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Félix Contreras, Director de NOTISAN


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UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA - UBV
ALDEA LICEO BOLIVARIANO SAN ANTONIO
COMUNICACIÓN SOCIAL
PROYECTO I

ENSAYO
“MI PEQUEÑO BARINAS SECTOR II…
El triángulo de la geografía tachirense”
SAN ANTONIO MUNICIPIO BOLÍVAR DEL ESTADO TÁCHIRA

San Antonio del Estado Táchira


Julio del 2008

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UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA - UBV
ALDEA LICEO BOLIVARIANO SAN ANTONIO
COMUNICACIÓN SOCIAL
PROYECTO I

ENSAYO
“MI PEQUEÑO BARINAS SECTOR II…
El triángulo de la geografía tachirense”
SAN ANTONIO MUNICIPIO BOLÍVAR DEL ESTADO TÁCHIRA

Autor: Félix Helí Contreras Martínez


Profesora: Stéfani Ortiz Sánchez
Semestre I de Comunicación Social
Lapso Académico 2008-1

San Antonio del Estado Táchira


Julio del 2008

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MI PEQUEÑO BARINAS – SECTOR II
El triángulo de la geografía tachirense

En las actividades a desarrollar dentro de la unidad curricular “Proyecto I:


Análisis Social de la Justicia del Semestre I” del Programa de Formación de
Grado en Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de Venezuela
UBV, se prevé la inserción de sus estudiantes en las comunidades, a fin de
interactuar con sus habitantes, conocer sus necesidades y jerarquizarlas,
realizando un proyecto de investigación socio-comunitario que conlleve a la
solución de una necesidad consensuada que, para el presente caso
concreto, se ha escogido el “Sector II del Barrio Mi Pequeño Barinas” de la
ciudad de San Antonio Municipio Bolívar del Estado Táchira, en el suroeste
de la República Bolivariana de Venezuela.
Una vez, el grupo investigador en la comunidad, se dio comienzo a la
práctica de proyecto, que conllevó a realizar un “Diagnóstico de la Realidad”,
con el consecuente desarrollo de lo que es un Prediagnóstico y el
Diagnóstico Comunitario propiamente dicho.
Por supuesto, que se realizó la primera fase, que es la de acercamiento e
inserción en la comunidad, la que contó con la valiosa información de
primera mano suministrada por la señora Julieta Hernández Gómez y José
Clodomiro Duarte, dos habitantes que conocen la historia y el desarrollo de
su comunidad, quienes hacen parte del “Sector II del Barrio Mi Pequeño
Barinas”.
En cuanto a la formación del grupo de trabajo, éste está conformado por
tres estudiantes del primer semestre de Comunicación Social de la
Universidad Bolivariana de Venezuela con sede en la Aldea Universitaria San
Antonio, ubicada en la Calle 12 del Barrio Leonardo Ruiz Pineda de la

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ciudad, muy cerca al Cuerpo de Bomberos y diagonal al Cementerio de San
Antonio del Estado Táchira. Ellos son: Félix Helí Contreras Martínez, José
Clodomiro Duarte y Wilmer Rincón Montañez.
La selección de la comunidad donde se va a desarrollar el proyecto recayó
en el “Sector II del Barrio Mi Pequeño Barinas” dado que allí hacen vida y
conocen la situación real comunitaria los estudiantes ya nombrados de
Estudios Jurídicos y Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de
Venezuela, Aldea Universitaria San Antonio en la ciudad de San Antonio del
Estado Táchira: Julieta Hernández Gómez y José Clodomiro Duarte,
respectivamente.
Los elementos que son fundamentales en el Diagnóstico Preliminar
Comunitario - DPC, son lógicamente: Los integrantes de la comunidad, su
infraestructura, servicios comunitarios, necesidades apremiantes y lo más
esencial la presencia universitaria de estudiantes de comunicación social
ubvistas, quienes en forma conjunta llevarán a feliz término en primer lugar el
“Diagnóstico de la Realidad” y en segundo lugar el “Análisis sociocomunitario
del hecho social relevante y prioritario”.
Se hace oportuno destacar, que la profesora de Proyecto I Semestre I de
Comunicación Social, Pedagoga Stéfani Ortiz Sánchez, capacitó y orientó
suficientemente a sus estudiantes para el abordaje a la comunidad objeto de
este análisis socio-comunitario, que debe cumplirse al pie de la letra como
requisito obligatorio para aprobar la unidad curricular de Proyecto I: Análisis
Social de la Justicia dentro del lapso académico 2008-1.
En cuanto, a la fase de acercamiento e inserción en la comunidad, se
realizó en forma categórica y sin contratiempos, haciéndose un
reconocimiento de la zona, observándose en detalle la infraestructura
comunitaria, su modus vivendi, y en particular, escuchar el querer y sentir del
pueblo, que es parte sine qua non del “Ensayo Mi Pequeño Barinas - Sector
II… El triángulo de la geografía tachirense”.

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Ahora, corresponde desarrollar lo correspondiente, según la guía
suministrada por la Profesora, Pedagoga Stéfani Ortiz Sánchez, al
Diagnóstico Comunitario propiamente dicho, que se inicia con la Historia de
la Comunidad, memoria de la localidad y delimitación geográfica del área
donde se va a trabajar.
Mi Pequeño Barinas, nació hace tres años aproximadamente, con el
nombre de Barrio Hugo Chávez Frías. La idea fundamental de su nacimiento
radicó esencialmente, por la sencilla razón, que Jairo Chaparro quien fingía
como caporal, José Campos Chaparro y Luis Chaparro, trabajadores de la
Hacienda La Guadalupe, fundada en 1948 cuando legislaba el General
Marco Pérez Jimenez, decidieron parcelar y vender, haciendo caso omiso
que la propietaria de dichas tierras es o fuera la señora Anaís. Dichas
parcelas, las pequeñas de 9 x 15 metros, y 9 x 30 metros tenían un precio
para esa fecha de trescientos y seiscientos mil bolívares, y constaban de
pequeños cultivos de maíz (mazorcas), yuca, tomate y algunas matas de
plátano criollo.
Actualmente se dice que como hubo venta y los posesionarios adquirieron
de buena fe, aunque no se les dio un documento privado porque en su
mayoría eran extranjeros sin documentos de identificación venezolanos,
razón por la cual la única titularidad de esas mejoras que adquirieron la
respaldaba la posesión; entonces, están gozando y disfrutando de las
bienhechurías que compraron.
Contrariamente, piensan algunos que fueron estafados porque no se les
dio un documento que los acreditare como propietarios, aún cuando la
posesión a título de buena fe, permite el uso, goce, disfrute y disposición de
las mejoras que adquirieron con dinero de su propio peculio.
Actualmente quienes han vendido las mejoras les otorgan a los
compradores un documento privado con firmas y huellas del vendedor,
comprador y dos testigos hábiles y contestes.

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Igualmente, se conjetura que hay un apoderado de la señora Anaís, que
sus hijos están en España, que el esposo es un guardia nacional; pero, quien
realmente conoce sobre la situación legal de esos terrenos, es muy posible,
el Diputado Walter Marquez, afirman las fuentes.
En su génesis, hoy “Mi Pequeño Barinas”, antes Barrio Hugo Rafael
Chávez Frías, quienes se atribuían la posesión de las mejoras existentes
para la época en que se funda esta comunidad, 12 de febrero del año 2007
(Día de la Juventud venezolana), eran los famosos contrabandistas que
transitaban por los aproximadamente 350.000 metros cuadrados de tierras,
presuntamente de propiedad privada, que constituyen esta comunidad objeto
de estudio, análisis e investigación a cargo de los autores de este ensayo.
No hay, supuestamente memorias que den fe de la historia que representa
el hoy Barrio “Mi Pequeño Barinas”.
En cuanto a la delimitación geográfica del área que conforma la
comunidad objeto de esta práctica de proyecto ubvista, es decir, “Barrio Mi
Pequeño Barinas – Sector II”, tentativamente, limita por el Norte: Con la
margen sur del Río Táchira en una extensión de doscientos metros; por el
Sur, colinda con terrenos de la Hacienda La Guadalupe y el Barrio
Libertadores de América de San Antonio del Estado Táchira, en una
extensión de seiscientos metros; por el Oriente, con el sector I del Barrio Mi
Pequeño Barinas y Quebrada La Dantera, en una extensión de novecientos
metros; y por el Occidente, con el margen este del Río Táchira. Todos los
cálculos son aproximados, y sólo se han hecho teniendo en cuenta el
conocimiento de los aportantes de la información. Se deja expresa
constancia que los investigadores no han hecho mediciones reales, ni menos
levantamiento topográfico que confirme los estimados linderos geográficos
que se imaginan los informantes, que son parte de la comunidad.
El área a considerar en este Diagnóstico Comunitario, es el que conforma
el Barrio Mi Pequeño Barinas – Sector II, que es un pequeño valle,

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despojado de vegetación arbórea, donde se fomentaba la agricultura sin la
ayuda del gobierno, sino la capacidad económica de sus ocupantes, que
eran los trabajadores de la famosa Hacienda La Guadalupe.
Con respecto al aspecto socio-demográfico, tales como ubicación,
composición social, etnias, y población aproximada y otros, se puede decir,
que “Mi Pequeño Barinas”, se asienta en el sector occidental de la ciudad de
San Antonio del Estado Táchira, específicamente separado por el Barrio
Curazao y la Quebrada La Dantera, al medio.
En lo que tiene que ver con la composición social, hacen parte de esta
barriada gente humilde, trabajadora y soñadora, en su mayoría de origen
colombiano, y muy pocos nativos de Venezuela, que ven limitado su actuar
porque los consideran invasores, aunque en realidad de verdad, han sido y
son ocupantes de buena fe, que han tomado posesión en su mayoría por
compras hechas a quienes se consideraban los propietarios de las
bienhechurías existentes para la época en que se dan tales actos
posesorios; es decir, compras de buena fe, en que primaba la palabra y el
hecho real de posesión de las mejoras que hoy son parte integral del Barrio
“Mi Pequeño Barinas”.
En esta comunidad hay niños recién nacidos, niños, niñas, adolescentes,
jóvenes y adultos mayores, que en su mayoría no tienen la documentación
legal de Venezuela; sólo tienen sus documentos originarios especialmente de
Colombia. Hay núcleos familiares de una, dos, tres, cuatro, cinco o más
personas, que en su mayoría están desempleadas.
Los niños y niñas colombianos residentes en forma permanente en “Mi
Pequeño Barinas” no han podido continuar sus estudios en Venezuela por
falta de documentos de identificación venezolanos, y si van a estudiar a La
Parada de Villa del Rosario (Colombia) lo hacen bajo graves riesgos, como
es cruzar a través de las aguas del Río Táchira; porque el tener que cruzar la
ciudad de San Antonio, hace demasiado largo el camino. Los padres de

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estos niños, niñas y adolescentes ven con nostalgia como sus hijos se
quedan sin estudio por falta de políticas educativas de integración colombo-
venezolana, que permitan que colombianos estudien en Venezuela tan sólo
con presentar sus documentos de identificación colombianos, sin necesidad
de visas y trámites burocráticos, que conllevan una inversión significativa,
que no pueden cubrir los habitantes de esta comunidad, porque en su
mayoría son pobres de solemnidad, a ello se agrega que no hay ni siquiera
un solo centro educativo en “Mi Pequeño Barinas” que en conjunto, sectores
I, II y III, son más de mil familias.
Si se tiene en cuenta la característica físico-ambiental, puede afirmarse
certeramente, que el pueblo se ha aglomerado en forma desordenada en un
principio, que a través del correr del tiempo, va tomando forma, se van
organizando, planificando y desarrollando poco a poco, de manera
comunitaria, pero sin el apoyo municipal, estadal y menos del gobierno
nacional, porque los consideran unos invasores de mala fe, que se
aprovechan de situaciones coyunturales, y más aún presuntamente quieren
recibir las prebendas, beneficios y ventajas que está ofreciendo el gobierno
de turno.
Bajo tales circunstancias, y señalamientos, se estima, que no se asoma ni
siquiera el gobierno ha hacer presencia, lo que conlleva a que “Mi Pequeño
Barinas” fundado en honor el actual gobernante de los venezolanos, Hugo
Rafael Chávez Frías, está excluido hipotéticamente del accionar
gubernamental en todos sus órdenes.
Al observar los accesos geográficos a “Mi Pequeño Barinas” se puede
decir con certeza, que no tiene acceso formal a la ciudad de San Antonio del
Estado Táchira, aún cuando existe una entrada y salida carreteable por El
Barrio Libertadores de América que se asienta en el lado sur de la
comunidad.

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Por la calle 11 del Barrio Curazao y por la calle 15, hay dos accesos el
primero a través de unas piedras y el segundo a través de un pequeño
puente provisional de hierro y madera: una pasarela. Mientras no haya
lluvias, no hay ningún problema; pero, cuando arrecian las lluvias en el
invierno, “Mi Pequeño Barinas” queda totalmente incomunicado por la
creciente de la Quebrada La Dantera que se ubica en el sector este de esta
comunidad.
Los servicios públicos y privados en su gran mayoría brillan por su
ausencia. No hay cloacas. Hay luz eléctrica a medias, porque
hipotéticamente quien o quienes tienen o tenían la responsabilidad dentro de
la comunidad de gestionar el suministro de energía eléctrica, independiente
del ente municipal, por falta de contraloría social, una contabilidad bien
llevada, y la irresponsabilidad, los dineros disponibles han tomado caminos
que no favorecen los derechos e intereses de las 750 familias que integran
el Sector II del Barrio Mi Pequeño Barinas.
El agua para la preparación de alimentos, bebidas para todos los
integrantes del grupo familiar, lavar la ropa, bañarse y otras necesidades, no
hay la suficiente. La mayoría de familias tienen que estar pidiendo y trayendo
agua de lugares lejanos, ir a lavar su ropa al río, bañarse en casa de
familiares y amigos; a veces, aguantar la sed.
Existen los famosos posos del INOS, hoy a cargo de HIDROSUROESTE,
pero en el momento en que los investigadores visitaron la comunidad de “Mi
Pequeño Barinas” no había agua ni siquiera para preparar algo de comida
para sobrevivir.
Es una dura lucha y una prueba, vivir y convivir en esta comunidad. No
hay cloacas y algunos se atreven hacer posos sépticos, pero ello está
prohibido por la presencia de los posos del INOS, de donde se saca con
motobomba el preciado líquido. En cambio hay algunos que pueden
económicamente y han hecho sus propios posos, a más o menos diez

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metros de profundidad, para así tener el preciado líquido, aunque no tratada
higiénicamente, pero al menos solventan y tienen agua para no morir de sed
o para no sucumbir por inanición.
Escuelas, no hay ni una para la muestra. Centros de salud o emergencia,
tampoco hay; no hay ni siquiera quien inyecte una medicina o al menos tome
los signos vitales. La situación, por lo observado y expresado por los
residentes en el sector II y otros sectores de “Mi Pequeño Barinas” es
deprimente y desconcertante.
Un caso extremadamente curioso, los excrementos y deposiciones de los
habitantes de esta humilde comunidad colombo-venezolana en tierras de la
República Bolivariana de Venezuela son enterrados bajo tierra en los solares
de sus bienhechurías o mejoras, como lo hacen los gatos.
Al hablar del tipo de vivienda, generalmente son chozas. Los encerrados
de sus parcelas, son de alambre dulce y varitas, maderas, arbustos. Los
pisos son de tierra, muy pocas viviendas tienen piso de cemento. Las
paredes están hechas de madera y zinc, latón, plástico o machimbre de
tercera clase y los techos de zinc, latón, y plástico.
Las características socio-educativas: No hay ningún centro de instrucción
o formación ni de carácter público, menos de carácter privado. No hay ningún
programa comunitario.
El factor socio-laboral, que es el que proporciona el mayor bienestar,
también está golpeando a esta comunidad: No hay fuentes de empleo, sólo
algunas muy escasas familias se dedican a la fábrica de pantalones jeans,
pero la gran mayoría está desempleada, otros se dedican al paso de
mercancías a través de las llamadas trochas, que son vigiladas por la
Guardia Nacional Bolivariana – GNB de Venezuela, quienes en la mayoría de
los casos permiten el paso de las mismas a cambio de la propina o mejor
tarifa que se aplica a los productos o mercancías que salen a Colombia o
llegan a Venezuela a través de las trochas e inclusive a través del punto de

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control ubicado en la Zona Aduanera Primaria, de la Avenida Venezuela con
calle 3 de San Antonio del Estado Táchira. Puede decirse, que a través de
las trochas, se realiza un comercio informal que es patrocinado por la GNB.
Sólo en muy pocas ocasiones hay control riguroso y no se permite ni la
extracción ni el ingreso de productos o bienes, por cuanto esa restricción es
momentánea, mientras dura la visita de autoridades de alto rango; por lo
demás, todo vuelve a la normalidad y las filas de los mal llamados
contrabandistas o bicicleteros continúan laborando para llevar a casa el
alimento que escasamente les permite subsistir junto a su familia.
Es importante destacar, que salvo alguna excepción, casi todas las
familias del Sector II de Mi Pequeño Barinas tienen niños, niñas o menores,
adolescentes y de la tercera edad (adultos mayores) que se ven enfrentados
a soportar la grave situación de desempleo por la que tienen que pasar; sin
embargo, logran gracias a Dios subsistir pobremente, pero con dignidad.
Hay en el sector trabajadores informales que se dedican al paso de
mercancías o productos a uno y otro lado de la frontera; hay albañiles, muy
pocos estudiantes, señoras que lavan y planchan ropa, y hay muy pocos
profesionales: abogados y profesores.
En lo psisocial puede decirse: La comunidad del Sector II del Barrio Mi
Pequeño Barinas de acuerdo con su historia ha tenido que someterse al
devenir, a su sentido de pertenencia y deseos de integración comunitaria,
pero esta vez, han pasado una dura prueba: Los dineros que habían pagado
las familias del sector presuntamente han tomado caminos que no son los de
permitir que todos los hogares tengan luz eléctrica. No obstante, se supo que
el responsable se comprometió a pagar.
El líder del Barrio Mi Pequeño Barinas, es César Augusto Perdomo, quien
es el Vocero Principal del Consejo Comunal, conocido como el Presidente
del Barrio.

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No hay presencia de la iglesia católica; pero, si hay presencia de
evangélicos y cristianos.
Al adentrarse en el factor de necesidades del “Barrio Mi Pequeño Barinas
Sector II”, en cuanto a lo físico, se advierte que no hay ninguna clase de
infraestructura comunitaria; ni al menos un Proyecto, todo está en
inactividad. Hay desidia.
En relación a las necesidades de tipo social, se pueden determinar las
siguientes: Desempleo, educación, servicios de salud, recreación infantil,
vivienda, casa comunal (hay un rancho), adecuación de canchas deportivas
(las dos que hay, han tratado de ser invadidas). No hay en el sector, ningún
kiosco o puesto de revistas y periódicos; no hay grupos políticos. Sólo hay
grupos de oración de corte cristiano. No hay programas de salud de ninguna
naturaleza.
Con respecto a la priorización de necesidades, en orden de preeminencia:
Agua potable tratada higiénicamente, encloacado, luz eléctrica, arreglo de
calles (no hay aceras, ni asfaltado), instalación de servicios públicos
(teléfono, televisión, internet, otros), vías de acceso (puente o pasarelas),
seguridad, entre otras.
Finalmente es importante acotar que hace falta crear consciencia en la
comunidad, para que en cada grupo familiar se ice la bandera nacional los
días festivos, patrios y de acontecimientos importantes. Se recuerda que
sólo hubo interés por usarla e izarla cuando se inicia la fundación del Barrio
Mi Pequeño Barinas, inicialmente, Barrio Hugo Rafael Chávez Frías.
La realización de este trabajo, ha permitido que los estudiantes de
comunicación se inserten en las comunidades, a fin de interactuar, conocer
su situación, y necesidades formulando un proyecto prioritario que solucione
una necesidad del Sector II del Barrio Mi Pequeño Barinas. Por lo demás ha
sido placentero adentrarse en las comunidades, porque es allí donde está el
problema o necesidad que amerita no sólo una investigación sino la

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formulación de un proyecto viable o factible, que mitigue el anhelo de los
habitantes que ven con buenos ojos, que el trabajo realizado por los
estudiantes de Comunicación Social preferentemente, servirá para
encausarlos hacia la consecución de una meta: La solución a una necesidad
que ameritaba la presencia y trabajo de los estudiantes de la Universidad
Bolivariana de Venezuela – UBV.
La principal fuente de información para este ensayo ha sido producto del
querer de los mismos integrantes y participantes del Barrio Mi Pequeño
Barinas – Sector II; así mismo, el interés, conocimiento y experiencia de los
estudiantes-investigadores que han visitado una de las comunidades más
necesitadas del lado venezolano, en el occidente del territorio tachirense.
La recomendación, que humildemente consideran los autores
investigadores, radica esencialmente en que la Universidad Bolivariana de
Venezuela – UBV y especialmente los futuros comunicadores sociales de la
República deben ser partícipes del desarrollo comunitario que comunidades
como ésta, reciba en su seno a estudiantes comprometidos con el desarrollo
social y comunicacional de Venezuela.
Este ensayo será hospedado por intermedio de la Fundación para el
Desarrollo de las Exportaciones No Tradicionales y Libre Comercio del Sur
FUNDELSUR, en el sitio web: http://www.scribd.com/ Correo electrónico:
fundelsur@gmail.com

Estimado visitante y lector, gracias por dar su opinión.


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