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UNIVERSIDAD FASTA
Avellaneda 3341
B7602HDQ - Mar del Plata - República Argentina
TE ++54 223 4757076
www.ufasta.edu.ar/proyeccion
proyeccion@ufasta.edu.ar
IMPRESO EN ARGENTINA
Primera Edición - Octubre de 2003
Imprenta: Editorial Martín, Catamarca 3002 Mar del Plata, República Argentina
Tel 0223 4752173. E-mail: editorialmartin@speedy.com.ar -
Aprobada provisoriamente por Res. Min. Nº 456/91 conforme lo establece en el art. Nº 64 de la Ley de Educación Superior 24521
E ste curso ha sido preparado para “principiantes”, entendiéndose aquí
por tales a aquellas personas que abordan el aprendizaje de los “princi-
pios”, es decir, de las verdades fundamentales, según las cuales se comprende
luego todo lo que nos sale al paso.
Aunque no se requiere formación filosófica previa como condición sine qua
non sí se exige o pide cierta disciplina de “estudio”, ya sea la que se haya
adquirido en el ciclo de enseñanza media, o durante los años de vida universi-
taria (o nivel terciario).
Y si aún no se ha tenido disciplina de estudio, podrá accederse bajo la condi-
ción de una firme decisión para adquirirla. La explicación es muy simple: se
trata de abordar una ciencia y no un mero comentario asistemático.
Podríamos precisar entonces, los “tipos” de destinatarios de este curso: alum-
nos de los últimos años de la escuela media (Polimodal); alumnos de nivel
terciario o universitario; docentes de cualquier nivel de enseñanza; profesiona-
les (cualquier profesión y edad); investigadores de cualquier rama del saber,
aunque preferentemente se ordena a aquellos que investigan al hombre (Psicó-
logos, médicos, antropólogos, biólogos, sociólogos, políticos, etc.); adultos
que, aunque no dediquen su vida a lo académico tienen real interés por culti-
var la Filosofía. Lic. Humberto Gerardo Medina
8 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
1
Todo lo que hay en este mundo, los entes móviles, compuestos de materia y forma, como
veremos en la unidad I.
2
S. Th., I, q. 75, prólogo. SOBRE EL MODO DE CITAR LAS OBRAS DE SANTO TOMÁS VÉASE
LA EXPLICACIÓN COLOCADA AL FINAL DEL PRESENTE MÓDULO.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 9
Finalmente, el que adquiera una disciplina podrá llegar a disentir del maestro,
¿por qué no?. Esto no nos debe sorprender, tenemos que admitirlo, aceptarlo. Por
ello aclaramos que no pretendemos imponer dogmáticamente lo que Santo Tomás
argumenta, máxime en una materia que no es “de fe” sino de estricta razón como
lo es todo objeto que aparece en el ámbito “filosófico”. El ámbito de la fe lo reser-
vamos para las verdades del Dogma, definidas y enseñadas por el Magisterio de la
Iglesia Católica y fuentes de otra ciencia más elevada, a saber, la Teología que es
“Sacra Doctrina”.
Sabemos, sin embargo, que un elevado bien se seguirá para aquellos que amen
la verdad y busquen ayuda en esta enseñanza para alcanzarla, aunque sea sólo en
el dinamismo de seres “viadores” (en camino), precisamente para caminar en la
alegría de una Verdad que ya llegó, pero que es ante todo Esperanza, por lo infinito
que promete.
PERSPECTIVA FILOSÓFICA:
se investiga desde la sola razón
CIENCIA OBJETO FORMAL: principios del ser y el obrar humanos
PERSPECTIVA TEOLÓGICA:
se investiga desde la Revelación
EL HOMBRE ES
ANTROPOLOGÍA SEMOVENTIA-INMANENCIA PERFECTIVA
UN VIVIENTE
ENTENDIMIENTO-ABSTRACCIÓN -HÁBITOS
VIDA INTELECTIVA
(especulativos:intelecto, ciencia, sabiduría)
DEL HOMBRE
(prácticos: prudencia,arte)
VOLUNTAD-LIBERTAD-VIRTUDES:
Justicia, Fortaleza, Templanza.
(MORALES-CARDINALES)
OBJETIVOS DE LA INTRODUCCIÓN
• Situar al alumno en el ámbito científico del presente curso.
• Conocer la amplitud y profundidad del saber antropológico, sus límites, su
jerarquía entre las ciencias.
TEMARIO DE LA INTRODUCCIÓN
1. El objeto de Antropología Filosófica.
2. El orden de la Antropología en el conjunto de las ciencias.
20 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
MAPA CONCEPTUAL
QUO
FORMAL
CIENCIA OBJETO
MATERIAL QUOD
zoología, etc.
SACRA DOCTRINA
LA CIENCIA ANTROPOLOGICA
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
Estas actividades de 1. Escriba tres frases que considere usted importantes en los siguientes temas:
aprendizaje que le CIENCIA:
proponemos son
una guía para la re- ANTROPOLOGÍA:
flexión, relación, SUBALTERNACIÓN:
comprensión y aná-
TEOLOGÍA:
lisis de los temas
desarrollados en esta 2. Busque en dos o tres diccionarios la palabra “ciencia” y confronte el signifi-
unidad cado que allí aparece con el contenido enseñado en esta introducción.
3. Elija una ciencia que estudie al hombre que no sea la antropología, e intente
definir su objeto formal. Luego averigüe si existe tal definición en manuales de
esa ciencia.
4. Elabore al menos dos ejemplos de relación de subalternación entre ciencias
que estudien algo de la naturaleza del mundo.
5. Elabore una explicación acerca de la necesidad de dar unidad a los saberes y
relacione sus conclusiones con la situación que observa en las ciencias hoy (se-
gún su conocimiento o experiencia del mundo científico).
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 25
AUTOEVALUACIÓN
1) Seleccione la afirma-
a- Toda ciencia se especifica por su método. ción correcta (sólo
una) y luego verifi-
b- Toda ciencia se especifica por su subordinación a la metafísica. que las claves de
c- Toda ciencia se especifica por su objeto. autoevaluación al fi-
nal del módulo
2)
a- El hombre se estudia en Filosofía a la luz de la Fe.
b- El hombre se estudia en Filosofía a la sola luz de la experiencia sensible.
c- El hombre se estudia en Filosofía a la luz de la sola razón natural.
3)
a- La antropología filosófica se subalterna a las matemáticas y a la Teología.
b- La antropología filosófica se subalterna a la metafísica y a la Filosofía de la
naturaleza.
c- La antropología filosófica se subalterna a la biología y a la sociología.
4)
a- La ciencia superior se llama subalternante.
b- La ciencia superior se llama subalterna.
c- La ciencia superior se llama autónoma.
5)
a- La Metafísica es subalternante de todas las ciencias humanas.
b- La Metafísica es subalternante de toda ciencia en absoluto.
c- La Metafísica sólo es subalternante de las ciencias filosóficas.
6)
a- La Antropología necesita los conocimientos de la Física para entender el
espíritu.
b- La Antropología necesita los conocimientos de la Metafísica para entender el
espíritu.
c- La antropología necesita los conocimientos de la biología para entender el
espíritu.
7)
a- La Sacra Doctrina se distingue de la Filosofía por el objeto formal “quo”.
b- La Sacra Doctrina se distingue de la Filosofía por el objeto formal “quod”.
c- La Sacra Doctrina se distingue de la Filosofía por el método.
26 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
8)
a- La Sociología abarca todos los conocimientos de la Antropología.
b- La Sociología ilumina a la Antropología.
c- La Antropología ilumina a la Sociología.
9)
a- La ciencia se caracteriza por estar siempre cambiando sus conocimientos.
b- La ciencia se caracteriza por la certeza demostrativa de sus principios.
c- La ciencia se caracteriza por ser un conocimiento de pocos hombres.
10)
a- El objeto formal “quo” es el aspecto principal que se estudia de algo.
b- El objeto formal “quo” es la luz con la que se estudia el objeto formal “quod”.
c- El objeto formal “quo” es la causa última de algo.
C on esta unidad nos situamos en una ciencia llamada comúnmente
Filosofía de la Naturaleza o cosmología (también: Física filosófica). Es
la ciencia que estudia a los entes móviles o corpóreos, entendiendo como tales
a los entes compuestos de materia y forma, a distinción de los espíritus, que
consisten sólo en formas sustancialmente inmateriales (los ángeles).
Se trata pues del “mundo”, tal como se entiende normalmente este vocablo,
como aquello distendido en las coordenadas del tiempo y el espacio, aunque
para ser más precisos, tenemos que decirle “mundo visible” o “mundo sensi-
ble”, porque es el que cae inmediatamente ante nuestros sentidos (entre los
cuales la vista ocupa un papel primordial, como veremos más adelante).
El mundo de los espíritus es en tal sentido el “mundo inteligible”, que quedará
para el tratamiento de unidades posteriores, las más importantes, por cierto.
OBJETIVOS DE APRENDIZAJE
1. Ofrecer al alumno una “base conceptual” que le permita entender la cons-
titución física del hombre, en tanto éste es una creatura perteneciente al
mundo material.
2. Contactarse con el modo propiamente filosófico para tratar los temas,
teniendo como horizonte de reflexión, antes que el hombre mismo, la totali-
dad del mundo, como conjunto ordenado de realidades que manifiestan una
jerarquía de perfecciones, según la perfección de la forma sobre la materia.
3. Sobre ese horizonte de reflexión, aprender a observar en su conjunto los
fenómenos del cambio y los diversos tipos de causalidades que fundamentan
y dinamizan el universo.
TEMARIO DE LA UNIDAD I
1. La composición “materia y forma”.
2. La composición “sustancia y accidentes”.
3. El cambio en las sustancias corpóreas.
4. La causalidad en las sustancias corpóreas.
30 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
MAPA CONCEPTUAL
SUSTANCIA
* 10 PREDICAMENTOS
CANTIDAD
CUALIDAD
RELACIÓN
ACCIÓN
ACCIDENTES PASIÓN
LUGAR
POSICIÓN
ENTE MÓVIL TIEMPO
POSESIÓN
MATERIAL
INTRÍSECAS
FORMAL
* 4 GÉNEROS DE CAUSAS EFICIENTE
EXTRÍNSECAS
FINAL
SUSTANCIAL
* CAMBIOS
ACCIDENTAL
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 31
complementarlas (sentido originario), sea para afectarlas o destruirlas. Así, por ejem-
plo, el color puede embellecer una sustancia, la disposición de los órganos colaborar
con la salud, o, en el sentido de la destrucción, el calor puede afectar de tal modo
una sustancia que termine por quemarla o consumirla.
En las sustancias corpóreas o móviles hay nueve categorías accidentales (llama-
das “predicamentos”), descubiertas por Aristóteles: cantidad, cualidad, relación,
acción, pasión, lugar, posición, tiempo y posesión. Demos algunos ejemplos: esta
noche (tiempo) iré de paseo (acción) con mi esposa (relación) al cine (lugar) de la
calle Alberti (posición); aunque estoy un tanto cansado (pasión) debo hacerlo pero
cuidando de abrigarnos bien (posesión)...
Algunos accidentes pueden realizarse principalmente en la materia y otros en la
forma. Así, por ejemplo, la cantidad afecta a la materia, mientras que los hábitos
morales (Ej. generosidad, afabilidad, etc.), que son un modo de “cualidad”, afectan
principalmente el alma del hombre, que es su forma sustancial, como veremos.
qué material usar en alguna construcción, tratamos de pensar cuál ofrece menos
límites para alcanzar la forma buscada);
• la causa formal pone el grado de perfección en el efecto, su modo esencial
(como es por ejemplo, de diverso grado de perfección, el que una misma materia
sea receptiva de una forma o de otra, así como las sustancias inorgánicas parti-
cipan de más perfección al integrar el cuerpo humano que al estar en una roca);
• la causa eficiente comunica o participa su propia forma al paciente (Ejem-
plo: cuando es generado un nuevo ser humano, los padres, que son “con-cau-
sas” de la generación, en el orden de la causa eficiente, le transmiten algo de su
ser al hijo: en primer lugar, los padres humanos le transmiten al hijo la naturale-
za humana; además, le transmiten algo de la naturaleza individual de cada uno:
el parecido que tiene el hijo respecto del padre o de la madre2);
• por último, la causa final, la cual pone en el efecto la atracción y la perfec-
ción última (como Dios atrae al hombre como su última perfección o felicidad).
Es de capital importancia obtener desde el principio de nuestro estudio una
imagen del mundo que integre las composiciones estudiadas (materia y
forma, sustancia y accidentes) con la comprensión del múltiple dinamismo estable-
cido por los distintos géneros de causa.
Toda vez que se pretenda dar explicación de algo de este mundo aparecerán
estas nociones, aun cuando se trate de cosas íntimas del alma humana, pues nues-
tra alma es un ser “en el mundo”.
El universo entero puede ser visto entonces como un conjunto estructurado o
“compuesto” en recíproca causalidad, según un orden de jerarquía entre las causas,
en conexión necesaria con la causa primera que es Dios.
5. Conclusiones de la Unidad I
El hombre aparece en primer lugar como una sustancia que se genera del mismo
modo que se genera cualquier cuerpo: por vía de la composición de una materia
prima con su forma sustancial.
Este modo de composición nos pone en el universo de los cambios o mutacio-
nes, de las cosas sujetas a generación y corrupción; el mundo de causalidades
múltiples.
Por estos principios podemos empezar a entender tan basto conjunto de cosas,
entre las cuales el hombre está inmerso.
El hombre es sustancia, pero está determinado por muchas categorías acciden-
tales, que muchas veces le ayudan o complementan y otras veces le afectan y
destruyen. Es “materia” de muchas perfecciones; es a la vez, artífice de su destino.
El hombre es causa, pero es también efecto. En el trascurso de los temas tendre-
mos que ir delineando el modo en que esto se verifica, la medida de la actividad
humana y de su protagonismo en el orden de la perfección del universo.
2
Y así se entiende la sentencia: “todo agente obra por su forma” (específica o individual),
pues, como vimos al tratar de la composición materia-forma, la forma es el principio activo (la
materia es principio pasivo).
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 35
Si todo agente obra por su forma y así obra por un fin, tendremos que saber a
ciencia cierta cómo es la “forma humana”, para saber cuál es el fin o perfección al
que tiende todo el accionar humano.
Éste es nuestro hábitat. Si bien sabemos que nuestro destino es principalmente
espiritual, sabemos que no se alcanza sino mediante el devenir del hombre en el
tiempo-espacio, en el mundo de las cosas móviles y en él debe el hombre confor-
marse hacia su último destino.
Es muy comprensible, al respecto, la experiencia angustiosa del cambio del hombre
antiguo, que se veía muchas veces como un puro flujo de sensaciones o apariencias,
que acababan en la enfermedad y la muerte.
36 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
1. Escriba tres frases que considere usted importantes en los siguientes temas: Estas actividades de
ENTE MÓVIL: aprendizaje que le
proponemos son
MATERIA:
una guía para la re-
FORMA: flexión, relación,
comprensión y aná-
SUSTANCIA:
lisis de los temas
ACCIDENTES: desarrollados en esta
CAMBIO: unidad
CAUSALIDAD:
2. Contemple un paisaje en el que pueda observar cosas diversas y enumere
las sustancias que observa. Distinga el grado de unidad de cada una de ellas
(la piedra no alcanza la unidad del árbol, por ejemplo... ¿y el aire, las estre-
llas?).
3. Piense en usted mismo y distinga su ser sustancial de los accidentes (tanto
accidentes que note en su cuerpo como los que note en su interioridad) que le
modifican. Trate de discernir cuáles de los accidentes son más importantes
para su ser sustancial.
4. Elija algún ser natural y trate de indagar en él los cuatro géneros de causas.
5. Busque conversar con alguien dedicado a la ciencia Física y consúltele
sobre su conocimiento de la composición “materia-forma” en los seres mate-
riales, sobre la causa final de las mismas... dialogue sobre el modo que tiene la
ciencia actual de comprender la estructura y finalidad del dinamismo en el
universo.
38 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
AUTOEVALUACIÓN
Seleccione la afirma- 1)
ción correcta (sólo a- La constitución propia del ente móvil es “materia-forma”.
una) y luego verifi-
b- La constitución propia del ente móvil es “materia prima-forma accidental”.
que las claves de
autoevaluación al fi- c- La constitución propia del ente móvil es “sustancia-accidentes”.
nal del módulo
2)
a- La sustancia existe en otra sustancia que es accidental.
b- La sustancia sostiene en la existencia a los accidentes.
c- Los accidentes tienen existencia propia.
3)
a- Los accidentes son seres poco importantes.
b- Los accidentes son seres que inhieren en una sustancia.
c- Los accidentes son seres que aparecen y desaparecen.
4)
a- La causa se expresa de algún modo en el efecto.
b- La causa aparece completamente en el efecto.
c- Hay causas que no imprimen nada suyo en el efecto.
5)
a- El cambio se explica filosóficamente por el desplazamiento de los átomos.
b- El cambio se explica filosóficamente por la cantidad de energía.
c- El cambio se explica filosóficamente por la constitución materia-forma.
6)
a- El cambio sustancial es el que afecta algo importante.
b- El cambio sustancial es la acción recíproca de dos sustancias.
c- El cambio sustancial es el que afecta la constitución sustancial de algo.
7)
a- La materia es acto de la forma.
b- La forma es acto de la materia.
c- La forma es potencia para muchas materias.
8)
a- Todo agente obra por beneficio propio.
b- Todo agente obra por un fin.
c- Todo agente obra por necesidad.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 39
9)
a- Todo efecto muestra la existencia de una causa.
b- Sólo los efectos más perfectos muestran la existencia de la causa.
c- A veces los efectos mínimos indican la existencia de una causa.
10)
a- La forma es por la materia.
b- La forma recibe el ser de la materia.
c- La materia recibe el ser de la forma.
E n el mundo de los cuerpos, el cosmos de la generación y de la corrup-
ción, el fenómeno de la vida emerge como un modo de perfección supe-
rior a la corporeidad misma. Hallamos en el mundo los “seres vivientes”.
El reino de la vida ha sido y seguirá siendo un gran misterio para las ciencias en
general. Pensemos por ejemplo en las dificultades que suscita el tema del origen
de la vida en nuestro planeta. Todavía no se ha dado una explicación científica-
mente probada del surgimiento de la vida, es decir, de la causas de la vida en el
mundo.
Para la mayoría de los científicos la vida es un fenómeno harto atractivo pero que
encierra innumerables misterios. Se supone que “emerge” desde la materia
inorgánica, pero no se sabe cómo ha ocurrido este hecho. Muchos ensayos en
laboratorio han dado como resultado sólo una aproximación material al asunto:
la síntesis de aminoácidos no es más que eso. La cuestión es más formal, pues los
aminoácidos sólo constituyen el principio material del viviente en este mundo, es
decir, el cuerpo orgánico.
Se supone además que el dinamismo de la vida en el mundo se ha desplegado
según un orden evolutivo que va desde los organismos unicelulares hacia los
animales más completos, entre los cuales descuella el hombre. Pero los pasos
fundamentales de esa evolución permanecen en la penumbra del misterio. Las
diversas teorías evolucionistas (pues son varias) no han podido todavía dar una
respuesta acabada.
Sabemos que en el tiempo hubo un despliegue progresivo de perfecciones, y de
eso nadie que esté en sus cabales podría dudar. Pero esto no es todavía “la teoría
de la evolución”.
La Iglesia Católica apoya con fervor las investigaciones, pero no porque crea dar
lugar a la explicación del surgimiento de la vida a partir de las simples leyes físico-
químicas de la materia inanimada, ni tampoco porque crea que es posible hallar
la explicación del hombre sólo por “evolución” de los dinamismos del mono u
otro animal. La Iglesia ha examinado a fondo los argumentos de las teorías
evolucionistas y ha decidido apoyar la “seria investigación”, es decir, la que no es
“ideológica” (es decir, con pre-juicios antirreligiosos), asentando desde el co-
mienzo la existencia de principios filosóficos y teológicos explicativos del origen
del mundo y del hombre que se ponen por encima de las ciencias llamadas
“positivas”. Y no se trata de una posición tomada “contra la razón”, sino preci-
samente por conocer el campo propio de la razón, la Iglesia sabe hasta dónde
llegan los recursos de las ciencias.
En fin, estos y muchos otros temas que sacuden el ámbito de las investigaciones
humanas sobre la vida, manifiestan que estamos ante un auténtico “misterio”, es
decir, un hecho que puede ser conocido, pero sólo en parte, pues su última
intelección escapa a la humana ciencia.
En esta unidad tenemos que explicar, hasta donde nos sea posible, lo esencial del
fenómeno de la vida y describir la conformación de los distintos grados de vida
que conocemos según nuestra experiencia natural, humana, aunque esto nos
posibilitará hacer aproximaciones a una comprensión más acabada de la vida, es
decir, a una comprensión metafísica de la misma, que alcanza a Dios mismo,
pues “Dios es suma vida”.
44 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
OBJETIVOS DE APRENDIZAJE
1. Comprender el fenómeno de la vida en toda su extensión y profundidad,
hasta donde nos sea posible.
2. Adquirir el uso de los términos que expresan la realidad de la vida en el
cuerpo (alma – potencias vegetativas) y de aquellos que hacen al conocimien-
to y la tendencia (tanto de la esfera sensitiva o animal como de la esfera
humana o racional).
TEMARIO DE LA UNIDAD II
1. El descubrimiento filosófico de la vida en las sustancias corpóreas.
2. La unidad sustancial de alma y cuerpo.
3. Emanación de potencias del alma y su especificación.
4. Distinción de las potencias operativas del alma y grados de vida.
5. Generación y orden de las potencias operativas del alma.
MAPA CONCEPTUAL
EN LOS CUERPOS
Nutritiva.
Generativa.
Tacto.
Gusto.
Sentidos Olfato.
Externos Oído.
Vista.
Grados de vida
Con sus potencias Sentido común.
Vida sensitiva Sentidos Imaginación.
Internos Estimativa.
Memoria.
Apetitos Concupiscible.
Sensitivos
Irascible.
Locomotiva
Entendimiento
Vida racional
Voluntad
46 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
1
S. Th. I, q. 18, a. 1, in c.
48 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
Y se define al Y se define al alma como “acto primero de un cuerpo orgánico que tiene la
alma como “acto vida en potencia”.
primero de un El vivir es acto primero o sustancial que da el operar con propio dominio, como
cuerpo orgánico en las sustancias corpóreas da toda una serie de capacidades operativas que se
que tiene la vida despliegan en el transcurso del “tiempo de vida” (tema que en breve expondremos)
en potencia”. y se dicen actos segundos.
“... Aristóteles no dice que el alma sea solamente el acto del
cuerpo, sino acto de un cuerpo físico, orgánico, que tiene la vida en
potencia...se dice que el alma es el acto del cuerpo, puesto que por
ella el cuerpo existe, y está organizado y tiene la vida en potencia. Se
dice empero acto primero comparativamente al acto segundo, que es
la operación...”2.
El alma no es un cuerpo, sino acto de un cuerpo, precisamente el acto que le
constituye como “viviente”. Es importante que vayamos recalando permanente-
mente en la distinción “acto-potencia”, “forma-materia”. Tenemos que superar el
modo “materialista” al que nos han estado acostumbrando en las escuelas de nues-
tro tiempo, que no ven más que “materia”, aunque con éste término no designan
propiamente la materia sino algo “unificado” (lo que nosotros llamamos “materia-
forma”) con la intención de evitar nuestra distinción y así no comprometer el pensa-
miento en una marcha hacia lo espiritual o forma pura.
Si hablamos de cuerpo con vida, es que no estamos hablando simplemente de
cualquier “cuerpo”, sino de alguna composición “materia-forma”, en la cual el
cuerpo es materia receptora de una perfección o forma que es la vida. Si los cuerpos
viviesen por el sólo hecho de ser cuerpos, todo cuerpo viviría, lo cual es absurdo;
choca con la experiencia más elemental. Para tener vida, debe darse una composi-
ción “materia-forma” muy especial, en la cual la forma sustancial no sólo otorga la
“corporeidad según determinada especie” sino que da la vida.
“...se dice ser alma el primer principio de vida, que anima a todos
los seres vivientes (corpóreos); pues llamamos animados a los seres
(corpóreos) que viven, e inanimados a los que carecen de vida... es
bien notorio que no es alma cualquier principio de operación vital,
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 49
pues en tal caso sería alma el ojo, que es cierto principio de la visión
(que es acción vital)... es evidente que el ser principio de vida o vivien-
te no es cosa que conviene al cuerpo, precisamente por ser cuerpo: de
otro modo todo cuerpo sería viviente o principio de vida. Conviene
pues a algún cuerpo ser viviente...por ser tal cuerpo; y lo que es tal en
acto lo es en virtud de algún principio que se dice acto suyo...”3.
Y si el alma es la forma sustancial de la sustancia corpórea viviente, debe estar
presente como “acto sustancial” en todo el cuerpo, porque nada sería parte de
“algo” si no tuviese la forma sustancial de eso. Así la forma sustancial del agua, está
en cada molécula y en cada átomo; de lo contrario, la parte que no esté recibiendo
el ser de esa forma sustancial sencillamente no sería parte de esa sustancia.
El alma pues está tanto en el brazo como en los pies o en el cerebro...
“... si el alma estuviese unida al cuerpo únicamente como motor,
se podría decir que no está en cada parte del cuerpo, sino en una sola,
por la cual daría movimiento a todas las demás. Pero, estando el alma
unida al cuerpo como su forma, es necesario que esté en el cuerpo
todo y en cada una de sus partes; porque no es forma accidental del
cuerpo, sino su forma sustancial. Pero la forma sustancial no es sola-
mente la perfección del todo, sino también la de cada parte; pues,
componiéndose el todo de partes, la forma del todo, que no da el ser
a cada una de las partes, es una forma, que es composición y orden,
como la forma de una casa; y tal forma es accidental, mientras que el
alma es una forma sustancial, y por consecuencia debe necesariamen-
te ser la forma y el acto, no solamente del todo, sino también de cada
parte... el acto está en aquello, de que es acto; y por lo tanto el alma
está en todo el cuerpo y en cada una de sus partes...”4.
Se ve entonces que las sustancias vivientes de este mundo están constituidas por
una unión “sustancial” de alma y cuerpo. Esto vale tanto para las plantas como
para los animales y el hombre. El hombre no es ni sólo el alma, ni sólo el cuerpo,
sino el alma y el cuerpo conjuntamente:
“...la definición de los seres naturales no significa únicamente la forma, sino la
forma y la materia. La materia es pues parte de la especie en los seres naturales...
dado que debe pertenecer a la sustancia de la especie todo cuanto es común a la
sustancia de todos los individuos contenidos bajo esa especie...”5.
2
S. Th. I, q. 76, a. 4, ad 1.
3
S. Th. I, q. 75, a. 1, in c.
4
S. Th. I, q. 76, a. 8, in c. En este artículo expone Santo Tomás bellamente otro argumento
tomado de la doctrina a cerca del todo y de la parte, pero creemos que para comenzar es
suficiente con el argumento que expusimos.
5
S. Th. I, q. 75, a. 4, in c.
50 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
Sigamos: ¿Cómo Sigamos: ¿Cómo se distinguen las potencias del alma entre sí? Las diversas
se distinguen las potencias se distinguen unas de otras por sus objetos, ya que toda potencia
potencias del alma se ordena a un acto determinado como la potencia de crecer en las plantas se aplica
entre sí? Las di- a su acto que es “crecer”, tomando el alimento del entorno. Y ese acto de crecer, a
versas poten- su vez, apunta como “objeto” a alcanzar el tamaño adecuado según la especie del
cias se distin- vegetal. La potencia se conoce por su acto y éste por su objeto.
guen unas de Esto vale tanto para una potencia pasiva, como para una potencia activa.
otras por sus
Así en la vista, que es potencia pasiva o receptora, el color (objeto propio de la
objetos
vista) es como el principio que imprime en ella su forma (semejante a la impresión
de una forma cualquiera en una materia, aunque debemos advertir siempre que al
tratarse de una acción vital, el origen primero de esta actividad es el propio viviente,
claro que su acción no se verifica sino con cierta “pasividad”).
Tratándose de una potencia activa (en capacidad de actuar alguna forma por sí
misma) el objeto es a modo de término o fin, como es el caso mencionado del
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 51
6
S. Th. I, q. 77, a. 1, in c.
7
S. Th. I, q. 77, a. 3, in c.
8
S. Th. I, q. 78, a. 1, in c.
9
S. Th. I, q. 78, a. 1, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 53
10
S. Th. I, q. 78, a. 2, in c.
54 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
No hay más que Una sola alma, la humana, posee los tres grados de vida mencionados. No hay
una sola alma en más que una sola alma en el hombre, que contiene todas las perfecciones inferiores.
el hombre, que La razón está en que las formas superiores siempre contienen eminentemente las
contiene todas las perfecciones de la formas inferiores:
perfecciones infe- “...el alma sensitiva, nutritiva e intelectiva es numéricamente una
riores. misma en el hombre.... Se advierte que las especies y las formas de las
cosas difieren entre sí, según que son más o menos perfectas. Así en el
11
S. Th. I, q. 78, a. 1, ad 4.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 55
orden de la naturaleza los seres animados son más perfectos que los
inanimados, los animales más que las plantas, los hombres más que
los animales... (Aristóteles) De an. l. 3, t. 30 y 31 compara las diversas
almas a las especies de figuras de las cuales una contiene a otra como
el pentágono contiene al cuadrilátero, y le excede. Así pues el alma
intelectiva contiene en su virtud todo lo que hay en el alma sensitiva de
los brutos y en la nutritiva de las plantas...”12.
6. Conclusiones de la Unidad II
Conocemos la vida por sus operaciones. Así llegamos a advertir la noción esen-
cial de semoventia e inmanencia de las acciones vitales.
Y como la vida no puede ser explicada desde la simple composición de los
cuerpos, es preciso advertir que estamos en presencia de un principio especialísimo,
dador de vida al cuerpo, a modo de su acto primero o forma sustancial.
Por las operaciones conocemos el alma y su jerarquía entre los vivientes. Distin-
guimos sus potencialidades según el grado de perfección o universalidad al que
tienden y las agrupamos en tres grados de vida: vegetativo, sensitivo y racional.
Esto nos permite ya tener una serie de nociones claves para interpretar la natu-
raleza humana: el hombre es cuerpo y es vida.
A partir de ahora corresponde comenzar a elevarnos en la consideración de las
esferas más perfectas de la vida, que se hallan en el hombre, a saber, la vida
sensitiva y la vida racional. No abordaremos detalladamente la vida vegetativa pues
la consideramos de poca importancia a la hora de entender el rango ontológico del
hombre.
Para este último cometido, que constituye el objeto principal de nuestro curso,
tenemos que abordar de lleno los temas que descubren la espiritualidad humana, es
decir, los temas del conocimiento y sus correspondientes apetitos.
15
S. Th. I, q. 77, a. 4, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 57
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
Estas actividades de 1. Escriba tres frases que considere usted importantes en los siguientes temas:
aprendizaje que le VIDA:
proponemos son
una guía para la re- ALMA:
flexión, relación, POTENCIAS OPERATIVAS:
comprensión y aná-
2. Consulte un manual de biología que se utilice en las escuelas de enseñanza
lisis de los temas
media (si puede acceder a un manual universitario mejor) y extraiga conceptos
desarrollados en esta
sobre la noción esencial de la vida que allí encuentre. Luego confróntelo con la
unidad
noción estudiada en esta unidad.
3. Busque tres ejemplos que le parezcan adecuados para comparar el viviente
con el no viviente, según los conceptos estudiados.
4. Elabore una concatenación de acciones de distintas potencias del alma hu-
mana (al menos tres) que se hallen ordenadas desde la menos perfecta a la más
perfecta.
5. Deténgase a observar su propio pensamiento, trate de captar la “semoventia”
propia de la acción de pensar (impulso espontáneo, dominio del obrar, inmanen-
cia perfectiva).
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 59
AUTOEVALUACIÓN
1) Seleccione la afirma-
a- El animal se caracteriza por la complejidad de su biología. ción correcta (sólo
una) y luego verifi-
b- El animal se caracteriza por el movimiento local.
que las claves de
c- El animal se caracteriza por la vida sensitiva. autoevaluación al fi-
nal del módulo
2)
a- El alma es esencialmente motor del cuerpo.
b- En un viviente corpóreo el alma es forma sustancial del cuerpo.
c- En un viviente corpóreo el alma es motor de algunos órganos importantes.
3)
a- Las potencias del alma son principios de acciones hacia fuera.
b- Las potencias del alma su principios próximos de operaciones.
c- Las potencias del alma son fuerzas para que el alma crezca.
4)
a- Las potencias inferiores sostienen a las potencias superiores.
b- Las potencias inferiores sirven a las potencias superiores.
c- Las potencias inferiores tienen vida independiente de las superiores.
5)
a- El cuerpo es la materia que recibe la vida del alma.
b- El cuerpo es el fundamento de la actividad del alma.
c- El cuerpo es la forma que recibe la vida del alma.
6)
a- El hombre tiene un alma por cada grado de vida.
b- El hombre tiene un alma y un grado de vida.
c- El hombre contiene en su única alma los tres grados de vida.
7)
a- El cuerpo y el alma están unidos por un órgano.
b- El cuerpo se une al alma por el pensamiento.
c- El cuerpo y el alma están unidos como materia y forma.
8)
a- La vida más perfecta implica mayor movimiento.
b- La vida más perfecta implica más dominio del propio obrar.
c- La vida más perfecta implica mayor cantidad de órganos.
60 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
9)
a- Cada potencia del alma busca un objeto propio.
b- Cada potencia del alma busca la perfección de algún órgano.
c- Cada potencia del alma se busca a sí misma como fin.
10)
a- El hombre es cuerpo y alma espiritual.
b- El hombre es cuerpo y sensaciones.
c- El hombre es sólo un ser inteligible.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 61
TRABAJO PRÁCTICO Nº 1
Después de la entrevista, realice una síntesis ordenada (distinguiendo los resulta-
dos por profesiones) y envíela al profesor según fecha establecida.
...nuestra sensibi- Otra dificultad reside en que nuestra sensibilidad no aparece “aislada” de nues-
lidad no aparece tro pensamiento y nuestra voluntad, sino compenetrada con estos dinamismos de
“aislada” de nues- la esfera superior del psiquismo humano. Nuestro mundo perceptivo y tendencial
tro pensamiento y incluye en forma espontáneamente articulada el concurso de todos los sentidos,
n u e s t r a del pensamiento y de todos los apetitos.
voluntad,sino Tenemos que asumir ahora el desafío de la distinción, enumeración y caracte-
compenetrada rización de cada una de las facultades psíquicas que intervienen en este delicado y
con estos dina- complejo proceso cognoscitivo-tendencial llamado “sensibilidad”.
mismos de la es-
Como las potencias del alma se definen por su objeto, habrá que establecer
fera superior del
muy bien el objeto de cada potencia sensitiva del hombre.
psiquismo huma-
no. Luego habrá que considerar todo esto en movimiento, según el orden natural
de sus operaciones, y finalmente tendremos que tratar de contemplar el significa-
do de conjunto que arroja la dimensión sensitiva en la totalidad de la vida humana.
Queremos que el alumno alcance a valorar la propia experiencia sensitiva en
orden a la totalidad de la vida humana. Para ello tendrá que llegar no sólo a
memorizar la teoría fundamental sino que es preciso que llegue a poseer la habi-
lidad de interpretar la experiencia desde el discernimiento de los dinamismos sen-
sitivo-afectivos.
En cuanto a la esfera del conocimiento sensitivo, el alumno debe ser capaz de
superar el craso materialismo que tiene atrapada la mente de muchos científicos y
parece hoy ser moneda corriente cuando se quiere explicar el conocimiento. Debe
comprender con claridad el carácter “inmaterial” de todo conocimiento.
En cuanto a la esfera de lo afectivo o pasional, el alumno debe ser capaz de
distinguir una pasión de otra, expresar el orden esencial que hay entre las pasiones
y esbozar los principios generales que ordenan el gobierno humano de las mis-
mas.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 67
Objetivos de Aprendizaje
1. Desplegar el panorama de la sensibilidad humana, distinguiendo las faculta-
des psíquicas que la constituyen y mostrando cómo se articulan sus dinamismos
respectivos.
2. Incorporar el lenguaje propio de la realidad cognoscitiva y tendencial de la
sensiblidad humana, aprendiendo fundamentalmente a distinguir las operacio-
nes de este nivel de vida respecto de la esfera racional.
MAPA CONCEPTUAL
P A S I O N E S D E L A L M A
S E N T I D O S
1
La cualidad es un accidente –forma accidental- que determina a una sustancia y puede ser de
cuatro especies (consultar un tratado de Física y Metafísica tomista). La tercera especie se llama
“cualidad pasible” y allí se agrupan las cualidades que determinan la “alteración” de un ente
físico (por lo que se dice que ha padecido alteración), como el cambio de color o de figura. En
estas cualidades, la aparición de una nueva cualidad implica la desaparición de su contraria,
como cuando se adquiere un color, se pierde otro. Cfr. Millán Puelles, A. Fundamentos de
Filosofía. Madrid, Rialp, 1969. pp. 263-266 y 508. (Capítulos X y XVIII, respectivamente).
2
S. Th. I, q. 78, a. 3, ad 1.
70 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
Se observa una alteración común con los demás cuerpos del mundo, en la cual
el paciente es asimilado a la forma del agente, como cuando el fuego asimila por el
calor a un leño. En este tipo de alteración, llamada “alteración o inmutación
física”, el sujeto alterado (paciente) pierde su forma anterior, en mayor o menor
medida, según la intensidad del influjo del agente. Así el calor va calentando el leño
hasta que, finalmente le hace perder su figura y hasta su forma sustancial, transfor-
mándolo en cenizas. Lo mismo ocurre cuando un cuerpo cambia de un color a otro;
si pasa, por ejemplo, de amarillo a verde, es necesario que pierda el amarillo para
ganar el verde, siempre hablando del mismo cuerpo o extensión corpórea, claro.
Pero este tipo de alteración o inmutación sólo es el inicio del proceso cognoscitivo
“sensorial”. Podemos observar, por ejemplo, cómo se produce en la sensación del
tacto, respecto del calor: el calor (objeto del tacto) altera la piel (órgano del tacto);
y mientras más se prolonga el influjo o más intenso es más alterada se ve la piel,
perdiendo la forma que tenía (el grado de calor o incluso la figura, para ganar una
nueva cualidad).
Sin embargo, esto es sólo la antesala del conocimiento. No podemos reducir
el conocimiento a un proceso “físico”. Con una argumentación muy sencilla lo
probamos: si el conocimiento en cuanto tal consistiera en una alteración física, todo
cuerpo que se altera se diría “cognoscente” (por ejemplo, el agua que se calienta), lo
que resulta absurdo.
...lo propiamen- Demos el paso decisivo: lo propiamente cognoscitivo de las sensaciones consiste
te cognoscitivo pues en llegar a poseer la forma de lo otro sin su materia. Se trata de una recep-
de las sensacio- ción “inmaterial”; al menos en algún grado de desprendimiento de la materia. Es
nes consiste pues éste un tema arduo que debemos entender muy bien, para avanzar en nuestro
en llegar a poseer estudio del conocimiento y la espiritualidad del hombre.
la forma de lo
Que yo conozca el “árbol” significa que he incorporado por mi sensibilidad su
otro sin su mate-
forma, pero ésta no se halla en mí “hecha de madera y otros tejidos”. No ingresa en
ria.
mi interioridad la materia concreta e individual de ese árbol, sino su forma, en algún
grado ya desprendida de su materia, al menos, de su materia individual y concreta3.
Y observamos además, que la forma del árbol no es recibida como la materia
recibe a la forma sino que se recibe tal cual es, sin la limitación propia de individua-
ción de una materia cuantificada concreta.
Si no advertimos esta “inmaterialidad” en las sensaciones, no podemos explicar
que se trate de un “conocimiento”, pues reducir la recepción sensorial a un proceso
de pura alteración física es quedar en el plano de las acciones entre cuerpos y no
descubrir el ente “cognoscitivo” que ya aparece aunque se trate de un ínfimo grado
del mismo.
3
Los grados de inmaterialidad manifestarán los grados del conocimiento, como iremos viendo
en el avance de los temas.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 71
4
S. Th. I, q. 78, a. 3, in c.
72 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
primeros filósofos griegos, llamados cosmólogos, entre los cuales se destaca la teo-
ría de EMPÉDOCLES, para quien el conocimiento se realiza por lo semejante, es
decir, el conocimiento del agua, por el agua que tiene el que conoce, el fuego por el
fuego, mediante “efluvios” que salen de las cosas y llegan a los sentidos:
“vemos la tierra con la tierra, el agua con el agua, el divino éter con el éter, con
el fuego el fuego destructor, el amor con el amor, y el odio, en fin, con el dañino
odio”5.
Para DEMÓCRITO (y los atomistas, en general) esos efluvios serán sólo migra-
ción de átomos en el vacío; movimientos de partículas que migran de las cosas
hacia nuestros sentidos para reproducir las cosas en nosotros6.
Y mucho más adelante, sin el estado de ingenuidad propia de aquellos filósofos
que dieron origen a la Filosofía, hallamos en el pensamiento moderno a los empiristas,
llamados así por el reclamo que hacen de la “experiencia” en el saber científico,
aunque ellos reducen la experiencia a la “experiencia de los sentidos” (negando una
“experiencia intelectiva”, por ejemplo) y reduciendo a su vez la experiencia sensible
al influjo físico de las cosas. Tal es el caso de DAVID HUME, para quien incluso el
pensamiento es como un resabio debilitado de las sensaciones. Su posición se expli-
ca si comprendemos que sólo reparan en la “inmutación física” mientras que la
“inmutación espiritual” les pasa inadvertida o a veces resulta negada ex-profeso en
virtud de un prejuicio contra la doctrina de la abstracción, propia del pensamiento
de Aristóteles y el de Santo Tomás.
Nos bastan estos autores para exponer toda una línea de tendencias en el pensa-
miento, que es antigua y es moderna, y llega hasta nuestros días (los errores se
repiten, muchas veces sin saberlo).
Hoy nos encontramos con otro caso similar, aunque desgraciadamente implica-
do en el quehacer científico. Se trata del pensamiento de aquellas personas que
investigan en “NEUROCIENCIAS”. Se sabe que esta rama de la bio-medicina
ha hecho grandes avances gracias a los recursos otorgados por la resonancia mag-
nética y las computadoras en general. Se ha podido “mapear” el cerebro, detectar
diversas zonas en actividad según diversas actividades del hombre (sueño, recuer-
dos, etc.). Con esto, insisto, se ha realizado un gran avance en orden a solucionar
problemas de la salud humana. Se alcanza un conocimiento más preciso de las
lesiones y de su gravedad...
Pero no en pocos casos, se cree, “ingenuamente” o no, que esos descubrimientos
equivalen a haber descubierto sin más el alma misma, las facultades del conoci-
miento y todas las actividades que estos términos conllevan. Es un grave error y un
daño para la ciencia adoptar esta posición no reflexionada con madurez, extrapolando
problemas filosóficos al ámbito y al método de las ciencias actuales, por cierto, muy
acotados y limitados (esto no se piensa demasiado en nuestros días, claro).
5
Texto de Empédocles citado por Aristóteles en De an., Libro I, Capítulo 1 (404 b).
6
V. Copleston. F. Historia de la Filosofía. Barcelona, Ed. ARIEL. Tomo I. Grecia y Roma. Parte II.
Capítulo 16: “Demócrito de Abdera”.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 73
7
“...enseña Aristóteles De anima, l. 2, t. 106 y sig. que el sentido del tacto es genéricamente
solo uno, pero se divide en muchos sentidos específicamente, por lo cual actúa sobre diversas
contrariedades: mas estos sentidos no se hallan separados o distribuidos en diversos órganos,
sino que residen asociados en todo el cuerpo, no haciéndose notar por eso su distinción. Pero
el gusto, perceptivo de lo dulce y lo amargo, aunque en la lengua está unido al tacto, no así en
el resto del cuerpo, en lo que fácilmente se distingue del tacto. Pudiera no obstante decirse que
cada una de todas aquellas contrariedades convienen en un solo género próximo y todas en un
género común, que es el objeto del tacto en su noción común; mas ese género común es
innominado, como lo es asimismo el género próximo de lo cálido y lo frío” (S. Th. I, q. 78, a.
3, ad 3) … “... el sentido del gusto es... cierta especie de tacto, residente sólo en la lengua: mas
no se distingue genéricamente del tacto, y sí solo comparativamente a otras especies, que se
difunden por todo el cuerpo. Pero, si el tacto es un solo sentido únicamente por la unidad de
razón común del objeto, habrá de decirse que se distingue el gusto del tacto según el diverso
concepto de la respectiva inmutación: dado que el tacto la experimenta natural, y no espiritual
solamente, en cuanto a su órgano y según la cualidad, sobre que propiamente actúa; al paso que
el órgano del gusto no experimenta por necesidad inmutación natural según la cualidad propia-
mente sometida a su acción (de modo que la lengua se haga dulce o amarga), sino según la
cualidad preliminar, fundamento del sabor, es decir, según la humedad (o líquido) objeto del
tacto” (S. Th. I, q, 78, a. 3, ad 4).
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 75
8
S. Th. I, q. 78, a. 3, ad 2
9
Como veremos al tratar de la actividad sensitiva, más adelante.
10
S. Th. I, q. 77, a. 3, in c.
76 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
...a medida que el Ahora demos un paso más: a medida que el conocimiento es más perfecto, el
conocimiento es grado de desprendimiento de la materia es mayor. Esto puede observarse ya en la
más perfecto, el comparación recíproca de los sentidos externos. Se trata de atender a la alteración
grado de despren- o cambio de forma que sucede en el objeto sentido y/o en el órgano del sujeto que
dimiento de la siente.
materia es mayor. En tal aspecto, según el grado mayor de alteración que se verifique en el acto de
un sentido, nos hallamos más cercanos a los procesos meramente corpóreos, es
decir, menos cognoscitivos. Así podemos observar las alteraciones que suceden res-
pecto de las cosas y por las cuales se huele, o saborea... pero también el grado de
alteración en los órganos como la alteración grave que sufre la piel ante el calor...
En esta dirección, señala Santo Tomás que la vista es el sentido menos
alterado, y por ello el más cognoscitivo de los sentidos externos, que llega
a más cosas y con mayor distancia; posee pues mayor universalidad, criterio en el
que venimos insistiendo a propósito de la perfección vital:
“...en algunos sentidos, como en la vista, solo se efectúa una
inmutación espiritual; al paso que en otros tiene lugar además de esa la
natural, ya por parte del objeto únicamente, o ya también por la del
órgano. Por parte del objeto la transmutación natural se verifica por
cambio de lugar en el sonido, objeto del oído, y que se produce por la
percusión y consiguiente conmoción del aire; en tanto que en el olor,
que es el objeto del olfato, hay verdadera alteración, toda vez que es
indispensable cierta descomposición del cuerpo mediante la acción del
calor, para que exhale olor: y por parte del órgano hay natural
inmutación en el tacto y en el gusto, puesto que la mano se calienta al
contacto de lo cálido y la lengua se impregna en la humedad de los
sabores... Los órganos del olfato y del oído ninguna inmutación natu-
ral experimentan, al sentir, como no sea por accidente. La vista, como
exenta de alteración tanto en el órgano como en el objeto, es el más
espiritual y perfecto de los sentidos, y el más común; siguiéndole en
orden el oído; y luego el olfato, que se ejercen con inmutación natural
en el objeto... Los más naturales son el tacto y el gusto... y de aquí es
que los otros tres no funcionan por medio alguno adherente, a fin de
que no afecte al órgano alguna transmutación natural, cual sucede en
estos dos sentidos11.
11
S. Th. I, q. 78, a. 3, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 77
12
Puede leerse con provecho su “Teeteto”.
13
S. Th. I, q. 85, a. 5, ad 3.
78 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
La explicación está en que el sentido es una potencia cuyo acto implica una
simple recepción de lo “dado”. Es potencia “pasiva”, por lo que ella no produce
ninguna actividad sobre su objeto más que el “salir a recibirlo”.
De todos modos, aunque puede admitirse estos problemas en los sentidos exter-
nos, de ninguna manera puede desconfiarse en general de ellos porque esto es
obviar el testimonio general de la experiencia humana (común y científica) y cerrar
al conocimiento la experiencia fontal desde donde, como única puerta, puede el
hombre ingresar en el conocimiento natural de las cosas del mundo, y por éstas, de
todas las cosas en general.
El proceso de los sentidos internos comienza así: una vez llevados al acto los
sentidos externos, el contenido de esas sensaciones es recibido por los sentidos inter-
nos.
No se trata de “la fuerza de las impresiones” que llegan hasta lo más íntimo, tal
como lo pensaba el mecanicismo materialista, especialmente DAVID HUME sino
de una actividad originada en y desde el interior del animal, que aspira o tiende al
conocimiento, para lo cual necesita traer a su intimidad las formas de las cosas del
mundo.
14
“...el sentido interior no se llama común como predicado genérico, sino en concepto de
común raíz y principio de los sentidos externos. S. Th. I, q. 78, a. 4, ad 1.
15
Razón por la cual Aristóteles le llamó “conciencia sensitiva” a semejanza de la conciencia
propiamente dicha que es intelectual: acto por el que el entendimiento se capta a sí mismo,
pensamiento del pensamiento, entendimiento del entender.
16
S. Th. I, q. 78, a. 4, ad 2.
80 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
“en concreto”, pero bajo el aspecto de “lo pasado” según el orden del antes y el
después. Su actividad compara los singulares (cosas y acontecimientos, en general)
según el orden en que se han sucedido.
La memoria se apoya sobre el acto de la cogitativa, como puede verse al usar la
memoria (recuerdo) pues se recuerdan mejor las cosas que han sido valoradas (en
bien o en mal).
La memoria nos permite conocer el tiempo, aunque tal conocimiento no surge
hasta que no se verifica el acto del entendimiento que establece una medida o
parámetro. En efecto, el tiempo es la medida del movimiento según el antes y el
después. Esta medida es puesta por la razón mediante la adopción de un movimien-
to que se toma como unidad (el segundo, el minuto, la rotación de la tierra, o cual
sea), pero esto no sería posible sin la distinción sensitiva entre el antes y el después,
lo cual es conocido por la comparación de la memoria.
Nótese que aquí todavía no hablamos de la memoria de “ideas” (la que será
tratada en la unidad sobre la actividad del entendimiento humano). Nos referimos
aquí a la memoria de “singulares-materiales” que nos son conocidos por el espectá-
culo de nuestro mundo circundante, siempre en movimiento, es decir, según un
antes y un después.
Para concluir ponemos un magnífico texto del Aquinate, que sintetiza todo lo
dicho hasta aquí:
“...para la vida del animal perfecto se requiere que no solamente aprenda los
objetos sensibles presentes, sino también en su ausencia: de lo contrario, siendo el
movimiento y la acción del animal efectos consiguientes a su aprensión, no se move-
ría en busca de cosas ausentes; como se ve que hacen especialmente los animales
perfectos... Necesariamente pues debe el animal por su alma sensitiva no sólo recibir
las especies sensibles durante su inmutación en presencia de ellas, sino además rete-
nerlas y conservarlas... Nótese también que, si el animal se moviese únicamente al
influjo de las impresiones de sus sentidos, que le halagan o contristan, no sería
menester atribuirle más que la aprensión de las formas percibidas por los sentidos,
que le deleitan o repugnan: le es empero necesario buscar o eludir algunas cosas, no
solo porque sean aptas o inconvenientes para sentir, sino también por razón de otras
conveniencias o utilidades y perjuicios; como la oveja huye a la aproximación del
lobo, no tan solo por la repugnancia de su color o figura, sino como del enemigo de
su naturaleza... Es pues una necesidad para el animal percibir esas intenciones que
no percibe el sentido externo; y que exista en él algún otro principio de la tal percep-
ción: dado que la de las formas sensibles se efectúa por su inmutación sensible, mas
no así la de las dichas intenciones. He aquí por qué para la recepción de las formas
sensibles le han sido dados el sentido propio y el común... y a la retención o
conservación de las mismas se destina la fantasía o imaginación... depósito de las
formas recibidas por los sentidos. Para percibir las intenciones, que los sentidos no
alcanzan, está la fuerza estimativa; como para conservarlas la memorativa, espe-
cie de archivo de esas intenciones, cuyo indicio se echa de ver en que el principio del
recuerdo en los animales arranca de alguna de ellas, por ejemplo, la de nocivo o
conveniente... respecto de las sobredichas intenciones... los otros animales las perci-
ben tan sólo por cierto natural instinto, y el hombre mediante cierta confrontación.
De aquí el que la llamada en aquellos potencia estimativa natural en el hombre se
82 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
17
S. Th. I, q. 78, a. 4, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 83
za. Por lo cual es evidente que la vista apetece solo lo visible para su
acto, esto es, para ver; mientras que el animal apetece la cosa vista por
la fuerza apetitiva, no solamente para verla, sino también para otros
usos: y, si el alma no tuviese necesidad de las cosas percibidas por los
sentidos sino para el ejercicio de ellos, es decir, para sentirlas; no sería
necesario admitir entre las potencias del alma como un género espe-
cial el apetitivo, puesto que le bastaría el natural de las potencias”18.
Al hablar de pasiones del alma nos referimos al basto conjunto de movimientos
que agitan el corazón humano y llamamos comúnmente “afectos”, “emociones”,
“sentimientos”. Cada uno de estos términos tiene un matiz diverso, pero se trata de
distinciones en la consideración de una misma realidad que aquí nombramos con el
vocablo “pasión”. El término “afecto” hace hincapié en el impacto que tienen las
realidades que vivimos cotidianamente en nuestro corazón, que nos afectan o alte-
ran, haciéndonos así padecer en cierto modo. El término “e-moción” resalta, en
cambio, el aspecto del movimiento que los afectos implican. Nos experimentamos
movilizados por la realidad, atraídos, repelidos. Con el término “sentimiento” nos
referimos al origen de esas afecciones que nos mueven: los sentidos. Todo este
fenómeno se considera bajo el nombre de “pasiones del alma”, terminología que
asume el contenido de las otras expresiones.
Las pasiones del alma son “movimientos súbitos del apetito sensitivo que produ-
cen modificaciones en el cuerpo del hombre”.
El término pasión está tomado de las categorías accidentales del ser, entre las
que aparece la dupla “acción-pasión”. Estas categorías implican siempre un agente
y un paciente. El agente es el que realiza la acción y el paciente es el receptor de la
acción. Por la acción, el agente le comunica su forma al paciente, el cual “padece”
o “es modificado”, llevado a la forma del agente, como cuando el fuego quema un
trozo de madera...
Pero cuando predicamos la pasión respecto del alma hay que tener una serie de
cuidados. El término en cuestión se aplica al alma sólo en sentido amplio,
ya que el alma no es un cuerpo, por lo que no puede ser alterada del mismo modo
que se alteran los cuerpos.
Se trata de movimientos de los apetitos sensitivos. Estos se movilizan ante
la percepción del bien sensible, es decir, de las cosas que agradan o caen bien a los
sentidos. Ejemplos: una música agradable, un paisaje bello, una comida sabrosa, Las pasiones pro-
una persona con hermosa figura... Estos movimientos se producen súbitamente, es vocan siempre
decir, repentinamente pues se trata de movimientos espontáneos, con la esponta- alteraciones en
neidad propia de lo natural. el cuerpo del
Las pasiones provocan siempre alteraciones en el cuerpo del animal. animal.
Ejemplos: se altera el ritmo cardíaco, mengua la tonicidad muscular, se produce un
18
S. Th. I, q. 78, a. 1, ad 3.
84 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
19
Con la expresión “presente” o “ausente” nos referimos a la unión o separación que el sujeto
tiene con el objeto del apetito (ya sea el bien o sea el mal).
20
La oposición por “alejamiento” o “acercamiento”, verificada en pasiones del apetito irascible se
entiende si se considera que en este apetito se trata del bien o del mal “con obstáculos”, es
decir, con algo interpuesto, que impide “en cierta medida” el movimiento hacia el bien o para
huir del mal, permaneciendo como suspendida en tensión, sea de alejamiento o de acercamien-
to.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 85
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
Estas actividades de I.Escriba 3 palabras que considere usted muy vinculadas a los siguientes
aprendizaje que le temas:
proponemos son SENTIDOS:
una guía para la re-
SENSIBLES:
flexión, relación,
comprensión y aná- SENTIDO COMÚN:
lisis de los temas
IMAGINACIÓN:
desarrollados en esta
unidad MEMORIA:
ESTIMATIVA:
PASIONES:
AMOR:
GOZO:
TEMOR:
ESPERANZA:
TRISTEZA:
IRA:
II.Elabore un pequeño reportaje sobre la vida de los sentidos (externos e
internos) y realícelo a algún profesor de Filosofía o de psicología que acceda
a su pedido. Tenga en cuenta que tal vez la terminología que él usa sea
distinta, por lo que deberá preguntar con cierta adaptación general, como,
por ejemplo, preguntando por “sensaciones”, “sueños”, “imaginación” “fan-
tasía”, sin entrar en detalles terminológicos. Luego, compare los resultados
con lo visto en este módulo.
III.EXPERIENCIA FILOSÓFICA: busque un momento para estar en silencio
y captar su actividad sensitiva (uno por uno sus sentidos). Ej. durante el día
en algún paisaje o bien en su propia casa, etc. Es una experiencia libre que
tiene como objetivo que usted aprenda a conocer su propia sensibilidad.
Preste atención a cada una de las percepciones... trate de focalizar distintas
percepciones sobre lo mismo (Ej. Ver y oír un pájaro... Perciba cómo todo lo
que recibe del entorno va quedando impreso en su interior y puede recrearlo
con su imaginación... cierre los ojos y compruebe el poder de su imagina-
ción... compruebe que lo que percibe “le afecta” en un sentido o en otro, con
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 89
AUTOEVALUACIÓN
Seleccione la afirma- 1)
ción correcta (sólo a- La sensación se define como una acción del tacto.
una) y luego verifi-
b- La sensación se define por el movimiento de algunos órganos afectados.
que las claves de
autoevaluación al fi- c- La sensación se define como conocimiento inmediato del singular material.
nal del módulo
2)
a- Cada sentido externo se define por su órgano corpóreo.
b- Cada sentido externo se define por su sensible propio.
c- Cada sentido externo se define por su servicio a la inteligencia.
3)
a- La figura es un sensible propio.
b- El color es un sensible propio.
c- El movimiento es un sensible propio.
4)
a- El sentido común tiene por objeto los sensibles comunes.
b- El sentido común tiene por objeto las sensaciones mismas.
c- El sentido común tiene por objeto el pensamiento común de la gente.
5)
a- La imaginación tiene por objeto los sueños.
b- La imaginación tiene por objeto la creación artística.
c- La imaginación tiene por objeto la representación sensible intencional.
6)
a- La memoria tiene por objeto el recuerdo.
b- La memoria tiene por objeto lo pasado según antes y después.
c- La memoria tiene por objeto recordar lo que agradó.
7)
a- La alteración de los sentidos externos no supera la alteración física.
b- La alteración de los sentidos externos es completamente inmaterial.
c- La alteración de los sentidos externos es doble: física y espiritual.
8)
a- El apetito sensitivo busca conocer con los sentidos.
b- Apetito sensitivo busca la unión con lo sensible que agrada.
c- Apetito sensitivo busca el orden de los sentidos.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 91
9)
a- El concupiscible es de lo fácil, el irascible es de lo difícil.
b- El concupiscible es de lo difícil, el irascible es de lo fácil.
c- El concupiscible y el irascible tiene dificultades diversas.
10)
a- Las pasiones del alma son modificaciones en el cuerpo.
b- Las pasiones del alma implican modificaciones en el cuerpo.
c- Las pasiones del alma son incorpóreas.
L legamos al nivel de la vida que caracteriza la perfección del hombre: la
vida racional. Por ella el ser humano se sitúa como el animal más per-
fecto al tiempo que como el inferior de los espíritus. Ni pura sensibilidad porque
ya posee “vida intelectiva”, ni puro espíritu porque es también animal.
La esfera más decisiva, en la cual se compromete la madurez del hombre, su
obrar responsable y su felicidad es la esfera del entendimiento y la voluntad. No
porque en la felicidad humana no intervengan las otras dimensiones (la salud
corporal, por ejemplo, o la dimensión afectiva...) Antes bien: sabemos que el
hombre es una unidad compleja de muchas dimensiones de la vida. Pero lo
cierto es que entre esas dimensiones hay una jerarquía, y el bien más propio del
hombre es aquel que le realiza en aquello que le hace precisamente hombre y le
distingue del resto de los animales: entendimiento y voluntad.
En efecto, al alcanzar el hombre la edad madura debe poseer un desarrollo
adecuado de su “inteligencia”, comprender en sus rasgos fundamentales los
grandes temas de la existencia humana y del mundo, de tal manera que esto le
permita tomar con éxito las grandes decisiones (vocación, matrimonio, profe-
sión, ciudad...)
Nos metemos en la esfera donde se decide la realización moral del hombre o su
frustración. No podemos olvidar que en este horizonte aparece el gran proble-
ma del bien y el mal, ese misterio que envuelve la existencia humana y resulta
decisivo. Será objetivo de la moral brindar una más acabada visión de estos
temas, pero ello no será posible sin recurrir a los principios que determinan
nuestra vida intelectiva y volitiva.
En cuanto al entendimiento, tema propio de esta unidad, tendremos que de-
finir su objeto, presentar sus principales dinamismos y de modo especial el modo
en que progresa hacia la perfección.
El presente conocimiento de la intelección humana servirá de base para luego
abordar tratados más específicos como los tratados de Lógica o Epistemología
(teoría de las ciencias), etc.
Tendremos que abrir los temas de la inteligencia teórica como los de la inteligen-
cia práctica, a fin de brindar al alumno la visión ordenada de los principios, los
medios y los fines del conocimiento humano. Pretendemos poner nuestras re-
flexiones al servicio del paradigma que concibe al hombre como un ente ordena-
do a un estado perfecto de contemplación, para lo que habrá que mostrar que
el conocimiento práctico es, aunque de enorme presencia en la vida humana,
sólo un medio.
Como uno de los objetivos primordiales tendremos el de otorgar una compren-
sión lo más adecuada posible de la inmaterialidad propia del entendimiento
humano, lo que permitirá situarlo entre los demás intelectos al tiempo que per-
mitirá distinguirlo perfectamente del conocimiento sensitivo.
96 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
Objetivos de Aprendizaje
1. Adquirir las nociones más profundas respecto de la comprensión de nues-
tra realidad intelectiva, tan desfigurada en algunas corrientes de pensamiento.
2. Vislumbrar el nivel de inmaterialidad propio del entendimiento (muy supe-
rior al de la sensibilidad) y percibir la elevación de la actividad intelectiva del
hombre por los grados de abstracción, obteniendo un sustento adecuado para
después abordar cursos de desarrollo netamente metafísico.
Temario de la Unidad IV
1. El objeto del entendimiento humano.
2. El “intelecto agente” y la abstracción.
3. El intelecto posible como memoria intelectiva.
4. La acción de entender.
5. El concepto o “palabra mental”: término de la acción de entender.
6. El acto de juzgar “por composición y división”.
7. La razón: movimiento del entendimiento humano.
8. La conversión a las imágenes en la actividad del entendimiento humano.
9. Lo especulativo y lo práctico en la actividad del entendimiento humano.
10. Los primeros conceptos y el hábito de los primeros principios.
11. La conciencia como auto-conocimiento.
12. Ciencia y Sabiduría.
13. La superación del cuerpo y la subsistencia del alma humana.
14. Los hábitos prácticos perfectivos del entendimiento humano.
15. El tema de la verdad y el error en el entendimiento humano.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 97
MAPA CONCEPTUAL
PROCESO GENERAL:
EXPRESIÓN (CONCEPTO)
ESPECULATIVAS
PRÁCTICAS
HÁBITOS PERFECTIVOS :
SABIDURÍA
ESPECULATIVOS CIENCIA
ENTENDIMIENTO
PRUDENCIA
PRÁCTICOS
ARTE
98 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
Las formas de las cosas del mundo nos son conocidas a través de los sentidos.
El proceso sensitivo va operando ya un determinado grado de inmaterialidad o
conocimiento, como vimos en la unidad anterior; pero al llegar al entendimiento, las
formas de las cosas se vuelven “absolutas”, es decir, universales, necesarias, como
“inmutables”, infinitas.
1
Ver en alguna historia de la Filosofía, especialmente a Guillermo de Ockam.
2
S. Th. I, q. 75, a. 5, in c.
100 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
3
S. Th. I, q. 84, a. 2, in c.
4
S. Th. I, q. 79, a. 2, in c.
5
S. Th. I, q. 79, a. 7, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 101
Nos lanzamos entonces hacia el conocimiento del ser absoluto, aunque, en esta
vida, no podremos superar una intelección imperfecta, bajo la modalidad de la
composición propia de nuestros conceptos. Entendemos al ser sólo a través de las
formas de las cosas del mundo, de las cuales conocemos “su modo de ser” o “esen-
cia”.
Por esta apertura infinita al ente, se dice que nuestra alma puede llegar a ser Por esta apertura
todas las cosas, no sólo las sensibles como los animales sino también las inteligibles. nuestra alma pue-
Somos infinitos aunque sólo en potencia pues sólo Dios es todo el ser en acto. de llegar a ser to-
Concluyamos, pues: el objeto de nuestro entendimiento en sentido último es el das las cosas...
ser en cuanto tal, pero lo primero que conocemos es la esencia de las cosas materia-
les, aunque bajo el concepto común de “ente”, para ir luego profundizando en el
ente en cuanto tal hasta alcanzar el conocimiento metafísico: estudio del ser en
cuanto ser, como veremos más adelante.
Pensemos esto: las formas se hallan en las cosas del mundo en estado de “indi-
viduación”, como la forma de la piedra se halla como forma de “esta piedra” y no
de todas. ¿Cómo es posible que al llegar a nuestro entendimiento, la forma de
“piedra” ya pueda predicarse de cualquier piedra?. Este “salto” de la forma individuada
a la forma “universal”-“esencial”... necesita explicación.
Al respecto, y con justa razón, han visto muchos filósofos que las formas sensi-
bles en cuanto tal no tienen virtud para “imprimir” algo directamente en el entendi-
miento.
En efecto, en cuanto las formas son todavía sensibles, es decir, formas sin la
materia individuante concreta pero todavía conteniendo las “condiciones materia-
les-individuantes” (color, figura, dimensiones...) no son en acto inteligibles, es decir,
completamente desprovistas de la materia individual, y por ello no pueden actuar
sobre el entendimiento, el cual es “sin materia” y de ese sólo modo puede ser “afec-
tado” o recibir alguna forma.
6
Formas por las cuales nuestro entendimiento es capaz de entender en acto, como se compren-
derá al tratar de la actividad conceptual, judicativa y raciocinativa del hombre.
7
S. Th. I, q. 79, a. 3, in c.
8
S. Th. I, q. 84, a. 6, in c.
9
S. Th. I, q. 85, a. 1, ad 3. En I, 79, 3, ad 1. Santo Tomás insiste en que no hace falta un “sentido
agente”, pues lo sensible ya está en acto en las cosas que impactan en los órganos de los
sentidos. Con el entendimiento sucede distinto, como estamos viendo: “... las cosas sensibles
existen en acto fuera del alma; y por tanto no había para qué admitir el sentido agente”.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 103
10
S. Th. I, q. 84, a. 3, in c.
11
También testimonio esto cuando digo con mi entendimiento, por ejemplo: “tengo hambre”,
pues el hambre es del cuerpo, pero del cuerpo mío, y no digo ¡cuánta hambre tiene mi
cuerpo!...
12
S. Th. I, q. 79, a. 5, ad 2.
13
La Lógica como ciencia es parte de la Filosofía y cuyo objeto es el orden del conjunto de obras
que realiza el entendimiento humano en el proceso que conduce a la verdad.
104 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
14
S. Th. I, q. 79, a. 6, in c.
15
S. Th. I, q. 79, a. 7, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 105
Sin embargo, tenemos que esforzarnos por superar aquí las imágenes que pue-
dan hacernos creer que esto se produce tal como se imprimen las formas en una
porción de materia, como un sello en una cera. Hay que tener cuidado con el límite
de las comparaciones.
En segundo lugar, porque la materia no recibe sin pérdida de algo, como cuando
uno se enferma o se sana, que pierde cierta complexión o conformación del cuerpo.
De allí que Santo Tomás ponga que el conocer es cierta pasión en el sentido del
simple paso de la potencia al acto, como siempre en “ganancia”, sin pérdida alguna
de ningún género. Así se entiende el siguiente texto:
“...una cosa puede ser pasiva de tres maneras: 1º en el sentido
más propio, es decir, cuando el sujeto es privado de una cosa, que le
conviene por su naturaleza o según su propia inclinación, como si el
agua pierde por el calor su frescura, o el hombre enferma o se entris-
tece; 2º en sentido menos propio, cuando al sujeto se le quita algo, ora
le convenga o no; bajo cuyo aspecto se dice paciente, no solo el que
enferma o se entristece, sino aun el que sana o se regocija o experi-
menta cualquiera modificación o movimiento; 3º por último y en ge-
neral se dice que uno es paciente, por el solo hecho de que, estando en
potencia con respecto a algo, lo recibe sin pérdida o desprendimiento;
y de este modo se puede decir paciente todo ser que pasa de la poten-
cia al acto, aun cuando adquiera una perfección. Así es como nuestro
entendimiento es pasivo: y esto es notorio, por cuanto su acción...
recae sobre el ente en general... el entendimiento humano... se halla La “memoria in-
en potencia respecto de las cosas inteligibles, y al principio es según la telectiva” del
expresión de Aristóteles De an. l. 3, t. 14 como una tabla rasa, sobre hombre no debe
la cual nada hay escrito...16. ser confundida
con la memoria
La “memoria intelectiva” del hombre no debe ser confundida con la memoria
sensitiva...
sensitiva, cuyo objeto es lo pasado según el antes y el después17.
16
S. Th. I, q. 79, a. 2, in c.
17
Puede leerse con provecho las palabras de Santo Tomás comparando la memoria intelectiva
con la memoria propia de lo pasado o memoria sensitiva en S. Th. I, q. 79, a. 6, ad 2.
106 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
4. La Acción de Entender
Una vez recibida en el entendimiento posible la forma de la cosa conocida,
puede entonces el entendimiento producir su acción propia, que es el “entender”.
Entonces aún se dice que el entendimiento pasa de la potencia al acto, pero no ya
como antes de no tener absolutamente nada “impreso” en sí de las cosas del mun-
do.
Al principio el entendimiento humano está en pura potencia (como tabla rasa),
luego, por medio de la acción de abstraer, produce la “especie inteligible” que se
imprime en el entendimiento posible. Pero esta especie, si bien es ya cierto acto
respecto del estado primero de mera potencia, todavía está en potencia respecto de
un acto ulterior que es la acción de entender.
Se dice entonces que en la “memoria” intelectiva del hombre están las formas
de las cosas aprehendidas a modo de “hábito” o “ciencia”, que es cierto estado
intermedio entre la mera potencia el acto final de entender18. Así dirá Santo Tomás
que el entendimiento humano.
“... a veces está en acto primero, que es la ciencia, y llámase enton-
ces entendimiento en hábito, y otras en acto segundo, que consiste en
el entender...”19.
Entender es cierto tipo de acción, a saber, una acción vital (inmanente,
que termina en el propio sujeto, como vimos al tratar de la vida y sus operaciones).
Ahora bien, toda acción se realiza según alguna forma (la forma es el
principio activo de todo agente), como la acción de calentar se realiza según la
forma del calor, que pasa de un cuerpo a otro (pasa del sujeto al objeto de la
acción, como lo expresa Santo Tomás).
Las acciones inmanentes también se ejercen por una forma y por esto el conoci-
miento, en cuanto es cierto tipo de acción, procede a partir de alguna forma. Para
mostrarlo, Santo Tomás compara la acción de entender con la acción de ver.
En el caso de la vista, es la forma o semejanza de lo visto, por la cual se ejerce
la acción del alma llamada “visión”, la cual es de suyo receptiva de determinada
cualidad (color, figura...).
En el caso del entendimiento, su acción, es decir, el “entender”, se realiza por la
forma abstracta impresa en él. Se trata sin embargo de una acción mucho más
perfecta que la visión, no sólo por la diferencia en el grado de separación de la
materia de los contenidos del pensamiento respecto de los de la sensibilidad, sino
también porque la vista no ejerce su acción sino “mirando” hacia afuera, en actitud
pasiva y siempre dependiente de la presencia inmediata de lo otro. No supera defi-
nitivamente la dualidad del sujeto cognoscente con la cosa conocida. Esta supera-
18
Más adelante veremos más en detalle el tema de los hábitos del entendimiento.
19
S. Th. I, q. 79, a. 10, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 107
20
S. Th. I, q. 85, a. 2, in c.
21
S. Th. I, q. 79, a. 6, ad 3.
108 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
22
S. Th. I, q. 85, a. 4, in c.
23
De Pot. Dei. q. 8, a. 1, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 109
Juzgar es tam-
6. El Acto de Juzgar “por composición y división”
bién emitir una
En continuidad con las últimas palabras del texto recién citado, debemos expo- palabra; una pa-
ner ahora la doctrina acerca del juicio o acto de juzgar, que produce nuestro enten- labra que afirma o
dimiento una vez que ha concebido en su intimidad la representación de la esencia niega. Ahora
de algo. bien, afirmar es
Juzgar es también emitir una palabra; una palabra que afirma o niega. decir que algo
Ahora bien, afirmar es decir que algo “es”, o es tal o cual cosa; negar es decir que “es”, o es tal o
algo “no es” o no es tal o cual cosa. cual cosa...
24
IV C.G., c.11.
25
S. Th. I, q. 85, a. 2, ad 3.
110 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
26
S. Th. I, q. 85, a. 5, in c.
27
S. Th. I, a. 79, a. 8, in c.
112 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
Parte entonces siempre de cierto acto inmóvil, que es como primer motor del
raciocinio, luego raciocina (se mueve o procede) y extrae la conclusión y entonces
vuelve sobre los principios o premisas para contemplar la conclusión como conteni-
da en ellos. Este acto final es también cierto acto inmóvil, en reposo terminativo.
Esto vale no solamente para comprender el modo que tiene nuestro entendi-
miento de alcanzar lo inteligible, a saber, por la acción de abstraer la forma de la
materia que efectúa el entendimiento agente en la imagen, sino para comprender
todo acto de entender por parte del hombre.
El entendimiento humano nada puede entender en acto sin “mirar” hacia
las imágenes. Cada vez que un hombre se pone a pensar le vienen imágenes. La
razón de esto es que se trata de un entendimiento naturalmente unido a un cuerpo
y ordenado a conocer a través de éste, como se vio. Veamos:
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 113
28
C. G. I, c. 57, 3.
29
Idem.
30
C. G. I, c. 57, 1.
31
S. Th. I, q. 84, a. 7, in c.
114 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
32
S. Th. I, q. 86, a. 1, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 115
33
S. Th. I, q. 86, a. 3, in c.
116 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
ocurrir que el pensamiento sea dirigido hacia la realización de una obra, a partir de
ciertos “materiales” como la edificación de una casa. Se dice entonces que posee
un fin “práctico”.
La distinción del entendimiento en “especulativo” (o teórico) y “prác-
tico” se funda precisamente en esto: si el fin del conocimiento es la simple contem-
plación de la verdad se habla del entendimiento especulativo. Si el fin que persigue,
en cambio, es la obra, se habla del entendimiento práctico. No se trata pues de dos
potencias distintas sino el mismo entendimiento humano que se dirige con sus
dinamismos hacia fines diversos.
Pero el entendimiento práctico surge del entendimiento especulativo, que es el
dinamismo esencial del entendimiento. “Lo especulativo se hace práctico por exten-
sión”, es decir, por la proyección de su luz, del orden esencial concebido. De allí que
las mejores realizaciones de la inteligencia práctica surjan de personas que “especu-
lan mucho”. Los hombres que desprecian “el tiempo dedicado a especular” suelen
tener realizaciones prácticas muy pobres, sea en la técnica, las bellas artes, la polí-
tica, o el gobierno de la propia vida34.
Corroboremos lo dicho con un texto fuente:
“...el entendimiento práctico y el especulativo no son potencias
diversas. La razón es que... lo que es accidental a la naturaleza del
objeto de una potencia, no diversifica esta potencia; pues el que lo
colorado sea hombre o grande o pequeño es accidental, y por lo tanto
la misma potencia visiva percibe todos esos accidentes. Asimismo pues
lo aprendido por el entendimiento puede accidentalmente aplicarse o
no a la operación: y en esto únicamente difieren el entendimiento
especulativo y el práctico, llamándose especulativo, en cuanto no orde-
na las nociones a la acción, limitándose a la sola contemplación de la
verdad; y práctico, cuando reduce a la acción lo que percibe...”35.
34
Seguiremos profundizando este tema al abordar las perfecciones del hombre en la unidad VI.
35
S. Th. I, q. 79, a. 11, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 117
orden.
Así lo entendió Santo Tomás, para quien la primera de todas nuestras nociones
es la noción de ser o ente, bajo cuyo concepto entendemos todo lo demás:
“...El entendimiento pues se dirige a su objeto bajo el común con-
cepto de ente”36.
Primero concebimos el ser y finalmente todo lo resolvemos en esa concepción:
“Aquello pues que primero concibe el entendimiento como eviden-
tísimo, y en lo cual resuelve todas las concepciones es el ente (ens)”37.
A partir de la noción de ser el entendimiento humano forma las demás nociones,
en primer lugar las nociones más directamente ligadas al ser en cuanto tal, como las
nociones de nada (no ser), lo diviso y lo indiviso (lo uno), la multitud, la verdad, el
bien...
Y con esas nociones forma nuestro entendimiento los primeros juicios, evi-
dentes, según los cuales razona y juzga todas las cosas. Esos juicios se forman por la
luz natural del entendimiento humano (intelecto agente) que alcanza las primeras
abstracciones, y se contienen en cierto “hábito” firmísimo llamado “hábito de los
primeros principios” o “intellectus”.
Es un hábito “incoado” es decir, ya predispuesto en la naturaleza misma del
entendimiento (paciente) y que queda conformado tan pronto como se producen
las primeras abstracciones (es decir, las que dan a conocer el ser, el no ser, la
división, la unidad y nociones de ese estilo, como vimos).
“(...) en las cosas que caen bajo la aprehensión de los hombres
hállase cierto orden. Porque lo que primeramente cae bajo la aprehen-
sión es el ente, cuya idea está incluida en todas las demás que cualquie-
ra aprehende. Y por eso el primer principio indemostrable es que no
se puede afirmar y negar a la vez, lo cual se funda en la noción de ser
y no ser, y sobre este principio se fundan todos los demás (...)38.
El movimiento a partir de primeros principios rige el pensamiento humano tanto
en el orden especulativo como en el orden práctico:
“... todo juicio de la razón especulativa procede del conocimiento
natural de los primeros principios ...”39 “...lo bueno es lo primero que
cae en la aprehensión de la razón práctica... por esto el primer princi-
pio en la razón práctica es ...el primer precepto de la ley “que lo
bueno ha de ser obrado y buscado y lo malo evitado”; y sobre esto se
fundan todos los otros preceptos de la ley de la naturaleza... todo
aquello a que el hombre tiene inclinación natural, la razón lo aprehen-
de naturalmente como bueno...y sus contrarios los aprehende como
36
S. Th. I, q. 79, a. 7, in c.
37
De Ver., I, a. 1, in c. Ver también S. Th. I-II, q. 94, a. 2, in c.
38
S. Th. I-II, q. 94, a.2, in c.
39
S. Th. I-II, q. 100, a. 1, c.
118 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
malos...40.
A partir de estas luces primigenias indagamos el mundo, conociendo sus cosas
por un movimiento que avanza de lo general a lo particular:
“...nuestro entendimiento procede de la potencia al acto; y todo
lo que pasa de la potencia al acto, antes llega al acto incompleto, medio
entre la potencia y el acto, que al acto perfecto. Pero el acto perfecto,
al que llega el entendimiento, es la ciencia completa, por la que se
conocen las cosas distinta y determinadamente; y el acto incompleto
es la ciencia imperfecta, por la que se saben las cosas indistintamente
y con cierta confusión. Lo que se conoce de esta manera, conócese en
acto bajo cierto aspecto, y en potencia bajo otro...” 41.
Tal es el modo de conocer de nuestro entendimiento en su progreso hacia la
verdad de cada cosa. Así, por ejemplo, el conocimiento que tenemos de nuestras
operaciones vitales: conocemos primero las distintas operaciones del ser humano
con un concepto vago, sin “definición” y después conocemos por distinción de cada
una de las potencias del alma, cuando alcanzamos a determinar sus objetos (como
lo hemos visto). Esto es ir de un todo potencial (confuso, vago, genérico) hacia las
partes (potencias) que contiene.
Otro ejemplo es cuando conocemos a los animales genéricamente y luego preci-
samos su especie (perro o león, mono o ser humano -el animal racional-).
Y también se conoce así un todo “integral”, como cuando alcanzamos primero
una noción vaga de lo que es una casa, y luego distinguimos su partes42:
“...y así bien puede conocerse lo mismo un todo universal en el
que se contienen las partes en potencia, como un todo integral; por-
que el uno y el otro pueden ser conocidos algo confusamente, sin que
se conozcan distintamente sus partes; pero conocer distintamente lo
que un todo universal encierra, es tener conocimiento de una cosa
menos común; como conocer el animal indistintamente, es conocerle
únicamente como animal: mas conocerlo distintamente, es conocerlo
con discernimiento de si es racional o irracional, que es conocer o
distinguir entre hombre y león. El conocimiento del animal precede en
nuestro entendimiento al conocimiento del hombre; y lo propio diría-
mos de otro cualquier concepto más universal comparado con lo que
es menos...” 43.
Una comparación con el conocimiento sensitivo nos ayudará a concluir el tema,
ya que hay una analogía entre la producción del fantasma por parte de la imagina-
ción y la producción del concepto por parte del entendimiento:
“... igualmente que el entendimiento los sentidos pasan también de
40
S. Th. I-II, q. 94, a. 2, in c.
41
S. Th. I, q. 85, a. 3, in c.
42
La doctrina del todo y las partes es muy rica en Aristóteles y Santo Tomás. No ahondaremos
esto aquí por salirse de la medida del curso, pero recomendamos consultar al interesado la obra
de Aristóteles llamada Metafísica, Libro V, capítulo 26; y libro VII capítulos 10, 11 y 17.
43
S. Th. I, q. 85, a. 3, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 119
44
Idem a la anterior.
120 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
45
S. Th. I, q. 87, a. 1, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 121
ciencia)
Así, por ejemplo, el matemático posee en su entendimiento el hábito respecto
del conocimiento del número y de sus propiedades y múltiples relaciones (ciencia
matemática), el metafísico posee el hábito respecto del conocimiento de la totali-
dad del ser en cuanto tal y sus propiedades (sabiduría humana).
Se trata, insistimos, de hábitos, es decir, estados de disposición firme hacia un
acto determinado. En este caso son disposiciones del entendimiento para considerar
en acto alguna verdad. Y según la verdad que se considere, se tratará de un hábito
distinto. De esta manera divide Santo Tomás los hábitos especulativos del entendi-
miento humano:
“...la virtud intelectual especulativa es aquella por la que el entendi-
miento especulativo se perfecciona para considerar lo verdadero; por-
que esto es su buena operación. Mas lo verdadero se puede considerar
de dos modos: 1º como por sí conocido, y 2º como conocido por
medio de otra cosa. Ahora bien: lo que es por sí conocido es como
principio y lo percibe instantáneamente el entendimiento; y por tanto
el hábito que perfecciona el entendimiento para esa consideración de
lo verdadero se llama inteligencia, que es el hábito de los principios.
Mas lo verdadero que por medio de otra cosa es conocido no se perci-
be inmediatamente por el entendimiento, sino mediante la investiga-
ción de la razón, y tiene el carácter de término; lo cual ciertamente
puede ser de dos modos: 1º siendo lo último en algún género, y 2º
siendo lo último respecto de todo el conocimiento humano. Y, por
cuanto aquellas cosas que posteriormente son conocidas en cuanto a
nosotros son las primeras más conocidas según el orden de la natura-
leza... lo que es lo último respecto de todo el conocimiento humano
viene a ser lo primero y más perfectamente cognoscible según el orden
de la naturaleza; y acerca de esto versa la sabiduría, que considera las
altísimas causas... por lo cual convenientemente juzga y ordena acerca
de todas las cosas; porque el juicio perfecto y universal no puede ser
habido sino por la resolución de las primeras causas. Empero, para
aquello que es lo último en este o aquel género de las cosas
cognoscibles, la ciencia perfecciona el entendimiento; y por lo tanto,
según los diversos géneros de cosas, que pueden saberse, hay diversos
hábitos de ciencias, no obstante que la sabiduría no es más que una
sola”46.
Mientras la ciencia se sitúa necesariamente en algún género de cosas
(como vimos que la matemática se sitúa en el género del número y las relaciones de
la cantidad, y podríamos poner también el ejemplo de la zoología, en cuanto al
género de la vida animal, o la Física, en cuanto al género del ente móvil o material
46
S. Th. I-II, q. 57, a. 2, in c.
122 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
en cuanto tal, etc) la Sabiduría o metafísica se pone más allá de todos los
géneros. Se sitúa en el horizonte de la totalidad del ser, concepto infinitamente
superador de todo género.
Esta es la explicación de que la Sabiduría sea sólo una, pues se ocupa de la
totalidad, y la totalidad es una sola.
La ciencia ilumina sus conclusiones desde los primeros principios47,
mientras que la metafísica es hábito que reflexiona sobre los mismos pri-
meros principios para establecerlos con precisión y ponerlos al servicio de nuestro
conocimiento de lo absoluto (especialmente de Dios).
Entre ciencia y Sabiduría puede también establecerse la distinción de los
Una ciencia es grados de abstracción del entendimiento humano. Una ciencia es más per-
más perfecta a fecta a medida que su objeto está más separado de la materia, reservándose el
medida que su nombre de Sabiduría a la ciencia que tiene el objeto más abstracto, es decir más
objeto está más universal, abarcativo de todos, comprensivo de la totalidad del ser.
separado de la Los grados de abstracción a los que puede acceder el entendimiento humano
materia... son tres:
• El primero es el de la abstracción Física, que consiste en dejar de considerar
la materia sensible individual (por ejemplo, mi propio cuerpo con sus cualidades
individuales) de cada cosa para considerar sólo la materia sensible en común (el
cuerpo humano y sus cualidades en general), es decir, como perteneciente a una
especie determinada de ente. En este grado se halla la mayoría de las ciencias
pues el hombre investiga especialmente en las cosas del mundo material (sensi-
ble), como la botánica, por ejemplo, que no se cuida ya de la madera de este o
aquel árbol, sino que conoce la madera como materia de los árboles en general.
• En el segundo grado de abstracción se halla la matemática, la cual ya no
considera nada de la materia sensible pero continúa refiriéndose en cierto modo
a la sustancia material en cuanto es ella sujeto de la cantidad. A esta materia ya
le llamamos materia “inteligible” pues no es objeto propio de la sensibilidad;
aunque se trata todavía de la “materia inteligible común” dejando de considerar
la materia inteligible individual (pues al matemático no importa el árbol en cuanto
es éste árbol, como unidad, sino “la unidad o multiplicidad” que se capta en los
árboles y da lugar a un número.
• En el tercer grado de abstracción hallamos la Metafísica o Sabiduría huma-
na. Las nociones involucradas en esta ciencia están totalmente abstraídas de la
materia y pueden pensarse referidas a entes totalmente inmateriales48.
“...deben reconocerse más bien dos clases de materia, la una co-
mún, y la otra determinada o individual: común, como la carne y el
47
“...los principios indemostrables pertenecen al hábito del intellectus y las conclusiones dedu-
cidas de ellos al de la ciencia”. S. Th. I, q. 79, a. 9, in c.
48
No decimos que nuestro entendimiento se dispense de imágenes con sus contenidos materia-
les sino que en su propio acto, ya no se refiere necesariamente a los entes materiales.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 123
49
S. Th. I, q. 85, a. 1, ad 2.
124 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
50
S. Th. I, q. 88, a. 1, ad 3.
51
S. Th. I, q. 88, a. 2, in c.
52
S. Th. I, q. 88, a. 2, ad 2.
53
Véase la importancia que otorga Santo Tomás al cuerpo en la constitución otológica del
hombre: “...el alma intelectiva... ocupa en el orden de la naturaleza el ínfimo grado entre las
sustancias intelectuales, toda vez que no le es connatural el conocimiento de la verdad como a
los ángeles; sino que es preciso que lo colija de las cosas divisibles por medio de los sentidos...Pero,
como la naturaleza no falta a ningún ser en lo necesario, fue conveniente que el alma intelec-
tiva tuviese no solamente la facultad de entender, sino también la de sentir. La acción empero
de los sentidos no tiene lugar sin instrumento corpóreo; por lo cual convenía que el alma
intelectiva se uniese a un cuerpo capaz de ser órgano adecuado de las sensaciones”. S. Th. I, q.
76, a. 5, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 125
lo son de tal modo que mediante ellas funcione la operación del alma
sensible, siendo requisitos únicamente para la debida disposición del
órgano. La ínfima de todas las operaciones del alma es la que se pro-
duce por un órgano corporal y por virtud de cualidad corpórea: y no
obstante es superior a la operación de la naturaleza corporal, toda vez
que los cuerpos son movidos por un principio exterior, en tanto que
esas operaciones son efecto de un principio intrínseco, el cual es co-
mún a todas las operaciones del alma: porque todo ser animado se
mueve a sí mismo de alguna manera; y tal operación es propia del
alma vegetativa...”54.
“...hay ciertas operaciones del alma, que se ejecutan sin auxilio de
los órganos corporales, como el entender y el querer (acto de la volun-
tad); y consiguientemente las potencias, que son los principios de estas
operaciones, residen en el alma como en su sujeto (y no en el com-
puesto de alma y cuerpo). Pero también hay otras operaciones del
alma, que se ejercen por medio de los órganos corporales, como la
visión por los ojos y la audición por los oídos; y lo mismo podemos
decir respecto de todas las demás operaciones del alma nutritiva y del
alma sensitiva: por esta causa las potencias que son los principios de
estas operaciones están en el conjunto como en su sujeto y no en el
alma exclusivamente”55. ...“todas estas potencias están en el alma an-
tes que en el hombre, no como en su sujeto, sino como en su princi-
pio”56.
54
S. Th. I, q. 78, a. 1, in c.
55
S. Th. I, q. 77, a. 5, in c
56
S. Th. I, q. 75, a. 5, ad 2. Y por eso, si bien todas las potencias tienen al alma por principio,
las que tienen por sujeto sólo al compuesto de alma y cuerpo, no subsisten después del a
muerte, salvo como virtualidad eventual del alma: “...el entendimiento y la voluntad... necesa-
riamente subsisten en el alma después de disuelto el cuerpo. Otras potencias empero están en
el conjunto como en su sujeto, como todas las de la parte sensitiva y de la nutritiva... una vez
disuelto el conjunto, estas potencias no permanecen ya en acto, sino solo virtualmente en el
alma, como en su principio o raíz....
126 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
“...el arte no es otra cosa que la razón recta de las obras que deben
hacerse, pero cuyo bien no consiste en que el apetito humano se com-
porte de tal o cual manera, sino en que la misma obra que se ejecuta
es en sí buena. Porque en nada atañe a la alabanza del artífice, en
cuanto ese artífice, con qué voluntad hace la obra, sino qué tal es la
obra que hace. Así pues, el arte, propiamente hablando, es hábito
operativo, y sin embargo conviene en algo con los hábitos especulati-
vos, por cuanto también a los hábitos especulativos pertenece cuál sea
el objeto de su especulación y no en qué actitud se halla el apetito
humano respecto de él. Porque, con tal que el geómetra demuestre lo
verdadero, nada importa la actitud de su parte apetitiva, si es alegre o
airado, como ni en el artífice, según lo dicho. Por lo tanto, el arte tiene
razón de virtud del mismo modo que los hábitos especulativos, a sa-
ber, en cuanto ni el arte ni el hábito especulativo hacen buena la obra
en cuanto al uso (lo cual es propio de la virtud que perfecciona el
apetito), sino solamente en cuanto a la facultad de obrar bien”57.
“...Algún hábito tiene razón de virtud por el solo hecho de dar
facultad para obrar bien; y algún otro porque no sólo da facultad de la
buena obra, sino también su uso. Pero el arte da solamente facultad
para la buena obra, porque no atiende al apetito; más la prudencia, no
sólo da facultad para la buena obra, sino también el uso, pues se
refiere al apetito como suponiendo la rectitud del apetito. La razón de
esta diferencia está en que el arte es la recta razón de las cosas facti-
bles; mientras que la prudencia es la recta razón de las cosas opera-
bles; y difieren hacer y obrar porque ... hacer (facere) es acto tran-
seúnte a una materia exterior, como edificar, cortar y semejantes; y
obrar (agere) es acto inmanente en el agente mismo, como ver, querer,
y otros análogos. Así pues la Prudencia es respecto de estos actos
humanos, que son usos de las potencias y de los hábitos, lo que el arte
a los (factiones) hechos exteriores; porque ambas son perfecta razón
respecto de aquello a que se ordenan. Mas la perfección y la rectitud
de la acción en las cosas especulativas depende de los principios, según
los cuales la razón discurre; como se ha dicho ... que la ciencia depen-
de del entendimiento, que es el hábito de los principios y lo presupone;
pero en los actos humanos los fines son como los principios en las
cosas especulativas... Por este motivo, para la Prudencia, que es recta
razón de lo operable, se requiere que el hombre esté bien dispuesto
acerca de los fines, lo cual ciertamente se verifica por el apetito recto;
y por lo mismo, para la Prudencia requiérese virtud moral, por cuyo
medio el apetito se hace recto. Pero el bien de las cosas artificiales no
es bien del apetito humano, sino bien de las mismas obras artísticas y
57
S. Th. I-II, q. 57, a. 3, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 127
58
S. Th. I-II, q. 57, a. 4, in c.
59
El tema de la Verdad va más allá de su tratamiento antropológico. Es una propiedad de todo
ser en cuanto ser. Todo ser en cuanto es, es verdadero, sea porque es “apto” para ser conocido,
es decir, fecundar un entendimiento potencial, sea porque participa de la Verdad absoluta que
está en el entendimiento de Dios que ha diseñado el ser de todas las cosas. Para ampliar este
tema dirigirse a un tratado de Metafísica, en la parte de ontología, sobre las “propiedades
trascendentales” del ser, por ejemplo: Gilson, E. Elementos de Filosofía Cristiana. Madrid. Rialp.
1981 u otra edición. Tercera parte, punto 6.
128 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
divide”60.
Así podemos entender también el error, fenómeno propio del entendimiento
humano, que compone y divide. En efecto, el error no está en la virtud natural de
nuestro entendimiento, pues la naturaleza nunca falla. Así es que no fallamos en los
...el error no está
primeros principios, que son verdades incoadas en la naturaleza y se conocen tan
en la virtud natu-
pronto como se abstrae la esencia de cada término de la proposición (como “el todo
ral de nuestro en-
es mayor que la parte” se entiende tan pronto como se entiende qué cosa es “todo”
tendimiento, pues
y qué cosa es “parte”).
la naturaleza nun-
ca falla... El error proviene de alguna composición o división mal hecha, es decir, de que lo
que decimos no es algo “simplemente” entendido sino que ha sido pronunciado
conforme a una composición o división de dos o más cosas y lo hemos hecho mal.
Ejemplo: mi automóvil es veloz. Si esto no es así en realidad, he compuesto falsa-
mente la velocidad con mi automóvil.
Y si compongo y divido mal, esto es origen del mal término de mis razonamien-
tos, pues el raciocinio procede de unas composiciones o divisiones a otras, de unos
juicios a otros. De modo que al razonar desde premisas erróneas, voy a parar “nor-
malmente” a un error (a veces, por accidente se concluye en una verdad como por
ejemplo así: “todos los alumnos son estudiosos, Pepe es alumno, luego, Pepe es
estudioso”, partiendo tal vez de una premisa falsa, a saber, que todos los alumnos
son estudiosos, llegando a una verdadera: que Pepe es estudioso). Pero lo normal es
que si parto de premisas erróneas termine en una conclusión errónea.
También voy a parar a un juicio erróneo cuando mi razonamiento, aunque tenga
premisas verdaderas, no procede “lógicamente correcto”, es decir, cuando no hay
orden propio por el cual se proceda a la conclusión, porque se ha violentado alguna
ley de este proceso61.
Corroboremos lo dicho en textos del Angélico:
“...mientras subsiste la potencia (facultad), no falla el juicio que
forma de su propio objeto62. El objeto propio del entendimiento es la
esencia de la cosa, por lo que, acerca de ella, no yerra, hablando en
absoluto; pero sí puede engañarse respecto de las circunstancias de la
esencia o quididad del objeto, al referir una a otra, sea componiendo o
dividiendo, o bien raciocinando.
Por esta misma razón no puede errar acerca de aquellas proposi-
ciones que se conocen tan pronto como es conocida la quididad de los
términos, como sucede respecto de los primeros principios, de lo cual
resulta la infalibilidad de la verdad según la certeza de la ciencia sobre
las conclusiones.
Puede no obstante por accidente engañarse el entendimiento acer-
ca de la esencia en las cosas compuestas...cuando la definición de una
60
S. Th. I, q. 16, a. 2, in c.
61
Puede ampliarse este tema en un tratado de Lógica formal.
62
Véase en la unidad II sobre el error en los sentidos externos
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 129
15. Conclusiones
El entendimiento humano se orienta hacia lo absoluto en virtud de su completa
inmaterialidad.
Para ello realiza un proceso de abstracción de las formas de las cosas del mundo
que en su realidad física están inmersas en la materia y vienen a la intimidad del
hombre mediante las imágenes de la sensibilidad.
Esa capacidad de abstraer que tiene naturalmente nuestro entendimiento se
llama intelecto agente, el cual separa la forma de la materia e imprime la especie
inteligible en al intelecto posible, memoria de todas las especies abstraídas.
A partir de esa memoria nuestra mente expresa una semejanza esencial de las
cosas conocidas (forma los conceptos), reflexiona sobre el ser para emitir juicios y
procede de unos juicios a otros por el raciocinio.
Nuestro raciocinio tiende a la contemplación de la verdad, aunque por las con-
diciones de esta vida necesita iluminar cuestiones prácticas, con el fin de procurar
obras que dispongan al hombre para la perfección final, la cual es especulativa (la
contemplación de la verdad absoluta, que es Dios mismo).
En este camino de progreso de nuestro entendimiento se avanza según los gra-
dos de abstracción y por la conquista de los hábitos que perfeccionan nuestro enten-
dimiento.
Hay hábitos especulativos y hábitos prácticos en nuestro entendimiento: entre
los especulativos están “el hábito de los primeros principios”, “el hábito de la cien-
cia” y el “hábito de la Sabiduría”.
Entre los hábitos prácticos están el “arte” y la “prudencia”.
Este panorama es a nuestro juicio suficiente para obtener una visión bastante
completa de nuestra vida intelectiva o racional.
Sabemos que cada uno de los temas merecería un tratamiento mayor, una
mayor explicación, pero hemos querido hacer un curso breve que sea a la vez com-
pleto y ponga ante los alumnos sobre todo los textos fuentes para la reflexión:
remitimos al maestro.
63
S. Th. I, q. 85, a. 6, in c.
130 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
I. Escriba 3 frases que considere usted importantes sobre los siguientes temas:
Estas actividades
ABSTRACCIÓN: de aprendizaje que
le proponemos son
MEMORIA INTELECTIVA:
una guía para la re-
VERBO MENTAL: flexión, relación,
JUICIO: comprensión y aná-
lisis de los temas
RACIOCINIO: desarrollados en
PRIMEROS PRINCIPIOS: esta unidad
AUTOEVALUACIÓN
Seleccione la afirma- 1)
ción correcta (sólo a- El objeto del entendimiento es coleccionar todas las cosas.
una) y luego verifi-
que las claves de b- El objeto del entendimiento es la esencia del hombre.
autoevaluación al fi- c- El objeto del entendimiento es la esencia de las cosas.
nal del módulo
2)
a- El intelecto agente produce el entendimiento paciente.
b- El entendimiento agente produce el inteligible en acto.
c- El entendimiento agente produce el inteligible en potencia.
3)
a- El intelecto posible recibe la forma del intelecto agente.
b- El intelecto posible recibe la forma de las cosas conocidas.
c- El intelecto posible no recibe ninguna forma extrínseca.
4)
a- El concepto es el verbo mental.
b- El concepto es la forma impresa en la mente abstracta.
c- El concepto es el resultado de la cogitativa.
5)
a- El juicio es un acto necesariamente referido al mundo material.
b- El juicio es un acto del entendimiento que afirma o niega.
c- El juicio se refiere necesariamente a lo que está compuesto o dividido.
6)
a- El raciocinio procede de premisas a conclusión.
b- El raciocinio es el inicio de la actividad intelectiva del hombre.
c- El raciocinio es el fin perseguido por la mente humana.
7)
a- El raciocinio busca siempre una aplicación práctica.
b- El raciocinio busca siempre hacer buena la persona que actúa.
c- El raciocinio busca a veces la sola contemplación de la verdad.
8)
a- El entendimiento humano puede conocer las cosas sin recurrir a las imágenes.
b- El entendimiento humano puede conocer fácilmente las cosas espirituales.
c- El entendimiento humano conoce siempre a través de imágenes.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 133
9)
a- La palabra exterior es signo del concepto o palabra interior.
b- La palabra exterior es signo de los sentimientos previos al pensamiento.
c- La palabra exterior es el signo propio de los movimientos del inconsciente.
10)
a- La memoria intelectiva recibe las cosas con sus condiciones materiales.
b- La memoria intelectiva recibe las cosas inmaterialmente.
c- La memoria sensitiva recibe algunas cosas con materia, y otras sin ella.
Lea atentamente el texto, realice el práctico y enviélo al tutor
Realice una narración de lo que considera usted sus últimas etapas de creci-
miento “intelectual” y explique porqué considera esos acontecimientos un “creci-
miento” en su “inteligencia”. Envíe el trabajo según fecha establecida.
TRABAJO PRÁCTICO Nº 2
D espués de tratar sobre el entendimiento humano hay que considerar
algunos puntos capitales sobre su voluntad, ya que ésta es el apetito
que subsigue a la intelección.
La voluntad es el apetito racional, es decir, del bien percibido por la razón.
Trataremos de explicar en qué consiste esto. Estaremos pues abordando en pri-
mer lugar el tema del objeto propio de la voluntad humana, según el principio
que nos rige respecto de toda potencia del alma, a saber, que se especifica por su
objeto.
Y conociendo el objeto de la voluntad podremos abordar las distintas relaciones
que ésta tiene con la inmensa diversidad de bienes que le aparecen en el trans-
curso de la vida humana.
Caracterizaremos entonces la libertad de nuestra voluntad respecto de los bienes
parciales, en tanto la razón sólo los percibe como una “parte del bien”, y distin-
guiremos la tendencia fundamental de la voluntad al bien total, que reviste el
carácter de necesidad.
El tratamiento de la libertad humana estará estrechamente ligado al de las cuali-
dades perfectivas del hombre: las virtudes, pues no hemos de entender la liber-
tad como una mera posibilidad o condición de indeterminación ante los bienes,
sino más bien como condición de “auto-perfeccionamiento”.
Al tratar de la perfección de la voluntad humana por la conquista de las virtudes,
nos situamos en el ámbito de la moral, por lo que nosotros haremos sólo una
presentación general de cada virtud principal y dejaremos el tratamiento detalla-
do para un curso de Ética.
En cuanto a la Prudencia, virtud del entendimiento práctico y por ello tratada en
la unidad anterior, ocupa cierto lugar en la presente unidad por ser la virtud
moral rectora de las demás y, por cuanto su acto no puede producirse sin el
influjo actual de la voluntad.
Las virtudes estrictamente voluntarias del hombre son, sin embargo, la Justicia,
la Fortaleza, la Templanza (y muchas otras, aunque sólo trataremos de las prin-
cipales, llamadas “cardinales”, por ser como goznes alrededor de los cuales
aparecen y crecen todas las demás).
138 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
OBJETIVOS DE APRENDIZAJE
1. Captar lo peculiar de este nivel apetitivo del hombre: el apetito racional,
sabiéndolo distinguir de los apetitos sensitivos y conociendo el modo propio
de perfección que le compete.
TEMARIO DE LA UNIDAD V
1. El objeto de la voluntad humana y el fundamento de su libertad.
2. Los modos de libertad del acto humano.
3. La voluntad como motor de las acciones humanas.
4. La libertad como “semoventia perfecta”
5. La perfección de la voluntad en general.
6. La voluntad se perfecciona por modo de hábito: las virtudes morales.
MAPA CONCEPTUAL
DE EJERCICIO
MODOS DE ESPECIFICACIÓN
DE CONTRARIEDAD
JUSTICIA
PERFECCIÓN HÁBITOS VIRTUDES
FORTALEZA
MORALES
TEMPLANZA
(Cardinales)
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 139
LA VOLUNTAD HUMANA
con el ser absoluto (las verdades parciales en orden a la verdad última), la voluntad
todo lo ama en orden al bien absoluto o fin último de la vida humana.
“...es forzoso que, así como el entendimiento asiente por necesi-
dad a los primeros principios, así también la voluntad anhele conseguir
necesariamente su último fin, que es la bienaventuranza; puesto que
(Phys l. 2, t. 89) el fin es en lo práctico lo que el principio en lo
especulativo: por cuya razón es preciso que lo que conviene natural-
mente y de una manera inmutable a un ser, sea el fundamento y el
principio de todo lo demás; toda vez que la naturaleza de la cosa es lo
primero en cada una, y todo movimiento procede de algo inmóvil1.
Desde aquí se entiende que el hombre es un ser que no se sacia con las cosas del
mundo. A lo sumo (y es de desear que así sea), encuentra en las cosas y en las
personas, motivos de “felicidad” parcial en cuanto aquietan en cierta medida su
ánimo y espíritu, pero que valen sólo cuando disponen al hombre a unirse con Dios,
único bien que colma la voluntad humana.
Y esta es la razón también, por la que la voluntad del hombre es libre respecto
de las creaturas. Ninguna de ellas le atrae necesariamente, permaneciendo la volun-
tad con la potestad de buscarlas o no...
Este es el fundamento de la libertad humana: el hecho de que nuestro
entendimiento no está en posesión de la verdad absoluta, por lo que la voluntad no
adhiere necesariamente a las cosas.
Esto vale también para explicar por qué el hombre puede en esta vida ser libre
también de decir sí o no a Dios, pues no le “ve”, es decir, no contempla el ser
absoluto, que sería naturalmente subyugante de la voluntad humana. Ésta no haría
otra cosa que amarle y adherirse a Él.
Notemos entonces que el hombre avanza hacia el objeto último y pleno de su
querer mediante opciones que versan sobre cosas particulares, bienes parciales,
pero esos bienes no son objeto de la voluntad en cuanto son “parte” sino en cuanto
son puestos por la razón humana (correcta o incorrectamente) como mirando al
bien total, el cual aparece en la conciencia al menos como noción general y confusa
de “felicidad”.
Así el amor a una persona versa sobre un bien particular, pero la voluntad lo
sigue porque de algún modo ese amor apareció en la conciencia del hombre como
“motivo” de felicidad. Ahora bien, la felicidad implica la totalidad del bien.
Sólo el bien total Sólo el bien total atrae como algo necesario. Todo lo demás es algo particular,
atrae como algo que sólo atrae con carácter de contingente (puede que sí, puede que no).
necesario. “...porque respecto de las cosas contingentes la razón puede esco-
ger entre los contrarios, como se ve en los silogismos dialécticos y en
1
S. Th. I, q. 82, a. 1, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 141
2
S. Th. I, q. 83, a. 1, in c.
3
S. Th. I, q. 82, a. 2, in c.
142 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
Que el hombre Que el hombre opte por el mal no significa que el mal sea de suyo apetecible. La
opte por el mal no voluntad apetece el mal sólo porque el hombre pone algún bien unido a ese mal,
significa que el como cuando se quiere robar para obtener el beneficio de algo.
mal sea de suyo Y la responsabilidad moral del hombre en el acto de opción por el mal radica en
apetecible. que, a pesar de que el hombre busca obtener algún bien (real o aparente) hace
expresa opción por el mal, del que es consciente.
Respecto del entendimiento hay que precisar un poco más: la voluntad es prime-
ro movida por el entendimiento, en cuanto éste le presenta su objeto, a saber, el bien
universal. El entendimiento tiene entonces una prioridad de orden respecto de la
voluntad. En tal sentido el entendimiento lleva siempre la delantera, ordenando los
movimientos de la voluntad.
Pero hay cierta prioridad de la voluntad en el estado de la vida presente porque
el entendimiento nunca le presenta la totalidad del bien. Si así lo hiciera, la volun-
tad simplemente le seguiría. Pero no sucede así. Así es que la voluntad permanece
con libre albedrío respecto de los bienes que el entendimiento le presenta y por ello
puede incluso mover (la voluntad) al entendimiento, cuando el objeto del entendi-
miento aparece como cierto bien. Esto sucede, por ejemplo, cuando nos ponemos a
estudiar: la voluntad manda al entendimiento que piense, que piense esto o aque-
llo, que piense en el bien o que piense en el mal.
Y este movimiento de la voluntad sobre el entendimiento, insistimos, se efectúa
en razón de no estar éste en estado de “visión” del ser absoluto-verdad absoluta,
pues entonces no movería la voluntad a pensar en ese bien sino que simplemente la
voluntad sería atraída necesariamente por el objeto de esa visión. Pero en esta vida
el entendimiento no posee esa verdad, por lo que puede ser orientado hacia una
cosa u otra por la voluntad, en cuanto ordena al entendimiento hacia algo que
apetece por bueno (real o aparente) y en razón del libre albedrío de ésta.
La voluntad, que es apetito del bien universal, mueve a las demás potencias,
que sólo representan un bien parcial para el hombre....
“...hay dos maneras de entender que una cosa mueve a otra: 1ª A
modo de fin, que es como el fin mueve al agente; y en este sentido, el
entendimiento mueve la voluntad, por cuanto el bien entendido es el
objeto de la voluntad y la mueve como su fin: 2ª a manera de agente,
como lo que altera mueve lo que es alterado, y lo que impele a lo
impelido; y bajo este aspecto la voluntad mueve al entendimiento y a
todas las fuerzas del alma... La razón de esto es que entre todas las
potencias activas coordinadas la que mira al fin universal, es la que
mueve a las que se refieren a fines particulares... (como) el rey, que
provee al bien común de todo el reino, mueve por su intimación a
cada uno de los magistrados encargados del régimen administrativo de
las diferentes ciudades. El objeto pues de la voluntad es el bien y el fin
en general; y cada potencia se compara al respectivo bien que le es
propio, como la vista a la percepción del color y el entendimiento al
conocimiento de lo verdadero: por lo tanto la voluntad como agente
mueve todas las potencias del alma a sus actos, a excepción de las
potencias naturales de la parte vegetativa, que no dependen de nuestro
arbitrio4.
4
S. Th. I, q. 82, a. 4, in c.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 145
Este dominio del propio acto es lo que llamamos libertad. Y lo poseen todos los
entes intelectivos. Dios es absolutamente libre.
5
S. Th. I, q. 18, a. 3, in c.
148 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
todas las operaciones de que éste es capaz la que más gozo le brinda es la potencia
más propia, que le define por encima del resto de los animales: el entendimiento. Se
tratará además del acto máximo del entendimiento que alcanza su objeto máximo.
Ahora bien, ese acto no puede consistir en otra cosa que en un acto que contempla
a Dios mismo6.
Pero ¿Cómo ordena el hombre su vida a este fin? ¿Cómo hacemos para aspirar
efectivamente a la unión con Dios en esta y en la otra vida?
Dicho de otro modo, si no se tiene recta voluntad, bondad moral, resulta impo-
sible para el hombre ejercer la parte superior de su espíritu que le hace acceder a lo
sublime, a lo divino.
Pongamos un ejemplo: sin amigos no se puede ser feliz. Esta expresión puede ser
falsa referida a la amistad entre hombres si la consideramos en absoluto, pues
siendo la Felicidad humana un acto de unión con Dios, podría ella cerrarse en esta
única relación: la persona humana y Dios. Pero habiendo Dios dispuesto tanto por
el plan de la creación como por el de la redención, de un movimiento efectuado
entre amigos, éstos se vuelven en tal sentido indispensables para la felicidad. Pero
volvamos a nuestra cuestión: ¿puede una persona humana moralmente desordena-
da vivir bien la amistad? ¿Acaso no perjudicará con sus vicios la amistad misma?
Pensemos en una persona “injusta”. Si tiene el vicio de no dar lo que al otro corres-
ponde, ¿no hará lo mismo muchas veces con sus “amigos”?
Estos y muchos ejemplos más pueden exponerse. Todos confluyen a mostrar que
para el asalto de la felicidad es necesario hacerse buenos moralmente por el recto
ejercicio de la voluntad. La perfección de la voluntad es indispensable para la felici-
dad humana.
6
El tratamiento detallado del tema de la Felicidad puede hallarse al comienzo del curso de Ética
o en un manual de Ética cristiana, especialmente inspirada en la enseñanza de Santo Tomás de
Aquino.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 149
Es cierto que la felicidad sólo se hace efectiva por la ayuda de Dios (es,
finalmente, un don), pero no es menos cierto que la perfección de la voluntad
humana por el libre ejercicio de cada persona, que se empeña día tras día en ello,
es perfectamente dispositiva para ser feliz.
Por el constante ejercicio de los actos voluntarios y libres del hombre, orientados
hacia los “objetos” que hacen bueno al hombre, la voluntad va con-formándose.
El hábito es una fuerza dispositiva firme, cualidad estable que ordena la poten-
cia hacia un acto determinado con firmeza semejante a la “fuerza de la naturaleza”,
de donde resulta que llamemos a los hábitos segundas naturalezas.
En segundo lugar, es necesario ejercitar el acto cada vez con mayor intensidad
pues de esa manera los hábitos crecen.
El estado del alma que conquistó hábitos, es de una gran estabilidad, porque no
se halla sujeta al cambio permanente según las condiciones externas que afectan el
ánimo. Claro que aquí interesa visualizar de modo particular los hábitos buenos,
que llamamos virtudes.
7
Consultar un manual o tratado de Ética fundamental. El orden moral es el orden de los actos
humanos hacia el fin último de la vida es decir hacia la felicidad, por lo que un hábito es moral,
propiamente hablando, cuando dispone para un acto que involucra la integridad del dinamismo
espiritual del hombre, (sea ordenando o desordenando).
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 151
que es “forma de las otras virtudes morales”. Un ejemplo bastará para mostrar lo
que se quiere decir: un acto de valentía puede desviarse hacia la temeridad. La
diferencia estriba en que la temeridad es ciega, se sale del orden de la razón, mien-
tras que la valentía no. La temeridad es un problema, es un vicio, origen de otros
males. La valentía es la virtud. Es siempre la razón la que pone el orden, la medida
de las acciones de todas las demás virtudes, por lo que cualquier otro acto de virtud
moral requiere de un acto de prudencia. Esta está necesariamente presente en los
actos de las demás virtudes morales.
Y con esto ya abrimos la reflexión sobre esas otras virtudes morales. Todas
tienen como sede la voluntad del hombre: Justicia, Fortaleza y Templanza son las
principales, las cuales reciben, junto a la Prudencia, el nombre de virtudes cardina-
les, porque son el epicentro de todo el organismo moral del hombre. En el ser
humano se desarrollan muchas otras virtudes morales (Ej. Magnanimidad, pacien-
cia, magnificencia, humildad, generosidad, afabilidad...), pero en las cuatro cardi-
nales se halla el centro alrededor del cual nacen y crecen las demás.
A la Prudencia le sigue, en orden de importancia la Justicia, disposición firme
de la voluntad para dar a cada uno lo que corresponde. Hay justicia entre los
miembros de la comunidad (justicia conmutativa), justicia de los súbditos al Estado
(justicia legal), y justicia del Estado hacia los súbditos (justicia distributiva). También
puede hablarse de la justicia de hijos a Padres (piedad) o de las creaturas racionales
al creador (religión, cuyo acto es el culto).
A continuación están las virtudes que regulan el orden interno de la persona
humana respecto de sí misma. Y este orden es necesario y arduo porque el hombre
tiene serios problemas para gobernar las pasiones, especialmente los deseos de pla-
cer y los temores.
En efecto, tanto los deseos de placer como los temores pueden desviar al hom-
bre del bien percibido por la razón. Es notable cuánto puede influir una pasión para
que el hombre se aparte del bien que su misma razón había concebido.
Aparecen entonces como necesarias las virtudes FORTALEZA y TEMPLAN-
ZA. La primera controla los temores, la segunda los deseos de placer.
Entre las virtudes hay una fuerza recíproca (sinergia) de unidad. Crecen todas
juntas, aunque tengan importancia y perfección diversa una de otra. Así, por ejem-
plo, aunque la Prudencia sea forma para la fortaleza (el ejemplo que vimos) el acto
mismo de la Fortaleza colabora a la Prudencia, en cuanto dispone la voluntad para
enfrentar los peligros y de ese modo facilita el acto de imperar el orden de la razón
propio de la Prudencia.
Y así se contempla el orden de la perfección habitual de la voluntad, el cual no
consiste en otra cosa que en habituarse, es decir, disponerse firmemente, para seguir
el orden de la razón recta.
7. Conclusiones de la Unidad V
Cuando se trata de educar o de orientar a alguna persona (o a nosotros mismos)
es de capital importancia conocer en qué consiste el objeto de la voluntad humana.
La voluntad quiere todo lo que quiere por algo último que es el bien universal. Es
152 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
el modo que tenemos de avanzar entre los bienes de esta vida: ejercitando la liber-
tad para disponer los medios en orden a la felicidad.
Tomar las grandes decisiones de la vida, ser coherentes con ellas, perseverar,
tener disciplina... todo esto implica la educación de la voluntad humana.
En síntesis, podemos decir que se trata de aprender a querer y a impulsarse a sí
mismos hacia la perfección.
A partir del tratamiento que hemos dado a la cuestión se abren numerosas
consideraciones necesarias para avanzar en el conocimiento del hombre. Son, no
sólo las consideraciones teóricas de un ahondamiento en los principios constitutivos
del ser y el dinamismo humanos, sino sobre todo las consideraciones prácticas que
despliega la ciencia Ética, la cual debe necesariamente llegar a abordar lo más
cerca posible la realidad particular del hombre, hasta donde compete a la ciencia,
claro. Más allá de esta consideración estaremos en el plano de la Prudencia, que es
virtud con contenido singular (de la vida de cada uno).
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 153
• BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
Estas actividades de I. Escriba 3 frases que considere usted importantes sobre los siguientes temas:
aprendizaje que le VOLUNTAD
proponemos son
LIBERTAD
una guía para la re-
flexión, relación, VIRTUD MORAL
comprensión y aná- II. Converse con personas de diversos oficios o profesiones, edades, estados de
lisis de los temas vida... con el fin de recabar las opiniones más comunes que existen acerca del
desarrollados en esta tema de la felicidad humana (¿es posible?, ¿en qué radica?...). A veces es muy
unidad útil hacerlo a modo de reportaje.
III. Elabore algunos ejemplos en los que la voluntad se ponga en conflicto con
los apetitos sensitivos.
IV. Busque en una historia de la Filosofía la concepción de la libertad en el
pensamiento de Jean Paul Sartre y confróntela con la que hemos estudiado en
esta unidad.
V. La voluntad humana apetece necesariamente el bien absoluto. Dios es el
bien absoluto y, sin embargo, el hombre no apetece necesariamente a Dios.
¿Cómo explicaría esta aparente contradicción?.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 155
AUTOEVALUACIÓN
1)
Seleccione la afirma-
a- La voluntad es apetito racional. ción correcta (sólo
una) y luego verifi-
b- La voluntad es apetito de lo difícil.
que las claves de
c- La voluntad es apetito de lo fácil. autoevaluación al fi-
2) nal del módulo
9)
a- La perfección de la voluntad humana radica en las fuerzas del cuerpo huma-
no.
b- La perfección de la voluntad humana radica en el apasionamiento por algo.
c- La perfección de la voluntad humana radica en la conquista de hábitos bue-
nos.
10)
a- Las virtudes que principalmente perfeccionan la voluntad humana son: Pru-
dencia, Justicia, Fortaleza, templanza.
b- Las virtudes que principalmente perfeccionan la voluntad humana son: Forta-
leza, Templanza y generosidad.
c- Las virtudes que principalmente perfeccionan la voluntad humana son: Justi-
cia, Fortaleza, Templanza.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 157
TRABAJO PRÁCTICO Nº 3
T odo el que pronuncia la palabra persona percibe, al menos en un grado
de cierta confusión conceptual, que está nombrando algo sublime, im-
portante... que está diciendo una excelencia respecto de alguien.
Y así también, todo el que dice “persona”, se coloca en ese acto dentro del
pensamiento cristiano, aun sin saberlo.
A quien quiera corroborar esto le bastaría con prestar atención al modo en que
los autores enconados con el pensamiento cristiano llaman a los hombres: no
usan jamás el término persona, prefiriendo, en cambio, hablar de “individuo” o
“sujeto”.
Es que el término persona se originó para significar algo excelso, una dignidad
especial que emparienta a los hombres con lo divino.
Trataremos ahora este gran tema: qué significa ser persona y en qué medida esto
debe entenderse del ser humano.
Para responder a esta última pregunta será necesario, conforme al método de
Santo Tomás, hacer referencia al conjunto analógico de aplicación de la palabra
persona: Dios, los ángeles y el hombre.
El hombre aparece asumido en el universo de las “personas”. Nos referimos al
conjunto de los entes destinados a la unión con Dios en virtud de su naturaleza
espiritual, según los grados de participación: por el conocimiento intelectual, por
el don de la gracia santificante y por el don perfecto de la gloria final: el universo
de los entes hechos “a imagen y semejanza de Dios”.
162 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
Objetivos de Aprendizaje
1. Integrar los contenidos aprendidos en las unidades anteriores en una vi-
sión completa del hombre como “persona”. Se trata de una integridad que
mira a lo más profundo del hombre, a lo más perfecto del ser que está hecho
“a imagen y semejanza de Dios”.
2. Adquirir con este tema un fundamento para juzgar las realidades de la
vida humana, individual y social de nuestros días, tiempo de graves proble-
mas para la dignidad personal.
Temario de la Unidad VI
1. Todo hombre es una “persona”.
2. La persona humana como imagen y semejanza de Dios.
MAPA CONCEPTUAL
ANGÉLICA
CREADA
HUMANA
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 163
1
Nótese el reticente uso que se hace del término “persona” en los ámbitos de pensamiento
“anti-cristianos”, como, por ejemplo, entre los abortistas. Se prefiere el término “individuo” o
“sujeto”. En el mejor de los casos aparece en su connotación jurídica (personería jurídica).
164 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
Pero el uso que hoy tenemos de este término, como designando la elevada dignidad
del hombre, proviene de la Teología Dogmática, ciencia elaborada por la Iglesia
Católica. Veamos.
El dogma católico se vio en serios peligros de tergiversación cuando comenzaron
a aparecer las “herejías”, entre las cuales sobresalieron aquellas que atentaban
nada menos contra el credo cristiano, que profesaba la fe en Dios uno y Trino
(una sola y misma divinidad eterna, perteneciente al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo).
Algunas herejías identificaban a los tres en todo, poniendo sólo una distinción de
modalidades manifestativas (el modalismo de Sabelio)... otras distinguían tanto
que no ponían la divinidad en el Hijo o en el Espíritu Santo...
Se hacía necesario precisar el sentido de la fe cristiana para salvar la fe de los
creyentes.
Se acuñaron entonces algunos términos filosóficos: por un lado el término con-
sustancialidad u “homoousios” (Cristo, el Hijo, es con-sustancial con el Padre, es
decir, son la misma sustancia) y por otro lado el término “persona”.
Y así se expresó la fe cristiana: La divinidad es una sola sustancia o naturaleza,
eterna, inmutable, omnipotente... que pertenece a tres “personas distintas” entre sí.
El Padre no es el Hijo, el Espíritu Santo no es ni el Padre ni el Hijo... los tres son el
mismo Dios en sustancia... misterio que sólo se entenderá cuando sea corrido el
velo del Reino de los cielos: la visión beatífica.
...la persona es la Este uso teológico de la palabra persona fundamentó su cultivo filosófico en
“sustancia indi- busca de una precisión metafísica de su significado. Será entonces el autor Manlio
vidual de natu- Torcuato Severino Boecio quien elaborará una definición metafísica del término
raleza racio- persona que se hará célebre en el cristianismo: la persona es la “sustancia indivi-
nal”. dual de naturaleza racional”.
Aunque esta definición de persona no fue aceptada por todos los pensadores
cristianos, afortunadamente fue la escogida por Santo Tomás para abordar el tema
de la persona, claro que, como es de suponer, reinterpretada a la luz de la
propia metafísica del Aquinate (la metafísica del “acto de ser”).
Así queda explicado el significado de la palabra “persona” como un calificativo
ontológico de la dignidad de las sustancias espirituales. La persona es un modo
especialísimo de individualidad-sustancial, a saber, la que corresponde a los seres
espirituales.
De esta manera se va desde la noción de “sustancia”, muy importante para le
metafísica tomista, hacia la noción de persona, como un modo especial de aquella:
“...aunque lo universal y lo particular se hallen en todos los géne-
ros, sin embargo, lo individual se encuentra de una manera especial en
el género de la sustancia; porque la sustancia se individualiza por sí
misma, en tanto que los accidentes se individualizan por el sujeto, que
es la sustancia: así se dice tal blancura determinada, en cuanto que
existe en el sujeto. Por lo cual es conveniente que las individualidades
sustanciales tengan un nombre especial, que las distinga de las demás,
y por eso se denominan hipóstasis o sustancias primeras. Mas todavía
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 165
2
S. Th. I, q. 29, a. 1, in c.
3
S. Th. I, q. 75, a. 6, ad 1.
166 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
Posee un alma que da vida a un cuerpo pero que es también espíritu, en tensión
hacia Dios. Por esto último, al igual que los ángeles, se dice que está hecho “a
imagen y semejanza” de Dios.
“...(el alma humana) se halla colocada en los confines del mundo
de los espíritus y del de los cuerpos, y por lo mismo concurren en ella
virtudes de estas dos clases de criaturas”4.
El hombre no sólo es una semejanza de Dios, como puede serlo cualquier creatura,
ya que Dios imprime como agente primero, una semejanza suya en todas las cosas,
sino que es “imagen”5, pues no se dice imagen cualquier semejanza sino la semejan-
za en la naturaleza de la especie: Dios es Espíritu, el hombre es espíritu:
“...no se puede decir que porque una cosa se haga blanca a seme-
janza de otro es a su imagen, ya que la blancura es un accidente
común a muchas especies. Se requiere para el concepto de imagen
que sea semejanza según la especie... O al menos por un accidente
propio de la especie, y principalmente según la figura, como se dice
que está la imagen del hombre en el cobre”6.
El dinamismo del espíritu humano alcanza incluso a expresar el misterio íntimo
de Dios revelado en Cristo: la Trinidad de Personas divinas, el Padre, el Hijo, el
Espíritu Santo7:
“... la imagen divina en el hombre se considera según el verbo
concebido del conocer de Dios, y el amor de allí derivado...Por esto
Agustín dice que “la mente se recuerda y conoce y ama a sí; y cuando
esto contemplamos, vemos una trinidad, que no es aún el mismo
Dios, pero sí a imagen de Dios...”8.
Distinguimos, sin embargo, el sentido imperfecto en el que el hombre se dice
imagen de Dios. Cuando Dios afirma en el texto del Génesis “hagamos al ser huma-
Sólo cabe decir
no a nuestra imagen, como semejanza nuestra” (Gén. 1,26), la preposición “a”
que es imagen
debe entenderse como movimiento de perfeccionamiento, pues hay mucha distan-
perfecta de Dios
cia entre las creaturas y el creador, por más que algunas se llamen su “imagen”.
su Hijo Único:
Sólo cabe decir que es imagen perfecta de Dios su Hijo Único: Jesucristo: “Él es la
Jesucristo...
imagen de Dios invisible...” (Colos. 1, 15):
“...el primogénito de toda creatura (Cristo) es la imagen perfecta
de Dios...y por esto se dice imagen y nunca “a imagen”...9
El hombre, que ya es “a imagen” de Dios por su espíritu, está destinado, final-
mente, a perfeccionar esa imagen. Un primer grado que nos eleva como imagen de
4
S. Th. I, q. 77, a. 2, in c.
5
“...solamente en la criatura racional se encuentra esta semejanza por modo de imagen... y
en las demás criaturas por modo de vestigio... La imagen representa según la semejanza de la
especie... el vestigio a la manera que el efecto representa a su causa, lo cual no alcanza a
semejanza de especie. Así las huellas estampadas por los animales en su marcha se llaman
vestigios...” (I, 93, 6, in c.).
6
I, 93, a. 2, in c.
7
La imagen de la Trinidad divina en el alma humana se comprenderá mejor al estudiar con más
detalle la vida del entendimiento y de la voluntad, como haremos en las correspondientes
unidades.
8
S. Th. I, q. 93, a. 8, in c.
9
S. Th. I, q. 93, a. 1, ad 2.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 167
3. Conclusiones de la Unidad VI
De lo dicho no podemos menos que concluir que hablar de persona humana
implica mirar a todo hombre como alguien poseedor de excelsa dignidad, y por ello,
merecedor de un respeto especialísimo y un trato y una atención altamente califica-
dos.
La dignidad de todo hombre se funda en el ser persona. Esta expresión encierra
una luz tan grande que puede proyectarse sobre toda la vida humana, individual y
socio-política. El hombre, por ser persona, posee un estatuto ontológico que lo sitúa
por encima de todas las cosas disponibles para fines ajenos, por ejemplo. Así se
entienden las reacciones del cristianismo frente a todos los atropellos a la dignidad
personal, como cuando se decide la muerte de la persona que aún no ha nacido
(aborto).
Es que la persona no es algo que deviene o surge del desarrollo de las potencias
vitales, como algunos erróneamente piensan. Uno no se hace persona porque ejer-
10
Y bajo esta noción los ángeles son más perfectamente imagen de Dios que nosotros: “...con
relación a aquello en que primariamente se considera la razón de imagen, que es la natura
intelectual; y bajo este aspecto la imagen de Dios es más perfecta en los ángeles que en los
hombres, porque la natura intelectual es más perfecta en ellos...” (I, 93, 3, in c).
11
S. Th. I, q. 93, a. 4, in c.
168 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
Estas actividades de I. Escriba 3 frases que considere usted importantes sobre los siguientes temas:
aprendizaje que le PERSONA:
proponemos son
DIGNIDAD:
una guía para la re-
flexión, relación, ESPÍRITU:
comprensión y aná- II. Elija un artículo de algún periódico o revista en el que le parezca que se ha
lisis de los temas atentado contra la dignidad de la persona. Trate de explicar en qué sentido
desarrollados en esta preciso considera que se ha violentado esa dignidad, según los conocimientos
unidad obtenidos en este curso acerca del hombre.
III. Busque definiciones de persona en diversos diccionarios y confronte con lo
aprendido.
IV. Entreviste algún profesor que diga no ser cristiano o no adherir a la doctrina
cristiana y pregúntele qué opina de la dignidad de la persona (utilice este térmi-
no expresamente, no lo reemplace por “hombre”, “sujeto”...).
V. Resuelva el siguiente problema: desde tiempos muy remotos el hombre ha
montado a caballo. ¿representa este hecho un atropello a la “dignidad” del
caballo?
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 171
AUTOEVALUACIÓN
1) Seleccione la afirma-
a- Toda persona es hombre. ción correcta (sólo
una) y luego verifi-
b- Todo hombre es persona.
que las claves de
c- Toda sustancia es persona. autoevaluación al fi-
nal del módulo
2)
a- La persona es unidad sustancial de cuerpo y alma espiritual.
b- La persona es sustancia completamente espiritual.
c- La persona es sustancia individual de naturaleza racional.
3)
a- Toda persona es de suyo disponible para fines.
b- Toda persona tiene dignidad de fin.
c- Toda persona se basta absolutamente a sí misma.
4)
a- La dignidad del hombre consiste en ser imagen y semejanza de los ángeles.
b- La dignidad del hombre consiste en ponerse al servicio del cosmos.
c- La dignidad del hombre consiste en su ser espiritual.
5)
a- La persona humana consiste en el alma espiritual.
b- La persona humana consiste en la perfección de su cuerpo.
c- La persona humana consiste en la unidad de cuerpo y alma espiritual.
6)
a- La imagen de Dios en el hombre radica en su capacidad de pro-crear.
b- La imagen de Dios en el hombre consiste en la pasión del amor.
c- La imagen de Dios en el hombre consiste en la espiritualidad de su alma.
7)
a- La dignidad de la persona humana implica tener derechos.
b- La dignidad de la persona humana implica ser absolutamente libre.
c- La dignidad de la persona humana implica no servir a los demás.
8)
a- Dios es persona en sentido metafórico.
b- Dios es persona en sentido eminente.
c- Dios es persona en sentido figurado.
172 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
9)
a- Lo propio de la persona es la sustancialidad.
b- Lo propio de la persona es la subsistencia.
c- Lo propio de la persona es la existencia propia.
10)
a- El hombre es la más perfecta imagen de Dios entre las creaturas.
b- El ángel es la más perfecta imagen de Dios entre las creaturas.
c- Cristo es la más perfecta imagen de Dios entre las creaturas.
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 173
hemos llamado práctico distinguían el edificio del recto obrar del hombre (praxis) y
la recta inteligencia para hacer bien las cosas exteriores (poiesis). En Santo Tomás
estas dos últimas dimensiones del saber reciben los nombres de Prudencia y arte,
respectivamente, como conformando los dos hábitos prácticos del entendimiento; o
dicho de otro modo, el ámbito del agere y el facere, respectivamente.
• Espíritu: ser que subsiste sin materia. Al ser sin materia, es o se dirige a lo
absoluto, según el grado de espiritualidad. No es lo mismo que alma, pues hay
almas que sólo subsisten en unión con el cuerpo, como el alma de los animales y las
plantas. El alma del hombre es, además de alma (forma vital de un cuerpo) espíritu,
es decir, es sin materia y por ello tiende a lo absoluto. Los ángeles no son almas sino
sólo espíritus. Dios es espíritu absoluto.
• Evidencia: claridad o perfección de la verdad de una cosa. Hay cosas que
son muy evidentes o verdaderas en sí pero no necesariamente lo son para nosotros,
porque los hombres conocemos lo más verdadero con mucha dificultad y después
de mucha investigación. La evidencia o “patencia” de las verdades tiene para el
hombre diversos grados y modos de acceso. Hay evidencias sensibles, como la
visión clara de alguna cosa externa, y evidencias intelectuales, como el conocimien-
to de los primeros principios o la propia experiencia interna del hombre, según
grados. Sobre las evidencias se construye todo el conocimiento humano. Todo ra-
ciocinio se asegura (certeza) cuando se apoya en algo evidente.
• Filosofía / Teología (sobrenatural): las ciencias supremas que el hombre
puede alcanzar en esta vida son la Filosofía y la Teología. La primera es ciencia de
la totalidad de las cosas por sus últimas causas a la luz de la razón. La segunda es
la ciencia a cerca de Dios y todas las cosas en relación con Dios, según la luz de la
Revelación. Entre ambas ciencias comparten temas pero la luz desde la que se
estudian es diversa (objeto formal quo).
• Forma / Materia: Forma en general es el modo de ser de algo. En las creaturas
corpóreas se distingue de la materia como constituyendo una sola sustancia a partir
de dos co-principios: materia prima y forma sustancial. La forma es el principio
activo o acto respecto de la materia que es su potencia. La materia se define como
el ente que es pura potencia para algún modo de ser, como la madera está en
potencia para varias cosas. Hay formas sustancialmente inmateriales (como los
ángeles) y hay formas que sólo existen inmersas en la materia (como las formas de
todas las cosas del mundo sensible, a excepción del alma humana). Hay formas
sustanciales (constituyen una sustancia unidas a la materia prima) y formas acci-
dentales (modifican o determinan algo accidental). La materia puede ser “ex qua”
(de la cual algo se hace), “in qua” (sujeto en el cual algo se realiza) y “circa quam”
(acerca de lo que algo trata, como objeto, como se dice de la materia de alguna
ciencia).
• Género / Diferencia / Especie: la forma de las cosas creadas se distingue
en género y diferencia específica. La especie completa incluye al género y a la
propia diferencia. Así el hombre está en el género animal y su diferencia especificante
es la racionalidad. La especie humana es “animal-racional”. El género es siempre el
“ámbito entitativo potencial” que recibe el ser en acto por la diferencia. Esta última
es siempre un acto que se añade a la potencia del género. / El término especie se usa
178 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
a modo de término perfectivo. Así, el objeto de la vista es el color (la vista recibe el
color); el objeto del entendimiento es la esencia de las cosas como término perfecti-
vo. / El sujeto es el ente en el que algo reside (como se dice, por ejemplo que la
voluntad es sujeto de virtudes) o el ente del que se predica algo (como se dice por
ejemplo que el hombre es el sujeto de las acusaciones), o el ente que tiende hacia
algo como a su objeto.
• Obrar / Operar: obrar es comunicar el ser. El obrar depende del ser: cada
ser obra según lo que es. El obrar más perfecto es el de Dios, que puede comunicar,
no sólo alguna forma de ser sino el ser mismo (en esto consiste la creación) sin
presupuesto alguno (de la nada). Las creaturas tiene siempre un obrar limitado y
necesitan colaboración de algo extrínseco. A medida que un ser es menos perfecto,
más necesita de cosas exteriores para el obrar. Podemos observar en las operaciones
del alma humana esa necesidad de cosas externas según diversos grados de poten-
cias
• Orden: recta disposición de las partes en un todo en virtud de algún principio
jerarquizante.
• Pasión (del alma): movimiento súbito del apetito sensitivo con modificacio-
nes corporales.
• Perfección: acto, plenitud. Es un término analógico, que admite grados.
• Persona: Sustancia individual de naturaleza racional. Posee dignidad, es un
fin en sí mismo y no un medio).
• Potencias del alma: Principios próximos de las operaciones vitales. Son
capacidades del alma para ejecutar acciones (de diversas formalidades según la
diversidad de las potencias) con el fin de alcanzar la perfección de la naturaleza.
Son múltiples y cada una se define por su objeto propio.
• Principio / Fin / Finalidad: se entiende por principio, en general, aquello de
lo cual algo se sigue; o simplemente “lo primero en algo”. Por fin, en cambio, se
entiende el término perfectivo al que una cosa tiende (también significa la destruc-
ción de una cosa, como cuando decimos que la película llegó a su fin, pero este no
es el sentido en que se usa el vocablo en metafísica). El fin es cierto principio, por
cuanto es lo “primero” en la intención de todo agente (ser que obra) aunque sea lo
último en la ejecución. / El principio de finalidad dice: todo agente obra por un fin:
omne agens agit propter finem.
• Sentidos: facultades cognoscitivas cuyo objeto es lo singular corpóreo, per-
cibido a través de ciertas cualidades (Ej. Color, figura, movimiento, sonido...).
• Ser: noción primerísima de nuestra inteligencia bajo la cual se forman y
entienden todas las demás. Es la noción más universal y perfecta, y la más analógica,
a su vez. Se compone en nuestra mente de dos aspectos: la esencia y la existencia:
lo algo cuyo acto es ser.
• Singular / particular / Universal: se llama singular al individuo, el cual
puede ser material como por ejemplo una piedra, o inmaterial, como por ejemplo,
un ángel. / Lo particular se toma a veces como sinónimo de singular, aunque a
veces significa un conjunto de singulares que no constituyen la totalidad de algo / Lo
180 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
universal es algo uno que se predica de muchos. A veces se toma por universal la
totalidad colectiva de algo, como puede ser un enjambre (totalidad de las abejas),
pero el sentido más filosófico del universal se refiere al contenido esencial que puede
predicarse de muchos individuos (infinitos, en realidad) como la esencia “humani-
dad” se puede predicar de infinitos individuos humanos.
• Sustancia / Accidente: entendemos por sustancia el ser que existe en sí
mismo, tiene existencia propia; y por “accidente”, el ser que existe sólo “en otro”.
Las sustancias con algún grado de imperfección son complementadas o determina-
das por algún accidente que existe en ella como en su soporte (existencial). El
término sustancia es a veces sinónimo de esencia o naturaleza, pero se dice en
primer lugar (sustancia primera) del supuesto o individuo existente en sí.
• Trascendental /trascendentales: Que es, está o se dirige más allá de algo.
Se usa en Filosofía para designar las realidades que trascienden el mundo, especial-
mente a Dios, ser absolutamente trascendente. También se usa para designar las
propiedades de todo ser en cuanto ser: propiedades trascendentales, a saber: Uno,
verdad, bien. belleza.
• Unívoco / Equívoco / Análogo: La univocidad es la propiedad de un
concepto o vocablo de significar siempre lo mismo, en la misma medida, respecto
cosas distintas, como se dice de todos los hombres la “humanidad”. / Equivocidad,
en cambio es la propiedad de algunas palabras de significar cosas enteramente
distintas, como “banco” puede significar la institución financiera o el banco para
sentarse en la plaza. / Entre lo unívoco y lo equívoco encontramos que algunos
conceptos son análogos: la analogía es un propiedad única, que se predica de
diversos, en parte del mismo modo y en parte de modo diverso, como la salud se
predica del paciente o de la comida (que se dice sana). Las realidades comparadas
se denominan analogados. Veamos los diversos tipos principales de analogías: 1)
cuando entre los analogados hay uno principal, en quien se realiza la propiedad
analógica principalmente, mientras que en los otros sólo se realiza de modo secun-
dario o incluso puede no realizarse, se habla de “analogía de atribución”, como
cuando se predica la el ser o la bondad o la belleza de Dios y de los ángeles o los
hombres: el analogado principal es Dios; o como cuando se predica la salud del
organismo y de la comida, o la orina: el analogado principal es el organismo. Estos
ejemplos sirven para mostrar a su vez dos tipos de analogías de atribución: el primer
ejemplo es “analogía de atribución intrínseca”: la realidad analogada es intrínseca a
todos los analogados, aunque hay uno que es principal; el segundo ejemplo es
“analogía de atribución extrínseca”: la propiedad analogada sólo está propiamente
en el analogado principal, y de los otros sólo se predica extrínsecamente, por modo
de causa o efecto (así, la comida es sana como causa material de la salud, la orina
es sana como efecto del organismo sano); 2) cuando entre los analogados no hay
uno que sea principal sino que todos los analogados realizan según medidas diver-
sas la propiedad analógica, se habla de “analogía de proporcionalidad” en virtud de
darse proporción o medidas diversas de la propiedad analógica en los distintos
analogados, sin que haya entre ellos uno que sea principal. Así, por ejemplo, cuan-
do comparamos en el término “amor”, la pasión y la voluntad humana. No pode-
mos negar que el amor existe en el hombre como pasión y como perfección de la
voluntad, pero es más perfecto este último, es decir, hay mayor medida de amor en
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 181
la voluntad que en el apetito concupiscible, sede de la pasión del amor. Hay quienes
llaman a esto una “analogía de proporcionalidad propia” porque propiamente se
realiza la propiedad analógica en los analogados, aunque no hay ninguno que sea
principal, sino sólo más o menos perfecto; y distinguen así de la “analogía de pro-
porcionalidad impropia” que corresponde a lo que se conoce como metáfora, como
cuando se dice ¡qué alegre es este paisaje”.
• Uno / múltiple: lo uno es la indivisión del ser. Propiedad trascendental del
ser en cuanto ser. Todo ser en cuanto ser es uno y todo lo uno es ser. La división es
un modo de no ser. / La multiplicidad es ontológicamente posterior a la unidad y en
ella se funda.
• Verdad / error: la verdad es una propiedad trascendental del ser: su trascen-
dental referencia a la inteligencia. Todo ser, en cuanto ser, es verdadero, es decir,
dice un orden a la inteligencia, sea creada (relación de causa a efecto, como cono-
cemos las cosas porque son) sea divina (relación de efecto a causa pues toda cosa
es efecto de la verdad divina). Es la adecuación del ser y la inteligencia. / El error es,
por el contrario, una inadecuación del entendimiento con el ser de las cosas. Es un
fenómeno propio del entendimiento humano porque éste compone y divide, y en
componiendo o dividiendo mal consiste el error, como cuando digo que la pared es
blanca y en realidad no lo es, estoy componiendo mal la blancura con la pared.
• Vida / viviente / inanimado: la vida consiste esencialmente en el dominio
del propio obrar, el cual consiste en acciones inmanentes. A medida que un viviente
es más perfecto, más inmanente es el fruto de sus acciones. / El ser inanimado por
el contrario, se caracteriza por ser movido por otro, siendo sus movimientos de
carácter transitivo (el término está fuera del sujeto).
• Voluntad: apetito racional. Su objeto es por ello el bien universal, ya que la
inteligencia descubre lo bueno en su razón esencial.
182 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
INTRODUCCIÓN 5): C
1): C 6): B
2): C 7): C
3): B 8): B
4): A 9): A
5): A 10): B
6): B
7): A UNIDAD IV
8): C 1): C
9): B 2): B
10): B 3): B
4): A
UNIDAD I 5): B
1):A 6): A
2):B 7): C
3):B 8): C
4):A 9): A
5):C 10): B
6):C
7):B UNIDAD V
8):B 1): A
9):A 2): C
10):C 3): A
4): B
5): C
UNIDAD II 6): A
1): C 7): B
2): B 8): A
3): B 9): C
4): B 10): C
5): A
6): C UNIDAD VI
7): C
8): B 1): B
9): A 2): C
10): A 3): B
4): C
UNIDAD III 5): C
1): C 6): C
2): B 7): A
3): B 8): B
4): B 9): B
10):C
184 UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica
UNIVERSIDAD FASTA Antropología Filosófica 185
ÍNDICE GENERAL
Presentación General
Los destinatarios de este curso...................................................................7
Objetivos generales del curso......................................................................8
El tema de este curso................................................................................8
Nuestra fuente: Santo Tomás....................................................................11
Organización de los contenidos del curso.........................................................13
Mapa conceptual del curso......................................................................12
Organización del curso............................................................................13
Las herramientas didácticas......................................................................15
Trabajo Práctico Nº 1
Lista de palabras..................................................................................130
Bibliografía recomendada para la unidad IV..................................................131
Actividades de aprendizaje de la unidad IV....................................................131
Autoevaluación de la unidad IV...............................................................132