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El pase es un dispositivo inventado por Lacan que se ocupa de investigar qué es el
fin de análisis. Esta investigación se realiza a partir de los testimonios de los
analistas que están decididos a transmitir aquello que el psicoanálisis les ha
producido como cambio en la vida misma, es decir, lo concerniente a lo que queda
como saber por un lado, y aquello que se va a ubicar como lo que no interroga más
al sujeto.

El testimonio puede ser dado por to do analista que haya alcanzado la dimensión de
conclusión de su análisis, que será evaluado por un jurado constituido por un
pequeño grupo que denominamos Cartel del Pase, y que ha sido elegido para
cumplir esa función dentro del contexto de una experienci a de Escuela.

Este procedimiento implica que el testimonio es dado a dos analistas en forma


separada (dos pasadores), quienes cumplen la función de transmisión al Cartel del
Pase mencionado que, sin considerar lo transmitido como un final de análisis,
otorga, al analista que ha testimoniado, la nominación de AE, Analista de la
Escuela.

El Pase es un dispositivo que funciona en la Escuela de Orientación Lacaniana desde


el año 1996. Su formalización se realizó a partir de un largo debate en el que se
decidió su implementación y reglamento. Desde esa fecha hubo 5 nominaciones de
AE en la EOL. Dos de ellas han finalizado su función, luego de tres años de
transmisión. Se producen en continuidad muchas publicaciones sobre la elaboración
de los AE y de los Carteles implicados en este trabajo (1).

La invención del Dispositivo del Pase recorre la enseñanza de Lacan. La atraviesa


en toda su extensión. Es, en este sentido, que el Pase no sólo es un dispositivo a
partir del cual se intenta responder a los problemas cruciales del psicoanálisis, sino
que también es una forma de sostener abiertas sus propias paradojas, ubicadas en
la cuestión del saber que opera en el punto mismo del desplazamiento entre
posición analizante y deseo del analista. De esta forma, el Pase es un espacio
abierto a los analistas de la comunidad analítica en su conjunto.

Hablar del Pase es introducir la historia del Psicoanálisis. Hay un antes y un


después a partir de su creación. Se instaura con el texto de Lacan llamado
"Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela" (2). Por
los problemas que suscita es aprobada recién en el año 1969 por Asamblea
General, y puesta en marcha algunos años después en la Escuela Freudiana de
París.

El espíritu de esta Proposición es devolver al analista su propia responsabilidad, que


hasta ese momento se ubicaba más del lado de su ejercicio profesional que de su
propio análisis. Por esta razón, Lacan recomienda la lectura de la Proposición sobre
el fondo de su artículo "Situación del Psicoanálisis y formación del psicoanalista en
1956" (3).

Se trataba de quebrar la homogeneidad que en aquél entonces portaba el didacta,


y que la institución protegía. Podemos observar la actualidad del concepto. Se
trata, también hoy, de trabajar y no de proteger. La Escuela se transforma así en el
control de la formación que ella misma ofrece.
Öesponsabilidad del analista, entonces, en un doble aspecto: clínica por un lado,
institucional por otro. Ambos aspectos se relacionan, pero no se equivalen.

Esta es la verdadera orientación que propone Lacan con el Dispositivo del Pase.

La Proposición instala aquello que J-A Miller denomina "viraje subjetivo" que toda
cura supone, es decir lo más íntimo de la experiencia analítica, en el corazón de
una Escuela de Psicoanálisis, al proponer el título de Analista de la Escuela (AE)
cuando el sujeto ha terminado su análisis y realiza su demostración lógica en el
Dispositivo.

La función de la institución es aumentada en la medida que, a partir de la


nominación, el AE deberá hacer transmisión pública de aquello testimoniado a las
pasadores, y que el cartel que actuó como jurado escuchó y sancionó.

A partir de allí, ser analista de una Escuela de Psicoanálisis se corresponderá con


una posición de dirección hacia la conclusión con relación a su propio análisis, y no
a una formación o práctica acabada y suficiente. Esta dirección incluye la posibilidad
de la certeza de una conclusión no sin un deseo que quiera saber acerca de la
pregunta fundamental sobre el deseo del analista.

A la manera de "Aymerillot" de Víctor Hugo (4), un joven protagonista en su


tiempo, el AE asume la posición de hacer avanzar el psicoanálisis, se confronta con
el orden establecido, y se pone al trabajo de Escuela, apuesta a la elaboración
colectiva tomando en cuenta la complejidad de la que se trata.

Como señala Miller, el Pase funda una nueva definición del psicoanálisis: 1º) dice
que hay fin de análisis, como principio universal, de esta forma acentúa lo definitivo
que se realiza en la experiencia analítica; 2ª) dice acerca de qué es ese fin de
análisis desde lo particular, ubicándose en oposición a lo inefable, a lo que no
puede ser dicho.

El Pase demuestra que el psicoanálisis no se reduce a una terapéutica. Desea


demasiado para sólo conformarse con esa reducción. Estaba en Lacan, nos dice
Miller, la idea de "hacer salir el deseo agazapado «, ignorado por el sujeto mismo"
(5). Se trata de una posición que se opone al encierro del narcisismo. El Pase por lo
tanto incluye, por estructura, al Otro de la Escuela. Debe causar al Otro, a los otros
congéneres de la Escuela, quienes a su vez se transforman, en el último paso del
funcionamiento del Pase, en jueces de la experiencia, es decir, en jueces del
trabajo realizado por pasantes, pasadores y carteles del Pase.

El Pase se corresponde con la ética del acto, con las consecuencias que su propio
funcionamiento produce. Se trata de una lectura en perspectiva, a futuro, que sólo
desde el reconocimiento del Otro se puede medir. Ello es a  , es después,
no en el origen. Nunca se sabe en el origen cuáles serán los efectos. Es sobre esta
perspectiva que se puede comprender que la Escuela Freudiana de París, fundada
por Lacan en 1964, sea disuelta por él en 1980. Hoy, la esencia del Pase se
continúa en diferentes Escuelas del mundo, cohesionadas desde la orientación que
imprime la Asociación Mundial de Psicoanálisis.

Fueron mencionadas tres categorías del dispositivo: pasantes, pasadores y carteles


del Pase. Existe una cuarta categoría, que es el Secretariado del Pase y que
funciona desde el inicio hasta el final del recorrido por el Dispositivo; regula los
lazos de los diferentes lugares, al mismo tiempo que asegura una transmisión
adecuada a la comunidad. Esta instancia es la que recibe la demanda de Pase que
el analista se autoriza solicitar por su nueva posición. El Secretariado evalúa desde
un trabajo de cartel su pertinencia. Este primer paso es seguido con el sorteo de
dos pasadores por cada pasante.

El pasador tiene la condición de poder escuchar ese viraje singular, ese paso que
condujo al pasante a la posición de analista, en tanto él mismo está ubicado un
paso antes del final a partir de su experiencia analítica. Es en este sentido que
Lacan define 'el pasador es el pase'.

El pasador tiene algo para decir, y el lugar indicado es allí, en la transmisión al


Cartel del Pase, y no en otro lugar.

Finalizado el testimonio dado por el pasante a los dos pasadores sorteados, el


Secretariado se ocupa del sortear o elegir uno de los dos Carteles del Pase, según
haya incompatibilidades o no.

El Cartel del Pase es un jurado, es un Otro en el Dispositivo, pero se trata de un


Otro que no lo sabe todo. De esta forma se dejará enseñar por lo más particular de
lo transmitido de la experiencia que se desprende de un análisis. La interrogación
permanente sobre el deseo del analista es lo que permite esta apertura a lo nuevo.
Y es lo que posibilitará la enseñanza de la que se responsabiliza el Cartel del Pase
en sus presentaciones públicas e Informe final.

"«. saber interrogar como saber lo tocante a la verdad" (6) es la posición más
conveniente, nos dice Lacan, para hacer lo que hay que hacer. Esta posición exige
un precio.

Se trata entonces, en el Pase, de demostrar aquello que un sujeto pudo hacer con
su determinación inconsciente, 'eso' que está perdido para siempre, donde las
marcas de goce se separan de todo sentido o representación posible; y se trata
también de exponer qué borde construyó con ese abismo, contribuyendo a volver
soportable aquello que ya no tiene retorno, por las mejores razones.
Esta es la apuesta del Pase de una Escuela de Orientación Lacaniana.

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1) Podemos citar algunas de esas publicaciones: -AA.VV. : La práctica del Pase,


Edita Eolia-Paidós, Argentina, 1996; Enseñanzas del Pase, Edita C.O.L., Argentina,
1997; Pase y Transmisión, Edita C.O.L., Argentina, 1998; Pase y Transmisión 2,
Edita C.O.L., Argentina, 1999; El peso de los ideales, C.O.L. -Paidós, Argentina
1999; Estilos, Edita C.O.L., Argentina, 1999; Pase y Transmisión 3, Edita C.O.L.,
Argentina, año 2000; Acerca del sujeto supuesto saber, C.O.L.- Paidós, Argentina,
2000; La experiencia del Psicoanálisis. Enseñanzas (Carteles del Pase años
1996/98), Edita C.O.L., Argenti na, 2002; Aníbal Leserre: Documentos del
Dispositivo del Pase en la EOL. Serie de los AE, Edita C.O.L., Argentina, 2000.
Además, desde la puesta en funcionamiento del Pase, la revista mensual de la EOL,
El Caldero de la Escuela, incluye una sección con testimonios de los AE y artículos
de las diferentes elaboraciones que se realizan del tema en la EOL y en otras
Escuelas de Psicoanálisis de la AMP
2) Lacan J., Momentos cruciales de la experiencia psicoanalítica, Ed. Manantial, Bs.
As., 1992.
3) Lacan J., Escritos 2, Siglo Veintiuno Ed., Argentina, 1998.
4) Esta es una referencia de J. -A. Miller en "Por el Pase" publicada en Malentendido
Nº 6, Ediciones Gráficas Mayo, 1989, pág.20, cuando cita el poema "Aymerillot"
aparecido en una de las primeras ediciones a fines del siglo XIX de La leyenda de
los siglos de Víctor Hugo; en las ediciones actuales no figura.
5) Miller J.-A., Política Lacaniana, Colección Diva, Bs. As., 1999, pág. 101.
6) Lacan J., El Seminario 20 Aún, Paidós, Argentina, 1991, pág. 116. 

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