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El lenguaje del color (1ra parte).

por Milko A. García Torres


Estos contenidos pertenecen al "Curso práctico de diseño gráfico".
Ediciones Génesis S.A., Madrid.

 Ya el hombre primitivo conoció la potencia expresiva del color, y se valió de él, mediante tierras coloreadas para resaltar los
grafismos de sus cuevas. Si estudiamos la historia del arte podemos comprobar su utilización en casi todas las creaciones del
hombre. La propia Naturaleza hace uso del color para animar todo cuanto en ella se encuentra. El arte de todos los tiempos
lo ha utilizado como un complemento de vital expresividad, como factor de belleza o como protagonista o complemento de
una creación.
Todas las civilizaciones utilizan el color. Es importante en la vida de todos los pueblos porque no sólo se asocia con la belleza,
sino que posee una intrínseca fuerza psicológica. Los colores originan sensaciones subjetivas que pueden ser de calor o de
frío, de agitación o de descanso, de atracción o de rechazo, de alegría o de tristeza. El color es un símbolo que expresa ideas,
sentimientos y emociones, y nuestro cuerpo percibe los colores y reacciona en consecuencia. Los colores tienen, además de
su potencia psicofísica, una fuerza simbólica y una relación definida con nuestras actividades y sentimientos.

En las diferentes épocas históricas, los colores que los artistas adoptaban para sus creaciones
han variado y se han enriquecido no sólo por la disponibilidad de sustancias colorantes, sino
también por la variación en la concepción de la Naturaleza, de la luz y de la visión.
En la antigüedad predominaba el gusto por los contrastes formados por el rojo, el negro, el
blanco y el ocre. En Egipto y Persia encontramos ejemplos de policromías muy vivas. La
pintura romana, especialmente en el paisaje, llegó a una reproducción naturalista
impresionante de los valores cromáticos de la luz de la atmósfera. En la época bizantina se
dió un valor casi místico a la luz y al color. Sin embargo, en la Edad Media, el color se
consideraba una cualidad intrínseca de la materia, ya que no de la luz, y se representaba
mediante materias preciosas tales como esmaltes, oro, piedras preciosas, etc.
En el Renacimiento se volvió a considerar el color como una cualidad de la luz, y ya no se
reproducía mediante materiales preciosos, sino con pigmentos. En el s. XVIII se prefirió
generalmente el contraste lumínico al contraste de los colores. Pero ya en el s. XIX se volvió
a la identificación de la luz con el color. Esta identificación se desarrolló después por obra del
Impresionismo y del Puntillismo.
En la antigüedad, los asirios, egipcios, griegos y romanos atribuían al color un poder mágico y
casi místico, y lo asociaban con la divinidad. La iglesia católica ha reconocido la potencia
simbólica del color, utilizando diferentes colores en las vestiduras de los sacerdotes según sea
el tiempo litúrgico del que se esté hablando, y así, las vestiduras de Cuaresma son moradas,
las de Adviento blancas, etc.
La política ha asociado el color con las diferencias ideológicas. Así, a las tendencias de
izquierda se les asocia siempre el color rojo.

Obtención y tipología de los pigmentos

Según su origen, los pigmentos se pueden dividir en naturales, artificiales y sintéticos. Los
pigmentos naturales pueden ser a su vez divididos en orgánicos e inorgánicos,según sea su
origen animal y vegetal o mineral. Los pigmentos inorgánicos están formados por minerales
de composición definida, y se obtienen de tierras, fósiles, etc. bajo diferentes formas
químicas, como silicatos, carbonatos y sales de diferentes metales, entre los que el más
importante es el hierro.
Las materias primas importantes para la industria de los colores son muy abundantes, y
generalmente, antes de su utilización requieren cierta elaboración. Esta elaboración es muy
importante especialmente en los pigmentos utilizados en la pintura artística, y de ella
depende la calidad y el rendimiento cromático, que puede disminuir o aumentar según estos
tratamientos. Estos pigmentos deben presentar finalmente las siguientes propiedades:
inalterabilidad ala acción de la luz ya los elementos de composición, resistencia al calor, a los
agentes atmosféricos, a los agentes químicos, a la luz; y un gran poder de protección e
intensidad colorante.
Las sustancias inorgánicas naturales, al obtenerse de las cuevas y minas tras una extracción
selectiva de las partes coloreadas, requieren ciertos tratamientos para que sean aptas para la
fabricación de pigmentos. Estos tratamientos son: elección, lavado, exposición al aire y al sol,
quebrado, pulverizado, calcinado mediante cocción, molido, cocido y nuevo molido para que
la tinta adquiera el tono deseado y para homogeneizar la pulverización. Esto es un factor de
capital importancia para el color final del producto, pues éste puede sufrir variaciones según
sea el tamaño de sus partículas constituyentes, ya que el poder cubriente es directamente
proporcional a la finura del pigmento.
Los pigmentos naturales minerales son los siguientes: el blanco de zinc, obtenido
directamente del óxido de zinc puro, el blanco plateado que deriva del albayalde puro, el
blanco de calcio o blanco de San Juan, el polvo de mármol, la arcilla blanca, las tierras ocres,
los óxidos de hierro, la tierra de Siena, la tierra de Kassel (también llamada tierra de
Colonia), la sombra de hueso, tierras verdes, la malaquita o verde de montaña, el lapislázuli o
azul ultramar natural, el grafito, la tierra negra, etc. Para los colores minerales naturales se
deben cumplir los mismos requisitos en el tratamiento previo que los citados para los
pigmentos de pintura.
Los colores orgánicos naturales vegetales se extraen directamente de maderas, cortezas de
árboles, raíces, líquenes, néctar de flores, de frutos y de hierbas. La extracción del principio
colorante se suele hacer por cocción y posterior evaporación de los extractos hasta lograr la
concentración deseada. Sin embargo, el principio colorante del alcornoque, de los sarmientos
o de huesos de frutas se suele hacer por torrefacción de las respectivas sustancias. Los
colorantes extraídos de vegetales se suelen utilizar en la elaboración de pigmentos y también
de lacas.
Los colores orgánicos naturales, ya sean pigmentos o lacas, se obtienen de la cocción o de la
carbonización del cuerpo de pequeños insectos tales como las cochinillas, de moluscos
marinos, o de diferentes partes del cuerpo de los animales, tales como huesos, cuernos,
dientes, valvas, etc. Los pigmentos se obtienen mediante calcinación para la eliminación de
impurezas, y se dejan secar. Entre los colores naturales animales podemos destacar: las
lacas carmín y el carmín de cochinilla, el pardo de sepia, y el negro de hueso y de marfil.
Los pigmentos artificiales o sintéticos están formados por las mismas sustancias que se
obtienen de los recursos naturales, minerales, vegetales o animales. El proceso químico ha
sustituido con gran éxito al proceso extractivo, y los colores se obtienen ahora directamente
de las diferentes sustancias de base mediante procesos de laboratorio. La gran variedad de
procesos químicos permite obtener un gran número de tintas con sus correspondientes
gradaciones, ya menor costo que los procedimientos naturales.

 
Reacciones ante el color

Ya nos hemos referido antes a que nuestro cuerpo percibe cualquier impulso o energía y se
provoca en él una reacción. Así, está ya plenamente establecido el efecto sedante del verde,
el enervante del rojo, el estimulante del amarillo, la acción depresiva del azul, etc.
El Dr. Marizot cita el caso de una fábrica en la que jamás se habían producido conflictos
laborales, y donde se desencadenó una terrible huelga después de que hubieran pintado las
paredes de color rojo. Rebate cita también el caso de un pueblecito norteamericano en el que
sus habitantes solicitaron en masa que fuese cambiado de una fachada un gran plano de color
amarillo en el que destacaban letras negras, ya que esta pintura "constituía un peligro para la
salud moral y psíquica de los habitantes del lugar".
Por los colores se puede llegar a determinar la psicología de un individuo. El psicólogo suizo
Pfister desarrolló un test formado por pirámides de color, que sirve como prueba en las
investigaciones de psicología clínica y en la determinación de las aptitudes laborales. Los
sujetos se valen de veinticuatro cuadrados de colores diferentes para formar tres pirámides, y
se obtiene de esta prueba la impresión de su personalidad, por los colores elegidos y su
disposición para cada una de estas tres pirámides.
Actualmente, en Francia, Alemania, Inglaterra y sobre todo en Estados Unidos, expertos en
"cromodinámica" han puesto de relieve los efectos específicos que luces y pigmentos
coloreados reflejados por grandes superficies provocan sobre los procesos visuales, auditivos,
sobre el ritmo cardio-respiratorio, sobre los sistemas circulatorio y endocrino, etc. Como
resultado de estas investigaciones, se han empezado a tratar los colores como verdaderos
métodos terapéuticos, y la ciencia que trata de esta faceta de los colores se ha denominado
"cromoterapia". Los colores que más activamente se prestan a la experimentación de estos
efectos son el rojo, el verde y el azul. El rojo es el más excitante (y podemos observar ésto
en las reacciones de ciertos animales ante su presencia); el verde es el más sedante, y el
azul, el más deprimente.
El estudio de la influencia psicológica de los colores es hoy día una ciencia que se aplica a
muy diferentes campos, debido a la importancia que pueden tener en los ambientes, en la
vida diaria y en la publicidad. Una de las principales metas de la publicidad es estudiar la
potencia psíquica de los colores, y aplica estos resultados como un poderoso factor de
atracción y seducción, y para la identificación de los mensajes publicitarios. También se
utilizan en la presentación de los productos aquellos colores que mejor sugieren el carácter y
la cualidad de aquellos. En la industria se utilizan colores acondicionados para crear una
atmósfera adecuada, para estimular el trabajo y para hacer más agradables las tareas. Los
talleres en los que se trabaja con fuego o en los que hace muho calor, o aquellos otros en los
que hay mucho movimiento y excitación, se suelen pintar de un color azul frío y calmante.
Los obreros de una fábrica norteamericana se quejaban de frío, a pesar de que al medir la
temperatura interior de los ambientes de trabajo se comprobó que ésta era agradablemente
tibia. Al someter este caso ala valoración de un experto en tratamiento y uso del color, éste
aconsejó que se pintaran las paredes (cuyo color era verde-azulado claro) de color rojo-
anaranjado claro... y desde aquel mismo momento cesaron las quejas sobre la temperatura.
En la fábrica francesa Lumiere de películas fotográficas, eran muy frecuentes los conflictos y
peleas entre los empleados, que cesaron cuando, al aparecer las películas policromáticas, se
pudo sustituir la luz roja por otra verde.
Vamos ahora a dar unas breves nociones acerca de los colores más adecuados para
diferentes ámbitos profesionales. En los lugares donde se debe llevar acabo una intensa
actividad intelectual y mental, se debe dar preferencia a los ámbitos coloreados con tonos
tenues y con pocos contrastes. Es muy importante la elección de los colores en los hospitales.
En los quirófanos y en la vestimenta quirúrgica, se utiliza el color verde claro porque el ojo
del cirujano, al estar fatigado por el color rojo del campo operatorio, necesita el descanso que
proporciona el verde. En los lugares de trabajo donde el personal realiza tareas de precisión
con objetos pequeños y coloreados, no se deben pintar las paredes de blanco, ya que pueden
provocar sensaciones de mareo al fijar la vista en ellas, debido a las imágenes consecutivas
que se forman en las mismas.

También los colores se usan para seguridad en el trabajo. De este


modo, el amarillo significa atención; el naranja, alerta; el rojo,
peligro; el violeta, energía; el azul, precaución; el verde, paso libre
y seguridad, etc. Como podemos observar, esta analogía también
se utiliza en los semáforos de las calles. El grupo de los colores
cálidos (rojos, amarillos, anaranjados, amarillos-verdosos)
producen un efecto alegre, vivo y caliente, siendo más
estimulantes y excitantes a medida que se acercan al rojo. El grupo
de los colores fríos (azules, azules-verdosos y violetas) es
tranquilo, sedante, silencioso y fresco; ya medida que más se
acercan al azul, más fríos y deprimentes son. Las luces de color
pueden transferir mucha mayor viveza e intensidad a una
superficie que si sobre esta misma superficie se aplican sustancias
cubrientes para animarla. Al mismo tiempo, las luces sirven para
cambiar las reacciones emotivas relacionadas específicamente con
cada color. Una superficie amarilla con una cualidad estimulante
definida, puede provocar una respuesta contraria, de tranquilidad y
relajamiento, al ser bañada por una luz azul que la transforme en
verde, o por un verde azulado poderoso.
Otra superficie de color rojo excitante se hará más apagada (e incluso triste) bajo una luz
azul o azul-violáceo. Todos estos efectos se aplican en los escenarios teatrales y en las
discotecas. La actitud del individuo frente al color se modifica por influencias del medio,
educación, temperamento, etc. En los pueblos primitivos y en los niños, existe una marcada
preferencia por los colores puros y brillantes. Los campesinos adornan sus trajes de fiesta con
colores muy ricos, y las fiestas de los pueblos menos evolucionados están llenas de colores
vivos. Del mismo modo, y en sentido contrario, las colectividades con un grado de desarrollo
más alto culturalmente hablando, prefieren los tonos suaves y apagados.

El color rojo

El rojo es un color colérico y agresivo, y se relaciona con la guerra y


la sangre. Estudios lingüísticos han puesto de relieve un curioso
detalle, y es que, aunque el número de palabras que sirven para
denominar los colores varía de una lengua a otra, algunos pueblos
parecen conocer únicamente dos colores, otros pueblos parecen
identificar con palabras sólo tres, hasta llegar a la amplia gama de
palabras para designar los colores que existen en las lenguas con raíz
indoeuropea. Pero lo realmente curioso es que la secuencia de
identificación de los colores es siempre la misma: en primer lugar se
identifica siempre el blanco, en segundo lugar el negro, y en tercer
lugar, y ya como verdadero color, el rojo. Es decir, que si un pueblo
sólo identifica dos colores, éstos serán el blanco y el negro; y si
conoce tres, el tercero será siempre el rojo.

Este cuadro de Monet refleja, por


una parte, la atmósfera fría de
Londres, pero los tonos rojos del
mismo hacen de él una figura
llena de tensión y desasosiego.

Está también el rojo fuertemente asociado con el calor, de tal manera que es posible sentirse
más acalorado en un ambiente pintado de rojo, aunque objetivamente su temperatura no
haya variado.
En las diferentes culturas se interpreta el rojo de formas distintas. En China, el rojo es el
color de las bodas, y representa buena suerte, aunque también se le identifica con los celos.
En la India, el rojo representa la caballerosidad. A la vez quizá sea el color que más
implicaciones nacionalistas tiene, y esto podemos observarlo en el hecho de que realmente es
el color que figura en un mayor número de banderas de países del mundo. El rojo en el
marketing es un arma muy a tener en cuenta, ya que hace resaltar los perfiles y atrae la
mirada. La utilización del rojo en los envases es muy eficaz: tiene el efecto ilusorio de
avanzar hacia el comprador, atrae la atención; y, dada su condición de color fuerte, provoca
una afirmación positiva acerca del producto. Crea un ambiente de actividad y de energía, a la
vez que es intensamente emotivo y atractivo para todas las edades y para ambos sexos. No
es un buen color para ciertos productos que tengan que sugerir calma y serenidad, sin
embargo, estudios médicos demuestran que el color rojo provoca efectos físicos muy
determinados: hace que aumente la presión sanguínea, además de acelerar el ritmo cardio-
respiratorio, también aumenta la tensión intraocular, de manera que en algunas personas
puede provocar dolores de cabeza. Las glándulas suprarrenales, ante el color rojo vivo
expulsan más adrenalina en la sangre, lo que implica que hay una mayor concentración de
hormonas relacionadas con los estados de tensión y de agresividad.
El rojo no sólo se utiliza como color de advertencia. Ya en la época de las cavernas, la visión
de la sangre fresca era un aviso que ponía en guardia a los habitantes de esos tiempos. El
fuego, además de ser fuente de calor, era muy peligroso cuando no estaba controlado. Por
todo esto, el rojo se asocia con el peligro desde tiempos remotos, y también se identifica con
la lucha, con el amor y con la pasión. De esta asociación con el amor y con la pasión tenemos
dos buenos ejemplos. El primero de ellos es la costumbre de regalar a la mujer, como
símbolo de compromiso matrimonial, un anillo de rubíes, como señal de amor. También
podemos observar la moda de pintarse de rojo vivo los labios las mujeres, que proviene de
tiempos ancestrales, hecho mediante el cual lograban y logran hacer su boca mucho más
deseable. El rojo, como ya hemos dicho, es también el color de la pasión.
También el rojo se ha identificado con la guerra. Baste observar que al planeta Marte se le
denomina el "Planeta Rojo" no tanto por su superficie (que realmente tiende al amarillo-
anaranjado), sino por su asociación con el dios romano Marte, dios de la Guerra. También
encontramos el rojo en las banderas de los revolucionarios.
Actualmente todavía se sigue denominando "rojos" a los seguidores de los partidos de
izquierdas, aunque haga ya tiempo que desecharon sus tendencias revolucionarias.
En la Iglesia católica, el color rojo se sigue reservando para las vestiduras de los más altos
dignatarios (excluido el Papa), como los cardenales.

 
El amarillo

El amarillo es un color cálido y es el más visible de todos ellos. Irradia siempre y sobre todas
las cosas. Es el color de la luz y de la Naturaleza. Tradicionalmente se relaciona con el
egoísmo, los celos, la envidia, la adolescencia, la risa y el placer. Kandinsky lo define como un
color que a primera vista impresiona, pero que si se mira durante largo tiempo llega a ser
chillón. En la cultura occidental se le ha asociado tradicionalmente con los celos, siendo
también en diferentes profesiones un color de mala suerte.
Si emparejamos el amarillo con su complementario, atrae la atención, y combinado con el
blanco o con el negro, se logra un alto grado de visibilidad. El color rosa amortigua el
amarillo, el verde le añade vitalidad. Al lado del amarillo, el naranja adquiere mayor brillo,
pero junto al violeta, el amarillo se hace fuerte y duro. El verde combina bien con el amarillo,
y le añade vitalidad.
Todos los colores pertenecientes a la gama del amarillo tienen relación con la Naturaleza,
desde los marrones relacionados con la tierra hasta el amarillo puro relacionado con el Sol y
la luz. En realidad, los colores de la gama del amarillo están presentes en la Naturaleza en
casi todas las estaciones del año, exceptuando el invierno. Las propiedades del color amarillo
se pueden variar casi completamente si variamos su intensidad y su tono. Un color amarillo
suave y cálido incita a la concentración, y la mayoría de las salas de estudio de universidades
y bibliotecas están pintadas de este color.

Aunque el amarillo representa la luz y la energía


(izquierda), con frecuencia también se le asocia con la
enfermedad, principalmente debido ésto al tinte
amarillento que presentan algunos enfermos.
La Naturaleza tiene un sistema de alarma basado en la
combinación del amarillo y el negro. Las abejas, las
avispas y algunas serpientes tienen franjas negras y
amarillas que denotan su carácter venenoso. En muchas
partes del mundo, el hombre ha adoptado de igual modo
este carácter de alerta, y utiliza las señales de negro
sobre fondo amarillo para indicar áreas o lugares donde
hay veneno, radiaciones, o emanaciones tóxicas. En los
códigos de circulación se utiliza el color amarillo ámbar
para indicar precaución en el paso.
El amarillo hace que los objetos parezcan más grandes, y
crea la ilusión óptica de avance hacia el observador, por lo
que tiene una gran fuerza impactante. La combinación del
amarillo con el rojo, el azul o el negro origina un efecto
muy dinámico. Cuando se utiliza en envases hace juego
con el naranja, el marrón y el verde, para sugerir
ambientes naturales y campestres. Es muy adecuada la
utilización del amarillo crema en productos lácteos,
mientras que los tonos ocre terrosos sugieren productos naturales y una dieta sana.
En todo el mundo cristiano, el amarillo es sinónimo de Pascua, símbolo de renovación de la
vida. Antiguamente los artistas utilizaban el amarillo como fondo en las pinturas religiosas
para simbolizar el reino de la luz. El amarillo simboliza la verdad oculta y la gloria, pero a
pesar de todo ello, tradicionalmente en pintura, a Judas se le representa con una túnica de
color amarillo.
En algunas religiones orientales, el amarillo es un color sagrado. Los monjes budistas llevan
túnicas de color azafrán, y era el amarillo el color con el que se representaba al emperador
chino. Sin embargo, y cambiando de contexto, los "libros amarillos" son, en China, los libros
pornográficos. En otras zonas orientales, el amarillo y el negro son los colores del infierno
(quizá pudiera haber surgido esta analogía de la combinación amarillo-negro de la que
hablamos antes, que indicaba peligro, veneno y muerte). El naranja no está muy bien visto
en Irlanda, pues tiene connotaciones muy fuertes asociadas a la religión protestante y de
lealtad a la dinastía de los Orange.

 
El azul

Es un color reservado, parece que se aleja y tradicionalmente se relaciona con la confianza, la


reserva, la armonía, el afecto, la amistad, la fidelidad y el amor platónico. El color azul posee
la virtud de crear la ilusión óptica de retroceder, tanto si se utiliza como color de fondo como
si se aplica directamente a los objetos. La principal característica del azul es que se trata de
un color frío, y debido a sus propiedades sosegantes y de efecto de alejamiento, se suele
emplear para representar el aire y el espacio.
El azul pierde parte de su cualidad fría cuando se combina con tonalidades magenta.
Combinado con el rojo, el azul tiende al verde, mientras que el rojo tiende al naranja y parece
que avanza. Si lo combinamos con el amarillo, el azul tiende al púrpura, y el amarillo tiende
también hacia tonalidades anaranjadas. La combinación de azul con blanco posee una
visibilidad y una fuerza considerablemente impactantes.
Tradicionalmente, y por motivos obvios, el azul se relaciona con el cielo y con el mar. Las
diferentes gamas del azul pueden sugerir tanto el color del cielo de un día veraniego, como el
tono grisáceo del tiempo borrascoso.
Pese a lo anteriormente citado, el azul, y debido a su relación con el cielo y con el mar, que
son eternos y aparentemente infinitos, el azul puede asociarse con la constancia. También el
azul claro puede sugerir optimismo.
Desde tiempos remotos, el azul se ha asociado con la meditación y la relajación.
Investigaciones médicas han puesto de manifiesto que el color azul hace que se ralentice el
metabolismo y que se relajen los músculos. Pero llevado a su extremo asociativo, el azul se
empareja con la melancolía y con la depresión, efecto fácilmente observable en la "época
azul" de Picasso.
Una asociación contradictoria del azul es la de pureza y pornografía. El blanco, color de la
pureza, cuando es puro, tiene tintes azulados, y sin embargo, en la cultura occidental, la
literatura y el cine pornográficos se denominan "azules".

El azul representa la forma más pura del blanco, por lo


que sugiere limpieza y se suele utilizar como color
dominante en los envases de detergentes (izquierda). El
azul representa también el agua, con lo cual se enfatiza
la idea de limpieza, por lo que se suele utilizar en los
productos cosméticos de limpieza facial. Tiene una
connotación claramente masculina, por lo que se suele
utilizar en vestuario y productos de cosmética para
varones.
Al ser el color del cielo, se relaciona intensamente al azul
con los viajes, sobre todo combinándolo con el amarillo
(color del Sol), lo que hace que dicha combinación tenga
connotaciones veraniegas.
El azul se considera un color "seguro", por lo que tienden
a adoptar básicamente este color la mayoría de las
entidades financieras y de los bancos, así como las
compañías de transporte.
El azul claro se asocia también con la realeza y la vida
intelectual. En las antiguas representaciones cristianas, a
la Virgen María se la representaba siempre con un manto
de color azul. Hay dos teorías que explican este hecho.
Una de ellas es que el azul es el color del cielo, y la otra
es que el pigmento azul ultramar era extremadamente costoso, casi tanto como el oro, y por
ello era apropiado para un personaje con la categoría de la virgen María. Pero a pesar de esta
asociación con un personaje femenino, el azul es tradicionalmente un color masculino,
mientras que el rosa y los de su gama se han considerado como los colores tradicionalmente
femeninos.
De todas formas, cada lugar, cada época y, en definitiva, cada cultura, tienen sus propias
connotaciones simbólicas acerca del color.

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