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Biotecnología como medio de legitimación de poder

político
Ingeniería genética como perpetuador de grupos de poder

Alumno: Carlos Segovia C.

Profesor: Raúl Campusano


Fecha: 28 de abril de 2011

Introducción

En tiempos donde la tecnología y la ciencia avanzan a pasos de


gigante y la paz es, a ratos, algo incierta, tiene aposento nuestra sociedad. Las
guerras de ideologías han cesado momentáneamente, o al menos así se nos
muestra. “Los controladores comprendieron que la fuerza no servia de nada…
había que seducir a la gente en lugar de forzarla a vivir en una sociedad1”. Es el
siglo XXI, el siglo de las comunicaciones, el protagonista de una serie de cambios
y avances que apuntan hacia diferentes direcciones, como lo son los adelantos
científicos. Y son estos tipos de cambios los que van moldeando poco a poco los
aspectos de nuestra sociedad. Uno de estos adelantos que podría provocar
grandes cambios en nuestro funcionamiento político y social es la aparición de la
biotecnología y que no debe sernos indiferente por ninguna manera. Más aun, si
algo hemos aprendido de nuestra propia historia, en que grandes inventos creados
por mentes humanas han buscado, en su principio, hacer un bien a la humanidad,
pero han terminado siendo usadas contra nosotros mismos, dándole un fin
negativo.

Según la definición del diccionario de la Real Academia Española, la biotecnología


es, técnicamente hablando, el “empleo de células vivas para la obtención y mejora
de productos útiles, como los alimentos y los medicamentos 2”. El hecho de usar la
biotecnología favor de modificar genéticamente todo organismo, con el fin de
adaptarlo a nuestros requerimientos, por ejemplo, manipular alimentos para
hacerlos más perdurables en el tiempo, o darles características físicas mas
llamativas o hacerlos resistentes para con el mismo medio, nos obliga a ponernos
en la perspectiva del que ocurriría si esta tecnología fuese usada a favor o en
contra de nosotros, los seres humanos.

Ahora, si matizamos y ahondamos más en el tema, nos daremos cuenta que la


biotecnología, expresada en ingeniería genética, es capaz de jugar con la ciencia
para modificar o quitar caracteres humanos, sean físicos, sexuales o sicológicos,
que hasta ese entonces eran producto del azar natural.

¿Qué pasaría si los grupos de poder utilizaran esta tecnología a su favor, con el
fin de perpetuar su poder a través del tiempo?

No es exagerado pensar que la elite gobernante pudiese usar su poder o


influencias con el fin de perpetuar a su grupo, es decir, familias determinadas con
un poder determinado, a través del tiempo usando este tipo de tecnología.

1
la sociedad actual
2
http://www.bioceres.com.ar/web/informacion-de-interes/que-es-la-biotecnologia/
¿Es posible que un grupo de poder logre perpetuarse en posición social y tiempo
modificando ciertos rasgos hereditarios, a nivel genético? Si nos hayamos inserto
en una sociedad que valoriza mucho las características o potencialidades que un
sujeto pueda llegar a desarrollar, tales como ser buen deportista, un pintor
vanguardista, matemático innato y muchos ejemplos mas que uno ve como
“referente” o ideal de persona exitosa, es muy probable que se aspire a modificar
las características genéticas con tal de tener los patrones físicos o sicológicos que
son símbolo de éxito. Si estas cualidades hacen “competente”, de cierta manera, a
toda gente que las posea, les será más fácil acceder a puestos que valoricen
aquellas capacidades. Y tanto el poder político como económico requieren de sus
influencias para perpetuarlo.

Ahora, bien sabemos que el poder político encuentra también su expresión o símil
en el poder económico y viceversa. “La tendencia social objetiva de la época se
encarna en las oscuras intenciones de los poderosos sectores de la Industria:
Acero, Petróleo, Electricidad y Química3”. Entonces, un grupo de poder, si quiere
perpetuar su poder o su permanencia a través del tiempo tendrá que influir en
quienes sigue controlando, con tal de que estos últimos legitimen su permanencia
en el poder, en caso de encontrarse en el aparato político. Por otro lado, los
grupos de poder económico intentaran perpetuar su poder, muchas veces,
expresándose a través de grupos con poder político para legislar por aquellas
condiciones que les garantice su permanencia en el tiempo. Se compartirá,
entonces, el hecho de que el grupo que quiere perpetuar su poder necesitara
controlar al “hecho” que los legitime.

Esto se vería así: Grupo de poder económico influirá en grupo de poder político
para perpetuarse el que, a su vez, influirá en el pueblo para legitimarse, es decir,
para perpetuarse. Si ambos grupos de poder están en un mismo escalón o
peldaño, quienes están por debajo es el pueblo. Por ende tenderán a controlar a
estos para legitimarse ambos. “El dominio totalitario dependía de la capacidad de
un régimen para monopolizar la información4.” La manera en que pueden hacerlo
es a través de la creación de una identidad única mediante los medios de
comunicación, usados como medios de control de masas, es decir, la industria
cultural seria quien se ocupara de ese rol. Dicho lo anterior, ahora es más
esclarecedor el hecho de que es la misma elite la que termina monopolizando la
industria cultura, además del fin que la motiva a hacerlo.

3
Horkheimer, Max y Adorno, Theodor. 1947. Dialéctica de la ilustración. La industria Cultural. Pág.
167
4
Horkheimer, Max y Adorno, Theodor. 1947. Dialéctica de la ilustración. La industria Cultural. Pág.
19
El grupo de poder dominante, que buscara influir en el pueblo para legitimarse,
hará que dicha influencia se exprese eficazmente “en la omnipresencia del
estereotipo impuesta por la técnica que en las añejas ideologías, a las que deben
representar los efímeros contenidos5”. Será esto mismo entonces lo que provocara
que los “extremos que se tocan quedan diluidos en una confusa identidad, lo
universal puede sustituir a lo particular, y viceversa… el concepto de estilo
autentico se revela en la industria cultural como equivalente estético del dominio 6”.
Será la construcción del estereotipo, o de identidad única, que obligue a los
sujetos a reconocerse entre si por poseer características en común, es posible
porque “los seres humanos son criaturas culturales en un grado mucho mayor y
aprenden a comportarse a partir de leyes, costumbres, tradiciones y otras
influencias que no son naturales, si no construidas socialmente7”.

En este mismo contexto, en pleno desarrollo de la ingeniería genética, “los ricos


seleccionaran los embriones antes de su implantación para optimizar la naturaleza
de los hijos que van a tener. Habría una extracción social por su aspecto o
apariencia y su inteligencia, si alguien no esta a la altura de las expectativas
sociales8”. “La modificación genética equivale a hacer a un hijo un tatuaje del que
jamás podrá desprenderse y que tendrá que transmitir no solo a sus vástagos,
sino a todos sus descendientes9”. Es decir, si los padres decidieran tener hijos en
úteros humanos o artificiales y, con ello, la opción de elegir “X” característica para
sus hijos, es muy probable que su decisión sea influenciada por la moda impuesta
por la publicidad, ósea, habrán características físicas o sicológicas que serán
“mediatizadas” o establecidas por los medios de comunicación. Además, como
reconoce Fukuyama, “una tendencia cultural” también puede influir en los padres.
Y estos, al tener la responsabilidad de decidir por sus hijos, están al mismo tiempo
negándole a estos la real posibilidad de tener la libertad de escoger o de aceptar
características tanto físicas como sicológicas con las que se haya dotado al sujeto
producto del azar natural.

Reforzando esto veríamos una publicidad desmedida, por medio de la industria


cultural, a favor de estereotipo impuesto por el grupo de poder político o
5
Horkheimer, Max y Adorno, Theodor. 1947. Dialéctica de la ilustración. La industria Cultural. Pág.
181
6
Horkheimer, Max y Adorno, Theodor. 1947. Dialéctica de la ilustración. La industria Cultural. Pág.
174
7
Fukuyama, Francis. 2002. “El fin del Hombre”, Pagina 46
8
Fukuyama, Francis. 2002. “El fin del Hombre”, Pág. 26
9
Fukuyama, Francis. 2002. “El fin del Hombre”, Pág. 158
económico. Como ejemplo podríamos mencionar el hecho de la existencia, en una
sociedad “X”, de ciertos rasgos físicos que serán los de modas, cuando la
ingeniería genética sea un hecho palpable. El “ideal” de lo estético será impuesto
por la industria cultural y, será con ello, la fiel representación del grupo de poder
económico que lo monopolizo. Todo esto con el fin de legitimar, mediante la
“persuasión” el poder político de un grupo de poder sea económico o político.

Estado como ente regulador: aplicación de la ingeniería genética en la


sociedad

En los actuales regimenes políticos 10 recaerá la responsabilidad de


discernir cual será la postura de la sociedad frente a la integración y posterior uso
de la biotecnología a nuestras vidas. Los gobernantes, de querer perpetuar el
espíritu y la libre participación democrática, deberán promover, haciendo uso de
sus posiciones, todo mecanismo político que tenga por objetivo matizar este tema
“político”. Lo anterior, dará origen a un proceso político que tiene como fin ultimo el
de fijar posiciones o visiones de mundo que se contra posicionaran y enfrentaran
con otras. La síntesis resultante del anterior proceso político nos dará la “visión de
sociedad”, caracterizada por satisfacer, en mayor o menor grado, todas las
visiones de mundo contrapuestas que la conforman.

La percepción final que tendrá el pueblo respecto al tema de la ingeniería genética


podrá ser canalizado mediante la “opinión publica (no la de sondeos) 11“. Lo
descrito anteriormente seria una alternativa viable para dirimir el conflicto. Acá no
se trata de conciliar posiciones políticas entre los partidos políticos12 respecto a su
visión del tema.

La trascendencia o repercusión que esta “arista de la biotecnología13” podría tener


en nuestras vidas es motivo suficiente en si mismo para que la gente dirima,
mediante mecanismos políticos como los foros, asambleas y el uso, por parte del
Estado, de medios de comunicación que aboguen por una libre difusión de
información14, la posición que tendrán con respecto a esta.

Ahora, si el pueblo, mediante la opinión pública, expresara que acepta la


integración de esta arista a nuestras vidas, hay que buscar el medio para aplicarla
10
democracias con sistemas económicos neoliberales.
11
como canalizador de la expresión del pueblo: uso de medios de comunicación masivos para
darlos a conocer al espacio público.
12
este tipo de temas con gran relevancia social, como la biotecnología y sus implicancias, debiese
ser abordado por el pueblo directamente y no por partidos políticos como mero tramite legislativo.
13
la ingeniería genética.
14
para los distintos sectores que tengan una visión en particular por el tema.
a la sociedad. La figura del Estado es la que aparece con el poder político capaz
de poder articular y aplicar lo que consideramos bueno de la ingeniería genética.
Nuestro veredicto seria expresado a través del Estado.

Actualmente nos encontramos frente a un escenario donde el Estado esta siendo


poco a poco reducido en su poder, y lo que hay de este, es usado como un medio
articulador para la clase política dirigente, generalmente, expresión misma de los
grupos económicos mas poderosos, en sentido monetario, de un país.

Por eso mismo, el tema de la biotecnología, más específicamente, la repercusión


de la ingeniería genética en nuestras vidas traería consigo cambios políticos
importantes, puesto que tienen trascendencia social, cultural, educacional, etc.
para la sociedad.

Es mas, el simple hecho de “regular” todo lo que implica la ingeniería genética en


nuestras vidas, nos llevara a dotar al Estado, en algún momento, de más poder.
Supongamos que la ingeniería genética se adaptara a nuestra sociedad. Hay que
regularla de acuerdo a lo que se exprese como “óptimo o ideal”15. Como primera
variable y, quizás, la mas importante, esta el hecho de quien proveerá la ingeniería
genética como tal y los costos económicos que esto implica.

Si el “costo” es el acceso al servicio, perfectamente se puede elevar o disminuir el


valor de este para sesgar a los posibles “compradores”, es decir, elegir o
determinar que grueso de la población puede acceder a los servicios usando como
variable de selección el dinero.

• Si se usara un “bajo costo” del servicio, habría más posibilidades de que


mas personas tuviesen la posibilidad de pagarlo. Si es el pueblo el que,
mediante el Estado, esta regulando el “tema político” lo lógico sería
establecer, en este ejemplo puntual, un precio que seria beneficioso para
las partes representadas en el Estado.

• Si se usara un “costo elevado” del servicio, solo podrían pagarlo aquellas


personas que tuviesen “ingresos elevados”. Es decir, los beneficiados de la
ingeniería genética serian aquellos que tuviesen más dinero.

El Estado tendría dos opciones validas y factibles para corregir lo anterior. O bien,
podrá fijar un control de precios sobre el mercado biotecnológico, regulando el
acceso al servicio a través del dinero pero, por otro lado, asegurando la
competitividad entre las empresas del rubro, mas aun, si el estado tuviese en sus
manos al menos una empresa del mismo rubro y que prestara los mismos
servicios.

Como segunda opción esta el hecho de que el Estado tuviera que monopolizar el
área científica orientada a “ingeniería genética”, para así asegurar un control total
15
En relación a los matices que consideremos como beneficiosos para nuestra sociedad.
de su funcionamiento, esto es, la prestación de servicios y todo lo relacionado con
las investigaciones científicas que se realicen en ese campo.

Ver al Estado tener control sobre los precios del mercado nacional provocaría
cambios políticos importantes, mas aun, cuando nos encontramos en un periodo
donde la economía de libre mercado esta globalizada y que, justamente, aboga
por menos control del estado y mas libertad en los mercados, además de la
democracia liberal que, según Fukuyama, “ha aparecido como el único sistema
político viable y legitimo para las sociedades modernas porque evita cualquier
extremo y adecua la política a las normas de justicia generadas históricamente,
sin interferir de manera excesiva en los patrones naturales de conducta 16”. No
obstante, las repercusiones de esto abogan por un fin último, que va más allá de lo
monetario del asunto.

Hemos considerado todo el escenario anterior como hipotético ante la “posible


opción” de insertar en nuestra sociedad la ingeniería genética en caso de
aceptarse como buena. No obstante, y dentro del proceso político que se tiene
que llevar a cabo para obtener la síntesis o “el optimo” que el pueblo desee,
también esta la opción de no integrarla a nuestra sociedad. Y perfectamente
puede prevalecer como decisión del pueblo. De ser así, habría sopesado la
protección al sentido mismo de ser humanos: la protección al azar mismo del que
somos presos toda la vida. Y es ese mismo azar el que, en definitiva, hace que la
vida para uno sea siempre una “caja de bombones, donde uno nunca sabe cual le
va a tocar17”. Es esto lo que le da sentido a la existencia humana. Y si uno quiere
manipular eso, alterando rasgos físicos o sicológicos para beneficio propio,
“haciendo trampa”, por así decirlo, mataríamos aquel sentido o status que nos
caracteriza

Finalmente me resta decir que, si llegase en algún momento a darse un escenario


semejante, y se opta por integrar a nuestra sociedad una serie de elementos que
pueden provocar cambios profundos en su consistencia, hay que velar que este

16
Fukuyama, Francis. 2002. “El fin del Hombre”, Pagina 34.
17
Parafraseo a Forest Gump.
“tema político” con gran trascendencia en nuestra sociedad, sea aplicado de
acuerdo al “bien común” fijado por el pueblo, puesto que “desafiarían nociones tan
apreciadas como la igualdad humana y la capacidad de elección moral… lo que
configura en pocas palabras la identidad humana”. Lo importante es reconocer
que no se trata tan solo de un desafío ético, sino también político18”.
Es la manera más humana y responsable, como seres gregarios y pensantes que
somos, que tenemos para tomar decisiones que, en sus resultados, repercutirán
directamente en nuestra trascendencia: nuestra descendencia.

18
Fukuyama, Francis. 2002. “El fin del Hombre”, Pagina 38.

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