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HACIA UN CRECIMIENTO CON

INCLUSIÓN: LA ASOCIATIVIDAD
COMO ESTRATEGIA DE
DESARROLLO PARA LAS MICRO Y
PEQUEÑAS EMPRESAS
AGROPECUARIAS EN EL PERÚ

Carola Amézaga Rodríguez


Luis Miguel Artieda Aramburú

SUMARIO

I. Presentación.
II. El problema del crecimiento económico sin
inclusión y la importancia de las MYPE.
III. La problemática de las MYPE en el Perú.
IV. La experiencia del programa APOMIPE.
V. Conclusiones y recomendaciones.
VI. Consideraciones finales.
Carola Amézaga Rodríguez
Luis Ángel Artieda Arambur ú

I. PRESENTACIÓN.

El presente artículo analiza la problemática de las micro y pequeñas


empresas (MYPE) en el Perú, en el marco del sostenido crecimiento
que viene mostrando la economía peruana sin un desarrollo inclusivo,
y plantea la importancia de encontrar estrategias y políticas
específicas que promuevan a la gran mayoría de ellas, las MYPE
agropecuarias.

Asimismo, se presenta la experiencia y lecciones aprendidas del


Programa de Apoyo a la Micro y Pequeña Empresa en el Perú,
APOMIPE, programa de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la
Cooperación - COSUDE 1 que ejecuta la Fundación Suiza para el
Desarrollo y la Cooperación Internacional – Intercooperation, en
alianza con dos ONG socias nacionales: CEDEPAS NORTE y Minka.

La principal conclusión a la que se arriba, a partir de la referida


experiencia, es que las MYPE agropecuarias, para poder insertarse
competitivamente a la economía, necesitan organizarse en
esquemas asociativos orientados directamente a negocios. Una
alternativa asociativa que ha demostrado su viabilidad social y
económica, dada la realidad rural del Perú, son las Redes
Empresariales. Asimismo, estas Redes Empresariales, para operar en
un marco de formalidad tributaria, sin perder los beneficios que hoy
tienen sus integrantes como productores agropecuarios, cuentan
con la opción de constituirse en Consorcios sin Contabilidad
Independiente, figura poco difundida hasta el momento que les
permite operar con economías de escala y sin necesidad de
constituir una forma jurídica independiente.

1La contraparte oficial del Estado peruano para este programa es el Vice Ministerio de
Promoción de la Micro y Pequeña Empresa del Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo.

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Hacia un Crecimiento con Inclusión: La Asociatividad como Estrategia de
Desarrollo para las Micro y Pequeñas Empresas Agropecuarias en el Perú

II. EL PROBLEMA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO SIN INCLUSIÓN Y LA


IMPORTANCIA DE LAS MYPE.

A nivel macroeconómico, es innegable el desempeño favorable de


la economía peruana en los últimos años. A la fecha, el crecimiento
del PBI ha alcanzado un record histórico: 87 meses de crecimiento
continuo2, periodo en el que además las exportaciones se han
cuadriplicado 3. De otra parte, la pobreza entre 2004 y 2007 ha
retrocedido 5,2 puntos porcentuales 4, todo ello al tiempo que la
inflación desde hace 11 años se mantiene en valores de un solo
dígito y el clima generalizado de estabilidad ha contribuido a reducir
la percepción de riesgo de los inversionistas extranjeros hacia nuestro
país.

Sin embargo, a pesar de estas cifras favorables, es necesario no


perder de vista que se trata de promedios, y como tales, no reflejan
las marcadas diferencias estructurales que existen aún en el país. Así
por ejemplo, mientras en la costa en el 2007, la pobreza alcanzaba
al 22,6% de la población, en la sierra la pobreza alcanzaba al 60,1%.
Se observa, entonces, que el crecimiento económico del Perú no ha
significado aún un desarrollo inclusivo que revierta la situación de
desigualdad existente en el país5.

Analizando la estructura empresarial, vemos que las grandes y


medianas empresas apenas suman 11,718 unidades productivas, lo
que constituye el 0,36% del total; pero, concentran el 46% del PBI;
mientras que, las MYPE son la mayor parte del gran universo de
unidades productivas del país al llegar a más de 3 millones de
unidades (99.63% del total) y contribuyen con el 35% del PBI (ver
Cuadro No. 1).

2 De acuerdo con las series estadísticas del Banco Central de Reserva del Perú
(www.bcrp.gob.pe) desde julio de 2001 el PBI viene teniendo un crecimiento continuo.
3 Según el Banco Central de Reserva del Perú el valor de las exportaciones entre 2000 y

2007 se ha cuadriplicado al pasa r de 6,955 a 27,956 millones de USD.


4 Según el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática a partir de la Encuesta

Nacional de Hogares 2004 – 2007 (www.inei.gob.pe, sección Perú en cifras) la pobreza


total en el Perú ha disminuido de 44,5% a 39,3%.
5 Según Mendoza y García (2006) el coeficiente Gini para el año 2006 se calcula en

52,2%, valor que refleja una alta desigualdad. Véase Crecimiento Económico y
Pobreza 2000 – 20005. Documento de trabajo CISEPA 2050. Lima: PUCP.

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Asimismo, gran parte de las empresas grandes y medianas


pertenecen a los sectores extractivos que, por definición, son
empresas intensivas en capital y no generan amplias oportunidades
de empleo; en efecto estas empresas ocupan sólo a un 8,3% de la
PEA (cerca de 1 millón 200 mil personas). Las MYPE, por el contrario,
son intensivas en mano de obra y contribuyen con el 62,1% del
empleo nacional al emplear a casi 9 millones de trabajadores6. Estas
cifras se pueden apreciar en el cuadro No. 1:

Cuadro No. 1
Perú: Principales Variables, según tamaño de empresa 2006 7

Categoría Número % Empleo (PEA) % PBI


de (en
empresas %)
Sector Privado 3.229.197 100,00 10.128.859 70,4 81
Gran y mediana 11.718 0,36 1.191.878 8,3 46
empresa
Pequeña y micro 3.217.479 99,64 8.936.981 62,1 35
empresa
Sector Público 1.058.202 7,4 9
Independientes 2.642.633 18,4 8
Trabajadores del Hogar 550.615 3,8 2
TOTAL 3.229.197 100,00 14.380.309 100,00 100

Fuente: Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del INEI para el año 2006, elaborados
por Cecilia Lévano para el MTPE (2007).

Finalmente, si analizamos los datos por sectores económicos, vemos


una característica muy importante pero poco rescatada en la
elaboración de políticas públicas: las MYPE pertenecen
mayoritariamente a actividades agropecuarias (y de pesca). En
efecto, según cifras sistematizadas por el Ministerio de Trabajo y
Promoción del Empleo, las micro empresas en el sector agropecuario
y pesca llegan a 1.896.872 cifra que representa un 60% del total de
micro empresas, mientras que las pequeñas empresas de dichos
sectores suman 37.078, cifra que representa un 75% del total de

6En todos los casos, se incluye al auto empleo en los cálculos.


7 Elaboración propia en base a presentación de Fernando Villarán ante Consorcio
Ejecutor de Programa de apoyo a Cadenas productivas y Clusters de micro y
pequeñas empresa en el Perú. Lima, enero de 2008.

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Desarrollo para las Micro y Pequeñas Empresas Agropecuarias en el Perú

pequeñas empresas. Estas cifras se pueden apreciar en el cuadro No.


2:

Cuadro No. 2
Estimación del número de MYPE por actividad económica 2006 8

Actividades Microempresa % Pequeña % Independientes % Total %


Económicas A empresa C MYPE
B A+B

Agropecuaria 1,886,872 60 37,078 75 457,346 17 1,923,949 60


y Pesca
Industria 208,233 6 1,442 3 338,484 13 209,675 7
Construcción 68,286 2 2,458 5 85,192 3 70,744 2
Comercio 625,446 20 662 1 793,382 30 626,108 19
Servicios 378,914 12 8,088 16 970,296 37 387,001 12
Total 3,167,751 100 49,728 100 2,644,701 100 3,217,478 100

1/ Estimación de empresas en base al número de conductores de MYPE y


trabajadores independientes, éstos últimos no emplean trabajadores familiares no
remunerados.
2/ Incluye a los independientes que emplean trabajadores familiares no
remunerados (TFNR) y también a los T.F.N.R.
Fuente: ENAHO INEI 2006 (Anual)

Lamentablemente, no existen cifras actualizadas del sector


agropecuario que nos den información más detallada9.

Dado este gran peso de las MYPE agropecuarias, las preguntas que
guiarán este artículo son las siguientes: ¿por qué las políticas de
promoción a las MYPE no se han dirigido hasta la fecha a las MYPE
agropecuarias? ¿será ésta la razón de no haber tenido éxito en el
objetivo de formalización de las MYPE?; ¿existen políticas consistentes
(coordinadas) entre los sectores rectores de la política hacia la micro
y pequeña empresa y de la política agropecuaria en el país?;¿cuáles
son las características principales que deben ser tomadas en cuenta

8 Elaboración propia a partir de Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE),


Consejo Nacional para el Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa (CODEMYPE),
Dirección Nacional de la Micro y Pequeña Empresa, Actualización de Estadísticas de la
Micro y Pequeña Empresa. Lima, diciembre de 2007. Cuadro No. 15, página 19.
9 El último Censo Nacional Agropecuario se realizó en el año 1994. A la fecha el MINAG

tiene prevista la realización de un nuevo censo en el año 2009. Según el censo del 94
el número de unidades con menos de 20 has. era 1.575.374.

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para la formulación de políticas a favor de las MYPE en el país?; ¿qué


herramientas deben utilizarse para promoverlas?.

III.- LA PROBLEMÁTICA DE LAS MYPE EN EL PERÚ.

En general, la mayor relevancia de las MYPE se encuentra en torno a


su capacidad para generar puestos de trabajo de manera intensiva.
Ello convierte al sector en foco necesario hacia donde se debieran
canalizar los esfuerzos gubernamentales de desarrollo a largo plazo.
Así mismo, la experiencia internacional muestra que las MYPE poseen
la capacidad de convertirse en el eje de un sistema productivo
flexible y articulado, tal como sucede en la mayoría de países más
desarrollados10.

Sin embargo, es necesario indagar el por qué las MYPE en el Perú,


particularmente las agropecuarias, no se desarrollan, cuáles son los
factores que limitan su competitividad y qué políticas y estrategias se
necesitan para promoverlas.

La deforme y desarticulada estructura empresarial.

Un análisis de la estructura empresarial del sector privado en el Perú


realizado por Villarán11 muestra que no existen suficientes medianas
y pequeñas empresas frente al inmenso número de micro empresas
existentes. Esta situación se puede representar gráficamente de la
siguiente manera:

10 Este potencial de las MYPE para conformar redes que maximizan la eficiencia del
sistema productivo ha sido estudiado y reconocido por diversos autores. Al respecto,
los casos de Japón e Italia son particularmente ilustrativos. Ver: Villarán Fernando,
“Riqueza Popular: Pasión y Gloria de la Microempresa en el Perú”, Lima, Congreso
Peruano, Junio de 1998 pp. 95-115.
11 Villarán, Fernando. “Las PYMEs en la estructura empresarial peruana”. SASE: 2000.

Página 13.

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Gráfico No. 1
Perfil del Sector Privado en el Perú

Tamaño Empresarial

G.E.

200

M.E.

50

P.E.

10

Micro Empresa

Empleo

FUENTE: Villarán, Fernando. Op. Cit.

Esta situación impide que empresas de diferentes tamaños puedan


enlazarse entre sí dentro de las cadenas productivas. Esto resta
competitividad y eficiencia a la economía en su conjunto, porque
mientras las grandes, medianas y pequeñas empresas, que son las
que dinamizan la economía, no representen una demanda efectiva
para las micro empresas (a través de la contratación y
subcontratación), éstas no alcanzarán el nivel de competencia que
les permita crecer y desarrollarse y seguirán excluidas del crecimiento
económico. Es decir, enfrentamos un problema de desarticulación
empresarial (vertical) entre empresas de diferente tamaño, que es
indispensable identificar en su real magnitud, para poder resolverlo.

Por otra parte, a modo comparativo podemos ver en el gráfico No. 2


la estructura empresarial típica de un país desarrollado, donde los
diferentes estratos de empresas dan empleo proporcionalmente a su
tamaño, configurando una estructura empresarial simétrica, que

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brinda la posibilidad de articulación económica entre los diferentes


estratos empresariales.

Gráfico No. 2
Perfil del Sector Privado en los países desarrollados

Tamaño Empresarial (en unidades)

Gran Empresa

200

Mediana Empresa
50

Pequeña Empr esa

10 Empleo
Micro Empresa

(Eje Y: unidades en escala Log, Eje X: miles de personas ocupadas)

FUENTE: Idem.

Débil capital social.

Las causas del limitado desarrollo de las MYPE agropecuarias y su


desarticulación vertical con los otros estratos empresariales, también
tienen que analizarse desde otras perspectivas.

Las micro empresas agropecuarias están constituidas por población


que no accede aún a los elementos de una ciudadanía moderna,
que no tienen un Estado presente que les garantice los servicios
básicos de seguridad, justicia, salud y educación 12.

12Ver al respecto Vergara, Alberto. Ni amnésicos ni irracionales: las elecciones


peruanas de 2006 en perspectiva histórica. Lima, 2007.

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En lo cultural, el Perú es un país heterogéneo, diverso, sin formas de


convivencia que permitan viabilizar nuestra diversidad, sin vasos
comunicantes que nos permitan integrarnos en formas de
convivencia dignas para todos. Más aún somos un país donde
coexisten culturas de prestigio social desigual13.

Finalmente, en lo geográfico, las micro empresas agropecuarias,


tienen una localización desventajosa, se ubican en los lugares más
apartados del territorio, con menor acceso a recursos productivos y
con más difícil acceso a las principales ciudades y con grandes
limitaciones de acceso a las telecomunicaciones y la conectividad.

Existe por tanto un conjunto de barreras que hace muy difícil la


construcción de lazos de confianza y la consecuente construcción
de redes verticales con valor económico entre la población pobre
ligada a la micro empresa agropecuaria y la población de los otros
estratos de empresas, en particular de las grandes y medianas. En
otras palabras, podríamos decir que existe un débil capital social.

Hay varios autores que han desarrollado el concepto de capital


social. Uno de ellos, Putnam, coincide con la perspectiva nuestra al
definirlo como “las características de organización social, tales como
la confianza, las normas y redes, que pueden mejorar la eficiencia de
la sociedad mediante la facilitación de las acciones coordinadas” 14.

Desde una perspectiva de redes horizontales de confianza, también


existe un insuficiente desarrollo.

La reforma agraria del gobierno de Velasco Alvarado iniciada en el


año 1969 impuso autoritariamente esquemas de producción
asociativos en el campo, los cuales una década más tarde habían
fracasado. Algunos intentos por mantener la asociatividad en la
prestación de servicios a la producción tampoco tuvieron éxito. Las
bajas capacidades técnicas y de gestión que predominaban en los
pequeños productores campesinos no fueron objeto de ninguna

13 Al respecto ver Tubino, Fidel. Perú, la ausencia de síntesis. En


www.pucp.edu.pe/ridei/pdfs/ Fidel_Tubino_Ausencia_de_sintesis.pdf. Página 4.
14 Putnam, Robert D., Robert Leonardi y Raffaella Y. Nanetti. Para que la democracia

funcione. Tradiciones cívicas en Italia. Caracas: Galas, 1994.

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política de apoyo desde el Estado que les permitiera llevar adelante


una gestión eficiente. A su vez, mucha corrupción invadió a este
sector. Se llegó así, a partir de la década del 80, a una estructura
predominantemente minifundista, en la que las relaciones de
colaboración entre pequeños productores no tenían perspectivas de
ser retomadas o en otras palabras, en las que la desconfianza entre
productores se había vuelto generalizada.

A la fecha, podemos decir, que las MYPE agropecuarias (lideradas


por pequeños productores o empresas unifamiliares) operan con
altos grados de desconfianza entre ellas mismas que les impiden
organizar colectivamente sus procesos productivos y/o comerciales
de manera de acceder a economías de escala y ser más
competitivas.

Existen muchas redes sociales, que tienen su origen en lazos


provenientes del vínculo territorial, comunitario y cultural, pero estas
redes son débiles en términos económicos para la gran mayoría de
los casos. Es decir, rara vez llegan a constituir una red con valor
económico 15 y por tanto a constituir un capital social16.

15 Al respecto ver Diez, Alejandro. Redes, Organizaciones y movilidad económica en


comunidades campesinas (el caso de Huayopampa). En Debate Agrario No. 40-41.
Lima: CEPES, julio de 2006.
16 Al respecto ver también Trivelli, Escobar y Reves quienes en un estudio sobre la

pequeña agricultura comercial concluyen que para que la pequeña agricultura


aproveche las economías de escala existen dos caminos: el primero fomentar el
mercado de tierras; el segundo, el desarrollo y consolidación de esquemas asociativos
entre los productores. Sin embargo, para esta segunda alternativa se requiere “…de
una organización con una buena gerencia y con incentivos fuertes para que todos los
productores involucrados apoyen a su consolidación. Este tipo de organizaciones no
son fáciles de crear ni de mantener y requieren de esquemas de gobernabilidad, de
incentivos claros y de un mínimo nivel de asistencia técnica para salir adelante y
consolidarse. Como se ha visto, muchos productores no pertenecen a asociaciones o
a organizaciones que les permitan mejorar su relación con los mercados, y otros que sí
lo hacen, no sienten que obtienen beneficios importantes. Crear, rentabilizar y
consolidar organizaciones resulta una ruta obligada de apoyo a los pequeños
productores”. Siendo esta la realidad que encuentran para la agricultura comercial, la
no comercial tendría entonces aún mayores dificultades en la organización orientada
a los negocios.

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La reducida escala de producción / comercialización de las MYPE


agropecuarias: el minifundio.

El crecimiento poblacional y las pocas oportunidades de empleo


fuera de la agricultura han reforzado la expansión del minifundio17. El
minifundio, a su vez, ha llevado a un aislamiento de las unidades
productivas. Como consecuencia tenemos una MYPE con una
reducida escala de producción que a su vez origina altos costos de
transacción: les es más caro (y menos rentable) hacer negocios.

En este contexto, las MYPE enfrentan problemas para acceder a


información de mercado y a procesos de mejora técnica y de
gestión, también encaran limitaciones para obtener financiamiento
en el sistema formal y, por ende, su capacidad de renovación
tecnológica se reduce. Todo ello conlleva a que las MYPE que
trabajan solas posean una reducida capacidad de respuesta a las
principales exigencias del mercado: calidad y volúmenes. Esta
situación se agrava por las deficiencias de infraestructura, el
alejamiento geográfico y el uso incipiente de las tecnologías de
comunicación.

La informalidad de las MYPE.

Otra limitación importante, particularmente de las MYPE


agropecuarias, es que operan en condiciones de informalidad. En
efecto, según las últimas cifras disponibles (ver cuadro No. 3), del
total de microempresas (excluyendo el auto empleo), sólo 846 mil
operan formalmente (27%) y 2.321 millones operan informalmente
(73%).

17Tal como mencionamos, el año 1994 existían 1’575,374 pequeñas unidades


económicas agropecuarias (menos de 20 ha) segú n el Censo Agropecuaio. Según la
ENAHO en el 2006 existían 1.887.622 micro empresas agrícolas. Por tanto podemos
deducir que incluso entre 1994 y 2006 el minifundio ha aumentado.

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Cuadro No. 3
ESTIMACIÓN DEL NÚMERO DE MYPE INFORMALES SIN INCLUIR
AUTOEMPLEO 200618

Total 1/ % Formal % Informal 3/ %


2/
Microempresas 3.167.751 100 846.517 27 2.321.234 73
Pequeña 49.728 100 34.466 69 15.262 31
Empresa
MYPE 3.217.479 100 880.983 27 2.336.496 73

1/ Estimado por el método de los conductores- ENAHO INEI 2002 (Anual)


2/ Estimado por el rango de ventas- SUNAT 2005
3/ Calculado como la diferencia

Fuente: ENAHO INEI 2002 (Anual) SUNAT 2005

A su vez, dentro de las micro empresas informales, la gran mayoría


pertenecería al sector agropecuario. Si es que nos guiamos de las
últimas cifras disponibles, el Censo Nacional Agropecuario del año
1994, vemos que existían 1’575,374 pequeñas unidades económicas
agropecuarias (menos de 20 ha); este total representaría el 68% de
las MYPE informales que estima el MTPE, asumiendo que el número de
empresas agropecuarias pequeñas no ha aumentado desde 1994.
Sin embargo, dado que muy probablemente este tipo de empresas sí
debe haber aumentado, las MYPE agropecuarias (minifundistas)
darían cuenta a la fecha de un porcentaje aún mayor de las MYPE
informales en el Perú.

La informalidad se traduce en un conjunto de limitaciones mayores:


sobre costos tributarios al pagar impuesto general a las ventas en la
compra de insumos sin posibilidad de su recuperación, imposibilidad
de abastecer a empresas del Estado, imposibilidad de acceder a la
banca formal, pero sobre todo precariedad en el empleo y
autoempleo familiar: no acceso a ningún sistema de salud ni de
pensiones ni tampoco descanso laboral.

18 Elaboración propia en base a MTPE / CODEMYPE op.cit. página 18.

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Débil sistema de promoción de las MYPE.

A pesar del peso del tema MYPE en el debate nacional, la


normatividad de promoción durante muchos años no había
recogido los problemas específicos de este amplio contingente de
unidades económicas, las MYPE agropecuarias. Por añadidura, no
había identificado mecanismos para superar el principal problema
que frena la competitividad en el campo: la reducida escala de
producción o minifundio.

Recientemente, el Texto Único Ordenado de la Ley de Promoción de


la Competitividad, Formalización y Desarrollo de la Micro y Pequeña
Empresa y del Acceso al Empleo Decente, Ley Mype, así como su
Reglamento19, por primera vez abarcan a las micro empresas
agrarias20, aunque aún sin especificar lineamientos específicos de
promoción que recojan su problemática. Así, la mención al fomento
de la asociatividad en esta ley y su reglamento, sigue siendo un tema
genérico, como lo fue en la Ley No. 28015 del año 2003, sin definición
de instrumentos organizativos que enfrenten en particular el
minifundio21.

Por otra parte, constituye un avance el reciente DL 1020, que


promueve la creación de entidades asociativas agrarias (EAA) con la
finalidad de facilitar el acceso al financiamiento y a un fondo de
consolidación de la propiedad rural.

Sin embargo, otras leyes para la promoción del agro no responden a


la realidad empresarial peruana. Por ejemplo, la Ley Marco para el
Desarrollo del Sector Rural, Ley Nº 28828, de julio de 2006, promueve

19 Aprobados recientemente por RS 007-2008-TR y 008-2008-TR respectivamente el 30


de setiembre de 2008.
20 TUO Ley MYPE, SÉPTIMA Disposición Complementaria Final: Sector Agrario. Y en el

respectivo reglamento de esta ley, en el art. 29 Ámbito de Aplicación se especifica


que el Régimen Laboral establecido por la presente ley se aplica a la micro empresa
agraria. No obstante, no incluye a la pequeña empresa agraria.
21 A la fecha de culminar este artículo se halla en debate en el Congreso de la

República una propuesta de ley que considera el traslado de la función de rectoría


sobre las MYPE desde el MTPE hacia el Ministerio de la Producción. De aprobarse en
forma definitiva esta ley la coordinación entre sectores podría ser aún más difícil, que
desde el MTPE al ser este un ministerio con funciones de corte transversal y no sectorial.

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incentivos aplicables a partir de un mínimo de 200 Has Está claro que


esta norma no es aplicable a la mayor parte de las MYPE rurales,
sobre todo dado el extendido minifundismo. Es decir, es sumamente
complicado que un número importante de pequeños productores
coordinen para formar una asociación que pueda beneficiarse por
esta ley.

Por otro lado, existe normatividad poco difundida como es el


procedimiento administrativo de la Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria (SUNAT) en el cual se reconoce al contrato
de consorcio sin contabilidad independiente como una modalidad
que permite a un grupo de empresas unirse para vender sus
productos o comprar insumos / servicios, sin necesidad de constituir
una forma jurídica independiente. Para seguir este procedimiento el
único requisito es elegir a un operador a través del cual se realicen
las operaciones comerciales del conjunto e inscribir este contrato en
SUNAT22.

Esta modalidad de operar en Consorcios sin Contabilidad


Independiente (CSCI) tiene una serie de ventajas para el pequeño
productor agropecuario que mayoritariamente opera en forma
aislada:
• Permite agregar oferta o demanda y negociar precios en
mejores condiciones con los clientes o proveedores.
• No se genera una nueva persona jurídica, con lo cual las
obligaciones tributarias se mantienen para cada integrante del
consorcio, reconociéndose que el operador sólo actúa
temporalmente a nombre de otros.
• Permite al productor agropecuario mantener su acceso a las
leyes de promoción agropecuaria que rigen para los
productores, lo cual perderían si pasaran a realizar actividades
de comercialización como una entidad jurídica distinta.

22 Este modelo fue desarrollado y aplicado en forma pionera en el país por el


Consorcio de Productores de Fruta (CPF). Por su parte, el Ministerio de la Producción
viene promoviendo exitosamente esta modalidad, fundamentalmente con MYPE
industriales y de servicios.

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Desarrollo para las Micro y Pequeñas Empresas Agropecuarias en el Perú

A pesar de estas ventajas para el pequeño productor o MYPE


agropecuaria, la difusión de los CSCI es muy reducida.

IV. LA EXPERIENCIA DEL PROGRAMA APOMIPE.

Presentamos en esta parte del artículo la experiencia del programa


APOMIPE, experiencia micro, que ha logrado consolidar 33 Redes
Empresariales en los primeros 3 años de ejecución. A partir de esta
experiencia, identificamos elementos de reflexión y propuesta,
orientados a diseñar estrategias macro de intervención para
promover a las MYPE agropecuarias en el país.

APOMIPE, en su primera fase, se planteó como objetivo mejorar la


competitividad y el poder de negociación de las MYPE mediante su
articulación productiva. Se priorizó tres departamentos: Cusco,
Cajamarca y La Libertad, y dentro de ellos, territorios y cadenas
específicas con mayor presencia de MYPE en pobreza y pobreza
extrema pero con potencial de crecimiento.
APOMIPE inició su trabajo utilizando el Análisis de Cadenas
Productivas y la metodología Redes Empresariales 23; ésta última tuvo
que ser adaptada al medio rural donde se ubica la gran mayoría de
las MYPE conducidas por población en pobreza y pobreza extrema24.

Los principios estratégicos en los que APOMIPE apoyó su intervención,


fruto de la experiencia y reflexión de sus ejecutores, los resumimos a
continuación:

• Para iniciar un proceso de articulación horizontal o formación de


una Red Empresarial de las MYPE, es necesario partir de una
oportunidad clara de negocio.

23 Se entiende por Red Empresarial a la alianza estratégica permanente entre un grupo


limitado y claramente definido de productores independientes, que colaboran para
alcanzar objetiv os comunes de mediano y largo plazo, orientados hacia el desarrollo
de la competitividad de los distintos participantes.
24 APOMIPE ha publicado el Manual del Articulador de Redes Empresariales Rurales, en

el cual se detalla cada una de las fases de esta metodología; está disponible en
versión Adobe Acrobat en su página web: www.APOMIPE.org.pe

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• Para ir construyendo la necesaria cohesión y confianza al interior


del grupo de MYPE o Red Empresarial, es necesario comunicar
logros, mostrando beneficios tangibles.
• Es necesario tener un enfoque de empoderamiento y
sostenibilidad, es decir, deben ser las Redes Empresariales, las que
elijan las acciones a ejecutar y las co-financien. De esta manera
las sentirán propias y se esforzarán por realizarlas.
• Es necesario priorizar permanentemente la creación de confianza
entre los miembros de una Red Empresarial, de manera que se
convierta en capital social indispensable para los negocios
conjuntos.
• El equipo APOMIPE debe jugar un rol facilitador y no ejecutor, es
decir debe solamente facilitar los procesos de articulación entre
demanda y oferta (producto, insumos, servicios), mas no realizar
acciones directas en éstos.
• Es muy importante buscar gradualidad en la acción.

El trabajo contó con la participación de actores públicos y privados


en cada una de las tres regiones, a partir del cual se eligió aquellos
territorios y cadenas donde el impacto de promover Redes
Empresariales en los ingresos y empleos de la población más pobre
podía ser el mayor posible. A este trabajo lo identificamos como la
fase uno, o análisis de territorios y cadenas productivas.

Luego, vino la fase dos, que consistió en la promoción y selección de


pequeños productores interesados en agruparse en Redes
Empresariales; se seleccionó a aquéllos que fueron permeables a la
idea que juntos podían superar los principales problemas que
enfrentan en los mercados por su pequeño tamaño, tanto en su rol
de demandantes de insumos como de ofertantes de productos.

Definidos los integrantes de las Redes Empresariales, la fase tres


consistió en que cada Red Empresarial realizara actividades que les
permitiera generar confianza entre sus integrantes, elemento clave
para poder iniciar negocios conjuntos; algunas actividades fueron
recreativas, otras fueron visitas a empresas exitosas en su rubro, entre
otras; lo principal de esta fase fue lograr que identifiquen a su líder,
definan un reglamento interno y fijen los aportes de dinero para

118 - RPDE
Hacia un Crecimiento con Inclusión: La Asociatividad como Estrategia de
Desarrollo para las Micro y Pequeñas Empresas Agropecuarias en el Perú

contar con un fondo común; como parte de esta fase, además,


prepararon un plan de mejoras, priorizando aquellos cuellos de
botella que debían ser resueltos, ya sea con asistencia técnica,
capacitación, desarrollo de nuevos productos u otros. Cabe señalar,
que para estas actividades contaron con el cofinanciamiento del
programa pero que parte muy importante del costo estuvo a cargo
de ellos mismos, hecho que permitió elevar su compromiso con las
actividades y metas planteadas en su propio plan de mejoras.

Llegado a este punto, las Redes Empresariales ya estaban en


posibilidad de diseñar un pequeño proyecto piloto, la fase cuatro, al
cabo de cuya ejecución pudieran quedar demostradas las ventajas
de trabajar en red; algunos ejemplos de proyectos piloto realizados
fueron compra conjunta de herramientas, compra conjunta de
insumos, venta conjunta de productos, mejoras en la infraestructura
productiva, entre otros. Constatadas las ventajas obtenidas,
fundamentalmente a través del ahorro de costos o incremento en sus
ingresos que se dio en todos los casos, la confianza al interior de
cada Red Empresarial se vio consolidada.

La fase cinco consistió en que las redes empresariales diseñaran e


implementaran un proyecto estratégico. Esta fase fue la más difícil,
porque significó por primera vez para estos pequeños productores,
contratar consultorías (co financiadas por APOMIPE) para preparar
planes de negocio acordes a su tamaño y oportunidades de
mercado. Asimismo, en esta fase la identificación del cliente
concreto (uno o varios) interesado(s) en la compra de los productos,
fue el punto indispensable para proyectar la viabilidad económica
de los negocios.

Culminado el plan estratégico, las Redes Empresariales pasaron a la


fase seis o fase de gestión del negocio, fase en la que se encuentran
actualmente 33 redes empresariales. Desde el punto de vista de los
negocios, esta fase viene siendo bastante exitosa. Consideramos que
este éxito se explica por dos elementos clave: primero, por la
rentabilidad del negocio derivada del análisis hecho y la
identificación de clientes concretos interesados que habían
expresado su voluntad de compra o incluso orientado las
características de los propios productos, y segundo, por la confianza

RPDE - 119
Carola Amézaga Rodríguez
Luis Ángel Artieda Arambur ú

que se había logrado desarrollar entre los socios al interior de cada


Red Empresarial. Esta última resultó ser crucial y determinante. Así, por
más que pudiera haberse demostrado la viabilidad económica,
quedó claro que la viabilidad social, dada por la cohesión y
confianza al interior de una Red Empresarial, es aún más importante.

Llegado a este punto, algunas redes habían empezado a vender


volúmenes considerables o empezaban a tener ventas directas a
consumidores finales. Sin embargo, la mayor parte de los pequeños
productores que conformaban las redes (como la gran mayoría del
pequeño productor rural) operaban informalmente. Entonces, el
programa, se dio cuenta que faltaba dar un paso adicional:
encontrar la modalidad jurídica más conveniente de manera que las
Redes Empresariales promovidas pudieran beneficiarse de ser parte
de la economía formal. Esto no fue fácil, pues había que demostrar
que ser formales no es ni difícil ni caro y que más son las ventajas a las
que podían acceder los pequeños productores organizados en
Redes Empresariales.

Para enfrentar este desafío, APOMIPE contrató los servicios de


asesoría jurídica del Estudio Torres y Torres Lara. La conclusión de esta
asesoría fue la siguiente: en el corto plazo, la modalidad más
conveniente para que las redes empresariales operen dentro de las
normas vigentes en el país es el contrato de Consorcio sin
Contabilidad Independiente (CSCI); en el mediano plazo (tres años)
la modalidad jurídica recomendada es la Cooperativa de Servicio25.

Resumiendo, la experiencia del programa APOMIPE nos ha mostrado


hasta el momento lo siguiente:

a) El proceso de construcción empresarial para las MYPE


agropecuarias supone superar el problema del minifundio

25Sobre la base de esta trabajo, el estudio Torres y Torres Lara ha asesorado a


CONVEAGRO en la preparación del proyecto de ley que establece un Régimen de
Beneficios e Incentivos Tributarios para la Asociatividad y Formalización del Productor
Agrario, propuesta que a la fecha ha sido aprobada por la Comisión Agraria del
Congreso de la República y se encuentra por ser debatida en sesión plenaria. En la
Exposición de Motivos de esta propuesta de ley se puede encontrar un amplio análisis
sobre estos temas.

120 - RPDE
Hacia un Crecimiento con Inclusión: La Asociatividad como Estrategia de
Desarrollo para las Micro y Pequeñas Empresas Agropecuarias en el Perú

buscando formas asociativas que sean viables social y


económicamente; este es un proceso lento, que pasa en primer
lugar por desarrollar confianza entre los integrantes del grupo que
conforman una Red Empresarial. Pero no cualquier confianza,
sino una confianza orientada a hacer negocios. Por esta razón
decimos que la Red Empresarial es un tipo de asociatividad
orientada a los negocios. Existen muchos tipos de asociatividad,
así, en el campo hemos encontrado muchas asociaciones,
formadas con diferentes fines, pero la mayoría de ellas han sido
promovidas externamente y por lo general no tienen las
condiciones necesarias para asumir exitosamente negocios
conjuntos de sus integrantes. No son, ni debieran ser tomadas por
los hacedores de políticas, como la base para proyectos de
índole económica.

b) El pequeño productor agropecuario promedio aún no reúne las


características para ser considerado empresario. La Red
Empresarial constituye una experiencia en la cual paso a paso
van dando el cambio de productor a empresario. Pero el
proceso de construcción de confianza al interior de una Red
Empresarial es básicamente un proceso social. Por tanto, son las
políticas sociales las que deben promover la formación de este
tipo de asociatividad. Recién cuando una Red Empresarial ha
consolidado la confianza orientada a los negocios entre sus
miembros es que están en capacidad de plantearse retos
económicos de largo plazo. Es por ello que las políticas
económicas de promoción de las MYPE debieran saber enlazarse
plenamente con las políticas sociales. En el siguiente gráfico
presentamos las fases de formación de una Red Empresarial
descritas y estos diferentes tipos de procesos que existen a lo
largo de éstas y que debieran servir para definir los énfasis de
política:

RPDE - 121
Carola Amézaga Rodríguez
Luis Ángel Artieda Arambur ú

Fases de formación de una Red Empresarial

Fase
1 A NÁLISIS DE TERRITORIOS, CADENAS Y LÍNEAS DE NEGOCIO
1
mes

Fase
2
PROMOCIÓN Y SELECCIÓN

1
mes

Fase 3 GENERACI ÓN DE CONFIANZA Y PLANIFICACI ÓN DE MEJORAS


o
ic 7 meses
m
ó Fase 4 CONSOLIDACI ÓN DE LA CONFIANZA: PROYECTOS PILOTO
n
o
cE 6 meses

DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN DE
o
s
Fase 5
PROYECTO ESTRATÉGICO
e
c 5 meses
o
r ACOMPAÑAMIENTO EN LA GESTIÓN
P DEL NEGOCIO
Fase 6

6 meses

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

TIEMPO EN MESES

Proceso Social Proceso Económico

c) Con la experiencia de APOMIPE, a su vez, hemos encontrado una


alternativa de formalización, por lo menos desde el punto de vista
tributario26, que le da continuidad a las experiencias exitosas de
las Redes Empresariales promovidas. Al elevar las Redes
Empresariales sus ventas fue necesario que no acumularan
contingencias tributarias que en un futuro pudieran traer abajo
sus propios negocios. Sin embargo, dado que se trataba de una
experiencia desarrollada con productores agropecuarios muy
pequeños, los cuales habían pasado primero por una experiencia
de construcción de confianza colectiva para iniciar negocios
conjuntos, se necesitaba una modalidad intermedia antes de dar
el paso de constituir una forma jurídica diferente. Por otra parte,
las normas establecidas que favorecen a productores

26Con las recientes normas aprobadas de promoción de la MYPE, es posible que el


micro empresario agrario se beneficie de esta ley siempre y cuando inscriba por lo
menos un trabajador. Dado que las micro empresas agrarias son por lo general
familiares, nos parece que este requisito no será un obstáculo para que también se
puedan formalizar desde el punto de vista laboral. Sin embargo, esta formalización
depende de la viabilidad social y económica que la Red Empresarial haya alcanzado.

122 - RPDE
Hacia un Crecimiento con Inclusión: La Asociatividad como Estrategia de
Desarrollo para las Micro y Pequeñas Empresas Agropecuarias en el Perú

agropecuarios, no favorecen a empresas formadas con fines de


comercialización, por más que sus socios sean los mismos
productores; entonces, tampoco era recomendable la
constitución de una empresa (colectiva) distinta. Si hubiesen
formado una comercializadora, por ejemplo, hubiesen perdido
las ventajas que tienen actualmente los productores
agropecuarios: menos impuesto porcentual a la renta,
exoneración del IGV, entre otras. El CSCI es entonces a la fecha
una alternativa inmediata para superar las desventajas del
minifundio: basta que uno de los integrantes de la Red
Empresarial se constituya en operador e inscriban el contrato en
la SUNAT.

Sin embargo, el CSCI tiene un horizonte corto, tres años. Luego de


este plazo, los productores deben esperar a que la SUNAT
autorice su funcionamiento. Es por esto que la recomendación
para el mediano plazo se orienta hacia la constitución de
Cooperativas de Usuarios. Esta es la única forma jurídica que
permitiría a los productores agrarios comercializar manteniendo
las ventajas que les otorgan las leyes de promoción agraria. Sin
embargo, como hemos descrito, en el Perú existe una
experiencia muy negativa que proviene de la década del 80, en
la que la mayor parte de cooperativas que se formaron con la
Reforma Agraria iniciada en 1969 fracasaron y se parcelaron. Si
bien estas fueron cooperativas de producción, el estigma sobre el
nombre de cooperativas está presente y tomará tiempo volver a
considerar a la cooperativa de usuarios o de servicios como una
alternativa distinta a la cooperativa que fue impuesta
autoritariamente. Es necesario entonces invertir esfuerzos en
difundir las ventajas de esta forma de organización empresarial.

V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.

• Las MYPE constituyen un estrato empresarial de inmenso


potencial para generar mayor bienestar y desarrollo inclusivo.
Dentro de este estrato el segmento más numeroso y menos
atendido es el representado por las MYPE agropecuarias y
rurales.

RPDE - 123
Carola Amézaga Rodríguez
Luis Ángel Artieda Arambur ú

• La asociatividad enfocada a hacer negocios entre productores


agropecuarios es crucial para el desarrollo de la competitividad
en el Perú, ya que repercutiría en una mejora de los ingresos y las
condiciones de vida de gran parte de la población que se
encuentra en condiciones de pobreza y pobreza extrema.

• Es necesario repensar el conjunto de políticas de promoción al


sector MYPE y adaptarlas a la realidad agropecuaria, al tiempo
que integrarlas eficientemente con políticas de este sector.

• Es necesario también considerar que la política económica


orientada a las MYPE agropecuarias debe estar articulada con
la política social. La problemática descrita de débil capital social
existente que afecta a este sector tiene que ser enfrentada en
paralelo para que las políticas de desarrollo de competitividad
surtan efecto.

• Finalmente, es necesario hacer consistente la legislación y la


operatividad de apoyo a las MYPE, que actualmente se
superpone y se enfoca solamente al ámbito urbano, dejando de
lado el importante porcentaje de las MYPE agropecuarias que
concentran la mayor parte de la pobreza.

• El Programa APOMIPE aporta un conjunto de experiencias


asociativas exitosas, que muestran que es posible fomentar la
asociatividad enfocada a negocios aún en zonas rurales de
pobreza extrema. Es necesario replicar este tipo de estrategias y
tomarlas como referencia para promover apoyos de mayor
cobertura, desde las diferentes instancias de gobierno, sobre
todo las de nivel regional.

• Por último, el desarrollo de la competitividad de las MYPE debe ir


de la mano de la formalización tributaria de los grupos
asociativos de productores agropecuarios; de otro modo, la
mejora de ingresos y calidad de vida no será sostenible, dadas
las contingencias tributarias a las que se encontrarían expuestos

124 - RPDE
Hacia un Crecimiento con Inclusión: La Asociatividad como Estrategia de
Desarrollo para las Micro y Pequeñas Empresas Agropecuarias en el Perú

los pequeños productores una vez que inician un proceso


sostenido de crecimiento.
VI. CONSIDERACIONES FINALES.

Hemos desarrollado en este artículo reflexiones y aprendizajes a partir


de la experiencia del programa APOMIPE. Sin embargo, nos hemos
concentrado alrededor de la realidad de las MYPE agropecuarias.
Un universo muy importante sobre el cual no hemos hecho un análisis
similar lo constituye el conjunto de las MYPE artesanales. La artesanía
es en el Perú una alternativa cada vez más importante para el
productor rural, marginado y extremadamente pobre. Es más, en
muchos lugares, dada la baja dotación de recursos productivos que
poseen las MYPE agropecuarias, se constituye como una mejor
alternativa económica. El crecimiento del turismo en el Perú,
además, es una oportunidad que eleva la demanda de artesanías.
Queda pendiente el análisis de las alternativas de política para este
sector, políticas que igualmente les permita insertarse en la economía
formal y articularse beneficiosamente al crecimiento económico.

Finalmente, con APOMIPE se ha iniciado una experiencia en el


ámbito de la participación de los pequeños productores en el
Desarrollo Económico Territorial. En este artículo no hemos abordado
este aspecto, sin embargo, es también un tema en el cual los líderes
de las Redes Empresariales juegan un rol dinamizador muy
importante que más adelante habrá que analizar.

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