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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para Relaciones Exteriores


Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”

APROXIMACIÓN A LA POSICIÓN DE VENEZUELA


EN LAS NACIONES UNIDAS FRENTE AL TEMA DEL TERRORISMO
AÑOS 2001 – 2010

Tercer Secretario:
José Gregorio Avila Torres
C.I: V- 10.578.850

Tutor: Dr. Fermín Toro Jiménez


Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Caracas, Mayo 2011

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Índice:

Introducción 03
Capítulo I: El Problema:
1.- Planteamiento del Problema 09
2.- Formulación del Problema 15
3.- Objetivos de la Investigación:
3.1.- Objetivo General 15
3.2.- Objetivos Específicos
4.- Justificación de la Investigación 16
5.- Delimitación de la Investigación 19
Capítulo II: Marco Teórico y Marco Metodológico:
1.- Marco Teórico 20
2.-Marco Metodológico 28
Capítulo III: El Contexto Internacional donde surge el tema del
Terrorismo 32

Capítulo IV: Tratamiento del tema del Terrorismo en las Naciones


Unidas antes y después del 11 de septiembre de 2001 53

Capítulo V: Aproximación a la Posición de Venezuela en las Naciones


Unidas frente al tema del Terrorismo entre los Años 2001 – 2010 86

Capítulo VI:
Conclusiones y Recomendaciones
Bibliografía
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Introducción:

Como sabemos, Estados Unidos emergió de la Segunda Guerra Mundial


como la única gran potencia industrial cuyas plantas estaban intactas y cuyos
territorios no resultaron tremendamente dañados por la destrucción bélica. Según
Wallerstein (2007), este desarrollo económico a largo plazo, combinado con la
caída de las estructuras económicas de los otros grandes centros de producción
en el Sistema Mundo, dio a Estados Unidos una delantera productiva temporal
enorme y le facilitó el dominio del mercado mundial, haciendo posible la mayor
expansión del valor y de la verdadera producción en la historia de la economía
mundo capitalista, creando simultáneamente una gran riqueza y una gran presión
en el sistema social del mundo.

A partir de 1945, Estados Unidos enfrentó dos grandes problemas:


necesitaba un orden mundial relativamente estable en que sacar provecho de sus
ventajas económicas y necesitaba restablecer cierta demanda efectiva en el resto
del mundo, si esperaba contar con consumidores para sus florecientes empresas
productivas. Wallerstein (2007) indica que en el periodo que va de 1945 a 1955,
Estados Unidos fue capaz de resolver estos dos problemas sin gran dificultad. El
problema del orden mundial se solucionó en dos partes. Por un lado el
establecimiento de un conjunto de instituciones interestatales, sobre todo la ONU,
el FMI y el Banco Mundial, que Estrados Unidos logró controlar políticamente y
que ofrecieron el marco de un orden formal. Y por el otro, y de mayor relevancia,
Estados Unidos llegó a un acuerdo con la única potencia militar importante en el
mundo post 1945, la Unión Soviética.

Entre 1945 y 1989 el Orden mundial se rigió por parámetros establecidos


por esas dos grandes potencias (Estados Unidos y la Unión Soviética). El planeta
se encontraba dividido en dos grandes bloques con sus ejes de influencias,
enfrentados en dura competencia por la supremacía y el poder.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

El año de 1989 fue una de esas fechas clave en la Humanidad que


evidencian el derrumbe súbito e inesperado del orden establecido. Durante el
mismo, el Bloque Soviético comenzó a venirse abajo estrepitosamente,
arrastrando consigo las reglas del juego que habían regido al mundo durante 44
años.

Las nuevas reglas del juego permitieron a la OTAN liquidar los retos del
“Mundo Comunista” de acuerdo con Toro (2009), al “combatir” los etnicismos
desatados, que propiciaron guerras civiles y la disolución y desmembración de
diversos Estados. Desde Bosnia hasta Chechenia, incluyendo a Rwanda, se
cometieron crímenes horrendos contra la Humanidad. Por otra parte, tuvo lugar la
costosa invasión a Kuwait, por parte de Irak.

Las migraciones provenientes del Este desencadenaron crecientes


actitudes de intolerancia en Europa. Los actos de violencia, llamados luego como
Terrorismo, cuyo impacto estaban circunscrito a/y reflejaban la lucha entre
pequeños grupos, por la autodeterminación, por deseos separatistas-
independentistas o reivindicación de sus conculcados derechos, no habían tenido
hasta el momento una dimensión internacional y su posición en la agenda política
internacional no provocaba sino una simple condena, dado que no hacían
incursiones significativas. Mientras, el llamado fundamentalismo islámico iniciaba
su curva ascendente, y el mercado nuclear comenzó a proliferar.

Tras el colapso socialista se proclamó la homogenización del mundo bajo


un conjunto de valores de aceptación universal. Según este planteamiento, de
Francis Fukuyama, la Humanidad se unificaba bajo las banderas del liberalismo.
Esta unificación que se apoyaba en el conjunto de organizaciones multilaterales y
sistemas de alianzas, creados por los Estados Unidos inmediatamente antes, o en
los años siguientes a la segunda guerra mundial, juntos con otros más recientes,
permitió brindar articulación a un sistema de “gobernabilidad” mundial. Por otra

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

parte, el llamado Consenso de Washington sentó las bases para la implantación


de un sistema económico de aplicación planetaria.

La llamada globalización, actuando como correa de transmisión a nivel


global, pasó a difundir un conjunto de símbolos, prácticas y valores que no era otro
que el de la propia potencia dominante.

Este paradigma, que pretende sustituir al de la Guerra Fría, se sustentaba


en el poderío de la mayor superpotencia que el mundo haya conocido: Estados
Unidos, con el consentimiento del resto de los actores internacionales, que tienen
expresión en las siguientes esferas, de acuerdo con Toro (2007):

- Un orden económico de aplicación e imposición universal, compuesto por


políticas tales como “disciplina fiscal”, “reforma impositiva”, “liberalización
comercial”, “privatización” o “desregulación” y “flexibilidad laboral”. Es decir,
políticas económicas derivadas del poder dominante.

- Un conjunto de mercados financieros y de conglomerados mediáticos


todopoderosos, definiendo parámetros de credibilidad u ostracismo manejados
desde un mismo centro. Parámetros en sintonía con la ideología prevaleciente y
en respaldo a la arquitectura institucional descrita.

- Un entretejido de organizaciones o mecanismos entre los que destacan la


ONU, la OTAN, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la
Organización Mundial de comercio, la OCDE o el Banco Interamericano de
Desarrollo, por sólo citar algunos, actuando en un marco de multilateralismo
cooperativo pero reconociendo un solo liderazgo.

A comienzos del Milenio, sin embargo, los problemas derivados de ese


Orden habían comenzado a manifestarse: insatisfacción creciente frente al orden
oligárquico prevaleciente en el Consejo de Seguridad de la ONU, explosiones

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

sociales y crisis económicas recurrentes, resultantes de la aplicación del


Consenso de Washington, malestar resultante de las concesiones comerciales no
reciprocadas hechas por el Mundo, en el desarrollo de la Ronda de Uruguay y del
GATT, bloqueo creciente de posiciones en el interior de la Organización Mundial
de Comercio y articulación de una amplia coalición de movimientos sociales
contrarios a la “Globalización” (llamados Movimientos Antisistémicos por
Wallerstein, 2007).

Con la administración Bush llegó al poder en este escenario, el sector más


reaccionario de la vida política de los Estados Unidos. La conjugación de la crisis
del orden hegemónico, con la presencia de una Administración que visualizaba su
interacción con el resto del mundo en términos de derechos y no de
responsabilidades, exacerbó en extremo los problemas existentes.

El resultado de lo anterior fue la desarticulación del sistema hegemónico y


la proliferación de zonas de conflicto en el mundo. También condujo a un estado
de postración a los organismos y mecanismos que daban sustento a la llamada
“Globalización”. Desde Naciones Unidas hasta la Organización de Estados
Americanos; desde el Consenso de Washington hasta la Ronda de Negociación
de Doha, desde el Banco Mundial hasta el Fondo Monetario Internacional, las
bases consensuales del modelo mostraban fracturas profundas. Esto nos lleva a
asumir que el paradigma de la post Guerra Fría, parecía colapsar de acuerdo con
Toro (2007).

Por otra parte, dos problemas globales como el Cambio Climático y la


Energía ascienden al primer plano de la atención mundial. En cada uno, el
potencial de crisis involucrado resulta inmenso. Aunque más, en lo inmediato en el
caso del calentamiento global, la problemática puede hacerse también aguda ante
una demanda petrolera que no logre ser satisfecha por la oferta.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Las complejidades e incertidumbres identificadas con el tema del Cambio


Climático no parecieran encontrar manejo fácil. Con mayor razón, cuando los
mecanismos multilaterales globales se han debilitado en grado extremo. Tanto a
nivel regional como nacional, los caminos se encuentran obstruidos por
dificultades. Más allá de lo declarativo, la instrumentación de las políticas
ambientalistas es un esfuerzo cuesta arriba según Kennedy (2007).

La concentración de reservas energéticas fósiles en un número reducido


de países, produce un doble efecto. De un lado, conflicto por el acceso de fuentes
escasas. Del otro, la importancia geopolítica creciente de los países productores.
Lo primero ofrece un importante potencial de confrontación, incluso bélica, entre
China y Estados Unidos, países que estarán importando alrededor de 70% de sus
requerimientos petroleros para el año 2025.

En este escenario internacional llega en 1998, al poder en Venezuela Hugo


Rafael Chávez Frías con la aprobación de la nueva Constitución en 1999, como
instrumento jurídico novedoso, nace la nueva República bajo los principios
fundamentales del ideario bolivariano de solidaridad, cooperación, convivencia,
unidad, democracia popular orientada hacia el socialismo, integración y
autodeterminación de los pueblos. Al mismo tiempo, el agotamiento del modelo
neoliberal en el sistema internacional, se muestra incapaz de dar respuestas a la
necesidades de la Humanidad y que sólo ofrece un panorama de destrucción
ambiental, hambre y miseria. Como país perteneciente a la periferia neocolonial,
llamada “Tercer Mundo”, hoy el Sur, la República Bolivariana de Venezuela se
inserta en la política multilateral con percepciones y objetivos particulares como
son el multilateralismo, la multipolaridad, la resolución pacífica de los conflictos, y
la prioridad de la integración latinoamericana entre otros.

En este marco caótico ocurren los sucesos del 11 septiembre de 2001,


cuando el centro económico y financiero de los Estados Unidos, World Trade
Center, colapsa, producido por lo que viene siendo calificado como un ataque

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

terrorista, atribuido a una red extremista islámica llamada "Al Qaeda". Ello produce
como consecuencia la incorporación inmediata a la Agenda política internacional,
del tema del Terrorismo en un lugar predominante, al punto de que se promueven
conceptos y acciones tales como la legitima defensa individual y colectiva
“Responsabilidad de proteger” (60º Asamblea General 2005), en el seno de las
Naciones Unidas, que, además marca la importancia política de Estados Unidos
en las relaciones internacionales a nivel mundial, y se constituye uno de los ejes
fundamentales de la Reforma de la Organización de Naciones Unidas.

La República Bolivariana de Venezuela como actor internacional, con


capacidad de incidir en la política energética a nivel mundial ( en la actualidad
posee las reservas certificadas de petróleo pesado más grandes del mundo, de
acuerdo con Associated Press, 2011 ), ha defendido tanto el respeto irrestricto a
las normas y principios del Derecho Internacional, entre ellos, la no injerencia en
los asuntos internos de los países, el respeto a la soberanía, el rechazo al uso de
la fuerza como medio de solución de controversias y todas aquellas
manifestaciones unilaterales contrarias a la legalidad internacional consagradas en
la Carta de la ONU, de la OEA y otros instrumentos internacionales, entre las que
se definen el Terrorismo sin discriminación de sus formas de expresión. En este
orden de ideas se desprende la interrogante ¿Cómo aproximarnos a la posición
asumida por la República Bolivariana de Venezuela en las Naciones Unidas frente
al tema del Terrorismo durante el periodo 2001-2010?

Abordar este caso de estudio, es el objetivo de esta investigación que, para ser
comprendida, explicará el contexto internacional donde surge el tema del
Terrorismo; analizará el tratamiento del tema del Terrorismo en las Naciones
Unidas antes y después del 11 de septiembre de 2001. Asimismo, este estudio se
concentrará en analizar la Posición de nuestro país en el referido foro multilateral
sobre el Terrorismo durante el período comprendido entre el 11 de septiembre de
2001 hasta el año 2010, para su estudio e interpretación, acción que permitirá

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

generar posibles aportes a la Agenda de Política Exterior de la República


Bolivariana de Venezuela sobre este tema.

En tal sentido, los objetivos específicos a desarrollar para aproximarnos al objeto


de estudio que es la posición de Venezuela en la ONU frente al tema del
Terrorismo son los siguientes: exponer el contexto internacional donde surge el
Terrorismo como uno de los temas centrales en las relaciones internacionales;
analizar el tratamiento del tema del Terrorismo en las Naciones Unidas antes y
después del 11 septiembre de 2001; y, analizar la posición de la República
Bolivariana de Venezuela en las Naciones Unidas frente al tema del Terrorismo
durante el periodo que comienza el 11 de septiembre de 2001 hasta el año 2010.

Estos objetivos, junto con el planteamiento del Problema se convierten en el


Capítulo I de este trabajo de Grado para optar al Título de Magíster en Política
Exterior de Venezuela del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”. El
Marco Teórico y Metodológico, el Capítulo II; el Contexto Internacional donde
surge el Terrorismo como uno de los temas centrales en las Relaciones
Internacionales, el Capítulo III; el Tratamiento del tema del Terrorismo en las
Naciones Unidas antes y después del 11 septiembre de 2001, el Capítulo IV; y,
una aproximación a la posición de la República Bolivariana de Venezuela en las
Naciones Unidas frente al tema del Terrorismo durante el período que comienza el
11 de septiembre de 2001 hasta el año 2010, el Capítulo V.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Capítulo I

El Problema

“San Agustín cuenta la historia de un


pirata capturado por Alejandro Magno,
quien le preguntó: ‘¿Cómo osas
molestar el mar?’ ‘¿Cómo osas tú
molestar el mundo entero?’ replico el
pirata. ‘Yo tengo un barco, por eso me
llaman ladrón. Tú tienes una flota, por
eso te llaman emperador’.
San Agustín
(Citado por Chomsky, 2002)

1.- Planteamiento del Problema:

El conjunto de medidas para la lucha contra el Terrorismo que hoy impone


el Consejo de Seguridad (CS) de las Naciones Unidas a los 192 Estados
miembros constituye una “camisa de fuerza”. A pesar de algunas vacilaciones
iniciales, y de algunas reticencias subsistentes, el cuerpo político y doctrinal
antiterrorista del CS, configuró el punto de referencia utilizado para justificar la
transformación institucional de las Naciones Unidas como medio para “enfrentar el
riesgo de seguridad más grave y visible para la humanidad en el comienzo del
siglo XXI” (Rupérez, 2005) . Las Naciones Unidas, que tantas veces no actuó, o lo
hizo con pasividad, a la hora de enfrentarse a los grandes problemas de la
humanidad, expresión de la crisis del Sistema Mundo (Wallerstein 2005), terminó
por definir su papel en la llamada “Lucha contra el Terrorismo” de una manera
inédita y expedita.

Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York,


Washington y Pennsylvania produjeron la conmoción conocida y recordada. La
Organización de Naciones Unidas, creada junto con el FMI y el Banco Mundial en
1945 por Estados Unidos, y controlada políticamente por dicho país, no

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

permaneció ni permanece ajena a esta cuestión. El Consejo de Seguridad, en


fecha 12 de septiembre de 2001, aprobó por unanimidad la Resolución 1368, cuya
principal y novedosa característica radica en la invocación al derecho a la legítima
defensa individual o colectiva, en los términos del artículo 51 de la Carta, para
exigir a todos los Estados miembros su cooperación con el fin de “someter a la
acción de la justicia a los que han perpetrado, organizado o patrocinado” tales
actos terroristas y a “redoblar sus esfuerzos para prevenir y evitar actos
terroristas”. La invocación a la legitimidad de la acción militar, como defensa
contra actos terroristas no estaba muy lejana.

El 28 de septiembre de 2001, el Consejo de Seguridad, invocando el


Capítulo VII de la Carta, aprueba por unanimidad la Resolución 1373, que
representa un salto cualitativo en la dirección que el Consejo, y, en definitiva
Naciones Unidas, pretenden imponer al tratamiento del Terrorismo. La Resolución,
que tiene carácter vinculante para todos los Estados miembros, impuso una
amplia serie de medidas legales, financieras, policiales y de cooperación. Exige
además que todos los Estados miembros ratifiquen y cumplan las convenciones
internacionales y protocolos relativos al Terrorismo.

La Resolución 1373 crea e institucionaliza un Comité Contra el Terrorismo


(CCT), órgano subsidiario del Consejo de Seguridad, compuesto, como el creado
por la Resolución 1267, por los mismos miembros del Consejo, y, es encargado de
vigilar el cumplimiento de la Resolución. A este fin el CS instruyó al CCT para que
comenzara sus trabajos pidiendo un Informe sobre las medidas adoptadas por los
Estados miembros de la Organización para poner en práctica las decisiones del
Consejo.

Al promulgar la Resolución 1373 el Consejo de Seguridad inauguró y


avanzó hacia un terreno prácticamente desconocido en la vida política y jurídica
de la ONU, cual es el de imponer obligaciones genéricas legales sobre los
Estados miembros. Éstos, entre otras cosas, se encuentran ahora obligados a

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

criminalizar el Terrorismo, sus practicantes, sus cómplices y sus financiadores, así


como a proceder a la ratificación de las convenciones internacionales
antiterroristas y a hacer su traslación a las leyes domésticas. Para Rupérez (2005)
esto constituye un hecho inédito en toda la Historia de las Naciones Unidas. La
Resolución 1373, a diferencia de las anteriormente referidas, no impone sanciones
a países responsables de actos considerados como reprensibles por el Consejo o
a los que con ellos colaboran, sino que decide sobre las conductas que los
Estados miembros, todos ellos, deben observar de manera permanente en la
lucha contra el Terrorismo. Naturalmente, no cabe excluir que el Consejo,
presumiblemente a instancias del CCT, pueda decidir eventualmente la adopción
de sanciones o de otras medidas contra los Estados que incumplan la Resolución
referida de acuerdo con Toro (2009).

Por otra parte, la Asamblea General, como es lógico, dada su composición


y las normas que rigen la adopción de decisiones, ofrece un adecuado reflejo de lo
que ha sido la sensibilidad mundial sobre el Terrorismo a lo largo de las últimas
tres décadas. Rupérez (2005) ha distinguido, a tales efectos, tres etapas: una
primera, que abarcaría desde 1972 hasta 1991, caracterizada, en los términos
adoptados por las Resoluciones del momento, por ofrecer “medidas para prevenir
el Terrorismo”; una segunda etapa, desde 1993 hasta 2001, que se caracterizó por
poner de relieve las relaciones entre “Derechos Humanos y Terrorismo”; una
tercera, y actual etapa, que ha evolucionado hacia las “medidas para eliminar el
Terrorismo”. No hace falta recordar que en estas consideraciones, como para
tantas otras en la vida internacional, existía un antes y un después de la Guerra
Fría. Ahora podemos hablar de una antes y un después del 11 de septiembre de
2001.

El tema del Terrorismo se presta a las más variadas interpretaciones, casi


siempre orientadas según los intereses de los actores que juzgan los
acontecimientos. Para los Estados parte de la ONU es tan conflictivo el tema que
existen serias discrepancias en la valoración objetiva de los hechos, en los

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

conceptos básicos, en el alcance y sentido de la terminología empleada e incluso


en la propia definición de “acto terrorista”.

En este momento unipolar de la posguerra fría, superado el


“enfrentamiento” URSS-Estados Unidos, ante la abundancia de situaciones
problemáticas e inestabilidades regionales que proliferaron durante la década de
los años noventa, Naciones Unidas fue prodiga en Operaciones de
Establecimiento, Mantenimiento, Imposición o Consolidación de la Paz. Estas
acciones no siempre fueron retribuidas con resultados alentadores. Más bien
cosecharon notables fracasos durante dicha década, entre ellos el genocidio en el
año 1994 en Ruanda, donde Naciones Unidas rehusó reforzar sustancialmente la
presencia de sus cascos azules allí desplegados, o las masivas masacres de
civiles en el año 1995 en Srebrenica (Bosnia-Herzegovina), ciudad que había sido
declarada como “zona protegida” por Naciones Unidas. Ambos fracasos fueron
objeto de posteriores informes muy autocríticos en Naciones Unidas sobre
deficiente y condenable gestión de éstas y otras negativas y amargas experiencias
en Somalia, Sierra Leona, Timor Oriental, etc., parecen haber motivado el
denominado Informe Brahimi de 2000, producido en el seno de la Organización,
que analiza en profundidad como mejorar la toma de decisiones, estructuración,
preparación, capacidades, financiación y ejecución de futuras operaciones de paz
según Kennedy (2007).

En el presente siglo se puede considerar que Naciones Unidas dio un giro


en el tratamiento del tema del Terrorismo, etapa de creciente y polémica
“globalización” y de avance progresivo hacia la multipolaridad. La llamada
“globalización” que, con la revolución de las telecomunicaciones digitalizadas, la
informática e Internet se “implantó” aceleradamente en el mundo financiero, hoy
en crisis, se ha ido extendiendo a las otras áreas de la economía mundial, regional
y local. Crecen los problemas globales de seguridad que se plantean a la
Comunidad internacional tales como la inestabilidad del Medio Oriente, el tráfico
encubierto de Armas de Destrucción Masiva (ADM), la delincuencia internacional

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

organizada (narcotráfico, tráfico clandestino de seres humanos o de armas,


blanqueo de dinero, entre otros), crecientes problemas medioambientales,
pandemias, hambrunas, problemas todos que en conjunto exigen un tratamiento
sistémico en un foro global, Naciones Unidas.

A esta caótica dinámica se suma la evolución del orden mundial hacia la


multipolaridad. En este nuevo rumbo, diversas potencias emergentes van
consolidando su creciente fortaleza económica, política y en ciertos aspectos
también militar. China, India, Rusia, y a más largo plazo tal vez Brasil, Indonesia,
etc., son hoy día, potenciales competidores del poder estadounidense, afectado
hoy además por la grave crisis financiera mundial, que puede acarrear cierto
reacomodo en el balance global de los poderes económicos.

En este contexto, de poderosos intereses en pugna, Wallerstein (2005)


considera que el tema del “Terrorismo” la mayoría de las veces se utiliza para
descalificar sólo a aquellos que usan las acciones violentas para enfrentar al poder
imperial, pero en ningún caso se le utiliza cuando los Estados del Centro lo
emplean para avasallar soberanías, en ataques militares que muchas veces
causan más víctimas civiles que las provocadas por los actos calificados como
terroristas. En este sentido, la acción terrorista sólo es considerada como tal, si
es provocada por “el bando enemigo”, en ningún caso cuando la desencadena el
bando de las grandes potencias. Por lo tanto, en la época de la Guerra Fría, sólo
se consideraba terrorista una acción desplegada por algún aliado del Bloque
Soviético, a quienes se atribuían todas “las acciones diabólicas” contra la
democracias occidentales. Por ello, nunca Estados Unidos calificó de Terrorismo a
las acciones desplegadas por Israel contra los palestinos y contra países árabes,
que producían grandes pérdidas de vida en la población civil ajena a los conflictos.

El presente estudio persigue determinar como respuesta a la interrogante


de cuál ha sido y por qué, la Posición de Venezuela en las Naciones Unidas frente
al tema del Terrorismo a partir del 11 de septiembre de 2001 hasta el año 2010. La

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multiplicidad de conceptos del Terrorismo que no han permitido lograr desde un


principio una definición consensuada en el seno de las Naciones Unidas, la
inefectividad de las autoridades oficiales de los diferentes Estados ante los
ataques terroristas y la intensificación del Terrorismo en Estados Unidos y los
Países Desarrollados, revelan la primacía que le han dado estos actores en su
política a dicho fenómeno, incluyéndolo en la Agenda de las Naciones Unidas,
como uno de los temas centrales. El Gobierno de la República Bolivariana de
Venezuela le ha conferido a este tema una atención de primer orden al suscribir
como compromiso adquirido, de efecto obligatorio la Resolución Nº 1373 del
Consejo de Seguridad de la ONU del 28 de septiembre de 2001, “atinente a la
lucha contra el Terrorismo”, buscando coincidencia con los objetivos de nuestra
política exterior orientados a lograr un sistema internacional democrático y pacífico
en donde participen Estados soberanos, respetuosos de la autodeterminación de
los pueblos.

Sin embargo, es necesario destacar que las grandes potencias y sus


aliados, liderados por Estados Unidos, en el contexto de las Naciones Unidas
pretenden ir más allá de la represión del Terrorismo de personas o grupos. Se
proponen vincular al Terrorismo con conceptos como la “Responsabilidad de
proteger” (Documento Final 60º Asamblea General de Naciones Unidas 2005), la
“Intervención preventiva”, la “Intervención humanitaria” y la “Guerra preventiva”,
sobre la base de una reinterpretación del Artículo 51 de la Carta de la ONU. Con
esto quieren hacer uso de la intervención militar contra países y pueblos
considerados como “una amenaza” a la seguridad internacional. En la mayoría de
los casos, dichos países o pueblos son aquellos que en el ejercicio de su
soberanía y libre determinación, no aceptan, como es el caso de la República
Bolivariana de Venezuela, someterse a la voluntad de las Grandes Potencias, o
contravienen los intereses de estas, por lo cual son calificados unilateralmente
como “Estados forajidos” o “Estados fallidos” sin razón.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

En este orden de ideas, la República Bolivariana de Venezuela en su


accionar libre y soberano ha puesto en marcha políticas que se enfrentan a las
intenciones del capital global de someternos a sus directrices. Esto ha traído como
consecuencia, que nuestro país se ha convertido en objeto de continuo ataques
por parte de Estados Unidos y los grandes medios de comunicación transnacional
aliados a esta potencia, acusándonos de “ingobernabilidad democrática”, violación
sistemática de los derechos humanos y de la libertad de expresión, que ofrece
escasa colaboración en la lucha contra el Terrorismo y la lucha antidrogas,
además de supuestos nexos con las Fuerza Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC). Por esto la posición indeclinable de la Revolución Bolivariana
consciente de su papel histórico de abrir camino con los pueblos, y
particularmente con los excluidos y oprimidos históricamente de África, Asia,
América, Oceanía y hasta de la misma Europa, propone la concertación y práctica
de otras formas humanas de existencias y relaciones. De allí el propósito de que
ésta requiere de una mayor ofensiva diplomática para contrarrestar la pretensión
de señalarnos como país colaborador del Terrorismo, con el apoyo e
incomprensión de sectores internos y externos del país, que distorsionan la
imagen del proceso que vive la Nación venezolana.

2.- Formulación del Problema:

La perspectiva de investigar una Aproximación a la Posición de Venezuela


en las Naciones Unidas frente al tema del Terrorismo, durante los años 2001 –
2010, permite al investigador formularse el siguiente problema: ¿Cuál ha sido y
por qué la Posición de Venezuela en las Naciones Unidas frente al tema del
Terrorismo a partir del 11 de septiembre de 2001 hasta el año 2010? De esta
interrogante surgen otras tres; las cuales se relacionan en primer lugar a: ¿Cuál es
el contexto internacional en el cual el tema del Terrorismo pasa a jugar un papel
crucial en la Agenda de las Naciones Unidas?; en segundo lugar, ¿Cuál fue el
tratamiento del tema del Terrorismo en las Naciones Unidas antes y después del
11 de septiembre de 2001? Y en tercer lugar se formula: ¿Cómo se definir la

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Posición de la República Bolivariana de Venezuela en Naciones Unidas frente al


tema del Terrorismo en concordancia con su política exterior durante el periodo
que se extiende del 11 de septiembre de 2001 hasta el año 2010?

3.- Objetivos de la Investigación:

3.1.- Objetivo General:

Determinar como aproximación y precisar en lo posible cuál ha sido y por


qué la posición de Venezuela en las Naciones Unidas frente al tema del
Terrorismo desde el 11 de septiembre de 2001 hasta el año 2010.

3.2.- Objetivos Específicos:

3.2.1.- Describir en sus lineamientos claves cual ha sido el Contexto Internacional


donde surge el Terrorismo como uno de los temas centrales en las relaciones
internacionales.

3.2.2.- Analizar el Tratamiento del tema del Terrorismo en las Naciones Unidas
antes y después del 11 septiembre de 2001.

3.2.3.- Evaluar la posición de la República Bolivariana de Venezuela en las


Naciones Unidas frente al tema del Terrorismo durante el periodo que va desde el
11 de septiembre de 2001 hasta el año 2010.

4.- Justificación de la Investigación:

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

La lucha contra el Terrorismo ha sido utilizada reiteradamente por Estados Unidos


para ultrajar por doquier soberanías nacionales. Los Estados más poderosos del
Sistema Mundo según Wallerstein (2005), cuentan con mecanismos de
dominación implementados en los organismos multilaterales supuestamente
democráticos, para neutralizar, aislar e ignorar aquellos argumentos que no se
corresponden con el molde establecido por ellos. A pesar de que a nivel
internacional, a menudo se utilizan medios sutiles para encubrir una dictadura,
pero no por esos menos efectivos, como el compromiso de que no se “torturará” al
disidente pero con el calificativo de "Estado terrorista", "fallido", “fracasado” o
“forajido” atribuido a un Estado, se pretende descartar, sin discusión alguna
cualquier opinión y actuación contraria a sus intereses por parte de un Estado, y
preparar así el terreno para futuras sanciones e intervenciones militares.

Otro aspecto de importancia que no se puede dejar de resaltar, es que más allá de
las declaraciones y calificaciones, existe por parte de las grandes potencias un
interés económico concreto para declarar la Guerra al Terrorismo a otros países,
con la excusa como trampolín para acciones que amenazan la “democracia, la paz
y la seguridad internacional”. Con estas guerras, además del control geopolítico y
la apropiación de los recursos naturales, se mantiene y desarrolla una industria
bélica que beneficia a las empresas transnacionales asociadas al poder. El mismo
Vice-presidente de los Estados Unidos, Dick Cheney, ha sido acusado de estar
vinculado a una empresa que se benefició con la Invasión a Irak. Además la
intervención lograda abre paso a la reconstrucción de los países invadidos como
rentable negocio que requiere de enormes financiamientos y genera el
enriquecimiento de las grandes empresas que se dedican a la supuesta
reconstrucción.

En la actualidad los medios internacionales de la información del Sistema Mundo


reseñan que “nos enfrentamos” al hecho que el Terrorismo internacional se
incrementa, diversifica, complejiza y profundiza en los Estados del Centro. Ello
obliga “llamar” a la reflexión sobre su licitud y/o legitimidad y sobre los límites del

19
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

recurso a la violencia como instrumento para combatir la subversión del “orden"


interno o internacional. Por otra parte, también parece necesario distinguir entre
Terrorismo, Terrorismo de Estado, Guerras de Liberación Nacional, Rebelión
contra la tiranía y opresión. Todo ello para concluir en una forma jurídica
internacional para contener en lo posible el Terrorismo en todas sus formas y
manifestaciones.

En el actual Sistema Mundo no es fácil diseñar un sistema normativo


legítimo y eficaz que permita conciliar la prevención y represión de los actos y
actividades considerados terroristas, no sólo con respeto a los principios del
Derecho Internacional, tales como la prohibición del recurso a la fuerza, la no
intervención en los asuntos de otro Estado y el respeto a la igualdad soberana de
los Estados, sino también con el debido respeto a los Derechos Humanos y de la
Libre Determinación de los pueblos.

¿Cuál ha sido y por qué la Posición de Venezuela en las Naciones Unidas


frente al tema del Terrorismo durante el período 2001 al 2010?, es el problema
que justifica esta investigación.
En tal sentido, la democratización de las relaciones internacionales como
una esperanza tendiente a garantizar la paz y el desarrollo integral de la
humanidad en su conjunto requiere del fortalecimiento de los organismos
multilaterales que establezcan diques de contención a los poderes imperiales.
Pero esto no basta, este fortalecimiento requiere no sólo una propuesta política
sino que debe integrar elementos de naturaleza social y económica que posibiliten
la convivencia universal y que resten espacio a la reproducción del Terrorismo, lo
cual constituye una alternativa importante para romper en la práctica con el
modelo de dominación existente de los Estados del Centro en el ámbito
internacional y, a la vez, permitiría consolidar y fortalecer las líneas estratégicas de
acción planteadas por la República Bolivariana de Venezuela en su Constitución
Bolivariana (del artículo 152 al 154), en el Quinto Equilibro del Plan de Desarrollo

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Económico y Social de la Nación 2001 – 2007 y la Nueva Geopolítica Internacional


del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007 – 2013.

De igual manera, esta investigación puede aportar un diagnóstico político


sobre el tema del Terrorismo a nivel de la ONU. Dicho diagnóstico puede ser de
interés para el Despacho del Viceministro para América del Norte de la Cancillería
venezolana, en la medida en que con él se podrán hacer formulaciones para “la
Lucha contra el Terrorismo” en los años posteriores, según la visión adoptada por
nuestro país.

Por lo tanto, esta investigación es viable a pesar de que no se cuenta con


todos los recursos necesarios para el logro de la misma, por su importancia como
aporte para generar posible planificación de Política Exterior de la República
Bolivariana de Venezuela sobre el tema del Terrorismo.

5.- Delimitación de la Investigación:

Para hacer una mejor compresión del tema a estudiar es necesario en


primer lugar establecer la temporalidad de la investigación desde año 2001,
cuando en el contexto internacional se producen los Ataques del World Trade
Center de Nueva York el 11 de septiembre y posteriormente cuando desde la
ONU, Estados Unidos impulsa la llamada Guerra contra el Terrorismo; en
Venezuela el hito inicial está constituido por la aplicación del Plan de Desarrollo
Económico y Social de la Nación 2001-2007. La investigación alcanzará el final del
año 2010, con la participación de la Delegación de Venezuela en la Asamblea
General de la ONU.

21
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Capítulo II

Marco Teórico y Marco Metodológico

“La dimensión de la investigación documental, es


un área básica, donde se ha de coincidir,
independientemente del tipo de investigación que
se realice y de la implicación que esta tenga con
una rama del conocimiento específica. Por cuanto,
contiene los procedimientos metódicos y críticos
que permiten organizar la información escrita y
tienen que observarse cuando se elabora el
trabajo intelectual”.
(Ballestrini, 2002)

1.- Marco Teórico:

En relación a otro(s) trabajo(s) vinculado(s) al tema de estudio no hemos


encontrado ningún(o) que se halla tratado o considerado directamente con la
Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo. Sin embargo, en
correlación al tema del Terrorismo como uno de los ejes centrales en la Reforma
de las Naciones Unidas existen algunos artículos especializados de autores
estadounidenses, españoles, y latinoamericanos. En un primer arqueo se obtuvo
información sobre un trabajo escrito afín al tema de las Naciones Unidas en la
Lucha contra el Terrorismo.

La inexistencia de estudios especializados sobre la Posición de Venezuela


en la ONU frente al tema del Terrorismo, obliga a que la investigación comience
por explicar el entorno de las teorías a utilizar para la contextualización del
análisis. Pero antes de comenzar de lleno a la explicación de las teorías de la
investigación es importante hacer referencia de lo que es una teoría.

Las teorías como lo expone Kenneth Waltz (2007) “(...) no explican los
cambios sino las continuidades”. Los cambios sólo se darán en la estructura y las

22
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

continuidades en el sistema. En tal sentido, sostiene Waltz, en su libro “El Hombre,


el Estado y la Guerra” del año 1954, que en las Relaciones Internacionales hay
tres niveles de análisis: “uno de primera imagen centrado en el hombre, uno de
segunda imagen centrado en el Estado y, por último, uno de tercera imagen
centrado en el sistema”. Así pues, la Posición de Venezuela en las Naciones
Unidas frente al tema del Terrorismo durante el período 2001 – 2010, es
fundamental centrarse en la tercera imagen planteada por Waltz, por cuanto ésta
se concentra en el sistema o la estructura internacional y sus cambios (político,
económico, social y cultural) que conducen a plantear una definición del
Terrorismo consensuada que permita aproximarse a ese fenómeno para reducir
las condiciones o causas que lo producen. Sin embargo, es primordial dejar claro
que la estructura y sus cambios se desarrollan en el contexto de las Relaciones
Internacionales; lo cual dimensiona la investigación hacia el concepto planteado
por Hans (1978):

“(...) por Relaciones Internacionales se entiende (...) como las


relaciones sociales que se producen dentro de la Estructura
Internacional bajo determinados supuestos (...), bien entre
individuos o grupos intermedios que pertenecen a sociedades
políticas (Estados) diferentes, bien entre las sociedades políticas
(Estados) mismas, actuando a través de los órganos que la
representan (o por medio de principios esenciales que tipifican la
homogeneidad de los Estados)”. (p. 9)

Estas relaciones sociales son nacionales, transnacionales o


transgubernamentales, que permiten una utilización más precisa del concepto de
actor (Estados, organizaciones internacionales, las organizaciones no
gubernamentales y las corporaciones multinacionales) en la Estructura
Internacional. De igual manera, es importante delimitar el concepto de Estructura
Internacional, en razón de que algunos autores como Morgenthau, Hoffmann,
Kinssinger y el mismo Hans, establecen una analogía entre lo que es la Estructura
Internacional y el mercado o el aspecto económico de las relaciones. De esta
manera, que el concepto a utilizar aparece más relacionado, parafraseando a
Waltz (2007), con la disposición y orden de las partes dentro de un todo, o lo que

23
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

es lo mismo, con comprender el componente sistémico que hace posible pensar


más allá de la realidad del mercado internacional. En definitiva, la estructura
permite explicar las regularidades de conducta e interacción homogénea de los
Estados como unidades de un mismo sistema.

Ahora bien, como la estructura define la disposición u ordenamiento de las


partes de un sistema, se define la teoría a utilizar en esta investigación, que es la
de Análisis de Sistemas Mundo, de Immanuel Wallerstein (2005). Antes de
exponer dicha teoría es necesario comprender que el concepto de Sistema
Internacional a manejar es el precisado por Raymond Aron (citado por Padilla,
1992), “conjunto constituido por unidades políticas (Estados) que mantienen entre
sí relaciones diplomáticas regulares. (...) tales relaciones van acompañadas por
relaciones (interestatales de cooperación) entre individuos o ciudadanos que
componen sociedades (...) a las que se adscriben las poblaciones, sometidas a
soberanías distintas” (págs. 132-133). Así pues, estas relaciones regulares entre
los Estados y, a su vez, entre las sociedades, buscan precisar un medio ambiente
que favorezca la conservación o promueva la transformación del sistema de
Relaciones Internacionales hacia un entorno de cooperación y
complementariedad. Por lo que, este sistema consiste en “una serie de elementos
suficientemente interrelacionados distinguible de su entorno por ciertas
regularidades como para servir de centro de análisis”. (Kaplan, 1963, Págs. 148-
149)

Por ende, todo sistema es a la vez estructura (según Waltz) y proceso


(según Kaplan), se mantiene y se modifica, es estable y dinámico (según ambos
autores). Por tal circunstancia, la aproximación de la Posición de Venezuela frente
al tema del Terrorismo en las Naciones Unidas durante el período 2001-2006 se
ubicará como argumento dentro de las Relaciones Internacionales,
específicamente, en la teoría del sistema internacional universal planteada por
Morton Kaplan (citado por Padilla, 1992). Esta asume “(...) las relaciones entre
Estados”. Así pues, esta teoría descrita permite la incorporación de la otra teoría

24
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

como es, la del Análisis de Sistemas-Mundo de Wallerstein (2005), para


aproximarnos a entender el significado del fenómeno del Terrorismo, “sus
orígenes, su trayectoria, y más importante aún, cuál es su lugar en el orden mayor
de las cosas, en el contexto de las relaciones internacionales de los países del
Sistema Mundo” (Wallerstein, 2007).

Para realizar un acercamiento a Wallerstein, resulta necesario comprender


la idea de un Sistema-mundo, para comprender sus perspectivas. Por eso, lo
mencionamos primero que para Wallerstein (2005) el Sistema mundo-moderno
comienza en el siglo XVI y se expande geográficamente hasta cubrir el globo
entero logrando someter e incorporar a todos los demás sistemas sociales de la
tierra hacia el último tercio del siglo XIX. Asimismo, sostiene el autor que la
realidad social en que vivimos y determina cuáles son nuestras opciones, no ha
sido la de múltiples estados nacionales de los que somos ciudadanos sino algo
mayor, llamado Sistema-mundo. Este Sistema-mundo ha contado con muchas
instituciones (Estados, sistemas interestatales, compañías de producción,
marcas, clases, grupos de identificación de todo tipo). Estas instituciones forman
una matriz que permite al sistema operar pero al mismo tiempo estimula tanto los
conflictos como las contradicciones que calan el sistema. El sistema constituye
una creación social, con una historia, con orígenes, mecanismos presentes, y con
una crisis terminal de la que somos testigos, producto de las profundas
desigualdades que ocupan el centro político de nuestro tiempo. Podemos decir
entonces, que el sistema pasa por un período caótico en el cual busca abrir paso a
un nuevo y diferente orden, es decir efectúa la transición a otro sistema. Qué será
este nuevo orden y cuándo habrá de estabilizarse es algo imposible de predecir,
ya que se encuentra profundamente afectado por las acciones de todos los
integrantes del proceso de transición.

Para Wallerstein (2007) la soberanía, es el emblema del sistema


interestatal: Cada Estado en el Mundo moderno afirma su propia soberanía y al
mismo tiempo muestra respeto por la soberanía de los demás, “pero como

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

sabemos, y como diría un seguidor de la Realpolitik, no es así como las cosas


funcionan. Existen Estados fuertes y Estadio débiles, y la fuerza y la debilidad
constituye la medida de las relaciones interestatales” (pág. 57). Los Estados
fuertes intervienen regularmente en los asuntos internos de los débiles, mientras
que estos últimos intentan adquirir más fuerzas y oponerse a la intromisión;
pueden incluso participar de la política de los Estados fuertes, pero con grandes
dificultades. Además, los Estados, aún el más fuerte, están limitados por las
operaciones de esa Comunidad que es el sistema interestatal. El concepto de
“balance de poder” se refiere precisamente a estas limitaciones.

La soberanía establece un límite normativo en el grado y los tipos de


interferencia, y puede, por lo tanto, ser utilizada por los estados débiles, hasta un
cierto punto, para limitar los daños provocados por los fuertes. La ONU está
llamada a constituir una de las principales vías para ejercer esas limitaciones. Sin
embargo, Wallerstein (2007) interpela qué tan en serio son tomadas las Naciones
Unidas en los Ministerios de Relaciones Exteriores del Mundo.

El autor resalta en su obra Análisis de Sistemas-Mundo (2006), como los


medios y muchos científicos sociales afirman que la llamada globalización y el
Terrorismo son fenómenos que dominan al mundo y el gobierno de Estados
Unidos parece desempeñar un papel central en el avance de uno y “la lucha
contra el otro”. En esto subyace lo que Margareth Thatcher citada por Wallerstein
insistía, “No hay ninguna alternativa”. Y este es el discurso imperante: No hay
ninguna alternativa a la globalización, a cuyas exigencias todos los gobiernos
deben someterse, y si queremos sobrevivir “no hay ninguna alternativa más que
aplastar sin piedad al ‘Terrorismo’ en todas sus manifestaciones” Pág. 9.
Considera Wallerstein (2005) que no hemos sido capaces de comprender el
significado de estos fenómenos, sus orígenes, su trayectoria y más importante aún
el lugar en el orden mayor de las cosas. Parte de nuestra incapacidad se debe a
que hemos estudiados estos fenómenos estrechamente vinculados en

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

compartimentos estancos o construcciones de nuestra imaginación (política,


economía, estructura social, cultura, entre otros), más que en la realidad.

Los sistemas mundo de análisis significaron la sustitución de los Estados


nacionales como objeto de estudio, por “sistemas históricos” que, habían existido
hasta ese momento en sólo tres variantes, minisistemas, y “sistemas-mundo” de
dos tipos (economías-mundo e imperios-mundo). Wallerstein (2006) explica que
la colocación del guión en sistema-mundo y en sus dos sub-categorías, intenta
señalar que se estaba haciendo referencia no a sistemas, economías o imperios
de (todo) el mundo, sino sobre sistemas, economías e imperios “que son un
mundo (pero posiblemente y de hecho, usualmente, sin ocupar la totalidad del
globo)”. Afirma que en cuanto a los “Sistemas-mundo” estamos frente a una zona
espacio temporal que atraviesa múltiples unidades políticas y culturales, una que
representa una zona integrada de actividad e instituciones que obedecen a ciertas
reglas sistémicas.

En segundo lugar, las categorías de Raúl Prebish también fueron


incorporadas. Una economía-mundo capitalista está marcada por una división
axial de labor entre los procesos de producción centrales y los procesos de
producción periféricos, lo cual da como resultado un intercambio desigual
favoreciendo a los involucrados en los procesos de producción centrales. Puesto
que tales procesos tendían a agruparse en países específicos, se podía abreviar
la nomenclatura hablando de zonas centrales y periféricas (o incluso de Estados
centrales y periféricos) en tanto se recordara que eran los procesos de producción
y no los Estados los que eran centrales o periféricos. En el análisis de sistemas-
mundo, el centro-periferia es un concepto relacional, no un par de términos
deificados, esto es, que tiene sentidos esenciales separados. Esta categoría
planteadas por Prebish, profundiza en el análisis del origen del subdesarrollo en
los Estados que fueron colonias de Europa, y de que manera en el contexto de las
Naciones Unidas, los Estados del Centro parecieran haber hallado las formas de
preservar su posición privilegiada; en el Consejo de Seguridad, en el Banco

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Mundial y el FMI (cuyos directores eran casi por tradición uno estadounidense y
otro europeo), mediante su dominio técnico de los organismos especializados. Al
mismo tiempo, permite entender cómo es la intervención e intereses de los
Estados del Centro en los Estados de la Periferia, en cuanto al manejo de la
Ayuda Oficial al Desarrollo, las inversiones, las condiciones de negociación, entre
otras.

Por otra parte, Wallerstein (2006) señala que la economía-mundo moderna


era una economía mundo-capitalista. No la primera economía mundo pero sí la
primera economía mundo en sobrevivir y florecer durante tanto tiempo, y logró
esto al convertirse, precisamente, en completamente capitalista.

El análisis del moderno Sistema-mundo, se basa principalmente en la


comprensión de las dinámicas de la “economía-mundo capitalista” como un
“sistema social total”. Es decir se busca la comprensión de los procesos que
determinaron como la economía capitalista europea del siglo XVI logró expandirse
e integrar a las otras economías-mundo hasta constituirse en el actual sistema-
mundo con las consiguientes lógicas de centro-periferia (el concepto de economía-
mundo proviene de la historia económica y tiene relación con la capacidad de un
modo de producción e intercambio de configurar un mundo en sí mismo en un
espacio-tiempo determinado).

En el plano del análisis mismo, la perspectiva usada en el estudio de los


Sistemas-mundo es intrínsecamente histórica y posee tres ejes articuladores
principales, de acuerdo con Wallerstein (2006). En primer término, un sistema
económico integrado a nivel mundial de naturaleza polarizadora con una lógica de
cadenas de mercancías que poseen una forma centrípeta. En segundo término un
sistema político basado en Estados supuestamente soberanos independientes
jurídicamente pero vinculados a través de un sistema interestatal donde las
diferencias resultan evidentes. Y por último un sistema cultural que es capaz de
dar coherencia y legitimidad, que es conocido como Geocultura.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Wallerstein (2006) caracteriza el “Sistema-mundo” como una serie de


mecanismos que redistribuyen los recursos desde la “Periferia” al “Centro” del
imperio. En esa terminología el “Centro” es el mundo desarrollado, industrializado,
“democrático”, el Primer mundo, y la “Periferia”, el mundo subdesarrollado o tercer
mundo junto con los mal denominados países en vías de desarrollo o semi
periféricos, estos últimos son los exportadores de materias primas, la parte pobre
del mundo, el mercado mediante el cual el centro explota a la periferia (periferia y
semiperiferia). Esta tesis se enfrenta a la posición ortodoxa liberal y tradicional de
la bondad del desarrollo económico que produce necesariamente el comercio
internacional y que supuestamente repercutiría positivamente no sólo en el centro
sino también en la periferia.

Para el mismo autor el Sistema mundo actual debe pasar por el tomar en
consideración los tres puntos de inflexión importantes del Sistema mundo-
moderno: 1) El largo siglo XVI, durante el cual nuestro sistema-mundo vio la luz
como economía-mundo capitalista; 2) La revolución Francesa de 1789, como
acontecimiento mundial que dio lugar a la dominación subsiguiente, durante dos
siglos de una Geocultura que fue dominada por un liberalismo centrista, y 3) la
revolución mundial de 1968, que presagió la larga fase Terminal del Sistema-
mundo moderno en que nos encontramos y que socavó la Geocultura liberal
centrista que mantenía el Sistema-mundo unificado.

Finalmente, para Wallerstein (2006) el término globalización fue inventado


en los años ochenta. Considera generalmente que hace referencia a una
reconfiguración del Sistema-mundo que ha surgido recientemente en la que, la
presión sobre todos los Estados de abrir sus mercados al libre intercambio de
bienes y capital es desusadamente fuerte. Este es el resultado, argumenta, de
avances tecnológicos, especialmente en la informática. El término es tanto
prescriptivo como descriptivo: “para los analistas del sistema-mundo lo que se

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

describe como novedoso (fronteras relativamente porosas) ha sido de hecho una


ocurrencia cíclica a lo largo de la historia del sistema mundo moderno.

2.- Marco Metodológico:

Para poder aproximarnos a cual fue y por qué la posición de Venezuela en


la ONU frente al tema del Terrorismo durante los años 2001 y 2010, es necesario
definir que el tipo de investigación científica o “(...) los conocimientos que se
procura sean objetivos, sistemáticos, claros, organizados y verificables”, (Sabino,
1992, p. 39) Esto significa que dichos conocimientos tienen que estar relacionados
con una estrategia metodológica documental; la cual consiste en:

“Un proceso basado en la búsqueda, recuperación, análisis,


crítica e interpretación de datos (unidad de información)
(primarios: se obtiene directamente del autor) o secundarios: (...)
(son) obtenidos y registrados por otros investigadores,
principalmente, en trabajos previos, información y datos
divulgados por medios impresos, audiovisuales o electrónicos.
Como en toda investigación, el propósito de este diseño es el
aporte de nuevos conocimientos”. (Arias, 2006, p. 27)

Ahora bien, por qué esta estrategia, diseño o nivel de investigación (como la
denominan varios autores) documental corresponde al problema planteado, se
vincula a que para determinar una aproximación de la Posición de Venezuela en la
ONU frente al tema del Terrorismo durante el período 2001-2010, se debe
sustentar la investigación con análisis de contenido y de fuentes primarias y
secundarias, que no son sino otra cosa que la documentación existente en: “(...)
textos, documentos, tesis, revistas especializadas, artículos de prensa, entre
otros” (Pérez, 2004, p.25), que directa o indirectamente, aportan la información de
orden histórico, sociológico, económico y político de la realidad a estudiar. Las
limitaciones de acceso geográfico, eliminan la posibilidad de desarrollar una
investigación de campo o descriptiva primaria; también, porque la investigación
exploratoria o experimental no se adapta en gran medida a los estudios de las

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

ciencias sociales como la ciencia política o las relaciones internacionales. Así


pues, el objeto de la investigación tiene que ser una “unidad coherente desde un
punto de vista lógico y metodológico (...), pero no como aplicación de tal o cual
modelo abstracto sino como resultado de su propia estructura interior, de su
propuesta teórica, de sus dificultades empíricas, y de su viabilidad (Sabino, 1992,
p. 109)”.

En tal sentido, la investigación documental utiliza una técnica o


“procedimiento (...) que permite obtener información primaria y secundaria” (Brito,
1992, p. 50) muy precisa, por medio de una revisión de documentos (libros,
revistas, archivos Web, entre otros); la cual consiste, parafraseando a Pérez
(2004), en la localización, selección, organización y análisis del material
bibliográfico a estudiar (p. 27). Esta técnica permite utilizar, igualmente,
interpretando a Rincón (2006), procedimientos lógicos y mentales como: la
comparación, la síntesis, la deducción, entre otras, que rompen con el sentido
común y la subjetividad del investigador en el campo de las ciencias sociales (p.4).
De igual manera, implica una recopilación adecuada de datos que permiten
redescubrir hechos, orientar hacia otras fuentes de investigación, sugerir
problemas o plantear soluciones de carácter interno o externo, con la finalidad de
darle utilidad práctica en las relaciones internacionales por medio de la
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo
durante el período 2001-2010.

Por otra parte, la técnica de revisión documental generó un instrumento de


recolección de datos; el cual no es más que (interpretando a Arias, 2006, p. 69 y a
Pérez, 2004, p. 67), la herramienta, recurso, dispositivo o formato (en papel o
digital) que utiliza el investigador para registrar, organizar o almacenar
información. Esto permite posteriormente, la elaboración en forma ordenada y con
objetivos precisos, de la construcción de conocimientos obtenidos de manera
deductiva (de lo general a lo particular).

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Así pues, entre los instrumentos de revisión documental que se manejaron


en este trabajo de investigación disponemos de: La Guía de Búsqueda (como lo
denominan algunos autores) o el Arqueo bibliográfico (como lo denominan otros
investigadores), que se fundamenta en “explorar o buscar datos del tema a
desarrollar en: bibliotecas, ficheros, centros de documentación, centros de
información virtual, consultas a expertos, entre otros” (Pérez, 2004, p.27). Luego
de haber realizado el Arqueo Bibliográfico se procedió a la selección y
organización de la información en documentos, libros, artículos, revistas, entre
otros, afín con la problemática de estudio. En la fase de selección y descarte se
fundamentó la aplicación de otro instrumento de revisión documental como fué la
computadora y sus unidades de almacenaje y, por otra parte, disponemos de
fichas, que no es más que tarjetas de cartulina blanca que permiten, según
Balestrini (citada por Pérez, 2004), “(...) organizar de manera metódica y ordena
(la información seleccionada, datos e ideas de la fuentes localizadas), que
sirvieron de apoyo para la realización del trabajo con rapidez y eficiencia” (p. 28).
Las fichas se pueden clasificar en tres tipologías generales como son: la
bibliográfica (contiene datos de identificación de la obra); de Investigación de
trabajo o de contenido (que son fichas textuales o de resumen) y las mixtas (se
compone de las dos primeras).

Cabe destacar, que existe una confusión generalizada, entre la


investigación bibliográfica y la investigación documental, que da lugar a que se
valoren como iguales. Reducida la investigación documental a la revisión y análisis
de libros, deja limitado su radio de acción. La investigación bibliográfica, es un
cuerpo de la investigación documental. La bibliografía se asume como un tipo
específico de documento, pero no como el Documento.

Por último, el objetivo final de la investigación fue realizar una aproximación


a la posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo durante el
período 2001-2010, para establecer las conclusiones del caso y enunciar algunos
principios de Política Exterior.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Capitulo III
El Contexto Internacional donde surge el tema del Terrorismo.
“(…) La élite europea se dedicó a fabricar una
élite indígena Africana, Latinoamericana y
Asiática; se seleccionaron adolescentes, se les
marco en la frente con hierro candente, los
principios de la cultura occidental, se les
introdujeron en la boca mordazas sonoras,
grandes palabras pastosas que se adherían a los
dientes; tras una breve estancia en la metrópolis
se les regresaba a su país, falsificados. Esas
mentiras vivientes no tenían ya nada que decir a
sus hermanos; eran un eco, desde Paris, Londres,
Ámsterdam, Lisboa. (…) Europa creyó en su
misión: había helenizado a los asiáticos, había
creado esa especie nueva. Los negros
grecolatinos. Y añadíamos, entre nosotros, con
sentido práctico: hay que dejarlos gritar, eso los
calma: perro que ladra no muerde.”
Jean-Paul Sastre
Prefacio a Los condenados de la tierra de Frantz Fanon (1961)

De acuerdo con lo expresado por Wallerstein (2006) un sistema-mundo no


es el sistema del mundo sino un sistema que es un mundo y que puede ser, y con
mucha frecuencia, ha estado ubicado en un área menor de la totalidad del planeta.
El análisis de sistema-mundo sostiene que las unidades de la realidad social
dentro de las que operamos, y cuyas reglas nos constriñen, son, en su mayoría,
tales sistemas mundo.

El sistema mundo-moderno, para Wallerstein (2007) pág. 60, comienza en


el siglo XVI. Una vez nacido comienza a operar bajo ciertas reglas explicitables
que se refleja en sus ritmos cíclicos y tendencias seculares. Como todos los
sistemas, las proyecciones lineales de sus direcciones encuentran ciertos límites,
después de lo cual el sistema se encuentra lejos del equilibrio y comienza a
desviarse. A partir de ese momento podemos decir que el sistema está en crisis y
que pasa por un período caótico en el cual busca instalar un orden nuevo y
diferente, es decir, efectúa la transición a otro sistema.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Para el análisis de “Sistemas mundo” de acuerdo a Wallerstein (2006), los


actores y las estructuras que se puedan enumerar son producto de un proceso. No
son elementos atómicos primordiales, sino que forman parte de una mezcla
sistémica de la cual emergieron y sobre la cual actúan. Sobre la base de este
enfoque, se señalan los siguientes elementos para ubicar el surgimiento del
Terrorismo como uno de los temas centrales de la agenda internacional a partir
del 11 de septiembre del 2001:

1. Paridad Estratégica Nuclear entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.


El Sistema Mundo está adentrándose en un momento único que podría
revolucionar la política nuclear global. Durante 66 años hemos vivido con la
posibilidad de que se produjera una aniquilación nuclear, primero de ciudades,
luego de naciones y después de todo el planeta. Los arsenales atómicos globales
se han reducido a la mitad a lo largo de los últimos 20 años, la Guerra Fría ha
terminado, pero la amenaza de un atentado nuclear sigue siendo tan grave como
siempre, porque las armas desarrolladas en ese periodo permanecen, al igual que
los planteamientos que hacen que miles de ellas estén en alerta inmediata,
preparadas para ser lanzadas en menos de 15 minutos. Según Cirincione (2008),
pág. 40, en enero de 2008, el arsenal estadounidense contaba con cerca de
10.000 armas nucleares; unas 3.600 están desplegadas en misiles balísticos
intercontinentales Minuteman; en una flota de 12 submarinos nucleares Trident
que patrullan el Pacífico, el Atlántico y el Ártico; y en los bombarderos B-2 de largo
alcance. Por su parte, Rusia tiene un mínimo de 14.000 armas, con 3.100 SS-18,
SS-19, SS-24 y SS-27, en 11 submarinos nucleares Delta que llevan a cabo
patrullas limitadas con las flotas del Norte y del Pacífico desde 3 bases navales y
mediante bombarderos Bear y Blackjack.

Washington y Moscù siguen manteniendo y modernizando sus ingentes


arsenales nucleares. En este contexto, se entiende por Paridad Estratégica
Nuclear el equilibrio en cuanto a posesión de ojivas nucleares y la consiguiente
capacidad nuclear de un Estado con respecto a otro, sobre la base de la Doctrina

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

de la Destrucción Mutua Asegurada (MAD por sus siglas en inglés), de acuerdo a


lo expresado por Sánchez (2003).

Desde que Estados Unidos atacara con bombas atómicas a Japón en


agosto de 1945, otras cuatro naciones entraron a formar parte del "Nuclear Club":
La Federación Rusa, antigua URSS (1949), el Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte (1952), la República Francesa (1960) y la República Popular
China (1964).

Estos países han desplegado armas que pueden ser utilizadas tanto en el
campo de batalla (tácticas), como en el teatro de guerra (alcance
intermedio/medio), como entre los distintos continentes (estratégicas). Estas
últimas competen, principalmente, a las superpotencias (Estados Unidos y Rusia),
que llevan a cabo un sistema de disuasión conocido por el nombre de Mutual
Assured Destruction (MAD): Si una de las potencias ataca a la otra empleando
armas nucleares, la nación víctima del ataque tiene la capacidad de amortiguar la
primera agresión y responder a ella utilizando armas de represalia, invulnerables a
un ataque sorpresa, que principalmente están constituidas por los submarinos que
se ocultan en áreas profundas de los océanos de todo el mundo.

Por otra parte, desde que se firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear


(NPT, por sus siglas en inglés), otros tres países no firmantes del mismo han
realizado pruebas nucleares: India, Pakistán y Corea del Norte. Además, existen
amplias sospechas de que Israel posea un arsenal de armas nucleares, aunque
nunca haya sido confirmado ni desmentido por el propio país. Ha habido informes
de que más de doscientas armas nucleares podrían formar parte de su
armamento. Este estatus no está formalmente reconocido por organismos
internacionales ya que ninguno de estos cuatro países es actualmente un
signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Los Estados Unidos enfrentaron a finales de la década del cincuenta el


liderazgo soviético en la "carrera espacial", que tuvo expresión en el lanzamiento
del Sputnik. Con la Administración Kennedy se lanza el programa Apollo para
reducir la brecha en cuanto a Misiles balísticos (Missile gap). Los Estados Unidos
pronto superaron a la Unión Soviética en ese ámbito. Se contabilizaban 500
misiles intercontinentales estadounidenses por 100 soviéticos para 1963.
Asimismo Estados Unidos logró llevar al primer hombre a la luna en 1969. Sin
embargo, la Guerra de Vietnam obligó a Estados Unidos a orientar su gasto
militar en esa dirección, lo que permitió a la Unión Soviética recuperarse. En 1971
se había establecido la paridad nuclear entre ambos actores internacionales,
pero existía disparidad en cuanto al armamento convencional.

Para Martínez y Urquijo (2006) el miedo a que un desequilibrio en los


arsenales armamentísticos pudiera conducir a la posibilidad de que una de las dos
partes resultara vencedora en un conflicto nuclear, dio origen a las negociaciones
y acuerdos sobre el control de dichas armas. Entre 1969 y 1972, las
superpotencias llevaron a cabo las Conversaciones SALT (Strategic Arms
Limitation Talks por sus siglas en inglés), sobre la limitación de armas
estratégicas, que originaron un conjunto de medidas, conocidas como SALT I
(1972). Este Tratado se firmó en Moscú entre el líder soviético Leonid Brezhnev,
por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y el Presidente Gerald
Ford, por Estados Unidos, y tuvo como objetivo delimitar un "techo" común para el
número de armas desplegadas por ambas partes.

El Presidente James Carter desarrolló una política de repliegue,


evidenciada en la firma de instrumentos, considerados por sus críticos, como
“entreguistas del dominio estadounidense”, tales como los tratados sobre el
Canal de Panamá, los Acuerdos de Paz de Campo David (Tratado de Paz entre
Egipto e Israel), el tratado SALT II con la URSS y el establecimiento de
relaciones diplomáticas con la República Popular China. “El Gobierno de Carter
también advirtió al mundo que la región del Medio Oriente sería considerada, a

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

partir de entonces, como vital para los intereses de Estado Unidos, por lo cual
amenazó con tomar medidas precautelativas necesarias para evitar futuros
desabastecimientos petroleros provenientes de esa región” (García y Ronquillo,
2005, pág. 245) .

El 23 de marzo de 1983 el Presidente Ronald Reagan, aprovechando las


ventajas económicas y tecnológicas de Estados Unidos, presentó su proyecto de
crear una defensa antimisiles en el espacio para Estados Unidos. Con este
proyecto pretendía superar la teoría de la “destrucción asegurada” (MAD), dando
la supremacía de Estados Unidos sobre la URSS, lo que a la postre reabriría la
carrera de armamentos. La Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI por sus siglas
en inglés) o “Guerra de las Galaxias”, propuso la creación de una gama completa
de defensa contra misiles balísticos según Suárez (2006), pág. 386, considerada
alternativamente capaz de neutralizar, parcialmente, casi todo o por completo, un
ataque nuclear procedente de la Unión Soviética o de una potencia nuclear menor.

Este programa tuvo la intención de llevar a la bancarrota al Bloque Soviético


y así lograr que este abandonara la carrera armamentista, y revertir el
desequilibrio estratégico-nuclear que se había producido entre los Estados Unidos
y la URSS, a favor de esta última. Los soviéticos emprendieron la preparación de
un programa similar que resultó demasiado costoso, pues implicaba gastos que la
economía soviética era incapaz de sostener. Por esta razón, el SDI (Iniciativa de
Defensa Estratégica) fue el punto principal de discusión en las negociaciones en
Génova en 1985 y en Reykiavik en 1986. Martínez y Urquijo (2006) expresan que
Mijaíl Gorbachov, líder de la Unión Soviética, se dio cuenta de que su Estado no
podía competir contra el SDI, por lo cual intentó que Estados Unidos eliminara el
programa a cambio de que la URSS eliminara la mitad de su arsenal nuclear.
Reagan no estuvo dispuesto a abandonar el programa Estratégico de Iniciativa de
Defensa. Por ello, esta estrategia de Estados Unidos puede considerarse como
uno de los factores que produjo el desmoronamiento posterior de la Unión
Soviética.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

El START I (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas) consistió en


autolimitar el número de misiles nucleares que poseía cada superpotencia. Fue
propuesto Ronald Reagan y firmado el 31 de julio de 1991, cinco meses antes del
colapso de la Unión Soviética. El tratado establecía limitaciones en la cantidad de
varios tipos de vehículos y ojivas nucleares que ambos países podían poseer.
Pero afectó también a algunas de las nuevas repúblicas desmembradas de la
URSS, como Bielorrusia, Kazajistán y Ucrania. Actualmente, estos tres últimos
países han desmantelado completamente su capacidad nuclear.
El START II fue firmado por George H. W. Bush y Borís Yeltsin, y prohibía
el uso de los ICBMs de cabezas múltiples. Es el sucesor del START I. Este
acuerdo empezó a forjarse el 17 de junio de 1992, con la firma del "Entendimiento
Mutuo" por parte de ambos presidentes. La firma oficial de START II tuvo lugar del
3 de enero de 1993. Fue ratificado por el Senado de Estados Unidos (EEUU) el 26
de enero de 1996, por un margen de votos de 87 a 4. Sin embargo, la ratificación
de dicho tratado estuvo bloqueada en la Duma durante varios años. Se pospuso
en varias ocasiones en protesta por las acciones militares estadounidenses en Irak
y Kosovo y por la ampliación de la OTAN a los países ex integrantes de la Unión
Soviética.
A medida que pasaron los años, el tratado perdió relevancia y ambas partes
perdieron interés en él. Para Estados Unidos, el mayor problema era la
modificación del tratado ABM (que prohibía los escudos antimisiles) para permitir a
ese país el desarrollo de un sistema de interceptación de misiles balísticos
(conocido popularmente como la Guerra de las Galaxias), algo a lo que Rusia se
opuso fervientemente. El 14 de abril de 2000, la Duma aprobó finalmente el
tratado, dando un paso simbólico para intentar preservar el tratado ABM, lo cual ya
estaba claro que Estados Unidos no iba a hacer.

George W. Bush sucedió a Clinton en el año 2001 y retomó el camino de


la construcción del Nuevo Orden Internacional y la Consolidación del Nuevo Orden
Petrolero Global que se había propuesto en el gobierno de Bush padre. Se puede
afirmar que el 11 de septiembre de 2001, brinda la justificación necesaria para la

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

reactivación de los planes de dominación, ya que en el marco de la “Guerra contra


el Terrorismo”, dirigida en teoría a combatir a los grupos terroristas
internacionales, subyace el objetivo de reposicionar al país y a las transnacionales
estadounidenses en las regiones estratégicas del mundo y al mismo tiempo llevar
a cabo cambios geopolíticos favorables para la los Estados Unidos.

Actualmente es indiscutible la hegemonía estadounidense en los planos


militar, económico y tecnológico. El sostenimiento de esta supremacía se infiere
de la definición de intereses estratégicos globales que constituyen las bases para
la articulación de una estrategia global, que a su vez sea el apoyo para la
reafirmación y expansión del Sistema mundo capitalista según lo expresa
Wallerstein (2006). Una aproximación de los intereses que actualmente guían la
Política Exterior de EEUU, la señala Cohen (1998), en el Informe de la Estrategia
Nacional de Seguridad de Estados Unidos para un Nuevo Siglo, citado por Ceceña
(2002) en los siguientes:

“1. Asegurar el acceso incondicional a los mercados decisivos, a los suministros de


energía y a los recursos estratégicos (esenciales no solo para la sobrevivencia del
sistema capitalista sino para la sociedad moderna en general); 2. Prevenir la
emergencia de hegemones o coaliciones regionales hostiles; 3. Disuadir y, si es
necesario, derrotar cualquier agresión en contra de Estados Unidos o sus aliados”.

Desde este punto de vista, para los Estados Unidos el control de la región
de Eurasia es de vital importancia para su sostenimiento como Imperio, debido a
la existencia en dicha región de aproximadamente el 75% de los recursos
energéticos del mundo y la presencia en esta de las principales potencias que en
el futuro pudiesen disputar la hegemonía de los Estados Unidos (militarmente
Rusia y económicamente China-India). Según Brzezinski (2007):

“Eurasia mantiene su importancia geopolítica. No sólo su periferia occidental,


Europa, sigue siendo el lugar donde gran parte del poder político y económico
mundial esta localizados, sino que su región oriental, Asia, se ha convertido

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

recientemente en un centro de crecimiento económico vital y con creciente


influencia política. De ahí que la cuestión de cómo deben enfrentarse unos
Estados Unidos con compromisos globales a las complejas relaciones de poder
euroasiáticas, y particularmente si ello impide la emergencia de una potencia
euroasiática dominante y antagónica, sigue siendo fundamentalmente en términos
de la capacidad estadounidense de ejercer la primacía global” (pág. 11).

A fin de obtener el control total sobre dicha región, Estados Unidos debe
impedir que los Estados, con potencial para convertirse en hegemónicos como
Rusia, China e India puedan obstaculizar sus intereses. La guerra de Afganistán
sirvió como pretexto para establecer un enclave que sirviese de escudo entre la
región del Mar Caspio y China, limitando el acceso de este país a los recursos del
área. Mientras tanto la región más oriental de Asia, controlada además por la
actuación de Japón y Corea del Sur, así como la ocupación militar estadounidense
en la región. Por su parte, el Medio Oriente es dominado desde Egipto, Arabia
Saudita, Irak y otros países satélites de Estados Unidos de menor envergadura
como Kuwait y Emiratos Árabes Unidos. Rusia e Irán, grandes productores de
petróleo y gas, son los únicos países en la región que no están bajo la influencia
norteamericana.

El START II fue oficialmente reemplazado por el tratado SORT, acordado


por George W. Bush y Vladímir Putin en una reunión bilateral en noviembre de
2001 y firmado en Moscú el 24 de mayo de 2002. En este tratado ambas partes se
comprometieron a abandonar las líneas generales del anterior tratado, que había
establecido una limitación específica del número de misiles. En su lugar se
comprometieron a recortar unilateralmente la cantidad de cabezas nucleares.
Desde entonces se inauguró la “Guerra de las Galaxias” y es anuncio reciente, por
parte de Estado Unidos, su intención de construir el escudo antimisiles de Europa,
lo que constituye su primer curso de acción

Está planteado que el sistema de defensa antimisiles en Europa ubicará 10


misiles interceptores en Polonia y construirá en la República Checa el radar que

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

posibilitará el rastreo de los cohetes a interceptar, con el supuesto objetivo de


“defender a Europa” y en última instancia al territorio de los Estados Unidos de
posibles ataques provenientes de los Estados calificados como “hostiles”, entre los
que se encuentran Irán y Corea del Norte. Cabe mencionar que dichos Estados
carecen de la capacidad tecnológica para desarrollar misiles balísticos
intercontinentales.

La respuesta de la Federación Rusa consistió en acusar a Estados Unidos


de querer desencadenar una nueva carrera de armamentista, ya que el
emplazamiento de misiles interceptores y de un radar alterarían el equilibrio militar
estratégico de la región, “afectando el territorio de la Federación Rusa, delante de
los Urales” Putin (2007). Esto se tradujo en la firma, el 14 de julio de 2007, del
decreto por el cual la Federación Rusa suspendió el Tratado sobre Fuerzas
Armadas Convencionales en Europa (FACE), el cual limitaba el despliegue de
fuerzas armadas y armamento convencional en el territorio europeo, incluida Rusia
como: carros de combate, vehículos blindados de combate, así como aviones y
helicópteros de combate. Con esta acción el Kremlin quedó libre nuevamente
para movilizar sus fuerzas y desde agosto de 2007 comenzó un proceso de
modernización de su sistema de defensa.

Cabe mencionar que la OTAN para el año 2007 estaba conformada por 26
países que se habían venido incorporando desde 1999 como parte de su
estrategia de expansión a los países de Europa del este. De éstos 10 son
repúblicas que pertenecieron al Pacto de Varsovia (Bulgaria, Eslovaquia,
Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa y
Rumania). Con esta ampliación Estados Unidos utilizó a la OTAN como un
instrumento más en su estrategia global de dominación, ubicó su poderío militar
en Europa, lo que le facilitaría un mayor y fácil posicionamiento en Medio Oriente,
África y Asia Central, regiones del Sistema mundo ricas en petróleo y gas.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

El 8 de abril de 2010, Rusia y Estados Unidos firmaron en Praga el nuevo


Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés)
que reemplazará al que expiró en diciembre de 2009.

Se argumenta que hay países como Pakistán, India e Israel, que han sido
autorizados a desarrollar armas atómicas porque son amigos de Estados Unidos.
Sin embargo, otros como Corea del Norte, Irán y Libia, han sido declarados como
amenaza a la seguridad internacional y enfrentan graves sanciones de Naciones
Unidas.

La respuesta de Estados Unidos es que importa el tipo de amenaza que


suponen algunos Estados. Corea del Norte, en su opinión, es una dictadura
potencialmente peligrosa e impredecible. Irán no es confiable porque escondió su
proceso de enriquecimiento de uranio por 18 años, tiempo en el que perteneció al
Tratado de No Proliferación Nuclear. Libia es citado como un ejemplo de país que
admitió tener un programa nuclear secreto al cual renunció, hecho que le valió el
levantamiento de sanciones comerciales.

Es preciso recordar los signos históricos que rodean este afán de poseer
armas nucleares. Parte de la necesidad de preservar el capitalismo histórico y
enfrentar la escasez creciente de los recursos naturales que genera su apetito
insaciable, causa de presentes y futuros conflictos regionales y globales entre el
Imperio Mundo y sus aliados y los Estados de la periferia: hoy por, el petróleo y
minerales, mañana será por las “zonas verdes” y el agua. Esta crisis del Sistema
Mundo pone de manifiesto la insostenibilidad del Capitalismo histórico, centrado
en el monopolio exclusivo de las fuentes energéticas del planeta, hasta su
completa extinción en el plazo previsto de una o a lo sumo dos generaciones. Al
mismo tiempo, las guerras de Kosovo, Afganistán e Irak, quizás la de Irán el día de
mañana, y los conflictos, como el de Libia, que hoy tienen lugar en África y el
Medio Oriente, son mostrados como operaciones quirúrgicas de devastación
destinadas a crear los espacios para la financiación corporativa de su

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

reconstrucción, con el subsiguiente endeudamiento de sus pueblos bajo el último


objetivo de seguir expoliando sus riquezas naturales. De esta realidad se genera
la contradicción fundamental que enfrenta al Imperialismo (fase superior del
Capitalismo histórico) y los pueblos que no están de acuerdo con sus
discriminaciones y expresiones múltiples. De esta dinámica se origina el ascenso
de los pueblos y su protagonismo creciente en las relaciones internacionales en la
búsqueda de otro mundo posible y necesario.

2. Problemas globales.

Tal vez el cambio más decisivo en las últimas décadas es el que se ha


producido en la escala de los problemas del Sistema mundo capitalista y el ritmo
acelerado de tal variación. La evolución en materia de población, tecnología y
daños al medio ambiente nos ha demostrado algo de lo que tal vez los autores de
la Carta de Naciones Unidas no se dieron suficiente cuenta de que el progreso
científico y tecnológico constituye el eje transversal en la producción de cambios,
no sólo en la vida de los pueblos, sino también en el equilibrio del poder del
Sistema mundo.

Por primera vez, desde el inicio de la Historia de los seres humanos sobre
la tierra, su futuro se encuentra en serio peligro en cuanto a las relaciones
necesarias y equilibradas que deben existir entre la Humanidad y la Naturaleza. El
carácter inagotable de la Naturaleza, que hasta los tiempos actuales se daba
como un dato inexorable de la vida, hoy se pone en cuestión dada la imposibilidad
de la lógica del metabolismo del capital al ser incapaz de limitarse a sí mismo,
según lo señala Mészáros (2001).

Los 7.000 millones de personas que habitan hoy el planeta Tierra, se


encuentran determinados por un mecanismo inherente a la acumulación del
capital y a la dinámica de su necesaria y continua expansión de acuerdo con

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Wallertein (2007). La insuficiencia de las fuentes energéticas para alimentar un


modelo productivo insaciable como este, la devastación en grandes proporciones
del territorio de nuestro planeta, el hambre y la malnutrición de grandes sectores
de población, sobretodo en los países de la Periferia (llamado ¨Tercer y Cuarto
Mundo¨), las prácticas productivas agrícolas irresponsables del uso de productos
químicos, la destrucción de las capas freáticas, los cambios climáticos a gran
escala, y en fin, la presencia de arsenales nucleares capaces de hacer
desaparecer la totalidad de los seres humanos llaman a una seria reflexión acerca
del futuro de la Humanidad entera.

Este panorama tétrico y desconsolador que tuvo su muestra horrible en los


sucesos que dieron termino a la Segunda Guerra Mundial con las bombas de
Hiroshima y Nagasaky, a través de las cuales se doblegaron los ímpetus
imperiales de los regímenes del nazismo, del fascismo y nipón, son poca cosa
ante el potencial destructivo en manos del complejo industrial militar más poderoso
que jamás haya existido sobre la faz de la tierra y que constituyen la condición
especial de estos cinco países, llamados Estados Nuclearmente Armados,
que son también los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas.

No hay alarmismo en estas apreciaciones que de hecho revelan la angustia


cada vez más sentida por los pueblos, ante los dilemas que nos presenta el
Sistema Mundo capitalista actual.

¿Pero qué intentos institucionales se han realizado como actuación global


para enfrentar los impactos masivos y acumulativos de la contaminación y la
degradación ambiental del planeta?

El primero fue la Conferencia de Estocolmo, en 1972, a partir de la cual se


definieron 26 principios de conducta y un plan de acción que enumeraba 109
recomendaciones para a la evaluación y la administración ambiental, y las

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

medidas institucionales que debían respaldarlas. No obstante, más allá de articular


los programas de los países capitalistas desarrollados y subdesarrollados dicha
Conferencia terminó en un fracaso.

Luego de ella los problemas ambientales alcanzaron nivel global como


fueron los casos de Bhopal, Chernobil, la acidificación en los países del norte,
ahora la tragedia de la Central Nuclear de Fukushima,y la destrucción de bosques
tropicales.

Más tarde, vino el desplome de la Cumbre de Cancún, en 1981, la cual


simplemente pasó por debajo de la mesa. Posteriormente se dio la “Cumbre de la
Tierra”, entre el 3 y el 14 de junio de 1992, en Río de Janeiro, dónde 172
gobiernos alcanzaron varios acuerdos; el Programa 21 con más de 2.500
recomendaciones prácticas, un plan mundial para promover el desarrollo
sostenible, la declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, un
conjunto de principios por los que se definían los derechos civiles y las
obligaciones de los Estados, y una declaración de principios relativos a los
bosques. Se acordaron igualmente dos instrumentos con fuerza jurídica obligatoria
como la Convención Marco sobre el Cambio Climático y el Convenio sobre la
Diversidad Biológica.

Un elemento específico de estos acuerdos fue la búsqueda de una


estabilización de las concentraciones de los gases generados del Efecto
Invernadero, con el objeto de evitar un cambio climático global, como se expuso
en la Primera Comunicación Nacional en Cambio Climático de Venezuela (2005).

A partir de la Cumbre de la Tierra, se ha dispuesto y utilizado el concepto


de desarrollo sostenible, que tiene como elemento central a la propia gente,
quienes tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la
Naturaleza. Concepto que tiene un carácter normativo compresivo de lo
económico, lo social y lo ambiental. En esta dirección dejamos de lado la polémica

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

acerca del tipo de desarrollo sustentable, esto es fundamentado en su propio


accionar, desde la base, en contraposición con la definición asumida a partir de la
Conferencia de La Tierra, en Río de Janeiro, al utilizar lo sostenible que sin
embargo, no se fundamenta en sí mismo, sino que se encuentra sostenido por
algo o por alguien.

Posteriormente el 11 de diciembre de 1997 se firmó el Protocolo de Kyoto,


dentro de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, con el
objeto de limitar y reducir las emisiones antropogénicas agregadas, expresadas en
dióxido de carbono equivalente de los gases de Efecto Invernadero.

Luego en la Cumbre del Milenio, realizada en Nueva York, en septiembre


de 2000, se estableció un ambicioso compromiso para mejorar las condiciones de
vida de la mitad de la población mundial que vive en condiciones de pobreza
(2.800 millones cuyo ingreso es menor a 2 dólares diarios). Entre los objetivos, las
Metas del Milenio, asumidos por los estados miembros de la ONU, al menos dos
se refieren al aseguramiento de la sostenibilidad ambiental. Un primer objetivo,
relativo a la integración del desarrollo sustentable en políticas y programas del
país, para revertir la pérdida de recursos naturales, y otro, para reducir a la mitad
el porcentaje de la población sin acceso a agua potable y saneamiento (PNUD,
2004).

¿A cuales resultados han conducido todos estos esfuerzos realizados, en


las últimas casi cuatro décadas, en las sucesivas Cumbres: Estocolmo (1972),
Cancún (1981), Río de Janeiro (1992), Kyoto (1997), y Nueva York-Metas del
Milenio (2000)?

Sin pretender examinar en detalle el contenido de todo el trabajo


institucional realizado, y los intereses que median a nivel de países y sobretodo de
las fuerzas ligadas a lo productivo, según la lógica capitalista de expansión y
acumulación, que se encuentra en la base de la crisis estructural del Sistema

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Mundo que plantea Wallerstein, continuamos observando que persisten graves


problemas que deben transformarse en retos importantes, si se trata de construir
una sociedad diferente a la actual, esto es, una sociedad basada en el
metabolismo del trabajo y no de la extracción de plustrabajo.

Enumeremos para la discusión algunas cuestiones pendientes de resolver.


Una primera se refiere al grave problema de la desertificación, particularmente,
pero no sólo en el Continente Africano, sujeto a consecuencias que llegan hasta lo
más íntimo de la sociedad primigenia de esa parte del globo.

Un segundo elemento se refiere al riesgo que produce la reducción de la


capa de ozono y sus las consecuencias, en términos de la vida humana y natural.

Un tercer referente constituye el consumo energético desmedido de la


sociedad estadounidense y las repercusiones mayores que se producirían que
dicho modelo sea copiado por los grandes países asiáticos, como la India y China.

En cuarto lugar, la consideración especial que merecen los desechos


tóxicos, algunos de los cuales como los de tipo atómico y los químicos,
continuarán causando severas consecuencias. Recordemos nuevamente lo
ocurrido en Bophal o en Chernobil, y estemos vigilantes con lo que sucede en
Fukushima, verdaderas tragedias humanas que aún tienen y tendrán graves
secuelas, similares en profundidad a las ocurridas a partir del uso de la energía
atómica en Japón para la rendición de ese país. En el caso del reciclaje de los
desechos sólidos de origen metalúrgico, como en las industrias de automóviles, o
con los plásticos y en su condición de reutilizables, la acción de las propias
empresas, grandes unidades corporativas, permiten convertir la debilidad en gran
fortaleza para beneficio del valor de cambio. El desperdicio se convierte en insumo
utilizable para continuar la expansión y acumulación del modelo productivo,
reproduciendo y ampliando el patrón de consumo existente. El valor de uso y el
beneficio para la satisfacción de las necesidades humanas es un enfoque distinto.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Dentro de todo esto queda la expectativa que la variable del desarrollo de


una ciencia y una tecnología que, en vez de continuar la avalancha producida por
la lógica productiva destructiva, transforme el modelo en una producción para la
construcción de una alternativa orientada a la solución del tipo de contradicciones
que el metabolismo actual no es capaz de resolver. De allí, del uso adecuado del
conocimiento aplicado a una racionalidad diferente, depende en parte de la
superación de esos límites de una lógica que el capital no alcanza a resolver.

3. Desarrollo Tecnológico.

Wallerstein (2005) señala como la “Economía-Sistema Mundo” generó una


profunda división de la producción entre aquellos países con un desarrollo
tecnológico más avanzado y los que se dedicaban a la extracción de materias
primas. La jerarquización del espacio en la estructura de los procesos productivos,
ha llevado a una polarización cada vez mayor entre el centro y las zonas
periféricas de la economía-mundo. Podríamos decir, que lo notable del capitalismo
como sistema histórico, fue la forma en que se pudo “ocultar” este intercambio
desigual. El flujo de los excedentes iba desde las zonas periféricas a las del
centro, en donde podemos llamar a la zona periférica, la perdedora, y a la del
centro la ganadora. Estos nombres, nos reflejan que el Sistema Mundo creo una
estructura geográfica de los flujos económicos. Esto a su vez, afecto a las
estructuras sociales con otro fenómeno que se conoce como la División
Internacional del Trabajo: se da la génesis de un nuevo antagonismo (o lucha de
clases) entre la clase-dueña de los medios de producción y la clase trabajadora o
proletariado. Por tanto, debido a la existencia de un Sistema Mundo, que contiene
una jerarquía de Estados, han existido las diferencias económicas geográficas, por
lo que se ha establecido una lucha entre los acumuladores de capital y los
trabajadores a nivel mundial. Esto ha provocado que los grupos más débiles,
traten de llegar al poder para utilizarlo en contra de los acumuladores, esto lo
podemos llamar, la lucha antiimperialista.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

En este contexto, surge la llamada Guerra Global contra el Terrorismo, que


no es más que la legitimación que utiliza el Imperio Mundo para justificar la
apropiación de los espacios geopolíticos y los recursos naturales para satisfacer al
Capitalismo histórico. Se fundamenta en una nueva generación de aparatos de
destrucción masiva, cuyas tecnologías nucleares y químico biológicas cuentan por
miles las víctimas humanas, llamadas daños colaterales, y cuyos efectos
ecológicamente devastadores son irreversibles. Estas tecnologías están basadas,
al mismo tiempo, en una movilización electrónica total a través de los monopolios
de la información global: La propaganda de guerra y la industria mediática de
violencia difusa, el apoyo de gobiernos corruptos y complacientes al Imperio
Mundo y a sus aliados, y el control de las instituciones globales “democráticas”,
desde las Naciones Unidas hasta las organizaciones informativas independientes,
trazan las ostensibles directrices de un nuevo totalitarismo mundial.

Según Ceceña (2002):


“La tecnología la manera capitalista de apropiarse del conocimiento y vitalidad no
sólo de la especie humana sino de todos los seres (vegetales, animales u otros)
que coexisten en su área de alcance. La tecnología es la mediación que separa el
trabajador del objeto de trabajo y que le arrebata el control de un proceso que se le
superpone y lo domina; es a la vez resultado y herramienta de la competencia;
medio de conocimiento y apropiación de la ciencia y la subjetividad; base del
control y enajenación de las comunicaciones e instrumentos de dominio y
superioridad cuidadosamente cultivado por los poderes militares”. (pág.8)

Así lo han entendido Estados Unidos como Imperio Mundo (Wallerstein,


2005). Por esto, este país concentra bajo el mando del Departamento de Defensa
la mayor red de instituciones, empresas (a través de contratos y de la utilización
comparativa de los laboratorios de investigación y desarrollo), y científicos
(mediante contratos o financiamiento de investigaciones), dedicados a la
producción de ciencia en las fronteras del conocimiento y de tecnología de usos
estratégicos. La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de la Defensa

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

(DARPA, por sus siglas en inglés) “es, con todo el conjunto que agrupa, el
laboratorio más promisorio del mundo” según Ceceña (2006) pág. 8. Su misión es
mantener la superioridad tecnológica del sistema militar de Estados Unidos
(DARPA, 2003), pero en realidad por la forma en que trabaja y por la estrecha
relación entre las empresas y los cuerpos de seguridad, o entre lo económico y
militar, produce una tecnología de uso dual que nutre también la guerra económica
de las empresas estadounidenses en el Sistema Mundo, al tiempo que garantiza
el dominio militar completo, que abre puertas a las inversiones pero que se
justifica en si mismo. El propósito es generar posibilidades tecnológicas diversas y
suficientes para sustentar la fortaleza estadounidense en escenarios cambiantes
y, en cierto sentido, impredecibles. El poderío tecnológico y la altísima
concentración de riquezas, bajo una visión militarista como la que se ha
desarrollado en los últimos veinticinco años por lo menos, ha llevado a Estados
Unidos a tomar el Sistema Mundo como ámbito de construcción de su Seguridad
Nacional, pudiéndose identificarse tres zonas de especial interés para Estados
Unidos, según Ceceña (2006):

“América, que es el territorio insular desde donde se despliega el poderío de


EE.UU., está recorrida por bases de punta a punta, con una marcada
concentración en la zona central que protege el área caribeño-amazónica,
partiendo desde el Golfo de México. Varias de las bases instaladas allí
datan de fines de 1999 o años posteriores, en los que se ha recrudecido el
convenio con Colombia y la presencia en los países circundantes del lado
Oeste, Ecuador y Perú” (pág. 12).

“La zona de Asia Central, que era hasta hace poco uno de los territorios
críticos y estratégicamente más importantes donde EE.UU. tenía una
posición de desventaja, está hoy ocupada por el Comando Central de
Estados Unidos. Considerando los yacimientos petroleros y gasíferos de la
región de Medio Oriente, la Federación Rusa y el Mar Caspio que contienen
alrededor del 65% del total mundial (WEC, 2004), el control ruso sobre los

51
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

óleo y gasoductos más importantes y la cercanía de China por un lado, y


Europa por el otro, lograr posicionarse en Asia Central se volvió
indispensable en la lucha por el dominio mundial (Cohen, 1998; Joint Chiefs
of Staff, 2000) tanto para mejorar las condiciones propias como para
impedir que avancen los competidores”(pág. 16).

“África, donde las bases son relativamente escasas pero la presencia de


fuerzas llamadas de paz, de ayuda humanitaria, y la intervención directa en
los múltiples conflictos internos, ha permitido a EE.UU. ir consolidando su
posición y restando influencia a los países europeos, antiguos
colonizadores de la región. El control de África es relevante, de entrada, por
tratarse del territorio de abastecimiento europeo: bastión sobre el que se
asentaba su fuerza competitiva tanto por el aprovechamiento de sus
recursos como de su fuerza de trabajo barata. La posición de EE.UU.,
directa o mediada a través de sus empresas, ha crecido ahí notablemente
en los últimos treinta años, y apunta a seguirse afirmándose” (pág. 16).

4. Descolonización

Con el antecedente de las revoluciones de América Latina en el siglo XIX,


los movimientos de Liberación en Asia y África en la segunda postguerra
adoptaron para sí una postura a veces nacionalista y otras socialista, reclamando
el fin del colonialismo. La prédica nacionalista de Gandhi y Nerhu es un claro
ejemplo. De acuerdo a la opinión de Wallerstein (2007) la segunda mitad del siglo
XX fue un periodo de descolonización en masa del mundo entero, que coincidió
con la época en que Estados Unidos tenía una verdadera hegemonía (entre 1945
y 1970) e impuso su voluntad a sus renuentes aliados de Europa occidental para
acelerar la descolonización, pues consideraba que esto era lo más sabio y más
seguro.

52
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Para Wallerstein (2007):


“La inmediata causa y consecuencia de esta descolonización fue un giro
importante en la dinámica del poder en el sistema interestatal. Una tras otra, en
cascada, las que habían sido colonias se convirtieron en ‘estados independientes’,
miembros de las Naciones Unidas, ‘protegidos’ por la doctrina de no interferencia
de los Estados soberanos en los asuntos internos de los otros, una doctrina
contenida tanto en le Derecho Internacional en evolución como en la Carta de
Naciones Unidas” (pág. 27).

En la mirada de Wallerstein, las luchas de liberación nacional están insertas


en lo que denomina los movimientos antisistema (Wallerstein, 1995), pág. 145,
pero reconoce a la vez la limitación de tales movimientos en tanto “hacerse con el
control de la estructura del Estado, que supone tener la oportunidad de actuar
dentro de las normas y limitaciones de la Economía-mundo y del Sistema
interestatal”, y esfuerzo que culmina instalando por completo un modelo
capitalista.

Según Martínez y Urquijo (2006) una buena parte del continente asiático
estuvo sujeta al dominio colonial de las potencias occidentales. Holanda
(Indonesia), Portugal (Timor Oriental, Macao), Estados Unidos (Filipinas), Francia
(Laos, Camboya, Vietnam) y especialmente el Reino Unido (Jordania, India,
Pakistán, Bangladesh, Singapur, Adén, Yemen del Sur, Bahrein, Qatar, Omán,
Seychelles, Hong Kong) dominaban esos territorios. Los británicos tenían sus más
importantes colonias en la India y garantizaban su ruta a través del Canal de Suez
con asentamientos en las costas. A estas potencias coloniales se unió Japón
(Corea, Taiwán), que se expandía lentamente por el territorio continental. Esta
situación cambió tras la Segunda Guerra Mundial, cuando los movimientos de
liberación nacional que habían combatido los japoneses continuaron su lucha
contra las potencias colonizadoras que pretendían mantener su dominio. Estos
conflictos condujeron a un rápido proceso hacia la independencia de la mayoría
de estos territorios, de manera que en la década de los sesenta casi toda Asia
había conseguido su independencia.

53
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

La presencia europea en África se produce desde la época moderna. Pero


hasta finales del siglo XIX se circunscribía en sus costas. Será a partir del
Congreso de Berlín (1885) cuando se inicie una ocupación efectiva de todo el
continente. En pocos años toda África quedó sometida al dominio colonial del
Reino Unido (Egipto, Sudan, Gambia, Sierra Leona, Ghana, Nigeria, Somalia,
Kenia, Uganda, Tanzania, Zambia, Malawi, Namibia, Botswana, Zimbabwe,
Suazilandia, Lesotho, Sudáfrica), Francia (Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania,
Malí, Níger, Chad, Senegal, Guinea, Costa de Marfil, Burkina Faso, Benin,
Camerún, República Centroafricana, Gabón, Congo), Portugal (Guinea Bissau,
Angola, Mozambique), Bélgica (Zaire), España (Sahara Occidental), e Italia
(Libia, Eritrea, Etiopía). Fue la derrota de los colonizadores principalmente de
Francia y Gran Bretaña, que dieron nacimiento a las independencias africanas, y
no los africanos, en la mayoría de los países a lo largo de la década de los
sesenta de acuerdo con Martínez y Urquijo (2006). Parte de la razón de la falta del
impacto económico, notado en los países colonizadores tras desprenderse de las
colonias, fue que los costos y los beneficios no fueron eliminados, sino cambiados.
El colonizador ya no tuvo la carga de la obligación, financiera o cualquiera otra,
con sus colonias. El colonizador continuaba teniendo acceso a bienes y servicios
baratos de sus antiguas colonias. Presión financiera, política y militar podía ser
usada para obtener objetivos deseados por el colonizador. La diferencia más obvia
es la habilidad del colonizador de desligarse de responsabilidades para con el
colonizado.

De acuerdo a lo afirmado por Nkrumah citado por Martínez y Urquijo (2006)


la era post colonial en África presenta entre otros rasgos distintivos, actuar en
secreto, dirigir a hombres y gobiernos, estar libre de estigmas que acarrea el
gobierno político:

“Crea Estados clientes, con independencia nominal que, pero en cuanto a los
hechos, son peones que maneja la misma potencia colonial que, se supone, les ha

54
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

dado independencia. Esta es una de las diversas formas de países dependientes


que en lo político son formalmente independientes, pero que de hecho están
atrapados en la red de la dependencia financiera y diplomática. ” Pág. 323

Es un reto imaginar las consecuencias que produjeron en el pensamiento,


en la política, y finalmente en las instituciones, cuando el denominado Tercer
Mundo irrumpió en el Sistema Mundo. Para Kennedy (2007) supuso una
transformación tan inmensa de las actitudes y las prácticas como las que también
se produjo en el ámbito de la pacificación durante la década de 1960. Esto no era
casual, puesto que ambos eran consecuencia del desmoronamiento de los
imperios coloniales europeos y la aparición al cabo de unas pocas décadas, de
aproximadamente un centenar de nuevos miembros de Naciones Unidas. El
sistema de la ONU, con unos quince o veinte años de vida, con su mayoría de
votos del Norte, no volvería a ser el mismo nunca más: la mayor parte de los
nuevos miembros querían situar los asuntos económicos en primera línea de la
agenda de la ONU, y relegar los asuntos de seguridad a un segundo plano.

Sin embargo, la mayor frustración del Sur, se basó en la creciente evidencia


de que las brechas existentes entre los países más ricos (que preservaban su
posición privilegiada en el Consejo de Seguridad, en el Banco Mundial y el FMI), y
los más pobres no estaba cerrándose (con la excepción de unas pequeñas
economías de Asia) sino que, por el contrario, estaba creciendo sin cesar, década
tras década. A juicio de los Estados de la Periferia, parafraseando a Kennedy
(2007), pág. 167, habían ingresado por fin en la comunidad internacional para
descubrir que el terreno de juego de la “supuesta igualdad de soberanía” estaba
inclinado en su contra. No sólo los siglos o las décadas de dependencia colonial
les habían impedido ser capaces de competir en el mundo moderno, sino que las
estructuras interestatales estaban diseñadas para imponerles aún más
limitaciones. Las condiciones del comercio (materias primas frente a manufacturas
y servicios) eran desalentadoras, el capital era caro y lo préstamos llevaban
aparejadas condiciones duras y humillantes en sí mismas para muchos gobiernos

55
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

(“¿acaso no eran soberanos?”). Los grupos de presión agrícolas de los Estados


del Centro mantenían los aranceles altos. Lejos de ser economías libres y
autosuficientes, las naciones recientemente “independizadas” se encontraban
todavía en situación de dependencia; el líder de Ghana Kwame Nkrumah lo
denominó “neocolonialismo”.

4. Transnacionales.

Tras la descolonización, la mayor parte de las empresas de exportación que


operaban en los países de la Periferia (minas, plantaciones de aceite vegetal,
empresas del caucho, cultivadores de frutas, gigantes del petróleo y el gas natural,
servicios bancarios y de transporte, entre otros), seguían siendo compañías
extranjeras que habitualmente sacaban sus beneficios del país donde operaban.
Desde este punto de vista, las corporaciones transnacionales del Norte eran las
herramientas del Capitalismo para mantener al Sur en su condición de súbdito, de
acuerdo con Kenney (2007), pág. 168.

Dentro del sistema de las Naciones Unidas, a partir de la década de 1990,


encontramos un cambio de rumbo orientado hacia una visión neoliberal de las
relaciones internacionales, que se refleja incluso hasta en el lenguaje de la
organización. Es así como, parafraseando a Toro (2007), se comenzaron a
desmontar o a neutralizar órganos que significaron en su momento un intento de
establecer un control social sobre las actividades de las empresas
transnacionales. Uno de esos órganos fue la Comisión de Sociedades
Transnacionales, creada por el Consejo Económico y Social en 1974 y que, en
1994, el mismo Consejo Económico y Social decidió transformar en una Comisión
del Consejo de Comercio y Desarrollo de la Conferencia de las Naciones Unidas
para el Comercio y el Desarrollo (CNUCED), teniendo en cuenta, decía la
resolución, el “cambio de orientación” de la Comisión. Dicho cambio consistió en
haber abandonado los intentos de establecer un control social sobre las

56
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

sociedades transnacionales y ocuparse, en cambio, de la “contribución de las


transnacionales al crecimiento y al desarrollo.

En este contexto, las empresas transnacionales son la expresión concreta


del proceso de la llamada globalización según Wallerstein (2006), y como tales
son agentes activos de este proceso. Por consiguiente, según Martínez y Urquijo
(2006) las empresas transnacionales adoptan decisiones de localización óptima
mundial, no nacional. La estrategia de localización óptima de plantas productivas
prescinde del carácter nacional del origen del capital y se despliega sobre todo el
mundo y depende exclusivamente de los intereses globales de la empresa
transnacional, prescindiendo de los intereses “nacionales” de los países donde se
abren, o se cierran, sus instalaciones productivas, lo cual pone claramente de
manifiesto la independencia de las empresas transnacionales con respecto a los
diferentes Estados: “El capital no tiene patria”. Sin embargo, si tiene destino: Las
economías de los Estados del Centro.

Durante los años noventa, las estrategias de las empresas estadounidenses


constituyeron la vertiente dominante en la construcción de la hegemonía mundial.
“Liberalización de los mercados” fue la divisa que, progresivamente, adquirió
ciudadanía en el imaginario de la sociedad mundial (Geocultura).

A fines de esa década, el vigor alcanzado por las grandes corporaciones


estadounidenses, particularmente en torno a la industria informática y las
telecomunicaciones (Intel, Microsoft, Cisco, AOL, IBM y AT&T, entre otras), en
combinación con el estancamiento relativo de Europa y de Japón, obligaron a un
replanteamiento de los escenarios geopolíticos. Actualmente, son China, India y
los países de alta densidad de población quienes constituyen los retadores
potenciales y ya no los países desarrollados de Occidente.

Tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, más allá del


discurso del poder de la "lucha por la civilización occidental" y la "justicia infinita",

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Ornelas (2002) sustenta una interpretación de la coyuntura actual donde la


ofensiva estadounidense en Asia Central responde:

“a) Al fortalecimiento del liderazgo económico de Estados Unidos, en tanto


sus empresas han consolidado posiciones dominantes frente a sus
competidores europeos, rusos y japoneses.

b) Actualmente, los actores dominantes cuentan con las bases para


enfrentar a la nueva potencia militar, económica y demográfica que
emerge: China, único agente que podría, en el mediano plazo, desafiar la
hegemonía de Estados Unidos”. (pág. 105)

En esta perspectiva, la guerra de Estados Unidos en Asia Central tiene


como principal objetivo contener y debilitar la expansión de China en la región,
ocupando territorios y apropiándose de recursos esenciales para la consolidación
económica y geoestratégica de Estados Unidos.

Estamos en una nueva etapa de construcción y disputa por la hegemonía


mundial, en la cual sólo el "poder concentrado del capital" puede diseñar y
ejecutar las acciones requeridas para sostener una lucha en los niveles que exige
el Capitalismo histórico. Para Ornelas (2002), pág. 105, la guerra en Asia Central
ha generado miles de víctimas, pero también regresó a la vida a uno de los
fantasmas del pensamiento dominante: el Estado. Propone, en suma, una lectura
del conflicto que tome como eje las relaciones entre Empresas y Estados. Y desde
ese mirador, la posición de Estados Unidos es de extrema fortaleza.

58
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Capítulo IV

Tratamiento del tema del Terrorismo en la ONU antes y después


del 11 de septiembre de 2001.

“Tal vez mi historia la falsee un cobarde,


y transforme en arañas mis corderos.
Tal vez dejes privados a mis hijos de su traje de
fiesta.
Tal vez a mis amigos les engañes con un rostro
prestado.
Tal vez alces, rodeándome,
muros, muros y muros.
Y tal vez contra viles visiones crucifiques.
Pero lo que nunca podrás hacer
Enemigo del Sol,
es vencer mi dignidad”.

Samih Al- Qasim, poeta palestino.

El conjunto de medidas para la lucha contra el Terrorismo que hoy impone


el Consejo de Seguridad (CS) de las Naciones Unidas a los 192 Estados
miembros constituye una camisa de fuerza. A pesar de algunas vacilaciones
iniciales, y de algunas reticencias subsistentes, el cuerpo político y doctrinal
antiterrorista del CS configura hoy el punto de referencia inexcusable utilizado
para justificar la transformación institucional de las Naciones Unidas en el
propósito formulado de “enfrentar el riesgo de seguridad más grave y visible para
la Humanidad en el comienzo del siglo XXI”, según Rupérez (2005) pág. 65. Las
Naciones Unidas, tantas veces acusada de pasividad a la hora de enfrentarse a
los grandes problemas de la humanidad, expresiones de la crisis del Sistema
Mundo, terminó por “definir su papel en la lucha contra el terrorismo” de una
manera inédita y expedita.

1.Tratamiento del Terrorismo antes del 11 de septiembre de 2001.


Sin embargo, Naciones Unidas no abordó el tema del Terrorismo durante
sus primeros años de existencia, ya que padecía de la parálisis de la Guerra Fría y

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

el auge de las luchas de liberación nacional en el mundo colonial. En particular, el


Consejo de Seguridad (CS) no lo abordó hasta los años noventa, es decir después
de la desaparición de la Unión Soviética.

1.1 Las primeras declaraciones de la Asamblea General, 1972-1985.


La Asamblea General carece de autoridad para imponer normas de
conducta a los Estados miembros, por lo que sus declaraciones tienen sobre todo
el efecto de legitimar o deslegitimar universalmente determinado tipo de actos,
más que contribuir directamente a conformar la acción de los gobiernos de
acuerdo con Peterson (2004), pág. 173. Por otra parte, la voluntad de la Asamblea
General de condenar el Terrorismo en los años setenta y ochenta se vio limitada
porque muchos miembros querían defender la legitimidad de las luchas de
liberación.

Esto impidió una condena tajante del Terrorismo y condujo a un énfasis en


las causas del mismo, lo que podía ser interpretado como una tendencia a la
justificación parcial de éste, en opinión de Halberstam (2003), pág. 573.

El tema se introdujo por primera vez en la Agenda de la Asamblea en 1972,


por iniciativa del Secretario General, Kurt Waldheim como consecuencia de la
preocupación generada por varios atentados, especialmente el secuestro y
asesinato de los atletas israelíes que participaron en las Olimpíadas de Múnich.
La Resolución de la Asamblea General que introdujo en el año 1972 el tema en su
Agenda, hacía referencia en su título a medidas para prevenir el Terrorismo
internacional que se cobraba vidas inocentes o ponía en peligro libertades
fundamentales, pero también al estudio de las causas subyacentes de aquellas
formas de Terrorismo que surgían “en las aflicciones, la frustración, los agravios y
la desesperanza” y que llevaban a algunas personas a sacrificar vidas humanas,
incluida la propia, “en un intento de lograr cambios radicales”. La cláusula sobre
las “causas subyacentes” no figuraba en la propuesta original de Waldheim y fue
adoptada por influencia de una coalición integrada por el Bloque Soviético, China y

60
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

varios países del Tercer Mundo. La Resolución reafirmaba, además, la legitimidad


de los movimientos de liberación nacional y condenaba “los actos represivos y de
Terrorismo cometidos por regímenes coloniales, racistas y extranjeros al negar a
los pueblos su derecho a la libre determinación y a la independencia”. Por lo
demás, esta resolución invitaba a los Estados a suscribir las convenciones
internacionales existentes que se referían a distintos aspectos del Terrorismo
internacional, e instituía un Comité Especial sobre Terrorismo internacional
(Resolución 27/3034 de la Asamblea General, 1972). El texto final fue mal acogido
por los países occidentales y la Resolución fue adoptada por 76 votos a favor, 35
en contra y 17 abstenciones.

Resoluciones similares, que evitaban la condena directa del Terrorismo,


fueron adoptadas por la Asamblea General en los años 1977, 1979, 1981 y 1983.
El apoyo de muchos países miembros a la lucha de los palestinos contra Israel,
que incluía actos inequívocamente terroristas, era el principal factor que conducía
a la incapacidad de la Asamblea General para afrontar el problema del Terrorismo
internacional, mientras que el Terrorismo doméstico era considerado un problema
puramente interno de los países afectados. El cambio de actitud no se inició hasta
el año 1985 cuando, tras el secuestro del buque Achille Lauro por militantes
palestinos, la Asamblea General adoptó una resolución por la que condenaba
inequívocamente como criminales todos los actos de Terrorismo “dondequiera y
por quienquiera” fueran cometidos (Resolución 40/61 de la Asamblea General de
Naciones Unidas, 1985). Seguía, sin embargo, sin definirse qué se entendía por
acto terrorista, así es que esta Resolución no tuvo más que un valor moral.

1.2 Instrumentos jurídicos internacionales contra el terrorismo, 1963-1991.


Los primeros avances prácticos en la cooperación global antiterrorista no
se dieron mediante estas resoluciones de la Asamblea General, sino a través de
diez instrumentos internacionales adoptados entre los años 1963 y 1991, a los que

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

a partir de 1997 seguirían otros tres. Los primeros fueron impulsados por la
Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), varios años antes de que la
Asamblea General empezara a ocuparse de la cuestión. Algunos han sido
completados posteriormente y todos siguen en vigor. Analizaremos a continuación
los aprobados hasta el año 1991, en ninguno de los cuales se menciona el término
Terrorismo.

1.2.1 Convenio de Tokio de 1963 “sobre las infracciones y ciertos otros actos
cometidos a bordo de las aeronaves”. Autoriza al comandante de la aeronave a
imponer medidas razonables de carácter coercitivo contra toda persona que le de
motivos para creer que ha cometido o está a punto de cometer un acto que ponga
en peligro la seguridad de la aeronave, y exige que las partes contratantes
asuman la custodia de los infractores y devuelvan el control de la aeronave a su
legítimo comandante.

1.2.2 Convenio de La Haya de 1970 “para la represión del apoderamiento


ilícito de aeronaves”. Exige que las partes en el convenio castiguen los
secuestros de aeronaves con penas severas y se presten asistencia mutua en los
procedimientos penales que se inicien con arreglo al convenio.

1.2.3 Convenio de Montreal de 1971 “para la represión de actos ilícitos


contra la seguridad de la aviación civil”. Exige que las partes en el convenio
que hayan detenido a los infractores los extraditen o los hagan comparecer ante la
justicia.

1.2.4 Convención de 1973 “sobre la prevención y el castigo de delitos contra


personas internacionalmente protegidas, inclusive los agentes
diplomáticos”. Incluye en el concepto de “persona internacionalmente protegida”
a los Jefes de Estado, los Ministros de Asuntos Exteriores, los representantes o
funcionarios de un Estado o una organización internacional que tengan derecho a
protección especial en un Estado extranjero, así como a sus familiares; y exige a

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

las partes que tipifiquen como delito “la comisión de un homicidio, secuestro u otro
atentado contra la integridad física o la libertad de una persona internacionalmente
protegida, la comisión de un atentado violento contra los locales oficiales, la
residencia particular o los medios de transporte de tal persona; la amenaza de
cometer tal atentado” y lo castiguen “con penas adecuadas en las que se tenga en
cuenta su carácter grave”.

1.2.5. Convención internacional de 1979 “contra la toma de rehenes”.


Dispone que “toda persona que se apodere de otra o la detenga, y amenace con
matarla, herirla o mantenerla detenida a fin de obligar a un tercero, a saber, un
Estado, una organización internacional intergubernamental, una persona natural o
jurídica o un grupo de personas, a una acción u omisión como condición explícita
o implícita para la liberación del rehén, comete el delito de toma de rehenes”.
Exige a las partes que castiguen tales delitos.

1.2.6 Convención de 1980 “sobre la protección física de los materiales


nucleares”. Tipifica la posesión ilícita, la utilización, la transferencia y el robo de
materiales nucleares, y la amenaza del empleo de los mismos para causar la
muerte o lesiones graves a una persona o daños materiales sustanciales.

1.2.7 Protocolo de 1988 “para la represión de actos ilícitos de violencia en


los aeropuertos que presten servicio a la aviación civil internacional”. Amplía
las disposiciones del Convenio de Montreal para incluir los “actos terroristas”
cometidos en los aeropuertos internacionales.

1.2.8 Convenio de 1988 “para la represión de actos ilícitos contra la


seguridad de la navegación marítima”. Dispone que comete delito la persona
que ilícita e intencionalmente se apodere de un buque o ejerza control sobre éste
por medio de la fuerza, la amenaza o la intimidación; cometa un acto de violencia
contra una persona que se encuentra a bordo de un buque, si dicho acto pudiera
poner en peligro la seguridad de la navegación del buque; coloque un artefacto o

63
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

sustancia destructivos a bordo de un buque; o perpetre otros actos contra la


seguridad de los buques. Sus disposiciones han sido ampliadas por un protocolo
en el año 2005.

1.2.9 Protocolo de 1988 “para la represión de actos ilícitos contra la


seguridad de las plataformas fijas emplazadas en la plataforma continental”.
Establece un régimen jurídico aplicable a los actos realizados contra plataformas
fijas situadas cerca de las costas, similar a los regímenes establecidos respecto de
la aviación internacional. Fue ampliado por un protocolo en el año 2005.

1.2.10 Convenio de 1991 “sobre la marcación de explosivos plásticos para


los fines de detección”. Negociado a raíz de la explosión de una bomba en el
vuelo 103 de Pan Am en el año 1988, su objetivo es controlar y limitar el empleo
de explosivos plásticos indetectables. Las partes están obligadas a asegurar en
sus respectivos territorios el control efectivo de los explosivos plásticos “sin
marcar”, es decir los que no contengan uno de los agentes de detección
enumerados en el anexo técnico del Tratado, y su eliminación total en un plazo de
15 años.

1.3. El planteamiento de una respuesta global a fines del siglo XX.

En los años noventa, terminada la Guerra Fría, fue posible un mayor


consenso de la comunidad internacional frente al Terrorismo, que comenzó a ser
percibido como una de las mayores amenazas a la paz y la seguridad. De allí la
compleja designación del tema en la Agenda de la Asamblea General, que aludía
tanto a los “medidas para prevenir al Terrorismo internacional” como al estudio de
las “causas subyacentes” del mismo, fue sustituida por la formula más breve y
enérgica de “medidas para eliminar el terrorismo internacional”.

1.4 La Resolución 49/60 de la Asamblea General, 1995.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Esta Resolución, de fecha 17 de febrero de 1995, incluía una adecuada


caracterización de los atentados terroristas como “actos criminales con fines
políticos concebidos o planeados para provocar un estado de terror en la
población en general, en un grupo de personas o en personas determinadas”, que
resultan “injustificables en todas las circunstancias, cualesquiera sean las
consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de
cualquier otra índole que se hagan valer para justificarlos”. No contenía en cambio
alusión alguna a la legitimidad de la lucha de los movimientos de liberación
nacional, del tipo de las que aparecían en las anteriores resoluciones de la
Asamblea General sobre el tema.

1.5 Los convenios contra atentados terroristas y financiación del terrorismo,


en los años 1997 y 1999.
El nuevo tratamiento del tema del terrorismo se manifestó también en dos
nuevos instrumentos internacionales en los que el concepto de Terrorismo
aparecía incluso en el título de éstos, a saber: el Convenio de 1997 sobre
Atentados Terroristas con bombas y el Convenio de 1999 sobre financiación del
Terrorismo.

Convenio internacional de 1997 “para la represión de los atentados


terroristas cometidos con bombas”. Establece las bases de una jurisdicción
universal respecto de la utilización ilícita e intencional de explosivos y otros
artefactos mortíferos contra determinados lugares públicos con la intención de
matar u ocasionar graves lesiones físicas o causar una destrucción significativa de
ese lugar.

Convenio internacional de 1999 “para la represión de la financiación


del Terrorismo”. Insta a las partes a que adopten medidas para prevenir y
contrarrestar la financiación del Terrorismo, directa o indirecta, incluidos los casos
en que la financiación se realice por medio de grupos que proclamen intenciones

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

caritativas, sociales o culturales, o que se dediquen además a actividades ilícitas,


como el tráfico de drogas o el contrabando de armas. Compromete a los Estados
a exigir responsabilidad penal, civil o administrativa a quienes financien el
Terrorismo. Prevé la identificación, congelación y confiscación de los fondos
asignados para actividades terroristas y excluye que el secreto bancario pueda
servir de justificación para negarse a cooperar.

Este convenio contiene una definición de acto terrorista, que consiste en


cualquier “acto destinado a causar la muerte o lesiones corporales graves a un
civil o a cualquier otra persona que no participe activamente en las hostilidades en
una situación de conflicto armado, cuando, el propósito de dicho acto, por su
naturaleza o contexto, sea intimidar a una población, u obligar a un gobierno o a
una organización internacional a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo”. La
definición es importante, porque deja claro que el acto terrorista no tiene como
propósito el causar tan sólo un daño específico, sino que está encaminado a
imponer una determinada línea de conducta a un Estado o una organización
internacional, y porque establece una distinción precisa entre el Terrorismo y las
acciones de guerra. Una acción debe ser considerada terrorista, según el
Convenio, cuando sus víctimas no son combatientes en una situación de conflicto
armado, lo que implica que cualquier atentado con un propósito político dirigido
contra miembros de las Fuerzas Armadas o de las Fuerzas de Seguridad realizado
en ausencia de conflicto armado debe ser considerado terrorista1.

1.6 El CS y las sanciones contra Estados “patrocinadores” del Terrorismo.


A comienzos de los años noventa el problema del Terrorismo fue abordado
por vez primera por el CS, que está dotado de instrumentos coercitivos de los que
carece la Asamblea General. A lo largo de la década hubo tres casos en los que el
Consejo actuó bajo la cobertura del Capítulo VII de la Carta para imponer
1
Debe recordarse, por otra parte, que estos instrumentos internacionales, aunque sean
adoptados por la Asamblea General de Naciones Unidas, sólo resultan vinculantes para
los Estados que los ratifican y que esta ratificación se puede retrasar bastante.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

sanciones a Estados señalados de haber apoyado acciones terroristas: contra


Libia en el año 1992, contra Sudán en 1996 y contra el régimen de los Talibán en
1999.

Libia. El apoyo del régimen Gadafi a acciones terroristas, que le llevó


incluso a apoyar al IRA, alcanzó una gravedad extrema cuando se puso de
manifiesto su implicación en dos atentados que destruyeron 2 aviones, uno
norteamericano de Pan Am sobre Lockerbie (Escocia) en 1988, y otro francés de
UTA sobre Níger en el año 1989. Los Gobiernos de Washington, Londres y París
llevaron el tema ante el CS, que en enero de 1992 lanzó una seria advertencia a
Libia mediante la resolución 731. El Gobierno libio ofreció entregar a los
sospechosos del caso UTA para que fueran juzgados por un tribunal francés, pero
exigió que los responsables del caso Pan Am fueran juzgados por un tribunal
internacional, algo que resultó inaceptable para los Gobiernos estadounidense y
británico. Así es que en marzo de 1992 una segunda resolución del CS, la 748,
invocó el Capítulo VII para imponer a Libia sanciones económicas, una prohibición
de vuelos, restricciones diplomáticas y un embargo de armas. Más allá de los
casos concretos, que adquirieron una gran relevancia política por la acción de las
familias de las víctimas, Washington quería presionar a Libia para que abandonara
su papel de “patrocinador del terrorismo internacional” y renunciara a su programa
de Armas de Destrucción Masiva. De hecho, Libia terminó por reducir
drásticamente su supuesto apoyo al Terrorismo, mientras que con el paso del
tiempo se fue reduciendo el apoyo internacional a las sanciones, lo que finalmente
condujo en el año 1998 a una solución de compromiso, que el CS asumió en la
resolución 1192. En abril de 1999 Libia entregó a los dos sospechosos del caso
Pan Am para que fueran juzgados por un tribunal holandés y las sanciones fueron
levantadas.

Sudán. La negativa del Gobierno sudanés a extraditar a tres presuntos


implicados en el intento de asesinato del presidente egipcio Hosni Mubarak en
Addis Abeba (Etiopía), en junio de 1995, condujo al CS a adoptar sanciones de

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

acuerdo con el Capítulo VII de la Carta, que fueron de carácter más simbólico que
real. El Gobierno de Khartoum negó siempre toda implicación en el atentado, pero
en mayo de 1996 informó al CS, de que había pedido que abandonaran el país
cierto número de militantes, entre ellos Osama Bin Laden. Sin embargo, Sudán
siguió siendo un refugio seguro para varios grupos terroristas, entre ellos Al
Qaeda, y tras los atentados contra sus Embajadas en Kenia y Tanzania, Estados
Unidos bombardearon en las cercanías de Khartoum una fábrica de productos
farmacéuticos financiada por Bin Laden, en la que sospechaban que se produjera
armamento químico. Tras los atentados del 11-S, Sudán comenzó a cooperar en
la lucha contra Al Qaeda y el 28 de septiembre del 2001, el CS levantó las
sanciones.

En conjunto, el régimen de sanciones tuvo en ambos casos cierta eficacia,


lo que no ocurriría en el caso de las sanciones contra los talibán, y contribuyó a
deslegitimar a nivel mundial el Terrorismo, poniendo en evidencia el ostracismo a
que se arriesgaban los Estados que lo apoyaran. Pero se pusieron también de
manifiesto las dificultades de aplicación de las sanciones, tanto por motivos
técnicos, es decir la dificultad de monitorizarlas, como políticos, es decir la falta de
voluntad política de aplicarlas por parte de muchos Estados.

1.7 El proyecto de Convención global.


La definición de acto terrorista en el Convenio sobre financiación no condujo
a un consenso sobre qué grupos armados deben ser considerados como
terroristas, ni sobre la posible excepción de aquellos cuyo objetivo fuera la
Liberación de un pueblo. Así es que algunos Estados consideraron que Naciones
Unidas debia promover una convención general que clarificara la definición de
terrorismo y englobara las disposiciones contra el mismo que se han ido
adoptando por medio de los instrumentos internacionales hasta ahora
mencionados. En el año 1996, la Asamblea General adoptó una Resolución por la
que se establecía un comité ad hoc encargado de preparar un proyecto de
convención global sobre el terrorismo (Resolución 51/210 de la Asamblea General

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

de Naciones Unidas, 1996). El liderazgo en esta cuestión fue asumido por India,
que presentó una propuesta de convención en el año 1998. Al año siguiente este
proyecto fue examinado en la reunión del VI Comité de la Asamblea General,
encargado de los asuntos legales, en la que se acordó tomarlo como base de
discusión, pero al mismo tiempo se manifestaron importantes discrepancias. El
proyecto de convención, que fue enmendado por la India en respuesta a las
sugerencias recibidas, ha sido examinado en sucesivas sesiones del Comité
Especial sobre Terrorismo y en otros Foros de la ONU, en un largo proceso
que todavía no ha conducido a un proyecto consensuado.

Los tres problemas básicos que dificultan el acuerdo se refieren a la


definición legal del Terrorismo, a la cuestión de si pueden considerarse terroristas
acciones realizadas por movimientos de Liberación nacional, y a la cuestión de si
pueden considerarse como tales acciones realizadas por las Fuerzas Armadas de
un Estado en el contexto de un conflicto armado y en el ejercicio de sus tareas
oficiales. Una propuesta presentada por algunos países árabes y otros Miembros
del Movimiento de los No Alineados planteó que las acciones de los Movimientos
de Liberación Nacional no fueran consideradas terroristas, porque perseguían un
objetivo acorde con el Derecho Internacional, pero otros países replicaron que la
aspiración a la independencia nacional no justificaba el recurso a medios
terroristas. El conflicto árabe-israelí juega un papel decisivo en estos desacuerdos,
pues por un lado los países árabes quieren excluir de la condena del terrorismo
las acciones palestinas contra la ocupación israelí y, por otro, plantean la
posibilidad de que ciertas acciones de las Fuerzas Armadas israelíes pudieran ser
consideradas como casos de Terrorismo de Estado. A ello se suele replicar con el
fundado de argumento de que los crímenes de guerra cometidos por las Fuerzas
Armadas de un Estado en una situación de conflicto están suficientemente
definidos en el Derecho Internacional, por lo que no es necesario incluirlos en la
definición del Terrorismo, que debiera restringirse a formas de violencia política
ejercida por grupos clandestinos.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

1.8 Al Qaeda y “la agudización de la amenaza”.


Incluso antes de los atentados del 11-S, la “emergencia de Al Qaeda” dio una
nueva justificación a la cooperación internacional contra el terrorismo. La
protección que el régimen de los Talibán en Afganistán daba a las bases de esta
organización terrorista, responsable de los atentados contra las Embajadas de
Estados Unidos en Kenia y Tanzania en el año 1998, llevó a su condena en la
importante Resolución 1267 que el CS tomó en 1999.

1.9 La Resolución 1267 del CS, 1999.


Esta resolución expresaba la preocupación del CS por la violación de los
Derechos Humanos en Afganistán, en particular los de las mujeres y las niñas, y
deploraba el hecho de que los Talibán proporcionaran un refugio seguro a Osama
Bin Laden, ex agente de la CIA estadounidense, y le permitieran dirigir con sus
asociados una red de campos de entrenamiento terrorista en el territorio que
controlaban y utilizarlo como base para patrocinar operaciones terroristas
internacionales. Exigía a los Talibán que cesaran de prestar refugio y
adiestramiento a terroristas internacionales y que entregaran a Bin Laden, que
había sido procesado en Estados Unidos por su vinculación a los atentados contra
sus Embajadas en Kenia y Tanzania. Establecía un régimen de sanciones contra
los Talibán que habrían de cumplir todos los Estados miembros. Y establecía por
último un comité encargado de verificar el cumplimiento de sus disposiciones
(Resolución 1267 del CS de la ONU, 1999).

La importancia del Comité de Sanciones establecido por esta Resolución,


habitualmente conocido como Comité 1267, estriba sobe todo en que mantiene
una lista de personas y entidades, pertenecientes o vinculadas a los Talibán o Al
Qaeda, a las que los Estados miembros han de aplicar las sanciones previstas en
la Resolución, es decir congelar sus activos financieros, prohibir su entrada o
tránsito por el territorio nacional y evitar que reciban suministros de armas. Hay
que destacar que ésta es por el momento la única lista de individuos y
entidades terroristas que mantiene la ONU, por lo que aquellas organizaciones

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

que no están vinculadas a Al Qaeda o los Talibán no se hayan de hecho


sometidas a este régimen de sanciones, que resulta especialmente importante por
sus disposiciones financieras. Aunque hay que añadir que por la resolución 1566
del año 2004 el CS ha creado un grupo de trabajo encargado de preparar una lista
de personas y organizaciones terroristas que no se limite a las vinculadas a Al
Qaeda y los Talibán.

El sistema por el que el Comité 1267, integrado por los mismos miembros que el
CS, designa a personas y entidades como asociadas a Al Qaeda o los Talibán, ha
sido objeto de críticas de acuerdo con Comras (2008). Esta lista es efectiva sobre
todo para combatir a quienes financian el Terrorismo, un tema que resulta difícil
alcanzar de acuerdo con la legislación de bastantes países. La inclusión de una
persona o entidad en la lista es decidida por consenso entre los miembros del CS,
sobre la base de la información sobre el caso presentada por alguno de los
miembros, un procedimiento que ha sido criticado por su falta de transparencia y
de control judicial. Sus partidarios argumentan que la información en que se basa
el Comité implica fuentes y métodos de inteligencia que no pueden ser sometidos
a escrutinio público, pero un reciente fallo del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos ha puesto en cuestión la validez universal de las decisiones así
tomadas. En respuesta a una demanda presentada por el ciudadano saudí Yassin
Abdullah Kadi contra la Comisión Europea, que había congelado sus cuentas
bancarias debido a su inclusión en la lista del Comité 1267, la Gran Sala del
Tribunal ha establecido en sentencia del 3 de septiembre de 2008 que la decisión
de congelarlas había violado su derecho a la defensa y su derecho a la propiedad.

La cuestión esencial, cuya importancia supera mucho la del caso concreto, es que
la Gran Sala ha afirmado la jurisdicción del Tribunal Europeo sobre las medidas
adoptadas por la Unión Europea en cumplimiento de resoluciones tomadas por el
CS de Naciones Unidas. Al hacerlo ha revocado la decisión de la Sala que había
examinado el caso en primera instancia, según la cual los tribunales de la Unión
Europea carecían de jurisdicción sobre el tema, porque de acuerdo con la Carta

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

de Naciones Unidas, todos los Estados miembros están obligados a cumplir las
resoluciones del CS. La tesis de la Gran Sala es que los tribunales de la Unión
Europea no tienen jurisdicción sobre el acuerdo internacional en sí mismo, pero sí
sobre su aplicación en Europa, y que el derecho a la defensa del recurrente se
había vulnerado porque no se le había informado de las pruebas en que se
basaba su inculpación. Ha dado por ello un plazo de tres meses al Consejo
Europeo para que remedie esta deficiencia.

2. Tras el 11-S: las Resoluciones 1368 y 1373 del Consejo de Seguridad,


2001.
La primera respuesta del CS a los atentados del 11-S en Nueva York,
Washington y Pennsylvania se produjo al día siguiente de los hechos, mediante
una resolución unánime, la 1368, que los condenaba en los términos más
enérgicos, llamaba a los Estados miembros a cooperar para que los
perpetradores, organizadores y patrocinadores de los mismos fueran llevados ante
la Justicia, denunciaba la responsabilidad de quienes les habían ayudado,
protegido y dado cobijo, e invocaba de manera de manera novedosa el derecho
inherente a la defensa propia individual y colectiva, recogido en la Carta de
Naciones Unidas, con lo que legitimaba la respuesta militar que Estados
Unidos y sus aliados iban a ejercer contra el régimen de los Talibán,
supuestamente responsable por su apoyo a Al Qaeda (Resolución 1368 del
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, 2001). Esto último es especialmente
importante, porque Naciones Unidas nunca había afirmado formalmente la
legitimidad de una respuesta militar al Terrorismo amparada en el derecho a la
defensa propia.

Como es bien sabido, la Carta de Naciones Unidas impone a los Estados


miembros, en su artículo 2.4 la renuncia a la amenaza o el uso de la fuerza contra
la integridad territorial o la independencia política de otros Estados. La propia
Carta sólo establece dos excepciones: el uso de la fuerza autorizado por el CS
para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales (Artículo 42) y

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

“el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de


ataque armado contra un miembro de Naciones Unidas, hasta tanto que el CS
haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad
internacionales” (Artículo 51). Pero lo cierto es que, además de estos dos casos, la
comunidad internacional admite en la práctica intervenciones militares para otros
fines, incluida la lucha contra el Terrorismo. Israel recurre a ello con frecuencia y
Estados Unidos lo habían hecho en tres ocasiones antes de 2001: contra Libia en
1986, en respuesta al atentado contra una discoteca en Berlín frecuentada por
soldados estadounidense; contra Irak en 1993, en respuesta a un intento de
asesinar al ex presidente George H. W. Bush y al Emir de Kuwait; y contra Sudán
y Afganistán en el año 1998, en respuesta a los atentados contra las Embajadas
en Kenia y Tanzania. Algunas de estas represalias militares israelíes y
estadounidenses fueron condenadas por la Asamblea General.

A diferencia de estos casos, la posterior intervención de Estados Unidos y


sus aliados en Afganistán estuvo legitimada de antemano por el Consejo de
Seguridad (CS), mediante sus Resoluciones 1368, de 12 de septiembre, y 1373,
de 28 de septiembre, que sentaron el principio de que la respuesta militar a un
ataque terrorista quedaba englobada en el derecho a la legítima defensa del
artículo 51 de la Carta. El CS no quiso seguir en cambio la vía del artículo 42,
que podría haber llevado a una intervención en Afganistán bajo su propio control.
Estados Unidos deseaban que el Consejo legitimara su respuesta militar a los
atentados del 11-S, pero no deseaba que su actuación quedara subordinada al
Consejo.

La Resolución 1373, exige además que todos los Estados miembros


ratifiquen y cumplan las convenciones internacionales y protocolos relativos al
terrorismo2, que en aquel momento no habían sido ratificados por muchos
2
Convención de Tokyo sobre Delitos y otros Actos cometidos a bordo de Aeronaves
(1963); Convención de La Haya para la Represión de la Toma Ilícita de Aeronaves (1970);
Convención de Montreal para la Represión de los Actos Ilícitos contra la Seguridad de la
Aviación Civil (1971); Convención sobre la Prevención y Sanción de Delitos contra las
Personas Internacionalmente Protegidas (1973); Convención contra la Toma de Rehenes

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Estados, incluido Estados Unidos, y al actuar en el marco del Capítulo VII de la


Carta, relativo a las amenazas a la paz y la seguridad, hizo que tales medidas se
convirtieran en obligatorias para todos los Estados miembros. El Capítulo VII
permite al CS imponer a los Estados miembros medidas jurídicamente exigibles
bajo la eventual amenaza de sanciones, y así lo hizo respecto al Terrorismo con la
resolución 1373 y lo volvería a hacer respecto a las Armas de destrucción Masiva
(ADM) con la resolución 1540 del año 2004. En concreto la Resolución 1373
impone a los Estados que se abstengan de apoyar a grupos terroristas; que tomen
medidas para prevenir ataques terroristas; que nieguen refugio seguro a quienes
los financien, planeen, apoyen o cometan; que los definan como delitos graves en
su legislación; que ofrezcan la máxima asistencia a las investigaciones sobre
financiación o apoyo al terrorismo; y que impidan los movimientos de los
terroristas mediante un efectivo control de fronteras (Resolución 1373 del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas, 2001).

Asimismo, la Resolución 1373 crea el Comité Contra el Terrorismo (CCT),


órgano subsidiario del Consejo de Seguridad, compuesto, como el creado por la
Resolución 1267, por los mismos miembros del Consejo, y encargado de vigilar el
cumplimiento de la Resolución. Para lo cual ésta instruye al CCT para que
comience sus trabajos pidiendo a todos los Estados miembros un informe sobre
las medidas adoptadas para poner en práctica las decisiones del Consejo.

La trascendencia histórica de la Resolución 1373 es que no impone


medidas específicas contra entidades concretas en respuesta a amenazas o
ataques específicos contra la paz, como había sido hasta entonces la práctica del

(1979); Convención sobre la Protección Física del Material Nuclear (1980); Protocolo para
la Represión de los Actos Ilícitos de Violencia en Aeropuertos al Servicio de la Aviación
Civil (1988); Protocolo para la Represión de los Actos Ilícitos contra la Seguridad de las
Plataformas Fijas ubicadas en la Plataforma Continental (1988); Convención para la
Represión de Actos Ilícitos contra la Seguridad de la Navegación Marítima (1988);
Convención sobre el Marcado de los Explosivos Plásticos con el propósito de su
Detección (1991); Convención sobre la Represión de los Atentados Terroristas cometidos
con Bombas (1997); Convención sobre la Represión del Financiamiento del Terrorismo
(1999).

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Consejo, sino que impone medidas permanentes contra una amenaza de tipo
genérico, el Terrorismo. Así es que muchos autores han observado que con ella el
CS hace uso de un poder legislativo que nunca antes había empleado, sentando
un precedente llamado a tener continuidad, como lo ha demostrado la Resolución
1540 del año 2004 acerca de la proliferación de ADM. Esto ha llevado a que, a
pesar de que ningún Estado haya impugnado la legitimidad de estas
resoluciones, haya surgido un debate jurídico en el que algunos autores han
sostenido que el CS ha ido más allá de sus atribuciones. Conviene pues aludir
brevemente a los fundamentos en que se apoyan las medidas adoptadas en la
resolución 1373.

De acuerdo con la práctica habitual del CS, esta resolución no menciona los
artículos de la Carta de Naciones Unidas en que se apoya, pero no es difícil
identificarlos. En primer lugar es obvio que la Carta no atribuye a Naciones Unidas
un poder legislativo general en todas las materias del Derecho Internacional. La
única referencia al tema en la Carta es el artículo 13, que da a la Asamblea
General la misión de promover estudios y hacer recomendaciones para “impulsar
el desarrollo progresivo del Derecho Internacional y su codificación”. Es decir que
se trata de un mandato para promover, recomendar e impulsar el desarrollo
internacional, no para legislar, y además está dirigido a la Asamblea General, no al
CS. No hay un órgano universal con competencia para legislar en materia de
Derecho Internacional, sino que este se desarrolla a través de los instrumentos
jurídicos acordados entre los Estados, que sólo son vinculantes para las partes
contratantes.

El más importante de tales instrumentos es la propia Carta de Naciones


Unidas y en ella se basan los autores que defienden la capacidad del Consejo
para legislar en el caso de un solo tema, tan específico como relevante, el de
“prevenir y eliminar las amenazas a la paz”, que constituye el primer propósito de
Naciones Unidas de acuerdo con el artículo 1 de la Carta. La autoridad del
Consejo se deriva del artículo 25, según el cual: “Los miembros de Naciones

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Unidas convienen en aceptar y cumplir las decisiones del CS de acuerdo con esta
Carta”.

Así es que la cuestión que se plantea es si las medidas impuestas a todos


los Estados miembros en la resolución 1373 se hallan o no “de acuerdo con esta
Carta” y el artículo que hay que tomar en consideración al respecto es el 39, que
encabeza el Capítulo VII de la Carta y faculta al CS para determinar la existencia
de “amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión” y a decidir
“qué medidas serán tomadas de conformidad con los artículos 41 y 42 para
mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”. El artículo 41 prevé
medidas que no requieren el uso de las Fuerzas Armadas y el 42 se refiere al uso
de ésta.

Así es que, como ha observado Stefan Talmon, profesor de Derecho


Internacional Público en Oxford, para analizar el fundamento de la resolución 1373
hay que prestar atención a dos cuestiones, distintas pero interrelacionadas. La
primera es si se puede considerar que fenómenos genéricos, como el terrorismo o
la proliferación de ADM, pueden ser considerados “amenazas a la paz” de acuerdo
con el artículo 39, y la segunda es si las “medidas” que menciona el artículo 41
pueden incluir la obligación a los Estados miembros de adoptar medidas
legislativas contra un determinado tipo de amenaza.

La resolución 49/60 adoptada en el año 1995 por la Asamblea General,


antes citada, ya estableció que los actos, métodos y prácticas terroristas podían
representar una amenaza para la paz y la seguridad internacionales, lo cual
constituyó una referencia sustantiva para la redactar la Resolución 1373. Otras
resoluciones de la Asamblea y el Consejo han identificado también como
amenazas a la paz, además del terrorismo y la proliferación de ADM, otras
amenazas genéricas como el empleo de mercenarios, las situaciones de
emergencia y la desintegración violenta de los Estados. Así es que, en los
últimos 15 años parece haberse consagrado la interpretación según la cual

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

las amenazas a la paz del artículo 39 no deben entenderse sólo como actos
concretos sino que incluyen amenazas genéricas como el terrorismo. Por
otra parte esa es la interpretación más coherente de acuerdo con el propio artículo
1 de la Carta que fija como primer propósito de Naciones Unidas el de «prevenir y
eliminar amenazas a la paz», puesto que la labor de prevención parece requerir la
toma en consideración no sólo de amenazas concretas, sino de amenazas
genéricas. Ahora bien, si se admitió esta interpretación amplia del término
amenazas en el artículo 39, la consecuencia lógica es que se debía dar una
interpretación también amplia del término medidas en el artículo 41, e incluir no
sólo sanciones contra determinadas entidades o personas sino la imposición a los
Estados de obligaciones generales. De ahí la legitimidad del CS para legislar en el
específico campo de las medidas para prevenir y eliminar las amenazas a la paz.

2.1 La tarea de Kofi Annan


La lucha contra el terrorismo constituyó el principal componentes del
proyecto de reforma de Naciones Unidas que Kofi Annan ejecutó entre los años
2003 y 2006, un proyecto que venía condicionado por la justificación que, tras los
atentados del 11-S, la ONU debia demostrar su “capacidad” de hacer frente a los
nuevos desafíos a la seguridad mundial si no quería verse relegada a un papel
irrelevante de acuerdo con Stedman (2007). Bajo la Presidencia de George W.
Bush, Estados Unidos invisibilizó su interés en marcar una nueva orientación a la
ONU, mientras que el resto de los países se hallaban divididos, así es que al
Secretario General se la asignó la tarea de jugar un papel impulsor en la
transformación de Naciones Unidas en aras de la supuesta defensa de la paz.

2.1.1 El informe «Un mundo más seguro», 2004.


A tal efecto Annan encargó un informe a un GAN sobre las Amenazas, los
Desafíos y los Cambios, presidido por el ex primer ministro de Tailandia, Anand

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Panyarachun. El Informe, concluido en el año 2004, contenía un breve pero


penetrante análisis del desafío terrorista y de las medidas que la comunidad
internacional debiera adoptar para hacerle frente. En primer lugar destacaba la
amenaza que el terrorismo supone: “Para los valores más centrales de la Carta de
Naciones Unidas: el respeto de los derechos humanos, el Estado de Derecho, las
leyes y usos de la guerra que protegen a la población civil, la tolerancia entre los
pueblos y naciones, y la solución pacífica de las controversias”.

Aludía también a los contextos más favorables para la aparición del


Terrorismo, en concreto las “situaciones de desesperanza, humillación, pobreza,
opresión política, extremismo y violaciones de los derechos humanos”, así como
“los conflictos regionales y la ocupación extranjera”, una formulación que, sin ser
justificativa, recuerda la antigua preocupación por las “causas subyacentes”.

Destacaba también, como ya hemos mencionado, el agravamiento de la


amenaza terrorista que suponía la aparición de organizaciones como Al Qaeda, de
alcance mundial, y dispuestas a causar bajas masivas. Recordaba también la
necesidad de que la «Guerra contra el Terrorismo» no vulnerara los derechos
humanos, como en algunos casos parecía estar sucediendo. Todo lo cual llevó a
plantear una estrategia global contra el terrorismo basada en cinco pilares:
1. Remediar “las causas del terrorismo o los factores que lo facilitan”, con medidas
“para promover los derechos sociales y políticos, el Estado de Derecho y la
reforma democrática; poner fin a la ocupación y atender a las principales
reivindicaciones políticas; luchar contra la delincuencia organizada; reducir la
pobreza y el desempleo y evitar la desintegración de los Estados”.
2. Contrarrestar “el extremismo y la intolerancia”, mediante la educación y la
promoción del debate público.
3. Desarrollar la cooperación antiterrorista internacional, dentro de un marco
jurídico que respete las libertades civiles y también los derechos humanos.
4. Fortalecer la capacidad estatal para impedir las actividades de reclutamiento y
las operaciones de los grupos terroristas.

78
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

5. Controlar materiales peligrosos y proteger la salud pública. El GAN lamentaba


además que los Estados miembros no hubieran podido aprobar un convenio sobre
el terrorismo que incluyera una definición del mismo, lo que impedía que Naciones
Unidas ejercieran su autoridad moral y proclamaran inequívocamente: “Que el
Terrorismo no es jamás una táctica aceptable, aún en defensa de la más noble de
las causas”.

En su opinión, los dos grandes obstáculos que dificultaban el acuerdo


carecían de fundamento. No tenía sentido pretender que la definición de
Terrorismo incluyera “el caso de un Estado que use Fuerzas Armadas contra
civiles” porque las normas internacionales referentes a las violaciones de los
Derechos Humanos por parte de los Estados eran ya mucho más sólidas que en el
caso de los actores no estatales. En cuanto a la objeción es que un pueblo bajo
ocupación extranjera tiene derecho a resistirse y que una definición del terrorismo
no debería derogar ese derecho, que algunos cuestionaban, el grupo replicaba:
“Que la ocupación de ninguna manera justifica el asesinato de civiles”.

La definición de Acto Terrorista que proponía retomaba pues la contenida


en el convenio del año 1999 sobre financiación del terrorismo:

“Un acto destinado a causar la muerte o lesiones corporales graves a un


civil o a un no combatiente, cuando el propósito de dicho acto, por su
naturaleza o contexto, sea intimidar a una población u obligar a un gobierno
o a una organización internacional a realizar un acto o a abstenerse de
hacerlo”.

2.1.2 El Informe “Un concepto más amplio de libertad”, 2005.


Las conclusiones sobre el terrorismo que Kofi Annan presentó en su
Informe de marzo de 2005 seguían la línea marcada por el GAN, cuyas
recomendaciones asumía explícitamente. Annan urgió en el Informe a los Estados

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

y a las organizaciones de la sociedad civil a que se sumaran a una estrategia


global antiterrorista. Pidió que se alcanzara una definición del Terrorismo (un tema
sobre el que todavía hoy no se ha llegado a un acuerdo) y que se aprobara un
convenio general sobre el terrorismo (tema que, como hemos visto, llevaba años
discutiéndose y sigue hoy pendiente). Pidió también que se aprobara
urgentemente una convención sobre Terrorismo Nuclear (que efectivamente se
adoptó poco después) y que se creara un Relator especial encargado de informar
sobre la compatibilidad entre las medidas antiterroristas y los Derechos Humanos
(propuesta que también se ha adoptado).

El programa enunciado por el Secretario General en marzo de 2005 sólo se


ha cumplido en parte. Entre las propuestas aplicadas destaca el convenio sobre
terrorismo nuclear que se aprobó en abril de ese mismo año y entró en vigor en
julio de 2007, una vez que lo hubieron ratificado 22 Estados. Esto supone que se
cuenta ya con un nuevo instrumento internacional contra el Terrorismo.

2.2 Convenio Internacional de 2005 “para la represión de los actos de


Terrorismo Nuclear”. Contempla una amplia gama de actos y posibles objetivos,
incluidas las centrales y los reactores nucleares y alienta a los Estados a que
cooperen en la prevención de atentados terroristas intercambiando información y
prestándose asistencia mutua en las investigaciones penales y procedimientos de
extradición.

2.3 La estrategia mundial contra el terrorismo de 2006 y su aplicación


El último gran paso que se ha dado en la cooperación internacional antiterrorista
ha sido la aprobación por la Asamblea General de la Estrategia Mundial de
Naciones Unidas de Lucha contra el Terrorismo, en septiembre de 2006. Esta
resolución reafirma que el Terrorismo constituye “una de las amenazas más
graves para la paz y la seguridad mundiales” y propone medidas para combatirlo,
agrupadas en cuatro pilares:

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

1. Medidas para hacer frente a las condiciones que propician la propagación del
Terrorismo, entre las que incluye la promoción del diálogo, la tolerancia y el
entendimiento mediante iniciativas como la Alianza de Civilizaciones.
2. Medidas para prevenir y combatir el terrorismo.
3. Medidas para aumentar la capacidad de los Estados y fortalecer el papel que el
sistema de Naciones Unidas a este respecto.
4. Medidas para asegurar el respeto de los derechos humanos y el imperio de la
ley como base fundamental de la lucha contra el terrorismo (Resolución 60/288 de
la Asamblea General de Naciones Unidas, 2006).

No menos importante es lo que no se incluye en esta Estrategia: no hay en


ella alusiones a un Convenio General sobre el Terrorismo, ni a una definición
del mismo, temas que ocupaban un lugar prominente en el informe del grupo
de alto nivel. En realidad, el propio Kofi Annan había ya dejado de promoverlos
cuando en abril de 2006 presentó su informe “Unidos contra el Terrorismo”, en la
que recomendaba una estrategia basada en cinco verbos que comienzan por la
letra d: “Disuadir a la gente de recurrir al Terrorismo y apoyarlo; dificultar a los
terroristas el acceso a los medios para llevar a cabo sus atentados; hacer que los
Estados desistan de prestar apoyo a los grupos terroristas; desarrollar la
capacidad de los Estados para prevenir el terrorismo; defender los Derechos
Humanos en el contexto del Terrorismo y de la lucha contra el Terrorismo” , Annan
(2006).

A falta de un acuerdo de fondo sobre la entidad del Terrorismo, se ha


optado pues por un enfoque basado en la cooperación técnica, que tiene el
problema de la falta de acuerdo sobre cuáles son los grupos terroristas a los que
hay que combatir.

Con todo, la adopción de la estrategia mundial supone que todo el sistema de la


ONU va a dar prioridad a la tarea de impulsar el compromiso de los Estados en la
lucha contra el Terrorismo. Desde la aprobación de la Estrategia, el sistema de las

81
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Naciones Unidas ha contribuido a su aplicación de dos maneras. Por un lado, los


distintos departamentos, organismos especializados, fondos y programas del
sistema han adoptado medidas en el contexto de sus propios planes de trabajo,
individualmente o en asociación con otras entidades. Por otra parte, 24 entidades
del Sistema de Naciones Unidas así como la Organización Internacional de Policía
Criminal (Interpol) colaboran en del Equipo Especial sobre la Ejecución de la
Lucha contra el Terrorismo3.

El Secretario General estableció el Equipo Especial (task force) en julio de


2005, a fin de asegurar la coordinación de las actividades de lucha contra el
Terrorismo realizadas por el sistema de Naciones Unidas a nivel mundial. El
Equipo Especial se esfuerza por cumplir esta meta de dos maneras.

3
Entidades del Sistema ONU que colaboran en el Equipo Especial sobre la
Ejecución de la Lucha contra el Terrorismo: Banco Mundial; Departamento de
Asuntos Políticos; Departamento de Información Pública; Departamento de
Operaciones de Mantenimiento de la Paz; Departamento de Seguridad; Dirección
Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo; Equipo de vigilancia del Comité del CS
establecido en virtud de la Resolución 1267; Fondo Monetario Internacional; Grupo
de expertos del Comité del CS establecido en virtud de la Resolución 1540;
Instituto Interregional de Naciones Unidas para Investigaciones sobre la
Delincuencia y la Justicia; Oficina del Alto Comisionado para los Derechos
Humanos; Oficina de Asuntos de Desarme; Oficina de Asuntos Jurídicos; Oficina
de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito; Organización Internacional de
Policía Criminal; Organismo Internacional de Energía Atómica; Organización de
Aviación Civil Internacional; Organización Marítima Internacional; Organización
Mundial de Aduanas; Organización Mundial de la Salud; Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; Organización para la
Prohibición de las Armas Químicas; Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo; Relator especial sobre la promoción y la protección de los derechos
humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el Terrorismo

82
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Por un lado, las entidades que integran el Equipo Especial intercambian


información sobre las actividades realizadas o planificadas dentro de sus propios
mandatos. Por otro lado, el Equipo Especial ha creado grupos de trabajo
integrados por algunas de sus entidades miembros que han emprendido
programas de trabajo conjuntos. Existen actualmente nueve: Prevención y
solución de conflictos; Lucha contra la radicalización y el extremismo que
conducen al Terrorismo; Apoyo a las víctimas del terrorismo y divulgación de su
situación Prevención de ataques con ADM y la respuesta a éstos; Lucha contra la
financiación del Terrorismo; Lucha contra el uso de la Internet con fines terroristas;
Facilitación de la aplicación integrada de la Estrategia global; Fortalecimiento de la
seguridad de los objetivos vulnerables; Protección de los Derechos Humanos en la
lucha contra el Terrorismo.

A continuación se indican las tareas que el sistema de la ONU ha llevado a


cabo para promover la aplicación de los cuatro tipos de medidas que propugna la
estrategia global (Informe del Secretario General “Estrategia global de Naciones
Unidas contra el Terrorismo: actividades del sistema de Naciones Unidas para la
aplicación de la Estrategia A/62/898, 7 de julio de 2008).

2.4 Medidas para hacer frente a las condiciones que propician la


propagación del terrorismo.
Con arreglo a la Estrategia global, los Estados miembros se comprometen a hacer
frente a las condiciones que propician la propagación del Terrorismo mediante el
fortalecimiento de los programas existentes en ámbitos como la prevención de
conflictos, la negociación, la mediación, la conciliación, el mantenimiento y la
consolidación de la paz. Además, hacen hincapié en las iniciativas tendientes a
promover la tolerancia entre religiones y culturas, reducir la marginación de
poblaciones vulnerables como los jóvenes y promover la inclusión social.

83
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

La estrategia pone de relieve el vínculo entre reducción de la pobreza,


desarrollo social, promoción del Estado de Derecho y lucha contra el terrorismo.
Además, la estrategia destaca la importancia de atender a las necesidades de las
víctimas.

Dentro del Sistema de Naciones Unidas han contribuido a la aplicación de


este primer tipo de medidas el Departamento de Asuntos Políticos, el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización de Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Departamento de
Operaciones de Mantenimiento de la Paz (DPKO), así como tres de los grupos de
trabajo del Equipo Especial, los encargados respectivamente de la prevención y
solución de conflictos, el apoyo a las víctimas del terrorismo y la divulgación de su
situación, y la lucha contra la radicalización y el extremismo que conducen al
Terrorismo.

2.5 Medidas para prevenir y combatir el Terrorismo.


En la Estrategia se pide a los Estados miembros que adopten diversas
medidas encaminadas a impedir que los terroristas tengan acceso a los recursos
que necesitan para llevar cabo sus propósitos, así como medidas para proteger
objetivos especialmente vulnerables. Para ello el Sistema de Naciones Unidas ha
apoyado la labor de los Estados miembros principalmente de tres maneras:
mediante el apoyo a la elaboración de instrumentos jurídicos y normas de acción
preventiva; mediante la compilación de listas y bases de datos que ayudan a
centralizar la información sobre los recursos disponibles para prevenir los actos
terroristas y responder a ellos; y mediante la evaluación previa solicitud de las
capacidades de los Estados miembros para combatir el terrorismo. En particular,
la Oficina de Asuntos Jurídicos de la Secretaría, el Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA), la OACI, la Organización Marítima Internacional (OMI) y
el Banco Mundial han hecho aportes fundamentales a la formulación de

84
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

instrumentos jurídicos, normas y recomendaciones para la lucha contra el


terrorismo.

El Comité del CS establecido en virtud de la resolución 1267 es


responsable de controlar la eficacia del régimen de sanciones de Naciones Unidas
contra Al Qaeda y los Talibán. El CS ha hecho suyas las recomendaciones del
equipo de vigilancia de este Comité para ayudar a los Estados a combatir delitos
potencialmente relacionados con el terrorismo, incluido el tráfico de drogas, el
tráfico ilícito de armas y el blanqueo de dinero. El equipo de vigilancia ha sugerido
medios por los que dicho Comité podría reforzar la eficacia de la prohibición de
viaje prevista en el régimen de sanciones y velar por que existan procedimientos
justos y transparentes para la inclusión de personas y entidades en su lista, así
como para excluirlas de ésta y para conceder excepciones por motivos
humanitarios.

El Comité contra el Terrorismo y su Dirección Ejecutiva desempeñan una


función clave en las evaluaciones de capacidad que se proporcionadas a los
Estados miembros interesados. Desde septiembre de 2006 hasta junio de 2008, la
Dirección Ejecutiva ha efectuado 19 visitas a Estados a fin de supervisar y
promover su aplicación de las resoluciones 1373 y 1624 del CS.

Medidas destinadas a aumentar la capacidad de los Estados para prevenir el


terrorismo y luchar contra él, y a fortalecer el papel del Sistema de Naciones
Unidas a ese respecto.

La Estrategia considera que el fortalecimiento de la capacidad de todos los


Estados es la piedra angular de las actividades de lucha contra el Terrorismo en el
mundo. Por tanto, exhorta a la comunidad internacional y en particular al Sistema
de Naciones Unidas a prestar asistencia técnica a los Estados miembros para
detectar las deficiencias o los puntos vulnerables, proporcionar oportunidades de
intercambio de información y trabajo en red que puedan promover la cooperación

85
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

entre los Estados y el intercambio de “mejores prácticas”, y elevar la conciencia


pública acerca de la amenaza que plantea el terrorismo. Todos los miembros del
Equipo Especial han contribuido a la aplicación de las medidas establecidas en
esta parte de la estrategia.

Para facilitar la aplicación de la resolución 1373, la Dirección Ejecutiva del Comité


contra el Terrorismo ha determinado y priorizado las necesidades de asistencia
técnica de más de 90 Estados miembros y ha señalado esas necesidades a la
atención de los donantes. Su sitio web ofrece una matriz de necesidades de
asistencia concretas y un directorio de asistencia con información sobre los
donantes y los programas de asistencia disponibles, así como un directorio de
unas 264 fuentes de referencia sobre mejores prácticas, códigos y normas
internacionales para la aplicación de dicha resolución.

2.6 Medidas para asegurar el respeto de los Derechos Humanos para todos y
el Estado de Derecho como base fundamental de la lucha contra el
Terrorismo.
En la Estrategia los Estados miembros resolvieron tomar medidas para combatir
las violaciones de los Derechos Humanos y velar por que cualesquiera medidas
que adoptaran en la lucha contra el terrorismo cumplieran con sus obligaciones en
materia de derechos humanos. Reconocieron que la adopción de medidas
eficaces contra el terrorismo y la protección de los derechos humanos no se
contraponían, sino que eran objetivos que se complementaban y reforzaban
también mutuamente. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos
Humanos (ACNUDH), la ONUDD, el PNUD, el UNICRI, el DPKO y el relator
especial sobre la promoción y la protección de los derechos humanos y las
libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo han participado de
manera particularmente activa en la aplicación de las medidas esbozadas en este
cuarto pilar de la estrategia. Además, el Equipo Especial ha creado un grupo de
trabajo que también apoya la labor relativa a este pilar.

86
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

El Informe de la ACNUDH sobre la protección de los derechos humanos y las


libertades fundamentales en la lucha contra el Terrorismo, destaca la necesidad
de adoptar leyes concretas y eficaces para evitar las definiciones vagas o
excesivamente amplias del terrorismo que han conducido a restricciones indebidas
del legítimo ejercicio de derechos como los de asociación, expresión y reunión.
Aborda prácticas que considera inaceptables como el traslado de presuntos
autores de actos terroristas sin las debidas garantías procesales y el uso de la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; la erosión del
derecho a un juicio imparcial que se produce cuando se niega a los sospechosos
de actos de terrorismo el derecho a la revisión judicial de su caso; y la falta de
garantías de observancia de los derechos humanos que existe en el régimen
internacional actual de aplicación de sanciones selectivas contra las personas.
El Relator especial sobre la promoción y la protección de los derechos humanos y
las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo, cuyo mandato fue
establecido en el año 2005, realiza su labor mediante visitas a los países, la
evaluación de la legislación y la práctica de diversos países, y la selección y
divulgación de las mejores prácticas en materia de respeto de los derechos
humanos en la lucha contra el terrorismo.

A manera de Conclusión.
La necesidad de una cooperación internacional contra el terrorismo se manifestó
desde el primer momento en que la actividad de los propios terroristas adquirió
una dimensión internacional, es decir cuando a fines del siglo XIX se produjeron
atentados en diversos países que respondían a una común inspiración anarquista.
La Conferencia de Roma de 1898 obtuvo sin embargo, unos resultados limitados y
hubo que esperar varias décadas antes de que se lograra una efectiva
cooperación internacional en la materia. Tras la experiencia de las dos guerras
mundiales el terrorismo se percibía, con razón, como una amenaza menor y no
estuvo entre las prioridades iniciales de Naciones Unidas.

87
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

La relevancia que luego ha adquirido el Terrorismo está ligada al hecho de que,


por primera vez en siglos e incluso en milenios, la guerra ha dejado de ser una
amenaza inmediata para los países más desarrollados. Incluso un movimiento
guerrillero es inviable en tales países, en los que el terrorismo ha quedado como
única amenaza inmediata de violencia política letal, mientras que otros países
menos desarrollados están expuestos a la incidencia combinada de guerrilla y
terrorismo e incluso, aunque más raramente, pueden sufrir auténticas guerras. El
nuevo terrorismo internacional, que cobró vigor en los años setenta y amenazó
inicialmente sobre todo a la aviación civil, fue protagonizado en buena medida por
diversos “movimientos de liberación nacional”, sobre todo el movimiento palestino,
que encontró en él una estrategia asimétrica capaz de compensar, en términos de
impacto sobre la opinión pública mundial, la superioridad militar israelí. No eran
pues las circunstancias más favorables para una efectiva coope ración
antiterrorista internacional, ya que ni los países árabes, ni los países recién
liberados del colonialismo ni el bloque soviético estaban dispuestos a una condena
del terrorismo que supusiera restar legitimidad a la lucha armada del movimiento
palestino y otros semejantes.

Así es que en los años setenta y primeros ochenta el CS ignoró el tema y la


Asamblea General se limitó a aprobar declaraciones ambiguas, en las que la
defensa del derecho a la resistencia de los «Movimientos de Liberación Nacional»
sonaba como una justificación de ciertos actos de terrorismo. Entre tanto la
cooperación internacional avanzaba mediante la negociación de una serie de
instrumentos jurídicos de carácter muy específico, que eran vinculantes tan sólo
para los Estados contratantes. Sin mencionar siquiera el término terrorismo, tales
instrumentos supusieron el acuerdo de muchos países respecto a cuestiones
como el secuestro de aeronaves o los ataques a personas internacionalmente
protegidas.

88
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Cuando las tensiones de la guerra fría se redujeron y el terrorismo comenzó a


convertirse en una amenaza también para países no occidentales, la actitud de la
comunidad internacional comenzó a cambiar. La nueva sensibilidad se manifestó
en la resolución 40/61 de la Asamblea General, que en el año 1985 condenó
inequívocamente todos los actos de terrorismo «dondequiera y por quienquiera»
fueran cometidos. En los años noventa el CS abordó el tema con los medios
coercitivos de que dispone, que dirigió contra los Estados patrocinadores del
terrorismo. Las sucesivas sanciones contra Libia, Sudán y el régimen de los
talibán obtuvieron unos resultados concretos mediocres, pero el mensaje era
inequívoco: a partir de entonces un Estado que apoyara al terrorismo se
enfrentaría a la comunidad internacional.

El Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo,


aprobado por la Asamblea General en el año 1999, proporcionó por primera vez
una definición del acto terrorista ampliamente aceptada por la comunidad
internacional. Así es que en el momento en que Al Qaeda hizo su violenta
irrupción en la escena, parecía posible una gran convención de Naciones Unidas
contra el terrorismo que disipara todas las ambigüedades. La Asamblea General
decidió en el año 1996 la creación de un Comité encargado de preparar el
proyecto de convención y la India presentó una propuesta en el año 1998.

Trece años después, años en los que el impacto del terrorismo se ha agravado
notablemente, sigue sin haber acuerdo sobre la convención. A partir de los
atentados del 11-S se han producido en cambio avances en otras direcciones. En
primer lugar la resolución 1368 del CS ha proclamado que la respuesta armada a
un ataque terrorista responde al «derecho inmanente de legítima defensa»
recogido en el artículo 51 de la Carta de Naciones, obviando en cambio la
posibilidad de que la respuesta a los atentados del 11-S se produjera a través de
un uso de la fuerza autorizado por el propio Consejo en virtud del artículo 42. En
segundo lugar el CS, a través de la resolución 1373 hizo uso de la facultad que el
artículo 7 de la Carta le concede para imponer a los Estados miembros medidas

89
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

obligatorias bajo la amenaza de sanciones y les impuso la adopción de todo un


conjunto de medidas antiterroristas. Y en tercer lugar, la adopción en el año 2006
por la Asamblea General de la Estrategia Mundial de Naciones Unidas en la Lucha
contra el Terrorismo ha supuesto que toda el variado conjunto de entidades que
componen el sistema de Naciones Unidas estén ofreciendo toda su impresionante
capacidad técnica para “apoyar” a los Estados a asumir las mejores prácticas para
la prevención y represión del terrorismo.

¿Cuál puede ser el papel de Naciones Unidas en el próximo futuro? En nuestra


opinión, cabe en primer lugar esperar que continúe su eficaz contribución a que el
terrorismo quede deslegitimado como una forma de actuación contraria a los
principios por los que se rige la comunidad internacional, tal como viene haciendo
la Asamblea General desde al menos el año 1985. En segundo lugar podemos
confiar en que la labor cotidiana de las 24 entidades del Sistema de Naciones
Unidas implicadas en la lucha contra el terrorismo siga proporcionando resultados
eficaces, aunque poco brillantes de cara a los medios de comunicación de masas.
No resulta en cambio previsible que a corto plazo se puedan superar las
divergencias de criterio que hasta ahora han hecho imposible una convención
global sobre el terrorismo, que definiera con precisión este crimen y permitiera por
tanto identificar a aquellas organizaciones que deben ser perseguidas como
terroristas por todas las naciones. En cuanto al papel del CS, lo más probable es
que la línea marcada por las resoluciones 1368 y 1373, año 2001, marquen su
línea de conducta durante bastante tiempo. La resolución 1373 significa una
enérgica advertencia para los Estados que pudieran verse tentados de emplear el
patrocinio del terrorismo como instrumento de su política, mientras que la
resolución 1368 deja sustancialmente en manos de los países atacados y de sus
aliados la decisión de recurrir a la fuerza militar en caso de un atentado grave.

Quienes creemos que la cooperación multilateral a través de Naciones Unidas


resulta un instrumento esencial en el avance hacia un mundo más justo, más
pacífico y más próspero, hemos de concluir que resta mucho camino por recorrer,

90
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

pero al mismo tiempo es impresionante lo mucho que se ha avanzado en los


últimos quince años. Depende del optimismo de cada uno concluir si la botella
está medio llena o medio vacía.

91
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Capítulo V

Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al


tema del Terrorismo durante el período 2001-2006.

“(…)"No se puede combatir el terror con más


terror" (…)”.
(Presidente Chávez, 2002)

En relación al Terrorismo existen diferentes definiciones. En sí mismo, constituye


un instrumento político reprobable e inadmisible, una amenaza imprevisible y de
naturaleza irracional que responde a múltiples factores y motivaciones entre las
que se encuentran las de origen étnico, religioso, ideológico o nacionalista, que en
su acción vulnera lo estipulado en los ordenamientos jurídicos nacionales o
internacionales.

El Diccionario de la Real Academia Española lo conceptualiza como la sucesión


de actos de violencia ejecutados para difundir terror.

Para Julián Calvo (Diccionario de Derecho Usual de Guillermo Cabañas Tomo III
Pág. 679) es un delito contra la seguridad pública, consiste en la comisión de
actos de violencia calificados por el medio empleado, explosivos, sustancias
incendiarias, armas adecuadas para ocasionar grandes estragos y cualquier otro
medio para perturbar gravemente los servicios públicos con el propósito de
perturbar el orden, atemorizar a la sociedad o aciertos grupos, o realizar
venganzas o represalias, para desintegrar el régimen político o social imperante.

92
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Dentro de las acciones típicas del Terrorismo se encuentran aquellas que se


pueden definir como Terrorismo de Estado, que no es más que el uso sistemático
por parte del gobierno de un Estado, de amenazas, represalias y demás acciones
consideradas a menudo ilegales incluso en su propia legislación con el fin de
imponer obediencia o una aparente participación activa de la población. Por su
misma naturaleza este tipo de Terrorismo, es difícil de identificar, los conceptos
varían en función del carácter de las épocas históricas, zonas geográficas y
características culturales.

Los regímenes despóticos del pasado utilizaban prácticas de terror, constituyendo


las formas más desarrolladas de Terrorismo de Estado. La práctica de difundir
terror desde el poder se extendió bajo regímenes militares o militarizados en el
seno de democracias formales, los cuales se caracterizaban por un monopolio de
los medios de comunicación, la imposición de una ideología monolítica, la
exigencia no sólo de obediencia sino de participación activa en las medidas
policiales del Estado, el establecimiento de policías secretas y de campos de
concentración para disciplinar e incluso exterminar a los adversarios y disidentes.

En estos sistemas, los representantes del aparato de Estado extendían su


actuación hasta el extranjero y atacaban a los adversarios que pertenecían a la
población en el exilio. Por lo que el elemento esencial para diferenciar el
Terrorismo de Estado de episodios violentos efectuados por grupos terroristas
nacionales e internacionales lo constituye la importancia de la operación y el total
respaldo que la clase dirigente de esa Nación confiera a los mismos. Por lo cual
podemos asumir, y de acuerdo con Monsalve (2008), la calificación del terrorismo
es un acto eminentemente político.

La República Bolivariana de Venezuela tal como lo señala el Artículo Nº 2 de


nuestra Carta Magna se constituye en un Estado democrático y social de derecho
y de justicia que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y
de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la

93
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

democracia, la responsabilidad social y en general la preeminencia de los


derechos humanos, la ética y el pluralismo político. Estos principios desarrollan las
políticas del actual sistema de gobierno que tiene como fines esenciales la
defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a la dignidad humana, el
ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa
y amante de la paz, la superación del hombre, la justicia social y la armonía de los
pueblos.

En este particular, En el escenario multilateral el Estado venezolano haciendo


eco de esta preocupación de carácter internacional, se ha hecho participe en la
llamada Lucha contra el Terrorismo adoptando como políticas destinadas a
garantizar y proteger al pueblo venezolano de cualquier tipo de actos violentos, la
suscripción de instrumentos normativos que coadyuvan en la cooperación mutua
en materia internacional para el combate de estas prácticas. Entre tales
instrumentos se encuentran:

-La Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada


Trasnacional suscrita en Palermo Italia el 15 de Diciembre del 2002, aprobada en
todas sus partes por la Asamblea Nacional y publicada en su Ley Aprobatoria en
la Gaceta Oficial Nº 37.357 de fecha 04 de enero de 2002.

-La Ley Aprobatoria de la Convención Interamericana Contra el terrorismo,


publicada en Gaceta Oficial Nº 37.841 de fecha 17 de Diciembre de 2003.

-Leyes Aprobatorias de la Convención de las Naciones Unidas para la Supresión


del Terrorismo con Bombas y de la Convención Internacional para la Represión de
la Financiación del terrorismo, publicadas en Gaceta Oficial Nº 37.727 de fecha 02
de julio del 2003.

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

-Ley Aprobatoria del Convenio de Tokio sobre las infracciones y ciertos Actos
Cometidos a Bordo de las Aeronaves, publicada en la Gaceta Oficial Nº 2975
Extraordinario de fecha 02 de julio de 1982.

-Ley Aprobatoria del Convenio para la Represión de Apoderamiento Ilícito de las


Aeronaves, publicada en la Gaceta Oficial Nº 32.700 del 07 de abril de 1983.

-El Convenio contra la Toma de Rehenes. Publicado en la Gaceta Oficial Nº


34.069 del 20 de octubre de 1988.

Ley Aprobatoria de la Convención para Prevenir y Sancionar los Actos de


Terrorismo Configurados en Delitos contra las Personas y la Extorsión Conexa
cuando estos tengan trascendencia Internacional, publicada en la gaceta Oficial Nº
30.223 de fecha 05 de octubre de 1973.

En el ordenamiento jurídico interno también existen iniciativas para la erradicación


de actos terroristas entre las que se encuentran La Ley Orgánica Contra La
Delincuencia Organizada, publicada en la Gaceta Oficial Nº 38.281 de fecha 27 de
septiembre de 2005, la Resolución Nº 203.03 del Ministerio de Finanzas, en la
cual se establece las Normas sobre el Registro de Auditores, Asesores e
Instructores en materia de Prevención y Control de las Operaciones de
Legitimación de Capitales y Financiación del Terrorismo publicada en la Gaceta
Oficial Nº 37.777 de fecha 17 de septiembre de 2003. Asimismo, se encuentra en
estudio ante la Asamblea Nacional el Proyecto de Ley contra el terrorismo.

Por otra parte es de observar que según lo contemplado en el Artículo 1 de la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Estado venezolano
acoge para sí y en las relaciones internacionales el Principio de Derecho
Internacional de la Autodeterminación de los Pueblos, lo cual se desprende del
contenido del citado Artículo que señala:

95
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

“Articulo 1. La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente


libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad,
igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar el Libertador.

Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la


soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional.”

En este orden de ideas, el principio de Autodeterminación de los Pueblos,


puede definirse como la facultad que tiene toda unidad o comunidad racial,
lingüística, histórica y de otra índole de escoger de manera libre, independiente y
soberana a sus gobernantes y su sistema de gobierno.

Desde este punto de vista y dentro del marco de negociaciones de


Naciones Unidas, el Estado Venezolano tiene como referentes el respetar el
derecho de los demás Estados de elegir de forma democrática a sus
representantes así como a definir el sistema político que más se adapte a sus
aspiraciones sociales y a las metas propuestas, en la misma que exige de los
demás Estados el respeto a la autodeterminación nacional y no permite injerencias
violentas de los demás Estados en el sistema político nacional, ya sea en la
elección de sus representantes en el poder público como en la determinación de la
forma de gobierno, lo cual encuentra su fundamento en diversas normas de
nuestra Carta Magna que delimita a Venezuela como un Estado democrático, que
propugna entre los valores superiores de su ordenamiento jurídico y como uno de
los fines esenciales del Estado, el ejercicio democrático de la voluntad popular que
se manifiesta por excelencia mediante el sufragio.

Sobre este particular es de recalcar que Venezuela mantiene la tesis de la


no intervención de los asuntos internos de otras naciones con lo cual apoya los
actos ejecutados dentro del Principio de Autodeterminación de los Pueblos que se
manifiestan mediante todas las formas democráticas de participación ciudadana
previstas en su ordenamiento jurídico, con ello defiende ante los organismos e

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

instituciones internacionales aquellos actos pacíficos que cada nación ejecute por
decisión directa a través del sufragio o bien, mediante la representación por
intermedio de los funcionarios designados para ejercer los cargos de los órganos
del poder público, y que por su naturaleza se constituyen en reuniones o
manifestaciones pacíficas y sin armamentos, asociaciones con fines lícitos y/o
políticos, el libre ejercicio de la libertad de expresión, comunicación e información.

No obstante lo anterior, existen actos que violentan gravemente los


derechos humanos y la seguridad ciudadana que son consumados bajo la figura
del terrorismo, en el cual un grupo determinado con fines políticos bien sea,
interrelacionado directamente con los representantes de los órganos del poder
público , o sin tal interrelación, ejecuta actos de violencia contra sus nacionales o
contra el sistema político establecido en otro Estado, empleando para ello una
violencia indiscriminada que extiende sus efectos a la totalidad de la población y
que por la imprevisibilidad de los mismos causa asombro infundiendo terror,
además son considerados inmorales por cuanto producen sufrimientos
innecesarios afectando las áreas más vulnerables y por lo general son ataques
indirectos que desvían la mirada de la población a un punto, que no es el blanco
que se proponen conseguir. Estos actos son reprobados por el Estado Venezolano
que por el contrario propugna como valores fundamentales la preeminencia de los
Derechos Humanos, la garantía del derecho a la vida y que incluso está en el
deber de garantizar a toda persona la protección frente a situaciones que
constituyan o sean susceptibles de constituir amenazas o riesgos para la
integridad física, afecte el derecho a la propiedad, así como el ejercicio de otros
derechos y cumplimiento de los deberes ciudadanos.

En cuanto a la incorporación y tipificación del terrorismo de Estado, en la


Convención contra el Terrorismo, se considera que es necesaria la promulgación
de instrumentos legales en los cuales se prevea el tipo penal, se defina
claramente la diferencia existente entre los actos previstos y permitidos como de
autodeterminación de los pueblos para cada ordenamiento jurídico, y en los cuales

97
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

toda nación ajena tiene el deber de reconocer y respetar como tales, así como
aquellos actos reprobables, violentos, abusivos y arbitrarios que se cometen
contra un determinado grupo de personas con el fin de desestabilizar el sistema
político establecido a los cuales ningún Estado debe concurrir, tolerar o financiar.

La tipificación en estos términos de la figura de Terrorismo de Estado


constituiría un instrumento útil para la disminución de actos violentos y
criminalidad desbordada de carácter internacional, que por lo general crean
conflictos bélicos, a su vez afianzarían la solución pacífica de conflictos
internacionales, el respeto a los derechos humanos y la necesaria cooperación y
solidaridad entre los pueblos en al lucha por su emancipación, lo que contribuye
de forma directa en el bienestar de la humanidad, para nuestro país además, de
ser principios de carácter internacional que rigen las relaciones entre los Estados,
son cometidos del actual sistema de gobierno de acuerdo a los lineamientos
previstos en nuestra Carta Magna.

Se requiere asimismo, la cooperación en materia de seguridad internacional


por cuanto el terrorismo ya es un problema universalizado y en consecuencia debe
tener una solución internacional, por lo que es un deber el prestar toda la
cooperación al efecto y es indispensable que los Estados se prodiguen una
oportuna y adecuada asistencia mutua judicial en materia penal.

Es imperativo, en este particular establecer de forma sensata los


parámetros del ámbito de actuación de los organismos internacionales o de otros
Estados, con relación a la no intervención en los actos ejecutados dentro del
derecho de autodeterminación de los pueblos , los cuales como se expresara
anteriormente demarcado dentro del ejercicio de los derechos y garantías
previstos en el ordenamiento jurídico de cada país, pues en nombre de la
cooperación internacional no puede ampararse injerencias en la política interna de
los Estados estatuidas en forma licita y democrática , así como delimitar la debida
actuación en apoyo a las naciones que por el contrario sean víctimas de actos de

98
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

terrorismo internacional o de estado, los cuales vulneran los derechos humanos, lo


estatuido en normas de derecho humanitario internacional, son a todas luces
actos ilícitos y en virtud de lesionar indistintamente la seguridad de la comunidad
internacional, todas las naciones deben ser partícipes en la medida que se tomen
para erradicarlos.

Por ultimo debe procurarse la implantación de mecanismos que permitan


suprimir en lo posible el financiamiento a las campañas electorales por parte de
grupos terroristas por cuanto estos al tener interrelación directa con los
representantes de sistema político pueden por este medio asegurarse la
impunidad en ocasión a los actos violentos e indiscriminados que ejecutan.

Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo. Período


2001-2010.
Dentro del periodo comprendido entre el año 2001-2010, la República Bolivariana
de Venezuela ha mantenido esta posición y ha ejercido su voto en las
negociaciones y discusiones tanto de la Asamblea General como en sus
intervenciones en el Consejo de Seguridad, en la búsqueda de un objetivo
permanente de nuestra política exterior como es el de lograr un mundo multipolar
donde se respete el derecho de autodeterminación de los pueblos:
AÑO POSICIÓN DE VENEZUELA.
2001 Terrorismo Internacional.
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela
manifestó la más firme y contundente condena y su
inequívoco rechazo a los actos terroristas del 11 de
septiembre de 2011, ocurridos en las ciudades de
Nueva York, Washington y Pittsburgh.
El Presidente Chávez se hizo presente en el Debate de
la Asamblea General de la ONU. En esa tribuna
universal reafirmó el mensaje bolivariano de paz, de
entendimiento y de unión y de claro rechazo a las
fuerzas del terror, del oscurantismo y de la tolerancia
que se oponen al clamor universal por una paz estable:
“Somos un país de vocación pacifista, de tradición de
libertad y de estirpe bolivariana, que posee la
autoridad, la capacidad y el liderazgo, para actuar
resueltamente en favor de las nobles causas que

99
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

persigue la Organización y cuyo fortalecimiento se hace


cada vez más necesario en una época tan
comprometida como la que nos ha tocado”.
El Gobierno venezolano ha sido firme y categórico en
su condena al terrorismo, en todas sus formas y
manifestaciones. En este sentido, repudia cualquier
actividad terrorista. Asimismo, ha reiterado, en todos
los foros internacionales, su compromiso de luchar
efectivamente contra esas actividades delictivas.
Venezuela ha respaldado las acciones que la
comunidad internacional ha emprendido para
combatirlas tanto en el seno de la ONU como de la
OEA. En consecuencia, se han tomado las medidas
conducentes para dar cumplimiento a las disposiciones
contenidas en la Resolución 1368, y la Resolución
1373, aprobada por el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas el 28 de septiembre de 2001.
Venezuela considera que la lucha contra el Terrorismo
debe estar signada por los principios fundamentales del
Derecho Internacional. En este sentido, el
fortalecimiento de un marco jurídico resulta de
fundamental importancia, por lo que se comenzaron a
dar los pasos necesarios para ser parte de algunos de
los instrumentos jurídicos internacionales contra el
terrorismo.
Durante la Asamblea de la ONU, el Canciller Luís
Alfonzo Dávila firmó el Convenio Internacional para la
Represión de la Financiación del terrorismo.
AÑO: 2002 Posición de Venezuela.
El ciudadano Presidente de la República, Hugo Chávez
Frías, intervino en el Debate de la Asamblea General el
13 de septiembre de 2002, donde destacó la posición
de Venezuela con relación a los principales temas de la
agenda internacional, a saber: terrorismo, pobreza,
multipolaridad y multilateralismo, fortalecimiento y
reforma de las Naciones Unidas. Reiteró, asimismo, la
propuesta de creación de un Fondo Humanitario
Internacional para combatir la pobreza en los países en
desarrollo.
Terrorismo Internacional.
El Gobierno venezolano, cumpliendo con las
disposiciones contenidas en la Resolución 1373 (2001)
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,
designó al Viceministro de Seguridad Ciudadana como
la Autoridad Nacional Competente en Materia de
Terrorismo, a cuyo cargo estuvo la elaboración del
Informe solicitado por el Comité contra el Terrorismo

100
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

sobre las medidas tomadas por el Gobierno de


Venezuela en cumplimiento de dicha Resolución.
El Informe fue entregado al Comité en el lapso
establecido en la Resolución 1373. Luego de que el
Comité contra el Terrorismo revisara el mencionado
Informe y solicitara algunas aclaratorias, la Autoridad
Nacional procedió a contestarlas y un nuevo Informe
con estas especificaciones fue remitido al Comité
contra el Terrorismo.
AÑO:2003 Posición de Venezuela.
El 58° Período de Sesiones fue marcado, en especial,
por el devastador atentado a la sede de la ONU en
Bagdad en agosto de 2003, el caso de Irak y la crisis
del Medio Oriente, que de alguna manera incidieron en
el desarrollo de los trabajos.
La participación de Venezuela estuvo definida por su
presencia como Estado Miembro, comprometido con el
papel protagónico de la ONU en la preservación de la
paz y la seguridad internacionales y por la búsqueda de
logros en ese ámbito, concatenado con los intereses de
la República.
El 26 de septiembre, el Señor Canciller, Embajador Roy
Chaderton Matos, quien presidió la Delegación de la
República Bolivariana de Venezuela, realizó una
intervención en representación del Señor Presidente de
la República, Hugo Chávez Frías.
Allí destacó que la actuación de Venezuela ha estado
encaminada a rescatar y promover el multilateralismo
como medio y escenario para la conformación de un
mundo más democrático, afirmando que el uso de la
fuerza por parte de los Estados no debe ser
emprendido a discreción de los interesados de turno,
ya que la responsabilidad de los miembros de esta
organización es colectiva, como colectiva debe ser la
seguridad internacional que queremos proteger y
garantizar. Hizo énfasis en que todos los Estados son
protagonistas en el escenario mundial; las hegemonías
lucen arcaicas y autoritarias; por lo que se debe
propiciar una ONU fortalecida, universal y democrática.
Subrayó que el mundo en desarrollo sufre de hambre,
miseria y exclusión, causadas por un sistema
económico injusto, envuelto en las prácticas del
neoliberalismo salvaje, en la economía globalizada, con
un esquema de intercambio comercial desequilibrado
que genera desempleo, explotación, desigualdad y
resentimientos, por lo que reiteró la propuesta de crear
el Fondo Humanitario Internacional presentado por el

101
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Señor Presidente en varios foros internacionales.


El Señor Canciller Roy Chaderton Matos, cerró su
intervención afirmando que todos los miembros de la
ONU deben centrar sus esfuerzos para encontrar los
medios necesarios que permitan asegurar la paz y la
democracia, en casa y en la comunidad internacional,
valiéndose del mejor antídoto contra la violencia: la
justicia social.
Terrorismo Internacional.
Durante el año 2003, el Gobierno venezolano,
cumpliendo con las disposiciones de la Resolución
1373 (2001) del Consejo de Seguridad de la ONU,
presentó ante el Comité de Lucha contra el Terrorismo
(CCT) el Segundo y Tercer Informe Nacional sobre las
medidas adoptadas para la aplicación de la citada
Resolución. Este instrumento busca que los Estados
prevengan y repriman la financiación de los actos de
terrorismo y se abstengan de proporcionar todo tipo de
apoyo, activo o pasivo, a las entidades o personas que
participen en actos de terrorismo, inclusive reprimiendo
el reclutamiento de miembros de grupos terroristas y
eliminando el abastecimiento de armas a éstos.
El Segundo y Tercer Informe fueron consignados en
marzo y en julio de 2003, respectivamente, coordinados
y preparados por la Autoridad Nacional competente,
ejercida actualmente por el Viceministro de Seguridad
Ciudadana del Ministerio de Interior y Justicia, sobre la
base de la información suministrada por distintos entes
nacionales, tales como la Superintendencia de Bancos,
ONIDEX, Asamblea Nacional, y el Ministerio de
Relaciones Exteriores a través de sus Direcciones
Generales de Política Internacional, de Relaciones
Consulares y de Consultoría Jurídica.

En atención a la Resolución 1455 (2003) del Consejo


de Seguridad de la ONU, la República Bolivariana de
Venezuela, presentó, en junio de 2003, ante el Comité
establecido en virtud de la Resolución 1267 (1999), un
Informe actualizado relativo a la puesta en práctica de
medidas previstas en el régimen de sanciones contra
los Talibán y Al Qaeda, por parte del Gobierno
Nacional. Esas medidas consisten en la congelación de
activos, restricciones a los viajes y el embargo de
armas, dirigidas todas ellas contra las personas y
entidades incluidas en la Lista Unificada del Comité.

En los distintos debates sobre el tema del combate al

102
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Terrorismo realizados en el seno del Consejo de


Seguridad durante el año 2003, el Grupo de Río, del
que forma parte Venezuela, ha reiterado el enérgico
rechazo de sus países miembros al Terrorismo y
puesto de relieve la significación de la cooperación
entre las organizaciones regionales y las Naciones
Unidas, así como varias iniciativas de alcance regional
que expresan los progresos que se evidencian en los
compromisos asumidos por los países del Grupo en la
lucha contra el terrorismo.
El Grupo de Río destacó dos hechos de importancia
regional:
1.- La Declaración de los Jefes de Estado y de
Gobierno del Grupo de Río, adoptada en su XVII
Cumbre Anual, celebrada en Cuzco en mayo de 2003,
en la cual reiteraron “su más enérgica condena al
Terrorismo, que representa una amenaza para la paz y
seguridad, y su respaldo a la efectiva vigencia de los
derechos de todas las personas y a la estabilidad
democrática”, y
2.- La entrada en vigor de la “Convención
Interamericana contra el Terrorismo”, instrumento
multilateral adoptado por la Organización de los
Estados Americanos en junio de 2002, el cual
compromete a los países que la han ratificado a
prevenir, combatir y erradicar la financiación del
terrorismo y a cooperar efectivamente en la lucha
contra este problema.
Esos avances mostraron la continuidad y
profundización de las políticas que en este campo
vienen desarrollando los países de la región desde
hace varios años. En este contexto los países
integrantes del Grupo de Río han cumplido remitiendo
al Comité de Lucha contra el Terrorismo (CCT) los
informes solicitados.
En lo que se refiere a los instrumentos jurídicos
internacionales para la lucha contra el terrorismo, el
Despacho del Ministro de Relaciones Exteriores, a
través de la Consultoría Jurídica, sometió a consulta
de los organismos nacionales vinculados al tema, la
conveniencia de adherirnos o ratificar aquellos
documentos de los cuales aún no somos parte.
Año: 2004 Posición de Venezuela.
El día 24 de septiembre el Señor Canciller, Embajador
Jesús Arnaldo Pérez, intervino en representación del
Presidente de la República, Hugo Chávez Frías. Entre
los aspectos más importantes de su discurso

103
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

destacaron: la afirmación de que los pueblos del mundo


tienen una clara posición de rechazo a la economía
liberal y a la guerra; que Venezuela se unía al llamado
del entonces Secretario General, Kofi Annan, para que
toda nación que proclame el imperio de la ley en su
territorio lo respete en el exterior; y que los gobiernos
del mundo adoptaron una posición en contra de la
Guerra ilegal en Irak.
El Canciller destacó que la cuestión preponderante
consiste en saber si estamos construyendo un mundo
en donde impere la democracia verdadera, la igualdad
y la justicia, o un mundo regido por la tiranía del poder
económico y militar. En tal sentido, recordó que el
pueblo de Venezuela enfrentó dicha decisión el mes
pasado con un referéndum sobre el mandato
presidencial.
Señaló que según el Informe del PNUD, entre 1996 y
2004, en Venezuela creció el apoyo a la democracia
con mucha más fuerza que en ningún otro país de la
región pues, definitivamente, “en Venezuela hemos
incrementado la democracia”. Aseveró que “el Premio
Nóbel de Economía, Amartya Sen, afirma que el mejor
remedio para eliminar el hambre es la democracia.
Pues bien, en Venezuela y bajo el impulso del
Presidente Hugo Chávez Frías, este postulado se está
haciendo realidad, dándole poder a los pobres. Para
disminuir la pobreza, es necesario aumentar la
democracia. No hay otra vía”. Reiteró que la
democracia es también la única vía para derrotar el
terrorismo, si bien la miseria y el hambre generan
las condiciones para su existencia. “No hay
terrorismos buenos y malos, hay un solo
terrorismo, condenable, detestable y cobarde pero,
una vez más, sólo con más democracia se le puede
derrotar”.
Mencionó que, en lo que respecta a Venezuela, la
lucha contra el hambre representa un genuino intento
por poner las herramientas del desarrollo en manos de
las mayorías necesitadas: “Al pasar de la ayuda
alimentaria a la soberanía alimentaria, no nos estamos
limitando a alimentar a los pobres, sino que estamos
procurando que logren alimentarse por sí solos”.
El Ministro Pérez indicó que Venezuela es una ferviente
partidaria de la reforma de la Organización de las
Naciones Unidas; que apoya el multilateralismo y la
democracia participativa.
El Canciller señaló que, para lograr las llamadas Metas

104
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

del Milenio, Venezuela considera necesario que los


Estados que tienen los recursos hagan un esfuerzo
financiero a la altura del desafío. Informó que “nuestro
país ha invertido casi 2000 millones de dólares en
programas sociales en lo que va del año” y que “obtuvo
en fecha muy reciente un aporte del Fondo OPEP para
el Desarrollo Internacional destinado a combatir la
desertificación y la sequía”.
Finalmente, acotó que cincuenta y nueve años después
de creada la ONU, pareciera que se perdió el rumbo,
pues se constata que a menudo no se respeta la
voluntad de la Asamblea General. Añadió que “a causa
de ello, corremos el riesgo de sumir al mundo en una
guerra de mil años. Es tiempo de acabar con la
hipocresía que permite que algunas resoluciones se
cumplan y otras se ignoren”. Hizo un llamado a los
asistentes a ser valientes, y retomar los principios
originarios de esta Asamblea: “Si somos valientes
reconoceremos no sólo que otro mundo es posible,
sino que otro mundo es esencial para la humanidad”.
Terrorismo Internacional.
La República Bolivariana de Venezuela consignó, el 31
de mayo, el Informe sobre la situación y aplicación de
los Acuerdos Multilaterales, Regionales y Bilaterales
vigentes que se refieren al terrorismo internacional, de
acuerdo con la Declaración sobre Medidas para
Eliminar el Terrorismo Internacional, conforme a la
Resolución 49/60 del Consejo de Seguridad de la ONU
y tomando en consideración el párrafo 5 de la
Resolución 1269 (1999) del Consejo de Seguridad,
donde se pide a los Estados prestar especial atención a
la “necesidad de prevenir y combatir la amenaza que
las actividades terroristas representan para la paz y la
seguridad internacionales”.
El Grupo de Río, del que Venezuela forma parte, emitió
una Declaración el 28 de junio de 2004, durante la
sesión inaugural del Octavo Período de Sesiones del
Comité Especial sobre Medidas para la Eliminación del
Terrorismo Internacional, establecido en virtud de la
Resolución 51/210 de la Asamblea General, de fecha
17 de diciembre de 1996, relativa a la elaboración de
un proyecto de Convenio General sobre Terrorismo
Internacional. El texto de la Declaración reitera la
convicción del Grupo sobre la necesidad de definir y
ejecutar una estrategia global contra el terrorismo, de
defender las medidas 'contra-proliferación' y de
proseguir con las políticas eficaces de desarme.

105
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

AÑO: 2005 Posición de Venezuela.


Después de sesenta años de existencia, la
Organización de las Naciones Unidas evidencia la
necesidad de una modernización que conduzca a una
mayor democratización de su estructura y aumentar su
fortaleza para manejar de forma éxitosa y definitiva sus
problemas que son propios del nuevo orden mundial,
como lo son el Terrorismo, el narcotráfico y la
proliferación de armas de destrucción masiva; así como
otros que han sido endémicos desde hace mucho
tiempo, tal como es el caso del respeto al ser humano,
la defensa de las libertades, y la lucha contra la
pobreza y las epidemias.
La República Bolivariana de Venezuela respalda
ampliamente la reforma de la Organización con miras a
mejorar su eficiencia y eficacia para enfrentar con éxito
los retos vigentes. Entre su participación en la
discusión del tema cabe resaltar las enmarcadas dentro
de:

Informe del Grupo de Alto Nivel sobre las


Amenazas, los Desafíos y el Cambio.
En sesión Plenaria de la Asamblea General del 28 de
enero de 2005, la Misión Permanente de la República
Bolivariana de Venezuela en Nueva York fijó,
preliminarmente, la posición nacional respecto al
informe del Grupo de Alto Nivel, sobre las Amenazas,
los Desafíos y el Cambio. A tales efectos manifestó que
el país comparte en líneas generales las apreciaciones
formuladas por el Movimiento de los No Alineados
sobre el Contenido del Informe y agregó que cualquier
cambio que se produzca en las Naciones Unidas no
puede prescindir de la condición de igualdad en que
están todos los Estados Miembros de la Organización
y, en consecuencia, debe asegurar el respeto irrestricto
de la soberanía de éstos. Señaló, asimismo, que el
cambio propuesto debe comenzar por el rescate de las
competencias de la Asamblea General por ser éste el
órgano más democrático y representativo del Sistema;
transmitió el rechazo nacional al unilateralismo y el
compromiso con el multilateralismo por ser factor de
equilibrio mundial; expresó reservas respecto a la
Creación de la Comisión para la Consolidación de la
Paz y del Consejo o Grupo Asesor sobre Derechos
Humanos; enfatizó su preocupación por la creciente
injerencia del Consejo de Seguridad en materia de
Derechos Humanos; afirmó que las acciones que

106
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

desarrollan los pueblos para defenderse de una


invasión extranjera y lograr su autodeterminación y
real soberanía no pueden ser calificadas como
terrorismo; reiteró que la verdadera amenaza a la
seguridad y paz mundial es la acción depredadora del
sistema económico mundial, globalizador y neoliberal; y
finalmente, expresó que a juicio de la República
Bolivariana de Venezuela transformación que se
pretende depende de la apreciación y del significado
que se dé a los siguientes siete conceptos que son
claves para comprender el sentido del Informe del
Grupo de Alto Nivel: el terrorismo con los Estados
calificados como forajidos; la intervención humanitaria
con los Estados fallidos; los derechos Humanos con el
Desarrollo; el desarme con la no Proliferación; el SIDA
y el narcotráfico con el mundo en desarrollo; y el
desarrollo económico y social de los pueblos y
sociedades del sur.

Informe del Secretario General “un concepto más


amplio de libertad: desarrollo, seguridad y
Derechos Humanos para todos”.
El Doctor Fermín Toro Jiménez en Representación
Permanente de la República Bolivariana de Venezuela
en Nueva York adelantó, a través de sus intervenciones
en la Asamblea General, la posición nacional con
respecto a algunos de los temas contenidos en el
Informe del Secretario General. A tales efectos
manifestó rechazo al principio de la “responsabilidad de
proteger” toda vez que el mismo podría ser invocado
como excusa para tener injerencia en los asuntos
internos de los Estados; a la Comisión de
Consolidación de la Paz dado que esta podría atentar
contra la autodeterminación de los pueblos ; a la
creación del Fondo para la Democracia porque ello
sería el piso financiero de la Democracia cuyo objeto es
dividir la representación del Movimiento de los No
Alineados y el Grupo de los 77 + China; a la
constitución de un Consejo de Derechos Humanos más
reducido porque ello estaría en contraposición con la
aspiración de participación de todos los miembros en
un Comité de Derechos Humanos universalizado.
Particularmente en el debate realizado en la Reunión
Plenaria el 8 de abril de 2005, la Misión Nacional
expresó que las propuestas del secretario General “(…)
representan una nítida pretensión de convertir la
transformación de las Naciones Unidas en una

107
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

manipulación macropolítica, totalizadora del


unilateralismo de las potencias dominante, oligopolio de
la hegemonía mundial que pretende debilitar aún más a
esta Organización , sus principios, propósitos y razón
de ser, en aras de una desproporcionada,
desequilibrada y peligrosa concentración de poder en
el Consejo de Seguridad, que pretende legitimar los
poderes, que de facto, viene ejerciendo éste en
perjuicio de las funciones de la Asamblea General,
olvidando las facultades que a ésta competen en
materia de mantenimiento de la paz y seguridad
internacionales”.

Terrorismo.
Informe relativo al apartado A) del párrafo 10 de la
Declaración sobre Medidas para eliminar el
terrorismo Internacional.
En febrero de 2005, el Gobierno Nacional presentó
ante el Secretario General de la ONU el informe relativo
al apartado A) del párrafo 10 de la Declaración sobre
Medidas para eliminar el Terrorismo Internacional.
Dicho instrumento fue presentado en cumplimiento de
la Resolución 50/53 de la Asamblea General de la
ONU, mediante la cual se otorga mandato al Secretario
General para recopilar datos sobre el estado y
aplicación de acuerdos multilaterales, regionales y
bilaterales en materia de terrorismo internacional y se
le pide la elaboración de informes anuales sobre la
aplicación de la referida Declaración.

Operaciones de Mantenimiento de la Paz.


En sesión del Comité Especial de las Naciones Unidas
para Operaciones de Mantenimiento de la Paz, la
Representación Permanente en Nueva York, en la
persona del Doctor Fermín Toro Jiménez, fijó la
posición nacional al expresar que “no existe objeción
alguna sobre la Operación de Mantenimiento de la Paz
cuyo contenido y estricto objeto consiste en la
preservación de la paz… En cambio, nos produce
preocupación y nos mueve a desaprobación la
matriz de la nueva generación de las Operaciones
de Mantenimiento de la Paz concebidas para
atender las consecuencias posteriores a un
conflicto, que pretende envolver las tareas civiles
propias de la reconstrucción o refundación de los
estados envueltos en conflictos, que se califican como
estados fallidos o colapsados (…). Venezuela favorece

108
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

la prevención de los conflictos mediante la superación


de los graves problemas que fomentan la inestabilidad
y las situaciones conflictivas, debido a que una paz sin
desarrollo no durará ni permitirá la consolidación de
instituciones democráticas. Todas las decisiones en
materia de operaciones de Mantenimiento de la Paz
tienen que estar en consonancia con los principios
fundamentales del derecho internacional consagrado
en la Carta de las Naciones Unidas, es decir, el respeto
irrestricto a la soberanía, la no injerencia en los asuntos
internos y la autodeterminación de los pueblos”.

Apertura del 60º Periodo Ordinario de sesiones de


la Asamblea General.
El 60º Período Ordinario de las Sesiones de la
Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) se
inició el 14 de septiembre de 2005. El evento contó con
un Segmento de Alto Nivel, celebrado del 14 al 16 de
septiembre, donde los jefes de Estado y de Gobierno
examinaron los progresos realizados desde la
proclamación de la Declaración del Milenio aprobada
por todos los Estados miembros en el año 2000. Parte
de la preparación de esa Cumbre la constituyó el
Informe “Un concepto más amplio de libertad:
desarrollo, seguridad y Derechos Humanos para
todos”, presentado por el Secretario General de la
ONU, Kofi Annan, el 21 de marzo de 2005, el cual
contiene una propuesta de plan de reforma profunda
del Sistema de Naciones Unidas.

Dicho documento constituye, junto con el “Informe del


Grupo de Alto Nivel sobre Amenazas, los Desafíos y el
Cambio” y el Informe del Proyecto del Milenio
“Invirtiendo en el Desarrollo”, la base fundamental de la
propuesta para la transformación que tuvo lugar
puertas adentro de las Naciones Unidas, sin el
consenso de la mayoría de los Estados Miembros.

Al ciudadano Presidente de la República Bolivariana de


Venezuela, señor Hugo Chávez Frías, le correspondió
el derecho de palabra el día 15 de septiembre. En esa
oportunidad el Primer Mandatario resaltó la necesidad
que el debate sobre las Reformas de las naciones
Unidas se centre sobre la adopción de medidas para
enfrentar los verdaderos problemas que obstaculizan e
impiden el desarrollo; reiteró la posición nacional
favorable a la ampliación del Consejo de Seguridad en

109
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

sus dos categorías para, de esa manera, dar a conocer


a nuevos países, tanto desarrollados como en vías de
desarrollo; insistió en la necesidad de mejorar los
métodos de trabajo para aumentar la transparencia, el
respeto y la inclusión ; hizo hincapié en la eliminación
del derecho de veto por ser éste incompatible con la
igualdad y la democracia; insistió sobre la necesidad de
fortalecer el papel del secretario general y que sus
funciones políticas en el marco de la democracia
preventiva sean consolidadas; propuso el cambio de
sede de la Organización de las Naciones Unidas a una
ciudad del Sur, ya existente o a ser creada, que pudiera
estar donde se crucen varias fronteras o en un territorio
que simbolice al mundo; expresó su insatisfacción
por la forma como fue emitida la Declaración Final
del Segmento de Alto Nivel, documento que
denunció como irrito, nulo e ilegal por haber sido
aprobado en violación de la normativa de las
Naciones Unidas; y se refirió a las conquistas
económicas y sociales alcanzadas en el país por la
Revolución Bolivariana en apenas 7 años.

Posteriormente, durante su intervención en la


Asamblea General el 16 de septiembre el Ministro de
Relaciones Exteriores, Alí Rodríguez Araque, manifestó
que el análisis y elaboración de los documentos había
sido confinado a un pequeño grupo de 32 personas, y
luego a uno de 15 y que numerosas observaciones
formuladas habían sido eliminadas por un grupo aún
más reducido; y que el procedimiento utilizado era tan
grotesco que ni siquiera había sido permitido emitir
opinión favorable sobre aquellos aspectos del
documento con los cuales estamos de acuerdo.
AÑO: 2006 Posición de Venezuela.
El Ciudadano Presidente de la República Bolivariana
de Venezuela pronunció su intervención, en el marco
del Debate General, como sexto orador de la sesión del
día 20 de septiembre de 2006.
Durante su alocución en la Asamblea General, el
Presidente Hugo Chávez Frías denunció, una vez más,
la política hegemónica de los Estados Unidos, la cual
pretende desconocer las normas y principios del
Derecho Internacional que regulan la convivencia
pacífica entre las naciones. En tal sentido, el Jefe de
Estado venezolano abogó por la democratización de
las Naciones Unidas, haciendo especial énfasis en la
necesidad de reformar el Consejo de Seguridad, a

110
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

través de la ampliación del número de sus miembros y


la eliminación del veto. El Presidente Chávez propuso
nuevamente que el Consejo de Seguridad sea
ampliado en las categorías de miembros permanentes
y no permanentes.

Defensa de la tesis venezolana en mecanismos de


diálogo y concertación política.
La Viceministra María Pilar Hernández además de
liderar la delegación venezolana en dicha reunión,
coordinó y asesoró, de manera permanente, a los dos
equipos negociadores que participaron en las sesiones
del Comité Político y del Comité Económico y Social del
MNOAL, lo cual permitió la incorporación de las
propuestas sustantivas de Venezuela en varios temas,
incluyendo el respaldo del Movimiento al Gobierno del
Presidente Hugo Chávez, al Poder Electoral y a los
comicios de diciembre de 2006; la solicitud de
extradición del terrorista Luís Posada Carriles; y el
reconocimiento del derecho soberano a disponer de
nuestros recursos energéticos. Como un
reconocimiento de su liderazgo, Venezuela fue elegida
como Presidente del Comité de Asuntos Económicos y
Sociales.

Lucha contra el Terrorismo.


Venezuela presentó al Comité de las Naciones Unidas
contra el Terrorismo un amplio Informe, mediante el
cual se respondieron las interrogantes planteadas por
el mismo en la nota Nº S/AC.40/2005/MS/OC.502, de
fecha 29 de julio de 2005.
El referido Informe fue el resultado de una serie de
encuentros que tuvieron lugar en el Despacho para
América del Norte y Asuntos Multilaterales del
Ministerio del Poder Popular para Relaciones
Exteriores entre los meses de enero y mayo de 2006, y
en ellos se contó con la presencia de representantes de
diversos organismos de la Administración Pública
Nacional.
Venezuela remitió las correspondientes instrucciones
sobre la posición de nuestro país en el marco de la
Reunión Internacional de las Naciones Unidas en
Apoyo de la Paz entre Israel y Palestina, que se
efectuó en Viena, Austria, los días 27 y 28 de junio de
2006.
AÑO:2007 Posición de Venezuela.
El Señor Ministro del Poder Popular para Relaciones

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Exteriores, Nicolás Maduro Moros, realizó su


intervención el 2 de octubre de 2007, en el marco de la
XIV Sesión Plenaria. Las palabras del representante
venezolano estuvieron orientadas al papel dominante
de los Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo,
las falsas justificaciones para invadir y mantener
ocupado el territorio irakí, la pérdida de vidas humanas
y los daños materiales
causados por el deseo beligerante de los Estados
Unidos.
Al tiempo que realizó una comparación de lo
beneficioso que hubiese resultado para los pueblos del
mundo si los Estados Unidos en vez de incentivar e
invertir grandes sumas de dólares con motivos de
guerra, lo invirtieran para aliviar los grandes males que
padece la humanidad, tales como el hambre, el
analfabetismo, el acceso a la salud y los servicios
públicos.
De igual manera, realizó una reflexión acerca de las
consecuencias de una posible invasión estadounidense
a la República Islámica de Irán, toda vez que la
campaña mediática contra el pueblo iraní ha
aumentado. Asimismo, el Canciller Maduro exhortó y
destacó ante los altos mandatarios presentes en la
Asamblea General la necesidad de “ajustar los
mecanismos para encontrar el equilibrio, la paz y para
detener la locura de la guerra”, por lo que mencionó
que debe profundizarse el proceso de reforma de la
ONU, democratizarse el Consejo de Seguridad y
reforzar el papel político de la Secretaría General con el
objeto de alcanzar un sistema pluripolar.
Por otra parte, aprovechó la ocasión para “ratificarle al
Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, la
petición legal para que el terrorista Luís Posada
Carriles sea extraditado a Venezuela de acuerdo a las
leyes internacionales y sea juzgado por los crímenes
cometidos en América Latina y en el Caribe, contra
nuestros pueblos”.
En relación con el fortalecimiento de la democracia en
América, resaltó el avance de las fuerzas progresistas
en la región y los intentos de boicotear los procesos
pacíficos y democráticos que han emprendido pueblos
como los de Ecuador, Bolivia y Venezuela, que
valiéndose del derecho de la autodeterminación y la
soberanía han instaurado modelos de cambios
políticos, sociales y económicos en beneficio de sus
nacionales.

112
Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

Lucha contra el Terrorismo.


La Embajadora Alterna de Venezuela ante la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), Aura
Mahuampi Rodríguez, intervino en la Sexta Comisión
Tema: medidas para eliminar el terrorismo internacional
que se realizó el 11 de octubre de 2007 en Nueva York,
en la cual expresó
que la lucha contra el terrorismo es un elemento más
para lograr y preservar la paz internacional, y deberá
fortalecerse mediante acciones concretas para la
erradicación de la pobreza extrema, para promover el
desarrollo económico, social y ambientalmente
sustentable, garantizar el respeto de los derechos
humanos, así como el respeto de la diversidad cultural
y religiosa.
Indicó que la República manifiesta su firme voluntad
para luchar contra el terrorismo en todas sus
manifestaciones y formas, con acciones concretas a
nivel nacional e internacional. A nivel nacional,
Venezuela ha designado 3 tribunales de control y 2
cortes de apelación para conocer casos de terrorismo.
Igualmente, está actualmente en discusión y cercano a
su aprobación en la Asamblea Nacional un Proyecto de
Ley contra el Terrorismo. Estas acciones nacionales
fueron notificadas al Comité de Lucha contra el
Terrorismo en junio del 2006 y se enmarcan en el
cumplimiento de las disposiciones contenidas en la
Resolución 1373, adoptada por el Consejo de
Seguridad el 28 de septiembre de 2001. A nivel
internacional, la delegación de la República Bolivariana
de Venezuela señaló el importante papel que puede y
debe jugar el concierto de naciones en la lucha contra
el terrorismo. Primero, a través de la pronta adopción
de un instrumento jurídico internacional que sirva de
marco para combatir actos terroristas en todas sus
manifestaciones, dentro de las cuales no puede quedar
por fuera el terrorismo de Estado, cuya tipología
acarrea la negación del estado de derecho y de los
derechos humanos en los órdenes social, civil, político
y económico. Segundo, mediante una efectiva
cooperación internacional, que se avoque
principalmente a la prevención y castigo a los
culpables, antes que al uso de la fuerza para reprimir
tales delitos.
En tal sentido, señaló que en el marco de los trabajos
sobre el proyecto de Convenio General sobre el
Terrorismo Internacional resulta necesario obtener, en

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el corto plazo, un consenso sobre la definición que


habrá de dársele al término “terrorismo”, la cual deberá
ser equilibrada en sus parámetros, así como tener en
cuenta que no pueden ser calificadas como terroristas
las acciones tomadas por los pueblos, en ejercicio de
su derecho a la libre determinación, con motivo de las
luchas por su liberación de cualquier dominación
extranjera.
En ese sentido, Venezuela apoya plenamente la
Resolución 46/51 del 27 de enero de 1.992 y otras
Resoluciones relevantes de la Asamblea General. En el
contexto de la Resolución 1373 (2001), resulta
fundamental que la comunidad internacional cumpla
con su contenido, el cual ha declarado inadmisible la
concesión del refugio a quienes cometan actos
terroristas.
La República Bolivariana de Venezuela manifestó su
más firme y categórico rechazo a que las motivaciones
políticas sean consideradas como justificación para
estos actos o como causa para denegar o dilatar la
acción de la justicia contra estos criminales. En tal
sentido, Venezuela recordó que se encuentra a la
espera de una respuesta del Gobierno de los Estados
Unidos de América con relación a la solicitud de
extradición del terrorista Luís Posada Carriles,
responsable de la voladura del avión de la aerolínea
Cubana de Aviación, y de la muerte de 76 civiles
inocentes, el 6 de octubre de 1976. Consideró que
esta situación plantea una forma de excepción que
socava los esfuerzos de cooperación internacional en
la lucha contra el terrorismo en todas sus
manifestaciones y vulnera la legalidad internacional
resultante de los acuerdos multilaterales, regionales y
bilaterales relevantes en la materia, recordando que
existe un compromiso internacional para luchar contra
este flagelo y que dicho compromiso necesita actitudes
transparentes y acciones firmes de los Estados para
localizar, negar refugio y someter a justicia, a toda
persona que apoye, facilite, participe en la financiación,
planificación, preparación o comisión de actos
terroristas; tal y como se ha establecido en la
Resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad y en
la Resolución de la Asamblea General sobre la
Estrategia Global de las Naciones Unidas sobre el
Terrorismo.
AÑO: 2008 Posición de Venezuela.
El Representante Permanente de la República

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Bolivariana de Venezuela ante las Naciones Unidas,


embajador Jorge Valero, demandó el 28 de mayo de
2008, una vez más ante el Consejo de Seguridad
activar todos los mecanismos legales a su alcance,
para que Estados Unidos extradite a Venezuela al
terrorista internacional Luís Posada Carriles, requerido
por la justicia venezolana como responsable de
crímenes masivos por la explosión, en pleno vuelo, de
un avión cubano con 73 personas a bordo.
Insistió que es un imperativo por parte de los Estados
dar cumplimiento a las obligaciones jurídicas
internacionales y a las resoluciones de la ONU relativas
a la lucha contra el terrorismo y advirtió que cuando se
tolera el uso y abuso del terrorismo de Estado, al que
calificó delito de lesa humanidad, se afecta la
consolidación y promoción de la democracia, las
libertades de los pueblos y la paz.
El Embajador reafirmó la posición de Venezuela de
absoluta condena al terrorismo y reafirmó su
compromiso de combatirlo, en todas sus formas y
manifestaciones, con estricto apego al Derecho
Internacional, en particular, al Derecho Internacional de
los Derechos Humanos y al Derecho Internacional
Humanitario.
Aseguró que Venezuela ha sido absolutamente
consecuente con la Estrategia Global de Lucha contra
el terrorismo, que se adoptó en septiembre del 2006 en
la Asamblea General de Naciones Unidas, mediante la
Resolución 60/ 288 y recordó que el 28 de mayo del
2008 el Consejo Permanente de la Organización de los
Estados Americanos, por solicitud de Venezuela,
aprobó una Declaración sobre el fortalecimiento de la
Cooperación en la Lucha contra el Terrorismo y la
impunidad de sus perpetradores, con fundamento en la
resolución 1373 del Consejo de Seguridad.
AÑO 2009 Posición de Venezuela.
El 29 de noviembre de 2009, el Presidente Hugo
Chávez durante su intervención en la sesión plenaria
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en
Nueva York, denunció que "El pentágono está detrás
del golpe de Honduras". Recordó que el Gobierno de
Estados Unidos no ha reconocido que hubo un golpe
de Estado militar. Ahí hay una pugna entre el
departamento de Estado y el pentágono, el cual calificó
como la "Cueva imperial". Agregó: "el Pentágono no
quiere a Obama, no quiere cambios. Quieren dominar
al mundo con sus bases militares, sus amenazas, sus

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

bombas, sus soldados invasores". Afirmó que "los


militares norteamericanos, que están en Honduras,
sabían del golpe y apoyan a los militares de Honduras",
y dijo que eso representa una de las contradicciones
del mandatario Barak Obama. Dijo que poco antes de
iniciar su discurso conversó telefónicamente con el
presidente constitucional hondureño, Manuel Zelaya, y
lamentó la situación de violencia que han desatados las
acciones del Gobierno de facto.
AÑO 2010 Posición de Venezuela.
El 11 de mayo de 2010, la República Bolivariana de
Venezuela reiteró su solicitud al Consejo de Seguridad
de atender con urgencia el caso del terrorista
internacional Luis Posada Carriles, cuya extradición ha
demandado reiteradamente el gobierno venezolano a
las autoridades de Estados Unidos desde el año 2005,
para que responda por los crímenes de 73 personas
que perdieron la vida en la voladura de un avión de
Cubana de Aviación en 1976, en las costas de
Barbados. En 2005, recordó el Embajador, Venezuela
presentó el formal pedido de extradición de este
individuo al gobierno de los Estados Unidos basada en
tres instrumentos específicos: el Tratado de Extradición
entre los Estados Unidos y Venezuela, el Convenio
para la Represión de Actos Ilícitos contra la Seguridad
de la Aviación Civil, y el Convenio Internacional para la
Represión de los Atentados Terroristas cometidos con
bombas. Sólo después de los alardes del terrorista en
rueda de prensa en Miami, en 2005, el gobierno de los
Estados Unidos no tuvo más remedio que detenerlo, y
dos años después lo acusó por de fraude de
inmigración, pero no de asesinato y terrorismo. Señaló
que "una serie de dilaciones y entrabados jurídicos,
vienen escondiendo la posibilidad de juzgar a este
temible terrorista", circunstancia que empañan el
compromiso del Gobierno de Estados Unidos y su
promesa de luchar contra el terrorismo. Advirtió que
casos como el de Posada Carriles debilitan la
aplicación de las líneas de acción del Comité contra el
Terrorismo de las Naciones Unidas, cuya eficacia
puede verse comprometida cuando potencias
imperiales imponen privilegios y se exoneran de su
aplicación. Asimismo, el Embajador Valero aprovechó
su intervención ante el Consejo de Seguridad, para
sumar el clamor de Venezuela por la libertad de los
cinco héroes antiterroristas cubanos, presos en
cárceles de Estados Unidos desde hace once años.

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Venezuela considera que este terrible flagelo, por sus características propias,
contiene elementos que escapan del ámbito interno de los Estados considerados
individualmente, por lo que resulta importante insistir en la cooperación
internacional tal y como lo hace la resolución, expresada tanto en términos de
intercambio de información entre Estados y entre ellos y organizaciones
internacionales, como en la adopción en el plazo más pronto posible en el seno de
la ONU de un Convenio General sobre el Terrorismo Internacional por el Comité
Especial establecido en virtud d la Resolución 51/210 de la Asamblea General.

También es coadyuvante para el para el logro de este objetivo la pronta adopción


de un Convenio Internacional para la Represión de los Actos de Terrorismo
Nuclear.

Venezuela han expresado el más firme y decidido rechazo a cualquier práctica de


carácter terrorista, las cuales argumentando fines políticos buscan provocar un
estado de terror en la población.

El Estado venezolano, firme en su intención de cooperar con la comunidad


internacional para erradicar estas prácticas criminales está tomando las medidas
necesarias, tanto a nivel interno como internacional para el logro de este objetivo.

Es así, como nuestro país se hizo parte recientemente en dos de las más
importantes convenciones, como son el Convenio Internacional para la Represión
de Atentados terroristas con Bombas y el Convenio Internacional para la
Represión de la Financiación del Terrorismo.

Igualmente, la inminente adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al


Convenio sobre la Prevención y el Castigo de Delitos contra las Personas
Internacionalmente Protegidas, Inclusive los agentes Diplomáticos constituyen la

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Aproximación a la Posición de Venezuela en la ONU frente al tema del Terrorismo 2001-2010

prueba palpable del interés del Estado venezolano de luchar contra este terrible
flagelo.

Se debe insistir en la necesidad de contar con un instrumento multilateral sobre


Terrorismo internacional, que indudablemente constituirá la base jurídica tan
necesaria para una eficiente cooperación internacional, por lo que se saludan las
labores del Comité Especial, creado en 1.996, a los fines de elaborar un proyecto
de Convenio General sobre Terrorismo Internacional y sobre Actos de Terrorismo
Nuclear.

En el contexto de Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos, la CANZ,


Rusia, los Estados de la América Latina y el Caribe, a excepción de Cuba y
Venezuela consideran que no existe el Terrorismo de Estado; en cuanto a la
Autodeterminación de los pueblos, opinan que el tema ya está debidamente
regulado por las Normas del Derecho Internacional Humanitario existentes.
Además, favorecen el criterio que para lograr un acuerdo sobre el concepto de
Terrorismo se debe privilegiar en la finalidad del acto y no en la definición de los
autores.

En contra de la posición anterior, Venezuela (la Organización de la Conferencia


Islámica, así como Cuba, Sur África, Belarus, entre otros), cree que el logro de
una definición jurídica de Terrorismo es importante y determinante, así como la
inclusión de los objetivos y propósitos del acto mismo de Terrorismo: Además, se
debe señalar a los autores de tal acto incluidas las fuerzas militares de un Estado.

En primer término, cabe mencionar que el Derecho Humanitario Internacional está


constituido por un conjunto de reglas (Convenios de Ginebra de 1949 y sus
Protocolos, entre otros), que deben ser aplicadas por los Estados y los grupos
beligerantes mientras sean parte de un conflicto armado. En este escenario, los

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actos de violencia efectuadas por las partes en conflicto se encuentran


amparados bajo una legislación específica, la cual prevé los mecanismos de
control y las sanciones pertinentes para el caso de su incumplimiento.

Sin embargo, eventualmente pueden existir situaciones de conflicto en las que


participan las fuerzas armadas de un Estado y que por la naturaleza de las
mismas no pueden ser subsumidas en las normas del derecho internacional
humanitario, pues ellas constituyen conflictos de carácter interno (lo cual no impide
que puedan tener repercusión en el ámbito internacional) pero, que como todo
acto de violencia, genera pérdidas de vidas humanas y daños a los bienes y a la
economía de una Nación, siendo el caso que estas actuaciones “militares” no
pueden ser controladas ni están sancionadas, impidiendo en consecuencia,
persuadir a los Estados de su comisión.

Ahora bien es necesario mencionar que actualmente no existen disposiciones


expresas en el derecho internacional que favorezcan la inclusión de este tema en
el proyecto de convención bajo análisis, así como tampoco existe regulación
expresa de la actuación de las fuerzas armadas de un Estado en esas situaciones
que se hayan fuera del ámbito del derecho internacional humanitario, razón por la
cual en atención a los principios que inspiran el sistema de Naciones Unidas,
recogidos en su Carta fundacional, en especial a la promoción y mantenimiento de
la paz y la armonía en la convivencia internacional, a fin de insistir en la
consagración expresa como “acto terrorista” de todas las actuaciones de las
fuerzas armadas de un Estado, que debido a su naturaleza, no puede subsumirse
ni ampararse en las normas del Derecho Internacional Humanitario, como
mecanismo que permita garantizar la minimización del uso de la fuerza y de las
acciones militares entre los miembros de la comunidad internacional.

En este sentido, cabe destacar que el Terrorismo internacional desde sus orígenes
hasta su forma actual siempre ha estado vinculad a la existencia de regímenes
colonialistas, que pretenden imponer sus sistemas y valores sobre otras naciones.

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Esta visión ha estado presente desde sus inicios en el seno de las Naciones
Unidas, razón por la cual, dicha nación desde su nacimiento ha procurado dar
plena vigencia al derecho humano universalmente reconocido de la libre
autodeterminación de los pueblos.

Así, desde que la ONU se avocó al estudio del Terrorismo internacional como un
hecho que menoscaba e impide vivir dignamente a las naciones afectadas por ese
flagelo, siempre se mantuvo como causa fundamental del mismo el menoscabo o
privación del derecho a la autodeterminación que sufrían algunos pueblos del
mundo, por ello, es importante que este proyecto de convención reconozca tanto
el Derecho humano en referencia como su nexo con el Terrorismo internacional y
así permitir, que no sólo pueda enfrentarse el problema de la violencia desde un
punto de vista represivo, sino que además puedan en un futuro nuevos
mecanismos que propendan a su eliminación mediante la subsanación de las
razones o motivos que lo causan.

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Conclusiones y Recomendaciones:

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