Jaspers

Psicoterapia: métodos que actúan sobre el alma o el cuerpo con medios que conducen al alma. El
alienista no trata al paciente como objeto sino que entra en comunión existencial con él, y de esta
manera lo que se vuelve un objeto extraño es la enfermedad del paciente, la cual enfrenta junto con él
como “compañeros de destino humano”. (esto lo retoma Biswanger, también el método biográfico)

El paciente es una unidad cuerpo-alma y presenta ciertas resistencias a la psicoterapia. La primera

clase de resistencias responden a un adiestramiento, luego hay otras que son de algo interiormente
plástico, y esto es asequible a la educación, finalmente existe una resistencia del ser-mismo originario,
lo más “esencial” del individuo, y aquí solo se llega por medio de la comunión existencial.

La psicoterapia tiene límites y fronteras. Los límites implican dos imposibilidades: el médico no
puede distanciarse puramente y es imposible para el hombre como un todo convertirse en un objeto, ya
que está realizando su destino a través de su esclarecimiento. Esto lo hemos planteado en el párrafo
anterior (resistencias) y constituyen las fronteras. Pero también hay otro límite importante, la
psicoterapia no puede aportar solo lo que la vida puede dar (amor de pareja, trabajo significativo).

Se ha especulado mucho sobre los objetivos de la psicoterapia, que no pueden ser otros que la
curación. ¿Pero qué es la curación? Esto es un problema, porque si bien es esperable que un individuo
viva sin un miedo constante, ¿es deseable la anulación completa de la angustia humana?

El médico que se dedica a la psicoterapia debe presentar ciertas características de personalidad. Debe
ser un hombre de sólida formación científica, honesto y bondadoso, abnegado y sin prejuicios, o por lo
menos sería favorable que pueda suspender temporariamente sus valoraciones morales cuando atiende
a los pacientes. Por otro lado, si atiende a personas del otro sexo, es importante que sea casado, porque
caso contrario puede sucumbir a las tentaciones de satisfacer sus impulsos sexuales con los pacientes,
frente a lo cual no se encontraría debidamente protegido. Debe estar iluminado por un tratamiento
instructivo, debe conocerse a sí mismo. (algunas de estas cosas las plantea Frieda Fromm)

La atmósfera psicológica puede terminar asfixiando al psicoterapeuta, si él hace de ella una

cosmovisión. No debería olvidar que la psicoterapia es solo un medio en la vida misma, y no un fin. Se
plantea que el hombre, en la vida, debe ocuparse de fines y no de medio. Por ejemplo, ocuparse de
amar y trabajar, y no reflexionar sin parar sobre el enamoramiento o la laboriosidad. (relacionarlo con
deterioro que plantea Guy)

La psicoterapia no es para todo el mundo, sino para los neuróticos (y en cierta medida para algunos
psicóticos). Pero todos sufrimos, y frente a este sufrimiento se propone un auxilio en penurias del alma,
que no es propiamente psicoterapia.

Cuando se evalúa a un paciente para diagnóstico lo más importante es la entrevista, conversar con él.
También debe hacerse una anamnesis completa e incluso recurrir a exámenes físicos. El objetivo de
estos estudios es acercarse a la biografía del paciente, incluso relevando creaciones del mismo, o
producciones como cartas, cuentos, etc. Hay que entender fenomenológicamente al paciente. Una vez
esbozado este cuadro de estado se pueden aplicar medios de tratamiento de diversa índole:
psicoterapéuticos, somáticos, gimnásticos, dietéticos, de abreacción, pedagógicos, entre otros. Esto
incluye, claro está, la internación. De la correcta aplicación de estos procedimientos depende el
pronóstico del paciente. La psicopatología deriva del Anlage (disposición) y de la interacción con el
medio ambiente, lo primero no se puede cambiar ya que es hereditario, lo último sí puede
eventualmente modificar el curso de la patología (comparar con Sullivan, ambiente facilitador)