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La Prisión de los Celos



• Santiago 3
13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por
la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro
corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;
15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto,
sino terrenal, animal, diabólica.
16 Porque donde hay celos y contención, allí hay
perturbación y toda obra perversa.

Una persona en prisión no puede ser feliz. Aunque en


ocasiones pareciera serlo, es solo un espejismo. La persona
en prisión se adapta a su nuevo ambiente. Se acostumbra a
ciertas cosas. Pero en el fondo de su corazón, hay gran
amargura.

En esta noche, he sentido en mi espíritu que Dios ha puesto


en mí la necesidad de hablarles a las vidas que hoy se
encuentran en prisiones, pero no en las prisiones de hierros
y de muros. Sino en otro tipo de prisiones, las prisiones
espirituales. Las prisiones de las que Cristo nos vino a
sacar. Sin embargo, sorprendería a muchos saber que
millones de cristianos todavía se encuentran en prisiones
espirituales.

Puedo escuchar las voces de teólogos y religiosos


diciéndome que el que ha venido a Cristo no puede estar en
prisión, que donde está la luz no puede haber tinieblas. Y
aunque no negamos esto (según vayan leyendo el mensaje
entenderán por que si estamos de acuerdo que donde hay
luz no puede haber tinieblas) y aunque creemos de corazón
que los cristianos somos bendecidos en todo tiempo con
toda bendición espiritual, si quisiera que esos teólogos y
religioso miraran a sus alrededores, en sus iglesias, en sus
familias y hasta en sus propias vidas y me explicaran
porque entonces hay tantos que están tan amargados, tan
desanimados, y con tantas ataduras, aun dentro de la
iglesia cristiana por años.
• I. Los celos amargan.

Hay una condición espiritual en el ser humano que hace


mucho daño; los celos.

• Los celos vienen de la carne pero su efecto se manifiesta en


nuestro corazón, porque se vuelven amargos.

Los celos torturan al ser humano. Nos hacen ver cosas


donde no hay. Y aun cuando pueda haber motivo, nos
hacen actuar en forma destructiva, perversa.

La persona celosa nunca puede encontrar paz por largo


tiempo. Siempre su mente está corriendo en busca de algo.
Y hasta sin saber que es ese algo, llega a contiendas con
facilidad.

Vive continuamente sintiéndose traicionado. La inseguridad


se vuelve parte de su diario vivir como el respirar. Estas
personas hasta llegan a creer que ese estilo de vida es
como todo el mundo vive, ni siquiera se recuerdan que es
tener paz.

Cuando llega la noche, se traen todos los pensamientos


tormentosos y hasta en sueños sufren con pesadillas y
angustias.

Este mensaje tiene propósito especial. Yo entiendo que no


es un mensaje para multitudes. Pero Jesús en muchas
ocasiones le predico también a una vida sin necesidad de
que hubieran multitudes escuchándole, es más, en varias
ocasiones dejo el camino que tenía por delante para ir a
donde estaba una sola vida en necesidad; la samaritana, el
endemoniado de Capernaum, etc.

Hoy Dios te ha puesto a ti al alcance de estas palabras con


propósito, y su propósito se puede cumplir hoy mismo en tu
vida si le das a El espacio amplio para hacerlo.

Este mensaje es para ti, para ti que sufres, para ti que


sabes lo que es querer ser feliz y no poder alcanzar esa
felicidad porque tú mismo o misma te robas de esa felicidad
con tus celos.
Pero tu Padre Celestial te ama, y envió a su hijo para
hacerte libre de esas prisiones. No hay necesidad de seguir
viviendo así.

Para ser libre, necesitas entender primero porque a pesar


de ser cristiano te encuentras en esta situación.

Miremos que sucede cuando Cristo llega a nuestras vidas.

II. Publicar libertad a los cautivos.

Isaías 61:1
EL espíritu del Señor Jehová es sobre mí, porque me ungió
Jehová; ha me enviado á predicar buenas nuevas á los
abatidos, á vendar á los quebrantados de corazón, á
publicar libertad á los cautivos, y á los presos abertura de
la cárcel;

Jesús vino a predicarme la mejor noticia de mi vida. Jesús


vino a vendar mis heridas y sanarlas. Jesús vino a dejarme
saber que ya yo no era más cautivo del pecado, que ya mi
libertad había llegado. Jesús vino a dejarme saber que las
puertas de la cárcel se habían abierto para mi salida.

Jesús me hizo libre y abrió las puertas de la cárcel y me dijo


ven hijo ya no tienes por qué estar ahí. Pero a mí me toca
salir de esa cárcel. Porque las puertas estén abiertas no
quiere decir que ya yo estoy afuera.

Muchos cristianos sufren porque todavía hay verdades


bíblicas que no han visto. Y es la Verdad la que nos hace
libre.

Juan 8:32
y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Yo no tengo necesidad de vivir con pensamientos de malicia


en mi vida. Yo ya conocí a Cristo, ya la luz llego a mi vida,
ya las puertas de esas prisiones que antes me
atormentaban se abrieron totalmente.

Debido a que es nuestra decisión salir de la prisión es que


Santiago habla de esta manera. Básicamente él le está
diciendo a los creyentes: tienen que dejar tales prácticas.

Por qué se hace tan difícil? Tú me dirás, si yo se lo he


pedido tanto a Dios!

Y Dios te ha escuchado, por eso estás escuchando este


mensaje.

Pero hay algo más que hace falta. Hace falta que empieces
a depender más de Dios para tu cuidado y tu futuro. Si la
persona te traiciona, ya tendrá que vérselas con Dios. Si la
persona se burla de ti, ya tendrá que darle cuentas a Dios
de esa burla. No es tuya la venganza. Pero la vida es
demasiado corta para vivirla así.

Se que muchas personas me dicen pero es que ya yo no


confió por cosas que han pasado antes. Está bien, no
confíes en la persona, pero confía en Cristo, el nunca te ha
fallado. Déjale a la persona en manos de Cristo. Tu sal de
esa prisión, ven y respira el aire de libertad, es un aire
maravilloso. Vivir tranquilo sin tener que preocuparte de
estar vigilando a nadie.

Se que también muchos dicen, es que no quiero perderlo o


perderla. De nuevo, sin Cristo que tenemos? Vale la
persona más que Cristo? Si la persona no te sabe valorar,
quien pierde es él o ella, no tu. Ya de ti Cristo se ocupara, el
no te saco de donde tú estabas para llevarte a un lugar
peor.

Tienes que empezar a vivir como creyente. El creyente,


cree!!! Cree en sus promesas, cree en sus Fuerzas!!! Esto no
es con tus fuerzas sino con las de EL.

El trabajo ya El lo hizo, nosotros no tenemos porque vivir


una vida de cadenas. Tú si puedes dejar esa prisión. Ya no
hay que orarle más al respecto, porque ya la prisión está
abierta.

Lo difícil de salir de ahí, es que ya tú te acostumbraste a


vivir en esa prisión. Ya hay muchas cosas que vienen
naturalmente a ti: La sospecha, el querer revisar todo, el
querer saber todos los detalles, el querer controlar a la otra
persona, el querer saber hasta lo que la otra persona está
pensando. NO, no puedes seguir en esa prisión. Hay que
comenzar por romper esas costumbres diabólicas.

Estas costumbres es como el que después de


acostumbrarse a dormir en cama dura no puede dormir en
cama suave. Hay que cambiar de lugar. Afuera de la celda
no se puede vivir como cuando se está en la celda.

Si las sospechas vienen, no hay que salir a indagar. NO. Si


las sospechas vienen, se ponen en las manos de Cristo y ahí
se DEJAN. Si, esto es lo que es ser cristiano. Se es creyente
y punto. O somos cristianos o en quien hemos creído
entonces. No podemos seguir queriendo controlar otra vida,
la única vida que tenemos que aprender a controlar es la
nuestra.

III. No podemos dar dos aguas diferentes de una misma


fuente.

Santiago 3
11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua
dulce y amarga?
12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir
aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede
dar agua salada y dulce.

Cuando Cristo llego a nuestras vidas, llego lo más grande.


No podemos seguir poniendo excusas para servirle.

Cuando nosotros damos los primeros pasos fuera de la


prisión, todo empieza a cambiar y a caer en su lugar: todo.
Por qué? Porque ya Cristo hizo la obra! Todo lo que
nosotros tenemos que hacer es salir fuera de esas
prisiones. Hay que dar esos pasos--toma una acción de mi
parte, una decisión. Cristo murió por todo el mundo pero no
todo el mundo es salvo por la sencilla razón de que no todo
el mundo toma la decisión de recibirlo.

No podemos estar viviendo afuera de la prisión y adentro


de la prisión a la misma vez. Por esto dije al principio que si
estoy de acuerdo que donde está la luz no puede haber
tinieblas. Pero la razón por la cual hay tantas vidas
cristianas atadas es porque no acaban de salir totalmente
de viejas prisiones. No podemos estar dando dos aguas de
la misma fuente.

LLAMADO

Cristo sabe por lo que has estado pasando todo este


tiempo. Hoy mismo es tu día para salir de esa prisión. Hoy
mismo puedes comenzar a respirar aire de libertad. Tu
libertad no depende de otra persona, depende de Cristo y
de ti depende aceptar esa libertad. Aunque la otra persona
quiera seguir en celos y contiendas, tú puedes ser libre
hoy.

Ven al Señor y de rodillas deja que El te muestre cuales son


las primeras cosas que necesitas dejar de hacer. Pasa un
tiempo en su presencia, aunque sea unos minutos, no solo
escuches el mensaje y ya. Comienza por serle obediente al
Señor en esas aéreas. Cuando venga el deseo de hacerlas,
di no. Di, voy a confiar en Cristo. Da esos primeros pasos, El
ya hizo todo lo demás!!!

Dios te llene de bendición, y te de una vida de seguridad,


dominio propio y sabiduría!

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