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Gobierno chileno y salitre inglés 1886-1896: Balmaceda y North

Harold Blakemore
Capítulo I: Antecedentes históricos
Chile en el siglo diecinueve: desarrollo político y económico hasta 1886
En el siglo XIX, Chile gozaba de una reputación en su género por su orden institucional y su paz interna. La batalla de Lircay en
1830 marcó el comienzo de una nueva era en la historia de la República: en ese año la lucha armada de conservadores y liberales
dio lugar a un periodo de gobierno conservador bajo la égida de Diego Portales. Éste personaje fue el principal responsable del
establecimiento en Chile de un sistema constitucional que permaneció inalterado por más de medio. Sin embargo, la visión
política de un hombre o un grupo sirvió de poco por sí misma, ya que la geografía y las circunstancias sociales ayudaron a
resolver los problemas de organización política.
La zona central del país era definida como el verdadero Chile. La sociedad de esta zona era rural, donde el hacendado gobernaba
el campo, mientras el campesinado trabajaba duramente; desde la época colonial hasta el siglo XX, Chile era esencialmente una
sociedad agraria, caracterizada por el monopolio de la tierra y una estratificación social muy marcada, sólo a fines del siglo XIX
la aparición de la nueva clase urbana e industrial comenzó a disipar la división entre el amo y el sirviente.
Portales puso término a los años de anarquía que vinieron luego de las guerras de independencia a comienzos de 1830, además
creo las condiciones de orden interno dentro del cual pudo promulgarse la Constitución del 33, la cual fue la imagen política de la
estructura social, ajustada al estado cultural y económico y a las necesidades reales de la sociedad. Esta Constitución fue un
ejemplo clásico de organización política que se avenía casi perfectamente con las circunstancias sociales imperantes.
Durante este periodo, el Congreso tenía la función de asesorar al ejecutivo en la preparación de las leyes; sus poderes principales
eran la aprobación del presupuesto y la concesión de poderes extraordinarios al ejecutivo, pero los poderes más importantes eran
concedidos al Presidente.
El sistema político implantado era casi monárquico; sustentado por una oligarquía del dinero, del talento y del poder, dependía
sobretodo de la solidaridad de la clase alta, y de su capacidad para absorber otros elementos que podrían haber llegado a
oponérsele más adelante. Durante este tiempo, los partidos políticos se basaban en creencias religiosas y constitucionales y en
personalidades dentro de la clase gobernante.
Los años desde 1830 a 1861 han sido descritos como la era de la “República Autocrática”, y desde 1861 a 1891, como la de la
“República Liberal”. Hasta 1857, dos partidos se mantuvieron en la escena política, el Conservador y el Liberal. Luego del triunfo
del primero en 1830, el partido opositor liberal se recobró en 1840 y comenzó a insistir en reformas para debilitar la autoridad del
ejecutivo y liberal el sufragio de la intervención gubernamental (objetivo básico de los partidos opositores del siglo).
La República autocrática terminó en 1861. En 1857, el partido Conservador se dividió a raíz de los problemas de las relaciones
entre Iglesia y Estado (los clericales: conservadores; los liberales: el Partido Nacional). El partido Liberal tuvo una división
similar pero menos clara (los liberales moderados eran un bando, los liberales extremistas anticlericales, el otro, los que se
llamaron Partido Radical). Esta división del los dos grandes partidos tradicionales, en el hecho, liberalizó el régimen, ya que el
gobierno llegó a depender más de las alianzas políticas y coaliciones formadas por mezclas entre ambos grupos.
Durante la presidencia de Errázuriz (1871-76) varias reformas modificaron el carácter autocrático de la Constitución, pero la
reforma fundamental fue la eliminación de la intervención del ejecutivo en las elecciones, lo cual seguía siendo el principal asunto
entre el gobierno y la oposición.
La historia de la economía chilena se puede dividir en un antes y un después de la Guerra del Pacífico (1879-83). Después de la
Guerra, la economía de Chile estuvo estrechamente ligada al salitre, antes de ella dependía en gran medida del cobre (principales
recursos eran: carbón, plata y cobre).
El crecimiento de la red ferroviaria y telegráfica, la construcción de caminos, escuelas y puentes, la formación de instituciones
bancarias, la aparición de las primeras sociedades anónimas, y muchos otros hechos fueron los cauces del crecimiento material de
Chile antes de la guerra.
La conexión anglo-chilena
De los grupos extranjeros establecidos en Chile, el más importante fue el de británicos. La marina chilena se modeló de acuerdo a
la de este país. Por otro lado, hacia 1820, por lo menos 12 firmas británicas habían fundad sucursales en Valparaíso.
Los intereses británicos en Chile eran ya considerables antes de la guerra, sin embargo, después de esta, aumentaron
enormemente. En primer lugar, al entrar a formar parte de Chile la provincia salitrera de Tarapacá, se abrieron nuevas
perspectivas para la capital y la empresa británicos, y en segundo lugar, apareció en escena el hombre que llegó a ser el sinónimo
mismo del salitre chileno: Juan Tomás North (xDDDD).
La Guerra del Pacífico y la industria salitrera
Las causas de la guerra entre Chile por un lado, y Perú y Bolivia por el otro, eran muchas y complejas, pero los resultados fueron
claros y definidos. Chile victorioso, en mar y tierra, obligó a sus adversarios a pedir la paz, tomando como botín de guerra la
provincia Peruana de Tarapacá, y Antofagasta, el único territorio litoral de Bolivia. La guerra tuvo un efecto profundo en Chile,
ya que de los impuestos por exportación del salitre extraído de los territorios anexados al gobierno obtuvo una alta proporción de
sus ingresos durante los 40 años siguientes.
El monto del capital chileno invertido en la industria salitrera y una larga historia de disputas fronterizas con sus vecinos del norte
fueron factores más importantes que condujeron a la guerra. A comienzos de 1879 estalló esta guerra, se ha aducido que los
desposeídos productores del salitre fueron los verdaderos responsables de esta guerra.
La caída de Lima a comienzos de 1881 puso fin a las operaciones militares, a pesar que las hostilidades terminaron oficialmente
en 1883, al firmar (Chile y Perú) el Tratado de Ancón. Por este, Chile recibió la cesión perpetua e incondicional de Tarapacá,
como también la de Tacna y Arica por diez años. La paz separada con Bolivia, en 1884, le dio a Chile el territorio de Antofagasta
con su puerto del mismo nombre y yacimientos salitreros segundos en importancia después de los de Tarapacá.
La decisión de devolver las salitreras a la empresa privada fue el resultado de varios factores, de los cuales tal vez el más
importante haya sido la fe en los principios del laizzes-faire. La decisión de no nacionalizar la industria del salitre tiene mucho
que ver con el Presidente Santa maría, el cuál creía firmemente en la propiedad privada, además también se ha afirmado que otra
causa de la decisión del gobierno fue la influencia de los intereses salitreros privados en los círculos financieros y políticos de
Santiago, además de las conexiones entre la aristocracia chilena y los empresarios extranjeros. El resultado de esta decisión fue
colocar en manos extranjeras una parte considerable de la industria del salitre.
Primera etapa de la vida de North y sus logros. 1842-1882
El primer contacto de North con Sudamérica se produjo en 1866 o 1867 cuando lo enviaron a Chile a supervisar la construcción
de locomotoras del ferrocarril de Carrizal. North se hizo socio con Maurice Jewell, con quién importó maquinarias, herramientas
y otras mercaderías para oficinas y para la creciente población de Iquique, y actuando como agentes locales de las líneas de
vapores que hacían escala en Atacama. Gracias a esta iniciativa y a su sagacidad comercial, North pudo luego adquirir industrias
salitreras propias.
North colaboró en la guerra con los chilenos, a pesar de la demanda que más tarde les presentó por el daño que le habían causado
a sus industrias. Prestó a las fuerzas chilenas uno de sus vapores para el transporte de los heridos, les vendió otro y les
proporcionó 8 lanchas para las operaciones de desembarco.
Para impedir una sobreproducción de salitre (después de la guerra), a manos del proceso Sharks, el cual prometía mayor
producción a menor precio (debido a un nuevo método para refinar la materia prima), se optó por la formación de un trust de
productores, los cuales acordaron cuotas de producción fijas para volver al equilibrio. El primero de estos se formó en 1884,
época en la que North estaba en vías de tomar la corona de “Rey del Salitre”.
Capitulo II:
Las llaves del reino de North:
Las salitreras de Tarapacá:
North volvió a Inglaterra en 1882 para instalar a su familia y para lanzarse a la etapa crítica en el establecimiento de las fortunas
de los socios: la formación de la sociedad anónima británica para explotar las salitreras de Tarapacá. Solo lo conocían algunas
persona conectadas con el escaso números de casa comerciales británicas que operaban en la costa del pacifico de sud América,
una de ellas era John Waite a quien North había hospedado en pisagua en 1877 cuando este estaba de viaje de negocios en Perú.
El encuentro resulto ser crucial para el acenso de North, ya que Waite lo llevo a visitar a sus socios.
En 1882 con los títulos de propiedad de la oficina de pampa Ramírez en su bolsillo se construye la primera sociedad anónima
británica formada para trabajar las salitreras y para embarcar y vender el fertilizante. North le realizo una proposición a los
Lockett y la posición de estos en los círculos comerciales de Liverpool, les facilito el acceso que necesitaba hacia un gran e
importante grupo de hombres de negocios, accediendo al nitrate company.
Se puso a cargo del trabajo técnico de la mina a Robert Harvey, un competente ingeniero mecánico. Harvey llego a Iquique el 15
de mayo de 1883 con varios obreros ingleses contratados para instalar la planta, a pesar de que la maquinaria importada llego a
chile solo en diciembre. Con la Liverpool nitrate company North se lanzo a la carrera espectacular que le valió el título de rey del
salitre, a pesar de las limitaciones del turst (acuerdo que delimita una cantidad máxima de extracciones 3.000Ton), y como
presidente atribuyo gran parte del merito.
Con el fracaso del turst a fines de 1886, se ve el auge resonante del salitre en la bolsa de valores de Londres y con el emergió
North como una figura prominente de esa ciudad. El turts fracaso por los desacuerdos entres los productores y por que la demanda
mundial del salitre estaba aumentando a fines de las década de 1880.
Más tarde se asocia con North en otra empresa en Tarapacá F.H.Evans, un miembro del parlamento por Southampton, fue director
de las compañías Santa Luisa y Lautaro, y promotor importante de tamarugal company fundada en 1889, mientras que E. Spencer,
otro miembro del parlamento, también participante de estos negocios, fue uno de los que se unieron a la fortuna de North. Así se
creo, primero en Liverpool y luego en Londres, un grupo de hombres de negocios interesados en el salitre, de los cuales North fue
uno de los más reconocidos. “Lo que toca North se transforma, si no en oro, al menos en primas”.
North es considerado en Londres como el introductor del salitre en Europa y como dueño de todas las industrias salitreras.
El éxito real de sus compañías y los dividendos recibidos por sus propiedades, junto con los honorarios de director, constituían la
menor parte de su fortuna. Lo más importante de ella la formaban las inmensas ganancias de capital que él y Harvey obtenían a
través de la venta de los activos a las compañías que ellos fundaban.
Como muchos hombres de origen humilde que lograban conseguir una gran riqueza, North buscaba deslumbrar con ostentación y
la imagen pública para inspirar confianza en sus negocios, era en realidad el factor clave de su éxito. North no era solo
inmensamente rico, sino que es un hombre generoso en extremo, y sus momentos más felices parecen ser aquellos en que invierte
una parte de su fortuna dándoles gustos a otros. Otro aspecto de la personalidad de North era su afición deportiva, la que le
entrego otro medio de popularidad.
El gobierno chileno se había beneficiado enormemente con la rápida expansión de la industria salitrera desde la mitad de la
década de 1880, sobre la base de esta riqueza caída del cielo, a fines de la década de 1880 el gobierno se lanzo a un variado y
amplio programa de obras públicas.
El mercado del salitre ya no era tan estable debido a que la industria agrícola fue afectada por dificultades muy difíciles de
predecir. Esta inestabilidad natural se había compensado en la década de 1880 con un incremento rápido de la producción al que
no le correspondió una demanda proporcional. A la larga el incremento del consumo mundial del salitre era la única solución para
el problema, solución que satis facería tanto al gobierno chileno como a los productores. El gobierno chileno también comenzó a
prestar mayor atención que antes a la industria salitrera en su conjunto.
Los ferrocarriles salitreros:
El ferrocarril que unía a las salitreras con sus puertos de embarques de las costas del pacifico ya había tenido una gran historia aun
antes de asociarse con el nombre de North. Entre 1868 y 1875 Montero Hnos. Constituyo las líneas de Iquique y pisagua, pero la
línea desde la Noria a la frontera boliviana no se comenzó. Para financiar la construcción se contrajo un préstamo en Londres en
1872, pero la suma de 1millon de libras resulto insuficiente y en 1873 se consiguió una cantidad adicional de 45 mil libras; ambas
sumas se garantizaron con una hipoteca sobre las líneas férreas.
Cuando estallo la guerra del pacifico entre Chile y Perú, las fuerzas chilenas usaron el ferrocarril para el transporte de las tropas y
los pertrechos. El 27 de mayo de 1881, sin embargo, se devolvieron las líneas a la compañía ferroviaria, pero como la compañía
fue incapaz de cumplir con sus obligaciones con las hipotecas de 1872 y 1873, tuvo lugar una nueva reorganización. La compañía
realmente no prospero a comienzo de la década de 1880. En 1886 termino el año con un déficit de 5197 libras y no pago
dividendo a sus accionistas.
Más tarde North había comprado las acciones de Montero de la compañía para conseguir un cargo importante como accionista, y
en 1889 asumió la presidencia del consejo directivo, a North le pareció una buena jugada. El monopolio de transporte en Tarapacá
era la clave para las posibilidades más amplias que North y sus socios consideraban cundo compraran las acciones de Montero.
Además de la línea del ferrocarril principal entre Iquique y Pisagua, a lo largo de la cual estaban colocadas como perlas en un
collar las oficinas más ricas de Tarapacá, había otra línea más al sur que le interesaba mucho a North. Esta era la línea férrea de
patillos que unía este puerto con las salitreras de lagunas la que, igual que la línea principal, estuvo asociada primero con montero
y sus hermanos.
La importancia de la salitrera lagunas y del ferrocarril de patillos radicaba en el hecho de que juntos constituían una barrera
formidable para la formación de cualquier monopolio de producción y transporte del salitre en Tarapacá. North reconoció la
posible amenaza para sus planes e hizo gestiones para que esta no se materializara.
El principal objetivo sobre el ferrocarril de patillos, era en realidad mantenerlo cerrado. El segundo problema radicaba en las
propiedades salitreras de lagunas, que North también necesitaba obtener para lograr un monopolio de producción, e hizo las
gestiones para negociar con esa empresa.
El gobierno chileno estaba muy interesado tanto en el ferrocarril de patillos como las salitreras lagunas y como lo demostrarían
los hechos, North no podría seguir actuando en su propio beneficio sin ser estorbado. Así, a través de los años 1887 y 1888,
cuando North avanzaba en sus gestiones tanto respecto al ferrocarril de patillos como a la salitrera lagunas, no se llevo a ninguna
decisión final sobre el futuro de los ferrocarriles salitreros, la clave de todas sus operaciones en Tarapacá. Si la compañía lograba
éxito, estas gestiones bien valdrían el gasto y la molestia que habían ocasionado, pero si eso no sucedía, los esmerados esfuerzos
de North no podrían llegar a nada. Pero, cualquiera que fuera el resultado final, tanto North como el gobierno chile tenían otras
armas en reserva.
La Tarapaca WaterWorks Company Limied.
El control de abastecimiento de agua en las regiones desérticas donde se encontraban las industrias salitreras ya había jugado un
papel significativo en los comienzos de la riqueza de North. A fines de septiembre de 1888 se registro en Londres la Tarapaca
WaterWorks Company Limied. Su formación, sin embargo, fue simplemente la culminación de una larga campaña de North para
monopolizar el agua de la provincia.
En enero de 1883 un ingeniero llamado Dixon Provand había organizado una compañía destiladora en Valparaíso para convertir
el agua de mar en agua potable, producto de esto North se vio obligado a entrar en acción y dos años más tarde logro obtener las
acciones de la compañía para operar en Iquique durante 8 años. En enero de 1885 Thomas Hart, Escoses obtuvo del congreso de
chile una concesión para llevar agua de los manantiales de Pica, por tuberías, a la ciudad de Iquique, esto presento una amenaza
para North, el cual se encargo de sembrar serias dudas en el publico respecto a esta compañía. Pero antes de que la compañía
pudiera formarse realmente, el 1887 Thomas Hart muere y su viuda vendió la compañía a North, resultando finalmente La
Tarapaca WaterWorks Company Limied, teniendo el monopolio total del agua en Tarapaca.
El Bank Of Tarapaca And London Limited.
Con todo lo ocupado que había estado North en 1888 con sus salitreras, sus ferrocarriles y sus empresas de aguas en la lejana
provincia de Tarapacá, todavía le quedaban muchas actividades por emprender. A mediados de diciembre la prensa comercial de
Londres trajo noticias de otra empresa que sería landa al nombre de North: El Bank Of Tarapaca And London Limited.
North tenía a mano un banquero con mucha experiencia que poseía la gran ventaja de conocer las regiones desérticas y la
comunidad comercial de Iquique: Su nombre era John Dawson y fue con él con quien se discutió el asunto antes de que se pusiera
en marcha el banco, sus otros socios eran ciudadanos bien conocidos en Londres. Se inicia esta empresa a fines de 1888
aparentemente en medio de una atmosfera de gran respetabilidad, dados los nombres unidos a ella.
La Nitrate Provicions Supply Company Y Otras Empresas.
Los pueblos de la costa de Tarapacá y las oficinas salitreras ubicadas hacia el interior del país, eran esencialmente comunidades
artificiales que dependían de fuentes de abastecimiento del exterior para todo lo que usaban y consumían, entonces le pareció
lógico a North que podría agregar a sus empresas otra que se encargara del comercio general de esas árida región: traer de otras
parte de chile y del extranjero todo tipo de mercadería para proveer todas las oficinas y puertos.

Resumen Blakemore 75 – 139.


Desde 1882, North está preocupado de poner el salitre en la bolsa de Londres. En 1889 planifica su viaje a Chile. Hay rumores de
que Balmaceda era reticente a penetración de capital extranjero.
Nitrate Provision supply company y otras empresas: Se da porque pueblos y oficinas salitreras al Norte eran artificiales y hay que
abastecerlas. También la pone en la bolsa también con el apoyo de Lockett. North tiene en Chile las minas de Carbón al sur en
Arauco y las de Salitre al Norte. Aparte tenía muchas más empresas fracasadas.
Capítulo III Amenazas al trono de North (89-90)

North y la prensa comercial británica: North busca la atención pública, con ello vende más pues proyecta una imagen de hombre
rico y exitoso. En la misma prensa, hay detractores que desconfían de él y de su éxito comercial. Ejemplo de ello son los
periódicos “The economist” quienes criticaban la industria salitrera, y “The financial news” critican a North mismo, recordando
sus fracasos previos. El 1º prevee que habrá más producto que demanda, sin nombrar jamás a North. El 2º diario lo ataca
directamente, pues entiende que el éxito de las acciones es temporal y preveen el derrumbe. Atacan las acciones de la empresa
férrea y la de agua. En un punto, North amenaza con demandarlo por difamación.
El presidente José Manuel Balmaceda, su personalidad y su política: Hasta entonces, Balmaceda había tenido una carrera política
destacada, y Chile se encuentra en una posición favorable en el plano internacional (por el respeto a la constitución -> inversiones
extranjeras estarían protegidas). Esta imagen se intensificó luego de la victoria en la Guerra del Pacífico. El programa de
Balmaceda era simple: utilizar los derechos de exportación del salitre para invertir en obras públicas y educación, de modo que
cuando esa fuente se agote, existieran otros bienes productivos que lo reemplazaran. Este programa no se inicia con él, pero si
aumenta su ritmo. Comienza el plan de colonización extranjera al sur del país. La oposición lo criticaba porque no implementaba
una política para retirar el papel moneda inconvertible. Balmaceda tiene poco interés en una reforma monetaria. Le critican la
ampliación de la administración pública. Si el presidente mantiene el apoyo en el congreso, no tiene porque preocuparse de las
críticas, complicado en una política personalista. Se terminan enfrentando la constitución de 1833 con los hábitos tradicionales del
presidente al margen de la institucionalidad, cuadro que se complica con un sector político informado. Mientras Santa María y
Balmaceda estuvieron en la oposición criticaban el excesivo presidencialismo, una vez en el poder, lo protegerán. En los años
anteriores, los pdtes. podían elegir su congreso, así evitaban el antagonismo. Balmaceda llega al poder en un contexto de desorden
social, tenía como objetivo conciliar los diversos grupos del partido liberal, pero luego de 1888, la misma fracasa cuando permite
la intervención de las elecciones de marzo. Con ello, se enemista con los otros grupos liberales y se dividen las filas del gobierno,
y con ello se alejan figuras notables. La opinión pública lo criticará duramente y en este contexto viaja a Tarapacá. Este viaje
serviría para unir estas nuevas provincias a la república, y también para salir del centralismo característico de la política de la
época. En ese momento, Balmaceda había insinuado su intención de nacionalizar industrias, lo que se contradice con su accionar
en el pasado cuando apoyo la subasta de otras industrias que eran propiedad estatal. Balmaceda se da cuenta del poder británico
en su proyecto político y de la posición monopólica de North en Tarapacá. Una vez en el Norte, pronunciará un discurso donde
explicitará su actitud frente a los capitales foráneos, que será esencialmente negativa. Dirá que la propiedad salitrera no debe ser
monopólica, no estar totalmente ni en manos del Eº ni en manos de particulares. (partidarios del pdte. dirán que está a favor de la
libertad industrial). Los detractores del presidente dirán que el discurso fue vago, que el mismo no tiene derecho a inmiscuirse en
la propiedad privada y nuevamente se le critica la prioridad de su plan de obras públicas. Otra opinión será que el discurso iba
dirigido contra los monopolios de cualquiera clase, y en apoyo del capital privado nacional (esto se contradice con el total
descuido del oficialismo a las salitreras del sur que eran precisamente de capital privado nacional). El pdte está al tanto de que el
desarrollo va de la mano del capital privado. Finalmente, el autor dice que Balmaceda no entiende los problemas de la industria,
ya que sólo prioriza el ingreso del gobierno, lo que explica su aversión a los monopolios. Se mantiene la duda sobre la vaguedad
del discurso ¿Fue deliberada para generar incertidumbre o el mismo pdte no sabía que hacer? En su viaje al norte, buscará apoyo
político de la población y potenciar su imagen. Se desprende del mismo una relación con North de bastante cordialidad. El pdte
vuelve a Stgo en un clima de hostilidad política creciente. (El autor habla de su personalidad y la describe como idealista, poco
detallista). Se le critica por un contrato con una empresa de EEUU de nuevos ferrocarriles que tendrá pésimos resultados. Ahora
la opinión pública tendrá motivos para decir que el gasto público es excesivo y que las iniciativas son mal planificadas. Las
críticas por el presidencialismo dictatorial, que ignora deliberadamente las funciones del congreso tomará aún más potencia.
El rey del salitre en viaje oficial: North está en busca de renombre, se codea con la elite inglesa. En su viaje a Chile contrata a su
propio cronista y hace onerosos regalos al país. El inglés tiene intención de expandirse comercialmente (ferrocarril de Arauco y
en un proyecto de una línea de vapores), dice que la industria del salitre en el mercado está recién en pañales. Trabaja arduamente
en relaciones públicas para conseguir concesiones, por lo que recibe gran atención de la prensa, donde se muestra como un
hombre que siente cariño por Chile. La opinión pública espera que North y Balmaceda se encuentren para solucionar supuestas
diferencias en sus proyectos. North señala interés en este encuentro. Se dan los primeros problemas por propiedades salitreras:
Privado chileno le vende a North, pero el Eº reclama la propiedad para sí. Este será tema en una de sus reuniones. En la primera
de ellas, se hacen diversos elogios entre los protagonistas. El pdte declara que desea dar facilidades para la entrada del capital
extranjero. La prensa sembrará dudas sobre la cordialidad de la reunión, las opiniones estarán divididas (supuestamente lo fue).
En la siguiente reunión, se tocarán temas mucho más específicos (propiedad antes nombrada: Laguna). En la tercera reunión,
North entrega sus onerosos regalos para el Eº. Con gran revuelo por sus diversas relaciones públicas, se le termina por conceder el
permiso para hacer su banco en Tarapacá. Logros en Chile estarán empañados por problemas en Londres.

Capítulo IV: 1890, el año de la crisis.

El salitre y North en 1890: Razón del viaje a Chile por parte del inglés: reforzar la confianza de los inversionistas, ya que los
precios del salitre comienzan a bajar, ya que hay un mercado mundial abarrotado. Logra el efecto contrario, con su ausencia los
mismos se dan cuenta de cómo se forzaron el alza de los precios. La influencia de la prensa aumentó la inseguridad de los
inversionistas. Los observadores bien informados que los problemas de la industria están fuera del control de North, pero para el
resto la presencia del mismo es lo que determina la seguridad de los inversionistas (extrema importancia). Al regreso, trabaja para
revivir la confianza con cierto éxito. Pero en el otoño de 1889 la debilidad del mercado mundial ya no se puede disimular. Una
vez que las nuevas compañías alcanzan su plena capacidad, se produce una acumulación de existencias y baja del precio. Se
vuelve a discutir la formación de una asociación de productores para restringir la producción hasta recuperar el equilibrio del
mercado. Esto pone en peligro el programa interno de Balmaceda, ya que hay una dependencia de las exportaciones. Se resuelve
suspender el trabajo de todas las oficinas de Tarapacá por un mes, pero nunca se cumple. El asunto del nitrate railways se
complica, de carácter económico pasa a constitucional. El gobierno busca destruir el monopolio del transporte, su actuar se
acusará de inconstitucional. Otra empresa presenta proyecto alternativo de ferrocarril, con amplios beneficios para el Eº. El
gobierno responde llamando a un concurso público, turbio. Es ahí cuando el grupo de North se acerca al congreso y acusa al
ejecutivo de actuar más allá de los límites de su poder. La táctica de North contra la cancelación del monopolio ferroviario fue
aprovecharse de la situación política. Le piden ayuda al Ministerio de RREE. Balmaceda clausura sesión del congreso. La
controversia económica evoluciona a problema constitucional y suma un factor diplomático.
La crisis política chilena: época de gran incertidumbre tanto para Balmaceda como para North. Al presidente se le suma el asunto
del sucesor, grupos liberales no desean a Sanfuentes. Balmaceda tiene que acercarse a diferentes grupos del partido liberal, que
son opositores entre sí. Termina rompiendo relaciones con los Nacionales, con ello, pierde la mayoría en el Senado. No puede
conciliar a los grupos liberales genera el punto más álgido de la crisis política hasta ahora.

Resumen: Harold Blakemore, Gobierno chileno y salitre inglés 1886-1896: Balmaceda y Noth.
-El gobierno dependía de la habilidad y capacidad del presidente para obtener amplio apoyo, por lo que la personalidad era
fundamental.
-El Congreso era propiedad exclusiva de la clase alta.
-El problema clave entre el gobierno y el Congreso fue la designación de los ministerios. El presidente al escoger los gabinetes
debía estar atento a los intereses políticos que los ministros individualmente representaban y debía medir la fuerza de los partidos
en el Congreso para no perder el apoyo mayoritario. De éste problema nacen prácticas como el voto de censura del Congreso
contra los ministros.
-Blakemore considera que el error fundamental de Balmaceda fue aparecer favoreciendo a Enrique Salvador Sanfuentes como
candidato para la elección de 1891, por lo que perdió el favor de los liberales. Blakemore también dice que la falta de apoyo se
debe a las actitudes de Balmaceda que carecían de juicio, era obstinado y creía que todos sus opositores tenían intereses
personales o falta de patriotismo.
- La expansión de obras públicas iba creando adherentes personales al presidente Balmaceda y que dependían de él, es decir, se
estaba creando un partido Balmacedista.
- Las figuras políticas de oposición veían en Balmaceda una amenaza, ya que no les permitía ejercer todos los derechos que
esperaban e iba influenciando la opinión pública que éstas figuras políticas creían representar.

El salitre británico y el gobierno chileno.

- Existía una gran participación de capital británico en la industria salitrera chilena. Las compañías extranjeras contrataban
abogados chilenos como asesores. En el caso de la compañía salitrera de North, la Nitrate Railways, tenía más asesores que las
otras salitreras ya que mantenía concesiones con Perú, lo que le trajo problemas con el gobierno chileno. El asesor de la compañía
de North en Santiago era Julio Zegers, que llegó a ser asesor jurídico jefe. Zegers también era miembro del Consejo de Estado por
lo que cuando se pidió que fallara en el conflicto por la cancelación de la Nitrate Railways renunció al consejo.
Zegers mantenía dentro de los liberales el liderazgo de la facción Convencionalista que apoyaban al presidente, pero Zegers llevó
a este grupo a ser de oposición.
- Blakemore dice que varios autores consideran que Zegers se guió por sus intereses particulares, que prácticamente fue comprado
por extranjeros, por lo que la ideas de Balmaceda al perseguir una política económica enemiga de los intereses foráneos,
especialmente salitreros, encontró la oposición dentro de Chile por razones netamente políticas.
- En 1890 el Ministerio de Relaciones Exteriores británico trató de obtener información completa sobre la Nitrate Railways para
enviarla a la Corona para inducir al gobierno británico a apoyar su causa en Chile, es decir, apoyar el monopolio de North.
Esta intervención fue probablemente mal recibida por Balmaceda, ya que estaba en curso el proyecto de la línea férrea de Agua
Santa que se quedaría idealmente en manos de chilenos y podría destruir el monopolio de la Nitrate Railways. Muchos
productores de salitre apoyaban al gobierno chileno para destruir el monopolio.
- En 1890, Anthony Gibas e Hijos, la casa comercial más importante que operaba en Chile, intervino en el problema de la Nitrate
Railways, que tuvo un importante efecto, ya que el Ministro de Relaciones Exteriores británico Kennedy rechazó en un
memorándum la intervención diplomática en el asunto de la Nitrate, ya que este asunto estaba ligado con la situación política
chilena.
- El gobierno chileno aceptó la propuesta de la Compañía Agua Santa para construir el ferrocarril desde esa oficina hasta el
puerto de Caleta Buena. La Concesión fue otorgada a la Compañía Campbell Outram, y fue transferida a dos chilenos, uno de
ellos Lauro Barros, Ministro de Hacienda.
- El conflicto entre el Congreso y Balmaceda continuaba. Se hacían sesiones ordinarias en el Congreso para que se cambiara el
gabinete y que éste representara a la mayoría de las Cámaras, y no que representaran la voluntad personal de presidente. El
ministro Kennedy consideraba que un cambio en el ministerio por uno con apoyo parlamentario sería ventajoso para la Nitrate.
- El gobierno chileno llamó a propuestas para la construcción de líneas de ferrocarril del puerto de Junín a la salitrera Carolina y
de la oficina de San Pablo a Buena Aventura y Lagunas. La línea de Junín sería la segunda violación, después de la línea de Agua
Santa, al monopolio de North, por lo que se entabla en juicio contra la Compañía Agua Santa por infringir sus concesiones.
- Por otro lado la casa de Anthony Gibas e Hijos buscaba beneficiarse de la violación al monopolio de North, ya que deseaba
construir líneas férreas en Alianza y Pan de Azúcar con salida al mar, y no explotaría estas salitreras mientras siguiera el
monopolio de North, puesto que sólo la Nitrate tenía derecho a construir líneas hasta la costa. Gibbs de Valparaíso contrato un
asesor, Eulogio Altamirano, un conocido político y abogado que favorecía a la Nitrate Railways.
- Balmaceda llamó a propuestas para adjudicarse la Compañía Agua Santa de manera que ninguna otra compañía era capaz de
competir. Según Blakemore fue la maniobra más hábil de Balmaceda. Campbell Outram y Compañía fue la única en hacer una
propuesta, la cual el gobierno aceptó y llamó a más propuestas para líneas férreas en Tarapacá, por lo que era el momento de
Gibbs de hacer su petición. Para esto Miller, un funcionario de la Casa Gibbs de Londres conversó con Balmaceda. El presidente
mostró oposición al proyecto, pero al referirse Miller al monopolio de North, Balmaceda se mostró favorable al proyecto de
Alianza de Gibbs siempre y cuando se comprometiera a embarcar una cantidad anual mínima de salitre desde Chucumata.
- Existían contradicciones. Balmaceda y sus seguidores se decían asiduos opositores del monopolio salitrero de North, pero a la
vez North se adjudicaba nuevas salitreras, como la de Lagunas, que aumentaría su monopolio.
Balmaceda haría todo lo que pudiera para impedir la formación de otra asociación de productores salitreros para restringir la
producción, ya que los ingresos del gobierno y su propio programa interno demandaban embarques del fertilizante cada vez
mayores.
Balmaceda había logrado que el Congreso accediera un presupuesto para promocionar salitre en el extranjero y a la vez en 1889
deseaba aumentar la proporción de propietarios chilenos en la industria salitrera, y las salitreras propiedad del Estado podrían ser
divididas sólo entre chilenos. El propósito de esto era estimular a los chilenos para que invirtieran en salitre, así se crearía una
barrera contra la posibilidad de monopolio foráneo. Los aliados de Balmaceda contra el monopolio del salitre de North eran
extranjeros, principalmente británicos que no estaban relacionados a él.
- La propiedad personal de North era la Nitrate Railways donde le pertenecía la mitad, además de ser presidente de muchas otras
compañías que le permitía manipular los negocios a su favor.
- Siempre existió la posibilidad de crear un trust, esto era un pacto voluntario entre los productores para reducir su producción,
según cuotas establecidas, hasta que estuvieran de acuerdo en que las condiciones del mercado mundial nuevamente habían
mejorado lo suficiente como para prescindir del trust. La posibilidad de un trust se daba por la baja de los precios mundiales
resultantes de la superproducción y de una demanda floja, lo que afectaba al salitre. Se comienza a plantear un trust en 1890. La
respuesta de North al inicio fue a favor de un trust, pero luego planteó la posibilidad de formar un consorcio o compañía para
acaparar toda la producción de salitre y contribuir a un alza en los precios de venta. Pero esta acción propuesta por North requería
el acuerdo no solo de los principales productores de salitre, si no también de las casas comerciales, como la casa Gibbs de
Londres. La casa Gibbs estaba sujeta a presiones para unirse a éste proyecto ya que se formaría solo si Gibbs aceptaba formar
parte de él. La casa Gibbs consideró conveniente incorporarse al proyecto de North y así unir sus intereses de Alianza con los de
Lagunas de North y la Nitrate Railways.
- Por otro lado, Miller se reunía con Balmaceda por el proyecto de Alianza. Balmaceda dijo que le proyecto de Alianza solo sería
factible si la casa Gibbs no se incorporara a un trust. El contexto político chileno ya era de gran incertidumbre y fuerte tensión
entre Balmaceda y el Congreso, lo que afectó en las decisiones de la casa Gibbs.

Preludio a la revolución.

La repentina clausura de las Sesiones Extraordinarias del Congreso efectuada por Balmaceda en enero de 1890 anunció un año de
crisis política en Chile. El nuevo Ministerio fue nombrado sin considerar partidos políticos.
La oposición hacía campaña contra Balmaceda principalmente a través de la prensa. La prensa fue un factor poderoso en el
deterioro de las relaciones entre ambos bandos, prácticas como el insulto personal se hicieron comunes.
Se creyó que el problema se solucionaría cuando Enrique Sanfuentes anunció su retiro como candidato a la próxima elección
presidencial, pero casi simultáneamente fue nombrado Ministro del Interior.
La oposición, congresistas en su mayoría, presionaron constitucionalmente a Balmaceda convocando una Comisión Conservadora
para instar al presidente a convocar al Congreso; propuesta a la que Balmaceda se negó.
La apertura del Congreso el 1º de junio de 1890 tuvo presencia militar y policial. Balmaceda propuso reformar la Constitución de
1833 aboliendo el Consejo de Estado y la Comisión Conservadora; creando una Vicepresidencia y eligiendo al Presidente y al
Vicepresidente por voto directo por un período de 6 años. El Vicepresidente sería además presidente del Senado. El país sería
dividido en 8 provincias. Balmaceda se inspiró principalmente en la Constitución de Estados Unidos. Según Blakemore esta
propuesta de Balmaceda consistía en una maniobra de salvamento para preservar la estructura antigua y autocrática, o si no una
falta total de comprensión de la situación política en Chile.
El Congreso tomó la decisión de censurar el ministerio de Sanfuentes que fue aprobada por ambas cámaras. Finalmente el
Ministerio presentó su renuncia colectiva, la que Balmaceda se negó a aceptar. Por otra parte Julio Zegers propuso en la cámara
de diputados que se postergaran las discusiones sobre la ley que autorizaba el cobro de contribuciones hasta que el presidente
designara un ministerio de confianza del Congreso. Su moción fue aprobada y ratificada por el Senado y se estableció una
comisión para investigar el manejo de finanzas del Estado.
El 2 de julio de 1890 comenzaron las huelgas en la zona salitrera y los disturbios callejeros, donde hubo muertes. Los disturbios
se expandieron llegando incluso a Valparaíso. En las huelgas se pedían salarios más altos principalmente. Pero con fuerte
represión el orden se reestableció. Las huelgas representaban las ramificaciones de la crisis política interna.
Balmaceda, en su actuar obstinado, se opuso a cambiar el ministerio a pesar de que esta acción fue aprobada por un mitin público
de 8.000 personas. La fría recepción de Balmaceda a todas las proposiciones parlamentarias hizo que el país se fuera poniendo
gradualmente en su contra.
Julio Zegers abogaba en el Congreso para que se declarara a Balmaceda imposibilitado para desempeñar los deberes de su cargo,
mientras Balmaceda se decidía a disolver el Congreso y asegurar el apoyo del ejército.
Balmaceda conversó con el arzobispo de Santiago, Mariano Casanova, lo que dio como resultado la renuncia de Sanfuentes y el
nombramiento de Belisario Prats como ministro. Fue ahí en que el Congreso votó la ley de contribuciones. Los ministros
anteriores eran servidores de Balmaceda, pero los ministros nuevos podían estar a favor de la Nitrate Railways, que se mantenía
en tribunales.
La disminución del apoyo a Balmaceda se dio porque existía desconfianza de su palabra, ya que había negado tener un candidato
para la presidencia de 1891 y al declarar que el gobierno se abstendría de intervenir en las elecciones.
En octubre de 1890 el ministerio Prats renunció. El problema fundamental fue el control de la maquinaria electoral. Balmaceda
clausuró el Congreso y anunció la designación de un ministerio de adherentes personales, por lo que situación política volvió a ser
de tensión y desconfianza hacia Balmaceda.
Muchos de los amigos íntimos de Balmaceda se apartaron de él durante 1890 por sus conductas. Consideraban un error sus
constantes peleas con el Congreso y un acto de vanidad personal y orgullo. Uno de sus partidarios desilusionados era Sanfuentes,
quien se retiró completamente de la vida política. También está el caso del hermano de Balmaceda, José Vicente. Ambos eran
figuras políticas que no estaban influenciadas por North, si no que se alejaron de Balmaceda porque él estaba decidido a usar todo
el poder de la maquinaria gubernamental para controlar las elecciones de 1891. Se intentó aprobar una nueva ley electoral, la cual
no cambiaba en nada el poder que poseía el Presidente para designar cargos públicos, que era el arma electoral más poderosa.
Esto presentaba una seria amenaza para la clase social dominante, la oligarquía, además del creciente aparato burocrático estatal.
La concesión de favores políticos se producía en todos los niveles de la sociedad chilena. Mucha gente solicitaba empleos al
presidente para sus parientes y amistades. Pero esto no significaba que la gente que ocupaba los cargos fuera adherente al
presidente. Esto presentó una amenaza para el gobierno, por lo que se sintió obligado a deshacerse de los partidarios del Congreso
en los servicios públicos.
Balmaceda intentaría usar sus máximos poderes para ganar las elecciones de 1891 y los de oposición y sus adherentes trabajaban
intensamente a fin de obtener votos para sus candidatos. La oposición se veía notablemente unida, al contrario de los liberales que
se veían cada vez más divididos, sobre todo a nivel local, donde existían discrepancias sobre los Intendentes principalmente.
El conflicto político de Santiago se había extendido a lo largo de todo el país, aunque era una lucha aristocrática en que las masas
no tomaban parte.
La política de formar un partido personal, que eran las aspiraciones de Balmaceda en 1890, fue una razón por qué los anteriores
partidarios, como Sanfuentes, se distanciaron de él y también fue un arma para la oposición en su denuncia de que Balmaceda
deseaba transformarse en dictador.
El conflicto entre el Congreso y Balmaceda era, por lo tanto, acerca de quien tendría el control de la maquinaria electoral.
Los intereses salitreros no tenían una postura fija, pero se inclinaban al lado de Balmaceda, ya que a los productores de salitre no
les convenía que continuara el monopolio de North. El nacionalismo económico de Balmaceda estaba limitado al estrecho
objetivo de impedir un monopolio de control en la industria del salitre.
Con respecto a las clases populares y obreras de Tarapacá Blakemore muestra el testimonio de Billinghurst, una autoridad en
temas salitreros, que se refiere a que las familias chilenas en Tarapacá, que eran entre 10 a 12.000 personas, adherentes a
Balmaceda, el cual consideraban como el representante del verdadero carácter chileno y veían en el gobierno el real reflejo del
país mismo.
En Santiago la oposición contra Balmaceda aumentaba. La renuncia de Prats y la designación de un nuevo gabinete nombrado por
Balmaceda fue la prueba final de la insinceridad del presidente. Este hecho permitía a la oposición sacar ventaja política, por lo
que se convocó la Comisión Conservadora, donde se aprobó la moción de abrir las reuniones del Congreso.
Pero los adherentes a Balmaceda se referían a que el Congreso no había autorizado los presupuestos ni las fuerzas armadas, por lo
que presidente debería actuar inconstitucionalmente hasta que éstas leyes fueran aprobadas.
Resumen Blakemore 203-267
La recuperación de la industria salitrera de la profunda depresión en la que había caído hacia fines de 1890 sería una tarea muy
lenta. Pero para el gobierno de Balmaceda este problema había perdido su importancia hasta convertirse en una insignificancia
comparado con la aguda crisis política que ahora afectaba a Chile y que luego alcanzó su clímax.
El 19 de diciembre un mitin de oradores del Partido Conservador terminó con la muerte de Isidro Ossa, un joven aristócrata de
familia muy conocida.
El mismo día Balmaceda promulgó un decreto prohibiendo las reuniones públicas sin autorización y nueve días después la
oposición parlamentaria redactó un documento declarando a Balmaceda imposibilitado para continuar en el cargo.
CAPÍTULO V: LA REVOLUCION CHILENA DE 1891 Y SUS CONSECUENCIAS:
LA REVOLUCIÓN ARMADA Y LA GUERRA CIVIL
El 1 de enero de 1891 el presidente Balmaceda publicó un manifiesto en el que declaraba que como el Congreso no había
cumplido con su deber constitucional de aprobar las leyes sobre el presupuesto, era el deber del presidente decretar que
continuarían vigentes las leyes de 1890.
Acto seguido, el presidente de la Cámara de Diputados y el vicepresidente del Senado firmaron una nota pidiendo el apoyo de la
Armada contra la violación de la Constitución por parte de Balmaceda.
Papel que ocuparon las empresas salitreras y especialmente North en el desarrollo del conflicto:
Las empresas salitreras extranjeras apoyaron e impulsaron activamente la revolución una vez comenzada, no obstante, las
empresas británicas no tuvieron que ver con el origen de la revolución. El salitre tuvo un papel comparativamente menor, en
relación con la importancia de la situación política interna como factor de origen de la revolución.
Sin embargo, la amplia simpatía de los extranjeros en Chile por la revolución jugó un débil papel en el resultado final.
La fuente principal de ingresos de los revolucionarios fueron las entradas que provenían de loa derechos de exportación,
especialmente del salitre.
Desarrollo conflicto:
La decisión de los partidarios del Congreso de bloquear los dos puertos principales de la república (Valparaíso e Iquique) y la
reacción del gobierno mostraron claramente el poder de los primeros y la debilidad del último: sin una flota Balmaceda no tenía
esperanza de sofocar la revolución.
Frente a esta situación, quedó manifiesto que el gobierno necesitaba generar apoyo, razón por la cual los argumentos puramente
políticos y constitucionales expuestos por Balmaceda a comienzos de año pronto fueron cambiados por una ruidosa propaganda
que pretendía levantar a las clases bajas contra la aristocracia que supuestamente era responsable, junto con los capitalistas
extranjeros, de sumergir al país en una sangrienta guerra civil.
Otro factor determinante de la propaganda que comenzó Balmaceda y que pretendía azuzar a las clases bajas, es el hecho de que
las simpatías de la comunidad británica en Chile, incluyendo la escuadra británica y las casas comerciales británicas estaban casi
por completo del lado de la revolución.
Los ciudadanos británicos que simpatizaban con la revolución creyeron firmemente, al igual que la prensa internacional, que la
causa de los congresistas era justa y que Balmaceda era un tirano ambicioso.
No hay duda de que uno de los factores principales de esta actitud fue la política severamente represiva adoptada por el gobierno
de Balmaceda en las áreas que ellos controlaban.

Desenlace del conflicto:

“(…)Cada uno buscaba ansiosamente en el extranjero el material de guerra que necesitaba para lanzar el ataque decisivo sobre el
otro. En esta carrera triunfaron los adictos al Congreso, asegurándose las armas necesarias para equipar un ejército formidable,
reclutado entre los trabajadores del salitre de Tarapacá y espléndidamente entrenado por los mejores oficiales unidos a la causa
del Congreso. Hacia fines de agosto, la flota transportó al ejército Congresista desde Tarapacá hasta las proximidades de
Valparaíso, donde en dos encuentros separados derrotaron a las fuerzas de Balmaceda, débiles en cuanto a armamento y moral, y
faltos de mando(…)”.

No hay duda de que la victoria de los Congresistas fue recibida con alivio por las empresas extranjeras en Chile y que de alguna
manera se sentían amenazadas por Balmaceda. Pero pronto se produjo la desilusión, puesto que los sucesores de Balmaceda:
Estaban evidentemente decididos a llevar a cabo la política que él había seguido con respecto a la Nitrate Railways Company: la
destrucción efectiva de su monopolio del transporte en Tarapacá mediante el otorgamiento de concesiones a líneas competitivas.
Siguieron otras políticas que afectaban al salitre y que demostraban que estaban tan preocupados como Balmaceda por la
dependencia del país de una industria sobre la cual los extranjeros ejercían tanto control.

LOS ÚLTIMOS AÑOS DEL “REY DEL SALITRE”

La inesperada actitud hostil del gobierno chileno hacia las empresas salitreras en general, y hacia las de North en particular fue un
factor que produjo incertidumbre.
En 1895 y a medida que el año avanzaba, el precio del salitre y, por lo tanto, el valor de las acciones, bajaba rápidamente. La
industria del salitre ya se encontraba sumida en su peor crisis del siglo diecinueve, es decir, el momento crítico había llegado para
North.

Sus oficinas nuevas eran las principales culpables de la sobreproducción, las que junto con la producción de las salitreras
rematadas por el gobierno chileno, contribuyó al excesivo almacenamiento del mercado mundial.

A fines de 1895 la Corte Suprema chilena declaró que no había lugar al largo litigio de Nitrate Railways Company contra su rival,
la Agua Santa. Este fue el final simbólico de las políticas seguidas por el “Rey del Salitre” para apuntalar su imperio que se
desmoronaba.

CAPITUlO VI
EPILOGO: BALMACEDA Y NORTH, LOS HOMBRES Y SUS MITOS
La rehabilitación política de Balmaceda llegó poco después de la guerra civil. La política indulgente del nuevo gobierno le
permitió a los seguidores del fallecido Presidente ganar 26 asientos en la Cámara de Diputados y transformarse en el segundo
partido de ese cuerpo legislativo.

La reconciliación de los encarnizados ex antagonistas armonizaba con la tradición política chilena. Esto atestiguaba la unidad
social subyacente de la clase gobernante y también subrayaba el hecho que la revolución de 1891 había sido una gran lucha por
poder en la cual no estaba involucrada ninguna reforma social. Ni el Congreso, ni el presidente hablaban realmente de las clases
más bajas. Ambos representaban a la Aristocracia.

Se llegó a considerar la revolución como un punto de división decisivo en la historia chilena, ya que marcaba el final del sistema
presidencial fuerte del siglo XIX y anunciaba así el llamado período parlamentario desde 1891 hasta 1924. El rasgo constitucional
y político dominante de estos años fue la impotencia del Ejecutivo ante los partidos en un momento en que la población crecía, la
urbanización aumentaba y los problemas sociales comenzaban a cobrar mucha importancia en la escena nacional.

Debido a que el sistema político oligárquico de Chile no pudo reflejar una sociedad en transición ni satisfacer sus necesidades,
surgió en Chile la “cuestión social”, la conciencia de “dos naciones”.

Marxismo- “ Fue la oligarquía interna dominante en Chile, junto con los capitalistas extranjeros que controlaban gran parte de la
economía de exportación chilena, los que no sólo perturbaron por intereses egoístas un sistema económico, social y político
particular, sino que además destruyeron a los pocos chilenos con visión que deseaban cambiarlo, entre los cuales se destaco
Balmaceda”.
Para los marxistas Balmaceda aparece como un Presiente con ideas caras sobre la intervención estatal en la economía y como un
nacionalista económico que estaba decidido a recuperar el patrimonio nacional; se dijo que si hubiese triunfado, bien podría haber
cambiado el curso de la historia chilena, poniendo al país en el camino de la política democrática, la justicia social y el
crecimiento económico basado en la propiedad nacional de los recursos básicos.
A su vez, North jugó un papel muy importante en la rehabilitación de la reputación de Balmaceda. Para los marxistas él es la
encarnación del imperialismo extranjero, que desempeñó una parte muy importante en la revolución de 1891, y la bajeza de sus
fines tan egoístas proporciona un contraste útil con los ideales altruistas del Presidente Balmaceda.

El autor plantea que la actitud de Balmaceda hacia las empresas salitreras extranjeras contenía muy poco de nacionalismo
económico o de intervención estatal, porque las empresas específicas que deseaba controlar, es decir, las de North, podían
atacarse mejor mediante la acción de otras empresas extranjeras.
Además, con tal de asegurar para Chile una renta alta proveniente de los derechos de exportación de los embarques de salitre, un
ingreso para financiar su programa de obras públicas, el estaba dispuesto a permitirle a North extender sus empresas; algunas
veces, incluso, lo impulsó a hacerlo.

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