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SESIÓN 2

Política fiscal: Eficacia, sostenibilidad e impacto en los mercados de


deuda.

1.- La macroeconomía no es la suma de comportamiento de agentes


individuales sino la consecuencia de la interacción de dichos
comportamientos individuales. Explique e indique tres ejemplos de’
falacias de composición’

La economía está constituida por los agentes económicos –consumidores, hogares o


empresas– y sus comportamientos. Típicamente se supone que es un agente racional
maximizador, que se relaciona con otros agentes desde su constitución como “átomo
aislado”. Es desde la acción de ese átomo que debe derivarse, según el neoclásico, el
comportamiento de la totalidad. Esta cuestión está claramente formulada en Krugman
(1996):

Los economistas creen, en general, que han “explicado” algo cuando pueden
demostrar que ciertos fenómenos colectivos de interés tendrían como origen la
interacción de comportamientos individuales, normalmente regidos por el propio
interés; o sea, los fenómenos globales de nivel superior se explican en función de
“microfundamentos” de nivel inferior. Los economistas creen, por ejemplo, que
comprenden la hiperinflación. El proceso funciona así: ante una inflación cuya raíz es
la emisión monetaria por el Estado, los individuos tratan de reducir el monto de dinero
efectivo en su poder; pero este empeño eleva más rápidamente aun los precios,
generando nuevos esfuerzos por reducir la tenencia de efectivo, etcétera. El fenómeno
del nivel superior, la hiperinflación, es explicado en términos del comportamiento del
nivel inferior, los esfuerzos de los individuos por reducir su tenencia de efectivo. No
toda teoría económica logra derivar los macrocomportamientos de las
micromotivaciones, pero ésa es siempre su meta [p. 721; en Kugman (1997) la
formulación es muy similar].

En definitiva, Krugman sostiene que la teoría neoclásica no conoce los fundamentos


microeconómicos del desarrollo económico. Por eso dice que los economistas que
abordan el desarrollo se parecen a los geólogos que se enfrentaban al conocimiento
de las cordilleras antes del descubrimiento tectónico de las capas. Estos economistas,
continúa Krugman, sólo tienen vagas especulaciones sobre las causas últimas del
desarrollo, siendo estas “causas últimas” las capas subyacentes de
microfundamentos.

Ésta es entonces una tesis central, desde el punto de vista metodológico, de los
autores neoclásicos, que impregna toda la literatura “académicamente correcta”. El
punto de partida del análisis siempre son las unidades económicas consideradas como
átomos. Así, por ejemplo, se considera que los hogares (o los consumidores) tienen
gustos y preferencias que se pueden identificar de forma independiente del entorno
social en que están esos hogares, y de cualquier otra dimensión social. En otras
palabras, esos gustos y preferencias no dependen, de alguna manera fundamental o
que sea imposible de eliminar, de las relaciones sociales en que están inmersos los
individuos. Los hogares se comportan según un axioma de racionalidad-optimización
que se considera “dado”, previo a lo social. Naturalmente, la corriente principal no
niega que los individuos se relacionen unos con otros, y que esas relaciones impongan
restricciones a lo que hacen. Sin embargo lo importante es que el individuo
desemboca en esas relaciones sociales desde una constitución no social de sus
gustos y preferencias. Es por esto que típicamente el análisis neoclásico parte de
Robinson. Las características esenciales de la economía están presentes en su isla y
lo social surge por el simple agregado de los comportamientos individuales. Esto
significa que muchos Robinson viven en muchas islas, y a partir de determinado
momento se conectan y comercian. Entonces pueden ocurrir, y ocurren, cambios; pero
los mismos están predeterminados por la constitución atomística previa de cada uno
de los Robinson.

Este concepto donde lo que se cumple para una parte no tiene que cumplirse para la
totalidad, es llamado “la falacia de la composición”. A continuación, se explican tres
ejemplos:

1. Si un agricultor tiene una gran cosecha, venderá más y tendrá más ingresos.
Sin embargo, si todos tienen una gran cosecha, los precios de ese producto
bajarán, al haber mayor oferta, y quizás los ingresos individuales de cada uno
no aumenten.

2. El ahorro de una persona puede ser bueno para ella, pero si todos los agentes
ahorran, eso sería poco adecuado para la economía a nivel global porque
habría menos demanda agregada

3. Si cada corporación o familia individual recorta el gasto en un intento por


reducir la deuda, estos recortes del gasto reducen el ingreso de todo el mundo
y mantienen la economía permanentemente deprimida

En síntesis, la falacia de la composición nos advierte de que lo que es cierto para un


individuo no tiene que serlo, necesariamente, para toda la sociedad.

2.- Explique las razones que está detrás de la reutilización intensiva de la


política fiscal tras la crisis financiera de 2008-2009.

La historia nos ha enseñado varias lecciones que ayudan a justificar las razones que
soportan la tesis de utilizar la política fiscal en la recuperación de la crisis financiera del
2008-2009.

• Primero, la resolución exitosa de la crisis financiera es una condición previa


para lograr el crecimiento sostenido. El ejemplo arquetípico es Japón, donde
las medidas fiscales adoptadas tras el estallido de la burbuja de los activos no
logró una recuperación sostenida porque se permitió que siguieran
agravándose los problemas del sector financiero. Demorar las intervenciones,
como también se hizo en Estados Unidos durante el gobierno del presidente
Hoover y durante la crisis de las asociaciones de ahorro y préstamo, suele
desembocar en un empeoramiento de la situación macroeconómica,
provocando mayores costos fiscales más adelante. La asistencia rápida y
cuantiosa que las autoridades de Corea dieron al sector financiero limitó la
duración de las consecuencias macroeconómicas, reduciendo así la necesidad
de adoptar otras medidas fiscales.

• Segundo, la solución de la crisis financiera siempre precede a la solución de la


crisis macroeconómica.

• Tercero, un estímulo fiscal es sumamente útil (casi necesario) cuando la crisis


financiera se derrama hacia los sectores de las empresas y los hogares con el
consiguiente empeoramiento de los balances.

• Cuarto, la respuesta fiscal puede tener un efecto mayor sobre la demanda


agregada si en su composición se toman en cuenta las características
específicas de la crisis. A este respecto, algunas de las políticas de impuestos
y transferencias instrumentadas en las primeras etapas de la crisis de los
países nórdicos poco hicieron para estimular el producto.

Concretamente, el paquete fiscal óptimo debe ser oportuno, cuantioso, duradero,


diversificado, contingente, colectivo y sostenible:

• oportuno, porque es preciso actuar de inmediato;

• cuantioso, porque la caída actual y esperada de la demanda privada es


excepcionalmente grande;

• duradero, porque la baja durará durante algún tiempo;

• diversificado, debido al grado inusual de incertidumbre que plantea cualquier


medida aislada en particular;

• contingente, porque la necesidad de reducir la percepción de que puede llegar


a producirse otra "Gran Depresión" exige un compromiso de avanzar con más
medidas, de ser necesario;

• colectivo, dado que cada país que goce de espacio fiscal debe contribuir al
esfuerzo,

• sostenible, de modo que no genere un aumento explosivo de la deuda ni


reacciones adversas en los mercados financieros.

En cuanto al contenido del paquete fiscal, en las actuales circunstancias es probable


que los aumentos del gasto, las reducciones de impuestos y las transferencias
dirigidas a destinatarios específicos generen los multiplicadores más altos. Las rebajas
generales de impuestos o las subvenciones, ya sea para los consumidores o para las
empresas, tenderán a tener multiplicadores más bajos.

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