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LA BIBLIA EN NUESTROS TALLERES MASÓNICOS.

EXPLICACIÓN GENERAL:
Actualmente, aparecen textos bíblicos del antiguo testamento en los tres grados.
Su aparición no significa reconocimiento de la credibilidad científica e histórica de la Biblia.
Los albañiles eran católicos y contratados por la Iglesia pero en sus rituales no aparece
menciones bíblicas aunque si alabanzas y canticos a dios.

Los primeros Masones especulativos tampoco usaban la Biblia y fue la Masonería Inglesa cuando
vino el Cisma de la Iglesia Católica la que forzó a aquellos a los que les concedía su Carta
Patente, a usarla.

El Gran Oriente de Francia se resistió y no es obligatorio en ellos Ritos Franceses usar la Biblia ni
ningún elemento religioso.

La Biblia Cristiana es compilada por primera vez en el concilio de Hipona en el 393 D.C. y
confirmada en el Concilio de Cartago el año 397. En el Concilio de Trento (Siglo XVI) se reafirma
la obligación que el acceso a este texto debe ser solamente eclesiástico y por medio de una
traducción aprobada (Vulgata Latina[i]) no existiendo la libre interpretación de su contenido,
este último punto es de vital importancia ya que establece una restricción a los creyentes
católicos a diferencia de los seguidores del las corrientes protestantes.


• El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica
Romana desarrollado en periodos discontinuos durante 25 sesiones, entre
el año 1545 y el 1563.
• Los santos fueron reivindicados al igual que la misa, y se afirmó la existencia del
purgatorio. Para cumplir sus mandatos, se creó la Congregación del Concilio,
dándose a conocer sus disposiciones a través del “Catecismo del Concilio de
Trento”.
• Se reinstauró la práctica de la Inquisición que había surgido en el siglo XIII, para
depurar a Francia de los herejes albigenses. Ya restablecida en España desde el año
1478, se propagó por varios países europeos bajo la denominación de Santo Oficio,
que usó la tortura para obtener confesiones. Si ese método no daba los resultados
esperados, de arrepentimiento del hereje, éste quedaba en manos del poder civil, que
lo condenaba generalmente a la muerte en la hoguera. El protestantismo debió
soportar la Inquisición en varios estados, pero fue principalmente efectivo en
España, Italia y Portugal.
• También creó el Índice, en 1557, por el cual se estableció una censura contra la
publicación de pensamientos que pudieran ser contrarios a la fe católica, y se
quemaron muchos libros considerados heréticos.
• Posterior al Concilio, en 1592, se publicó una edición definitiva de la Biblia,
sosteniéndola como fuente de la revelación de la verdad divina, pero otorgando
también dicho carácter a la Tradición, negándose su libre interpretación,
considerando ésta, una tarea del Papa y los obispos, herederos de San Pedro y los
apóstoles, a quienes Cristo les asignó esa misión.
¿Desde cuando la Biblia Cristiana aparece en los rituales?
La Biblia es definida por diversas enciclopedias masónicas anglosajonas como “la Luz mas
grande de las Tres Luces[iii]”. El “Diccionario Enciclopédico de la Masonería” de Frau y Arúz[iv]
también le otorga un sitial especial en la Orden, mientras que el “Diccionario Masónico del Gran
Oriente de Francia”[v] no la menciona en sus definiciones.

Estos manuscritos fueron descubiertos paulatinamente en bibliotecas y colecciones personales,


lo que ha permitido trazar parte de lo recopilado por Anderson en sus Constituciones de
1723[x]. Por otro lado, existe una serie de exposiciones[xi] válidas, publicadas a partir de la
primera mitad del siglo XVIII donde podemos apreciar los catecismos utilizados y que dan
cuenta indirecta de elementos rituales de la época.
Lo interesante es que James Anderson, al elaborar las Constituciones de 1723, solamente
menciona a la Biblia en el capítulo de las Leyendas de la Masonería, y comenta la traducción que
hizo de ella el rey Athelstan a la lengua sajona[xii]. En ningún momento la describe como el
Volumen de la Ley Sagrada ni tampoco como una de Las Grandes Luces[xiii].

El primer aspecto que llama la atención es el hecho que en el poema Regius (Halliwell MS), el
que probablemente se haya transcrito en 1390, aparecen menciones a los evangelios (utilizando
el término Gospel[xiv]) en la estrofa Nº 50[xv]. En el caso de este poema es interesante
destacar que según éste se debe lealtad a “Dios y a la Santa Iglesia Católica[xvi]”. Considerando
esto no es de extrañar que el término utilizado “Gospel” efectivamente corresponda a la actual
traducción del inglés como “Evangelio” y por lo tanto, si no fue la Biblia, al menos fragmentos de
ésta ya estuvieron presentes en el ritual operativo a modo de lecturas.
Pero si continuamos en el tiempo en el Manuscrito de la Gran Logia Nº1, fechado en 1583[xvii] y
perteneciente a la Gran Logia de Inglaterra según Gould[xviii], se describe el toque sobre “el
libro”[xix] mientras se leen los preceptos. Esto mismo ocurre con los Manuscritos Harleian,[xx],
cuya fecha de elaboración se estima en la primera mitad del siglo XVII. Este texto es citado
tanto por Joseph Fort Newton[xxi], como por Albert G. Mackey[xxii], y en la publicación de
“Royal Masonic Cyclopaedia” editada por Kenneth Mackenzie[xxiii]. Aquí se cierra el juramento
invocando la ayuda de Dios y a “los sacros contenidos de este libro”.[xxiv] En este caso, a
diferencia del manuscrito Regius (Halliwell MS) en que la mención es a la lectura del evangelio,
aparece un libro sobre el que se jura y se toma la obligación de la masonería operativa. Un Libro
del que se asume muchas veces por algunos eruditos anglosajones que es la Biblia, pero si
pensamos en la fecha de la supuesta redacción del manuscrito Regius es previo a la invención de
la prensa por Gutemberg en 1440, por lo que el evangelio que se lee puede haber sido algún
texto seleccionado que aquí no aparece vinculado como objeto al acto de jurar.

Entre 1500 y 1600 se dio la separación de la Iglesia Catoica de los protestantes.

El otro punto a considerar en el análisis es que la primera Biblia es impresa en Inglaterra en


1535 por Miles Coverdale[xxv]. Pero es interesante hacer notar que algunas de las 18.000
copias impresas de la traducción de Tyndale en 1525 en Colonia, Alemania, ingresan a
Inglaterra, donde fueron proscritas por las autoridades[xxvi].
Esto nos hace pensar que posiblemente en las cofradías ya se poseía copias impresas de la
Biblia, pero posiblemente eran mantenidas ocultas hasta que se levantó la prohibición[xxvii]. En
este caso las fechas de los manuscritos de la Gran Logia Nº 1 y Harleian, concuerdan con la
posibilidad que existieran biblias impresas. No obstante esto no descarta la posibilidad que el
Libro al que se hace mención en estos manuscritos bien pudo tratarse de las mismas
Constituciones que se juraba respetar. De ser así para hacer válido este juramento igualmente
se debió disponer de algún elemento considerado sagrado, como veremos mas adelante.

HASTA AQUÍ HABÍA UNA GRAN RELIGIOSIDAD CATÓLICA YA EN LA


MASONERÍA ESPECULATIVA, SOBRE TODO INGLESA.
La Biblia como tal, ya es mencionada de forma directa en los manuscritos a fin del siglo XVII y
principios del siglo XVIII, en el periodo de transición de la masonería operativa que se organiza
en la masonería moderna. Este periodo posee una característica interesante, ya que cuando la
orden se organiza (en 1717) se aleja paulatinamente de la lealtad hacia la Iglesia Católica,
abriendo la posibilidad que miembros de otros credos cristianos, especialmente protestantes,
ingresen a la Orden. Precisamente es acá donde comienza la Biblia a ser descrita de manera
directa y podemos afirmar que su presencia en el Ritual Masónico es indiscutible.
Esto lo podemos ver en el Manuscrito Colne No 1, que se cree es de 1685[xxviii]. Aquí ya se
hace mención directa de la Biblia en el juramento. Lo mismo ocurre el manuscrito de Edimburgo
de 1696[xxix], en el manuscrito Dundee (La confesión de un masón) atribuida al año 1727 e
impreso en 1747[xxx]. Esto también ocurre en la exposición The Three Distinct knocks, con
fecha de 1760[xxxi]. En los dos últimos ya vemos un ritual mas parecido al ritual de iniciación
nuestro con las posturas corporales características.
Para entender este periodo necesariamente se debe considerar el contexto histórico de la época.
Los principales actores en esta reorganización de la masonería eran de religión protestante lo
que nos explicaría el alejamiento de la iglesia católica con la consecuente apertura a otros
credos. También es importante mencionar que para el credo protestante, y que fue uno de los
argumentos de la Reforma, la Biblia era la palabra divina directa y la única autoridad doctrinaria,
así es como para los reformistas no se requería de intermediarios como el Papa. No es de
extrañar entonces que en lugares como Inglaterra, la Biblia ocupe un lugar elevado como texto
que debía interpretarse en base a su idioma y contexto original. Es esta hermenéutica y
enfoque de la Revelación directa a través del Libro hacia el mundo laico, el que rompe con la
visión católica, que limitaba el acceso de la Biblia al clero y solamente reconocía la versión de la
Vulgata Latina, esta postura fue reafirmada con la contra reforma en el Concilio de Trento (1545
- 1563).

Los “Landmarks”[lvii] y la Biblia


En el siglo XIX la Biblia se asocia otro concepto, también de origen anglosajón, los Landmarks o
Linderos, los cuales también han sido motivo de controversia ya que dependiendo del autor que
los presente, será su definición y cantidad.
…es incluido en las Constituciones de Anderson de 1723, en el Art. XXXIX[lx].
Pero el primero en asociar este concepto a la Biblia es el Dr. Albert G. Mackey en 1858, al
elaborar sus normas y jurisprudencia masónica. Así asigna a la Biblia el Landmark Nº 21[lxi]. De
todos modos, tampoco define a la Biblia como el único libro que representa al Volumen de la Ley
Sagrada…
Vemos entonces que para Mackey simbólicamente debe existir una ley superior,
aparentemente asociada a una divinidad[lxii].
Para Albert Pike, el Landmark nº 21 de Mackey aparentemente no era requerido en los tiempos
antiguos de la masonería[lxiii]. El Q:. H:.Oswald Wirth también es crítico al respecto ya que llega
a preguntarse “Cuando esta voluntad superior puede leerse en la conciencia de cada Masón ¿lo
códigos de religiones profanas deben permanecer en los altares masónicos?”[lxiv]. Para Carlos
Betancourt, erudito Masón Cubano, en su interpretación de los Landmark establece que es el
monoteísmo el que está representado por el libro de la ley[lxv].

Durante el año 1929 la Gran Logia Unida de Inglaterra adopta la exigencia de colocar la Biblia en
al Ara como requisito de regularidad. Así lo podemos ver manifestado en su principios 3º y 6º de
los “Principios Básicos de Regularidad” del 4 de Septiembre de 1929. Es importante hacer notar
que aquí se habla del Volumen de la ley sagrada, no de la biblia, considerando el concepto ya
mencionado por A. Mackey que permite una amplitud religiosa. No obstante el libro debe ser
considerado sagrado y por ende relacionado a la revelación “desde lo alto”.
“3. Que todos los iniciados tomarán su obligación sobre o en una vista completa del Volumen de
la Ley sagrada, ….”
“6. Que las tres grandes luces de la masonería (nominadas, el Volumen de la Ley Sagrada, la
Escuadra y el Compás) Siempre serán exhibidos... ”[lxvi]

La Biblia como libro abierto


Asumiendo que la presencia de la Biblia es una exigencia de nuestra Obediencia, ahora cabe
preguntarse si siempre fue abierta y cuáles eran los pasajes que se utilizaban.
El V:. H:. Teodoro de Szigethy en el año 1945, llega a afirmar:
“Antiguamente la Biblia fue colocada cerrada sobre el Altar y recién mucho más tarde se
generalizó la costumbre de abrirla”.[lxvii]
Pero la duda sobre el lugar en que debe ser abierta continúa con posterioridad;

La Masonería en su origen era religiosa, primero católica y luego cristiana y se ha ido


paganizando y el iniciador fue Albert. Pike.

No podemos quitar la Biblia de nuestros Talleres porque perderíamos “la regularidad” una
agresión inglesa a la libertad, pero si podemos identificar como libro de la ley a nuestra
Constitución y usar la Biblia para nuestro Simbolismo, claro usando las cosas buenas que tiene y
no las malas y las aberraciones que abundan.

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