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Acabar con los prisioneros como individuos, extender el terror entre el resto de la

población, proporcionar a los individuos de la Gestapo un campo de entrenamiento


en el que se les enseñaba a prescindir de todas las emociones y actitudes humanas,
proporcionar, en fin, a la Gestapo, un laboratorio experimental para el estudio de
medios eficaces para quebrantar la resistencia civil.»

Ya en los últimos meses de 1939, Hitler propuso un programa de eutanasia,


destinado a eliminar los enfermos incurables, fundamentalmente los mentales. El
asesinato de las víctimas se llevó a cabo obligándoles a inhalar monóxido de
carbono. Los familiares debían contentarse con un certificado de defunción que
aludía a «muerte por pulmonía o debilidad cardíaca».
Cuando Hitler decidió la llamada «Solución final», fueron dispuestos los grandes
campos de
exterminio polacos (Chelmno, Belzec, Sobibor y Treblinka) para dicho cometido

los deportados eran obligados a prepararse para tomar un baño antes de ser
enviados a trabajar. A continuación se les introducía en camiones especiales,
preparados para que el monóxido de carbono producido por los motores penetrase
en la cámara donde viajaban las víctimas. Cuando ya no se oía ningún grito, los
camiones se trasladaban hacia un bosque cercano donde los cadáveres eran
arrojados en grandes fosas. Más tarde se construyeron las cámaras de gas fijas y
los hornos crematorios. Para el funcionamiento de aquéllas se utilizó el gas
«ZyklonB», «mucho más eficaz», según palabras de Rudolf Hess.

Cuando el exterminio fue masivo, se «perfeccionaron» las instalaciones. En


Treblinka, y con la presencia de Himmler, se inauguraron nuevas cámaras y hornos
capaces de eliminar 5.000 cadáveres en 24 horas.Con la aplicación de técnicas más
expeditivas, en la primavera de 1944 se alcanzó la cifra de 24.000 gaseamientos
diarios. Previamente, las víctimas eran despojadas de todas sus pertenencias. La
rapiña de las SS llegó hasta el punto de especular con el pelo de los deportados
que, mediante un adecuado tratamiento, era convertido en fieltro industrial. Tras la
liberación de Auschwitz se encontraron siete toneladas de cabellos humanos en los
almacenes del campo. Los huesos sin quemar se vendían a firmas industriales, y las
cenizas, se utilizaban como fertilizante. Las prótesis dentales de oro o platino iban
a parar a los bolsillos de los SS.Además de las cámaras de gas, los nazis utilizaron
otros muchos medios para matar. Los prisioneros de guerra y políticos de cierta
relevancia eran fusilados. En Mauthausen se colocaba a los prisioneros de
espaldas contra una regla vertical graduada-a modo de medidor de estatura que
tenía un agujero a la altura de la nuca; por este orificio de disparaba
acertadamente y sin posibilidad de error.En algunos campos , las víctimas fueron
obligadas a descender a fosas llenas de cal viva en que luego se le arrojaba agua.

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