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PONENTE:
Magui Bellotti
Feminista, lesbiana, abogada. Es integrante de la agrupación feminista
Asociación de Trabajo y Estudio de la Mujer (ATEM) “25 de Noviembre”,
que a su vez forma parte de la Campaña “Ni una Mujer Más Víctima de las
Redes de Prostitución”. Integra la Comisión de Redacción de la revista
feminista “Brujas” y ha publicado artículos en revistas argentinas y de otros
países. Ha participado en la organización del Primer Encuentro Nacional de
Mujeres (Buenos Aires, 1986) y de las primeras y segunda Asamblea
Nacional de mujeres Feministas (Mar del Plata 1990 y Tandil 1992), en la
Multisectorial de la Mujer hasta principios de los años 90, en la Asamblea
Raquel Liberman-Mujeres contra la Explotación Sexual, de Vecinas y
Vecinos por la Convivencia, entre otros.
maguibellotti@yahoo.com.ar
PONENCIA:
Esta definición ofrece, a nuestro juicio, algunos problemas, referidas al menos a dos
aspectos:
Los bienes jurídicos son valores sostenidos por una sociedad, que tienen un
carácter histórico y cultural y que la ley ha decidido tutelar. “Son intereses
individuales o colectivos, considerados indispensables para la convivencia
social” (2). En el derecho penal, los delitos de agrupan en títulos que a su vez se
subdividen en capítulos, según cuál sea el bien jurídico protegido: delitos contra
las personas, contra el honor, contra la integridad sexual, contra la libertad,
contra la propiedad, contra la seguridad pública, contra el orden público, contra
los poderes públicos y el orden constitucional, contra la administración pública,
contra la fe pública.
Sin embargo, cuando nuestra ley recoge casi textualmente la definición del
protocolo de Palermo, ubica todos los casos bajo el título de “delitos contra la
libertad”
De esta manera las acciones que configuran el delito “la captación, el transporte,
el traslado, la acogida o la recepción de persona…con fines de explotación”,
dejan de ser delictivas si no se prueban estos modos de cometerlas.
Este conjunto de definiciones, que suelen guardar diferencias entre sí, han
contribuido a visibilizar la existencia de un negocio multimillonario basado en la
explotación sexual de las mujeres y niñas/os y en el trabajo esclavo, entre otros.
LO QUE OCULTA
En este concepto de trata de personas, en el que se unen situaciones tan diversas, como
explotación sexual, servidumbre laboral y tráfico de órganos, entre otros, se oculta el
hecho de que entre el 85 y el 90% de las personas víctimas de este delito son mujeres y
niñas con fines de ser prostituidas. Es decir, queda invisibilizada la violencia de
género.
mujeres y niñas, que el negocio está principalmente en manos de varones, que van
asociando en lugares secundarios (como regentes o reclutadoras) a mujeres que han
sido previamente prostituidas.
Por otro lado, pone el acento en las situaciones de violencia, forzamiento, coacción o
vulnerabilidad de las personas víctimas de trata, a la vez que oculta la violencia misma
de la prostitución.
La prostitución no es una cuestión moral, una lucha entre el mal y el bien, es una
cuestión política: se trata de una institución que está en la base de la opresión de las
mujeres, es una forma de violencia, no de libertad ni tampoco constituye un trabajo. Es
una de las formas que adquiere la imposición de la heterosexualidad obligatoria a las
mujeres, que permite considerarnos como seres al servicio sexual, económico,
emocional y político de los varones. Forma parte también de todas las opresiones y
discriminaciones de género y de las desigualdades de clase.
aquella centrada en su placer y su poder? ¿Por qué no asumen una sexualidad basada en
el placer mutuo y en la reciprocidad? Estas son las razones que están en la base de la
responsabilidad del prostituyente, mal llamado “cliente”, para satisfacer cuya demanda
se pone en funcionamiento todo el sistema prostituyente.
Hay más preguntas, éstas dirigidas al Estado, a los Estados: ¿por que promueven,
alientan, justifican, legalizan o hacen la “vista gorda” ante la existencia de prostíbulos y
la explotación sexual de las mujeres y niñas? ¿Por que alientan el negocio de la
explotación sexual? Y, sobre todo; ¿por que no generan condiciones de inclusión social
de las personas en situación de vulnerabilidad social?