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político
Ingeniería genética como perpetuador de grupos de poder
Introducción
¿Qué pasaría si los grupos de poder utilizaran esta tecnología a su favor, con el
fin de perpetuar su poder a través del tiempo?
1
la sociedad actual
2
http://www.bioceres.com.ar/web/informacion-de-interes/que-es-la-biotecnologia/
¿Es posible que un grupo de poder logre perpetuarse en posición social y tiempo
modificando ciertos rasgos hereditarios, a nivel genético? Si nos hayamos inserto
en una sociedad que valoriza mucho las características o potencialidades que un
sujeto pueda llegar a desarrollar, tales como ser buen deportista, un pintor
vanguardista, matemático innato y muchos ejemplos mas que uno ve como
“referente” o ideal de persona exitosa, es muy probable que se aspire a modificar
las características genéticas con tal de tener los patrones físicos o sicológicos que
son símbolo de éxito. Si estas cualidades hacen “competente”, de cierta manera, a
toda gente que las posea, les será más fácil acceder a puestos que valoricen
aquellas capacidades. Y tanto el poder político como económico requieren de sus
influencias para perpetuarlo.
Ahora, bien sabemos que el poder político encuentra también su expresión o símil
en el poder económico y viceversa. “La tendencia social objetiva de la época se
encarna en las oscuras intenciones de los poderosos sectores de la Industria:
Acero, Petróleo, Electricidad y Química3”. Entonces, un grupo de poder, si quiere
perpetuar su poder o su permanencia a través del tiempo tendrá que influir en
quienes sigue controlando, con tal de que estos últimos legitimen su permanencia
en el poder, en caso de encontrarse en el aparato político. Por otro lado, los
grupos de poder económico intentaran perpetuar su poder, muchas veces,
expresándose a través de grupos con poder político para legislar por aquellas
condiciones que les garantice su permanencia en el tiempo. Se compartirá,
entonces, el hecho de que el grupo que quiere perpetuar su poder necesitara
controlar al “hecho” que los legitime.
Esto se vería así: Grupo de poder económico influirá en grupo de poder político
para perpetuarse el que, a su vez, influirá en el pueblo para legitimarse, es decir,
para perpetuarse. Si ambos grupos de poder están en un mismo escalón o
peldaño, quienes están por debajo es el pueblo. Por ende tenderán a controlar a
estos para legitimarse ambos. “El dominio totalitario dependía de la capacidad de
un régimen para monopolizar la información4.” La manera en que pueden hacerlo
es a través de la creación de una identidad única mediante los medios de
comunicación, usados como medios de control de masas, es decir, la industria
cultural seria quien se ocupara de ese rol. Dicho lo anterior, ahora es más
esclarecedor el hecho de que es la misma elite la que termina monopolizando la
industria cultura, además del fin que la motiva a hacerlo.
3
Horkheimer, Max y Adorno, Theodor. 1947. Dialéctica de la ilustración. La industria Cultural. Pág.
167
4
Horkheimer, Max y Adorno, Theodor. 1947. Dialéctica de la ilustración. La industria Cultural. Pág.
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El grupo de poder dominante, que buscara influir en el pueblo para legitimarse,
hará que dicha influencia se exprese eficazmente “en la omnipresencia del
estereotipo impuesta por la técnica que en las añejas ideologías, a las que deben
representar los efímeros contenidos5”. Será esto mismo entonces lo que provocara
que los “extremos que se tocan quedan diluidos en una confusa identidad, lo
universal puede sustituir a lo particular, y viceversa… el concepto de estilo
autentico se revela en la industria cultural como equivalente estético del dominio 6”.
Será la construcción del estereotipo, o de identidad única, que obligue a los
sujetos a reconocerse entre si por poseer características en común, es posible
porque “los seres humanos son criaturas culturales en un grado mucho mayor y
aprenden a comportarse a partir de leyes, costumbres, tradiciones y otras
influencias que no son naturales, si no construidas socialmente7”.
El Estado tendría dos opciones validas y factibles para corregir lo anterior. O bien,
podrá fijar un control de precios sobre el mercado biotecnológico, regulando el
acceso al servicio a través del dinero pero, por otro lado, asegurando la
competitividad entre las empresas del rubro, mas aun, si el estado tuviese en sus
manos al menos una empresa del mismo rubro y que prestara los mismos
servicios.
Como segunda opción esta el hecho de que el Estado tuviera que monopolizar el
área científica orientada a “ingeniería genética”, para así asegurar un control total
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En relación a los matices que consideremos como beneficiosos para nuestra sociedad.
de su funcionamiento, esto es, la prestación de servicios y todo lo relacionado con
las investigaciones científicas que se realicen en ese campo.
Ver al Estado tener control sobre los precios del mercado nacional provocaría
cambios políticos importantes, mas aun, cuando nos encontramos en un periodo
donde la economía de libre mercado esta globalizada y que, justamente, aboga
por menos control del estado y mas libertad en los mercados, además de la
democracia liberal que, según Fukuyama, “ha aparecido como el único sistema
político viable y legitimo para las sociedades modernas porque evita cualquier
extremo y adecua la política a las normas de justicia generadas históricamente,
sin interferir de manera excesiva en los patrones naturales de conducta 16”. No
obstante, las repercusiones de esto abogan por un fin último, que va más allá de lo
monetario del asunto.
16
Fukuyama, Francis. 2002. “El fin del Hombre”, Pagina 34.
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Parafraseo a Forest Gump.
“tema político” con gran trascendencia en nuestra sociedad, sea aplicado de
acuerdo al “bien común” fijado por el pueblo, puesto que “desafiarían nociones tan
apreciadas como la igualdad humana y la capacidad de elección moral… lo que
configura en pocas palabras la identidad humana”. Lo importante es reconocer
que no se trata tan solo de un desafío ético, sino también político18”.
Es la manera más humana y responsable, como seres gregarios y pensantes que
somos, que tenemos para tomar decisiones que, en sus resultados, repercutirán
directamente en nuestra trascendencia: nuestra descendencia.
18
Fukuyama, Francis. 2002. “El fin del Hombre”, Pagina 38.