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BITÁCORA DE TRABAJO
Introducción
Michel Foucault habla de la pintura como un manejo del material pictórico con intención de
propuesta erótica, es decir que la pintura propone desde lo oculto y vela, entonces, los secretos de la
representación. La pintura como género de la pintura, pretende que el espectador se apasione con el
cuadro a manera de incitación a develar los misterios de la propuesta pictórica, que lo oculto de revele
cumpliendo así el propósito de deseo de la pintura como género de la pintura. El velo de la pintura se
encuentra en ella misma, pues la pintura como género de la pintura, es tautológica: habla de ella misma
y cuando habla de representación lo hace desde ella misma hacia ella misma, de ahí que envuelve con
velo de misterio y deseo. Representa con la presentación del acto de pintar.
La pintura, a la vez que representa, presenta el acto de sí misma, a diferencia de las demás
manifestaciones pictóricas que intentan ocultarlo sin intenciones de insinuación. La pintura como
género debe ser ególatra. Aunado a la idea anterior, se tiene que la pintura es en casi su totalidad, un
medio bidimensional, que aunque la representación sea lo más fiel al objeto representado, está presente
una suerte de ilusión consciente que limita al espíritu a conocer los secretos que el objeto representado
podría dar respuesta y, sin embargo, pone en evidencia el pensamiento del artista, nos da un panorama
de lo que piensa y ve al momento de representar: "Las Meninas son la imagen visible del pensamiento
invisible de Velásquez. ¿Sería, por tanto, lo invisible a veces visible?" (Magritte en Foucault, 1999).
• Foucault Michel. (1999). Esto no es una pipa: ensayo sobre Magritte. Barcelona: Anagrama.