[ Sociedad ]
Drama y polémica por la muerte de un seguidor de La Renga
Malditas bengalas
Escribe Javier Sinay
S
egún el Registro Nacional de Armas
(Renar) es un elemento pirotécnico
que se sostiene con la mano y que
genera luz o humo, o ambos, y se inicia a
través de la aplicación directa de llama.
Está formado por un tubo de cartón que en
su interior contiene pólvora, hierro o acero
pulverizado y un aglutinante que mantiene
las sustancias unidas. A esa mezcla se le
agrega agua y se la introduce en el cilindro.
Mide 20 centímetros y su efecto dura un
>> Dolor. Hugo Ramírez, el padre de Miguel, no quiere venganza ni hará la denuncia. Sólo quiere justicia. En la foto de la derecha, posa con su hijo fallecido y un amigo.
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minuto. Se comercializa en color blanco,
rojo, azul, amarillo y verde. Cuesta, en su
línea ordinaria, entre nueve y once pesos.
Se llama bengala. Y hoy es el enemigo pú-
blico número uno de la Argentina.
El drama de la pirotecnia en los lugares
de esparcimiento público vuelve a conmo-
cionar con la muerte de un nuevo mártir
del rock: Miguel Ramírez, “el Keko”, de 32
años, padre dos hijos y de uno en camino,
hombre casado y trabajador. Sus amigos
dicen que era un pibe bueno que murió
cuando una bengala roja –del tipo náutico,
télam
pesada y de llama potente– se alojó en su
cuello mientras La Renga, la banda que
seguía desde hacía veinte años (conside-
rándose uno de los Mismos de Siempre, el
núcleo histórico de seguidores), tocaba los
primeros acordes de “Canibalismo galácti-
co”, el tema con el que abrió su show en el
autódromo Roberto Mouras, en La Plata, a
las diez de la noche del sábado 30 de abril.
La fábula de la bengala y el rock no es
ninguna novedad. Después de la tragedia
de Cromañón parecería que ya no queda
nada más por decir. Y, sin embargo, la
12 de mayo de 2011
 cil momento”, continuaba el parte rockero.
La Renga decidió entonces suspender un
próximo show, previsto en la ciudad de
Resistencia.
Otro rockero escueto que se pronunció
ante la desdicha fue Carlos “el Indio” Sola-
ri, que prepara un show para el 28 de mayo
en la ciudad de Junín. “Si esos fuegos de
artificio se entendían como de extrema
peligrosidad aun fuera de los locales ce-
rrados, lo correcto y conveniente sería la
prohibición de su venta al público y no el
traslado del deber policial a los organiza-
dores de los eventos”, anotó. Además, ad-
virtió que el control “se hace prácticamen-
te imposible” porque el público concurre
sobre el filo de la hora. Y concluyó: “De
Pese a la tragedia de Cromañón, cualquier manera y tomando en cuenta los
fallan los controles para impedir accidentes que pueden ocasionar les pido a
quienes se acerquen a mis conciertos que
el ingreso de pirotecnia en se abstengan de su uso”.
los recitales. Inadaptados y Así las cosas, la responsabilidad parece
luis maría herr
organizadores, bajo sospecha. caer en este caso sobre los organizadores
del evento (llevado adelante por la produc-
tora Chacal, cuyo director, Marcos Peus-
covich, admitió que “algo salió mal porque
historia se repite: en este caso primero entraron muchas bengalas”, a pesar de que
como tragedia y después, de nuevo, como contrató a 750 guardias privados), pero
otra tragedia. “Miguel fue alcanzado por también sobre el que tiró la bengala, algo
un elemento pirotécnico, arrojado entre que en la enorme causa Cromañón nunca
el público en forma anónima y cobarde”, ocurrió (el juez Alberto Baños archivó pro-
dijeron los miembros de la banda, a través visoriamente en marzo, después de 1.600
de un comunicado que se conoció poco fojas y seis años de instrucción, la causa en
tiempo después del incidente, en el inicio la que se trataba de identificar al que echó
de un período de nueve días en los que el la pirotecnia en el local de la calle Barto-
herido agonizó hasta llegar al peor final. lomé Mitre). Hugo Ramírez, el padre de la
“Repudiamos este acto de inconsciencia, y víctima, lanzó una pregunta desesperada
sólo nos queda acompañar y llevar nuestra cuando la salud de su hijo comenzó a des-
energía a Miguel y a los suyos, en este difí- mejorar: “¿Cromañón no les enseñó nada?
télam
Antecedentes
‹‹1983. El 3 de agosto, una bengala
salió de una tribuna y dio con el cuello
de Roberto Basile. Jugaban Boca y
Racing en la Bombonera. Se identificó
al lanzador: fue el Narigón Miguel, de la
hinchada xeneize.
‹‹1992. El 18 de abril, Lorena Martínez,
una nena de 13 años, perdió la vida en
el show Pescadeitor, en Mundo Marino,
donde las antorchas habían sido
reemplazadas por bengalas.
‹‹2004. El 30 de diciembre, una candela
provocó la tragedia del local de la calle
Bartolomé Mitre, donde murieron 194
personas que habían ido a ver un show
del grupo de rock Callejeros.
>> Cromañón. El incendio en la disco de Once dejó varias enseñanzas, aunque no todos aprendieron de ellas.
12 de mayo de 2011
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Opinión
La nefasta costumbre
de los retrógrados
Escribe Sergio Marchi*
L a muerte de Mi-
guel Ramírez,
ocasionada por una
bengala en el reci-
tal de La Renga, es
para el rock tropezar con la misma
piedra que ocasionó el desastre de
República Cromañón. Se extravió
la noción de lo que es no sólo un
recital, sino también de lo que es
el rock. Pero a la vez es un alerta
sobre un comportamiento social
que excede el marco rockero. Es
la desidia por el otro. El rock se
futbolizó a fines de los años 80 y la
sociedad también. En los 90, esto
se profundiza y comienza a con-
fundirse el rol de un espectador
que va a disfrutar de un recital,
con el de un barrabrava que entra
con una bengala encendida para
abrirse camino a lo guapo. Así el
público se cree protagonista de un
hecho artístico que no protagoni-
za. Cierta tolerancia con el “marco
de fiesta” que brindaban las ben-
galas por parte de algunos grupos
(no todos), se confundió con un
permiso que jamás se otorgó. En
mi libro, El rock perdido, escribí
que lo peor que podía pasar con la
muerte de los chicos de Cromañón
era que no aprendiéramos nada
de tan terrible hecho. La mayoría
de los artistas recapacitó y actuó
apenas vio una bengala (La Renga
incluida), pero cierta parte retró-
grada del público defendió esa
nefasta costumbre que denominó
“el folklore del rock”. Pero el rock
nunca tuvo folklore, y en sus
comienzos, era una cultura que
justamente rechazaba la brutali-
dad de las costumbres futboleras.
Hoy, la cosa es al revés. Y es una
cuestión de educación que va más
allá de un recital: no hay respeto
por el otro.
*Periodista especializado en rock
nacional y autor del libro El rock perdido.
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 [ Sociedad ]
>> Cambio. Patricio Fontanet, ex líder de Callejeros, tocó con su nueva banda en Santa Fe. No hubo pirotecnia.
¡Déjense de joder con las bengalas!”. Por su
parte, el guitarrista de Callejeros, Maximi-
liano Djerfy, consideraba en la edición del
28 de abril de El Guardián que no tenía
sentido seguir buscando al bengalero: “Es
apuntar para abajo porque ese pibe es me-
nos que la banda”, decía. “Hay que ir para
arriba [con la investigación] y llegar hasta
el presidente, incluso”.
La discusión parece zanjarse en este caso
sin los seis años que le llevaron a los jueces
del caso Cromañón buscar a alguien que
El padre de la víctima, Hugo Ramírez,
solamente quiere que el que tiró
la bengala mortal le diga: “Gordo,
disculpame, me equivoqué”.
no encontraron jamás. Aquí las pericias
resultaron efectivas y los testimonios, cer-
teros: el hombre que lanzó la bengala en
el show de La Renga fue identificado rápi-
damente, según el ministro de Seguridad
de la provincia de Buenos Aires, Ricardo
Casal, que, para desligar a la Policía de
responsabilidad, consideró que
“nadie puede escapar de que
haya una bestia salvaje que lleve
una bengala a un espectáculo”. Al
cierre de esta edición, la Policía
detuvo a Iván Alejandro Fontán,
el joven que fue acusado de tirar
la bengala. Pero Hugo Ramírez,
el padre de la víctima, dijo que
no hará ninguna denuncia, que la
banda tuvo una actitud destacable
para con la familia y que no pide
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télam
luis maría herr
>> Solari. Pidió a sus fans que no llevaran bengalas.
venganza ni siquiera con el hombre de la camperas de quinto año), el tema también
bengala. De un modo nunca visto en la Ar- llega al Congreso, con un proyecto de ley de
gentina del último siglo, Hugo se mostró la diputada del Pro Marta Varela para regu-
piadoso y sensato: “Quiero que venga y nos lar el uso de pirotecnia en los espectáculos
pida perdón, que me diga ‘gordo, disculpa- públicos y durante las fiestas de fin de año.
me, me equivoqué’, y listo”. Sin embargo, nada de esto es novedad en
el mundo del rock. Desde mucho antes de
Prohibir o no prohibir la tragedia de Cromañón, el periodista y
Mientras la fiebre bengalera se contagia en conductor Diego Angeli ya alertaba sobre
todo el país (con un herido en un colegio de el uso de bengalas en los recitales, e inclu-
San Juan donde los alumnos encendieron pi- so, llegó a armar un proyecto de ley. En
rotecnia para celebrar la presentación de las esa época el público y sus colegas lo veían
como un “careta” y también lo insultaban,
pero era evidente que antes del fatal 30 de
Bronca en la web diciembre de 2004 “era evidente que una
tragedia estaba a la vuelta de la esquina”,
Varios seguidores del grupo de
según dice. “En los recitales era moneda
rock La Renga armaron en Fa-
cebook grupos en homenaje
corriente ver chicos quemados o asfixia-
a Miguel Ramírez. “Fuerza dos por el humo y la imagen de alguien
KEKO!!” es uno de ellos. En abriéndose paso bengala en mano, donde
otro lado de la red podía sólo un tropezón era suficiente para que
leerse la “Carta abierta al alguien perdiera la vida. Había bombas de
pelotudo de la bengala”, estruendo que te arrojaban al lado y te de-
donde se le advierte que
jaban sordo o tres tiros que te explotaban
si no se hace cargo de
lo que hizo, “Dios quiera cerca de la cara. Y, por sobre todo, se veía
que los 200 fantasmas que todavía el uso de elementos de fabricación militar”.
hoy siguen buscan- Para Angeli, el tema de las bengalas conti-
do justicia en este nuó aun después de la tragedia de Croma-
bendito país acosen ñón, porque aquellos que tienen influencia
tus sueños”. Un tal sobre los jóvenes nunca se tomaron en se-
Ezekiel Ferroviario
se preguntaba:
rio el problema: “Nadie quiere acabar con
“¿Por qué siempre esto que llaman ‘fiesta’ y el público sigue
tropezamos con la queriendo ser protagonista de la manera
misma piedra?”. equivocada”. El resultado es una paradoja
Otro grupo nume- difícil de desentrañar: “En los años ochen-
roso pide “Basta ta le pedíamos al rock que nos cuide del
de bengalas en los
Estado. Hoy es exactamente al revés”. 
recitales”.
jsinay@elguardian.com.ar
12 de mayo de 2011