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JULIO RODRÍGUEZ BERRIZBEITIA

MITOS Y REALIDADES DE LA LLAMADA


TEORÍA DEL LEVANTAMIENTO
DEL VELO CORPORATIVO
Julio Rodríguez Berrizbeitia *

SUMARIO

Introducción. 1.- Necesidad de mantener el concepto de personalidad jurídica.


2.- Factibilidaddeelaborarunabaseconceptualdelateoríadellevantamientodel
velosocietario.3.-Elrecursosalosgruposdecasos.4.-Algunasreflexionesfuturas
amaneradeconclusión.5.-Bibliografía

* Profesor de Derecho Mercantil en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica An-


drés Bello.

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JULIO RODRÍGUEZ BERRIZBEITIA

MITOS Y REALIDADES DE LA LLAMADA TEORÍA


DEL LEVANTAMIENTO DEL VELO CORPORATIVO

INTRODUCCIÓN

¿Constituye la llamada teoría del levantamiento del velo corporativo


un mero expediente lingüístico? la respuesta parece no ser sencilla, no obstan-
te, nos coloca ante la necesidad de dar respuesta a problemas que pese a ser
ignorados –en la consideración jurisprudencial del tema– constituyen ele-
mentos esenciales a la hora de mantener una teoría como la que nos ocupa.
Si en nuestro análisis partiéramos de la consideración de la personalidad
jurídica como algo real siempre tendríamos que responder a la cuestión
relativa a encontrar un criterio rector que nos permita levantar el velo sola-
mente en aquellos casos en los cuales pareciera o que no hay otras solucio-
nes legales o que ante la falta de las mismas el mantenimiento del llamado
hermetismo de la personalidad podría provocar una situación injusta.
En tal sentido es totalmente pertinente el referirnos a la opinión de
Capilla citado por Carmen Boldó Roda: “Se acaba hablando de que la jus-
tificación de este proceder excepcional se encuentra en la necesidad de
impedir resultados inicuos e injustos, con lo cual se dejaría en manos de
cada juzgador la decisión de levantar o no el velo en cada supuesto”.1
Al final del día el carácter excepcional de esta técnica jurisprudencial
pone sobre el tapete –si queremos esforzarnos en dar a nuestra sociedad
algún grado de seguridad jurídica– la necesidad de acudir primero al reper-
torio legal existente. En este orden de ideas es clarificador el comentario de
Boldó Roda: “sobre la necesidad de evitar que una doctrina de desestima-
ción, presentada como nueva, venga a descartar la utilización de las figuras
tradicionales de amparo de la aplicación correcta de las instituciones jurí-
dicas según su concepto y fin”.2

1
Boldó Roda, Carmen: “Levantamiento del Velo y Persona Jurídica en el Derecho Privado
Español”, Aranzadi, 3era. Edición, Navarra, 2.000, Pág. 303
2
Boldó Roda, Ob. Cit. Págs. 306 y 307

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La discusión sobre este tema no está exenta de consideraciones socia-


les. Ya Serick advertía en su famosa obra: “Apariencia y Realidad en las
sociedades Mercantiles”que durante la época nacional socialista círculos
más extremados han señalado que “en vista de la evolución jurídica que
pone en lugar destacado el valor de la claridad y de la compenetración con
el pueblo, debe probarse sí la sutil separación entre la sociedad y los socios
todavía puede ser mantenida”.3 La “teoría” que con tanto entusiasmo ha
ido ganando terreno en nuestra jurisprudencia siguiendo ejemplos como el
español, ha venido adoleciendo de algunos de los mismos males puestos ya
de relieve desde la traducción al español de la obra de Serick en el clásico
prólogo de la misma realizado por Antonio Polo. En tal sentido leemos:
“Censura Serick por excesivamente vagas e imprecisas las fórmulas tan
reiteradas en virtud de las cuales la jurisprudencia germana se ha atrevido a
“penetrar” hasta el último sustrato de la persona jurídica. Los conceptos de
buena fe, la conciencia popular dominante, la realidad de la vida, la fuerza
o el poder de los hechos , la naturaleza de las cosas o las exigencia o las
necesidades económicas, son conceptos que si bien han servido para resol-
ver en equidad casos aislados, no pueden por su excesiva vaguedad, elevar-
se a la categoría de principios dogmáticos, que al mismo tiempo que nos
protegen contra los posibles abusos, cumplan con aquellas condiciones
mínimas exigidas por la seguridad jurídica”.4
En la materia que nos ocupa el autor español Ricardo de Ángel Yagüez
comentando la jurisprudencia española ha señalado: “No parece imperti-
nente preguntarse si la doctrina del levantamiento del velo no es sino un
exotismo innecesario, habida cuenta que la dogmática jurídica y los
ordenamientos positivos europeos-occidentales brindan al juzgador, con-
ceptos e instrumentos jurídicos bastantes para adoptar soluciones como las
que el levantamiento del velo puede ofrecer. Nociones jurídicas básicas
como son la del fraude a la ley, o la del fraude de acreedores, o la del abuso
del derecho o la de equidad, o en fin la de buena fe (en el sentido de canon
de comportamiento en el ejercicio de los derechos), se presentan, en efecto,
como resortes jurídicos adecuados para solventar muchos de los problemas

3
Serick, Rolf: “Apariencia y Realidad en las Sociedades Mercantiles, Ariel, Barcelona,
1958, Pág. 43
4
Serick, Ob. Cit. Pág. 13.

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que, quizás con una excesiva inclinación a lo nuevo, dicen resolverse me-
diante el recurso a la técnica del levantamiento del velo”.5
El mismo autor que acabamos de mencionar muestra su preocupación
ante lo que parece una operación mecánica que la jurisprudencia activa
cuando se encuentra en frente de conceptos tales como: buena fe, equidad,
ejercicio antisocial del derecho, fraude, etc.
En este tema la doctrina venezolana no ha sido menos crítica. Solo a
manera de ejemplo y pidiendo disculpas a los colegas no mencionados po-
demos citar las siguientes opiniones:
José Antonio Muci Borjas en su libro “El Abuso de la Forma societaria”
expresa: “…. la incorporación de la doctrina del levantamiento del velo
corporativo a nuestro derecho, a través de la Sala Constitucional del Tribu-
nal Supremo de Justicia, ha venido siendo realizada sin mayor rigor cientí-
fico”.6
Alfredo Morles suscribe la misma opinión en sus comentarios a la obra
de Muci contenidos en la última edición de su curso de Derecho Mercantil
sobre las sociedades Mercantiles.7
Los comentarios de Muci acerca de la Sentencia de la Sala Constitu-
cional dictada el 5 de octubre de 2001 son ilustrativos acerca del estado de
la doctrina en Venezuela con respecto al tema en análisis. En efecto el pro-
fesor Muci señala aspectos de la sentencia vinculados a:

1.- No se enseña –en la sentencia– en que consiste el levantamiento del


velo.

2.- Se da un tratamiento pluralizado a expresiones de una misma teoría.

3.- Se guarda silencio sobre los “fundamentos de derecho en que des-


cansa la teoría del levantamiento del velo”.

4.- Se hace un uso inadecuado de la equidad en el derecho venezolano.

5
De Ángel, Yagüez, Ricardo: “La Doctrina del Levantamiento del Velo de la persona jurídi-
ca en la jurisprudencia”, 4ta. Edición, Civitas, Madrid, 1977, Pág. 65.
6
Muci Borjas, José Antonio: “El Abuso de la forma Societaria”, Editorial Sherwood, Cara-
cas, 2005, Pág. 43.
7
Morles Hernández, Alfredo: “Curso de Derecho Mercantil, Las Sociedades Mercantiles,
Tomo II, Universidad Católica Andrés Bello, 7ma. Edición, Caracas, 2004, Pág. 888.

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5.- No se lleva hasta las últimas consecuencias la constatación de un


fraude a la ley (anulación del negocio jurídico).

6.- No se recurrió a la “simulación” que pareciera ser el remedio legal


procedente.8

En un artículo titulado “La Denominada Doctrina del Levantamiento


del Velo por Abuso de la Personalidad Jurídica”, el Dr. Hung Vaillant en-
cuentra que en algunas de nuestras decisiones judiciales relativas al levan-
tamiento del velo existen estos elementos:

1.- Se ignora la subsidiariedad del concepto ya que en algunos casos su


utilización era innecesaria.9

2.- En la sentencia del 18 de abril de 2001 de la Sala Constitucional se


aprecia, en opinión del autor que citamos, “excesos expresivos que pueden
aparecer como graves inexactitudes conceptuales.”10

3.- Como conclusión general señala Hung: “Después de más de cua-


renta y seis años, y no obstante, la cantidad de análisis realizados por la
doctrina y la jurisprudencia acerca del tema del levantamiento del velo,
parece que el avance real ha sido escaso a partir de las formulaciones de
Serick. Dada la impresión de que, salvo el deseo de un mayor número de
autores y de jueces en declarar, en caso concretos, el desconocimiento de la
personalidad jurídica, todavía continuamos en esa zona nebulosa de falta
de determinación de directrices objetivas que nos indiquen en forma indu-
bitable, cuando debe el órgano jurisdiccional romper el principio del her-
metismo de la personalidad jurídica de las sociedades”.11

Marisol Sarria por su parte ha expresado: “….la aplicación de la doctrina


jurisprudencial del levantamiento del velo societario por los tribunales

8
Muci Borjas, Ob. Cit., Págs. 33 y ss.
9
Hung Vaillant, Francisco: “La denominada doctrina del levantamiento del velo por abuso
de la personalidad jurídica”, en estudios en homenaje al Profesor Allan B. Brewer Carias,
Tomo II, Thomson Civitas, Madrid, 2.003, Pág. 21.
10
Hung Vaillant, Ob. Cit. Pág. 24.
11
Hung, Ob. Cit. Pág. 25.

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venezolanos, es todo lo contrario que propuso, no siendo común en el ám-


bito jurídico nacional el conocimiento, la comprensión ni la difusión de la
misma, como tampoco el manejo de los conceptos de fraude a la ley, abuso
de derecho, simulación y otras instituciones similares, que permiten, en
otros países justificar su aplicación, siendo el venezolano un sistema de
derecho de fuente esencialmente legal en el que la discrecionalidad y la
aplicación judicial de criterios de equidad están muy limitadas”.12
Ante este estado de cosas quisiéramos en nuestra discusión comenzar
con el tema referente a la necesidad del reconocimiento de la personalidad
jurídica de las sociedades mercantiles frente a lo que se ha llamado la
“despersonalización de las sociedades mercantiles”.13 Paso seguido consi-
derar el tema referente a la posibilidad real de contar con una base teórica
acerca de la teoría in comento. De no ser posible ello analizar la pertinencia
de elaborar una lista de casos judiciales; y como conclusión (no quisiéra-
mos llamarlo así) deberíamos tratar de –al menos– enunciar lo que deberían
ser algunos de los temas prioritarios a tratar en el futuro que ya es presente.

1.- NECESIDAD DE MANTENER EL CONCEPTO


DE PERSONALIDAD JURÍDICA

Las polémicas surgidas respecto al levantamiento del velo corporativo


han puesto sobre el tapete una discusión que parece previa a cualquier de-
finición que adoptemos sobre este tema. Dejando claro no obstante, a pesar
de no ser lo común en las sociedades de capitales, que responsabilidad
limitada y personalidad jurídica pudieran ser conceptos perfectamente
separables.
En todo caso lo que quisiéramos exponer es como los autores que han
estudiado la doctrina (si así pudiéramos referirnos a ella) del levantamiento
del velo han asumido la cuestión relativa a la existencia de la personalidad

12
Sarria Pietri, Marisol: “La Desestimación de la Personalidad Jurídica”, en el Centenario
del Código de Comercio Venezolano de 1904, Academia de ciencias Políticas y Sociales,
Caracas, 2004, Pág. 1.052.
13
Acedo, Luisa Teresa y Carlos Eduardo: “Los Grupos de Sociedades desde la óptica del
derecho de obligación”, en Derecho de Grupo de Sociedades, Academia de Ciencias Polí-
ticas y Sociales, Serie Eventos No. 19, Caracas, 2005, Pág. 509.

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jurídica. Por ejemplo, en Venezuela Levis Ignacio Zerpa citado por Carlos
E. Acedo y Luisa T. Acedo ha mencionado: “La existencia de la personali-
dad jurídica societaria y el privilegio de los socios de limitar su responsabi-
lidad al monto del aporte, permiten que pueda hacerse uso indebido de
ellos en perjuicio de los terceros que se relacionan jurídicamente con la
sociedad, sean tales relaciones contractuales o de cualquier otra clase. Este
abuso se ha facilitado por la falsa creencia en la igualdad de tratamiento de
las personas jurídicas con los seres humanos o personas naturales o físicas.
Se debe descartar el criterio simplista, sostenido con énfasis por el positi-
vismo jurídico, de que el legislador puede crear otro tipo de personas seme-
jantes a las naturales o físicas”.14
En relación a la afirmación del Dr. Levis Ignacio Zerpa no podemos
dejar de nombrar la contundente mención que sobre el tema realiza Colombes
citado por Caputo: “… definir a la persona física como el ser humano es
incorrecto porque el hombre y la persona no son sólo conceptos heterogéneos
sino también el resultado de puntos de vista enteramente distintos. Por ello,
considera que persona es un concepto jurídico, y que tanto la denominada
persona física como la persona jurídica importan una construcción jurídi-
ca. Ambas son personas jurídicas”.
Esta postura también es admitida por Manóvil, quién recuerda que,
“según lo demuestra la historia hubo épocas en las cuales por los menos
algunos individuos no se les reconoció el carácter de sujetos de derecho”. 15
Probablemente, una de los primeros autores que trató de revisar el con-
cepto de persona jurídica como paso previo a aclarar las confusiones gene-
rados por una teoría como la del levantamiento del velo fue Ascarelli. El
maestro partía de la idea de que la persona jurídica era un sujeto de dere-
chos independiente y distinto de los miembros que la integran. En tal sen-
tido debía otorgarse carácter de excepción a cualquier decisión que pres-
cindiera de la personalidad jurídica basada en criterios tan vagos como
fraude a la ley, abuso de derecho y buena fe. No es difícil observar como
consecuencia de la aplicación jurisprudencial en determinados casos, de
los criterios ya señalados los riesgos que pudieran generarse para la seguri-
dad jurídica. Pero lo que verdaderamente pone de relieve el maestro citado

14
Acedo Luisa Teresa y Carlos Eduardo, Ob. Cit., Pág. 507.
15
Caputo, Leandro Javier: “Inoponibilidad de la personalidad jurídica societaria”, Astrea,
Buenos Aires, 2006, Pág. 11.

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es la paradoja del concepto de personalidad que en algunos casos se man-


tiene y en otros se supera.
Tal como expresa Boldó Roda: “….no tiene sentido el sostener que la
desestimación de la personalidad jurídica constituye una excepción. Si se
poseen conceptos claros sobre el valor instrumental de la personalidad ju-
rídica y sobre la función que el instituto está llamado a cumplir, carece de
sentido el sostener el pretendido carácter excepcional de los casos en que
debe hacerse caso omiso de él. Siempre que el problema planteado sea
ajeno a los fines que el ordenamiento jurídico se ha propuesto otorgar a la
personalidad jurídica a un determinado grupo humano (o a un supuesto
fáctico distinto), la solución habrá de buscarse prescindiendo de la norma-
tiva peculiar de la personalidad jurídica”.16
Borda, citado por Caputo, “señalaba que es necesario olvidarse de la
vieja y un tanto pasada de moda polémica acerca de si las personas jurídi-
cas son una ficción, una realidad, una institución, etc.”17 Aparte de no ser
este el lugar adecuado para realizar el análisis histórico requerido por las
teorías expuestas lo cual en nuestra opinión tiene un gran valor. No cree-
mos que el llegar a un acuerdo sobre la naturaleza prenormativa o normati-
va de la personalidad jurídica pueda solucionar todas nuestras dudas con
respecto al problema que venimos analizando. En efecto, sin entrar en las
consideraciones ya descritas que se muestran como correctas desde el pun-
to de vista metodológico, vamos a tratar de dar algunas claves (como ele-
mento de análisis) acerca de la pertinencia o no de mantener el concepto de
persona jurídica.
Persistiendo en la línea trazada por Ascarelli y Galgano, debemos in-
sistir en que es preferible establecer criterios claros sobre las condiciones
de uso de la personalidad que recurrir a expedientes externos como la su-
presión de la misma a través del levantamiento del velo.
Algunos autores, citados por Boldó, proponen una interpretación ade-
cuada y una aplicación finalista de las normas como medio para resolver
todos los casos tradicionales de levantamiento del velo. La interpretación
finalista propuesta tiene alcances tan importantes como el tratar de definir
asuntos tan particulares como la limitación de la responsabilidad de los

16
Boldó Roda, Ob. Cit. Págs. 50 y 51.
17
Caputo, Ob. Cit. Pág. 6.

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socios y la posible extensión a ellos de la responsabilidad por deudas de la


sociedad en determinados casos.
La teoría señalada aboga por la utilización de figuras típicas del orde-
namiento que precisamente tienen como objetivo la aplicación correcta de
las normas según su finalidad. De alguna forma Morles ha puesto de relie-
ve el tema cuando ha señalado: “El principio que regula el funcionamiento
de las sociedades es el de la intransmisibilidad de la responsabilidad de los
socios. La desestimación de la personalidad jurídica corresponde a un com-
portamiento desviado de la sociedad y, como tal ha de ser aplicado con
carácter restrictivo a la patología específica”18.
En otra parte de su tratado Morles establece un marco legal que justifi-
caría la desestimación de la personalidad jurídica: “parece razonable afir-
mar que en Venezuela el juez puede desestimar la personalidad jurídica de
la sociedad cuando los hechos invocados constituyan un abuso de derecho
(Art. 1185 del Código Civil) o se este en presencia de una simulación ilegal
(Art. 1281 del Código Civil) o de un fraude (Art. 1157 del Código Civil).19
No podemos, como mercantilistas, ignorar el inmenso rol que la intro-
ducción de la sociedad anónima entre las personas jurídicas ha jugado para
el desarrollo de la economía moderna. Hablar de insensibilidad entre los
patrimonios de los socios y de los accionistas es una nota que desborda
cualquier análisis previo en la historia de las sociedades mercantiles. Pen-
sar en un desarrollo en el cual los requerimientos de capital exigen socieda-
des cada vez más abiertas pudiese verse gravemente comprometida por las
amenazas a la personalidad jurídica de las grandes sociedades anónimas.
No se trata solo de la tenencia de un patrimonio. Es mucho más que eso, es
un patrimonio que genera relaciones vivas (económicas, sociales, jurídi-
cas, etc.) a través de las cuales se soporta la economía mundial.
No podemos obviar las desviaciones posibles. Todo lo contrario; pero
no podemos entregarnos a un expediente de carácter genérico que nos está
colocando frente a un fenómeno cada vez mayor de creación judicial del
derecho. Hasta los más firmes defensores de la teoría analizada en comento
abogan por su carácter excepcional sugiriendo criterios de aplicación más
firme. La cita de Mossel Iturraspe es suficientemente aclaratoria en el pun-
to: “mientras el derecho va reconociendo poco a poco, y con esfuerzo, la

18
Morles Hernández, Manual, Ob. Cit. Pág. 888.
19
Morles Hernández, Manual, Ob. Cit. Pág. 886.

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sacralidad de la persona física humana, avanza en un sinceramiento y en


una desacralización de la persona jurídica. Esta línea de evolución se mues-
tra en su perfil negativo como atentatoria contra la ciencia del derecho,
pues so pretexto de señalar la verdad de que la persona jurídica es me-
dio, y no fin, se hace cómplice en el empobrecimiento del derecho por obra
de una economía mal atendida, mediante el vaciamiento conceptual del
primero”.20

2.- FACTIBILIDAD DE ELABORAR UNA BASE CONCEPTUAL


DE LA TEORÍA DEL LEVANTAMIENTO DEL VELO
SOCIETARIO

Juan M. Dobson en una obra fundamental para el entendimiento de


este tema en el mundo de habla hispana, escrita hace algo más de 20 años,
trataba de sintetizar el esfuerzo fundamental de Serick por establecer un
fundamento teórico de la doctrina de la penetración en el derecho alemán.
En este sentido Dobson hablaba de la regla fundamental de Serick que
indicaba: “Cuando por intermedio de una persona jurídica se posibilita la
burla a una disposición legal, una obligación contractual o se causa un
perjuicio a terceros, existe abuso de la personalidad jurídica”.21
José Hurtado Cobles en su obra “La doctrina del levantamiento del
velo societario” pone de relieve los méritos de la obra de Serick, en la cual
debe resaltarse el conocimiento de los casos norteamericanos y alemanes,
no obstante, señala: “pero su resultado no nos puede ofrecer un cuadro de
criterios o un criterio único que nos indique aquellos casos excepcionales
en los que nos quepa presumir la persona jurídica”.22
Más adelante el autor que venimos citando indica la posibilidad de que
la teoría que comentamos, por la amplia diversidad de supuestos a los que
pueda ser aplicada y la distinta fundamentación en que suele justificarse su
aplicación, puede ser considerada como una institución unitaria y autónoma.23

20
Caputo, Ob. Cit. Pág. 22.
21
Dobson, Juan M.: “EL Abuso de la Personalidad Jurídica”, Depalma, Bueno Aires, 1985,
Págs. 19, 20.
22
Hurtado Cobles, José: “La Doctrina del Levantamiento del Velo Societario”, Atelier, Bar-
celona, 2000, Pág. 46.
23
Hurtado Cobles, Ob. Cit., Pág. 65.

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Para Boldó Roda, en una obra a la que ya hemos hecho referencia, falta
una elaboración doctrinal lo cual permite un tratamiento diferencial depen-
diendo del sistema jurídico en el cual se produzca su aplicación.24
Ariel A. Dasso en su prólogo a la obra de Francisco M. López Raffo
indica que “la disregard of legal entity”, es siempre provisional, precaria,
no orgánica y enfrenta multiplicidad de facetas, en el derecho societario
comparado lo que vale decir cuasi interminable: la pretensión de procurar
organicidad y metodología significa simplemente la búsqueda de visión
unitaria y sistematización”.25
En nuestro país Barboza Parra aboga por una interpretación más cien-
tífica de la estructura volitiva contractual de la persona jurídica como una
forma de entender el contrato social y consecuentemente el significado de
la teoría que analizamos.26
Algunas de las citas anteriores parecen poner de relieve las dificulta-
des para crear una teoría que al final de cuentas se resiste a ser creada por lo
hondo de sus orígenes en la práctica jurisprudencial anglosajona. En dicho
contexto legal -a pesar de los esfuerzos por regularlo legalmente al institu-
to- no parece haber mayores complicaciones en entenderlo. Por ejemplo,
Antonio Ramírez en su diccionario jurídico español ingles – inglés español
señala sobre el “piercing the corporate veil (rasgar el velo empresarial)
como: “desecho judicial de personalidad jurídica cuando se usa para encu-
brir la evasión de responsabilidad personal por ciertas actividades”.27
Pareciera que se hace imperativo en el presente estado de desarrollo de
este trabajo volver a la pregunta que nos sirve de título de este trabajo para
interrogarnos acerca de si existe una teoría como tal (independientemente
del nombre que le demos) de desestimación de la personalidad jurídica o si
estamos hablando de una serie de principios e instituciones del derecho
civil que pueden en sistemas legales como el nuestro dar respuesta (legal) a

24
Boldó Roda, Ob. Cit., Pág. 526.
25
López Raffo, Francisco M.: “El Corrimiento del Velo societario”, Universidad Austral,
Buenos Aires, 2005, Pág. 26.
26
Barboza Parra, Ely Saúl: “Interpretación de la estructura volitiva contractual de la sociedad
y su incidencia en el velo corporativo”, en Centenario del Código de Comercio Venezolano
1904, Tomo I, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas, 2004, Pág. 652.
27
Ramírez Guzmán, Antonio: “Diccionario Jurídico Español-Inglés, Inglés Español, Ges-
tión 2.000, Barcelona, 2003, Págs. 398-399.

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por qué en determinados casos no debe considerarse la separación entre los


socios y la sociedad.
De alguna forma Otaegui lo ha expresado cuando señaló: que “las re-
glas generales sobre simulación ilícita y abuso de derecho y fraude consti-
tuyen un sustento importante para la desestimación”.28
Nuestras preocupaciones han sido compartidas en el derecho latino-
americano.
En este sentido J. Lamartine Correa de Oliveira en un clásico de la
materia escribió: algo bien aplicable a nuestro derecho: “¿Qué fundamen-
tos, qué límites, qué presupuestos deberá tener la desestimación judicial de
la persona jurídica en nuestro país?”.29
Obviamente, que debe ser la ley y en específico la mercantil que debe
dar respuestas a nuestras preguntas. Los cambios económicos-sociales han
desbordado los marcos legales de la regulación societaria en nuestro país
tal como ha sucedido en el mundo. Pretender dar respuestas casuísticas
tiene un límite que no es otro que el impuesto por la necesidad de crear un
marco de referencia que nos permita hablar de condiciones mínimas de
seguridad jurídica. Si bien entendemos las dificultades de un desarrollo
dogmático adecuado no podemos quedarnos sólo aquí para aumentar la
dosis de pesimismo que el tema pudiera generar.
Vamos a analizar –al menos en sus enunciados– el esfuerzo por regular
esta materia a través de grupos de casos. Al menos es el expediente a seguir
ante la crisis dogmática del instituto que venimos comentando.

3.- EL RECURSOS A LOS GRUPOS DE CASOS

Para muchos autores el llamado levantamiento del velo no es otra cosa


que una mera técnica o expediente judicial que en cada caso recurre a los
institutos tradicionales (algunos mencionados) para dar la solución a los
problemas.
Lo anteriormente descrito coloca al juzgador frente a un proceso que
en opinión de Álvarez de Toledo citada por Hurtado Cobles comienza con

28
Caputo, Ob. Cit. Pág. 87.
29
Correa de Oliveira, J. Lamartine: A Dupla Crise da Pessoa Jurídica, Saraiva, Sao Paulo,
1979, Pág. 558

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MITOS Y REALIDADES DE LA LLAMADA TEORÍA DEL LEVANTAMIENTO DEL VELO CORPORATIVO

“la constatación de un acto jurídico por los medios de prueba ordinarios


previstos en el ordenamiento procesal” y concluye con el “hallazgo y pro-
yección de la norma o disciplina jurídica aplicable a la realidad interna una
vez desvelada”.30
Las carencias resultantes de la imposibilidad manifiesta en la doctrina
comparada, por encontrar un principio rector que nos que nos ayude a de-
terminar cuando debe ser levantado el velo corporativo ha dado pie a un
esfuerzo importante: tratar de sistematizar los supuestos en los cuales se
viene aplicando la doctrina en la práctica judicial.
En España la obra de Ricardo de Ángel Yagüez que ya cuenta con
varias ediciones, es un modelo de sistematización de la doctrina del levan-
tamiento del velo de la persona jurídica en la jurisprudencia. En efecto, el
autor que acabamos de citar, renuncia a cualquier aportación de carácter
dogmático para centrar su análisis en básicamente las Sentencias del Tribu-
nal Supremo Español. Esta labor de recopilación y sistematización de las
sentencias señaladas parte del presupuesto básico de que las mismas tratan
de evitar que con los formalismos societarios se lesionen derechos de ter-
ceros. Utilizando un criterio convencional de catalogación se refiere a te-
mas tan disímiles como: reglas sobre responsabilidad civil para imputarla a
las personas naturales que están detrás de la persona jurídica o para permi-
tir a los Tribunales desprenderse de la cobertura procesal correspondiente e
ir al fondo de los casos; intereses ocultos bajo la capa de la persona jurídi-
ca; consideraciones éticas que requieren la utilización de la equidad; casos
en los cuales la persona jurídica sea instrumento de desviación o distorsión
de la aplicación de reglas jurídicas, etc.31
Ya antes de De Ángel Yagües, en 1973, de La Cámara citado por Hur-
tado Cobles elaboró, sin ánimo de dar muchos detalles, una lista de supues-
tos en los cuales tenemos: casos en los que se ha fingido la propia constitu-
ción de la sociedad con el objeto de eludir el cumplimiento de un contrato
o lesionar derechos de terceros o bien para burlar una disposición legal;
casos en los que si bien existió una constitución valida de la sociedad sin
embargo el supuesto de hecho planteado debe ser resuelto en función de la
razón a lo que responde la normativa de la persona jurídica reconocida a las
sociedades mercantiles; y, casos en los que sea necesario impedir que la

30
Hurtado Cobles, Ob. Cit. Pág. 64.
31
De Ángel Yagüez, Ob. Cit. Pág. 56 y ss.

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sociedad se dedique a actividades que le están vedadas o cuando sea nece-


sario considerar las condiciones de los socios para discernir si procede aplicar
determinadas medidas o sanciones.32
Carmen Boldó citando a De Los Mozos da una lista que parece poner
en el tapete la necesidad de un tratamiento distinto al jurisprudencial. En
tal sentido habla de casos relacionados a: el problema de la nacionalidad de
las personas jurídicas, proyectable en el ámbito fiscal, en el de la inversión
de capitales extranjeros en el de la evasión de divisas, etc.; casos relaciona-
dos con fraude fiscal; sociedades de un solo socio; problemas referentes a
grupos de sociedades; temas de quiebra, etc.33
La autora que mencionamos hace un rato, realizó un esfuerzo intere-
sante por extraer grupos de casos del derecho comparado. En tal sentido
nos reporta casos como: confusión de patrimonios o esferas de actuación
externa; insuficiencia de capital; dirección externa y abuso de la personali-
dad jurídica.34
En Venezuela José Antonio Muci, realizó un análisis de las distintas
sentencias producidas en el país. Si bien no elaboró una lista de casos si
concentró su atención en enumerar y explicar aquellos criterios que la ju-
risprudencia ha aplicado en cada caso para levantar el velo corporativo.
Dentro de los criterios señalados por Muci podemos mencionar: los llama-
dos socios de apariencia o sociedades de favor. Igualmente se refiere al
control que un socio (s) o una sociedad ejercen sobre otra de tal forma que
la convierten en un títere o marioneta. Dentro de este supuesto se analizan
los conceptos de control relevante, las sociedades de un solo socio y los
llamados grupos de empresas.
Igualmente el Dr. Muci se refiere a casos en los cuales “falta indepen-
dencia económica de la sociedad” o existen “otros índices de control” como:
oficinas y dependientes comunes; incumplimiento de formalidades legales
u ocultamiento de identidades; ausencia de dividendos y ausencia de giro
independiente.
Dentro de las sentencias reportadas por Muci aparecen conceptos par-
ticularmente perturbadores para el derecho societario. Especialmente po-
demos mencionar el que deja en suspenso la personalidad jurídica de cada

32
Hurtado Cobles, Ob. Cit., Pág. 98 y ss.
33
Boldó Roda, Ob. Cit. Págs. 317-318.
34
Boldó Roda, Ob. Cit. Págs. 319 y ss

313
MITOS Y REALIDADES DE LA LLAMADA TEORÍA DEL LEVANTAMIENTO DEL VELO CORPORATIVO

una de las sociedades mercantiles que conforman un grupo económico en


cuanto forman parte de ese grupo con lo cual parece dotarse al grupo de una
supuesta personalidad jurídica que no existe como tal. Así mismo se esta-
blece un principio de responsabilidad solidaria de cada una de las empresas
que conforman un grupo económico independientemente de las distintas
composiciones accionarias que pudiera haber. Lo anterior se ve agravado
por el hecho de hacer recaer una sentencia sobre una sociedad o sociedades
de un grupo que no participaron en el juicio que determinó el fallo en cues-
tión independientemente de la eficiencia o no de los recursos que garanti-
cen el derecho a la defensa de cada sociedad integrante del grupo.35

4.- ALGUNAS REFLEXIONES FUTURAS A MANERA


DE CONCLUSIÓN

Aunque la técnica de levantamiento de velo corporativo hace referen-


cia a una práctica de naturaleza jurisprudencial no podemos ignorar las
cada vez mayores referencias legislativas al levantamiento del velo
societario. Lo que la doctrina llama levantamiento del “velo legislativo” se
ha venido produciendo tanto en leyes generales como especiales. En Vene-
zuela, la doctrina (Morles, Muci, Hung, etc.,) han ilustrado suficientemen-
te estas regulaciones. No obstante, en nuestro derecho societario no tene-
mos una regulación específica como el Art. 255 del Anteproyecto de Ley
de Sociedades Mercantiles de 1987, el cual señala: “Las sociedades que
integran una concentración de sociedades conservan sus propias personerías,
sin perjuicio de las disposiciones del presente capítulo. La actuación de la
sociedad que encubra la consecución de fines extrasocietarios, constituya
un mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para
frustrar los derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o a
los controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e
ilimitadamente por los perjuicios causados.” La disposición anterior fue
debidamente analizada por el profesor Escuti en las Segundas Jornadas de
Derecho Mercantil de la Universidad Católica Andrés Bello.36

35
Muci Borjas, Ob. Cit., Pág. 129 y ss.
36
Morles Hernández, Manual, Ob. Cit. Págs. 890-891.

314
JULIO RODRÍGUEZ BERRIZBEITIA

El antecedente de la disposición que acabamos de comentar es el Art. 54


párrafo tercero de la Ley Argentina de Sociedades Comerciales. Para algún
sector de la doctrina argentina (Etcheverry, Fargosi, Marsili y otros) el pá-
rrafo en cuestión no implica la aceptación de la teoría anglosajona del
disregard of the legal entity sino más bien tiene como objeto acotar –para
algunos desmitificar– el alcance que la personalidad jurídica tiene en la
legislación argentina.
Para Leandro Javier Caputo el mérito de la norma reside en “haber
delimitado claramente los presupuestos fácticos y haber prescrito los efec-
tos de la errónea utilización de la personalidad societaria”.37
Por su parte el autor argentino Francisco M. López Raffo señala que
el párrafo en cuestión “contribuye a dar mayor seguridad jurídica, puesto
que se evita que tanto la doctrina como la jurisprudencia escriban ríos de
tinta sin base alguna, provocando soluciones dispares frente a situaciones
similares.”38
El profesor Manovil en una conferencia citada por López Raffo pone
sobre el tapete argumentos que se han esgrimido en contra de una regula-
ción legal de la imponibilidad de la personalidad jurídica tal como se hizo
en Argentina.
Entre los argumentos a los cuales responde Manovil están:

a.- La institución existe en otros países sin necesidad de regulación. A


lo que el profesor alega que el abuso de derecho no es suficiente para resol-
ver todos los casos de desestimación.

b.- El legislar puede cristalizar institutos que están en plena evolución.


En tal sentido el autor que citamos indica que “cuando las normas no son
de estructura casuística o limitativa, sino que representan principios gene-
rales, lo peor que podrá decirse de ellas es que son inocuas, o que no termi-
nan con las discusiones de los teóricos del derecho, o que dejan presente la
necesidad de seguir precisando doctrinaria y jurisprudencialmente sus con-
diciones de aplicación”.

c.- La existencia de reglas más generales extraídas de la legislación


civil (abuso de derecho, fraude a la ley, simulación etc.) no son obstáculos

37
Caputo, Ob. Cit. Pág. 89.
38
López Raffo, Ob. Cit. Pág. 89.

315
MITOS Y REALIDADES DE LA LLAMADA TEORÍA DEL LEVANTAMIENTO DEL VELO CORPORATIVO

para contar con una norma que articule los principios que han venido sien-
do desarrollados por una jurisprudencia que en muchos casos es copiosa o
incoherente; por otra parte se hace necesario establecer consecuencias cla-
ras a las conductas antijurídicas establecidas por la norma.39
Tal como señaló Ricardo Augusto Nissen en un articulo publicado en
el libro homenaje al código de comercio venezolano de 1904: “La crisis del
Derecho societario se origina cuando las normas que regulan el funciona-
miento de las sociedades comerciales, tanto en sus relaciones internas cono
frente a los terceros, resultan insatisfactorias para generar y/o mantener la
confianza en el negocio societario”.40
El comentario es acertado por cuanto algunos de los temas involucrados
en la jurisprudencia (en el caso que nos ocupa la venezolana) escapan a una
solución efectiva a través de una teoría de aplicación excepcional, restricti-
va, subsidiaría y residual. Notas que por otra parte no facilitan una com-
prensión y elaboración dogmática del tema.
Lo que quisiéramos poner de relieve es la necesidad de afrontar con
criterio científico una reforma mercantil que se ocupe de asuntos –por nom-
brar solo algunos- como:

a.- Infracapitalización

Este tema que empieza a tener sustento legal en el ordinal 1° del Art.
54 de la Ley de Registro Público y del Notariado es ampliamente reseñado
por Morles en su discurso de presentación del libro de José Antonio Muci
sobre el “Abuso de la forma societaria”.
Morles citando doctrina extranjera como Portale pone sobre el tapete
el problema de la responsabilidad del socio por el correcto financiamiento
de la empresa.41

39
López Raffo, Ob. Cit. Págs. 87 y ss.
40
Nissen, Ricardo Augusto: “El mal uso de las sociedades comerciales en la República de
Argentina y los criterios a adoptar para recuperar la confianza en el velo societario”, en
Centenario del Código de Comercio Venezolano 1904, Academia de Ciencias Políticas y
Sociales, Tomo I, Caracas, 2004, Pág. 953.
41
Morles Hernández, Alfredo, “Cuestiones de Derecho Societario”, Academia de Ciencias
Políticas y Sociales, Serie Estudios, No. 63, Caracas, 2006, Pág. 13.

316
JULIO RODRÍGUEZ BERRIZBEITIA

Se hace, pues, imperativo el regular aquella situación en la cual el so-


cio no provee a la sociedad de los recursos patrimoniales suficientes para
cumplir con su objeto social.
La doctrina extranjera distingue entre los conceptos de infracapita-
lización material y nominal. La primera se produce cuando simplemente
los socios no dotan a la sociedad de recursos patrimoniales necesarios para
cumplir con su objeto social ya sea por la vía de un capital, ya sea por la vía
de préstamos. La infracapitalización nominal ocurre cuando los socios do-
tan a la sociedad de recursos para cumplir con su objeto social pero tal
aporte se hace por la vía de préstamos de los propios socios.
Las consecuencias jurídicas de los dos supuestos señalados podrían ser
diferentes.
En el caso de la infracapitalización material se viene desarrollando en
la doctrina comparada (Paz-Ares) el siguiente concepto: “la limitación de
la responsabilidad sólo adquiere sentido a través de la construcción simul-
tánea de un patrimonio de responsabilidad que sustituye la responsabilidad
personal del socio”.42
El tema de la infracapitalización nominal es más complejo. Supone el
principio de postergación (en el pago) de los créditos de los accionistas
frente a los créditos de terceros en los supuestos de cesación de pagos de-
clarada judicialmente y quiebra.
No obstante, lo señalado para un sector de la doctrina comparada la
infracapitalización no representa tanto un abuso de la personalidad jurídica
de la sociedad como el incumplimiento de los presupuestos del privilegio
de la responsabilidad limitada de los socios sin afectar la autonomía y la
individualidad jurídica de la sociedad.

b.- Grupo de sociedades (Grupo económico)

La regulación de los grupos de sociedades aparece en la legislación


venezolana de manera fragmentaría en asuntos como: acceso al mercado
de capitales; organización del sector financiero; defensa de la libre compe-
tencia; tributación y participación de los trabajadores en las utilidades de la

42
Boldó Roda, Ob. Cit., Pág. 427.

317
MITOS Y REALIDADES DE LA LLAMADA TEORÍA DEL LEVANTAMIENTO DEL VELO CORPORATIVO

empresa. Sobre esta materia el profesor Morles ha señalado: “Parece razo-


nable concluir que seria aconsejable dictar un conjunto mínimo de reglas
generales sobre el derecho de grupos de sociedades que reconociera la legi-
timidad del ejercicio de la influencia dominante y la primacía del interés
del grupo sobre los miembros de éste y que, en contrapartida, se establecie-
ran normas de protección para los acreedores y los accionistas que no for-
man parte del grupo de control”.43
La regulación legal de esta materia podría constituir un límite importante
a decisiones jurisprudenciales que parecen ignorar aspectos fundamentales
de nuestro derecho societario. La labor no es sencilla. Por ejemplo José
Miguel Embid Irujo ha señalado en su estudio sobre “Los Grupos de Socie-
dades en el Derecho Comunitario y en el Derecho Español”: “el tratamien-
to de los grupos de sociedades en la Unión Europea y en España se caracte-
riza por un resultado sustancialmente negativo y por una notoria frustración
al comprobar la ineficacia de los importantes esfuerzos dedicados a dicho
asunto. No cabe ignorar, sin embargo, que esa común valoración negativa
sólo es enteramente exacta si nos limitamos a considerar el hecho de que en
ambos ordenamientos se carece, en estos momentos, de un régimen sufi-
ciente de los grupos desde la perspectiva del derecho de sociedades”.44

c.- Sociedades de un solo socio

El asunto referente a las sociedades unipersonales introducidas por la


reforma del código de comercio venezolano de 1955 ha generado impor-
tantes discusiones acerca de si existe una real separación entre el socio
único y la sociedad.
No obstante, la unipersonalidad no debería ser causa para levantar el
velo societario si la forma societaria no ha sido utilizada para cometer frau-
de perjudicando los derechos a terceros. El Art. 128 de la Ley de Socieda-

43
Morles Hernández, Alfredo: “La Regulación Fragmentaria de los Grupos de Sociedades y
su Repercusión en la Jurisprudencia”, en Derecho de Grupos de Sociedades, Academia de
Ciencias Políticas y Sociales, Caracas, 2.005, Pág. 52.
44
Embid Irujo, José Miguel: “Los Grupos de sociedades en Derecho Comunitario y en Dere-
cho Español”, en Derecho de Grupo de Sociedades, Academia de Ciencias Políticas y
Sociales, Caracas, 2.005, Pág. 392

318
JULIO RODRÍGUEZ BERRIZBEITIA

des de Responsabilidad Limitada española de 1995 regula la contratación


del socio único y la sociedad unipersonal de responsabilidad limitada.
Para algunos la regulación no es suficiente pero lo que no puede negar-
se (en materia de SRL) es que es un primer paso.
En Venezuela José Antonio Muci ha expresado: “Cuando la sociedad
deja de tener más de un socio, ya no tiene sentido hablar, no hay duda de
ello, de contrato social. Sin embargo, tanto desde el punto de vista jurídico
como económico, tiene sentido seguir hablando de persona jurídica y de
patrimonio autónomo, porque la concentración de las acciones en un único
accionista no constituye causa de disolución de la sociedad. Más aún, ni los
acreedores de la sociedad, ni tampoco los del socio sufren perjuicio alguno
por el solo hecho de que aquella tenga un único socio”.45
Los temas anteriormente citados no son sino una pequeña muestra de
los problemas que tenemos por delante. Ciertamente que una profunda re-
forma de nuestro derecho de sociedades no va a cerrar –como ha ocurrido
en otros países– la técnica jurisprudencial de levantamiento del velo. Pero
sin lugar a dudas contribuiría a entender mejor a esa sociedad polivalente
(como ha sido llamada por la doctrina venezolana) que es la sociedad anó-
nima la cual con hondos fundamentos en la sg. 19 ha seguido adaptándose
a las exigencias de un mundo económico totalmente distinto. La doctrina
venezolana algunas de cuyas ideas hemos tratado de sintetizar en este trabajo
ha realizado enormes esfuerzos por poner en el tapete la realidad que nos
ocupa. De ser analizada y estudiada podremos tener mejores soluciones a
nivel jurisprudencial. Ciertamente estamos en un estado de desarrollo que
parece haber sido superado en otros países. Ello puede ser un factor de peso
negativo como para no empezar el trabajo. Permítanme una última cita a
modo de dejar la reflexión abierta. Cualquier parecido no es intencional.
Dice Rafael Mariano Manovil en su prólogo a la obra recientemente publi-
cada (2006) de Caputo: “Cuando como consecuencia de la crisis de los
últimos años, en la Argentina crecieron la protesta, la litigiosidad, la abdi-
cación de las funciones de legislador por el Congreso, la politización del
derecho de fondo y la vertiginosa decadencia en la calidad de la normativa
producida en todos los niveles, no puede extrañar que uno de los terrenos

45
Muci Borjas, Ob. Cit., Pág. 134.

319
MITOS Y REALIDADES DE LA LLAMADA TEORÍA DEL LEVANTAMIENTO DEL VELO CORPORATIVO

más fértiles del desbarranque haya sido el de la aplicación indiscriminada,


poco selectiva y, menos aún reflexiva, de la inoponibilidad de la personali-
dad jurídica de las sociedades”.46

5.- BIBLIOGRAFÍA

1. Acedo, Luisa Teresa y Carlos Eduardo: “Los Grupos de Sociedades


desde la óptica del derecho de obligaciones”, en Derecho de Grupo de
Sociedades, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Serie Eventos
No. 19, Caracas, 2005.
2. Barboza Parra, Ely Saúl: “Interpretación de la estructura volitiva con-
tractual de la sociedad y su incidencia en el velo corporativo”, en Cen-
tenario del Código de Comercio Venezolano de 1904, Tomo I, Acade-
mia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas, 2004.
3. Boldó Roda, Carmen: “Levantamiento del Velo y Persona Jurídica en
el Derecho Privado Español”, Aranzadi, 3era. Edición, Navarra, 2000.
4. Caputo, Leandro Javier: “Inoponibilidad de la personalidad jurídica
societaria”, Astrea, Buenos Aires, 2006.
5. Correa de Oliveira, J. Lamartine: A Dupla Crise da Pessoa Jurídica,
Saraiva, Sao Paulo, 1979.
6. De Ángel, Yagüez, Ricardo: “La Doctrina del Levantamiento del Velo
de la persona jurídica en la jurisprudencia”, 4ta. Edición, Civitas,
Madrid, 1977.
7. Dobson, Juan M.: “EL Abuso de la Personalidad Jurídica”, Depalma,
Bueno Aires, 1985.
8. Embid Irujo, José Miguel: “Los Grupos de sociedades en Derecho
Comunitario y en Derecho Español”, en Derecho de Grupo de Socie-
dades, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas, 2005.
9. Hung Vaillant, Francisco: “La denominada doctrina del levantamien-
to del velo por abuso de la personalidad jurídica”, en estudios en ho-
menaje al Profesor Allan B. Brewer Carías, Tomo II, Thomson Civitas,
Madrid, 2003.
10. Hurtado Cobles, José: “La Doctrina del Levantamiento del Velo
Societario”, Atelier, Barcelona, 2000.

46
Caputo, Ob. Cit. Pág. IX.

320
JULIO RODRÍGUEZ BERRIZBEITIA

11. López Raffo, Francisco M.: “El Corrimiento del Velo societario”,
Universidad Austral, Buenos Aires, 2005.
12. Morles Hernández, Alfredo, “Cuestiones de Derecho Societario”, Aca-
demia de Ciencias Políticas y Sociales, Serie Estudios, No. 63, Cara-
cas, 2006.
13. Morles Hernández, Alfredo: “La Regulación Fragmentaria de los Gru-
pos de Sociedades y su Repercusión en la Jurisprudencia”, en Dere-
cho de Grupos de Sociedades, Academia de Ciencias Políticas y So-
ciales, Caracas, 2005.
14. Morles Hernández, Alfredo: “Curso de Derecho Mercantil, Las Socie-
dades Mercantiles, Tomo II, Universidad Católica Andrés Bello, 7ma.
Edición, Caracas, 2004.
15. Muci Borjas, José Antonio: “El Abuso de la forma Societaria”, Edito-
rial Sherwood, Caracas, 2005.
16. Nissen, Ricardo Augusto: “El mal uso de las sociedades comerciales
en la República de Argentina y los criterios a adoptar para recuperar la
confianza en el negocio societario”, en Centenario del Código de Co-
mercio Venezolano 1904, Academia de Ciencias Políticas y Sociales,
Tomo I, Caracas, 2004.
17. Ramírez Guzmán, Antonio: “Diccionario Jurídico Español – Inglés,
Inglés Español, Gestión 2.000, Barcelona, 2003.
18. Sarria Pietri, Marisol: “La Desestimación de la Personalidad Jurídi-
ca”, en el Centenario del Código de Comercio Venezolano de 1904,
Academia de ciencias Políticas y Sociales, Caracas, 2004.
19. Serick, Rolf: “Apariencia y Realidad en las Sociedades Mercantiles”,
Ariel, Barcelona, 1958.

321
MITOS Y REALIDADES DE LA LLAMADA TEORÍA DEL LEVANTAMIENTO DEL VELO CORPORATIVO

RESUMEN

No ha escapado la jurisprudencia venezolana a la utilización del recurso de


levantamiento del velo corporativo. En el análisis que hacemos tratamos de
poner sobre el tapete algunos elementos recientes de dicha doctrina para tratar
de concluir que a pesar del tiempo transcurrido y de la profusa labor doctrinal
pareciera no estar produciéndose el balance adecuado entre las bondades del
sistema frente a los recursos tradicionales que las instituciones jurídicas ofre-
cen. Todo ello sin dejar de resaltar los riesgos inherentes a su utilización y las
posibilidades de acudir a ella en circunstancias que no lo justifican. De alguna
forma es forzoso concluir también que las regulaciones legales tampoco han
reducido este recurso jurisprudencial, al menos en su aplicación, dejando pro-
fundas dudas que afectan el funcionamiento mismo de la sociedad mercantil la
cual se transforma en el mundo de hoy en elemento primordial para la capta-
ción de recursos indispensables para el desarrollo de importantes proyectos
empresariales. Las dudas, no respondidas por la realidad vigente, obligan a
preguntarnos si estamos frente a una doctrina o tenemos por delante un mero
recurso lingüístico que trata de dar forma a una incompleta elaboración doctri-
nal

PALABRAS CLAVES

Velo corporativo
Personalidad jurídica
Derecho societario

322

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