra"
Zac.4:11-14; Ap.11:3-4

La identificación de los "dos testigos" descritos en APOCALIPSIS se mueve dentro dentro de las siguientes
líneas interpretativas: (1) La mayoría de los expositores dispensacionalistas está de acuerdo en que uno de
éstos testigos es el profeta Elías. Acerca de él está escrito tanto en el Antiguo como en el N.T. así:

"He aquí yo os envío al profeta Elías, antes que


venga el día de Jehová, grande y terrible.
Él hará volver el corazón de los hijos hacia
los padres, no sea que yo venga y hiera la
tierra con maldición.
"Y le preguntaron, diciendo: ¿Porqué dicen
los escribas que es necesario que Elías venga primero?
Respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad
vendrá primero, y restaurará todas las
cosas; ¿y cómo está escrito del Hijo del
Hombre que padezca mucho y sea tenido en
nada. Pero yo os digo que Elías ya vino,
y le hicieron todo lo que quisieron, como
está escrito de él.
Mal.4:5-6; Mr.9:11:13

Respecto a la confusión que pudiera crear la declaración de Jesús que Elías ya había venido en la persona
de Juan el Bautista (Lc.1:17; Mt.17:13) es necesario aclarar que el Señor obviamente está tratando de
establecer la verdad profética relacionada con Su doble manifestación y la de Sus precursores.
La aclaratoria " os digo que Elías ya vino" no abroga en manera alguna Su declaración inicial de que " Elías
viene y restaurará todas las cosas". Es necesario que cada una de las dos manifestaciones de Cristo sea
anunciada por un precursor. Juan el Bautista lo fué del Mesías sufriente, Elías lo será del Rey de reyes y
Señor de señores.
(2) Respecto al segundo de los testigos, un grupo creciente de meritorios expositores han estado
relacionando a Moisés con este personaje. Es posible que tal apreciación esté fundamentada en el hecho de
que fué Moisés quien apareció juntamente con Elías en el momento de la transfiguración (Mt.17:3) de
donde se concluye que debería ser aquel quien debe acompañar a éste durante el período de la tribulación.
Sin embargo, esta interpretación plantea algunas contradicciones escriturales que son, hasta donde el autor
conoce, imposibles de conciliar. Ante la presunta identificación de Moisés como uno de los dos testigos
descritos en APOCALIPSIS, en esta tesis se opone lo siguiente: Moisés murió. (Dt.32:49 -50; 34:5), y este
factor -la experiencia de la muerte- es determinante para identificar a los personajes. Los dos testigos han
de ser muertos por el anti-cristo (Ap11:7), por lo tanto la elección de Moisés como uno de ellos lo pondría
en la situación de morir dos veces, posición ésta evidentemente anti-escritural pues "está establecido que
los hombres mueran una sóla vez, y después de esto el juicio" (He.9:27).
En esta base, no sólo se confirma la elección de Elías como uno de los testigos, sino que Enoc surge como
la única e indiscutible opción para identificar al "olivo" restante, pues en primer lugar, lo que
inspiradamente se halla escrito de él, se refiere precisamente a parousiva apocalíptica de Cristo (Jd.14-
15), y en segundo término y más importante aún, si bien es cierto que Moisés no puede morir dos veces es
igualmente bíblico que tanto Elías como Enoc tienen que morir para cumplimiento de la Palabra de Dios.
Después de todo, ¿cuál es la gran relación que Elías guarda con Enoc sino que ninguno de los dos
experimentó la muerte? y en consecuencia... ¿cuál es su dramático vínculo escatológico sino que ambos
deben morir? (Gn.5:24; He.11:5; 2R.2:1,11).

La nueva Jerusalén (21: 9 - 22: 5).


Durante el transcurso de esta obra, se han expuesto criterios un tanto opuestos a la espiritualización de la
Escritura para establecer las distintas doctrinas bíblicas, habiéndose afirmado que ello debería ser uno de
los últimos recursos interpretativos del estudiante.
No obstante, ahora, al llegar en esta última parte al estudio sobre la nueva Jerusalén, el autor pretende
guiar con entusiasmo la interpretación espiritual que el vidente de Patmos tuvo de la celestial ciudad.
¿Porqué la consideración de un tipo? En primer lugar, porque la declaración del ángel respecto a "mostrar a
la desposada, la esposa del Cordero" (v.9b) y la revelación que inmediatamente se produce de "la ciudad
santa de Jerusalén" (v.10) establece un vínculo interpretativo lógico, y en segundo término por cuanto la
posibilidad de definir gramaticalmente tal porción llevaría implícito ver la nueva Jerusalén como una
ciudad literal, lo cual plantea discrepancias difíciles de salvar, no tanto por la descripción arquitectónica de
la ciudad (en todo caso Dios es poderoso para hacer lo que allí se describe y mucho más), sino en razón de
algunos importantes detalles que envuelven la descripción de sus materiales y a cuyo efecto nos
referiremos más adelante.
Comenzaremos pues por decir, que la actitud divina frente al empeño humano por construírle un templo
donde El pueda habitar, se halla resumida en la autoritaria declaración "... el cielo es mi trono y la tierra
estrado de mis pies" que precede a la pregunta "¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el
lugar de mi reposo?" (Is.66:1); que confirma la imposibilidad del hombre para llegar a construír un lugar en
el cual el Dios vivo habite con agrado.
Sin embargo, por otra parte, la Escritura dá testimonio acerca del "despertar de un Hombre que habría de
edificar la "Ciudad de Dios" (Is. 45:1-13) y obviamente el profeta Isaías no se está refiriendo aquí a ningún
rey terreno. Es evidente que por el lenguaje mismo en que se halla expresada, esta porción abarca mucho
más que una referencia a Ciro. Solo en esta base es posible aceptar la extraordinaria excepción escritural de
un gentil tipificando a Cristo.
De igual manera, al hablar tocante al Pacto Davídico (2S.7:4-17; 1Cr. 17:4-15), la Escritura exhibe su
verdadero propósito cuando el estudiante percibe, no a Salomón y aquel templo que erigió con sus manos,
sino a Jesucristo como el edificador de la muy distinta yverdadera casa de Dios (comp. Hch.7:47-48).
La expresión "... cuando tus días sean cumplidos y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno
de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas... él edificará casa a mi nombre", infiere claramente que éste
"uno" levantado por Dios ciertamente de la simiente de David (Mt.1:1) pero después de su muerte, no es
otro que Jesucristo (Mt.1:1), quien como Constructor y Piedra viva de la "casa", ha venido colocando las
otras "piedras vivas" (1P.2:4-5) a fin de edificar para Su Padre la "morada de Dios en el Espíritu" (Ef.2:20-
22).
De esta manera, Cristo se presenta, al mismo tiempo, como el Constructor y la Piedra angular de la Sión
espiritual cuya imagen de ciudad celestial es utilizada en metáfora para describir la gloria y santidad de esta
comunidad perfeccionada (comp.1Ti.3:15).
Ahora bien, además de los distintos planes que Dios pueda tener con la creación, los ángeles, los hombres y
las naciones, bien sea para bendición o juicio, El tiene primeramente el plan de Jesucristo ( Jn.17:3 ) por
medio del cual opera todas las cosas. Luego está el propósito que Dios tiene con la Iglesia - Su pueblo
celestial - por la promesa hecha a Abraham respecto a las "estrellas del cielo en multitud" (Gn.15:5;
He.11:12a); y en tercer lugar, según el pacto hecho al mismo patriarca en relación con "la arena que está a
la orilla del mar" (Gn.22:17; He.11:12b), esto es Israel, Su pueblo terrenal.
Relacionados con estos tres propósitos, Juan describe a la ciudad celestial rodeada por un "muro grande y
alto" (v.12a) los cuales juntamente con el templo (v. 22), conforman un trío que es característico en la
Escritura y vital para comprender la intención del pasaje. Es importante entonces resaltar la estrecha
vinculación que guarda en toda la profecía y tipología bíblica, no sólo los propósitos de Jesucristo y Su
Iglesia, sino lo que estos mantienen con Israel, los cuales , repetimos, forman una tríada que es posible
identificar en no menos de siete pasajes bíblicos que son:
1. Booz - Rut - Noemí (Rut)
2. Rey - reina - vírgenes (Sal.45)
3. Amado - esposa - pequeña hermana (Cnt.)
4. Novio - novia - invitados (Mt.22)
5. Esposo - esposa - vírgenes (Mt.25)
6. Esposo - esposa - amigo del esposo (Jn.3:29)
7. Cordero - esposa - llamados (Ap. 19:7-9)

Continuando con esta relación tipológica se pueden dar mejores y más seguros pasos de interpretación en el
pasaje que venimos tratando, cuando el estudiante nuevamente se percata de este Trio de gloria : Templo -
ciudad - muro (Ap. 21:10-22) lo cual corresponde a Jesucristo - Iglesia - Israel respectivamente.
A fin de inferir con propiedad que el "muro alto y fuerte" es Israel es oportuno citar inicialmente el libro
del Génesis donde profeticamente se declara que Israel tendrá hijos que se extenderán por el " muro"
(49:22) y luego la aclaratoria definitiva que recibió el profeta Amós (7:7-8) por parte del mismo
Constructor :

"Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro


hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil.
Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una
plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí yo pongo
plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo
toleraré más".

Existe además una relación tipológica muy cercana entre el "tabernáculo de reunión" del A.T. y la "nueva
Jerusalén" del N.T. (comp. Ap. 21:2-3), de manera tal que todas las interpretaciones que se derivan de
aquel son posibles de aplicar a ésta. Por ejemplo, la "plomada" con la cual Dios construye el "muro" guarda
un nexo extraordinario con las columnas y bases de bronce que sostenían las cortinas del atrio del
tabernáculo (Ex.27:9-15) ambos símbolo del requerimiento divino de "una justicia mayor que la de los
escribas y fariseos" para entrar en el Reino glorioso (Mt.5:20).
Como un minero que haya la veta, el estudiante de la Biblia hallará una preciosa senda de interpretación si
detiene su atención y compara detallada y exhaustivamente la tipología registrada en Exodo 25-27 con
Apocalipsis capt. 21-22:1-5 y He.12:22-24. Y para abundar en el tema Cantares 8:8-9 arroja ilumina
particularmente lo que se viene tratando.

"Tenemos una hermana pequeña, que aún no tiene pechos ;


¿Qué haremos con nuestra hermana en el día en
que haya de ser pedida?
Si ella fuere muro, edificaremos sobre el tal una
torrecilla de plata; si fuere puerta,
la guarneceremos con tablas de cedro" (V.M.).

No obstante la terminología condicional utilizada en en esta porción de Cantares, ésta se habrá de tornar
conclusiva en APOCALIPSIS. Es decir, Israel será hecho muro y puerta; sobre aquel ciertamente se
edificará una "torrecilla de salvación" (comp.Ex.30:12 -16; Is.60:18; Ro.11:25-27); y por medio de aquella,
entrarán las naciones en alabanza a Dios (Is.60:18b; Zac.8:23).
Respecto a la interpretación de la expresión no tiene pechos es útil insertar a esta altura la luminosa
declaración de C.I. Scofield acerca de la etimología de El Shadai:

El significado etimológico del título Dios Todopoderoso (El Shadai) es tan interesante como conmovedor.
Dios (El) significa "el que es fuerte o poderoso". El calificativo Shadai se compone de la palabra hebrea
"shad" el pecho, que en las Escrituras se usa de manera invariable con referencia al pecho femenino; por ej.
Gn.49:25; Job 3:12; Sal.22:9; Cnt.1:13; 4:5; 7:3, 7, 8; 8:1, 8, 10; Is. 28:9; Ez.16:7. Por lo tanto, el
significado primario de Shadai es "el pecho". Dios es Shadai porque El es el que nutre y da poder, y de
este modo El es también, en un sentido secundario, el que satisface y se derrama a Sí mismo en la vida de
los creyentes. El niño impaciente e insatisfecho encuentra no solamente alimento y fortaleza sino también
quietud, satisfacción y descanso en el pecho de su madre; así El Shadai es el nombre que presenta a Dios
como el Sustentador y Fortalecedor de su pueblo...
El Dios Omnipotente (El Shadai) no solamente enriquece sino también hace que el creyente sea fructífero .
En ninguna otra parte se ilustra mejor esta verdad que en el pasaje donde este nombre ocurre por vez
primera (Gn.17:1-8). A un hombre que tenía noventa y nueve años de edad y quien estaba "ya casi muerto"
(He.11:12, V.R.), el Señor le dijo: "Yo soy el Dios Todopoderoso (El Shadai)... yo te multiplicaré en gran
manera". Con este mismo significado se usa el nombre El Shadai en Gn.28:3,4.
Como el Dador de la capacidad de llevar fruto, el Dios Todopoderoso (El Shadai) castiga a su pueblo... De
ahí que el Todopoderoso o el Omnipotente sea el nombre característico de Dios en el libro de Job, donde
ocurre treinta y una veces. La mano de El Shadai cae sobre Job, quien era el mejor hombre de su tiempo,
no para juicio, sino para purificarle y hacerle más fructífero (Job 5:17-25).

Ahora bien, "shad " también expresa la idea respecto a la capacidad del creyente para dar consolación por
el consuelo recibido por parte de Dios. De manera que, si bien la "hermana pequeña" aún no tiene pechos
(y la interpretación a esto es que Israel, como nación, habiendo pasado en la deportación babilónica el
tiempo de "la verguenza de su juventud" (Is.54:4; Hch.7:43), ahora, desde su rechazo a Jesucristo, su "casa
ha sido dejada desierta" (Mt.23:38 -39) y hasta hoy se encuentra viviendo en "la afrenta de su viudéz"
(Is.54:4); pero la nación será al fin "recogida con grandes misericordias" (Is.54:7)...) entonces tendrá
pechos, para "saciar de consuelo a todos sus hijos" (Is.66:11). Mientras tanto, y en contraposición con
Israel, la Iglesia "tiene pechos como torres desde que fué en sus ojos como la que halla paz" (Cnt.8:10); en
clara significación de que ha recibido de Dios -y en consecuencia tiene para dar- abundante consolación
desde que recibió la gracia de su Esposo (comp. 2Co.1:3-7).

También la descripción de Israel como "muro" es rica en detalles que iluminan el Texto apocalíptico como
si se tratara de una compleja central de computadoras, donde concurren miles de terminales que al ser
apropiadamente conectados, dan lugar al resplandor de la luz gloriosa del propósito divino.
Comenzaremos por puntualizar que las siete delineaciones (puertas; ángeles; tribus; cimientos; apóstoles;
piedras preciosas; perlas) en sus doce efectos sugieren la perfección -7- de Israel -12- manteniendo al
mismo tiempo una coordinación entre el muro y los cimientos. Lo explicamos: Las puertas del muro se
hallan relacionadas con los ángeles, los nombres de las tribus de Israel (v.12) y las perlas (v.21a); en tanto
que los cimientos están en concomitancia con los nombres de los apóstoles (v.14) y con las piedras
preciosas (v.19-20).
La interpretación para esto es tanto hermosa como edificante. La primera delineación del "muro" son sus
doce puertas . Como se ha citado anteriormente, las puertas establecen una conexión tipológica con el
ministerio sacerdotal de Israel. Así como por las puertas se entra a la ciudad y al Templo, el tipo se
esfuerza por expresar la vocación de esta porción del pueblo israelita (Ap.1:6; 5:10; 20:6; 22:3b-4) quien
intercederá por, y llevará con alabanza a, "las naciones que hubieren sido salvas" delante de Dios
(Is.60:18 > Zac.8:23 > 14:16-21) . Israel será entonces llamado "Ciudad Deseada" y "Ciudad de Jehová"
(Is.62:12; 60:14).
APOCALIPSIS describe a continuación a los doce ángeles que se encuentran en las puertas. A esta altura
es oportuno insertar el enfoque ilativo que con la visión apocalíptica mantiene la Epístola a los Hebreos
cuando se "acerca a la ciudad del Dios vivo... y a la compañía de muchos millares de ángeles" (12:22-24).

El tamaño del "muro" (144 codos) así como la expresión de que sus medidas son de "hombre" y de "ángel"
(v.17) sirven para expresar, primeramente la excelsa posición que la nación israelita alcanzará durante la
regeneración; pues así como los "siete" "doce" sugieren la perfección de Israel, los "ciento cuarenta y
cuatro codos" (122) expresan la plenitud del poder de Israel ; y en segundo término explica que, no
obstante que los ángeles mantuvieron una posición de primacía sobre Israel en el A.T., la declaración de
APOCALIPSIS respecto a que las "medidas" del muro son tanto de hombre como de ángel, parece
concordar con la relación de "consiervos" que ellos mantendrán en el futuro con el pueblo terrenal de Dios
(comp. Ap.19:10; 22:9-10; Mt.22.29-30). Así, la expresión "en las puertas, doce ángeles" (v.12a) fortalece
la inferencia de la igualdad que existirá entre estos seres supernaturales e Israel.

En cada una de las puertas y junto con los doce ángeles. APOCALIPSIS reseña los nombres de las doce
tribus de Israel , detalle descriptivo que sirve para reafirmar la propuesta interpretativa de que el "muro" es
Israel.
Finalmente se nos dice que las puertas son doce perlas, indicando por tipo una obra terminada, no por un
acto de creación instantáneo sino por un proceso de crecimiento vital, realizado por medio de un Ser vivo,
hasta llegar a formar una unidad perfecta y preciosa. 18 (comp. Is.46.3-4; He.1.1-2; Dt.30; etc.).
La descripción continúa con los doce cimientos del muro los cuales son adornados por doce piedras
preciosas. Estos santos atavíos que se notan en los cimientos del muro de la Ciudad Celestial son expresión
metafórica de las virtudes, tanto divinas como aquellas humanas que Dios logra que resplandezcan en los
hombres que El ha elegido.
Indirectamente, para los santos de la ekklesiva , la gradación de los doce cimientos del muro y sus adornos
también llegan a conjugar un simbolismo maravilloso con sus experiencias espirituales.
Por ejemplo, al tiempo que APOCALIPSIS refiere que los qemevlioi (cimientos) del muro de la ciudad
están adornados de toda livqw timivw (piedra preciosa), Pablo, al instruír a los hermanos de Corintio que
los santos son el " templo de Dios" (3:16), les exhorta a construír sobre el qemevlion que es Jesucristo,
oro, plata y ... livqou¾ timivou¾ (VOG3:12) .
En su referencia directa a Israel, las bases del muro de la ciudad se hallan adornadas con las esenciales
virtudes de su Constructor como son la verdad (Zac.8:3) y sabiduría (Job 28:18b); justicia (Is.54:14 ) y
juicio (Sal.97:2b). Reflejo perfecto de Su fidelidad (Is.1:26b), misericordia (Zac.1:16) y santidad
(Is.52:1) para paz (Sal.122) y gozo (Is.60:15), consuelo (Is.66:10-11) y alabanza (Is.60:18) de su pueblo,
por la salvación (Is.26:1) recibida.
En último término el comentario se dirige a la referencia de los doce nombres de los doce apóstoles del
Cordero los cuales se hallan inscritos sobre los cimientos, y debajo del muro, como tipo del cumplimiento
de dos profecías que se encuentran en ambos Pactos:

"Restauraré tus jueces como al principio,


y tus consejeros como eran antes; entonces
te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel." Is.1:26
"Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración,
cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria,
vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce
tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel" Mt.19:28

De esta forma, es posible ver a los "doce apóstoles del Cordero" como los jueces restaurados de la
regeneración, y este es el motivo por el cual sus nombres se hallan inscritos entre los cimientos -Dios- y el
muro - Israel-.
Ahora, finalmente hemos llegado ante la Ciudad Deseada (Is.62:12), la ciudad buscada por Abraham, Isaac
y Jacob, que tiene fundamentos y cuyo arquitecto y constructor es el mismo Dios (He.11:9-10). Esta ciudad
celeste es "la señora elegida" (2Jn.1a, 13; 1P.5:13) que desciende del cielo de Dios "ataviada como una
esposa para su marido" no otra que aquel "verdadero Tabernáculo de Dios" (He.8:2) cuyo modelo le fué
mostrado a Moisés (Ex.25:40; 26:30) y que ahora, en nuevos cielo y tierra se encuentra con los hombres
(Ap.21:2-3).
Usando la metáfora, se afirma que el material de la ciudad es de "oro puro", y que esto es figurado es
evidente ya que dificilmente Dios podría llegar a construír una ciudad eterna con un material perecedero . (
Se refiere aquí la mención que hace el Apostol Pedro respecto al oro 1P.1:7). Esto puede parecer débil para
sostener la espiritualización total del texto, pero en este caso la perspicuidad de la Biblia otorga al
estudiante un indicio para sacar provechosas conclusiones.
Además, el metal precioso descrito como material de la Santa Ciudad observa una rara cualidad que el oro
común no posee. El es "transparente como el cristal " (21:11b; 18b) y nuevamente aquí la alegoría es
utilizada, a fin de mostrar la virtud más apreciada por Dios: la fe (He.11:6). Se trata de una construcción
realizada con algo "mucho más precioso que el oro" (1P.1:7). Es una "ciudad" construída enteramente por
la fe, por el Autor y Consumador de la fe (He.12:2); teniendo por piedra angular a su Constructor mismo,
sobre la cual sobreedificaron los Apóstoles y Profetas y que ahora refleja el fulgor de las obras de Sus
santos, quienes, por amarle sin haberle visto (1P.1:8), sufrieron "por amor de Su Nombre" (3Jn.7a).

La forma de la Ciudad es cúbica pues se "halla establecida en cuadro" y "su longitud, altura y anchura son
iguales" (21:16). La explicación para este tipo es al mismo tiempo sencilla y hermosa. En el Antiguo Pacto,
Dios dió la Ley por "medio de ángeles en manos de un mediador" (Gá.3:19); y si imaginamos un cuerpo
geométrico para aplicar a esta declaración, este sería piramidal por cuanto la ley fué dada a todo el pueblo
(su base) por medio de un mediador (su vértice).
En la presente dispensación en cambio, la figura geométrica que representa a la Iglesia es distinta. Su forma
perfectamente cúbica y sus lados exactamente iguales parecen haber sido delineados con la verdad de que
los creyentes "todos son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús" (Gá.3:25-28). Así, "siendo ellos muchos,
son un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros" (Ro.12:5) desde que "fueron bautizados
por un sólo Espíritu en un cuerpo " (1Co.12:13a) para que "siguiendo la verdad en amor... todos puedan
llegar a la unidad de la fe" (Ef.4:15a, 13a).
Finalmente, APOCALIPSIS muestra las medidas de la ciudad. En primer lugar, es importante notar que
éstas no son medidas ni de hombre ni de ángel. A fin de expresar su diferencia con el muro. se utiliza aquí
la más grande unidad de medida: el estadio , y sus dimensiones son impresionantes -no interpretándolas
gramaticalmente - (aprox.2.600 Kms.por cada lado) sino en virtud de la diferencia que se puede observar
entre las medidas del muro y la ciudad. Si éstas se convierten a "codos" tendremos que, aunque el "muro es
grande y alto" (v.12a), sus "ciento cuarenta y cuatro codos" tienen una relación infinitamente pequeña en
proporción con las de la ciudad, la cual mide... cuatro millones ochocientos mil codos por cada uno de sus
lados!
Pero, ¿en qué consiste realmente este diferencial geométrico en su aplicación espiritual?
Creemos que tal numerología es alegórica y pretende expresar el supremo (Fil.3:14) llamamiento que han
tenido los santos de la Iglesia de Dios en Cristo Jesús en comparación con otros propósitos divinos, ya que
si uno divide estas dos medidas a fin de establecer una justa proporción entre el muro y la ciudad, hallará,
no sólo que la ciudad es... treinta y tres mil trescientas treinta y tres veces mayor, sino que su fracción
resultante es periódica. Es decir,... infinita.
Con la perfección que lo caracteriza, Jesucristo ha construído así la ciudad del Señor Dios Todopoderoso.
Ahora, en medio de ella, El es su Templo, su Luz y su Lumbrera y las naciones andarán a la luz de ella.
Como "Hijo del Hombre" edificó a Israel en forma de "aplomado muro" perfeccionando por Su sangre los
espíritus de aquellos justos que lo componen. Como el Hijo del Dios viviente, se santificó a Sí mismo para
santificar a " los miembros de Su cuerpo, de Su carne y de Sus huesos" y por Su sangre rociada poder dar a
luz el gran misterio de Su costado abierto: la Iglesia y Congregación de Primogénitos (He.12:22:24;
Jn.17:19; Ef.5:30-32) del Dios viviente, se santificó a Sí mismo para santificar a "los miembros de Su
cuerpo, de Su carne y de Sus huesos" y por medio de Su sangre rociada dió a luz el gran misterio de Su
costado abierto: la Iglesia y Congregación de los Primogénitos (He.12.22,24; Jn.17.19; Ef.5.30-32).

Epílogo.
No obstante el abundante testimonio escritural presentado a favor del propósito doctrinal de esta obra, resta
aun por clarificar, finalmente, un argumento que, en el momento de su planteamiento, pudiera ser capaz de
producir alguna incertidumbre en el corazón del creyente.
El punto, que fue omitido ex profeso en la parte dedicada a la eclesiología, tiene que ver con la realidad
histórica del envío del mensaje apocalíptico a las comunidades cristianas que a la sazón se encontraban
establecidas en Anatolia , y se presenta en este capítulo por la íntima relación que mantiene con la tipología
bíblica.
Si, como se ha afirmado en esta tesis, el mensaje de APOCALIPSIS es dirigido al pueblo de Israel ¿por qué
enviarlo entonces a iglesias cristianas? Si su propósito es para un tiempo posterior al arrebatamiento de la
Iglesia ¿por qué incluírlo dentro del contexto neo-testamentario que se dirige a los santificados en Cristo?...
Un buen comienzo para comprender todo lo que envuelve este conflictivo argumento, consiste en reconocer
inicialmente la voluntad de Dios para la Iglesia de Cristo como depositaria - y no destinataria - del mensaje
de APOCALIPSIS.
La Santa Biblia, con la insustituíble belleza de sus tipos, anticipa esta verdad para que "por la fe
entendamos" el propósito divino respecto a la Iglesia e Israel.
Habiendo procedido con la suficiente cautela como para no caer en especulaciones o espiritualizaciones
arbitrarias, se resaltarán a continuación un par de narrativas bíblicas capaces de proveer una edificante
enseñanza espiritual para "el hombre interior" al mostrar una importante fase del propósito divino en el
ministerio de la Iglesia durante el tiempo inmediatamente posterior de su arrebatamiento.
La revelación bíblica hace inobjetables las conclusiones que surgen respecto a este específico propósito que
la Iglesia -como receptora del Nuevo Testamento - cumplirá con los judíos después de su partida al cielo.
El análisis comparativo se presenta una vez más dentro de un estilo condensado, no sin antes advertir
acerca de las dificultades que plantea la interpretación del texto bíblico cuando se trata de establecer la
conjugación cronológica de tipos y anti-tipos, concepto éste que el estudiante bíblico debe analizar con
detenimiento para así poder allanar la senda interpreta tiva que le permita perfeccionar la idea propuesta.
De los ejemplos que se citan, el libro de RUT es el primero. Especial énfasis se hace sobre el hecho de que
las experiencias de sus personajes muestran ciertos propósitos que trascienden a los simples
acontecimientos históricos, y sugieren algo que va más allá del tiempo -y aún del espacio- en que
transcurrió esta corta narrativa del período de los Jueces.
Comenzando la lectura atentamente, y con la ayuda del Espíritu Santo, el creyente puede percibir así a
Cristo en Booz, "el pariente redentor"; igualmente, es posible ver a Rut como un tipo de la Iglesia, en dos
formas distintas: (a) como el pueblo gentil escogido por Dios para un llamamiento celestial y (b) como la
destinataria y receptora del Nuevo Testamento, en tanto que Noemí es vista como el tipo de Israel, también
en dos formas distintas, a saber, (a ) como el pueblo escogido por Dios para un llamamiento terrenal y (b )
como la nación a la cual le "ha sido confiada la Palabra de Dios" (Ro. 3.2), esto es, el Antiguo Testamento.
Al seguir la aplicación de éstos y otros tipos que concurren en la historia de Rut, su exposición textual se
tornará hermosa, conmovedora y ... apasionante!
(a ) La primera parte del Libro (1.1-21) describe las experiencias de sus personajes, y con la magistral
fuerza de su brevedad logra transmitir en la sensibilidad del lector cristiano, toda la tristeza producida por
la desolación y el hambre, la desgracia y la muerte como sabia ilustración de las verdades que atañen a todo
ser humano al hallarse alejado de "Bet-lehem" ( la casa del pan y alabanza), cuya etimología de éste y
otros nombres del Libro son propuestos por el texto mismo para su interpretación (1.19b-21).
Los nombres de los seis personajes del primer capítulo conjugan tipologicamente las dos líneas de la verdad
en la cual se hallan frente a Dios tanto judíos como gentiles. La primera de ellas exhibe, en los apelativos
de los hijos de Elimelec, la terrible y triste "enfermedad" (Mahalón) del hombre frente a su Creador a causa
del pecado, y su "desfallecimiento" (Quelión) por hallarse sujeto al temor a la muerte (He.2.15).
(b) En la segunda parte, los versículos 16 y 17 muestran cómo la "elección según la presciencia de Dios"
(1P.1.2) mueve la decisión de Rut, para que ésta llegue al conocimiento del Dios de Noemí -que significa
"placentera" - (comp. Ef.2.11-16) en un claro símbolo de la reconciliación que los gentiles han recibido (Rut
significa "amistad" y "hermosura"); en tanto que Orfa (significa "sierva") se habrá de quedar en la
desolación de Moab (tipo del mundo). Esta dualidad pretende adelantar así el Gólgota con sus cruces y su
dramático destino: el de los dos ladrones. La encrucijada del hombre: su respuesta a la propuesta de Dios.
(c) 2.5-6 Presentan débilmente un tipo del Espíritu Santo. Lo aclaramos de inmediato: la Santa Biblia
establece un curso para el conocimiento del creyente hacia la Deidad. Es la Tercera Persona de la bendita
Trinidad Quien conoce y a Quien conocen primeramente aquellos que forman el Cuerpo de la Segunda (ver
p.56). Esta es una verdad experimental del creyente, quien, habiendo conocido hoy al Espíritu Santo, espera
el día en que conocerá al Hijo, su Cabeza, Esposo y Salvador.
(d ) 2.10,12s.s. : La gracia de Dios para el hombre es expresada en estos versículos (comp. Ef.2.1-10).
(e ) 2.20: Con la expresión "Nuestro pariente es aquel varón , y uno (¿?) de los que pueden redimirnos", el
texto comienza a perfilar -aunque muy oscuramente - el asunto de ese "otro pariente más cercano" (3.12)
que presenta características tipológicas un tanto duras de aceptar en su aplicación. No obstante, la razón
siempre deberá estar sujeta a la revelación, que en este caso, por medio de la tipología bíblica, presenta una
verdad terrible y cruda que, aunque dibujada con trazos débiles, no deja de ser menos verdadera que la
verdad misma.
El "pariente más cercano" que el hombre tiene es, ni mas ni menos que el mismo Satanás (Ef.2.2-3). El es
anti-tipo del tal "fulano" (4.1s.s.) quien sí quería poseer la "propiedad" de Noemí (símbolo de los reinos del
mundo) pero sin el costo de restaurar el nombre del "muerto", Adán (cabeza federal de la raza humana
caída), pues ello le acarrearía abrir la cárcel a sus presos (Is.14.17), dañando así su heredad (comp.
Mt.12.25-26).
Estos acontecimientos tipifican su anti-tipo celestial. Satanás es quien tenía "el imperio de la muerte"
(He.2.14b) y "a sus presos nunca abrió la cárcel" para no "dañar su heredad" . Por tanto, así como el
"fulano" de la narrativa de Rut, el diablo quedará sin nombre, "espanto será, y para siempre dejará de ser"
(Ez.28.19). ¡Una buena razón para la ausencia del nombre de ese "pariente más cercano"!
Pero en cambio, vemos cómo la Escritura testifica que fue Booz -y no Mahalón- quien "engendró de Rut a
Obed" (Mt.1.5b). Así Booz, por su bondad y generosidad restauró el nombre del muerto, pero Dios no le
hizo perder la dignidad de su propio nombre.
Una analógia enternecedora y suprema la establece nuestro maravilloso Redentor quien "no estimó el ser
igual a Dios como cosa a que aferrarse" (Fil.2.6) para redimir a Su "Rut", restaurando el nombre del difunto
sobre su heredad para "que el nombre del muerto no se borre entre sus hermanos" ( esto es: hay un hombre
en el cielo, 1Ti.2.5), "por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo y le dió un nombre que es sobre
todo nombre " (Fil.2.9-11).
(f ) 3.1-4 : Ahora, las palabras de Noemí comienzan a tipificar a la Palabra de Dios. Ella instruye a Rut
acerca del "pariente" redentor con palabras un tanto enigmáticas.
Rut no podría darse a conocer hasta tanto Booz no hubiese acabado de "comer y beber" . Tan extraño
mandato guarda una relación directa con la verdad de que Cristo, durante su ministerio terrenal, fue
"enviado primeramente a las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mt.15.24). Luego que "el Grano de trigo
cayese en tierra y muriese" entonces podría "recibir a los griegos" (Jn.12.26) O en palabras más directas,
los gentiles no podrían "ver" a Jesús hasta que El hubiese muerto y resucitado (Hch.10).

(g ) La forma de la muerte de Cristo Jesús está tipificada en Booz por la acción de comer y beber (comp.
Jn.4.31-34 y 18.11) Este acto debe ser cuidadosamente separado y distinguido del "dormir" de Booz (lo
cual sí representa la muerte de Cristo), pero el "comer y beber" habla especificamente de "hacerse pecado",
sufrir el maldito "oprobio de la cruz" o llegar a hacerse "maldición" por las culpas del hombre. Tal es la
comida que los discípulos de Jesús no sabían. Tal es la bebida que en Getsemaní, rogó que, de ser posible,
pasase.
Hasta aquí, la cronología tipológica ha sido presentada desde la visual del "anticipado conocimiento de
Dios" hasta el momento en que el péndulo divino entra en los aijwn ' a" para centrarse en el "cumplimiento
de los tiempos" o sea, la muerte de Cristo en la cruz. De aquí en adelante se establecerán los anti-tipos tal
como son conocidos en el desarrollo del plan divino de la salvación.
(a ) v.4 : Rut debía notar el lugar en donde Booz habíase acostado y descubrir así sus pies, lo cual, aparte
de su significación histórica y tradicional, expresa una hermosa relación del creyente con los dos pilares de
su salvación : (a) El lugar: la cruz ; y (b) El descubrimiento de los pies: el conocimiento del evangelio.
(b ) v.5 La obediencia de Rut es tipo de la verdad declarada por Pablo en Ro.1.5; 15.18; y 2Co.9.13 y 10.5.
(c ) v.7 : El contentamiento de Booz luego de "haber comido y bebido" expresan en forma patética y
enternecedora el sentir de Jesucristo, "el cual por el gozo puesto delante de él, sufrió la cruz
menospreciando el oprobio..." (He. 12.2).
(d ) Booz "se retiró a dormir al lado del montón" (de la cebada). Aquí el tipo debe ser visto conjuntamente
con el modelo que registra Gn.2.21-22. El "sueño profundo" de Adán, tipifica la muerte de Cristo. Su
costado abierto, expresa el derramamiento de la sangre por medio del cual fue posible el nacimiento de la
Iglesia. La "costilla" que salió de Adán es símbolo de los miembros que salieron de la carne y de los
huesos del postrer Adán (Ef.5.29-32). De manera que, así como Adán, cuando despertó de su "sueño
profundo" se encontró con su compañera, es posible establecer un comparativo con Cristo y su "despertar"
que, como nos explica el libro de Rut, "a la media noche se estremeció aquel hombre y ¡he aquí! ... una
mujer estaba acostada a sus pies!
(e ) Los versículos 12 y 13 no pueden establecerse dentro de un órdencronológico . No obstante, las
palabras finales del v.13 "Descansa, pues, hasta la mañana" parecen tener relación con el actual período de
la dispensación de Gracia.
(f ) v.14: ¡Rut se levanta! . Esto manifiesta el arrebatamiento de la Iglesia, que parte de esta tierra al cielo
"en un abrir y cerrar de ojos" (1Co.15.52) o sea, "antes que los hombres puedan reconocerse unos a otros;
porque el dijo: No se sepa que vino mujer a la era" (comp. Mt.13.44; Jn.14.1722 -23; Col.3.3).
(g ) Ahora bien, los v.15-17 tocan el punto principal de lo que venimos tratando, y es el alimento que Booz
da a Rut para Noemí. He aquí tipificado el ministerio la Iglesia cumplirá en los días posteriores a su
arrebatamiento. Que este ministerio sea el legado del Nuevo Testamento al pueblo de Israel que, como
veremos más adelante, describe "la belleza de Cristo"; o si se trate de algo que quizás personalmente la
Iglesia tendrá que hacer a favor de Israel es improbable precisar con exactitud para quien escribe. Quizá el
trazo de Mt.10.23 > Ap. 7.2-8 pueda arrojar alguna luz respecto a quienes serán los que finalicen la
predicación del Evangelio del Reino.
De esta forma, las "seis medidas de cebada" que Booz entrega a Rut para su suegra Noemí pueden muy
bien estar relacionadas con las "doce cestas del pan de cebada " que sobraron de la primera multiplicación
de los panes, las cuales "fueron meticulosamente recogidas por órden del Señor a fin de que "no se perdiera
nada" (Jn.6.12-13) Este acontecimiento, unido con el de las siete canastas que sobraron por efecto del
milagro posterior (Mr.8.8) pudiera expresar que Israel -12- tiene aún un alimento que recibir de Dios -7-.
Y por así decirlo, una de esas cestas sobrantes muy bien podría ser APOCALIPSIS. De esta forma, es
posible ver en la Iglesia de Cristo el ministerio como depositaria de un mensaje que, luego de guardar por
"setecientos mil días" (¿?), lo entregue a sus destinatarios israelitas. Después de todo... ¿No guardó también
Israel para la Iglesia una gran parte del Divino Mensaje?
Desde este último punto, el Cantar de los Cantares, amplifica escrituralmente la posible forma en que se
llevará a efecto la entrega de esos "panes de cebada".
Los ejemplos que se citan del Libro de Cantares son solamente aquellos indispensables como para terminar
de clarificar el punto que nos ocupa en esta parte final del tema. Sería casi imposible aquí, de hacer un
estudio avanzado, concienzudo y extenso de este dificilísimo texto bíblico, sin el peligro de debilitar el
propósito en el paréntesis.
Basta decir que para la mente regenerada es posible identificar con certeza en el texto de Cantares los anti-
tipos de los personajes que sostienen el poético diálogo. Un poco más dificil quizá sea establecer a cuál de
los personajes pertenece cada porción respectiva.
En este caso, se cree como sigue:
EL SEÑOR JESUCRISTO: 1.1, 9-11, 15, 17, 2.2, 10b-15, 4.1-16a, 5.1, 2b, 6.4-9, 11-12, 8.5b-7, 9.
LA IGLESIA: 1.2-7, 12-14, 16, 2.1, 3-10a, 16-3.5, 7-11, 4.16b, 5.2a, 3-8, 10-16, 6.2-3, 13b, 7.10-8.4, 8,
10-14.
ISRAEL: 1.8, 3.6, 5.9, 6.1, 10, 13a, 13c-7.9, 8.5.

La cronología tipológica sería mas o menos así: (a ) Los versículos iniciales de CANTARES (1.2-4) como
una expresión del deseo sub-conciente de la Iglesia gentil (1.5-6) por alcanzar el conocimiento de la
salvación. La Esposa anhela saber dónde está Aquel que ama su alma (1.7a).
Esto tiene una comparación cuádruple en la Escritura. A saber: (a) La declarac ión de Adán en Gn.3.20 al
llamar a su mujer "Eva" luego de oír la divina declaración del "proto-evangelio" (Gn.3.15). En Adán se
operó una experiencia inversa a la que el creyente experimenta en el nuevo nacimiento (Tit.3.5b), y estando
él en esa triste y terrible condición, expresó su fe al nombrar a su compañera "madre de todos los vivientes"
como un clamor de esperanza por volver a su estado anterior de vida; (b ) en el reclamo divino de las
entrañas de los animales del sacrificio. Dios no requería ni el corazón ni el cerebro de ellos, sino sus
entrañas (riñones y su grosura) anticipando en tipos el requerimiento divino. Esto es, no sus intenciones
engañosas o sus pensamientos vanos, sino aquella parte instintiva que, más allá de la conciencia, se sabe
responsable directa de su propia caída (Ro.5.12).
CANTARES 1.2-4 expresa el deseo ignoto por alcanzar la vida eterna en los "besos de Dios" para ser, más
que "alma viviente" (Gn.2.7), un "espíritu vivificante" (Jn.20.22; 1Co.15.45). Este remoto deseo del sub-
conciente, se expresa igualmente en (c ) la decisión anticipada de Rut para seguir a Noemí ("tu Dios será
mi Dios); y finalmente (d ) en las palabras del Apóstol cuando afirma que habiendo hecho Dios el linaje de
los hombres de una sangre , deberán buscarle palpando (Hch.17.26 -27).
1.7b expresa el deseo cumplido de la Iglesia. Ella no quiere permanecer como una que está velada (comp.
2Co.3.12-16).
En la respuesta del versículo 8, Israel, como depositario de la Palabra de Dios (Ro.3.2) muestra a la esposa
el camino en el cual hallará al "Pastor". Su paralelo está expresado en Rut 1.18-19a.
(b ) El anticipado propósito de Jesucristo para realizar Su obra en la cruz está registrado en 4.6 y halla
similitud en el Salmo 40.6-8 y Hebreos 13.20.
(c ) El Poema registra la consumación de la Obra de la cruz en 5.1. Al igual que en Rut, nuevamente aquí el
texto bíblico expresa en forma maravillosa la "comida y la "bebida" que tuvo que apurar el Cristo de Dios.
El "regoger la mirra y sus aromas" habla del intenso sufrimiento de Jesús al hacerse pecado y maldición en
la cruz. Estas palabras refieren directamente Getsemaní y el "sudor de Sus gruesas gotas de sangre"
El "comer el panal con su miel", y el beber "el vino y la leche", son el cumplimiento de la voluntad que el
Padre había encomendado a su Unigénito (Jn.431-34; 18.11).
(d ) Los beneficios de la Obra consumada de Jesucristo se hallan registrados en la parte final de 5.1: ¡
Comed, amigos; bebed, sí, bebed en abundancia, oh bien amados! De la roca de la eternidad, abierta por
amor de Su Iglesia, surge incontenible el verdadero Maná y fluye abundante el Agua que quita para
siempre la sed! Si se considera la traducción literal de 5.4: "Mi amado envió Su mano desde la apertura, y
mis entrañas se conmovier on por El" es posible intuir allí Pentecostés.
(e ) El registro de 5.5.-7 muestra el presente período de gracia. Los sufrimientos de la Iglesia por la
separación del Esposo y sus tribulaciones en el mundo (Hch.14.22b).

(f ) Es extremadamente dificil establecer el momento del arrebatamiento de la Iglesia en el texto de


CANTARES. Si ello está en 6.2b, entonces la cronología de los acontecimientos indicaría que la Iglesia
deberá dar en en el mundo dará testimonio efectivo a Israel antes de su partida (5.8).
(g ) En el registro de CANTARES 5.9 es posible observar que Israel, aunque reconoce la hermosura de la
"mujer", no alcanza a percibir las virtudes de su "Amado", las cuales son maravillosamente expresadas por
la Iglesia en siete párrafos y doce descripci ones (5.10-16).
Bien que ésto sea por medio de un testimonio personal de los creyentes al pueblo de Israel, o por el legado
que le harán del Nuevo Testamento después de su partida al cielo, es dificil de establecer. Pero lo que
interesa ahora es el hecho de que el testimonio de la Iglesia produce un cambio de actitud en las "docellas",
quienes no sabiendo "qué es el Amado más que otro amado" , ahora, luego de haber oído la descripción
hecha por la esposa, deciden incorporarse a su búsqueda (6.1).
Si con la respuesta de 6.2 "Mi amado ha descendido a su jardín, ... para recoger los lirios " se infiere el
arrebatamiento de la Iglesia, entonces 6.13 tiene un gran significado ya que es presumible que Israel notará
en la partida de la Iglesia al cielo una obra de su Dios.
De allí en adelante, desde 7.1 a 7.9 es posible ver a Israel como entendiendo el Nuevo Testamento al
reconocer las riquezas de su Texto (El estudiante bíblico debe notar que esta porción de la Escritura hace
especial énfasis en los alimentos que tiene la esposa. La adjudicación de tipos es más o menos así: vino =
alegría , trigo rodeado de lirios = Israel alimentándose [comp.Os.14.5 donde Israel es también lirio] ; leche
= nutrimento ; uvas = fruto espiritual; aliento de manzanas = la Palabra de Cristo [comp.2.3 > 7.8b >
Col.3.16] ).
Así, el enigmático Poema que en su inicio describe la posición de los "compañeros" del Esposo (1.7b),
habrá de producir en "las doncellas de Jerusalén" la viva expresión ¡Cuán hermosos son tus pies en las
sandalias! (comp.Is.52.7 > Ro.10.15 > Ef.6.15) y transformará su condición de "veladas" en la de
"compañeros que escuchan Su voz" (8.13).
¡Ahora Israel se encuentra preparado para oír la Voz !

"Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas
porque... el tiempo está cerca".

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