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agua.
La natación es uno de los deportes más practicados en esta época del año, las piscinas,
playas, ríos, etc. se llenan de gente dispuesta a disfrutar del sol y del agua, pero en ocasiones
este placer se puede ver truncado por no respetar las normas básicas de seguridad a la hora
de practicar este gratificante deporte.
En piscinas:
En estas zonas, además de los accidentes producidos en piscinas, se dan otros como
las picaduras de insectos, medusas, fanecas, etc. Las quemaduras solares suelen ser más
comunes y peligrosas, se producen muchos cortes debidos a cristales, conchas o rocas. Pero
donde más peligro existe es dentro del agua debido a las olas, las corrientes y los saltos al
agua en zonas que no se conocen y de poca profundidad.
Como evitarlos:
El primer consejo no afecta al deportista, sino a los responsables de la instalación ya
que, para evitar lesiones o accidentes, es necesario poner en práctica una serie de medidas de
prevención como son que la instalación y todo su recinto (vestuarios, zonas de recreo, etc.)
estén en perfectas condiciones, así como el material disponible, además debería estar dotada
de un servicio de salvamento acuático y primeros auxilios permanente durante el horario de
apertura al público con personal especializado y equipamiento adecuado.
Los principales consejos dirigidos a los bañistas y nadadores los resume la Federación
de Salvamento y Socorrismo de Galicia (FESSGA) en sus “ocho consejos para evitar
ahogamientos” en las zonas de recreo acuático:
2. No bañarse solo: aunque seas un buen nadador puede que surjan imprevistos o
problemas en el agua si estás acompañado siempre puedes recibir ayuda, en las playas se
debe nadar a lo ancho de las mismas y nunca hacia el interior.
5. Vigilar de cerca de los niños pequeños: no conocen el peligro y además hace falta muy
poco agua para que se ahoguen, una zona que para nosotros nos parece segura, para ellos
puede ser muy peligrosa.
6. Si hay alguien el peligro, pedir ayuda: avisa al socorrista, si no hay nadie mejor
preparado que tú no realices el rescate sin pensar, analiza los medios y tus posibilidades antes
de actuar, en muchas ocasiones una situación de peligro termina con dos ahogados (el
accidentado y el rescatador desesperado sin formación ni conocimientos adecuados).
7. Si eres tú el que está en peligro conserva la calma: pide ayuda rápidamente, si estás
relajado es más fácil flotar.
8. Respetar las normas del servicio de salvamento acuático: considerando como normas
generales las siguientes:
- En piscinas:
No empujar a los demás, no saltar sin antes asegurarse que no hay nadie bajo el agua, no
hundir a los demás y cumplir las normas de higiene y régimen interno de la instalación.
- En playas:
Nadar en zonas vigiladas por especialistas, respetar las banderas (roja = baño prohibido,
amarilla = precaución, verde = baño libre), no alejarse de la orilla, no bucear en fondos
desconocidos o sin visibilidad suficiente, conocer las mareas, oleajes y corrientes, tener
cuidado con cuevas, redes, algas, etc.