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Lo que nos enseñan en el colegio no es exactamente la verdad, además los sentidos nos
gastan bromas.
Los físicos modernos dicen que no son más que ondas de información, ¿me lo creo?...
¡Eso espero!
Todo el mundo tiene poderes mágicos, todo el mundo los usa y los usa siempre, cada
vez que uno mira.
Y aquí tenemos al padre de todos los misterios quánticos: “El experimento de la doble
ranura” el cual tiene mucha mala fama.
Para entender este experimento, primero tenemos que ver como actúan las partículas o
las bolitas de masa.
Y ahora, si añadimos una segunda ranura, lo lógico es esperar ver una segunda franja en
la pared de detrás.
Ahora probemos con ondas. Las ondas alcanzan la ranura, se propagan y llegan a la
pared de detrás, donde tienen mayor intensidad justo enfrente de la ranura.
Así pues cuando lanzamos algo, es decir materia, a través de dos ranuras, obtenemos
esto: dos franjas de golpes. Pero con ondas el resultado es un patrón de interferencias
con muchas franjas.
¡Muy bien!...
De momento…
Hemos lanzado electrones, pedacitos de materia, pero aparece un patrón como con las
ondas, no como con las canicas…
¿Cómo pueden trozos de materia generar un patrón de interferencias como una onda?
No tiene sentido.
Pero…
Los físicos son muy inteligentes, y pensaron: “Quizás las bolitas rebotan unas contra
otras y crean ese dibujo”…
Y decidieron lanzar los electrones de uno en uno, así no podían afectarse unos a otros.
Pero estuvieron así una hora y vieron aparecer el mismo patrón de interferencias.
Todas estas posibilidades están superpuestas las unas con las otras.
El experimento desconcertó muchísimo a los físicos. Tanto que decidieron mirar con
atención para decidir por qué ranura pasaba en realidad el electrón.
Pusieron un dispositivo de medición junto a la pantalla de las dos ranuras para ver por
cual pasaba, y lanzaron el electrón.
Pero el mundo quántico es mucho más misterioso de lo que podían haberse imaginado.
Cuando miraron, el electrón volvió a comportarse como una canica pequeña: dibujó un
patrón de dos franjas y no un patrón de interferencias.
La misma acción de medir u observar por qué ranura pasaba, conllevó a que solo pasara
por una, no por las dos. El electrón decidió actuar de manera distinta, como si fuera
consciente de que lo observaban.
Nosotros somos siempre el observador, pero a veces nos identificamos tanto con los
acontecimientos que incluso perdemos el aspecto de el observador, por eso el
materialista se pierde y piensa que podemos pasar sin el observador.
Los datos físicos, demuestran que un objeto es una simplificación de lo que llamamos
“el entorno”.