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de la personalidad
Autores: José Ramón Bellido Mainar*; Luis María Berrueta Maeztu**; Inmaculada
Ariñez Merchán***.
Resumen:
Abstract:
In the first part of this paper, the extent and features of the occupational disfunction in
the personality disorder are analysed employing the occupational therapy method.
Personalidad adaptada
Trastorno de personalidad
ELASTICIDAD CONDUCTUAL
Es flexible en relación al rol que desempeña, sabe cuando debe tomar la iniciativa y
cuando adaptarse a lo que el entorno dispone.
Posee pocas estrategias y conductas alternativas, y las utiliza en circunstancias para las
que no encajan.
RIGIDEZ CONDUCTAL
• Incremento del número de rasgos desadaptativos. Por ejemplo en el caso anterior, que
además de su tendencia de categorizar las relaciones sociales en blanco y negro, se le
añade la poca capacidad para aceptar críticas o la poca capacidad para tolerar la
frustración en sus roles productivos.
Una de las grandes aportaciones del DSM-IV ha sido la de agrupar y organizar los
trastornos mentales en un modelo multiaxial. El propósito de este modelo es ordenar los
diferentes síntomas psiquiátricos (Eje I) con los diferentes rasgos de personalidad (Eje
II) analizando el impacto que pueden tener otras variables como las enfermedades
médicas (Eje III) y los problemas psicosociales (Eje IV), definiendo por último las
consecuencias de los síntomas psiquiátricos y/o los rasgos de la personalidad en la
funcionalidad del individuo (Eje V).
Los trastornos de la personalidad son un tipo de paciente que mejor responde a este
modelo de evaluación multiaxial. En el eje I como consecuencia de su “historia” de
fracasos nos encontramos con mucha frecuencia sintomatología ansiosa-depresiva, el
eje II es el específico para evaluar los rasgos que generan el trastorno de la
personalidad, respecto al eje IV nos encontramos con graves problemas familiares,
educativos, económicos y laborales agravados por la rigidez de sus conductas que
agravan la difícil situación psicosocial de partida de muchos de las personas afectadas
de trastorno de la personalidad. En el eje V nos encontramos con una grave disfunción
ocupacional, consecuencia de los síntomas (eje I), de los patrones rígidos y
desadaptativos de personalidad (eje II) y los factores de estrés psicosocial (eje IV).
El propio DSM-IV describe los contenidos de los cuatro primeros ejes pero apenas
profundiza en la descripción del eje V, es decir, ¿qué entiende concretamente el DSM-
IV por términos como incapacidad funcional y/o deterioro de la actividad global?,
entonces ¿porque necesitamos definir concretamente los contenidos y la evaluación del
eje V en los trastornos de la personalidad?:
Volición
Cluster A:
Cluster B:
Cluster C:
En resumen, este paciente, es alguien hueco cuya identidad no existe o aparece muy
fragmentada y desordenada.
¿Qué le ocurre al/la paciente cuando anticipa la posible eficacia de su acción? ¿Qué
piensa acerca de su competencia, por ejemplo en el “futuro ciclo de grado medio sobre
patronaje que va comenzar”? Cree firmemente que es incompetente, porque es incapaz
de reconocer sus acciones habilidosas que forman parte de su bagaje vital y
ocupacional, y porque tiene un miedo enorme a que sus conductas de escape le impidan
perseverar en su futuro rol ocupacional. Lo duro es que su expectativa de fracaso esta
“autoconfirmada” o “autoevidenciada”, ya que su poca tolerancia a la frustración y la
“esclavitud” a sus conductas de escape le han impedido ser eficaz en el desempeño de
sus roles ocupacionales. ¿Qué alternativa le queda respecto su causalidad personal?. La
suerte, que tenga un buen día, recurrir a un vidente, caer bien a profesores y compañeros
rápidamente, que el curso tenga un nivel poco exigente, en definitiva, locus de control
externo al extremo.
En estos/as pacientes, su capacidad para asignar un sentido a sus ocupaciones está
anulada, su “baremo” personal para medir la eficacia de sus acciones está distorsionado,
solo le queda su capacidad para disfrutar. Pero lógicamente su área de intereses también
esta gravemente afectada.
Estas personas nos trasmiten una narrativa de vida ocupacional “trágica”, donde sus
distintas historias ocupacionales carecen de importancia y de sentido y su relación a
través del pasado, presente y futuro esta tan escindida que su narrativa de vida les
impide anticipar un proyecto de vida significativo.
La base de esta disfunción tan limitante siempre es la misma: la ausencia de identidad.
Una historia de participación ocupacional significativa nos permite (Kielhofner, 2004,
pp. 137):
Estas “identificaciones” sostenidas en el tiempo son las que configuran la palabra clave
para entender la disfunción ocupacional de esta enfermedad es, la identidad
ocupacional. Dada la gran dificultad para “identificar” los resultados de sus propias
vivencias y experiencias, estos/as pacientes son el prototipo del vacío ocupacional. Para
ellos/as nunca llega al momento culminante de la identidad ocupacional, es decir, no
son capaces de autoafirmarse de la siguiente manera: “soy terapeuta ocupacional, soy
padre, soy hermano, soy ceramista, soy tenista, soy vecino”, etc. En ocasiones llegan a
decirse: estoy haciendo de terapeuta ocupacional, estoy haciendo de padre, estoy
haciendo de hermano, estoy haciendo de ceramista”, etc.
Habituación
El fin último de la habituación es que podamos elaborar una rutina ocupacional que me
permita:
• Adaptarme a mis propias expectativas y a las expectativas sociofamiliares.
¿Qué necesito para ser capaz de generar una habituación funcional?. Una repetición, una
perseverancia en la ejecución de patrones ocupacionales, hasta llegar un momento que
la persona internaliza, se cree sus elecciones ocupacionales y el resultado de las mismas.
¿Qué nos encontramos en estos/as pacientes?. En especial con los del Cluster B,
constatamos inconstancia y falta de perseverancia en su volición. Ellos al no ser capaces
de realizar elecciones volitivas repetidas no consiguen crear patrones “automáticos” que
les ahorren el proceso de elección activa y consciente. Si nos fijamos, están situado en
un repetido y “enfermizo” autoconocimiento cada vez que realiza una elección volitiva.
Los tres Cluster presentan un grave problema de empatía, observamos que no son
capaces de adecuar sus hábitos a las expectativas de la familia, grupo, entorno
comunitario y cultura.
Ejecución
Habilidades Emocionales
• Empatía : La capacidad para colocarme en el lugar del otro. En esta frase escrita de
esta manera parece que la empatía es “fácil” de aprender y practicar. No tenemos que
olvidar que la empatía es el punto medio entre la simpatía y la antipatía. Cuando
interactuamos, el otro de manera inmediata me genera reacciones de simpatía o
colaboración, o reacciones antipáticas o de rechazo, son respuestas muy automáticas.
Necesito de un proceso emocional consciente que me “desradicalize” mis primeras
emociones y ¿cuál es este proceso?: La empatía. ¿Cómo se consigue la empatía?:
Generalizando, llegamos a ella cuando no juzgamos o calificamos al otro. Es decir, ante
la reacción, conducta verbal o no verbal del interlocutor en vez de ponerle “nota”, me
hago preguntas del porqué de su conducta. Cambio el signo de la exclamación por el
signo de la interrogación, pongamos un ejemplo:
Cuando observamos cómo este/a paciente procesa la información, nos llama la atención
la dificultad que presenta para planificar de manera ordenada las posibles estrategias. En
función del Cluster observamos ciertas diferencias.
Un rasgo que caracteriza a todos los Cluster es la rigidez, respecto al ensayo de distintas
estrategias ocupacionales. Incluso en pruebas psicométricas, como es el Winconsin, que
miden la perseverancia y la flexibilidad de respuesta, aparecen puntuaciones altas en
rigidez conductual. Es como si tuvieran un circuito cerrado en sus funciones ejecutivas
y que repiten a pesar de no adaptarse a las exigencias ambientales. Como conclusión
sacamos que su habilidad para resolver problemas esta seriamente afectada. En muchas
ocasiones no pasan a la ejecución y si llegan repiten el circuito cerrado. Nos
encontramos con un alto índice de fracaso escolar, de pérdida de puestos de trabajo, con
una gran dificultad para planificar el cuidado de su domicilio y de sí mismos, haciendo
una dejación de responsabilidades y con una ausencia de rutinas de ocio significativas,
ya que se necesita ordenar la gran variedad de alternativas de actividades de ocio que se
pueden realizar. Ante tanta información y tan distinta, no la clasifican adaptativamente,
y son incapaces de crear un plan de ocio personal.
• La falta de empatía.
¿Cómo se defienden?
Continum Función-Disfunción
INEFICACIA
Interferencias en el desempeño ocupacional
Cluster C
DEPENDENCIA
Bloqueo, incapaz del propio autocuidado
Cluster B
Cluster: A, B y C
Entorno
Para vivir la “espiritualidad”, necesitamos varios caminos. Uno de los más potentes, es
la ocupación. En primer lugar, la ocupación nos permite conectar con nuestras propias
potencialidades; en segundo lugar, nos facilita su desarrollo pleno; y en tercer lugar,
gracias al “hacer” tenemos la oportunidad de vivir de manera reiterativa el sentimiento
de unicidad. Por ejemplo, si ascendiendo el Aneto he conseguido conectar con mi
“espiritualidad”, si el proceso dura, siete horas, cada minuto que configura el proceso
estoy experimentando mi sentimiento de unicidad y por lo tanto, de trascendencia. Esto
es muy importante porque implica que la ocupación es una de las fuentes principales
para experimentar el sentido, único y personal, de vida. No todas las actividades de una
rutina diaria, semanal o mensual me llevan a la unicidad. Solamente aquellas que
revelen mis potencialidades más internas. Podemos decir que si en una actividad, tarea,
en definitiva en el “hacer”, perdemos los límites espaciales y temporales que encuadran
la acción humana, se nos esta “revelando” nuestra dimensión espiritual. En ocasiones
pensamos que el modelo canadiense nos elimina del “peso” de la adaptación y de la
eficacia que acompañan a los distintos modelos de la terapia ocupacional
A grandes rasgos, nos movemos con dos objetivos, uno está relacionado con construir
patrones de conducta adaptativos y el otro está vinculado con controlar patrones
comportamentales disfuncionales.
En primer lugar tenemos que tener en cuenta que con estos/as pacientes, es importante
trabajar de manera paralela con todas las herramientas que posemos. Utilizaremos de
manera conjunta y a veces de manera simultánea, la actividad ocupacional -
intervención individual-rol ocupacional en el dispositivo asistencial – rol ocupacional
en la comunidad.
Cualquier actividad podemos utilizarla para el proceso de introspección, pero saben que
existe un espacio semanal exclusivo para trabajar la identidad ocupacional, pase lo que
pase en las otras actividades, su tiempo de autoconocimiento “dirigido” y grupal es
“sagrado”.
Paralelamente trabajamos con otras herramientas. Con toda la información que sale en
las actividades, más la información recogida en la evaluación ocupacional, se configura
el itinerario individual de funcionalidad ocupacional. Prácticamente cada semana a
través de la intervención individual se negocian los objetivos ocupacionales a trabajar.
Es fundamental que, además de marcar los objetivos de funcionalidad, nos sentemos
para interpretar conjuntamente paciente-terapeuta ocupacional los resultados de la
ejecución de los objetivos negociados. En la orientación individual pactamos roles
comunitarios para trabajar la funcionalidad.
Por otro lado, el paciente puede experimentar la identidad ocupacional de una manera
más indirecta, donde el paciente no es tan consciente de que esta explorando uno de los
activadores más potentes de la identidad ocupacional, la autoconfianza ocupacional.
Podemos utilizar las siguientes herramientas:
• “Manipular” la actividad para que el paciente sea protagonista del resultado. Nos sirve
el taller de dinámica de grupos, el taller corporal, las sesiones monográficas, etc.
¡Cuidado! tendremos que inhibir aquellas conductas de llamada de atención en especial
en el Cluster B.
Habilidad Funcional
Actividades, Orientación Individual, Roles
Roles Comunitarios
Planificación
y organización
Taller de Planificación de Fin de Semana
Habilidad Funcional
Actividades, Orientación Individual, Roles
Roles Comunitarios
Resolución de problemas
Taller de Resolución de Problemas
Taller Ocupacional Individual
Sesión Monográfica
Rol de paciente activo
Rol de estudiante
Roles del Hogar
Rol de Cuidador
Rol de Aficionado
Habilidad Funcional
Actividades, Orientación Individual, Roles
Roles Comunitarios
EMPATIA
• Taller de Habilidades Sociales: diferenciar la simpatía y antipatía reconociendo en
pensamiento B/N
• Taller de Dinámicas de Grupo
• Taller de Autoestima
• Taller de Buenos Días
• Rol de paciente con el T.O.
• Rol de amigo en el H.D.
Rol de Hijo/a
Rol de padre/madre
Rol de Pareja
Rol de Amigo/a
Habilidad Funcional
Actividades, Orientación Individual, Roles
Roles Comunitarios
ASERTIVIDAD
• Taller de Habilidades Sociales: reconocer el patrón dominante, impacto en la S.M y
ensayo
• Taller de Debate: Práctica
• Taller de Dinámicas de Grupo
• Rol de paciente con el T.O.
• Rol de Amigo del H.D.
Rol de Hijo/a
Rol de padre/madre
Rol de Pareja
Rol de Amigo/a
Habilidad Funcional
Actividades, Orientación Individual, Roles
Roles Comunitarios
Habilidad Funcional
Actividades, Orientación Individual, Roles
Roles Comunitarios
AUTOCONTROL
T.O. Individual: Pactar cambio de exigencia o introducción de novedades de las
actividades individuales
Técnicas de autocontrol: técnicas de relajación y actividades de descarga
Rol de Aficionado
Roles productivos
Roles sociales
(Tabla 10: Habilidad Funcional, Inhibición conductal Bellido, JR. Berrueta, L.)
Taller de Autoestima
Taller de Creatividad
Taller Corporal
Objetivos específicos:
Estimular la adquisición de hábitos de autocuidado a través el trabajo corporal.
Trabajar la comunicación con los iguales estimulando la comunicación no verbal.
Facilitar y proponer técnicas de descarga de emociones y control de la ansiedad.
Objetivos específicos:
Sesiones Monográficas
Objetivos específicos:
Objetivos específicos:
Esta parte tal vez debería estar al principio del artículo. Todo nuestro razonamiento
clínico y todas nuestras actividades terapéuticas serán ineficaces si no sabemos manejar
la relación paciente-profesional. Este/a paciente nos va poner a prueba, nos aparecerán
nuestros propios mecanismos de defensa, nuestras propias vulnerabilidades y él/ella los
va utilizar de manera automática para “dominar” la relación y sentirse mejor. Además
los procesos de identificación por parte del terapeuta ocupacional se acentúan en
comparación con otras patologías. Es fácil sentirse “lejos” de la esquizofrenia, pero
delante de los rasgos de personalidad lo automático es que nos identifiquemos con
alguno de ellos. En ocasiones ellos/as nos provocan tal rechazo porque se convierten en
auténticos espejos de los rasgos de personalidad que el propio terapeuta ocupacional no
acepta de sí mismos. La defensa del terapeuta ocupacional es “atacar” al paciente en vez
de “atacarse” a sí mismo.
• El contrato terapéutico: donde pactaremos con los pacientes los objetivos de trabajo y
las normas que van regir durante el tratamiento.
• Bellido, JR (2000). Terapia Ocupacional desde el Hospital de Día: dos casos clínicos .
En Durante, P. Noya, B. Moruno, P. Terapia Ocupacional en Salud Mental: 23 casos
clínicos comentados. Barcelona: Masson.