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PROMOCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO.

PROTECCIÓN
CONTRA LA EXPLOTACIÓN, ABUSO, TRATA Y VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER.
MUJER.

Introducción

Uno de los conceptos más importantes en el mundo actual es la


igualdad, que aspira a la búsqueda constante de la justicia social y la
realización de los Derechos Humanos. En casi todas las sociedades y esferas
de actividad la mujer es objeto de desigualdades respecto al otro género,
que se manifiestan en situaciones de desventaja o discriminación en los
distintos aspectos de sus vidas.

De esta manera, durante el siglo XX se comenzó a abordar la


desigualdad de género encarando la problemática de la mujer en el estricto
sentido del inequitativo acceso al trabajo, a la salud, a la educación, la
participación política, etc. Sin embargo, existe una problemática relacionada
a todas ellas, que es igualmente preocupante pero aún más grave y sigue
afectando a las mujeres en todo el globo: la explotación, trata, abuso y
violencia contra las mujeres y niñas. Por ello, éstas requieren una protección
especial por parte de los estados y la sociedad, que tienda a prevenir y
eliminar dichos flagelos que las convierten en víctimas constantemente.

Descripción de la problemática.

“Los hombres deben enseñar a los demás que los hombres verdaderos
no violan ni oprimen a las mujeres y que el sitio de la mujer no es sólo en el
hogar o en el campo, sino que en las escuelas, en las oficinas y en las salas
de reuniones.” Ban Ki-Moon, Secretario General de la ONU.

Se entiende por discriminación a la mujer a “toda distinción, exclusión


o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar
o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del
hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales
en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra
esfera” (art. 1 Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación de la Mujer)

A cien años del primer Día Internacional de la Mujer, la humanidad ha


logrado numerosos avances en el reconocimiento jurídico de los derechos de
la mujer en casi todas las esferas de la actividad de las mujeres y niñas. Sin
embargo, pese a los progresos alcanzados en el último siglo, las esperanzas
de igualdad expresadas en ese día están lejos de verse realizadas. Casi dos
de cada tres personas adultas analfabetas son mujeres. Las niñas todavía
tienen menos probabilidades de ir a la escuela que los varones. Cada 90
segundos todos los días, una mujer muere durante el embarazo o debido a
complicaciones relacionadas con el parto, pese a que tenemos el
conocimiento y los recursos para garantizar un parto seguro.

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CONTRA LA EXPLOTACIÓN, ABUSO, TRATA Y VIOLENCIA
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En todo el mundo, las mujeres siguen ganando menos que los varones
por el mismo trabajo. En numerosos países, además, se enfrentan a la
desigualdad en el acceso a la tierra y los derechos a la herencia. Y pese a
avances muy positivos, las mujeres todavía ocupan sólo el 19 por ciento de
los escaños legislativos, conforman sólo el 8 por ciento de los representantes
en las negociaciones de paz y sólo son 28 las mujeres que se desempeñan
como jefas de estado o gobierno.

Por cierto, hay espacios en los que la mujer se ve especialmente


denigrada, menoscabando profundamente su dignidad como ser humano y
que hacen a la humanidad replantear si realmente se ha logrado algún
avance en la cuestión del género: la violencia, explotación, abuso y trata de
las que éstas son víctimas.

Tratamiento del tema en Naciones Unidas.

El apoyo de las Naciones Unidas a los derechos de la mujer comenzó


en la Carta de la ONU. Entre los propósitos, recogidos en el Art. 1 de la
Carta se encuentra “Realizar la cooperación internacional (…) en el
desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo,
idioma o religión”.

Durante el primer año de las Naciones Unidas, el Consejo Económico


y Social estableció la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la
Mujer, como el principal organismo de desarrollo de políticas mundiales
dedicadas a la igualdad de género y la promoción de la mujer. La
Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea
General en 1948, reafirma que “Todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos” y que “toda persona tiene todos los
derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción
alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, (…) nacimiento o cualquier otra
condición”.

A medida que el movimiento feminista internacional comenzaba a


ganar importancia a lo largo de la década de 1970, la Asamblea General
declaró al año 1975 como el Año Internacional de la Mujer y organizó la
primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, que se celebraría en la Ciudad
de México. A instancia de la Conferencia, instituyó en consecuencia al
período comprendido entre 1976 y 1985 como el Decenio de las Naciones
Unidas para la Mujer y estableció el Fondo de Contribuciones Voluntarias
para el Decenio.

En 1979, la Asamblea General adoptó la Convención sobre la


eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,
que con frecuencia se distingue como la declaración internacional de los

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derechos de la mujer. En sus 30 artículos, la Convención define


explícitamente la discriminación contra la mujer y establece un programa
para la adopción de medidas a nivel nacional encaminadas a poner fin a esa
discriminación.

Cinco años después de la conferencia de Ciudad de México, tendría


lugar una Segunda Conferencia Mundial sobre la Mujer en
Copenhague, en 1980. El Programa de Acción resultante demandaba
medidas nacionales más fuertes para asegurar la propiedad y el control de
esta por parte de las mujeres, así como el fortalecimiento de los derechos
de la mujer en relación con la herencia, custodia de los hijos y pérdida de
nacionalidad.

En 1985, tuvo lugar en Nairobi la Conferencia Mundial para el Examen


y la Evaluación de los Logros del Decenio de las Naciones Unidas para la
Mujer: Igualdad, Desarrollo y Paz. Esta se convocó en un momento en el que
el movimiento para la igualdad de género había obtenido finalmente un
verdadero reconocimiento mundial, y 15.000 representantes de
organizaciones no gubernamentales (ONG) participaron en un Foro no
gubernamental paralelo. Muchos describieron a esta reunión como el
“nacimiento del feminismo mundial”. Al darse cuenta de que los objetivos
de Ciudad de México no se habían logrado adecuadamente, los 157
gobiernos participantes adoptaron las Estrategias de Nairobi orientadas
hacia el futuro para el adelanto de la mujer hasta el año 2000. Su principal
innovación fue la declaración de que todos los asuntos eran asuntos de la
mujer.

Uno de los primeros resultados de la Conferencia de Nairobi fue la


transformación del Fondo de Contribuciones Voluntarias para el Decenio de
las Naciones Unidas para la Mujer en el Fondo de Desarrollo de las
Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM, que ahora forma parte de
la ONU Mujeres).

La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en


Beijing en 1995, avanzaría un paso más que la Conferencia de Nairobi.
La Plataforma de Acción de Beijing defendió los derechos de la mujer
como derechos humanos y se comprometió a realizar acciones específicas
para asegurar el respeto de esos derechos. Según la División para el
Adelanto de la Mujer en su examen de las cuatro Conferencias Mundiales:
“La transformación fundamental que se produjo en Beijing fue el
reconocimiento de la necesidad de trasladar el centro de la atención de la
mujer al concepto de género, reconociendo que toda la estructura de la
sociedad, y todas las relaciones entre los hombres y las mujeres en el
interior de esa estructura, tenían que ser reevaluadas. Únicamente

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mediante esa reestructuración fundamental de la sociedad y sus


instituciones sería posible potenciar plenamente el papel de la mujer para
que ocupara el lugar que les correspondía como participante en pie de
igualdad con el hombre en todos los aspectos de la vida. Este cambio
representó una reafirmación firme de que los derechos de la mujer eran
derechos humanos y de que la igualdad entre los géneros era una cuestión
de interés universal y de beneficio para todos”.

Tras la Cumbre del Milenio, celebrada en el año 2000, los asuntos


de género se integraron en muchos de los objetivos de desarrollo del
Milenio (ODM) resultantes y explícitamente en el objetivo 3 (“Promover
la igualdad de género y la autonomía de la mujer”) y en el objetivo 5
(“Reducir la mortalidad materna en tres cuartas partes”). El sistema de las
Naciones Unidas se ha movilizado para alcanzar estos objetivos.

En octubre de 2000, el Consejo de Seguridad adoptó por unanimidad


una resolución sumamente innovadora sobre la mujer, la paz y la seguridad.
La resolución 1325 instaba a los Estados Miembros a velar por que
aumente la representación de la mujer en todos los niveles de adopción de
decisiones para la prevención, la gestión y la solución de conflictos. Instaba
también al Secretario General a que nombre a más mujeres representantes
especiales y enviadas especiales y a que trate de ampliar el papel y la
aportación de las mujeres en las operaciones de las Naciones Unidas sobre
el terreno. El Consejo exhortaba a todas las partes en un conflicto armado a
que adopten medidas especiales para proteger a las mujeres y las niñas de
la violencia por razón de género y todas las demás formas de violencia en
situaciones de conflicto armado.
ONU - MUJERES.

El 2 de julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas


votó por unanimidad la creación de un único organismo de la ONU
encargado de acelerar el progreso en el logro de la igualdad de género y el
empoderamiento de las mujeres, para fortalecer y unificar el trabajo de
Naciones Unidas en ese ámbito.

La nueva entidad de Naciones Unidas, ONU-Mujeres, ha fusionado


cuatro de las agencias y oficinas del organismo mundial: el Fondo de
Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), la División para el
Adelanto de la Mujer (DAW), la Oficina de la Asesora Especial en Cuestiones
de Género y Adelanto y el Instituto Internacional de Investigaciones y
Capacitación para la Promoción de la Mujer (INSTRAW).

En septiembre de 2010 el Secretario General Ban Ki-moon anunció el


nombramiento de Michelle Bachelet, ex Presidente de Chile, al puesto de

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Secretario General Adjunto de ONU-Mujeres y de esta manera, ONU-Mujeres


comenzó a funcionar el 1 de enero de 2011.

Disparadores

A continuación se desarrollaran dos temas con el objetivo de ahondar


en la temática y guiar la búsqueda de información en los siguientes puntos a
profundizar:

1. VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.

“Debemos hacer frente común. La violencia contra la mujer no puede


ser tolerada, en ninguna forma, en ningún contexto, en ninguna
circunstancia, por ningún dirigente político ni por ningún gobierno.” Ban Ki-
Moon, Secretario General de Naciones Unidas.

Hace menos de un siglo atrás, la policía, los tribunales y los vecinos


todavía consideraban que la violencia en el hogar era un asunto meramente
privado. De esta manera, no había posibilidad de cortar el ciclo de violencia
dentro de los hogares ya que primaba la indiferencia de la sociedad o en su
defecto, la equivocada creencia de que la violencia en el ámbito familiar
debía de ser solucionada entre los esposos o concubinos. La violencia
dentro del hogar es un problema que no solo atañe a la propia familia que la
sufre sino también a la sociedad en su conjunto y al gobierno en todas sus
esferas.

Podemos decir que existe un temor generalizado por parte de las


víctimas a denunciar esta situación, ya que no solo se manifiesta por medio
de la violencia física sino que también, y en algunos casos únicamente,
por medio de la violencia psicológica. Las mujeres muchas veces son
maltratadas verbalmente, mediante insultos y humillaciones, tanto en
público como en privado, menoscabando así su dignidad y autoestima. En
general este tipo de violencia familiar es la que primero se instaura,
generando sentimientos de minusvalía, donde la víctima se siente
intimidada e invadida en su espacio vital e íntimo, confusa y deprimida. La
violencia psicológica provoca angustia y estrés, una pobre e inadecuada
valoración de sí misma, que puede lesionar la salud, causando depresiones,
enfermedades y dificultades a nivel social y profesional.

Tanto la violencia física como la verbal dañan a la persona en su


psiquis y en la mayoría de los casos van acompañadas de amenazas o
promesas, creando así en la víctima el miedo a denunciar la agresión o la
creencia de que la situación puede cambiar.

Este flagelo no reconoce límites de raza, religión, países, culturas o


estratos sociales. Día a día se dan a conocer casos de las más diversas
circunstancias y contextos, aunque podemos decir que se dan con mayor

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frecuencia en los entornos de menores recursos, y por ello consideramos


que merece una mención particular.

Violencia y pobreza.

Decimos que un ambiente de pobreza es más propenso a la violencia


en el ámbito familiar por dos motivos en especial: la simultánea falta de
acceso a la educación y al conocimiento de gran cantidad de mujeres en
este entorno y la escasa disponibilidad de herramientas o recursos
económicos que le otorguen cierta independencia económica.

En relación al primero, ante uno o varios acontecimientos de


violencia, la mujer no sólo teme a denunciar a quien los perpetra sino que
en muchos casos, no conoce sus derechos. La falta de educación formal y el
inacceso al conocimiento en ciertas temáticas también constituyen un
impedimento en este sentido y solo tienden a profundizar aún más el
problema. Esto es porque ante dichas carencias, frecuentemente la víctima
ve a esa situación como algo normal, cree que es su deber soportarlo sin
decirlo a nadie, que quien lo perpetra está en su derecho a hacerlo y
generalmente no conoce la protección jurídica de la que goza. No tiene
conocimiento de sus derechos, formalmente reconocidos en las
declaraciones y tratados internacionales mencionados y en la legislación
particular de cada uno de sus países.

En segundo término, aún cuando la mujer en condiciones de pobreza


sabe que tiene derecho a un trato digno, a la no discriminación y que la
violencia es algo condenado tanto cultural como jurídicamente, en la
mayoría de los casos no conoce y/o no puede acceder a las herramientas
para hacer valer sus derechos. La falta de disponibilidad de dinero, la
desigualdad en el acceso a los recursos o al control de sus bienes, o la
dependencia respecto al ingreso económico de su pareja son otras causas
por las cuales la mujer no da a conocer dicha situación. Una denuncia de
este tipo implica en la mayoría de los casos la separación y con ello, la
necesidad de sobrevivir con sus propios medios, generalmente junto a sus
hijos. La inestabilidad laboral o el desempleo de la mujer hacen por lo tanto,
imposible que ésta pueda sostener económicamente a su propia familia.

Las estadísticas hacen esta situación aún más preocupante: las


mujeres constituyen la mayoría de los pobres en el mundo; el número de
mujeres que viven en la pobreza en medios rurales ha aumentado en un
50% desde 1980; la mayoría de analfabetos en el mundo son mujeres y en
todo el mundo, las mujeres ganan entre un 30/40% menos que los hombre
por el mismo trabajo.

De esta manera, vemos como todas las aristas de la cuestión de la


pobreza guardan una estrecha relación con la cuestión de la violencia de la

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mujer. La falta de acceso a la educación trae, en muchos casos, como


consecuencia que la mujer no conozca sus derechos. Por otro lado, también
dificulta la posibilidad de ésta de acceder a un trabajo digno que le otorgue
cierta independencia económica. Por ello, si la mujer no dispone de recursos
o capacidad laboral desarrollada, para afrontar una probable separación,
difícilmente llegue a denunciar su condición de víctima de violencia familiar
y se dará de esta manera un ciclo de nunca acabar.

La violencia contra la mujer en las Naciones Unidas –


Campaña “UNETE”.

El sistema de las Naciones Unidas sigue concediendo una particular


atención al tema de la violencia contra la mujer. En 1993 la Declaración
sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de la Asamblea General
otorgó una definición clara y completa de la violencia contra la mujer y una
formulación clara de los derechos que han de aplicarse a fin de lograr la
eliminación de la violencia contra la mujer en todas sus formas. Representó,
así, “un compromiso por parte de los Estados de asumir sus
responsabilidades, y un compromiso de la comunidad internacional para
eliminar la violencia contra la mujer”.

En 2007, el tema del Día Internacional de la Mujer fue “Poner fin a la


impunidad de la violencia contra las mujeres y las niñas“ y en febrero de
2008, el Sr. Ban Ki-moon puso en marcha la “Campaña del Secretario
General de las Naciones Unidas, Unidos para poner fin a la violencia contra
las mujeres.”

“Únete” es una campaña enfocada en prevenir y eliminar la violencia


contra las mujeres y las niñas en todos los lugares del mundo. Hace un
llamado a los gobiernos, sociedad civil, organizaciones de mujeres, jóvenes,
el sector privado, los medios de comunicación y a todo el sistema de las
Naciones Unidas para unir fuerzas con el fin de atender la pandémica
mundial de violencia contra mujeres y niñas.

Para 2015, ÚNETE se enfoca en alcanzar los siguientes cinco objetivos


en todos los países:

• Adoptar y hacer valer las leyes nacionales para tratar y


castigar todas las formas de violencia contra mujeres y niñas.

• Adoptar e implementar planes de acción nacional de sectores


múltiples.

• Fortalecer la recopilación de datos sobre el predominio de


violencia contra mujeres y niñas.

• Aumentar la conciencia del público y la movilización social.

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• Tratar la violencia sexual durante conflictos.

La violencia contra la mujer en el mundo.

La violencia no sólo tiene un efecto devastador en millones de


mujeres y niñas que son víctimas de ella, sino que además tiene un impacto
directo en el desarrollo de los países, ya que restringe entre otras cosas, la
capacidad de las mujeres de estudiar, de ejercer sus derechos sexuales y
reproductivos y de participar en la fuerza de trabajo. Asimismo, la violencia
contra la mujer en el mundo es una de las mayores causas de muerte entre
las que tienen 15 y 44 años y constituye un grave problema de seguridad
ciudadana: la ONU calcula que hasta un 70 por ciento de las mujeres son
víctimas de la violencia en alguna etapa de su vida. Actualmente sólo dos
tercios de los países cuentan con leyes específicas que penalizan la
violencia doméstica.

2. TRATA, ABUSO Y EXPLOTACIÓN DE MUJERES Y NIÑAS.

Los términos “trata de personas” y “tráfico de migrantes” han sido


usados como sinónimos pero se refieren a conceptos diferentes. El objetivo
de la trata es la explotación de la persona, en cambio el fin del tráfico es la
entrada ilegal de migrantes. En el caso de la trata no es indispensable que
las víctimas crucen las fronteras para que se configure el hecho delictivo,
mientras que éste es un elemento necesario para la comisión del tráfico.

De esta manera, la trata de personas es uno de los desafíos más


apremiantes que tienen ante sí los formuladores y ejecutores de las políticas
migratorias de todo el mundo. A diferencia del tráfico de migrantes, la trata
no puede considerarse como una violación de la legislación migratoria de un
país, por parte de la víctima, sino más bien como una grave violación de los
derechos humanos de la víctima, por quienes participan en el proceso de la
trata. Lo que hará aún más dificultoso ubicar al tratante y a su vez, probar
la configuración del delito que muchas veces realiza a la distancia y
frecuentemente a través de una red organizada, con gran cantidad de
involucrados.

La trata es un delito que se ha incrementado en forma alarmante en


los últimos años, debido a las difíciles condiciones de vida en los países
menos desarrollados, al endurecimiento de las políticas migratorias en los
países industrializados y al hecho de que por mucho tiempo este fenómeno
no fue considerado como un problema estructural sino como una serie de
episodios aislados, restándole así importancia a semejante cuestión.

Tanto el fenómeno de la trata como sus causas, están arraigados en


la pobreza, la falta de oportunidades, la discriminación sexual, la violencia

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social y política y en la demanda de servicios que las víctimas de la trata se


ven obligadas a proveer en otros países.

No resulta extraño que las víctimas sean en su mayoría mujeres ,


niñas, niños y adolescentes ya que la condición infantil o adolescente de las
víctimas suma elementos de vulnerabilidad que facilitan el control de estas
personas por parte de los tratantes.

De esta manera, las mujeres y niñas son objeto de trata con fines de
explotación sexual o laboral, aunque a veces terminan obligadas a
mendigar, a cometer delitos, a ser adoptadas o a contraer matrimonio, o
como víctimas del comercio de órganos. Las víctimas de la trata de
personas suelen estar expuestas a abusos físicos y psicológicos, a que se
les niegue sus derechos legales y laborales y la atención médica, y a que
sean considerados como ilegales, irregulares o incluso delincuentes en un
país; generalmente se encuentran en relaciones forzadas, no deseadas de
dependencia con sus traficantes u otras personas.

La trata de mujeres y niños en las Naciones Unidas.

La Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia


Organizada Transnacional, suscrita en Palermo en el año 2000 y entrada en
vigor en el 2003, se ve complementada por un Protocolo para prevenir,
reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente de
mujeres y niños. Este Protocolo tiene por objeto prevenir y luchar contra la
trata, concediendo particular atención a la protección de mujeres y niños y a
la promoción y fomento de la cooperación entre los Estados partes con
miras a alcanzar este objetivo. Según su artículo 3º:
A) “Por trata de personas se entenderá la captación, el transporte,
el traslado, la acogida, o la recepción de personas, recurriendo a la
amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al
fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o
a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de
explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la
prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o
servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la
servidumbre o extracción de órganos.
B) El consentimiento dado por la víctima de la trata de personas a
toda forma de explotación que se tenga la intención de realizar, (…) no se
tendrá en cuenta cuando se haya recurrido a cualquiera de los medios
enunciados en el apartado anterior.
C) La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción
de niños con fines de explotación se considerará “trata de personas” incluso

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cuando no se recurra a ninguno de los medios mencionados en el apartado


A.
D) Por niño se entenderá toda persona menor de 18 años.”

De esta manera, el Protocolo establece una definición de trata que


está claramente vinculada con la explotación, enfatizando la vulnerabilidad
de las mujeres y niños; ofrece herramientas para oficiales del control
fronterizo y poder judicial, obligando a los estados a penalizar la trata.
También extiende el objetivo de protección y apoyo a las víctimas y
testigos, asegurando su privacidad y seguridad, brindando información
sobre los procedimientos legales que pueden habilitarse, otorgando
servicios para la recuperación física y psicológica, etc.

Asimismo, define estrategias de prevención, entre las que incluye


brindar información y educación a la población para evitar que se
conviertan en víctimas de la trata que, al igual que en la problemática de la
violencia contra la mujer, la falta de acceso a la educación e información
sobre estos temas, las hace más susceptibles a convertirse en víctimas.

La niña como víctima de la trata.

La situación particular de la niña merece un tratamiento especial


debido a la mayor gravedad de la situación en la que se encuentra. En el
fenómeno de la trata no solo se ve vulnerada en los mismos derechos que
cualquier persona víctima de éste sino también en los derechos que, por
requerir una protección especial debido a su condición de vulnerabilidad, la
humanidad le ha reconocido especialmente a través de la Declaración de los
Derechos del Niño y la Convención de los Derechos del Niño.
Estos documentos reconocen el “derecho del niño a estar protegido
contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo
que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para
su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.”

Asimismo, el convenio de la OIT sobre la Prohibición de las peores


formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación y el
Protocolo facultativo de la Convención de los Derechos del Niño relativo a la
venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la
pornografía, exigen castigo no solamente para quienes ofrecen o entregan
niños y niñas para su explotación sexual, sino también para todo aquel que
acepte a un niño o niña destinado a estas actividades.

Las niñas víctimas de la trata constantemente son drogadas,


vendidas y obligadas a ejercer la prostitución y/o la producción de
pornografía, además pueden ser fácilmente convencidas o amenazadas
para tener relaciones con adultos, distintos a los mismos tratantes y clientes

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que surgen de aquella explotación, debido al entorno totalmente carente de


protección en el que se encuentran.

Las terribles consecuencias de la explotación sexual de las niñas,


tanto emocionales como físicas, a causa de enfermedades de transmisión
sexual, la infección por VIH, los embarazos y abortos no deseados, la
violencia física y el maltrato físico y moral del que son víctimas, conducen a
la pérdida de la autoestima, graves enfermedades físicas e importantes
secuelas psicológicas, a la infertilidad, al abuso de estupefacientes y otras
sustancias e incluso, la muerte.

Por su parte, hay factores socioculturales que ponen a las niñas en


una situación de vulnerabilidad particular: la falta de educación y de
oportunidades económicas, la desigualdad y discriminación, la
desintegración de la familia y el trabajo en la calle, la falta de un ambiente
de contención y la necesidad de conseguir sus propios recursos para
sobrevivir, constituyen causas por las cuales el niño es blanco fácil de la
trata de personas.

Asimismo, el panorama adquiere mayor gravedad por la preferencia


de las niñas en la demanda de estas actividades ilícitas. En muchos centros
turísticos se presentan constantemente estas situaciones ya que
usualmente se preparan viajes con oferta sexual de menores. El usuario de
la prostitución infantil busca la impunidad que le ofrece el ejercicio de esta
actividad en el tercer mundo, donde la legislación en la materia muchas
veces es escasa y no se realizan controles o estos son ineficaces por la
corrupción existente. Asimismo, hay preferencia de los clientes por las niñas
para evitar el contagio de VIH/SIDA. Y éstas no solo son explotadas por el
ejercicio de la prostitución sino también obligándolas a realizar actuaciones
pornográficas, comúnmente difundidas vía Internet, en donde se
intercambian imágenes y videos de niños, generalmente con altos precios
para los usuarios. Es evidente la fuerza que adquiere la demanda en esta
problemática. Existirá oferta siempre que haya demanda. Por ello, el
Protocolo entiende que las estrategias que apunten a prevenir la trata
deberán tener en cuenta que la demanda es una de sus causas
fundamentales y que hasta tanto ésta no sea minimizada, seguirá
existiendo un importante mercado de comercio sexual para llevar a cabo
estas prácticas.

El que una persona niña, niño o adolescente sea afectada por la trata
requiere de un tratamiento especial que considere las particularidades
individuales, familiares y sociales de la persona en estas etapas de la vida.
Así lo entiende el protocolo al establecer, como hemos visto, en su artículo 3
una protección especial para los niños, niñas y adolescentes. En este marco,

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MUJER.

será imprescindible proveer a los niños, niñas y adolescentes de una


atención integral que, respetando su dignidad y garantizando su no
discriminación, los ayude a recuperarse de la experiencia vivida, sin recurrir
a intervenciones que pudieran revictimizarlos y acrecentar su dolor e
impotencia.

Conclusión

Es mucho el trabajo que queda por hacer en el campo de la


desigualdad de género. Mientras persistan situaciones que vulneren a la
mujer haciendo abuso de su condición actual, deberá también persistir y
aumentar el esfuerzo de las naciones por otorgarle una protección especial
que la coloque en igualdad de oportunidades para desarrollar al máximo su
capacidad como ser humano libre, digno e igual. La violencia física y
psíquica, la trata de mujeres y niñas y la explotación y abuso sexual de las
que son víctimas son algunos de los más graves y apremiantes flagelos a
los que nos vemos enfrentados en la actualidad. Hasta tanto estas
problemáticas no sean resueltas, difícilmente podremos considerar al
mundo un lugar digno para la vida de mujeres y niñas.

No son solamente las mujeres quienes pagan el precio de esta


discriminación. Todos sufrimos por no aprovechar al máximo el talento y el
potencial de la mitad de la población. Con esto estamos socavando la
calidad de las democracias, la fortaleza de las economías, la salud de las
sociedades y la sostenibilidad de la paz. (Michelle Bachelet, Directora
Ejecutiva de ONU-MUJERES)

Guía para el tratamiento del tema

A continuación, se listaran una seria de preguntas con el


objetivo de guiar la búsqueda de información y debatir acerca de cuestiones
significantes de la problemática en cuestión, a fin de garantizar un debate
dinámico y amplio.

a) ¿Qué es el género? ¿Qué implica la igualdad de género?


b) ¿En qué aspectos se ha buscado y está buscando mejorar la
condición de la mujer en los últimos dos siglos (XX y XXI)?

c) ¿Cuál es el primer tratado, convención o declaración de las Naciones


Unidas que hace referencia a la discriminación contra la mujer? ¿Qué
establece? ¿Tu país ha firmado y/o ratificado dicho instrumento?

d) ¿Qué se estableció en la Conferencia de Beijing? ¿Tu país participó de


la misma?

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MUJER.

e) ¿Qué Objetivos de Desarrollo del Milenio hacen referencia a la mujer?


¿Cuáles son las metas que los países se han propuesto cumplir para
lograrlos?

f) ¿Qué es ONU-MUJERES? ¿En que aspecto constituye un avance para


el tratamiento de la cuestión de la mujer dentro de Naciones Unidas?

g) ¿ONU-MUJERES realiza alguna acción particular dentro de tu país?

h) ¿De qué dos formas se manifiesta la violencia?

i) ¿Qué relación puedes establecer entre pobreza y violencia hacia la


mujer? ¿Qué condiciones propias de un entorno de pobreza dan lugar
a que haya violencia en ese ámbito?

j) ¿Por qué crees que los países buscan erradicar la violencia hacia la
mujer?

k) ¿Qué soluciones plantea la actual campaña del Secretario General de


Naciones Unidas para combatir este problema?

l) ¿Se realizó alguna acción de la Campaña “Únete” dentro de tu país?


¿Cómo participa el mismo de dicha campaña?

m) ¿En el Estado al que representas la violencia familiar es considerado


un problema en el que debe intervenir el gobierno? En este caso,
¿Qué acciones se realizan para reducir la violencia familiar?

n) ¿En qué se diferencia la trata del tráfico de personas? ¿Por qué es


más difícil para los Estados combatir la trata de personas?

o) ¿Qué instrumento de Naciones Unidas hace frente a este problema?


¿Qué definición establece de trata?

p) ¿De qué modo da el mismo un tratamiento especial a la trata de


niños?

q) ¿Por qué decimos que la niña se ve especialmente vulnerada siendo


víctima de la trata de personas?

r) ¿Para qué actividades se utiliza a las mujeres y niñas víctimas?

s) ¿Qué condiciones de vida contribuyen a que la niña sea víctima de


trata, explotación y abuso sexual?

t) ¿Qué factor del mercado juega un rol fundamental en este problema


y es causa del mismo? ¿por qué crees que debe combatirse al mismo
paralelamente?

u) ¿Tu país ha firmado y/o ratificado los instrumentos de Naciones


Unidas que refieren a la trata de personas?

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PROMOCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO. PROTECCIÓN
CONTRA LA EXPLOTACIÓN, ABUSO, TRATA Y VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER.
MUJER.

v) ¿Se implementa algún tipo de política para prevenir o combatir la


trata en tu país?

w) ¿Existe alguna ley en tu país que condene la violencia hacia la mujer?


¿Y la explotación, abuso sexual y trata de personas?

x) ¿Qué medidas crees que pueden adoptar los Estados Miembros para
seguir combatiendo estos problemas que afectan a la mujer?

ANEXO: REALIDAD INTERNACIONAL


La situación de la explotación, abuso, trata y violencia contra la mujer
alrededor del mundo.

En América Latina y el Caribe: ONU-MUJERES sostiene que solo se


identifica o da cuenta de una parte de los casos de violencia contra las
mujeres y las niñas. Es posible que las víctimas se sientan avergonzadas de
informar acerca de estos incidentes, teman que no les vayan a creer o les
preocupa que las repercusiones de esto se resuman en más violencia. Por
ello, los tres pilares de ÚNETE en esta región son: luchas contra la
impunidad, disminuir el número de víctimas y generar conciencia social de
responsabilidad frente al problema. Se debe fortalecer las instituciones

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PROMOCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO. PROTECCIÓN
CONTRA LA EXPLOTACIÓN, ABUSO, TRATA Y VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER.
MUJER.

públicas para erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas


implementando leyes y servicios públicos existentes que brindan atención a
las víctimas/sobrevivientes. Además, es necesario promover un enfoque
preventivo para erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas,
trabajando en escuelas y comunidades para transformar las relaciones de
género y promover la resolución de conflictos sin violencia. Por último, se
busca alentar la movilización social y la participación proactiva de socios no
tradicionales, especialmente hombres jóvenes. En esta región son
particularmente preocupantes las situaciones de Perú y Colombia, en el
primer país la situación se agrava en las zonas rurales. En Ecuador se está
poniendo especial atención en las comunidades aborígenes, donde los casos
de violencia se dan con mayor frecuencia que en el resto del país.

En relación a la trata de personas, la situación es alarmante a lo largo del


continente ya que si bien la trata, la prostitución y la explotación son
actividades penalmente castigadas, en los hechos son pocos los resultados
que se han logrado en el tema. Las organizaciones clandestinas funcionan
simultáneamente en varios países del sur (Perú, Paraguay, Brasil, Chile y
Argentina) y en muchas fronteras el control es escaso y poco exigente, lo
que deja vacíos permitiendo el tráfico de mujeres entre países.

En la región Asia-Pacífico, la lucha contra la violencia debe enfocarse en:


elevar la conciencia pública, la voluntad política y los recursos para prevenir
y responder a la violencia contra las mujeres y niñas, dentro de los
contextos y necesidades específicos de la región. Debe crearse un entorno
de respaldo gubernamental, en asociación con, entre otros, la sociedad civil
y las entidades del sistema de la ONU, a fin de cumplir con los compromisos
políticos existentes referidos a la erradicación de la violencia contra las
mujeres, debido a que en ese aspecto hay falta de coordinación de políticas
de prevención y erradicación. En India, muchas mujeres se La situación más
problemática se presenta en países como Camboya, Indonesia, República
Democrática Popular Lao, Filipinas, Tailandia, Vietnam y Timor-Leste.

En Europa Central y del Este (CEE) y los países del Commonwealth


(CIS) de acuerdo a las investigaciones de UNIFEM en esta región el enfoque
para hacer frente a la violencia contra la mujer debe darse a través de una
acción especialmente preventiva, para modificar la percepción que se tiene
respecto a la diferencia de género en muchos de los países de este sector.
Eslovaquia, Kazajstán, Kirguistán, Albania, Armenia y Tayikistán han sido
identificados como los puntos en los que mayor énfasis debe hacerse a la
hora de implementar las políticas de prevención. En relación a la trata de
mujeres y niñas la situación es alarmante por las muchas veces escasas
oportunidades de trabajo existentes, que favorecen la vulnerabilidad de las
mujeres jóvenes y adolescentes en especial. El escaso control y la
impunidad reinante hasta el momento en muchos estados de la región
propician la instalación de redes de trata y trafico de personas que operan a
gran escala llevando a la mayor cantidad de dichas mujeres a países de
Europa occidental y otros continentes.

En África se ha logrado un notable progreso en cuanto a los primeros pasos


en el establecimiento de legislación a nivel nacional condenando la violencia
y abuso contra la mujer. En esta región se dan los mayores índices de
violencia doméstica y se presenta con gran frecuencia el abuso sexual en

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PROMOCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO. PROTECCIÓN
CONTRA LA EXPLOTACIÓN, ABUSO, TRATA Y VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER.
MUJER.

campos de refugiados. Un dato distintivo de la región es que se encuentra la


mayor cantidad de casos de mutilación genital femenina, especialmente en
Guinea, Egipto, Eritrea, Mali, Etiopía y Burkina Faso, países en los que entre
el 70 y el 80% de las mujeres entre 15 y 49 años de edad han sido
sometidas a esta práctica.

En cuanto a la trata, los niños y niñas son las víctimas más frecuentes, tanto
con fines de explotación sexual como para ser incorporados a las filas de
combate durante conflictos armados. Esta situación prevalece en las
regiones del África occidental y central, Nigeria, Benín y Camerún son los
países más afectados.

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