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PUNTO DE EQUILIBRIO

Nada más conocido y peor manejado que el concepto de punto de equilibrio.


Profusamente se nos enseña que es aquel nivel de producción en el cual el
margen de contribución cubre los costos fijos de una compañía, definiéndose el
margen de contribución como la diferencia entre el precio de venta y el costo
variable unitario. Los costos fijos se expresan en pesos ($) por año y el margen de
contribución en pesos ($) por unidad, así que de la división de los costos fijos
anuales (o mensuales) por el margen de contribución resulta el punto de equilibrio
anual o mensual, que indica el nivel mínimo de producción anual o mensual para
cubrir los costos fijos.

CUADRO 1
P y G Original

1. Ingresos $ 1.000
II. Egresos
1. Costos variables
a) Materiales 300
b) Mano de obra 150
Total costos variables 450
Utilidad bruta 550
2. Costos fijos
a) De ventas
i Comisiones 50
ii Regalías 60
b) De administración
¡ Arrendamiento 50
ii Administrativo 100
iii Depreciación 60
c) Financiación 120
Total costos fijos 440
III. Utilidad antes de impuestos 110

Notas: (1) = 1.000.000 unidades x $ 1.00/unidad


(2) = 1.000.000 unidades x $300/unidad
(3) = Incluye $10 MM de impuesto de industria y comercio
(4) = $600 MM 10 años
Veamos con un ejemplo simple como se puede aplicar esta sencilla y útil
herramienta del análisis financiero, con el objeto de ir adentrarnos en las
limitaciones de esta técnica. Supongamos una empresa que posee una capacidad
de planta de hasta un millón (1 MM) de unidades por año de un solo producto, que
se vende de contado a $1.000/unidad. El producto se elabora con equipos que
costaron $600 MM, que han de depreciarse linealmente en 10 años. La planta de
personal de manufactura es de 250 hombres y cuesta al año, con prestaciones,
$150 MM. Para producir cada unidad se emplean materiales que cuestan $300;
los costos fijos se subdividen en: a) por ventas $110 MM, subdivididos en $50 MM
por comisiones a vendedores y $60 MM por regalías al dueño de la marca en el
exterior; b) por arrendamiento $50 MM; c) por administración $100 MM; y d) por
costos financieros $120 MM.

A plena utilización de la capacidad instalada, una situación como la descrita da


lugar a un estado de pérdidas y ganancias, en millones de pesos (Ver cuadro 1).

El margen de contribución se define como la diferencia entre el precio y el costo


variable unitario. Este último es de $300 por concepto de materiales, más $150 por
mano de obra; luego el margen de contribución es de $550/unidad ( $1.000
- ($300 + $150). Por definición, el punto de equilibrio es el costo fijo anual dividido
por el margen de contribución unitario, lo cual conduce al resultado siguiente:

Punto de equilibrio = $440 MM/año 800.000 unidades


$500/unidad año

La situación anterior se puede representar en un gráfico como el que sigue, donde


se muestran pesos contra unidades, en la cual, la línea que parte del origen es el
ingreso total (precio por cantidad), la línea paralela al eje de las X’s es el costo fijo
y la línea que parte de la intersección entre el costo fijo y el eje de las Vs es el
costo total (costo fijo más costo variable). La utilidad o pérdida para cada nivel de
producción la da la diferencia entre el ingreso total y el costo total, y el punto de
cruce de estas dos curvas es por definición el punto de equilibrio que demarca el
volumen de producción en que se opera sin ganancias.
Hasta aquí lo que normalmente se nos enseña. Sin embargo, la vida práctica no
es tan simple. La primera diferencia entre lo que usualmente se aprende en los
textos y lo que ocurre en realidad, es que algunos costos que la teoría clasifica
como variables son de verdad fijos, y viceversa. En los países desarrollados, por
causa del desarrollo mismo, la mano de obra ha perdido importancia como
porcentaje de los costos y se ha especializado, convirtiéndose en un costo fijo. En
Colombia también, pero no por causa del desarrollo sino por la inflexibilidad de la
legislación laboral, que hace inamovible al trabajador e imposible la contratación o
el despido para responder a variaciones en el volumen de producción. Por contra,
dentro de los Costos tradicionales contabilizados como fijos hay unos que son
variables. Tal es el caso de las comisiones pagadas por ventas y de as regalías o
franquicias al dueño de la marca o de la tecnología. El impuesto de Industria y
Comercio es otro rubro típicamente variable que se registra como fijo. Podemos
reconstruir nuestro estado de pérdidas y ganancias con esta reclasificación, y
aunque a pleno empleo de la capacidad instalada el resultado es el mismo, el
punto de equilibrio varía de manera importante; veamos como se replantean el
estado de resultados y el punto de equilibrio.
CUADRO 2
P y G Modificado

El punto de equilibrio modificado es ahora el resultado de dividir el costo fijo


recalculado por el nuevo margen de contribución, así: $490 MM: .$580/unidad =
844.830 unidades/año. Este nuevo punto de equilibrio es más exigente que el
anterior. La empresa debe producir a un nivel mínimo 6% superior al original, y la
situación será tanto más exigente tanto más alta sea la car9a fija y menor el
margen real de contribución.

Pero, para continuar adentrándonos en el mundo real, a una empresa de nada le


sirve producir sin pérdidas, si el efectivo que genera no le alcanza para operar. Y
es que el efectivo lo requiere no sólo para cubrir los costos variables y los fijos,
sino también para efectuar los abonos pactados en sus obligaciones financieras,
para cancelar los impuestos, para comprar los activos fijos que requiera la
empresa y para financiar los incrementos de cartera y de inventario que la inflación
y/o el crecimiento demandarán sin duda.

Lo que interesa es, pues, conocer el nivel mínimo de producción que garantice
que el negocio puede cancelar sus costos fijos y variables y todos los demás
compromisos que demanden erogaciones de efectivo a los cuales está obligado e)
negocio. Es importante anotar que, como es sabido, existen gastos que se
registran contablemente como tales pero que no implican erogación de efectivo,
tales como la depreciación, las amortizaciones y los diferidos. Estos gastos se
deben destacar cuando se vaya a calcular el punto de equilibrio que estime el nivel
mínimo de operación que garantice suficiente efectivo para cubrir los
compromisos.

Supongamos que los $120 MM de costos financieros sean los intereses que al
30% anual resultaron de un nivel de endeudamiento de $400 MM (= 120 :0.30), y
que la deuda está pactada a cuatro años, debiéndose cancelar $100 MM anuales.
Estos $100 MM son un compromiso ineludible de efectivo, tan exigible como los
mismos $120 MM en intereses. Si adicionalmente los incrementos en cartera y en
inventarlos que demanda el crecimiento montan a $150 MM, podernos reconstruir
el cálculo del punto de equilibrio, con base en el Cuadro 2, restando la
depreciación de los costos y añadiendo el abono a capital de $100 MM, y el
requerimiento para cartera e inventarios de $150 MM, para resultar en unos
compromisos fijos de $680 MM, que implican una producción mínima de 1.172.413
unidades por año (= $680 MM/año, $580 unidad), cantidad imposible de lograr
según los supuestos originales.

El punto de equilibrio como usualmente se concibe no está ligado a las cuentas de


balance sino a las de pérdidas y ganancias, y esto lo deja corto en
consideraciones como inventarios, cartera, amortizaciones y demás rubros en que
necesariamente se refleja la operación dinámica de los negocios durante un
ejercicio cualquiera. Adicionalmente, no hace diferenciación en el tiempo pera el
momento en el cual se producen los ingresos y los egresos. Por ejemplo, lo mismo
da en nuestro ejemplo que los intereses se paguen anticipados o vencidos.

Pero si es limitante el uso del concepto para un solo producto, mucho más lo es
para el manejo de situaciones donde concurren dos o más ítems, y muy
especialmente sí se trata de artículos no relacionados, o relacionados pero de muy
diferente valor. Otra vez los teóricos nos enseñan cosas absurdas, como las de
trabajar con las unidades equivalentes. Estas unidades no existen en la práctica y
su significado en poco se diferencia de sumar caballos con vacas. imagínese tan
sólo una fábrica de confecciones sumando medias con camisas, o un
conglomerado estimado en unidades equivalentes en su punto mínimo de
operación para registradoras, computadoras, libros y cuadernos. Más bien se
podría trabajar con volúmenes de ventas en lugar de con unidades, y así por lo
menos se obtendría un punto de equilibrio en unidades monetarias, con algún
significado.

No obstante, para el caso de varios productos relacionados o no también es


erróneo y engañoso obtener un punto de equilibrio global, así sea en volumen de
ventas en pesos. Resulta que una meta global de ventas en dinero puede lograrse
cuando unos productos se venden bien y otros no, enmascarando problemas
internos y manteniendo ineficiencias. También es notorio que esta herramienta no
mide consecuencias futuras de gastos actuales, como es el caso de los resultados
que en el tiempo darán los dineros registrados como costos, por inversiones en
publicidad.

Lo correcto es efectuar el cálculo independientemente para cada producto o línea


de producción. La dificultad en este caso es la de asignar correctamente la
alícuota de costos no asignables que corresponde a cada línea por los recursos
compartidos, lo cual se ha de lograr dividiendo el costo proporcionalmente entre
las líneas con base en el recurso productivo, uno o varios, que sea más
significativo en el costo. Si se trata de una empresa con uso intensivo en mano de
obra, los costos se podrán repartir según la nómina asociada con cada producto, o
podrán asignarse de acuerdo con el valor de las ventas, o con el valor de la
maquinaria que utiliza cada línea, si es el caso de una firma intensiva en capital.
Aún así, terminaremos con un volumen físico de producción por línea que conlleva
todas las fallas anotadas a la técnica del punto de equilibrio.

El punto de equilibrio es, pues, una herramienta muy deficiente, válida tan sólo
para efectuar cálculos rápidos. Es una técnica estática, que suministra una pobre
fotografía de una empresa en un mundo dinámico, que lo que demanda son
películas que indiquen proyecciones y demarquen derroteros. Afortunadamente
existe otra herramienta financiera muy superior, que mide más exactamente lo
que deseamos conocer y que lo hace en el tiempo. Se trata del flujo de efectivo,
que luego puede combinarse con las técnicas de descuento para calcular
rentabilidades o valor presente neto. De hecho, lo que hacíamos cuando
intentábamos mejorar la técnica del punto de equilibrio y le adicionábamos las
obligaciones por erogaciones de efectivo, era acercarnos al cálculo de un estado
de flujo de fondos, así fuera por un solo período. Con el punto de equilibrio ocurre
lo mismo que con el período de repago en mediciones de rentabilidad. Son dos
medidas fáciles, llenas de limitaciones, que se deben usar tan sólo para descartar
las alternativas menos atractivas, reservando técnicas más refinadas y precisas
para la escogencia final de la mejor alternativa. El flujo de efectivo, combinado,
como se dijo, con técnicas de descuento para efectos de cálculos de rentabilidad o
de valor presente, es un expediente mucho más exacto, especialmente ahora que
se cuenta con hojas electrónicas que permiten efectuar cálculos en los
microcomputadores con gran facilidad, variando incluso parámetros para apreciar
la sensibilidad.

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