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la zona realenga (es decir, no señoria- evolución del poblamiento y todo lo in-
lizada) de este Reino”. En cuanto a los herente a su desarrollo y, finalmente, las
límites cronológicos, se arranca en los funciones que dentro del “sistema” des-
momentos inmediatamente posteriores empeñan los términos de las villas, que
a la conquista castellana y a la recep- fueron “desde el momento de su ads-
ción del Fuero (1236; 1241) y se cierra cripción a la jurisdicción de la ciudad,
en el reinado de los Reyes Católicos, no sólo núcleos de población, sino
en los años terminales del XV, cuando esencialmente centros de control del
una serie de reformas legales e institu- territorio que les ha sido asignado”
cionales ponen en marcha un nuevo (p.91).
sistema de organización del poder, con- El segundo bloque se ocupa del
siderando en este sentido el año de estudio de los concejos de las villas y
1500 como “fecha orientativa” final, a lugares, “cuyo funcionamiento es simi-
efectos puramente metodológicos. En lar al de los situados en la zona central
todo este período “el concejo de Cór- de Castilla” (p.112). Se trata no sólo de
doba domina, ayudándose de una ins- precisar pormenorizadamente la orga-
tituciones intermedias (los concejos de nización concejil de los pueblos cordo-
las villas) un término jurisdiccional de beses, sino también de atender al co-
gran amplitud”. nocimiento de sus aspiraciones de
Cuatro grandes bloques analíticos autogobierno y autonomía con respec-
vertebran el extenso contenido del li- to a las entidades de rango superior.
bro. El primero se refiere al término de Igualmente aquí tres cuestiones centran
Córdoba. Se aborda la formación y evo- sustancialmente la atención del autor:
lución del dominio territorial de la ciu- la estructura y dinámica de los conce-
dad, cómo se articula el espacio rural jos y la elaboración de las ordenanzas
cordobés, estudiando el poblamiento, municipales, el poder del concejo en
los núcleos de población y el proceso cuanto a la organización de la vida po-
de despoblación y sus problemas, con- lítica y de la actividad económica y las
cluyendo con las múltiples cuestiones tensiones y resistencias internas al po-
que atañen a los términos de las villas der concejil, ya que las oligarquías lo-
cordobesas, lo que Mª. del C. Carlé cales, “a través de su control de los ofi-
denominaba “términos dentro del tér- cios públicos, pueden utilizar en su fa-
mino”. Se trata, fundamentalmente, de vor las atribuciones legales de sus con-
un análisis de la evolución y conflictos cejos” (p.188). En definitiva, los conce-
del ámbito jurisdiccional cordobés en jos de las villas desarrollaron sus pro-
los siglos bajomedievales. En este pa- pias instituciones de gobierno y ejercie-
norama, tres aspectos especialmente ron su poder, pero siempre bajo la au-
centran la atención del autor, que los toridad del concejo de Córdoba.
estudia con todo detalle: la forma de El tercer bloque trata de los oficia-
estructuración interna del territorio, la les del concejo: alcaldes, alguacil, jura-
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dos, mayordomo, escribano y otros, sus villas y las formas de dominio que
cuyas características, competencias, la ciudad desarrolla sobre las tierras de
obligaciones y derechos, así como ac- su jurisdicción. Así pues, por una par-
tuaciones, se analizan en cada caso te, las fórmulas establecidas por el con-
minuciosamente. Muy interesante es la cejo de Córdoba para mantener el sis-
dialéctica social que subyace en todo tema de poder económico y político
este entramado. Como apunta el au- ejercido por la ciudad sobre las villas,
tor, las personas que accedían a los así como para defender la integridad de
oficios concejiles en las villas y aldeas su jurisdicción; por otra parte, diferen-
del término de Córdoba “pertenecían a tes formas de resistencia de las villas al
los grupos social y económicamente poder de la ciudad, cuyo reflejo está “en
más destacados de sus respectivas el aumento de las denuncias presenta-
poblaciones” (p.209). Se estudian, das por los concejos de las villas ante
pues, a fondo los oficiales concejiles, el rey” (p.452).
en quienes residía prácticamente la ca- Sumariamente expuestas, éstas
pacidad de tomar decisiones en el go- son las líneas básicas que configuran
bierno de sus poblaciones, y todo lo el contenido del libro. Estamos, pues,
relacionado con su nombramiento y ante un muy importante trabajo que
atribuciones, junto con las cuestiones aborda y esclarece el funcionamiento
referentes a los grupos sociales impli- del “sistema concejil” castellano en las
cados en los gobiernos municipales, tierras de Córdoba y que estudia con
destacando el autor que “los concejos todo detalle y cuidado las fórmulas uti-
están dominados por un pequeño gru- lizadas por la ciudad para garantizar el
po de personas o familias, las más des- gobierno de su extenso término. Gra-
tacadas de su población” (p.210), con cias a este libro tenemos una informa-
lo que se puede hablar de la existencia ción pormenorizada sobre el ámbito
de unas “oligarquías locales” hegemó- territorial de Córdoba en la Baja Edad
nicas económica y políticamente. Media y el desempeño en él de su sis-
Por último, el cuarto bloque se in- tema de poder. Como señala E. Cabre-
teresa por el poder de la ciudad. Cór- ra en su “Prólogo”, el autor ha sido ca-
doba es la cabeza del “sistema político paz de articular una construcción sóli-
concejil” creado tras la conquista y ejer- da, precisa y bien ensamblada sobre
ce su poder como tal. Se atiende aquí, esta temática, que “va a servir de mo-
de un lado, a la evolución y funciona- delo, sin duda, a otras investigaciones
miento del concejo de la ciudad, real que puedan desarrollarse en el futuro
centro de poder, al dominio de Córdo- sobre temas semejantes aplicados a
ba sobre sus villas y al control de sus otras realidades geográficas”.
concejos, y, de otro, a la resistencia de
las villas al poder de la ciudad. En defi- LACOMBA, Juan Antonio
nitiva, las relaciones entre Córdoba y Universidad de Málaga