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Índice
Un breve comentario.
¿Qué es el universo?
A modo de repaso
Comentario final
1 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Un breve comentario
Siempre tuve curiosidad sobre las cosas que hacen a la vida, y las veía en muchos casos
como misterios que podían ser descifrados y abiertos al conocimiento. Me intrigaban.
Decidido a descubrirlas, al principio la búsqueda fue un poco desordenada y confusa
porque el contenido es muy amplio y por la ausencia de un tutor que me sirviese de guía.
La pregunta que me hacía era, ¿cómo podemos vivir bien si no conocemos lo que es
la vida?, ¡es casi imposible!. La ignorancia nos lleva a cometer grandes errores, muchas
veces dramáticos, que van acompañados con frustraciones, dolores, sufrimientos, por
supuesto evitables en gran medida con el saber, aunque podemos decir que también
dejan enseñanzas.
Con el tiempo eran notorios los avances, del conocimiento y del entusiasmo, porque en
verdad es un tema apasionante. Pero había acontecimientos que me perturbaban porque
para mí eran inexplicables, señalo dos.
A nadie le gusta en su sano juicio vivir con conflictos, crisis, quejas, reproches, con
mal humor, descontento, con estados de agresividad o violencia, y otras
experiencias no saludables. Sin embargo nos acompañan a diario en nuestras
vidas. ¿Ese es el modo de vivir?, ¿no habrá una salida?. Queremos ser felices y
hacemos todo lo contrario para lograrlo. Queremos tener salud y nuestras actitudes
operan en sentido opuesto. ¿Por qué contradecimos nuestros más puros
sentimientos?, ¿la contradicción estará en nuestro ADN?.
El otro suceso que realmente me incomodaba era que la inteligencia muchas veces
termina mal. Esta es otra contradicción, a mi criterio ¡la inteligencia no puede terminar
mal!. Indagué sobre el concepto y recurrí a especialistas en la materia.
A este concepto habría que agregar lo que señala Daniel Goleman sobre la habilidad de
controlar las emociones. Una persona racionalmente inteligente tiende al fracaso cuando
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
lo domina una emoción perturbadora. Esto es fácil de entender porque en algún momento
hemos experimentado que no sale del todo bien lo que estamos haciendo cuando una
emoción negativa le gana al intelecto.
Me parecieron buenos pensamientos sobre la inteligencia, por eso los cito. Pero si es así
¡no puede terminar mal!, sin embargo muchas veces termina de esa manera. Voy a citar
tres acontecimientos para explicarlo.
Fui y sigo siendo un profundo admirador del Che Guevara, no por su ideología política
sino por su compromiso social. Todo lo que pude leer sobre él lo hice y me emocioné
cuando visité la casa donde transcurrió su niñez en Alta Gracia convertida hoy en museo.
No voy hablar del legado que le dejó al mundo, a mi juicio, un ejemplo del compromiso
que debemos asumir ante la sociedad sin un interés personal de por medio. Posiblemente
este sea el motivo por el cual es admirado por millones de personas, quizás más querido
que el propio Fidel Castro en la misma Cuba.
Tampoco abriré debate sobre el método que empleó para llevar a cabo su pensamiento, a
mi criterio equivocado. A menudo se comunicaba por cartas con su madre a quien
profesaba un gran afecto, en una de ellas, preocupada le dice: “me aflige tu actitud porque
te pueden matar, pero también por las muertes que tú puedes ocasionar”. Estas palabras
denotaban un criterio no del todo compartido.
El propósito es referir un aspecto de su vida personal. No fue un resentido, pudo vivir una
vida cómoda, fue sí un aventurero y un hombre comprometido con la justicia social a tal
punto que ofrendó su vida en esa lucha. Pero la inteligencia falló, su vida dejó un
mensaje, pero falló en el resultado. Su lucha cambió de tirano pero no pudo doblegar la
tiranía.
También tengo una gran admiración por el Dr. René Favaloro. Fue un hombre totalmente
comprometido con la medicina, de una conducta ética intachable, decía: “cuando estoy
frente al enfermo a punto de intervenirlo quirúrgicamente, el único privilegiado es el
enfermo”. Una muy buena forma de aludir elípticamente a los intereses de la producción,
comercio y a los servicios de salud que distorsionan el acto médico.
Friedrich Nietzsche, uno de los grandes pensadores del siglo pasado, precursor del
existencialismo, enfoque filosófico que se diseminó por todo el mundo al amparo de
grandes figuras, terminó su vida en estado de locura. No se puede decir que Nietzsche no
era inteligente, sin embargo se volvió loco. ¿Para eso sirve la inteligencia?.
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Otros tantos casos tengo en mi memoria a figuras, conocidos y amigos inteligentes que
poco supieron de la felicidad y mucho del dolor.
También fue una gran alegría a tal punto que tomé la decisión de difundir todo lo que con
entusiasmo aprendí, escribiendo estas líneas que ofrezco con una sola intención: tratar
de generar la motivación necesaria para la incorporación y expansión de estos
conocimientos.
¿Qué es el universo?
Lo fascinante es que existen enseñanzas y formas para tratar de revelar sus significados.
Pero lo realmente trascendente es que, mientras vayamos encontrando respuestas se
expandirá nuestra conciencia, mejorará la calidad de nuestra vida, determinará las
características de nuestras relaciones con la familia y demás personas que nos rodean, y
a escala mayor, mejorará la calidad de la sociedad en que vivimos en la medida que un
mayor número de gente se sume a estas inquietudes.
Para ello hay que iniciar un viaje de descubrimiento, un viaje de placer, hacia lo
desconocido, enfrentar la incertidumbre sin temor, con curiosidad apasionada. Tenga la
certeza del esmero que tuve para transformar el significado de las palabras y la escritura
en una sensación placentera para usted.
Es un buen comienzo indagar sobre la naturaleza de todas las cosas para luego avanzar
sobre la composición del ser humano.
Uno de ellos es el estado material o físico, es el que podemos percibir con nuestros
sentidos, la tierra o la roca que podemos ver, la silla donde estamos sentados que
podemos tocar, la comida que podemos degustar. Es lo que percibimos todos los días en
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los lugares donde estemos. Este estado tiene dos características destacables: 1) existe
en el tiempo. 2) existe en el espacio.
Es probable que nos resulte un poco difícil entender este tema a todos los que no
estamos acostumbrados a penetrar en el mundo de la física o no conocemos esta ciencia,
por eso es necesario profundizarlo.
Es decir, todo objeto sólido está compuesto por moléculas, éstas por átomos y los átomos
a su vez por partículas subatómicas que se manifiestan y existen como manojos
energéticos. Por lo tanto, los objetos sólidos (incluido el cuerpo humano) son en esencia,
vibraciones energéticas. Concretamente lo que creemos materia, es en realidad no-
materia.
Esa energía, esa vibración, producto de la descomunal velocidad con que se mueven las
partículas subatómicas en el vacío atómico, no responden a un modelo azaroso, tienen un
mensaje, portan información. El mensaje determina la existencia de diferentes átomos:
de oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, etc., y por ejemplo, si se unen dos átomos de hidrógeno
con uno de oxígeno bajo determinadas condiciones, da como resultado agua que
nosotros reconocemos gracias a nuestros sentidos y a la mente que interpreta.
Es el momento de hacer una buena pregunta: ¿por qué nuestros sentidos no captan las
ondas de energía e información que suceden en el ámbito cuántico e indefectiblemente
vemos objetos sólidos?.
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Ahora bien, cada objeto está compuesto de un manojo de energía que vibra a una
frecuencia determinada. La diferencia que existe entre la frecuencia vibratoria energética
de un objeto y otro, da como resultado que podamos ver un árbol, un pájaro, un perro, los
distintos seres humanos y todos los demás objetos visibles del universo, pero eso es solo
la interpretación que le da la mente humana. Interpretación que surge de la información
que nos llega a través de nuestros sentidos… y de nuestra memoria.
Si tuviéramos ojos cuánticos veríamos lo que el universo realmente es: diferentes trozos
de energía que vibran a diferentes frecuencias en un ámbito inexorablemente unido. Nada
está separado, nuestros cuerpos, junto con el de los animales, el de los vegetales y el de
los minerales están totalmente unidos. Somos una sola cosa, todos somos “El
Universo”.
Pero la mente humana está diseñada para concebir y sentir mucho más de lo que
suponemos, expresiones de la realidad que están fuera del alcance de los sentidos,
invisibles. Es más, también está preparada para trascender su propio ámbito y
derivarnos a un nivel superior de existencia. Nos hemos acostumbrado a un
esquema mental limitadísimo, desperdiciando de ese modo grandes capacidades
que están ocultas merced al condicionamiento impuesto por los sentidos. Es tan
importante como la vida misma extender el conocimiento para dar lugar a estados
mucho más amplios de conciencia, a partir del cual, puede cambiar
sustancialmente nuestra situación vital.
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Es el ámbito a partir del cual se creó el universo y donde se despliegan todos los sucesos,
por ello coexiste con los estados físico y energético. Es el productor de la obra y, al
mismo tiempo, el escenario donde la obra se desarrolla. De donde surge la energía
codificada del universo para dar paso a la materia que nosotros a través de los sentidos
percibimos como objetos sólidos, líquidos o gaseosos, pero a su vez convive con esos
objetos, y no solo convive, los ordena y organiza. Es eterno, infinito y trasciende el
pensamiento humano.
Este campo conciente o inteligente, de posibilidades infinitas porque a partir de aquí todo
puede ser, podemos denominarlo también, sin ninguna connotación religiosa: campo
espiritual o espíritu. ¿También Dios?. Sí también Dios, aunque al decir de Eckhart Tolle,
esta palabra a través de miles de años se ha vuelto vacía de significado por el mal uso
que la humanidad le ha dado. Algunos creen y otros no, y cuando la palabra se incorpora
al sistema de creencias en el campo de la mente humana se relativiza. Para unos significa
el Ser divino de los cielos y otros lo niegan. La verdad se hace relativa porque surge
del pensamiento humano.
Otra denominación: Ser universal. Aunque Ser también es una palabra, deja un
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En realidad, el ser humano debe conocer que existe este ámbito pero no tiene la
obligación de entender “como es”. Nunca va a poder comprender “como es”, ¿por
qué?, porque este interrogante deriva de la capacidad muy limitada del
pensamiento. Y el pensamiento que siempre se apoya en la lógica, no reconoce lo
que reina en la adimensionalidad y atemporalidad. A la conciencia, inteligencia,
existencia, espíritu o como se quiera llamar, no se la piensa, al estar arraigada en
nuestro interior profundo solo la experimentamos como un espacio vívido,
consciente, libre de pensamiento.
Al pasado y al futuro hay que utilizarlos cuando se los necesita, luego hay que retirarlos
de nuestra atención. ¿Cuándo los necesitamos?. Para recurrir a las enseñanzas que nos
deja el pasado que nos permita hacer predicciones y trazar metas dejando de lado errores
cometidos. Este pensamiento es el adecuado y merece respeto.
Sin duda que la experiencia mundana demanda un tiempo de reloj, es útil para nuestro
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quehacer diario, cumplir con las obligaciones, llegar a horario y respetar los compromisos,
etc., es el que utilizamos dentro del esquema espacio-tiempo.
No nos referimos al tiempo de reloj al que usamos con fines prácticos, tampoco al
tiempo psicológico que siempre asocia pasado, presente y futuro, sino al ámbito
virtual donde se desarrollan los sucesos cotidianos de nuestra vida mundana.
Nuestro mundo está compuesto por cosas, por objetos, por “algo”. Para que algo
exista primero tiene que existir la nada. ¡Cómo va a existir algo si no existe la nada!.
Lo mismo ocurre con el sonido, para que exista, primero debe existir el silencio. La
“nada silenciosa” es el escenario donde se experimentan las cosas en el universo.
Ese ámbito, o mejor, nada inteligente, es eterno, nos precede y continúa cuando
dejamos de existir como seres humanos. De acuerdo a la interpretación que le da la
mente, los acontecimientos responden al fenómeno espacio-tiempo, pero el ámbito en el
cual suceden es atemporal, es eterno.
Aquí nos damos cuenta de que la atemporalidad existe, y lo que crea nuestra percepción
e interpretación es eternidad cortada en trozos. El ser humano fragmenta la eternidad
para demostrar que nacemos, nos desarrollamos y morimos. Pero esta es la percepción
de las formas, no de nuestra esencia, cuya existencia es atemporal y aespacial, es decir,
infinita y eterna.
La conciencia, la inteligencia que subyace detrás de todas las cosas, ¿cuándo empezó y
cuando termina?, ¿qué lugar ocupa?. Respuesta: preguntas equivocadas porque se la
ubica en un nivel de existencia donde no se halla. Con estas preguntas se la pretende
ubicar en el fenómeno espacio-tiempo creado por nuestra mente cuando en realidad el
nivel de existencia es invisible, es virtual.
Sigamos dando muestras del ámbito virtual de inteligencia pura. Vayamos a una evidencia
científica, de este modo, si persisten dudas, se pueden disipar en mayor grado. Según
Deepak Chopra, para que un objeto, partícula, o fenómeno energético pueda ser definido
o identificado como tal, es necesario que se lo observe. Antes de ser observado, ¿qué
es?. Nada, es decir, está en potencial. Está, pero no está. Todo es potencial puro hasta
que la inteligencia o conciencia encarnada en ser humano aparezca como observadora,
pero no es solamente observadora, es observadora e intérprete. En ese instante, lo
posible se convierte en realidad.
Este concepto ha sido demostrado desde la física cuántica por Heisenberg, cuando
enunció un principio que se lo conoce como principio de incertidumbre de Heisenberg.
Este científico observó que las partículas subatómicas (electrones) pueden ser partículas
o paquetes de ondas de energía según como se la observe o mida. Si se la mide como
partícula, es partícula, si se la mide como onda, es onda. Las dos formas juntas no se las
puede observar simultáneamente, pero es la misma cosa.
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El ser humano es universo. El universo es un campo unificado que abarca todas las
cosas, vegetal, animal, roca, bacteria, etc., incluido el ser humano, las que están
íntimamente interconectadas. Nada está separado, todo está unido. El ser humano es un
punto focalizado del campo unificado que no tiene solución de continuidad.
Es parte del cuerpo universal. Nada más y nada menos. Comprender este aspecto abre
las puertas para entender y celebrar muchísimos cuestionamientos que generalmente no
tienen respuesta desde la lógica de apreciar las cosas con nuestro patrimonio perceptual
y con el uso de la razón.
Pero ¿qué es un átomo?, posee un núcleo rodeado por una gran nube de electrones que
entran y salen de un inmenso vacío (el 99,99% del átomo es vacío) a velocidades
descomunales. El átomo no tiene una caparazón que lo delimita, sino vacío y partículas
subatómicas velocísimas que forman el estado insustancial de nuestro cuerpo.
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Pero además dijimos que el 99,99% del átomo es vacío, por lo tanto somos un “montón”
de vacío. Literalmente “somos vacío” con manifestaciones energéticas. ¿Ese vacío,
es “vacío a secas”?. ¡No!, es vacío inteligente o mejor, nada inteligente, que le aporta
información a la energía de nuestro cuerpo para que no sea caótica, sino que esté
perfectamente ordenada para cumplir con funciones específicas.
Para definirnos con más precisión diríamos que somos energía en un campo de
conciencia. Ese campo de conciencia o inteligencia es la fuente de la energía que
nos permite vivir y a su vez, nuestro nivel más profundo de existencia. Pensemos
un poco, solo el 0,01% de nuestra constitución se manifiesta en el mundo de las
formas, lo demás es virtual, pero real. El hecho de no poder apreciar el 99,99%
restante, no significa que no exista, todo lo contrario, es nuestra esencia.
Somos así, no hay vueltas que darle, nos vemos como un objeto material o sólido porque
nuestros sentidos han sido diseñados de un modo muy limitado para apreciarnos de esa
manera. Si tuviéramos ojos cuánticos nos veríamos como un gran vacío con destellos de
encendidos y apagados que entran y salen a velocidades extraordinarias. Ese gran vacío
es nuestro espíritu.
Así es el universo, así somos nosotros, aunque existe una diferencia con los demás
componentes de este mundo: tenemos un cerebro diseñado para experimentar
pensamientos, emociones, sentimientos, ideas, etc. en el campo de la mente. Y tenemos
una mente preparada para sentir al ser espiritual que anida en nosotros cuando fijamos la
atención consciente libre de pensamientos y emociones.
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Podemos decir entonces que el ser humano está constituido por cuerpo, mente y
espíritu de modo indivisible e interconectado con todas las formas del universo.
¿Quién creó todo esto y para qué?. Esta es la pregunta que siempre se hizo la humanidad
y dio origen a múltiples creencias, dioses y corporaciones religiosas. Lo cierto es que la
existencia, inteligencia o conciencia pura es la fuente de todas las cosas. La
conciencia es el gran creador que ideó el cosmos de un modo evolutivo, y lo dotó de si
misma.
Todo lo que existe tiene inteligencia, tiene algún grado de conciencia, aún las rocas, caso
contrario sus moléculas y átomos se dispersarían y la roca se disgregaría. Los vegetales,
los animales, los seres humanos son expresiones de conciencia en diferentes grados. Es
la inteligencia que se le ocurrió manifestarse a modo de formas: forma vegetal, forma
animal, forma humana y también como formas de pensamientos, emociones, etc.,
millones y millones de formas materiales y de manifestaciones energéticas.
Para que se entienda mejor este concepto Chopra apela a un ejemplo práctico. En
nuestra memoria existen en forma inmanifiesta miles de palabras que solamente
aparecen en el mundo de las formas cuando las pronunciamos. Antes de expresarlas,
¿dónde estaban?. Si las buscamos en alguna célula cerebral no la vamos a hallar porque
se encuentran en el campo de la conciencia, virtual, informe, y aparecen en el mundo de
las formas como energía sonora cuando las expresamos.
Ahora es más fácil entender como está constituido el ser humano y cual es su propósito.
Sigamos avanzando.
¿Una misión?. Sí, prueba de ello es que en toda la historia de la humanidad existió y
existe un equilibrio de género. De todos los seres humanos, casi la mitad nacen mujeres y
la otra mitad varones. ¿Alguna vez nos preguntamos quién regula esta ecuación?, quien
sino una inteligencia mayor, sin dudas. A unos los honró como hombres y a otros como
mujeres para cumplir con la misión que les compete. No elegimos nosotros pertenecer a
un determinado género, aún en otras manifestaciones, como por ejemplo, la
transexualidad.
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Otra prueba lo constituye el hecho de que no todos tenemos las mismas capacidades, ni
las mismas habilidades o vocación, sino seríamos todos carpinteros o médicos o
jugadores de fútbol por citar ejemplos. Distintas capacidades para cumplir con distintas
misiones. ¿Quién nos dota de nuestras habilidades, de nuestras capacidades?. Pareciera
ser que la inteligencia cósmica distribuye las distintas aptitudes para generar
interdependencia entre los seres humanos con conciencia de unidad, “uno para todos y
todos para uno” y además, para que vayan descubriendo y conociendo el potencial del
universo.
El desarrollo intrauterino del feto es regulado por la inteligencia universal, que a su vez, le
suministra la energía necesaria para ese propósito. No es la madre la que organiza la
reproducción celular y la diferenciación de los distintos órganos cual trabajo orfebre, es la
inteligencia subyacente que se proyecta en ella y en la nueva forma de vida. La madre
solo está para transmitir amor.
Podríamos utilizar el término alma con el objeto de encontrar algunas respuestas, aunque
lo importante es la interpretación que le demos a lo que ponemos en palabras, no a las
definiciones en sí mismas. Las palabras, los vocablos, los idiomas, son solo herramientas
para darle significado a las cosas. ¡Tengo hambre, quiero comer!, se puede decir en
distintos idiomas, con distintas palabras pero el significado es el mismo.
Deepak Chopra describe muy bien el concepto de alma cuando dice que imaginemos el
océano y las olas. El océano crea las olas que se convierten en estructuras fugaces,
únicas e irrepetibles, y luego vuelven al océano, al punto de partida, y desaparecen. El
océano representa al reino no circunscrito, universal, y la ola al alma circunscrita en cada
uno de nosotros, los seres humanos.
El alma circunscrita, como el cuerpo humano donde habita, también es única, fugaz e
irrepetible y tiene además un propósito: transferirle al cuerpo energía vital, y a la
mente, la posibilidad de experimentar sublimes cualidades como amor, compasión,
inteligencia, creatividad, belleza. Estas son las cualidades de la conciencia universal.
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El alma es la fuerza alentadora de la vida, mantiene cohesionado a todos los átomos del
organismo. Cuando cesan las funciones biológicas del cuerpo humano, el alma
circunscrita se funde nuevamente con el alma universal para dar origen a nuevas formas.
El cuerpo físico comienza a desintegrarse y sus moléculas se reciclan en el universo. La
mente pierde el sustento físico para seguir experimentando sus atributos: el cerebro, y
deja de cumplir con su propósito.
El cuerpo está compuesto por billones de átomos. Si esos átomos no tienen “alguien o
algo” que los contenga, los organice, los agrupe y guíe el cumplimiento de sus funciones,
se separarían y el ser humano se desintegraría, que es exactamente lo que ocurre ante la
muerte. Por ello, también se dice que el alma circunscrita en cada ser humano es el
software del mismo, y que el alma no circunscrita universal es el software del universo.
Hasta aquí una muy somera descripción de quienes somos, como somos. ¿Cuál es el
propósito del ser humano?. Este es otro gran interrogante, aunque algo hemos
mencionado.
Según Eckhart Tolle, el ser humano tiene dos propósitos: uno interno y otro externo. El
propósito externo tiene que ver con el hacer, con nuestra vida cotidiana, con nuestros
deseos y por lo tanto varía de una persona a otra, es cambiante y temporal, y nuestra
mente participa activamente con los pensamientos en el cometido. Lo esencial es que
sentido le damos. De que manera actuamos con los pensamientos en nuestras vidas.
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propósito interno es llevarla a cabo sin egoísmo, pensando en brindar el mejor servicio a
los demás, con vocación de ayuda. Ese es el modo de cumplir con nuestra misión.
Pero no es común encontrar seres humanos que actúen de esa manera, ¿qué
ocurre entonces?. En esta etapa de la evolución humana, la conciencia o
inteligencia universal creó premios y castigos. Si armonizamos los propósitos
viviremos una vida plena, completa, saludable, alegre, feliz. Caso contrario la
enfermedad puede acompañarnos y el sufrimiento se hará presente con rigor. La
elección nos pertenece.
Dijimos “en esta etapa de la evolución humana”, porque el gran culpable de romper con la
armonía de los propósitos es el ego, y el ego tiende a desaparecer. Cuando ello ocurra,
surgirá espontáneamente la concordancia de los propósitos.
Pero en la actualidad nos toca vivir esta experiencia, y el ser humano es una forma de
conciencia inteligente, pero a diferencia de las demás formas conocidas, está dotado de la
mente donde tienen lugar los pensamientos, las emociones, los sentimientos, las ideas,
las creencias y también, donde se experimenta el ego.
La vida del recién nacido está regida por la conciencia no condicionada, es decir,
conciencia en estado puro o casi puro. El bebé es cuerpo y espíritu, tiene cerebro pero no
tiene mente, o si la tiene es muy rudimentaria.
De ese modo, el bebé se convierte en un mensajero del ámbito espiritual, trasmite solo su
esencia: conciencia en estado puro. No trasmite la energía contaminada de una mente
con perturbaciones, por eso las personas se conmueven ante su presencia, a menos que
tengan una seria disfunción psíquica.
A medida que crece, incorpora información del medio ambiente que proviene de los
sentidos y va adquiriendo conocimientos. Así transcurre su vida, le va dando significado a
las cosas dentro de su propio contexto. El cerebro gracias a su propiedad de ir armando y
desarmando redes neuronales le otorga el sustento anatómico a sus pensamientos y a
sus habilidades físicas y cognitivas. La capacidad del cerebro de adaptarse a los deseos
le abre la puerta para desarrollar habilidades que el común de la gente ni nos
imaginamos. Dicho en otras palabras, la actividad mental por sí misma es capaz de
modificar el cerebro permitiendo ampliar enormemente el abanico de posibilidades de
cambio en su vida.
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El significado que le da a lo que los sentidos le informan en el marco de las relaciones que
lo rodean y de su propio contexto, escribe el libreto de su historia. La conciencia pura, se
va condicionando progresivamente al desarrollarse el ego y va apareciendo en el ser
humano, la necesidad de identificarse. Aparece el “yo”, el mío” característico de la
infancia pero que perdura en la adolescencia y en la madurez.
Es el “falso yo” creado por la mente, por el pensamiento de cada uno de nosotros.
Cuando en la niñez aprendemos a pensar, asociamos el “soy yo” con nuestro nombre,
luego comenzamos a identificar objetos para incorporarlos a nuestra pertenencia “este
juguete es mío”. En realidad es el ego el que se identifica con el objeto pues le atribuye a
las cosas un sentido de propiedad, un sentido de ser: “es mío”. Le da identidad al objeto
de tal manera que se “funde” con el ego en una sola cosa. El “yo soy” y “el juguete que
es mío” es lo mismo. Esto es la identificación del ego con los objetos.
Más adelante, a medida que vamos creciendo, nos identificamos con el género: “soy
varón” o “soy mujer”. Con el cuerpo físico: “esta es mi cara”, “este es mi brazo”. Y
después con la nacionalidad, con la raza, con la religión, con la política, con la función de
ser padre o madre, con el pasado: “mi historia”, y así con muchas cosas más.
Como vimos, el ego es una entidad creada por la mente a través del pensamiento. Por
ello los animales, las plantas y las rocas no tienen ego. Es propio de la condición humana
y necesita siempre de una referencia externa separada de nuestro ser interior. Separa
además del “otro”, creando la figura de “yo” y “el otro” o “los otros”.
Es un falso sentido de la identidad. Es el falso yo que fragmenta, el “soy yo”, que separa
“del otro”, el que da lugar al miedo, a la sensación de carencia (siempre el ego quiere
más) a la preocupación, la aflicción, la queja, el resentimiento, la depresión, etc., y en
niveles más bajos a la ira, la injuria, la hostilidad, y hasta la violencia.
Pero en realidad el ser humano es siempre una extensión de la inteligencia universal, que
como dijimos, lo creó para apreciar una versión de si misma y para ello lo dotó de los
sentidos (olfato, vista, audición, gusto y tacto).
¿Que son los sentidos?. Son transductores para transformar una clase de energía
en otra y sea captada por el cerebro que las procesa y la mente que las interpreta,
sino solamente existiría energía invisible en diferentes frecuencias y en el nivel
esencial, potencialidad pura.
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último el cuerpo físico del ser humano y todos los estados físicos (sólido, líquido y
gaseoso) son otras formas. El mundo surge cuando la conciencia toma formas y va ha
desaparecer si alguna vez decide contraerse a la no-forma, se decir, a la fuente de todas
las cosas.
Entonces, ¿para que creó la gran inteligencia al ego?. Como dijimos el ego es solo una
fase del proceso evolutivo, está destinado a involucionar y ser diluido. El ser humano
todavía no está completo, esa condición la experimentará cuando el ego
desaparezca. En realidad lo que la inteligencia creó, es al ser humano en su totalidad
(cuerpo, mente y espíritu) para generar todas las interpretaciones posibles de su
existencia. Solo el ser humano con su cerebro, mente e intelecto, puede interpretar de mil
maneras la realidad única. Es una fiel demostración de democratizar y socializar los
alcances de si misma.
Pero el ego, al ser una disfunción, trae como consecuencia el sufrimiento expresado de
muchas formas: angustia, preocupación, miedo, aflicción, hostilidad, etc. Es decir,
múltiples alteraciones psíquicas, pero no queda allí, las emociones negativas crean
químicos biológicos que pueden provocar daños físicos si se mantienen durante un
tiempo o se manifiestan con excesiva carga. Solo la toma de conciencia de lo que
esencialmente somos puede inactivarlos.
Las positivas generadas por el ego siempre tendrán la opuesta negativa (amor-odio,
alegría-tristeza, placer-displacer) y las negativas le pertenecen exclusivamente al ego. Por
eso son capaces de crear alteraciones psíquicas y físicas, porque son disparadas desde
una disfunción. Ese es el pecado, actuar desde una situación de disfuncionalidad tiene un
costo, a veces muy alto, que se traduce en sufrimiento, drama y enfermedad.
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Volvamos a los tres componentes del ser humano: 1) El físico, nuestro cuerpo, que está
compuesto por energía manifestada en materia. Habita en el espacio-tiempo, en el plano
más superficial, capaz de ser captado por nuestros sentidos, y tiene una vida corta.
Ofrece una transformación constante, hace diez años, cinco años o un año, físicamente
no somos lo mismo. Nuestras moléculas y tejidos cambian permanente y constantemente
lo que nos permite prevenir y hasta curar enfermedades. Aunque también si dirigimos
nuestra vida por caminos disfuncionales, los cambios moleculares puede dar lugar a
distintas patologías.
Heráclito, el filósofo griego, comparó el cuerpo humano con un río de energía y dijo:
“cuando uno mira un río, en verdad el río lo engaña a uno porque da la impresión de que
es el mismo río, pero en realidad está cambiando a cada momento”, y agregó “uno no se
puede meter en el mismo río dos veces porque siempre está entrando agua nueva”. El
cuerpo humano es igual “cambia a cada momento”.
La mente y el cuerpo están inseparablemente unidos, donde hay una mente hay un ego y
si el ego es el que domina la acción, habrá un pensamiento que derivará en una emoción
con producción de elementos químicos capaces de modificar el estado del cuerpo físico,
estableciendo enfermedades (infartos, úlceras, etc.), acelerando la entropía y el proceso
de envejecimiento. El cuerpo siempre reaccionará de acuerdo a lo que su mente diga.
3) El tercer componente del ser humano es el ser espiritual que habita más allá del
fenómeno espacio-tiempo, y constituye nuestra esencia. También se halla
inseparablemente unido al cuerpo y a la mente.
Si aprendemos a vivir en este nivel de conciencia, que por otra parte no significa
ningún esfuerzo, ni tampoco presenta dificultad alguna, podremos lograr
frecuencias vibratorias de mayor calidad que fortalezcan nuestra energía vital y
logren eliminar el hábito de estar sometidos a los pensamientos inútiles y a las
emociones tóxicas.
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No requiere esfuerzo porque en últimas, es vivir lo que somos. Sin embargo, en algún
punto de la historia de la humanidad nos alejamos para dar lugar al predominio de la
mente egótica. Pero en nuestra memoria y en todo el cuerpo siempre está alojado el
ser espiritual, haciéndose presente con mayor o menor intensidad, consciente o
inconscientemente.
Después de conocer la constitución del universo, del ser humano y su propósito, y haber
destacado los lineamientos para una vida plena, completa y satisfactoria, surgen
preguntas, ¿cómo vivimos en la actualidad?, ¿a qué distancia estamos del modo de vivir
diseñado por la inteligencia universal?, ¿qué podemos hacer para alejar el sufrimiento y la
enfermedad?, ¿estos conceptos son abstractos o tienen aplicación práctica en nuestras
vidas?.
¿Qué es una pregunta?. Una pregunta es la única manera de llegar allí: al otro lado de lo
conocido. .Abre el camino de lo que antes no sabíamos. La mayoría de los grandes
descubrimientos y revelaciones surgieron de formular preguntas. Las respuestas que nos
dieron en la escuela donde estudiamos provinieron de preguntas.
Entonces ¿por qué generalmente no nos formulamos las grandes preguntas?. Por
ejemplo ¿quién soy?, ¿qué propósito tengo en la vida?, ¿en qué me equivoqué?.
Una breve interrupción. Con el propósito de que la lectura sea más amena y se puedan
asimilar mejor los conceptos emitidos, los distintos temas serán presentados en forma de
preguntas. El modo que elegí es un diálogo imaginario entre dos personas. Una de ellas
con conocimientos más profundos de los temas que estamos tratando llamada Miguel, y
otra interesada en indagar desde un lugar de casi extrema ignorancia cuyo nombre es
Roberto.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Demás está decir que el despertar de una persona, el tomar conciencia de lo que es
y cuál es su propósito, el sentido que le de a su vida, depende en primer término del
grado de motivación que tenga, en segundo lugar, de avanzar en el conocimiento
para descubrir los misterios de la existencia, y posteriormente de la intención de
romper con viejos paradigmas que le permita lograr estados más expandidos de
conciencia.
Somos seres con una enorme potencialidad que anida en nuestro interior profundo,
cuando la descubrimos, muchas cosas que considerábamos lejos de nuestro alcance
comienzan a hacerse realidad. Puedo citar al efecto mi propia experiencia, nunca imaginé
que podría trasmitir lo que estoy escribiendo.
La ilusión que crean los sentidos y una mente contraída, le pone un cerco a las
capacidades eclipsando la enorme potencialidad que anida en nuestro interior inteligente:
nuestro ser espiritual.
Con la ignorancia, el camino de la vida mundana de cada uno de los seres humanos
dependerá de lo que comúnmente llamamos “suerte” (que en general es mala), pero que
en realidad significa un desvío del camino trazado por la naturaleza. ¿Por qué?, porque
con el conocimiento comprenderemos que somos seres espirituales con experiencia
humana dotados de grandes habilidades, capacidades, talentos. Comprenderemos que
fluye en nuestros cuerpos la inteligencia universal, y por lo tanto, no es ajena a nosotros,
“es también nosotros” y nos permitirá vivir en plenitud sin necesidad de la “suerte”
aunque nos parezca mentira.
Solo debemos tener la motivación necesaria y la intención de transitar por el camino del
saber, descubrir el sendero de la sabiduría y desarrollar nuestras potencialidades. Aunque
hay algunas personas que viven en congruencia con estos principios de un modo
inconsciente y logran grandes éxitos en su vida, otras en cambio, lo hacen consciente a
partir de situaciones traumáticas o de hondo sufrimiento.
Muchos conceptos van a ser reiterados con el objeto de consolidarlos y que no queden
perdidos en el devenir de la lectura.
Comienza el diálogo. Miguel: dime, tú sabes realmente quien eres y si lo que haces te
gusta, o quisieras hacer otra cosa que te deje más satisfecho o que te haga más feliz?.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Para empezar me llamo Roberto, tengo 40 años, sexo masculino, vivo en esta ciudad y si
bien lo que hago no me disgusta, me agradaría tener más propiedades para ser
financieramente independiente que me permita viajar, comprar un automóvil más lujoso
del que tengo, acompañar el adelanto tecnológico y darme otros gustos. De esa manera
tendría un mayor grado de satisfacción y por lo tanto un mejor pasar……..Veo en tu rostro
una señal de desaprobación. ¿Me quieres decir que esa aspiraciones no son bien
intencionadas?.
Miguel: bueno, trataré de ser lo más claro posible, sé que lo que yo diga va a ser
interpretado por ti de alguna manera, y fijarás lo que interpretes, que puede o no coincidir
con lo que yo quise decir. Como me gustaría que haya concordancia entre lo que digo y lo
que interpretas, te ruego que sigas con la mayor atención posible el hilo de la
conversación, y si te distraes, o algo no entiendes, volvemos atrás y luego continuamos,
de acuerdo?.
Miguel: En primer lugar, en tu esencia tú no eres Roberto, masculino, que tienes una
casa, un auto, y otras cosas más.
Dije en tu esencia, contesta Miguel. Has leído estos temas que estamos compartiendo
pero advierto que no los has fijado. El nivel más profundo de existencia es conciencia o
inteligencia pura que decidió proyectarse en ti, como así también, en todos los seres
humanos y en todas las cosas.
¿De qué forma lo hace?, mediante un proceso de diferenciación. Desde el ámbito virtual o
vacío inteligente genera el paquete energético necesario para crear tu cuerpo y tu mente y
puedas aparecer en el mundo de las formas, pero en lo más íntimo, en lo más profundo,
siempre serás una porción infinitesimal de la conciencia universal, circunscrita en tu
persona, inseparablemente conectada y unida a todas las cosas del universo.
En definitiva la conciencia que anida en vos y en todas las demás personas y en todas la
cosas es Una, es la Vida, o mejor la Vida Una. Maneja el criterio de unicidad porque en lo
más profundo nada está separado, todo está conectado. Ni los seres humanos, ni los
animales, ni los vegetales, ni las rocas, ni los planetas, nada que exista en el universo
está separado, es una sola cosa. El concepto de separación es impuesto por el ego
humano, pero no es tal. Es producto de una ilusión creada por la mente para diferenciarse
de los animales, plantas y rocas y hasta de los integrantes de su misma especie. De allí el
nombre, Juan, Pedro, etc.
¡Cómo podemos estar separado del universo y de todas las cosas si los átomos
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que respiramos, si los alimentos que ingerimos, derivan de allí, y las moléculas que
salen de nuestros cuerpos de a millones también van allí!. Y te digo más, y esto
merece una reflexión profunda, ¿de dónde crees que salen cualidades tan excelsas
como el amor, la creatividad, la inteligencia, sino de una inteligencia infinita que las
proyecta en ti y en todos nosotros?.
Ahora entiendo un poco más quien soy, pero desde la perspectiva del pensamiento, es
decir, cuando me pongo a pensar, no logro entender como es la conciencia que habita en
mí, replica Roberto.
Miguel: No te has dado cuenta pero empleaste las palabras exactas. Dijiste “desde la
perspectiva del pensamiento no logro entender como es la conciencia”. Desde tu
pensamiento, desde tu razonamiento, desde tus creencias, es decir, desde tu mente
jamás vas a entender como es la conciencia. Conocemos la existencia de la conciencia
o inteligencia, pero no te olvides que es informe e inmanifiesta, y la mente interpreta bien
lo que los sentidos le informan, pero no entiende a ciencia cierta lo adimensional. Por lo
tanto, no te esfuerces por entender “como es“.
Al espíritu que habita en ti solo vas a poder sentirlo o vivirlo, no entender como es.
Nada más, eso es suficiente. Si lo quieres pensar, razonar o interpretar, entra en
juego tu mente y terminas por construir algo ficticio.
La mente humana a pesar de sus capacidades, tiene limitaciones, es muy poco lo que
puede percibir e interpretar de todo lo que existe, es una minúscula porción de la
inteligencia universal. No está capacitada para entender como es el ser espiritual,
pero sí para sentirlo. Para experimentar el sentimiento espiritual.
Roberto: entiendo, pero ¿cómo se siente al ser espiritual, cómo vivimos ese nivel de
existencia que es adimensional y es nuestra esencia?.
Cuando algo te salió bien, como lo habías pensado y aún mejor, ¿qué sientes?,
satisfacción, pero fundamentalmente alegría. Allí observas que tu poder creativo fue el
responsable de tal acontecimiento. ¿Quién crees que fue?, ¿Tu ego con nombre de
Roberto o tu ser espiritual?. He escuchado a muchos compositores musicales destacados
decir que cuando están componiendo y le nace la obra que luego es aplaudida por miles y
miles de personas sienten que no son ellos los que la escribieron, les surgió “de
adentro”. Lo mismo le ocurre al pintor, al escritor y a todos nosotros cuando en nuestro
quehacer diario aparece la chispa creadora. Quién fue sino la conciencia que mostró
su poder de creación. Todos nosotros somos solamente el vehículo para transportar el
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¿Alguna vez has amado y ese amor no fue acompañado con sentido de posesión o
apego?. Ese es el amor emanado de tu ser espiritual. Ese amor no sufrirá nunca
transformaciones, tampoco se transformará en odio. Ese amor no tiene opuestos. Es el
amor que surge de un estado de conciencia mayor.
¿Alguna vez tuviste aunque sea por poco tiempo una sensación de felicidad, sin que algo
de “afuera” haya ocurrido?. Es decir, no la buscaste “afuera”, salió naturalmente de
“adentro”, sin saber porqué, “salió sola de adentro”. Esa es la felicidad emanada de tu ser
interior.
Estas son algunas de las formas de sentir nuestro ser espiritual. No es difícil vivirlo, solo
hace falta la atención consciente, de la misma manera que te das cuentas cuando
piensas, o cuando te emocionas, o sientes la existencia de tu cuerpo.
Cuando miras una flor, una paloma, o cualquier objeto, mírala sin pensar, vas a
experimentar un estado de quietud, esa es una experiencia espiritual. Así de simple, no es
para nada complicado, si sería complejo solo lo podrían experimentar unos pocos
iluminados, en cambio todos lo podemos sentir en cualquier momento del día.
Cuando esa vivencia se produce ante un paisaje natural que nos deja extasiado, nos
abriga una sensación de “querer quedarnos siempre así”. Es obvio, ese es nuestro estado
natural, cuando salimos de él, entramos al mundo de los ruidos producidos por la mente.
Interrumpe Roberto algo confundido, yo creía que el espíritu era un tema místico, o que
estaba lejos de mí, fuera de mí.
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Así funciona, sin la participación del cerebro, no habría “enamoramiento”. Pero ¿dónde
estaba el amor como cualidad antes de enamorarte?, ¿en que parte del cerebro estaba
guardado?. Porque convengamos una cosa, tú no inventaste el amor, como cualidad
existía antes de tu nacimiento, y más, antes de que naciera la humanidad. ¡Dónde sino en
el ámbito espiritual de tu existencia!. Lo tenías como potencial, como potencial
inactivo. Ese potencial se activó cuando conociste a la persona con la que te
enamoraste.
Muchos de los que participan en las ciencias que estudian la mente (psicología,
psiquiatría), todavía se resisten en aceptar que las cualidades de la mente estén en
nuestro cuerpo espiritual como potencial. Todavía investigan donde está el amor, la culpa,
la compasión, la vergüenza, etc., y evidentemente grandes avances se han producido,
pero han encontrado las áreas cerebrales donde se manifiestan estas emociones, no la
cualidad en sí.
Éstas habitan en un ámbito virtual, aespacial y por lo tanto, jamás podrán ser halladas. Me
asombró leer un artículo sobre ciencias cuando especialistas de relieve se referían al
descubrimiento de la zona cerebral donde “reside” la moral del ser humano
argumentando: “los diez mandamientos no están esculpidos en una piedra sino en la
masa gelatinosa del cerebro”. Lo que encontraron no es “la moral”, sino la zona del
cerebro que se enciende, o se pone en funcionamiento, para que la mente experimente
“la moral”.
Y hay otras consideraciones que podemos hacer, aunque también ya las mencionamos,
continúa Miguel. La constitución física y no física de tu persona no está separada del resto
del universo. Todo lo contrario, en tu esencia, estás conectado con todo lo que existe y
con la fuente de toda creación. Esto es la unidad, es la Vida Una, porque nada está
separado, no existen distintas unidades independientes, en todo caso, es lo que tus ojos
ven, pero es solo apariencia, es solo una ilusión. Una ilusión creada por la mente a partir
de nuestras experiencias sensoriales.
Aparece nuevamente Roberto contenido por sensaciones agradables pero extrañas por lo
que va descubriendo y pregunta: si en esencia somos seres espirituales, ¿porqué se
desencadena en nosotros preocupaciones, aflicciones, broncas, dramas, sufrimientos y
tantas otras cosas, cuando deberíamos vivir en estados armoniosos de paz, tranquilidad,
amor y felicidad?.
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¿Es así en realidad, o le estamos dando a la mente una dimensión y una función
equivocada?, ¿y si ponemos a la mente en su justo lugar?. Cuando hablamos de cuerpo,
mente, espíritu, no estamos hablando de compartimentos estancos, somos un todo
indivisible, conectado e interconectado con lo demás, y cada componente cumple con
funciones que están interrelacionadas. Pero sepamos esto: ¿dónde está el límite entre la
mente y el espíritu, o entre la mente y el cuerpo?. No existe, los componentes del ser
humano “están todos mezclados”. ¿Tú crees que cada célula de tu cuerpo no sabe lo
que estás pensando?.
Sin el cerebro, que es una parte de nuestro cuerpo físico, nuestra mente no podría
expresarse. Sin nuestra mente no tendríamos pensamientos, ni emociones, ni
sentimientos, ni intelecto. Sin nuestro cuerpo espiritual directamente no
existiríamos. Cada componente con su función y cuando experimentamos los
sucesos, el espíritu, la mente y el cuerpo lo viven del mismo modo.
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Roberto: hasta ahora estoy entendiendo más o menos bien mi composición como ser
humano. Mi cuerpo es lo más fácil de interpretar porque se ve, el componente espiritual
es más difícil pero me estoy dando cuenta.
Miguel: me parece que antes de seguir deberíamos mencionar ciertos aspectos que
ilustran mejor estos conceptos, ¿estás seguro de que interpretas bien lo que es tu
cuerpo?. Más adelante lo aclararemos, pero vayamos por parte.
El ser humano, todos nosotros, vivimos esencialmente para ser felices y estar sanos
porque estos son deseos universales, después todo lo demás. Pero la inmensa
mayoría de las veces equivocamos el camino. Resultado: infelicidad, enfermedad y
senectud con francos signos de deterioro que están relacionados con la interpretación,
significado y sentido que le damos a la vida debido a la ignorancia y a condicionamientos
kármicos y sociales.
Miguel: Deepak Chopra dice: cada uno de nosotros es la conciencia infinita proyectada a
un punto de vista particular. Queremos ser felices y estar sanos pero la ruta que seguimos
para conseguirlos es distinta. Ésta es exclusiva para cada cual y se basa en las
experiencias y recuerdos individuales, es decir, en el karma (término que se utiliza
sobre todo en Oriente).
Objetivamente, no existe el mundo tal como lo vemos. ¿Cómo?, pregunta Roberto. Sí,
contesta Miguel, solo es el reflejo de nuestra experiencia sensorial.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
De ese modo podemos ver que el “mundo” es manojos de energía de diferente frecuencia
en un campo de infinita inteligencia y que además es diferente para una serpiente, para
una vaca y para un ser humano. Todo depende de la percepción.
Decíamos que no todos tenemos las mismas respuestas ante la experiencia y cada uno
construye su propia realidad. Es más, las respuestas personales sufren un proceso de
aprendizaje a través de nuestras vidas. Nuestros pensamientos, emociones y nuestro
cuerpo se van construyendo producto de la interpretación que realizamos de lo que nos
ocurre. Cambiando la percepción e interpretación de nuestra experiencia cambiamos la
realidad psíquica y física. ¿Cómo cambiamos la percepción y la interpretación de las
cosas?, mediante un proceso de aprendizaje y conocimiento.
Voy hacer todo el esfuerzo necesario porque vale la pena, aclara Roberto.
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Recordemos que estamos constituidos por millones átomos y éstos a su vez por
partículas subatómicas, es decir, energía en un campo de conciencia o inteligencia, por
otra parte, fuente de todas las cosas. Esa inteligencia está en cada una de las células
de nuestro cuerpo. Es nuestro componente espiritual. Por eso las células saben muy
bien como realizar su función (digestiva, respiratoria, etc.). No necesitan de nuestra
participación consciente porque no dependen de nosotros, aunque nuestros
pensamientos y emociones son capaces de modificar los patrones energéticos a favor o
en contra de nuestra salud.
Pero me gustaría profundizar más el concepto de que nuestro cuerpo físico es ficción,
porque es esencial para comprender todos los aspectos de la existencia. Nuestro cuerpo
es en realidad, energía en un campo virtual de conciencia.
Dijimos anteriormente que las partículas subatómicas no son estáticas e inamovibles, todo
lo contrario, a la velocidad de la luz van y vienen, entran y salen permanentemente de un
vacío inteligente. Con poderosos instrumentos de observación se las percibe como
destellos de encendidos y apagados. Cuando aparecen se observa el encendido, cuando
salen se observa el apagado. Si nosotros somos esencialmente incontables partículas
subatómicas (energía) que vibran a una determinada frecuencia, a su vez, distinta en
cada uno de nosotros y del resto de los objetos, quiere decir que nuestra composición
subatómica, literalmente nuestro cuerpo, entra y sale permanentemente del vacío
cuántico. ¿Quién mantiene el perfecto orden para evitar la disolución y el caos?. ¡La
inteligencia mayor del universo!.
Aquí viene algo sorprendente, nosotros que nos creemos un ser material y sólido,
somos un manojo de energía que entra y sale continuamente del fenómeno
espacio-tiempo, ¿hacia dónde?, hacia el ámbito esencial de nuestra existencia,
hacia nuestro cuerpo espiritual. Si nuestros sentidos lo permitiesen, veríamos los
huecos de nuestra existencia física. Estamos aquí, luego no estamos, y
posteriormente volvemos a estar ininterrumpidamente siempre en el mismo
escenario: la nada inteligente.
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Miguel: la mente es otra diferenciación de la conciencia que la creó para poder interpretar
la experiencia en el mundo de las formas. Anteriormente decíamos que en la mente
experimentamos los pensamientos, las emociones, sentimientos y deseos, desarrollamos
el intelecto, ideas, conceptos, nociones y creencias. Pero fundamentalmente es un
instrumento maravilloso para experimentar las cualidades propias de la existencia y
mantener un flujo saludable de energía. En esencia esa es su función.
En este estado nos identificamos con la mente y nos apartamos de nuestra verdadera
naturaleza. Creemos que somos nuestra mente y nos dejamos gobernar por ella. La
mente egotista es la que experimenta compulsivamente pensamientos inútiles y
perjudiciales causando una grave pérdida de energía vital. Cuando predomina en nuestra
vida este estado mental, aparecen diversos grados de sufrimiento, infelicidad y
alteraciones físicas en muchísimas oportunidades.
Con la única finalidad de que el concepto sea fielmente interpretado, podríamos decir
que en nuestra mente distinguimos tres dimensiones de conciencia:
1) como dijimos, una de ellas la experimentamos en muchos momentos cuando aparecen
los pensamientos involuntarios, compulsivos y banales: es la mente en estado egotista.
Está condicionada por el pasado y por el medio social que nos rodea cargado del mismo
estado mental colectivo.
Al estar presente en forma frecuente y dominante, creemos que ese es nuestro estado
natural, por lo tanto, nos identificamos con ella y decimos “somos nuestra mente en
estado egotista”. Al estar condicionada por el pasado ve y juzga una versión distorsionada
del presente, y al vincularse siempre con el futuro, necesariamente genera preocupación.
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Esta es la razón por medio de la cual cometemos innumerables errores. La mente es una
herramienta maravillosa solo si la usamos correctamente. En estado egotista, el
instrumento se apodera de nosotros y nos utiliza, por eso es un estado disfuncional.
¿Cuáles son las consecuencias?. La mente egotista consume mucha energía inútilmente,
por lo tanto, se pierde la que el organismo necesita para su normal funcionamiento
(energía vital) causando de ese modo sufrimiento, infelicidad y enfermedades físicas.
3) la tercera dimensión es más pura, es la que nos libera de la esclavitud que nos somete
los pensamientos incesantes. ¿Cómo la experimentamos?. Cuando aparece el patrón de
pensamientos repetitivos, involuntarios e inútiles, prestándole atención, concentrando
nuestro foco de atención conciente a ese suceso, transformándonos en “un observador” o
“un testigo silencioso” del mismo, sin juzgar ni condenar al pensamiento, simplemente un
observador. ¿Con qué situación nos enfrentamos?, fíjate, “está el pensamiento y estoy yo
observándolo”, él y yo. Este “yo”, no es el pensamiento, es una nueva dimensión de la
conciencia: es la conciencia observadora, es una presencia consciente y más profunda.
El pensamiento se calma, ¿por qué se calma?, porque no lo alimentamos con más
energía para que se manifieste.
Este es el modo de dejarnos de identificar con los pensamientos, ahora sabemos que
están ellos y estoy “yo”, y los voy a utilizar de acuerdo al código de utilidad
establecido por la naturaleza ignorando a los que emanan de la mente egotista. Este es
el comienzo del fin de los pensamientos involuntarios y compulsivos, y la creación del
espacio necesario para la aparición de los pensamientos racionales, útiles y positivos.
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Este tema me interesa porque está vinculado con la salud, ¿qué significa actuar en
armonía con la conciencia universal?, pregunta Roberto.
Si actuamos con los valores propios del ego, es decir, actitudes egoístas, discriminatorias,
hostiles, agraviosas, etc., enfrentaremos una situación de alto riesgo para la aparición de
alteraciones psíquicas y físicas. ¿Por qué?, porque estamos vulnerando los códigos
establecidos por la naturaleza, verdad absoluta de todas las cosas.
El cuerpo humano está perfectamente diseñado para ello, cada célula de nuestro cuerpo
posee intrínsicamente un fragmento de inteligencia específica para que esas funciones se
lleven a cabo sin inconvenientes. Las células saben muy bien lo que es la “nada
inteligente” que las creó con funciones específicas. De hecho, las partículas subatómicas
que componen sus átomos y éstos a su vez sus moléculas, entran y salen
permanentemente de ese vacío de inteligencia pura, ¡cómo no lo van a saber!.
Si estas funciones que están conectadas con los valores profundos de la inteligencia
mayor no se cumplen, el único culpable es el ego, nuestra mente egotista que bloquea
el contacto entre el espíritu y el cuerpo.
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Entonces, ¿la salud de nuestro cuerpo depende mucho más de la mente que de los
agentes externos como por ejemplo virus y bacterias?, pregunta Roberto.
Cuando nuestra mente consciente genera una intención, nuestro cuerpo encuentra el
camino para adaptarse a lo que uno quiere. En tal sentido, si los pensamientos
positivos y útiles se mantienen en forma constante, en el cerebro se crean redes
neuronales que fortalece todo un mecanismo de fabricación de químicos que influyen en
el sistema inmunológico a favor de la salud. Para que ese mecanismo desaparezca debe
ser reemplazado por otra red que el cerebro tiene que construir a tal efecto. La
construcción de redes neuronales necesita tiempo y repetición, es decir, debemos
adquirir el hábito de mantener los mismos patrones de pensamientos positivos para crear
y preservar el “cableado neuronal” que juegue a favor de la salud.
Antes se sostenía que el control lo tenía el ADN, ahora se sabe que lo tiene nuestra
mente cuando la desviamos a estados más puros de conciencia. La actividad
mental por sí misma puede modificar el cerebro y un grupo importante de genes.
Solo necesitamos una actitud positiva ante la vida, ¿no es esto asombroso?.
La mente es insustancial, el cerebro es un órgano físico, sin embargo uno no puede vivir
sin el otro, ¿no es así?, interrumpe Roberto.
Miguel: has hecho una muy buena asociación. En la mente se experimentan los
pensamientos y emociones y el cerebro es el encargado de que se manifiesten
físicamente. Ambos actúan en forma correlacionada e indisolublemente unidos.
Desde el nacimiento, y a partir del mundo que nos rodea, recibimos permanentemente
información de todo tipo, de la más variada. Recibir información, procesarla e interpretarla
son facultades que el ser humano posee.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Como ya hemos visto, el universo en esencia es energía, pero cada manojo energético
que surca el espacio porta información. Los encargados de transformar esa energía e
información en otra frecuencia para ser procesada, son los sentidos. Nuestros sentidos
son transductores. Un transductor por definición es un dispositivo capaz de transformar o
convertir un determinado tipo de energía de entrada, en otra diferente de salida. Por
ejemplo la luz o energía lumínica, es recibida por el ojo humano para transformarla en
energía eléctrica y de esa forma es conducida al cerebro para que sea procesada e
interpretada por la mente, es decir una energía “en bruto” es transformada en otra
energía más refinada.
Perdón, interrumpe Roberto, ¿podemos decir entonces que los sucesos se crean en la
inteligencia mayor del universo, se experimentan en la mente (interpretación) y se
manifiestan en el cuerpo?.
Exacto responde Miguel, por tal motivo decimos siempre que el espíritu, la mente y el
cuerpo constituyen una entidad indisolublemente unida como ya lo expresáramos
anteriormente.
Pero sigamos viendo como la energía nunca se pierde sino que se transforma. Las
emociones a su vez se manifiestan en su faz física como energía eléctrica que se
transforma en energía química con la producción de neurotrasmisores (químicos que
unen a las neuronas entre sí). Éstas a su vez estimulan al sistema endócrino para
producir hormonas que actúan en las células de nuestro cuerpo generando respuestas
físicas: contractura muscular, vasocontricción arterial, aumento de la frecuencia cardíaca,
por poner algunos ejemplos. Del mismo modo estimula o deprime al sistema inmune con
la producción de hormonas que tienen esa finalidad.
Y continúa Miguel. Esta es una somera descripción del mecanismo por el cual la
conciencia universal creó al hombre con el objeto de ver e interpretar los productos de su
creación, o mejor ver e interpretarse a si misma, desde tantos lugares y formas
interpretativas diferentes como seres humanos habitaron, habitan y habitarán en este
mundo.
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Nuestra mente está preparada para darle distintos significados a los momentos que
vivimos. De esa manera, podemos interpretar de la mejor forma los sucesos cotidianos y
transformar la energía en bruto en energía codificada que de lugar a pensamientos y
emociones que estén a favor de nuestra psiquis y de nuestro cuerpo. Con energía
saludable se logra estabilidad emocional y cuerpo con salud. Por carácter transitivo se
logra una vida de relación de más alta calidad, no solamente con los seres humanos sino
con la naturaleza toda.
Nuestros cuerpos son energía, los pensamientos son formas de energía y las
enfermedades son patrones distorsionados de energía. Cuando la mente funciona
reforzando la conexión con el ser espiritual logra restablecer el flujo normal de
energía y todo regresa a la normalidad.
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Miguel; usar la mente de la manera que fue diseñada, es decir, ubicarla en la dimensión a
partir de la cual, sea capaz de generar pensamientos y emociones positivas. La mente es
la que le da sentido a la experiencia mundana. Nacemos en el marco de un contexto
determinado que, en contacto con las relaciones que nos rodean, le vamos dando
significado a nuestras vidas. De ese modo creamos nuestra propia realidad. Los
recuerdos y deseos que surgen de la experiencia constituyen nuestro condicionamiento
kármico. A partir de estos aspectos se van creando los pensamientos y emociones.
Me gustaría ser reiterativo en un aspecto que quiero que retengas porque según mi
criterio es muy importante, dice Miguel. Nuestras células saben como funciona el
universo, saben lo que es el orden y la disciplina para cumplir con eficiencia su labor.
Nuestros átomos (¿nuestros?) saben lo que es la atemporalidad. Las partículas
subatómicas que los integran salen y entran del vacío inteligente con velocidad
inimaginable. Por eso la conocen. Ese vacío es la conciencia universal, atemporal, y
aespacial. La proyección de la conciencia universal focalizada en nuestra mente sabe
perfectamente lo que es el amor, la creatividad, la belleza y quietud.
La buena noticia es que la mente está diseñada para corregir su disfunción. Existen
modos para ir modificando nuestra conciencia hacia estados más profundos, menos
primitivos, e ir recuperando la pureza de sus atributos. Depende de cada uno de nosotros,
de nuestra exclusiva responsabilidad, del conocimiento que tengamos de estos temas, de
canalizar la atención hacia formas más puras de conciencia y de tener la intención de
experimentarlas, para tal fin debemos estar motivados.
A esta altura me gustaría que conversemos sobre el enfoque que le dan las ciencias que
estudian la mente: la psicología, la psiquiatría ¿puede ser?, dice Roberto.
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La ciencia nos dice que la mente es el nombre que se le asigna a la capacidad humana
para experimentar habilidades cognitivas como por ejemplo, crear pensamientos,
emociones, imaginar, crear voluntad. Abarca también otras funciones no intelectuales
como las afectivas, e incluye la facultad de interpretar los estímulos sensoriales que llegan
al cerebro, entendiendo a este órgano, como un instrumento biológico mediante el cual el
ser humano puede poner de manifiesto los atributos de la mente. La mente de cada ser
humano es en realidad, una infinitesimal porción de la conciencia universal
condicionada por los recuerdos y la experiencia. No es materia, es insustancial, aunque
las experiencias cognitivas se manifiestan a través de vibraciones energéticas. El
pensamiento es energía, las emociones son energía.
Interrumpe Roberto, ¿el concepto inconsciente de la psicología no suena a una parte del
alma circunscrita de las enseñanzas espirituales?. Lo digo por el almacenamiento de los
recuerdos, de los pensamientos y emociones, y otras cualidades.
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Según algunas experiencias, se comprobó que la persona promedio habla consigo mismo
14 horas por día y ese diálogo interno es el que programa la mente. Se verificó también
que el 80% de ese diálogo interno es negativo y pesimista, es decir, egótico. En la
mayoría de los casos no nos damos cuenta de que nos estamos causando un auto
sabotaje.
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salud, de la riqueza, y de todos los detalles de nuestro mundo. Así de poderoso es, no
solo podemos prevenir algunas enfermedades crónicas mediante cambios en la actitud,
dieta y conducta, sino también activar una respuesta curativa.
¿Quieres que avancemos más?, continúa Miguel. Deepak Chopra también nos dice que
en la actualidad se conoce que no solo podemos prevenir una serie de enfermedades y
activar respuestas curativas con el pensamiento, sino que también es posible mantener
equilibrada la biología de nuestro cuerpo. Es posible mantener una interacción exquisita y
armoniosa entre los elementos y las fuerzas de este sistema que llamamos cuerpo-mente-
espíritu durante un largo período de tiempo. Es decir el pensamiento tiene el poder de
retardar el envejecimiento y hasta hacerlo reversible. Podemos llegar a morir por la
vejez, no por las enfermedades de la vejez.
Y agrega, algunos psicólogos coinciden que una persona tiene promedio unos 60.000
pensamientos por día. Esto no es asombroso, lo sorprendente es que un 95% de los
pensamientos que esa persona tiene en un día, son los que tuvo el día anterior
(pensamientos repetitivos e involuntarios). Si son pensamientos negativos y repetitivos,
seguramente van acompañados con emociones negativas reiteradas y en consecuencia,
por químicos que recorren el cuerpo más intensamente. No puede extrañarnos
entonces, que se manifieste una enfermedad.
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Debemos seguir a un precepto ayurvédico que dice: “utiliza los recuerdos, pero no
permitas que los recuerdos te utilicen”. ¿Qué quiere decir?. Está muy claro que hay que
utilizarlos, sino no sabríamos como hacer nuestra tarea diaria por ejemplo. Pero cuando
uno percibe que los recuerdos nos utilizan y nos sentimos irritados, preocupados,
afligidos, nos convertimos en una víctima en vez de beneficiarnos de ellos. Es la
diferencia entre la esclavitud y la libertad que la rememoración puede ocasionar.
Los pensamientos, las ideas, las emociones no se pueden ver. No se pueden investigar
en un tubo de ensayo, no se pueden observar al microscopio, pero han sido las
precursoras de la enfermedad, de la muerte, de la devastación, de la guerra, aunque
también son mensajeras de la curación.
Como la mente está condicionada por los recuerdos y el pasado, nos empujan a revivir
nuestra historia una y otra vez. Esta es la forma mediante la cual nos identificamos con
nuestros pensamientos, con nuestro pasado (mi pensamiento, mi pasado), ergo mi mente.
En los momentos que logramos desidentificarnos aflora la creatividad, el amor, la
compasión, es decir, las cualidades propias de la conciencia universal.
Todo esto es muy lindo pero ¿cómo hacemos para cambiar los pensamientos repetitivos
e inútiles que nos acompañaron durante gran parte de nuestras vidas por otros que sean
positivos y útiles para cambiar el rumbo de nuestras vidas?, pregunta Roberto.
39 Roberto M. Udrisar
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De acuerdo con Camilo Cruz, el poder de la mente no reside en el hecho de tomar una
actitud positiva ante una situación y esperar el resultado que deseamos. Dicho de otro
modo, una actitud positiva no permite que suceda cualquier cosa, pero sí amplía el
abanico de posibilidades para enfrentar mejor los retos porque aumenta el potencial para
un mejor resultado. Prepara un esquema mental con fortaleza para enfrentar el problema.
Luego viene la acción, y el pensamiento precede a la acción, si ambos están en sintonía,
en sentido positivo, se incrementarán notoriamente las probabilidades de que nuestras
intenciones se materialicen.
Dicho autor cita a Napoleón Hill quien decía: “para plantar en la mente la semilla original
de una idea, debemos introducirla en nuestro inconsciente mediante la repetición del
pensamiento. Pero ello no es suficiente, debe ser seguida por la acción”. El
pensamiento ayudará a crear las oportunidades para que se materialice nuestra intención,
pero si no actuamos, éstas pasarán de largo.
Muchos le atribuyen a las circunstancias que nos rodean los problemas que tenemos,
pero no tienen tanta importancia. De acuerdo con Wayne Dyer, solo revelan el modo que
hemos decidido vivir. Existen muchas personas que, ante las mismas circunstancias de
pobreza, unas decidieron vivir con dignidad y progresaron en sus vidas, otras en cambio,
sucumbieron “al encanto” del subsidio estatal y jamás salieron de su estado. La
circunstancia solo puso de manifiesto sus formas de pensar.
Pero reparemos en algo importante, continúa Miguel. Los cambios no pueden ser
forzados, eso es tan equivocado como querer que una persona cambie por medio de la
fuerza física. La motivación fluye naturalmente de nuestro ser interior y es algo individual,
para ello debemos crear espacios de calma que sean los que dominen la estructura
mental, y alejarnos de los pensamientos repetitivos, involuntarios e inútiles.
Siguiendo a Camilo Cruz, en la física para cada causa hay un efecto y para cada acción
hay una reacción. Estos principios se aplican a cualquier área de la vida. La salud, las
relaciones, las finanzas son efectos que responden a causas específicas. Esas causas
pueden ser creadas por el pensamiento. Quiero salud pienso en como obtenerla, quiero
buenas relaciones o un mejor estado financiero, debo visualizar el modo de conseguirlo.
Cambiando la forma de pensar, cambia la vida. Pensar es la primera condición, luego
actuar en la misma dirección.
¿Por qué dice visualizar?, fíjate en una cosa, cuando pensamos lo hacemos con
imágenes o símbolos, así funciona la mente. Y las acciones y sucesos externos que
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Miguel: sí, es cierto, pero no pretendas nuevos resultados haciendo siempre lo mismo. Lo
cierto es que dependerás mucho más de tu inconsciente con el riesgo que ello implica.
Como dijimos, en el inconsciente se almacenan datos que pueden jugar en contra de
tus deseos. Con el mismo patrón de conducta no vas a dejar de experimentar diversos
grados de sufrimiento. El sufrimiento siempre es el efecto de los pensamientos
equivocados en alguna dirección, es indicador de que el individuo está fuera de armonía
consigo mismo, con su ser interior.
Tenemos que llevar al inconsciente las ideas, imágenes, deseos y pensamientos del
resultado que queremos conseguir y alimentarlos permanentemente. Si lo abonamos con
pensamientos y emociones negativas el resultado no será el esperado. A la mente hay
que programarla con toda aquella información que ayude a la máxima utilización del
potencial que tenemos.
Continuemos con los conceptos de Cruz. Ten presente que la naturaleza nos dotó
también del control absoluto de lo que queremos que quede o se disipe para convertirnos
en los constructores de nuestro destino. El inconsciente traducirá en algo real y positivo el
pensamiento regido por el miedo, y el resultado será una respuesta temerosa y
paralizante. Pero también tomará como real y positivo al pensamiento cargado de valor y
fe, y el resultado será el deseado.
¿Te das cuenta como funciona la mente con sus pensamientos?. ¿Cómo puede ser
nuestra principal amiga y aliada o nuestra más terrible enemiga?, continúa Miguel.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
La mente debe ser utilizada para tareas específicas, para las cosas prácticas, luego hay
que dejarla de lado. Mal usada (pensamientos inútiles, emociones negativas, reacciones
indebidas) desperdicia en gran parte energía vital. Cuando predominan los pensamientos
compulsivos, involuntarios, repetitivos y banales, la mente en estado egotista es la que
gobierna y esclaviza al ser humano. En la actualidad, esta situación se experimenta en
casi la totalidad de las personas y como dijimos, representa una etapa más en la
evolución de la conciencia que anida en cada uno de nosotros.
Miguel: claro que sí. Vamos a elegir un pensamiento cualquiera, por ejemplo, “voy a
estudiar biología porque es la ciencia que me gusta”. ¿De dónde salió el pensamiento?,
porque en algún lugar debe haber estado antes de experimentarlo en la mente.
Todas las formas antes de expresarse como tal, se encuentran en un campo de infinitas
posibilidades, en un campo de potencial puro: la conciencia universal. Los pensamientos,
cuando se experimentan, también se transforman en formas que surgen de ese mismo
campo de información holística, una suerte de base de datos colectiva y universal. Del
mismo modo, la imaginación, la comprensión, la intuición, los significados, las intenciones,
los propósitos, la creatividad, etc.
Chopra argumenta que estos atributos organizan su actividad a través del cerebro, pero
no habitan en él, no tienen nada que ver con él. Son cualidades del ámbito no circunscrito
que están más allá del fenómeno espacio-tiempo. Son cualidades de la conciencia
universal.
Desde el medio ambiente recibimos información a través de los sentidos que llegan a
nuestro cerebro. La información puede ser receptada desde el plano consciente o desde
el inconsciente, y allí se almacenan. Si llegan desde el plano consciente, esa información
se procesó, se racionalizó, se programó y por lo tanto, es una información de mayor
calidad. Pero a nivel consciente solo se pueden captar unos 2.300 Bits (unidades de
información) por segundo.
De esta manera las informaciones van moldeando la mente y generando los propios
pensamientos. Cuando el pensamiento gana nuestra mente podemos decir que es “mío”,
porque es “mi” cerebro el que lo transmutará a una realidad física. Los pensamientos, las
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Miguel: de acuerdo con Eckhart Toller, la emoción es la reacción del cuerpo a su mente y
se manifiesta mediante sustancias bioquímicas que influyen en el organismo.
Psicológicamente alteran la atención y modifican conductas (ira, agresión, etc.) mientras
que desde el punto de vista fisiológico dan origen a neurotransmisores que influyen sobre
el sistema inmune, endócrino y el sistema nervioso autónomo.
Miguel: también son emociones relacionadas con lo sentido o imaginado como bueno o
malo. El más importante es el amor. Pero hay que distinguir entre el amor como
sentimiento y el amor como virtud. Este último es de mayor categoría, es el amor sin
opuesto (odio), es el amor emanado de la conciencia universal.
Pero volvamos con las emociones, continúa Miguel. La inteligencia que opera en cada
una de nuestras células y organiza sus funciones, que es una infinitésima parte de la
inteligencia universal, reacciona de distintas maneras ante las emociones. Por tal
motivo, las emociones juegan un rol de gran trascendencia para nuestra salud psíquica y
física y voy a tratar de de ser lo más claro posible por la importancia que tienen para
nuestras vidas.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Desde esta zona se fueron desarrollando otros centros cerebrales en un proceso evolutivo
de millones de años hasta formar el cerebro pensante o corteza. El hecho de que el
cerebro emocional sea muy anterior al racional y que éste sea una derivación de
aquél, revela con claridad la influencia de las emociones sobre el pensamiento y las
relaciones existentes entre ambos.
Lo más primitivo de nuestra vida emocional es el sentido del olfato. En los primeros años
de vida de la humanidad, el olfato era clave para la supervivencia ya que los alimentos,
los venenos, la pareja sexual, etc. están compuestos por complejos moleculares que dan
origen a diferentes olores que los identifica. Más adelante aparecieron nuevas estructuras
cerebrales que rodearon al tallo encefálico a modo de una rosquilla a las que se las
denominó sistema límbico. Con ellas apareció un nuevo repertorio emocional. Cuando
estamos atrapados por el deseo o la rabia, cuando el amor nos enloquece o el miedo nos
hace retroceder, el sistema límbico es el que se pone en funcionamiento.
La próxima etapa en la evolución cerebral dio paso al neocórtex (la capa más superficial
de la corteza) y con ella al cerebro pensante. En esta zona se procesan los datos
registrados por los sentidos, donde se reflexiona sobre los sentimientos, donde se
experimentan las ideas, símbolos, imágenes. De esta manera se avanzó notablemente en
la supervivencia del ser humano.
Pero los centros superiores del cerebro no gobiernan la totalidad de la vida emocional,
hay algunas, como las emociones violentas o situaciones emocionales críticas, que
prevalece el cerebro primitivo, más exactamente la zona límbica. En estos casos, la
emoción precede al pensamiento. Cuando experimentamos una emoción violenta, por
ejemplo cuando “perdemos el control de uno mismo”, un centro del sistema límbico, la
amígdala, interviene y desencadena una reacción sin que el cerebro pensante tenga la
posibilidad de darse cuenta de lo que está ocurriendo.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
La primera estación por la que pasan las informaciones sensoriales visuales y acústicas
es el tálamo, luego pueden dirigirse al neocórtex o a la amígdala. La vía que llega al
neocórtex (cerebro pensante) es un circuito neuronal más complejo, por tal motivo la
amígdala puede responder antes. Esto aclara el gran poder de las emociones cuando
desbordan a la razón, siguiendo un circuito neuronal menos complejo y más primitivo.
Como los impulsos llegan también al neocórtex explica el análisis reflexivo, pero tardío, de
una reacción emotiva.
Como vimos, razones anatómicas explican que el sistema emocional puede actuar
independientemente del neocórtex. Por tal motivo, existen ciertas reacciones y recuerdos
emocionales que tienen lugar sin la menor participación cognitiva consciente. La
amígdala, al experimentar recuerdos, puede activarlos y originar respuestas sin que nos
demos cuenta del motivo por el que lo hacemos, porque el atajo que va del tálamo a la
amígdala deja completamente de lado al neocórtex.
Pero estas son las referencias anatómicas mediante las cuales se experimenta la
reacción, la verdadera naturaleza del acto nos revela que es producto de emociones
almacenadas en el inconsciente las que se activan y gobiernan la situación. De ese
modo el cuadro emocional le gana al pensamiento racional y se transforma en un
acto más primitivo.
Literalmente tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra que siente, y estas dos
formas de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental. La mayor parte del
tiempo ambas operan en estrecha colaboración para guiarnos adecuadamente a través
del mundo. Habitualmente existe un equilibrio entre las dos, trabajan coordinadamente
porque los sentimientos son esenciales para el pensamiento y viceversa.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Pero cuando nos exaltamos, cuando aparecen las pasiones, el equilibrio se rompe y
prevalece la mente emocional. Allí surge el poder de la emoción en nuestra vida mental, y
de esas reacciones nos damos cuenta cuando la exaltación desaparece. Nos damos
cuenta de su poder también, cuando necesitamos pensar con claridad o tomar decisiones
inteligentes y estamos emocionalmente perturbados. En esos casos no podemos pensar
bien. Es así como el cerebro emocional se halla tan implicado en el razonamiento como el
cerebro pensante.
Tomemos como ejemplo una persona que haya tenido un encuentro áspero con otra que
le ocasiona un estado de irritabilidad durante unas horas. Al cabo de un rato se comunica
con una tercera persona con tono desagradable como consecuencia de su estado
emocional. Su reacción es inconsciente y responde a la situación anterior. Solamente
toma consciencia de ello cuando su corteza cerebral (cerebro pensante) lo registra, no
antes. En ese instante puede evaluar las cosas de un nuevo modo y transformar su
estado de ánimo para poder controlar sus emociones, condición fundamental para lograr
equilibrio mental.
Interrumpe Roberto, cuando la mente pensante controla a la emocional esta bien, pero
cuando las emociones desbordan al pensamiento y gobiernan la situación estamos
actuando irracionalmente, ¿qué podemos hacer para evitar esto?.
Miguel: decíamos que existen emociones instintivas necesarias para la supervivencia, son
las que nos preparan para luchar o huir ante el peligro y no requieren intervención
consciente. Mencionábamos también que las emociones violentas o desbordes
emocionales actúan sin la presencia del consciente pero que pueden ser controladas, o
mejor, deben ser controladas. ¿Por qué pueden ser controladas?, porque están
almacenadas en el inconsciente y como vimos éste puede ser modificado
voluntariamente. ¿Cómo?. Ir hacia estados más expandidos de consciencia y modificar
los patrones de pensamientos en forma repetitiva y constante para almacenar en el
inconsciente una nueva programación. Será mucho más fácil controlar la emoción en el
mismo instante que aparecen.
Para ello existen técnicas de programación mental que pueden ser eficaces como
así también métodos terapéuticos que se aplican en el campo de la psicología. Pero
el gran actor para lograr el objetivo es nuestra mente en estado consciente que
tiene la propiedad de llevarnos a estados más puros de conciencia. En este ámbito
anida toda nuestra potencialidad con capacidad para producir las modificaciones
necesarias. Ser testigos de la emoción cuando aparece es un recurso eficaz para
diluirla y la meditación es la mejor herramienta para la transformación. La
conciencia del ser humano es la auténtica guía en nuestras vidas del mismo modo
que la conciencia universal es la que ordena el cosmos.
De este modo, cuando actúen los estímulos externos y desde el tálamo lleguen a la
amígdala sin intervención del neocórtex, la reacción será mucho más controlada y el
resultado se pondrá de manifiesto en una mejor calidad de vida.
¿En qué dirección debemos dirigir los pensamientos para cambiar viejos patrones y
desarrollar nuevas capacidades que conduzcan al control de las emociones?, pregunta
Roberto.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Miguel: todos tenemos un gran potencial para el desarrollo de habilidades que nos
conduzcan al control emocional. En primer término, debemos expandir nuestra conciencia
para encontrar la motivación necesaria. Nada se puede conseguir sin el deseo,
motivación o voluntad para alcanzar lo que nos hemos propuesto. Pero tomemos algunos
ejemplos para aplicarlos en la vida diaria. Es muy común que si algo no nos sale como
queremos nos apartamos enseguida de lo que deseamos conseguir, el mejor consejo es
perseverar, muchas cosas podemos lograr de esa manera, entre ellas, el control de
nuestras emociones. Ser conscientes de los impulsos cuando aparecen y controlarlos,
del mismo modo cuando se hacen presentes las angustias, los malos estados de ánimo,
es decir, las emociones negativas. Al ser el hombre un ser social, otra habilidad a
desarrollar es el fortalecimiento de las relaciones sociales y por lo tanto, es una
práctica que debe estar siempre en nuestra agenda. Anatómicamente el cerebro está
preparado para cambiar viejos patrones de pensamientos y desplegar estas capacidades
debido a la interrelación existente entre el neocórtex y la amígdala.
Existen claras evidencias de que las personas que han desarrollado adecuadamente las
habilidades para dominar sus emociones son más exitosas, suelen sentirse más
satisfechas, son más eficaces y por el contrario, las que no pueden controlar su vida
emocional, por más inteligentes racionales que sean, se debaten en constantes luchas
internas que perjudican sus tareas y no pueden pensar con claridad suficiente. Con el
mismo rango de capacidades intelectuales, las aptitudes emocionales son las que
establecen las diferencias.
Las emociones no controladas son destructivas, tanto para el individuo como para las
sociedades. Siguiendo a Goleman, las normas de conducta, la ética, la moral, que rigen
en toda sociedad, se sustentan en capacidades emocionales colectivas y las dos más
importantes y urgentes que la humanidad necesita como instrumento eficaz de
supervivencia son: el autocontrol y el altruismo.
Me pareció oportuno mencionar muy sintéticamente las zonas cerebrales que se ponen
en funcionamiento cuando experimentamos los pensamientos y emociones para tratar de
combinar el notable avance de la ciencia con la espiritualidad, que como dijimos,
deben complementarse en la enseñanza y en la aplicación práctica del conocimiento.
Supongo que podemos preguntar lo siguiente: ¿la ciencia estará cerca de encontrar
fórmulas científicas de enamoramiento?. ¿Podrá concentrar en moléculas la aparición del
amor en las personas?. ¿Cuál es la respuesta?.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
La neurociencia podrá seguir avanzando para descubrir los mecanismos cerebrales que
entran en juego con los pensamientos o emociones, evolucionar en el diagnóstico de las
alteraciones de los centros nerviosos y la forma de tratarlas, pero nunca va a poder
“inyectarle” amor a una persona, el amor depende exclusivamente de nuestro interior
profundo. Del mismo modo, la ciencia que estudia la anatomía y funcionamiento del
cerebro podrá avanzar para atenuar u ocultar los síntomas de perturbaciones
emocionales crónicas, pero jamás podrá intervenir en los estados más puros de
conciencia. El acceso a este campo es propio de cada uno de nosotros.
Siguiendo a Eckhart Tolle, si nos identificamos con un pensamiento negativo e inútil, cosa
que ocurre en muchísimas oportunidades, el cuerpo reacciona con emociones negativas
porque cree en él. Estas emociones alimentan al pensamiento que las originó,
estableciéndose un círculo vicioso entre el pensamiento no observado y las emociones
que desencadena, dando origen al pensamiento emocional.
¿Cómo se alimenta?, con energía que vibra con una frecuencia semejante, por ejemplo,
pensamientos negativos y los dramas de las relaciones humanas, no así con los
pensamientos positivos cuya frecuencia energética no solo es distinta sino de más alta
calidad.
¿Por qué venden más las películas violentas que muestran los cines y la televisión, los
noticieros, las novelas dramáticas o las noticias negativas de los periódicos?. Porque
activan el dolor emocional de los que la consumen. El cuerpo del dolor se renueva, se
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activa con la tristeza, la violencia, el drama, por eso las personas inconscientemente
buscan la frivolidad agresiva, la noticia violenta o todo lo que alimente sus viejas
emociones y pensamientos negativos estancados en su inconsciente. El cuerpo del
dolor es energía que necesita ser alimentada permanentemente y se mantiene activo
en la medida que nos identifiquemos con él.
El cuerpo del dolor es una pesada carga de llevar, y cuando se activa no solo influye
negativamente en la persona que lo posee sino también lo trasmite a su entorno. Es difícil
mantener buenas relaciones con las personas que cargan con un cuerpo de dolor denso.
Despojarnos de él es sin dudas una gran liberación. ¿De qué manera?.
El primer paso es reconocer que lo tenemos, luego estar atentos para notar cuando se
activa, es decir, cuando aparece como flujo pesado de emoción negativa. Debemos poner
nuestra mente a observar e investigar sus propias experiencias, es decir, hacernos
conscientes de nuestros estados de ánimo y de los pensamientos que tenemos acerca de
esos estados de ánimo sin reaccionar ante ellos ni juzgarlos. Proceder de esta manera es
un gran paso, porque nos damos cuenta de que el cuerpo del dolor no es nosotros,
comenzamos a desidentificarnos con él, comenzamos a notar que “él” y nosotros no es lo
mismo.
Observándolo como si fuera de otra persona por unos instantes, y dirigiendo el foco de
atención consciente hacia nuestro interior profundo, hacia nuestro ser espiritual, es una
excelente práctica para disolverlo. No nos preocupemos si no lo logramos
inmediatamente, este proceso lleva su tiempo. La energía de alta calidad que se produce
cuando creamos un espacio de no pensamiento consciente, es suficiente para transformar
la energía de baja calidad presente en el cuerpo del dolor. Este proceso mental es la
meditación, y es una práctica muy poderosa para hacerlo desaparecer de nuestra
mente. También podemos recurrir a técnicas de programación mental, o a asesoría
profesional psicológica, pero la meditación, que nos lleva a formas más pura de
conciencia, debe estar siempre presente.
Cuando se rompe el vínculo entre el cuerpo del dolor y nosotros, es más fácil
reflexionar y generar pensamientos positivos que alimenten emociones positivas y
crear un círculo virtuoso de pensamiento y emoción. Es más fácil encontrar
motivaciones, controlar los impulsos, regular los estados de ánimo, evitar las
angustias y las preocupaciones, mejorar las relaciones y desarrollar habilidades
para el control de las emociones negativas. Las conexiones neuronales así lo
permiten como vimos anteriormente.
Hemos estado hablando sobre los pensamientos, las emociones y sobre el pensamiento
emocional. Que te parece si tratamos la correlación que tienen esas formas mentales con
el cuerpo físico, ¿puede ser?. Pregunta Roberto.
Miguel: me parece bien porque es un tema central en materia de salud. El ser humano
necesita y desea estar sano, pero paradójicamente la mayoría hace todo lo contrario para
preservar su salud. Cultiva el sedentarismo, no se nutre con alimentación saludable y
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mantiene pensamientos y emociones tóxicas. Por ese camino no es posible tener salud y
lo lamentable es que la valoriza cuando ¡la pierde!.
Pero ¿qué se entiende por salud?, porque mucha gente la asocia a la cura de
enfermedades, a la provisión de medicamentos y tecnología médica para curarse, y por
ello, un gran sector de la población es eso lo que demanda.
Sin embargo esta percepción debe ser superada por el concepto de “estar sano” que no
es la mera ausencia de enfermedad, sino de sentirse vital, activo, creativo, con energías,
socialmente útil y contenido.
Pero los circuitos neuronales implicados en la actividad emocional y del pensamiento son
extraordinariamente maleables, lo cual se trata de una muy buena noticia, ¡si nos
proponemos, nuestra vida puede ser modificada!. Podemos cambiar el rumbo,
¡podemos cambiar el estado de nuestro cuerpo!.
Como ya hemos dicho, existen datos que emergen de la ciencia que son ciertamente
reveladores. En lo actualidad se conoce que no solamente el cerebro es capaz de
adaptarse a nuevos patrones de pensamiento, sino también el sistema inmunológico, y lo
sorprendente: hasta los genes podemos mejorar.
Las células inmunológicas se desplazan por todo el cuerpo a través del torrente
sanguíneo. Cuando encuentran un cuerpo extraño, bacteria, virus, células cancerígenas,
que interpretan lesivas para el organismo, las atacan con el fin de eliminarlas. Aunque
también puede darse el caso de que eliminan ciertas células propias del organismo
originando enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoidea o el lupus
eritematoso. De este modo se considera al sistema inmune como el “cerebro del cuerpo”
porque logra identificar lo que le pertenece o no, aunque algunas veces se “equivoque”
(enfermedades autoinmunes).
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Otros hallazgos demostraron también que las emociones tienen un gran efecto sobre
el sistema nervioso autónomo que el es encargado de regular la tensión arterial, el
ritmo cardíaco, la producción de insulina, entre otras actividades, y la existencia de
conexiones directas entre las terminaciones nerviosas del sistema nervioso
autónomo y las células del sistema inmunológico.
La ira, por ejemplo, es la emoción más dañina para el corazón y constituye un grave factor
de riesgo. Estudios científicos demostraron una elevada correlación entre los resultados
del test de hostilidad y lesiones en las arterias coronarias. La ansiedad (angustia
ocasionada por las presiones de la vida) quizás sea la emoción que se halle más
relacionada con el inicio y el proceso de recuperación de una enfermedad. Se
comprobó también que la depresión que acompaña a enfermedades graves retarda
ostensiblemente el proceso curativo, o conduce a la muerte con mayor rapidez, al
disminuir la potencialidad del sistema inmunológico.
Si las perturbaciones emocionales crónicas pueden llegar a ser nocivas, también dijimos
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que las emociones positivas pueden a su vez activar respuestas curativas, aunque su
mayor virtud está relacionada con la prevención de las enfermedades.
Una medida preventiva muy eficaz es lograr que las personas gobiernen sus sentimientos
perturbadores, y para reducir el grado de alteración fisiológica en enfermedades crónicas,
entre las que se incluyen las enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de diabetes,
artritis, asma, desórdenes gastrointestinales, etc., es aconsejable emplear técnicas de
relajación, ya que ofrecen muy buenos resultados. La relajación ayuda a controlar las
sensaciones propias del estrés y de la angustia emocional, siendo el mejor método la
meditación.
El sistema cardiocirculatorio es una parte y lo trata el cardiólogo, que sabe mucho de esta
especialidad pero poco del resto de las partes constitutivas del ser humano. Lo mismo el
nefrólogo, el neumonólogo, etc. El psicólogo sabe mucho sobre los problemas de la
mente pero desconoce el cuerpo humano y, salvo excepciones, no se inclina hacia la
aplicación de prácticas espirituales. Se trata al enfermo según la parte afectada, pero el
ser humano es un todo completamente interrelacionado consigo mismo y con el
universo, aunque la naturaleza es tan fuerte que en muchas oportunidades las
enfermedades se curan “a pesar del acto médico” de este modelo de atención.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
¿Qué indica todo esto?. Que los tratamientos de las alteraciones mentales crónicas
deben abordarse complementariamente desde la ciencia y desde la faz espiritual.
Pero la prevención de las mismas debe ser emprendida fundamentalmente con
prácticas espirituales. Esta es la medicina cuerpo, mente, espíritu, y solo un grupo
muy reducido de médicos la desarrollan en su profesión, aunque producto del
proceso evolutivo, este modelo se irá afianzando con el tiempo.
El estado actual de las cosas también nos pone en evidencia que el ser humano en todo
el planeta no asume la responsabilidad de cuidar su salud. Sedentarismo, alimentación
no saludable, desbordes emocionales así lo indican. Los sistemas de salud priorizan
su labor para tratar las enfermedades en vez de desarrollar estrategias preventivas. El
avance médico se sustenta en un gran desarrollo tecnológico y en la fabricación de
medicamentos de alta calidad, pero con costos cada vez más elevados. El medio
ambiente se torna cada vez más lesivo para el organismo porque las organizaciones
políticas y económicas parecen empeñadas en poner a prueba la resistencia humana con
actos que dañan severamente a la naturaleza.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Pero hay otro dato alarmante. Según la revista de la Asociación Médica Americana, el
tratamiento médico es la tercera causa de muerte después de las enfermedades
cardiovasculares y el cáncer en Estados Unidos. La incidencia del tratamiento médico
como causal de muerte en la Argentina puede ser un poco mayor debido a la menor
consistencia en la formación profesional de las nuevas generaciones, a los vicios y
perversiones que tiene el sistema de salud, y al modelo médico basado
fundamentalmente en una atención que considera al ser humano como si fuera materia
solamente, una máquina que no piensa. (Era-1 de la medicina).
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El uso cada vez más frecuente e indiscriminado de la alta tecnología, por cierto, muchas
veces requerida por el propio enfermo que cree que el solo uso del “último aparato” lo
ampara en la solución de su problema sin reparar que lo esencial es el criterio del
profesional basado en su formación y en su arte diagnóstico y proceder técnico, determina
una deshumanización del trato, con el consiguiente riesgo, no solo de fracasar en la
respuesta curativa, sino de agravar el cuadro clínico.
Este proceso, que forma parte de la cultura médica, se presenta como un gran obstáculo
para el avance de una medicina más humana, que contemple no solo la situación
emocional del enfermo sino también sus vínculos espirituales (medicina cuerpo-
mente-espíritu).
Por otra parte, si el gran inconveniente que presenta el actual modelo médico es su
creciente dificultad de financiarse, una medicina que propenda a la prevención de la
enfermedad, al control emocional de las personas (sanas o enfermas), a la armonización
de la mente con el ser interior, y a optimizar la relación médico-paciente, contribuirá a
bajar el gasto médico en forma sorprendente, quedando mayores recursos para el
combate de las patologías más graves que siempre son más costosas.
El nuevo modelo debe contemplar una ética que refuerce el perfil integrador del
cuerpo con la mente y el espíritu, considerando que la prioridad es de las personas
y no de las corporaciones de la industria, comercio y entidades financieras del
sistema.
¿Cuál es la responsabilidad que nos compete para vivir una vida saludable?, interrumpe
Roberto intrigado.
Miguel: estudios realizados por sanitaristas revelaron que el resultado de salud deriva de
cuatro factores: 1) medio ambiente: influye en un 19%. Cada uno de nosotros puede
actuar, aunque sea poniendo un granito de arena, para no agravar o para modificar una
situación ambiental cada vez más crítica para la supervivencia de la humanidad. Si bien
todos tenemos algún grado de responsabilidad en la conservación del medio ambiente, la
mayor carga la tienen los responsables de establecer políticas públicas.
2) genético: influye en un 28%. Hasta hace poco se creía que la genética era
inmodificable pero estudios recientes revelaron que cambiando el estilo de vida (actividad
física, alimentación saludable, control de las emociones), es posible mejorar
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Manifiesta que “el ADN es tan físico como las demás partes de nuestro cuerpo, está
hecho de energía, y sus patrones de energía pueden modificarse por medio de un cambio
de consciencia. Cada quien nace con ciertas predisposiciones que determinan como es el
cuerpo, pero si inyectamos nuestros deseos personales, hábitos e intenciones, un rasgo
fijo puede convertirse en maleable” y agrega “en la actualidad se entiende que adoptar
prácticas relacionadas con la dieta, la meditación y el apoyo psico-social no solo son
buenas medidas preventivas sino que pueden suspender e incluso revertir enfermedades
serias como padecimientos cardíacos, diabetes, presión alta, cáncer de próstata,
obesidad, colesterol alto y otras condiciones crónicas”.
Cientos de genes pueden cambiar en el lapso de unos cuantos meses para obtener esos
resultados, solo hace falta tener la intención de hacerlo a través de nuestra mente en
estado consciente. ¡Ojo!, inconscientemente también podemos modificar nuestros genes,
pero en muchas oportunidades para provocar enfermedades. Hay que tener presente que
nuestros genes, nuestro sistema inmunológico, endócrino, en fin, todas nuestras células
saben muy bien lo que pensamos y sentimos.
¿De modo que nuestra conciencia es capaz de manejar todos estos aspectos que hacen
al resultado de salud?, interrumpe Roberto.
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Recordemos que nuestro cuerpo está constituido por millones y millones de átomos, que
a su vez, poseen un núcleo y partículas subatómicas que lo rodean, que entran y salen de
un vacío que le sirve de “escenario” a velocidades inimaginables (el 99,99% del átomo es
vacío). Y que ese vacío es la nada inteligente conectada a la inteligencia infinita y
universal que gobierna y regula el universo tal cual como es, incluido el ser humano. Ergo,
somos inteligencia que en algún momento de la historia el ego la ignoró y modificó el
propósito de la creación humana. Pero existe un conductor para retomar el camino
natural: nuestra conciencia, o si se quiere, nuestra mente en estado consciente.
Tomar conocimiento de ello se nos presenta como una fenomenal referencia para la
experiencia.
Tengamos en cuenta de que somos capaces de interactuar con esa inteligencia para
cambiar nuestro cuerpo, nuestra vida y nuestro destino. Podemos hacerlo para ser más
felices y para tener una vida saludable. Al fin y al cabo nuestra conciencia es una parte
infinitesimal de esa inteligencia mayor. También podríamos decirlo de otra forma: “nuestra
naturaleza esencial es un flujo de inteligencia”. Interactuar no es otra cosa que armonizar
nuestra conciencia con ella.
¿Cuál es la prueba de que esa inteligencia existe en nuestro cuerpo?, pregunta Roberto.
Tomemos como ejemplo una disfunción que se está difundiendo como epidemia en todo
el mundo: el estrés. Deepak Chopra lo describe de esta manera. Como vimos el cerebro
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Una vez que esta hormona se introduce en el torrente circulatorio, altera por completo el
funcionamiento habitual del cuerpo. Se eleva la presión arterial, se contraen los músculos,
la respiración se hace rápida y poco profunda, se anulan el deseo sexual y el hambre,
cesa la digestión, entre otras funciones. Esto es normal, natural, automático, es un reflejo
de supervivencia que nos permite huir de esa situación. El organismo necesita mayor
cantidad de energía para responder a las tensiones extraordinarias del medio y lo soporta
perfectamente bien.
Pero si los estímulos del medio ambiente se tornan repetitivos y con cierta intensidad,
como ocurre con el estrés, las respuestas se vuelven contra el propio cuerpo pudiendo
ocasionar alteraciones psíquicas y físicas, como por ejemplo, fatiga, diabetes,
hipertensión arterial, úlcera gástrica, impotencia, pérdida de la libido, disminución de la
capacidad inmune y en casos extremos, la muerte.
Otra de las hormonas que la corteza suprarrenal (ubicada por encima de los riñones)
produce como consecuencia del estrés, es el cortisol. Esta hormona hace disminuir las
defensas orgánicas y activa el catabolismo, es decir, el proceso de destrucción de los
tejidos. En condiciones normales el organismo tolera perfectamente bien la producción de
cortisol. En algunas oportunidades lo necesita, como por ejemplo, ante un mayor
requerimiento de azúcar en sangre es capaz de descomponer el glucagón almacenado en
el hígado e inyectar más glúcidos al torrente sanguíneo. Pero al igual que la adrenalina, la
presencia en sangre en forma reiterada y con mayor dosificación, constituye un proceso
de envenenamiento progresivo.
Cuidado que existe el mito de que algunas personas necesitan una descarga de
adrenalina para ser más activos. Esto es beneficioso si actúan con cierto ritmo y
entusiasmo sin que se produzca alteración fisiológica alguna, porque no es sano para el
organismo la producción indebida y exagerada de adrenalina y cortisol.
58 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Al suceso rara vez lo podemos evitar. A la reacción del cuerpo, una vez disparada la
respuesta, nunca. Nos queda la segunda etapa para actuar: la evaluación que vincula el
suceso con la reacción corporal.
Acá entra en juego la interpretación que hagamos de los hechos que producen tensión y
la memoria que actúa como base de la interpretación. Le agregaríamos también, el
aprendizaje que nos queda para abordar nuevas experiencias iguales o similares con el
objeto de que el suceso no sea motivo de tensión en otras oportunidades. Por tal motivo,
es de suma importancia detenernos para ver de qué manera evaluamos los hechos
que suceden y pueden activar tensiones.
Desarrollemos estos conceptos. Siguiendo a Deepak Chopra, una actitud que podemos
tomar es la reflexión, entendiéndose como tal, a reconsiderar y pensar un momento
pasado en un estado de mayor serenidad. Nos permite tener una visión más clara y
amplia del acontecimiento, y su eficacia para romper con los condicionamientos se
demuestra si logramos modificar el criterio aportando una visión de más alta calidad.
Utilizando esta práctica aprendemos a ser más flexibles, nos permite ver lo que está mal,
pero rara vez crea un cambio radical en nuestro cuerpo.
59 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Como las emociones negativas se sienten en algún lugar del cuerpo físico, debemos
dirigir nuestra atención a ese lugar (puede ser dolor de estómago, corazón con
taquicardia, una carga que se siente por todo el cuerpo, etc.). Conscientemente le
prestamos atención por unos instantes sin pensar, solo atención consciente. En
esos momentos creamos conciencia y consecuentemente se genera energía de alta
frecuencia capaz de diluir la carga emocional.
Una emoción negativa necesita de energía que vibre con su misma frecuencia para
poder subsistir. Si la que se produce es de más alta calidad, dejamos de
alimentarla, y con el tiempo se agota y desaparece. Si la emoción vuelve a aparecer
se procede de la misma manera. Por medio de una atención sostenida llega la
transmutación.
Pero sin dudas la práctica mente-cuerpo más efectiva para romper con los
condicionamientos de la conciencia es la meditación, las otras son complementarias.
Hasta principios de la década de 1970, se creía que la meditación era una práctica
estrictamente espiritual, hoy se sabe fehacientemente que actúa sobre la fisiología
del organismo con muy buenos resultados para la salud física y psíquica. La
meditación tiene profundos efectos en el cuerpo y ya ha sido aceptada por el mundo de
las ciencias.
En las personas que practican esta técnica, rápidamente se puede detectar relajación
profunda y cambios significativos en la respiración, el ritmo cardíaco y la presión
sanguínea. A medida que pasan los meses y los años sin abandonar la práctica, se
comprobó que descienden los niveles de cortisol y adrenalina logrando una respuesta
biológica contra el estrés.
A largo plazo también se descubrió que la meditación puede revertir la edad biológica,
es decir, mejorar los indicadores que se deterioran con la edad como la presión
sanguínea, visión a corta distancia y el umbral de audición, lo que nos está indicando que
podemos revertir el envejecimiento, y tener en esta etapa, una mejor calidad de vida.
Del mismo modo, se puede reducir significativamente el ritmo del envejecimiento del
cuerpo porque aumenta la capacidad de las células para auto regenerarse.
A fines de la década de 1980, Deepak Chopra y Jay Glaser llevaron adelante una
investigación muy importante sobre un esteroide segregado por la corteza suprarrenal
60 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Pero lo novedoso de estas revelaciones es que Glaser comprobó que los que meditaban
tenían niveles de DHEA significativamente mayor que los que no lo hacían,
independientemente del sexo y edad, contribuyendo de ese modo a una disminución del
estrés y mejorando el sistema inmunológico.
61 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
en los niveles de depósito de sustancias grasas comparables con los logrados mediante
la utilización de drogas de última generación que disminuyen los niveles de grasas en
sangre”, y agrega “esto demuestra la efectividad de la meditación como método
preventivo, sin costos materiales y sin los efectos colaterales no deseados de las drogas
modernas”.
¿De acuerdo con los excelentes beneficios, en qué consiste la meditación?, interroga
Roberto.
De esta manera la mente cambia, y cuando cambia la mente, cambia todo, no solo porque
se ve al mundo de otra manera sino porque el cambio de uno provoca cambios en los
demás.
Según Eckhart Tolle, “la duración en la permanencia de esos vacíos no importa, unos
cuantos segundos bastan. Más importante que la duración es la frecuencia, de tal manera
que haya espacios entre las actividades diarias y el torrente de pensamientos”.
No existe un modo correcto o un modo equivocado para meditar, cada cual puede
ensayar la forma que le permita un mejor acceso al espacio de no pensamiento. Lo
concreto es concentrar la mente para despojarla de pensamientos extraños.
Al principio podrá parecer difícil, pero imaginemos a la mente como un músculo. Cuando
iniciamos sesiones de gimnasia para fortalecer la musculatura, el comienzo “es algo
pesado”, pero con el correr del tiempo el cuerpo sufre un proceso de adaptación y llega un
momento que nos resulta sumamente fácil realizarla. La meditación es gimnasia mental
y atraviesa por el mismo proceso.
Sin dudas que lleva tiempo, pero a medida que la vayamos ejercitando se podrá advertir
la facilidad con que el foco de atención conciente llega al no pensamiento, como así
también, como aumenta la duración de la permanencia en ese estado. Siempre nos
encontraremos con días mejores y peores para lograr el objetivo de la meditación, pero
62 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
nunca hay que forzarla. Osho, el precursor de la Meditación Trascendental, sostiene que
exceptuando la buena, “no hay nada mejor que una mala meditación”.
¿De dónde proviene la energía que alimenta el cuerpo?, ¿de dónde provienen cualidades
abstractas como los pensamientos y emociones?, (es bueno recordar que estos atributos
de la mente también dependen de patrones energéticos para experimentarlos). Ambos
existen en la inteligencia universal, y la fracción infinitesimal de esa inteligencia que anida
en nosotros es la encargada de transformar la energía del medio (alimentos, oxígeno) y
adaptarla a las necesidades del cuerpo. También es la encargada de proyectar la aptitud
de pensar y emocionarnos hacia nuestras mentes. En síntesis, la inteligencia universal es
la fuente de todas las cosas y la encargada de organizarlas y darle cohesión.
Si apartamos del camino los pensamientos rancios, que inevitablemente se forman por el
condicionamiento que sufre nuestra conciencia derivado de las experiencias, recuerdos y
vida de relación (condicionamientos kármicos y sociales) y nos sumergimos en el silencio
entre dos pensamientos a través de la meditación, ¿qué logramos?. Llegar a nuestro
interior profundo y reforzar la conexión con el campo de infinitas posibilidades, la
inteligencia misma del universo.
La meditación, al ser una práctica que nos lleva al ser espiritual que repercute
concretamente en la mente y en el cuerpo, demuestra una vez más la correlación
existente entre los tres componentes del ser humano para cambiar el paradigma del
modelo médico actual (medicina cuerpo-mente-espíritu).
63 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Según tengo entendido, salvo que uno se convierta en monje tibetano, la mayoría de los
meditadores ejercen esta práctica dos veces al día entre 15 y 20 minutos de duración,
¿con 40 minutos por día alcanza para absorber sus ventajas?, ¿y el resto del día
podemos hacer cualquier cosa?, pregunta Roberto.
Miguel: obviamente no. Recordemos que nuestra forma de vida tiene que transcurrir
armonizando los propósitos internos y externos dejando de lado la mente en estado
egotista.
Existen distintas prácticas que podemos utilizar durante el día para complementarlas con
la meditación. Eckhart Tolle le adjudica gran importancia a la respiración y dice que “tomar
conciencia de la respiración tantas veces como sea posible, cada vez que recordamos
hacerlo durante un año, es un medio de transformación más importante que cualquier
curso de enseñanzas, y no vale nada”. Y agrega “al tomar conciencia de la respiración
apartamos nuestra atención de los pensamientos y creamos espacio. Es una forma de
generar conciencia. Una respiración conciente (o dos todavía más) varias veces al día es
una manera excelente de traer espacio a la vida”.
Detenernos a observar un árbol, una flor o un objeto sin pensar, verlos en cualquier
momento del día sin emitir opinión ni juzgar, es otra buena práctica porque la observación
consciente sin la emisión de juicios nos aleja del ruido de los pensamientos. Del mismo
modo, ser un testigo silencioso de las emociones negativas cuando aparecen durante el
día, como dijimos anteriormente.
Todos los acontecimientos mentales y físicos se producen a partir de la energía vital (los
antiguos sabios de la India la llamaron prana) que fluye desde el campo de inteligencia
universal. Para una buena función de la mente y del cuerpo debe existir una energía vital
equilibrada y saludable que podemos garantizarla con las siguientes medidas
complementarias a la meditación: dieta saludable, actividad física moderada y
adecuada a la edad, y asumiendo el control de las emociones.
Después de haber conversados sobre todos estos temas por cierto muy interesantes,
¿qué te parece si aplicamos estos conocimientos con fines prácticos para darle respuesta
64 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Bien, responde Miguel, pero antes déjame señalar un principio que, aunque lo hayamos
expresado en otras oportunidades conviene repasar por su importancia. El universo
entero, incluido los seres humanos es en definitiva un continuo de conciencia. ¿Qué
quiere decir esto?. La conciencia pura, la existencia inteligente, invisible e inmanifiesta,
continuamente se va transformando o diferenciando en distintas formas. Se diferencia en
ser humano, en mente, en cuerpo físico. A nivel de la mente también se despliega en
procesos conscientes e inconscientes. Y éste es el dato: nuestro foco de atención
consciente puede tener presente este fenómeno o estar ausente y separarse de la
propia naturaleza.
¿Quién obstaculiza este propósito?. En esta fase evolutiva del ser humano estamos en
presencia del ego que es el responsable de la separación entre la mente, el cuerpo y el
espíritu, aunque en realidad, como dijimos, más que separar, obstaculiza, intercepta o
debilita la conexión existente entre las diferentes formas de diferenciación de la
conciencia.
Pero el ego es una forma que tiende a desaparecer en la evolución humana. Por
ahora, la humanidad lo tiene arraigado, y la persona que lo concentre con mayor
densidad, es decir, cuanto más se separe de su propia naturaleza con sus
pensamientos, emociones y reacciones, experimentará diversos grados de
sufrimiento, dramas, preocupaciones, depresiones, ira, hostilidad, y también
incrementará notablemente la posibilidad de contraer enfermedades físicas. Vivir a
predominio de la mente egotista es el pecado, el castigo: diferentes estados de
alteración psíquica y física.
Imaginemos una rielera lineal donde podemos correr a voluntad un vástago de un extremo
a otro. En uno está la mente con su máxima expresión egotista, enferma. En el otro,
nuestro espacio interior, conciencia pura, nuestro ámbito espiritual. ¿Hacia dónde
orientaríamos el vástago?. ¿Hacia la infelicidad y enfermedad o hacia el gozo, entusiasmo
y salud?. No te olvides Roberto que nuestro propósito interno es sentir o vivir lo que
somos en esencia: un ser espiritual. El vehículo para lograrlo: nuestra mente por
intermedio del foco de atención consciente (el vástago).
65 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
por todos los niveles sutiles más “sustanciales” (átomos, moléculas, células, etc.)
hasta la materia más sólida. En este continuo, todo está conectado y relacionado,
todo es la misma cosa, que se manifiesta en diferentes frecuencias o niveles
vibratorios.
Como hemos visto, existen muchísimos estudios sobre los grandes beneficios para la
salud y para la mente que se obtienen cuando experimentamos la unidad cuerpo-mente-
espíritu. En esa experiencia, el cerebro funciona de modo coherente, y el resultado se
traduce en un aumento del coeficiente intelectual, en una mayor creatividad, mejor
capacidad de aprendizaje y rendimiento académico, razonamiento moral, estabilidad
psicológica, madurez emocional, es decir todo lo bueno depende del funcionamiento
ordenado del cerebro cuando experimentamos el campo unificado.
Estas virtudes se pueden dar siempre, porque fuimos diseñados, creados, destinados
para crecer en creatividad e inteligencia a lo largo de toda nuestra vida.
Analicemos “el tener” que es una meta muy arraigada en la sociedad de consumo. Para
ello debemos remitirnos al ego. Al decir de Tolle, su existencia está condicionada por lo
que deseamos tener (el contenido del ego) y la necesidad inconsciente de identificarnos
con el objeto (la estructura del ego). El contenido (automóvil, bicicleta, ropa, etc.) y la
estructura (el yo, o mío), se fusionan en una sola cosa.
Básicamente el ego necesita hallarse en las cosas, y cuando adquirimos un auto o una
casa, lo logra. Se engrandece, se fortalece porque el objeto “casa” o “auto” pasa a ser “mi
casa”, “mi auto”. La construcción mental “mí” y la construcción mental “objeto” se
confunden en una sola entidad.
Cuanto más cosas tengamos, sobre todo si tienen gran valor económico, si nos
identificamos con el ego nos crea una sensación de poder,”yo tengo más cosas, ergo,
tengo más poder”. En realidad, el poder no está representado por el valor de la
propiedad, sino por la sensación “de tener” que nace de esa propiedad. Esa
sensación proviene de la mente egotista, y si bien es cierto podemos disfrutar el placer de
adquirir la propiedad, éste es pasajero, poco después el ego “nos va a pedir más”, otras
cosas materiales. El ego es insaciable.
¿Cuál es el problema de querer tener más cosas?, interrumpe Roberto, no le veo el lado
malo.
Miguel: el problema no es ése, sino vivir a predominio del ego. Cuando creemos que
66 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
somos más por tener más cosas, o cuando creemos que el placer de tener cosas es lo
que verdaderamente nos hace feliz. El ego, nos va a dar placeres fugaces pero
también otras sensaciones: sufrimiento, preocupación, ira, depresión, que serán
más agudas cuánto más densidad tenga. De allí el dicho “el dinero ayuda pero no hace
la felicidad”.
¿Entonces no tiene importancia tener cosas, no tendríamos que proponernos adquirir una
casa, un auto, nada?, pregunta Roberto.
No, no quise decir eso, contesta Miguel. Podemos adquirir sin culpas todo lo que
deseemos y que se ajuste a nuestro presupuesto. Podemos fijarnos como meta una
abultada cuenta bancaria. Hay que honrar todo lo que tenemos, poco o mucho,
pertenecen al ámbito de existencia donde todos estamos. Lo que no podemos hacer es
utilizar las cosas para fortalecer nuestra falsa identidad, para darle más poder al ego.
¡Ése es el error!.
Si vives junto con las cosas desde tu ser interior (nuestra identidad esencial), es decir si
no te identificas con ellas, a tal punto que si las pierdes o sientes la amenaza de perderla
no es motivo de desesperación, el placer va a ser mayor porque tendrá un grado más
grande de autenticidad.
En este momento aparece Roberto creyendo haber descubierto algo. ¡Ahora entiendo
porque el comunismo tuvo tanta adhesión!. Significó el despojo de la propiedad individual
para socializarla, ¿no es ésta una práctica espiritual?.
Hablando de la necesidad del ego de identificarse con las cosas, me viene a la memoria
la imagen de una adolescente que hacía un tiempo que no la veía y estaba
extremadamente delgada. Estaba sufriendo un cuadro anoréxico y afortunadamente, tras
reconocerlo, había comenzado el tratamiento. ¿Cuál es la característica que se presenta
en estos casos?. La identificación con su mente. Su mente le dice ¡estás muy gorda!, y
ella que cree ser su mente, le hace caso y no come.
¿Cómo se resuelve este grave problema?. Hay que hacer el esfuerzo de hacerle entender
que “ella no es su mente”. Cuando la persona logra advertir que transita por un falso
sentido de identidad, cambia las necesidades de su mente para satisfacer las
necesidades legítimas de su cuerpo.
Vivir a predominio del ego, que es disfuncional a los dictados de la naturaleza, tiene como
en este caso, un alto costo. Dicha adolescente debe cambiar su foco de atención
consciente con tratamiento psicológico asociado a prácticas espirituales y regular el
67 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Miguel: para hablar de adicciones primero debemos hablar de estado de bienestar. ¿Qué
es un estado de bienestar?, es la exaltación del espíritu. Cuando logramos expandir
nuestra conciencia y llegar a nuestro ser interior, la sensación es de bienestar. Ese es el
modo auténtico de experimentarlo.
Pero nuestra mente egótica siempre busca atajos, senderos equivocados que se apartan
del auténtico recorrido, sino se disolvería. Uno de ellos es buscar el bienestar a través de
la adicción, expresando grados primitivos de conducta. La adicción trata de conseguir
el bienestar actuando como sustituto de las prácticas espirituales.
Las células tienen receptores para los químicos, que al ser captados, comienzan a formar
parte de su proceso metabólico. Ante el consumo reiterado de un químico exógeno
(cocaína por ejemplo) o ante la frecuente fabricación de neuropéptidos (proteínas
producidas en el cerebro en estados emocionales), los receptores se insensibilizan y
dejan de captarlos. Las células, que lo habían incorporado a su metabolismo para
producir la sensación, reclaman más y más ingesta del químico exógeno (cocaína) o más
“estado emocional destructivo” que fabrique el químico endógeno (neuropéptido), de allí
las dificultades para salir de las adicciones porque hay un llamado celular que
satisfacer.
En mi lugar de trabajo, o cuando estoy en otro ambiente y algo me cae mal, o alguien
hace o dice cosas que no son de mi agrado, que me parecen injustas, comienzo a tener
una sensación de excitación que puede desencadenar en quejas y reproches. A veces
sensación de enfado, me pongo impetuoso y en mi mente se dispara el impulso de querer
intervenir para “poner las cosas en su lugar”. Son estados espontáneos y molestos y en
68 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
¿Quieres que te indique cómo debes proceder ante esas circunstancias?. ¡Por supuesto!,
contesta Roberto, a nadie le gusta pasar por esos momentos.
Para neutralizar estas emociones, debemos correr el foco de atención conciente hacia
nuestra identidad esencial: el ser interior. El ego se disuelve de esta manera y sus
defectos perjudiciales desaparecen. En términos espirituales la conciencia siempre es
superior a la inconciencia porque genera energía de más alta calidad, y por lo tanto, es
capaz de anularla.
En primer término, hay que reconocer la emoción en el momento que aparece, ubicar su
manifestación corporal y fijar la atención por unos instantes en ese lugar. Este paso es
importante, reconocerla. Nada se puede modificar si no se reconoce. Luego hay que
realizar el ejercicio mental de apartarse del pensamiento, por unos segundos, dejar de
pensar. Es muy útil concentrarse en la respiración, como entra y sale el aire de nuestro
cuerpo sin esfuerzo alguno. Los que practican yoga conocen muy bien la técnica. Poco a
poco los síntomas irán desapareciendo, porque al dejar de pensar, se fortalece la
69 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
conexión con nuestro ser espiritual, que había sido obstaculizada por el ego, y se
estabiliza el flujo energético en nuestro cuerpo.
¿Y cuando nos sometemos a una discusión, porque nos agraviaron o no toleran nuestro
punto de vista, qué hacemos?, pregunta Roberto.
Cuando una persona discute con otra para ver quien “tiene razón”, se establece una
lucha entre egos. Si somos consciente de ello, la mejor forma de actuar es no reaccionar
al ego de los demás, poco a poco se impone la cordura porque la conciencia siempre
triunfa sobre la inconciencia (recordemos que en términos espirituales inconciencia
significa estar alejados del ser interior).
Si una persona llega tarde a una cita, no es lo mismo decirle ¡qué lástima ya no es
hora!, que trasmitirle: ¡qué impuntual e irresponsable que eres y yo tuve que
esperarte, pero ahora no puedo!. En el primer caso nos referimos al hecho en si
mismo, en el segundo hubo un “yo” (un ego) que recrimina a otro ego. Hubo un ego
al servicio de sí, no de sugerir un cambio de la situación. No es lo mismo referirnos
a un hecho o a un suceso, que reaccionar contra otra persona que tiene una opinión
o punto de vista contraria de esos mismos hechos o sucesos. La forma de manejar
o abordar la situación es desde la visión amplia de los hechos y no desde la
necesidad compulsiva e involuntaria del ego de considerar un contrario al que tiene
una opinión diferente y merece que recriminemos su actitud.
Este proceder es aplicable del mismo modo a las situaciones. Cuántas veces nos
creamos la estructura mental de víctima, no ante otra persona, sino ante una situación
70 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
adversa. ¡Siempre me ocurre esto a mí!. ¡Otra vez, qué destino el mío!, solemos decir. El
ego se fortalece porque encontró el culpable: el destino, y “yo”, la víctima. Lo que sucede,
sucede. Si podemos actuar para modificar la situación, lo hacemos y sino, debemos
aceptarla.
Me parece muy interesante y verdadero todo lo que dices, aclara Roberto, pero lo veo
inaplicable en la vida diaria. ¿Cómo reaccionar de la forma que aconsejas en un debate
político por ejemplo?. Y digo en un debate político porque no debe haber un ámbito donde
se vea con mayor claridad la densidad del ego, tanto individual como colectivo.
Es muy interesante lo que acotas, replica Miguel. Es cierto que la estructura egotista del
ámbito político es muy pesada, aunque hay otras más densas, por ejemplo, la militar.
Indudablemente hay espacios más disfuncionales que otros pero todos tienen una base
común: “tener razón”. Tener razón es identificarse con una opinión, punto de vista, juicio,
pensamiento. Y cuando “damos batalla en el campo de las discusiones” para ver quien
tiene razón, estamos fortaleciendo el ego. Y si ganamos, no podemos disimular una
sensación de placer. Es el placer que emana del ego.
¿Qué podemos hacer cuando no nos gusta la actividad que tenemos o nos encontramos
con días que la ejercemos con desgano?, pregunta Roberto, porque es una situación muy
común en nuestras vidas y también preocupante.
Miguel: es muy preocupante, a tal punto que una acentuada insatisfacción laboral si se
mantiene durante mucho tiempo puede desencadenar muertes prematuras por
complicaciones cardiovasculares, como hemos visto anteriormente.
Pero comencemos con dar detalles de la satisfacción que experimentamos cuando nos da
placer lo que hacemos. ¿Qué nos está sucediendo?, nos concentramos totalmente en la
situación, a tal punto que somos uno con ella. En realidad se fusiona la situación con
nuestro ser interior, de tal modo que potenciamos el atributo creativo y los actos son más
eficaces. A este estado donde la conciencia se funde con la acción se lo denomina
“flujo” y el entusiasmo (emoción positiva) se alinea con la tarea que estamos
71 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
llevando a cabo.
Al estar en armonía con el propósito del todo, le imprimimos un gran poder a lo que
hacemos. Es el caso del músico cuando compone, del artista cuando interpreta la obra,
del cirujano cuando opera. No está actuando el ego, nuestro ser espiritual es el que
domina la escena. Quizás no lo apreciemos pero el trabajo se convierte en una práctica
espiritual.
Pero cuidado que podemos sabotear nuestro propio quehacer, ¿cómo?, por ejemplo si
retenemos información o ayuda o tratamos de obstaculizar el trabajo de otras personas
para evitar que tengan éxito, eso no es una sana competencia. Mientras más incluimos a
los demás, mejor fluyen las cosas y más recibimos todo lo que anhelamos porque el
universo colabora colocando a las personas y las circunstancias en nuestro camino. No
olvidar que no somos seres separados sino que estamos interconectados con todas las
cosas.
El arte de vivir nos señala que debemos aprender a reaccionar ante esas situaciones, ¿de
qué manera?, aprender a ser uno con la situación, a fundirnos con ella. No debemos
reaccionar contra la situación. Para ello debemos encontrar un estado de quietud,
alejarnos de los pensamientos compulsivos e inútiles y de las emociones negativas. Abrir
nuestro espacio interior para liberarnos de la posesión de la mente. Desde nuestro ser
interior aparecerá la calma mental dando lugar al surgimiento de nuestra capacidad
creativa.
Pero también puede ocurrir que la actividad que desarrollamos no nos atraiga para nada.
Este es un problema que debe ser asumido rápidamente, ¿cómo?, de dos formas. Una de
ellas es la aceptación, si no podemos disfrutar lo que hacemos por lo menos debemos
72 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Sin duda que estas situaciones generan un alto impacto en la vida emocional de la
persona al ser privada de los efectos estimulantes del trabajo que perjudica no solo a
quien lo sufre sino también a su entorno. Es común en boca de funcionarios reconocer
como buena medida el otorgamiento del seguro de desempleo, desconociendo quizás,
que atenta contra la salud psíquica del desocupado si esa situación es prolongada.
Son momentos difíciles, no obstante siempre está el recurso de recurrir a nuestro interior
profundo donde existen las fuerzas necesarias para buscar en otros lugares la solución
del conflicto. Si la persona que ha perdido el trabajo sabe que en vez de llenar su espacio
mental con sufrimiento y preocupación, concentra su pensamiento en nuevas
oportunidades con confianza, perseverancia y fe en sí mismo, seguramente aparecerá
la solución de su problema. Por el solo hecho de ser un humano, esas virtudes no le
faltan.
Una situación que vivimos con frecuencia son los momentos de crisis, ¿Qué es la crisis?.
¿Cómo enfrentar y superar los momentos de crisis?, pregunta Roberto.
Miguel: si interpretamos por crisis una nueva realidad, un cambio de situación hacia otro
contexto, podemos decir que es parte del proceso de la vida. La vida está compuesta por
períodos de crisis, siempre vamos a tener una nueva, y lo importante es desarrollar otras
capacidades para superarlas. Las crisis, la incertidumbre y más lejos el caos, rompe con
el confort, con el estado de comodidad, a los que debemos enfrentar con nuevas
competencias.
Y aquí algo positivo, ¡nunca se aprende desde el estado de confort!. Las crisis son
necesarias para desarrollar nuevos aprendizajes y marcan de ese modo el proceso
evolutivo. Cierta forma de felicidad se logra precisamente cuando aprendemos a
73 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Aprender nos lleva a observar, a reflexionar y de allí a innovar para vencer los períodos
de crisis. ¿Cómo?, todos los días debemos preguntarnos ¿qué funcionó hoy?, ¿qué
puedo hacer para mantener el buen funcionamiento?. O bien ¿qué no funcionó hoy?,
¿qué puedo hacer para que no se repita?. Ser observadores de la vida. Tener en cuenta
que en los períodos de crisis siempre aparecen nuevas oportunidades.
Una cuenta que siempre conviene hacer es ver cuanto tiempo empleamos en recreación o
entretenimiento y cuanto gastamos en él, y cuanto tiempo empleamos en profundizar el
conocimiento, educación o aprendizaje y cuanto gastamos en este rubro. Cuando la
ecuación se inclina hacia la segunda opción ampliamos las posibilidades de éxito ante la
crisis.
¿Sabías que vivir a predominio del ego es una pesada carga, no?. Pregunta Miguel. Sí,
de acuerdo a lo que vienes comentando, pero no logro ubicarlo en su real dimensión,
responde Roberto.
¿Cómo?, interroga Roberto. Continúa Miguel: por ejemplo, ¿por qué el alcohol y ciertas
drogas, nos hacen sentir mejor, más alegres, más relajados y despreocupados?. ¿Por
qué nos desinhiben y nos hacen sentir más auténticos?. La razón hay que encontrarla
en que nos alejamos de los pensamientos. Nos desprendemos parcialmente de la
pesada carga de los pensamientos y de las emociones.
Nos “aligeramos del yo problemático fabricado por la mente” y nos acercamos a nuestro
espacio espiritual. El efecto del alcohol y de algunas drogas operan en sentido de la
desidentificación, nos liberan de nuestra identidad. Pero debemos hablar claro, de
nuestra falsa identidad. Nos libera de la carga del ego y por eso a algunas bebidas
alcohólicas se las denominan “bebidas espirituosas”, pero no tienen nada de espirituales,
no influyen en nuestro espíritu, sino en nuestro cerebro y en nuestra mente egotista.
Otro ejemplo, fiestas relacionadas con disfraces, carnaval, etc. ¿Por qué, desde hace
muchísimos años una gran cantidad de personas se divierten disfrazándose en distintas
74 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
fiestas?. Sin duda que resulta ser un buen atractivo. Ese es otro modo de lograr una
desidentificación y actuar de una manera que no lo harían sin el tapiz que intenta ocultar
el falso sentido de ser. ¡Y mejor si va acompañado con alcohol o drogas!.
Pero volvamos al disfraz, ¿está bien o está mal?, pregunta Roberto, porque muchas
personas encuentran una buena forma de divertirse de esa manera.
Miguel: ninguna de las dos posiciones. Cualquiera puede divertirse si al mismo tiempo
es consciente de su verdadero estado de ser. Pero actuando desde la inconsciencia
siempre está latente el riesgo que esa situación conlleva.
Miguel: ¡qué buena es tu pregunta!, porque sirve para aclarar el concepto. Somos en
realidad seres espirituales con experiencia ocasional de seres humanos. La verdadera
identidad está asociada a lo que somos en esencia: seres espirituales. Ahora, cuando
decimos “yo” José Rodríguez, número de documento tanto, domicilio tanto, nos estamos
identificando con el ser humano que hace su experiencia en este mundo, que se relaciona
con otros seres humanos y por lo tanto se diferencia de esos otros.
Cuando tenemos un trabajo que nos gusta, que nos hace sentir bien, que no solamente lo
tomamos como un medio para conseguir recursos, lo que realmente estamos haciendo es
fortalecer el amor a nosotros mismos, de eso se trata. Si lo perdemos, nos
desequilibramos emocionalmente porque se debilita el sentimiento de amor que nace de
nuestro ser interior.
75 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
¿Cómo, con qué?, pregunta Roberto. Contamos con una excelente “herramienta”,
responde Miguel, el foco de atención consciente.
No debemos alimentar al ego, por allí vienen las alteraciones psíquicas y físicas al
provocar la ruptura de la armonía entre la mente el cuerpo y el espíritu.
Armonizar significa en términos gauchescos “tirar todos juntos para el mismo lado”. Pero
“alguien tiene que dar la orden”. El “guía” es sin duda nuestro cuerpo espiritual, la mente y
el cuerpo físico deben actuar en armonía con los dictados de la existencia. ¿Y cuáles son
esos dictados?. Pues veamos el universo, veamos lo que nos muestra la naturaleza
cuando se manifiesta en el mundo de las formas. A pesar de las limitaciones de nuestros
sentidos es fácil ver creatividad, evolución, belleza. Pero además de ver las formas como
puntos de referencias para actuar en armonía, debemos trasmitir cualidades intangibles:
amor, compasión, verdad, inteligencia. Éstas son las cualidades de la existencia. El ser
humano las tiene pero en general también las olvida, ¿cuándo?, cuando el ego se hace
presente.
Entiendo bien la armonización que podemos lograr entre la mente y el ser espiritual, pero
¿y el cuerpo?, ¿cómo hacemos para integrarlo?, pregunta Roberto.
Miguel: es lógico que no percibas el valor espiritual de nuestro cuerpo porque es invisible
al ojo humano. Pero presta atención. Siguiendo a Chopra, mientras tu mente muchas
veces se aparta del ser espiritual, el cuerpo nunca lo hace, está siempre integrado.
La inteligencia universal está presente en nuestro cuerpo. Sino ¿como te explicas que
todo funcione sin la intervención de tu mente consciente?. El funcionamiento del sistema
digestivo, respiratorio, urinario, del sistema inmune, la propia actividad cerebral, etc.,
¿como pueden operar si no es con la intervención de una inteligencia mayor?. ¿Tenemos
conciencia de ello?. El cuerpo es un compañero fiel, nos acompaña permanentemente.
Solo nos pide consideración, reciprocidad, ¿se la damos?. Generalmente yo diría que no.
O acaso ¿evitamos fumar, tomar alcohol en exceso, evitamos el sedentarismo, la
alimentación no saludable, y cuántas cosas más?. ¿Le prestamos atención cuando nos
pide consideración en formas de síntomas o de sensaciones de pérdida de energía
o desgano, entre otras?. No te olvides, la mente maneja variados aspectos de la agenda
del cuerpo y la tarea de armonizar nuestros componentes (cuerpo, mente, espíritu) le
compete a nuestra consciencia, a nuestro campo de atención consciente.
76 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
El camino está trazado, el guía está siempre presente (nuestro ser espiritual), la mente
debe responder transitando el sendero guiado todos los días, consistentemente, sin
esfuerzos, con entusiasmo. ¿Con qué instrumento?. El foco de atención consciente es el
encargado de llevarnos hacia estados más puros de conciencia. La mente fue diseñada
para experimentar grados de conciencia en armonía con la inteligencia mayor del
universo.
¿Si cambiamos de tema?. Tengo una duda, dice Roberto. ¿De qué manera influye el
adelanto tecnológico en nuestras vidas?.
Las generaciones pasadas estaban más vinculadas con la naturaleza, los niños de hoy
con las máquinas, ¿es esto bueno o malo?. Depende, si se utiliza la máquina fuera de
toda actividad creativa no es bueno. Si establecemos un vínculo inteligente con la
máquina sí. Si comprendemos que las máquinas y los seres humanos estamos
interconectados y relacionados para contribuir con el proceso creativo, no solo es bueno,
sino que también es útil.
Podemos entender con relativa facilidad la conexión que tenemos con las plantas y
los animales, pero nos cuesta más asimilar este concepto con las máquinas o
aparatos. Sin embargo, si pensamos que la tecnología es un proyecto humano
identificado con el proceso evolutivo hacia la creación de nuevas formas, se nos
presenta una visión más clara.
77 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Pongamos como ejemplo la televisión, que es la actividad más compartida por millones de
personas en todo el mundo. ¿Es un medio de comunicación positivo o negativo?. De
acuerdo a como lo utilicemos.
Como vimos, los pensamientos inútiles creados por el ego representan una pesada carga
para las personas. Por tal motivo, cualquier mecanismo que conduzca a “borrarlos” es
atractivo. Cuando utilizamos la mente con prácticas que nos conduzcan a estados más
puros de conciencia creando brechas entre los pensamientos estamos aprovechando la
mejor forma de diluirlos.
No quiero decir que uno no piense en entretenerse, pero debe saber que la única
posibilidad de liberarnos de los ruidos mentales no es el entretenimiento, sino la
expansión de nuestra conciencia.
Pero existen programas que son de calidad y de ayuda para el ser humano, son los que
desafían el intelecto. En esos casos inducen a pensar con pensamiento propio y útil para
establecer un vínculo creativo y por lo tanto, armónico con los designios de la naturaleza.
En todo caso existen prácticas más puras para relajarnos y establecer brechas entre
pensamientos, condiciones necesarias para una vida plena. Una de ellas, como hemos
78 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
visto, es la meditación.
Vamos a distendernos un poco continúa Miguel, ¿te gustaría ser famoso?. No sé,
contesta Roberto, nunca me lo plantee, pero tengo la sensación de que es un deseo
colectivo porque, junto con los bienes materiales, otorga un halo de superioridad con
respecto al resto de las personas.
Creer que se puede ser más a través de la fama es un pensamiento inconsciente, como lo
es también tratar de asociarse con alguien “importante” mencionándolo, por ejemplo en
calidad de amigo o conocido, intentando de esa manera crear una identidad superior a los
ojos de los demás y a los propios ojos.
Hay algo que me tiene intrigado, interviene Roberto, mucho se ha escrito sobre el
destino. ¿Podrías comentar algo al respecto?.
En primer término diríamos que la inteligencia universal es la que elige cuándo y dónde
nacemos, por eso en un mismo momento no llegamos a este mundo en el mismo lugar.
Nos da una misión que cumplir, una tarea a desarrollar en la experiencia mundana, por
tal motivo no todos tenemos vocación o inclinación por las mismas cosas. Es más, nos da
también el don o talento para realizar el cometido, que se refleja en nuestras habilidades y
capacidades. Cuando hablamos de que “algo está escrito en nosotros” pues bien, es
lo proporcionado por esa inteligencia.
¿Cómo sé “lo que tengo escrito”?, es decir, ¿cuál es mi misión?, pregunta Roberto.
Miguel: podemos guiarnos por lo que más nos gusta, por lo que más fácil nos sale,
79 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
por lo que sentimos dentro, por lo que nuestra intuición nos aconseja. Nuestra
verdadera misión se ve reflejada en los deseos e intenciones que provienen de
nuestras fuerzas internas, no de manifestaciones externas.
Muchas veces nos cuesta identificarla, confiemos en lo que nos hace sentir bien, sin que
intervenga el pensamiento y sin ningún intento forzado por descubrirla. La inteligencia
universal no le encarga la misión al ego sino al ser interior, nosotros somos
solamente el vehículo para materializarla. No nos desalentemos cuando no tengamos en
claro cuál es nuestra misión, en muchas oportunidades cambiaremos de tarea, oficio u
ocupación. Dejémosla que fluya, que salga naturalmente, apelemos a la intuición, pero
fundamentalmente saquemos de juego al ego.
Todos tenemos en nuestro ser interior una semilla sembrada por la inteligencia para
germinar en lo que somos. Solamente debemos encargarnos del riego para que florezca y
en esa tarea, debemos excluir al ego.
Para cumplir con nuestra misión la inteligencia nos da señales, pistas a las que debemos
prestarle atención, pero el ego puede interferir y no dar respuesta a ese designio natural.
De tal manera, el curso de nuestra vida depende de nosotros. Si nos ajustamos a
desempeñar la misión encomendada con fe, con entusiasmo, sin egoísmos, con actitud
solidaria, con aprendizaje, con entrega, evolucionando, con prevalencia de nuestro ser
interior (ser espiritual) ante nuestro yo (el ego), casi con certeza tendremos un destino
venturoso. Si nos apartamos del camino, casi con seguridad que se nos presentarán
sucesos no deseables. Desde este punto de vista es muchísimo lo que podemos hacer
para construir nuestra propia realidad.
Detengámonos a reflexionar sobre lo que hacemos, continúa Miguel. Todos queremos ser
exitosos, queremos que las cosas nos salgan bien, ¿para qué?, ¿para alimentar al ego o
para alimentar a nuestro ser interior?. Cuidado con este aspecto porque a veces es muy
sutil la diferencia.
80 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
¡Ya sé! En esa dirección tendremos dudas, yerros, frustraciones, desencuentros y cuántas
cosas más, pero ¡eso no es malo!, es el aprendizaje que necesita el proceso evolutivo.
Vivir en la búsqueda del resultado es muy superior que vivir con el sufrimiento que nos
deja la frustración. Pero a esa búsqueda le falta un ingrediente, la intención de
armonizar el quehacer propio con el propósito de la naturaleza.
Entonces comprenderemos la razón del éxito, comprenderemos las causas reales de los
sueños cumplidos, en salud, en felicidad, en recursos materiales. Fluirán sin contrastes, y
también nos daremos cuenta que los resultados deseados no son producidos por el azar
ni se deben a “milagros de Dios”, sino al simple hecho de actuar siguiendo las intenciones
de la naturaleza misma.
Quizás parezca difícil obrar de esta manera en un mundo agresivo y competitivo, pero aún
en estas condiciones, tarde o temprano, triunfan los códigos de la inteligencia mayor del
universo porque vibran con una energía de más alta calidad.
81 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Sobre algo que “ya está escrito” (nuestra misión), dos son las opciones, actuamos
a predominio de nuestra mente egotista o de nuestra mente consciente. Elegir es
nuestra responsabilidad. De esta forma escribimos el libreto de nuestra vida,
forjamos nuestro propio destino. Lo interesante es que, si nos equivocamos de
camino, podemos dar marcha atrás y retomar el rumbo adecuado. Siempre estamos
a tiempo para reeditar la obra.
Interrumpe Roberto, todo esto está bien en el plano conceptual, pero se me hace difícil
llevarlo al terreno práctico. Entiendo “lo del camino”, “la reedición de la obra”, pero en la
vida diaria “el camino y la obra” no se ven con claridad porque no existen como “camino u
obra” propiamente dichos.
¿Tu objetivo es ponerme en un brete?, replica Miguel a modo de broma. Espero que no lo
logres. Ya sé que en la práctica diaria no es tan fácil como decirlo, que por otro lado,
tampoco es tan fácil.
Cuando hablamos de misión no quiere decir una sola tarea, actividad o desempeño.
En realidad siempre desempeñamos distintos roles, oficio o profesión, maternidad o
paternidad, etc., y muchas veces, en el transcurso de la vida, asumimos más de una
actividad laboral.
La misión (misiones) que tenemos como hombre o mujer, padre o madre, carpintero o
comerciante, o artista o lo que fuere, es asignada por la conciencia universal a nuestro
ser espiritual, no a nuestro ego. Pero no nos deja solo para su fiel cumplimiento. ¿Has
oído hablar alguna vez de las coincidencias?. No, responde Roberto. (El concepto sobre
coincidencias ha sido extraído del libro Sincrodestino de Deepak Chopra).
Bien, continúa Miguel, muy simplemente las coincidencias son una suerte de guías o
señales provenientes de todas las posibilidades ofrecidas por la inteligencia del universo,
que se materializan en la vida diaria, para que podamos cumplir con mayor grado de
eficiencia nuestra misión. Representan una guía para el desarrollo venturoso de
nuestra existencia en todos sus aspectos.
Tenemos que partir de una concepción base. Desde el ámbito virtual, de ese campo de
infinitas posibilidades, donde todo está como potencial, la inteligencia universal crea y
organiza todas las cosas, a su vez, las sincroniza. ¿Qué quiere decir sincronizar?.
Sincronía significa operar al unísono, como una unidad. Pero para que haya sincronía
debe existir en ese ámbito una conexión, una correlación de las cosas.
82 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
dirección. Todo ocurre simultáneamente, lo mismo sucede con una bandada de pájaros.
¿Cómo se producen estos acontecimientos?, los peces y los pájaros no piensan, es la
inteligencia del universo que actuando sobre sus mecanismos sensoriales conecta y
sincroniza sus movimientos. Esto demuestra la interrelación de todas las cosas, y de
cómo la inteligencia puede sincronizarlas para que actúen con sentido de unidad.
Esta correlación es más fácil verla en el reino animal porque tienen un contacto más
directo con su alma, con su esencia. Los seres humanos también la tenemos, pero queda
mucho más apagada por la presencia del ego que es el responsable de obstruir las
conexiones. Aunque a veces experimentamos la conexión y la sincronicidad de forma
inconsciente (por ejemplo hermanos gemelos que pueden sintonizarse con facilidad con lo
que el otro está sintiendo o pensando), la podemos percibir con mayor intensidad y
frecuencia si utilizamos nuestra conciencia para reforzarla o profundizarla.
La sincronicidad solo ocurre cuando las personas, los animales o los objetos,
tienen una estrecha relación. Si actúa el ego que disgrega y separa, la conexión se
debilita y la sincronicidad pierde poder.
Nuestro cuerpo funciona gracias a una inteligencia mayúscula que conecta y sincroniza
todo nuestro cuerpo, pero también lo excede, porque esa inteligencia está dentro de
nosotros y fuera de nosotros. La conexión es entonces universal y la posibilidad de
sintonizar nuestros propósitos y deseos con los de la propia naturaleza, también.
Comprendo la conexión y sincronía que existe en el universo, ¿qué podemos hacer para
que funcionen en nuestra vida y cumplir con nuestra misión y deseos?, pregunta Roberto.
Miguel: en la inteligencia universal “todo ya existe”, solo que está en potencial, para
activar ese potencial, para que pueda transformarse en una realidad en el mundo físico, lo
único que se necesita es la intención, la voluntad de hacer realidad un sueño, pero
además, debemos prestarle mucha atención a los sucesos porque pueden ser señales
para el cumplimiento del objetivo.
Como toda cualidad, la intención surge del ámbito virtual inteligente y se localiza en la
83 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
mente de cada cual. Las buenas y las malas intenciones, el universo no distingue unas de
otras.
¡Hooo!, ¿podemos hacer cualquier cosa?, comprendo las buenas, pero ¿las malas
también?, pregunta Roberto.
Miguel: ¿cuáles son las cosa buenas y las cosas malas?, ¿quién es el juez que dirime el
bien y el mal, el que condena o absuelve?, porque la inteligencia o conciencia universal
no menciona que hacer y que no hacer, no emite juicios, no hace diferencia entre las
“cosas buenas y malas” creadas por la mente humana, entre lo “justo y lo injusto”, no
distingue al que piensa de manera solidaria del que esclaviza o mata.
¿Entonces ese es el “libre albedrío”, hacer lo que nos viene a la mente?, ¿da lo mismo
amar que violar o matar?, sigue preguntando Roberto algo consternado.
Miguel: la vida una, la existencia inteligente, no imparte premios y castigos tal cual
creemos, tampoco creó el cielo y el infierno, estas imágenes son otras de las tantas
ficciones desarrolladas por la mente humana. La naturaleza o conciencia es presencia,
siempre esta presente. Si te desvías de ella tendrás tu propio castigo, tendrás sufrimiento
con sus distintas variantes físicas y psíquicas. El sufrimiento es el castigo auto impuesto,
nadie más que tú es el responsable.
Del mismo modo, si sintonizas con la naturaleza, con la inteligencia mayor, de la cual
emana bondad, amor, compasión, creatividad, belleza, tendrás como recompensa alegría
de vivir y felicidad. Tus actos derivarán en sufrimiento como castigo, o felicidad como
premio, de acuerdo a cuales sean tus intenciones. Solo debes prestarle atención si tu
conducta sintoniza o no con los dictados de la naturaleza.
Chopra cita un antiguo texto védico, conocido como Upanishad que dice: “Tú eres lo que
tu deseo más profundo es. Como es tu deseo, es tu intención. Como es tu intención, es tu
voluntad. Como es tu voluntad, son tus actos. Como son tus actos, es tu destino”.
Podríamos agregarle que los deseos más puros surgen en concordancia con la
misión que nos ha sido confiada por la inteligencia universal.
Ahora bien, ¿de dónde surgen los deseos?, porque cada cual tiene deseos distintos o
similares, vuelve a preguntar Roberto.
84 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Miguel: los deseos también están como potencial en la conciencia universal. Todos
tenemos necesidades y para poder satisfacerlas apelamos a esa potencialidad que
también es propia de los seres humanos, está circunscrita en cada uno de nosotros. Los
deseos, cuando penetran en nuestra mente generan una intención, luego actuamos. Si no
existiese una conciencia universal, una inteligencia que esté conectada y correlacionada
con nuestra conciencia personal y que se encargue de sincronizar los detalles, nuestro
deseos e intenciones no se cumplirían. Chopra cita dos ejemplos prácticos, comunes y
cotidianos que me permití audazmente hacerles algunas modificaciones sin alterar el
significado. Uno que sintoniza nuestra intención con la inteligencia mayor y otro que no lo
hace.
El primero se relaciona con que un día decido ir a nadar y para ello genero la intención de
hacerlo. Hasta aquí mi responsabilidad, pero para poder nadar yo necesito poner en
movimiento los músculos relacionados con el acto propio de esa actividad física. Entonces
se pone en marcha muchísimas actividades en mi organismo para que esa función se
cumpla. Dichas actividades se desarrollan simultánea y sincrónicamente, entre ellas,
mayor consumo de glucosa y si es necesario secreción de insulina para aumentar la
cantidad en sangre con el objeto de llegar al músculo y darle la energía necesaria, el
corazón empieza a latir más rápidamente para que circule más cantidad de sangre,
necesito consumir mayor cantidad de oxígeno y concordantemente exhalar mayor
cantidad de anhídrido carbónico, y muchas pero muchas funciones orgánicas más.
¿Quién organizó tan perfectamente todas estas actividades?. Yo no fui, sino la
inteligencia de mi cuerpo, yo solamente tuve la intención de nadar, sin esa inteligencia no
lo hubiera podido hacer.
Pero ¿qué hizo también la inteligencia?, segregó endorfina que es la hormona que nos
tranquiliza, nos hace sentir bien, más relajados y de mejor ánimo. ¡Ése es el premio!.
Nuestra conciencia armonizó sus propósitos con los propósitos de la conciencia universal
que dice que el cuerpo humano necesita actividad física para tener salud y sentirse bien.
Cuando armonizamos nuestras intenciones con los dictados de la naturaleza nos
auto premiamos. En el caso del ejemplo anterior nos sentimos mejor anímicamente y
físicamente.
85 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
armoniosas que actúan a favor del bien mayor. No son aquellas que responden al
ego.
La intención debe ser clara, debemos saber exactamente que queremos, tenemos
que estar convencidos de la idea y eliminar toda confusión e incertidumbre, pero
fundamentalmente no debe ser forzada o presionada, debe fluir. De ese modo el
quehacer diario se sintoniza con nuestra misión.
Si tenemos que esperar hasta que la intención quede clara, esperemos, nuestro ser
interior hará el trabajo, no importa cuanto dure el proceso. Dejando de lado al ego que
enturbia la psiquis, la intención sale a la superficie.
Debemos también estar atentos a las coincidencias, a las oportunidades, y actuar cuando
ocurran, pero sin ansiedad, sin estrés (éstos son propios de ego), siendo desaprensivos
del resultado. Tener en cuenta que somos simplemente el vehículo para que la
intención universal se materialice en este mundo.
Pero siempre hay que tener un poco de suerte para obtener los resultados esperados,
interrumpe Roberto.
Pregunta Roberto: ¿cómo distinguir las coincidencias o las oportunidades que se nos
presentan a diario?, ¿cuál es la que nos tiene que llamar la atención o la que tiene mayor
significado?.
86 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Miguel: no es un asunto fácil de dilucidar, por lo menos al principio, cuando uno comienza
a fijar la atención. Por supuesto que no nos sorprenderá cuando pretendemos cambiar el
auto y al leer el diario aparecen ofertas ventajosas para nuestro propósito, porque es
obvio. Pero siempre debemos estar atentos, muchas veces no será una pista aquellas
circunstancias que creíamos que lo eran, eso no significa que abandonemos el interés por
las coincidencias.
Un entrenamiento útil es revisar a la noche lo que nos ocurrió durante el día, sin juzgar,
solamente ser un observador consciente, sin perder detalles de acontecimientos que,
aunque sutiles, pueden ser coincidencias portadoras de un gran significado (un sueño
también puede ser una coincidencia porque es la expresión del inconsciente que se hace
presente). La intuición es una gran aliada. Todo puede ser importante, excepto el
desánimo. Este proceso es útil también para liberarnos de hábitos destructivos, para dejar
de lados patrones que repetimos con la idea de obtener resultados distintos.
Cuando tenemos una intención noble, trabajamos para conseguir el objetivo buscado, le
prestamos atención a las coincidencias y no logramos el resultado esperado, pueden
suceder dos cosas, que el momento no sea el apropiado, o bien, lo que creíamos como
coincidencia no correspondía a la misión, a lo que “está escrito” para nuestra vida. En
cuyo caso, después de esperar un tiempo prudencial (pueden ser meses) en la obtención
del resultado, sigamos prestándole atención a otras oportunidades. Esta situación no tiene
el significado de una frustración o derrota. Siempre nos queda un aprendizaje, nada es en
vano y el entusiasmo debe ser el de siempre.
Este modo de ver, interpretar y actuar puede cambiar notablemente el curso de nuestras
vidas, es el modo de proceder en virtud de “lo que está escrito”, pero siempre va ha existir
un cierto grado de incertidumbre, de misterio. Jamás sabremos a ciencia cierta que rumbo
tomará la vida. Ante la incertidumbre acompañémosla con el mejor optimismo. No
podremos conocer nunca, con total precisión, cuál será nuestro destino. Sucesos
inesperados pueden alterarlo drásticamente, por ejemplo, un accidente que acaba con
nuestra propia vida o la de un familiar querido.
¡Quién lo puede explicar!, contesta Miguel, no obstante voy a ensayar, según mi criterio,
algún tipo de razonamiento sin que ello signifique la verdad revelada.
¡Qué difícil responder!, pero lo voy a hacer con otra pregunta, ¿cómo serían sus
vibraciones energéticas al momento de suceder el hecho?, ¿cuán cerca o lejos estaban
sus vidas de los propósitos de la conciencia universal?.
87 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
accidente que les costó la vida sin que pudieran hacer algo para evitarlo!, ¿son culpables
de los que le pasó?.
Miguel: no es eso lo que quise decir, sino que le encuentro alguna similitud con aquellas
situaciones de nuestras vidas que crean respuestas emocionales que nos apartan de
nuestro ser interior. Por ejemplo, cuando estamos perturbados, no podemos pensar bien,
y en muchas oportunidades, ese día, todo nos sale mal, nos accidentamos, o perdemos
cosas importantes, o el negocio programado nos perjudicó, etc. Es muy común que todo
nos “salga mal, cuando estamos mal”, y esto sí tiene una explicación.
Las emociones perturbadoras son de estricta incumbencia del ego, y cuando el ego
predomina en nuestra mente, cuando nos identificamos con él, es señal que nos
alejamos de nuestro ser interior que es el que nos guía hacia un destino promisorio.
Nuestra vibración energética es de poca calidad y atraemos lo que vibramos. No estoy
seguro de que sea la respuesta correcta, pero lo cierto es que no debemos apartarnos de
los propósitos del universo.
Interrumpe Roberto, la explicación que diste tiene cierta lógica, pero ¿qué puede hacer
una niña de 13 años que es violada por su padre biológico, o por su padrastro, para que
ello no suceda?, pues su vida cambia dramáticamente.
Miguel: sin duda esa niña nada pudo hacer, le sucedió por obra de una mente egotista
afectada por una patología grave. Pero lo que sucede, sucede, por más trágico que sea.
Su destino está signado por lo que ella haga después de ese hecho desgraciado que le
produjo una herida muy profunda en su ser interior, como así también, posibles cambios
en la estructura cerebral. El problema es grave porque se originan trastornos de la
conducta y muy probablemente modificaciones anatómicas en el cerebro. Cuando la
situación de estrés es tan intensa como en este caso, el impacto provocado por las
hormonas puede dejar marcas importantes que alteran tanto el desarrollo como las
conexiones neuronales. Las secuelas podrán manifestarse en cualquier edad y de
diversos modos: depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, conductas antisociales,
trastornos de la personalidad, entre otras.
La herida más profunda, la del alma, cicatrizará con técnicas espirituales, y la más
importante de todas es la meditación. Este método, que también es válido para
cualquier otra situación de parecidas dimensiones, repercutirá significativamente
en la construcción de su destino, y la vida puede tomar sentido a pesar de un hecho
dramático.
Has mencionado anteriormente que “atraemos lo que vibramos”, ¿en qué consiste esa
afirmación?, pregunta Roberto.
88 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Miguel: ¿oíste hablar de la ley de la atracción?. La vida está poblada de leyes universales
que no vemos, por ejemplo, la ley de la gravedad, la ley de acción y reacción, etc., y
también por la ley de la atracción. No responden a un sistema de creencias, no podemos
decir creo o no creo en la ley de gravedad, como tampoco podemos decir creo o no creo
en la ley de la atracción, simplemente existen.
No las vemos pero podemos experimentarlas, solo basta subirnos hasta la copa de un
árbol y dejarnos caer para experimentar el dolor que nos ocasiona el porrazo…en el mejor
de los casos, debido a la ley de gravedad.
La ley de la atracción influye en nuestro desarrollo personal, tiene que ver con lo que
deseamos para nuestra vida, con el deseo de alcanzar resultados positivos en nuestras
metas, con materializar nuestro propósito externo, y está estrechamente relacionada con
la dinámica del cosmos. Es otra particularidad que debemos tener en cuenta para el
fiel cumplimiento de nuestra misión asociada a un destino venturoso.
La ley de la atracción hay que explicarla desde la física, y más aún, desde la física
cuántica. Esta ciencia reciente de la era moderna, permite comprender mejor lo que se
sabía desde tiempos inmemoriales. Para interpretar la ley de la atracción debemos tener
en cuenta que el universo es energía e información manifestada en vibraciones, y
que nosotros somos una expresión holográfica del universo, es decir, somos
universo. También debemos saber que todo está interrelacionado, interconectado, de
manera que cuando se genera una vibración (pensamiento), ésta repercute en todo el
cosmos, a tal punto que los físicos cuánticos suelen decir que el aleteo de una mariposa
en Estados Unidos puede ser la causa de un tornado en Tokio.
Nos remitimos al piano que está distante del diapasón, buscamos la tecla “re menor” y
89 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
presionamos. La tecla contacta con una cuerda y emite un sonido (energía sonora).
¿Cuándo logramos la afinación?. Cuando al tensar y aflojar la cuerda e insistir en la
producción del sonido, logramos que la frecuencia (longitud de onda producida por la
energía sonora) del tono “re menor” del piano, sea la misma que la del diapasón.
¿Cómo lo sabemos?. Porque éste comienza a vibrar a pesar de estar distante del
piano y conectado solamente por el medio ambiente. La frecuencia del tono emitido
por el piano es atraída por el diapasón porque concentra la misma frecuencia y lo hace
vibrar. En ese momento el tono es el mismo y conseguimos la afinación.
Este es el fenómeno de la resonancia que se manifiesta cuando dos objetos distantes uno
del otro vibran juntos cuando tienen la misma frecuencia, es decir, la misma frecuencia
atrae y ambos actúan al unísono obedeciendo a la correlación y sincronicidad que
opera en el universo.
Pero las vibraciones son producidas no solo por nuestros pensamientos sino también
por nuestras emociones y acciones. Cuando pensamos, nos emocionamos, etc., lo
hacemos a través de la generación de energía, es decir, vibramos.
Si junto con un pensamiento positivo existe una creencia que alimenta una emoción de
miedo, puede impedir el resultado porque son vibraciones antagónicas. El pensamiento
deberá ser positivo y la emoción también (la mejor de todas es el entusiasmo), por tal
motivo, debemos tener la precaución de observar las emociones negativas que hay
detrás de pensamientos positivos. Este conflicto es común y entorpece el flujo de los
acontecimientos. Ante una emoción negativa debemos primero diluirla y para ello
observarla como si fuera de otra persona, sin emitir ningún tipo de juicio, simplemente ser
un testigo consciente. Transmutada en emoción positiva logramos coherencia con el
pensamiento y mayor certeza en el resultado.
Pero ¡cuidado con este detalle!. Atraemos a nuestras vidas las cosas que le
brindamos atención, energía y enfoque sean éstas positivas o negativas, sean
conscientes o inconscientes. Si queremos experimentar resultados positivos, los
pensamientos, las emociones y las acciones deben alinearse, deben ser coherentes y
deben dispararse simultáneamente, pero desde una visión positiva.
90 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Un pensamiento para hacer que un hecho suceda (no que “no suceda”), acompañado por
una emoción vinculada con el entusiasmo o la pasión (no con el “miedo o la ansiedad”),
complementada con la acción en dirección al cumplimiento del deseo, genera una
vibración energética de alta calidad, que sincroniza con la existente en el universo, para
transformarse en una realidad física.
El universo no conoce la palabra “no”, ¿sabes por qué?, porque tu cerebro tiende a
ignorar la palabra “no”. El cerebro piensa en imágenes y destaca la imagen de lo que
se expresa, no las palabras. El universo actúa de la misma manera porque ¡somos
universo!.
Por ejemplo, cierra los ojos y piensa en un árbol frondoso, de amplia copa, de bello color
verde. En tu mente seguro que se dibujó automáticamente la imagen de ese tipo de árbol.
Ahora te dicen, ese árbol no es un manzanero, por lo tanto ¡no ves una manzana roja!,
¿está claro?, ¡no ves una manzana roja!. ¿Qué ves?, seguro que una manzana roja. El
“no” desaparece ante el predominio de la imagen de la manzana.
Si el pensamiento está dirigido a desear que aquello “no” suceda, acompañado por una
emoción vinculada con el temor, el enfoque va a ser negativo e igual puede
cumplirse. Del mismo modo si la atención es negativa pero inconsciente. Esta es la razón
por la cual nos ocurren muchos sucesos no deseados de distinta índole, a veces
dramáticos, y se lo adjudicamos a la mala suerte.
En tal caso debemos mirarnos hacia adentro, buscar nuestro ser interior, confiar en
nuestra intuición, para rastrear si el enfoque negativo, producto de nuestro
condicionamiento kármico, está almacenado en el inconsciente. ¿Cómo hacerlo?.
Podemos poner como ejemplo el hecho de estar frente a un piano y tocar un acorde, es
decir, tocar varias notas al mismo tiempo con nuestras dos manos. Nosotros sabemos si
el sonido que se produce es el que buscamos o es disonante. Nuestro interior nos lo está
diciendo. Pues bien, deberemos cambiar una o dos notas hasta encontrar lo buscado.
Con el pensamiento y las emociones nos pasa lo mismo, sabemos que no actúan en
congruencia porque lo percibimos, en ese caso debemos cambiar por otro pensamiento
que concuerde con una emoción con enfoque positivo.
No pensemos que nuestro deseo se tiene que cumplir en un tiempo determinado o de una
forma particular, porque interrumpe el proceso vibratorio, y generamos una energía que
vibra desde la escasez. El universo marca sus propios tiempos.
91 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
logro de nuestros propósitos externos. Yo no podría ser nunca una figura central de la
televisión, a mí no me funciona, independiente de que sea una actividad noble, rentable o
vinculada con la fama o el poder.
“Somos lo que pensamos, como somos actuamos y recibimos lo que damos con
nuestra actuación”.
En este momento Roberto interrumpe para comentar que todos estos argumentos tienen
importancia porque pueden darle sentido a la vida. Es cierto responde Miguel. Pero ¿qué
quiere decir darle sentido a la vida?. Es probable que tú lo puedas descifrar mejor que yo,
admite Roberto.
Miguel: es común escuchar ¡ahora mi vida tiene sentido! a personas que encontraron una
actividad satisfactoria, o se enamoraron, o encontraron modos de aumentar
considerablemente sus recursos, o cuántas cosas más.
También es una sensación que puede servir de anclaje a los que están pasando un mal
momento, generalmente muy traumático, y al tener confianza o fe en el futuro, esa cuota
de esperanza le da sentido a su existencia por mala que sea. Esta experiencia, fue vivida
por Víctor Frankl, psicólogo, en un campo de concentración nazi, quien observó que
sobrevivían más aquellos prisioneros que tenían un porqué para vivir.
Los que tenían la confianza de encontrarse con sus seres queridos, o proyectos, o una
gran fe, presentaban mejores posibilidades de supervivencia que los que habían perdido
las esperanzas. A partir de esta observación creó una técnica terapéutica que denominó
Logoterapia, que si bien puede tener etimológicamente varias acepciones, le dio el
significado de un tratamiento basado en el sentido que le demos a la vida.
Frankl sugiere que uno de los signos más conspicuos de vacío existencial en nuestra
sociedad es el aburrimiento, y pone como ejemplo el no hacer nada cuando más tiempo
se tiene para hacer cosas, es decir, los fines de semana, respondiendo con la embriaguez
típica de los estudiantes, o el alto riesgo que implica la jubilación.
En muchas ocasiones se intenta llenar el vacío existencial con actitudes que, aunque
producen algún grado de satisfacción, tienen un común denominador: ¡nunca será
suficiente!, por ejemplo, el intento de llenar nuestras vidas con placer, comiendo más allá
de nuestras necesidades, teniendo sexo promiscuo, dándonos “la gran vida”. También
podemos llenar el vacío con trabajo en forma compulsiva, transformando la actividad en
adicción. Todas estas actitudes pueden ocultar la falta de un real de sentido de vivir, pero
jamás la harán desaparecer. Es lo mismo que ocultar el síntoma de una enfermedad sin
actuar sobre sus causas. Volverá a aparecer recurrentemente. Así trabaja del ego.
El problema que enfrentan actualmente las personas es que cada vez se hace más difícil
encontrar el propio sentido, prueba de ello es el avance del alcoholismo y de la
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Ya sé, me voy a anticipar a tu pregunta, ¿cómo hallamos el sentido que queremos darle a
nuestra vida?,¿cómo hacemos para llenar nuestro vacío existencial?. Correcto, responde
Roberto.
Miguel: existen técnicas vinculadas con la programación mental, técnicas psicológicas que
inducen a reforzar valores creativos, a generar cambios de conducta, etc. Estas opciones
pueden tener resultados positivos pero la más contundente es comprender el sentido
espiritual de la vida, que no depende de otros, ni siquiera de nuestros proyectos, de nada
que provenga del exterior.
Así opera la naturaleza, así hay que actuar. La existencia no creó al hombre para que
sea infeliz, para que no disfrute de su paso por el mundo, lo creó con todas las
capacidades para que coparticipe de su obra creativa. Para ello lo necesita sano, fuerte,
feliz, entusiasmado, y le dio todos los atributos para que ello sea posible, pero en un
punto de la historia de la humanidad, la conciencia condicionada, el ego, desvió el
camino.
No obstante siempre hay tiempo para retomarlo y es fácil, es sencillo, solo basta con ver
la naturaleza, reflexionar, contemplar, activar el diálogo interno y meditar. Así nos
volvemos a encontrar, hallamos sin esfuerzo el propósito de nuestra vida, el sentido de
vivir y el recurso para construir un destino de grandeza.
Observo que todo esto es muy importante, me parece que conocer estos temas es un
derecho que nos asiste. ¿No te parece?, aclara Roberto.
¡Exacto!, contesta Miguel, ¿qué pasaría si todos los temas tratados en estas páginas
integrarían los contenidos de la enseñanza primaria, secundaria y terciaria?. Claro está,
con la metodología pedagógica correspondiente para cada edad del individuo. ¿No se
comenzaría a formar un hombre nuevo y una nueva sociedad?.
Conocer estos temas debe ser nuestra principal intención. Para entrar en el terreno del
conocimiento hay que contar con dos valores: la motivación y la duda. Nunca
conoceré lo que es la aviación porque no me motivan los aviones y tampoco tendré un
enfoque inquisidor sobre lo que no me gusta. Pero hay un aspecto que no podemos
soslayar, no podemos dejar de lado: el conocimiento sobre nosotros mismos. No
me gusta la aviación, pero si tengo que trasladarme a una gran distancia, existe un
aviador que adquirió el conocimiento suficiente para que yo pueda satisfacer mi
necesidad. Del mismo modo para una infinidad de necesidades. Pero nadie puede
reemplazarme para tener conocimiento sobre mí mismo. Es una materia que nos
compete a todos, carpintero, albañil, abogado, aviador o lo que sea.
93 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
De la misma manera que saber hablar es algo que todos debemos aprender, o por lo
menos saber comunicarnos, también debemos conocernos a nosotros mismos. Ese es
el conocimiento principal, después agregar lo que cada uno desee. No podemos
ignorarnos, ¡prohibido ignorarnos!.
Ahora bien, el conocimiento del ser humano varía con la educación y la experiencia,
cuanto más formación y experiencia uno tenga, más amplio será el conocimiento, pero
todos nacemos con la misma potencialidad. Todos tenemos la mente preparada para
saber quienes somos. La naturaleza de la mente es tal, que cuando nos acostumbramos
a aprovechar sus capacidades es sorprendente lo que podemos alcanzar. Puede darle
visibilidad a lo invisible, descubrir lo más oculto imaginable, puede llegar a comprender
la vida real, puede llegar incluso a trascender su propia existencia y llegar a la no
mente, a la conciencia sin pensamiento. Aprovechar la más pura inteligencia de la mente
es conocer lo que somos, conocer la verdadera existencia, la que está más allá de la
información proveniente de nuestros limitados sentidos.
Debemos conocer, por ejemplo, que las aflicciones derivadas del deseo y del apego a las
cosas nos conducen a distintos tipos de ansiedades y dolor físico. Si obtenemos las cosas
deseadas, adquirimos cierto grado de felicidad, pero no es la auténtica, la mente siempre
buscará otras cosas ya que nunca logra el grado máximo de satisfacción. Esa felicidad
simplemente es la ausencia de las formas más primarias de sufrimiento porque
deriva de factores externos. La verdadera felicidad surge de nuestro ser profundo, viene
de adentro no de afuera, espontáneamente, sin ningún tipo de esfuerzo. Cuando la
sentimos, la vivimos, llega la paz. Podemos ser prósperos y exitosos, podemos disponer
de muchas comodidades materiales, pero mientras seamos presa de perturbaciones
emocionales, no encontraremos la paz. Son leyes naturales. Debemos adiestrarnos para
eliminar todas las emociones negativas. ¿De qué manera?, ya hemos mencionado que la
práctica más poderosa es la meditación, pues nos conduce a la calma mental.
94 Roberto M. Udrisar
La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
Pero la meditación alcanza su máxima eficiencia cuando tenemos además una clara
visión de lo que somos. Una visión superior, una visión trascendente. La
eliminación de las actividades mentales no implica meditar sobre nuestra esencia.
De allí un pensamiento que dice: “la meditación puede suprimir eficazmente las
emociones perturbadoras, y la sabiduría, destruir totalmente su potencial latente”.
El conocimiento es un desafío, y la grandeza humana deriva del desafío.
Supongo que las religiones crean un ámbito para la enseñanza de la espiritualidad. ¿De
qué manera están influyendo en la gente?, pregunta Roberto.
Miguel: el ser humano aloja en sus genes al espíritu, una inteligencia mayor, como aloja a
sus células, tejidos y órganos. Por eso se regocija con el bien, la belleza, el amor sin
proponérselo, goza con el surgimiento espontáneo de los valores supremos. No es casual
que el arte proporcione una sensación de plenitud, es uno de los vehículos a través del
cual se expresa nuestro ser interior.
Muchos interpretan a la religión como el mejor espacio para conectarse con su faceta
espiritual, aunque un creciente número de personas ya han tomado conciencia de la
diferencia entre la espiritualidad y la religión.
Abrazar un credo (creencias) no hace más espirituales a las personas. ¿Por qué?, porque
las creencias anidan en el plano de la mente, y cuanto más se identifican con ellas, más
crece la separación con la dimensión espiritual.
Los pensamientos, las creencias, no alojan la verdad absoluta sino una parte de la
realidad debido a las limitaciones del pensamiento humano. Al ser la creencia un
fragmento de la realidad, se originan distintas formas de ver e interpretar la existencia. Por
ello, en la historia de la humanidad hubo y hay muchas religiones y no una sola.
En vez de poner fin al odio y a la violencia propiciando la unicidad de todas las formas de
vida, las religiones en la historia de la humanidad, al ser propietarias de una ideología o
credo, jugaron a favor de guerras y divisiones. Se redujo la conciencia universal a un
“ídolo mental” dando lugar a “mi Dios”, o “nuestro Dios” y a muchos actos de locuras en
nombre de la religión.
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
La moral surge de corrientes filosóficas y por lo tanto pertenece al pensamiento, por eso
cambia y es objeto de debate. Pero la verdadera moral, el verdadero bien, son valores
propios de la inteligencia mayor que no poseen opuestos ni están sujetos a controversias.
En la conciencia del universo no existe la amoralidad o el mal como la entendemos en
este mundo, esas son construcciones de la mente humana. La moral o el bien sin
opuestos, así como las otras cualidades de la existencia, surgen en la mente
espontáneamente. Las personas naturalmente desean la moral, desean el bien, el
problema se presenta cuando el pensamiento las define, en ese instante el concepto se
relativiza y surgen opiniones diferentes, se crea además el opuesto: la amoralidad, el mal.
En algún momento del desarrollo humano el hombre vivirá en el plano espiritual de la
existencia y no necesitará que alguien le explique el concepto del bien o de la moral.
Pero en este momento del proceso evolutivo es necesario cohesionar el tejido social, y las
religiones junto con otros organismos son medios útiles, aunque ese objetivo recién se
cumplirá en su máxima expresión cuando se logre la expansión de la conciencia en cada
una de las personas. Para eso falta mucho, por lo menos, para los tiempos que maneja el
ser humano.
Ya que tocamos estos temas, ¿qué ideas tienes sobre Dios?, pregunta Roberto. (Estos
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
conceptos fueron extraídos de: Osho – El Dios que nunca fue. Conferencias dictadas por
Osho).
¡Huy, qué tema!, contesta Miguel. Me parece que lo más importante es el enfoque
que le demos, y ¿cuál es el enfoque?, ¡el verdadero! y ¿cuál es el enfoque
verdadero?, el que surge de la naturaleza, no el que emana del pensamiento
humano. No es el que surge del sistema de creencias.
¿Tantos dioses como el ser humano sea capaz de crear?, interrumpe Roberto y pregunta,
¿pero no fue Dios el que creó al hombre?.
Miguel: es de fundamental importancia tener una idea clara de lo queremos decir cuando
decimos Dios. Si cuando decimos Dios nos estamos refiriendo a la propia existencia, a la
naturaleza, a la inteligencia mayor del universo, a la conciencia universal, al Ser universal,
al espíritu universal, a la Vida Una, eso es lo real. La realidad única. ¿Por qué la única
realidad, la única verdad?. Porque no responde al pensamiento humano, simplemente
“es”. Y el ser humano es parte de la Vida Una, es parte de la existencia universal. Si así
interpretamos a Dios, veremos que está fuera de nosotros y también dentro de nosotros,
también “es” nosotros.
Pero si cuando decimos Dios estamos personificando la idea, y nos referimos a un “ser
que está arriba”, “en el cielo o donde sea”, y creamos o no una imagen de cualquier
naturaleza (un hombre de barba blanca, un sol, una vaca, o lo que sea), es decir fuera de
nosotros, alguien a quien podemos pedirle ayuda en los momentos difíciles, alguien a
quien pedirle misericordia por los pecados que cometemos, etc., lo estamos creando, la
mente humana lo crea.
A Dios no hay que creerlo, hay que sentirlo, es nuestro interior profundo, es nuestro ser
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
¿Por qué entonces el ser humano siempre tuvo la necesidad de creer en Dios, de tener
un Dios, y como tú dices, de crear un Dios?, pregunta intrigado Roberto.
Miguel: en toda la historia de la humanidad, el ser humano tuvo y tiene ansiedad, temor,
angustia. Por eso crea a Dios, lo personifica, lo separa y lo pone fuera de su propia
persona. Para buscar un referente todopoderoso que logre mitigar esas emociones,
sobre todo el temor. No es casual que muchas personas se acuerden de Dios en los
malos momentos, buscando ayuda externa. Si logran salir bien de la situación, es gracias
a Dios, sino, ¡cómo Dios pudo hacerme esto a mí!. Si la situación es entre dos personas y
sale bien es gracias a Dios, si sale mal, es culpa de la “bestia” (la otra persona). Si algo
bueno ocurrió sorprendentemente fue un milagro de Dios, en cambio si es algo malo “el
diablo metió la cola”. Estas situaciones que encontramos con mucha frecuencia y forman
parte de lo cotidiano, ¿no suena a ficción?.
Si la humanidad tiene tantas religiones para llegar a Dios allá fuera de nosotros, ¿por qué
los árboles no tienen religión?, ¿por qué las palomas no tienen religión?, ¿por qué las
rocas no tienen religión?, solo debe haber una respuesta: porque la religión es
producto del pensamiento humano, entonces esto también ¿no suena a ficción?.
No debemos abrazar la idea de que si toda la humanidad desde sus comienzos tuvo
la necesidad de creer en Dios y de crear las religiones, es eso lo correcto. Solo
formó parte del proceso evolutivo. El próximo paso es una instancia superior,
liberarnos de las creencias para sentir al ser interior. Incluye a todos los seres
humanos y formará al “hombre nuevo”.
Si la idea de Dios como imagen externa de nosotros es una ficción, y por lo tanto la
religión como enlace entre nosotros y Dios también es una ficción, ¿tenemos que ser
ateos?, interviene Roberto.
Miguel: de acuerdo con Osho no se trata de eso. Ser ateo significa no creer en Dios y es
contrario al teísmo, que sí cree en Dios. Siempre que nos encontremos con la figura de
los opuestos, es producto de la mente humana. Es tan relativo creer que no creer. La
verdad no se sustenta en las creencias sino en experimentar la existencia.
¡Cuántas corrientes filosóficas, cuántas escrituras que le dan sustento a los diversos
pensamientos teológicos tuvo que experimentar la humanidad para llegar a la Vida Una!.
Es realmente asombroso. Y la Vida Una, la existencia, no tiene que ser explicada, tiene
que ser vivida, disfrutada, ¿qué es lo que tenemos que comprender?, el sentir no tiene
explicación. Lo que ocurre es que la mente tiene la costumbre de recurrir al intelecto para
explicar las cosas.
Las ideas sustituyen lo que es un misterio y para la mente humana, producto de sus
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
¡Pero no puedes negar que mucha gente que cree en Dios y en los dogmas de su religión
logran sentirse mucho mejor que si fuesen ateos!, afirma Roberto.
Puede ser cierto, contesta Miguel, en ese caso son estados pasajeros. Si la creencia de
un ser superior, todopoderoso, es necesaria para mitigar el terror, la angustia, la ansiedad
y aliviar el miedo a lo incomprensible, a lo oscuro de la vida, en cierta medida con fe en
Dios eso se logra. Pero el problema es que esas sensaciones no desaparecen, quedan
ocultas, y vuelven a aparecer recurrentemente. El saber que somos uno con la existencia
y la experiencia de sentirla, de vivirla, son los antídotos para llenar el vacío interior. No
hay otro.
Karl Marx, ateo, una vez dijo: “la religión es el opio de los pueblos”. Los opiáceos
son sustancias químicas que sirven para paliar el dolor causado por ciertas
enfermedades, pero no la curan. El creador de la doctrina marxista llamó al pueblo
ruso a no creer más en Dios, y muchos lo siguieron. Dejaron de creer en lo que
Marx decía que era una mentira pero quedó al descubierto lo que la creencia
ocultaba: el sufrimiento. Aquí estamos ante un problema, si dejamos de creer en
Dios, ¿de qué manera se mitiga el dolor, el sufrimiento?. Hacemos desaparecer el
paliativo y la enfermedad aparece. Creyendo en Dios también está, pero más oculta.
Al sufrimiento hay que eliminarlo, no hay que ocultarlo.
Pero la figura de Dios está relacionada con el bien y las religiones imparten la noción del
bien y del mal, acota Roberto.
Los seres humanos cuando nacen no traen el valor “bien” o el valor “mal” consigo, su
conciencia es casi pura. La complejidad de sus vidas condicionará sus conciencias hacia
lo que cada uno particularmente, y la sociedad en su conjunto, consideren bien o mal en
el momento de la historia que les toque vivir.
Volvamos a la pregunta ¿qué es el bien?, ¿la guerra es un bien?, ¿acaso no hubo guerras
en nombre del bien?. Hubo guerras religiosas en nombre de Dios y del bien. Repacemos
nuestras vidas, ¿cuántas elecciones hemos hecho que nos parecían buenas y
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La vida: del misterio y suspenso al placer de transitarla
posteriormente fueron malas?, lo que demuestra que la noción “buena” o “mala” fueron
hechas de acuerdo a lo que pensábamos en un momento determinado.
El concepto del bien y del mal forma parte del proceso evolutivo de la mente
humana, del crecimiento hacia la perfección. En la actualidad diversos modos de
violencia extrema como la tortura, la violación, el asesinato, afortunadamente son
considerados por la inmensa mayoría de la población mundial como producto de las
fuerzas del mal y son condenados, salvo para los que las cometen. Falta resolver formas
más sutiles de violencia, las que generan algunas palabras, por su tono y/o por su
significado. La oportunidad estará marcada por el proceso evolutivo de la mente humana.
No existe el hombre bueno y el hombre malo, esta es otra construcción mental, solo
existen las personas que con sus actos se acercan a los dictados de la naturaleza y
otras que se alejan.
Como dijimos, las religiones también imparten la moral y parece importante. Pero la
moral es solo una convención social, varía de un país a otro, de una raza a otra, de un
momento histórico a otro. El concepto de moral siempre cambia y si cambia se
relativiza. El valor absoluto y sin opuesto solo existe en el reino espiritual, fuera de la
mente humana.
Miguel: disculpa, no te puedo indicar lo que debes hacer, pero no es porque no quiera,
sino porque no puedo. Si dar una indicación sobre lo que debes hacer pone en contexto la
figura de una persona “superior” que trata de influir sobre otra “inferior”, no puedo hacerlo
porque los seres humanos somos todos iguales.
Late en nuestro ser interior la misma potencialidad. Nos diferencia las distintas
habilidades que poseemos, las diferentes visiones y opiniones que tenemos sobre las
cosas. Nos distingue las diversas formas que el pasado condicionó nuestra conciencia
producto de nuestras relaciones, del contexto en el que vivimos, y al significado que le
dimos a los acontecimientos. Los deseos también nos diferencia, pero todos somos parte
de una realidad única, un punto focalizado de la conciencia universal.
Sí te puedo trasmitir estos conocimientos que con mucho trabajo y placer incorporé, que
son porciones de la Verdad que el ser humano reveló, pero que no forman parte del
pensamiento, sino sería otro modo relativo de ver las cosas. Es lo que el ser humano
pudo descubrir, pudo retirar el velo de lo que ya existía en la naturaleza, aunque todavía
persistan misterios. Para avanzar debemos expandir nuestra conciencia y abrirnos paso
hacia nuevos paradigmas, para ello debemos acabar con las ilusiones.
Desterrar la ilusión de que el mundo no es como lo vemos sino como los sentidos “quieren
que lo veamos”, no es sólido, ni liquido ni gaseoso, es energía e información. Nuestros
cuerpos también. Si somos capaces de entender que modificando esa percepción se abre
Del mismo modo si logramos percibir que todas las cosas (incluidas el ser humano) están
íntimamente conectadas y ordenadas por una inteligencia mayor, universal y que una
porción infinitesimal de esa misma inteligencia anida en cada uno de nosotros, o mejor,
“es” nosotros. Es inimaginable pensar cuántos nuevos conocimientos y habilidades
podemos desarrollar desde esta perspectiva para alumbrar una vida saludable y feliz.
Como lo hemos reiterado en varias oportunidades, lo que los antiguos sabios llamaban el
Ser, hoy podemos decir que es un continuo de conciencia. Es la conciencia del universo
que adopta diferentes formas. Forma mineral, vegetal, animal, y ser humano. El continuo
de conciencia se extiende también hacia formas de pensamientos, emociones y
sentimientos, ergo somos esencialmente una proyección focalizada de la conciencia
universal. Vivir esa experiencia es llegar al centro de la Verdad.
Todos los pensamientos y emociones no son nuestros, los positivos, los negativos, y
todas las cualidades son creadas por la inteligencia universal. Nos apoderamos de ellos
cuando entran en la mente y los experimentamos, y se manifiestan en el cuerpo de
diversas maneras. Si nuestros pensamientos, emociones y actitudes no concuerdan con
los códigos establecidos por la inteligencia mayor, nuestra psiquis pagará las
consecuencias y nuestro cuerpo también. Basta con averiguar como responde el cuerpo
ante el consumo desmedido de alcohol, tabaco, alimentación no saludable, drogas, etc., y
como responde la psiquis ante el estrés, aflicción, preocupación, etc. Ése es le pecado y
ése es el castigo.
Debemos terminar con la ilusión de que con los pensamientos, con el intelecto, la razón,
la lógica, las creencias, no apropiaremos de la Verdad. Éstos podrán indicarnos el
camino, pero la Verdad la encontraremos en nuestro ser interior. Del contacto con la
conciencia del universo surgirá espontáneamente, del mismo modo surgirán las
cualidades propias de la existencia: la belleza, el amor, la dicha, la creatividad, la
felicidad. La búsqueda no es fuera de nosotros con el pensamiento, es dentro de
nosotros alimentando el ser interior.
Finalicemos con las preguntas que nos hicimos al principio: ¿quiénes somos?, ¿qué
propósito tenemos?, ¿cuál es nuestro destino?. Es probable que en cierto modo las
hayamos respondido. Quedan algunos misterios, alguna incertidumbre. La mente humana
todavía no terminó de crecer para lograr la perfección, falta mucho, mientras tanto
disfrutemos el desafío de ir descubriendo lo que la inteligencia nos tiene preparado, ¿no
A modo de repaso
¿No te gustaría repasar algunos temas importantes?, pregunta Miguel. ¿Repasar, para
qué?, contesta Roberto. Miguel: para ver si estás preparado para rendir el examen.
Roberto: ¿qué examen?. Miguel: el más importante de todos. El examen que te exige la
vida para experimentarla plenamente: teórico y práctico. El conocimiento de la vida y
como aplicarlo en el fragmento de eternidad que va desde tu nacimiento hasta tu muerte.
Roberto: me parece interesante la idea.
Miguel: ¿nunca te has preguntado por qué en ciertos momentos se conceden flores?, por
ejemplo a una madre cuando da a luz a un bebé, el enamorado a su pareja, o también
ante la muerte?. No contesta Roberto, nunca se me ocurrió.
Miguel: la flor entre otras formas delicadas, representa para la mente humana lo
agradable, lo bello, lo sutil. Los sentimientos de alegría y amor están estrictamente
vinculados con esas cualidades. ¿Alguna vez vimos una flor estresada, preocupada,
afligida?. No, porque no tiene mente, tiene cuerpo y alma, pero no tiene mente. Es lo
más parecido a una expresión espiritual. Trasmite con facilidad su esencia y se conecta
con la misma facilidad con nuestro interior más puro. Podemos decir que al tomar
contacto con una flor se establece un vínculo muy fuerte entre nuestro ser espiritual
y la esencia espiritual de la flor.
La flor representa para el ser humano un mensajero espiritual y cuando queremos llegar
con nuestro más puro sentimiento obsequiamos una flor, aún con el ser espiritual de la
persona que dejó de lado su situación vital y regresó a lo no manifestado, de donde
provino. Ese es el sentido, reforzar la conexión espiritual. El ser humano siempre
siente la necesidad de manifestar su esencia, de una u otra forma, porque es un ser
espiritual.
Sigamos recordando, “haciendo cifras redondas”, el 99% del átomo es vacío. Si estamos
constituidos por millones de átomos, somos literalmente un 99% de nada y 1% de
energía. Repito, somos 99% de nada y 1% de energía, es decir, esencialmente una nada
informe que para manifestarse en el mundo de las formas, en el mundo visible, solo
necesita un 1% de energía que vibre a una determinada frecuencia. A algunos le costará
más asimilar esto y a otros menos, pero no es una hipótesis puesta a debate en el mundo
científico. Es la única realidad.
Pero falta un detalle, ¿qué es esa nada?. Hasta aquí llegó lo que la mente humana
puede percibir desde el intelecto, desde la lógica, desde el uso de la razón. Dejemos
la mente para sentir la nada, para vivir o experimentar el sentimiento de alegría, de
amor, de belleza que trasmite la flor por ejemplo. Ese sentimiento no tiene forma,
textura, color, olor, sabor, pero ¡existe!. Es el sentimiento del ser espiritual.
Pues bien, entre nuestro espíritu (99%) y nuestra frecuencia vibratoria que es la “materia
prima” de los sentidos para vernos como cuerpo (1%), existe un puente: la mente.
Ambos componentes son inmodificables, el ser espiritual fue, es y será perfecto, por lo
tanto inalterable. La anatomía y la fisiología (funciones) del cuerpo es producto del trabajo
orfebre de la naturaleza y si no interviene la mente tampoco se modifica.
El único componente del ser humano que cambia es la mente, los pensamientos, las
ideas, las creencias, el intelecto, las emociones, etc., son modificables, pero además la
mente aprendió a influir sobre la inteligencia del cuerpo, y si lo hace contra natura, el ser
humano pagará un precio demasiado caro. Pagará con sufrimientos y enfermedades
psíquicas y físicas.
Miguel: me parece correcto. Pero, ¿qué es la mente?, porque no la podemos ver, ni tocar,
pero existe. Recordemos que la conciencia universal decidió manifestarse en el mundo de
las formas y para ello utiliza un proceso de diferenciación. Se diferencia en cuerpo, en
pensamientos, emociones, etc., pero para poder apreciarlas tuvo que crear la asociación
mente-cerebro. El cerebro es un órgano clave para que podamos experimentar los
atributos de la mente.
¿Cuáles son esos atributos?, esencialmente dos: el pensamiento y la emoción, porque los
otros, las ideas, creencias, el intelecto, deseos, etc., derivan del pensamiento. El
pensamiento y la emoción son los atributos que influirán decididamente en
nuestras vidas, por eso vamos a prestarle toda la atención posible.
Recordemos que en el cerebro existen dos estructuras mediante las cuales podemos
experimentar el pensamiento y la emoción: el neocórtex y el sistema límbico
respectivamente. Para asegurar la supervivencia de la especie humana primero se formó
el sistema límbico, por lo tanto la emoción nació primero que el pensamiento. Una de
ellas fue el miedo, necesario para luchar o huir de las asechanzas del medio y así
preservar la especie. El miedo puede salvarnos la vida, pero si nos domina puede
paralizarnos.
La información que nos proviene del medio que nos rodea es captada por los sentidos y
enviada al cerebro, éste las procesa, y si interviene el consciente, esa información es
pensada y razonada, luego se almacena. Si no interviene el consciente también se
archiva en el inconsciente sin ser juzgada ni interpretada.
Los pensamientos fluyen como lo hace la sangre por las venas, no los podemos parar, su
actividad es incesante. Las emociones primarias suceden sin la intervención del
pensamiento. El temor (emoción) a un accidente que nos cueste la vida ante la frenada
intempestiva de un vehículo que nos prepara para huir (producción de adrenalina,
aumento de la frecuencia cardíaca, contractura muscular, etc.), se origina sin la
intervención del pensamiento. Y es bueno que así sea, si nos ponemos a pensar el
vehículo no lleva por delante.
La ira, la hostilidad provocada por una situación o por otra persona, aparecen también sin
la intervención previa del pensamiento (recordar los circuitos neuronales del cerebro que
los posibilita), luego la reflexión llega, pero en forma tardía. Hay otras emociones que se
originan sin la intervención consciente que producen enfermedades psicosomáticas.
Todas estas emociones están almacenadas en el inconsciente.
Interrumpe Roberto, se me ocurre entonces que podemos analizar esos poderes, ¿no te
parece?.
Miguel: me parece muy bien, pero hay otro poder que supera a ambos y que también
lo debemos poner en contexto: el poder de nuestro ser espiritual al que Eckhart Tolle
llama “El poder del Ahora”.
¿Sabes por qué los supera?, porque es el que guía nuestras vidas por los caminos de la
belleza, amor, creatividad, alegría, paz, felicidad, salud. Además es la fuente de la propia
vida, de la energía, de los atributos de la mente.
Quizás los ruidos mentales no nos dejan percibir la guía del poder espiritual, pero
existe. Prestémosle atención, puede presentarse como una intuición, como sucesos
fortuitos, coincidencias afortunadas. No se presenta en forma de miedo, premoniciones,
augurios o desconfianza, éste es el ego. Observemos los sucesos cotidianos, al principio
podemos tener dudas, pero a medida que vayamos haciendo la experiencia se van
aclarando.
¡Apostemos a ganador!, juguemos a favor del poder del ser espiritual que
generalmente ni sabemos que lo tenemos porque queda oculto detrás de los ruidos
mentales. Ese es el modo de vivir. Somos poseedores de ese poder, así fuimos
diseñados y rebasa por mucho a los otros dos. Fíjate, el ser espiritual excede la
información aportada por los sentidos y la interpretación que la mente hace. Es la
conciencia pura que se hace presente en nuestras vidas con mucha sutileza, por
ejemplo, cuando sentimos que alguien nos quiere o no, cuando penetramos en un
lugar y percibimos tensión o seguridad, o cuando quedamos extasiados ante un
paisaje exultante de la naturaleza. Esos sentimientos de plenitud suelen ser
saboteados por los pensamientos, pero son mucho más poderosos.
Roberto, ¡me gustó esa frase!: ”apostemos a ganador”. Quien no quiere apostar a
ganador, pero sospecho que muy pocas personas saben donde está la ventanilla para
comprar los boletos?. Pregunto, ¿cómo se hace?.
Miguel: recordar el primer paso que hay que dar. Cuando observamos el pensamiento,
cuando observamos la emoción, en definitiva cuando observamos la mente, dejamos de
identificarnos con ella y pasamos a ser nuestro “yo” auténtico. Nos damos cuenta de que
“yo” y “ellos” no es lo mismo. Cuando observamos el pensamiento o la emoción somos
conscientes de la presencia de ellos y de nosotros mismos como testigos. Mientras lo
observamos sentimos una presencia consciente. Esta es una nueva dimensión de la
conciencia. Notaremos entonces como la mente se va calmando y desaparece su poder
para dar lugar al poder el ser espiritual.
No solo acallamos los pensamientos repetitivos e inútiles y las emociones negativas, sino
que abrimos un espacio para el surgimiento de pensamientos prácticos y útiles para
nuestros propósitos y surgirán también emociones que jueguen a favor de nuestra salud
psíquica y física.
Miguel: el poder del ser espiritual que se encuentra en nuestro interior profundo siempre
es constructivo. En cambio el poder del pensamiento puede ser constructivo o destructivo.
Hablemos del destructivo. Según Eckhart Tolle, el 80% o 90% del pensamiento de la
mayoría de las personas no solo es repetitivo e inútil sino también en gran parte negativo
y perjudicial. Sobre esto debemos reflexionar y mucho, porque de pensamientos
negativos surgirán emociones negativas con capacidad de daño corporal.
¿Cómo hacemos uso de ese poder?. En primer término tenemos que tomar el control de
nuestra mente. Debemos recordar que nuestros pensamientos se fueron construyendo
sobre la base de condicionamientos personales y sociales, en consecuencia tenemos que
romper con esos condicionamientos. Dejemos atrás los sentidos, dejemos atrás los
pensamientos y dirijamos nuestro foco de atención consciente hacia donde tenemos toda
nuestra potencialidad, hacia nuestro ser interior. Aparecerá un nuevo estado de
conciencia que nos revelará que tenemos fuerzas poderosas para la realización de
nuestros propósitos, que nuestra intuición es una guía invisible para alcanzarlos, que
podemos crear una nueva realidad para no depender de lo comúnmente llamamos
“suerte”.
Tener fe no quiere decir “fe ciega”, no tiene que basarse en nada fuera de uno mismo,
surge de nuestra seguridad interior con base en la experiencia, en el conocimiento, en
saber quienes somos. A veces decimos fe “en mí mismo”, pero no tiene que ser la fe
basada en el ego que demandará ganar, poseer, consumir, dominar, sino la que emerge
del ser espiritual a partir del cual encontraremos la solución de los problemas al
enseñarnos que no existen los obstáculos exteriores. Es el ego quien los crea.
Los nuevos pensamientos deben tener un propósito congruente con el propósito del todo,
con el propósito del universo. Cualquier actividad, desempeño o quehacer debe ir
acompañado con creatividad, vocación de servicio, sin egoísmos, sin hostilidad ni
agresión. Desarrollar nuestra tarea sin pensar en el resultado, porque al momento de
realizarla debemos ser uno con ella. Veremos con sorpresa que el éxito viene solo y
que no es producto de una búsqueda afanosa del resultado. También observaremos que
desempeñaremos la labor libre de pensamientos inquietantes creadores de estrés.
¿Este enfoque es muy bueno, pero crees que es aplicable en un mundo competitivo y
alienante como el que nos toca vivir?, interrumpe Roberto.
Miguel: tienes mucha razón de pensar en los serios obstáculos que realmente existen.
Quizás encuentres éxitos, en el sentido convencional de la palabra, en personas que no
aplican este criterio, pero no podrán tener una vida plena y los acompañará algún grado
de sufrimiento.
Pero es perfectamente posible y necesario respetar este modo de actuar, para ello se
necesita crear un nuevo esquema mental. Recuerda que para que algo se pueda
llevar a cabo, en primer término tiene que estar en la mente. Esta estructura mental
tiene que tener ciertas características:
- Tener la intención de cambiar para que los pensamientos sean cada vez más útiles,
prácticos y positivos, y dejar de lado los inútiles y negativos. Esto es posible gracias a la
maleabilidad del cerebro. Nuevos “cableados” neuronales crearán el sustento físico
necesario para la permanencia de esos pensamientos y paralelamente se “desarmarán”
las redes neuronales que soportaban a los anteriores. Como en la inmensa mayoría de
las veces el pensamiento precede a la emoción, se podrá notar que éstas también
sufrirán un cambio positivo. Lo notaremos en el cuerpo y también en la psiquis.
- Dejar de creer que solo existe lo que podemos ver o tocar. Recuerda que es muy
limitada la información que los sentidos pueden captar en relación con todo lo que existe a
nuestro alrededor. De esa manera cambiamos la percepción de la realidad y ampliamos
enormemente el campo de conciencia.
también a la señal de nuestras intuiciones que nacen del interior profundo. Pensemos en
hacer real lo que sentimos.
- Tener siempre presente en armonizar los pensamientos con el ser interior y con el
cuerpo. Este es un designio de la naturaleza.
- Los deseos, los pensamientos crean las intenciones y éstas crean la realidad.
Acostumbrémonos a pensar y a visualizar imágenes de lo que queremos como si ya
fueran una realidad. Si queremos comprar un auto imaginemos manejando el auto que
deseamos. Si queremos comprar una casa imaginemos estar viviendo en la casa
deseada. Luego actuemos para conseguirlo. Esto puede sonar a auto engaño pero es un
excelente ejercicio para superar las limitaciones que creemos tener.
Estos son algunos de los modos, a mi juicio los más importantes, para generar un
esquema mental con pensamientos constructivos. Es asombroso como funciona
porque el pensamiento crea la realidad física. Recuerda la ley de la atracción,
atraemos todo lo que está en nuestro interior. Si pensamos en fracasar, vendrá el fracaso,
si pensamos en el éxito, el éxito vendrá. Todo nace con la construcción de un nuevo
esquema mental.
Pero muchas veces no nos damos cuenta que nos poseen, actúan pero no somos
conscientes de ellas. En esos casos las experimentaremos en un nivel puramente físico,
como un problema o un síntoma (taquicardia, gastritis, dermatitis). Es la mente trabajando
en forma oculta. ¿Cómo las descubrimos?, por las manifestaciones físicas de las
emociones. Observemos entonces el síntoma físico de la emoción de la misma manera
que cuando aparecen en forma consciente.
Mientras tanto vayamos cambiando los viejos patrones del pensamiento que las
originaron. Pero eso no es todo, dirijamos nuestro foco de atención consciente hacia
nuestro ser interior, hacia estados más puros de conciencia, hacia el ser espiritual donde
reside el poder más fuerte capaz de generar los cambios más profundos. Y esto lo
tenemos que hacer diariamente, consistentemente, para poder experimentar una vida
saludable.
Es el único modo de romper con los viejos patrones, porque la emoción generalmente
representa un pensamiento amplificado y energizado. El pensamiento crea la emoción y la
frecuencia vibratoria de la emoción alimenta el pensamiento que la originó, formándose un
círculo vicioso que solo el poder del ser espiritual es capaz de romper.
Según Eckhart Tolle, todas las emociones derivan de una primordial, indiferenciada, que
puede ser el miedo o mejor el sufrimiento, que es una suerte de sensación de amenaza
con falta plenitud. La mente basa su incesante actividad tratando de salir del sufrimiento,
pero todo lo que puede lograr es ocultarlo temporalmente porque es la que lo origina.
Tolle lo ejemplifica muy bien: “un jefe de policía no puede encontrar al ladrón cuando el
ladrón es el mismo jefe de policía”. Solo el poder del ser espiritual es el encargado de
vencer al poder del pensamiento y al poder de la emoción. Por tal motivo, cuando la
emoción produce un daño corporal, la forma más eficaz de tratarlo es con la medicina
cuerpo-mente-espíritu.
Miguel: aunque cada vez es mayor el número de personas que se están abriendo hacia la
espiritualidad, todavía nos encontramos en una etapa lejana del propósito que abarque a
toda la humanidad. En la Argentina, por ejemplo, mucha gente se está incorporando a
prácticas espirituales como el yoga, y en menor proporción a la meditación. Pero me da la
impresión de que lo hacen sin conocer acabadamente los secretos de la existencia. Creo
que no hay una buena comunicación que exprese su verdadera dimensión, dando lugar a
grandes confusiones. Para mucha gente no aparece con claridad la idea de lo que
expresa la espiritualidad.
Las religiones que se acercan a la pobreza para ofrecer ayuda intentando reforzar al ser
interior, lo hacen desde un credo, un dogma, desde la creencia de un Dios exterior al ser
humano que si no cumple con los mandamientos lo va a juzgar, a condenar. De ese modo
es difícil que se desarrollen las potencialidades humanas, éstas están en el interior de
todas las personas y no dependen de factores externos.
Desde una perspectiva auténtica, estas enseñanzas no tienen nada que ver con la
espiritualidad. La verdadera espiritualidad se alcanza con prácticas que alimenten
el ser interior de las personas, no con imágenes externas. La verdadera espiritualidad
no se alcanza con las oraciones, sino con el conocimiento de que el ser humano no es su
mente y con prácticas espirituales que lleven a cabo constantemente.
Las que no están incluidas en la pobreza, con mejor grado de educación y que expresan
una fe religiosa, quizás les resulte imposible renunciar a las creencias y a los dogmas. En
estos casos no está mal rezar, o respetar los principios religiosos si con esa actitud se
sienten bien. Pero deberán saber que su ser interior solo se cultiva con verdaderas
prácticas espirituales y dejando de lado dogmas y creencias propias de la mente en
estado egotista, sino todo es una ilusión.
Todas las ideas, los conceptos, surgen del pensamiento, del intelecto, pero ése es solo
el camino para llegar a la comprensión de lo que es la espiritualidad. Terminado el
proceso, al estado más puro de conciencia se lo vive, se lo siente, sin usar el
pensamiento porque lo trasciende. Un estado conciente es un espacio libre de
pensamientos y emociones: es el estado esencial.
Alejada la pobreza, incorporado los conocimientos, disipadas las dudas que surgen de
una inadecuada difusión de la espiritualidad y rompiendo con los condicionamientos
culturales, todavía puede aparecer un obstáculo que impida vivir una vida en plenitud: la
aparición del ego.
El ego siempre dará batalla, luchará para sobrevivir y dirá “no cambies de conducta,
entrégate a la vida frívola, concéntrate en los bienes materiales, siente el placer del
alcohol y la droga, no seas altruista ¡total no podrás cambiar el mundo!, concentra poder y
sojuzga a los otros, ¡total son idiotas!, la espiritualidad es cosa de charlatanes”.
Sorprende el analfabetismo espiritual de los políticos. Ese es uno de los motivos, quizás el
más importante, por el cual el mundo vive en una permanente situación de conflicto. Es
común escuchar que el político tiene que adiestrarse para la “lucha política” y la palabra
lucha implica ataque y defensa, unos contra otros, separa, no une.
Dejando de lado los políticos corruptos que dan lugar a actos cargados de perversidad,
los que aspiran llegar al poder para librar las “batallas por las ideas” están dominados
por la mente en estado egotista. El comunismo contra el capitalismo, el liberalismo
contra el dirigismo, el estado contra el privado. La palabra contra también separa, no une.
El conflicto siempre está presente. Desde que se conoce la organización de la sociedad
en tribus, en imperios, en países, siempre la humanidad vivió en crisis. Las crisis existió,
existe y existirá cuando la sociedad y sus representantes, los políticos, sean
analfabetos espirituales. Solo podrá variar en su intensidad.
El político debiera entender que jamás podrá vencer al estado egotista disfuncional
de su oponente con el ataque. Si bien es cierto que en determinados casos es
necesario protegerse o proteger a otros del ataque de un tercero, no debe caer en el error
de hacerlo desde el mismo estado disfuncional. Aunque logre vencerlo, siempre
aparecerá el u otros oponentes. Todo aquello contra lo cual luchamos persiste y muchas
veces se fortalece. Comúnmente cambia de disfraz.
Siguiendo a Eckhart Tolle, todas las guerras tuvieron como destino el fracaso, los que
triunfaron, ¿triunfaron?. El que perdió fracasó porque el enemigo salió fortalecido, y el que
ganó creó nuevos enemigos iguales o peores a los derrotados. Esto sucedió en toda la
historia de la humanidad, sin embargo se siguen creando nuevas guerras, ¿por qué?,
porque la disfunción mental colectiva de los que generan las guerras les hace ver una
realidad distorsionada, ven solamente lo que desean ver y surge de ese modo una
interpretación equivocada.
Mientras tanto este es el momento que nos toca vivir, y en la actualidad, en el mundo de
la política se deben llevar a la práctica valores que nadie está en desacuerdo: solidaridad,
tolerancia, búsqueda del bien común, desinterés del cargo político por el cargo mismo,
vocación de servicio, analizar la situación que se plantea sin desmerecer, desprestigiar o
violentar la opinión de otros, lograr consensos mayoritarios, dejar atrás viejas ideologías y
apelar al pragmatismo para velar por el interés común de acuerdo al contexto del
momento, dejar atrás las ambiciones personales, pero ¡cuidado!, para que estos valores
tengan vigencia no se debe luchar, ni combatir contra nadie, solo utilizar niveles
más elevados de conciencia.
Comentario final
El Che Guevara y los guerrilleros que lo acompañaron hubieran tenido mejores resultados
si usaban otro procedimiento para cambiar la situación política de Cuba, utilizaron un
método contra natura: la violencia armada.
Sin duda que el Dr. René Favaloro fue acumulando en el transcurso de su vida un
denso cuerpo del dolor, sino no se hubiera suicidado. Ahora que lo recuerdo lo
reflejaba en su rostro, quizás lo mitigaba con la dedicación y el esmero que le
proporcionaba a su trabajo. El vivía en la búsqueda de buenos resultados y eso está bien,
era un creativo, un ser que amaba al prójimo, solidario, etc., todos atributos de la
inteligencia universal, ¿qué pasó?.
Lo mismo podemos decir de Friedrich Nietzsche, muy discutido por ser el primer hombre
en toda la humanidad que afirmó: “Dios ha muerto, por lo tanto el hombre es libre”.
Dotado de una enorme inteligencia, fue uno de los gigantes intelectuales del siglo pasado,
sin embargo se volvió loco. ¿Falló su inteligencia?. No, no supo trascender su mente,
quizás por desconocimiento del campo espiritual, o por negarlo, como ocurría con los
hombres del intelecto y de la ciencia en aquella época.
Pero hablemos de los personajes. En estas páginas, el personaje Roberto es el que tiene
la mente condicionada por su pasado y por las relaciones sociales y culturales de su
entorno. Vive acorde a esas limitaciones. El personaje Miguel es el que utilizó la mente en
estado consciente. La mente que tiene conocimiento de sí misma y de la conciencia pura.
La que actuó con fines útiles para responder las preguntas.
En realidad ambos personajes soy “yo”, Roberto Miguel Udrisar, el que tras mucho trajinar
se dio cuenta que una porción de la conciencia universal, el ”yo” real, le facilitó la idea y
la creatividad necesaria para escribir estas líneas, sino hubiese sido imposible. El que
comprendió que ese “yo” trasciende el pensamiento y va a trascender su cuerpo cuando
abandone este mundo y se transforme en un montón de moléculas para ser recicladas.
¿Usted que cree, que estas páginas fueron escritas por Roberto M. Udrisar, el que tiene
un documento que lo identifica?. ¡No, está equivocado!, fueron redactadas por el ser
espiritual que hay en su interior, y que es una proyección focalizada del ser universal.
Pero ¡qué curioso!, en usted y en todos los seres humanos también se da la misma
condición, ¿quiere comprobarlo?, ¡siéntalo!, ¡vívalo!.
Bibliografía recomendada
Muchos de los conceptos abordados fueron extraídos de los libros que se citan a
continuación y que recomiendo su lectura. Fueron los que me dieron la “materia prima”
necesaria sin la cual estas páginas no hubiesen podido ser escritas. También fueron
extractados de numerosas publicaciones que acreditaron, a mi criterio, seriedad y rigor
científico.