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COMO ANDAR ANTE LOS JUICIOS VENIDEROS

PASAJE BIBLICO (2 P 3:11,12)


INTRODUCCION: Ante la inminencia del día del Senor y los juicios venideros,
el apóstol Pedro nos exhorta a andar en santidad y en piedad, ya que esta es la
única forma de vida que le agrada a Dios y que nos dispone para esperar y
prepararnos para la pronta venida del Senor.

I. COMO DEBEMOS ANDAR: Ante la certidumbre de la destrucción de los


cielos y la tierra, el creyente en Cristo debe andar en una vida apartada del mal y
consagrada a Dios. Debemos de ceñir los lomos de nuestro entendimiento (1 P 1:13)
La santidad que vivamos será un poderoso testimonio del poder de Dios a un mundo
que necesita ver el poder transformador del evangelio. Debemos ejercitarnos para la
piedad (1 Tim 4:7); velando, orando, viviendo en sobriedad y manteniendo nuestras
lámparas encendidas (Lc 12:35) para siempre testificar a otros del gran amor de Dios
para con todos los hombres, y también de los juicios finales que vendrán sobre los
que no se arrepientan. Debemos andar de tal manera que los hombres vean que la
devoción y el servicio de nuestra vida es enteramente a Dios.

II. ESPERANDO LA VENIDA DEL SEÑOR: Esta actitud de esperar para la


venida del día de Dios, es un testimonio de nuestra fe en Dios, en su palabra y de que
verdaderamente esperamos ese glorioso día en que el Senor vendrá, para juzgar (1 P
4:5) a los vivos y a los muertos; esa conciencia del juicio que viene, hace que
vivamos con temor a Dios todos los días de nuestra peregrinación (1 P 1:17).
También esperamos la venida del Senor, porque será un día de recompensa para el
justo, que con santa expectativa aguarda ese día glorioso, donde el Senor
recompensara a cada uno según haya sido su obra (Ap 22:12). Que glorioso día será
ese cuando seamos coronados (2 Tim 4:8), recompensados y estemos para siempre
con el Senor en los cielos nuevos y la tierra nueva.

III. APRESURANDONOS PARA LA VENIDA DEL SEÑOR: Sabemos que


el tiempo de su venida esta solo en los designios divinos. Nadie sabe el día, ni la hora
(Lc 12:39,40). Mas aun así, la palabra nos exhorta que nos apresuremos, es decir que
nos preparemos. (A) Velando: Por la incertidumbre de la hora, debemos velar en todo
tiempo (Mt 25:13), y al velar estar con nuestras lámparas encendidas y con suficiente
aceite, que es la llenura del Espíritu Santo. (B) Haciendo así: Es decir, sirviendo en
aquello que se nos ha encomendado (Mt 24:46), debemos hallar nuestro lugar de
servicio en el cuerpo de Cristo y ocuparnos hasta que el Senor venga. (C) Calzados
los pies: Con el apresto del evangelio de la paz (Ef 6:15), estar siempre preparados
para llevar el evangelio, y dar testimonio de Jesucristo a otros.

CONCLUSION: Dios es tan bondadoso que nos exhorta de diferentes maneras para
que estemos preparados para el día del Senor, que no sea para nosotros un día terrible
y de juicio, sino un día de recompensa, de bendición y de cumplimiento de la
promesa que tanto ha esperado la iglesia a través de los siglos.
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PASTOR: BENJAMIN PAREDES 02/08/2011

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