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Resumen:
Principales ideas defendidas por el autor que quedan patentes en el texto son:
- Planteamiento de la cuestión de si las máquinas pueden pensar.
- Desarrollo del “juego de la imitación”, según el cual un ordenador es inteligente si
consigue hacerse pasar por el ser humano en esta prueba.
- Defensa del método de preguntas y respuestas.
Las ideas y teorías del autor se encuandran bastante bien en su época. Aunque se
trataba de un viejo tema en permanente debate, la investigación científica durante la
Segunda Guerra Mundial trajo consigo ordenadores más sofisticados dando pie a un
mayor cuestionamiento del tema de la inteligencia artificial.
En los años cincuenta, hubo varios intentos de crear máquinas de aprendizaje y otros
procesos cognitivos, como por ejemplo el modelo electromecánico de J. A. Deutsh, o
los de L. Benjamin Wyckoff y James Miller, la teoría de Charles W. Slack, o el modelo
mecánico de la atención y memoria a corto plazo de Donald Broadbent.
Newell, Shaw y Simon trabajaron en programas para solucionar problemas (el Logic
Theorist y el GPS), afirmando que éstos representaban una teoría operacional sobre la
resolución humana de problemas. Sus afirmaciones fueron más rotundas que las de la
IA pura de Turing. Estos autores abandonaron la inteligencia artificial en favor de la
simulación por ordenador, al pretender no sólo crear máquinas capaces de imitar el
comportamiento sino capaces de simular los procesos cognitivos subyacentes.
Discusión:
Con los recientes avances de la época, comenzó a surgir en los años cincuenta una
nueva concepción del ser humano como máquina y un nuevo lenguaje con el que
formular teorías acerca de los procesos cognitivos. El objetivo psicología consistiría en
explicar cómo procesan la información los seres humanos. La psicología cognitiva del
procesamiento de la información se entiende mucho mejor como una última forma de
comportamentalismo que como el gran avance revolucionario que señalaron muchos.
Sólo es considerablemente opuesta al conductivismo más radical (como el de Watson
o Skinner), pero su teoría no difiere en exceso de otras como las de Hull o Tolman.